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1 – Leer el siguiente texto de Beatriz Sarlo y resolver las actividades correspondientes.

Mensajes de texto – Beatriz Sarlo

En la escritura de los mensajes de texto, QT1BD quiere decir "que tengas un buen día".
Esos grupos de letras, que parecen el nombre de un agente secreto, desesperan a quienes
denuncian el "empobrecimiento del lenguaje". En efecto, las palabras de los mensajes de
texto son manipuladas con el fin de que la incómoda tarea de tipear en un teclado miniatura
resulte lo más breve posible. Si tuviera que escribir un mensaje de texto, yo también usaría
cualquier abreviatura y sólo me cuidaría de que ellas fueran traducidas exitosamente por mi
destinatario. La tecnología impone un formato de escritura y, si se escriben mensajes de
texto, tienen que ser cortos. Se los escribe por la calle, en el subterráneo o conversando con
el vecino. No son redacciones escolares, sino formas primarias de la comunicación.
Una vez instalada la necesidad de escribir mensajitos sin parar, hay que tipear la menor
cantidad de letras. Un mensaje de texto es como el sándwich que alguien se separa y come
de apuro: no obedece a las reglas del arte culinario, sino el hambre. Alguien podría decir
que es mejor no tragar parado dos rodajas de mortadela, sino prepararse una ensaladita
con varios ingredientes, tender la mesa, poner la radio y comer respetando las reglas de las
buenas maneras. Pero, en el momento mismo en que se acepta la posibilidad de escribir un
mensaje de texto en dos líneas o de mordisquear medio salame mientras se repasa la
agenda del día, quedan descartadas la cortesía ortográfica y la culinaria.
Preguntarse por qué se mandan millones de mensajes de texto nos llevaría a otra cuestión
que yo resumiría en una fórmula: el deseo de la conectividad instantánea. Es una de las
manifestaciones de la mística contemporánea y, por lo tanto, la cuestión no pasa por la
taquigrafía de los mensajes sino por la intensidad de su uso.
Preocuparse por las reglas gramaticales frente a los mensajes de texto es como pensar que
la alta cocina va a ser aniquilada por las personas que devoran un sándwich sin detenerse
a pensar muy bien qué está comiendo y si quieren comer eso que se han puesto a masticar.
La proliferación del fastfood no mandó a la quiebra a los restoranes, ni a los restó, ni a la
cocina de autor, ni a las invenciones de cocina-fusión. Por el contrario, en casi todas las
ciudades del mundo, las cadenas de comida rápida y todas las formas de la tilinguería o el
refinamiento gourmet corren cabeza a cabeza la misma carrera de ascenso al infinito. Se
diferencian por su público, y no siempre.
Los emoticones intercalados en los mensajes de correo electrónico me parecen infantiles.
Pero no se me ocurriría responsabilizarlos por una mayor elementalidad expresiva de
quienes los usan. Son signos banales cuyas causas están en otro lado. Y lo mismo sucede
con los mensajes de texto: si millones de personas encuentran en ellos una especie de
antídoto contra el peor de los destinos que sería el de la baja conectividad, el nudo de la
cuestión cultural no está en la taquigrafía de abreviaturas y fórmulas con los que se escriben.
Quienes se alarman frente a los mensajes de texto, consideran que, en otras condiciones
de escritura, los usuarios (sobre todo los jóvenes) escriben del mismo modo espasmódico.
Si esto es verdad, la responsabilidad no está en las pantallas de los celulares, sino en las
instituciones que tienen a su cargo difundir las formas de una escritura más elaborada y
compleja. Comenzando por la escuela. Si todos los días los adolescentes productores de
mensajes de texto tuvieran que escribir un párrafo completo, sin abreviaturas, compuesto
por frases largas, con oraciones subordinadas de esas que empiezan con palabras como
"aunque", "pese a que" o "si bien", si tuvieran que usar verbos en subjuntivo y potencial, si
se les pidiera que en ese párrafo incluyeran, como ejercicio, por lo menos tres palabras
buscadas más allá de los límites de su propio vocabulario, podríamos estar tranquilos porque
los mensajes de texto serían no una amenaza, sino las formas más radicalmente
elementales de una exclamación o una pregunta.

a) ¿A qué tipo de texto y variedad pertenece? Marcar su estructura.


b) Escribir la tesis del texto.
c) Encontrar una comparación y desarrollarla.
d) Buscar dos recursos más propios del texto argumentativo, señalarlos y explicarlos.
e) ¿A qué instituciones critica el texto?
f) ¿Cómo se relacionan las abreviaturas con la tecnología?
g) Clasificar las palabras en negrita.

Que:
Quienes:
Yo:
Mi:
Alguien:
Nos:
Eso:

2 – Elegir algún argumento del texto anterior y escribir una refutación o una concesión.
Explicitar de qué recurso se trata.

3 - ¿Cuál es tu opinión acerca de la influencia de los mensajes de texto en la forma de


escribir de la juventud? Formularla de manera clara.

¿Televisión versus lectura?


Fuente: Aguilar, Graciela P., La buena gente, Buenos Aires, Revista Noticias, abril de 1995.

Hay un rasgo común que tenemos los argentinos y argentinas mayores de cuarenta y cinco años.
Por aterrador que pueda parecer, cuando éramos chicos, no había televisión. Y cuando digo que
no había era que no había en ninguna casa de ningún barrio, de ninguna ciudad de la Argentina.
Todavía me estremece pensar que, a los seis o siete años, los únicos dibujos animados que
habíamos visto eran, por ejemplo, los del cine Real. Que a los músicos y artistas había que ir a
verlos al teatro. Que no existía siquiera el concepto de serie y telenovela (lo más parecido, claro,
era la radionovela). Que todavía estaban en el limbo de lo posible “Ruta 66”, “Viaje a las estrellas”,
“Dimensión desconocida” y “Los Simpson”. Que no se podía mirar un noticiero en vivo y en
directo escuchando los jadeos del periodista. Que no se podía conocer el fondo del mar por los
documentales de Cousteau. Sin televisión, en un día de lluvia y sin poder salir a jugar, nos
aburríamos. Como hongos boletus. Como Matusalén en el Día del Niño. Como naranjas en el
Paraguay. Sólo teníamos los programas de radio, a partir de las cinco de la tarde y después de
los deberes. Y luego, teníamos las historietas y los libros. Claro que no era fácil leer. Todavía
recuerdo a Ramona, la señora que trabajaba en la casa de mis padres. Yo le pedía que me leyera
el Pato Donald y ella apenas podía descifrar los globos, dejando caer gotas de saliva sobre la
historieta por el esfuerzo de pronunciar las palabras. Debe haber muerto hace muchos años, y
nunca le pude decir lo que significó para mí su trabajosa tarea.
Después aprendimos a leer -en muchos casos, por cuenta propia- como tantos chicos a los que
la escuela sólo les confirma lo que ya saben. En aquella época no había demasiados libros
infantiles, pero estaban la Colección Robin Hood y los libros de Editorial Sopena. Con las
historias de Salgari, Verne, Dumas, Louise May Alcott y Harold Foster recorrimos medio mundo,
desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
Mientras tanto, llegó la televisión. Y recurro a la experiencia personal porque me ayuda a
entender el punto de vista de los chicos. Yo ya había aprendido a descifrar los libros pero nunca
sentí que hubiera ningún conflicto como el que nos planteamos los adultos actualmente:
televisión versus lectura. La televisión era simplemente la continuación de lo imaginario por otros
medios. Iba a ver el Cisco Kid a la casa de los amigos del barrio y después pude ver Casino
Philips, los programas de terror de Ibáñez Menta y todas las películas del cine nacional en el
propio y flamante televisor de mis padres. Jamás se me hubiera ocurrido pensar que la televisión
atentaba contra la lectura. Yo leía y miraba televisión. No eran actividades divorciadas porque de
las dos extraía experiencias y conocimiento del mundo.
Cuento todo esto porque me parece que sólo desde los recuerdos más íntimos se puede afirmar
que leer es importante. O que aun mirar televisión es importante. En realidad, me parece que lo
importante es conocer el mundo e imaginar otros mundos posibles. ¿Si no existieran los libros y
la televisión, cuál sería nuestra visión de la vida? Apenas la de nuestra casa, nuestra familia y el
barrio. No existirían para nosotros por ejemplo, los bantúes, los arrecifes de coral ni Bosnia. Ni
la Argentina secreta, los tuaregs o los partidos por la Copa del mundo. Ni la historia de Isabel
Allende sobre la muerte de su hija. Ni la ciencia-ficción, las novelas policiales o Rolando Rivas,
taxista. Nuestra vida sería infinitamente más pobre y limitada.
Creo que, en el fondo, agradezco haber nacido antes de que existiera la televisión, porque si no,
no hubiera hecho el esfuerzo de leer y me hubiera perdido lo que decían tantos libros
maravillosos. Pero también agradezco haber vivido esta explosión de los medios de
comunicación masivos. Los chicos de hoy se codean con personas y paisajes de casi todo el
mundo. Tienen mucha más información que el más informado de hace treinta años. Es cierto que
mirar televisión es mucho más fácil que leer, pero habría que tener cuidado a la hora de condenar
una actividad para favorecer la otra.
Así como la televisión se nutrió de la literatura (de los melodramas salieron los teleteatros y de
los sainetes, los programas cómicos), quizá pueda, la literatura, realimentarse con lo mejor de la
televisión privilegiando ritmos narrativos ágiles y entretenidos, temas de actualidad, ilustraciones
de imágenes atractivas y búsqueda constante de nuevos formatos.
Cuando los docentes o editores nos sentimos tentados de renegar contra la televisión,
deberíamos recordar aquel cuento del hombre muy orgulloso de su jardín que lo encontró
invadido por “dientes de león”. Recurrió entonces a todos los medios, pero no pudo evitar que se
convirtieran en una plaga. Al fin, escribió al Ministerio de Agricultura refiriendo todos sus intentos
y concluyó su carta preguntando: “¿Qué puedo hacer?”.
Al poco tiempo, le llegó la respuesta: “Le sugerimos que aprenda a amarlos”.

1 – Identificar la tesis del texto.


2 - ¿A qué variedad de texto argumentativo pensás que pertenece?
3 – Reconocer los recursos argumentativos presentes en el texto.
4 - ¿Estás de acuerdo con la tesis del autor? Copiar el siguiente cuadro comparativo en la carpeta
y completarlo.

Ideas del autor Ideas del lector

5 – Escribir una refutación a la tesis del autor del texto.

2 - Leer el siguiente texto argumentativo y resolver las consignas


correspondientes.

Tribus urbanas: floggers y emos

Adolescentes peleándose. Pedradas, gritos e insultos. De los motivos de la pelea


se dijo de todo: que distintas tribus urbanas se habían autoconvocado vía
Internet para desatar la gresca, que se trataba de dos grupos de floggers –uno
de nivel socioeconómico más alto que el otro-; y hasta que en la riña no había
participado ninguna tribu, sino que se trató de una pelea de bandas de distintos
barrios. ¿Es inofensivo que un adolescente se aliste en una tribu urbana? ¿Qué
pasa con las agresiones y la violencia?
Tribus urbanas hay muchas, pero las que llamaron la atención en los últimos días
son dos: los floggers y los emos. Algunos sociólogos consultados opinan que los
floggers perteneces a una clases social acomodada, tienen celular con cámara,
dinero para ir al ciber, usan ropa de marca y se congregan en el shopping; en
cambio los emos no adscriben a los valores de la sociedad de consumo
moderna.
Por el contrario, otros rechazan esta opinión y afirman que “los chicos que se
dicen floggers hacen alusión a una práctica asociada con el uso de internet y de
cámaras fotográficas. Y las peleas devienen de dos subgrupos dentro de los
floggers: los llamados glam o chetos y los de las clases populares”.
Los especialistas en vínculos familiares sostienen que la necesidad de pelearse
es propia de los adolescentes. En cambio, Andrea Gómez, psicóloga
especializada en adolescencia, subraya que la actitud de violencia anteriormente
mencionada es claramente una intolerancia de la diferencia porque lo diferente
da miedo, pero ser adulto es, precisamente, aprender a tolerar las diferencias.
Pero ¿qué es una tribu urbana? Los especialistas, tales como Elbaum, la definen
como “un grupo de jóvenes orientados a compartir una subcultura basada en
estilos, estéticas, indumentaria, códigos lingüísticos y utilizaciones de espacios
de la ciudad” y se considera que esto es normal y saludable para que los chicos
socialicen y construyan una identidad propia despegada de ciertas
identificaciones familiares. Aunque es preocupante que los chicos hoy no tengan
límites. Habría que buscar una forma que implique contención, instaurar el
diálogo con autoridad porque, en definitiva, los chicos terminan siendo las
víctimas de toda esta situación.

Daniela Fajardo
Revista Para ti, 24/11/2003

a) ¿Quién escribió este artículo? ¿qué acontecimiento la motivó a hacerlo?


b) ¿En quiénes habrá pensado como destinatarios de esta nota? Justificá la
respuesta.
c) Para la autora, ¿es positivo o negativo que un adolescente forme parte de una
tribu urbana? Justificar la respuesta.
d) ¿Cuál es la hipótesis de la autora?
e) Numerar los párrafos y colocarles un título.
f) Identificar que estrategias argumentativas aparecen subrayadas.
g) Marcar la estructura del texto argumentativo.
h) Reconocer 3 conectores y clasificarlos.

1- Encuentra la hipótesis del texto.


2- Extrae al menos 3 argumentos que sostengan la posición del autor.
3- Extrae dos estrategias argumentativas.
4- Escribe un texto con tu opinión sobre el tema.

Los linchamientos y la discriminación

“Un grupo de remiseros se confunde y decide que un par de jóvenes morochos que
van en una moto son chorros. Los persiguen, gritan enardecidos. Las víctimas creen
que quieren afanarles. La confusión sería cómica de no terminar en una golpiza
salvaje a un muchacho indefenso, responsable sólo de portación de aspecto.” Pagina
12

Resulta contradictorio ver como en un país que pretende haber avanzado en la inclusión
de “vastos sectores de la población” se encuentre sacudido por constantes noticias de
linchamiento, gatillo fácil y demás violaciones de las libertades contra sus sectores más
vulnerables. Sin duda detrás de estos abusos se encuentra en primer término y como
sustento, la discriminación y la estigmatización de los jóvenes pobres por parte de los
medios masivos de comunicación. Discriminación que se sostiene en la persecución
racista y en el resguardo de un país dividido entre ciudadanos de primer y segundo
orden.
Vivimos en un país asediado por el miedo al otro. Día a día observamos cómo el
discurso periodístico construye un enemigo interno que es necesario exterminar. Es
necesario recordar que estos mismos medios de comunicación fueron, en su mayoría,
quienes crearon el clima de persecución ocurrido durante la última dictadura militar. A
decir del fiscal federal José Nebbia : “Un exterminio de las características que tuvo el
argentino no se da de un día para el otro: se prepara, se ejecuta y luego tiene que
justificarse”. ¿Acaso no asistimos en estos momentos a la preparación, justificación y
muerte de gran cantidad de jóvenes pobres?

Tampoco se trata sólo de palabras. EL miedo al otro tiene consecuencias “reales”,


concretas. Alcanza con ver la población carcelaria de nuestro país: el 60 por ciento de
los detenidos no tienen condena aún y el 67 por ciento de los privados de libertad son
jóvenes entre 18 y 34 años que responden a modelo de chicos pobres. Las
características de las víctimas de linchamientos de los últimos días, siguen estos
modelos, chicos pobres y morochos, que los medios construyen para definir a los que
no son gente “honrada”.

Es que vivimos en una sociedad donde existen ciudadanos de primer y de segundo


orden. Jóvenes que poseen todas las herramientas para poder realizarse, y jóvenes
que, a falta de gran cantidad de necesidades insatisfechas, se ven más expuestos al
flagelo de la droga y la delincuencia como único medio de subsistencia. Esto en palabras
del poeta Camilo Blajaquis es lo que produce inseguridad ya que “el pibe chorro sale a
robar lo que el sistema no le proveyó”.

Es necesario que la discriminación se combata con una inclusión real de estos jóvenes
(centros culturales, deportivos, etc). Que se otorguen herramientas necesarias para
poder rescatar a estos jóvenes de la droga y las bandas delictivas. Es necesario
reconocer que aquello que se llamó exterminio o guerra contra el inadaptado, no fue
más que la defensa de ciertos privilegios que se consideran tradicionales.

Matrimonio Igualitario

1-Lee atentamente el texto y extrae la hipótesis o tesis 15p

Luego de Holanda y Bélgica, España será en estos días el tercer país en el mundo
que habrá legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, con todos los
deberes y derechos incluidos, entre ellos el de poder adoptar niños. Es un extraordinario
paso adelante en el campo de los derechos humanos y la cultura de la libertad que
muestra, cuánto y qué rápido se ha modernizado esta sociedad donde, recordemos,
hace unos cuantos siglos los homosexuales eran quemados en las plazas públicas y
donde, todavía en los tiempos de la dictadura de Franco, la homosexualidad era
considerada un delito y reprimida como tal.

La ley, como era lógico que ocurriera, ha tenido adversarios encarnizados y ha


generado movilizaciones diversas, entre ellas, en Madrid, una multitudinaria
manifestación, convocada por distintas asociaciones católicas. Pero todas las encuestas
son inequívocas: casi dos terceras partes de los españoles aprueban el matrimonio gay,
y, aunque esta aprobación disminuye algo en las adopciones de niños por las parejas
homosexuales, también este aspecto de la ley es convalidada por una mayoría. Buen
indicio de que la democracia ha echado raíces en España .

Los argumentos contra el matrimonio gay no resisten el menor análisis racional y se


deshacen como telarañas cuando se los examina de cerca. Uno de los más utilizados
ha sido el de que, con esta medida, se da un golpe de muerte a la familia. ¿Por qué?
¿De qué manera? ¿No podrán seguir casándose y teniendo hijos todas las parejas
heterosexuales que quieran hacerlo? ¿Alguien, con motivo de esta nueva ley, va a forzar
a alguien a no casarse o a casarse de manera distinta a la tradicional? Por el contrario,
la ley, al permitir a las parejas gays contraer matrimonio y adoptar niños, va a inyectar
una nueva vitalidad a la familia, que -¿alguien no lo ha advertido todavía?- padece
desde hace ya un buen tiempo una profunda crisis por el gran número de divorcios que
crece cada año y la multiplicación de parejas de hecho – sin casamientos-que rehúsan
resueltamente pasar por el altar o por el registro civil. La paradoja es que,
probablemente, sólo entre los homosexuales, que, como todas las minorías perseguidas
desean ardientemente salir de la oscuridad en que la sociedad los ha confinado,
despierta la familia esa ilusión y ese respeto que en un número muy grande de
heterosexuales, sobre todo entre los jóvenes, parece haber perdido. Por eso, no hay
ninguna ironía en decir -yo lo creo firmemente- que es muy posible que, dentro de veinte
o treinta años, las familias más estables estén entre los matrimonios gays.

Un prejuicio idéntico sostiene que los niños adoptados por parejas homosexuales
sufrirán y tendrán una formación deficiente y enferma, ya que un niño para ser "normal"
necesita un padre y una madre, no dos padres o dos madres. A esta afirmación
dogmática y sin el menor sustento, ha respondido Edurne Uriarte, gran psicólogo, de
manera inmejorable: “un niño lo que necesita es amor, no importa de quien venga”.
También padecen de una profunda ceguera quienes no se han enterado de que, entre
las parejas heterosexuales, cada día se descubren casos atroces de violencias ejercidas
contra los niños, y, entre ellas, sinnúmero de abusos sexuales. Solo recordemos a los
casos de abusos cometidos actualmente en America Latina. Que los padres sean hetero
u homosexuales no presupone de por sí nada; cada pareja es única y puede ser
admirable o tiránica, amorosa o cruel. Ya que la preferencia sexual, no garantiza el buen
amor. Y también en este campo cabe suponer que entre quienes han luchado tanto por
poder adoptar niños, ahora que lo han adquirido, asumirán este derecho con ilusión y
responsabilidad.

En verdad, detrás de todos estos argumentos no hay razones, sino una repugnancia
instintiva hacia quienes practican el amor de una manera que siglos de ignorancia,
estupidez y retorcidos fantasmas del espíritu, han satanizado llamándolo "anormal".

Mario Vargas Llosa

2-Completa el siguiente cuadro 30p

Argumentos en CONTRA del Argumentos a Favor del casamiento


casamiento Gay Gay

3-Marca en el texto la conclusión que nos da el escritor. 5p

4- Encuentra al menos dos estrategias argumentativas. 20p

5-Escribe un texto argumentativo donde expreses tu opinión acerca del tema.30p

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