Porque al niño desobediente

Le cantaremos entre dientes:

Te meteremos arvejas en las orejas,
tallarines en los calcetines,
lasaña en las pestañas
y limones en los calzones.
¡Oh,yeah!
Por eso come peras o manzanas
que son más ricas y más sanas.
deja las bebidas que son viscosas,
el agua es mejor y no es pegajosa.
Todo está escrito en Marciano
y no en lenguaje humano.
¿Podrías entender completa
esa rara etiqueta?
 Y si quieren moraleja,
no quiero ni una queja.
Mejor que hablen los cocineros
que llegaron los primeros.
“Si toman la caja de cereal,
prepárense para quedar mal.
Lean bien sus ingredientes
y aprieten luego los dientes”.
Dice saborizantes
Colorantes
Preservantes
y emulsionantes.

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 Ella le hacía su colación,
preocupada de su alimentación.

Eran unas buenas papas fritas

y unos cereales como bolitas,
unos pastelillos con crema
que no ensucian ni dan problemas.

Porque cuando fruta le mandó,

Pepinillo se manchó.

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 Mientras su Papá, acelerado,
tomaba café descafeinado
y su Mamá, muy amorosa,
bebía su leche sin lactosa

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 Un Bol de esos cereales
de colores espaciales
con leche larga vida
aguachenta y desabrida.

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Y se fue a la cocina a tomar su
gasolina.
¡AHHHHHHHH!
“¿Dormir sin comer?
Nunca volverá a suceder”.
Entonces pepinillo se fue
Sin probar ni un puré.
Por mañoso dirás tú
No comió ningún menú.
Y este sueño se acabo
Cuando el niño despertó.
En verdad eres porfiado,
Cabro leso y malcriado.
Por eso nosotros dos
Te diremos chao y adiós.
Descubrí que ya no tengo hambre
Y hasta se me fue el calambre.
Se me quitó todo el apetito
Apenas en este ratito.
Esto no es una pesadilla
y te podríamos dar una quesadilla,
pero de harina integral
para que no te caiga mal.
¿Es que quieres una cajita infeliz para
“Mejor me despierto”, pensó Pepinillo,
estar contento como lombriz? Mientras veía a estos dos con sus cuchillos.
Porque si quieres kétchup y mayonesa,
Te diremos que no estamos en esa.
Aquí no usamos cochinadas
De esas falsas y congeladas.
Y te meteremos arvejas en las orejas,
tallarines en los calcetines,
lasañas en las pestañas
y limones en los calzones
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
¿Comida basura quieres tú?
Pues eso no está en nuestro menú.
Porque si un combo es lo que quiere,
un combo te vamos a dar.
Porque ya nos tienes enojados
y este no es un sueño, amermelado.
¿Y unas cuantas papas fritas
que estén muy doraditas?
 Y tenemos pimienta y sal
Para que esto no quede mal.
NOOOOOOOOOOOOOOOOO
¿Acaso estas soñando?
¡De que lesera estás hablando?
Lo que tengo es charquicán.
Y yo tengo carbonada.
Además, tomaticán
y, por siaca, una empanada.
¿Y no tendrán una hamburguesa
con mucha mayonesa?
Y yo queso para los lesos
Mas jamones con sus huesos.
Tengo arrollados por montones
Y picarones para los guatones.
Porque tendrás que escoger
Lo que quieres tu comer.
Gordo y flaco preguntaron:
Pepinillo, ¡eres tú?
¿Quieres ahora probar nuestro menú?
Pepinillo, dijo entonces, “quiero comer”
Y así ocurrió lo que vamos a leer.
Un gordo, otro flaco.
Uno bajo, otro alto.
Había dos cocineros,
¿cuál de ellos llego primero?
Sintió olor a comida
Con su nariz adormecida
Hasta que abrió una puerta
Y casi se despierta.
Y en sus sueños camino
hasta que algo encontró.
Y se fue por un pasillo,
a buscar un bocadillo.
Pero era de noche y se fue a acostar
Con los dientes lavados y nada que mascar.
Así, con la panza crujiendo,
despacito se fue durmiendo.
 Un buen día, un buen niño
que se llamaba Pepinillo
sintió tanta, pero tanta hambre
que en la guata sintió un calambre.
Dedico este librito tan bonito a mis papitos,
Quienes me enseñaron a comer palta con ajo
Y mucha leche asada.