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LA SAI,SA l!N CALI: CULTURA UIU1ANA
emerge como indicador del proceso socio-cul- ¿Por qué la Salsa en Cali? Es la pregunta
lural surgido en la ciudad contemporánea. que nos impulsa a considerar estos problemas.
Es pues, una pregunta históricamente La hipótesis que me propongo discutir aquí,
elaborada; deviene como resultado del proceso buscan una respuesta que sólo puede ar-
en desarrollo, implicando de paso una in- ticularse si tenemos en cuenta la formación de
stitución; pero, ¿cómo transformar nuestras in- la ciudad contemporánea. De aquí que, en este
stituciones en conceptos, o en reflexiones sis- sentido, "la sulsu en Cali" se entienda como un
tematizadas? ¿Como sallar el abismo cpis- pretexto para pensar en la configuración
lcinnlóf>kxi que se par ¡i las evidencias cmpínras sociociillural de nuestra urbe a lo larpti de
ik' l:i i.'.l:ibiir;ic¡óii Ic-órk'íi'í l-i uxi^v-iici» es las 1111'un as décadas. Y elln ¡niplk-ii, por supues-
mayor cuando se [rata de un Iciiómcno al to, un dcsplu/ainiunlo metodológico: <Je un
que adherimos de antemano; por lo tanto es lado, el del lugar social desde el cual asumimos
necesario un distandamiento que evite la ¡den- ta música popular, rescatando el valor que
I i Tica ció ti fácil y acrílicu del sujclo con et ob- supone su rcprescnlatividad y despojándola del
jeto. Estos problemas, de orden metodológico, desprecio con que suele representarla cierta
son también asumidos en conjunto como parle ideología de la cultura. De otro lado, la mirada
de la investigación. que desde la música popular podemos extender
sobre la ciudad, en tanto que a partir de ella,
Las evidencias son muchas, los in- se configuran prácticas sociales que
dicadores se multiplican por doquier, en la aglutinan, solidarizan, identifican y promueven
capacidad de convocatoria que esta música
la esperanza. Nuestro libro, es una prueba feha-
tiene para ambos sectores de la ciudad; en la ciente de ello. La música popular, nos permite
comunicación establecida a través del lenguaje ver de.sde su lugar, ciertos aspectos de la cul-
corporal; en el barrio donde se arma una rumba tura y de la sociedad, que no son visibles desde
a ritmo de salsa, para recoger los fondos con
otros ángulos de la vida urbana. Por eso, "la
los cuales se pueda terminar la escuela que salsa en Calí" es lago más que un pretexto O
el estado ha sido incapaz de concluir. En cier- una finalidad en sí misma; es ante lodo, la
ta literatura que registra la nueva sen- realidad de un objeto perfilado progresiva-
sibilidad gestada en la joven ciudad: ("Que viva mente como constitutivo de un proyecto cul-
la música", "Bomba Cámara","Celia Cruz reine
tural germinando en la ciudad adolescente
rumba", "Acelere", "Pepe Botellas", "San Car- de los últimos tiempos. Un proyecto que
los: ¿te acordás Hermano?"). Es un disco tiene la vitalidad de la juventud, la energía
que aparece como un homenaje a la cam-
creadora que polen cía I iza el pasado en el
pana y al campanero, un instrumento y un
presente, y la riqueza necesaria de una iden-
intérprete ignorados en la tradición orquestal
tidad por construir.
de los salseros; en los campaneros adolescen- >
tes que un buen día aparecen en las esquinas El problema tratado aquí se enmarca en
de los barrios populares, y en los colegios, lo que el Sociólogo Alvaro Camacho
acompañando con su instrumento y su "tilico", Guizado ha definido como la segunda vía para
la canción de moda en la radio; en la orquesta el estudio de la nacionalidad: "El conocimien-
local, que con músicos de Cali y Palmira, recoge to y Reinterpretación de la Colombia Contem-
las vivencias del campanero adolescente y las poránea. Esta tendencia incluye estudios de
traduce al sentimiento musical. El reciclaje comunidad, de procesos regionales, de estruc-
mismo por el que pasan estos acontecimientos, turas locales y nacionales y de coyunturas so-
las prácticas de producción, recepción y con- ciales. La gama es variada... y puede asimilarse
sumo de la salsa, así corno los usos y los modos para el examen de las posibilidades de estímulo
de apropiación que diferentes sectores sociales de un sentimiento de nacionalidad que le salga
hacen de ella, constituyen sin duda, indicadores al paso al machismo chovinista, basado en la ig-
suficientes para pensar que "la salsa en Cali" norancia de lo que es nuestro país y lo que
es algo más que una moda o un nuevo objeto en él sucede...!/
de consumo y de mercado.
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desarrolladas que hoy en el nuevo contexto "Los pueblos Testigo", donde predominó la in-
ciudadano participan del proceso objeto de fluencia aborigen, y de los "pueblos transplan-
nuestro ensayo. tados", donde prevaleció la influencia Europea.
Estos elementos aparecen como indicadores Creemos que Cali (y su área de influencia
de la presencia de una cultura negra y un ¡tasado regional) entra en la categoría de los pueblos
Africano, proyectados cu la conformación de nuevos, en virtud de la hacienda esclax ist a, prin-
Cali, umi ciudad que terminó estando más cerca cipal unidad económica durante la colonia, que
culluralmcnlc del Caribe, que de los Andes; sin ser igual a la plantación sí produjo reí aciones
cercanía, determinada históricamente por de interacción étnica y social, en algunos aspec-
haberse dado en ambas regiones el esclavismo tos comunes con la plantación del Caribe. La
bajo el dominio estructural del modo de herencia Africana, me/ciada y mediatizada a
producción capitalista. En el Caribe, a través través de varias generaciones en complejos es-
de la plantanción esclavista que producía para tadios del desarrollo social, permanece latente
el mercado mundial; en el Valle del río Cauca, en el ritmo y en la danza; en la pigmentación y
y en Cali, a través de la Hacienda Esclavista el mulataje extendidos por toda la ciudad, que
que producía para el consumo interna. En terminó rodeada de poblaciones de "color",
ambas cultivaban la caña de azúcar, el cacao, y en ella misma donde prevalecen asentamien-
el tabaco, el plátano y los fruíales. En ambos tos negros y muíalos, que a causa de las
escenarios el esclavo negro fue (esligo, presiones sociales han ¡do convergiendo en la
protagonista y víctima. ciudad. Además de la población negra y mulata
nativa de Cali, están las migraciones de la Costa
Sinembargo, mientras la plantación extendió Pacífica Colombiana y del norte del Cauca que
la explotación hacia otros productos como el fueron llegando a medida que se precipitó la
algodón y el café, la hacienda se dedicó a la descomposición, del campesinado que había
ganadería extensiva. Esta diferencia no es tan colonizado las orillas de los ríos y los intersticios
importante, porque en últimas la diferencia fun- de las grandes haciendas, una vez liberados de
damental fue la demanda de fuerza de trabajo, la esclavitud en la segunda mitad del siglo XÍX.
o lo que es igual, el aumento en la trata y la
compraventa de esclavos. Micnliíisi'nCu1>;i au- Esta población es portadora de influencias
mentó el comercio cscluvisla promediando el culi tírales, prácticas, costumbres y tradiciones,
siglo XIX, en el Valle del Cauca, lucí ¡sis minera más o menos constituidas en las com-
originó su caída desde el siglo X V I I I . A u n - unidades de origen; destacamos entre ellas una
que unidos por el tronco coinún de la esclavitud, competencia cultural, ésto es, el sistema de
los dos procesos implicaron diferencias cul- sabeies asociados a una práctica artística que
turales en su momento y en la historia posterioi, como la música, es fundamental en la existencia
cotidiana de lalcs comunidades, sobre lodo en
Plantación esclavista y Hacienda esclavis- la Costa Pacífica colombiana donde estaban los
ta, dos espacios de producción económica, centros mineros. Esta compeiitencia musical,
de deculturización y sincretismo, de desarraigo se traduce en una capacidad productiva de la
para el nativo africano; pero también, dos danza (del currulíto) y sus variantes, los in-
espacios para sembrar en sus descendientes, strumentos, el modo de hacerlos, tocarlos etc.,
rasgos físicos y culturales, de los cuales, la hasta e! texto de las canciones. Hemos de
música y la danza son los más expresivos de suponer que en estesenlido la competencia cul-
todos. tural de los migrantes de la Costa Pacífica hubo
Creemos que Cali, al igual que las ciudades de transformarse, integrada, a tradiciones y
del Caribe, pertenecen a una configuración so- prácticas de la ciudad, ya. constituidas o en
cial común a varios pueblos de! continente, esos etapa de gestación.
que Darcy Ribeíro ha llamado "Los pueblos Estas consideraciones nos llevan a pensar
nuevos", es decir los pueblos que en América que en Calí se conservó desintegrada y
Latina surgieron bajo la influencia y la heren- mediatizada (ésto es, en estado no puro) la
cia de la plantación esclavista. Diferentes de
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y "La Salsa" (1960-1987). En el primero se plan- de urbanizadón gestados con el siglo XX. En
tean "las claves" para una historia de la radio gran medida dicho folclor tenía un pasado
local y los modos como se difunde la música religioso, pero ahora, profanado en el barrio y
popular latinoamericana ti partir de 1930 cuan- usurpado por la industria cultural se transfor-
do se inicia la radiodifusión en Colombia y maba cu su forma y su función. Con las nuevas
pendra la industria discogriífica. La presión de tecnologías (el cine, el disco y la radio) se lan-
un mercado por hacerse (ransnacíonal y el zará al continente lodo, e incluso a la conquis-
desarrollo de IÍIK cadenas radiales formadas ta del viejo inundo. La explotación comercial
bajo los intereses del c:ipilal industrial, ler- por la induslria cultural hará que el folclor ur-
minan imponiendo el consumo de una nueva bano trascienda los límites del solar o del bar-
mercancía para el espíritu: el disco-can don. rio porteño y sea escuchado en otras latitudes.
Una voz sin rostro invade lodos los espacios Su difusión masiva e indiscriminada creará una
posibles; divulgando masivamente, el disco cata memoria musical que hoy sobrevive a través de
en el ambiente familiar y empieza por desplazar varias generaciones. Todos los ritmos del nuevo
los grupos de artistas que antes eran con- cancionero entran y conviven en el país (no
tratados parn amenizar fiestas y celebración bes. pocas veces en conflicto) hacia la misma época:
El disco monta su imperio en victrolas y enlre 1930 y W50. El tango, la milonga, el cor-
gramófonos; en las estaciones locales y en las rido, la ranchera, el jazz, el fox trol, el charles-
potentes emisoras Cubanas de onda corta ton, la rumba, la guaracha, el son, el danzón, el
c¡ue en directo entraban a Cali al promediar el guaguaneó, el bolero, el bambuco, la cumbia,
siglo. En 20 años se impuso un nuevo can- el merengue, la plena, el tamborito, y
cionero de la música popular latinoamericana. después (en la década del 50) el niambo, el
Una parte del repertorio proviene del viejo chachachá, y el rock and roll. Foco a poco
folclor campesino que hasta los albores del siglo los géneros irán decantando su propio público
XX ha representado los estados nacionales de y en la recepción múltiple darán forma a esa
América Latina en su período republicano (El memoria musical que bien representaban los
corrido, La Ranchera, El Son, La Guajira, El Panchos, Jorge Negrete, Gardel, Agustín Lara,
Bambuco...). La otra parle corresponde a un Matamoros o la Sonora Malancera. Entre Iodos
nuevo folclor: un folclor ciudadano que los ritmos, los cubanos se consumían "bailable-
desde Nueva Oríeaiis y Chicago, pasando por mente". El "tirar paso" se definió como un
La Habana y Saniiago hasta Buenos Aires, se modo de sociuli?ación que en Cali tenía sus
irriga en lodo el continente. Nacido en las principales escenarios en la fiesta familiar, en
ciudades -en los bajos mundos- los nuevos la zona de lolcrancia, o en el encuentro en
géneros se promueven masivamente por una in- quioscos, clubes y bailaderos. La recepción
dustria que ve en ellos una mercancía para la bailable, en lanío práctica social, creó una
explotación rentable del ocio. Las décadas del tradición -adhesión por la música Cubana, que
20 y el 30 serán definitivas para su consagración. sería proclive al comportamiento salsero de las
El jazz norteamericano, el tango argentino, el nuevas generaciones: las generaciones
danzón y el son cubano, que no obstante haber posteriores al medio siglo.
nacido en "Monteadentro" siglos ha, se trans- Desde afuera, la industria cultural, a
formaron enriquecidos, en la Habana de los
través de las multinacionales del disco (R.C.A.
años 20. Allí mismo y liada la misma época
emergía el guaguaneó en los solares del pueblo Víctor, Ansonia, Seco, Panarl, Deca) y del cine,
se pelean el mercado latinoamericano; mientras
nuevo y Jesús María, barriadas negras de La
tanto, internamente, en la competencia por
Habana; y en Puerto Rico, ía plena, parecida
ganar más público, las cadenas radíales mon-
al guaguaneó pero originada en la ciudad de
tan su industria del espectáculo. La cadena Ar-
Ponce, desde comienzos del siglo. gentina Kresto con filiales en Colombia, la
Ahora bien, este cancionero cadena Bayer azul (Alemana) y después la
Afrolalinoamericaribeño, comprende el folclor R.C.N. (Colombiana) presentaban a las gran-
nacido en las ciudades al ritmo de los procesos des estrellas de la canción, en teatros y
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agrícola forjado a lo largo del Valle, una ve?, al entrar U salsa en los años 60, se con-
que la agroindustria azucarera se definió como tinuara por la misma senda de la apropiación
esencial para el desuno económico de este de una sonoridad cuyos antecedentes lejanos e
deparlamento. Bajo las nuevas condiciones inmediatos estaban en el Son, el danzón, la
socio-económicas, el contenido verbal canalizó guaracha y el guaguancó, que dominaron las
la identificación de sectores poblacionales décadas del 40 y el 50.
semirurales y urbanos (preferencialmcnte
negros y mulatos) que reconocieron como suyas Este predominio creó en una generación de
las circunstancias aludidas en las canciones. los jóvenes de entonces, una base subjetiva in-
dispensable para que sus hijos se adhirieran
Esta feliz coincidencia en cuanto a las con- a la salsa 20 años después, lo cual fue posible
diciones geográficas y socio-e cono ni i cas en en el escenario familiar, principal espacio de
ciertos aspectos, propició el reconocimiento recepción de la radío y de la música.
básico para que se fucm dando paulatinamente
la subsiguiente adhesión-adopcíón- En efecto, en la familia, el liogar y la casa
apropiación de la música, por capas sociales de materna, aprendimos a conocer la radio, a oiría
con fruición o rechazo, pero también por ser el
clara estirpe popular.
primer espacio de reproducción cultural, en la
B. Cali una Ciudad sin Música Propia familia los padres trasmitieron a sus hijos volun-
tariamente o no, un gusto estético musical que
Si a lo anterior agregamos el hecho de abarcó también el consumo de otros universos
que Cali y el Valle -a diferencias de otras imaginarios como el melodrama (la
regiones- no ha tenido música propia, en- radionovela, el cine) y el humor.
contramos un marco adecuado para facilitar la
apropiación en doble vía: de la música hacia un En fin, de este primer periodo ("la Vieja
publico y de éste por la música. Guardia") podemos concluir que la industria
cultural así como la relación disco-radio-com-
SÍ bien es cierto que Cali está rodeada por unicación masiva y su recepción en un contex-
un rico caudal folclorico de diversa proceden- to cultural específico, construyeron una audien-
cia corno el del litoral Pacífico y el de la región cia y un modo de oir, una educación del
Andina, lambían es cierto que no hemos tenido oído, como una de las condiciones necesarias
una música vernácula, surgida en ritmo y para la posterior adhesión-apropiación de la
lelra de nuestras entrañas. Podemos verificar- salsa por parte de sectores populares urbanos.
lo si nos comparamos con otras regiones colom- Pero esta incidencia se configuró más como una
bianas y sus respectivas vertientes musicales. actividad de consumo que como una práctica
Cali ha sido más bien abierta y receptiva a productiva con respecto a la música. Si bien
todas las influencias, que sede y cuna de un podemos hablar de la riqueza dancíslica, de la
género propio, como sí lo fueron otras ciudades creatividad en el uso del cuerpo y del gusto por
en América Latina: La Habana, Santiago, el baile, por parte de los estratos sociales
Ponce ó Buenos Aires. "beneficiados", no podemos decir lo mismo de
la producción musical en la que Cali ha sido su-
Esta circunstancia determinó una cierta vul- perada por otras ciudades del continente, y en
nerabilidad para que entraran más fácil- el país, por oirás regiones de Colombia como
mente a Cali los rílmos de América Latina; y los Llanos Orientales, La Costa Atlántica, La
entre ellos, el Cubano, que terminó por im- Costa Pacífica o la Región Andina, que crearon
ponerse sobre los demás. No hubo en su propio folclor, en un repertorio
nuestro medio una música fuertemente ar- melodioso, expresión de identidades locales
raigada que aglutinara a la comunidad de históricamente determinadas.
manera homogénea para resistir el embale del
mercado del disco y la industria cultural, que Tal ve?, por su carácter de ciudad adoles-
tenía en la radio y el cine sus mayores inter- cente, con una identidad por construir, en Cali
mediarios y divulgadores. Este hecho se con- no se ha decantado aun la síntesis que condense
stituyó en una condición fundamental para que las mejores influencias. A pesar de haber en la
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actualidad unos 35 grupos dedicados cado (cjue lo había) como a la toma de concien-
profesión alíñente a la producción salsera, cia y el reconocimiento de públicos diferen-
esta sigue, en lo fundamental, el modelo del ciados en la ciudad. Si hasta entonces la música
nuevo sonido gestado en Nueva York y Puerto popular se había radiado indiscriminadamente,
Rico, íi partir de los años 60, sin (|iic haya a parlir de ahora se programaba identifican-
mn dura do hacia la elaboración de un género do audiencias particulares y cni re ellos la nueva
propio. generación formada enteramente en ta ciudad,
que sería la primera heredera de la salsa.
Segundo Período: la Salsa después de los 60
En la década del 7(1 se incrementa la recep-
Para c.sla duenda la ¡JM.lii.sl ría culiliral cucu- ción y el consumo del gídi/ro gracias a la ¡ic-
lii y:t con Un mcrc:tdo fijo ((lie dclx: picscr- l¡vación de mi comercio que lo impulsa. Ello se
var. Las oleadas migralorias del Caribe a Nueva debe a la emergencia de una fuerza social,"los
York después de concluida la segunda guer- nuevos ricos", que aparecen en la escena invir-
ra mundial, harán crecer el barrio latino, donde tiendo en la salsa y negocios a su alrededor: dis-
germinará una nueva expresión: La salsa. En cotecas, clubes, cáselas, aumento en la con-
ella se recogen todas las manifestaciones musi- tratación de orquestas internacionales, apoyo a
cales del Caribe Urbano. Cuba sigue siendo el grupos locales y promoción directa a través de
principal punto de referencia pero no el único. la radio. En efecto, el auge es tal, que al
El bloqueo a la revolución cerró el paso a la promediar los anos 70 cada una de las I res
proyección melodiosa de la isla y permitió la cadenas radiales más importantes del país
reedición del viejo repertorio cubano con ar- (C ara col- R.C.N. -Todelar) ha destinado una
reglos novedosos. Mientras lanío, a su lado ger- emisora para radiar exclusivamente música
minaban otras manifestaciones (muchas de salsa en la ciudad. Después habrá una
ellas experimentales y pasajeras como el saturación y un receso en el medio, cuando
"bugalú") que conformarían la salsa. se empieza a descubrir la coneíón íntima entre
En la segunda parte de esta cuarta hipótesis, la promoción musical y el negocio de los "emer-
se anali/.a el desarrollo de la programación sal- gentes". Conexión que será fortalecida a to
sera en la radio local alo largo de 20 años (1965- largo de los 81) cuando los nuevos ricos se toman
1986). Se describe, el patrocinio comercial de definitiva me ni e al país y la salsa a la ciudad.
discotecas, griles y vendedores de discos, así Entonces "la salsa se viste de caché", permea
como se analiza el papel cumplido por los las clases altas y entra incluso en otras ciudades
locutores y su discurso, en lanío mediaciones del país como Bogotá y Medellín, mar-
que consolidaron un vínculo estrecho enlre un ginadas hasta entonces del movimiento salsero.
público-masa de la ciudad y la radio que A partir de un análisis de las mediaciones
tuvo en la salsa el producto ideal para legitimar existentes entre el producto artístico y su
una identificación rentable, para reciclar un público, la hipótesis concluye en una visión
modo de hablar urbano y contemporáneo y para crítica del papel cumplido por la radio y las
reforzar el consumo de la mercancía culi u ral y empresas disqueras a lo largo de este segundo
sus valores. período. Finalmente se analiza el papel secun-
La investigación nos permitió descubrir que dario cumplido por la televisión en la década
en los años 60-62 se produce una reestruc- del 80 cuando el género accede a este medio
turación en la programación de algunas cadenas masivo y empieza a peulcr el estigma de origen
radiales de la ciudad. Radio El Sol, una potente negro y de barrio bajo y se coliza como signo
emisora de Todelar, líder a un cambio en el que de estatus en determinados círculos sociales.
la música dejaba de programarse en bloques y De este modo se anuncia la reapropiación que
empezaba a diferenciarse no sólo por su forma las clases dominantes hacen de ella para
o contenido, sino por su destinatario, por el legitimar una hegemonía, que debilita por con-
público al que iba dirigida. La readecuación tradicciones de fondo, necesita oigenarse
(que incluía discoteca nueva en radio El Sol) apoyándose en los valores de las culturas
no respondía lanío a las presiones de un mer- populares. Es entonces cuando la salsa deja de
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