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Este artículo es una condensación del

libro "La Salsa en Cali: Cultura Urbana, Música


y Medios de Comunicación" escrito comoresul-
tado de una investigación hecha en la ciudad
de Cali, entre 1982 y 1987.
tiste ¡itlíenlo se refiere n la formación en
proceso tic uiii) oillur;i popular iirtniíui, gestada
en función del consumo y l:i recepción, esto es,
la apropiación de los géneros de la música
popular afrocubana, producida a lo largo del
siglo 20 y de su derivada "La Salsa", creada
hacía 1960, ya no en Cuba sino en Nueva York
y Puerto Rico.
Este ensayo se estructura a partir de una
pregunta-problema, hilo conductor de una
reflexión fundamentada en la visión interdis-
ciplinaria que nos permite hoy el conocimien-
to desarrollado por las ciencias sociales
sobre nuestra
"La Salsa en Cali: Cultura Urbana, realidad histórica,
local, regional y
Música y Medios de Comunicación" nacional.
¿Porqué la Salsa en
Cali? Es esta la
pregunta, que trans-
formada a lo largo de la exposición, propicia,
en oír» nivel, el análisis de un nltjcUi cultural
tomo la música popular Lal inoaiuuricana y sus
condiciones de recepción, lie las prácticas con-
figuradas a su alrededor, y de los usos que
de ella hacen sectores específicos, en una
ciudad lat¡nosuramericana como Santiago de
Alejandro Ulloa Sanmlguel* Cali.
Creemos que no sólo es necesario estudiar
las culturas tradicionales y las raíces de una
identidad, sino también aquellas culturas e
identidades locales y regionales que se están
configurando actualmente en America
Latina, en sus centros urbanos, como expresión
de una nueva sensibilidad, contemporánea, que
a pesar de sus vínculos con el pasado se ha for-
mado enteramente -para el caso de Cali- en la
joven ciudad, en la ciudad adolescente de los
últimos 50 años, cuando llega a ser propiamente
un centro urbano, comercial e industrial, "polo
•Profesor del Dcpa ría memo de Ciencias de la Co- de desarrollo" y epicentro receptor de
municación, Universidad del Valle, Cali. migraciones ínter regionales que junto a los
uourriN socio OCONOM ico N°I<J ABRIL DE 1989

"Nativos", poblaron-conslruyendo esta surámerica: en Colombia, Venezuela, Ecuador


ciudad sobre la vieja aldea, como lo Índica e! y Perú (sobre todo en los dos primeros). Hacia
hecho de que en 30 años (1940-1970) se hayan el norte, en los Estados Unidos, las ciudades
fundado cerca de 100 barrios populares y se deMiami y Nueva York, que junio con San Juan
haya establecido una población de 350 mil in- de Puerto Rico constituyen e! epicentro de las
migranlcs, lolali/ados al promediar la lleca (I a grandes orquestas y de las cuantiosas
del 70. Inmigrantes provenientes, cu su mayoría, operaciones financieras que manejan el mer-
del suroccidenlc colombiano. cado farandulero, principalmente entre los mil-
lones de latinos que habitan la gran ciudad. La
Creemos asi mismo que el problema de la salsa es pues, parle de un proceso cultural musi-
identidad cultural no es exclusivo del pasado, cal (y comercial) propio de algunos países
ni hay que buscar!» siempre en el patrimonio latinoamericanos, y no de todos, concentrado
de ciernas tradiciones. ("Tradiciones de quién fundamentalmenlc en la región del Caribe, con
y para quién?) Pensamos que el problema de centros principales de producción y dis-
la identidad cultural es en esencia un asunto tribución mercantil, en las ciudades de Caracas,
político, y que para el caso de Cali (como el de Panamá, San Juan, Cali, Barranquílla, Miami y
otras ciudades en América Latina) es resultado Nueva Vork.
de un proceso actual, en desarrollo, que deman-
da ante (odo asumir un compromiso con el ¿Por qué la Salsa en Cali?
présenle para imaginar el futuro. Y en torno a
la salsa y a su baile se ha gestado un movimien- Circunscrito a Cali, el estudio del proceso
to cuyo origen popular es (an innegable cobra imporlancia en la medida en que es parte
como el hecho de que el poder en ejercicio de la historia de la cultura actual y futura de la
la haya usufructuado para fortalecer la ciudad y la región; importante, porque a su al-
hegemonía; y también por eslas razones rededor se han aglutinado otras prácticas so-
entra en el débale sobre la identidad cultural ciales como el deporte, sobre todo el fútbol; el
hoy en Cali, en Colombia, y en relación con arte: a través de la pintura, la fotografía, el cine
la pluralidad de identidades y procesos cul- y al literatura.
turales en America I-alma. Curiosamente, la salsa no es Colombiana, no
(,(Jne es Iii Salsa'.' Para electos de este en- se ha inventado en Cali, sin embargo lia sido
sayo definiré la ni tísica sais» comí» un género adoptada como suya, como su principal signo
popular de origen Afrocaribeño incubado en el de identidad ante propios y extraños. Así como
barrio latino de Nueva York, hacia 1960, sobre el tango no lo inventaron en Medellín pero los
la base de gen e ros-matrices Afrocnhanos (el Antioqueños lo adoptaron como suyo hasta
son, el danzón, la guaracha y el guaguancó) en- llegar a ser más (angófilos que los mismos Ar-
riquecida con el aporte de los géneros gentinos. Cabe preguntarse para ambos casos
populares y folklóricos de Puerto Rico (la qué razones de fondo han determinado la adop-
bomba y la plena), y de otros pueblos del área ción radical de expresiones musicales foráneas,
del Caribe, así como con algunos elementos convertidas con el tiempo, en importantes sig-
procedentes del Jazz Norteamericano. En nos de imagen cultural en dos conocidas
sus 30 años de historia la salsa se ha desarrol- regiones del país. Surge entonces una pregun-
lado afincándose en el espacio social que le dio ta obligada: Si la salsa no es música colombiana,
vida: el ciudadano barrio popular. ni se ha inventado en Cali, ¿por qué razón ha
sido acogida como suya, hasta convertirla en
Aquí abordaré el tema inscribiéndolo en motivo de orgullo y ostentación?.
el contexto colombiano y particularmente en
Cali. La salsa en lanío expresión músico-cul- En síntesis, ¿por qué la Salsa en Cali?
tural, se produce, se canta y se baila en Esta es la pregunta central, principio y fin de
varios países de Latinoamérica y el Caribe, la investigación. Como pregunta-problema,
especialmente en México, Cuba, Puerto es nuestro objeto de conocimiento. Una
Rico, República Dominicana y Panamá. En pregunta que de repente mucha gente empieza
a formular, en el momento mismo en que

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LA SAI,SA l!N CALI: CULTURA UIU1ANA

emerge como indicador del proceso socio-cul- ¿Por qué la Salsa en Cali? Es la pregunta
lural surgido en la ciudad contemporánea. que nos impulsa a considerar estos problemas.
Es pues, una pregunta históricamente La hipótesis que me propongo discutir aquí,
elaborada; deviene como resultado del proceso buscan una respuesta que sólo puede ar-
en desarrollo, implicando de paso una in- ticularse si tenemos en cuenta la formación de
stitución; pero, ¿cómo transformar nuestras in- la ciudad contemporánea. De aquí que, en este
stituciones en conceptos, o en reflexiones sis- sentido, "la sulsu en Cali" se entienda como un
tematizadas? ¿Como sallar el abismo cpis- pretexto para pensar en la configuración
lcinnlóf>kxi que se par ¡i las evidencias cmpínras sociociillural de nuestra urbe a lo larpti de
ik' l:i i.'.l:ibiir;ic¡óii Ic-órk'íi'í l-i uxi^v-iici» es las 1111'un as décadas. Y elln ¡niplk-ii, por supues-
mayor cuando se [rata de un Iciiómcno al to, un dcsplu/ainiunlo metodológico: <Je un
que adherimos de antemano; por lo tanto es lado, el del lugar social desde el cual asumimos
necesario un distandamiento que evite la ¡den- ta música popular, rescatando el valor que
I i Tica ció ti fácil y acrílicu del sujclo con et ob- supone su rcprescnlatividad y despojándola del
jeto. Estos problemas, de orden metodológico, desprecio con que suele representarla cierta
son también asumidos en conjunto como parle ideología de la cultura. De otro lado, la mirada
de la investigación. que desde la música popular podemos extender
sobre la ciudad, en tanto que a partir de ella,
Las evidencias son muchas, los in- se configuran prácticas sociales que
dicadores se multiplican por doquier, en la aglutinan, solidarizan, identifican y promueven
capacidad de convocatoria que esta música
la esperanza. Nuestro libro, es una prueba feha-
tiene para ambos sectores de la ciudad; en la ciente de ello. La música popular, nos permite
comunicación establecida a través del lenguaje ver de.sde su lugar, ciertos aspectos de la cul-
corporal; en el barrio donde se arma una rumba tura y de la sociedad, que no son visibles desde
a ritmo de salsa, para recoger los fondos con
otros ángulos de la vida urbana. Por eso, "la
los cuales se pueda terminar la escuela que salsa en Calí" es lago más que un pretexto O
el estado ha sido incapaz de concluir. En cier- una finalidad en sí misma; es ante lodo, la
ta literatura que registra la nueva sen- realidad de un objeto perfilado progresiva-
sibilidad gestada en la joven ciudad: ("Que viva mente como constitutivo de un proyecto cul-
la música", "Bomba Cámara","Celia Cruz reine
tural germinando en la ciudad adolescente
rumba", "Acelere", "Pepe Botellas", "San Car- de los últimos tiempos. Un proyecto que
los: ¿te acordás Hermano?"). Es un disco tiene la vitalidad de la juventud, la energía
que aparece como un homenaje a la cam-
creadora que polen cía I iza el pasado en el
pana y al campanero, un instrumento y un
presente, y la riqueza necesaria de una iden-
intérprete ignorados en la tradición orquestal
tidad por construir.
de los salseros; en los campaneros adolescen- >
tes que un buen día aparecen en las esquinas El problema tratado aquí se enmarca en
de los barrios populares, y en los colegios, lo que el Sociólogo Alvaro Camacho
acompañando con su instrumento y su "tilico", Guizado ha definido como la segunda vía para
la canción de moda en la radio; en la orquesta el estudio de la nacionalidad: "El conocimien-
local, que con músicos de Cali y Palmira, recoge to y Reinterpretación de la Colombia Contem-
las vivencias del campanero adolescente y las poránea. Esta tendencia incluye estudios de
traduce al sentimiento musical. El reciclaje comunidad, de procesos regionales, de estruc-
mismo por el que pasan estos acontecimientos, turas locales y nacionales y de coyunturas so-
las prácticas de producción, recepción y con- ciales. La gama es variada... y puede asimilarse
sumo de la salsa, así corno los usos y los modos para el examen de las posibilidades de estímulo
de apropiación que diferentes sectores sociales de un sentimiento de nacionalidad que le salga
hacen de ella, constituyen sin duda, indicadores al paso al machismo chovinista, basado en la ig-
suficientes para pensar que "la salsa en Cali" norancia de lo que es nuestro país y lo que
es algo más que una moda o un nuevo objeto en él sucede...!/
de consumo y de mercado.

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l)OLEnNSOClOCCONOMICONe19 ADRIL DE 1989

Este ensayo se enmarca en "el conocimien- apropiación de la música popular, particular-


to y la reintcrpretación" de la Colombia actual; mente la afrocubana, la de vieja guardia, (años
específicamente en una de sus principales 30-50) y después, a partir de los 60, la
ciudades: Santiago de Cali, centro industrial apropiación-producción de la salsa y las im-
y comercial fundado hace 450 tinos, de los pl (canfines derivadas de su presencia en
cuales, 4(K) son la historia de "un pueblo", y los Cali, < ,<|'ilal del Valle del Cunea.
últimos 50, los de la ciudad, los que en verdad
nos interesa explorar aquí. A continuación retomaré la pregunta central
de este ensayo (¿porquéla salsa en Cali?) para
Los Puntos de Partida plantear la hipótesis que a mi modo de ver con-
forman en su conjunto una respuesta
Dos "punios de partida" están a la base aproximada a esle fenómeno socio cultural. Las
de esle análisis: el primero consisle en con- hipótesis son:
siderar "la salsa en Cali" como fenómeno cul-
tural, (y no exclusivamente musical, o comer- 1. Presencia de la eullura negra de origen
cial), caraclcríslico de la segunda mitad de este africano en la configuración social de Santiago
siglo, en los países caribellos, enl re ellos Colom- de Cali.
bia, donde se manifiesta parcialmente en al- 2. El desarrollo industrial de la ciudad y el
gunas ciudades y de manera muy especial en proceso de urbanización desatado con las cor-
Cali. El segundo punto presume la convergen- rientes migratorias de procedencia campesina,
cia en esta ciudad de las causas estructurales al promediar el siglo XX.
determinantes en la configuración de un
proceso socio-cultural urbano en el que han 3. Proceso de inmigración y urbanización de
participado varias generaciones. la ciudad.
Me propongo entonces desarrollar los dos 4. Influencia (papel y función) de los medios
"puntos de partida" para explicar porqué un de comunicación de masas, fundamentalmente
fenómeno caribeño se produce en una la radío, el disco y el cine, señalando la llegada
ciudad enclavada en un valle de la cordillera de a Colombia de la "música antillana", la "vieja
los Andes. En últimas, se (rala de explicar guardia" (Daniel Santos, Matamoros, Pcre?,
porqué en algunos aspectos Cali pertenece más Prado, Beny Moré, Celia Cruz, La Sonora
a la cultura "Caribeña" que a la Andina a pesar Matancera...): llegada que es encomitanle
de estar geográficamente lan lejos del Caribe y con el proceso de desarrollo industrial.
tan cerca de los Andes: o en oirás palabras, 5. Las similitudes físicas y culturales existen-
para entender porqué a pesar de haber depen- tes entre Cuba, Cali y el Valle del Cauca. Esta
dido políticamente de ciudades Andinas como hipótesis enfatiza en el Valle del río Cauca
Quito y Popayán, Cali lerminó asimilando la como región geográfica y unidad económica,
cultura musical cubana y el hedonismo del antes que como Departamento en lanío división
Caribe.
político administra I i va del país.
¿Por que la Salsa en Cali? Las Veamos ahora una síntesis de cada una de
Hipótesis las hipótesis:
La industrialización de la ciudad, su Primera Hipótesis: Presencia Je la Cultura
crecimienlo urbano y la concentración Negra de Origen Africano en la Configuración
poblaeional, (a raíz de la violencia poh'liea que Social üe Santiago de Cali.
expulsó a los campesinos de su habitat desde
fines de tos años 40) son 3 fenómenos ocurridos Se trata de demostrar en esta hipótesis la su-
paralelamenle en los últimos 50 años: son a pervivencia de expresiones folclóricas, mílicas,
nuestro juicio, los aspectos más importantes en musicales, kinésicas y aún mágicas de origen
la configuración socioeconómica de Santiago Afro o Afroamericano en sectores populares
de Cali. Es en la dinámica conflicliva de esle de Cali, así como la presencia de un cuerpo y
proceso donde ubicare los modiis de una sensibilidad hcdonisla culluralmente

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LA SA15A EN CALI: CULTURA URBANA

desarrolladas que hoy en el nuevo contexto "Los pueblos Testigo", donde predominó la in-
ciudadano participan del proceso objeto de fluencia aborigen, y de los "pueblos transplan-
nuestro ensayo. tados", donde prevaleció la influencia Europea.
Estos elementos aparecen como indicadores Creemos que Cali (y su área de influencia
de la presencia de una cultura negra y un ¡tasado regional) entra en la categoría de los pueblos
Africano, proyectados cu la conformación de nuevos, en virtud de la hacienda esclax ist a, prin-
Cali, umi ciudad que terminó estando más cerca cipal unidad económica durante la colonia, que
culluralmcnlc del Caribe, que de los Andes; sin ser igual a la plantación sí produjo reí aciones
cercanía, determinada históricamente por de interacción étnica y social, en algunos aspec-
haberse dado en ambas regiones el esclavismo tos comunes con la plantación del Caribe. La
bajo el dominio estructural del modo de herencia Africana, me/ciada y mediatizada a
producción capitalista. En el Caribe, a través través de varias generaciones en complejos es-
de la plantanción esclavista que producía para tadios del desarrollo social, permanece latente
el mercado mundial; en el Valle del río Cauca, en el ritmo y en la danza; en la pigmentación y
y en Cali, a través de la Hacienda Esclavista el mulataje extendidos por toda la ciudad, que
que producía para el consumo interna. En terminó rodeada de poblaciones de "color",
ambas cultivaban la caña de azúcar, el cacao, y en ella misma donde prevalecen asentamien-
el tabaco, el plátano y los fruíales. En ambos tos negros y muíalos, que a causa de las
escenarios el esclavo negro fue (esligo, presiones sociales han ¡do convergiendo en la
protagonista y víctima. ciudad. Además de la población negra y mulata
nativa de Cali, están las migraciones de la Costa
Sinembargo, mientras la plantación extendió Pacífica Colombiana y del norte del Cauca que
la explotación hacia otros productos como el fueron llegando a medida que se precipitó la
algodón y el café, la hacienda se dedicó a la descomposición, del campesinado que había
ganadería extensiva. Esta diferencia no es tan colonizado las orillas de los ríos y los intersticios
importante, porque en últimas la diferencia fun- de las grandes haciendas, una vez liberados de
damental fue la demanda de fuerza de trabajo, la esclavitud en la segunda mitad del siglo XÍX.
o lo que es igual, el aumento en la trata y la
compraventa de esclavos. Micnliíisi'nCu1>;i au- Esta población es portadora de influencias
mentó el comercio cscluvisla promediando el culi tírales, prácticas, costumbres y tradiciones,
siglo XIX, en el Valle del Cauca, lucí ¡sis minera más o menos constituidas en las com-
originó su caída desde el siglo X V I I I . A u n - unidades de origen; destacamos entre ellas una
que unidos por el tronco coinún de la esclavitud, competencia cultural, ésto es, el sistema de
los dos procesos implicaron diferencias cul- sabeies asociados a una práctica artística que
turales en su momento y en la historia posterioi, como la música, es fundamental en la existencia
cotidiana de lalcs comunidades, sobre lodo en
Plantación esclavista y Hacienda esclavis- la Costa Pacífica colombiana donde estaban los
ta, dos espacios de producción económica, centros mineros. Esta compeiitencia musical,
de deculturización y sincretismo, de desarraigo se traduce en una capacidad productiva de la
para el nativo africano; pero también, dos danza (del currulíto) y sus variantes, los in-
espacios para sembrar en sus descendientes, strumentos, el modo de hacerlos, tocarlos etc.,
rasgos físicos y culturales, de los cuales, la hasta e! texto de las canciones. Hemos de
música y la danza son los más expresivos de suponer que en estesenlido la competencia cul-
todos. tural de los migrantes de la Costa Pacífica hubo
Creemos que Cali, al igual que las ciudades de transformarse, integrada, a tradiciones y
del Caribe, pertenecen a una configuración so- prácticas de la ciudad, ya. constituidas o en
cial común a varios pueblos de! continente, esos etapa de gestación.
que Darcy Ribeíro ha llamado "Los pueblos Estas consideraciones nos llevan a pensar
nuevos", es decir los pueblos que en América que en Calí se conservó desintegrada y
Latina surgieron bajo la influencia y la heren- mediatizada (ésto es, en estado no puro) la
cia de la plantación esclavista. Diferentes de

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ROLlíTINSOCIOnCONOMICONT» AHRH.DE19R9

herencia africana de la hacienda esclavista val- Esta hipótesis se refiere al surgimiento de


lecaucana y los epiccnlros mineros. Una heren- nuevos sectores sociales. De un lado, la oligar-
cia que sobrevive en los loques tic! comino, quía terrateniente, comercial e in-
el incisa y la marimba; en el cin rulan y sus dan- diislriali/adoia que saeó adelante su proyec-
/.as; en la brujería del tabuco y la super- to económico social, no sin antes cobrar las con-
stición negra; en la imaginería que recoge y secuencias de su realización. De otro lado,
elabora fantasías colectivas sobre sus bondades los estratos de población popular que fueron
sexuales; en la cultura del chonladuro y el identificándose paulatinamente en la joven
borojó provenientes del pacífico colombiano; ciudad: obreros, empleados, trabajadores de los
en milos y leyendas urbanas como la del negro servicios públicos, del ferrocarril, de los in-
Harona en el barrio La ['laya de Culi {an- genios, de la industria del papel, ilc los
tigua sede del Ingenio Melémlcz), o la mano laboratorios y las fábricas; pequeños comer-
del negro en la Loma de la Cruz; en el cian i es, artesanos, población flotante que va
humor negro que tiene como protagonista a la y viene de municipios o veredas en intercambio
ra7,a, y en cicrla ideología discr ¡minadora... Esla incesante con el nuevo espacio, el de la dudad
herencia afioidc de la hacienda esclavista se esclusa que abre sus puertas bajo el espejismo
perpetuó también mezclada en una mitología y de la civilización y el progreso. Hay allí en
en una visión del mundo que combina creen- acción nuevas industrias, nuevas relaciones,
cias medievales Europeas, con interpretaciones nuevos productos materiales, nuevos productos
"negras" contemporáneas. sociales, nuevas líneas de consumo, nuevos con-
sumidores. Al lado del proletariado agrícola
Concluye ésla hipótesis señalando que las que venía conformándose en pueblos y
corrientes de migración negra llegadas a Cali pequeños municipios Valí e caucan os, se fue for-
en diversas épocas, desde el norte del Cauca, mando el proletariado industrial urbano de
del Chocó, de Buenaventura, del Palia, y en Cali. Bajo las nuevas condiciones de produc-
general de todo el Litoral Pacífico son por- ción capitalista, el proceso de industrialización
tadoras del sentimiento y IH predisposición cul- movilizó miles de personas procedentes de dis-
lural Afroide que se reencuentra en la tintas regiones, enganchadas como mano de
música afrocubana de la vieja guardia. obra a una economía crccicnle, desariollada
Este reencuentro fue activado después de ante todo en Cali y ciudades intermedias,
los años 30 con el proceso de desarrollo que crecieron tnmbifn en este siglo al ritmo de
capitalista gestado alrededor de la agroin- la ¡ndusiriali/ación y i;l comercio. En éste el
dustria azucarera en la región. Mediatizado por caso típico de Cali que llegó a ser una ciudad
la radio, el disco y el cine Latinoamericano de propiamente dicha, después de los años 30, o
los años 40-50 y ubicado ya en el contexto incluso después de los 50, así haya tenido desde
citadino, el reencuentro gozó de una base cul- su fundación, el título postizo de "Muy noble y
tural, de una sintonía amplia que facilitó la iden- leal ciudad".
tificación y la adhesión al ritmo que venía de Música de Vieja Guardia y Nuevos Sectores
Cuba y Puerto Rico, cantándole a la caña, al Sociales,
tabaco, el azúcar, el negro, la esclavitud, la
música, el amor y los tambores. Vamos a suponer que la formación de las
nuevas masas luvo lugar no sólo por su acceso
La recepción activa de esle objeto cultural a la ciudad, cuanto por su participación en los
sería determinante en la posterior adhesión a procesos económico-sociales en los que direc-
la salsa, que traía -en lo fundamental- patrones ta o indirectamente aparecían involucradas. En
límbricos y melódicos similares, aunque enri- otras palabras, hemos de creer que dichas
quecidos con el aporte negro y mestizo del masas no llegaban a la ciudad ya hecha, sino
Caribe, que encontraría en Cali un escenario que, por el contrario, participaron activamente
propicio para su arraigo definitivo. en la formación misma de la urbe que los acogía.
Segunda Hipótesis: El Proceso de In- Tanto los nativos, "caleños de cepa", como los
dustria lización en Culi y en ti Valle del Cmicn. inmigrantes que arriban a lo largo de este

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LASA1.SA UN CAÍ.I: CULTURA URBANA

período, contribuyeron a ensanchar y lejer música afrocubana (de "vieja guardia"), el


un nuevo espacio. Al lado de quienes inter- pasodoble, el fox trot, la ranchera y la "música
vienen como protagonislas en la producción se colombiana", convivirían masivamente en un
amontonan ciertos y miles de marginados primer momento de recepción simultánea,
í|iic la maquinaria no alcan/a a digerir, pero mientras el gusto popular, moldeado bajo las
(¡uc sobreviven a la espera ir/a mientras se nuevas condiciones sociales en la ciudad,
acomodan en algún rincón o se instalan en la decantaba tos públicos para cada genero y
periferia de la urbe. Con ellos se completaba el definía los usos que crearían signos de iden-
elenco de los nuevos actores sociales. Muy tidad adscritos :t sectores específicos de la
pronto cada clase se diferenciaría no sólo de su población.
relación con el capital, como por el sistema de
En la zona de tolerancia {creada en 1931),
represenlacionesy prácticas sociales que harían
de .su cotidianidad mundos diferentes. La en los quioscos de los barrios pobres en for-
mación, en los radio-lealros (después de! 40) y
oligarquía industrial I erra te ni en le que
en las salas de cine, se concentraría la recep-
prevalecía como propietaria del suelo ur-
ción masiva de los objetos musicales y los
bano, y del poder político, extendió sus
valores simbólicos implicados en los rituales del
tentáculos a los medios de comunicación; la
espectáculo consumista.
prensa y la radio fueron después de los anos 50,
presa de sus intereses. Cada vez más cerrada Entre lodos los géneros, la música
sobre sí misma, sus relaciones económicas afrocubana terminaría por imponerse en los
atravesaron lazos familiares mediante estratos populares, incluidos negros y mulatos,
vínculos incestuosos entre el poder y la sangre que acabaron teniendo como jefe a Daniel San-
que engrandecían a las familias ilustres... la élite tos, mientras la burguesía escandalizada se
en el poder ampliaba así su radio de acción a refugiaba artificialmente en la música culta
medida que estrechaba el círculo, y construía de origen Europeo o se regocijaba con rit-
su propio universo de reconocimiento en mos tropicales como las cumbías de Lucho
modelos económicos, arquitectónicos y Bermúdez o los porros de Bulos Caracas. Claro
estéticos procedentes de las metrópolis gringas que, algunas veces, a la oligarquía también se
o europeas. le sale e! negro, como cuando llevaron a
Celia Cru7, y la Sonora M;i!¡mcera, al t'lub
Desde el pimío de vista de nuestra hipótesis,
Colombia, y después, n MigucliUi Vaklós,
la mfísica jugó aquí un papel crucial como
Mr. Bitbalú, promediando la década del 50.
marea distintiva en el plano de las rcpre-
senl aciones colectivas de los sectores en con- Si afirmamos que la música Afrocubana
flicto. (precursora de la salsa), predominó sobre las
otras, es porque ella se asoció una práctica so-
Las masas populares que no tenían acceso a
cial específica que como el baile estuvo ausente
la producción musical (exceptuando aquellos
en los demás géneros musicales, cultos o
"creadores" de! folclor en la ciudad, inmigran-
populares. En oirás palabras, quiero decir que
tes, paisas nativos de bambuco y carriel,
ni la ranchera, ni el baile, ni la música colom-
tolimenses de guitarra y tiple o negros üe cur-
biana, ni el folclor negro de nuestras costas, ni
rulao y tambor), adoptarían eclécticamente los
el folclor andino y ni siguiera el tango, con todo
géneros musicales nfisiónales o extranjeros que
lo que llegó a gustar en Cali, fueron recep-
la industria cultural difundía a través de la radio, cionados o consumidos colectivamente, a través
el disco y el cine.
del baile. Sólo la guaracha, el son, el boleto, el
Los géneros de la música popular guaguancó, la rumba, el mambo y el chachachá
Latinoamericana, prevalecieron en la for- llegaron a predominar en el ambiente citadino
mación de una conciencia para el consumo y como un onjeto que no sólo era para oirlo sino
en la configuración de una memoria musical para gozarlo poniendo en movimiento un cuer-
afincada como representación de lo estético en po que antes y después de la fiesta, era dis-
los estratos pobres. El tango, el bolero, la ciplinado por la producción, es decir, domes-

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BOLETÍN SOCIOECONÓMICO N"19 ABRIL DE 1989

ticado para el trabajo en el proceso in- su desarrollo y se ha contado su historia. Desde


dustrializador. Los demás géneros quedarían el centro, es decir, desde el poder, se han resal-
sujetos a una recepción pasiva en la que sólo tado los héroes, los personajes, sus hazañas y
participaba el corazón. El gesto erótico, el acer- se han ignorado otros protagonistas y otros
camiento y el recnciicnlro de los cuerpos procesos asenlados en la periferia, ésa que
quedaría corno palrinmnio exclusivo de los pretendemos reivindicar aquí musicalmente.
géneros afrocubanos, adoptados como suyos Esta mirada centralista -o sea, vc'r la ciudad
por un pueblo que no tos producía. Un desde su centro, en tanto lugar del poder visto
patrimonio sonoro y danzante que sería indis- por sí mismo- se ha expresado en las reflexiones
pensable para activar en las nuevas urbanísticas oficiales, en las informaciones-
generaciones el fenómeno de la salsa mensaje de los medios de comunicación y en
después de los años 60. una imagen exacerbada de la ciudad,
legitimadora de un orden simbólico desde el
Y así, mientras los trabajadores se cual también se ejerce la dominación. Por eso,
apropiaban de la rumba Cubana y desplegaban la confrontación con una mirada alternativa de
la organización y la lucha sindical en varios sec- la ciudad se hace indispensable en los actuales
(orcs tic la producción, la oligarquía industrial momentos. Esla oirá visión se erige, paulatina^-
terrateniente por su parle, se ideaba -al finalizar mcnlc, desde la dinámica de los conflictos y,
la decada del 50- la realización de una fiesta desde la investigación cien tilica desarrollada en
que tendría como título el nombre del produc- la Universidad del Valle en los últimos 20 años,
to más rentable para ellos: "La Feria de la Caña sobre nuestra realidad social. Y aunque cir-
de Azúcar". Hasta ella se trasladarían las cunscrita todavía a los ámbitos académicos o
diferencias sociocullurales de los nuevos sec-
délos especialistas, proporciona los fundamen-
tores, que para la década en mención, eran tos críticos para una interpretación capaz de
ya sectores en conflicto. confrontar en otro nivel, la racionalidad y la
Tercera Hipótesis: El Proceso fie Ur- visión impuesta por los sectores dominantes
banización en Cali durante los 450 años de historia de Santiago de
Cali.
Al mismo tiempo que se desarrollaba la in-
ihislruili/.adón cci Cali y el Departamento del Más que en la expansión puramente
Valle cid Cauca, se gestó uri proceso de ur- geográfica, la hipótesis sobre urbanización se
b.tm/;iciún acelerada que en medio siglo trans- concentra en los procesos hislórico-sociales
formó radicalmente esta capital hasta ser la que provocan el crecimiento urbano, llamando
segunda ciudad con mayor lasa de crecimiento la atención sobre las formas de poblamienlo
en Sur América después de Sao Paulo. En 50 y los modos de ocupación del sucio en diferen-
años, Cali, creció transformándose como no lo tes períodos; en las estructuras de propiedad y
había hecho nunca antes en cuatro siglos de his- los usos que del espacio hacen sus habitan-
toria. tes. En últimas, nos preguntamos por las
r37.011 es estructurales que hacen posible el des-
La historiografía burguesa, oficial lia con- bordamiento continuo de lodos los límites y el
struido y legitimado una mirada de la ciudad y surgimiento de la marginalidad, para ex-
de su historia, como expresión al fín de una tender desde allí, desde las orillas y no desde
visión de clase que desde la fundación el centro, otra mirada de la ciudad que
misma, hace 450 años, se instauró en el Centro habitamos y de la ciudad que nos habita.
de la ciudad e impuso los patrones de
segregación en la apropiación del espacio. A través de esta hipótesis hemos allegado las
En efecto, el centro de Cali, al igual que el siguientes conclusiones:
de la mayoría de las ciudades
a) El proceso de urbanización, así como el
Latinoamericanas, fue desde sus albores un desarrollo industrial activado con la inversión
privilegio para quienes ostentaban el poder
de capital extranjero después de los años 30,
polílico, económico, social y religioso. Y desde son procesos sincrónicos en la historia contení-
el centro se dirigió la ciudad, se lia c.onlnilado

148
LA SALSA EN CAÍ,I: CULTURA URBANA

poruñea de la ciudad. Ambos lienen lugar en d) Es en estos barrios populares donde se


el marco de una economía dependiente y concentra con más fuerza la recepción de la
bajo el dominio polflico y económico del país música afrocubana de vieja guardia, a partir de
por parle de los Estados Unidos. Cali será una los años 40. El son, el danzón, el bolero, el
dinjnd moderna bajo el influjo del nuevo im- manido, la guaracha y el chachachá invaden la
perio, así como Tupaya1 n o Cartagena lo habían ciudad jimio al tango, el pasodoble, la ranchera
sido bajo el predominio tic el imperio colonial y los géneros andinos y costeños de la música
español. nacional, que penetran a través del disco, la
radio y el cine, y muchas veces con la presen-
b) El proceso de urbanización iniciado en cia en vivo y en directo de las estrellas inter-
los años 20, e intensificado en Ui década nacionales, en los radioteatros de las
siguiente, se acelera después de la segunda emisoras.El "Star System"
guerra mundial, particularmente después de Hispanoamericano llega hasta Cali cuando la
1948 cuando es asesinado el líder popular y ciudad vive ya en la etapa de desarrollo in-
dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán, y se dustrial y ha iniciado el proceso de ur-
radicaliza la violencia política de los ter- banización.
ratenientes contra pequeños y medianos cam-
pesinos del Suroccidenle Colombiano. Cali sciá Concluye esta hipótesis reconstruyendo un
epicentro receptor de corrientes migratorias mapa de los barrios, con los quioscos, clubes y
(una de ellas de población negra) y sus bailaderos que fueron famosos como sede de
tradiciones culturales. la recreación y la líidica popular. Sitios fun-
dados por la misma gente (al mismo ritmo que
c) Veamos algunos datos demográficos: fundaba el barrio) para la recepción activa
Entre 1940 y 1965 se salta de 100 mil habitan- de la música alVocubana de vieja guardia.
tes a 650 mil. Es decir que en 25 años habían Los festivales bailables realizados en ellos se
aparecido 550 mil nuevos pobladores en la convirtieron en el principa! mecanismo para
ciudad. Del total de habitantes, un poco menos recolectar fondos con que construir una capil-
de la milad (el 45%) había nacido en ella. El la, una escuela, un andén, o mejorar el bar-
proceso era análogo en toda Colombia rio. La música Afrocubana y la salsa, ésta última
donde en los mismos 25 años se invirtió el orden a partir de los años 60, desempeñaron un papel
de población, saltando de un país rural a un determinante al aglutinar la energía colectiva
país urbano. En 19.18 el 70% de la población para el servicio del bienestar común en el bar-
vivía en el campo, fin l%4 era apenas el 48%. rio popular de la joven ciudad.
El 52% restante vivía en las ciudades. Atraídos,
unas veces por el espejismo del desarrollo y la La música que había nacido en los barrios
modernización, y en otras a causa de la expul- de las ciudades cubanas o Puertoriqueñas y
sión violenta del campo, Cali se convirtió hacia después en el barrio latino de Nueva York,
1950 en una ciudad de refugiados. Entre la im- se afincaba ahora en los barrios de Cali que
agen de ciudad seductora y de ciudad surgían en medio de una intensa lucha desar-
refugio, se fue construyendo una nueva urbe. rollada por las masas pobres en busca de un
lugar donde ubicarse. La industria cultural se
SÍ en 1940 Cali tenía un poco más de 100 mil encargaría de mediar la relación entre el objeto
habitantes y hacia 1975 completó el millón, cslo melodioso, mercancía cultural, y esle nuevo
significa que en 35 años, casi 900 mil per- público que emergía al calor de los procesos de
sonas poblaron la ciudad. Durante el mismo industrialización y urbanización desarrol-
períodose fundaron 100 nuevos barrí os, de ellos lados entre 1940 y 1970.
el 90% fueron fundados por los sectores
populares que terminaron construyendo una Cuarta Hipótesis: El Papel de los Medios
nueva ciudad sobre la aldea tradicional. Cali se de Comunicación y i¡> Industria Cultural
convirtió así en la segunda ciudad con mayor En ésta como en las demás hipótesis, el
tasa de crecimiento poblacional en Suramérica.
análisis se concentra en dos periodos fun-
damentales: "La vieja Guardia" (1930-1960)

149
AD1ÍIL DE 1989

y "La Salsa" (1960-1987). En el primero se plan- de urbanizadón gestados con el siglo XX. En
tean "las claves" para una historia de la radio gran medida dicho folclor tenía un pasado
local y los modos como se difunde la música religioso, pero ahora, profanado en el barrio y
popular latinoamericana ti partir de 1930 cuan- usurpado por la industria cultural se transfor-
do se inicia la radiodifusión en Colombia y maba cu su forma y su función. Con las nuevas
pendra la industria discogriífica. La presión de tecnologías (el cine, el disco y la radio) se lan-
un mercado por hacerse (ransnacíonal y el zará al continente lodo, e incluso a la conquis-
desarrollo de IÍIK cadenas radiales formadas ta del viejo inundo. La explotación comercial
bajo los intereses del c:ipilal industrial, ler- por la induslria cultural hará que el folclor ur-
minan imponiendo el consumo de una nueva bano trascienda los límites del solar o del bar-
mercancía para el espíritu: el disco-can don. rio porteño y sea escuchado en otras latitudes.
Una voz sin rostro invade lodos los espacios Su difusión masiva e indiscriminada creará una
posibles; divulgando masivamente, el disco cata memoria musical que hoy sobrevive a través de
en el ambiente familiar y empieza por desplazar varias generaciones. Todos los ritmos del nuevo
los grupos de artistas que antes eran con- cancionero entran y conviven en el país (no
tratados parn amenizar fiestas y celebración bes. pocas veces en conflicto) hacia la misma época:
El disco monta su imperio en victrolas y enlre 1930 y W50. El tango, la milonga, el cor-
gramófonos; en las estaciones locales y en las rido, la ranchera, el jazz, el fox trol, el charles-
potentes emisoras Cubanas de onda corta ton, la rumba, la guaracha, el son, el danzón, el
c¡ue en directo entraban a Cali al promediar el guaguaneó, el bolero, el bambuco, la cumbia,
siglo. En 20 años se impuso un nuevo can- el merengue, la plena, el tamborito, y
cionero de la música popular latinoamericana. después (en la década del 50) el niambo, el
Una parte del repertorio proviene del viejo chachachá, y el rock and roll. Foco a poco
folclor campesino que hasta los albores del siglo los géneros irán decantando su propio público
XX ha representado los estados nacionales de y en la recepción múltiple darán forma a esa
América Latina en su período republicano (El memoria musical que bien representaban los
corrido, La Ranchera, El Son, La Guajira, El Panchos, Jorge Negrete, Gardel, Agustín Lara,
Bambuco...). La otra parle corresponde a un Matamoros o la Sonora Malancera. Entre Iodos
nuevo folclor: un folclor ciudadano que los ritmos, los cubanos se consumían "bailable-
desde Nueva Oríeaiis y Chicago, pasando por mente". El "tirar paso" se definió como un
La Habana y Saniiago hasta Buenos Aires, se modo de sociuli?ación que en Cali tenía sus
irriga en lodo el continente. Nacido en las principales escenarios en la fiesta familiar, en
ciudades -en los bajos mundos- los nuevos la zona de lolcrancia, o en el encuentro en
géneros se promueven masivamente por una in- quioscos, clubes y bailaderos. La recepción
dustria que ve en ellos una mercancía para la bailable, en lanío práctica social, creó una
explotación rentable del ocio. Las décadas del tradición -adhesión por la música Cubana, que
20 y el 30 serán definitivas para su consagración. sería proclive al comportamiento salsero de las
El jazz norteamericano, el tango argentino, el nuevas generaciones: las generaciones
danzón y el son cubano, que no obstante haber posteriores al medio siglo.
nacido en "Monteadentro" siglos ha, se trans- Desde afuera, la industria cultural, a
formaron enriquecidos, en la Habana de los
través de las multinacionales del disco (R.C.A.
años 20. Allí mismo y liada la misma época
emergía el guaguaneó en los solares del pueblo Víctor, Ansonia, Seco, Panarl, Deca) y del cine,
se pelean el mercado latinoamericano; mientras
nuevo y Jesús María, barriadas negras de La
tanto, internamente, en la competencia por
Habana; y en Puerto Rico, ía plena, parecida
ganar más público, las cadenas radíales mon-
al guaguaneó pero originada en la ciudad de
tan su industria del espectáculo. La cadena Ar-
Ponce, desde comienzos del siglo. gentina Kresto con filiales en Colombia, la
Ahora bien, este cancionero cadena Bayer azul (Alemana) y después la
Afrolalinoamericaribeño, comprende el folclor R.C.N. (Colombiana) presentaban a las gran-
nacido en las ciudades al ritmo de los procesos des estrellas de la canción, en teatros y

150
LA SALSA EN CALI: CULTiJIíA URBANA

radío!cairos donde concurría la muchedumbre {sobretodo el Mexicano) y el fútbol (recuérdese


para presenciar en vivo y en direclo a un can- la época del "dorado" en e) fútbol colombiano)
lanlc al que solo conocían de nido, o acaso serían, con toda su importune i a, los principales
haliían vLslo en IHIÍI película. Todos ellos distractores de las t misas, cuando estas
pasaron por Cali, ;i excepción de uno que murió padecían con más rigor el atropello tle la violen-
citando venía en camino y dejó esperando a su cia polílica en Colombia.
político a la cnlruda del [cairo. Hablamos de Si escudriñamos este pas;u)u rccienlc, es
(¡iirdcl, muerto cu 1'Wi. I-"-1* demás llegaron p;ira señal ¡ir los antecede ules inmediatos del
y triunfaron: I.ilK'il.id Lamarque, Alfredo de fi'.nóniL-iio salsa, cuya iucr/ü achia! en ki ciudail
Angelis, ('liarlo, Aiidii/s Talcas, Armando no seria posible, cutre otras «isas, sin elai'iaijj.0
Moreno... Rafael Hernández, Boby Capó, que la música cubana tuvo en Santiago de Cali
Daniel Sanios, La Sonora Matancera, Bien- durante el período de la vieja guardia. Pero,
venido Granda, Celia Cruz, Miguelito Val- ¿por qué se afincó la música cubana en Cali,
dez, Pérez Prado, Xavier Cugat, Juan Arvizu, siendo que los artistas que la representan
Toña La Negra, Tony Aguilar, José Mojica,
pasaban por las principales ciudades y el disco
Pedro Vargas, Los Panchos, Olimpo llegaba a todas ellas en igualdad de condiciones,
Cárdenas... Muchos de ellos volverían con lo mismo que las películíis o las orquestas?
frecuencia a la ciudad y quedarían consagrados ¿Qué circu nlancias especia leu hicieron que esta
como símbolo de una generación. Entre
música se enraizara enl re las masas ciudadanas
ellos, los más importantes fueron "El Jefe" aún a sabiendas que su recepción bailable fue,
Daniel Sanios y la Sonora Matancera que
dejaron en Calí su propia cofradía. Con la tal vez, compartida en muchas partes? A mi
juicio hay dos factores en relación con la música
presencia física tle Jos artistas se cerraba el
y la radio que incidieron para que la canción
circuílo en la creación de nuevos ídolos. En afrocubana (en sus diferentes géneros)
el disco, ese nuevo objeto de consumo, material
y simbólico, real e imaginario. En la radio, esa colonizara a Cali y fuera apropiada por los
voz amiga que enlra a ser parle del entorno estratos pobres formados en las cambiantes
condiciones socio económicas; ellos fueron: A)
familiar; en el bailadero donde el ocio se trans-
forma en rumba; y ahora, en tealros y La Iclra y la música de las canciones y B) el
radioteatros hasta donde llegan los artistas hecho de que no existiera en Cali una música
patrocinados por la industria que busca unificar autóctona que sirviera como dique de conten-
un mercado nacional y por compañías exlran- ción para frenar la invasión que la industria
jeras que también sacan partido. transnacional del disco estaba desarrollando.
Estos dos factores fueron determinantes para
Ahora bien; toda esta historia ocurre en las que se produjera el efecto de reconocimiento
décadas del 40 y el 50, en esa coyuntura de e identificación, como condición necesaria para
desarrollo industrial, de migraciones, de la posterior adopción de la música afrocubana
prolelarización-lurnpenÍ7ación de vastas capas, y su heredera la salsa. Una apropiación que se
de fundación de barrios populares, de in- dio en doble vía: Porque la música se metió en
timidación por ia violencia política, de el corazón de los nuevos ciudadanos, y éslos
represión y censura oficial; es en ese contex- a su vez se adueñaron de su encanio,
to global cuando nos invade la música
A. Con Respecto n la Letra
cubana de vieja guardia, parte vital del can-
cionero Afrolalinoamericaribeño que hemos La música cubana esíá llena de referen-
descrito anteriormenle. Y mientras cam- cias a la caña, el azúcar, el trapiche y la molien-
peaba "la violencia", el radioteatro vivía su da; nos habla de negros, de la zafra, del ingenio,
época de oro. A falta de pan, más circo. Y de plantaciones, sol y calor, instrumentos y com-
mientras el circo funcionaba, el fascismo criol- idas. Este universo evocado es uno de sus Leit-
lo de los que se repartían el poder adelan- Moliv fundamenl ales; y a través de el involucró
taba su estrategia de persecución y muerte. En los referentes directos que remitían a una
esla coyuntura, el radioteatro, como el cine realidad inmediata vivida por el proletariado

151
BOLETÍN SOCIOECONÓMICO N°19 ABRIL DE 1989

agrícola forjado a lo largo del Valle, una ve?, al entrar U salsa en los años 60, se con-
que la agroindustria azucarera se definió como tinuara por la misma senda de la apropiación
esencial para el desuno económico de este de una sonoridad cuyos antecedentes lejanos e
deparlamento. Bajo las nuevas condiciones inmediatos estaban en el Son, el danzón, la
socio-económicas, el contenido verbal canalizó guaracha y el guaguancó, que dominaron las
la identificación de sectores poblacionales décadas del 40 y el 50.
semirurales y urbanos (preferencialmcnte
negros y mulatos) que reconocieron como suyas Este predominio creó en una generación de
las circunstancias aludidas en las canciones. los jóvenes de entonces, una base subjetiva in-
dispensable para que sus hijos se adhirieran
Esta feliz coincidencia en cuanto a las con- a la salsa 20 años después, lo cual fue posible
diciones geográficas y socio-e cono ni i cas en en el escenario familiar, principal espacio de
ciertos aspectos, propició el reconocimiento recepción de la radío y de la música.
básico para que se fucm dando paulatinamente
la subsiguiente adhesión-adopcíón- En efecto, en la familia, el liogar y la casa
apropiación de la música, por capas sociales de materna, aprendimos a conocer la radio, a oiría
con fruición o rechazo, pero también por ser el
clara estirpe popular.
primer espacio de reproducción cultural, en la
B. Cali una Ciudad sin Música Propia familia los padres trasmitieron a sus hijos volun-
tariamente o no, un gusto estético musical que
Si a lo anterior agregamos el hecho de abarcó también el consumo de otros universos
que Cali y el Valle -a diferencias de otras imaginarios como el melodrama (la
regiones- no ha tenido música propia, en- radionovela, el cine) y el humor.
contramos un marco adecuado para facilitar la
apropiación en doble vía: de la música hacia un En fin, de este primer periodo ("la Vieja
publico y de éste por la música. Guardia") podemos concluir que la industria
cultural así como la relación disco-radio-com-
SÍ bien es cierto que Cali está rodeada por unicación masiva y su recepción en un contex-
un rico caudal folclorico de diversa proceden- to cultural específico, construyeron una audien-
cia corno el del litoral Pacífico y el de la región cia y un modo de oir, una educación del
Andina, lambían es cierto que no hemos tenido oído, como una de las condiciones necesarias
una música vernácula, surgida en ritmo y para la posterior adhesión-apropiación de la
lelra de nuestras entrañas. Podemos verificar- salsa por parte de sectores populares urbanos.
lo si nos comparamos con otras regiones colom- Pero esta incidencia se configuró más como una
bianas y sus respectivas vertientes musicales. actividad de consumo que como una práctica
Cali ha sido más bien abierta y receptiva a productiva con respecto a la música. Si bien
todas las influencias, que sede y cuna de un podemos hablar de la riqueza dancíslica, de la
género propio, como sí lo fueron otras ciudades creatividad en el uso del cuerpo y del gusto por
en América Latina: La Habana, Santiago, el baile, por parte de los estratos sociales
Ponce ó Buenos Aires. "beneficiados", no podemos decir lo mismo de
la producción musical en la que Cali ha sido su-
Esta circunstancia determinó una cierta vul- perada por otras ciudades del continente, y en
nerabilidad para que entraran más fácil- el país, por oirás regiones de Colombia como
mente a Cali los rílmos de América Latina; y los Llanos Orientales, La Costa Atlántica, La
entre ellos, el Cubano, que terminó por im- Costa Pacífica o la Región Andina, que crearon
ponerse sobre los demás. No hubo en su propio folclor, en un repertorio
nuestro medio una música fuertemente ar- melodioso, expresión de identidades locales
raigada que aglutinara a la comunidad de históricamente determinadas.
manera homogénea para resistir el embale del
mercado del disco y la industria cultural, que Tal ve?, por su carácter de ciudad adoles-
tenía en la radio y el cine sus mayores inter- cente, con una identidad por construir, en Cali
mediarios y divulgadores. Este hecho se con- no se ha decantado aun la síntesis que condense
stituyó en una condición fundamental para que las mejores influencias. A pesar de haber en la

152
LA SALSA EN CALI: CULTURA URBANA

actualidad unos 35 grupos dedicados cado (cjue lo había) como a la toma de concien-
profesión alíñente a la producción salsera, cia y el reconocimiento de públicos diferen-
esta sigue, en lo fundamental, el modelo del ciados en la ciudad. Si hasta entonces la música
nuevo sonido gestado en Nueva York y Puerto popular se había radiado indiscriminadamente,
Rico, íi partir de los años 60, sin (|iic haya a parlir de ahora se programaba identifican-
mn dura do hacia la elaboración de un género do audiencias particulares y cni re ellos la nueva
propio. generación formada enteramente en ta ciudad,
que sería la primera heredera de la salsa.
Segundo Período: la Salsa después de los 60
En la década del 7(1 se incrementa la recep-
Para c.sla duenda la ¡JM.lii.sl ría culiliral cucu- ción y el consumo del gídi/ro gracias a la ¡ic-
lii y:t con Un mcrc:tdo fijo ((lie dclx: picscr- l¡vación de mi comercio que lo impulsa. Ello se
var. Las oleadas migralorias del Caribe a Nueva debe a la emergencia de una fuerza social,"los
York después de concluida la segunda guer- nuevos ricos", que aparecen en la escena invir-
ra mundial, harán crecer el barrio latino, donde tiendo en la salsa y negocios a su alrededor: dis-
germinará una nueva expresión: La salsa. En cotecas, clubes, cáselas, aumento en la con-
ella se recogen todas las manifestaciones musi- tratación de orquestas internacionales, apoyo a
cales del Caribe Urbano. Cuba sigue siendo el grupos locales y promoción directa a través de
principal punto de referencia pero no el único. la radio. En efecto, el auge es tal, que al
El bloqueo a la revolución cerró el paso a la promediar los anos 70 cada una de las I res
proyección melodiosa de la isla y permitió la cadenas radiales más importantes del país
reedición del viejo repertorio cubano con ar- (C ara col- R.C.N. -Todelar) ha destinado una
reglos novedosos. Mientras lanío, a su lado ger- emisora para radiar exclusivamente música
minaban otras manifestaciones (muchas de salsa en la ciudad. Después habrá una
ellas experimentales y pasajeras como el saturación y un receso en el medio, cuando
"bugalú") que conformarían la salsa. se empieza a descubrir la coneíón íntima entre
En la segunda parte de esta cuarta hipótesis, la promoción musical y el negocio de los "emer-
se anali/.a el desarrollo de la programación sal- gentes". Conexión que será fortalecida a to
sera en la radio local alo largo de 20 años (1965- largo de los 81) cuando los nuevos ricos se toman
1986). Se describe, el patrocinio comercial de definitiva me ni e al país y la salsa a la ciudad.
discotecas, griles y vendedores de discos, así Entonces "la salsa se viste de caché", permea
como se analiza el papel cumplido por los las clases altas y entra incluso en otras ciudades
locutores y su discurso, en lanío mediaciones del país como Bogotá y Medellín, mar-
que consolidaron un vínculo estrecho enlre un ginadas hasta entonces del movimiento salsero.
público-masa de la ciudad y la radio que A partir de un análisis de las mediaciones
tuvo en la salsa el producto ideal para legitimar existentes entre el producto artístico y su
una identificación rentable, para reciclar un público, la hipótesis concluye en una visión
modo de hablar urbano y contemporáneo y para crítica del papel cumplido por la radio y las
reforzar el consumo de la mercancía culi u ral y empresas disqueras a lo largo de este segundo
sus valores. período. Finalmente se analiza el papel secun-
La investigación nos permitió descubrir que dario cumplido por la televisión en la década
en los años 60-62 se produce una reestruc- del 80 cuando el género accede a este medio
turación en la programación de algunas cadenas masivo y empieza a peulcr el estigma de origen
radiales de la ciudad. Radio El Sol, una potente negro y de barrio bajo y se coliza como signo
emisora de Todelar, líder a un cambio en el que de estatus en determinados círculos sociales.
la música dejaba de programarse en bloques y De este modo se anuncia la reapropiación que
empezaba a diferenciarse no sólo por su forma las clases dominantes hacen de ella para
o contenido, sino por su destinatario, por el legitimar una hegemonía, que debilita por con-
público al que iba dirigida. La readecuación tradicciones de fondo, necesita oigenarse
(que incluía discoteca nueva en radio El Sol) apoyándose en los valores de las culturas
no respondía lanío a las presiones de un mer- populares. Es entonces cuando la salsa deja de

153
DOLE riN SOCIOECONÓMICO NB19 ABRIL DE 1989

ser lema exclusivo de las publicaciones de determinados. Se trata de debatir el concep-


farándula y se convierte en objeto cultural, to d& competencia, en el sentido que tiene para
motivo de reflexión que llega hasta los la lingüística y l¡i socioÜnguíslica, ésto es, la
suplementos [¡(erarios de los principales competencia como capacidad productiva, sis-
periódicos colombianos. tema de reglas que faculta al sujeto para un
saber hacer creativo. En este caso queremos
A (nives de las hipótesis enunciadas, l;i in- postular una hipótesis sobre la existencia de
vestigación rescinde ton dllcrenles argumen- ciHitpctentítm ¡Him el consumo y Iti recepción, vs
tos a fu prcgimta central que l:i origina. Pero decir, la existencia de saberes construidos no
('.cómo se construyen las hipótesis y ¡i partir Je para la producción, sino para la icccpdón y el
que elementos conceptuales se desarrollan? consumo de bienes culturales. Esto implica por
Esta pregunta nos sitúa ya en un terreno supuesto otro desplazamiento metodológico,
metodológico. Y hablar de él nos remile a las pues ya no se trata de pensar en «na capacidad
condiciones de producción de! saber. No me -sistema de reglas, para producir, sino para per-
extenderé en este punto; sólo quiero señalar cibir, leer, interpretar, descodificar los men-
que toda ta reflexión propuesta eslá apoyada sajes y los objetos, y desde la cual se ejercen las
en el conocimiento y la investigación producida prácticas cultural!» alrededor de ellos. De aquí
en la Universidad del Valle durante los últimos se desprenden varias preguntas: ¿Cuáles son
20 años sobre la realidad social de la ciudad los saberes elaborados por las masas en el
y la región. Las investigaciones en historia, proceso de apropiación y reaprociación del
economía, sociología, antropología, arquitec- capital cultural que producen, reproducen o
tura y en comunicación social, han propor- heredan? Desde ¿qué lugares sociales se utiliza
cionado e! fundamento teórico para armar esta el capital cultural de una sociedad? ¿Cómo
visión de la ciudad contemporánea y para pen- se apropian de él las clases sociales, el
sar en ella la formación en proceso de una cul- poder, sectores de clases O segmentos de
tura urbana y popular que hoy tiene en la música población? ¿Cuales son las implicaciones
salsa su principal expresión, pero que requiere simbólicas y sociales (políticas e ideológicas)
así mismo encauzarse hacia la producción que están en juego como constitutivos de una
transformadora si quiere sobrevivir como cultura popular y urbana? Ks necesario discutir
algo más que un objeto de consumo. estas prf.gLinKis, ajiimlaiK.lo liada la postulación
Creemos tener razones intuitivas para pensar teórica de modelo de competencia para el con-
en que, a pcsur de todo, el cauce corre en sumo, históricamente producidos y empírica-
esa dirección.
mente describibles. La salsa en Cali con-
Para terminar, quisiera poner en discusión figura un estudio de caso, cuyo proceso no sólo
la existencia de diferentes modelos de com- evidencia esta hipótesis, sino que nos permite
petencia cultural adscritos a sectores sociales formularla.

que se produce la creación musical y


NOTAS dancfsfica que nos identifica; pero también
por la relación a los usos que las clases
populares hacen de ella, es decir los modos
1. Pretende entonces dar cuenta de un como se apropian de una "música extran-
proceso regional inscrito en medio siglo
jera " (al decir de algunos) pero vivida
de historia, en el que un género de la
como suya. Lo masivo, en cuanto a las
música popular (y ñola música "culta") lia mediciones tecnológicas, su coirespoitdcn-
devenido como un símbolo de ¡a vida cia con un mercado de la industria cultural,
citadina; un símbolo que ubicamos entre lo y con las huellas que el capital ha trazado
popular y lo masivo de la cu llura urbana. en Información de ¡a cultura.
Lo popular en tanto lugar social desde el

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