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Desde esta perspectiva, los grupos son pensados como dispositivos sociales d producción subjetiva q al ser
generadores de transformación, producen subjetividad y provocan su despliegue. Los dispositivos, las
estrategias de operación necesitan transformarse p poder dar respuesta a las demandas d los tiempos actuales.
Proponemos partir desde un trabajo de “elucidación critica, pensar el hacer y saber lo q se piensa”.
Un trabajo de elucidación crítica abre la posibilidad de focalizar las áreas d visibilidad sobre los
acontecimientos grupales, posibilitadas x dispositivos grupales implementados, sabiendo q al diseñar una
actividad en función de determinados objetivos quedan zonas de invisibilidad. De esta manera el proceso de
elucidación crítica tendrá como principal horizonte des-esencializar las nociones universalidazas. Este proceso
de pensamiento esta asociado también a la noción de de-construcción de jaques Derriba. Deconstruir significa
desmontar, problematizar la relación inmediata y natural de pensamiento, unido a la verdad y el sentido.
AM. Fernández parte d lo grupal como campo de problemática, atravesado x múltiples inscripciones: deseantes,
históricas, institucionales, políticas, económicas, etc. Lo grupal en un doble movimiento teórico: el trabajo
sobre sus especificidades y su articulación con las múltiples inscripciones q lo atraviesan. Una manera d pensar
lo Uno y lo Múltiple, intentando superar los encierros q la lógica del objeto discreto impone, abriendo la
reflexión hacia formas epistémicos pluralistas, transdisciplinarias.
R. Kaes propone un abordaje psicoanalítico del grupo; centrándose en diferentes modos d articulación entre el
espacio psíquico del grupo, el de los sujetos q lo constituyen, sujetos del inconciente y en sus relaciones como
producción reciproca. De este modo queda habilitada la posibilidad d pensar al sujeto en situación de grupo.
AM. Fernández realiza una remisión histórica d los saberes y practicas grupales desde un sentido genealógico.
Se interesa x el “como se construyen los conocimientos acerca d lo grupal” y no x el “que son los grupos”.
Con el propósito de buscar un orden p la indagación a realizar, señala 3 momentos epistémicos, pensados no un
sentido cronológico sino q expresan ciertas formas características d pensar las legalidades grupales.
1- primer momento epistémico: se organiza a partir de pensar al grupo como un todo. Hace aportes la teoría
de la gestalt: “el todo es mas q la suma d las partes”. El punto de partida se puede situar a partir d la demanda
proveniente d la práctica social empresarial, con localización en los EEUU d los años 20. Lewin explicara la
acción individual a partir d la estructura q se establece entre el sujeto y el ambiente en un momento
determinado. Dicha estructura es un campo dinámico, un sistema d fuerzas en equilibrio; cuando ese equilibrio
de quiebra, se crea tensión en el individuo, y su comportamiento tiene como finalidad su restablecimiento. El
grupo y su ambiente es un campo social dinámico, cuyos principales elementos son los subgrupos, los
miembros, los canales d comunicación, las barreras. Modificando un elemento se puede modificar la estructura.
En 1930 y 1940 se exigen nuevas formas de intervención, se inventa una nueva tecnología: el Dispositivo
Grupal, y un nuevo técnico: el Coordinador de los Grupos. El grupo es más q la suma d las partes: existe un plus
grupal. Surge el interés x teorizar ese plus grupal. Además resulta necesario crear espacios tácitos con los q se
intentara dar respuesta a múltiples problemas q se despliegan con le avance d la modernidad.
2- Segundo momento epistémico: se centra en la búsqueda d los organizadores grupales. El psicoanálisis hace
sus aportes. La polémica se centra en dilucidar si los grupos constituyen un campo de aplicación del saber y la
técnica psicoanalítica, o si exigirán la elaboración d instrumentos teóricos y técnicos específicos. Bion realizo
una primera experiencia con grupos como psiquiatra militar ingles durante la segunda guerra mundial.
Encargado d un hospital d 400 hombres donde era imposible realizar abordajes psicoterapéuticos individuales.
Tenia como objetivo obligar a esta colectividad a tomar conciencia d sus dificultades, a constituir un grupo.
Enunció q el comportamiento d un grupo se efectúa en 2 niveles: el d la tarea común y el d las emociones
comunes. El primer nivel es racional y conciente. El segundo es la circulación emocional y d la fantasmatica
inconciente entre ellos. Destaco q los individuos reunidos en un grupo se combinan en forma instantánea e
involuntaria p actuar según unos estados afectivos q denomino “supuestos básicos”, estos estados son p Bion
arcaicos y pregenitales. Todos ellos son producciones grupales q tienden a evitar las frustraciones inherentes al
aprendizaje x experiencia, en tanto esto implica esfuerzo dolor, contacto con la realidad. Describe 3 d ellos:
“supuesto básico de dependencia, de ataques y fuga y de apareamiento”
3- Tercer momento epistémico: abordaje d ciertas realidades disciplinarias sin caer en reduccionismos
(sociologismo, psicologismo, psicoanalismo). Se plantea la necesidad d abrir el pensamiento de lo grupal hacia
lógicas pluralistas q legitiman epistemologicamente atravesamientos disciplinarios. Hay una necesidad de
abordajes transdisciplinarios p la teorización de lo grupal. Un criterio transdisciplinario supone un trabajo de
elucidación crítica sobre los cuerpos teóricos involucrados. X lo tanto los cuerpos teóricos funcionan como
“cajas de herramientas”, aportan instrumentos y no sistemas conceptuales.
Se propone pensar los grupos como campo de problemáticas, como nudos teóricos aludiendo al des-
disciplinamiento disciplinario.
Kaes considera q el interés x los grupos esta vinculado al debilitamiento d los garantes metasociales y
metapsíquicos, produciéndose una alteración en sus funciones de encuadramiento, de creencias compartidas y d
representaciones comunes. Al resquebrajarse estos garantes, quedan afectadas las posibilidades d organizarse
como conjunto social, emergiendo arbitrariedad y anomia.
Frente a estos malestares y dificultades los dispositivos grupales resultan privilegiados p restaurar las funciones
metapsiquicas sobre las q reposan los apuntalamientos, la eficacia de las prohibiciones estructurantes, los
referentes identificatorios, las creencias y representaciones compartidas.
Pensando al grupo como entidad psíquica específica, propone diferentes modelos:
- Realiza un recorrido x las concepciones funcionalistas centradas en dar cuenta d las funciones llevadas a
cabo x el grupo y los procesos q las sostienen. Consideran al grupo como un sistema funcional de relaciones d
interdependencia reciproca. Se trabaja buscando conservar el equilibrio, se toman las tensiones y los cambios en
tanto sean posibilitadotes del proceso del grupo. Los disfuncionamientos tratan d eliminarse. Esta orientación se
interroga sobre como y en q condiciones funciona un grupo, y sobre cuales son las funciones necearías en un
grupo p rendir dentro d su organización. Destaca algunas funciones a tener en cuenta: la del conductor como
líder, las funciones del ideal, el narcisismo de las pequeñas diferencias, las funciones de creencia, la ilusión
grupal, etc.
- Los modelos estructuralistas ponen su mirada sobre los principios estables constituyentes d su organización
permanente y en este contexto las relaciones entre sus miembros. Exponentes: gestalt-theorie q describen al
grupo como totalidad y como campo.
- Los modelos genéticos dan cuenta del grupo desde su devenir partiendo de un momento inicial hasta su
terminación. Devuelve la perspectiva d la historizacion al grupo al describir procesos con progresivos y
regresiones. Resultan nociones centrales d este modelo la d organizadores del proceso grupal y la d regresión
(movilización en el grupo d angustias arcaicas, fragmentación, perdida d limites, contagio d emociones y las
defensas compartidas frente a estas).
- Los modelos d transformación ponen el acento en los vínculos entre los sujetos, d cada uno con el grupo y
su historia. Estos modelos plantea la reciprocidad entre el conjunto y cada uno d los sujetos d ese conjunto,
implicados recíprocamente, no existiendo el uno sin el otro.
EL CAMPO GRUPAL. NOTAS PARA UNA GENEOLOGIA. ANA MARIA FERNANDEZ. 6052
INTRODUCCIÓN
El primer momento epistémico: se organiza a partir de pensar al grupo como un todo. La influencia de la teoría
de la gestalt hio posible afirmar q en un grupo, el todo es mas q la suma de las partes. Hay allí una primera
intuición, aquella q otorga a los pequeños colectivos un plus irreductible a la suma de sus integrantes.
Es en la indagación de tal plus q se delimitan los primeros recortes disciplinarios. Entre ellos se destaca, la
Dinámica de los Grupos.
Entre 1930 y 1940 se instituyeron ciertos criterios en virtud de los cuales comenzó a pensarse en artificios
grupales para abordar algunos conflictos q acontecían en las relaciones sociales. Cobran visibilidad conflictos
humanos en la producción eco, la salud, educación, familia y las instancias organizativas de la sociedad pasan a
considerarlos como parte de los problemas que deben resolver. Pareciera suponerse q tales conflictos no pueden
ser abordados mediante los recursos existentes, exigen nuevas formas de intervención y especialistas adecuados
a tales fines.
Desde diferentes puntos se inventa una nueva tecnología: el Dispositivo Grupal y un nuevo técnico: el
coordinador de grupos. Se multiplican los diagramas técnicos y los campos de aplicación. A su vez, muy
disímiles serán las teorizaciones q intentaran dar cuenta de aquello q acontece en los dispositivos grupales
instituidos.
Estos movimientos se sostuvieron desde una convicción: el grupo, en tanto todo, es mas q las sumas de las
partes. Tal plus grupal hace de los grupos, a partir de allí, espacios tácticos con los q se intentara dar resp a
múltiples problemas q el avance de la modernidad despliega.
Desde entonces, teorizar el plus grupal ha sido una preocupación constante de las diferentes corrientes
grupalistas. Todas enfrentan una misma dificultad: el plus grupal es fácil de poner en evidencia, pero se vuelve
sumamente difícil de producir enunciados teóricos q den cuenta de él y del orden de legalidades q lo sostienen.
B. Líneas de significación.
Pareciera ser q una d las primeras acepciones del termino groppo, antes d llegar a ser reunión d personas era
nudo. Este a su vez derivaría del germano Kruppa = masa redondeada.
Están presentes, entonces, en el vocablo 2 líneas q frecuentemente se encuentran en la reflexión sobre lo grupal,
o 2 líneas q insisten en dicha reflexión. X una parte, la línea d insistencia Nudo; nudo remite al grado d cohesión
necesaria e/ los miembros del grupo. ¿q anudamientos-desnudamientos se organizan dentro d un conjunto
reducido d personas?.
X otra, la masa redondeada parecería portar, implícitamente, la idea de círculo, en el sentido de reunión de
personas: agrupaciones d oficios, comerciales, clubes, políticos, etc.
Aun en la actualidad generalmente se elige la distribución circular en el trabajo con grupos. Implica una
particular estructuración d los intercambios e/ los integrantes. Sentarse en circulo horizontaliza o democratiza la
relación e/ los miembros. En realidad, el mero sentarse en circulo no determina igualdades jerarquicas ni atenua
los juegos d poder en el mismo.
C. Referentes etimológicos
El groppo aparece con el Renacimiento, momento d profundas transformaciones, políticas, económicas,
familiares; momento d giros epistémicos y de modificaciones d las weltanschauungen. Es en el complejo
tránsito d las servidumbres con Dios, el señor, y la fe hacia las autonomías, las ciencias, las artes no religiosas y
el libre mercado donde se van creando las prefiguraciones del individuum. El groppo se autonomiza al separarse
del edificio asentándose en los atrios y en las plazas.
La preocupación x la noción de individuo comparte el escenario de surgimiento de las ciencias humanas.
La temática de la individualidad o de la identidad personal, comienza a desarrollarse con el advenimiento de la
sociedad industrial, al mismo tiempo q lo privado y lo público reestructuran tanto sus territorios como sus
significaciones, y se organiza un cambio radical en las prioridades de la vida, apareciendo en primer plano el
libre albedrío y la felicidad personal.
Paulatinamente se van delineando las áreas del saber q conformarán las ciencias humanas o humanidades y las
antropologías filosóficas. El Hombre, él mismo, se tomará como objeto privilegiado d reflexión en estos campos
d saberes; los tiempos d las taxonomías serán reemplazados -Descartes mediante- x la pregunta x el ser d lo
humano. La temática d la subjetividad adviene así al escenario filosófico-científico de la época.
La “grupalización” d la vida familiar al restringir la familia extensa (nuclearizándola) implicará algo más q una
reducción d personas. Sostiene un cambio significativo -estructural podría decirse- en los anudamientos
subjetivos de sus miembros.
El vocablo grupo, en su acepción actual, se produce en aquel momento histórico q vuelve “necesaria” tal
palabra p la producción d representaciones del mundo social. Su nominación vuelve visible una forma d
sociabilidad (los pequeños colectivos humanos) q con la modernidad cobra la suficiente relevancia en las
prácticas sociales, como p generar una palabra especifica. La aparición d este vocablo se inscribe en el complejo
proceso d transformaciones tanto d las formas de sociabilidad, d las prácticas sociales y de las subjetividades,
como de nuevas figuraciones q los actores sociales darán a las “representaciones” q construyen del mundo en q
viven.
Las transformaciones socio-históricas q dan origen a la constitución de la subjetividad moderna son parte de los
procesos de gestión de los pequeños agrupamientos, entre ellos la nuclearización de la familia.
B. Espacios
La preocupación x pensar las relaciones y diferencias e/ individuos y sociedades es una característica fundante
en las ciencias humanas, las filosofías y las ciencias y prácticas políticas de la Modernidad. En este sentido, se
señalan 2 espacios dond estas consideraciones se han desplegado.
1. Espacio científico-académico
Los primeros intentos p comprender, en el campo d la psicología, la problemática grupal, se organizaron en un
traslado mecánico d conceptos d la psicología "individual" d la época; en reacción a esta forma d abordaje d
corte "individualista" se ubicaron las tesis sustentadas x McDougall, Durkheim, etc., q se refirieron al grupo
enunciando una mentalidad grupal. Esta polémica se desarrolla en el cruce d un debate e/ 2 posiciones
doctrinarias encontradas, la tesis individualista y la tesis d la mentalidad d grupo; da cuenta, d alguna manera, d
la dificultad d poder comprender la articulación del funcionamiento d las fuerzas sociales con los actos d los
individuos.
- tesis individualista: los individuos constituyen la única realidad y tiende a negar realidad a los grupos, en tanto
sostiene q los procesos psicológicos ocurren tan solo en los individuos, y estos constituyen las únicas unidades
accesibles a la observación. Por lo tanto, si los individuos son los únicos actores reales, el término grupo
constituye una ficticia abstracción cuando pretende algo más q referirse a la suma de reacciones recíprocas d los
individuos. No existen los grupos; "grupo" será un termino colectivo q hace referencia a una multiplicidad d
procesos individuales. Siguiendo esta línea d reflexión, p comprender los fenómenos sociales debemos
rastréalos hasta llegar a las propiedades d los individuos; d tal forma en tanto estos son los únicos actores
sociales, los acontecimientos d un grupo, las instituciones, creencias y prácticas, siguen los principios d la
psicología individual y son producto d las motivaciones individuales.
- noción de mentalidad de grupo: A partir d la observación x la cual cuando los seres humanos viven y actúan
en grupos, surgen "fuerzas y fenómenos" q siguen sus propias leyes y q no pueden ser descriptos en términos d
las propiedades d los individuos q los componen; afirmarán, x ejemplo, q el lenguaje, la tecnología o las
relaciones d parentesco no constituyen el producto d las mentalidades y motivaciones individuales sino q, x el
contrario, son procesos q poseen leyes propias, diferentes e irreductibles a los individuos. Consideran al grupo
como una entidad distinta d la suma d los individuos; afirmarán, asimismo, el efecto de las fuerzas sociales y de
las instituciones sobre los individuos. De acuerdo con esta tesitura el individuo aislado constituye una
abstracción; fuera del grupo no posee carácter definido, si bien sus potencialidades son necesarias p el
funcionamiento del grupo, no son causa d los acontecimientos del mismo. esta noción intenta explicar la
frecuente observación x la cual muchos acontecimientos colectivos exhiben una dirección definida, se
desarrollan y mantiene a menudo sin relación con las intenciones d los individuos, atribuyendo intencionalidad
al proceso en cuestión; Asch puntualizo aquello q denomino “la falacia antropomórfica d la tesis d la
mentalidad de grupo” ya q, si bien esta corriente parte d una premisa correcta, x la cual se constata q la acción d
un grupo produce efectos q superan los efectos d los individuos aislados, a partir d ello deduce la existencia d
una mente d grupo q otorgaría dirección e intencionalidad a los momentos grupales. Esta "mente d grupo", en
consecuencia, sería cualitativamente análoga a la "mente individual aunq cuantitativamente supra individual".
No pudieron sostener q los grupos existían d un modo cualitativamente diferente a los individuos.
Se hace necesario, x lo tanto, someter a elucidación crítica (desconstruir) 2 ficciones. x un lado, la ficción del
individuo q impide pensar cualquier plus grupal; x el otro la ficción del grupo como intencionalidad q permite
imaginar q el plus grupal radicaría en q ese colectivo (como unidad) posee intenciones, deseos o sentimientos.
Esta antinomia clásica d las ideas sociales (la relación individuo-sociedad en el sesgo q adquiera) opera como
verdadero a priori conceptual, como premisa implícita desde donde no sólo se piensa la articulación d lo
singular y lo colectivo, sino también se "lee" el conjunto d los acontecimientos grupales.
En las ciencias humanas, los a priori conceptuales forman parte del campo epistémico desde donde se
constituyen las condiciones d posibilidad d un saber, se delimitan sus áreas d visibilidad e invisibilidad, sus
principios d ordenamiento y sus formas d enunciabilidad.
Si bien actúan en forma implícita lo realizan desde el corazón mismo d las teorizaciones e intervenciones de un
campo disciplinario.
En general estos a priori hacen posible la "resolución" d la tensión d los pares antitéticos x los q oscilan estos
campos del saber, los cuales desde su constitución se despliegan en 3 pares d opuestos: individuo-sociedad,
naturaleza-cultura, identidad-diferencia.
Son fundamento d los diferentes reduccionismos, en el caso particular d los a priori referidos al par individuo-
sociedad, los reduccionismos psicologistas ysociologistas respectivamente.
Podría incluirse en los últimos decenios otro par: acontecimiento-estructura.
En las distintas terizaciones sobre ls colectivos humanos denominados pequeños grupos, el a priori individuo-
sociedad constituye una pieza clave en la demarcacion d los posible d ser pensado, en la organización d aquello
q las experiencias grupales demostraran, como así también en las formas d enunciabilidad de sus teorizaciones;
y lo q es más, el pensar "individuos" vs. sociedades" se instituye como una fuerte evidencia, es decir como algo
natural. En ese sentido, se intenta problematizar, interrogar críticamente los componentes de tala priori. P ello
habrá q de-construir su naturalización, es decir remitir a la Historia. Lo más cuestionable consiste en colocar al
individuo y a la sociedad en una relación antinómica.
El individuo es un ser en el límite del no ser. Es un mínimo ser. El individuo supone, necesariamente en sí su
relación con un ser más vasto, y apela a un fondo de continuidad q se destaca.
El individuo, sólida ilusión del capitalismo naciente.
Es entonces con la noción d individuo (sujeto no dividido d la conciencia) q los saberes modernos organizaron
sus reflexiones sobre el hombre. Pero aun mas, tb la noción d individuos sustentara las practicas y teorías del
libre mercado, las figuras d la gobernabilidad con el contrato, el consumo y la representatividad d las
democracias d la modernidad. Nuevas formas políticas y subjetivas d pensar los enlaces sociales, la regulación d
sus conflictos y la forma d negociación d sus contratos.
Los siglos XVII y XVIII formulan sus interrogaciones centrales hacia el ser del individuo, el siglo XIX hacia el
ser d la sociedad (Durkheim, Marx), pero habrá q esperar hasta el siglo XX p q puedan tomar forma aquellas
cuestiones referidas al ser de los grupos.
No puede hablarse aún d la constitución d un paradigma alternativo q haya encontrado los caminos d superación
q los "impasses" q la antinomia individuo-sociedad proporcionaron a vastas regiones d las disciplinas
involucradas.
Las teorizaciones q colocan a los grupos humanos como campos de mediaciones entre Individuo y Sociedad,
suelen reproducir sin revisar las propiedades antinómicas d estos términos.
El a priori conceptual opera en los diferentes discursos sobre la grupalidad, d la siguiente manera:
• La especificidad d lo grupal la aportan los individuos q lo forman; habrá q estudiar individuos en grupo.
• La especificidad d lo grupal es aportada x un plus a los individuos agregados; habrá q estudiar grupos.
2. Espacio ético-político
La antinomia Individuo-Sociedad tiene también una inscripción ético-filosófica d gran importancia en el plano
político, cuyo origen moderno podría ubicarse en la controversia Locke-Rousseau, disyuntiva ético-política
¿qué deberá priorizarse, los intereses individuales o los intereses colectivos?
Estos presupuestos ético-filosóficos se hallan presentes implícitamente en las diferentes preocupaciones x las
relaciones de los seres humanos entre sí y opera, desde variados puntos de entrecruzamientos (habitualmente
invisibles pero eficaces) en las distintas teorizaciones sobre lo grupal. Su operatividad se vuelve visible según se
privilegio lo individual o lo colectivo.
Es frecuente encontrar fuertes explicitaciones de utopías sociales transformadoras en aquellos q desde Fourier
en adelante han priorizado lo colectivo. En quienes han priorizado lo individual podrían ubicarse aquellas
teorizaciones q caracterizan, x ejemplo, los fenómenos d masas y los fenómenos grupales acentuando su
irracionalidad, lo regresivo o pensándolos como espacios q amenazan de una u otra forma la identidad, esto es,
remarcando su negatividad.
Puede observarse q también desde las prácticas y teorías políticas se han ido desarrollando determinadas
preocupaciones x los grupos humanos. No puede dejar d mencionarse el interés q a los políticos y a los
cientistas políticos han despertado algunas incógnitas con respecto al grado de participación o pasividad de los
colectivos humanos.
Uno de los múltiples ejes d debate ha estado centrado en 2 concepciones políticas de los colectivos humanos,
bien diferenciadas. Aquella q ha centrado su interés en guiar, concientizar (manipular) tales colectivos y aquella
q ha puesto el énfasis en el protagonismo autogestivo d los mismos.
Muchos trabajos de elucidación sobre el lugar del coordinador sostienen este tipo de interés. Estas
investigaciones se despliegan a partir d una convicción, aquella x la cual los pequeños grupos son significados
como espacios virtuales d producción colectiva, y x lo tanto portadores d un plus respecto d la producción
individual.
En los primeros pensadores sobre lo grupal: K. Lewin, Moreno, Pichon Rivière, estuvo siempre presente una
fuerte preocupación x el cambio social. Pensaban a los grupos (más allá d lo diferentes q pudieran ser sus
concepciones d la transformación social o los dispositivos grupales q diseñaron) como instrumentos válidos p la
"realización" de las fuertes utopías sociales q los animaron.
C. La relación grupo-sociedad
La relación grupo-sociedad ha sido tradicionalmente encarada desde una perspectiva d relaciones d influencia,
donde las diferentes posiciones teórico-ideológicas varían según otorguen un mayor o menor grado d influencia
d lo social sobre los movimientos d un grupo; pero, en todas ellas, lo social se ubica como algo exterior al
grupo, sobre el cual recaerá, en mayor o menor medida su influencia. Una variante de esta forma de pensar es
plantearse la relación grupo-sociedad en términos de interacción mutua.
La operación q parecieran haber seguido las diversas disciplinas humanísticas en sus momentos fundacionales
sería dividir ilusoriamente el campo d indagación en 2 objetos d estudio bien diferenciados: individuos y
sociedades, organizando diferentes áreas y prácticas disciplinarias p luego buscar las formas x donde ponerlos a
jugar sus relaciones. Esto hizo necesario entonces demarcar los campos de saberes y prácticas mediadores.
INDIVIDUO SOCIEDAD
Psicología Sociología
Pedagogía Antropología
Psicoanálisis Economía
etc. etc.
MEDIACIONES
Psicología Social
Psicología de los Grupos
Psicología de las Instituciones
Esta noción d los grupos como campos de mediaciones ha intentado "resolver" la tensión e/ lo singular y lo
colectivo a través d la categoría d intermediación. Si bien dicha categoría merece revisión, es necesario destacar
q mantiene la presencia del polo social en su análisis d la dimensión grupal. x el contrario, puede encontrarse
fuerte tradición en cierta forma d reduccionismo "psi", en aquellas corrientes q centran su análisis de los
acontecimientos grupales en las interacciones e/ sus integrantes, produciendo un enfoque d los grupos plegados
sobre sí mismos.
Esta forma d "grupismo" al reducir los aconteceres grupales a algunos d sus movimientos, suele operar un
efecto d teoría x el cual estos "grupos-islas" terminan produciéndose plegados sobre sí mismos. De todos
modos, este tipo de reducción se produce en el marco de corrientes q legitiman un espacio propio d lo grupal.
Otra manera d "resolver" la tensión aludida, suele ser la negación d la especificad d los acontecimientos
grupales; puede encontrarse en aquellas formas de abordaje donde el dispositivo grupal es visualizado sólo
como un espacio-escenario de despliegue d las singularidades, en sus diversos juegos especularas, pero
excluyendo toda posibilidad d especificidad en el agrupamiento en sí mismo.
Un ejemplo en sentido contrario puede ofrecerlo la noción d articulación e/ horizontalidad y verticalidad de
Pichon Rivière, quien mantiene la tensión sin "resolver" e/ ambas instancias; en este autor, horizontalidad y
verticalidad no se subordinan una a la otra sino q, x el contrario, es en el cruce d las diacronías y sincronías
grupales donde el emergente adviene. El uso extensivo d la noción d emergente q suele encontrarse en las
prácticas d los grupos operativos no debe oscurecer la sutileza d esta forma pichoniana d pensar la articulación
singular-colectivo.
B. La dinámica de grupos
Lewin explicará la acción individual a partir d la estructura q se establece e/ el sujeto y su ambiente en un
momento determinado. Tal estructura es un campo dinámico, es decir un sistema d fuerzas en equilibrio.
Cuando el equilibrio se quiebra, se crea tensión en el individuo, y su comportamiento tiene x finalidad su
restablecimiento.
En 1938 utiliza el método experimental (x primera vez en las investigaciones grupales) p trabajar la noción d
campo dinámico, originándose la muy conocida experiencia con grupos d niños a través d la construcción
experimental d 3 climas sociales: autoritario, democrático y “laissez faire”. Habían partido d una hipótesis: la
frustración ocasiona la agresión; pero al concluir la experiencia pudo observarse q las reacciones agresivas
vallaban según los climas grupales, dependiendo esto del estilo de coordinación.
En los grupos conducidos democráticamente la tensión es menor, pues la agresividad se descarga en ellos de
manera gradual en lugar de acumularse y producir apatía o estallidos, como en los otros 2 grupos. Concluye q el
grupo democrático, al alcanzar más fácilmente el equilibrio interno, es más constructivo en sus actividades. A
partir d allí Lewin comienza a desarrollar sus hipótesis centrales sobre los grupos: el grupo es un todo cuyas
propiedades son diferentes a la suma d las partes. El grupo y su ambiente constituyen un campo social
dinámico, cuyos principales elementos son los subgrupos, los miembros, los canales d comunicación, las
barreras. Modificando un elemento se puede modificar la estructura.
El grupo es un campo d fuerza en "equilibrio casi estacionario". Este equilibrio no es estático, sino dinámico,
resultante de un juego de fuerzas antagónicas: x un lado, las fuerzas q constituyen las partes en un todo; x otro
las fuerzas q tienden a desintegrar al conjunto.
P Lewin, el grupo es una realidad irreductible a los individuos q la componen. Es un especifico sistema de
interdependencia, tanto e/ los miembros del grupo como e/ los elementos del campo (finalidad, normas,
percepción del mundo externo, división de roles, status, etc).
El funcionamiento del grupo se explica x el sistema d interdependencia propio d dicho grupo en determinado
momento, sea éste funcionamiento interno (subgrupos, afinidades o roles) o referido a la acción sobre la
realidad exterior. En esto reside la fuerza del grupo, en esto reside el sistema de fuerzas q lo impulsa, es decir,
su dinámica.
El pequeño grupo permite vencer las resistencias al cambio y provoca la evolución d las estructuras del campo
social.
"Descubre" q tomar una decisión en grupo compromete más a la acción q una decisión individual; q es más fácil
cambiar las ideas y las normas d un grupo pequeño q las d los individuos aislados y q la conformidad con el
grupo es un elemento fundamental frente a la resistencia interna p el cambio.
La concepción lewiniana del grupo como un todo significa el abandono d la posición q coloca al individuo en
primer plano. Señala, sin embargo, q si bien Lewin acentúa la interdependencia d los miembros, mantiene
invisibles los presupuestos sobre los q se funda tal interdependencia; considera, asimismo, q serán los aportes
psicoanalíticos respecto a los procesos identificatorios, las relaciones emocionales y los procesos inconscientes
los q harán posible ahondar en esta cuestión.
E. Análisis de la demanda.
¿Cual es la situación político-económica q atraviesa la sociedad norteamericana en el momento en q Elton
Mayo realiza su intervención en la Westem Electric Company? Ya en una etapa d gran empresa los empresarios
comienzan a comprender la necesidad d regularla producción en todos sus aspectos: maquinaria, mano d obra,
distribución. Es la época de la organización científica del trabajo (Taylor).
Donde se creía q el organigrama solucionaba todos los problemas, nacerá el interés x el sociograma; d los 2
aspectos indisolubles del proceso del trabajo: las relaciones materiales del individuo con los objetos d la
producción y las relaciones sociales d los trabajadores entre sí, se había descuidado el segundo.
Se comenzaba a ver q detrás del efecto humano (la "holgazanería" del obrero, según Taylor) había una respuesta
q el operario dirigía a un sistema d relaciones impersonales frustrantes.
Lewin: sus investigaciones dieron fundamento científico a los ideales democráticos.
X otra parte, los técnicos capaces d incidir sobre los cambios d hábitos, los técnicos d grupo, se volverán cada
vez más imprescindibles.
Desde E. Mayo y K. Lewin se organiza una disciplina: la Dinámica de Grupos; desde su inicio acoplará campo
d análisis y campo d intervención; las primeras investigaciones sobre grupos surgen en respuesta a una demanda
económico-política, dando lugar al "Dispositivo Grupal".
¿Cual urgencia? mantener y mejorar el nivel d producción d la gran empresa. Pero también reforzar los ideales
democráticos, operar sobre el consumo, etc.; la Dinámica d Grupos se expandirá rápidamente x diversos
campos: empresarial, educacional, de mercado, etc. x tanto, urgencia situada históricamente, en función d
imperativos económicos y políticos del sistema del q forma parte.
La sociedad norteamericana d los años '30 proporcionó el tipo de condiciones necesarias p q surgiera este
movimiento. Se va consolidando la creencia d q el sistemático descubrimiento d los hechos facilitaría la
solución d "problemas sociales".
Interesa en este punto contrastar la demanda social en la q se inscribió la microsociología empresarial
norteamericana con las condiciones d producción q hicieron posible la invención y posterior despliegue d los
grupos operativos a partir de Pichon Rivière en la Argentina.
No surgen desde un requerimiento d los centros d poder institucional, ni los orienta la intención d consolidar
hegemonías instituidas. Muy x el contrario, sus localizaciones iniciales, como muchos d sus desarrollos
posteriores, se implantaron en los márgenes d las instituciones o en los intersticios d las hegemonías; en muchos
casos fueron animados x marcadas utopías contrainstitucionales.
Esta demanda x los grupos en Argentina (décadas del 60 y 70) se produce en un cuerpo social agitado, momento
d auge d las luchas populares.
Los grupos operativos fueron instrumentos claves p el trabajo en los espacios públicos.
La misma relación q define lo visible d un campo teórico y su práctica, define lo invisible; los futuros nuevos
objetos, son hoy los objetos prohibidos d la teoría; ésta atraviesa sus no objetos sin verlos, para no mirarlos.
En un sentido genealógico sería útil pensar cuál ha sido la obligatoriedad de ver (en los primeros dispositivos
grupales) al grupo centrado en el grupo, como un todo autorregulado y autónomo, plegado sobre sí mismo, el
"grupo-isla".
Los dispositivos grupales q se produjeron desde Mayo-Lewin, necesariamente, dada la demanda social a la q
respondieron, debieron mantener en la invisibilidad los atravesamientos institucionales, políticos e ideológicos
en los q, sin embargo, quedaron inscriptos tanto sus discursos d la grupalidad como sus intervenciones técnicas.
No debe subestimarse, sin embargo, q tales dispositivos hicieron posible la visibilidad d importantes
mecanismos d funcionamiento d los grupos: liderazgos, roles, dificultades en la toma d decisiones, cambio,
resistencia al cambio, juegos tensionales dentro del grupo, etc. A partir d estas visibilidades posibles, se
organizaron sus enunciables. Junto a estos visibles dejaron como sus invisibles necesarios los procesos
inconscientes q atraviesan tales mecanismos como así también la inscripción institucional y sus eficacias en el
seno mismo d tales mecanismos grupales.
Esta forma d análisis se propone una actitud d indagación crítica p realizar algunas notas en el trazado d una
genealogía del campo disciplinario, una mirada histórica q pueda pensar no meramente el "desarrollo"
conceptual d sus ideas, sino a éstas y las áreas problemáticas q el campo del saber inaugura como la compleja
articulación d: la urgencia histórica q la hace posible, las necesidades sociales q la despliegan, los a priori
conceptuales desde donde ordena sus conocimientos y los dispositivos tecnológicos q inventa.
F. El nacimiento de lo grupal
Dispositivo de los Grupos: se refiere a la aparición histórica (a partir d 1930,1940 aprox) d ciertos criterios en
virtud d los cuales comenzó a pensarse en artificios grupales p "resolver” algunos conflictos q se generaban en
las relaciones sociales. Desde diferentes puntos d iniciación se inventa una nueva tecnología: el Dispositivo d
los Grupos; aparece un nuevo técnico: el coordinador d grupos; se gestiona una nueva convicción: los abordajes
grupales pueden operar como espacios tácticos con los q se intentará dar respuesta a múltiples problemas q el
avance d la modernidad despliega.
Dispositivos grupales: hace referencia a las diversas modalidades d trabajo con grupos q cobraron cierta
presencia propia en función d las características teórico-técnicas elegidas, como también d los campos d
aplicación donde se han difundido. Así, x ej, puede hablarse d dispositivos grupales psicoanalíticos,
psicodramáticos, d grupo operativo, gestálticos, etc. Cada uno d ellos crea condiciones p la producción d
determinados efectos d grupo (y no otros); son en tal sentido virtualidades específicas, artificios locales d los q
se espera determinados efectos.
Los dispositivos grupales forman parte del Dispositivo de los Grupos.
Los grupos no son lo grupal
Se presentan hasta aquí 2 niveles d existencia d los grupos: el primero fáctico, en tanto hechos sociales; el
segundo del campo disciplinario, x cuanto al montarse los sucesivos dispositivos grupales del Dispositivo de los
Grupos, los grupos paulatinamente se vuelven visibles, observables, comprobables, explicables,
experimentables, teorizables, es decir, enunciables. En este sentido la microsociología al instituir dispositivos
grupales localizó uno d los nacimientos a lo grupal. Antes d ella, los grupos estaban ahí, en una inmediatez tal, q
no se veían.
C. El todo no lo es todo.
Las psicoterapias d grupo psicoanalíticas presentadas suelen agruparse en 2 tendencias: Psicoanálisis en grupo
y Psicoanálisis del grupo (analizan al grupo). Podría pensarse q ésta ultima sería la corriente q, superando el
eventual "individualismo" d la anterior, en tanto toma al grupo como un todo, ha rescatado la especificidad d lo
grupal. Pero si se realiza un análisis más detenido se podrá observar q, si bien se interpreta al
TODO-GRUPO, es decir, se toma al grupo como destinatario d toda interpretación, esto no es la garantía d q
esa totalidad: el grupo, haya logrado algún grado d especificidad o particularización.
Se "lee" la transferencia, las ansiedades y las fantasías. La fantasía inconsciente grupal, es aquella fantasía
individual q ha operado como común denominador d los integrantes. El grupo más q confirmar una eventual
totalidad específica, es algo así como un conjunto d personas portadoras d un sujeto inconsciente en el q se
hallan inscriptos, y en tanto tal acreedor d igual tipo d interpretaciones q las personas q se encuentran en
tratamiento psicoanalítico d contrato dual.
Si bien es necesario considerar q los grupos construyen sus propias figuraciones imaginarias, es importante
diferenciarlas d supuestas fantasías grupales d igual categoría inconsciente q las fantasías investigadas x el
psicoanálisis.
Con respecto a la relación todo-partes, planteos estructuralistas posteriores puntualizaron q no alcanza con
afirmar q el todo es más q la suma d las partes, si no puede anunciarse el sistema d relaciones d las partes entre
sí, d las partes con el todo y del todo y las partes.
Más allá d las críticas q desde la actualidad podrían realizarse a esta forma d trabajo, interesa resaltar (p una
genealogía de lo grupal) q esta corriente abrió dispositivos grupales d número restringido con fines terapéuticos,
es decir, instituyó grupos en un nuevo campo d aplicación: la clínica psicoanalítica.
Con ligeras variantes, lo fundamental del bagaje tecnológico d ese dispositivo fue: 7 u 8 integrantes se reúnen
durante una hora y media, se sientan en forma circular con el analista; como no se les da un programa a
desarrollar ni indicaciones precisas, todas las contribuciones surgen espontáneamente d los pacientes; todas las
comunicaciones del grupo son consideradas como equivalentes a las asociaciones libres del paciente en la
situación psicoanalítica; el coordinador mantiene una actividad similar a la q asume el psicoanalista en el
tratamiento individual (es el objeto figura d la transferencia) e interpreta contenidos, procesos, actitudes y
relaciones. Todas las comunicaciones son d importancia central p la curación y la actividad terapéutica del
analista, y se consideran como partes d un campo d interacciones (la matriz del grupo). Todos los miembros
deben tomar parte activa en el proceso terapéutico total. Todos los integrantes, incluido el coordinador, se
sientan en círculo xq "esto involucra, inconscientemente, la posibilidad d hallarse todos a un mismo nivel".
Esta corriente al incorporar al nuevo dispositivo las cuestiones básicas d la técnica psicoanalítico clásica abrió
virtualidades q permitieran descentrar la coordinación con respecto a los liderazgos y creó las condiciones p la
lectura d los procesos inconscientes circulantes en los grupos. Entonces, se instituyeron grupos. ¿Qué hacen
cuando instituyen grupos? Analizan a una gran unidad indivisa, a la cual le dirigen similares interpretaciones q a
las personas q optan x un psicoanálisis d contrato dual.
Al producir sus discursos sobre la grupalidad, esta corriente quedó restringida x cierta tendencia del
psicoanálisis a la extraterritorialidad, esto es, a considerar el sistema d legalidad propio p el campo
psicoanalítico, como absolutamente válido p interpretar regiones d otras territorialidades disciplinarias; esto
implica no considerar otros campos disciplinarios como tales, sino como meros espacios d aplicación del
psicoanálisis. Esta ha sido una d las maneras x las q el a priori "individualista" creó condiciones p pensar a los
grupos con igual sistema d legalidades q lo inconsciente. Tal a priori opera aquí 2 movimientos d reducción;
uno x el cual, el grupo es pensado como un gran individuo; otro x el cual se confunde el "sujeto del
inconsciente" con el “moi" ya un con el "individuo", reducción criticada enfáticamente x Lacan.
X otra parte, no pueden dejar d mencionarse situaciones internas a la institución psicoanalítico, ya q si quienes
montaban dispositivos grupales clínicos eran psicoanalistas, x el hecho d serio se encontraban frente a la
urgencia d legitimar sus prácticas frente a sus pares.
Junto a esta forma q adopta el psicoanalismo en el campo grupal: tomar al grupo como un gran individuo, y su
consecuencia teórico-técnica: la fantasía inconsciente grupal, puede mencionarse otra forma d su
extraterritorialidad, q suele acompañar a la primera: la novela psicoanalítica d los grupos; el contenido de su
narrativa varía según la corriente d psicoanálisis en q se produzca. x consiguiente, se vuelve imprescindible
diferenciar la escucha analítica como instrumento imprescindible en el trabajo con grupos (aun x fuera d la
clínica) d la "comprensión" d los acontecimientos grupales desde alguna narrativa psicoanalítico d los mismos.
En ese sentido, de considerar al grupo como un todo, habrá q trabajar una noción d totalidad q no homogeinice
partes, donde las singularidades puedan ser significadas en todos sus movimientos d diferencias e identidades.
Donde las singularidades no sean sinónimo d las personas q componen tal colectivo.
En el dispositivo q monta el psicoanálisis d grupos puede observarse que, si bien sostienen la intuición fundante
d un plus grupal irreductible, al no poder sostener la tensión todo-partes subsumieron estas últimas en el
primero. Se recicla ahora en el campo psicoanalítico una polémica q se había desatado en la psicología
académica entre totalistas y elementalistas, o como los denomina Asch entre individualistas y mentalistas. P los
primeros el grupo era una combinación construida a partir d elementos individuales, mientras q el segundo
convierte al grupo en un gran individuo, d la misma clase q los individuos humanos y con los mismos
mecanismos d funcionamiento interno.
El psicoanálisis del grupo (q junto con la concepción operativa d PichonRiviére y el Psicodrama Psicoanalítico,
formó a la mayoría d los coordinadores d grupo d los años '60 y '70 en Arg) operó persistentemente con el
reduccionismo señalado; en ese sentido constituye un fiel exponente d la mentalidad d grupo.
Otra consecuencia típica d la personificación es el tomar la parte x el todo, en estos casos se supone q "el
emergente" mantiene con el grupo la misma relación d representación q la sustentada x un segmento d conducta
respecto d la persona total. Se concluye con rapidez q la conducta del individuo es la conducta del grupo.
Lo q quiere advertirse es el vicio d cierto reduccionismo x el cual el coordinador está dispuesto priori a registrar
todo movimiento d algún integrante del grupo como indicador veraz y cierto d un movimiento análogo en el
colectivo en cuestión; d tal forma los integrantes, en sus intervenciones son contribuyentes anónimos d una
"conducta" o "fantasía grupal" indiferenciado q se expresa a través de ellos.
B. Problemas de demarcación
No hay fantasma grupal, es decir, el plus d los grupos no radicaría en un fantasma colectivo. Se refuta d esta
manera la idea d una mente (ahora inconsciente) grupal, y se afirma la hipótesis d fantasmas "individuales" q
entran en resonancia fantasmática; esta noción desalienta la idea d un inconsciente grupal.
Esta corriente francesa salva el impasse de la oposición antinómica con la puesta en enunciado d la grupalidad
del fantasma sin guiar, condición d posibilidad d la resonancia fantasmática grupal.
¿En q radica la posibilidad d resonancia fantasmática? En la grupalidad del fantasma. Es siempre una imagen
colectiva y posee, x tanto, una "estructuración grupal interna"; d allí su carácter organizador en los grupos. Es
claro entonces, el fantasma individual es grupal, q es diferente a decir q hay un fantasma d grupo.. Es decir q, la
integración d las personas reales a una situación grupal, dadas las características antes mencionadas, dispara,
moviliza, las instancias o formas grupales d su propia subjetividad. X esto pueden agruparse.
Aquello q resuena y habla o actúa desde los participantes d un grupo son posiciones en la escena fantasmática.
La singularidad (no lo individual) radica en la forma d cada quien d posicionarse y resonar desde o hacia dicha
escena.
Anzieu reconoce q no todo se reduce a la psicología; existen organizadores económicos, sociológicos,
históricos, etc. ¿Los organizadores socioculturales (x ej, el poder, el dinero y las ideologías, x tomar a Lourau)
al quedar silenciados o invisibilizados sea en las interpretaciones y/o en la reflexión teórica, q presencia pueden
conservar?
Masa es lo q el sujeto no puede dejar d hacer x el hecho de ser sujeto: eso es lo que Freud demostró.
Esta corriente q desde un primer momento se propone como uno de sus objetivos centrales dar un estatuto
psicoanalítico al trabajo con grupos aporta inteligibilidad con respecto a las condiciones x las cuales el sujeto de
su disciplina, el sujeto inconsciente, entra en resonancia fantasmática y "hace” grupo.
A partir d allí sería una extensión indebida afirmar q los grupos son fantasmáticos o q la identificación es el
motor de los grupos.
Permanece en invisibilidad el hecho de q los procesos grupales "observados" son aquellos q el dispositivo
diseñado hace posibles d ver. A partir d allí, estos procesos q visibiliza este dispositivo, pasan a considerarse
como los procesos grupales determinantes d todo acontecer grupal.
Es importante en ese sentido sostener la tensión operante e/ amenaza al yo y soporte identificatorio, es decir,
reconocer su coexistencia conflictiva, paradojas, donde no es posible reducir un polo d la tensión a la lógica
interna del otro polo.
Con respecto a la sustancialización mencionada, se operan 2 reducciones al mismo tiempo. Por una parte, sólo
se "ve" la lógica d uno d los polos; x otra parte, como desde esta primera operación se demuestra lo q los grupos
son, se cierra la interrogación acerca d x que, cómo, cuándo, tal grupo opera como amenaza o bien como
soporte p sus miembros.
Observan q la transferencia se escinde en negativa p el amplio y positiva p el pequeño grupo. Esto les permite
generalizar afirmando q los grupos amplios promueven movimientos transferenciales negativos. Antes q
aseverar tal cosa habrá q investigar qué características del dispositivo facilitan tales procesos.
Freud había puntualizado q en la vida psíquica del individuo el otro interviene regularmente como modelo,
sostén y adversario. Estos 3 tipos de figuraciones están en juego en los colectivos humanos; cuando una
teorización acentúa alguna d ellas habrá q sostenerla vigilancia epistémica suficiente
En síntesis, no se puede analizar aquello q se naturaliza; no se puede teorizar aquello que se sustancializa.
Los "descubrimientos" d esta corrientes han permitido encontrar las condiciones estructurales del sujeto
inconsciente p q haga nudo. Queda, a partir d allí, abierta la investigación q permita "descubrir" en los
colectivos grupales la articulación d estos organizadores subjetivos singulares, con los organizadores
institucionales y sociales.
¿Cómo se produce sentido? Cómo desde el fondo indiferenciado de significaciones imaginarias sociales
se produce una figura, una forma de sentido. Se trata de elucidar los tránsitos de los universos de significaciones
imaginarias sociales a las singularidades de sentido, en la producción de subjetividad. Se trata de abrir
interrogaciones en un campo de problemas de la subjetividad.
Interrogar el cómo y no por el quién, habilita a pensar desde una noción de subjetividad, que implique la
indagación de sus procesos de producción más que de sustancias, esencias o invariancias universales.
Pensar las cuestiones a indagar como campos de problemas, atravesados por múltiples inscripciones:
deseantes, históricas, institucionales, políticas, económicas, etc. Implica el trabajo sobre las especificidades
como su articulación con las múltiples inscripciones que las atraviesen. Intenta superar los reduccionismos de la
lógica del objeto discreto, para abrir los modos de indagación hacia criterios multirreferenciales que den otra
inscripción a la imbricación entre lo individual y lo colectivo en los procesos de producción de subjetividad.
Se trata de pensar en un campo de problemas. Este criterio de indagación supone desciplinar las
territorializaciones disciplinarias, para poder demarcar las cuestiones de otro modo.
Desdiciplinar implica complejos procedimientos elucidatorios: desnaturalizar los dominios de objeto
instituidos sin por ello invalidar los conocimientos que ellos han producido y producen. deconstruir las lógicas,
desde donde han operado sus principios de ordenamiento, así como también genealogizar. Que permitan
interrogar los a priori desde los que un campo de saberes y prácticas ha construido sus conceptualizaciones.
Desnaturalizar sus territorios, deconstruir sus lógicas y genealogizar sus conceptos, son los
procedimientos de indagación para crear condiciones de posibilidad que permitan construir programas que
tiendan a conexiones que desborden los dominios de objetos unidisciplinarios.
Esto permite pensar desde un campo de problemas. La producción de sus saberes se compone
estrategias. Campo y no objeto. Multiplicidad de miradas, en los saberes y en las prácticas. Campo que rescata
lo diverso como aquello que agrupa lo discontinuo, sin cultivar lo homogéneo.
se piensa la problemática como una categoría y no como una dificultad o incertidumbre pasajera,
entendiendo el pensamiento como modo de experiencia, en el camino de quiebre de sentido. Supone pensar en
el límite de lo que se sabe.
Se trata del desafío de hacer una problemática en el sentido de un agrupamiento de problemas que se
relacionan al interior de un campo abierto. Los problemas tiene puntos de conexión que se enlazan y
desenlazan, peor al volver una y otra vez sobre lo mismo van armando método. Retomamos la acepción griega
del término met-othos: ponerse en camino: en el camino se va armando el método, trazando circuitos de
problematización recursiva.
Se trata, más que de responder una pregunta, de demarcar o delimitar un campo de problemáticas a
partir de las multiples cuestiones que en él confluyen. Se presenta aquí un programa de indagación conceptual.
Se da aquí al término programa la acepción de Deleuze, para quien un programa se construye por los puntos de
orientación que conducen una experimentación que desborda nuestra capacidad de previsión y por tanto se
modifican a medida que se implementan. Un programa será abierto e incompleto. Con respecto al término
indagación, se le da el sentido foucaultiano aludiendo a una modalidad o forma específica de construcción del
saber y la gestión de de adquirirlo y transmitirlo.
Abrir interrogación, dar curso y no obturar la incomodidad, de modo que lo invisible opere visibilidad,
lo impensado se vuelva enunciable.
Se trata de establecer una demora que instale condiciones de posibilidad de un pensar en un campo de
problemas; que habilite un pensar como experiencia de elucidación e indagación; un pensar incómodo,
disciplinario, que se construye y reconstruye permanentemente, que se despliega en los límites de lo que ignora
y que instituye su rigurosidad metodológica desde un criterio de problematización recursiva.
2. Hacia un criterio de problematización recursiva
Desde esta perspectiva la propuesta de indagación conceptual, no trabajara con un marco teórico
elaborado previamente sino con un criterio de construcción de caja de herramientas (Foucault)
Se trata de construir instrumentos para pensar problemas.
Su composición se realiza gradualmente a partir de situaciones específicas.
FICHA 14076. “Un singular plural. El psicoanálisis ante la prueba del grupo”. René Kaes.
El grupo tiene propiedades terapéuticasespecíficas que expresan las cinco ideas fundamentales del grupo
análisis foulkesiano:
1) la decisión de escuchar, comprender e interpretar al grupo como totalidad en el “aquí-ahora”
2) la sola consideración de la transferencia “del grupo” sobre el analista, y no de las transferencias
laterales.
3) la noción de resonancia fantasmatica inconsciente entre los miembros del grupo
4) la tensióncomún y el común denominador de las fantasías inconscientes del grupo
5) la noción de grupo como matriz psíquica y marco de referencia de todas las interacciones.
En sentido amplio, el grupo análisis es un método de investigación de las formaciones y los procesos
psíquicos que se desarrollan en un grupo; funda sus conceptos su técnica en algunos de los datos fundamentales
de la teoría y el métodopsicoanalíticos, y en elaboraciones psicoanalíticas originales requeridas por la
apreciación del grupo como entidad especifica.
El desarrollo de las investigaciones psicoanaliticas sobre el grupo, desde comienzos de los años
setenta hasta nuestros dias.
Las investigaciones psicoanaliticas sobre el grupo se desarrollaron a comienzos de los años setenta
siguiendo dos direcciones principales. La primera prosiguio la investigación de las formaciones y los procesos
cuyo lugar es el grupo como conjunto. La segunda linea de investigación es mucho menos frecuentada: se
interesa en la posicion del sujeto en el grupo y examina lo que hhe llamado “funciones foricas”, es decir, los
emplazamientos y las funciones cumplidas en el grupo por algunos de sus miembros cuando son porta-palabra,
porta-sintoma, porta-sueño, porta-ideal o porta-muerte, etc. Se ocupa tambine de un conjunto de problemas a los
que preste particular atencion porque conciernen plenamente a todos los psicoanalistas. Se trata del papel que
desempeña el grupo en la estructuracion del psiquismo.
El grupo surge como un dispositivo potente en el proceso de producción de subjetividad. El grupo dispositivo
rechaza cualquier forma de totalización y unidad. Como dispositivo, es siempre multi-lineal. Compuesto por
líneas de naturalezas distintas, el grupo dispositivo esta siempre en las adyacencias de otros modos de
territorializacion. Así entendemos, al grupo: un dispositivo q hace funcionar a las maquinas de
descomposición del individuo q somos, q acciona movimientos en aquello q dejamos de ser en el
encuentro con la alteridad q nos aproxima y q nos desliza por la superficie de aquello en lo q estamos en
vías de diferir y de convertirnos.
GRUPO Y PRODUCCIÓN
No basta hablar de grupo para que estén dadas las condiciones para problematizar los procesos de
subjetivación en curso. Tendremos que avanzar más allá de las dicotomías individuo/grupo, grupo/sociedad,
para que podamos hacer bifurcar nuevos modos de existencia que cuestionan la “unidad” y la “totalidad”,
continuamente ofrecidas como atributos universales.
Grupo-espacio: individualización/totalización
Hay diferentes afirmaciones sobre lo que es un grupo: un grupo es más que la suma de individuos que lo
compone; un grupo es un campo de relaciones interpersonales, un grupo es un sistema de relaciones que se
estructura exteriormente a los sujetos que lo componen; un grupo es un conjunto de personas ligadas entre sí
por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna.
Esta preocupación por definir lo que es un grupo, en general remite a la búsqueda de ciertas esencias
irreductibles, condiciones de posibilidad que garantizarían el punto de partida para la existencia del objeto-
grupo.
Es en este contexto que la oposición individuo-grupo gana legitimidad. Vemos desarrollarse, por un
lado, tesis “individualistas” en las que los individuos constituyen la única realidad. Cuando ellos se juntan es
por motivación, necesidad o características personales. En este ámbito, el “grupo” no existe, y cualquier
teorización a este respecto hace parte del reino de la ficción. Por otro lado, tenemos las tesis “grupalistas” que
consideran el grupo como una entidad distinta de los individuos que lo componen. La referencia privilegiada
será al grupo que, al distinguirse como otro ser, ganará estatuto propio transformándose en una especie de “a
priori” para la comprensión de los movimientos que en él actúan.
Tanto en una cuanto en otra explicación, individuo y grupo son apenas polos de un par antitético que a lo
largo de la historia se afirmó como natural, construyendo campos disciplinares que se encargan de mantener sus
“objetos” separados y opuestos o, en el mejor de los casos, dispuesto según una línea de contigüidad.
Reflexionábamos también sobre el proceso de “interiorización” imputado al individuo que, al ser
incitado en sus derechos de “libre ciudadano” autónomo e único, es remitido a la investigación de las
características peculiares que definieron su identidad autocentrada. También el espacio de la casa y de la familia
ganan nuevas formas y sentidos, puesto que se separan del lugar de trabajo pasando a concentrar la afectividad
en su interior. Esta tecnología del enclaustramiento fabrica fabrica lo individual, es decir, un registro de sentido
que marca formas de estar, de sentir, de pensar y vivir el mundo. Es lo que Foucault, siguiendo deleuze, llama
modos de subjetivación, modos de existencia o de posibilidades de vida.
Lo que actualmente está instalado es un modo de funcionamiento masivamente “individualizante” sobre
los objetos y las prácticas, construyendo trazos de equivalencia entre sujeto-individuo, remitiendo un enunciado
al individuo que lo enuncia, interiorizando, privatizando los actos y afectos a los cuerpos que se expresan.
En este contexto, la noción de grupo gana contornos de estas fuerzas. Los individuos, garantizados en
una unidad que es autocentrada, no podrán dejar de constituir nuevas y más amplias unidades. El sentido se
imprime sea sobre el individuo dándole forma de UNO, sea sobre el grupo dándole forma de TODO. Es la
lógica del UNO, presente tanto en el individuo como en el grupo (individuo-UNO: todo se refleja en sí mismo;
grupo-TODO: uno refiriéndose a sí mismo)
En realidad, la antítesis individuo-grupo tomó el lugar de otra anterior: individuo-sociedad.
El grupo, viene a insertarse como intermediario de la relación individuo-sociedad.
El grupo surge, por lo tanto, como un objeto histórico de un desdoblamiento de la misma lógica
antitética, respondiendo a las imposiciones del saber-poder. Viene marcado por las características de esta
lógica, de esta racionalidad, y se definirá a semejanza de los elementos anteriores de su cadena generativa –por
un lado el individuo, que le garantiza la idea de indivisible, de particular; por otro lado la sociedad, que le da la
idea de todo, universal-. Procurará ocupar simultáneamente dos lugares, o más bien, se constituirá en un espacio
donde disputarán “el individuo”, sus conflictos, su historia privada, su identidad personal, versus “los
individuos”, sus mitos, su historia grupal, su identidad. Las dimensiones de horizontalidad y verticalidad
trazadas por la historia del individuo en el grupo y por su historia personal, construyendo el grupo como
espacio-arena, y sirven a la organización de diferentes acciones e intercambios entre sus miembros.
La insistencia en la noción de grupo a partir de 5 elementos constitutivos, aunque variables (pluralidad
de individuos, objeto común, espacio dado, tiempo definido y contexto social), refuerza la idea que vinimos
desarrollando hasta aquí de que el grupo:
1. Ha sido definido con base en la noción de individuo;
2. Mantiene la dupla dicotomía-individuo/grupo, grupo/sociedad. Colocándose como intermediario-
no siempre hábil- cuya especificidad es garantizar, por un lado, el llamado estrato subjetivo y, por otro lado, el
estrato social.
3. Es considerado como estructura, cuyo funcionamiento tiende al equilibrio.
4. Considera el tiempo en su expresión especializada, o sea, cronológica.
Grupo-tiempo: multiplicidad/producción
El grupo se presenta “como una posibilidad de cuestionar la problemática de la economía del deseo, de
los procesos de subjetivación” ¿cómo escapar de su inserción individualizante y totalizadora?
El primer esfuerzo está en deshacer la sinonimia individuo-subjetividad. Las investigaciones de
Foucault, guattari y deleuze, entre otros, aquí son decisivas para poder comprender que el individuo es apenas
uno de los modos de subjetivación posibles. Cada época, cada sociedad, pone en funcionamiento algunos de
estos modos.
Más allá del modo-individuo, lo que hay son procesos de producción que comprenden varios tipos de
individualización.
La noción de subjetividad no puede, por lo tanto, ser confundida con la de individuo. No siendo un dato,
“ tampoco es pasible de totalización o de centralización en el individuo”. Una cosa es la individualización del
cuerpo. Otra es la multiplicidad de los agenciamientos de la subjetivación: la subjetividad s esencialmente
fabricada y modelada en el registro social.
El término 2agenciamiento” permite poner en cuestión la problemática de la enunciación y de la
subjetividad, es decir, de cómo se fabrica un sujeto.
El anunciado tiene según Foucault, una capacidad de “producción existencial” o, como diría guatari,
posee una “función diagramática” de poner en funcionamiento ciertos modos de existencia.
El enunciado siempre es colectivo porque jamás remite a un sujeto sino a un modo de existencia, a un
cierto tipo de agenciamiento entre flujos y códigos. La producción de un sujeto-individuo es, por lo tanto,
inseparable de las marcas colectivas.
En realidad, el individuo habita hechos, gestos, formas de pensar y de sentir. La subjetividad está
circulando n los conjuntos sociales y es “asumida y vivida por individuos en su existencia particulares”. Esto
puede darse tanto por un proceso de homogeneización universalizante, como por un proceso de composición
heterogénea.
Los sujetos-individuos son efecto de un capitalismo en serie que invierte en el deseo como siendo algo
del individuo, y en lo social como siendo algo que se construye a partir del deseo individual. La noción de
subjetividad, en cambio, indica una ruptura con la noción unificadora de individuo, ya que la subjetividad es un
conjunto de componentes que según guattari, son tanto del orden extra-individual, como del orden intra-
personal.
La identificación de la subjetividad con la individualidad, ha sido una de las estrategias para reducir los
componentes múltiples y heterogéneos de los modos posibles de subjetivación, a apenas una de sus
posibilidades: la representación universalista y unificada del individuo.
Aquí se abre nuestro segundo punto de inflexión: superar la dupla dicotomía individuo-grupo, grupo-
sociedad.
La eficacia del proceso de subjetivación implementando en nuestro siglo, no incidió sólo sobre el
individuo, conformando como ser interiorizando. También lo incluye en instancias totalizadoras (sea el grupo o
la sociedad) en relación a las cuales deberá no sólo distinguirse para garantizar su identidad, sino también
mezclarse, ya que solo nunca sobrevivirá.
Esta alternancia tu a mantenerse UNO, idéntico a sí, o juntarse a otros corriendo el riesgo de “perder su
identidad”, es uno de los dilemas vividos actualmente por los individuos como un supuesto “verdadero
problema”.
El individuo, el grupo, la sociedad, son concepciones de un cierto modo de funcionamiento capitalista en
el cual lo que siempre prevalece son representaciones universalizantes y totalizantes.
El grupo es, entonces, pensado a partir del mismo modo de subjetivación individualizante, y es en este
sentido que se lo ve como intermediario entre un nivel que sería más “individual” y otro que sería más “social”.
Pero si desplazamos la noción de grupo hacia la noción de subjetividad, lo que encontraremos será una
multiplicidad y provisoriedad.
En este caso, el grupo dejará de ser el modo cómo los individuos se organizan, para ser un dispositivo,
un catalizador existencial que podrá producir focos mutantes de creación. La noción de dispositivo indica algo
que hace funcionar, que acciona un proceso de descomposición, que produce nuevos acontecimientos, que
acentúan la pluralidad de los componentes de subjetivación. El grupo así producido, como dispositivo analítico,
podrá servir a las descristalizaciones de lugares y roles que el sujeto-individuo construye y reconstruye en sus
historias. La cuestión ya no será buscar una identidad del individuo o del grupo, sino preguntarse sobre qué
componentes de subjetivación estarían siendo accionados y cuáles otros agenciamientos podrían se hechos.
En esta perspectiva, el grupo, el individuo, se tornan apenas formas posibles de individualización de la
subjetividad. En otras condiciones, la subjetividad puede hacerse colectiva.
“en efecto, aquí el término colectivo debe ser entendido en el sentido de una multiplicidad que se
desarrolla más allá del individuo junto al socius, así como más allá de la persona, junto a intensidades pre-
verbales que derivan de una lógica de los afectos, más que de una lógica de los conjuntos bien circunscriptos”.
La noción del colectivo traída por Guattari acaba con las falsas dicotomías entre individuo-grupo y
grupo-sociedad. Pues lo que muestra es que al zambullirnos en las subjetividad entendida como proceso
entramos en contacto con la multiplicidad y no con la unidad, con la heterogeneidad y no con la homogeneidad,
con la fragmentación y no con la totalización.
Instaurar rupturas en las tendencias totalizadoras, unificadoras y naturalizadoras, abre posibilidades para
nuevos procesos de singularización.
Con el único objetivo de tornar algunos puntos definidores de la noción de estructura grupal, diremos
que ésta ha designado una relación entre los individuos y una relación con sus objetivos, de tal modo que: la
transformación en cada uno de estos elementos acarrearía una modificación en todos los otros; al pertenecer a
todos los miembros, las transformaciones compondrían un padrón de comportamiento; al poseer un padrón de
comportamiento, se puede prever como reaccionaran los miembros de ciertas situaciones; su funcionamiento
puede explicar los hechos iobservados.
Lo que caracteriza el funcionamiento de la estructura en su tendencia al equilibrio. Ella busca compensar
toda la influencia que pueda modificarla y tiende a neutralizar las alteraciones para mantener el equilibrio
obtenido por su totalidad.
El grupo como estructura pretende colocarse como una especie de sobre- codificador de las palabras y
gestos.
En este tipo de grupo, el tiempo es el tiempo espacializado, el tiempo de cada encuentro de sus
componentes o, aún, el tiempo transcurrido entre un hecho y lo que sobre pe se dice.
Cuando pensamos el grupo como dispositivo y lo descentramos de los individuos, entramos en contacto
con la problemática de la producción, de las máquinas, de un tiempo irreversible. Lo que importa enes cómo
ellas funcionan.
El grupo dispositivo-maquina se instala en el caos, en los flujos más diversos, posibilitando la irrupción
de lo inesperado donde estaba lo ya naturalizado. Así, el grupo-máquina no busca relaciones de determinación
estructural entre los acontecimientos de ayer, de hoy y de mañana. Su relación con el tiempo es del orden de la
intensidad, del corte. Su función de dispositivo crea fluctuaciones y tensiones que no buscan el equilibrio si no
la invención de bifurcaciones que den pasaje a las rupturas operadas.
El tiempo del grupo, aquí, es el tiempo de los comienzos innumerables, de la producción de los
acontecimientos; ni interno ni universal, el tiempo maquínico es el de las transformaciones irreversibles. En esta
tentativa de accionar el grupo como dispositivo, no hay más ni universal ni UNO, hay solamente procesos,
devenires.
El grupo no tiene relación con la vida privada de los individuos que se reúnen en determinado espacio.
Es un dispositivo cuando trata de intensificar en cada palabra, sonido o gesto, lo que tales componentes
accionan de las instituciones y de cómo construyen en éstas nuevas redes singulares de diferenciación.
Se intentará un escuchar/actuar sobre la multiplicidad de los modos colectivos de semiotización
trazando, en cada momento, el camino de los encuentros, la producción de las rupturas. Hacer confluir los
puntos de ebullición a partir de los cuales nuevas bifurcaciones sean posibles, es intentar abrir posibilidades de
desordenar el modo de producción de subjetividades capitalistas.
1. La influencia q tenían los investigadores sobre la producción de los trabajadores, en los estudios
de iluminación y ensamblaje de transmisiones telefónicas (la atención especial q los investigadores daban a los
trabajadores, no las variaciones en las condiciones laborales, era la razón para el incremento en la
productividad), comenzó a indicar la poderosa influencia de la comunicación humana sobre el comportamiento
de los miembros de la organización.
Esta implicación de q los trabajadores son influidos por medio de la comunicación se convirtió en una
parte muy importante de la teoría de las relaciones humanas y condujo al desarrollo del campo de la
comunicación en las organizaciones.
La teoría clásica veía a la comunicación simple// como un mal necesario en el q los supervisores se
comunicaban de manera descendente en la jerarquía de la organización para decir a los trabajadores qué hacer.
2. La influencia + de las entrevistas de ventilación sobre los trabajadores condujo a la identificación
de la comunicación ascendente y a la retroalimentación de los trabajadores a los supervisores, como una
actividad útil en la organización.
La teoría clásica había hecho énfasis en la comunicación descendente, como canal básico de
comunicación en las organizaciones.
3. El descubrimiento de las normas sociales del desempeño del trabajador, en el depósito de
instalaciones de alambrado, condujo a la identificación de la existencia e influencia de los canales informales de
comunicación sobre los miembros de la organización. La teoría de las relaciones humanas comenzó a mirar a
las líneas de comunicación informales y sociales en las organizaciones.
- Supuestos Básicos:
1. G. de emparejamiento: “Dos miembros del g. se traban en discusión; a veces apenas se podía
describir lo q sucedía entre ellos, pero era evidente la existencia de una trabazón, entre ambos, q el g. como tal,
también percibía”. En cualquier ocasión en q 2 personas establecen este tipo de relación en el g., parece existir
el supuesto básico, compartido tanto por el g. como por la pareja en cuestión, de q la relación es de tipo sexual.
Ahora bien, es evidente q 2 personas en un g. pueden unirse por una cantidad de propósitos no sexuales;
en consecuencia, debe haber un grado considerable de conflicto entre el deseo de la pareja de lograr el objetivo
q persigue consciente//, y las emociones derivadas del supuesto básico de q 2 personas sólo se pueden encontrar
con 1 propósito, el propósito sexual. El sexo ocupa una posición central junto con otras emociones más o menos
secundarias.
Si el supuesto básico con relación a la pareja es q sus integrantes se encuentran con propósitos sexuales,
el supuesto básico con las personas q se reúnen en g. es q tienen el propósito de preservarlo.
- Moreno desarrolla toda su teoría y práctica del Psicodrama a partir de privilegiar el acto creador
y la espontaneidad del ser humano como el potencial q le permite un cambio, dentro de lo q él denomina la
“civilización de las conservas”, civilización q condena a las personas a la robotización, a la repetición de gestos,
pautas y de roles determinados.
5. EXPERIENCIAS EN G.S
Los grupos generaban pasiones. Pero es preciso detenernos también en las dificultades para no sostener
una mitología de estos abordajes.
¿Cómo era una Psicoterapia de G. de los 50´ o a principios de los 60´? Lo más probable era que
estuviera coordinado por un psicoanalista que trabajaba con grupos. Probablemente seguía la línea hegemónica
Kleiniana- Bioniana, por ello lo veía a uno estrictamente dentro del grupo y trataba de minimizar los contactos
individuales. Era estricto con este encuadre grupal. Su marco teórico Bioniano le imponía considerar al grupo
como un todo. Como terapeuta era silencioso y sólo hablaba para interpretar lo que sucedía en el grupo. Estaban
contraindicadas las interpretaciones “individuales”. Probablemente lo más llamativo fuera la presencia de un
observador no participante. Esto era una regla. Alguien silencioso que se incluía en todas las sesiones del grupo
tomando notas de lo acontecido, lo que permitía tener registros de lo que sucedía para ser trabajado
posteriormente con el terapeuta.
El crecimiento de los abordajes grupales se dieron en una sociedad en la cual lo grupal y lo comunitario
eran una forma de resolver problemas.
MODULO 2
FICHA 14067. “Notas para una discusión de la noción de subjetividad”. Lic. Juana A. Acuña
La producción de una teorización acerca de la Subjetividad es una tarea inacabada y en constante
construcción.
Cambios en la subjetividad
Diferenciar entre condiciones de producción de subjetividad y condiciones de constitución psíquica
puede definirse en los siguientes términos: la constitución del psiquismo esta dada por variables cuya
permanencia trasciende ciertos modelos sociales e históricos, y que pueden ser cercadas en el campo especifico
conceptual de pertenencia. La producción de subjetividad, por su parte, incluye todos aquellos aspectos que
hacen a la construcción social del sujeto, en términos de producción y reproducción ideológica y de articulación
con las variables sociales que lo inscriben en un tiempo y espacio particulares desde el punto de vista de la
historia política.
El ejemplo privilegiado que permitirá ubicar ambos ejes lo constituye el concepto “complejo de Edipo”.
Consiste en el amor por el progenitor del sexo opuesto y por el odio al del mismo sexo, puede ser derribado en
su carácter de organizador general del psiquismo a partir de las nuevas formas de procreación y crianza, dado
que asistimos a nuevos modelos de familia, los sujetos pueden ser no sólo criados sino hasta engendrados en el
interior de alianzas de distinto orden.
Se torna necesario revisar el modo con el cual el eje “producción psíquica” se ve recubierto por el eje
“producción de subjetividad”. Las variables para la producción del psiquismo han sido plegadas en psicoanálisis
a los fantasmas singulares de los sujetos que acerca de ellas fantasmatizan.
Despojado de sus rasgos históricos, el Edipo no conserva ya nada del mito originario, lo cual no quiere
decir que no sea fantasmatizado por cada uno de sus protagonistas bajo los modos dominantes de las
formaciones sociales en juego. De tal modo, en razón de que la fantasía es un producto mixto, y que estas
teorías que los seres humanos forjan sobre su existencia y orígenes son del orden de la intersección entre el
inconsciente y el yo, inevitablemente se ven atravesados por elementos ideológicos intervinientes en la
producción de subjetividad, y no solo por variables constitutivas de la constitución psíquica.
Los dos fantasmas privilegiados de la constitución subjetiva, Edipo y castración, han quedado adheridos
a la ideología de preeminencia fálica de la modernidad, que son fácilmente destituibles a partir de las nuevas
formas de subjetivación con las cuales se recomponen hoy las relaciones de genero, vale decir los modos
básicos con los cuales las culturas pautan las relaciones de poder a partir de la lógica binaria de repartición de
funciones. Se corre entonces el riesgo de que el concepto quede adherido a su ideologización, y que los
descubrimientos del psicoanálisis se pierdan con los modos históricos con los cuales el siglo ha dado cuenta de
los recubrimientos ideativo-ideológicos que posibilitan la inscripción del psiquismo a nivel de la subjetividad
social.
Cambios en la subjetividad a partir de nuevas condiciones sociales indudablemente se están dando, pero
ellos no invalidan los descubrimientos psicoanalíticos.
Es necesario separar aquellos núcleos de verdad de las impregnaciones socio-culturales y de las
importaciones de otros campos científicos que ya no se sostienen.
FICHA 14025. “De lo imaginario social a lo imaginario grupal”. Ana Maria Fernandez
I Introduccion
La unidad de una sociedad, en el plano de la subjetividad colectiva, se mantiene a traves de la
consolidación y reproduccion de sus producciones de sentido: sentidos organizadores que sustentan la
institución de normas, valores y lenguajes, por los cuales una sociedad puede ser visualizada como una
totalidad. Desde esta perspectiva, normas, valores y lenguaje no son solo herramientas para hacer frente a las
cosas, sino mas bien son los instrumentos para hacer las cosas, en particular para hacer individuos: se alude asi
a la construccion que apartir de la materia primaria humana, da forma a los individuos de una socidad.
Si esta dimension de lo imaginario social es lo que mantiene unida a una sociedad, queda abierta la
cuestionhistorica por exelencia: la genesis de sentido, es decir la produccion de nuevos sistemas de
significación.
Hablar del dispositivo del poder es, en realidad, una manera retórica para poner de manifiesto que los
tres elementos basicos que hacen que el poder funcione:
-la fuerza o violencia
-el discurso del orden
-el imaginario social
Estan articuladas entre si, agrupadas en intersectadas dentro del dispositivo en forma viable
Este universo de significaciones (imaginario social) hace que el poder marche haciendo que los
miembros de una sociedad enlacen y adecuen sus deseos al poder, que sus instituciones se inscriban en el
espiritu de los hombres y mujeres: hace que los conscientes e inconscientes se pongan en fila.
III Instituido-Instituyente
Diferenciacion entre imaginario social efectivo (instituido) e imaginario social radical o instituyente. Lo
imaginario efectivo es lo que mantiene unida una sociedad: pero entonces queda abierta la cuestionhistorica por
excelencia: la genesis de sentido: es decir, l producción de nuevos sistemas de significación o, dicho de otra
manera, la transformación, en el plano de las significaciones, de una sociedad. Una de las caracteristicasmas
profundas de lo simbolico. Imaginario social perteneceria a las significaciones imaginarias que consolidan lo
instituido y en tanto tal anudan los deseos al poder
¿Qué inventa una sociedad cuando se instituye como tal? Inventa significaciones: estas producciones de
sentido, de sentido organizador, no estan ahí para representar otra cosa, sino que estos esquemas organizadores
son condicion de representabilidad de aquello que esa sociedad puede darse.
En el termino imaginario social, lo imaginario remite a otro orden de sentido: ya no como miagen de,
sino como capacidad imaginante, como invencion o creacion incesante social-historica-psiquica, de figuras,
formas, imagines, en sintesis, produccion de significaciones colectivas
Una sociedad es tambien un sistema de interpretación del mundo; es decir de construccion, creacion,
invencion de su propio mundo; en tanto tal puede percibir como peligro cualquier desmentida a su sistema de
interpretación del mundo.
Los mitos que una sociedad instituye son cristalizaciones de significación que operan como
organizadores de sentido en el accionar, pensar y sentir de los hombres mujeres que conforman esa sociedad,
sustentando a su vez la orientación y legitimidad de sus instituciones.
La “institución” de las instituciones de una sociedad y su continuidad es posible no solo por las
condiciones materiales economicas que la producen sino por la eficacia simbolida de sus mitologias, emblemas
y rituales que la sostienen y reproducen.
“la creencia de la existencia del FALo materno es el modelo de todas las transformaciones sucesivas de
las creencias”
Se presentan, a partir de estas afirmaciones, dos problemas:
1) descubrir que la diferencia de los sexos sea insoportable es ya imaginario. Que la diferencia-sexo
femenino-tenga que ser pensada como igualdad-pene amputado-es esa significación colectiva, algo producido
socialmente y no algo dado.
2) ¿Por qué pensar que esta produccion del niño o del fetichista, está en el origen de la produccion de
creencias? Seria mas pertinente afirmar que el psicoanalisis permiten entender las condiciones estructurales por
las cuales el sujeto de deseo puede construir creencias que desmientan la realidad.
Ficha 14095. Entrevista al Dr. Maurizio Lazzarato: “Actualmente rige un capitalismo social y el
deseo”. Pedro Lipcovich.
Lazzarato retoma a Deleuze y Guattari para un abordaje crítico del marxismo clásico que se constituya
en herramienta de transformación. “Lo que se produce ya está vendido, porque antes se convirtió en objeto de
deseo”.
Lazzarato desarrolló la noción de que el capitalismo es “productor de subjetividad”, y planteó que esa
producción de subjetividad es distinta en sus primeras etapas de las etapas actuales. Plante que actualmente rige
un capitalismo social y del deseo. En la primera fase del capitalismo, se trataba ante todo de producir, y después
venía el consumo. Hoy es al revés: un auto se produce después de haberse vendido, quiere decir, después de
haberse constituído como objeto de deseo.
Antes eso no era necesario. Esto empezó en EEUU con el surgimiento del marketing, construir el objeto
como valor de deseo, deseo masivo: es necesario que se lo muestre en la tele y que sea testeado por
consumidores.
Hoy en día el capitalismo, para funcionar, debe producir subjetividad, tanto en el trabajo como en el
consumo.
Desde la perspectiva del trabajo la subjetividad cambió de la siguiente manera: En Occidente se piensa
al trabajador como un pequeño empresario: cada individuo asume como tal el riesgo de su actividad. Cada uno
debe ser autónomo, como un empresario: esto es el “capital humano”. En la antigua organización del trabajo, se
trataba de una subordinación directa. Hoy la subordinación se constituye alrededor de la autonomía, el
individuo lleva en sí mismo la condición de su subordinación. Esto florece bajo el último neoliberalismo. La
economía financiera pasa a preponderar.
El consumidor es objeto de diferentes dispositivos de poder: la publicidad, el marketing, la televisión
impulsan a las personas a construir sus objetos de deseo. El neoliberalismo, a la vez que acrecienta la
desigualdad de ingresos entre las clases sociales, cada vez más empuja a las personas a consumir, como si el
acceso al consumo fuese posible para todo el mundo. Los objetos de deseo, las mercancías están siempre
disponibles en imágenes. Otra importante transformación de la subjetividad se produjo en relación con las
finanzas, que son otro dispositivo de poder. Hace un siglo, el crédito era para las empresas, la gente vivía de los
ingresos de su trabajo. Hoy todos son impulsados hacia el crédito, este es una promesa: yo voy a pagar, durante
10, 20 años voy a pagar este crédito.
Y así el sujeto queda tomado por la deuda. Toda su vida va a estar condicionada con esa deuda. Y hay
quienes se aprovechan de ésta: EL SECTOR FINANCIERO.
Habría dos tipos de subjetividad: esa subjetividad del deudor concerniría a un sector de la población,
quizá mayoritario, pero hay otro que sector que tendría otra subjetividad: así como en la industria están los
empresario y los obreros, en las finanzas están los acreedores y los deudores.
La diferencia entre el sector industrial y el de las finanzas vendría a ser que los acreedores, hoy en día no
se definen desde una clase social específica. La condición de acreedor concierne también a la clase media, a
obreros. La deuda construye un hombre que puede prometer, y puede prometer en tanto que construye una
memoria: yo voy a pagar porque recuerdo mi deuda. Un individuo es al mismo tiempo trabajador, consumidor y
deudor. La misma persona está presa en distintas relaciones de poder.
El sujetamiento social y la servidumbre maquínica: a la vez que se nos demanda ser sujetos
responsables, individuos soberanos, estamos presos de dispositivos maquínicos. En la empresa se le demanda al
empleado ser sujeto soberano a la vez que una parte del mecanismo. Uno está preso en dispositivos
heterogéneos, contradictorios. En el sistema maquínico uno está preso en tanto individuo. Es un proceso de
desubjetivación, pero al mismo tiempo, siempre va a haber una resubjetivación. Cierto que, en la servidumbre
maquínica, ni el hombre es sujeto ni la cosa es objeto, sino que ambos son partes de agenciamiento.
El capitalismo funciona a través de aquella ideología del individuo soberano, pero el individualismo ya
no funciona y el nacionalismo, el machismo, el integrismo religioso, son formas de subjetivación. La
hipermodernidad derrota al sujeto porque lo capta en el sistema maquínico colectivo, pero a la vez, todo el
tiempo se reconstruyen neoarcaísmos.
La crisis continuará y se profundizará. Hoy la crisis gira alrededor de las finanzas. La deuda privada se
ha transferido al Estado, es decir que ya no hay otro a quien transferirla. La dificultad es que no hay modelos
políticos y de emancipación que correspondan a la subjetividad actual.
Hoy es necesario bloquear a la subjetividad para bloquear la producción: bloquear las circulación, las
rutas.
Hoy la cultura tiene un rol económico muy importante, por ejemplo con el turismo. Bloquear un festival
es bloquear la economía de una ciudad.
Para Lazzarato, la plusvalía , el plusvalor, remite al concepto de valor. Para el marxismo, el valor sería
una cantidad objetivable, tendría una consistencia en sí: pero las cosas no tienen valor sino porque
colectivamente les ha sido investido; en el están en juego subjetividades. Además la plusvalía supone una
concepción antropomórfica del valor: en El capital, el valor lo produce sólo el trabajo humano, la máquina no
crea valor. Para Deleuze y Guattari, en cambio, hay plusvalía maquínica: la máquina también produce plusvalía,
el concepto de plusvalía pasa a ser: plusvalía humana más plusvalía de la máquina.
El concepto de plusvalía es políticamente muy fuerte porque está ligado con el concepto de explotación,
en términos de clases sociales. El problema es que la forma de explotación ha cambiado y no tenemos
conceptos que correspondan a esto.
El gran centro de acumulación de riqueza son las finanzas, y en las empresas financieras la plusvalía no
viene de la explotación de quienes trabajan en ellas, sino de otra parte.
Los explotados son no sólo los obreros, sino también los consumidores, de otras maneras: para que algo
se venda , debe construirse como objeto de deseo: cuando usted lo compra, además de poner dinero, se
empobrece subjetivamente. Porque hay una estandarización de la subjetividad. Todo el mundo debe desear eso
mismo para comprarlo. Para hacer apariencia de individualización, se le agrega algún detalle “personalizado”.
Junto con el empobrecimiento económico hay un empobrecimiento subjetivo.
Este trabajo busca señalar diferentes aspectos que hacen o han hecho a la modernidad estatal, tratando de
establecer especialmente aquéllos parámetros que intervienen como puntos de articulación entre campos
sociales heterogéneos. Destaco entre otros aspectos la noción de “porvenir” como un elemento central en la
construcción de ciudadanía, en relación a un tipo específico de construcción social.
1.- La Modernidad: Presentación General.-
. De esta forma, la sociedad capitalista presenta distintas maneras de organización económica y social
dentro de una periodización histórica específicaEn lo que refiere a mi trabajo, tomaré en cuenta principalmente
como categoría de análisis y comparación el capitalismo keynesianoEl mismo significó un cambio importante
en los padrones de reproducción social, reconocimiento del poder sindical y de los derechos de los trabajadores,
como un creciente proceso de consumo asumido por el EstadoDestacaré sin embargo, otros dos procesos, dentro
de la fase keynesiana, fundamentales como ejes de mi investigación: la consolidación del campo de las políticas
sociales y de la ciudadanía y la visión del vínculo individuo-sociedad en términos de gestación de una promesa
que aseguraba (sólidamente) un porvenir y un proyecto tanto social como individualEn el primer caso, señala
Vasconcelos que se constata “un desplazamiento (...) de una parte del conflicto capital/trabajo para la lógica de
la ciudadanía y de los derechos sociales”De esta manera “el campo de las políticas sociales y de la ciudadanía
pasa a constituir el principal escenario de la lucha de clases en los países centrales”En lo que sigue trataré de
desarrollar qué implicó esta concepción de la sociedad, que en más de un factor fue “desmantelada” desde el
neoliberalismo
Lo que busco destacar en este apartado, es cómo (y desde su contexto histórico preciso) la ciudadanía
generada desde la matriz keynesiana se enlazaba a un importante sentido de promesa, concretizable en mayor o
menor grado, en distintas realizaciones. Al mismo tiempo deseo destacar que el proceso de ciudadanía implica,
además de posiciones políticas y económicas, una forma de subjetividad asentada en la capacidad de mentalizar
situaciones y personas en forma de opciones y alternativas y con aceptación de las diferencias regidas por la ley:
“El ciudadano es el tipo de sujeto forjado por un Estado que enuncia que lasoberanía emana del pueblo (…) es
un tipo subjetivo organizado por la suposición básica de que, real o potencialmente, la ley es la misma para
todos“Este modelo keynesiano de ciudadanía se desenvuelve en el percibir al otro como un semejante, un
reconocible, un -si se quiere- ‘vecino’. Implica además, al mismo tiempo, ser percibido por la sociedad como un
interlocutor válido, alguien que tiene o desea tener, un lugar de integración en la misma.
El “otro” en tanto ‘vecino’, ‘patriota’, ‘amigo’, ‘colega’ o simplemente como ‘interlocutor’, contextúa
un marco de diálogo, de valoración del intercambio que es también co-apuntalante de diversos compromisos
sociales, grupales y personales basados en una sociedad de empleo y salario, que busca al mismo tiempo
disimular sus conflictos de clase.
Mi perspectiva es que ciudadanía no es sólo ganar espacios (como quien “gana” terrenos al mar), sino
que además implica una estructura de diálogo, reconocimiento y confianza (aunque sea mínima) dentro de la
sociedad keynesiana, de forma tal que la ciudadanía es el punto de intersección entre aquello que se transmite y
aquello capaz de transformación.
Por tanto, no es solo “tolerar” socialmente la conquista de derechos justos, es también la expresión de
figuras de mediación que establecen pactos y contratos que convalidan una política del intercambio y la
exigencia de redes vinculares y emocionales. O sea, ciudadanía no es algo que repose sólo en la realidad
“material”, es también realidad “psíquica” y “vincular”, que poco tienen de ficción y mucho más de una
operatoria social (efectiva) de anticipación y disponibilidad de lugares sociales, que a su vez deben ser
transformados por quien los habite Supongo así, que el conjunto social cumple funciones estructurantes en una
red de relaciones intersubjetivas, que a su vez no dejan de influir en la propiasociedad. Sentimiento de
pertenencia, reconocimiento y transformación se hacen inseparables y por momentos quizás (positivamente)
indistinguibles.-
1. Lo que estoy intentando pensar con ustedes hoy es cómo la sociedad contemporánea constituye el
sujeto contemporáneo. En otras palabras, pensar los recursos que la sociedad actual pone a disposición del
individuo para que realice la dura tarea de ser alguien, la dura tarea de armarse una vida.
2. La pregunta que esta convocatoria me ha invitado a hacerme es la siguiente. A fines de los ’90
hablábamos de destitución de lo instituido. El año 2001 sin duda invitaba a pensar que la destitución iba a
acabar con todo. Hoy parece que no barrería con todo, o que, además de dejar algunas cosas en pie, también va
poniendo de pie otras cosas. ¿Qué otras cosas va poniendo de pie? O sea, además de destituir, ¿qué instituye?
Hoy, cuando la globalización ha continuado pero también sigue habiendo algo así como una sociedad, nos
preguntamos qué hay en lo social si no se compone de instituidos, si no hay ni institución completa, ni
destitución total. Les adelanto mi tesis. Lo que hay hoy es algo que me atreví a bautizar con un neologismo:
astitución.
La pregunta por la producción de sentido nos invita a preguntarnos ya no solamente con qué ha barrido
la globalización, sino qué ha puesto en el campo de lo social: si hoy no hay instituciones sólidas, ¿qué hay? Esta
es la pregunta.
3. Empiezo entonces por contarles las tesis que quisiera compartir y discutir con ustedes aquí hoy. Este
ciclo es un espacio de “reflexión sobre las producciones sensibles en un mundo en el que el mercado le disputa
al Estado la hegemonía en la producción de sentido”. Primera tesis: el mercado no disputa la producción de
sentido al Estado; ya se la arrebató. Incluso cuando lo que por un atavismo aun llamamos sentido lo produce y
distribuye el Estado, lo hace al modo mercantil: tan completo es el triunfo de lo mercantil en lo que a
producción de sentido respecta. El mercado no solamente ha hecho de la cultura, de la producción de sentido,
un espacio más donde intercambiar productos, sino que además ha modificado la naturaleza misma de los
productos culturales. Aún cuando los productos culturales los produzca el Estado, éstos tienden a asumir unas
modalidades cada vez más mercantiles. La primera tesis requiere una segunda: el triunfador de esta disputa es
lo que llamaremos la égida de la imagen, que por supuesto no es la imagen en general sino una históricamente
específica, la imagen mercantil.
La tercera tesis es que, si la identidad y la representación de tiempos sólidos producían sentido, la égida
de la imagen no produce sentido estrictamente hablando, pues la imagen contemporánea no se deja ordenar por
lo que los analistas llaman orden simbólico. Orden simbólico justamente es lo que no hay más, y es
precisamente lo que daba solidez, estabilidad a la cultura. Esto ha liberado las imágenes y ha producido una
proliferación sin orden ni concierto, una dispersión, que llamo modo imaginal, y que no produce sentido sino su
sucedáneo, un sucedáneo de sentido que por lo pronto no tenemos más remedio que llamar imagen. Me tienta
decir que la égida de la imagen produce ‘simul-sentido’.
La cuarta tesis : en condiciones sociales fluidas o globalizadas, no hay institución estable ni destitución
completa, sino astitución. Es una institución ‘a medias’. La quinta tesis: La astitución es condición de la
recombinación inherente al capitalismo de hoy.
Otra tesis, implicada en y por las tesis anteriores, es que hoy la imagen es el nivel determinante y no el
determinado. No es representación de lo que muestra sino su aspiración rectora.
4. El objeto de esta digresión entonces será la égida de la imagen. Para pensar la experiencia
contemporánea pensamos la égida de la imagen, que no es la égida de la representación o la del Estado-Nación,
sino la dominación de la imagen mercantil sobre todo lo social.
4a. Nos preguntamos por el funcionamiento de la égida de la imagen. Distinguimos un funcionamiento
macro y un funcionamiento micro. El funcionamiento macro, que toma la forma de “flujo de obviedad”, que
por un lado, no te dice “hacé lo que te digo”, sino “hacé lo que quieras”.
La dominación ya no captura el cuerpo o la conciencia del dominado, sino su deseo, y lo hace vía
imagen. Y aquí se inserta el funcionamiento micro de la dominación imaginal, la cuestión de cómo el sujeto se
‘sujeta’ a la imagen, al flujo de obviedad. La experiencia imaginal es la experiencia de ser a partir de la nada y
sobre la nada. El efecto de la experiencia imaginal, funcionamiento micro de la imagen mercantil, no es la
institución de sujeto, sino, como intentaré mostrarles, la astitución de ese sujeto.
Es una imagen todo lo que pueda funcionar, conectar, recombinarse con cualquier otro elemento
recombinable según las necesidades circunstanciales del mercado recombinante o del sujeto que busca
existencia. Es cualquier cosa que pueda conectar con nuestro hambre de ser.
Con esto podemos describir formalmente el procedimiento epistemológico imaginal. Primer paso: lo real
es un modelo de la imagen. Segundo paso: la imagen es perfeccionada, ‘photoshopeada’. Tercer paso: lo real
resulta imperfecto. Es decir, lo real queda sometido a su imagen y aspirando a ser como ella. La fluidez somete
dando a cada cosa su imagen, su imagen singular, a diferencia de la solidez, que sometía imponiendo cierto
sistema de representaciones, que era general y no singular.
5. Pasemos al nudo de lo que quiero presentar y compartir hoy con ustedes: la dura tarea de llegar a ser
alguien, de saciar nuestro hambre de ser partiendo de la nada. Si la subjetividad se conforma de sentidos, la
pregunta es qué pasa con el animal humano en un contexto de sinsentido.
El hambre de ser es algo constitutivo del ser humano. El punto es cómo se llega a ser, cómo uno realiza
la dura tarea de ser alguien. Tradicionalmente, las sociedades te ofrecían el sentido, llegabas a ser alguien
gracias al sentido. Hoy no te ofrecen sentido, te ofrecen imagen. Ahora bien, el asunto es, ¿la imagen sacia
nuestra hambre de ser?
Vivimos nuestro hambre de ser como hambre de imagen. En nuestro mundo, ser es ser una imagen. En
el mundo social de hoy sentimos que no existimos si no tenemos una imagen socialmente visible.
La imagen no representa lo presentado; lo anula. A eso que la imagen anuló, lo reorganiza, lo
redetermina según sus requisitos, pues así es como lo anulado cumple con “la tarea de ser alguien” y “descansa”
en su imagen.
Como decíamos al principio, la imagen es la aspiración de lo real. La imagen es el modelo de la cosa, la
aspiración de la cosa. No es la imagen la que busca adecuarse a la cosa, sino la cosa la que busca adecuarse a la
imagen que aparece como suya.
Para ser hay que ser una imagen. Esto es que nuestro humano hambre de ser no lo sacia el sentido sino
las imágenes visibles, impactantes. Existimos cuando llegamos a coincidir con la imagen, no existimos mientras
aspiramos a ella. Y tampoco existimos una vez que terminamos de copiar a la imagen.
El hambre de ser es hoy hambre de imagen, pero de esa imagen que una y otra vez promete saciarnos el
apetito y que una y otra vez nos defrauda. Lo cual asegura que una y otra vez nos ilusionemos de vuelta con
saciarnos el hambre de ser, el hambre de existir, por la vía imaginal-mercantil.
La dinámica de la existencia imaginal, entonces, se puede formalizar así: hambre de ser que lleva a la
imagen intensa o intensidad imaginal, que sacia el hambre de ser muy satisfactoria y escurridizamente, que lleva
al hambre de ser, que lleva a la intensidad imaginal, y así sucesivamente.
Las promesas de paraíso y estas amenazas de exclusión son el tándem que asegura que la égida de la
imagen se reproduzca.
Las imágenes no se pueden elaborar como pasado, como sentido, como experiencia, sino sólo ver y
volver a ver; también se puede cambiar de imagen, y hasta ‘producir’ imágenes y mostrarlas, pero no se puede
elaborarlas, no se puede significarlas.
La interpelación que producen las imágenes contemporáneas es muy efímera. Estamos todo el tiempo
queriendo acomodarnos a la imagen que nos dé más visibilidad (más existencia), una imagen que lo hará muy
brevemente para continuamente cederle su lugar a otra.
Así llega uno a ser alguien a partir de la nada, pero no a ser sólido, sino a ser imagen. Uno no accede a
constituirse firme y establemente, sino precariamente. Puesto que las imágenes que uno adopta como propias,
que uno hace visibles de sí, las imágenes en que uno se inmola, tienen una fecha de vencimiento, son efímeras,
fluyen, tienen un velocísimo grado de rotación. Constituirse a partir de la nada, llegar a ser alguien
imaginalmente es constituirse como subjetividad recombinable, esto es, no como subjetividad instituida ni
instituyente sino como subjetividad astituida.
6. Y las conclusiones son que mientras que en solidez existir consistía en ser representado, en fluidez
existir consiste en hacerse visible, en hacerse imagen. Si en la cultura sólida, existir era ocupar un lugar en la
cultura, en la fluida, existir es tener un lugar (que tal vez debamos llamar vitrina o sencillamente pantalla) en el
flujo de obviedad. Allí, hacerse reconocible; aquí, hacerse visible. Allí, tener identidad; aquí, tener imagen. La
imagen nos domina por aspiración, más que por opresión. La tarea de llegar a existir es la tarea de aspirar a ser
como la imagen, una tarea muy ‘sustentable’, ya que es infinitamente renovable. Las promesas imaginales, en
cambio, son efímeras y cada vez que caduca una –o antes aun–, viene otra rápidamente a reemplazarla. No es
que aspirar a la imagen prometida sea una tarea infinita, sino que las imágenes a las que aspirar, las finitas
imágenes que constituyen otras finitas aspiraciones, caducan y se renuevan infinitamente.
Cuanta más ‘idealidad’ promete una imagen, cuanta más paradisíaca es su promesa, tanta mayor
satisfacción y certidumbre promete, y por lo tanto más deseable es. Luego, cuanto más engañe, tanto más
‘aspirable’ será, y después, tanto más defraudará y obligará a aspirar a nuevas promesas excesivamente ideales.
Como la imagen que me hace ser alguien rota a tan gran velocidad que nunca llega a fijarse cabalmente,
ser en fluidez no es como era ser en solidez, un instituido, sino un astituido. Ser alguien en solidez era estar
afianzado; ser alguien en fluidez es estar “enganchado con alfileres”. Las promesas imaginales, además de ser
muchas o directamente infinitas y pasajeras o directamente evanescentes, se suceden o alternan tan velozmente,
que no alcanzan a fijarse a la subjetividad ni por lo tanto a fijarla.
Podemos ahora decir nuevamente nuestras tesis, para leerlas más ricamente.
La lógica mercantil ya desterró a la estatal de la producción de sentido. Incluso cuando el ‘sentido’ lo
produce y distribuye el Estado, lo está haciendo al modo del mercado.
Lo que se produce al modo del mercado (modo imaginal) no es sentido sino su sucedáneo imaginal: la
aspiración, la promesa, la singularización dispersiva y desoladora, la intensificación intermitente. Las imágenes
no se efectúan, como lo hacían los dispositivos discursivos, como sentido, pero sí como simulación de sentido.
El triunfador de esa disputa es, más que el mercado, la égida de la imagen mercantil.
En la sociedad dominada por la imagen no hay ni institución estable ni destitución completa, sino
astitución.
La experiencia fluida es estética y dispersa porque es imaginal y no es simbólica, como era la
experiencia sólida, que era una experiencia ética (o moral) y concéntrica porque era discursiva, estructurada.
Hemos desarrollado con más precisión en otro lado la idea de una cultura ‘estética’, una cultura de
bienestar más que de malestar. Aquí introducimos la noción solo para señalar la correlación inextricable entre
semiocapitalismo recombinante, dinámica de la dispersión estética y égida de la imagen. La cultura de bienestar
es consustancial con una “sociedad del espectáculo” en la que el entretenimiento ha dejado de ser ocio
improductivo para ser el mercado tal vez más dinámico del mundo contemporáneo, un mercado en el que no se
venden bienes tangibles sino intangibles, en el que no se consume sino que se hiperconsume… un mercado
imaginal. A su vez, una dinámica cultural reticular e imaginal, dispersiva y singularizante, es el correlato
necesario de un régimen productivo global y recombinante.
El argumento recapitulado quedaría así. En el capitalismo global recombinante, ninguna relación social
es duradera y la ideología es innecesaria. Vivimos la era pos-ideológica: una era en que no existe dispositivo
que pueda significar la vida. Vivir en condiciones de sinsentido es vivir en condiciones de sin destino, y nuestra
constitución subjetiva, nuestra existencia permanece siempre en jaque, y existe con intermitencia,
intensificándose espasmódicamente, al modo de un hipo existencial. Así es que debemos satisfacer nuestro
hambre de ser con imágenes, que son un sucedáneo del sentido, y no el sentido. Esto hace que vivamos la
dinámica de la dispersión y de la imagen como un trauma, sin poder elaborar lo que ocurre, sin poder producir
sentido. La constitución a la que logramos llegar es siempre una constitución a medias, una astitución, pues, en
breve, “ser yo mismo” es “ser mi imagen”.
7. Quedan algunos problemas que pensar. Uno es que sigue siendo un poco oscuro qué quiere decir
aspirar a la imagen, y en ese sentido, como en muchos otros, hay que seguir pensando qué quiere decir
dominación por la imagen, dominación de la imagen, determinación por la imagen, etcétera. Y otro problema,
más difícil aun, es si hay un fuera de la égida de la imagen, que es tanto como preguntar si hay circuitos
comunitarios de producción de sentido. Ya que no hay dispositivos molares, macrosociales, de producción de
sentido; sí hay circuitos comunitarios mas restringidos de producción de sentido. Tomados como individuos,
diría yo, estamos todos dentro de la égida de la imagen, sin distinción de religión, nacionalidad, raza o clase
social. Tomados como individuos, somos reos de la imagen. Pero tomados como tal o cual comunidad, como tal
o cual vínculo, en cambio, a veces estamos más allá de su égida.
Parecería que en los vínculos donde el otro no es un contacto que me puede convenir (convenir en el
sentido de traer ganancia imaginal: en el sentido de hacerme visible), sino alguien con el que hago cosas que de
otro modo no haría, hay un sentido compartido sostenido colectivamente, hay un afuera de la égida de la
imagen. Es decir, lo hay en esas situaciones en que ya no estamos de a uno frente a la imagen (solitos ante ese
mundo todo alfombrado de imágenes), sino cuando estamos en comunidad, no ya una comunidad de escala
nacional, sino una comunidad (asamblea, ensamble, amistad, amor u otra) de escala situacional, vital, de la
escala que la obra colectiva requiera. Si, queriendo existir, quedamos solos frente a la imagen, quedamos sin
más remedio que avenirnos a sus criterios de lo que es existir y, para llegar a la existencia, quedar activamente
envueltos en sus dinámicas.
Podemos tal vez ser muy conscientes de que el mundo imaginal es mentira, pero también es cierto que
no accedemos a un mundo de verdad, y no nos queda mucho más remedio que decir “bueno, aunque sea
mentira, prefiero meterme en esta mentira, que me va a dar de comer (en todos los sentidos), que salirme de
ella, que me va a hacer encontrar el real de la exclusión”. Si estamos solos frente a la imagen, aunque sepamos
que la imagen “nos enrosca la víbora”, no zafamos de la víbora. Y la imagen es muy eficaz para dispersarnos,
esto es, para que no nos juntemos a crear otros criterios de existencia. Trascendemos esa disyuntiva cuando
construimos lazos que forjan sus propios criterios de existencia. La misma dispersión deja espacios donde se
construyen lugares que no son de sinsentido y simulsentido. Frente al tándem imaginal en que se cifra la égida
de la imagen, el tercero excluido parece ser la existencia vincular, que invita a la consigna ni inclusión imaginal
ni exclusión social: sentido colectivo.
Digo. Lo que necesitamos pensar ya no es meramente nuestra deriva en la dinámica de la dispersión sino
nuestra implicación en pensamientos (haceres) de la cohesión.
FICHA 30017: “POST DATA SOBRE LAS SOCIEDADES DE CONTROL”, GILLES DELEUZE
I. Historia
Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVIII y XIX: estas alcanzan su apogeo a
principios del XX y proceden a la organización de los grandes espacios de encierro. El individuo no deja de
pasar de un espacio cerrado a otro cada uno con sus leyes: primero la familia, después la escuela, despues el
cuartel. Foucault analizo muy bien el proyecto ideal de los lugares de encierro particularmente visible en la
fabrica: concentrar, repartir, ordenar, componer, pero lo que también sabia era la brevedad del modelo: sucedia
a las sociedades de soberanía cuyo objetivos y funciones eran otros como recaudar mas que organizar la
producción, decidir la muerte mas que ad ministrar la vida y tras la segunda guerramundial la sociedades
disciplinarias eran lo que ya no éramos, lo que dejamos de ser.
Estamos en una crisis de todos los lugares de encierro: prisión hospital, fabrica, escuela, familia, esta es
un interior en crisis como todos los interiores escolares profesionales. Son las sociedades de control las que
están remplazando a las sociedades disciplinarias
II. Logica
Los diferentes internados o espacios de encierro por los cuales pasa el individuo son variables
independientes y el lenguaje común de todos esos lugares existe, pero es analógicos. Mientras que los diferentes
aparatos de control son variaciones inseparables. Los encierros son moldes, módulos distintos, pero los
controles son modulaciones, como un molde auto deformante que cambiariacontinuamente de un momento a
otro.
En una sociedad de control, la empresa a reemplazado a la fabrica. La fabricaconstituía a los individuos
en cuerpo pero la empresa no cesa de introducir una rivalidad inexplicable como sana emulación, excelente
motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada uno dividiéndolo a si mismo. Asi como la
empresa reemplaza a la fabrica, la formación permanente tiende a reemplazar a la escuela.
En la sociedades de disciplina siempre se estaba empezando de nuevo(de la escuela al cuartel, del cuartel
a la fabrica), mientras que en la sociedades de control nunca se terminaba nada.
La sociedades disciplinarias tienen dos polos: la firma que indica el individuo y el numero de matricula
que indica su posición en un masa. El poder es al mismo tiempo masificador e individualizador, que constituye
en cuerpo a aquellos sobre los que ejerce y moldea la individualidad de cada miembro del cuerpo. En la
sociedades de control, por el contrario, lo esencial no es ya un firma ni un numero, sino una cifra que es una
contraseña que marca el acceso de información o el rechazo. Los individuos se han convertido en dividuos y las
masas en muestras, dato como mercados o bancos. Tal vez sea el dinero lo que mejor exprese la diferencia entre
las dos sociedades.
El hombre de las disciplinas era un productor discontinuo de energía pero el hombre del control es mas
bien ondulatorio.
A cada sociedad distinto tipo de maquina, las viejas sociedades sobre soberanía manejaban maquinas
simples pero las sociedades disciplinarias recientes se equipaban con maquinas energéticas; las sociedades de
control operan sobre maquinas de tercer tipo, maquinas informáticas y ordenadores cuyo peligro pasivo es el
ruido y el activo la piratería o la introducción de virus. Es una evolución tecnológica pero mas aun una
mutación de capitalismo, que puede resumirse asi: el capitalismo del siglo XIX es de concentración para la
producción y de propiedad. Elige pues la fabrica el lugar de encierro, siendo el capitalista el dueño de
producción. En cuanto al mercado es conquistado por especialización, por colonización por baja de los costos
de producción. Pero en la situación actual del capitalismo ya no se basa en la producción, sino en la súper
producción. Lo que quiere vender son servicios y lo que quiere comprar son acciones, es un capitalismo para la
venta y para el mercado.
Las conquistas de mercado se hacen por temas de control, por fijación de cotizaciones por
transformación del producto. El servicio de venta se a convertido en el centro o el alma de la empresa. El
marketing es ahora el instrumento de control social que a corto plazo y de rotación rápida pero también
continuo e ilimitado. El hombre ya no es el hombre encerrado si no el hombre endeudado
III. Programa
Lo que se entiende por crisis de las instituciones es la instalación progresiva y dispersa de un nuevo
régimen dominacion
FICHA (14088). Zygmunt Bauman: “modernidad liquida y fragilidad humana”. Adolfo Vasquez
Rocca
7. El régimen del sabotaje y la lógica del pánico como argumento central de la política en
Sloterdijk.
Sloterdijk: “el miedo esta al comienzo del intelecto, el miedo de alguna manera hizo al hombre” (este
punto no me pareció importante, página 7)
MODULO 3
El presente trabajo tiene como propósito principal el análisis del dispositivo grupal. Intentaremos distinguirlo de
otras categorías referidas a enfoques metodológicos, además de interpelar su existencia y enunciabilidad.
Los dispositivos pueden ser pensados desde su construcción como: dispositivos sociales y como dispositivos de
intervención. En tanto construcción social recibe aportes de las Cs. Sociales, de la ffía, de la historia. En cuanto
a su construcción técnica los recibe desde las disciplinas que construyen dispositivos para operar/intervenir.
DISPOSITIVO GRUPAL
- El dispositivo es el soporte fundamental para el estudio y operatividad en el campo de lo grupal.
¿A qué responde el dispositivo grupal?
- Siempre responde a una demanda, construyendo quien la recibe un artificio metodológico para hacer ver y hacer
hablar y para encontrar, en forma conjunta con el grupo, el punto de urgencia. Incluye: discursos, instituciones,
lo dicho, lo no dicho.
- A partir de su puesta en marcha podemos visibilizar el despliegue de los distintos atravesamientos de un grupo:
la inscripción institucional, los efectos de las normas enunciadas, la constitución de las que el grupo produce,
las referencias, pertenencias teóricas, grados de libertad y estilo del coordinador, así como su deseo de
coordinar.
- Podemos entrever en el devenir del grupo la pluralidad de integrantes, lo singular de cada situación que
construyen, las tareas, el dibujo de la secuencia, lo pendular e/polo técnico y polo imaginario, las transferencias,
identificaciones, y la red e/ tantas dimensiones puestas en juego. El diseño del dispositivo va al encuentro de lo
que él mismo permite, en un juego de fuerzas bloqueados, estabilizados y /o potenciados.
- “Cada grupo” desde su singularidad no es independiente del contrato que lo funda, de su pertenencia
institucional, del estilo y referentes teóricos del coordinador.
¿La enunciación de una regla por parte del coordinador provoca efectos?
- El encuadre es ese ordenador, que consiste en reglas acerca del tiempo y lugar de las reuniones, la frecuencia,
los honorarios, la consigna… Es un operador del proceso grupal que tropieza con las resistencias que provoca.
- Estas enunciaciones determinan posiciones y condiciones de producción. Por lo tanto, el dispositivo muestra
que nunca es neutro, siempre produce efectos (de manipulación, de sugestión, de reflexión, de calma, de
apertura a no a nuevas producciones, etc.).
- El coordinador no solo enuncia las reglas sino que las sostiene y analiza cuando se rompen. Tiene como
correlato la abstinencia de toda relación que no sea vía palabra e/miembros y el coordinador en el contexto de
los encuentros. Promueve el hecho de que pueda retomarse aquello que ha podido intercambiarse fuera del
encuentro.