SI TÚ CAMBIAS,

TODO CAMBIA
Guía práctica para conocerte
y estar en paz contigo mismo1
 “Aunque pueda parecer lo mismo hay
una enorme diferencia entre mirar y ver”

BORJA VILASECA

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“La verdadera profesión del

ser humano es encontrar el
camino hacia sí mismo”
HERMANN HESSE

Felicidades. Seguramente no tengo el placer de conocerte, pero que

hayas decidido leer este artículo dice mucho acerca de ti. Pone de
manifiesto que eres una persona honesta, humilde y valiente, con
ganas de mirar hacia adentro para tomar las riendas de tu vida. Te
aseguro que ya has hecho lo más difícil: abrirte al cambio. No
importa en qué punto de este proceso te encuentres. Conocerte a
ti mismo es un camino que no tiene meta. Lo importante es que te
comprometas con seguir profundizando.

La finalidad de este texto es describirte el camino que puede

conducirte a saber quién eres y de qué manera puedes estar en paz
contigo mismo. Este es sin duda el gran desafío que tienes como ser
humano. Una vez sepas la respuesta, todo lo demás se irá
ordenando y arreglando a su debido tiempo. Puede que ahora
mismo te sientas perdido. Bienvenido al club. No pasa nada. Tarde
o temprano te acabarás encontrando. Lo sé por experiencia. Con el
conocimiento y el entrenamiento adecuados,los
resultadosterminan llegando.

Antes de seguir, déjame decirte solo una cosa: no te creas nada de

lo que leas en este texto. Ni una sola palabra. No tengo la verdad ni
tampoco soy un ejemplo de nada. Soy un buscador como tú. A los 19
años comencé a cuestionármelo todo. Absolutamente todo. De ahí
que por favor, analiza y comprueba la información que viene
a continuación. Es fundamental que la verifiques a través de tu propia
experiencia. Solo así sabrás si verdaderamente puede serte de
utilidad en tu viaje personal de autoconocimiento.

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PRIMERA PARTE

PERDERSE EN EL MUNDO
Empecemos por el principio. Desde el día de tu nacimiento empezaste a ser condicionado
por tu entorno social y familiar. Fuiste educado para pensar y comportarte de una determina-
da manera. Del mismo modo que no elegiste tu idioma ni tu equipo de fútbol, tampoco esc-
ogiste las creencias, los valores y las aspiraciones con las que creaste tu identidad y tu visión
del mundo. Por aquel entonces eras como un cassette en blanco, que no supo ponerningún
tipo de filtro para que otros grabaran encima lo que consideraron más oportuno.

No hace falta que te fustigues ni que culpes a nadie. Al ser un niño inocente no gozabas
de pensamiento crítico ni de capacidad para cuestionar a los adultos que te rodeaban, los
cuales lo hicieron con la mejor intención. Sin embargo, gran parte de la información que
dejaste insertar en tu mente no era del todo correcta. Así fue como pasaste de la inocencia
(ausencia de creencias) a la ignorancia, esto es, un conjunto de creencias erróneas, falsas y
limitantes. Prueba de ello es que durante la adolescencia experimentaste tuprimera gran
crisis existencial.

Fue entonces cuando comenzaste a cosechar resultados insatisfactorios en las diferentes

dimensiones de tu vida. Seguramente adoptaste el papel de víctima, quejándote por que
las cosas no salían como tú deseabas y esperabas. Pero al entrar en conflicto con los demás
y con tus circunstancias, lo único que conseguiste fue aumentar tu nivel de malestar y de
sufrimiento. Tú único problema fue que trataste de cambiar aquello que nodependía de ti
cambiar: la realidad externa. Cabe insistir en que así fue como te enseñaron a vivir.

LA FUNCIÓN DEL SUFRIMIENTO

Los años fueron pasando hasta que te convertiste en un adulto. Eso sí, sin la autoestima ni la
confianza suficientes como para atreverte a seguir tu propio camino. Así, con cadadecisión
que tomabas procuraste hacer lo que la sociedad te dijo que tenías que hacer para ser un
miembro normal más del sistema. Básicamente trabajabas, consumías y tratabas de diver-
tirte todo lo que podías, mientras podías. Sin embargo, en lo rofundo, la sensaciónde vacío
no desaparecía. Puede que incluso sintieras que tu vida carecía de sentido.

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Llegados a este punto, lo más probable es que estés atrapado en una sutil zona de como-
didad. Una parte de ti te susurra que no puedes seguir así. Pero otra, mucho más ruidosa,
te impide iniciar un proceso de cambio. Llevas tanto tiempo haciéndoles caso, que ahora
mismo te sientes preso y paralizado por tus miedos. Al haberte pasado tantos años sin es-
cucharte a ti mismo, puede que tan solo oigas las ensordecedoras voces de la mayoría. Ya
sabes, esas que te dicen una y otra vez que “no puedes”, que “no es el mejor momento”,
que “fracasarás”…

Sin embargo, si has seguido leyendo hasta aquí, me imagino que tu nivel de insatisfacción
es superior a tu miedo al cambio. Esa es precisamente la función del sufrimiento: tener la
motivación necesaria para empezar a cuestionar las creencias con las que fuiste condicio-
nado por la sociedad y poder así descubrir tu propia forma de vivir tu vida. Eso sí, para ello
es imprescindible que hagas un ejercicio bastante doloroso: reconocer tu ignorancia. Más
que nada porque es la llave que abre de par en par las puertas que te conducen hacia la
sabiduría.

SEGUNDA PARTE

ENCONTRARSE EN EL MUNDO

Como muy bien sabes, debido al malestar generalizado en nuestra sociedad, esta búsqueda
hacia el interior está poniéndose de moda. Sin embargo, no tiene nada de nuevo. Hace más
de 2.500 años, en el templo de Delfos –un lugar de culto de la antigua Grecia– se inscribió
el aforismo más repetido a lo largo de todos los tiempos: “Conócete a ti mismo”. Metafóri-
camente, este proceso de autoconocimiento se asemeja mucho al de entrar en una casa que
ha estado mucho tiempo abandonada, aislada del mundo exterior.

No en vano, la mayoría llevamos 30, 40 e incluso más de 50 años sin visitar, ordenar y limpiar
nuestro propio hogar. Esta es la razón por la que nada más poner un pie dentro, nos en-
vuelve una oscuridad amenazadora. Además, en ocasiones el interior de nuestra casa emana
un olor a rancio bastante desagradable. De ahí que nuestra primera reacción sea salir de
ahí corriendo. Tanto es así, que muchos bromean –aunque muy en serio– con que igual se
encuentran con cosas muy feas como para querer verlas.

Sea como fuere, los valientes que decidimos adentrarnos a ciegas, poco a poco vamos
notando como nuestros ojos se acostumbran a la falta de luz. En la medida que vamos
avanzando, finalmente localizamos el interruptor que andamos buscando, también conocido
como “consciencia”. Y menudo susto nos pegamos algunos cuando vemos con claridad el
estado en el que se encuentra nuestra casa interior. Está sucia y desordenada. Las motas de
polvo cubren los muebles desvencijados. Los cristales de las ventanas están rotos y cubier-
tos de mugre. Y un montón de platos enmohecidos y llenos de porquería se acumulan en el
fregadero…

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ILUMINAR LA OSCURIDAD

Como ves, conocerte a ti mismo vendría a ser el proceso de reforma integral de tu hogar
interior. Y no es cuestión de juzgar ni de rechazar nada de lo que veas. Se trata, más bien, de
comprenderte y aceptarte tal como eres. Y de ponerte manos a la obra, comprometiéndote
con arreglar los muebles, cambiar los cristales, fregar los platos y, en definitiva, hacer lo que
haga falta para sentirte verdaderamente a gusto en tu propia casa. Cuanto más limpio y or-
denado esté el lugar en el que vives, más fácil te será de disfrutarlo. Y cuanto mejor te sientas
dentro de él, mejor se sentirán los demás al estar en tu compañía.

Dicho de otra manera, el autoconocimiento consiste en hacer consciente tu “lado oscuro”

o “sombra”. De ahí que suela utilizarse la metáfora de la “iluminación” para referirse al pro-
ceso por medio del cual te das cuenta de cuáles son los miedos, inseguridades, carencias,
complejos, frustraciones, miserias, traumas y heridas que vienes arrastrando a lo largo de la
vida.

Por más que las obvies y no las quieras reconocer, todas estas limitaciones te acompañan
las 24 horas al día, distorsionado tu manera de ver el mundo, así como la forma en la que te
posicionas frente a tus circunstancias laborales y económicas.

Este proceso de introspección no solo se centra en tus limitaciones, sino también en tu po-
tencial como ser humano. Una vez has realizado un diagnóstico profundo acerca de ti mismo,
comienza la segunda etapa de este apasionante proceso, en la que se trabaja el desarrollo
personal y el autoliderazgo. Y en líneas generales, consiste en convertirte en la mejor versión
de ti mismo. No en vano, has nacido con una serie de cualidades, fortalezas, virtudes, talen-
tos, capacidades y habilidades innatas. Pero a menos que sepas detectarlas y desarrollarlas,
permanecerán ocultas en las profundidades de tu ser

TERCERA PARTE

RECONCILIARSE CON EL MUNDO

Si bien hay tantos caminos para conocerse a uno mismo como personas hay en el mundo,
a continuación te presento, de forma muy breve e introductoria, siete claves fundamentales
para llevar a buen puerto tu proceso de autoconocimiento:

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1. Redefinir el concepto de “felicidad”

La gran mentira contemporánea es que “la felicidad está afuera de ti mismo”. De ahí que
puede que te hayas conformado con sucedáneos como el placer, la excitación o la euforia
temporal que te proporciona el consumo materialista, los triunfos profesionales o el entre-
tenimiento. Sin embargo, la felicidad no tiene nada que ver con el bien-tener, sino con el
bien-estar. Es decir, con la sensación interna de estar bien contigo mismo, independien-
temente de cómo sean tus circunstancias externas. La verdadera felicidad es ausencia de
sufrimiento.

2. Conocer tu modelo mental

Se trata del esqueleto psicológico innato que trajiste contigo de serie al nacer. En él se origi-
nan los pensamientos y se instalan las creencias, los valores, las prioridades y las aspiraciones
que constituyen tu personalidad. Es como una lente a partir de la que filtras la realidad
objetiva de forma distorsionada y subjetiva. Más allá de condicionar tu manera de mirar y
de comprender la vida, tu modelo mental determina por qué eres cómo eres, así como la
“piedra emocional” con la que tropiezas una y otra vez a lo largo de tu vida.

3. Reprogramar tu mente
Cuando un agricultor quiere obtener un tipo de fruto, echa en la tierra la semilla correspon-
diente. Del mismo modo, si anhelas un determinado fruto en tu vida, es imprescindible que
plantes la semilla adecuada. En este caso, la semilla es tu pensamiento y la tierra, tu mente.
Así, para poder cambiar la actitud que adoptas frente a tus circunstancias –cambiando así los
resultados que cosechas en las diferentes dimensiones de tu vida–, es imprescindible que
modifiques tu manera de pensar, insertando en tu mente información veraz y de sabiduría.

4. Cultivar tu energía vital

Al igual que cargas el móvil cuando se le agota la batería, has de saber cómo recargar las
pilas por medio del contacto con la naturaleza, la nutrición natural, el ejercicio físico, el yoga,
la contemplación, el silencio o la meditación. A su vez, es recomendable que te rodees de
personas que desprendan energía positiva. El reto es que encuentres un sano equilibrio en-
tre la actividad, el descanso y la relajación. Para ello, es fundamental que reflexiones sobre el
impacto energético que tiene tu estilo de vida en general, así como tus hábitos en particular.

5. Comprometerte con el entrenamiento

La sabiduría no puede enseñarse. Nadie puede recorrer el camino por ti. De ahí que si de
verdad anhelas un profundo cambio en tu vida, es esencial que te comprometas contigo
mismo. Este es sin lugar a dudas el mayor compromiso que puedes asumir en toda tu vida.
Y no se trata de obligarte ni de exigirte. La auténtica transformación no tiene nada que ver
con los “tengo que” o los “debería de”. Más bien surge a raíz de una profunda motivación
por sentirte mejor contigo mismo y, en consecuencia, con los demás y con la vida.

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6. Medir los resultados que obtienes

En la medida en que manejas información veraz, cultivas tu energía vital y te comprometes
con el entrenamiento, es una cuestión de tiempo que empieces a cosechar resultados de
satisfacción. De hecho, existen tres indicadores internos para saber si estás progresando en
tu camino de aprendizaje. El primero es la felicidad (que te lleva a dejar de sufrir), el segundo
es la paz interior (que te lleva a dejar de reaccionar frente a tus circunstancias); y el tercero es
el amor, que te lleva a dejar de luchar y de entrar en conflicto con la realidad.

7. Practicar la aceptación
La palabra mágica que lo cambia todo es la “aceptación”. Eso sí, aceptar no quiere decir
resignarse, reprimirse ni ser indiferente. Tampoco significa tolerar o estar de acuerdo. Y
está muy lejos de ser un acto de debilidad, pasotismo, dejadez o inmovilidad. La auténtica
aceptación nace de una profunda comprensión y sabiduría acerca de por qué eres como
eres, porqué los demás son como son y por qué el mundo es tal como es. Lo cierto es que
aquello que no eres capaz de aceptar es la única causa de tu sufrimiento.

01
Redefinir el concepto
de la “Felicidad”

07 02
7
Practicar la Conocer tu modelo
aceptación mental.

Claves fundamentales
para llevar a buen puerto
06 03
Medir los resultados Reprogramar
que obtienes. tu proceso de tu mente.
autoreconocimento

Comprometerte con
el entrenamiento. 05 04
Cultivar tu
energía vital.

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EPÍLOGO

SÉ TU EL CAMBIO QUE QUIERES VER EN EL MUNDO

La paradoja de este proceso de autoconocimiento y de transformación personal es que
“cuando uno cambia, todo cambia”. Es decir, que al cambiar tu sistema de creencias, cambia
tu manera de ver, de comprender y de interpretar lo que te sucede, cambiando así tu forma
de pensar, de sentir y de interactuar con tus circunstancias. Es entonces cuando verificas a
través de tu experiencia que no es el mundo –sino tu actitud frente al mundo– lo que de-
termina tu grado de bienestar o de malestar, así como tu nivel de abundancia o de escasez.

En este sentido, cabe señalar que sólo cometes errores por falta de información, de energía
vital o de entrenamiento. Así, el sufrimiento te ayuda a recordar que te estás equivocando.
Es decir, que tu interpretación de lo que está sucediendo es demasiado distorsionada y sub-
jetiva. De hecho, si no fuera por los errores, no sabrías en qué estás fallando y de qué manera
puedes aprender a hacerlo mejor. Esta es la razón por la que no debes condenar ni maldecir
tus errores: son tus grandes aliados en el arte de vivir consciente
y sabiamente.

A su vez, es importante señalar que este aprendizaje no se produce de forma lineal, sino más
bien en espiral. A veces has de dar dos pasos hacia atrás –o incluso tropezarte– para retomar
tu verdadero camino, dando tres pasos hacia adelante. Si te responsabilizas por aprender
acerca de lo que te sucede, poco a poco irás ganando en autoestima, serenidad y confianza,
lo que te permitirá evolucionar y madurar. Y al final comprenderás que no hay mejor maestro
que la vida ni mayor escuela de aprendizaje que tus propias circunstancias.

ILUMINAR LA OSCURIDAD
A modo de resumen, quiero terminar con un cuento filosófico que sintetiza todo lo que he
pretendido compartir contigo en esta breve guía sobre autoconocimiento y transformación
personal.

Había una vez un científico muy erudito que vivía encerrado en su laboratorio, tratando de
hallar la fórmula para cambiar el mundo. Pero pasaban los años y no encontraba la solución
que andaba buscando. Cierto día, su hija de siete años invadió su despacho decidida a
ayudarlo. Ante la imposibilidad de sacarla de ahí, el científico arrancó una página de una
revista en la que aparecía una imagen del mundo y la recortó a modo de puzle en decenas
de pedazos.

Mira, hija” –le dijo–, “aquí tienes el mundo todo roto. El juego consiste en que lo recompon-
gas de nuevo.” Dado que aquella niña jamás había visto la imagen del mundo, el científico
calculó que tardaría por lo menos un par de días de arreglarlo. Sin embargo, solo un par de
minutos después oyó la voz de su hija que le llamaba entusiasmado: “¡Papá, ya

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está arreglado!” El científico levantó los ojos de sus anotaciones y, completamente estupe-
facto, comprobó que todos los pedazos habían sido colocados en su sitio exacto. “¿Cómo
es posible que lo hayas terminado tan rápido?” –le preguntó, incrédulo.

Y la niña, sonriente, le contestó: “Cuando me has dicho que arreglara el mundo, lo he inten-
tado, pero no he sabido cómo hacerlo. Entonces me he acordado que cuando has arrancado
la hoja de la revista, en el otro lado aparecía la figura de un hombre, que sí que sé como
es. Y al darle la vuelta a los pedazos de papel, he empezado a arreglar el hombre. Una vez
he conseguido arreglar el hombre, le he dado nuevamente la vuelta a los papelitos y así es
como he arreglado el mundo”.

“Un viaje de mil kilómetros

siempre comienza con el
primer paso”
LAO TSÉ

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que podrás ver de forma gratuita más de un centenar de vídeos, confer-
encias y entrevistas en los que profundizo sobre las diferentes etapas de
este apasionante viaje de autoconocimiento. A su vez, también puedes
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cada día cuelgo alguna reflexión para seguir creciendo en comprensión
y sabiduría.

Deseo de corazón que te vaya de maravilla.

Un fuerte abrazo y ¡estamos en contacto!

Borja Vilaseca

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