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CONTESTA VISTA

Sres. Jueces:

José Manuel Ubeira, por derecho propio, ya

presentado en autos nº FMP 88/2019/2, digo:

I. OBJETO DE LA PRESENTACIÓN

Se me ha corrido traslado del mantenimiento

del recurso interpuesto por el Sr. Fiscal de la instancia y

en consecuencia, temporal y formalmente vengo a contestarlo.

Adelanto, desde ya, mi rechazo a la postura

del agente fiscal para a que el juez actuante se inhiba en

este proceso y se remitan las actuaciones a la Capital del

país.

Sostengo, por las razones que expondré, la

plena competencia en este sumario del titular del Juzgado

Federal de la ciudad de Dolores, el Dr. Alejo Ramos Padilla.

II. MIS RAZONES

1) Las cuestiones técnicas.

Un gran maestro del derecho decía:

“Hasta el más avezado abogado debe lanzarse

a un verdadero acertijo para encontrar el Juez que entienda

en su pleito. Los jueces se declaran competentes y la Cámara

revoca sus resoluciones; o incompetentes y también se las

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revoca. El propio Tribunal de Alzada por una Sala resuelve un

caso y otra sala en forma inversa. Distintas Salas entienden

en casos similares, sin hacer salvedad alguna […] Después de

una peregrinación larga y fatigante por los múltiples

organismos burocráticos debe aprontarse a ventilar una

cuestión de competencia que le llevará un año o más, agotando

instancias antes de poder radicar su juicio.” De Gregorio

Lavié, Julio A. citado por por Gabriela Laura Bordelois en su

excelente trabajo: “Cuestiones de competencia según la

jurisprudencia de la cámara nacional de apelaciones en lo

contencioso administrativo federal”.

En este asunto que voy a tratar espero que

este galimatías, con lúgubre pronóstico, no se cumpla.

La cuestión motivo de traslado merece

atención desde esta perspectiva:

El art. 121, C.N. establece que: "Las

provincias conservan todo el poder no delegado por esta

Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se

hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su

incorporación".

Uno de esos poderes delegados por las

provincias al Gobierno Federal es el judicial, siempre que la

cuestión en pugna verse sobre una materia relacionada a la

defensa de intereses públicos de carácter general que custodia

el poder central.

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La competencia federal se encuentra asignada

expresamente por normas de la C.N. y leyes dictadas por el

Congreso de la Nación.

En tal sentido, y a modo de ejemplo, el art.

116 C.N. establece, de modo general, cuestiones e intereses

cuyo entendimiento corresponde a la justicia federal. Por su

parte, la ley 48 reglamenta la cuestión, siguiendo los

lineamientos constitucionales antes mencionados.

La competencia federal tiene las siguientes

características:

Como la facultad conferida al Poder Judicial

de la Nación, para administrar justicia en los casos, sobre

las personas y en los lugares especialmente determinados por

la Constitución nacional.

La competencia de la justicia federal es de

excepción, se halla limitada a los supuestos enunciados en

los arts. 116 y 117 de la Constitución nacional, por

delegación de las provincias en el gobierno federal del poder-

deber de decidir los conflictos enumerados en los citados

artículos, en tanto que la justicia provincial tendrá

intervención en todos aquellos supuestos que no hallan sido

atribuidos a la justicia federal, resultando de carácter

residual. Es la potestad cognoscitiva, atribuida a los

magistrados federales, por la Constitución nacional (arts.

116 y 117), por la ley 27, por las disposiciones de la ley

48, del decreto ley 1285/58 y demás legislación para

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administrar justicia en los casos y situaciones contemplados

normativamente.

La competencia federal es constitucional,

taxativa y no puede ampliarse; es de orden público

constitucional, y como tal imperativa, inderogable,

irrenunciable e indisponible; es contenciosa; limitada y de

excepción a los casos delegados por las provincias; privativa

y excluyente; prorrogable en razón de las personas en cuyo

favor se dispuso la jurisdicción federal, e inalterable.

Teniendo a la vista estos conceptos, es de

toda evidencia que el juez federal tiene todo el territorio

nacional como sede investigativa y que la división por zonas

del territorio nacional sobre todo - a partir de la ley 24.050

es que se dispuso la división del territorio nacional en

diecisiete (17) distritos judiciales federales entre otros,

ésta sede- tiene como único fin la claridad y simplificación

administrativa que facilita la tarea de la justicia.

Se colige de estas disposiciones que todo el

sistema de competencia y jurisdicción está pensado para hacer

valer la excepcionalidad federal en contiendas con las

diferentes justicias provinciales según materia o

territorio.

No obstante, y para despejar cualquier

incertidumbre, el Código del ramo ,en el artículo 38,

determina que en caso de ignorancia o duda donde un delito

aconteció, será competente el tribunal que prevenga en la

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causa. Del mismo modo, y si hubiera conexidad, rige la pauta

del artículo 42 al que en este asunto le entran todos los

incisos.

Lo que dió pábulo a la intervención del juez

de Dolores, era la comisión de un acto extorsivo ocurrido en

la localidad de Pinamar, que involucra a un fiscal federal.

La investigación de la notitia criminis disparó el que

salieran a la luz una serie de hechos de gravedad, que

trascienden en algún caso las fronteras nacionales, y que

ponen en vilo el estado de derecho tal y como lo conocemos.

La pesquisa está lanzada y en pleno

progreso. Según se ve, es sumamente compleja, y con los

recursos que fueron ampliados -con exigua generosidad- por

parte de Corte Nacional, se ha podido establecer una red de

autorías, complicidades y participaciones de diferentes

actores de la justicia, la política, el espionaje, el

periodismo en comunidad con marginales coquetos y encumbrados

que provocan estupor e indignación.

Básicamente lo que se indaga es una

asociación ilícita sin sede cierta.

La encuesta está radicada en Dolores pero

sus fronteras son difusas e imprecisas aún. Por lo tanto, que

un juez federal capitalino pida la inhibitoria basado en

motivaciones de consumación de uno de los hechos es, como

mínimo: oportunista,insuficiente y ramplón.

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Por otra parte, el domicilio del principal

imputado es en la localidad de Canning, Provincia de Buenos

Aires, y el penal en el que está detenido también.

En definitiva:

Por impulso, prevención, concentración y

para una mejor y más pronta administración de justicia, el

juez federal a cargo debe continuar con la pesquisa.

Sustraerla de sus manos implicaría una

demora peligrosa, para los intereses de la República y los

que en ella habitamos, por la simple razón del tiempo que le

llevaría al nuevo instructor ponerse al tanto por las oscuras

y complejas derivaciones que tiene la trama.

Hasta aquí los elementos técnicos de porque

los Sres. Jueces no deben hacer lugar a la inhibitoria

prohijada por el ministerio público y la mirada de buena fe

que merece la incidencia.

Ahora me ocuparé de lo que subyace en este

intento procesal.

2. Lo que subyace en este trámite.

De la lectura del expediente los Sres.

Jueces podrán advertir que soy víctima de un intento de una

cámara oculta, instigada por el fiscal Stornelli y encomendada

al prevenido D’Alessio.

La cuestión tiene su génesis en que soy el

abogado defensor del arquitecto Oscar Thomas en la causa nº

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9608/18 del registro del Juzgado Federal nº 11 Secretaría 21

a cargo de Claudio Bonadío.

Allí, mi cliente, quién fuera el director

del Ente Binacional Yaciretá por doce años, está imputado por

recibir sobornos y distribuirlos entre diferentes

funcionarios nacionales.

Ello surge de las fotos de unos cuadernos

que se atribuyen en autoría al Sr. Oscar Centeno. Es

popularmente conocida como la causa de “los cuadernos”.

El que fuera mi amigo y defendido, el Dr.

Stornelli, oficia de fiscal en ese proceso y a tropezado con

la cerril decisión del Sr. Thomas de acudir al derecho

constitucional de no incriminarse.

Los desmanes de ese proceso han crecido

groseramente al amparo justificante de la persecución de la

corrupción del gobierno anterior y el encierro de sus más

prominentes funcionarios.

Resistentes a ello, y con mi patrocinio,

hemos ejercido tanto en el expediente como en los medios de

comunicación social una cerrada defensa sobre la inocencia

de mi asistido y he denunciado los delictivos medios de los

que se vale la instrucción para obtener sus torticeros

propósitos.

De resultas de estas acciones, la Sala I de

la Cámara Federal porteña ha tenido como parte querellante al

Sr. Thomas en una denuncia contra el juez Bonadío sus

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complíces y encubridores por prevaricato y privación

ilegítima de la libertad.

En este marco, es que Stornelli excita la

atención de D’Alessio para que, por medio de una cámara

oculta, intente sacarme de la defensa. Las pruebas, son los

chats teléfonicos y la escucha obtenida por el Sr. Echevest

que están regularmente incorporados a este proceso.

También se ha secuestrado un cuaderno -éste

sí existe- en la casa de D’Alessio donde bajo mi nombre

figuran una serie de asuntos y clientes que estuvieron, y

están en trámite, al pie de página dice:

“A sangre fría. Truman Capote”. Una amenaza

tanto para mi familia como para mi.

Como es público, el decano de los fiscales

federales de Comodoro Py, prevaliéndose de sus fueros ha

desoído el llamado a prestar declaración indagatoria en cuatro

oportunidades. En consecuencia junto con Bonadío -ampliamente

mencionado por D’Alessio en una serie de trapisondas- siguen

en funciones y con sobradas influencias en ese malhadado

edificio.

Es allí a donde nos quieren enviar los

fiscales de esta jurisdicción seguramente con el sano

propósito de garantizarnos una investigación independiente y

veloz. Todo ello al amparo de la objetividad y legalidad que

dimanan la acciones del Dr. Casal -fotografíandose con el

embajador de los Estados Unidos- mientras en esta causa se

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investiga la interferencia en asuntos internos de un agente

con cobertura de ese país.

Hemos perdido todas las referencias de

legalidad justificados por supuestos propósitos de salud

republicana. A punto tal que el ministro Rosenkratz, en su

apertura del actual año judicial, reflexionaba sobre la

necesidad de que los jueces vuelvan al derecho por el

descrédito en que la justicia ha caído ante la sociedad toda.

En esa inteligencia y de cara a la

resolución del conflicto que los fiscales de ésta causa les

han traído a Ustedes, es que hago mías las palabras de un

gran Procurador General de la Nación que preanunciaba los

males que desnuda el proceso en trato, y decía:

“Cuando un determinado poder, con el

pretexto de encontrar paliativos fáciles para un mal

ocasional, recurre a facultades de que no está investido,

crea, aunque conjure aquél mal, un peligro que entraña mayor

gravedad y que una vez desatado se hace de difícil contención:

el de identificar atribuciones en orden de lo reglado, con

excesos de poder. Poco a poco la autoridad se acostumbra a

incurrir en extralimitaciones, y lo que en sus comienzos se

trata de justificar con referencia a situaciones

excepcionales o con la innovación de necesidades generales de

primera magnitud, se transforma, en mayor o menor tiempo, en

las condiciones normales del ejercicio del poder. Ocurre

después algo peor. Los mismos gobernados se familiarizan con

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el ejercicio por parte del gobierno, de atribuciones

discrecionales para resolver problemas. Y entonces, concierne

o subconscientemente, pero siempre como si el derecho escrito

vigente hubiera sido sustituido o derogado por un nuevo

derecho consuetudinario, cada sector de la comunidad exige,

si está en juego su propio interés y es preciso para

contemplarlo, que la autoridad recurra a cualquier desvió o

exceso de poder. A cualquiera, no importa en qué medida, basta

que sea idóneo para que la pretensión reclamada sea inmediata

y favorablemente acogida; y así como su concesión no

comprometa el patrimonio estatal será más fácil y cómodo para

el gobierno acordar lo pedido que negarlo.

De esto se hace después una práctica. Así

se va formando lo que se da en llamar “una nueva conciencia”.

Nada va quedando ya que sea pertinente por imperio de la ley

o a través de sus instituciones, y el derecho se adquiere, se

conserva o se pierde sin más causa que la propia voluntad del

gobernante o la benevolencia sectaria con que hace funcionar

su discrecionalidad.

El logro de cualquier aspiración, aunque se

funde en el más elemental de los derechos, pasa entonces a

depender de decisiones graciables. Incluso puede acontecer

que el gobernante, cuya máxima función es asegurar el imperio

de la legalidad, busque revestir sus actos de gobierno, aun

los legítimos, de una generosa arbitrariedad, llevando así al

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ánimo del pueblo la sensación de que un sistema de derecho

estricto no es compatible con el progreso.

El estado de derecho queda así suplementado

por el caos de hecho. Desaparece la estabilidad jurídica y el

pueblo, única fuente de soberanía, advierte, cuando es tarde,

que la ha ido depositando, paulatina y gradualmente, en manos

de quien detenta el poder.

Para evitar que se llegue a tan lamentables

extremos nuestra carta fundamental contiene diversas y

acertadas prevenciones, y la tarea de velar por su

cumplimiento y hacerlas efectivas esta asignada en última

instancia al poder judicial. A el confía esa misión superior,

y de su cabal cumplimiento depende, en definitiva, que las

garantías constitucionales llenen su única finalidad: la de

actuar como barreras infranqueables ante cualquier avance

indebido de la autoridad. Ni a título de excepción, ni aun

cuando considerado aisladamente uno de tales excesos pudiera

tenerse por eficaz para atemperar un mal o para producir un

beneficio, están los jueces habilitados para cohonestar los

excesos de poder.

In legibus salus.”

Buenos Aires, 29 de abril de 1958 –

Sebastián Soler. Autos: “Callao (cine) s/ interpone recurso

jerárquico e/ resolución dictada por el Dirección Nacional de

Servicio de Empleo”.

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Huelgan las palabras. En este lamentable

estado de situación estamos hoy como República.

En resumidas cuentas, Sres. Jueces, la

apariencia de este incidente es una sesuda reclamación

inhibitoria del titular a cargo del juzgado federal de Dolores

fundada en razones de jurisdicción, pero lo que encubre es

una repugnante defensa corporativa.

Y digo esto porque:

Les pagamos sueldos para que velen, entre

otras cosas, por la seguridad física y profesional de las

personas amenazadas por las acciones de los imputados en este

proceso.

En consecuencia, me pregunto:

¿Tener un fiscal federal renegado de la

justicia en este proceso que conspiró para generarme un mal,

no les genera algún prurito?

¿Qué D’Alessio escriba el nombre de un libro

en se relata la brutal muerte de toda una familia en una hoja

donde se hace una ficha de mi vida profesional, no les llama

la atención?

¿Qué el juez Bonadío aparezca reiteradas

veces involucrado en coimas y operaciones no les genera

suspicacias? ¿Donde creen los fiscales que ocurre todo esto?

Hasta el día de hoy, Stornelli y sus

cómplices cuentan con plena influencia en la jurisdicción

requirente y ello debería actuar como una potente alarma para

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que las decisiones que tomen los fiscales de esta causa

eviten, como mínimo, que la misma se instruya donde no estemos

bajo amenaza.

En definitiva, Señores Jueces, a la luz de

los comportamientos procesales observados en los Sres.

fiscales de la jurisdicción no tengan dudas, que, de continuar

así, uno prefiera estar sólo.

III. PETITORIO

En mi rol querellante solicito:

a) Tenga por contestado el traslado en

tiempo y forma.

b) Se rechace la inhibitoria intentada y se

mantenga la jurisdicción del juez federal de la ciudad de

Dolores -el Dr. Alejo Ramos Padilla- para el conocimiento y

trámite de esta encuesta.

c) Para el eventual caso que el Tribunal se

decante por la opción de partir el proceso en diferentes

jurisdicciones o remitirlas a la justicia federal capitalina,

dejo planteada la reserva casatoria federal y el caso federal.

d) Por verse afectada mi seguridad personal,

la de mi familia y el ejercicio profesional de la abogacía,

es que dejo planteadas las reservas de acudir a instancias

internacionales para el conocimiento de este grave asunto

judicial.

SERA JUSTICIA

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