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Estrés

Actualmente no se ha logrado un consenso general entre expertos sobre la definición del


estrés a pesar de que está inserto en el campo de las ciencias médicas, sociales y educativas
(Román y Hernández, 2011). Es un concepto complejo cuya valoración depende del enfoque
teórico desde el que sea definido (Román y Hernández, 2011).

Actualmente, el estrés se explica atendiendo a tres concepciones ampliamente extendidas en


la literatura, derivadas de la evolución que ha sufrido este fenómeno: estrés como estímulo,
estrés como respuesta y estrés como interacción estímulo-respuesta (Trianes, Blanca,
Fernández-Baena, Escobar y Maldonado, 2012).

Según Holmes y Rahe (citado en Trianes et al., 2012): “el estrés como estímulo hace referencia
a la exposición a circunstancias o acontecimientos externos al sujeto capaces de alterar el
equilibrio fisiológico y psicológico del organismo” (p. 30). Desde esta perspectiva no se tiene
en cuenta la interpretación cognitiva o valoración subjetiva que el individuo hace del
acontecimiento (Baena, 2007).

Según Seyle (citado en Trianes et al., 2012): “el estrés como respuesta se refiere a las
manifestaciones del organismo de tipo fisiológico” (p. 30). A lo anterior, Escobar, Blanca,
Fernández-Baena y Trianes; Fimian, Fastenau, Tashner y Cross (citados en Trianes et al., 2012)
añaden respuestas de tipo cognitivo, emocional, motor y conductual ante estímulos adversos.
En este sentido, autores como Sierra, Ortega y Zubeidat (2003) consideran los términos
ansiedad y angustia como manifestaciones o respuestas al estrés, siendo la ansiedad la
reacción más frecuente en situaciones estresantes (Vidal, 2012).

El estrés como interacción estímulo-respuesta integra las consideraciones de estrés como


estímulo y estrés como respuesta (Baena, 2007). Desde esta perspectiva, según Lazarus y
Folkman (citados en Trianes et al., 2012): “el estrés es una relación particular entre el individuo
y el entorno, que es evaluado por éste como amenazante o desbordante de sus recursos y
pone en peligro su bienestar” (p.30). En esta línea, Baena (2007) afirma que es necesario tener
presente la valoración o percepción cognitiva que la persona hace de la situación, siendo éste
un factor explicativo de por qué varias personas ante situaciones estresantes semejantes
manifiestan diferentes reacciones.

Como se puede apreciar, la definición de estrés varía en función del modelo conceptual
adoptado. No obstante, según Baena (2007) la más ampliamente adoptada en la investigación
ha sido la ofrecida por Lazarus y Folkman (1986).

Dislalia

El termino dislalia significa hablar mal o hablar con dificultad. Se considera que en las dislalias
hay una alteración de un fonema o de un grupo de fonemas. La alteración articulatoria puede
afectar tanto a una consonante como a una vocal (Moreno, Suarez y Martínez, 2003 p.19).

La dislalia es el trastorno articulatorio con mayor incidencia y es más común que el


Sexo masculino la padezca según datos estadísticos y estos están en función de la edad del
niño y de la definición que se le da a dicha patología, puede considerarse normal hasta los 5 ò
6 años de edad (Moreno, Suarez y Martínez, 2003).

Los errores mas comunes que pueden presentarse en la dislalia son los de omisión,
Sustitución y distorsión.

Una característica de la dislalia que se asemeja con las disfonías, es que las dislalias también
son muy frecuentes en las etapas escolares tempranas y esto se debe a causas variadas,
pueden intervenir numerosos factores en la aparición de estas. Susman (1980), citado en
Moreno, Suáres y Martínez (2003) considera que la dificultad articulatoria infantil puedes estar
ocasionada por la inmadurez del niño, los bloqueos emocionales, las conductas inestables, etc.

Los niños al ser conscientes de su problema articulatorio tienden a cohibirse y a tratar de


hablar lo menos posible ya que son productos de burlas, bromas y maltratos.

Es de importancia el mencionar también que es la dislalia es también dividida de acuerdo a


características específicas, es por eso que se remontaran los tipos de dislalia según Pascual
(1988) quien dice se puede hablar de cuatro tipos de dislalia: la dislalia evolutiva, la dislalia
orgánica, la dislalia funcional y la dislalia audiogena (Moreno, Suáres, y Martínez, 2003). Mas
adelante se explicará más ampliamente el tema de Dislalia Funcional, ya que es el tema en el
cual se centra esta intervención.

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