You are on page 1of 6

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS

FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTE


ESCUELA DE PEDAGOGIA Y CIENCIAS DE LA EDUCACION

PA-302 PSICOLOGIA SOCIAL


SECCION: 1700

CATEDRATICO: Lic. OSCAR MUNGUIA

RESUMEN
CAPITULO 4
ACTITUDES
Pág. 130-140

INTEGRANTES:

NOMBRE # DE CUENTA

Dania Edelmira Rodriguez Sosa 20121008763

Glenda Yadira Orellana Martinez 9911837

Ebelin Paulina Rivera Aguilar 20141005349

Alejandra María Barahona Chacon 20141010133

Joselin Stefany Galindo Nolasco 20111013487

Lesly Graciela Sosa Rubio 20131006832

II PERIODO ACADEMICO 2018


CIUDAD UNIVERSITARIA
La relación entre actitud y comportamiento: ¿cuándo y cómo influyen las
actitudes sobre el comportamiento?

Según la relación entre actitud y comportamiento las actitudes por décadas habían
sido uno de los conceptos centrales del campo en cómo se formaban las actitudes
y como podían ser cambiadas. En sentido común las actitudes constituyen un
importante determinante de la conducta. A finales de los sesenta, muchos estudios
parecían apuntar a una conclusión muy diferente: el vínculo entre actitudes y
conducta era en realidad muy débil. Por tanto, conocer la actitud para predecir su
conducta explicita. Probablemente en muchas ocasiones habrás experimentado
una diferencia entre tus propias actitudes y tu conducta.

Nuestras actitudes a menudo ejercen importantes efectos sobre nuestra conducta.


Las ideas o los temas moldean tus acciones referentes a estos aspectos del mundo
social.

¿Cuándo y cómo las actitudes influyen sobre el comportamiento? ¿ejercen las


actitudes tales efectos? Los resultados de estas investigaciones son muy
reveladores y también esbozan una imagen mucho más alentadora relativa a la
posibilidad de predecir la conducta de las personas a partir de sus actitudes.

¿Cuándo las actitudes influyen sobre el comportamiento?


Especificidad, fuerza, accesibilidad y otros factores

Actitudes: Evaluaciones de varios aspectos del mundo social.


Actitud ambivalente: la tendencia a tener evaluaciones positivas y negativas sobre
un mismo objeto actitudinal; por tanto, nuestra actitud hacia él resulta ambivalente.
Este estudio fue realizado por LaPiere (1934) durante la gran depresión económica
de los años treinta.
En aquel momento, los psicólogos sociales definieron las actitudes mayormente en
términos de conducta como tendencias o predisposiciones a comportarse de cierta
forma en situaciones sociales
(Allport, 1924). Por tanto, ellos asumieron que las actitudes eran usualmente
reflejadas en la conducta explícita.
LaPiere, sin embargo, no pensaba así. Él quiso saber si las personas que tenían
varios prejuicios actitudes negativas hacia los miembros de grupos sociales
específicos (véase Capítulo 6) mostrarían estas actitudes en sus conductas
explícitas, así como en sus afirmaciones verbales.

LaPiere (1934) interpretó sus resultados indicando que a menudo existe una gran
distancia entre las actitudes y la conducta entre lo que la gente dice y lo que
realmente hace. Este estudio clásico y hallazgos relacionados reportados en las
décadas siguientes condujeron a algunos psicólogos sociales (por ejemplo,Wicker,
1969) a concluir que este campo había malgastado su tiempo estudiando las
actitudes, ya que no influyen de manera importante en el comportamiento ¿Era esto
cierto? Absolutamente ¡no! Investigaciones más sofisticadas pronto indicaron que
bajo ciertas condiciones las actitudes influyen de hecho sobre el comportamiento.
La tarea clave entonces fue determinar cuáles eran estas condiciones cuándo y
cómo las actitudes moldean las acciones explícitas. Como un ejemplo de
investigación moderna sobre este tema, consideremos el estudio de Armitage y
Conner (2000), relativo al rol de la ambivalencia actitudinal en la relación actitud-
conducta.
Reconociendo la importancia de la ambivalencia de las actitudes en la relación
actitud-conducta, Armitage y Conner (2000) intentaron determinar si, como bien
podíamos esperar, las actitudes ambivalentes son predictoras más débiles de la
conducta que las que no son ambivalentes En pocas palabras, los desconcertantes
resultados reportados por LaPiere (1934) fueron sustituidos más tarde por una
investigación más sofisticada. Bajo ciertas condiciones, por ejemplo, cuando no son
ambivalentes— las actitudes de hecho predicen la conducta. Ahora revisaremos con
más detalle cuáles son estas condiciones (es decir, otros factores que determinan
la influencia de las actitudes sobre el comportamiento y en qué medida lo hacen).
Pero el punto principal de nuestra expresión debe quedar claro: los psicólogos
sociales han hecho un gran progreso en relación a la meta de comprender el vínculo
entre actitudes y conducta; esto, a su vez, es uno de los temas centrales para
comprender las actitudes y su rol en nuestras vidas.

Aspectos de la situación: factores que nos dificultan expresar nuestras


Actitudes

Aspectos de la situación: factores que nos dificultan expresar nuestras actitudes En


otras palabras, a menudo escogemos participar en situaciones en las cuales lo que
decimos y lo que hacemos coincide (Snyder y Ickes, 1985). De hecho, dado que los
sujetos tienden a escoger situaciones en las cuales ellos pueden involucrarse en
conductas consistentes con sus actitudes, las actitudes en sí mismas pueden ser
fortalecidas por su expresión explícita y así convertirse en mejores predictores de la
conducta (DeBono y Snyder, 1995).

Orígenes de las Actitudes. Uno de tales factores tiene que ver con cómo las
actitudes son formadas en el primer momento. Importantes evidencias indican que
las actitudes formadas a través de la experiencia directa a menudo ejercen mayores
efectos en la conducta que las formadas indirectamente.
Fuerza de la Actitud. Otro factor —claramente uno de los más importantes—
implica lo que se conoce como la fuerza de las actitudes. Cuanto más fuerte sean
las actitudes, mayor será su impacto en la conducta.

Especificidad de la Actitud. Un tercer aspecto de las actitudes que influye en su


relación con la conducta, medida en que las actitudes están centradas en aspectos
o situaciones específicas más que en temas generales.

¿Cómo influyen las actitudes sobre el comportamiento?


Intenciones, deseo y acción

Comprender cuando las actitudes influyen sobre el comportamiento es un tema muy


importante, los psicólogos sociales están interesados no solo en el cuándo sino
también en por qué y en como del pensamiento y la conducta social, es por esto
que en esta sección se habla de Una comprensión acerca de la naturaleza de este
proceso es proporcionada por la teoría de la acción razonada (y una versión
posterior de este enfoque, conocida como la teoría de la conducta planeada),
propuesta por Ajzen y Fishbein (1980, Ajzen, 1991).

ACTITUDES, PENSAMIENTO RAZONADO Y COMPORTAMIENTO


La teoría de la acción razonada: una teoría que sugiere que la decisión de
comprometerse en una conducta particular es el resultado de un proceso racional
en el cual se consideran las opciones de la conducta, se evalúan las consecuencias
o resultados de cada una y se llega a una decisión de actuar o no.
Esta decisión se refleja entonces en las intenciones conductuales, las cuales
influyen fuertemente la conducta. Y la teoría de la conducta planeada Es una
extensión de la teoría de la acción razonada, que sugiere que además de las
actitudes hacia un comportamiento dado y de las normas subjetivas acerca de éste,
los individuos también consideran el control de la conducta percibido su habilidad
para ejecutar la conducta. Un ejemplo acerca de esta teoría es cuando una persona
desea acerce un piercing ¿Realmente lo hará? De acuerdo con Ajzen y Fishbein la
respuesta depende de sus intenciones y éstas, a su vez, estarán fuertemente
influidas por los factores antes mencionados. Si la estudiante cree que hacerse el
piercing no será doloroso y que le hará verse más atractiva (ella tiene una actitud
positiva hacia dicha conducta), que las opiniones de la gente que ella valora
aprobarán esta acción (normas subjetivas) y que ella puede fácilmente hacerlo (ella
conoce a un experto en hacer piercings), sus intenciones para realizar esta acción
serán fuertes. Por otra parte, si ella cree que hacerse el piercing será doloroso y
que no mejorará mucho su apariencia, que sus amigas lo desaprobarán y que tendrá
problemas en encontrar un experto para hacerlo de manera segura, entonces sus
intenciones para llevar un pendiente en la nariz serán débiles.

ACTITUDES Y REACCIONES INMEDIATAS DE COMPORTAMIENTO

Modelo del proceso ‘de la actitud a la conducta: Un modelo de cómo las


actitudes guían el comportamiento. Enfatiza la influencia tanto de las actitudes como
del conocimiento almacenado sobre lo que es apropiado en una situación dada en
la definición individual de la situación. Esta definición, a su vez, influye sobre el
comportamiento. Por ejemplo, alguien en verdad se pone por delante de ti en una
fila, rompiendo el orden original para pagar en una tienda. Este evento activa tu
actitud hacia la gente que realiza este tipo de conductas y, al mismo tiempo, tu
comprensión de cómo se espera que la gente se comporte en las tiendas. Juntos
estos factores influyen sobre tu definición (percepción) del evento, la cual puede ser
«¿Quién se ha creído que es esta persona?, ¡qué atrevimiento!» o quizás, «Esta
persona debe estar muy apurada o tal vez sea un extranjero que desconoce que las
personas deben hacer una fila». Tu definición del evento, entonces moldea tu
conducta.

Parece que las actitudes afectan nuestra conducta a través de al menos dos
mecanismos y que estos operan bajo condiciones diferentes. Cuando tenemos
tiempo para pensar cuidadosa y razonadamente, podemos valorar todas las
alternativas y decidir de manera intencionada cómo actuar. Sin embargo, bajo las
condiciones frenéticas de la vida cotidiana, no disponemos de tiempo para pensar
de manera intencionada sopesando las alternativas; en tales casos, nuestras
actitudes parecen moldear espontáneamente nuestras percepciones de varios
eventos y, por tanto, nuestras reacciones conductuales inmediatas a ellas.

You might also like