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La nueva izquierda

en América Latina

Sus orígenes y trayeaoria futura

César A. Rodríguez Garaviro

Patrtck S. Barrett

Daniel Chavez

EDITORES

' 1

Grupo Editorial Norm�

hnp:J /www norma com

llogod lhrcclon3 llucnrnA,rcs Gracas Guatemala.

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San Salv:idor Santiago de Chile Santo Donungo


11

Una izquierda con futuro

Boavcntur:a de Sousa Santos


La relación fantasmagórica ene« teorfa y práctica

La distancia entre las pr.ícticas de la izquierda latinoameri­

cana y las teorías clásicas de izquierda es hoy mayor que nunca.

En el momento actual, tal vez ésta sea la caracterísuca principal

de la i:z:quierda latinoamericana. Del mexicano Ejéroto Zaparista

de Liberación Nacional (EZLN) al gobierno brasileño del Partido

de los Trabajadores (PT), de los piqueteros argentinos al Movi­

mient o de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MsT) brasileño.

de los movimientos indígenas de Bolivia y Ecuador al Frente

Amplio del Uruguay.del Foro Social Mundial (1·SM) hasta Hugo

Ch:ivez, nos encontramos con prácticas políticas que, en general,

se reconocen como de izquierda, pero qve. en su conjunto, o

no fueron previstas por las principales tradiciones teóricas de la

i:z:quierda bcinoamericana o incluso S<' contradicen con ellas

De esta ceguera recíproca de la práctica en relación con la

teoría y de la teoría en relación con la pr.íctica se produce. por

un lado, una subteorización de la práctica y, por el otro, una

irrelevancia de la teoría. Es decir, de b. ceguera de la teoría resulta

una invisibilidad de la práctica, mientras que de la ceguera de la

práctica remita una irrelevancia de la teoría Este desencuentro

recíproco origina, en el lado de la práctica, una oscilación extre­

ma entre la espontaneidad revolucionaria y un posibilismo au­

tocensurado hasta la inocuidad y,en el lado de la teoría, un vaivén

igualmente extremo entre un afan reconstructivo post fa(turn y

una indcfcrcncia arrog:ime ante todo Jo que no acoge la teoría.

En estas condiciones, la relación entre teoría y prácuca, que to­

davía sigue existiendo, asume características méditas.

Por un lado, la teorfa deja de estar al servicio de las pr.ícucas

futuras que puede contener en potencia para dedicarse a rarificar

(o no) prácticas pasadas que emergieron por fuera de la teoría

Deja de ser orientaci6n para convcrurse en legitimación. Por l4J7J

otro bdo, la práctica se autojustifica recurriendo a una amalgama

teórica corutruida en función de las necesidades del momento,

eonsrinnda por conceptos y lenguajes heterogéneos que, desde

el punto de vista teórico, no pasan de ser racionalizaciones o

ejercicios de retórica oportunistas. Desde el punto de visu de

la teoría, un hricol,¡f?e teórico mmca es teoría. Desde el punto de

vista de b. práctica, la teorización a posterior¡ es parasitismo,


llo�amura d� Mlu.- iom,,. --.."'
Un11 l::if<1lrrJ., tarr jrrfttn>

De esta relación fantasmagórica entre roerla y pr:ícnca se


hasta hace poco eran fuertes los disensos sobre el largo pbzo,

siguen tres hechos políticos decisivos para comprendt:r la SltUJ­


estando las energías de convergencia concentradas en el corto

ción actual de la izquierda latinoamericana. El prum;:r hecho e� plazo. hoy, con la pérdida de credrbrlidad del largo plazo, los

que nunca íuc tan grande la discrepancia entre las certezas del
desacuerdos fuertes se dan en el corro plazo, donde están las

corto pbzo y las incertidumbres del medio y brgo plazo. Do­ certezas.Y las certezas. por ser diferentes para los drsnnrox gru­

mma por ello un comportanuento estratégico que puede ser pos. son la base de fuertes desacuerdos.

tanto revolucronarro como reformista. Este comportamiento


La incertidumbre progresiva. y
, por lo tanto, la apertura de

táctico también ha estado coudioonado por las certezas y las largo plazo, se expresa en el tránsito de la certeza del futuro so­

metamorfosis del adversario de la izquierda. cialista, como resultado científico del desenvolvimiento de las

En las tres últimas décadas, el capitalismo neohberal ha lle­


fuerzas productivas, en Marx, a la dicotomía socialismo o bar­

gado a unponer la sujeción de las relaciones sociales a las de valor barie, formulada por Rosa Luxemburgo, y después a la idea de

hasta un extremo impensable hasta hace poco. El empeoranueuto


que "es posible otro mundo" que preside el FSM. Entre ellas. exis­

brutal de la exploración y de la exclusión y. por consiguiente, ten muchas rransictones intermedias.

de las desigualdades sociales, mediante el desmantelamiento de El largo plazo fire s1t:mpre el horizonte de la izquierda. En

los mecanismos políticos y jurídicos de la regulación, que pare·


el pasa.do, cuanto mayor era la diferencia de t..
"'SC honzonte en

cían irrever�1ble� algún tiempo atrás. confiere a las luchas de relación con el panorama del capitalismo en el presente, mis ra­

resrseencra un carácter de urgencia que permite coovergcncias dical era la concepción de la vía de actuación. De ahí surgió una

amplias en los objenvos a corto plazo -dcsdc las privanzacionce grieta entre revolución y reforma. Hoy en dia esa grieta ha su­

salvajes a la Organización Mundial del Comercio (oMc)-, s111 frido una. erosión paralela a la del largo plazo. Contmúa exis­

que se tenga que aclarar si la lucha es contra el capitalismo en uendo, pero ha dejado de tener la consistencia y las consecuencias

general o, por el contrario. contra este rapitalrsmo en nombre que tenía. Como significante, esta distinoón es rclat:1vamente

de otro que le es sustancialmente extraño. flexible y SUJeta a apropiaciones contradictorias. Hay procesos

Esa ocultación no es un problema nuevo. Por el contrario,


refonmstas que parecen revolucionarios (Hugo Chávez) y proce-

recorrió la izquierda a lo largo de todo el siglo XX. Hoy asume,


1.0s revolucionarios que parecen reformistas (zapatistas) e incluso

sin embargo, una intt:nsidad nueva. El ímpetu del cap1tali�mn procesos reformistas que ni siqmera parecen reformistas (gobier­

neoliberal es basta tal punto avasallador que puede hacer pa).H no del PT).

por lucha contra éste lo que no es sino connivencia Además, l.r El segundo hecho, que se ocasmna a partir de la relació n

incemdumbre del largo plazo p�enta también ahora una nueva famasmagónca entre la teorfa y la prácnca, es la imposibilidad

dimensión: no se tiene siquiera la certeza de que exista d bq,;o


de un bahnce consensuado sobre el desempeño de la izquierda.

plazo. Es decir, la incertidumbre del largo pl.120 es de tal orden Si para algunos la izquierda padece el retroceso de la lucha de

que deja de orgamzar los ronfhctos dentro de la izquierda. A I


J
clases desde los años setenta, para otros este período ha sido un
¡43SJ
[<39]
luz de ello, el corto plazo se prolonga y es. a veces, a pamr de l,I\ lapso rico en innovación y en creatividad durante el cual la iz­

certezas y de las urgencias del corto plaw que se dan las polan
quierda se renovó mediante nuevas luchas, nuevas formas de

zaciones políucas concretas. acción colectiva, nuevos objeuvos políticos.

Si, por un lado. la p é rdida de credibilidad del largo pl:110


Ha habido un retroceso, ciertamente, pero de las formas clási­

favorece el comportamiento estratégico, impide, por otro, qur cas de organización y acción política, y fue gracias a ese declive

las polarizaciones sobre el perfil de largo plazo interfieran um que surgieron nuevas formas de organización y de acción polín­

las polanzaciones del corto plazo Es decir, pernutcn una :tpl'I


ca. Para los que defienden la idea de un retroceso general, el

tura total al futuro sobre el que se construyen los consensos �1


balance e� negativo y las supuestas novedades resultan del des-
Boavenrura de Sowa Santot u,.., ,·::::qwio-da ron fu1uro

plazamiemo que padecen las luchas por objetivos esenciales (


b o la pequeña burguesía, o en la transición de la clase en sí hacia

lucha de clases, en el ámbito de la producción) en bt:neficio de la clase para sí.

las luchas por objetivos secundarios (identitanos, en el ámbito E11 l


o que respma a los objetí1,05 de l
a /11,ha soaa/, la polariza­

de la reproducción social). Se trataría de concesiones al adver­ ción es entre la toma del poder y el rechazo total del concepto

sario, por más radicales que sean sus discursos de ruptura. Para de poder. es denr, entre el estatismo y el anti estatismo más radi­

los que defienden la idea de la innovación y de creatividad, el cales. Hasta hace treinta años, la polarizacióu se daba acerca de

balance es positivo porque se romperían los dogmatismos los medios para tomarse el poder (lucha armada freme a lucha

bloqueantes, porque se ampliarían las formas de acción colecti­ instimcional) y de la naturaleza y objetivos del ejercicio del poder

va y las bases sociales que las sustcnun y también -sobre todo-­ después de su toma (democracia popular/dicudura del proleta­

porque las luchas. por su forma y su ámbito, permitirfan revelar nado freme a democracia representativa).

nuevas vulnerabilidades del adversario. En el dominio de l


o org,mizarióu, la polarizac16n es entre una

En esta disputa sobre d balance de los últimos treinta años, organización centralizada en torno a la forma de partido y la

ambas posrcroues recurren a la falacia de los pasados lupotéucos. ausencia total de centralismo e incluso de toda organización que

sea para mostrar que si la apuesta por la lucha de clases se hubiera no sea la que surja espont:íueamente del curso de la acción co­

111.antenido, los resultados habcian sido mejores; sea para mostrar, lectiva por iniciativa de los propios actores en su conjunto. Hasta

por el contr.mo, que sin las nuevas luchas los resultados habrían hace treinta años, se daba una polanzación entre partidos comu­

sido peores. nistas y partidos socialistas, entre partido único y sistema multi­

El tercer hecho que se sigue de la relación fantasmagórica pamdista, con respecto a la relación entre partido y masas o con

entre teoría y práctica es el nuevo extremismo teórico. Se trat.1 respecto a la forma organizativa del partido obrero (centralismo

simultáneamente de polarrzacrones mucho más enormes y democrático frente a descentralizado y derecho de disidencia).

mucho más irrelevantes de las que caracterizaron las d1spuu, Estamos &eme a polarizaciones de otro tipo, frente a posicio­

teóricas de izquierda hace treinta años.A diferencia de aquéll;i\, nes nuevas y más extremas. No significa que las polarizaciones

estas últimas polanzacioocs actuales no están direcumcnte vut amenores hayan desaparecido: tan sólo han perdido la exclusi­

culadas con formas organizauvas y estrategias polincas coucre vidad y la centralidad que tenían. U.S nuevas polanzaciones no

tas. Comparadas con las disputas más recientes, las posic1011<', dejan de tener consecuencias en el seno de la szquierda, pero

exrrernas de las disputas anteriores parecen hoy menos dlS!llll<'• son ciertamente 111ás difusas que las de periodos amenores. Esto

entre sí, aunque de la opción por unas o por otras resuharan se debe a dos factores. Por un lado, a la ya refenda relación fan­

consecuencias mucho más concretas en la vida de las org-111,.1 tasmagórica entre la teoría y la práctica, que hace que esta últnna

ciones, de los militantes y de las sociedades. Son rre, las d1111t ll


quede relativamente inmunizada con respecto a las polarizaciones

srones principales del actual extrenusmo teórico. teóricas o ante un consumo de la teoría selectivo e instrumental.

Sobre los sujetos dr l


a twrnformndó,, social, la polanuc1ú11 1 Por otro, los accores en posiciones extremas no se disputan las

entre una subjeuvrdad histórica bien delimitada, una clae oh11·t I


mismas bases sociales, no se movilizan por los mismos objcrivos

y sus aliados, por un lado, y las subjetividades indeternun,hl.,, V


de lucha y tampoco mi/nao ni en las nusmas organizaciones ni

sin límites, por otro, ya sean las de todos los oprimidos, b\ "1w1 •,
en organizaciones rivales, por lo que los cnfrentanuemos en el

nas comunes, por tamo, rebeldes" o la nmltiwd. Hasta luce 11rh11 � seno de la izquierda se parecen más a vidas paralelas.

años, la polarización ocurría 'sólo' acerca de la dehmuac ll•II ,l,


Estas disyuntivas tienen, por lo tanto, una consecuencia im­

la clase obrera (la v:mguardia industrial freme a los 'iN:IOIM n·t 1, portante: vuelven dificil la aceptación de la pluralidad y de la

grados), en la detimción de los aliados, fuerau ellos los cl1111w,11 ••


diversidad e imposible la conversión de dlas en motor de nuevas
Bo:avcmur.o de Sou.a S;,n100

formas de lucha, de nuevas coaliciones y arliculaciones. Es una que el reconocimiento de las diferencias vaya a la par con el

consecuencia importante, sobre iodo teniendo presente que las rcconocmuento de las semej;mzas. Esto es, se trata de crear con­

posiciones extremas en las nuevas pol:irizaciones sobrepasan el textos de debate en el que el impulso hacia la umdad y la se­

universo de la culrura de izquierda tout coun, Estamos frente a ruejanza tenga la misma intensidad que el que hay hacia la

universos culturales, simbólicos y lingüísticos muy distantes, y separación y la diferencia. Las acciones colectivas orquestadas

sm contar con un procedimiento de traducción entre ellos, no mediante las pluralidades despolarizadas suscitan una nueva con­

ser.Í posible conseguir una inteligibilidad recíproca. cepción de 1111idad de acción, en [a medida en que la unidad deja

S1 en uno de los lados se habla de lucha de clases. correla­ de ser la expresión de una voluntad monolítica para pasar a ser

ción de fuerzas,sociedad, Esca do, reforma, revolución, en d otro el punto de encuentro mis o menos amplio y duradero de una

se habla de amor, dignidad, solidandad, comunidad. rebeldía, pluralidad de voluntades.

emociones y afectos, transformación de subjetividad, de "un La concepción de pluralidades dcspohnzadas contraria todos

mundo donde quepan todos los mundos". Se trata de una fractu­ los aueomansmos de disputa política en el seno de la izquierda.

ra cultural y también de una fuctura epi!>temológica que t:Jenen No será por ello facil de aplicar. A favor de esta acción militan

una base sociológica en la ap;irición de actores colectivos pro­ dos factores importantes. El primero es e.l actual predonumo del

venientes de cultura'! subalternas, indígenas, afroamencanas y corto plazo sobre el fargo plazo, al que me referí antenormen­

femmisus que durante todo el siglo xx fueron desdeñadas, cuan­ te, con la consecuencia de que el largo plazo nunca condicionó

do no hostigadas, por la izquierda clásica. tan poco el corto pi.azo. En el pasado, en la medida en que el

largo plazo fue el gran factor de polarización política en el seno


La i:u:¡uierda del siglo :roa: pluralidades despolarizadas
de la izquierda, el corto plazo siempre que se concibió con alguna

¿Es posible una simesis entre las pos1nones extremas de ];u autononúa en relación con el largo pi.azo, desempeñó un papel

nuevas polarizac1011es o rupturas dentro de la izquierda latinoa­ despolarrzador.A la vista de ello, el comportamiento táctico que

mericana? Pienso que no y si fuera posible. no seria deseable surge del predormmo actual del corto plazo puede facilitar el

La búsqueda de una síntesis reqmere una idea de totalidad que acuerdo para dar prioridad metareórica a las acciones colectivas

reconduzca la diversidad a la unidad. En mi opinión, ninguna concretas y así discuur la pluralidad y la diversidad en su contexto

lota.lidad puede contener la inagouble diversidad de prácncas Y y sólo en él. En el corto pi.azo, todas las acciones n.--voluc1on.i.rias

teorías en la izquierda latinoamericana de hoy en día. En vez de son potencialmente refonmstas y todas las acciones refonnistas

síntesis. pienso que es necesario buscar p/1m1/idades dt'$rolurizd­ pueden llegar a escapar al control de los reformistas. La concen­

das. Se trata de inverur una tradición fuertemente enraizada en tración en las certezas y urgencias del corto plazo no implica,

la izquierda, que se afirma a través de la idea de que politizar ]," por consiguiente, sólo el abandono del largo plazo, implica ram­

diferencias equivale a polanzarlas. Al contrario, propongo qur­ brén que éste se conciba con una apertura suficiente para incluir

la pohrización se venga a dar por la vía de la despolatizacrón consensos difusos y silencios cómplices. La apertura del largo
[443J
Consiste en dar la prioridad metattórica a la construcción de coa plazo puede funaonar como propiciadora de la despolarización.

hcicnes y arucubciones en torno a prácncav colectivas comre El otro elemento favorable a la construcción de plurahda­

tas, discuoeudo las diferencias teóricas en el ámbito exclusm1 des despobrizadas es el reconocimiento -hoy evidente después

de esa construcción del levantanuento de los zapaustas y del Foro Social Mundial­

El objetivo es hacer del reconocimiento de las d1fercni 1 •


de que la izquierda es multiculrural, lo que implica que las dife­

un factor de agregación y de mclusrón. pan ehmmar b po�1h1 rencias que la dividen superan los términos políticos en que se

lidad de hacer imposibles las acciones colectivas por ClU'-1 ,1, formulan normalmente. En éstas subyacen diferencias cultura­

ellas y crear así 1111 contexto de d1spt1lJ poliuCl colecuva eu rl les que una 'verdadera' izquierda no puede dejar de reconocer,
Boovenmro de Son'" Sonto<

La construcción de pluralidades despolanzadas es llevada a


ya que no tendrfa sentido luchar por el reconocimiento y el

respeto de las diferencias culturales 'ahí afuera', en la sociedad, y cabo por sujetos colectivos ya constituidos o en proceso de cons­

titución, involucrados en acciones coiecnvas o disponibles para


no reconocerlas ni respetarlas 'en casa". Así, encontramos un

participar en ellas La pnondad confenda a la participación en


contexto ya creado para actuar bajo el presupuesto de que las

diferencias no se ehmman mediante resoluciones políticas; más las acciones colectivas, a través de la coordinación o la coalición,

bien. tenemos que convrvrr con ella� y convertirlas en un factor permite suspender la cuestión del sujeto de la acción, en la

de enriquecimiento y de foerza colectiva. medida en que s1 hay acciones en curso, hay sujetos en curso.

La presencia de sujetos concretos no elimina la cuestión acerca


Ahora se analizarán con algún detalle los campos y los pro­

del sujeto abstracto, pero impide que mrerfiera de modo deci­


cesos de coruuucción de las plurahdades despolarizadas. Como

se trata de un proyecto de renovación política, tal vez sea bueno sivo en la concepción o en el desarrollo de la acción colecova.

comenzar por idennficar las señales de renovación que se han ya que ésta nunca es producto de sujetos abstractos. Dar priori­

venido detectando en la izquierda latinoamericana. De hecho, dad a la pamcipacrón en accronee colectivas concretas significa

en este contexto que:


el proyecto de las pluralidades despolarizadas sólo se propone

amphar esas señales, haciéndolas fructificar en la construcción 1. Cada sujeto parncspante evita asumir que las únicas ac­

de nuevas y más eficaces acciones colectivas y en una nueva y ciones colecnvas nnportantes o correctas son las concebidas

más inclusiva constelación de culturas polfncas de izquierda. Sin o las ejecutadas por �í. En un contexto en d que los mecams­

pretender ser exhaustivos, identifico cuatro grandes señales de mos de exploración, exclusión y opresión se nmltiplican e

renovación en las últimas tres o cuatro décadas en otras tantas intensifican, se hace particularmente importante no desper­

áreas decisivas para una nueva políuca de izquierda. Esas señales diciar nmguna expenencia social de resisten na por parte de

de renovación se ven en la voluntad transfomwdom, la ética, la epis­ los oprimidos, explotados o excluidos.

2. Las disputas teóricas deben tener lugar en el contexto de


temología y l
a o,xanizao6n.

La renovación de la voluntad transformadora tiene en el Che las acciones y siempre con el objenvo de hacerlas m:ís via­

bles y fortalecerlas.
Guevara un momento fundador, pero encuentra sus marufesta­

nones más elocuentes en el gobierno de Salvador Allende, en 3. Siempre que un sujeto colectivo dado cuestione ese ob­

el Prentc Sandinista, en los movimientos mdígenas del conti­ jetivo, el abandono de la acción colectiva debe hacerse de

nente y en el MST La renovación ética se da, sobre todo, con la manera que debilite lo minimo posible la posición de los

teología de la liberación y con el modo en el que se inserta CH


sujetos que permanecen comprometidos con la acción.

las luchas populares y en el imagmano de la resistencia ccnrra La resistencia nunca tiene lugar en abstracto, las acciones

la opresión. La renovación episremológrca comenzó con 101 colectivas transformadoras conuenzan siempre por ocurrir

movimientos indígenas y los movinuemos fenumstas y tiene hoy en el terreno y en los términos del conflicto establecidos por

sus mamfestaciones más fuertes en el FZLN y en el rsM. La reno los opresores. El éxito de las acciones colectivas se mide por
[4-44] [445]
vación orgamzativa tiene su momento fundador en el procc'\O la capacidad de acción colccuva para cambiar d terreno y

de creación del PT y su manifestación más significativa en d 1, M los términos del conflicto en el transcurnr de la lucha. Pero

Todas son mnovaciones políticas pero lo hacen a partir ik a su vez, es este éxito el que mide la corrección de las posi­

ángulos y con intensidades diferentes. Basándose en db� e, pt) ciones teóncas asumidas. La concepción pragmática (a par­

srble, a nn entender, pensar en nuevos p:1rad1g111as de au11 111 tir de los resultados) de la corrección teórica crea una

transformadora y progresista mfluencrados por el pnucrp¡o op,· drspombrlidnd para la despolarrzación de las pluralidades a

mrivc de lus pluralidades despolarizadas.


medida que transcurre la acción
Boaventun de Souia Santos

Paso ahora a referirme a los momentos más importantes de nante con la caída del muro de Berlín. 51 antes se podía consi­

la construcción de las pluralidades despolanzadas en d seno de derar productiva en la medida en que estaba en la agenda polí­

las acciones colectivas transformadoras. Disnngo rres momen­ tica un futuro socialista, por lo menos en algunos países, y podía,

tos principales: la despolarizac1ón a través de la eoncemración por lo tanto, tener consecuencias prácticas en la acción colecti­

en las cuescones productivas, las despolarindones mediante la va, hoy no es el caso. Como cuestión improductiva. debe dejar..

bfuqueda de formas organintiva.s íncfuavas y la despolarización se en un gtado de indecmón. cuya formulación mis elocuente

por la intensificación de la comunicación y la inteligibilidad es la idea de que "otro mundo es posible". Esta formulación

recíprocas. Dado que me he referido a las dos últimos temas en permite separar la critica radical dd presente y la ludu por un

otros textos, 1 en lo que sigue me concentraré en la distinción honzonte poscapirahsra o anticapitalista, ambas impulsoras de

entre cuestiones productivas y cuestiones improducuvas, y en acciones colectivas, del compronuso con un modelo específico

cómo centrarse en las primeras puede contribuir a la tarea de de sociedad futura o siquiera con la idea de que habrá un único

impulsar polaridades despolarjzadas modelo y no vanos.

Como se desprende f:iolmente, no me preocupa la creación

de pluralidades en general. Pienso que éstas existen y tienden a Reformismo o rewl1idón

proliferar y a inrenaficarse en el seno de la izqmerda, condu­ La cuestión emre reformismo y revolución suscita varias

ciendo, como ya me referí. al extremismo y la polarización con cuestiones productivas a Lt.s que me referiré más adelante pero,

las consecuencias negativas ya conocidas. Me concentro en una en sí nusma. es unproducriva. puesto que las condiciones en que

nueva forma de pluralidad, las pluralidades despolarizadas. la opaón reforma frente a revolución se transformó en un campo

decisivo de lucha política no están ya vigentes. Se trataba de una

La despolarización a través de la concentración '1'11 cuestiones


opaón de principio entre medios legales y medios ilegales de

productivas
toma del poder y, consecuentemente, entre una toma gradual y

Son productivas las cuestiones cuya discusión tiene conse­ pacífica y una toma abrupta y violenta. En cualquiera de los dos

cuencias directas en la concepción y desarrollo de la acción casos, la roma del poder consideraba una construcción de la

colectiva y en las condiciones en las que tiene lugar. Todas las sociedad socialista y era. de hecho, una precondición. La verdad

otras son cuestiones improductivas y,S1J1 que sean necesariamente es que ninguna de las estrategias IOE,'TÓ alcanzar sus objetivos y.

desdeñadas, deben dejarse en un nivel de indecisión o estado de con ello, la oposición entre ellas se transformó en complicidad.

suspensión que abra el espacio para diferentes respuestas. Mu Cuando se logró la toma del poder o fue para administrar el

chas de las cuestiones que apasionaron a la izquierda en el pas.i­ capitalismo o para construir sociedades que sólo con mucha

do y llevaron a las m.iis conocidas polarizaciones no pasan hoy complacencia podrian considerarse socialistas.

esta prueba y deben, por ello, considerarse improductivas. Otra comphcrdad entre los dos principios es que históri­

camentc éstos siempre se han complementado el uno con el otro


1<47)
Las cuntiones improductivas
Por un lado, la revolución fue siempre el acto fundador de un

U, mestió11 sobre d 5orialis,no nuevo ciclo de reformismo, ya que los primeros actos de los

La cuestión sobre el socialismo es acerca del modelo de •


,o revolucionarios, como bien ilustran los bolcheviques, fueron

nedad que sucederá al capuahsrno. Esta sufrió un golpe fulr111 impedir nuevas revoluciones. legislando el reformismo como la

úruca opción. Por otro lado, el reformismo sólo tuvo credibili­

' V� Santos, Boaventura de Sou5a, La raíd,1 dd Angd1u l\,n�,, ll1M dad en cuanto exiscfa la alternativa revolucionaria. Por ello la

un" ,iunoi 1roria socu1/ y 1ma 1mrw prd<1,r,1 políllla, lkigoú, 11 v, y llt
11 caída del muro de Berlín significó unto el fin de la revolución

versdad Nac1011.1l de Colon1b1a, 2003. como el fin del refornmmo, por lo menos en las xx.
ll<>zttnrun de So,w, Santos

Ocurre que, a la luz de esto y de las tr:msformaciona dd El Eslddo: obfetivo pri11dpal o intltmnlt

capitalismo en los últimos treinta años, los dos términos de la Rcbcionada. con esta cuestión anrerior, hay otra que con­

dicotomía sufrieron una evolución semántica un drástica que sidero improductiva y que consiste en discutir u el Emdo es

los ha vuelto poco fiables como principios orientadores de la relevanre o irrelevante para una polirica de izquierdas y. cense­

lucha social. El refornusmo ha venido a ser objeto de un ataque cueutememe, si el Estado debe o no ser un objeto de las luchas

brutal por parte de las fuerzas del capital, un ataque que comenzó sociales. U opción es entre luchas sociales que tengan por ob­

por recurrir a medios ilegales (el derrocamiento dd gobierno jetivo el poder del Estado en sus múlaples formas y escalas y

de Salvador Allende} hasta. con un viraje hacia d neohbcrahs­ luchas sociales que: tengan por objeto exclusivo los poderes que

rno, recurrir a los medios legales del aJuste estructural, de la circubn dentro de la sociedad civil y que determinan las des­

negociación de la deuda externa, de la privatización y del co­ igualdades, las exclusiones y las opresiones. No se trata de deci­

mercio libre. A la luz de esto, el n::fonnismo de hoy está reduci­ dir si se debe defender o atacar al Estado, sino de decrdir si las

do a una numctura caricaruresca de lo que fue, como ilustran luchas sociales deben tener otros objeucos que no sean defen­

los casos de África del Sur y de Brasil {hasta d momento en el derlo o atacarlo. También esci cuesnón se puede desdoblar en

que escribo, febrero de 2005). A su vez. la revolución, que co­ otras tantas productivas, como mostraré más adelante, pero, en

menzó por simbolizar una concepción maxirnalista de: ton1:1. dd sí misma, es improducuva. Bsre tema. que ya se presentó ante­

poder.acabó por evolucionar semánricamente hacia concepcio­ riormente.sobre si d poder debe conursc o suprimirse. est:i re­

nes de rechno a la toma del poder, cwndo no de rech.uo radi­ lacionada con esra cuestión, pero es mis amplia. LI toma o la

cal a la idea de poder. como ilustra la interpretación altamente extinción del poder puede asumir dos formas, dependic-ndo de

polénuca del z¡¡patismo por parte de Jolm Holoway. Entre los si incide sobre el Estado o sobre la sociedad civil. Es decir, es

extremos de la toma del poder y de la desapancrón total de éste, posible estar a favor de la toma dd poder (en la sociedad civil)

hubo. a lo largo del siglo xx, muchas concepcmnes mrermedus y conca la inclusiOn del Estado entre los objetives de la lucha

centradas en la idea de transformación dd poder, como ilustran, social, sea para defenderlo, sea para atacarlo. El problema es sa­

desde muy tc:mprano, las concepciones no leninistas de b revo­ ber si esta posición. siendo lógicaruerue corrccu. tiene alguna

lución por parte de los austronurxistas. consecuencia précnco-lustórica

Por todas estas razones, no pienso que sea productivo du U improductividad de la cuestión sobre la relevancia o la

cutir entre reforma y revolución. Por su pasado, es una cuesncn irrelevancia del Esrado se origina a putir de que, siendo éste una

polanz.adora. Por su presente y futuro próximo, es irrelevantc relación social, no puede dc:jar de ser el multado de luchas so­

Mienms no surja en nuevos térnunos, propongo que �la cue, ciales que en el pasado lo tuvieron o no por objeto. El Estado

tión se deje en un esudo de suspensión que, en este caso, �,¡tiu capitalista moderno no existe fuera de su relación con la socie­

Iica aceptar que las luchas sociales nunca son esencialmcntc dad ovil. Los dos, lejos de ser externos el uno con respecto al

refornustas o revolucionarias. Se tr.msfornun en una cosa o ro otro, son las dos caras de la dominación social en las sociedades
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otra por las consecuencias que tienen (una§ intencionales y t II capitalistas. Adcmis, su potencial polarizador es la otra cara de

otras no), por su relación con las otras luchas de la 1zq111enü � su falsedad, es decir, el Estado es siempre relevante, aunque esto

en función de la resisrencia de las fuc.ru., que se les oponen I sea multado de su preeminencia en las luchas que partieron del

decir, la susp ensió n consrsre en este caso en rr.i.nsformar l.i II presupuesto de la 1rrdcv.mc1a del Estado y que, al confirmarla.

forma y la revolución de: principios de onenccón haca;¡ ,11, ••• hicieron avanzar las causas sociales. Para neurrahzar su poten­

nes futuras en principios de valoración de tas accrones )l,h.ul.i.• c,al de polarización, sugiero d sib'llÍentc punto de mdecisión o

estado de suspensión lu lucha, sociales pueden tener por obje­

to prwrlegrado d Estado o la sociedad civil, pero, en cua]qu,en


�n,.,..• de Souu San10,.
U"" iz9uirrda ""' fw1wm

I poderes no pnvileg1ados escin siempre pre-


La concepción del Estado como una relación social contra­
de los dos casos, os d d las luchas v son afectados por
senres. afectin los resulta os e , dictoria abre la posibilidad de que se den discusiones contex­

ellas. tualizadas sobre la posición que tiene que adoptarse por parte

de un cieno partido o movi,memo frente al Estado, en una

u, cuestiones productivas . rod es decir detenmnada :área social,en un país concreto y en un momento

lss cuesnones p ucuvas. '


histórico preciso. Permite umbiCn evaluar comparativ.unente las
Paso ahora a refenrme a despo\ariución
d ·, n uede resulur en una
diversas posiciones asumidas por diferentes partidos o movimien­
a aquellas cuya tscusto P . pensamiento y la ac-

de las p1un lidades


IU.t
que hoy constituyen e1 tos en diferentes :áreas de intervención o en diferemes países o

ciOn de la itquierda. momentos históricos. De ello también resulu una posibilidad

de reconocmllento de la eXIStencia de diferentes estrategias, todas

El Estado como aliado o como nienúgo .


ellas comextuales y no exentas de nesgo y. sobre todo, mnguna
- -'• c
·0 de lo que sucece ..on la relevancia o urelevaucia
Al de ellas susceptible de transformarse en un prmcipio general. En
contran ar d como ene-
esuón del Esudo como ra o O esto consiste la pluralidad despolarizad...
del Esudo, esta � e rccn.amentc, no asume la relevan­

migo es productiva porqu , bs ta Le da un sentido político


L11clu,s /0<,i/es, mu:w,ia/es y globalrs
cia del E.<,udo de manera a �c . r las que pasó el Esudo a

determinado. Las nansformaciones poi íses centrales, ya sea La cuesaón de la prioridad relativa de las acciones colecti­

de todo el siglo xx, ya sea en os pa . . vas loc:ales, nacionales y globales es hoy ampliamente debatida
lo largo . li y el papd conmdicwno
1 O
y t:imbiCn aquí la drveradad de pcictica<; de i1qmerda es enorme.
en los países hbcn.dos delco orna s;• :Onsfonnación social,dan
Es cierto que la tradición teórica de la izquierda fue moldeada
que descmpefüuon en los procesos e · , En los diferentes
. hi , . rácaca a estl cucsnon.
en la escala nacional, Tradicionalmente las luchas loca.les fueron
consistencia monea Y P L. • al de \os partidos
• 1 riencras relacvas a la lucba SOC1 consideradas menores o como embriones de luchas nacionales
países, as expe . das y ricas a este respecto.
. . soaales son muy v:ana en demmento de los objetivos imernacionahstas. A su vez, el
y movtnucntos .bl de reducirse a un
por lo que no parece que sean suscepn es internacionalismo fue siempre, en la práctica, una demostración

. · · una receta general. . de Las prioridades de las luchas y de los mrereses nacion.iles. Fue
prmctpto o ·ft"Stación de esu nqueu
El FSM es hoy una elocuente mam .mien- la escala nacional b que pn-s.idió la formaaón de los partidos
. to ue en éste se congregan mOVl
de 1tqu.1erda y de los sindicatos y la que continuó esrrucnirando
de luchas socu.les. pues q , d nas experiencias en cuanto a
· · es con las mas 1ve su acrivmno hasta hoy.
tos y asoc1ac1on ibilidad de construir en ese
En la segunda mitad del siglo xx, sobre rodo a parnr de la
sus rdacionc:s con el Estado. La
¡ pos ·•- fundamena, prc:cisa­
luralidad dc:spo arrzaea se dCc.ida de los setenta, la apanaón de dos nuevos movmuemos
domuuo una p 1 ,¡roría de los movimientos y aso-
I hecho de que a m · sociales brzo que la escala local de las luchas sociales adquiriera
mente. en e . . , ríg;d, y de pnncrpro
. . n a tomar una poncion una unportaucia que no habia tenido hasu entonces. La trad1c1ón
[450] cracrones se negaro · ncias de lucha mues-
. 1 Estado. Sus expene organizativa de la izquierda impidió que se explorara al rnaximo
en sus relaciones con e . puede ser tambiCn,
I Es d0, siendo a veces enemigo, el poeeucral em:i.ncipatorio de la articulación entre luchas loca.les
tran que e u , fe . sermperrfericos. un :aliado
y n.ac1011J!es. Tal vez el proceso de construcción del er en Br:ml
sobre todo en l_os paues p::�u;�:�:.nra las imposiciones rrans­
ha sido donde esa articulación se ha conseguido con mayor éxito.
precioso, por eJemplo, en. . usufica el enfrent2111iento
. __ , S ,!gunassiruacionesscJ , A parur de la década de los noventa, y sobre iodo con el
nacronares. 1 en . bl ¡ eolabcraoón y todavu
do ouas es aconseja e a levanarmento zapa11st.1 en 199-1 y con el f5.'1 en 2001, la escala
con el Esb , en ., de lai dos de W que
en otras es apropiada una combmacióo • en Ur.ml. global de las acciones colecnvas adquirió una v1s1b1l1dad sin pre­

un ejemplo bnll:mte en la em·.1teg1a dd MST cedente, Por ello, IJ, tJrea� de (OOrdmaoÓn emre hs d1ferentl'i
tenemos ..
Uoa, entura de So,,.., Sat110> u,.,, hqttindo �"n Jmuro

escalas de accrén se volvieron más exigentes, al implicar a un La riqueza de l.as experiencias de lucha sccral a esre respec­

nempo las locales. 11:icion.ales y globales. Por ooo !:ido, el campo to es. por lo tanto. enorme y hace posible los debates comexrua­

de las experrencias concretas de bs luchas en las diferentes es­ hzados Y. por ello, producti\'os. La posibilidad de la .ipuición de

calas se amplió enormemente )


' con ello se hicieron posibles pluralidades despolari:udas en esre donunio se sigue del hecho

deOOtes eonrexeualizados sobre las diferentes escalas de la acción de q_ue, a la luz de la experiencia reciente, nene cada \'eZ menos

colectiva, SU\ ventajas relauvas, las exigencias org:mizall\'llS y las sentido darle prioridad absoluta o abstracu a cualquiera de las

posibúid.des de articulación. Be debate sigue en curso en la ac­ esc..iLu de acción. Así se abre el espacio para valorar la coescsrencra

tualidad y es uno de los ntás productivos. en especial en lo que d� luch� sociales en dismuas ese.alas y las relaciones de geome­

respecta a los nurruuiemos específicos de coordmación entre las tn� _vari_able erure dbs. La decisión que deternuna qué nivel

diferentes esferas de acción. privilegiar es una decisión política que debe tomarse couforme

En d FS!l-1 se unen movinuentos sociales y asociaciones con a las condiciones polínc.u concretas.

diferentes concepciones acerca de la prioridad relativa de las

Acción iiuci1ucional, acción directa


diferentes csc1las de acción. Siendo el FSM, en sí mismo, una

acción colectiva global, muchos de los movimientos y de las Al �omr.irio que la cuestión acerca de refomu o revolucrón.

asociaciones que part1c1p.111 en éste han tenido hasta tiempos la Opc•o.n erare acción institucional y acc ión directa es un asunto

recientes poca experiencu en las luchas locales y nacionales. Sin productivo en la medida en que puede ...ecurírse •
• • W)t.. ..... "" .. 0 1os contextos
embngo, todos vieron en el Foro la posibilidad de ampliar sus pracncos de la acción colectiva. Consiste en saber ,.
, ... n 1as cou­
51
di ·
escalas de acción, arrjbuyendo prioridades muy disrinras 1 los dr­ serones concrew en que una lucha dada o acción coiecnva se

fcrentes espacios. Si para algunos la escala global de la luch.a será 3


lleva ca�, se t_i�ne que privilegiar el uso de los medros legales

cada vez más importante a medida que se profundice en la lu­ o el trabajo pohaco en el seno de fas instituciones y d diálogo

cha contra la glob.alización neol.iberal. p.an. ocros el �1 es sólo con los detent�dorn del poder o, por el comrario, la 1lcgal1dad

un punto de encuentro o un .acomecimieuto cultural, cicnameu y el enfremanucnco institucional En •I -..- de 1 ·• · ·


. · " .....,., ... a aceren msmu-
te Util, pero que no alterad pnncipio básico de que las 'verda­ �mn�I, se nene que distinguir entre acción institucional en el

deras luchas', aquellas que son realmente imporumes para el amb1to del poder del &t.ado (nacional o loc:il) y en el ámbito

bienestar de las poblaciones. continúan teniendo lugar loe.al y del �der_ p1r:ilelo. especialmente mediaute la creación de ms-

nacionalmente. Hay otros movimientos y asociaciones que in­ 1::tmc1onal1d.ades paralel.as en l.s áre.as no penetradas por el Esta­

cluyen sistemáucamemc en su pr.ictica las escalas local y nacio­ do. La .mstirucionalidad par.ilel.i es un upo de híbrido de 21cción

nal (el MST) o tambifo las escalas local, nacional y global (el u.1 N) colecnva donde se combman elementos de la acción directa

Para la gran nu.yorfa de los movinueutos, la distancia entre <"U� demcncos de la acción msmucion.al En el caso d J ··y
· ... = e .a acc1on
esferas no hace juscicra a las necestcbdes concretas de l:as luchJ\ duccu hay que distinguir entre accrón violenta y acción vio­
110

concretas. En las sociedades comempor.incas las diferentes C\ �e�ia ), en el caso de la primera. entre Objetivos humanos y ob-

calas de acción social y política están cada vez más mterrd�uo jenvos 110 humanos (propiedad). l45JJ

nados. En la aldea mis remera de la Amazonia los efecto) di h . Esrcs dos cursos de acción tienen costes y beneficios que

globali:zación hegemónica y de las form.as en que los bull11•1 sol_o pueden evaluarse en contextos concretos y, obviamente,

n.acionales se comprometen con esos efectos se sienten d,11 • exigen tipos diferentes de organización y movilización. Lo que

mente. Aunque se organice cada práctica políuca coucrcu fll


en general se puede decir de un tipo u otro de acción colectiva

función de una determinada escala. todos bs otru dd>t·1ui1 no es suficiente para dec1d1r en discusiones COlltextuahzadas

mvolucrarse como cond1c1ó11 p.1ra el é,mo. sobre ellas. El contexto no se resrringe .a las condiciones inme-
di:aus de accrón, sino que mvolucra t.m1b1én las condicroncs Lurhas por l
a igualdad y

circundantes, e.,;pecialmente la existencia o no de un régunen /11(/i(JS por d respeto de la difermria

n::prescnuuvo (democnoa, aunque sea de baja. intens1cbd) Y de U cuestión de la prioridad relativa de las luchas por la igual­

un sisiem:a de opnuón púbhc:a. La acci ón insnrucional uende a dad y de las luchas por el respeto de la diferencia es relativamente

aprovechar meJor las comrad1cciones del poder y 125 fracturas nueva en la teoria y en la práctica de la izquierda latmoameri­

entre las Hites. pero c,ti, sujeta :a cooptación y al de:svan«umento cana. Surgió a parcir de las décadas de los setenta y de los ochenta,

de las conquisw, ya que deja a un lado el problema de que le es cuando irrumpieron los movimiemos feministas, los movimien­

dificil mantener altos índices de movrlizactón. especialmente tos indígenas y. algún tiempo después, los movimientos de afro.­

debido :i la asincronía entre el ritmo de colect1viz;ic1ón de las descendientes y los movinuentos u:arr (lesbian,gays, bistxual and

rcivindiacioncs y de las protesus, por un L:ado, y el ritmo judi­ trrmsgtnd�d pooplt: lesbianas, �. bisexuales y personas rrans],

cial legislativo. por el otro. La acción directa tiend: a explotar Organizados sobre la base de identidades que han sido ttadtcional­
O

mejor las ineficienci:as del sistcm:a de poder y la fragihdad de su meme discriminadas, estos movunientos objetaban la concepción

legirim.ac1ón social. pero tiene dificuludes a la h�ra de formu­ de igualdad que había presidido las luchas sociales de los periodos

lar :alternativas creíbles y esci SUJCtl a. una reprenon que, cuan­ anteriores, una concepción que estaba cemrada en una idea de

do es excesiva. puede comprometer la moviliz;ición o hasta la clase (obrera o campesina) de base económica y que era hostil

propia organización. Mientras que b acción institucional �ien­ al reconocimiento de diferencias políticamente significativas

de hacia la coordinación con los partidos, siempre que estov entre fas clases populares. Los movim.ienros ident:Jtarios,si en b'C'­

existan la acción direcu ucnde a ser hostil a cu coordinación neral cuestionaron la importancia de las desigualdades de clase,

La �tbibdad de despolanzación eu tomo :a es� cuesuóu rervmdrcamn la unportancia política de las desigualdades pre­

se apoya, nuevamente, en la riqueza de las luchas pollncas de I°' sentes en la raza. la etnia, el sexo y la onenución sexual. Según

últimos treinta años. Esa riqueza se condensa hoy de manera esos movinuemos, el principio de igwldad tendía a homoge­

elcccente en el PSM. Si muchos pn\'lleg1an las acciones 111Sotu neizar la.s diferencias y, por lo t:11110, a ocultar las jerarquías que

cmnales, orros tantos privilegian las acciones directas. Pero lo m.1� se establecí:111 en su seno. Estas jeruquías se traducen en disc-i­

sigmficativo, en tCrminos de su potencial despolarizador, es IJ muucioncs que menoscaban de modo irreversible las oportu­

experiencia de muchos movimientos y organizaciones que. en nidades de realiución personal y rocía! de los discriminados.

distmus luch:as o en diferentes momentos de b nnsma lucha, Sobre la base exclusivamente del prinnpio de igualdad, no se

recurren a ambos tipos de acción, como, de nuevo. es un CJCIU ccungue más que una inclusión subordinada. dcsaracterizadora.

plo elocuente el MST. A pesar de no estar fuicamcnte presente P:ara que no sea así. es necesario que, m.is all.í de la igualdad, se

en d Foro. el rzLN abrió un horizonte de posibilidades ccnver considere el reconocimiemo de la diferenCl.i como un prmcip10

ntes en este campo y ejerce hoy una fuene müoeoce. aun de emancipación social.

que no muy conocida, en los movimientos sociales, sobre tod,1 El acoplamiemo entre los principios de igualdad y de reco­
[455)
\454]
en los launoamcncanos. En las luchas del 1:ZLN son discenublcv nocimiento de la diferenci.t no es una tarea 6.cil; pero también

momentos de acción dircea (levantamiento), de acción 111'11 en este dominio la diversidad de las luchas sociales de los últimos

rucional (acuerdo de San Andrés, cabildeo en el Congrt."SO me,1 treinta años hace posible la formación de pluralidades despola­

cano) y de acción msntuctonal paralela (C11r.J(0Jes,J,ml,H 1/r H,u" rizadas. Existen. crertamenre, posiciones extremas que ruegan la

Gobierno). Una vez creadas las co11dic1ones para llevar a cabo l.n vahdez de uno de los dos principios o que, aunque reconocen

evaluaciones sistemitic.ilS (véase m.ís adelante]. t."'lt.1 U\lhllUJ la validez de ambos, dan prioridad mtal y en abstracto a uno de

experiencia nene tocbs las cond1c10110 para otorgarle e rnhl•1 ellos. La mayoría de los movnmcmos, en vez de eso. procura

hdad a la form:món d(' plur:ihcbdes d("ipohr1udl� encontrar fornu� concrerae de coordm;ic1ón entre los Jos. :iun
llou�ntur.> ,k Sou,a Sanoos

dando prioridad a uno de ellos. fata situación se hace visible en


La concepción y la ejecución de esas acciones d b
el movinuento smdical, fundado sobre la igualdad, pero donde cargo de • • e en estar a
O
rgarm:acmnes que sean afines a ellas Aho b¡
hay una creciente sensibilidad hana el rcconocinuento de la sabIdo que las formas . · ra ten, es
da son h il orgamzativas convencionales de la izquier..
importancia de las discriminaciones émícas y sexuales y existe

razón di os
hn es a b pluralidad y a la despolarización. Por esta
la disponibilidad para la organización de movimientos
· ic as organizaciones d be
idemitarios alrededor de luchas concretas. Es iguahnente visi­ d e n ser profundamente tr.msfor
ma as y.si es necesario, susrrttudas -
O 1
ble en los movimientos identuarios,sobrc iodo en el movuniento Es decir las · d comp emencdas por otras.
• acciones e un nuevo tipo exi en . .
O
fcmmista, con el creciente reconocmuento y pobtización de l;15
de un nuevo tipo. Exigen f � . rgamzacmnes
. armas orgamzauvas inclu
diferencias de clase existentes en intenor del movimiento. 11
SI nusmas complejas h t • ye tes, en

En este campo estin creadas las condiciones para la forma­ de estos nuevos ll � ; crogen_eas y ñexrbles.La, Or:J.cterisricas

s . . . P e orgamzac1011es son un tema de discu


ción de pluralidades despolarizadas y. una vez más, el FSM ofrece
ion priontano en b co · · -

un amplio espacio en el que se generan opormnidades para la discusión que dad I nbs�ru_cc1011 de una izqmerda con futuro.
, ua os ex o !_letivos preci d .
construcción de lazos y coaliciones entre movimienros con di­
como tarea pendie111e para firruras reílsos. e este cap nulo. quedi
• ..., CXIOllM.
ferentes concepciones de la emancipación social. El conocmuen­

to mutuo " una condición necesaria del recouocinneneo

recíproco. L05 avances en este campo esrán en permitir que la

discusión entre los dos pnnnp1os no se dé en abstracto ni entre

posiciones radicales. sino cutre opciones concretas acerca de la

configuración de luchas concretas. que comprometan a los

movimientos sin obligarlos a cambios de fondo en sus concep­

ciones culturales filosóficas o políticas fundamentales.

Condusión

Concentrarse en cuestiones y problemas que tienen un

impacto directo en la concepción y ejecución de acciones co­ )


lectivas -lo que llamé a lo largo de este capítulo cuest.iones pro­

ductivas- es un punto de parnda. pero no puede ser un punto

de llegada. Las pluralid:i.des despolarizadas que afloran cuando


..
el trabajo y la díscusrón se concentran en cuestiones producti­

vas se traducen en acciones de un nuevo tipo. Son acciones qut"

deben responder a las preguntas y cuestiones produclivas y que.

incluso, les pueden dar respuestas múltiples en función de b


f457J
variación de los coruextos políncos en diferentes espacios y

momentos. Se trata de acciones compleps. conscientemcme

heterogéneas,sufiaentemente flexibles como p:ira acoger ritmos,

temporalidades, esnlos y escalas de acción distimos. La comple­

jidad. la heterogeneidad interna y la flexibilidad son los modo,

como se traducen. en el :í.mbuo de la acción. la.s plurahdadev

despolarizadas.

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