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¿QUÉ ES LA IGUALDAD DE GÉNERO?

La igualdad de género es un concepto que cada vez encontramos más en nuestro día a día: en
las noticias, en nuestros puestos de trabajo, en las redes sociales… Pero ¿alguna vez te has
preguntado qué significa exactamente? ¿Por qué se sigue reivindicando la igualdad de género si
todas las leyes reconocen los mismos derechos a hombres y mujeres? ¿Qué diferencia hay entre
igualdad y equidad? Hoy queremos que cuando acabes de leer este artículo, tengas bien claras
todas las respuestas.

Según Naciones Unidas, la igualdad de género se refiere a “la igualdad de derechos,


responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños”. Por
tanto, el sexo con el que hayamos nacido nunca va a determinar los derechos, oportunidades y
responsabilidades que podamos tener a lo largo de nuestra vida. La igualdad de género es por
tanto un principio jurídico universal, mientras que la equidad de género introduce además un
componente ético para asegurar una igualdad real que de alguna forma compense la
desigualdad histórica que el género femenino arrastra en cuanto a representación política o
mercado laboral, entre otras. La equidad debe aplicarse en el género tal como se aplica en otros
ámbitos, como por ejemplo en el sistema tributario, donde cada persona paga más o menos en
función de lo que tiene.

Aunque las cuestiones de género llevan años en la agenda internacional, es un hecho que las
mujeres y las niñas, sufren discriminación y violencia por el simple hecho de haber nacido mujer
en todo el mundo. El informe de la OCDE “Perseguir la igualdad de género: una batalla cuesta
arriba” lo deja bien claro cuando asegura que ningún país en el mundo, ni siquiera aquellos más
igualitarios, ha alcanzado aún la igualdad de género. Precisamente los Objetivos de Desarrollo
Sostenible, que deben cumplirse en 2030, establecen en su objetivo número 5 “lograr la igualdad
entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas”.

El último informe del Foro Económico Mundial (FEM) presentado en 2017 asegura que la brecha
existente en cuanto a igualdad de género se refiere, no se cerrará hasta dentro de –al menos–
100 años. La cifra es muy negativa porque, además, es la primera vez en los últimos 10 años se
da un retroceso.

Para medir la diferencia en cuanto a igualdad de género, podemos fijarnos en cinco aspectos
concretos: la participación política de las mujeres, el acceso a la educación, el acceso al mercado
de trabajo, la violencia de género y por último, la legislación existente destinada a asegurar
medidas que garanticen la equidad de género.
 IGUALDAD DE GÉNERO: Participación política de las mujeres es una de las asignaturas
pendientes en todo el mundo. Resulta curioso (y muy satisfactorio) saber que el país con
mayor igualdad de representación de ambos sexos en su Parlamento es Ruanda, con un
64% de mujeres diputadas; le sigue Bolivia, uno de los países donde Ayuda en Acción
trabaja, con más del 52% de mujeres diputadas
 IGUALDAD DE GÉNERO: Acceso a la educación un tercio de los países en desarrollo aún
no han logrado paridad de género en el acceso a la enseñanza primaria, pese al avance
que se dio gracias a los Objetivos del Milenio (2000-2015). África Subsahariana es una
de las zonas prioritarias de trabajo para Ayuda en Acción; allí muchas niñas aún tienen
graves dificultades para matricularse en el colegio, y más aún en enseñanzas
secundarias: a medida que las niñas van convirtiéndose en mujeres, la brecha de género
y la desigualdad son cada vez mayores (en muchos casos, por ejemplo, las niñas son
obligadas a casarse como única salida a una situación de extrema pobreza). Se estima
que cada día, 37.000 niñas son obligadas a casarse, lo que supone más de 15 millones al
año.
 IGUALDAD DE GÉNERO: Acceso al mercado de trabajo y desigualdad salarial, según
Naciones Unidas, existe una diferencia salarial del 24% entre mujeres y hombres en todo
el mundo. El Informe del FEM al que antes hacíamos mención reconoce que, si hablamos
de igualdad de género en el ámbito laboral, si continúa la tendencia actual, llegaremos
a conseguirla en el año 2234. Sin duda, no lo veremos.
 IGUALDAD DE GÉNERO: Violencia machista, la violencia de género es el aspecto
relacionado con igualdad de género que más afecta a la población en la mayoría de los
países. Las cifras que proporciona Naciones Unidas hablan de que el 35% de mujeres en
todo el mundo han sufrido violencia física y/ o sexual por parte de sus parejas o de otras
personas. La violencia en el ámbito de la pareja es solo la punta de un iceberg que
comienza a reflotar gracias a la visibilizarían de casos en todos los aspectos de la vida
durante los últimos años, especialmente en ámbitos representativos como la cultura.
 Sin embargo, existen otros tipos de violencia sexual que se llevan a cabo de forma
sistematizada en diferentes culturas, como es la mutilación genital femenina, que según
la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta hoy en día a 200 millones de niñas y
mujeres.
 IGUALDAD DE GÉNERO: Legislación, hasta hace cuatro años, aún había 52 países en el
mundo en el que la igualdad de derechos y deberes entre hombres y mujeres no estaban
reconocidos en sus Constituciones. En España, además de tener el principio de igualdad
reconocido en nuestra Constitución, también contamos con la Ley para la igualdad
efectiva de hombre y mujeres, que no hace más que añadir motivos para poder llegar a
la igualdad de género en nuestro país.
 IGUALDAD DE GÉNERO: Movilidad humana, en 2016 había en el mundo 244 millones
de personas migrantes; casi la mitad de ellas son mujeres. En Centroamérica y México,
la cifra de mujeres migrantes llega incluso hasta el 52% de mujeres migrantes. En la
primera década del siglo XXI, la cifra de mujeres migrantes aumentó en un 80%,
exponiéndolas a situaciones en la que parten en desventaja con respecto a los hombres.
Las cifras y la especial vulneración de estas mujeres migrantes, la mayoría de las veces
en situación de pobreza, no se acompaña de medidas legislativas para protegerlas de
manera especial.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO?

En Ayuda en Acción apoyamos a las mujeres para que accedan o completen su educación, se
conviertan en emprendedoras que generen ingresos para sus familias, reciban los tratamientos
médicos que necesitan, o conozcan y ejerzan sus derechos. Y lo hacemos tanto en África,
América Latina y Asia, como también en España.

Si eres mujer, puedes trabajar por la igualdad de género implicándote directamente en


asociaciones y organizaciones que trabajan por la igualdad entre hombres y mujeres en todos
los ámbitos de la vida. Si no tienes posibilidad de dar un paso más e implicarte en el activismo
ciudadano, puedes hablar de este tema con tus amistades y familia, dando a conocer los
obstáculos a los que el género femenino se enfrenta cada día.

Si eres hombre, también puedes implicarte igualmente en movimientos feministas, porque


trabajar para lograr una igualdad real entre hombres y mujeres es una tarea en la que todas las
personas debemos estar implicadas. Además, puedes (y debes) establecer relaciones
respetuosas y saludables con las mujeres, porque al final, no se trata de otra cosa que tratarnos
de igual a igual. Si ocupas puestos de responsabilidad pública, puedes trabajar cada día para
crear normas y políticas que ayuden a que la igualdad sea por fin una realidad. Si trabajas en
la enseñanza, puedes educar en valores para que la infancia crezca sabiendo que su género no
determinará su futuro. Si trabajas en medios de comunicación puedes informar desde un punto
de vista inclusivo sin reproducir roles de género.

Conseguir que exista igualdad de género no es una tarea imposible, pero requiere de la
implicación de toda la ciudadanía. Seas quien seas, puedes sumarte para que millones de
mujeres y niñas en el mundo dejen de ser invisibles.
¿QUÉ ES LA TRANSVERSALIDAD DE GÉNERO?

El termino transversalidad de género se utiliza, como sinónimo de mainstreaming de


género o enfoque integrado de género, para referirse a la responsabilidad de todos los poderes
públicos en el avance de la Igualdad entre mujeres y hombres. La transversalidad de género es
la incorporación, la aplicación del Principio de Igualdad de Trato y de Oportunidades entre
mujeres y hombres a las Políticas Públicas, de modo, que desde se garantice el acceso a todos
los recursos en igualdad de condiciones, se planifiquen las políticas públicas teniendo en cuenta
las desigualdades existentes y se identifiquen y evalúen los resultados e impactos producidos
por éstas en el avance de la igualdad real.

La integración del principio de igualdad de trato y de oportunidades en las políticas generales


implica al menos dos tipos de cambio en el modelo de gestión de las mismas:

 El primero sobre las “formas de hacer” y actuaciones de la actividad administrativa


cambio procedimental, poniendo en el corazón de las políticas la diferente situación y
posición social de mujeres y hombres, con el objeto de satisfacer de forma equitativa
las necesidades de ambos sexos.
 El segundo dirigido a revisar las estructuras y formas de organización de la
administración pública, para erradicar, desde su base, los elementos estructurales que
hacen que se mantengan las desigualdades sociales entre ambos sexos cambio
estructural.

El 22 de marzo, se establece la igualdad efectiva de mujeres y hombres, donde establece el


marco general de intervención de todos los poderes públicos con relación a la promoción de la
igualdad entre mujeres y hombres y define en su Artículo 15 que la transversalidad del Principio
de Igualdad de Trato y Oportunidades entre mujeres y hombres informará, con carácter general,
la actuación de todos los Poderes Públicos. Las Administraciones Públicas lo integrarán, de forma
activa, en la adopción y ejecución de sus disposiciones normativas, en la definición y
presupuestación de políticas públicas en todos los ámbitos y en el desarrollo del conjunto de
todas sus actividades.

En este contexto, les corresponde a los organismos de igualdad, el impulso, promoción y


coordinación de la estrategia de transversalidad, asesorando al conjunto de centros de gestión
que componen para la integración de la igualdad de género en sus respectivos ámbitos de
competencia. Esto significa que todos los organismos gubernamentales han de convertirse en
elementos activos y asumir su responsabilidad de trabajar fomentando la igualdad entre
mujeres y hombres desde sus respectivas áreas de actuación.

Puede entrañar la identificación de cambios necesarios en ese programa. Quizás requiera


cambios en los objetivos, estrategias y acciones para que hombres y mujeres a un tiempo
puedan influir y participar en los procesos de desarrollo y beneficiarse de ellos. El objetivo de la
integración de la igualdad de género es, por lo tanto, transformar las estructuras sociales e
institucionales desiguales en estructuras iguales y justas para los hombres y las mujeres.

Principios básicos: La perspectiva de género La responsabilidad de poner en marcha la estrategia


de la transversalización se extiende a todo el sistema y radica en los niveles más altos dentro de
los organismos, según afirma Carolyn Hannan, directora de la División de las Naciones Unidas
para el Adelanto de la Mujer. He aquí otros principios:

•Es preciso establecer mecanismos adecuados y fiables para controlar los progresos
realizados.

•La identificación inicial de cuestiones y problemas en todas las áreas de actividad


debería ser tal que permita diagnosticar las diferencias y disparidades en razón del
género.

•Jamás habría que dar por supuesto que hay cuestiones o problemas indiferentes desde
la perspectiva de la igualdad entre los géneros.

DEBERÍAN REALIZARSE SISTEMÁTICAMENTE ANÁLISIS POR GÉNEROS.

Para traducir la idea de la transversalización en realidades son importantes una clara voluntad
política y la asignación de los recursos adecuados, incluidos recursos adicionales financieros y
humanos si es necesario. No elimina la necesidad de elaborar políticas y programas
específicamente destinados a las mujeres, así como una legislación positiva en su favor; tampoco
elimina la necesidad de unidades o coordinadores para las cuestiones de género.

PLANTEAMIENTOS VS REALIDAD DE LA TRANSVERSALIDAD DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO


EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

A pesar de las medidas adoptadas por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), para
institucionalizar la integración de la perspectiva de género como estrategia transversal, con el
fin de promover la igualdad de género, y del Plan de Acción para incorporar cambios
fundamentales en métodos y prácticas , a través de una atención sistemática e igualitaria para
hombres y mujeres, en el que se incluye el análisis de situaciones desde el punto de vista del
género, en los aspectos sociales y laborales, la incorporación de planificaciones, ejecuciones,
control y evaluación; así como declaraciones políticas sobre la igualdad entre los géneros y la
transversalización de la perspectiva de estos, al igual que su integración en todas las estructuras
políticas de los recursos.

Tampoco han sido tomados en cuenta los acuerdos arribados en la convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, en donde se asume un
compromiso político de los gobiernos y sus esfuerzos por presentar informes cada cuatro años,
en donde den cuenta sobre la forma en que se han ido implementando las políticas a fin de
lograr este objetivo, tanto en el orden: jurídico, económico, social como cultural; en donde se
toman en cuenta las resoluciones, declaraciones y recomendaciones aprobadas por las Naciones
Unidas y los Organismos especializados, a fin de favorecer la igualdad de derechos entre los
hombres y las mujeres.

LAS POLÍTICAS DE GÉNERO: exigen de ciertos procesos relativos a la modernización de los


sistemas nacionales de información, a través de la institucionalización, el análisis y la difusión de
estadísticas de género, que den cuenta de las brechas de esta índole, existentes en todos los
ámbitos relativos y relevantes al desarrollo económico, social y político; así como las estadísticas
de: pobreza, empleo, desempleo, educación, salud y otros factores que se relacionan con el
género.

A pesar de todos estos esfuerzos, no se evidencia grandes cambios relacionados con la


perspectiva de género en las instituciones públicas de países como, por ejemplo, República
Dominicana; en donde se mantienen las principales posiciones gerenciales, bajo la dirección de
los hombres, y las mujeres en su mayoría, ocupan mandos medios y/o posiciones inferiores. Un
ejemplo de lo expresado, lo constituye la estructura administrativa de las instituciones públicas
nacionales, las cuales motivan a plantear las siguientes interrogantes:

 ¿Cuántas Secretarías de Estado tenemos?


 ¿De esas Secretarías, cuántas son dirigidas por hombres?
 ¿Cuántas son dirigidas por mujeres?
 ¿En todas las Secretarías quiénes ocupan las principales posiciones gerenciales?
¿Quiénes manejan las finanzas públicas?

Estas y muchas interrogantes pueden plantearse al momento de evaluar y emitir un juicio


objetivo sobre la transversalidad de género en las políticas públicas.

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