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"El conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta sombra en alguna parte."
1. EL OBSERVADOR EN EL "PROCESO"
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Nos parece útil dar acá una definición de "ENCUADRE". Es aquello que
no cambia, es lo que hace posible el mantenimiento y delimita la función del
observador; es decir, que su función, producto de un encuadre conocido y
controlable, deviene también conocido y controlable.
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siendo simplemente parte de éste, sino incluyendo al observador en la
situación grupal, es decir, en el proceso, en la dinámica, en el cambio.
Propondríamos, para un estudio exhaustivo de la función observador, un
análisis fundado sobre tres puntos diferentes y complementarios, a saber:
¿Qué es el observador?
Para el grupo;
Para el coordinador;
Para el observador, en tanto persona que mira.
2. EL OBSERVADOR Y EL ENCUADRE
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Estas consideraciones nos llevan ahora a poner el acento en otro factor:
Partimos del hecho bien conocido de que el encuadre es explicitado claramente
al comienzo de toda experiencia grupal y que esta explicitación forma parte del
encuadre.
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conceptos a la situación grupal y de una manera más precisa a la situación de
un observador en un grupo.
1. EL PROCESO DE IMPLICITACIÓN.
Es por esta razón que estimamos que las consideraciones acerca del
acostumbramiento o de la adaptación a la presencia del observador o de su no
interferencia, no traducen de manera correcta la problemática de un observador
en un grupo, sino que corresponden a hechos parciales. Creemos que sería
más bien el funcionamiento de un proceso de implicitación el que se acerca
más a los hechos de cualquier otro proceso. En efecto, la ausencia de
referencias manifiestas hacia el observador no impide encontrar una amplia
gama de alusiones a nivel simbólico.
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En la sexta sesión, el tema fue el de los sexos y las parejas del grupo. El
coordinador mencionó en esta oportunidad el hecho de que los integrantes
estaban hablando también de la pareja coordinador-observador. En la séptima
sesión el tema fue retomado a propósito de la dificultad de establecer un
equilibrio entre los sexos (la pareja coordinador-observador era del mismo
sexo), ello a causa del número de integrantes.
Esta idea fue retomada con muy ligeras modificaciones durante algunos
minutos, justo en el momento en que el coordinador introdujo el décimo
integrante (evocando así al observador).
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Pensamos que el paralelo entre el observador y el encuadre se justifica
no sólo porque algunas de sus funciones prescriptas son equivalentes, sino
porque la situación global testimonia de esta asimilación encuadre-observador.
Esta asimilación a nivel de las fantasías, la hemos encontrado no sólo entre los
integrantes sino también en los equipos.
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posible, sin embargo, la disminución o desaparición del elemento persecutorio
y pueden constituir las premisas morales y técnicas para su empleo.
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Pero regresemos al problema del observador.
Por una parte, esta función no es sino una parte del encuadre; ella está
reducida a ese encuadre. Paralelamente, el coordinador y el grupo, estarán
verdaderamente inmersos en el "proceso" sólo si comprenden este concepto.
Creemos que el coordinador delega en el observador implícitamente o quizás
en el plano de las fantasías, la posibilidad de esta "búsqueda visual". Así, la
inserción del observador puede representar una defensa para el coordinador,
dándole la posibilidad de compartir las proyecciones masivas del grupo.
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frecuente "cosificación" en las comparaciones: grabador, máquina de escribir,
aparato fotográfico, cámara de filmación o TV, etc., manifestadas tanto por el
coordinador como por los participantes de los grupos.
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