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ESTUDIO SOBRE POSIBILIDADES EN EL CAMPO

AGROESCUELATECNICA
” PERITO CLASIFICADOR DE CEREALES,OLEAGINOSAS Y LEGUMBRES ” con título otorgado por
SENASA Argentina .

OBJETIVO: Este curso tiene como objetivo central capacitar a todos los profesionales y funcionarios
involucrados en el Agronegocio. La formación de los re-cursos humanos acorde a la dinámica de los
tiempos actuales. La reingeniería competitiva de las empresas involucradas en el sistema
agroalimentario, re-quieren como condición necesaria un nuevo perfil profesional.
DIRIGIDO: a Ingenieros y Técnicos en agronomía, productores, acopiadores, analistas. clasificadores.
gerentes. responsables y supervisores de puertos. plantas y acopios. todos aquellas personas
involucradas en el proceso de alma-cenamiento. manejo,

Texto extraido de internet pagina abierta del INTA.org

La importancia de utilizar semilla de calidad en el cultivo de poroto

En las provincias del NOA se produce casi la totalidad de los porotos que se exportan y que en mucho
menor medida se consumen en el país.

La diversidad climática y ambiental, da lugar a una serie de áreas productoras con


características propias y distintivas muy marcadas que represetan una época de siembra y cosecha
extendida desde principios de enero hasta la primera quincena de marzo y desde fines de abril a
mediados de junio respectivamente.

Tradicionalmente Argentina ha sido productor del poroto tipo blanco grande denominado
ALUBIA y a partir de la década del 60-70 se ha diversificado con los tipos NEGRO, ROJO, ROSADO y
CRANBERRY entre otros. Los más importantes son el tipo Alubia y el Negro.

Los equipos de mejoramiento varietal de INTA, la Estación Experimental Agroindustrial


Obispo Colombres (EEAOC) de Tucumán y en mucho menor medida algunos particulares han
desarrollado e inscripto más de 40 variedades de los distintos tipos a fin de conseguir mayores
rendimientos, mejor calidad para la exportación, resistencias a las principales enfermedades,
adaptación a determinadas condiciones, etc. Si bien la ganancia genética es destacable, el volumen de
producción se mantiene casi estable ya que los mayores rendimientos medios “compensan” el deterioro
muy acentuado del ambiente, a consecuencia de la aplicación de prácticas agronómicas no adecuadas,
entre ellas la falta de utilización de semilla de calidad.

Para poder comprender cabalmente la importancia de usar semilla de calidad se debe enfatizar
en las diferencias que existen entre sembrar semilla y sembrar “grano seleccionado”.
En el cultivo de poroto, que es una especie autógama, donde más de la mitad de las principales
enfermedades se transmiten a través de la semilla, la única manera de poder aprovechar los avances
fitogenéticos, es mediante la producción y utilización de semilla de calidad, al considerarla como un
transferidor de tecnología o como la expresión del concepto de tecnología condensada dentro de la
semilla. La realización correcta de todas las prácticas culturales posteriores a la siembra no resultan
eficaces si no se utiliza semilla de calidad. Aún en el caso de enfermedades no transmitidas por semilla,
el bajo valor biológico de los granos sembrados como semilla, se traduce en una despareja y mala
implantación de los cultivos. Los patógenos transmitidos por semilla, además de perjudicar la
germinación y el vigor de las plántulas se constituyen en el inóculo primario, que dependiendo de las
condiciones climáticas pueden causar una grave epifitia y dispersarse entre plantas vecinas, reduciendo
rendimiento y/o calidad tanto dentro del mismo ciclo como en los posteriores.

Una implantación rápida y uniforme contribuye a disminuir en gran medida el ataque de


enfermedades, plagas y desarrollo de malezas. Es muy común observar ataques de mosca blanca muy
severos en poblaciones con una distribución desuniforme a consecuencia de una mala emergencia. Una
variedad susceptible, pero bien distribuida, puede llegar a manifestar menores daños que el producido
sobre variedades tolerantes, pero mal distribuidas espacialmente.

También es común observar que las malezas colonizan rápidamente los sectores sin cultivos,
por lo cual es muy difícil realizar el control de las mismas pues la dosis aplicada puede ser óptima para
aquellas de menor desarrollo, ubicadas bajo el cultivo, pero no para aquellas que son de mayor porte,
ubicadas en esos “huecos” del cultivo.

En el procesamiento y clasificación, también se incrementan las pérdidas por utilización de


semilla de mala calidad, al separar los granos fuera de tipo, que puede llegar a más del 10%.

Entre los factores que limitan la producción de poroto, tanto bióticos como abióticos, el mayor
porcentaje está representado por las enfermedades (40%) y en segundo lugar el uso de grano o semilla
de mala calidad (15 al 25 %).

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La producción del tipo comercial alubia, en un gran porcentaje se realiza a partir de grano de
algún lote seleccionado, por intercambio entre productores y en muy baja proporción a partir de semilla
originada y producida por semilleros. La mezcla varietal empleada se traduce en una pésima calidad
comercial, con ingreso restringido en los mercados cada vez más exigentes en calidad para su
industrialización. Hay pérdida de uniformidad de color, brillo, cocción despareja, tamaño y en
definitiva de la trazabilidad, cualidad cada vez más exigida.

Es común escuchar que faltan variedades, cuando sería más correcto hablar de falta de sistemas
de abastecimiento de semilla de calidad en cantidad suficiente de las que hoy se utilizan, sin perjuicio
que los equipos de mejoramiento varietal sigan trabajando y obteniendo variedades con cualidades
superiores a las existentes ya sea por incorporación de mayores tolerancias o resistencia a los factores
limitantes.

Como agravante de la situación, se debe mencionar que muchos de los materiales genéticos
que se utilizan, no son variedades inscriptas formalmente, no se han respetado las normativas y por lo
tanto no existen para ellas la posibilidad de obtener principalmente pureza genética ni de ningún tipo.
Se han difundido por alguna característica sobresaliente, pero la falta de multiplicación bajo las normas
establecidas por la ley, han a llevado que se obtengan cultivos muy desparejos, con baja calidad y con
el peligro de pérdida de mercados y del liderazgo de Argentina en el tipo Alubia.

Por otra parte, de las variedades que, si están legalmente registradas en el INASE, tampoco se
ha asegurado la producción de semilla en cantidad suficiente para la que demanda la producción, ya
sea por constituir el insumo semilla de mucho peso en el costo de producción, por falta de un sistema
adecuado de producción, de semilleros o, combinación de ambos.

Sumado a esta problemática, el cada vez mayor destino del grano a ser comercializado en los
países de destino enlatado /procesado como grano ya precocido sólo o en comidas preparadas, exige
uniformidad de los parámetros de remojo y cocción que sólo se logra cuando esos granos provienen de
cultivos producidos a partir de semilla de calidad y variedad conocida e uniforme; concepto de
trazabilidad.

Es entonces menester plantear un sistema de producción de semilla que sea apropiado para
asegurar la calidad de los cultivos y granos, bajar los costos de producción y a su vez que contemple el
funcionamiento de semilleros que formen parte del mismo. Una verdadera alianza entre productores,
semilleros, a fin de mejorar calidad en la producción y su competitividad.

Un nuevo sistema de producción de semilla en poroto

El mejor método para obtener semilla libre de patógenos es la utilización de variedades


resistentes a los mismos, pero en caso de no existir tal cualidad, es donde se hace más importante el
conocimiento del origen (zonas con condiciones bioambientales desfavorables para el desarrollo de
enfermedades) y cómo han sido las condiciones de producción de producción de la semilla, es decir
conocer si tiene pureza física, varietal y sanitaria. Ya que es la única forma de asegurarse esas cualidades.
Además, quien produzca cultivos para obtener semilla, es menester que respete una serie de
consideraciones tecnológicas que fundamentalmente son de carácter preventivo, es decir controles de
enfermedades, plagas y malezas, cuando se presentan condiciones predisponentes para su ocurrencia
o cuando los umbrales de daño son muy bajos. La cosecha de semilla también tiene sus
recomendaciones técnicas propias, ya que la viabilidad y el poder germinativo de las semillas
producidas, debido a regulaciones y velocidades inadecuadas en los órganos de trilla, separación y
limpieza de las cosechadoras imprimen golpes que disminuyen seriamente la calidad. Atrasos del
momento óptimo para realizarla, asociados a los daños causados por insectos y microorganismos y
ciclos alternados de elevada y baja humedad relativa, previos al momento de cosecha, también son un
factor, es deterioro.
Una tarea fundamental es el “rowing” o remoción de plantas fuera de tipo y/o con síntomas de
enfermedades, operación que, para ser eficiente debe ser realizada en plena etapa de floración por parte
de personal entrenado a tal fin.

Por último, el procesamiento también debe ser particular, con una serie de consideraciones
que eviten mezclas, una correcta limpieza y un posterior almacenamiento en condiciones adecuadas
de humedad y temperatura.

Este sistema de producción de semilla debe considerar no solamente el aspecto productivo y


sus protocolos correspondientes sino además, la participación de los productores y profesionales del
sector privado en los aspectos estratégicos de investigación y en los programas de mejoramiento para
la obtención de nuevas variedades; como también en la promoción y concientización sobre la
utilización de semilla de calidad.

Una meta a cumplir en no más de un par de años puede ser que al menos un 25% de la
producción cuente con la posibilidad de sembrar semilla con pureza genética y sanitaria de los tipos
comerciales más importantes. Ante esta posibilidad los objetivos estratégicos de los actores de la
producción deben contemplar: producción de semilla básica de excelente calidad por parte de INTA,
fomentar la creación de semilleros que produzcan 1ra multiplicación bajo control y siguiendo
protocolos concretos, la capacitación y por último la formación de técnicos en el manejo y producción
de semilla certificada de 2da multiplicación en los campos de producción. Siempre teniendo en
cuenta que no es lo mismo producir grano que producir semilla.

Si los establecimientos productivos, pueden realizar su propia semilla de 2da multiplicación


para propia utilización, permitiría mejorar sustancialmente la producción tanto en volumen como en
calidad, a la vez que bajar el costo de este importante insumo. Producir semilla de calidad en cada
establecimiento productivo puede significar una merma en la cantidad a utilizar en el gran cultivo,
equivalente a una reducción de 120 kg de grano procesado a 90 kg/ha de semilla. Esto es significativo si
se tiene en cuenta que el ítem semilla representa un porcentaje importante dentro del costo de
producción.

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