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Universidad Central del Ecuador

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Epistemología

Diálogo: Círculo de Viena

Integrantes: Mario Chiliquinga, Andrés Cubillos A.

Una tarde relativamente calmada con un cielo nublado pero un clima fresco da el escenario de entrada
para una joven que se apresta a pasar por la puerta de la Universidad de Viena; decide hacer una parada
en uno de los bancos puestos en el interior del campus dado el confuso sentimiento que parece tenerla
casi que enajenada del mundo; en su gesto se le puede apreciar visiblemente contrariada, como si algo
le afectara, o como si algo la estuviera empujando a salir corriendo de ahí, como si no perteneciese ahí,
como si un imán interior la quisiera llevar de vuelta a su casa.

En lo absorta que se encontraba casi que pareció no darse cuenta del hombre que se encontraba sentado
al otro lado de la misma banca en la que se encontraba, un hombre con un abrigo gris, facciones finas y
un sombrero que ocultaba el poco cabello que años de pensar le habían ido robando, sólo hizo falta dar
la vuelta y fijarse en esa aura de descontento que proyectaba esa muchacha menuda, con gafas, cabello
castaño oscuro y aparente disconformidad con su vida. El hombre no pudo evitar decir unas palabras
que casi pedían permiso de salir de sus labios:

- Niña, ¿se encuentra bien?

Casi de forma instantánea la muchacha salió de su aletargamiento y con cierto nerviosismo balbuceó
un -estoy bien- mientras regresaba a ver al hombre sentado allá, de forma apacible.

- Algo en ti dice lo contrario, no es difícil de observar (la chica no entendía por qué su acento en la
palabra observar, pero no lo dijo)

Silencio.

La muchacha, casi como si fuera su primera vez articulando oraciones, empezó a decir:

- ¿Conoce usted este lugar, señor?


- ¿Qué si lo conozco? ¡Ja! (de un momento a otro su rostro fino pareció henchirse, como si le
hubieran preguntado algo acerca de su recuerdo más preciado), querida niña, he dejado aquí más
recuerdos, ideas y palabras de las que puedo recordar. Pero por lo que veo, ese no es tu caso, ¿Qué te
aflige?
- Estoy aquí por mi padre -respondió-, muchas veces me dijo que le haría muy feliz verme cruzar
por esa puerta para poder morir en paz. Me habría gustado mucho que me viera aquí antes de partir al
combate en el frente occidental, pero antes de eso yo tenía 13, y ahora él ya está muerto.
- Ya veo – musitó el hombre – tu padre combatió en la guerra, y cayó.
- Sí – Dijo la entristecida muchacha.

El hombre del abrigo gris hizo un ademán, sugiriendo que se preparaba para una conversación muy
profunda.

- ¿Tu padre te dijo por qué quería verte aquí?


- Dijo que aquí era en donde nacía la ciencia. Él nunca pudo tener una educación digna, fue un
humilde zapatero que la poca formación que tuvo fue por sus propios medios, le gustaba leer y leyó
alguna vez del círculo. Fue una de nuestras últimas conversaciones antes de partir.

El hombre no pudo evitar sentir cierta emoción, era algo de lo que había sentido que ha hablado tantas
veces, pero de lo que nunca se cansaba de hablar…pero se contuvo mientras seguía escuchando.

- Gracias a él heredé mi gusto por la lectura, mientras mi padre leía incansablemente literatura
clásica, yo empecé a interesarme por la ciencia…pero fíjese usted lo difícil que es encontrar libros de
ciencia en una zapatería, aún siendo mi padre el dueño de ella. Siempre me pregunté qué era el círculo,
me imaginaba una secta de hombres sabios que se reunían en cultos a hablar de ciencia mientras
dominaban el mundo…

Aquel hombre escuchaba atentamente y no pudo evitar esbozar una sonrisa, sobre todo, por lo
discordante que era la descripción de una ingenua adolescente entre los casi-sacerdotes de la ciencia que
tenían su propio culto científico místico, y su imagen del café Josephium reunidos todos conversando
sobre el empirismo lógico y la teoría de la relatividad los jueves en la tarde.

El envejecido hombre asintió y continuó con el tono de un padre felicitando a su hijo por el esfuerzo
de hacer sus primeros trazos:

- Querida niña, déjame decirte que tu padre fue un hombre muy culto, y daría el poco cabello que
me queda apostando a que se refería al Círculo de Viena.
- ¿Qué es? – Dijo visiblemente interesada aquella chica.
- No sé si podría decir que fue ahí donde nació la ciencia, pero es ahí en donde se discutieron las
más significativas formas de construirla. Un grupo de intelectuales, matemáticos, físicos, y filósofos se
reunieron para empezar a mostrar un nuevo modelo epistemológico de la ciencia. Un modelo cuyas bases
se edificaron sobre la sólida base del neopositivismo. Y a través del cual todos los pisos de la ciencia
empezarían a erigirse.

Epistemológico… la muchacha no pareció entender muy bien qué significaba (de hecho, no supo con
qué relacionarlo) así que lo preguntó.

- Ahh, ¡jaja!, lo siento querida, hablo de la teoría del conocimiento, pero una teoría distinta, podemos
decir que criticando las bases tradicionales de la filosofía, podemos decir también que recuperando el
carácter verdaderamente científico de todas las ciencias, pero eso sólo se logra a través de una forma…
- ¿Cuál? – preguntó.
- La lógica, la matemática y la probabilidad, por supuesto también a través del empirismo, la
inducción y la unificación de las ciencias.
- Explíqueme, por favor.
- Bueno, sería una tertulia de horas, horas y más horas, pero creo que primero debo empezar por el
principio, contarte cómo surgió el Círculo y por qué es tan importante para la ciencia.

* Primero has de saber que el Círculo de Viena reunió a algunos de los intelectuales más
importantes de este siglo, entre los que estaban científicos de renombre internacional como el
grandioso Otto Neurath, Ernst Mach y entre sus influencias principales podríamos encontrar al
mismísimo Albert Einstein. Cuéntame, ¿Sabes quién es él?

- ¡Sí!, he oído hablar de él, mi padre me dijo que era un genio, que hizo muchos descubrimientos
increíbles, aunque nunca me supo explicar cuáles con exactitud.
- Bueno, Albert supo hacer algunas predicciones sobre el espacio, la luz y demás desde la propia
física, sus conocimientos sobre la famosa teoría general de la relatividad hicieron posible el desarrollo
acelerado de la ciencia hasta lo que la conocemos hoy, e incluso más allá de lo que podríamos
imaginarnos.

* El cómo surgió es también muy importante para entender en qué reside su aporte a la
epistemología (familiarízate con esta palabra, niña), la labor de fundar el aporte científico recayó
en Philipp Frank y en Hans Hahn, quienes dieron sólidas bases al desarrollo fundamental del
empirismo lógico y en general de la filosofía de la ciencia, incluyendo, por supuesto a las
matemáticas y a la física. Es ahí en donde entra la teoría de Einstein, prácticamente les dio piso
para continuar.

* Una de las cosas que más fuertemente criticaron esta élite de intelectuales es la metafísica que,
según sus argumentos, estaba presente en la ciencia. Pero a ver, primero vamos por lo esencial,
qué es la metafísica: para no hacerlo muy largo digamos que la ciencia hasta ese momento se había
sustentado en modelos adquiridos en el siglo XVIII, sobre todo de dos grandes filósofos como son
Immanuel Kant y Friedrich Hegel, algunos postulados esencialmente tratados desde tiempos de la
filosofía de la antigua Grecia y que permanecieron muy unidos a la filosofía durante siglos, a lo
que desde el Círculo de Viena llamaron la “filosofía especulativa”.

* Sobre esta premisa se previó la necesidad de hacer científica a la filosofía, salir de la especulación
y entrar en el terreno de lo lógico, de lo observacional, de lo probable. Era necesario recurrir a
concluir el proyecto del positivismo, es decir, incluir las ciencias exactas dentro de la configuración
de la filosofía de la ciencia. Y a su vez utilizar ese lenguaje para unificar a todas las ciencias. Ese,
querida niña, fue el gran proyecto científico del Círculo de Viena.

La muchacha estaba realmente absorta, es como si, en menos de 10 minutos (que duró
aproximadamente esta pequeña disertación de ese agradable sujeto) se le hubiera mostrado un mundo
más allá de los límites de su propio entendimiento…distante y accesible a la vez.

Comprendía lo importante que fue el Círculo de Viena, era perfectamente consciente de que no se
trataba de esa vaga imagen de un culto de hombres comteanos que decidían por el destino del mundo
mientras hablaban sobre lo importante que es la ciencia investidos en sus largas túnicas. De hecho, lo
que aquel hombre le estaba contando era lo diametralmente opuesto en ese sentido. Aunque aún había
muchas dudas, “pareciera que ese es el destino de los intelectuales”, pensaba mientras mascaba las
palabras que le preguntaría a aquel hombre: una incesante búsqueda de respuestas en la que aparecen
cada vez más preguntas.

- ¿Y cómo funciona la lógica?


- Oh, bueno -Pensó por un momento qué decir, era de esas preguntas que pareciendo fáciles no lo
eran para nada al momento de responderlas, tal como “¿Qué es la historia”- veamos, la lógica es un
instrumento vital dentro del empirismo lógico, y funciona bajo proposiciones, algunos hablan de
enunciados observacionales (sobre todo algunos críticos), otros hablan de proposiciones protocolares o
elementales (como diría cierto filósofo llamado Wittgestein, si te llegas a dedicar a esto entenderás a qué
me refiero) que sostienen una conclusión a partir de la resolución que proponen un número determinado
de enunciados sobre un hecho específico, la situación radica en que en el Círculo de Viena resultaba
muy importante la observación y la inducción para poder llevarlas a cabo. Por inducción hablamos de lo
contrario a la deducción: encontrar leyes generales a partir del análisis de casos particulares.

* Por ejemplo, estoy bastante seguro que notaste que usé con un tono peculiar la palabra observar
cuando te pregunté si te encontrabas bien, si es así, efectivamente debes saber que no lo hice
adrede, partí desde dos observaciones muy concretas que me llevaron a un enunciado
probabilístico: 1) El comportamiento de aquella chica es extraño, fuera de lo normal y 2) Cuando
una persona se siente aquejada por algo, actúa absorta, preocupada y es muy difícil que se calme,
entonces aquello me lleva a la conclusión de que: Es muy probable que aquella chica no se
encuentre bien. Podríamos decir entonces que hay una relación directa entre las personas que
tienen comportamientos muy específicos y sus emociones o sentimientos. Esto por supuesto es
una reducción a los niveles más groseros, pero aquello se complejiza conforme las ciencias se
vuelven mucho más abstractas. Para aquello entonces se empieza a recurrir a los modelos
matemáticos, a los modelos probabilísticos y todo lo que te había mencionado hace ya un
momento, querida niña.

Aquella muchacha, que hace escasos minutos se encontraba absorta en su propia frustración parecía
ahora distinta. No contenta, ni entusiasmada, sino como con cierta certidumbre. Con la certidumbre de
haber encontrado la respuesta en una pregunta. Como si ahora supiese qué buscar, y en dónde buscar.
Sus ojos miraban con un semblante distinto, y se empezaba a notar el café oscuro de su color que no era
distinguible. No quiso irse sin preguntar el nombre del hombre que le puso el norte a su brújula.

- Lo sabrás, niña, estoy completamente seguro que nos encontraremos allá – Dijo, mientras señalaba
a los edificios de la Universidad – Prepárate muy bien, que las preguntas no dejarán de llegar nunca.

Mientras se levantaba, haciendo un ademán con su sombrero para despedirse, dio la vuelta y se dirigió
hacia la salida, teniendo bajo sí un cielo que empezaba a oscurecerse y unas luces que, como luciérnagas
en la noche comenzaban a iluminarse en una hilera sospechosamente uniforme.

Aquella muchacha hizo lo propio, pero dirigiéndose hacia el lado opuesto, entrando hacia donde hace
algunos minutos dudaba si debía o no entrar.

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