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PROLOGO

En febrero de 1 998, por efecto de las torrenciales lluvias que nos tiene
acostumbrados el fenómeno de "El Niño", en la chacra del señor Anselmo
Méndez, sector La Palma, al desbordarse el río Zarumilla dejó al
descubierto un significativo hallazgo de lo que se cree fue un cementerio
prehispánico situado cronológicamente en el horizonte temprano (500 a.C
aprox., según la arqueóloga Carolina Vilchez Carrasco) con posible
influencia de las culturas Vicus o Moche. Está constituida por 250 ceramios
con decoraciones antropomorfas, zoomorfas y fítomorfas,)
representaciones de rostros humanos; así como restos humanos y platos,
copas o compoteras, pequeñas piezas metalísticas como pinzas,
pendientes, hachas y otros instrumentos de cobre.

Antes de este substancial descubrimiento no era ningún secreto para los


habitantes de los pueblos aledaños al río Zarumilla como Loma Saavedra,
Cuchareta, Uña de Gato, El porvenir, La Palma...- la presencia humana en
épocas prehispánicas ya que muchos guardan celosamente en sus
viviendas muestras de cerámica y hasta pequeñas piezas de oro. ¿Acaso
no existirá un trascendental asentamiento humano como el Señor de
Sipán? Lo cierto es que se resta importancia y no se realizan excavaciones
ni estudios.

Pareciera que nuestra identidad cultural estuviera destinada a desaparecer


si nosotros, hijos e hijas de Zarumilla dejamos que suceda
sumergiéndonos en la indiferencia y el conformismo; y quienes amamos a
esta acogedora tierra no debemos permitirlo y emular el ejemplo de un
hombre cuyo nombre debe estar escrito con letras de oro en las páginas
de nuestra historia regional. Me refiero a José Noblecilla Mendoza,
quien en 1892 publicó.

Topografía de la Hacienda Zarumilla en Invierno: textualmente en


una de sus hojas dice: "Por entre esas colinas hasta Uñegato, hay
muchas huacas de los Incas, dignos objetos de la antigüedad, que
aunque casi perdidos por el transcurso de los siglos, todavía se
dejan conocer á la simple vista del curioso observador." Si este
libro se hubiese conservado en el colectivo, hechos como el de 1998
pudieron preverse con estudios anticipados.

El libro "Topografía de la Hacienda Zarumilla en Invierno" se


constituye en un documento invaluable dentro de nuestro quehacer
cultural y en el rescate de nuestra verdadera identidad. Por ello considero
que esta nueva reimpresión por parte de la Ilustre Municipalidad Provincial
de Zarumilla, presidida por el señor Alcalde Félix Ernesto Garrido Rivera
(Gestión 2007-2010), se convierte en un verdadero compromiso para el
desarrollo integral de nuestro querido pueblo y que debe ser el fin
principal de nuestras autoridades sin importar las banderas políticas. En
1996 de este texto sólo quedaban fotocopias en pésimo estado de
conservación: allí empezó el trabajo de restauración, tuve el cuidado de
transcribir fielmente cada una de sus líneas. Así se puede observar la
tildación de monosílabos (á-ó). o la forma en que escribe Uñegato o
Túmbez; y el término saibó que hoy conocemos como ceibo. Muchos
pueden pensar que se tratan de errores ortográficos, mas tengan la
seguridad de que a pesar de mostrarse líneas un tanto borrosas, la
recuperación ha sido exacta; igualmente las ilustraciones internas que
fueron restauradas fielmente por Rubby Yojana Fernández Porras (Co-
Creadora de la Bandera de Zarumilla), identificada plenamente con la
cultura y literatura de nuestra localidad y de la región. Pero, ¿por qué se
debe considerar invaluable este pequeño libro?

Su lectura nos detiene en el tiempo, Zarumilla en su nacimiento con toda


su riqueza geográfica, una exuberante flora y fauna, el privilegiado clima y
sus potencialidades para transformarse en una gran ciudad (que no
hemos sabido aprovechar). Es como adentrarnos a un pasado que ninguno
de nosotros conocíamos. Por otro lado, debemos rescatar el nombre
completo de nuestra actual provincia "San Ramón de Zarumilla'". el
reconocimiento a don José Noblecilla Mendoza y sus hermanos por el
gesto de ceder voluntariamente siete cuadras cuadradas para su
fundación, y por ende a toda su descendencia. En este texto también se
muestra el arte culinario que precisamente esta quedando en el olvido - al
igual que muchas especies de flora y fauna (inclusive productos
hidrobiológicos) se encuentran en peligro de extinción por nuestra falta de
identidad a esta hermosa y acogedora tierra-; me refiero a platos típicos
como el Salpicón de venado, la liza ahumada del Bendito y los camarones
de río (¡Qué deliciosas debieron ser estas viandas!).

La más importante razón para la trascendencia de esta obra es que su


autor. José Noblecilla Mendoza, incluye al final de sus páginas un
hermoso poema acróstico que data del año de 1858 en memoria de quien
fuera su esposa: Maclovia Orellana. Considerando que durante esta época
el Romanticismo de Palma y Salaverry se cimentaba en el Perú, muy al
norte, este ilustre zarumillense muestra un poema con características
renacentistas, pero no por ello menos romántico: la predilección por la
rima consonante o perfecta, la preferencia por el verso endecasílabo (I 1
silabas métricas) y la revaloración del arte clásico (deidad ninfa) /Oyes al
ruiseñor que enamorado/ /Repite el himno de dolor sombrío/
/Embelesa la flor, la fuente, el prado/ /La hermosa orilla y el
undoso río?/

En la actualidad, en muchas antologías de literatura tumbesina se


considera a don José Noblecilla Mendoza como el primer escritor y poeta
formal de esta región ¡Qué orgullo para nosotros! En 1997 un grupo de
jóvenes poetas formó un Círculo Literario que llevó su nombre en honor a
su memoria, publicando un poemario titulado "El grito de tus hijos". De
aquí, un poema de mi autoría que dado el motivo, me atrevo a insertar:

LA MANO

Amarguras, desesperanzas, decepciones.

pasos temerosos y cuerpos sin alma,

no hay intérpretes para hermosas canciones,

crece la tempestad y muere la calma:


tempestad que hiere, duele y atormenta;

hombres sin brújula, hombres sin horizonte.

En la nebulosa todos susurran, nadie comenta

y en sus miradas, el silencio de Caronte...

Es de esta sórdida y abrumadora oscuridad

en que una mano surge del agreste monte;

mano de pluma honesta y agresiva claridad,

tienen su dedos la sencillez del saltamonte.

rebeldía natural de añoranzas y venturas,

sensibilidad de primavera y niño en flor;

es la mano guía de conciencias futuras

y al formar el puño: un látigo y el amor...

Es el puño sembrador de espinas y rosas

en la pequeña pero grandiosa Zarumilla,

de su paisaje surgen poesías hermosas

para la mano firme de José Noblecilla.

¿Quiero usted conocer más razones? Entonces lo invito a subir a la


máquina del tiempo y disfrute con la lectura de Topografía de la Hacienda
Zarumilla en Invierno, igual que ayer...

Escritor y Co-creador de la Bandera de Zarumilla


AGRADECIMIENTO

El más sincero agradecimiento a la honorable Municipalidad Provincial de


Zarumilla, por hacer posible el rescate de nuestra identidad cultural con la
reimpresión de este invaluable texto que permitirá dar un nuevo rumbo a
la historia de Zarumilla.

Muy en especial a su digna autoridad edil don Félix Ernesto Garrido


Rivera, periodo 2007-2010, a su gerencia municipal en la persona del CPC
Henry Bernardo Garay Canales y al señor Regidor Germán Gómez Vivanco
quienes se interesaron en un trabajo de investigación, recuperación y
restauración de esta obra titulada "TOPOGRAFIA DF LA HACIENDA
ZARUMILLA FN IINVIERNO", cuya primera reimpresión fue hecha en
Guayaquil en la imprenta de "El Tiempo" en el año de 1893.

Hoy por hoy, hemos creído conveniente la 2da. Re-Impresión ya que el


contenido de la obra nos dimensiona y muestra algunos pasajes y hechos
que pocos conocemos, una Zarumilla de gran riqueza cultural y
tradicional: que a la fecha y con el transcurrir del tiempo venimos
perdiendo.
Publicado por José Noblecilla Mendoza en 1892

1ra. Reimpresión Guayaquil 1893

2da Reimpresión 2010

Tiraje: 1.000 ejemplares

Impreso por Globaline Perú

Auspicia Municipalidad Provincial de Zarumilla

Gestión 2007 - 2010.


Límites de la hacienda

De

ZARUMILLA

En la jurisdicción de la provincia de Túmbez y hacia la frontera


ecuatoriana, entre el mar y las montañas, se encuentra la hacienda de
Zarumilla, cuyos linderos abrazan una gran porción de territorio en esta
forma: por el oriente las cordilleras y vertientes de Zaruma; por el
occidente el océano, con inclusión de las islas de "Capón", (con caleta
"Noel"), la "Correa" y "Matapalo", que forman parte del archipiélago de
Payana: por el norte el antiguo río de Cayancas, que separa el Perú del
Ecuador; y por el sur el paraje de Cardonsolo que se halla á las
inmediaciones de Túmbez y que limita con los terrenos de la Legua, cuya
línea corre desde el estero de la Ramada á Taural y pasa por el centro de
las haciendas de Cabuyal v Cerroblanco.
PRODUCTOS NATURALES

Llanura hay en este territorio que mide siete leguas más ó menos de sur á
norte, el cual se halla cortado por varias quebradas, como la de Marco
Felipe, la de Zarumilla, la de Quebrada grande, la de Corralfalso, la del
Padre. Laguna-blanca, etc., donde las aguas de invierno dan verdor y
hermosura á sus campos y en donde la cría de ganado de toda especie,
sin exceptuarse una, se multiplica admirablemente, tal como sucede por la
abundancia de sus pastos en las pampas de la República Argentina.
Además, contiene muchos frutos como el guásimo, el ébano, el faique, el
jaboncillo, la vainilla, la seca, el charán, el zapote, la sambumba, la uva
del overal, el madroño y la flor de saibo que transmite á la leche su mismo
aroma.

Las quebradas suelen á veces convertirse en riachuelos de apacible


corriente, ó en torrentes que no se pueden atravesar, y después que
pasan las aguas en bosquecillos amenos, engalanados por una feraz
vegetación. La sal es uno de los más nobles productos, y de ella tiene
varias minas como la de Santa Gertrudis, la de Todos los santos y la
Soledad, que se hallan ubicadas en las tres primeras quebradas ya dichas,
á corta distancia del punto en que se pagan al mar el tributo de sus
aguas, y además un estero famoso llamado Bendito, donde el nombre solo
lleva consigo la abundancia de peces y de ostras y que se agarran en él.

No está menos provisto de resinas y de gomas, así como de buenas


maderas: en sus diferentes bosques se encuentran el guachapelí, el
pechiche, la madera negra, el bálsamo, el laurel, etc., y entre las muy
finas que nada tienen que envidiar á las de Europa, se ve el palo de vaca,
el ébano, el cedro y el corazón de seca; muchos algarrobales cubren las
quebradas y las márgenes del río y muy en breve se exportará para el
Callao la leña y el carbón que tanto consumo tienen en Lima.

NATURALEZA DEL TERRENO

Hacia el centro los terrenos son ondulados y forman antiplanicies y


descensos hasta perderse en las montañas; y hacia el mar la llanura está
cortada, paralelamente, de sur á norte, por fajas de salitre y de arena,
desde Cardonsolo á Puerto Grande; y sus orillas cubiertas de manglares,
de donde se extrae la corteza para las curtiembres y buenas maderas que
no solo sirven para las construcciones navales y de ribera, sino también
para combustible. En Guayaquil esta es la leña de que hacen uso los
Vapores destinados á la navegación fluvial. Las fajas de salitre producen
sal, y las de arena, que se conocen con el nombre de las "lsletas"", que
sirven para el refugio de venados y otros animales silvestres, son lugares
fértiles que se prestan para el cultivo del algodón particularmente, y del
tamarindo y las palmeras. Así lo prueba su vigorosa vegetación que luce
desde la enredadera hasta el corpulento saibó. Entre estas isletas
tenemos la de Bendito, que lleva el mismo nombre del estero de que he
hablado antes, por hallarse inmediato a él. Aquel estero dispuesto por la
naturaleza admirablemente, no solo por su objeto sino por su posición
topográfica, corre en el mismo orden sobre la orilla del mar como una faja
verde de cristal, guarnecida de un esmaltado follaje, desde el angosto
canal que separa la isla de Capón del continente, hasta la Laguna-blanca,
(tres leguas por lo menos) en cuyas pampas hace sus derrames,
mezclando sus aguas, hacia el sur, con el otro estero de la Ramada, que
entra por la boca del Túmbez y sirve de limite por ese lado. Si en las
orillas del rio el añil es una planta silvestre, en estos lugares se produce la
orchilla, la lana de saibó, la crin vegetal con más abundancia que en otras
partes de la misma hacienda. También se da la yuca de monte, propia
para la cría de cerdos, y un gusano semejante al de la cochinilla. En esas
zonas de arena que siempre se cubren de pastos como un campo de
arroz, los frondosos gualtacos y los verdes saibos, de variadas formas,
son los árboles que descuellan sobre todos. Las gentes del país suponen
que es mortífera la sombra de los primeros y llaman chucada á la persona
que la recibe y enferma por casualidad.
CALETA "NOEL”

Las islas de Capón y Matapalo, que forman parte del archipiélago de


Payana y del canal del mismo nombre, tienen su importancia relativa por
su extensión y por su fertilidad, propia para el cultivo de palmeras, en
primer lugar. Sus orillas sirven de criaderos de ostras y sus habitantes por
ahora solo se dedican á la pesca y á sacar sal y cascara de mangle. Ll
puerto de la primera está habilitado y se denomina caleta "Noel",
conforme al Decreto Supremo cuyo tenor literal dice así:

"Lima, junio 9 de 1875.

Vista la solicitud de don José Noblecilla, pidiendo la habilitación de una


caleta inmediata á su fundo, para la exportación de los productos de la
hacienda Zarumilla, situada en la provincia de Túmbez, y en atención á las
ventajas que reportaría a la agricultura nacional con la habilitación de esta
caleta; de acuerdo con los informes que preceden y en uso de la
atribución que confiere al P.E. el art. 4° de la ley de 2 de diciembre último
sobre puertos mayores y menores, habilitase para solo la exportación de
los productos nacionales la expresada caleta, que se denominará "Noel"
en recuerdo del ilustre marino de este nombre que sacrificó heroicamente
su vida por cumplir con su deber. Quedando dicha caleta bajo la
dependencia de la Aduana de Paita y debiendo uno de sus inspectores
constituirse en aquel lugar para su vigilancia.

EL RIO

El río de Zarumilla desciende de las cordilleras y vertientes de Zaruma y


recorre un trayecto de cuarenta leguas más ó menos en dirección N.H. á
S.H. desde su hoya hasta su embocadura.
Sirviendo de límite como se ha dicho, al Perú y al Ecuador. Se encuentra
como á una milla de distancia de la casa hacienda; su corriente no es
permanente sino periódica, pues casi todos los años se seca en su tercio
interior y á pesar de esto sus orillas, aunque incultas, en su mayor parte,
conservan la humedad suficiente, cual otro Nilo, para el cultivo de sus
vegas, donde se produce en pequeña escala la caña de azúcar, el tabaco,
el plátano, el arroz, el maíz, la yuca. etc., y en general todo cuanto es
propio de los lugares que como éste, pertenecen á la zona tórrida, pero
con algunas excepciones. Sus márgenes están entrecortadas por
numerosos bosques en que sobresalen los pechiches y guachapelíes;
pequeñas colinas se levantan aquí y allí coronadas del verde algarrobo;
algunas, como las de Matapalo, se dilatan á lo largo, siguiendo la corriente
de las aguas y van formando altos paredones á manera de muralla desde
donde se puede ir a contemplar, por un lado el inmenso algarrobal de
Motilón, cuya vista presenta un verdadero panorama, v por el otro una
gran laguna formada por los desagües de la quebrada de la Aguada y por
las crecientes del río que entran por el estero de Guailalá. Por entre esas
colinas hasta Uñegato, hay muchas huacas de los Incas, dignos objetos de
la antigüedad, que aunque casi perdidos por el transcurso de los siglos,
todavía se dejan conocerá la simple vista del curioso observador.

Otra de las cosas que también llama la atención por esos lugares es la
cantidad de conchas de ostras que el río desgrana con su corriente, del
corazón de aquellas colinas ¿Los antiguos habitantes habrán sido acaso
sus conductores? Estos son secretos de la geología, cuya verdad está
envuelta en el misterio que no es posible conocer.

Sobre el lado opuesto tenemos el Ebano cuyo estero entra por la vega de
Matapalo, trazando una pequeña curva hasta que desciende al rio. La faja
de tierra por donde corre este estero principia desde la Morocha, a corta
distancia de las chacras, (sitios de la frontera ecuatoriana), por cuyo
punto abrió su nuevo cauce el río desde el siglo pasado de 1.700 dando un
corte hasta Zarumilla. Fistos terrenos forman parte, naturalmente, de la
hacienda, a la vez que un hermoso Delta, ceñido de S. á N. por el antiguo
y nuevo río en una extensión (su latitud) de dos á tres millas, y por el pie
con los manglares ó sea con las orillas del mar. Contienen buenos montes
como el algarrobal de Motilón, maderales de primera clase, y en el Ebano
un abundante manantial y fértiles vegas para el cultivo.

Las vegas más afamadas son las de Uñegato, que parten desde Potrerillo
hasta la Palma, en una extensión de una legua más ó menos. Estas vegas
por un lado tienen el río y por el centro un estero denominado riecito, que
corre de un extremo á otro por los confines ya dichos, casi al pié de las
lomas que las rodean. Aquí hay buenas tierras pastoriles y para el cultivo,
particularmente del algodón, del tabaco y del café, de que ya se han
plantado algunas matas con buen éxito, grandes montes para potrero y
los mejores bosques, de los que se han extraído muchas maderas de
pechiche y guachapelí aunque sin provecho alguno. Además hay un
manantial que se conoce con el mismo nombre. (Uñegato) ó sea una
especie de oasis, cuyas aguas jamás se agotan, pero ni aun en los
tiempos de la mayor sequía. En la Palma sólo hay una faja estrecha de
cultivo, que principia desde Riecito con un pequeño monte y termina en
un picacho sobre la orilla del río, que separa este sitio de Papayal. Aquí
también hay una hermosa vega que en años pasados tuvo algunos
habitantes que se dedicaron al cultivo de ella, pero que hoy se halla
completamente en abandono.

Por el pié de aquel picacho entra un estero que corre en sentido opuesto,
hacia arriba, depositando gran parte de sus aguas en Cienegal y éste es el
que fecundiza por el centro. Esta vega orillando el río, confina con
guachapelí y por la espalda con las lomas. En sus chacras tiene buenos
manantiales y buenas maderas en su bosque, así como un algarrobal,
llamado de la Comisión, propio para un potrero. A continuación de
Guachapelí tenemos los sitios de Lamedero, los Limos, Lechuga, las Dos-
bocas, Quebradaseca, etc., todos más ó menos importantes y la Laja
finalmente, que es uno de los puntos más interesantes de la montaña por
su extensión y posición. Se halla al pié del río, dominando un inmenso
valle por donde cruza el camino que baja de Célica para Santa Rosa, y
cuyos terrenos se prestan para el cultivo del caté, del arroz, del tabaco,
de la caña de azúcar y de la paja toquilla, con preferencia á tantos otros
cereales que allí se producen expontáneamente.

Por ahora dos cosas son las que necesitamos: irrigación e inmigración. Sin
estos dos elementos poderosos no podrá haber agricultura, que en todas
partes del mundo es la primera fuente de riqueza. La gran China es el
imperio modelo que tenemos más antiguo de las rudas labores
campestres. El Egipto nos da el mismo ejemplo; á Italia por esto es que
se le llama el jardín de Europa, por el esmerado cultivo de sus tierras, en
que ni las peñas vecinas al mar han quedado libres de esa labor; lo mismo
que en Holanda, donde el ingenio del hombre ha hecho prodigios,
usurpándole al mar sus playas para el cultivo; en el Brasil ha habido año
que se han exportado, según la revista mercantil, veinte millones de sacos
de café, noble grano y uno de los que se cultiva allí de preferencia; pero
hoy sobre todo, los Estados Unidos de América son los que nos asombran
con sus enormes producciones en general y con su colosal riqueza.
VIAS DE COMUNICACION

1:1 punto intermedio que ocupa Zarumilla entre Túmbez. Santa Rosa y
Machala, facilita mucho su comunicación por mar y tierra, así como la
exportación de sus productos naturales. Por la vía de tierra se acerca
mucho más á los pueblos mencionados, pues que á tres horas de camino
seco y llano, siguiendo una marcha regular, se llega á Tumbe/, en seis a
Santa Rosa y en nueve á Máchala. Futre sus puertos de mar el 1° es la
Ramada que está situado á la orilla del estero del mismo nombre, cerca de
Túmbez; el 2° es la caleta ""Noel" antes Capón: el 3° el Sallo que está en
la orilla del canal, cerrado por el archipiélago de Payana: y 4° finalmente,
el que se conoce con el nombre de puerto de Zarumilla, formado
por un estero. Todos estos puertos van quedando respectivamente al
norte y ocupan la parte céntrica del golfo de Guayaquil: por manera que
su comunicación con esta plaza tiene grandes facilidades, así como
también con todos los demás pueblos que se acercan, ya sea por uno ú
otro lado. Además, como la pesca acumula continuamente muchas
embarcaciones menores en los esteros fronterizos al puerto de Zarumilla.
este movimiento marítimo es el primero de los recursos con que cuenta la
hacienda para su comunicación y transporte hacia el Ecuador.
La circunstancia de encontrarse Zarumilla situada sobre una vasta
planicie, sin lagos ni ríos en su alrededor que infesten el aire y á tan corta
distancia del mar, hace que su temperamento sea extremadamente
saludable. Tan ventajosas disposiciones del lugar no pueden menos que
reunir cualidades importantes, la templanza en el calor del sol es una de
ellas y otra la del viento que corre libremente, que nada lo detiene, que
unas veces viene impetuoso y hace mecerse como hamacas los ranchos
en la pampa: en otras se desliza suavemente y va á perderse por aquellas
llanuras verdes y floridas. ¡Oh! allí es donde se siente el supremo placer.

"Entre las causas generales que modifican la temperatura de los lugares,


no hemos considerado hasta ahora sin la altura: pero la proximidad a los
mares tiene también mucha influencia, no precisamente para elevar o
bajar la temperatura anual, sino para hacerla igual: porque se ha
encontrado por experiencia que la temperatura del mar lejos de las costas
se mantiene siempre constante é igual a la temperatura media del aire
durante todo el año. (Vallejo,. Tratado de matemáticas.")

LA CAZA Y LA PESCA

Las correrías de venados ofrecen un placer incomparable y esa caza es


uno de los primeros recursos de la vida. Ahí se prueban los fogosos
caballos á escape volador, y en alas del viento se ve el galgo, allá en
lontananza, medir enormes distancias con su codiciada presa. Por lo
demás la cacería es abundante; tenemos la ardilla, el saino, el faisán, el
patillo, la paloma, la perdiz, sin contar con las aves acuáticas que en
grandes bandadas se aglomeran en la sábana de Santa Gertrudis. Vamos
a la pesca.

La cercanía al mar nos da el camarón y los cangrejos, el ostión. la concha


en sus varias especies, como el mejillón y las almejas, y la buena liza de
Bendito. Aquí cada mes se hacen pescas importantes y tan buenas,
relativamente que se podrían comparar con las que se hacen igualmente
en la América del Norte, en los celebres bancos de la isla de Terranova.

LA MESA

La carne de Zarumilla es una cosa exquisita, la cesina sobre todo que


toma un color negro semejante al higo pasado: la leche, la mantequilla no
pueden ser más nutritivas: el queso es tan delicado que nada deja de
desear de los mejores que se traen de Holanda, de Flandes y de Italia; la
miel de abejas que no es más que el extracto de las flores, sería sin duda
el más rico dulce en la mesa de los reyes; el camote, el maíz, sus blonias
y hermosas yucas y un variado género de legumbres: he aquí sus
alimentos favoritos. Entre sus viandas merecen preferencia la liza
ahumada de Bendito, el salpicón de venado, el seco de cabrito con
humitas, y los hermosos camarones de su río; así como de sus frutas la
cereza, la papaya, el mango, el coco, el melón, y la sandía. Para el
refresco tenemos la chicha y el mazato en lugar de la nieve y la cerveza.
Por lo demás, todo se proporciona en ese paraíso del Señor y el apetito
que no falta, predispone siempre al regalo de la mesa y al placer.

EL PASEO

En los paseos se goza en Zarumilla del espectáculo más hermoso que se


puede ofrecer á la vista. La fresca brisa viene a acariciarnos dulcemente y
el ambiente que se respira parece que estuviera embalsamado por las
flores; la calma reina por todas partes y el mar allá lejos se deja oír con
sus terribles bramidos: el cielo esa inmensa bóveda teñida de azul puro,
no puede ser más claro y elevado: sus floridos campos ceñidos al oriente
por la cordillera de los Andes, que desciende majestuosamente como por
escalones, formando pintorescas colinas á lo largo de los llanos, no
pueden ser también más deliciosos y encantadores, ni de más provecho
para el hombre.
Cuando principian las lluvias esos campos son objeto de admiración para
el observador que sabe contemplar la naturaleza, y que venera en ello á
su Autor. Así. vemos que la yerba parece que materialmente se sintiera
crecer en aquellas áridas llanuras y en pocas horas se cubre la tierra de
una verde alfombra; con igual rapidez se producen y bullen allí una
multitud de insectos; en los esteros y en las lagunas toman asiento
patillos así como las garzas, entre las que se distinguen por su belleza,
unas de color rosa y sobre todas la garza real; pero los cuchivives que son
los centinelas nocturnos que hacen la ronda por los aires interrumpen á
cada paso con su canto el silencio de la noche y ellos nos anuncian la
proximidad de la tempestad ó de las aguas. En donde más afluyen las
aves acuáticas y continentales es en la sábana de Santa Gertrudis,
formada por los desagües del río y de las quebradas: estas aguas corren
por esteros que van á perderse al mar por entre los manglares, espesos
bosques que cual inmensa cortina cubre sus riberas.

Los cóndores y los buitres también descienden de sus altas regiones á


diezmar la cría. En las pampas el relinchar de los caballos excita á las
cabalgatas; los asnos en grandes porciones ya corren ó se agrupan en
tropel; los atajos de ganados que vagan por todas partes alegran con sus
mugidos, no menos que el canto melodioso de las aves entre las que se
distingue el ruiseñor por su dulce y armonioso acento: y finalmente
cuando el sol viene á sorprendernos con sus vivificantes rayos y dora tan
pintorescos prados y colinas, todo, todo viene á formar un conjunto que
adormece en el placer y que nos eleva hacia el creador, haciéndonos
admirar sus prodigios en cada una de sus obras.
LA TEMPESTAD

Terribles son las impresiones que nos agitan en una noche de tempestad,
cuando ha conmovido la naturaleza con todo el furor de sus estragos y
cuando en lejano ruido nos anuncia que el océano está embravecido, cual
si amenazara romper sus murallas para barrer esta parte del continente y
hundirnos bajo sus tumultuosas olas, ¡Gran Dios! Tú que velas sobre tus
criaturas y que nos conservas por tu infinita bondad, te doy gracias por
los peligros de que nos salvas á cada paso, devolviéndonos en cambio el
reposo y la esperanza que nos asiste de que no seremos castigados por
nuestras culpas con un nuevo diluvio.

LA MAÑANA

Las mañanas son frescas y apacibles, regularmente después de la


tempestad y bajo un cielo claro y sereno en donde hay que admirar de
cuando en cuando bellos paisajes, se nos presenta la gran cordillera de los
Andes, majestuosa é imponente, iluminada por el sol, cuyos ardores
vienen á templar la fresca brisa que nos envía.

LA TARDE

En el campo y aún en las mismas ciudades, con la tarde viene el


recogimiento y la meditación, que nos eleva hacia el Creador, y así como
la aurora de la mañana nos despierta y nos alegra con su vivificante luz,
predisponiéndonos al trabajo, que es la más noble ocupación de la vida
humana, así también cuando se esconde el sol y nos sorprende la noche,
cubriéndonos con su negro manto, nos entristece profundamente; pero
luego que viene el sueño caemos rendidos á la cama, y mientras tanto,
descansamos de los afanes de la vida, recuperando las fuerzas perdidas
para continuar al día siguiente con la misma tarca.
EL PUEBOL DE ZARUMILLA

Por un Decreto Legislativo del año 1 871 se erigió el Distrito de Túmbez en


Provincia y por consecuencia el caserío de esta hacienda en Distrito
respectivamente. Con este motivo mis hermanos y yo hicimos cesión
voluntaria de 7 cuadras cuadradas, para que en ese caserío se fundara el
pueblo de San Ramón, que así se denomina, y que en efecto se fundó por
la Municipalidad de Túmbez en 1878. La formación de los pueblos, como
todas las cosas, siempre va con lentitud, á no ser que apare/can minas de
oro como las de California en 1849, que siendo esta una miserable aldea,
se transformo de un día á otro en una gran ciudad.

LA CASA

La casa de la hacienda está situada al extremo sur de una llanura que se


conoce con el propio nombre de Zarumilla y cuya circunferencia excede de
tres leguas por lo menos, de manera que sus confines mirando al centro,
hacen horizonte. Al sur de la casa y á poca distancia de ella hay una ligera
concavidad, aunque de bastante extensión, donde se reúnen gran parte
de las aguas provenientes de las lluvias del invierno y desde allí
descienden á una quebrada que la rodea por un costado (al sur) con
pequeñuelos bosques, fuentes de agua cristalina y una multitud de
pajarillos, que se armonizan como al despertar la aurora de cada mañana,
alaban al Señor.

Dejaría incompleta esta descripción relativa: la dejo a su descubierto que


el 1c de junio de mil ochocientos treinta y seis nací en ella. Como allí vi la
primera luz del día, es por eso que el más tierno afecto me ancadena
siempre á esa vieja cuna y es por eso también que amo tanto á Zarumilla
y su tristeza y su silencio, en medio de aquellas soledades, es el mayor
encanto de mi corazón.

José Noblecilla.

Nota.- Creo oportuno insertar aquí, á propósito de esto, el idilio del


célebre poeta mejicano Riva Palacio, que dice así:

Una casita

Sobre una alfombra

De blancas flores
Y verde grama

Donde recuestan

Su fresca sombra

Los arrayanes

Y la retama

Entre los juncos

Y carrisales

&&&&&&& (Verso ilegible)

Que corre poco

Acariciando

Con sus cristales

La madre selva.

Que escala el muro.

Blancas ovejas

Sobre las lomas.

Tordos parleros

Por los sembrados

Y en dulce arrullo

Blancas palomas F

En los aleros

De los tejados.

Cubre las puertas

Y en la ventana

De roja yedra

fresca cortina.

Y por los patios

Cruzando ufana

En raudo vuelo

La golondrina.
Entre los fresnos

Aves cantando.

Junto al estanque

Lirios y rosas

Y por las flores

Lilas buscando

El dulce néctar

Las mariposas.

Y tú á la sombra

Cerca del río

El verde musgo

Por blando lecho

La trova oyendo

Que el pecho mío

Manda que more

Dentro tu pecho.

Y allí pintando

Mi amor ardiente

Y contemplando

Tus bellos ojos.

Húmedos besos

Sobre mi frente

Pondrán temblando

Tus labios rojos.


TRANQUILIDAD DE ESPIRITU

El 16 de julio de 1890 se turbó mi tranquilidad de espíritu. En esa fecha


falleció en Guayaquil la compañera de mi vida Isabel Maclovia Orellana,
después de haber agotado todos los recursos que la ciencia ha puesto al
alcance de los médicos para el consuelo y alivio de los enfermos. Esta
pérdida ha lastimado profundamente mi corazón, causándome una herida
que sólo el tiempo podrá cicatrizar: su memoria es objeto de mis tristes
meditaciones y su muerte prematura tendré que deplorarla siempre
mientras viva. En un tiempo vivimos felices en esta hacienda; pero hoy
que la Providencia ha dispuesto otra cosa, sólo me han quedado por
consecuencia acerbos pesares y desgracias que lamentar. Así son los
bienes tan ficticios como momentáneos en este valle de lágrimas y de
miserias hasta que al fin rendimos la vida al Creador, pagando el tributo
que debemos á la naturaleza. Séame permitido copiar aquí como un
recuerdo de lo que ella fue, los siguientes versos:
isterioso el amor muestra en tu frente

rdiente una alma, luminoso un cielo.

ubre con rosas el jazmín naciente

inda te ostenta su orgulloso anhelo;

h! y cual después conmoverse siente

ibra los aires con clamor y duelo.

al formarte mujer deidad te adora

tus pies cae tu piedad implora...

yes al ruiseñor que enamorado

epite el himno de dolor sombrío

mbelesa la flor, la fuente, el prado

a hermosa orilla y el undoso río?

a voz es, la voz que en dulce agrado

mor exhala por el labio mío;

infa del bosque si inspiraste fuego

coge tina mi humilde ruego.

Machala, noviembre 19 de 1858.

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