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Cutting: Propuesta de intervención psicopedagógica

Alejandra Velásquez Henao

Asignatura:
Psicología Educativa

Docente:
Lina Marcela Naranjo

Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano


2019
Cutting o cortes en la piel:

1. Definición, signos y síntomas:

El cutting es una autolesión practicada en su mayoría por población adolescente y


consiste en la utilización de artefactos cortopunzantes en la piel con los que se realizan
cortes en diferentes partes del cuerpo como brazos, piernas, abdomen y otros lugares que
sean de fácil ocultamiento (Flórez Correa, 2017).
Los cortes pueden ser llevados a cabo rutinaria o esporádicamente y responden a
estados emocionales intensos, utilizando la autolesión como una forma de canalizarlos y
produciendo una sensación de alivio y bienestar inmediato. Sin embargo, dichas
sensaciones son de corta duración y luego sobrevienen sentimientos de culpa y vergüenza
(Nader & Boehme, 2003). También es posible que sean una forma de responder a la presión
de un grupo social que invite al acto y que se lleve a cabo como una forma de generar una
alianza o establecer un vínculo con dicho grupo (Flórez Correa, 2017). Esta práctica no
constituye un intento suicida, pero no debe descartarse el riesgo.
El diagnóstico del cutting es difícil de realizar ya que quienes lo practican tienden a
ocultarlo aun cuando su significado latente sea un pedido de ayuda o de atención. No hay
una prueba específica para determinarlo, en ocasiones es posible hacerlo debido a consultas
médicas donde el profesional de salud descubre las lesiones durante el examen físico y
posteriormente se encuentran mayores indicios o confirmación de las autolesiones mediante
una evaluación psicológica.
De acuerdo con Flórez (2017), los sujetos tratan en mayor medida de ocultar las
lesiones, pero también se aseguran consciente o inconscientemente de que sean vistas por
aquellos que saben pueden mostrarse preocupados y solicitar ayuda, tales como amigos o
maestros. En este sentido, la detección aunque es compleja, es posible. Existen además,
algunos signos y síntomas que podrían indicar que una persona está recurriendo al cutting o
autolesión:

Signos:
- Hallazgo frecuente de heridas o cicatrices recientes que el sujeto reporta como
accidentales
- Mantener objetos afilados al alcance
- Usar atuendos que cubran todo el cuerpo, incluso en climas cálidos
Síntomas:
- Irritabilidad
- Inestabilidad en el comportamiento
- Impulsividad e imprevisibilidad
- Declaración de impotencia, desesperanza o falta de valor
- Dificultades en relaciones interpersonales
- Aislamiento
- Personalidad de carácter introvertido
También es usual encontrar antecedentes de abuso sexual, negligencia física o
emocional o algún otro tipo de trauma proveniente de la red de apoyo primaria como padres
y familiares cercanos.

2. Protocolo de atención:

Según Flórez (2017), una posible ruta de atención frente a casos de cutitng desde el
ámbito educativo consiste en los siguientes pasos:

2.1. Recibir el caso, bien sea por remisión o consulta directa.


2.2.Atender al niño o adolescente y realizar valoración del riesgo.
2.3. Realizar llamado a los padres o acudientes.
2.4.Derivación al sector salud (medicina, psiquiatría).
2.5. Proporcionar sugerencias de estrategias de atención a docentes y a la institución.
2.6. Realizar seguimiento del caso.

3. Intervención:
El cutting es una forma del sujeto de hablar de su realidad interna, externa, social y
afectiva ya que no le es posible expresarla por la vía de la palabra. (Flórez Correa, 2017).
Indica a su vez los pocos recursos psíquicos con que cuenta el dicho sujeto para enfrentar
diversas situaciones, pensamientos y afectos que posiblemente refieran problemas en sus
relaciones vinculares con sus padres, bien sea como intento de separación o como una
demanda de amor hacia éstos.
En este sentido, una primera vía de intervención es el diseño, ejecución y
mantenimiento de programas de promoción y prevención desde las instituciones educativas
en torno a las habilidades para la vida ya propuestas por la OMS. Por medio de talleres y
charlas vivenciales en las que se dé lugar a espacios de reflexión, de diálogo y que doten a
los niños y adolescentes de diversas herramientas para expresar sus emociones, se podrá
garantizar una opción alterna a la vivencia y puesta en acto de las situaciones angustiantes
por las que pueda estar transitando un niño o un adolescente y se facilite de esta manera
simbolizar dichas emociones en espacios donde sientan que se les da un lugar y donde son
escuchados sin prejuicios o señalamientos. Así mismo, abrir estos espacios dirigidos a
padres o cuidadores y docentes es de vital importancia ya que permite generar redes de
apoyo con herramientas para contener y atender las diferentes situaciones que se pueden
presentar en el acompañamiento de un niño o adolescente.
La intervención desde el ámbito educativo es primordial pues el segundo lugar
donde los jóvenes pasan la mayor parte de su tiempo además de sus hogares y donde
establecen nuevos lazos sociales. Para ello, se desarrolla la siguiente propuesta:

1. Diagnóstico:

La etapa diagnóstica consiste en profundizar en los hechos o situaciones a


intervenir. En el caso del cutting es común encontrar otro tipo de problemas
subyacentes o concomitantes como:

- Uso de sustancias alucinógenas


- Depresión
- Dificultades en la esfera familiar
- Dificultades en la esfera social
- Algún tipo de trauma o situación específica de mayor gravedad
- Un gran monto de ansiedad por los cambios que se atraviesan en la
adolescencia
- Entre otros
Este diagnóstico puede llevarse a cabo mediante un cuestionario que el joven
pueda responder anónimamente en caso de que la práctica del cutting no esté
confirmado y requiera intervenirse paulatinamente; en caso contrario, es preferible
abordar el tema directamente con el joven implicado y abrir un espacio de
acompañamiento psicológico inicial. Esto implica, un lugar de escucha y
orientación y seguir los pasos del protocolo anteriormente mencionado.

2. Intervención:

2.1.Intervención grupal:

Sin importar si se está interviniendo un caso confirmado o no de cutting,


la intervención grupal es esencial puesto que el lazo social para todo individuo,
pero especialmente aquellos que están transitando la adolescencia, es
determinante para poder afrontar los procesos que se dan a nivel psíquico y
físico.
La intervención grupal puede realizarse en varias sesiones en las que se
desarrollen temáticas diferentes. Entre ellas:

a. Autocuidado enfocado en las siguientes dimensiones:


• Corporal
• Emocional

b. Habilidades para la vida, enfatizando en las siguientes:


• Autoconocimiento
• Manejo de problemas y conflictos
• Manejo de emociones y sentimientos
• Manejo de tensiones y estrés
La manera en que se desarrollen estas sesiones determinará la efectividad de
las mismas. Se debe propiciar el espacio para la escucha, pero también, enumerar las
diferentes maneras y opciones para expresar y canalizar las emociones.

2.2. Intervención con el grupo familiar:

Teniendo en cuenta que en el ámbito educativo solo es posible el


acompañamiento psicológico y no el terapéutico, podría ser de gran utilidad
sugerir a la familia remitirse a un psicólogo que preferiblemente sea especialista
o tenga experiencia abordando niños o adolescentes que se autolesionan. Dicho
acompañamiento terapéutico podrá no solo identificar algún tipo de falencias en
los vínculos, sino también, fortalecerlos. Como se ha mencionado
anteriormente, en muchos casos de autolesión se han identificado conflictos en
la red de apoyo por lo cual explorar en la dinámica familiar y trabajar
terapéuticamente desde allí es de suma importancia.

2.3. Intervención individual:

El acompañamiento individual por su parte, permite al niño o


adolescente encontrar un espacio de contención y apoyo en el que por medio del
establecimiento de una relación terapéutica basada en la confianza y en la que el
foco sea potencializar los recursos psíquicos del paciente para una mejor gestión
de sus emociones. De acuerdo a la literatura que trata este tema, este proceso es
paulatino, es decir que es probable que el consultante continúe autolesionándose
pero en menor medida mientras transcurre el tratamiento.
2.4. Seguimiento:

En coherencia con el protocolo de intervención sugerido por Flórez


(2017), el seguimiento del caso o los casos de autolesión es tan importante como
su intervención. Para ello es vital el apoyo de los docentes y padres, pues son
quienes acompañan a los niños y adolescentes; su continuo apoyo en el aula y en
los hogares permitirá fortalecer la intervención y evitar recaídas.

Referencias:

Flórez Correa, S. (2017). Cutting o cortes en la piel: una práctica que habla. Poiésis, 94 -
100.
Nader, D. A., & Boehme, D. V. (2003). Automutilación: ¿Síntoma o Síndrome? Boletin
Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la infancia y la adolescencia, 32-37.

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