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CAMBACERES, UN NARRADOR CHISMOSO
JORGE PANESI*
Universe de Buenos Aires
Buenos Aires, Argentina
Introduccién
Hay, seguramente, dos mancras de pensar la infoccién, 1a contaminacién, el riesgo
moral, y los detritus que amenazan el orden de las nacionalidades: la primera es fruto de 4)
un pensamiento que imagina la conscrvacién de la trama constituida de las cosas, y pot fo
tanto, se figura el probable desmoronamiento de lo establecido como si fuera el producto
‘de una invasidn o una enfermedad fatal que los extrafos arriman desde el exterior. El
pensamiealo positvista argentino urde leyes mecénicas que son micdosas novelas de
anticipacién y de conjura, casi tramas animistas y brajeriles para exorcisar el mal que
siempre proviene deste el exterior del sistema politico y social. La organizacién de las
naciones, apcla a la religién del origen de la patria, asus grupos heroicos primi-
fenios € incontaminados, se esfusrea, haciendo pi
fico y tésnico (que
Jos estados nacionales), con Ia veta sentimental, religiosamente laica ¢ irreflexivamente
atavica del suelo, de la sangre y los origenes.
La segunda manera de pensar los dafios sociales, y la probable degeneracién o la £ )
auiabilidad de Io instituido ve autorreffexivamenie [as fallas morales en las relaciones
interiores y en la constitucién ética 0 en las costumbres de las clases dominantes de la
nnaci6n. Un mal interior constitutive, cultural ehistérco.
Eugenio Cambaceres, en forma sucesiva, ha pasado por estas dos formas naturalistas
dle pensar las mutaciones de lo social: cuando es eritico de formas de vida argentinas, el
imal es siempre ético, producto de lo restingido de una herencia goda o criolla, pero una
herencia no biolégica, ni racial, sino més bien amasada en las costumbres, en los vaivenes
sociales y politicos. Los “hijos del pais”, segiin Cambaceres, pecarian por ingenuidad o
por candor: son para bien o para mal, éticamente naturales. La dolencia de las clases |
dirigentes argentinas parcce scr un modo de! retraso, de la desidia,o incluso, de la farsa
cultural, porque estos grupos mimetizan imperfectamente la supremacia dela civilizacion
+ Licenciado en Letras, acualmente Director del Departamento de Lota da Universidad ce Buenos |
Jossobrecriicaeraiatégentinay lainoamericaneJORGE PANEST
CAMBACHRES DUN NAR RADON (Crt SMOsO
CRISTINA IGLESIA
BREVIS RALTA DO SOR Re RS tier
BNA RA ANTES OME
(DE: REVISTA INTERAMERICANA DE BIBLIOGRAFIA,
VOL. XLV, NO.3, 1995)aa
‘europea, Laherencis bioldgica, que es siempre la enfermedad y la tara, se aplica darwinia-
amente, al euerpo de Tos inmigrantes y, por extensién, a su “moral”, que no logra
itascender el plano del organisimo enfermo, Un pensamicnta que es puro céleulo y ciencia
jerarquizadora cuando se trata de excluir, separar y ponderar, pero mera efusidn religiosa
‘cuando hay que defender una identidad amenazada, en la que, por otra parte anteriormente
no se ha creido demasiado.
ude hace poco sefialarse! que l naturalisma norteamericano depende de dos fantas-
magorias contradictorias y complementarias: una sobre el Cuerpo humano y otra sobre las
méquinas 0 !a roproduccién maquinica. Conjuncién en la que Ia segunda ley de la
{ermodindmtica entra en a fantasia naturalisia de ta reproduccion, la géuesis, a degenera-
cidn y el desgaste, Por el contrario, en el pensamiento novelistico argentino hacia fines det
siglo XIX, las méquinas son tan exteriores como cl inntigrante: un ageegado de la pura
cexterioridad, un insirumento del lujo civilizador, un plus que se superpone sin integrarse a
In esencia. Podria muy bien considerarse al inmigrante como wa fuerza maquinica
‘aultiglicadora en un proceso demografico, pero Cambaceres no abandona las fantasias de
Ti constitucién genética: se separan el progreso maquinico 0 técnico por un lado, 18
reproduccién social entendida seaiin el esquemamédico-Iegal porel otro. Lametaforicidad
médica de las fuerzas congénitas y los combates fatales de la seleccién dibyjan el modelo
forginico exclusive con el que se conciben tos procesos sociales y la reproduccié
econdmica La metéfora animal es el ropaje retdrico wllizado invariabiemente para los
fextranjer0s inmigrantes, que en Musica sentimental (1884) parecen definirse segiin dos
parimetros: a) pasivos elementos de fuerzas comerciales 0 del mercado, y b) animales
‘humanos condenados areprodiicir su propia brutalidad. Primera frase deianovela: un berco
fea Pouillae con cargamento generat de mercaderins humans.”
‘La predureidn y la transformacién técnica estan ausentes de este mundo, rezido exclusi-
‘vamente por las relaciones intersubjetivas que representan clases sociales y ipos de razas,
ero hay algo en el esquema deteminista que escapa at sistema rector: el mundo ético
intersubjetivo y la politice scrén siempre representados mediante una metifora obsesiva:
el teatro (metafora, alegoria arquitecténica, y sistema de consiruccidn novelistico privile-
‘giado en las dos primeras novelas). El teatro parece escapar al determinismo de las leyes
bioldgicas {JP}. Ei nico determinismy del teatro es 38 varboter de luo y de gasto init,
sgoce puroy desencantado para los sujetos que consumen el espectéculo, pero en tanto juego,
aparece como un posible punto de fuga de las fuerzas constrictoras de Ia necesidad, Ei
especticuto es la ciudad: Paris en Mitsica Sentimental {JP2} y una Buenos Aires que no se
resigna adejar de seraldea en Po!-Pourri, Silbicos de un vago (1881). Testo y muchedum-
bre, teatroy comercio, teatro consumo. Las dos novelas son contracaras reciprocas porque
fs especticulos de sus dos ciudades se espejcan mutuanente, Pero siempre hay algo de
cexhibicién pedagdgica y de ejemplaridad denunciadora en las estricturas novelisticas del
naturalismo: aqui, el juego de contrastes entre des cindades es, por si misma, aleccionador,
Qu_.n se fascina por el espectéculo esté convencido de una verdad inmutable que se
scondd en el disimulo de la bambalina: la ley de la scleccidn y de Ia lucha animal es la
{que impone el disimula; c! ego det teatro es el insirummento pedagdgica™ que twvbién
veal 4 maer
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‘La estructura didotica est impresa en Misica Sentimental yen Pot-Pourri: primero
por el caricter del narrador, un cuarentén cinico y baqueteado que derrocha consejos de
vida a jévenes varones inexpertos en la loterfa del matrimonio o en fos albures del amor
mundano; ¥ scaundo, porque esta tltima, mas que sentiztental es
relato de aprendizaje. .
Alli el cuarentén nihilista y mundano oficia de cicerone, de maestro, en la vida frivola
de Paris; esté de wielta de tado, y la vuelta consiste en ocupar el lugar del moralista
equivoco,
novela iniciitica, un
Qué esté podrido tanto en Paris como en Buenos Aires? Todo, En ambas ciudades la
_mirada se deticne en los puntos de éntropia: Parises un modelo acabado del posible desgaste
'y a degeneracién que ya se anuncian en la gran aldea: “la degradaciéa de la especie [es]
tanto més grande y més completa, cuanto mayor es el prado de civilizacién que se alcanza”
dice l cinico moralista que narra
Y Paris se describe aqui poseida enteramente por el comercio, promueve el negocio
generalizado de todas las relaciones, en particular las relacionesde los cuerpos. Los cuerpos
sevenden y otros cuerpos los compran, pero el resultados el mismo: Iadegradaciin. Pablo,
rastacuero portefo, aprendiz de las dulzuras amorosas parisinas que su maestro-cicerone
Te revela por habestas gustado primero, sufre en su cuerpo una doble degradacisn:
— en primer lugar, la “sifilis constitucional” que trae oculta desde Buenos Aires
C’Reliquias de tiempos pasados —comenta el narrador consejero—.. ylos gratos
solaces de la juventud portefa.. {Cuantos habremos asi!”
y [a riqueza, que ¢! texto castiga doblemente, hiriendo el cuerpo de Pablo, el
raslacuero, (ya constitucionaimente enfermo) con la bala de un duelo y con Ie
muerte. No sélo metaforas bioldgicas, sino también intercambio improductive en
tun mercado en el que hasta el cénsu! argentino se vende como comparsa
Subrayemos: el mal es endégeno; Ia sospecha de la sangre contaminada no viene de
un afuera, y Ia cultura fordnea, con sus peculiaridades, solamente acentia una tendencia
{que yase aia al llegar. Por supuésto, Sin Rumbo y sobre todo En la sangre (las dos novelas
vostriots) inven ee exquems la dessin yl eomamincin rovendrin
el exterior,
Les parcjas amsorosas ilegitimas en el exceso mercaui de Pais (“el matrimonio aqui
5 una sociedad hecha para qucbrar””)y ios bucdlicos matrimonios criollos, pura méscara
de respetabitidad, recluidos en sus estancias, forman la bisagra que une las dos primeras
novelas,
EI matrimonio es en Pot-Pourri el privilegiado niicleo institucional y biolégico que
permite trazar una “fisiologis” de Ia pofitica, el gobiemo y los grupos dirigentes: en él fo