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EL VIRREYNATO
DEL RIO DE LA PLATA 
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I NT R o n u c a Ó N 
 En
 E n la h i s t o r i o g r a f í a s o b r e la é p o c a c o l o n i a l h i s p a n o -
americana. siempre ocupó un lugar preponderante la
exposición del movimiento emancipador de la tutela
de España . 1  Es E s c r i b i r la h i s t o r i a era
er a u n a tare
ta reaa e m i n e n t e -
mente "política", puesto que se consideraba la jase he-
roica de la rebelión antiespañola como la hora en «¡ u e
las nuevas repúblicas nacieron como naciones, y c o n
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I NT R o n u c a Ó N 
 En
 E n la h i s t o r i o g r a f í a s o b r e la é p o c a c o l o n i a l h i s p a n o -
americana. siempre ocupó un lugar preponderante la
exposición del movimiento emancipador de la tutela
de España . 1  Es  E s c r i b i r la h i s t o r i a era
er a u n a tare
ta reaa e m i n e n t e -
mente "política", puesto que se consideraba la jase he-
roica de la rebelión antiespañola como la hora en «¡ u e
las nuevas repúblicas nacieron como naciones, y c o n
mucha frecuencia detrás de la apasionada c'vocación del 
 pa
 p a s a d o r e v o l u c i o n a r i o se o c u l t a b a a s i m i s m o u n a piot
pi ote.
e.ss ta
contra el caos político y la depresión de los tiempos t¡ut 
 si
 s i g u i e r o n a la e m a n c i p a c i ó n . E o s d e b e r e s i m p u e s t o s p o t 
la herencia
herencia espiritual
espiri tual de la la revolución
revoluc ión de in d ep en d a n ia,
el colorido especifico de la política interior de los países
rectores y, en muy primer termino, el gran ejemplo de
la historiografía europea del siglo XIX  y de comienzos
d e l  X X f a v o r e c i e r o n e l p r e d o m i n i o d e la e s cu cuee l a libe
li bera
ral* l*
ton grandes nombres como los de Bustamante, Macke

* Cf. ln* frehas en W llfli's» A. C ..  H  HLLa^tits


tits jvdjv d f i cf  / i
nic Amttici,   N u e va v a Yo
Y o rk
r k . 1 9 -1 2 . S á n c h e z A i o n s o . B ,  j t la
hi taría tipañola t hispanofí’ndisena. M adrid, 1952. t. III. título nv 9'V 6
. , Tht Histo'togrtfhy
s q q . H c m p k k f y s . R . H ., isto'togrtfhy y tk* tk* Sp**ük
Sp**ük An A n t ’H-zn
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 RtUdom,, t . I, I , r d . p o r f l C o m i t a to
to I n t r m d i S c i e n c e
Stor.,
Stor., X C onfirmo
onfirmo In trm . de Ciencia* Histérica». Histérica». Rem a 1955 . p. 20,

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1

o MANFRED KOSS OK 


EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 9

u n a , M e d i n a ,  A m u n á te g u i, M it r e , et c. Sa lv o al gu no s
 p ri m e ro s in te n to s p o r ex p li ca r las co ne xi o n es soc ial es Gil M un illa :8 “La emancipación es, en esenc esencia,
ia, la
la re-
 y ec o nó m ic as e n tr e la ép oc a co lo n ia l y la de em an ci pa - volución burguesa americana” y, como tal, consecuen-
ción (como, por ejemplo, los de Alberdi), se hizo evi- cia de la “creciente importancia de la burguesía ameri-
dente la tendencia a investigar las raíces espirituales cana”. En lo que respecta a los diversos países que
 y p o lí ti c a s de la tr a n si ci ó n e n tr e la co lo ni a y la li b er -  fo rm a n H is pa no am ér ic a, di ch o pr ob le m a no ha sid o
analizado y expuesto en sus condiciones históricas sino
tad, y la censura revolucionaria apareció más bien como
al nivel de las definiciones generales, como bien se de-
un don de los grandes ejemplos norteamericanos y fran- mostró por el curso y los resultados del Congreso de
ceses que como punto culminante y final de la propia  H is to ri ad or es ce le br ad o en M a dr id en 19 4S ,h y qu e se
evolución. ‘ ocupó en especial de las “causas y el carácter de la
 L a h is to ri o g ra fí a d e l p re se n te se ca ra ct er iz a, p o r lo 1 evolución de indep endencia”.
contrario, por una creciente disolución de la “imagen  Pe ro la fo rm ac ió n y cr ec im ie nt o de un a clase de st i-
histórica antigua ’,’, y la la búsq ueda de nuevos horizontes nada a hacer una revolución es siempre fruto de un
en la interpre tación del pasado pasado hispanoame ricano ha largo proceso, que a menudo es casi imposible recons-
contribuido a despejar el camino para una más acen- truir en sus antecedentes ocultos: de esta manera, tam-
tuada consideración de los momentos sociales y econó- bién el movimiento de independencia hispanoamerica-
m i c o s d e la la e v o l u c i ó n . 2 E n l o c o n c e r n i e n t e a l a e m a n - na se presenta como culminación política de una trans-
cipación y a sus períodos precursores, no se trata con  fo rm ac ió n ec on óm ic a y so cia l q u e ha bí a ec ha do ho nd as
ello de una “sociología de la revolución” en abstracto maíc
maíceses en el seno de la sociedad colonial. En los capí-
 si n o de p la n te a r se a n te to d o u n a c u e st ió n m ás im p o r - tulos que se leerán a continuación hemos intentado
tante: hasta qué punto, y más allá de la existencia de ofrecer un cuadro general de los rasgos fundamentales
 se ri es ca us al es de o rd e n p o lí ti c o y e sp ir it u a l, la r e b e - de la estructura social y económica del Virreinato del 
lión de Hispanoamérica formó una parte orgánica del   R ío de la Pl at a pa ra pl a nt ea rn os , en u n ej e m p lo co n-
movimiento universal de emancipación burguesa de creto, el proble7na de cuáles eran las posibilidades y
los siglos XVIII y XIX. Al proponer su “teoría de la  pe rs pe ct iv as q u e —en el ma rc o de l sistei 7ia co lon ial 
 E m a n c ip a c ió n ” es cr ib e el h is to r ia d o r e sp añ o l O ct a vi o español— se ofrecían para la liberación de elementos

3  Teoría de la Emancipación, en  Historia de España,  España,   estudios pu


2 En cuanto a los resultados a que debería aspirar una historia social
 blicados en la Revis ta  Arbor,   Madrid 1953, p. 455 sqq.
y económica de la época colonial, cf. R. K  o n e t z k e ,  Prob leme und For
4 Congreso Hispanoamericano de Historia. Causas y caracteres de la
 sch ung ssta nd der Sozia lges chic hte Hisp anoa mer ikas wá hren d der Kolo nial
independencia hispanoamericana, 
hispanoamericana,   Madr id 1953. Cf. asimismo M. S. A lp e -
 ze it (Pr oble mas y estado actu al de la inve stigac ión sobre la historia social  r o v i c h , V. I. E r m o l a e v , I. P. L a v r e t s k i i, S. I. S e m i o n o v ,  Las Guerras
de Hispanoamérica en la época colonial), 
colonial),   en: Communicazioni3 t. VII, de Independencia de las Colonias españolas en América   (1810-1826),
del Comitato Intern. di Scienze Stor., X Congreso Intern. de Ciencias traducción castellana edit. por Cuadernos de Cultura, Buenos Aires 1958.
Históricas, Roma 1955, p. 35 sqq.

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10 M A N FR E D KOSS OK 

 soc ial es bu rg ue se s y capaces de ser útiles a la emanci-


 pa ci ón bu rg ue sa , el em en to s q u e al to m ai co nc ie nc ia de
 su pr op ia im po rt an ci a p o lí ti c a y al es tr ec ha r fi la s en
el momento histórico de 1S10 llegaron a una categoiica
negación del régimen colonial. I

COLONIZACIÓN ESPAÑOLA DEL RIO


DE LA PLATA
Según una expresión de Ricardo Levene, la Argentina, a
diferencia del resto de Hispanoamérica, no fue conquistada sino
colonizada. Con tal delimitación del concepto, Levene subraya
conscientemente los fundamentos peculiares del dominio colonial
español en el Rio de la Plata, cuyas particularidades también
influirían y encauzarían el proceso de la emancipación en su
etapa preparatoria del siglo xvm. Como para las demás regiones
del imperio hispanoamericano, también en la Argentina puede
apreciarse una evidente continuidad desde la época de la conquis
ta hasta la emancipación, si bien los contextos históricos son dife
rentes de los que podría hacer presumir la interpretación de
Salvador de Madariaga .1 Una co mparación con el resto del impe
rio colonial nos permitiría definir las particularidades de la colo
nización del Río de la Plata, pero para ello deberemos atenemos
al doble criterio que se expondrá a continuación.
En la tarea de juzgar un régimen colonial, inmediatamente
se plantea el problema del carácter de su colonización y, a la
vez, el de la estructura del sistema colonial. Se trata de dos as
 pectos diversos de un mismo proceso y, en última instancia, el
carácter de la colonización imprime su sello a la estructura del
sistema resultante, si bien no debe olvidarse que la interrelación
concreta de ambos factores sólo podrá apreciarse en un campo
de acción relativamente extenso, que puede alcanzar una impor
tancia de vastos alcances en la dirección que terminará por asu
mir la evolución de una colonia determinada.
1 The Fallof the Spanish American Espire (Caída del imperio espa-
ñol en América), 
América),   Nueva York 1948.
1948. Entre otras cosas,
cosas, Madariaga mani
fiesta que el separatismo “democrático” de los conquistadores debe
interpretarse como legítimo precedente de la emancipación de 1810.

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 soc ial es bu rg ue se s y capaces de ser útiles a la emanci-


 pa ci ón bu rg ue sa , el em en to s q u e al to m ai co nc ie nc ia de
 su pr op ia im po rt an ci a p o lí ti c a y al es tr ec ha r fi la s en
el momento histórico de 1S10 llegaron a una categoiica
negación del régimen colonial. I

COLONIZACIÓN ESPAÑOLA DEL RIO


DE LA PLATA
Según una expresión de Ricardo Levene, la Argentina, a
diferencia del resto de Hispanoamérica, no fue conquistada sino
colonizada. Con tal delimitación del concepto, Levene subraya
conscientemente los fundamentos peculiares del dominio colonial
español en el Rio de la Plata, cuyas particularidades también
influirían y encauzarían el proceso de la emancipación en su
etapa preparatoria del siglo xvm. Como para las demás regiones
del imperio hispanoamericano, también en la Argentina puede
apreciarse una evidente continuidad desde la época de la conquis
ta hasta la emancipación, si bien los contextos históricos son dife
rentes de los que podría hacer presumir la interpretación de
Salvador de Madariaga .1 Una co mparación con el resto del impe
rio colonial nos permitiría definir las particularidades de la colo
nización del Río de la Plata, pero para ello deberemos atenemos
al doble criterio que se expondrá a continuación.
En la tarea de juzgar un régimen colonial, inmediatamente
se plantea el problema del carácter de su colonización y, a la
vez, el de la estructura del sistema colonial. Se trata de dos as
 pectos diversos de un mismo proceso y, en última instancia, el
carácter de la colonización imprime su sello a la estructura del
sistema resultante, si bien no debe olvidarse que la interrelación
concreta de ambos factores sólo podrá apreciarse en un campo
de acción relativamente extenso, que puede alcanzar una impor
tancia de vastos alcances en la dirección que terminará por asu
mir la evolución de una colonia determinada.
1 The Fallof the Spanish American Espire (Caída del imperio espa-
ñol en América), 
América),   Nueva York 1948.
1948. Entre otras cosas,
cosas, Madariaga mani
fiesta que el separatismo “democrático” de los conquistadores debe
interpretarse como legítimo precedente de la emancipación de 1810.

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
13
De acuerdo con su carácter histórico —entendido como to
talidad de los impulsos tanto objetivos como subjetivos que in f a ll
l l e c im
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terviniero n—•, la colonización e spañola fue un movimiento^ del en la lntensidad de la conquista. Al mismo tiem
feudalismo tardío, de expansión y colonización," que se volcó en  po desde el punt o de vista del poder central, el aspecto de la
diferentes oleadas sobre el continente americano, desde Cali onizacion efectiva cedía gradualmente su lugar a una tarea
fornia hasta Bío-Bío. La etapa inaugural se extendió de 1492 a rio” rfedo" dea“ iento” > ‘al establecimiento de un “cordón sanita-
1510, años durante los que se llevó ,a cabo la ocupación de las r Z  - u V laJ
laJ CT pete
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blee de
de otr
otros
os país
países
es.. Chap-
Chap-
man ha llam ado la atención sobre el el esfuerzo
esfuerzo potencial del
Grandes Antillas. Tan breve lapso fue suficiente para proveer aspecto defensivo (que el llama: “offensive offensive” - “defen-
a los conquistadores de las experiencias necesarias para conti sive offensive - defensive defensive”) y ya debe concedérseleconcedérsele
nuar Ja obra emprendida, para establecer la dirección funda importancia para sus comienzos precursores a fines del siglo xvi
menta] de la futura política colonial y para estabilizar tanto en si bien las situaciones diferían considerablemente en las distintas
lo económico como en lo político los puntos de apoyo conquis zonas fronterizas,
fronterizas, como lo índica ya una comparación
comparación entre Florida
tados, que así brindaron una base segura desde donde partir a y Norte de México, dos términos opuestos.
la conquista de tierra firme .3  Después de un preludio en el Mientras que el carácter de la colonización solamente era
istmo de Panamá, la conquista de los imperios azteca e inca, determinado desde la metrópoli —por lo cual actuó sin modifi
como así también de los territorios intermedios, formó el'conte caciones en todas las fases de la Conquista—, la estructura
nido de la segunda etapa, que se extendió de 1510 hasta 1535. misma del sistema poseía, como correctivo esencia], una índole
Con la segunda conquista de Tenochtitlan por Cortés y con mucho más compleja. A la consolidación de la estructura del
la ocupación de Cajamarca y del Cuzco por Pizarro comenzó la sistema colonial español, es decir, a la totalidad de los elementos
etapa de prosperidad de la Conquista, cuya primera crisis se económico-sociales, político-administrativos, cultural-espirituales y
 presen tó con la desv astad ora revoluc ión de los prec ios .4  Desde étnicos que determinaron forma y contenido del régimen colo
1535, aproximadamente, y hasta el último cuarto del siglo xvi, nial, también contribuyeron —por encima del carácter de la'
es posible situar la tercera etapa, caracterizada por repetidos in colonización— las circunstancias concretas preexistentes, ya fue
tentos de incorporar las “zonas marginales”, entre las cuales tam ran de carácter geográfico, económico, social o de otro tipo, que
 bién figu ra la del Plat a. Estos movim ientos surgi eron y,a en bue  reaccionaron activamente frente a la invasión europea. Entre
na parte de la propia fuerza expansiva de los nuevos centros de esa amplísima escala de reacciones figuran, por ejemplo, tanto
las exigencias particulares de la economía de plantaciones tro
2 M . K o s s o k y W. M a r k o v ,  Ko nsp ek t iiber das span isch e Ko lon ial
 picales (o subtro picale s) como quizás la heroica resistencia de
 sys tem (O jea da gen era l al sistem a colon ial espa ñol)   en: Wiss. Zeitschr., los indígenas a ser explotados por los “dioses blancos”, y tam
año 45, 1955/56, Gesellsch. u sprachwiss. Reihe, cuad. 2 y 3, p. 126.  bién los efectos —que últim amen te suelen subrayarse, sobre
W. M a r k o v ,  Be me rku nge n zur ges chi cht lich en Ste llu ng der Sie dlu ngs  todo por parte de los indigenistas 6— del contacto social y cultural:
kolonie (Anotaciones sobre la situación histórica de la colonia de coloni-  por enc ima de la mezcla de razas (me stiza je), dicho contacto
 zac ión )   en: Vom Mittelalter zur Neuzeit (De la Edad Media a la Mo-
derna), 
derna),  ed. por H. Kretzschmar, Berlín 1957, p. 318 sqq. creó las posibilidades efectivas de una “Reconquista” india .7
3 N. M ez a V i l l a l o b o s , Significado del período 14931508 en el  Desde el punto de vista de una correlación tan sumamente com-
 proces o de la Con quis ta,   en: Rev. Chilena de Historia y Geografía, San
t ia
ia go
go d e C hi
hi le
le 19 4477 , n 1? 110. • ~ 5 C h . C h a p m a n , Colonial Hispanic America: a history,  Nueva York
4 E . J . H a m i l t o n , Spanish American Treasure and the Price Revo 1938, p. 92 sq.
lutton in Europe,   Cambridge (Mass.) 1934. Cf. asimismo G. L u z a t t o , 6 E . V a l c a r c e l ,  Ru ta cult ural del Perú , M é x i c o 1946.
átona economica dell’etá moderna e contemporánea, P a d ua ua 1 9955 5 • I 7 F. M o r a l e s P a d r ó n ,  Fisonomía de la conquista indiana, Sevilla
 p. 199 sqq. ’ r  ’ 1953, p. 153 9qq .

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
13
De acuerdo con su carácter histórico —entendido como to
talidad de los impulsos tanto objetivos como subjetivos que in f a ll
l l e c im
im i e n to
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terviniero n—•, la colonización e spañola fue un movimiento^ del en la lntensidad de la conquista. Al mismo tiem
feudalismo tardío, de expansión y colonización," que se volcó en  po desde el punt o de vista del poder central, el aspecto de la
diferentes oleadas sobre el continente americano, desde Cali onizacion efectiva cedía gradualmente su lugar a una tarea
fornia hasta Bío-Bío. La etapa inaugural se extendió de 1492 a rio” rfedo" dea“ iento” > ‘al establecimiento de un “cordón sanita-
1510, años durante los que se llevó ,a cabo la ocupación de las r Z  - u V laJ
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esfuerzo potencial del
Grandes Antillas. Tan breve lapso fue suficiente para proveer aspecto defensivo (que el llama: “offensive offensive” - “defen-
a los conquistadores de las experiencias necesarias para conti sive offensive - defensive defensive”) y ya debe concedérseleconcedérsele
nuar Ja obra emprendida, para establecer la dirección funda importancia para sus comienzos precursores a fines del siglo xvi
menta] de la futura política colonial y para estabilizar tanto en si bien las situaciones diferían considerablemente en las distintas
lo económico como en lo político los puntos de apoyo conquis zonas fronterizas,
fronterizas, como lo índica ya una comparación
comparación entre Florida
tados, que así brindaron una base segura desde donde partir a y Norte de México, dos términos opuestos.
la conquista de tierra firme .3  Después de un preludio en el Mientras que el carácter de la colonización solamente era
istmo de Panamá, la conquista de los imperios azteca e inca, determinado desde la metrópoli —por lo cual actuó sin modifi
como así también de los territorios intermedios, formó el'conte caciones en todas las fases de la Conquista—, la estructura
nido de la segunda etapa, que se extendió de 1510 hasta 1535. misma del sistema poseía, como correctivo esencia], una índole
Con la segunda conquista de Tenochtitlan por Cortés y con mucho más compleja. A la consolidación de la estructura del
la ocupación de Cajamarca y del Cuzco por Pizarro comenzó la sistema colonial español, es decir, a la totalidad de los elementos
etapa de prosperidad de la Conquista, cuya primera crisis se económico-sociales, político-administrativos, cultural-espirituales y
 presen tó con la desv astad ora revoluc ión de los prec ios .4  Desde étnicos que determinaron forma y contenido del régimen colo
1535, aproximadamente, y hasta el último cuarto del siglo xvi, nial, también contribuyeron —por encima del carácter de la'
es posible situar la tercera etapa, caracterizada por repetidos in colonización— las circunstancias concretas preexistentes, ya fue
tentos de incorporar las “zonas marginales”, entre las cuales tam ran de carácter geográfico, económico, social o de otro tipo, que
 bién figu ra la del Plat a. Estos movim ientos surgi eron y,a en bue  reaccionaron activamente frente a la invasión europea. Entre
na parte de la propia fuerza expansiva de los nuevos centros de esa amplísima escala de reacciones figuran, por ejemplo, tanto
las exigencias particulares de la economía de plantaciones tro
2 M . K o s s o k y W. M a r k o v ,  Ko nsp ek t iiber das span isch e Ko lon ial
 picales (o subtro picale s) como quizás la heroica resistencia de
 sys tem (O jea da gen era l al sistem a colon ial espa ñol)   en: Wiss. Zeitschr., los indígenas a ser explotados por los “dioses blancos”, y tam
año 45, 1955/56, Gesellsch. u sprachwiss. Reihe, cuad. 2 y 3, p. 126.  bién los efectos —que últim amen te suelen subrayarse, sobre
W. M a r k o v ,  Be me rku nge n zur ges chi cht lich en Ste llu ng der Sie dlu ngs  todo por parte de los indigenistas 6— del contacto social y cultural:
kolonie (Anotaciones sobre la situación histórica de la colonia de coloni-  por enc ima de la mezcla de razas (me stiza je), dicho contacto
 zac ión )   en: Vom Mittelalter zur Neuzeit (De la Edad Media a la Mo-
derna), 
derna),  ed. por H. Kretzschmar, Berlín 1957, p. 318 sqq. creó las posibilidades efectivas de una “Reconquista” india .7
3 N. M ez a V i l l a l o b o s , Significado del período 14931508 en el  Desde el punto de vista de una correlación tan sumamente com-
 proces o de la Con quis ta,   en: Rev. Chilena de Historia y Geografía, San
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le 19 4477 , n 1? 110. • ~ 5 C h . C h a p m a n , Colonial Hispanic America: a history,  Nueva York
4 E . J . H a m i l t o n , Spanish American Treasure and the Price Revo 1938, p. 92 sq.
lutton in Europe,   Cambridge (Mass.) 1934. Cf. asimismo G. L u z a t t o , 6 E . V a l c a r c e l ,  Ru ta cult ural del Perú , M é x i c o 1946.
átona economica dell’etá moderna e contemporánea, P a d ua ua 1 9955 5 • I 7 F. M o r a l e s P a d r ó n ,  Fisonomía de la conquista indiana, Sevilla
 p. 199 sqq. ’ r  ’ 1953, p. 153 9qq .

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m a n f r e d k o s s o k  
14
EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
15
 plicada, y a par tir de características comunes de tipo prim ario y
Uneral, se hace posible desmembrar el sistema colonial español y estatales 1 en los centros de gravedad de México y Lima fue un
en diversos sectores en cuanto a lo estructural y tipológico, si indicio de la eliminación parcial del elemento capitalista dentro dí
 bien en algún caso aislado su recípro ca delim itación no sera la colonizacion, en la medida en que dicho elemento no se identi
todo lo exacta que fuera de desear. _  , cara inmediatamente con el fisco estatal. No debe despreciarse
A los ojos de los conquistadores y según la expectativa del la acción de los impulsos capitalistas 12  en la expansión trans
atlantica, pero sus efectos más amplios repercutieron en el ámbito
Estado absolutista, los poderosos imperios de incas y aztecas cons de las Indias Occidentales (con inclusión de la región costera
tituían meramente el “tipo ideal” de un objeto de colonizacion, venezolana y centroamericana). Tras la-rápida declinaci
declinación
ón de la
la
 juzgado con criterios de valoració n pred omi nant eme nte feudales . fiebre del oro de Cibao y de Río Hayna, se impusieron los esfuer
En esos imperios podía cumplirse con mayor facilidad y con zos por convertir a las islas en vastas plantaciones. También re
máximo provecho la profesión de fe de los conquistadores: sulta característico que, a medida que progresaba con éxito la
“Para servir a Dios y al rey; para llevar la luz a quienes viven conquista de tierra firme, fueron declinando gradualmente en las
en las tinieblas, y también par,a ganar riquezas, lo que buscan islas las primeras tentativas, a pesar del generoso apoyo que les
todos los hombres” (Bernal Díaz). En la organización económica  brin daba la Coro na y de la protección eclesiástica
eclesiástica.13
.13  En contraste
y social altamente desarrollada de los imperios inca y azteca, los con la política colonial anglofrancesa de la época del mercanti
colonizadores hallaron toda una serie de puntos de apoyo que lismo, España solo desarrollo en forma embrionaria el tipo de la
facilitaron la transferencia del orden social feudal a los dominios colonia de plantaciones, y hubo que esperar hasta la segunda
de ultramar .8.8 Toda seguridad de convertir una conquista transito mitad del siglo xvm para que se hiciera visible algún cambio.
ria en duradera penetración colonizadora descansaba en el presu Es posible que, dentro del ámbito general de la expansión
 puesto de que existía un a poblac ión aut óct ona cuyo nivel de desa  española, la colonización del Río de la Plata represente un “caso
rrollo permitía su integración, con el mínimo de fricciones, en el fi onterizo , y en m edid a aun mayor qu e las Indias Occidentales.
Occidentales.
nuevo orden social.
social. Dent ro de las condiciones de la colonización A la misma conclusión nos lleva igualmente el análisis contem
a través de señores feudales, la posesión territorial (con inclusión  plativ o de los procesos interno s argentinos.
de las minas) sólo alcanzaba su verdadero valor al asignárseles al De acuerdo con su configuración natural, el territorio del Río
mismo tiempo la facultad de disponer de mano de obra servil en de la Plata ofrecía las mejores condiciones para el desarrollo de
número adecuado .3  Este problema cardinal de la colonización es una libre colonización agraria, sobre todo si se considera la “gran
 pañ ola fue resuelto recu rrie ndo al sistem a de rep arti mie nto s y en cantidad de praderas que se encuentran en estado natural” y la
comiendas.10 '
Tanto para el futuro de las colonias como de la metrópoli, la Acerca de la relación entre la iniciativa privada y la estatal en
Hispanoamérica, cf. S. Z avala ,  Ensayos sobre la colonización española en
casi exclusiva concentración de las iniciativas coloniales privadas  Amé rica ,   Buenos Aires 1944, p. 123 sq. De allí surgen reparos esencialesesenciales
a la tesis de la omnipotencia del Estado español (cf. J. B e c k e r ,   La política
8 F. K a t z ,  Die sozia lokon omis chen Ver háltn isse bei den Az tek en i. española en las Indias,   Madrid 1920).
15. u. 16. Jahrh. (Condiciones económicosociales entre los aztecas en los 12 A modo de resum en del estado actual de la investigación,
investigación, véase
véase
 ss. X V y X V I ).   H. H. D i s s e l h o f f , Geschichte der altamerikanischen R. K  o n e t z k e ,  De r welth istorisc he M om en t der Ent dec kun g Amerikas
 Ku ltu ren (Hi stor ia de las antigu as cul tura s am eri can as) , M u n i c h 1 9 5 3 , (Importancia histórica mundial del descubrimiento de América),   en; His-
v. sobre todo p. 11 2   sq., 160 sq., 310 sq.
torische Zeitsc hr. 1 82/2, oct. de 1956, p. 279 sqq. V . M a g a l h á e s Go-
d i n h o ,  Les grand es déco uvert es, 
es,   Coimbra 1953.
0 Kos so k -M a r k o v ,  Ko nsp ek t, 2?  p a rt e , p. 236. M a r k o v ,  Be me r 13  Cf.  R el ac ió n .. .   por A l o n s o de P orado (1527) en: Colección
kungen, 
kungen,  p. 319. de documentos inéditos.. . de Ultramar (D.I.U.), Madrid 1885..., t. I,
10  S . Z a v a l a ,  La enc omi end a indi ana , Madrid 1 9 3 5 .  p. 4 2 8 sqq.

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m a n f r e d k o s s o k  
14
EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
15
 plicada, y a par tir de características comunes de tipo prim ario y
Uneral, se hace posible desmembrar el sistema colonial español y estatales 1 en los centros de gravedad de México y Lima fue un
en diversos sectores en cuanto a lo estructural y tipológico, si indicio de la eliminación parcial del elemento capitalista dentro dí
 bien en algún caso aislado su recípro ca delim itación no sera la colonizacion, en la medida en que dicho elemento no se identi
todo lo exacta que fuera de desear. _  , cara inmediatamente con el fisco estatal. No debe despreciarse
A los ojos de los conquistadores y según la expectativa del la acción de los impulsos capitalistas 12  en la expansión trans
atlantica, pero sus efectos más amplios repercutieron en el ámbito
Estado absolutista, los poderosos imperios de incas y aztecas cons de las Indias Occidentales (con inclusión de la región costera
tituían meramente el “tipo ideal” de un objeto de colonizacion, venezolana y centroamericana). Tras la-rápida declinaci
declinación
ón de la
la
 juzgado con criterios de valoració n pred omi nant eme nte feudales . fiebre del oro de Cibao y de Río Hayna, se impusieron los esfuer
En esos imperios podía cumplirse con mayor facilidad y con zos por convertir a las islas en vastas plantaciones. También re
máximo provecho la profesión de fe de los conquistadores: sulta característico que, a medida que progresaba con éxito la
“Para servir a Dios y al rey; para llevar la luz a quienes viven conquista de tierra firme, fueron declinando gradualmente en las
en las tinieblas, y también par,a ganar riquezas, lo que buscan islas las primeras tentativas, a pesar del generoso apoyo que les
todos los hombres” (Bernal Díaz). En la organización económica  brin daba la Coro na y de la protección eclesiástica
eclesiástica.13
.13  En contraste
y social altamente desarrollada de los imperios inca y azteca, los con la política colonial anglofrancesa de la época del mercanti
colonizadores hallaron toda una serie de puntos de apoyo que lismo, España solo desarrollo en forma embrionaria el tipo de la
facilitaron la transferencia del orden social feudal a los dominios colonia de plantaciones, y hubo que esperar hasta la segunda
de ultramar .8.8 Toda seguridad de convertir una conquista transito mitad del siglo xvm para que se hiciera visible algún cambio.
ria en duradera penetración colonizadora descansaba en el presu Es posible que, dentro del ámbito general de la expansión
 puesto de que existía un a poblac ión aut óct ona cuyo nivel de desa  española, la colonización del Río de la Plata represente un “caso
rrollo permitía su integración, con el mínimo de fricciones, en el fi onterizo , y en m edid a aun mayor qu e las Indias Occidentales.
Occidentales.
nuevo orden social.
social. Dent ro de las condiciones de la colonización A la misma conclusión nos lleva igualmente el análisis contem
a través de señores feudales, la posesión territorial (con inclusión  plativ o de los procesos interno s argentinos.
de las minas) sólo alcanzaba su verdadero valor al asignárseles al De acuerdo con su configuración natural, el territorio del Río
mismo tiempo la facultad de disponer de mano de obra servil en de la Plata ofrecía las mejores condiciones para el desarrollo de
número adecuado .3  Este problema cardinal de la colonización es una libre colonización agraria, sobre todo si se considera la “gran
 pañ ola fue resuelto recu rrie ndo al sistem a de rep arti mie nto s y en cantidad de praderas que se encuentran en estado natural” y la
comiendas.10 '
Tanto para el futuro de las colonias como de la metrópoli, la Acerca de la relación entre la iniciativa privada y la estatal en
Hispanoamérica, cf. S. Z avala ,  Ensayos sobre la colonización española en
casi exclusiva concentración de las iniciativas coloniales privadas  Amé rica ,   Buenos Aires 1944, p. 123 sq. De allí surgen reparos esencialesesenciales
a la tesis de la omnipotencia del Estado español (cf. J. B e c k e r ,   La política
8 F. K a t z ,  Die sozia lokon omis chen Ver háltn isse bei den Az tek en i. española en las Indias,   Madrid 1920).
15. u. 16. Jahrh. (Condiciones económicosociales entre los aztecas en los 12 A modo de resum en del estado actual de la investigación,
investigación, véase
véase
 ss. X V y X V I ).   H. H. D i s s e l h o f f , Geschichte der altamerikanischen R. K  o n e t z k e ,  De r welth istorisc he M om en t der Ent dec kun g Amerikas
 Ku ltu ren (Hi stor ia de las antigu as cul tura s am eri can as) , M u n i c h 1 9 5 3 , (Importancia histórica mundial del descubrimiento de América),   en; His-
v. sobre todo p. 11 2   sq., 160 sq., 310 sq.
torische Zeitsc hr. 1 82/2, oct. de 1956, p. 279 sqq. V . M a g a l h á e s Go-
d i n h o ,  Les grand es déco uvert es, 
es,   Coimbra 1953.
0 Kos so k -M a r k o v ,  Ko nsp ek t, 2?  p a rt e , p. 236. M a r k o v ,  Be me r 13  Cf.  R el ac ió n .. .   por A l o n s o de P orado (1527) en: Colección
kungen, 
kungen,  p. 319. de documentos inéditos.. . de Ultramar (D.I.U.), Madrid 1885..., t. I,
10  S . Z a v a l a ,  La enc omi end a indi ana , Madrid 1 9 3 5 .  p. 4 2 8 sqq.

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K O S S O K 
m a n f r e d
e l v i r r e i n a t o d e l r ío d e l a p l a t a
16 17

ctounstaacia de que ' « m ‘^ X p o d r í a de- a los auspicios políticos que ha bían inspirado la empresa Pn™
tiempo antes, Portugal había decidido intensificar \ T r T  
S ÍT
tor autónomo, cuyo cuyoss i5P
V SM
hfjbiera estado más lejos de
S“oñ
“o ñ del Brasil, desde Pernamhuco y hasta
el sur,
sur, merced a la creación
creación de capitanías
capitanías hereditar
hereditarias,
ias, “ a mST
el trabajo y la tierra , .P esDañol
esDañol El libre emig rante calil doza se le encomen daba la la misión
misión de “conquistar
“conquistar v ™ W i
las
las conc
conceepcio
pcione
ness del
del in m ig r a n ^ ¿ de pob
pobla
lacio
cionn tíerra
tíerrass y provin
provincia
ciass del
del Rio
Rio de Solí
Solís,
s, ta m lL llagado” PliS
 pesino,
 pesino, amenazado en su conting entes de la Con - donde ya estuvo Sebastián Caboto. . 21  C on esa int-p int-p •-
eP„ su país
país de orig
origen
en - no “ ^ p ir a d a , princi
principal
pal-- nevó a cabo la fundación de Buenos Aires, en m e d " m “ £
quis
quista
ta,, y las
las tent
tentat
ativ
ivas
as en este
este t o c a ^ apre.
apre. de tribus de indios nómades, que pronto se resistieron a ser dorS
mente por los dominicos (Las Casas] nados por los españoles. Al cabo de poco tiempo el destino de esa
ci,able. . . , Rí j ia piata ocurrieron nueva colomzacion en la “tierra del hambre” 22  quedaba sellado.
Tas Drimeras incursiones hacia el Kio ae id 17
Impulsados tanto por la falta de alimentos como por el espejismo
de la Montana de la Plata, en los dominios del “Rey Blanco”
¡fue e r r a d a Ya
Ya e , « 1 5 > 0 2 y j ¡ nt ent ó el p r !m e r los españoles llegaron hasta Asunción, que, a partir de 1541 y
 p ío de la Plata . En 1 5 1 b , Juan ^  «Mar dulce” y, poco des- como consecuencia del abandono de Buenos Aires, debía conver
tirse en centr o de la Conquista.2*
Conquista.2* Como “agro del mundo” ,24 ,24
’f o L f b ^ d e ^ o n » a la Paraguay ofrecía condiciones más favorables para una coloniza-
S i c t ó n de Magall
Magallaneanes.s. AI ealor
ealor de los
los acontecim.en
acontecim.en.os .os de cion.
5 £ fc o y del
del Perú,
Perú, surgie
surgiero ronn innumerable,
innumerable, leye
leyenda
ndass “ ¿ « las su Si bien los
los españoles solamente consideraron a Asunción
Asunción como
 puestas riquezas que existían en las mar gene s de ese ™ “ Pl etapa indispensable en su camino hacia la Sierra de la Plata, el
¡a” y ellas constituyeron
constituyeron el mas poderoso incentivo p ara su ex sentido más hondo de la fundación de esa ciudad se encuentra
en otro plano. A medida que se desvanecía la ilusión de conquis
Pl0 ACpar tir de 1 5 2 4 , el Río de la Plata fue el objetivo de viajes tar nuevas tierras del oro, los españoles se consagraban con éxito
independientes de descubrimiento, pero la verdadera torna de creciente a la agricultura. Favorecido por las condiciones geográfi
 posesión
 posesión precurs ora de una colonización se debió a la exp edi ció n cas y teniendo a su disposición abundante mano de obra indíge
encabezada por Pedro de Mendoza.19  Los preparativos y el des na, pronto se inició un notable auge económico.23 .23  Tal “prosperi
 pliegue de la expedición supe raron todo lo con oci do ha sta en  dad” desató una renovada expansión colonizadora que, siguiendo
tonces: no solamente correspondía ello a las esperanzas de los
conquistadores, de la Corona y de los comerciantes alemanes que 1 0nn ? C a p i s t r a n o de A b r e u , Capítulos de Historia colonial (1500-
en muy primer lugar participaban con su capital, sino también 1800), Sao Paulo 1954, p. 91 sqq. Ch . E.  N o w e l l ,  A Histo ry of Por-
tugal, 
tugal,   Nueva^York 1952, p. sqq. C. M a l h e i r o D ía s (Ed.),  Historia
p. 97 sqq.
14 K . M a r x ,  Das  Ka pit al, Berlín 1949, t. III, p. 8 0 5 . da colonizacüo portuguesa do Brasil,   Oporto 1921-1924, t. III, p. 97-164.
21   R u b i o , op. cit.
15 lbídem,  p. 72 6, 74 1.
10 C. H. H a r i n g , The Spanish Empire in America,  Nueva York 2“ L e v e n e ,  Arg en tini en . 400 ]ah re Gesc hichte und Entw ickl ung 
1947,_p. 222 sqq. (L a Arg entina. Su historia historia y desarrollo
desarrollo a través
través de 4 siglos)
siglos),,   Essen 1939,
 p. 24. '
17 J. M . R u b i o , Conquista y colonización del Plata (Historia de
23  R u b i o , op. cit.
 América, e d.
d. A.A. B a l l e s t e r o s B e r e t t a , t . 8 ) , B a r c e l o n a 1 9 4 2 .
. 21 O . Q u e l l e , Geschichte von Iberoamerika (Historia de Iberoamé-
18 lbídem., p. 37 sq. E. de G a n d í a ,  His tori a crít ica de los mi tos de rica), Leipzig 1949, p. 104.
la conquista americana, B u e n o s A i r e 9 1 9 2 9 ,  p. 1 5 4 s q q . 25 lbídem,  p. 105.
18 R  u b i o , op. cit., p. 92. ‘

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apre. de tribus de indios nómades, que pronto se resistieron a ser dorS
mente por los dominicos (Las Casas] nados por los españoles. Al cabo de poco tiempo el destino de esa
ci,able. . . , Rí j ia piata ocurrieron nueva colomzacion en la “tierra del hambre” 22  quedaba sellado.
Tas Drimeras incursiones hacia el Kio ae id 17
Impulsados tanto por la falta de alimentos como por el espejismo
de la Montana de la Plata, en los dominios del “Rey Blanco”
¡fue e r r a d a Ya
Ya e , « 1 5 > 0 2 y j ¡ nt ent ó el p r !m e r los españoles llegaron hasta Asunción, que, a partir de 1541 y
 p ío de la Plata . En 1 5 1 b , Juan ^  «Mar dulce” y, poco des- como consecuencia del abandono de Buenos Aires, debía conver
tirse en centr o de la Conquista.2*
Conquista.2* Como “agro del mundo” ,24 ,24
’f o L f b ^ d e ^ o n » a la Paraguay ofrecía condiciones más favorables para una coloniza-
S i c t ó n de Magall
Magallaneanes.s. AI ealor
ealor de los
los acontecim.en
acontecim.en.os .os de cion.
5 £ fc o y del
del Perú,
Perú, surgie
surgiero ronn innumerable,
innumerable, leye
leyenda
ndass “ ¿ « las su Si bien los
los españoles solamente consideraron a Asunción
Asunción como
 puestas riquezas que existían en las mar gene s de ese ™ “ Pl etapa indispensable en su camino hacia la Sierra de la Plata, el
¡a” y ellas constituyeron
constituyeron el mas poderoso incentivo p ara su ex sentido más hondo de la fundación de esa ciudad se encuentra
en otro plano. A medida que se desvanecía la ilusión de conquis
Pl0 ACpar tir de 1 5 2 4 , el Río de la Plata fue el objetivo de viajes tar nuevas tierras del oro, los españoles se consagraban con éxito
independientes de descubrimiento, pero la verdadera torna de creciente a la agricultura. Favorecido por las condiciones geográfi
 posesión
 posesión precurs ora de una colonización se debió a la exp edi ció n cas y teniendo a su disposición abundante mano de obra indíge
encabezada por Pedro de Mendoza.19  Los preparativos y el des na, pronto se inició un notable auge económico.23 .23  Tal “prosperi
 pliegue de la expedición supe raron todo lo con oci do ha sta en  dad” desató una renovada expansión colonizadora que, siguiendo
tonces: no solamente correspondía ello a las esperanzas de los
conquistadores, de la Corona y de los comerciantes alemanes que 1 0nn ? C a p i s t r a n o de A b r e u , Capítulos de Historia colonial (1500-
en muy primer lugar participaban con su capital, sino también 1800), Sao Paulo 1954, p. 91 sqq. Ch . E.  N o w e l l ,  A Histo ry of Por-
tugal, 
tugal,   Nueva^York 1952, p. sqq. C. M a l h e i r o D ía s (Ed.),  Historia
p. 97 sqq.
14 K . M a r x ,  Das  Ka pit al, Berlín 1949, t. III, p. 8 0 5 . da colonizacüo portuguesa do Brasil,   Oporto 1921-1924, t. III, p. 97-164.
21   R u b i o , op. cit.
15 lbídem,  p. 72 6, 74 1.
10 C. H. H a r i n g , The Spanish Empire in America,  Nueva York 2“ L e v e n e ,  Arg en tini en . 400 ]ah re Gesc hichte und Entw ickl ung 
1947,_p. 222 sqq. (L a Arg entina. Su historia historia y desarrollo
desarrollo a través
través de 4 siglos)
siglos),,   Essen 1939,
 p. 24. '
17 J. M . R u b i o , Conquista y colonización del Plata (Historia de
23  R u b i o , op. cit.
 América, e d.
d. A.A. B a l l e s t e r o s B e r e t t a , t . 8 ) , B a r c e l o n a 1 9 4 2 .
. 21 O . Q u e l l e , Geschichte von Iberoamerika (Historia de Iberoamé-
18 lbídem., p. 37 sq. E. de G a n d í a ,  His tori a crít ica de los mi tos de rica), Leipzig 1949, p. 104.
la conquista americana, B u e n o s A i r e 9 1 9 2 9 ,  p. 1 5 4 s q q . 25 lbídem,  p. 105.
18 R  u b i o , op. cit., p. 92. ‘

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m a n f r e d k o s s o k  
18
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
19
el rumbo natural del comercio, se dirigió hacia el sur. Al decre cer
la aportación de españoles europeos, fueron criollos y mestizos -0 doza (1559), Tucum án (1565), Córdoba (1573) (1573) Salta Í15R^
los portadores de esa expansión que, a lo largo del Paraguay, el La Rioja (1591), Jujuy (1593).
(1593). U582)’
Paraná y el Plata, pasando por Santa Fe (15/3), llevó a la se Con la nueva fund.ación de Buenos Aires en el sur y la fun
gunda fundación de Buenos Aires.-7  Semejante vuelco haciael dación de Jujuy en el norte argentino, se cerró el ciclo de la colo
Atlántico, con miras a establecer un contacto directo con España, mzación del Río de la Plata, cuya significación particular trata
entrañó para Paraguay y el litoral ribereño un alejamiento del remos de fijar en las consideraciones que se leerán a continuación
Perú cuya
cuyass con se cu en cia s solo podrían
podrían apieciaise mucho mLis 1. Ya desde los primeros comienzos se se puso de relieve, en laslas
tendencias económicas y sociales del territorio que más tarde per
tarde. tenecería al Virreinato del Río de la Plata, un notable dualismo-
Además, el afincamiento en el Río de la Plata no correspon  por una pa rte el Lito ral, o sea “la costa” , en el sentido más am
día únicamente a la política .antiaislacionista de la aristocracia  plio del tér mi no ;  por otra parte el Norte, es decir, el territorio
criolla paraguaya: el movimiento favorecía también las elementa comprendido en el interior del triángulo Mendoza-Jujuy-Cór-
les necesidades económicas de los centros de colonización al este doba. La distribución geográfica de la tarea colonizadora
colonizadora echó
echó ya
ya
de los Andes, desde Mendoza hasta Tucumán, centros que de las bases par a esa evolución antagónica. Más aún, en opinión
opinión de
 bían su existencia a una corrien te de colonizaci ón tota lm ente dis V. G. Quesada, hasta debería verse en la implantación del domi
tinta.28
.28 nio español en el Río de la Pla ta una “ colisión
colisión entre 1.a aristo
Mientras la penetración a lo largo del Plata-Paraná-Paraguay cracia del norte con la democracia de la costa ” .31 .31 '
se limitaba a una estrecha faja ribereña de colonización esporá 2. Tam bién en el Río de la Plata, como motivo motivo impulsor
impulsor del
dica, y que no se adentraba en los vastos territorios adyacentes, movimiento material de expansión, .actuó la fiebre del oro y ace
las legiones situadas al oeste y al sudoeste del Chaco se encontra leró la toma de posesión, pero lo cierto es que no alcanzó mayor
ron en la esfera de irradiación ele Perú y de Chile .-9  A las pri- importancia en la determinación de los fundamentos económicos
meiri
meiriss te n ta ti v a s de Rojas,
Rojas, Heredia y Francisco de Mendoza de la colonia. A diferencia de los centros de gravedad del régi
(1543-1546), que desde su comienzo tropezaron con una enco men colonial, en los territorios situados al sur del Potosí la agri
nada resistencia indígena, siguió en 1550 una colonización siste cultura no desempeñó una función secundaria y de mero com
mática por el lado peruano (Núñez cíe Prado). Este movimiento  ple me nto —j un to a una extr ema da prefe rencia por la minerí a—
 se  entrecruzó a veces con la contracorriente desde Chile ,30  y el sino que constituyó la condición  sin e qu a no n  para el afianza
litigio colonial así surgido entre Lima y Santiago de Chile sólo miento de condiciones duraderas de predominio 32  Por ello volvió
tuvo solución en 1563, en beneficio de la primera, con la incor a perder la Corona todo interés en un fomento intensivo puesto
 porac ión de la fu tu ra prov inc ia de Tu cu má n a la jur isd icc ión que, desde el punto de vista del efecto utilitario específicamente
de la Audiencia de Charcas. Entre las principales fundaciones de financiero y económico, tales regiones se consideraron como “te
carácter permanente se cuentan Santiago del Estero (1553), Men- rritorios inútiles” para la metrópoli. En este aspecto, el interés
colonial de España por el Río de la Plata se vio tan desilusionado
 _  26 Levene, op. cit.,  p . 26. C. P e r e y r a ,  Histo ria' de Am éri ca espa- como, por ejemplo, el de Inglaterra en cuanto al rendimiento
ñola,  t. IV:  Las Repúb lica s del Plata,  Madrid 1927, p. 75 sq. económico de América del Norte.
27  P e r e y r a ,op. cit.,  p. 91 sq q.
~S. 
~S.  R - L e v i l l ie  La Arge ntina en el siglo X V I. De scu bri mie nto y
ie r , 31 V. G. Q u e s a d a ,  La evoluc ión económicosocial de la época colo-
 población del Nort e argenti no por españoles del Perú ,  Buenos Aires 1 9 4 3 . nial en ambas Américas,  Buenos Aires 1914, p. 34.
29  R u b i o , op. cit.,  p . 4 4 8 sq. 32  R u b i o , op. cit.,  p. 96 sq.
sq. R . L e v e n e ,  Histor ia Arge ntina , Buenos
30  F. Soldévila,  Histo ria de España,   Barcelona 1954, t. III, p. 387. Aires 1928, t. I, p. 132 132.. "

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EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
19
el rumbo natural del comercio, se dirigió hacia el sur. Al decre cer
la aportación de españoles europeos, fueron criollos y mestizos -0 doza (1559), Tucum án (1565), Córdoba (1573) (1573) Salta Í15R^
los portadores de esa expansión que, a lo largo del Paraguay, el La Rioja (1591), Jujuy (1593).
(1593). U582)’
Paraná y el Plata, pasando por Santa Fe (15/3), llevó a la se Con la nueva fund.ación de Buenos Aires en el sur y la fun
gunda fundación de Buenos Aires.-7  Semejante vuelco haciael dación de Jujuy en el norte argentino, se cerró el ciclo de la colo
Atlántico, con miras a establecer un contacto directo con España, mzación del Río de la Plata, cuya significación particular trata
entrañó para Paraguay y el litoral ribereño un alejamiento del remos de fijar en las consideraciones que se leerán a continuación
Perú cuya
cuyass con se cu en cia s solo podrían
podrían apieciaise mucho mLis 1. Ya desde los primeros comienzos se se puso de relieve, en laslas
tendencias económicas y sociales del territorio que más tarde per
tarde. tenecería al Virreinato del Río de la Plata, un notable dualismo-
Además, el afincamiento en el Río de la Plata no correspon  por una pa rte el Lito ral, o sea “la costa” , en el sentido más am
día únicamente a la política .antiaislacionista de la aristocracia  plio del tér mi no ;  por otra parte el Norte, es decir, el territorio
criolla paraguaya: el movimiento favorecía también las elementa comprendido en el interior del triángulo Mendoza-Jujuy-Cór-
les necesidades económicas de los centros de colonización al este doba. La distribución geográfica de la tarea colonizadora
colonizadora echó
echó ya
ya
de los Andes, desde Mendoza hasta Tucumán, centros que de las bases par a esa evolución antagónica. Más aún, en opinión
opinión de
 bían su existencia a una corrien te de colonizaci ón tota lm ente dis V. G. Quesada, hasta debería verse en la implantación del domi
tinta.28
.28 nio español en el Río de la Pla ta una “ colisión
colisión entre 1.a aristo
Mientras la penetración a lo largo del Plata-Paraná-Paraguay cracia del norte con la democracia de la costa ” .31 .31 '
se limitaba a una estrecha faja ribereña de colonización esporá 2. Tam bién en el Río de la Plata, como motivo motivo impulsor
impulsor del
dica, y que no se adentraba en los vastos territorios adyacentes, movimiento material de expansión, .actuó la fiebre del oro y ace
las legiones situadas al oeste y al sudoeste del Chaco se encontra leró la toma de posesión, pero lo cierto es que no alcanzó mayor
ron en la esfera de irradiación ele Perú y de Chile .-9  A las pri- importancia en la determinación de los fundamentos económicos
meiri
meiriss te n ta ti v a s de Rojas,
Rojas, Heredia y Francisco de Mendoza de la colonia. A diferencia de los centros de gravedad del régi
(1543-1546), que desde su comienzo tropezaron con una enco men colonial, en los territorios situados al sur del Potosí la agri
nada resistencia indígena, siguió en 1550 una colonización siste cultura no desempeñó una función secundaria y de mero com
mática por el lado peruano (Núñez cíe Prado). Este movimiento  ple me nto —j un to a una extr ema da prefe rencia por la minerí a—
 se  entrecruzó a veces con la contracorriente desde Chile ,30  y el sino que constituyó la condición  sin e qu a no n  para el afianza
litigio colonial así surgido entre Lima y Santiago de Chile sólo miento de condiciones duraderas de predominio 32  Por ello volvió
tuvo solución en 1563, en beneficio de la primera, con la incor a perder la Corona todo interés en un fomento intensivo puesto
 porac ión de la fu tu ra prov inc ia de Tu cu má n a la jur isd icc ión que, desde el punto de vista del efecto utilitario específicamente
de la Audiencia de Charcas. Entre las principales fundaciones de financiero y económico, tales regiones se consideraron como “te
carácter permanente se cuentan Santiago del Estero (1553), Men- rritorios inútiles” para la metrópoli. En este aspecto, el interés
colonial de España por el Río de la Plata se vio tan desilusionado
 _  26 Levene, op. cit.,  p . 26. C. P e r e y r a ,  Histo ria' de Am éri ca espa- como, por ejemplo, el de Inglaterra en cuanto al rendimiento
ñola,  t. IV:  Las Repúb lica s del Plata,  Madrid 1927, p. 75 sq. económico de América del Norte.
27  P e r e y r a ,op. cit.,  p. 91 sq q.
~S. 
~S.  R - L e v i l l ie  La Arge ntina en el siglo X V I. De scu bri mie nto y
ie r , 31 V. G. Q u e s a d a ,  La evoluc ión económicosocial de la época colo-
 población del Nort e argenti no por españoles del Perú ,  Buenos Aires 1 9 4 3 . nial en ambas Américas,  Buenos Aires 1914, p. 34.
29  R u b i o , op. cit.,  p . 4 4 8 sq. 32  R u b i o , op. cit.,  p. 96 sq.
sq. R . L e v e n e ,  Histor ia Arge ntina , Buenos
30  F. Soldévila,  Histo ria de España,   Barcelona 1954, t. III, p. 387. Aires 1928, t. I, p. 132 132.. "

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20 m a n fk b o k o s s o k  
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 21
, miin;dades
miin;dades autóctonas altame nte organiza-
3  No exisüan
exisüan comunidad
comunidad destino político  jeros37  (en su mayoría portugueses, más tarde italianos), que su
das
das del
del tipo
tipo de los
los imp
imperio
eriosi
si m Y ^ ento
ento del sober
soberano
ano o  peró con mucho el porce ntaje habitua l. Al mismo tiempo fue
t a t o podido, a e c t o * » » ¡ l  del e!tra,„ superior. A creciendo la importancia propia del elemento criollo, frente a un
con la extirpació
extirpación,n, o bien na istadores con razas indias número cada vez más reducido de españoles de la metrópoli. Así
cambio de ello,
ello, tropezaron los q de ofrecer
ofre cer resls. se observo ya en 1585: En la actuali dad, estas provincias nece

nóma
made
des,
s, y po
porr ® — comple
completa
tamen
mentete al ataque sitan ante todo hombres venidos de España, porque ya quedan
 pocos de los antiguos conquistadores. La generación siguiente
(gente de mancebos), tanto criollos como mestizos, es muy nu
merosa y crece
crece día a d ía .. ,”38  De esta manera, la base de la
 población colonial de origen europeo, por comparació n con la
^ a r ^ f ” « r d e fr Ps r p ^ | autóctona, fue incomparablemente más amplia que en otras re
giones de Hispanoamérica, pero también es cierto que esos coloni
Í b k figuraba
figurabann entre los
los pilare
pilaress fundamentales
fundamentales de la pirám ide zadores se apartaron cada vez más de la influencia de la me
de la sociedad feudal hispananoamericana, cuyo caracter colonial trópoli.
se expresó principalmente en el hecho de que una aristocracia 5. Como consecuencia,
consecuencia, la evolución
evolución propiamente peculiar de
 política y económicamente
económicamente poderosa, de proveniencia europea , se la colonia del Plata se redujo —sin olvidar la subsistencia al me
levantó sobre una masa de indios semilibres
semilibres o esclavizados. A nos parcial de la diferencia evolutiva ya señalada entre el litoral
diferencia de ello, la provincia de la Plata apenas ofrecio a conti y el interior— a un apego menos marcado a la estructura feudal
nuación algún aliciente para una inmigración forzada, y sola de la economía y de la sociedad, sobre todo si la comparamos con
mente quedaron en el Río de la Plata algunos contingentes de la la mayor parte del resto del imperio colonial. No faltaron repe
corriente principal, la que se encauzaba hacia México y Lima. Se tidos intento de adaptarse al esquema tradicional, de recuperar
trataba además de una inmigrac
inmigración
ión particula r: en su mayoría, un supuesto tiempo perdido, pero los resultados jamás respon
no se trataba de frustrados “caballeros de fortuna’'3j sino, al me dieron a las esperanzas concebidas. Como ejemplo clásico podría
nos en potencia, de “genuinos inmigrantes” y de portadores de mencionarse el desarrollo fallido del sistema de encomiendas,39 ,39
una “colonización”38  propiamente dicha. Un factor no menos que ofrecía un seguro criterio para apreciar la “restauración del
importante fue la participación relativamente elevada de extran- feudalismo ” 40  en los dominios de ultramar. Es característico que
el numero de indios encomendados  fuera en aumento hacia el
33 R u b i o , op. cit., passim. interior, y que haya alcanzado su cuota máxima en la región del
84  Cf. L. C h a v e z O r o z c o ,  Historia económic a y social de Mé xic o, Tucumán. Con la oferta deficiente de mano de obra indígena,
México 1938, p. 29. J. C. M ariátegifi, Siete ensayos de interpretación
de la realidad peruana, Lima 1944, p. 8  sq., 35 sqq. también tuvo que esfumarse gradualmente el prejuicio habitual
ss En este
este sentido emplea
emplea la expresión J. B. A l b e r d i ,  Estu dios eco de los conquistadores contra toda actividad “indigna de su condi-
nomicos.' Interpretación económica de la historia y política argentina y
 sudamericana, Buenos Aires 1916, p. 105. Cf. igualmente M ar i Át e g u i , 87 Ya en las expediciones de descubrimiento habían participado in
op. cit.,  p. 8. numerables extranjeros. Cf. S o l d é v i l a , op. cit., 
cit.,  p. 338. Q u e l l e , op. cit,
88.. R. L e v e n e ,  Investigacion es acerca de la historia econ ómic a del 
88  p. 102 . ‘ ~
virreinato del Plata, BuenosBuenos Aires 1927,
1927, t. I, p. 178. Cf. al respecto
resp ecto los 3S J. A. G a r c í a ,  La ciud ad indian a. Bueno s Aires desde 1600 hasta
 prin
 princi
cipi
pios
os tipol
tipolog
ogic
icos
os (“fourfolddivision”) que propone R. B i l d e n ,  Ra ce mediado s del siglo
siglo K’ .V III ,   Buenos Aires 1900, p. 78 sq.
89  Véanse datos estadísticos en:  Histo ria de la Nac ión Arge ntina
ni lÍ T n J l n nu , T , W!th Sp
Spec
eci.
i.al
al Retrence s to the Development  desde los orígenes hasta la organización definitiva en 1862   (H.N.A.), ed.
referencia ni A ** UTfi ^ Cl0nes
Cl0nes raciales
raciales en Latinoaméric a, con especial   po r R, L e v e n e , Bueno
Buenoss Aires
Aires 1 9 3 6 . . t. IV, p.p. 519
519..
1 ncia al desarrollo de la cultura indígena), Univ. of Virginia 1931. 40  G a r c í a , op. cit., 
cit.,  p. 100.

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20 m a n fk b o k o s s o k  
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 21
, miin;dades
miin;dades autóctonas altame nte organiza-
3  No exisüan
exisüan comunidad
comunidad destino político  jeros37  (en su mayoría portugueses, más tarde italianos), que su
das
das del
del tipo
tipo de los
los imp
imperio
eriosi
si m Y ^ ento
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soberano
ano o  peró con mucho el porce ntaje habitua l. Al mismo tiempo fue
t a t o podido, a e c t o * » » ¡ l  del e!tra,„ superior. A creciendo la importancia propia del elemento criollo, frente a un
con la extirpació
extirpación,n, o bien na istadores con razas indias número cada vez más reducido de españoles de la metrópoli. Así
cambio de ello,
ello, tropezaron los q de ofrecer
ofre cer resls. se observo ya en 1585: En la actuali dad, estas provincias nece

nóma
made
des,
s, y po
porr ® — comple
completa
tamen
mentete al ataque sitan ante todo hombres venidos de España, porque ya quedan
 pocos de los antiguos conquistadores. La generación siguiente
(gente de mancebos), tanto criollos como mestizos, es muy nu
merosa y crece
crece día a d ía .. ,”38  De esta manera, la base de la
 población colonial de origen europeo, por comparació n con la
^ a r ^ f ” « r d e fr Ps r p ^ | autóctona, fue incomparablemente más amplia que en otras re
giones de Hispanoamérica, pero también es cierto que esos coloni
Í b k figuraba
figurabann entre los
los pilare
pilaress fundamentales
fundamentales de la pirám ide zadores se apartaron cada vez más de la influencia de la me
de la sociedad feudal hispananoamericana, cuyo caracter colonial trópoli.
se expresó principalmente en el hecho de que una aristocracia 5. Como consecuencia,
consecuencia, la evolución
evolución propiamente peculiar de
 política y económicamente
económicamente poderosa, de proveniencia europea , se la colonia del Plata se redujo —sin olvidar la subsistencia al me
levantó sobre una masa de indios semilibres
semilibres o esclavizados. A nos parcial de la diferencia evolutiva ya señalada entre el litoral
diferencia de ello, la provincia de la Plata apenas ofrecio a conti y el interior— a un apego menos marcado a la estructura feudal
nuación algún aliciente para una inmigración forzada, y sola de la economía y de la sociedad, sobre todo si la comparamos con
mente quedaron en el Río de la Plata algunos contingentes de la la mayor parte del resto del imperio colonial. No faltaron repe
corriente principal, la que se encauzaba hacia México y Lima. Se tidos intento de adaptarse al esquema tradicional, de recuperar
trataba además de una inmigrac
inmigración
ión particula r: en su mayoría, un supuesto tiempo perdido, pero los resultados jamás respon
no se trataba de frustrados “caballeros de fortuna’'3j sino, al me dieron a las esperanzas concebidas. Como ejemplo clásico podría
nos en potencia, de “genuinos inmigrantes” y de portadores de mencionarse el desarrollo fallido del sistema de encomiendas,39 ,39
una “colonización”38  propiamente dicha. Un factor no menos que ofrecía un seguro criterio para apreciar la “restauración del
importante fue la participación relativamente elevada de extran- feudalismo ” 40  en los dominios de ultramar. Es característico que
el numero de indios encomendados  fuera en aumento hacia el
33 R u b i o , op. cit., passim. interior, y que haya alcanzado su cuota máxima en la región del
84  Cf. L. C h a v e z O r o z c o ,  Historia económic a y social de Mé xic o, Tucumán. Con la oferta deficiente de mano de obra indígena,
México 1938, p. 29. J. C. M ariátegifi, Siete ensayos de interpretación
de la realidad peruana, Lima 1944, p. 8  sq., 35 sqq. también tuvo que esfumarse gradualmente el prejuicio habitual
ss En este
este sentido emplea
emplea la expresión J. B. A l b e r d i ,  Estu dios eco de los conquistadores contra toda actividad “indigna de su condi-
nomicos.' Interpretación económica de la historia y política argentina y
 sudamericana, Buenos Aires 1916, p. 105. Cf. igualmente M ar i Át e g u i , 87 Ya en las expediciones de descubrimiento habían participado in
op. cit.,  p. 8. numerables extranjeros. Cf. S o l d é v i l a , op. cit., 
cit.,  p. 338. Q u e l l e , op. cit,
88.. R. L e v e n e ,  Investigacion es acerca de la historia econ ómic a del 
88  p. 102 . ‘ ~
virreinato del Plata, BuenosBuenos Aires 1927,
1927, t. I, p. 178. Cf. al respecto
resp ecto los 3S J. A. G a r c í a ,  La ciud ad indian a. Bueno s Aires desde 1600 hasta
 prin
 princi
cipi
pios
os tipol
tipolog
ogic
icos
os (“fourfolddivision”) que propone R. B i l d e n ,  Ra ce mediado s del siglo
siglo K’ .V III ,   Buenos Aires 1900, p. 78 sq.
89  Véanse datos estadísticos en:  Histo ria de la Nac ión Arge ntina
ni lÍ T n J l n nu , T , W!th Sp
Spec
eci.
i.al
al Retrence s to the Development  desde los orígenes hasta la organización definitiva en 1862   (H.N.A.), ed.
referencia ni A ** UTfi ^ Cl0nes
Cl0nes raciales
raciales en Latinoaméric a, con especial   po r R, L e v e n e , Bueno
Buenoss Aires
Aires 1 9 3 6 . . t. IV, p.p. 519
519..
1 ncia al desarrollo de la cultura indígena), Univ. of Virginia 1931. 40  G a r c í a , op. cit., 
cit.,  p. 100.

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KO S S O K  EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA


MANFRÉD 23
22
Con la prosperid ad del algodón” , la explotación de los indiosindios
C¡6„”«, pero
pero lo ciert
ciertoo es que ^ J g ó antes y en supero la medid a de lo soportable. “En Tucum án, la rueca se se
dicíonales, impuesta pot 1 ■ d Buenos Aires q u e en las convirtió en símbolo de la esclavitud y fue objeto de un odio
form a más du rarad er
era en a ^ n0 surgi4   ninguna implacable ” .47
.47 Repe tidas veces se produ jeron graves desórdenes
desórdenes
 provincias interiores, b n la zon como los que priva-
contra el régimen español, pero no fueron tanto estos actos de
nobleza
nobleza colon
colonial
ial de
de ca?ac
ca?ac te p* * ecesidadj ese arraigo incomp leto sesperados los que terminaron por desquiciar la economía, sino
ron en Méxicja-O-Cn-Xima• favorables p ar
ar a su
su de
de  má s bien el crecient e ani quilam iento de indios.4S A fines
fines del si<
si<ddo
Sí feud
feudalal entrañ
entrañaba
aba cm nto m «. de tipo
tipo
xvii comenzó a decaer el cultivo del algodón, que cedió gradual
“ T í n t l i s ’ta “ 7 b t n de tra ns nsf or
orm ae
ae id
id n a n.
n. ifif eu
eu - mente ante la cria lanar, ® pues esta prometía igual benef benefici
icioo
d" ' « arrastró
arrastró al comie comienzo
nzo en forma harto rudimentaria. con menores gastos, inversiones y mano de obra, es decir, con
Hasta bien avanzado el siglo xvii, el centro de gravedad de la menores riesgos.
e c o n o m í a colonial se encontraba en el norte, y_ded Aunque en foima menos marcada, también las provincias de
]¿s r a s a o s j n á s .característicos de la colomza.cion feudal en el riat Cuyo (Mendoza-San Juan) y de Córdoba llegaron a una espe-
S £ £ 3 £ agrícola d e la zona c on on titi nu
nu ó os
os c ul
ultiv os
os q u  y* cialización
cialización semejante en su agricultura La agricultura
agricultura cuyana,
cuyana,
en la época
época precolombina habían desarrollado las t bus de ind ios merced a un sistema de irrigación natural, producía principal
de nt ar io s (principalmente
(principalmente los diaguitas
diaguitas)_
)_ bajo t.nflnencta
t.nflnencta ■nca.- mente cereales, vino y aguardiente: especialmente el comercio
ca .43
.43  En el curso de la colomzacion española, Tucumán de estos dos últimos productos se mantuvo particularmente activo
virtió en uno de los principales centros algodoneros de toda t i  ent re Buenos Aires y Potosí.
Potosí. En Córd oba, la explotación intensiva
intensiva
 pano amé rica: “El algodó n form a la base sobre la cua des can san de parcelas intermedias (granjas) produjo principalmente lo ne
su comercio, sus finanzas, sus encomiendas, en una palabra, tocL cesario para satisfacer el mercado local, mientras que en el inter
su economía” .44 .44  El cultivo
cultivo y elaboración
elaboración del oro blanco por cambio con el Perú solamente alcanzó cierta importancia la cría
los indios encomendados bastaron pronto para cubrir las nece de ganado mular.
sidades de los colonos, y el comienzo de la exportación a los cen En conjunto, y ya en el siglo xvi, los territorios interiores situa
tros mineros del Alto Perú (en el cerro de Potosí) dio impulso dos al este de los Andes evidenciaban un desarrollo económico
a una próspera expansión de los los cultivos.4'
cultivos.4'' A falta d e re ems os notable dentro de las condiciones hispanoamericanas, así como
suficientes en metales preciosos, el algodón hasta llegó a reempla una distribución de cultivos que favorecía el intercambio inter
zar el dinerodinero metálico
metálico (1 vara de lienzo = 4 rea les). Pero la regional. Por hallarse estas provincias geográficamente
geográficamente aisladas
aisladas
expansión de las exportaciones se vio limitada por la competencia de Chile y del Alto Perú, su centro distribuidor natural era la
que Ies opuso Lima, y por ello —como ya subrayamos— la segun  pr op ia “c ost a” , es deci r, Bueno s Aires y sus cont orno s inmedi atos.
da fundación de Buenos Aires y la apertura de su puerto repre La metrópoli desconoció las posibilidades comerciales que de ello
sentaban para Tucumán un asunto de interés inmediato .40 .40
se derivaban, y se opuso con todos los medios a su alcance a la
« H. N. A., IV, p. 507.
507.
42 Q u e s a d a en cuanto al “democratismo” político y económico de 47  H.N.A., IV, p. 363.
los criollos (op. cit., 
cit.,  p. 31). 4S M . M c í r n e r ,  The political and economic actii’ities oj the Jesuits
43  H. N .A ., IV ,  p. 358 sq. in the La Plata región. Th e Hapsbu rg Era (A ctivida des políticas
políticas y econ
econó.
ó.
44 Ibídem, p. 362 sq. micas de los jesuítas en la región del Plata. Época de los los Habsburgo),
4j Hacia 1600, la exportación alcanzaba a unos 100.000 pesos. Estocolmo 1953, p. 47. L e v e n e , op. cit., cit.,  p. 196.
40 L e v e n e ,  Inv esti gac ion es, t. I, p. 202. P. G h a u n u ,  A u x ori gin es 4<J H.N.A., IV , p. 364 sqq. sqq.
de l Argenhne coloniale, 
coloniale,   en: Cahiers des Annales Annales   4, París 1949, p. 133.

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KO S S O K  EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
MANFRÉD 23
22
Con la prosperid ad del algodón” , la explotación de los indiosindios
C¡6„”«, pero
pero lo ciert
ciertoo es que ^ J g ó antes y en supero la medid a de lo soportable. “En Tucum án, la rueca se se
dicíonales, impuesta pot 1 ■ d Buenos Aires q u e en las convirtió en símbolo de la esclavitud y fue objeto de un odio
form a más du rarad er
era en a ^ n0 surgi4   ninguna implacable ” .47
.47 Repe tidas veces se produ jeron graves desórdenes
desórdenes
 provincias interiores, b n la zon como los que priva-
contra el régimen español, pero no fueron tanto estos actos de
nobleza
nobleza colon
colonial
ial de
de ca?ac
ca?ac te p* * ecesidadj ese arraigo incomp leto sesperados los que terminaron por desquiciar la economía, sino
ron en Méxicja-O-Cn-Xima• favorables p ar
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su de
de  má s bien el crecient e ani quilam iento de indios.4S A fines
fines del si<
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Sí feud
feudalal entrañ
entrañaba
aba cm nto m «. de tipo
tipo
xvii comenzó a decaer el cultivo del algodón, que cedió gradual
“ T í n t l i s ’ta “ 7 b t n de tra ns nsf or
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n. ifif eu
eu - mente ante la cria lanar, ® pues esta prometía igual benef benefici
icioo
d" ' « arrastró
arrastró al comie comienzo
nzo en forma harto rudimentaria. con menores gastos, inversiones y mano de obra, es decir, con
Hasta bien avanzado el siglo xvii, el centro de gravedad de la menores riesgos.
e c o n o m í a colonial se encontraba en el norte, y_ded Aunque en foima menos marcada, también las provincias de
]¿s r a s a o s j n á s .característicos de la colomza.cion feudal en el riat Cuyo (Mendoza-San Juan) y de Córdoba llegaron a una espe-
S £ £ 3 £ agrícola d e la zona c on on titi nu
nu ó os
os c ul
ultiv os
os q u  y* cialización
cialización semejante en su agricultura La agricultura
agricultura cuyana,
cuyana,
en la época
época precolombina habían desarrollado las t bus de ind ios merced a un sistema de irrigación natural, producía principal
de nt ar io s (principalmente
(principalmente los diaguitas
diaguitas)_
)_ bajo t.nflnencta
t.nflnencta ■nca.- mente cereales, vino y aguardiente: especialmente el comercio
ca .43
.43  En el curso de la colomzacion española, Tucumán de estos dos últimos productos se mantuvo particularmente activo
virtió en uno de los principales centros algodoneros de toda t i  ent re Buenos Aires y Potosí.
Potosí. En Córd oba, la explotación intensiva
intensiva
 pano amé rica: “El algodó n form a la base sobre la cua des can san de parcelas intermedias (granjas) produjo principalmente lo ne
su comercio, sus finanzas, sus encomiendas, en una palabra, tocL cesario para satisfacer el mercado local, mientras que en el inter
su economía” .44 .44  El cultivo
cultivo y elaboración
elaboración del oro blanco por cambio con el Perú solamente alcanzó cierta importancia la cría
los indios encomendados bastaron pronto para cubrir las nece de ganado mular.
sidades de los colonos, y el comienzo de la exportación a los cen En conjunto, y ya en el siglo xvi, los territorios interiores situa
tros mineros del Alto Perú (en el cerro de Potosí) dio impulso dos al este de los Andes evidenciaban un desarrollo económico
a una próspera expansión de los los cultivos.4'
cultivos.4'' A falta d e re ems os notable dentro de las condiciones hispanoamericanas, así como
suficientes en metales preciosos, el algodón hasta llegó a reempla una distribución de cultivos que favorecía el intercambio inter
zar el dinerodinero metálico
metálico (1 vara de lienzo = 4 rea les). Pero la regional. Por hallarse estas provincias geográficamente
geográficamente aisladas
aisladas
expansión de las exportaciones se vio limitada por la competencia de Chile y del Alto Perú, su centro distribuidor natural era la
que Ies opuso Lima, y por ello —como ya subrayamos— la segun  pr op ia “c ost a” , es deci r, Bueno s Aires y sus cont orno s inmedi atos.
da fundación de Buenos Aires y la apertura de su puerto repre La metrópoli desconoció las posibilidades comerciales que de ello
sentaban para Tucumán un asunto de interés inmediato .40 .40
se derivaban, y se opuso con todos los medios a su alcance a la
« H. N. A., IV, p. 507.
507.
42 Q u e s a d a en cuanto al “democratismo” político y económico de 47  H.N.A., IV, p. 363.
los criollos (op. cit., 
cit.,  p. 31). 4S M . M c í r n e r ,  The political and economic actii’ities oj the Jesuits
43  H. N .A ., IV ,  p. 358 sq. in the La Plata región. Th e Hapsbu rg Era (A ctivida des políticas
políticas y econ
econó.
ó.
44 Ibídem, p. 362 sq. micas de los jesuítas en la región del Plata. Época de los los Habsburgo),
4j Hacia 1600, la exportación alcanzaba a unos 100.000 pesos. Estocolmo 1953, p. 47. L e v e n e , op. cit., cit.,  p. 196.
40 L e v e n e ,  Inv esti gac ion es, t. I, p. 202. P. G h a u n u ,  A u x ori gin es 4<J H.N.A., IV , p. 364 sqq. sqq.
de l Argenhne coloniale, 
coloniale,   en: Cahiers des Annales Annales   4, París 1949, p. 133.

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24 * m a n f r e d k o s s o k  

EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 25


lógica económica
económica de la colonia del del Río de la Plata . De esta
man era surgió el “proble ma de Buenos Aires . , , Como consecuencia de la fluctuación de la población india y de
También la nueva fundación de la ciudad (1581) se debatió la falta de un proletariado criollo-mestizo, solamente les quedó
durante mucho tiempo bajo el signo de una “miseria colectiva^, la introducc ión de esclavos negros
negros como último recurso.
recurso. No fue
f u e n t e de  p e r m a n e n te s llamamientos a la ayuda de la üorona. una economía de plantaciones, sino la necesidad —puesto que
Estas quejas, periódicamente repetidas, se referían a: “en ella (la ciudad) no hay ni labriegos ni trabajadores que cul
tiven la tierra 5 lo que llevo
llevo al tráfico de esclavos: por lo
a) Envío de nuevos nuevos colono
colonos,
s, cuya importan cia se consideraba demás, éste no alcanzó en ningún momento la amplitud deseada.
ante todo como vital para la estabilización militar de la coloniza
A manera de reverso de este dilema económico, desde los
ción frente a las incursiones de los indios .52 .52 comienzos existía en los colonos cierto desprecio por la posesión
 b) Concesión de franq uicia s impositivas, pa ra que al menos de tierras .50
.50 Para que se cumpliera la la normal relación
relación recíproca
recíproca
 pud iera n satisfacerse las necesid ades finan ciera s más imperiosas entre expansión del mercado o demanda de productos agrícolas,
de la administración de la ciudad / 3  por un a par te, y ren ta creciente del suelo por la otra, faltaba
c) Admisión del comercio con Guinea y con el Brasil, como como imprescindible intermediario el productor feudalmente su
remedio para contrarrestar la catastrófica escasez de mano de  bordi nado. El domin io sobre hombres y tierras perdía su impor
obra 54  mediante la creciente importación de negros .55 .55 tancia exclusiva para la integración del individuo dentro de la
d) Eliminación general de todas las las trabas comerciales jG que  jer arq uía social de la colonia. Y bien, ante el continu ado influjo
se opusieran a la exportación de productos de la tierra. de ese desprecio por la actividad agrícola, la explotación gana
Para la crítica situación económica del litoral, son particular dera 00 se presentó como un equivalente plenamente compatible
mente reveladoras las exigencias planteadas en los apartados c) con elel código
código del honor feudal. La única riqueza del del Río de la
y d) . A despecho de condiciones objetivas que seña laban otro Plata, y que inesperadamente se había reproducido en su desem
rumbo, los colonos intentaron desesperadamente al comienzo evitar  boc adu ra, la con stitu ía el “gan ado cim arró n”, cuyo verdad ero
la obligación
obligación de “tener que que trabaja r con sussus propias manos . valor sólo podía realizarse a través del comercio de cueros, sebo,
cuernos, crines,
crines, etc. En un principio este comercio
comercio más bien que
50 C H H aring, Trade and navigation between Spain and the una fuente de beneficios comerciales, fue una verdadera cuestión
 Ind ies in the time s of the Hap sbur gs (C om erc io y nave gaci ón ent re Esp aña cié vida o muer te. Desde el primer m omento, el destino de de Bue
 y las In dia s en tiem pos de los H abs bur go ),   Cambridge, Mass. 1918, p. 14U. nos Aires y de su “campaña” quedó indisolublemente unido al
51 Cf. ejemp
ejemplos los en en R. L e v i l l i e r  , Correspondencia de la Ciudad (te desarrollo del comercio. “El destino de la metrópoli, de sus sus rela
 Bue nos Aire s con los Rey es de Espa ña, t. I, Buenos Aires 1915. ciones de guerra o de paz con otras potencias, pasaba a segundo
52  Ibí de m. . , . ,
53 R . L e v i l l i e r ,   An tec ed en tes de la po lític a eco nóm ica en el Ri o de término apenas se hablaba de una nueva ventaja comercial o de
la Plata. Libro I. Régimen fiscal. Madrid 1915, t. I, p. 36 sqq.
51 Cf. los datos preliminares de A. F. Z i m m e r m a n n , The land policy 58 De una petición de 1677 véase G a r c í a , op. cit., p. 61. Frente
1677,, véase
of Argentina (Política agraria en la Argentina), en: Hisp. Am. Hist. Rcv., a estos datos, puede compararse la muy diversa posición inicial de la
t. XXV, febrero de 1945, n? 1,  p. 3 sqq. R. H. M a r fa f a n y ,  E l ind io en la esclavitud en las colonias portuguesas de América (G. F r e y r e , The Mas
colonización de Bue nos Aires, Buenos Aires 1 9 4 0 . ters and the Slaves.
Slaves. A S tudy in the Development of Brazili Brazilian
an Civilizatinn
Civilizatinn
55 Véanse documentos en L e v i l l i e r , Correspondencia. Acerca de  — Am os y esclavos : est udio del desarrollo de la civiliza ción brasileña —,brasileña —,
los comienzos del tráfico de esclavos, cf.  Do cu me nto s par a la Hi sto ria  Nu eva Yor k 1956, p. X X V II I  pass im) .
 Ar ge nti na (D.H.A.), t. VII, Buenos Airees 1915. Introducción, p. 59 R. L e v e n e ,  Est udio s econ ómic os acerca del virrein ato del Río de
XLVII sqq. la Plata, 
Plata,   Buenos Aires 1915, p. 59.
6G L e v i l l i e r  , Correspondencia, t. II. fi0 Desde los comienzos hasta 1800, cf. H.N.A., I V, 1, p. 367
fi0 367 sqq.
sqq.
57 E. A. C o n i ,  Ag ric ult ura , com erc io e ind ust ria col onia les (sig los J. A. P i l l a d o , Orígenes del ganado argentino,   Buenos Aires 1909.
 X V I  X V II I ) , Buenos Aires 1942.

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24 * m a n f r e d k o s s o k  

EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 25


lógica económica
económica de la colonia del del Río de la Plata . De esta
man era surgió el “proble ma de Buenos Aires . , , Como consecuencia de la fluctuación de la población india y de
También la nueva fundación de la ciudad (1581) se debatió la falta de un proletariado criollo-mestizo, solamente les quedó
durante mucho tiempo bajo el signo de una “miseria colectiva^, la introducc ión de esclavos negros
negros como último recurso.
recurso. No fue
f u e n t e de  p e r m a n e n te s llamamientos a la ayuda de la üorona. una economía de plantaciones, sino la necesidad —puesto que
Estas quejas, periódicamente repetidas, se referían a: “en ella (la ciudad) no hay ni labriegos ni trabajadores que cul
tiven la tierra 5 lo que llevo
llevo al tráfico de esclavos: por lo
a) Envío de nuevos nuevos colono
colonos,
s, cuya importan cia se consideraba demás, éste no alcanzó en ningún momento la amplitud deseada.
ante todo como vital para la estabilización militar de la coloniza
A manera de reverso de este dilema económico, desde los
ción frente a las incursiones de los indios .52 .52 comienzos existía en los colonos cierto desprecio por la posesión
 b) Concesión de franq uicia s impositivas, pa ra que al menos de tierras .50
.50 Para que se cumpliera la la normal relación
relación recíproca
recíproca
 pud iera n satisfacerse las necesid ades finan ciera s más imperiosas entre expansión del mercado o demanda de productos agrícolas,
de la administración de la ciudad / 3  por un a par te, y ren ta creciente del suelo por la otra, faltaba
c) Admisión del comercio con Guinea y con el Brasil, como como imprescindible intermediario el productor feudalmente su
remedio para contrarrestar la catastrófica escasez de mano de  bordi nado. El domin io sobre hombres y tierras perdía su impor
obra 54  mediante la creciente importación de negros .55 .55 tancia exclusiva para la integración del individuo dentro de la
d) Eliminación general de todas las las trabas comerciales jG que  jer arq uía social de la colonia. Y bien, ante el continu ado influjo
se opusieran a la exportación de productos de la tierra. de ese desprecio por la actividad agrícola, la explotación gana
Para la crítica situación económica del litoral, son particular dera 00 se presentó como un equivalente plenamente compatible
mente reveladoras las exigencias planteadas en los apartados c) con elel código
código del honor feudal. La única riqueza del del Río de la
y d) . A despecho de condiciones objetivas que seña laban otro Plata, y que inesperadamente se había reproducido en su desem
rumbo, los colonos intentaron desesperadamente al comienzo evitar  boc adu ra, la con stitu ía el “gan ado cim arró n”, cuyo verdad ero
la obligación
obligación de “tener que que trabaja r con sussus propias manos . valor sólo podía realizarse a través del comercio de cueros, sebo,
cuernos, crines,
crines, etc. En un principio este comercio
comercio más bien que
50 C H H aring, Trade and navigation between Spain and the una fuente de beneficios comerciales, fue una verdadera cuestión
 Ind ies in the time s of the Hap sbur gs (C om erc io y nave gaci ón ent re Esp aña cié vida o muer te. Desde el primer m omento, el destino de de Bue
 y las In dia s en tiem pos de los H abs bur go ),   Cambridge, Mass. 1918, p. 14U. nos Aires y de su “campaña” quedó indisolublemente unido al
51 Cf. ejemp
ejemplos los en en R. L e v i l l i e r  , Correspondencia de la Ciudad (te desarrollo del comercio. “El destino de la metrópoli, de sus sus rela
 Bue nos Aire s con los Rey es de Espa ña, t. I, Buenos Aires 1915. ciones de guerra o de paz con otras potencias, pasaba a segundo
52  Ibí de m. . , . ,
53 R . L e v i l l i e r ,   An tec ed en tes de la po lític a eco nóm ica en el Ri o de término apenas se hablaba de una nueva ventaja comercial o de
la Plata. Libro I. Régimen fiscal. Madrid 1915, t. I, p. 36 sqq.
51 Cf. los datos preliminares de A. F. Z i m m e r m a n n , The land policy 58 De una petición de 1677 véase G a r c í a , op. cit., p. 61. Frente
1677,, véase
of Argentina (Política agraria en la Argentina), en: Hisp. Am. Hist. Rcv., a estos datos, puede compararse la muy diversa posición inicial de la
t. XXV, febrero de 1945, n? 1,  p. 3 sqq. R. H. M a r fa f a n y ,  E l ind io en la esclavitud en las colonias portuguesas de América (G. F r e y r e , The Mas
colonización de Bue nos Aires, Buenos Aires 1 9 4 0 . ters and the Slaves.
Slaves. A S tudy in the Development of Brazili Brazilian
an Civilizatinn
Civilizatinn
55 Véanse documentos en L e v i l l i e r , Correspondencia. Acerca de  — Am os y esclavos : est udio del desarrollo de la civiliza ción brasileña —,brasileña —,
los comienzos del tráfico de esclavos, cf.  Do cu me nto s par a la Hi sto ria  Nu eva Yor k 1956, p. X X V II I  pass im) .
 Ar ge nti na (D.H.A.), t. VII, Buenos Airees 1915. Introducción, p. 59 R. L e v e n e ,  Est udio s econ ómic os acerca del virrein ato del Río de
XLVII sqq. la Plata, 
Plata,   Buenos Aires 1915, p. 59.
6G L e v i l l i e r  , Correspondencia, t. II. fi0 Desde los comienzos hasta 1800, cf. H.N.A., I V, 1, p. 367
fi0 367 sqq.
sqq.
57 E. A. C o n i ,  Ag ric ult ura , com erc io e ind ust ria col onia les (sig los J. A. P i l l a d o , Orígenes del ganado argentino,   Buenos Aires 1909.
 X V I  X V II I ) , Buenos Aires 1942.

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26
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
alguna temida restricción ».01 Esta ley ley fundamental contribuyo 27
vigorosamente a acelerar el momento de la emancipación.
El movimiento comercial inicial, como consecuencia de las intenor y del nortea una ilimitada explotación por parte del
comercio
comercio de Lima” .6- .6- Pero esa integración,
integración, que así se
se procuraba
procuraba
limitadas concesiones de la Corona, se desarrollo por muy modes impon er por la fuerza, no tuv o éxito.
éxito. Para no verse librados
librados por
tos cauces.
cauces. Ello no obstante, era inconfundible la te nden cia que, completo a la dictadura económica de los monopolistas estable
 por encim a de Mend oza, Cór dob a y Tu cu ma n, abso rbía tam bié n cidos en Lima, las provincias interiores se vieron obligadas a ex
a Potosí hacia el ciclo económico que asi surgía y señalaba los  plo tar mejo r sus propios recursos agrícolas y sobre todo sus propias
contornos de una zona de intereses económicos que abarcaba man ufact uras. Situad as en medio del campo de tensión del cíe
desde los Andes hasta el Atlántico .62 .62 Con tra esa posibilidad se se económico Buenos Aires-Lima, y cada vez más aisladas de ambos
levantó
levantó el veto
veto de la oligarquía
oligarquía comercial
comercial de Lima • cuyos
cuyos esfuer-,  polos, ya fuer a por restricciones o por prácticas comerciales
comerciales de
zos tendieron a aprovechar económicamente la favorable regla j extremo monopolio, aquellas provincias aprovecharon las circuns
mentació n administra tiva de 1563.1563. R esulta do de esta energic../ tancias paia, ‘acent
acent uar su autarq uía económica
económica
intervención fue el establecimiento, en 1622, de la barrera adua| Pero, como pronto se demostró en la práctica, resultó imposible-1
ñera de Córdoba, la aduana seca.04 .04 _  1 estrangular por completo el tráfico bonaerense, pues ni siquiera
El argumento decisivo de Lima para aniquilar la competencia el recargo a duan ero del 50 % fue suficiente
suficiente para que Buenos
Buenos
atlántica fue el temor de una no fiscalizada exportación de me Aires dejara a Lim a due ña del campo.cs
campo.cs Si bien la inmigració
inmigraciónn
tales preciosos a través de Buenos Aires .85 .85  La reglamentación] continuó siendo insuficiente, como testimonio del perpetuo° “esta
de 1622 tuvo vastas consecuencias, la primera de las cuales fue el do de pobreza y de miseria , las restricciones no consiguieron
golpe asestado al tránsito de mercader ías por Buenos Aires. A impedir un gradual renacimiento y liberación de la economía,
 pes ar de las pro testa s que se lev an tar on co ntr a ese blo que o in te  proceso favor ecido por motivos de índole peculia r:
rior ,60
,60 en 1623
1623 se impuso —como continu ación de esa esa línea
línea la La anexión de Portugal a España (1580) borró de hecho la
 pro hib ició n del trán sito de met ales pre cio sos : sin ha bl ar de la ya ya ficticia línea de Tordesillas. Con la anuencia de la Corona Corona
incipiente deflación, la medida amenazaba con condenar la eco española, los portugueses franquearon en Brasil, hacia el norte
nomía del litoral a la simple explotación de los recursos naturales. y el sudoeste, las antiguas fronteras .69
.69 Como consecuencia de las
Pero fue aún mayor el golpe que soportaron las provincias irrupciones de los bandeirantes  surgió una zona de contacto que
interiores.
interiores. En la medida en que dichas provincias necesitaban de iba desde Santa Catalina hasta Concepción, y que primitiva
la importación de mercancías —cuyo valor excedía considerable mente estuvo al cuidado de las reducciones jesuíticas.70 .70  Más
mente el de sus propias exportaciones—, dicha importación debía importante que la territorial fue la expansión comercial que para
llevarse a cabo desde Lima, para “someter así a los mercados del lelamente realizaron los portugueses ,71  que así quebrantaron desde
Buenos Aires el monopolio comercial español en América del Sur.
Mientras, por regla general, los comerciantes sevillanos seguían
01 L e v e n e ,  Es tud ios ,   p. 10. , . .
C2 En G a r c í a , op. cit., 
cit.,  p. 246 sq. se hallará una estadística sobre
el primitivo comercio colonial. 07 L e v e n e ,  Inv esti gac ion es, t. I, p. 224. .
03 Pa ra los anos 1600 y 1601, cf. Colección (le documentos inédi- GS lbídem, 
lbídem,   p. 230 sq.
tos... de América y Oceanía (D.I.A.),  (D.I.A.),   Madrid 1864..., t. 18, p. 298; fi!) C a p i s t r a n o de A b r e u ,  p. 283 sqq.
t. 19, p. 185. 70  M ü r n e r , op. cit., 
cit.,  p. 89 sq., 96 sq.,  passim. F r e y r e , op. cit., 
cit.,  p. 37,
i n g , Trade, 
04  H a r in Trade,  p. 142.  passitn .
P. C h a u n u ,  D u Po tosí á Bu en os Ai re s: un e ro ut e cla nd es tin o de 71 A. P i f f e r   C a n a b r a v a , O comércio portugués no Rio da Pratd\
l’arge
l’argent.
nt. Fin du X V Io, Io, début du X V I Ic siécle, siécle,   en: Cahier des Annales, (15801640), 
(15801640),  Lisboa 1944. Otro cuadro de conjunto se hallará hallará en B ec u
00 i e r ,  An tec ed en te s, 
L e v i l l ie s,   p. 409 sq., 413 sq. Z o r r a q u í n , Orígen es del comercio rio piálense, 1580 a 1620,  1620,  Buenos
 p. 154 sqq. Aires 1947.

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EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
alguna temida restricción ».01 Esta ley ley fundamental contribuyo 27
vigorosamente a acelerar el momento de la emancipación.
El movimiento comercial inicial, como consecuencia de las intenor y del nortea una ilimitada explotación por parte del
comercio
comercio de Lima” .6- .6- Pero esa integración,
integración, que así se
se procuraba
procuraba
limitadas concesiones de la Corona, se desarrollo por muy modes impon er por la fuerza, no tuv o éxito.
éxito. Para no verse librados
librados por
tos cauces.
cauces. Ello no obstante, era inconfundible la te nden cia que, completo a la dictadura económica de los monopolistas estable
 por encim a de Mend oza, Cór dob a y Tu cu ma n, abso rbía tam bié n cidos en Lima, las provincias interiores se vieron obligadas a ex
a Potosí hacia el ciclo económico que asi surgía y señalaba los  plo tar mejo r sus propios recursos agrícolas y sobre todo sus propias
contornos de una zona de intereses económicos que abarcaba man ufact uras. Situad as en medio del campo de tensión del cíe
desde los Andes hasta el Atlántico .62 .62 Con tra esa posibilidad se se económico Buenos Aires-Lima, y cada vez más aisladas de ambos
levantó
levantó el veto
veto de la oligarquía
oligarquía comercial
comercial de Lima • cuyos
cuyos esfuer-,  polos, ya fuer a por restricciones o por prácticas comerciales
comerciales de
zos tendieron a aprovechar económicamente la favorable regla j extremo monopolio, aquellas provincias aprovecharon las circuns
mentació n administra tiva de 1563.1563. R esulta do de esta energic../ tancias paia, ‘acent
acent uar su autarq uía económica
económica
intervención fue el establecimiento, en 1622, de la barrera adua| Pero, como pronto se demostró en la práctica, resultó imposible-1
ñera de Córdoba, la aduana seca.04 .04 _  1 estrangular por completo el tráfico bonaerense, pues ni siquiera
El argumento decisivo de Lima para aniquilar la competencia el recargo a duan ero del 50 % fue suficiente
suficiente para que Buenos
Buenos
atlántica fue el temor de una no fiscalizada exportación de me Aires dejara a Lim a due ña del campo.cs
campo.cs Si bien la inmigració
inmigraciónn
tales preciosos a través de Buenos Aires .85 .85  La reglamentación] continuó siendo insuficiente, como testimonio del perpetuo° “esta
de 1622 tuvo vastas consecuencias, la primera de las cuales fue el do de pobreza y de miseria , las restricciones no consiguieron
golpe asestado al tránsito de mercader ías por Buenos Aires. A impedir un gradual renacimiento y liberación de la economía,
 pes ar de las pro testa s que se lev an tar on co ntr a ese blo que o in te  proceso favor ecido por motivos de índole peculia r:
rior ,60
,60 en 1623
1623 se impuso —como continu ación de esa esa línea
línea la La anexión de Portugal a España (1580) borró de hecho la
 pro hib ició n del trán sito de met ales pre cio sos : sin ha bl ar de la ya ya ficticia línea de Tordesillas. Con la anuencia de la Corona Corona
incipiente deflación, la medida amenazaba con condenar la eco española, los portugueses franquearon en Brasil, hacia el norte
nomía del litoral a la simple explotación de los recursos naturales. y el sudoeste, las antiguas fronteras .69
.69 Como consecuencia de las
Pero fue aún mayor el golpe que soportaron las provincias irrupciones de los bandeirantes  surgió una zona de contacto que
interiores.
interiores. En la medida en que dichas provincias necesitaban de iba desde Santa Catalina hasta Concepción, y que primitiva
la importación de mercancías —cuyo valor excedía considerable mente estuvo al cuidado de las reducciones jesuíticas.70 .70  Más
mente el de sus propias exportaciones—, dicha importación debía importante que la territorial fue la expansión comercial que para
llevarse a cabo desde Lima, para “someter así a los mercados del lelamente realizaron los portugueses ,71  que así quebrantaron desde
Buenos Aires el monopolio comercial español en América del Sur.
Mientras, por regla general, los comerciantes sevillanos seguían
01 L e v e n e ,  Es tud ios ,   p. 10. , . .
C2 En G a r c í a , op. cit., 
cit.,  p. 246 sq. se hallará una estadística sobre
el primitivo comercio colonial. 07 L e v e n e ,  Inv esti gac ion es, t. I, p. 224. .
03 Pa ra los anos 1600 y 1601, cf. Colección (le documentos inédi- GS lbídem, 
lbídem,   p. 230 sq.
tos... de América y Oceanía (D.I.A.),  (D.I.A.),   Madrid 1864..., t. 18, p. 298; fi!) C a p i s t r a n o de A b r e u ,  p. 283 sqq.
t. 19, p. 185. 70  M ü r n e r , op. cit., 
cit.,  p. 89 sq., 96 sq.,  passim. F r e y r e , op. cit., 
cit.,  p. 37,
i n g , Trade, 
04  H a r in Trade,  p. 142.  passitn .
P. C h a u n u ,  D u Po tosí á Bu en os Ai re s: un e ro ut e cla nd es tin o de 71 A. P i f f e r   C a n a b r a v a , O comércio portugués no Rio da Pratd\
l’arge
l’argent.
nt. Fin du X V Io, Io, début du X V I Ic siécle, siécle,   en: Cahier des Annales, (15801640), 
(15801640),  Lisboa 1944. Otro cuadro de conjunto se hallará hallará en B ec u
00 i e r ,  An tec ed en te s, 
L e v i l l ie s,   p. 409 sq., 413 sq. Z o r r a q u í n , Orígen es del comercio rio piálense, 1580 a 1620,  1620,  Buenos
 p. 154 sqq. Aires 1947.

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA


28 29
 _ de L i s b o a p a r .
^ í. G u a y a q u il -G a ll a o -L im a ,
. rut3 Portobelo-P^a
Portobelo-P^an;es
n;es dirigirse
dirigirse directam ente al Rí0 de
t on  innumerables e r a n ] o s tejidos, que en no  p OCOsOCOs
El siglo XV
XVII sólo dio los primeros
prime ros pasos en esta
est a dirección Una
verdadera ruptura del proceso se produjo en el siglo xvm' cuan
P l a t a : su Pnnc11 T ~ n > Al comien
comienzo, zo, el el cargamento princip
principal al do una política colonial española reformada desde su misma base
salió al encuentro, en medida hasta entonces desconocida, de las
retornaban ^ • » * * ^f u e.
* el que retornaban e.',a p l Tllegal,Atuvo r es
es lrlque
r ” gigaran_ 
r” ' «  potencialidades económicas
económicas individuales de América.
América. Gracias
Gracias
 posibilidades ^ ac ci ón ec on óm iCa. “ L is bo a y P or tu ga l, a tal transformación, las colonias contaron con la posibilidad de
liberar elementos evolutivos nuevos, o que sólo habían permane
tizar la ^ ar' ^ ¡ d¡eron
d¡eron impulso a ese intercam bio subrepticio, subrepticio, cido en embrión. La gue rra de la sucesión de España señaló la
como
como tambi
también
én brasu,
brasu, ^ ]as tclas de Eu rop a, los portugueses
cesura exterior del comienzo de esa política que, a pesar de ini
Lisbo
Lisboaa sigue
sigue comerc Brasil pro po rci on a a Bue nos Aires
 pr ov ee n a A m e r ic
ic a p o d r í a m o s s o r p r e n d e r n o s , f r e n t e a tales
ciarse con un cambio general de signos, pronto llevaría a conse
Pivv~—
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tiempo
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litoral. Buenos Aires,
Aires, como fu tum m et opo
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de Portugal, se lanzaron a socavar los c,miemos económicos de
imperio
imperio españo
español.l. En la med ida en qu e las ne ces ida des de l litor
se identificaban con los intereses de las potencias anticspanolas,
 por f ue ra este
este sector de Hi spa noa mé rica tu vo qu e evad irse eco-
eco-
nómicam
nómicament’ ent’c —y
—y desde un p un to de vista maic o. a^ ic-ic-n c c
cial— del marco del restante imperio colonial español.

72 H aring , Trade,  p. 115 sq q. , L u z a t t o , op. cit.,  p . 2 07 .


73 B r a u d e l , op. cit.,  p. 15 7. .,
74 Para el caso caso paralelo de de Asunción
Asunción ef. H. W ilhe
il he i.my
i. my , SüdaineJ 
im Spiegel
Spiegel seiner
seiner Stadtc (Am érica del Su r refleja da en sus ciu >
Hamburgo 1952,  p.  p. 227 sq.
sq.

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
28 29
 _ de L i s b o a p a r .
^ í. G u a y a q u il -G a ll a o -L im a ,
. rut3 Portobelo-P^a
Portobelo-P^an;es
n;es dirigirse
dirigirse directam ente al Rí0 de
t on  innumerables e r a n ] o s tejidos, que en no  p OCOsOCOs
El siglo XV
XVII sólo dio los primeros
prime ros pasos en esta
est a dirección Una
verdadera ruptura del proceso se produjo en el siglo xvm' cuan
P l a t a : su Pnnc11 T ~ n > Al comien
comienzo, zo, el el cargamento princip
principal al do una política colonial española reformada desde su misma base
salió al encuentro, en medida hasta entonces desconocida, de las
retornaban ^ • » * * ^f u e.
* el que retornaban e.',a p l Tllegal,Atuvo r es
es lrlque
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económicas individuales de América.
América. Gracias
Gracias
 posibilidades ^ ac ci ón ec on óm iCa. “ L is bo a y P or tu ga l, a tal transformación, las colonias contaron con la posibilidad de
liberar elementos evolutivos nuevos, o que sólo habían permane
tizar la ^ ar' ^ ¡ d¡eron
d¡eron impulso a ese intercam bio subrepticio, subrepticio, cido en embrión. La gue rra de la sucesión de España señaló la
como
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también
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brasu, ^ ]as tclas de Eu rop a, los portugueses
cesura exterior del comienzo de esa política que, a pesar de ini
Lisbo
Lisboaa sigue
sigue comerc Brasil pro po rci on a a Bue nos Aires
 pr ov ee n a A m e r ic
ic a p o d r í a m o s s o r p r e n d e r n o s , f r e n t e a tales
ciarse con un cambio general de signos, pronto llevaría a conse
Pivv~—
ivv~— «cfíhlCS 1 - . —   cuencias mucho más graves en contra de la metrópoli.
azúcar yy comes.
azúcar tID‘ |¿ lienos
comestiw
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fuera ra en en sussus comienzos
comienzos una una
circunstanci as, d e q ^ ^
circunstancias, n
ciudad semipor u0 ¡ n s u f i c ¡ e n t e s Como inad ecuad os procuró la
Con métodos a desarrollo, pero sin cam biar en nada
metróp
metrópoli
oli contener
contener Aircs” Frac asó así la pro pue sta fusión
el “probiema de “ ^ situado al Csfe de los los Andes, al tiempo
tiempo
con el P e n i del
del dificuitades
dificuitades a su proceso grad ual de asimi asimi--
que se opon
oponía íann ^ ^ ^ ge hubiera llegado
llegado a ciert
ciertaa

£S£ ¿ “ ¿ r « i t een lolo ecnonómico, elolo isotcsial


no  p ar a una arRcntin
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o. La integración perturbada
L Í Í “ a con conve
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irse
se por un tiempo
tiempo en forzada
forzada desinte
desintegra
gració
ciónn «
c„m interior
interior , el litoral.
litoral. Buenos Aires,
Aires, como fu tum m et opo
comercial, halló su nuevo h i n , c l a » i  en el intercambio colon,al
dHas potencias económicas europeas que, siguiendo el ejemplo
de Portugal, se lanzaron a socavar los c,miemos económicos de
imperio
imperio españo
español.l. En la med ida en qu e las ne ces ida des de l litor
se identificaban con los intereses de las potencias anticspanolas,
 por f ue ra este
este sector de Hi spa noa mé rica tu vo qu e evad irse eco-
eco-
nómicam
nómicament’ ent’c —y
—y desde un p un to de vista maic o. a^ ic-ic-n c c
cial— del marco del restante imperio colonial español.

72 H aring , Trade,  p. 115 sq q. , L u z a t t o , op. cit.,  p . 2 07 .


73 B r a u d e l , op. cit.,  p. 15 7. .,
74 Para el caso caso paralelo de de Asunción
Asunción ef. H. W ilhe
il he i.my
i. my , SüdaineJ 
im Spiegel
Spiegel seiner
seiner Stadtc (Am érica del Su r refleja da en sus ciu >
Hamburgo 1952,  p.  p. 227 sq.
sq.

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 NU EV OS AS PEC TOS DE LA PO LÍT IC A CO LON IAL


ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVIII

Los prolegómenos y el curso mismo de la guerra de Sucesión


sirvieron para poner de relieve en toda su magnitud la decaden
cia interna y exterior del poder español. Jun to con los los pilares
europeos de ese “predominio español” ya agonizante, también
amen azaban con derrum barse sus posesione
posesioness de ultramar. “España
llega a la conclusión de que, en el juego <Je los grandes aconteci
mientos históricos, los dados están definitivamente echados, y en
su contra ” .1 Decid idame nte favorecido por la intervención de una
dinastía inspirada en el modelo francés, un destacado grupo de
 político s refo rmis tas comenz ó a con trar res tar el inmi nent e agota 
miento de las últimas posibilidades. “Así entró en acción la Espa
ña renovadora
% ” .2
A los ojos de muchos críticos de la época, la “decadencia es
 pañ ola ” — sen tida como desast re naci ona l— revestía esencial men
te los rasgos de una categoría económica, y su correctivo debía
hallarse por lo tanto en un a regeneración de de la economía
economía.. Tam 
 bién pa ra Es pa ña come nzó un “Siglo de Or o de la lite ratu ra
económica ” ,3  al tiempo que con la economía política se revelaba
una ciencia “que investiga las causas y los recursos mediante los
cuales se acrecienta la riqueza pública, para distribuirse luego

1 R. M e n É n d e z P i d a l ,  Die Spa nie r in der Ges chic hte (Lo s españo-
les en la historia), Mu nic h 1955, p. 152. C f. además las observaciones
 pre lim ina re s de B r u c u e r a ,  His toir e con tem por aine d’Espa gne, 17S919 50,
París 1953.
2  Ib id ., 
.,   p. 151.
3 R. L e v e n e ,  Est udio s,   p. 9. Cf. asimismo L u z a t t o , op. cit., 
cit.,  t. II,
 p. 64 sqq.

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 NU EV OS AS PEC TOS DE LA PO LÍT IC A CO LON IAL
ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVIII

Los prolegómenos y el curso mismo de la guerra de Sucesión


sirvieron para poner de relieve en toda su magnitud la decaden
cia interna y exterior del poder español. Jun to con los los pilares
europeos de ese “predominio español” ya agonizante, también
amen azaban con derrum barse sus posesione
posesioness de ultramar. “España
llega a la conclusión de que, en el juego <Je los grandes aconteci
mientos históricos, los dados están definitivamente echados, y en
su contra ” .1 Decid idame nte favorecido por la intervención de una
dinastía inspirada en el modelo francés, un destacado grupo de
 político s refo rmis tas comenz ó a con trar res tar el inmi nent e agota 
miento de las últimas posibilidades. “Así entró en acción la Espa
ña renovadora
% ” .2
A los ojos de muchos críticos de la época, la “decadencia es
 pañ ola ” — sen tida como desast re naci ona l— revestía esencial men
te los rasgos de una categoría económica, y su correctivo debía
hallarse por lo tanto en un a regeneración de de la economía
economía.. Tam 
 bién pa ra Es pa ña come nzó un “Siglo de Or o de la lite ratu ra
económica ” ,3  al tiempo que con la economía política se revelaba
una ciencia “que investiga las causas y los recursos mediante los
cuales se acrecienta la riqueza pública, para distribuirse luego

1 R. M e n É n d e z P i d a l ,  Die Spa nie r in der Ges chic hte (Lo s españo-
les en la historia), Mu nic h 1955, p. 152. C f. además las observaciones
 pre lim ina re s de B r u c u e r a ,  His toir e con tem por aine d’Espa gne, 17S919 50,
París 1953.
2  Ib id ., 
.,   p. 151.
3 R. L e v e n e ,  Est udio s,   p. 9. Cf. asimismo L u z a t t o , op. cit., 
cit.,  t. II,
 p. 64 sqq.

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32
m a n f r e d   K O S S O K  

entr e las clases clases de la la sociedad”.4 Lo nuevo „ e l v i r r e i n a t o d e l r io d e l a p l a t a 33


movimiento renovador no era Y   Característico del
circunstanci
circunstanciaa históri históricaca * “ tico. Pero, con relación al vuelco de 1789, 1789, resulta adecuado
xvnt, fueron m adura ndo por ’etapTs etapTs ta ta7 Z d ú T el siSl° recordar una diferencia fundamental: en la segunda mitad del
siglo xvm, la situación de Francia se caracterizaba por el hecho
s u b je
je t iv
iv a s p a r a u n a t o t al
al “ r enen o vvaa ci
ci ón
ón d e E s p S a ^ A de que, en política interior, la alianza de intereses entre absolu
de vari
variacio
aciones
nes realmente
realmente importantes
importantes de de detalle,'
detalle,' el p ro e e ^ ! ° tismo y burguesía se disolvía cada vez más, con lo que la burgue
o r m ° P ? « ?. ?. c o ns
ns ti
ti tu
tu t iv
iv a d e la la l ín
ín ea
ea d e ev
ev ooll uc
uc ió
ió n o T r ^ ' sía —salvo en sus estratos superiores— se pasaba al campo de la
men te prevalec.ó en buena parte del resto resto de Europa •’ gMl' oposición 'antifeudal .10 En política exterior, no fue menor el gol gol
La política española adoptó ya con Felipe V un nuevo mmi,  pe que sufrió la coro na france sa al perde r la posibilidad, con la
 pe ro est e solo al ca nz ó su pu n to de cu lm in ac ió n co n el reinado d°é aplastante derrota de 1763, de contrarrestar la creciente oposición
Carlos III, que dio su nombre al momento histórico en que más mediante un suficiente acrecentamiento de los beneficios colonia
a las claras se man ifestó el mov imiento reformado r. También en les.
les. En Espa ña, la situación era otra: hasta la época de la Revo Revo
la península ibérica el “despotismo ilustrado” intentó resolver la lución Francesa, la burguesía se mantuvo allí más débil en lo
económico, más sometida a tutelaje político y, por lo tanto, más
crisis del antiguo régimen —solución que para las clases domi
obligada a buscar apoyo en el despotismo ilustrado .11  No existió
nantes era cuestión de vida o muerte— por el camino de la evolu
un conflicto abierto entre el “orden” y la “revolución”, de mane
ción. De trás de esa crisis crisis apu nta ba ya “la emancipación de la ra que la iniciativa en la implantación de reformas correspondió
 bu rg ue sí a de l p o d er fe ud al ” ,7  de una burguesía “cada vez más casi exclusivamente a la nobleza liberal, y se inspiró en la consigna:
fuerte en número y en capacidad política, que toma conciencia “¡Todo para el pueblo, pero no por el pueblo!”
de su fuerza y considera que la forma del antiguo régimen no Junto a ello, la Corona podía dejarse arrancar concesiones con
armoniza ya con sus propias y reales posibilidades de gobernar ” .8 facilidad tanto mayor cuanto que, a costa de sus posesiones colo
Sin renunciar para nada a su categoría de clase feudal, el despo niales económicamente poco explotadas, contaba siempre con la
tismo ilustrado comenzó a acercarse a la burguesía, puesto que la  posib ilida d de de sarm ar el a ntag onis mo fun dam ent al entre nobleza
liberación de elementos evolutivos burgueses-capitalistas garanti y burguesía, entre el orden feudal de la sociedad y del Estado y la
zaba una relativa estabilización de la monarquía feudal .9  Igual difusión de las formas capitalistas. “Dado qu e la burguesía espa
mente en Francia, allende los Pirineos, la bancarrota económica ñola contaba en las colonias con un mercado asegurado, se con
del régimen feudal se adelantó algunas décadas a su fracaso polí- formó durante un tiempo con que en la metropoli prevalecieran
las condiciones feudales ” .12
.12 Desde el comienzo,
comienzo, el pun to central
4 J. C a n g a A r g u e l l e s ,,  Dic cio nar io de Ha ci en da ,  Londres 1827, de la activi dad económica de la burgues ía comercial espina
t. I I I , p. 7. . . . dorsal al mismo tiempo de toda la burguesía española no corres corres
5 C f . V. R  o d r í g u e z C a s a d o ,  Po lít ica int eri or de Carlos I I I , en:  pon dió al me rca do inte rno , sino al exteri or, o s ea al coloni al ame
Simancas. Estudio s de histor ia moder na. Valladolid 1950, I, p. 130 130.. ricano. Con esta dislocación del centro de gravedad, y más alia
M e n é n d e z P i d a l , op. cit., p. 152. .
B. F. P o r s h n e v , S . D. S k a z k i n ,  Nov ata
6 V . V . B i r i ú k o v i c h , B.
 Is to ri a (H is to ri a M od er na ),   t. I: 1640-1789,
1640-178 9, Moscú 1951, p. 443 443 sq. sq. 10 A. S o b o u l ,  Kla ssen un d Kla sse nká mp fe in der Fra nzo sisc hen Re
G. L e f e b v r e ,  La Ré vo lu ti on Fra nga ise,   París, 1951. (Peuples et Civih volution (Clases y luchas de clases en la Revolución Francesa), en.
 sa ti on ,  X II I), p. 82 sqqsqq.. R . M o u s n i e r , E. L a b r o u s s e , M . B o u l o isi s e a u , M a r k o v , op. cit.,  p. 50 sqq. . . . . , .. j*)
j*)
 L e X V I I e S ié cl e  (Histoire Genérale des Civilisations, ed. por M . C r o u z e t , 11 J . M . H e r r e r o ,  No tas sobre la ideolo gía del burgués español d 
t. V), París 1953, p. 174- sq., 187 sq.  siglo X I I I , en: An. de Estud. Am, IX, 1952, p. 297 - 326. ^
7 W. M a r k o v (Ed.),  Ja ko bi ne r un d Sa ns cu lo tte n (Ja cob ino s y 12  N . N . K  o s o r e s ,  El pro ble ma agrario en la revolu ción resP“n
Sansculottes”), Berlín 1956, Observación Preliminar, p. VII.
““Sansculottes”), de 18201823, en Voprosi Istorii (Cuestiones Históricas), Moscú, m
8 R  o d r í g u e z C a s a d o , op. cit.,  p . 12 5 . de 1955, n<? 3, p. 119.
i ú k o v i c h , op. cit.j  p .   4 4 5 .
0 B i r iú .

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entr e las clases clases de la la sociedad”.4 Lo nuevo „ e l v i r r e i n a t o d e l r io d e l a p l a t a 33


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ón d e E s p S a ^ A de que, en política interior, la alianza de intereses entre absolu
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La política española adoptó ya con Felipe V un nuevo mmi,  pe que sufrió la coro na france sa al perde r la posibilidad, con la
 pe ro est e solo al ca nz ó su pu n to de cu lm in ac ió n co n el reinado d°é aplastante derrota de 1763, de contrarrestar la creciente oposición
Carlos III, que dio su nombre al momento histórico en que más mediante un suficiente acrecentamiento de los beneficios colonia
a las claras se man ifestó el mov imiento reformado r. También en les.
les. En Espa ña, la situación era otra: hasta la época de la Revo Revo
la península ibérica el “despotismo ilustrado” intentó resolver la lución Francesa, la burguesía se mantuvo allí más débil en lo
económico, más sometida a tutelaje político y, por lo tanto, más
crisis del antiguo régimen —solución que para las clases domi
obligada a buscar apoyo en el despotismo ilustrado .11  No existió
nantes era cuestión de vida o muerte— por el camino de la evolu
un conflicto abierto entre el “orden” y la “revolución”, de mane
ción. De trás de esa crisis crisis apu nta ba ya “la emancipación de la ra que la iniciativa en la implantación de reformas correspondió
 bu rg ue sí a de l p o d er fe ud al ” ,7  de una burguesía “cada vez más casi exclusivamente a la nobleza liberal, y se inspiró en la consigna:
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Sin renunciar para nada a su categoría de clase feudal, el despo niales económicamente poco explotadas, contaba siempre con la
tismo ilustrado comenzó a acercarse a la burguesía, puesto que la  posib ilida d de de sarm ar el a ntag onis mo fun dam ent al entre nobleza
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zaba una relativa estabilización de la monarquía feudal .9  Igual difusión de las formas capitalistas. “Dado qu e la burguesía espa
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.12 Desde el comienzo,
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4 J. C a n g a A r g u e l l e s ,,  Dic cio nar io de Ha ci en da ,  Londres 1827, de la activi dad económica de la burgues ía comercial espina
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5 C f . V. R  o d r í g u e z C a s a d o ,  Po lít ica int eri or de Carlos I I I , en:  pon dió al me rca do inte rno , sino al exteri or, o s ea al coloni al ame
Simancas. Estudio s de histor ia moder na. Valladolid 1950, I, p. 130 130.. ricano. Con esta dislocación del centro de gravedad, y más alia
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B. F. P o r s h n e v , S . D. S k a z k i n ,  Nov ata
6 V . V . B i r i ú k o v i c h , B.
 Is to ri a (H is to ri a M od er na ),   t. I: 1640-1789,
1640-178 9, Moscú 1951, p. 443 443 sq. sq. 10 A. S o b o u l ,  Kla ssen un d Kla sse nká mp fe in der Fra nzo sisc hen Re
G. L e f e b v r e ,  La Ré vo lu ti on Fra nga ise,   París, 1951. (Peuples et Civih volution (Clases y luchas de clases en la Revolución Francesa), en.
 sa ti on ,  X II I), p. 82 sqqsqq.. R . M o u s n i e r , E. L a b r o u s s e , M . B o u l o isi s e a u , M a r k o v , op. cit.,  p. 50 sqq. . . . . , .. j*)
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 L e X V I I e S ié cl e  (Histoire Genérale des Civilisations, ed. por M . C r o u z e t , 11 J . M . H e r r e r o ,  No tas sobre la ideolo gía del burgués español d 
t. V), París 1953, p. 174- sq., 187 sq.  siglo X I I I , en: An. de Estud. Am, IX, 1952, p. 297 - 326. ^
7 W. M a r k o v (Ed.),  Ja ko bi ne r un d Sa ns cu lo tte n (Ja cob ino s y 12  N . N . K  o s o r e s ,  El pro ble ma agrario en la revolu ción resP“n
Sansculottes”), Berlín 1956, Observación Preliminar, p. VII.
““Sansculottes”), de 18201823, en Voprosi Istorii (Cuestiones Históricas), Moscú, m
8 R  o d r í g u e z C a s a d o , op. cit.,  p . 12 5 . de 1955, n<? 3, p. 119.
i ú k o v i c h , op. cit.j  p .   4 4 5 .
0 B i r iú .

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA


d e u n a p r o s p e r i d a d t ra r a n s i to
to r ia
ia , l a b u r g u e s í a a c e p t ó u n a h i p o t e c a 35
c u y a s f u n e s t a s r e p e r c u s io
io n e s s e h a r í a n s e n t i r d e s p u é s d e l a p é r d i d a
d e l asas c o lo
lo n i a s , c u a n d o e s a m i s m a b u r g u e s í a s e v i o r e d u c i d a a l os os la industria es de poco provecho, porque la mujer, los hijos e
s o lo
lo s re
re c u r so
so s d e l m e r c a d o e s p a ñ o l . P a r a l as as ^ c o l o n i a s , e n c a m b i o , hijas del labriego, de no trabajar en alguna manufactura, llesan
esa concentración de la perspectiva entrano consecuencias favo- a constituir un peso que, por inevitable que sea, oprime al jorna
r a b ie
ie s , p u e s t o q u e c o n l a i n t e n s i f ic
ic a c i ó n d e l a p o l í t i c a r e f o r m i s t a
lero
lero y empuja al campe
campesin
sinoo a la ocio
ociosid
sidad”
ad” “Los“Los produ
producto
ctoss
t a m b i é n ses e e c h a r o n la
l a s b a s es
es d e s u f u t u r a e m a n c i p a c i ó n .
manufacturados de una nación constituyen el más seguro baró
metro para juzgar del progreso o decadencia de un Estado: por
La más clara expresión del fundamento económico del nuevo él se regulan la prosperidad y el número de sus habitantes ” .18 .18
rumbo adoptado por los Borbones es la que hallamos en Pedro Campomanes creyó que se alcanzaría ese objetivo merced a una
Rodríguez Campomanes, “el más grande inspirador de las ideas organización corporativa del trabajo, si bien tampoco se engañó
de una renovación social y económica que haya tenido la España en cuanto a la influencia negativa del gremialismo y de su ten
del siglo xvni” .13
.13  Como ministro de Carlos III, Campomanes dencia “aletargadora” al monopolio. 19 Por otra parte, debía evi evi
divulgó su vasto programa de reformas en dos trabajos especia tarse todo influjo de los comerciantes sobre los productores, por
lizados: “Fomento de la industria popular” (1774) y “Educación que “a éstos los burgueses y jefes de empresas pueden convertirlos
 popu lar” (17 75 )14;
)14; en ellos, sin pa ra r mien tes en los prej uici os en simples jornaleros, que luego manejan a su arbitrio” .20 A pesar
de la clase feudal, se dedicaba a analizar la realidad española. de que Campomanes se guiaba por el ejemplo de Holanda, Ingla
En contra de la concepción tradicional, explicaba Campomanes terra y otros Estados progresistas, no aprobaba ni el camino “re
que debía liberarse a la actividad productiva del menosprecio volucionario” ni el “conservador” para disolver el sistema feudal
medieval (“oficios bajos” ) : lejos de ser denigra nte, se revelaba de producción,21  es decir, los dos únicos caminos por los cuales
como imprescindible atributo del bienestar y el poderío de un se hubiera cumplido, también en España, el proceso de acumu
Estado .15 Campomanes no se se limitaba
limitaba a rehabilitar la agricultura lación origina l de capital. Much as de las tesis que sostenía
sostenía Cam
tal como lo deseaban los fisiócratas, sino que exaltaba sobre todo  poma nes se conv irtiero n en artículos de fe de las nuevas “Socie
la producción manufacturera: “La agricultura sin la artesanía no dades económicas de amigos del país”, “en las que se debatían
es suficiente para sostener a un Estado y para hacerlo florecer. y buscaban soluciones para los grandes problemas de la agricul
También es necesario mantener unidas las fres ramas de la agri tura, la industria y el comercio” .22
cultura, la ganadería y la industria ” .10
.10  La exigencia de una “in Con esta búsqueda enérgica de nuevas soluciones para viejos
dustria popular” se basaba en la concepción de que debía ser  proble mas, tam bién salieron a luz las preocupaciones coloniales
coloniales
 posible empl ear a todo españo l en un a tar ea pr od uc tiv a, pa ra de España. Después del derrumbe catastrófico
catastrófico de un “Siglo
“Siglo de
transformar
transformar así
así al país en
en un inmenso taller. “La agricu ltura sin Oro” proverbial en una Edad de Cobre de permanente inflación,
también la expansión en ultramar se transformó, de honrosa ha
13 A l t a m i r a , op. cit.,  p. 175.
175. zaña y proeza del honor nacional y religioso, en objeto de criticas
t vq/ 4  Dúcuiso sobre el fom en to de la ind ust ria po pu lar , Hamburgo y de la más encona da desaprobación. Según se se leía
leía en la  Re sta u
1794.  Discurs o sobre la educ ació n pop ula r de los artes ano s y su fo m en to ,
í!p£af) ° S 1 Y 111   dC ^ Colecció
Colecciónn de las mejores
mejores obras 17  Ib id. ,   párr. I, p. 12 .
18  Ib id ., 
.,   párr. XXI, p. 144.
flp ¿ \ j nduS.t,TÍ .popular, P á r r . XXI, p. 144, 149.
, TÍa.popular, 149. Acerca del problema 19  Ib id .,   párr. XV, p. 90 sq.
de ho no ífp T ’l t  r aC0t,/ ldad ind«strial
ind«stri al de los prejuicios
prej uicios del código 20  Ib id ., 
.,   párr. XVI, p. 99.
d e lT L f f ’f b ^S   CHEZ   A g e s t a >  E l P as am ie nt o po líti co del  21 K. M ar x ,  Das Ka pit al,   Berlín 1949, t. III, p. 366 sq. _ 
 p S sqq J Madn
Ma dndd 1953’ Cap- 1115  H°nra y deshonra legal, 22 R. L e v e n e ,  La polít ica econó mica de España en Améric a y la
 Re vo luc ión de 1810 ,   Buenos Aires 1914,  p. 30. Cf. R. M. de L abra ,  Las
J<i  Indu stria popula r, p. 12 sq.
sq.  soci edad es econ ómic as de amigo s del país,   Madrid 1903.

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA


d e u n a p r o s p e r i d a d t ra r a n s i to
to r ia
ia , l a b u r g u e s í a a c e p t ó u n a h i p o t e c a 35
c u y a s f u n e s t a s r e p e r c u s io
io n e s s e h a r í a n s e n t i r d e s p u é s d e l a p é r d i d a
d e l asas c o lo
lo n i a s , c u a n d o e s a m i s m a b u r g u e s í a s e v i o r e d u c i d a a l os os la industria es de poco provecho, porque la mujer, los hijos e
s o lo
lo s re
re c u r so
so s d e l m e r c a d o e s p a ñ o l . P a r a l as as ^ c o l o n i a s , e n c a m b i o , hijas del labriego, de no trabajar en alguna manufactura, llesan
esa concentración de la perspectiva entrano consecuencias favo- a constituir un peso que, por inevitable que sea, oprime al jorna
r a b ie
ie s , p u e s t o q u e c o n l a i n t e n s i f ic
ic a c i ó n d e l a p o l í t i c a r e f o r m i s t a
lero
lero y empuja al campe
campesin
sinoo a la ocio
ociosid
sidad”
ad” “Los“Los produ
producto
ctoss
t a m b i é n ses e e c h a r o n la
l a s b a s es
es d e s u f u t u r a e m a n c i p a c i ó n .
manufacturados de una nación constituyen el más seguro baró
metro para juzgar del progreso o decadencia de un Estado: por
La más clara expresión del fundamento económico del nuevo él se regulan la prosperidad y el número de sus habitantes ” .18 .18
rumbo adoptado por los Borbones es la que hallamos en Pedro Campomanes creyó que se alcanzaría ese objetivo merced a una
Rodríguez Campomanes, “el más grande inspirador de las ideas organización corporativa del trabajo, si bien tampoco se engañó
de una renovación social y económica que haya tenido la España en cuanto a la influencia negativa del gremialismo y de su ten
del siglo xvni” .13
.13  Como ministro de Carlos III, Campomanes dencia “aletargadora” al monopolio. 19 Por otra parte, debía evi evi
divulgó su vasto programa de reformas en dos trabajos especia tarse todo influjo de los comerciantes sobre los productores, por
lizados: “Fomento de la industria popular” (1774) y “Educación que “a éstos los burgueses y jefes de empresas pueden convertirlos
 popu lar” (17 75 )14;
)14; en ellos, sin pa ra r mien tes en los prej uici os en simples jornaleros, que luego manejan a su arbitrio” .20 A pesar
de la clase feudal, se dedicaba a analizar la realidad española. de que Campomanes se guiaba por el ejemplo de Holanda, Ingla
En contra de la concepción tradicional, explicaba Campomanes terra y otros Estados progresistas, no aprobaba ni el camino “re
que debía liberarse a la actividad productiva del menosprecio volucionario” ni el “conservador” para disolver el sistema feudal
medieval (“oficios bajos” ) : lejos de ser denigra nte, se revelaba de producción,21  es decir, los dos únicos caminos por los cuales
como imprescindible atributo del bienestar y el poderío de un se hubiera cumplido, también en España, el proceso de acumu
Estado .15 Campomanes no se se limitaba
limitaba a rehabilitar la agricultura lación origina l de capital. Much as de las tesis que sostenía
sostenía Cam
tal como lo deseaban los fisiócratas, sino que exaltaba sobre todo  poma nes se conv irtiero n en artículos de fe de las nuevas “Socie
la producción manufacturera: “La agricultura sin la artesanía no dades económicas de amigos del país”, “en las que se debatían
es suficiente para sostener a un Estado y para hacerlo florecer. y buscaban soluciones para los grandes problemas de la agricul
También es necesario mantener unidas las fres ramas de la agri tura, la industria y el comercio” .22
cultura, la ganadería y la industria ” .10
.10  La exigencia de una “in Con esta búsqueda enérgica de nuevas soluciones para viejos
dustria popular” se basaba en la concepción de que debía ser  proble mas, tam bién salieron a luz las preocupaciones coloniales
coloniales
 posible empl ear a todo españo l en un a tar ea pr od uc tiv a, pa ra de España. Después del derrumbe catastrófico
catastrófico de un “Siglo
“Siglo de
transformar
transformar así
así al país en
en un inmenso taller. “La agricu ltura sin Oro” proverbial en una Edad de Cobre de permanente inflación,
también la expansión en ultramar se transformó, de honrosa ha
13 A l t a m i r a , op. cit.,  p. 175.
175. zaña y proeza del honor nacional y religioso, en objeto de criticas
t vq/ 4  Dúcuiso sobre el fom en to de la ind ust ria po pu lar , Hamburgo y de la más encona da desaprobación. Según se se leía
leía en la  Re sta u
1794.  Discurs o sobre la educ ació n pop ula r de los artes ano s y su fo m en to ,
í!p£af) ° S 1 Y 111   dC ^ Colecció
Colecciónn de las mejores
mejores obras 17  Ib id. ,   párr. I, p. 12 .
18  Ib id ., 
.,   párr. XXI, p. 144.
flp ¿ \ j nduS.t,TÍ .popular, P á r r . XXI, p. 144, 149.
, TÍa.popular, 149. Acerca del problema 19  Ib id .,   párr. XV, p. 90 sq.
de ho no ífp T ’l t  r aC0t,/ ldad ind«strial
ind«stri al de los prejuicios
prej uicios del código 20  Ib id ., 
.,   párr. XVI, p. 99.
d e lT L f f ’f b ^S   CHEZ   A g e s t a >  E l P as am ie nt o po líti co del  21 K. M ar x ,  Das Ka pit al,   Berlín 1949, t. III, p. 366 sq. _ 
 p S sqq J Madn
Ma dndd 1953’ Cap- 1115  H°nra y deshonra legal, 22 R. L e v e n e ,  La polít ica econó mica de España en Améric a y la
 Re vo luc ión de 1810 ,   Buenos Aires 1914,  p. 30. Cf. R. M. de L abra ,  Las
J<i  Indu stria popula r, p. 12 sq.
sq.  soci edad es econ ómic as de amigo s del país,   Madrid 1903.

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36 M A N F R E D K O S S O R  

ración política  de Sancho de Moneada (1619) : “La


EL VIRREINATO
VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 37
España se originó en el descub rimien to de Améri ca” j° ^ reza reza de
vieron de com partir semej ante pesimismo los teóricos 5stu
5stu''
del siglo
siglo xm, puesto que asignaron a las colonias un W impulso a la producción. Como dice Campomanes, el mercado
vilegio en el proceso de regeneración del imperio espa~ i Pri' natural de España para la colocación de sus mercancías manufac
turadas son las colonias, cuyas posibilidades deben explotarse mer
acuerdo con la concepción de los “economistas de Indias” 23 i? ced a una liberalización del comercio de ultramar26; al mismo
ña debía enco ntrar precis ame nte en la reorgan ización e ’ - !? !?a" tiempo la metrópoli, a la manera de una Holanda ibérica, debería
y política del viejo sistema colo nial los medio s qu e lle varía10
varía10011^ convertirse en puente comercial entre Europa y América, merced
resurgimiento de la metróp oli. Tod os los auto res prin cin aK a,Un a,Un a una red de factorías distribuidas por todo el continente europeo.
de Ustáriz y Ulloa hasta Rubacalva, Ward y Antúñez y Acev H El objetivo político de ese nuevo sistema comercial consistía en
 basaron su juicio en crite rios co m ple tam en te nuevo s, con lo °’ la creación de un indisoluble vínculo recíproco entre la metrópoli
la valoración feudal de América —divulgada en los" siglos xvi^ y sus colonias.27
.27
xvn— cedió su lugar a una concepción mercantilista y manufa/ Los pensamientos fundamentales de la nueva concepción colo
nial, teóricamente enunciados y en buena parte puestos en prác
turero-capitalista, de cuño holandés o anglofrancés. En adelante tica bajo los Borbones, podrían resumirse de la siguiente manera:
lo que determinaba la valoración de las posesiones coloniales no 1. Los teóricos coloniales partiero n de distintas posiciones y
era únicamente su contribución en metales preciosos para el fisco llegaron a soluciones diversas, pero objetivo común de todos ellos
y las necesidades suntuarias del estrato feudal superior, sino tam era el transformar las posesiones transatlánticas, de “objeto de la
 bién la func ión de la colo nia com o posib le me rca do de expansión gran política económica” 28  de terceras potencias, en Fuente de
 par a la ind ustr ia nac iona l, y como productora de materias primas Juvenci a económica par a la metrópoli. Sólo una "‘ "‘reconquista
reconquista
 par a la metr ópoli. A pes ar de que , seg ún la versi ón oficial, His económica” de las propias colonias podía garantizar la revivifi
 pano amer ican a no era ya un a col onia , sino pa rt e con stitu tiva y en cación económica y política de todo el ámbito español .29
igualdad de derechos del Imperio español ,24  los proyectos de los 2. Jun to ce ntral de las discusione
discusioness fue el sistema
sistema comercial
comercial
“economistas de Indias” sirvieron para ahondar aún más la de establecido bajo los Habsburgo,30 ,30  sometido a una crítica funda
 penden cia econ ómica y pol ític a de Am éri ca respe cto de la así así mental en la que sirvió como principal argumento la crónica intru
llamada madre patria. sión económica que representaba un desenfrenado contrabando:
ello bastaba para demostrar lo poco satisfactorias que eran las
Campomanes suscitó la cuestión de la futura modalidad de  prácticas empleadas hasta ese momento. Todas las proposiciones
proposiciones
las relaciones entre la metrópoli y sus colonias en un contexto se pronunciaban en contra del establecimiento privilegiado de un
típico' de1 la nueva

teoría colonial.25
.25 El ausre aeríc ola e industrial
O O
estaña determinado por la capacidad del comercio para colocar 20  Educac ión popula r,  r,   párr. XIX: Del comercio exterior, y del que
los productos con rapidez y provecho, lo que a su vez daría nuevo de España se hace a Indias en particular, p. 319 sqq.
2T PÉREZ MUÑOZ, op. cit., p. 227. _ 
2 8 H . H a u s h e r r , Wirtschaftsgeschichte der Neuzeit vom Ende des
23 L e v e n e ,  La Pol ítica de Es pañ a,   p. 40. 14 bis zur Hóh e des 19. Jahr hund erts (Historia ec onómica de los los tiempos
tiempos
^ ^ K o s s ok o k ,  Ne uer e Li te ra tu r zu r Ko lo nia lze it Hispa noatn erika s modernos, desde el siglo siglo X IV hasta el apogeo
apogeo del XI X ),   Weimar 1954,
(Nuevos escritos acerca de la época colonial hispanoamericana),  hispanoamericana),   en:  p. 239. .
2D pa ra ia intromisión extran jera en la economía colonial colonial española,
española,
¿eitschr. für Geschichtswissenschaft, año IV, Berlín 1956, cuad. 6, p. 1329, cf. H a r i n g , Trade, 
Trade,   p. 115 sq., 215 sq.,  passim. P e r e y r a , op. cit., 
cit.,  t. II:
n. 16.
El Imperio español, p. 255 sqq.
^®REZ M uñ oz ,  La ide a de Am ér ica en Ca mp om an es 
 j tj 5 í* ^®RE es   (en: An. s o B . d e U l l o a ,  Rétab lissem ent des manufac tures et du commerc *
ae Est Am t. X, 1953, p. 209 - 164) . dem uestra , basánd ose en fuentesfuentes d’Espagne, 
d’Espagne,  Amsterdam-París 1753, parte 2, cap. XIV, p. 92 sqq.
ujáy. j como inéditas, la extraordinaria significación que tam- si U l lo l o a , op. cit., 
cit.,  caps. XV, XVI, p. 110 sqq.
e a Campomanes como teórico colonial.

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ración política  de Sancho de Moneada (1619) : “La


EL VIRREINATO
VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 37
España se originó en el descub rimien to de Améri ca” j° ^ reza reza de
vieron de com partir semej ante pesimismo los teóricos 5stu
5stu''
del siglo
siglo xm, puesto que asignaron a las colonias un W impulso a la producción. Como dice Campomanes, el mercado
vilegio en el proceso de regeneración del imperio espa~ i Pri' natural de España para la colocación de sus mercancías manufac
turadas son las colonias, cuyas posibilidades deben explotarse mer
acuerdo con la concepción de los “economistas de Indias” 23 i? ced a una liberalización del comercio de ultramar26; al mismo
ña debía enco ntrar precis ame nte en la reorgan ización e ’ - !? !?a" tiempo la metrópoli, a la manera de una Holanda ibérica, debería
y política del viejo sistema colo nial los medio s qu e lle varía10
varía10011^ convertirse en puente comercial entre Europa y América, merced
resurgimiento de la metróp oli. Tod os los auto res prin cin aK a,Un a,Un a una red de factorías distribuidas por todo el continente europeo.
de Ustáriz y Ulloa hasta Rubacalva, Ward y Antúñez y Acev H El objetivo político de ese nuevo sistema comercial consistía en
 basaron su juicio en crite rios co m ple tam en te nuevo s, con lo °’ la creación de un indisoluble vínculo recíproco entre la metrópoli
la valoración feudal de América —divulgada en los" siglos xvi^ y sus colonias.27
.27
xvn— cedió su lugar a una concepción mercantilista y manufa/ Los pensamientos fundamentales de la nueva concepción colo
nial, teóricamente enunciados y en buena parte puestos en prác
turero-capitalista, de cuño holandés o anglofrancés. En adelante tica bajo los Borbones, podrían resumirse de la siguiente manera:
lo que determinaba la valoración de las posesiones coloniales no 1. Los teóricos coloniales partiero n de distintas posiciones y
era únicamente su contribución en metales preciosos para el fisco llegaron a soluciones diversas, pero objetivo común de todos ellos
y las necesidades suntuarias del estrato feudal superior, sino tam era el transformar las posesiones transatlánticas, de “objeto de la
 bién la func ión de la colo nia com o posib le me rca do de expansión gran política económica” 28  de terceras potencias, en Fuente de
 par a la ind ustr ia nac iona l, y como productora de materias primas Juvenci a económica par a la metrópoli. Sólo una "‘ "‘reconquista
reconquista
 par a la metr ópoli. A pes ar de que , seg ún la versi ón oficial, His económica” de las propias colonias podía garantizar la revivifi
 pano amer ican a no era ya un a col onia , sino pa rt e con stitu tiva y en cación económica y política de todo el ámbito español .29
igualdad de derechos del Imperio español ,24  los proyectos de los 2. Jun to ce ntral de las discusione
discusioness fue el sistema
sistema comercial
comercial
“economistas de Indias” sirvieron para ahondar aún más la de establecido bajo los Habsburgo,30 ,30  sometido a una crítica funda
 penden cia econ ómica y pol ític a de Am éri ca respe cto de la así así mental en la que sirvió como principal argumento la crónica intru
llamada madre patria. sión económica que representaba un desenfrenado contrabando:
ello bastaba para demostrar lo poco satisfactorias que eran las
Campomanes suscitó la cuestión de la futura modalidad de  prácticas empleadas hasta ese momento. Todas las proposiciones
proposiciones
las relaciones entre la metrópoli y sus colonias en un contexto se pronunciaban en contra del establecimiento privilegiado de un
típico' de1 la nueva

teoría colonial.25
.25 El ausre aeríc ola e industrial
O O
estaña determinado por la capacidad del comercio para colocar 20  Educac ión popula r,  r,   párr. XIX: Del comercio exterior, y del que
los productos con rapidez y provecho, lo que a su vez daría nuevo de España se hace a Indias en particular, p. 319 sqq.
2T PÉREZ MUÑOZ, op. cit., p. 227. _ 
2 8 H . H a u s h e r r , Wirtschaftsgeschichte der Neuzeit vom Ende des
23 L e v e n e ,  La Pol ítica de Es pañ a,   p. 40. 14 bis zur Hóh e des 19. Jahr hund erts (Historia ec onómica de los los tiempos
tiempos
^^ K o s s ok o k ,  Ne uer e Li te ra tu r zu r Ko lo nia lze it Hispa noatn erika s modernos, desde el siglo siglo X IV hasta el apogeo
apogeo del XI X ),   Weimar 1954,
(Nuevos escritos acerca de la época colonial hispanoamericana),  hispanoamericana),   en:  p. 239. .
2D pa ra ia intromisión extran jera en la economía colonial colonial española,
española,
¿eitschr. für Geschichtswissenschaft, año IV, Berlín 1956, cuad. 6, p. 1329, cf. H a r i n g , Trade, 
Trade,   p. 115 sq., 215 sq.,  passim. P e r e y r a , op. cit., 
cit.,  t. II:
n. 16.
El Imperio español, p. 255 sqq.
^®REZ M uñ oz ,  La ide a de Am ér ica en Ca mp om an es 
 j tj 5 í* ^®RE es   (en: An. s o B . d e U l l o a ,  Rétab lissem ent des manufac tures et du commerc *
ae Est Am t. X, 1953, p. 209 - 164) . dem uestra , basánd ose en fuentesfuentes d’Espagne, 
d’Espagne,  Amsterdam-París 1753, parte 2, cap. XIV, p. 92 sqq.
ujáy. j como inéditas, la extraordinaria significación que tam- si U l lo l o a , op. cit., 
cit.,  caps. XV, XVI, p. 110 sqq.
e a Campomanes como teórico colonial.

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M a  N F R  é d k o § s ó it

«puerto único” (Sevilla-Cadiz), e iban desde sugestione, EL VIRREINATO


VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 39
flexib
flexibililiza
izarr el tráfico
tráfico de convoyes
convoyes has ta la prop uesta de o ^
liberaliz
liberalizaraara incond icionalm ente el com ercio colon ial.^ que Se 4. Co n los
los esfuerzos tendient es a restablecer relaciones eco
3. Toda reforma profunda del comercio colonial teñí nómicas normales entre la metrópoli y sus colonias —relaciones
que en el siglo xvn habían sido trabadas casi por completo—,
fuerza
fuerza que plantearse
plantearse el problema de si se justificaba
justificaba la exis
existe
te ^ volvió a plantearse el problema de la “falta de preparación” eco
de las viejas prácticas impositivas .33 De acuerdo con las las nu^ la nómica de España, lo cual, dentro del sistema capitalista e indus
ideas,
ideas, esa orientación finan ciera tan arb itra ria como absurda *** trial del siglo x v i i i , le impedía combatir con éxito la competencia
solamente
solamente dictad a por el interés de l Esta do f eud al, significa significaba
ba k extran jera. Ullo a estimó estimó el volumen anu al de importaciones de
ruina de toda iniciativa iniciativa burguesa en m ateria económica.
económica. “La toda Hispanoamérica en unas 11.500 ton., y sostuvo que era per
causa
causa principal de la ruin a de las ma nu fac tur as y de sus empre empre fectamente posible que “España por sí sola, con los productos de
sarios” —aseguraba Ulloa — 34  “es el elevado precio de venta de sus manufacturas, satisficiera el consumo de todas sus posesiones
nuestro
nuestross tejidos
tejidos j su enca recim iento no pe rm ite que los empre empresa
sa americanas” .38 .38 Mas para ello no se requeriría aumentar la fre
cuencia del tránsito de navios sino, ante todo, “prohibir termi
rios
rios puedan competir con los tejidos e xtra nje ros . . .” La superio superio nantemente todos los productos extranjeros para el conjunto de
ridad de los extranjeros resultaba de que “ellos estaban en situa América” : de esa manera, por medio de un a fuerza extraeconóextraeconó--
ción de aumentar los impuestos en la forma que consideraran más mica, el mercado quedaría protegido hasta que la manufactura
favorable para sus manufacturas ” .35 .35  Además de Ulloa, también española hubiese triunfado definitivamente .39 .39 Con tal proteccio
proteccio
Ustáriz, Ward y Campomanes contribuyeron a demostrar que nismo, defendido por Ulloa y por otros economistas, no sólo se
el volumen de la economía y del intercambio es el que debe contemplaban los intereses fiscales del Estado sino también los
regular
regular el el establecimiento de im puestos , y no al revés. Igual pro anhelos de los fabricantes españoles, y especialmente bajo Car
clamación de los intereses de la economía burguesa como suprema los III inspiró en forma decisiva la elaboración de las leyes de
razón de Estado se expresó en las quejas, cada vez más numerosas comercio.40.40 En la misma península ibérica desempeñó el protec
en el siglo xvm, contra la extraordinariamente impopular alca cionismo su función, como “recurso artificial para fabricar fabri
cantes . . ., par a abreviar p or la fuerza el período de transición
transición
 ba la .36
.36 En explíci
explícita ta comparación
comparación con Inglaterra, Holan da y FranFran
entre los métodos anticuados de producción y los modernos ” .41
cia, Ustáriz describió la alcabala y otros tributos afines como
Semejante proteccionismo comercial e industrial, como con
“una de las causas fundamentales de la decadencia en las manu trapartida de la moderna teoría colonial ,42  impuso al imperio
facturas y el comercio ” .37 .37 Mu cho antes de que se publicara
publicara T h e colonial una carga funesta, puesto que la aparición de cualquier
W e a l t o f N a t i o n s ,  de Adam Sm ith, Bernardo W ard defendía
defendía en su rama de la manufactura importaba una competencia desleal a los
“Proyecto económico” la tesis de que la riqueza de un Estado ojos de la burguesía metropo litana y también de la Corona. La
depende de la medida en que permite que sus burgueses se enri nueva política económica confirió nuevo sentido a las leyes que,
quezcan, puesto que el trabajo es la fuente de toda riqueza. desde tiempos de la Conquista, prohibían la producción y expor-

32  C a m p o m a n e s ,  Ed uc ac ió n po pu la r,   p. 366. Perez M uñoz, op 38 U lloa, op. cit., cap. XVIII,  p. 159.
cit., p. 241, 245. , so  Ib id L, cap. XVII, P. 151. .
33  Cf. P e r e y r a , op. cit.,  t. II, p. 278 sqq. J- B o u r g o i n g , Tablea 40 Cf. datos y docum entos en R. A n t u ñ e z y A c ev d o ,  Memoria s
e v e do
de l’Espagne moderne, París 1803, t. 2, p. 4   sqq. históricas sobre la legislación y gobierno del comercio de los españoles con
34 U l l o a , op. cit.,  cap. III,  p . 2 7 .  sus colonia s en las Ind ias Occ iden tale s,  Madrid 1797.
30  Ib id ., p. 28. •. 41 K. M a r x ,  Das Ka pit al,   Berlín 1947, t. I, cap. 24, p. 796 sq.
36 U l l o a , op. cit.,  parte 1, cap. IV, p. 42 sq. U s t á r i z , op c > 42 ibid., cap. 25, p. 805.
cap. XCIV, p. 434, sq.
i z , 0p. d t p . 4.34 ,
37 U s t á r iz

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M a  N F R  é d k o § s ó it

«puerto único” (Sevilla-Cadiz), e iban desde sugestione, EL VIRREINATO


VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 39
flexib
flexibililiza
izarr el tráfico
tráfico de convoyes
convoyes has ta la prop uesta de o ^
liberaliz
liberalizaraara incond icionalm ente el com ercio colon ial.^ que Se 4. Co n los
los esfuerzos tendient es a restablecer relaciones eco
3. Toda reforma profunda del comercio colonial teñí nómicas normales entre la metrópoli y sus colonias —relaciones
que en el siglo xvn habían sido trabadas casi por completo—,
fuerza
fuerza que plantearse
plantearse el problema de si se justificaba
justificaba la exis
existe
te ^ volvió a plantearse el problema de la “falta de preparación” eco
de las viejas prácticas impositivas .33 De acuerdo con las las nu^ la nómica de España, lo cual, dentro del sistema capitalista e indus
ideas,
ideas, esa orientación finan ciera tan arb itra ria como absurda *** trial del siglo x v i i i , le impedía combatir con éxito la competencia
solamente
solamente dictad a por el interés de l Esta do f eud al, significa significaba
ba k extran jera. Ullo a estimó estimó el volumen anu al de importaciones de
ruina de toda iniciativa iniciativa burguesa en m ateria económica.
económica. “La toda Hispanoamérica en unas 11.500 ton., y sostuvo que era per
causa
causa principal de la ruin a de las ma nu fac tur as y de sus empre empre fectamente posible que “España por sí sola, con los productos de
sarios” —aseguraba Ulloa — 34  “es el elevado precio de venta de sus manufacturas, satisficiera el consumo de todas sus posesiones
nuestro
nuestross tejidos
tejidos j su enca recim iento no pe rm ite que los empre empresa
sa americanas” .38 .38 Mas para ello no se requeriría aumentar la fre
cuencia del tránsito de navios sino, ante todo, “prohibir termi
rios
rios puedan competir con los tejidos e xtra nje ros . . .” La superio superio nantemente todos los productos extranjeros para el conjunto de
ridad de los extranjeros resultaba de que “ellos estaban en situa América” : de esa manera, por medio de un a fuerza extraeconóextraeconó--
ción de aumentar los impuestos en la forma que consideraran más mica, el mercado quedaría protegido hasta que la manufactura
favorable para sus manufacturas ” .35 .35  Además de Ulloa, también española hubiese triunfado definitivamente .39 .39 Con tal proteccio
proteccio
Ustáriz, Ward y Campomanes contribuyeron a demostrar que nismo, defendido por Ulloa y por otros economistas, no sólo se
el volumen de la economía y del intercambio es el que debe contemplaban los intereses fiscales del Estado sino también los
regular
regular el el establecimiento de im puestos , y no al revés. Igual pro anhelos de los fabricantes españoles, y especialmente bajo Car
clamación de los intereses de la economía burguesa como suprema los III inspiró en forma decisiva la elaboración de las leyes de
razón de Estado se expresó en las quejas, cada vez más numerosas comercio.40.40 En la misma península ibérica desempeñó el protec
en el siglo xvm, contra la extraordinariamente impopular alca cionismo su función, como “recurso artificial para fabricar fabri
cantes . . ., par a abreviar p or la fuerza el período de transición
transición
 ba la .36
.36 En explíci
explícita ta comparación
comparación con Inglaterra, Holan da y FranFran
entre los métodos anticuados de producción y los modernos ” .41
cia, Ustáriz describió la alcabala y otros tributos afines como
Semejante proteccionismo comercial e industrial, como con
“una de las causas fundamentales de la decadencia en las manu trapartida de la moderna teoría colonial ,42  impuso al imperio
facturas y el comercio ” .37 .37 Mu cho antes de que se publicara
publicara T h e colonial una carga funesta, puesto que la aparición de cualquier
W e a l t o f N a t i o n s ,  de Adam Sm ith, Bernardo W ard defendía
defendía en su rama de la manufactura importaba una competencia desleal a los
“Proyecto económico” la tesis de que la riqueza de un Estado ojos de la burguesía metropo litana y también de la Corona. La
depende de la medida en que permite que sus burgueses se enri nueva política económica confirió nuevo sentido a las leyes que,
quezcan, puesto que el trabajo es la fuente de toda riqueza. desde tiempos de la Conquista, prohibían la producción y expor-

32  C a m p o m a n e s ,  Ed uc ac ió n po pu la r,   p. 366. Perez M uñoz, op 38 U lloa, op. cit., cap. XVIII,  p. 159.
cit., p. 241, 245. , so  Ib id L, cap. XVII, P. 151. .
33  Cf. P e r e y r a , op. cit.,  t. II, p. 278 sqq. J- B o u r g o i n g , Tablea 40 Cf. datos y docum entos en R. A n t u ñ e z y A c ev d o ,  Memoria s
e v e do
de l’Espagne moderne, París 1803, t. 2, p. 4   sqq. históricas sobre la legislación y gobierno del comercio de los españoles con
34 U l l o a , op. cit.,  cap. III,  p . 2 7 .  sus colonia s en las Ind ias Occ iden tale s,  Madrid 1797.
30  Ib id ., p. 28. •. 41 K. M a r x ,  Das Ka pit al,   Berlín 1947, t. I, cap. 24, p. 796 sq.
36 U l l o a , op. cit.,  parte 1, cap. IV, p. 42 sq. U s t á r i z , op c > 42 ibid., cap. 25, p. 805.
cap. XCIV, p. 434, sq.
i z , 0p. d t p . 4.34 ,
37 U s t á r iz

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jianfred k o s s o k  
40 EL VIRREINATO DEL IUO DE LA PLATA 41
. que debían producirse en España misma «
tación de bien 4 ^ prime ra yez apiic ación efectiva. Hast;
Hast; La evolución de la legislación de comercio, que recorrió diver
■sta
mejor
mejor dicho,
dicho, ^ restricciones
restricciones se exten dían prmcipalmenti
prmcipalmentite sas etapas hasta el mismo estallido del movimiento emancipa
fines
fines del siglo
siglo de Ja agr icu ltUra (vino, olivos, etc.) « dor 48  podrá servirnos como inequívoco testimonio de las inten
a las r a m a s n ^ cQmerc
cQmercioio inte
inte rcolonial. En el siglo
siglo x v i i i ciones económicas últimas del despotismo y de su afán reformador.
y sobr
sobree todo
todo ir ^ todo de medidas que impidieran el el Sur. Dicha legislación fue en esencia “una p ú b l i c a reacción contra
en c a m b i o , se fac tura colonia l. Co n este criter io se con-
con- el sistema de restricciones de los siglos
siglos anteriores , y e io co
gimiento
gimiento de u ^ comerc¡0  d e M a n i l a 45  y, en 1786, la elimi- mienzo el Tratado de Utrecht, de funestas consecuencias para
sigui
siguióó estrangu sobre estím ulo de los empr esario s indus-
indus- la situación política y colonial de España. Con el Pre™
“asiento”, la burguesía inglesa conquisto u n gigantesco mercado
nación
nación del en el Reg lam ento de los recié n insta lados inten-
inten- v asestó un golpe definitivo a otros competidores, sobre todo a
tnales, Francia en Fa Jugna por conquistar el comercio sudamericano.
denteS
denteS',', pyoo-e
pyoo-erar
rar las reperc usion es de tales refo rma s en el En 1720, en una España ya algo repuesta de las peores
Sena innial
innial repercusiones que en parte h ab ían antic ipado loslos das de la guerra, se divulgó el “Proyecto para Galeones y Flotas
i m p e r i o colon
colon , F q en pa rte ellos se apresuraron a del Perú y°Nueva España ” .30
.30  En tal renovación y reorganización
“econ
“econom omist
istas
as ¿ p Qdría decirse que no hub o sector de del sistema de flotas,™ privó tanto el afán de
Í ^ T S d a l que no se sintiesintiera
ra rozado por ell
ellas.
as. Estructura adm
admi-
i- necesi
necesidad
dad,, mucho más
más urgente
urgente de reanudar
reanudar vmc"lo
vmc"losJ “ '“ ?vate
¿íativa, Iglesia y sistem^de
tención de la ¿ ro ñ a de impulsar a la burgues
burguesia
ia
" “ ° n6mÍCa ^ S0
S0CÍa1
Ía1'"
1 ^ “ intereses — * T ras ^ r ^ e m a c r .
43 TTaring oj). Cit•)  p» 12
125 SCJQ»
S X ¿ .( d e prohibici ición)
S L m a T n o t « ”e“ f a “ r d e lo
los 1lUmkte^navios
lares,
lares, que no podían cultivar cier^
cier^ s P ^ . Colonial Period,   Harrisburg,
(B. W Diffie,  La tin A m en ca n C iv ili za ro n C o l o n i a ^  &^ dejaron de ser obl.gato
obl.gatonas;
nas; las «e nd ió.
Pa„ 1947,  p. 347) . A pesar
pesar de ^ e muchas ley j .sm0  hispan0”
carse,
carse, su mera existencia sirvió como símbolo a
existencia sirvió J d e ^ lu ch ch as
as segím his necesidades del mercado, aP,odo
aP,odo el conju nto de Hispano-!
y desem
desempepeñó
ñó un papel prepond erante en a P ^ ^ p. 61.
emancipadoras. (Memorias del general general Mil r, e n 1’ An. de Est.
Est.
E. O. Acevedo, Conceptos políticos de Simón Bolwa  , • ¿ g e n u in a . p a c i ó n « — — óm a^
Am., VIII, 1951,  p. 225. A. C. Wilgus,  Re ad in gs m L a tí n A m sentido de los principios defendidos por war y 1
Civilization,  Nue va Yor k 1946, College
College Ou tline Series,
Series, p. sqq ; ^ 
« Obsér
Obsérve
vese con que acogió la m edid a Ustáriz, op. •>
se el aplauso con 48 I n extenso en R. L evene,  Estudios.
cap. XLIV, p. 160- 63. Cf. asimismo W. M a rk r k ov
ov y M K o s s o k ^ ^
Stellung der Philippinen in der spanischen Chinapolitu (  Erkes f» Í S a ’ v . V n . 8,  p. 20  sqq. Cf. ^
 Filipinas en la política, españ ola fre nt e a C h in a ), en: restsc / 51  Ibi d. ,   doc. n? 18, p. 93.sqq.  A c e tT bb ie rs de l’Abbé Beliardi
de Francia en el siglo siglo xvm cf. P. ^REt^ ^ ^ VEspagne VEspagne au milieu du
( e n p r e p a r a c ió n ) . _ . . g er
er_   et les relations commerciales de a , contemp oraine, París
« L. E.
E. Fischer, The Intendant system in Spanish America,,  X V I I I -
I -  siécle,   en: Revue d’histoire moderne et con  y
keley
keley 1929, p. 15. y j ^ 1902-1903, t. IV,  p. 657 sqq. hicier an ver a todos los
47 C f . , a m a n e r a d e r e s u m e n , E. R avignaniavignani e n : H . N - •> j
•> j uCCió n 52 Se recomendaba a los los intendent q , * ^ p. 110).
fabricantes las ventajas colonial (U stá riz , op
ventajas del mercado colonial , F
 p. 2 9 -6 5 . Lo s au to re s d e l a rt íc u lo c it a d o e n n u e s tr a r e f0 rm as
(n. 4)  p as an p o r a lt o la si g n if ic ac ió n d e la n u e v a p o lí ti c a c
c om
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indus- la situación política y colonial de España. Con el Pre™
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E. O. Acevedo, Conceptos políticos de Simón Bolwa  , • ¿ g e n u in a . p a c i ó n « — — óm a^
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E. Fischer, The Intendant system in Spanish America,,  X V I I I -
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42

rite pudo apreciarse en las leyes de 1764 a 1778, que ab ÉL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 43
las trabas más sen as: *er0
*er0nn
En 1764 y 1765, en primer lugar, se acrecentó consideré esperar a 1778 para que se produjera el vuelco fundamental .58
mente
mente la frecuencia
frecuencia del trafico de registros y se pe rm itie re^ e'e' “Se trataba de un decreto realmente constructivo, por el espíritu
“corre
“correosos marítimos”, que también po día utiliz ar el comercio
comercio • que lo animaba y los objetivos que se proponía: modificar deci
vado-
vado- porpor último,
último, las
las Indias Occiden tales q ued aron abiertas . didamente la política económica de la metrópoli frente a la colo
el comercio libre .58 En realidad, “comercio libre” signifi
significa
cabf
bf í* nia, que ahora se orientaba haci a un liberalismo sin trabas. Entre
supresión de los privilegios de que anteriormente gozaban Sevill ese decreto y el libre comercio sólo mediaba una distancia fácil
y Cádiz 54  frente al resto de la la burg uesía españ ola que si h de franquear ” .59.59 En realidad, esa distancia se
se franqueó rápida-'
hozaba
hozaba teóricamente de iguale s derec hos, no ha bía podid o saca saca"" ¡ mente: en 1795, Hispanoamérica pudo entablar relaciones comer
tantas
tantas ventajas inmediatas del com ercio co lonia l; en adelante J¡ ciales con otras colonias; en 1796 se permitió el intercambio con
movimien
movimiento to económico
económico,, a rtificialm ente lim itado a A ndalucía ’Co las potencias llamadas neutrales .00
Por mucho que, en lo puramente exterior, las leyes de 1795
menzó a extenderse al resto de España .55 En 1768' se suprimieron y 1796 se revelen como culminación del camino iniciado en 1778,
las trabas que, desde tiempos de Carlos V, habían limitado el lo cierto es que las circunstancias concretas de su promulgación
tráfico intercolonial,5®y asi se allanó el camino para una revivifi señalan un cambio en la situación de gran importancia histórica:
cación del comercio pacífico de cabotaje entre Nueva España En el último cuarto del siglo xvm, la política colonial espa
 Nueva Gr ana da, Pe rú y Chi le. T en ie nd o en cu en ta consider a ñola evidenciaba todos los rasgos de una dialéctica que, en sus
ciones tanto económicas como políticas, en 1778 se llevó a cabo efectos,
efectos, debía llevar al fracaso de esa misma política.
política. Hasta
 __ con
c on la promulgación del célebre “Reglamento para el comercio después de 1770 y aun de 1780, fue ante todo el interés económico
libre de España á Indias”—57 la abolición de los últimos restos y político de la metrópoli lo que determinó la índole y el alcance
de la práctica comercial de los Habsburgo. de los esfuerzos de reforma en el imperio colonial. Pero el inte
rés propio del estrato superior —y económicamente poderoso—
Las disposiciones del Reglamento de 1778 tuvieron consecuen de la población colonial sólo podía hallar su beneficio directo
cias
cias revolucionar
revolucionarias
ias para el impe rio colo nial. A pe sar de la gra en una congruencia entre ambos círculos de intereses: una situa
dual liberación realizada a partir de 1713, el volumen del inter ción que e staba lejos de ser lo
lo regular. Lo cierto es que, en forma
cambio sólo creció al principio muy pausadamente: hubo que  pau lati na, la relac ión de fuerzas se inclinó visiblemente en favor
de la población colonial, a lo cual contribuyó no poco la aguda
53 D. H.A., V, doc. no 36, 37, 41. disyuntiva frente a la cual, a partir de 1792, se encontró la metró-
54 H aring, Trade, cap. I: The Seville Monopoly,  p. 3 sqq. En lo
estadístico y metodológico, es indispensable la obra originada en el círculo 5S E n C C a l v o ,  Alíale s históricos de la Rev oluc ión de la Améric a
de los  Anales , 
 ,  de H. y P. C h a u n u , Séville et VAtlantique ,   ,  París 1955. latina,   París-Madrid 1864, t. I, p. CVII, se leen los siguientes datos sobre
(Del estudio propuesto, en 8  tomos,tomos, ya están
están listos
listos los
los tomos I- V . ) el comercio de la colonia con la metropoli.
55 Para la la seri
seriee de bancar rotas que, co mo consec uencia, se registra registra  Añ o Ex po rt. en Fres. Im po rt. en Fres.
ron en Cádiz, cf. W. R o s c h e r  ,  Ko lo ni en , K ol on ia lp ol iti k un d Auswa n 1753   116.300.000 55.600.000
derung (Colonias, política colonial y emigración) , , Le ipz ig 1885 p. 169 169,, 1778 79.100.00 0 19.500.000
n. 3. Pero, a la larga, también Cádiz aprovechó de la prosperidad genreal 1784 321.800.000 108.300.000
del comercio. (C a m p o m a n e s ,  Ed uc ac ión po pu la r,  p. 357 sq. ) 1800 342.500.000 296.000.000
50 D.H.A., V, doc n* 51. , Un buen trecho detrás de Francia, Inglaterra y d e l a m i s m a Holanda,
5y  Reglam ento y arancele s Re ale s par a el co me rci o libr e de España España compartía con Dinamarca (!) los puestos 4? y 5* dentro del comer
a Indias, Madrid, 12 de octubre de 1778 (D.H.A., V I, doc. n<? 1). Infor- cio colonial mundial (cf. L u z a t t o , op. cit.,  cit.,  II, p. 31 sq.,.
n 7   resumen de los aspectos internacionales de la política borbonica. B9  L e v e n e ,  Estu dio s, 
s,   p. 99.
. e L annoy  y H. V an der  L inden,. Hi sto ire de l’ep an sio n colo nial des eo D.H .A., V II , doc. n<> 100, p. 100.
 peupies européens,  t. I:  Port ugal et Es pa gn e,   París 1907, p. 329 sqq.

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rite pudo apreciarse en las leyes de 1764 a 1778, que ab ÉL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 43
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mente la frecuencia
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“corre
“correosos marítimos”, que también po día utiliz ar el comercio
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vado-
vado- porpor último,
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el comercio libre .58 En realidad, “comercio libre” signifi
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cabf
bf í* nia, que ahora se orientaba haci a un liberalismo sin trabas. Entre
supresión de los privilegios de que anteriormente gozaban Sevill ese decreto y el libre comercio sólo mediaba una distancia fácil
y Cádiz 54  frente al resto de la la burg uesía españ ola que si h de franquear ” .59.59 En realidad, esa distancia se
se franqueó rápida-'
hozaba
hozaba teóricamente de iguale s derec hos, no ha bía podid o saca saca"" ¡ mente: en 1795, Hispanoamérica pudo entablar relaciones comer
tantas
tantas ventajas inmediatas del com ercio co lonia l; en adelante J¡ ciales con otras colonias; en 1796 se permitió el intercambio con
movimien
movimiento to económico
económico,, a rtificialm ente lim itado a A ndalucía ’Co las potencias llamadas neutrales .00
Por mucho que, en lo puramente exterior, las leyes de 1795
menzó a extenderse al resto de España .55 En 1768' se suprimieron y 1796 se revelen como culminación del camino iniciado en 1778,
las trabas que, desde tiempos de Carlos V, habían limitado el lo cierto es que las circunstancias concretas de su promulgación
tráfico intercolonial,5®y asi se allanó el camino para una revivifi señalan un cambio en la situación de gran importancia histórica:
cación del comercio pacífico de cabotaje entre Nueva España En el último cuarto del siglo xvm, la política colonial espa
 Nueva Gr ana da, Pe rú y Chi le. T en ie nd o en cu en ta consider a ñola evidenciaba todos los rasgos de una dialéctica que, en sus
ciones tanto económicas como políticas, en 1778 se llevó a cabo efectos,
efectos, debía llevar al fracaso de esa misma política.
política. Hasta
 __ con
c on la promulgación del célebre “Reglamento para el comercio después de 1770 y aun de 1780, fue ante todo el interés económico
libre de España á Indias”—57 la abolición de los últimos restos y político de la metrópoli lo que determinó la índole y el alcance
de la práctica comercial de los Habsburgo. de los esfuerzos de reforma en el imperio colonial. Pero el inte
rés propio del estrato superior —y económicamente poderoso—
Las disposiciones del Reglamento de 1778 tuvieron consecuen de la población colonial sólo podía hallar su beneficio directo
cias
cias revolucionar
revolucionarias
ias para el impe rio colo nial. A pe sar de la gra en una congruencia entre ambos círculos de intereses: una situa
dual liberación realizada a partir de 1713, el volumen del inter ción que e staba lejos de ser lo
lo regular. Lo cierto es que, en forma
cambio sólo creció al principio muy pausadamente: hubo que  pau lati na, la relac ión de fuerzas se inclinó visiblemente en favor
de la población colonial, a lo cual contribuyó no poco la aguda
53 D. H.A., V, doc. no 36, 37, 41. disyuntiva frente a la cual, a partir de 1792, se encontró la metró-
54 H aring, Trade, cap. I: The Seville Monopoly,  p. 3 sqq. En lo
estadístico y metodológico, es indispensable la obra originada en el círculo 5S E n C C a l v o ,  Alíale s históricos de la Rev oluc ión de la Améric a
de los  Anales , 
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(Del estudio propuesto, en 8  tomos,tomos, ya están
están listos
listos los
los tomos I- V . ) el comercio de la colonia con la metropoli.
55 Para la la seri
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ron en Cádiz, cf. W. R o s c h e r  ,  Ko lo ni en , K ol on ia lp ol iti k un d Auswa n 1753   116.300.000 55.600.000
derung (Colonias, política colonial y emigración) , , Le ipz ig 1885 p. 169 169,, 1778 79.100.00 0 19.500.000
n. 3. Pero, a la larga, también Cádiz aprovechó de la prosperidad genreal 1784 321.800.000 108.300.000
del comercio. (C a m p o m a n e s ,  Ed uc ac ión po pu la r,  p. 357 sq. ) 1800 342.500.000 296.000.000
50 D.H.A., V, doc n* 51. , Un buen trecho detrás de Francia, Inglaterra y d e l a m i s m a Holanda,
5y  Reglam ento y arancele s Re ale s par a el co me rci o libr e de España España compartía con Dinamarca (!) los puestos 4? y 5* dentro del comer
a Indias, Madrid, 12 de octubre de 1778 (D.H.A., V I, doc. n<? 1). Infor- cio colonial mundial (cf. L u z a t t o , op. cit.,  cit.,  II, p. 31 sq.,.
n 7   resumen de los aspectos internacionales de la política borbonica. B9  L e v e n e ,  Estu dio s, 
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44 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 45


lírica
lírica exterior. El libre com ercio co n otras colonias colonias
 poli en su P° J trai es», me ro sin ón im o de u n a ve rd ad er a liber- minar on de qué m anera se cosechó
cosechó lo sembrado.
sembrado. La estructura
y con
con Estado
Estadoss favoreció
favoreció extra ordin ariam ente a la burguesía burguesía de Nueva España poco tenía en común con las condiciones de
tad de comer  , Ja me trópoli tuvo que sancionarla por  las Indias Occidentales, Perú era muy diferente de Venezuela,
coloni
colonialal y,
y, “ a¿ erta rebelión. etc. Los elementos burgueses
burgueses hallaron el suelo más favorable para
temor
temor a una j politica
politica comercial, sino todo el conju nto del su crecimiento en el núcleo de la región del Plata: “Buenos Aires
escondía en su seno los fermentos revolucionarios más activos de
rentado por las reformas había alcanzado un punto en
siste
sistema
ma ““P así desatadas iban a volverse en con tra de sus sus toda Hispanoamérica ” .63
.63
que las
las rea -j espirituales.
espirituales. Año tras año, al régimen
Ínf ^ l T l e e sc sc ap
ap ar
ar on
on l as
as ri
ri e nd
nd a s d el
el c o m e rc
rc io
io , h a s ta
ta q uuee l a
crisis política posterior a 1805/06 proclamó el colapso in-
íranea cr k  con su prop ia m ano hab ía echado los los
mínente.
mínente. P socieda d”,61 se ha lló inc ap az de encauzar
^ e v d u c l q uuee yyaa só
só lo
lo oobb e d eecc ía
ía a su
su s p r o p i a s le
le ye
ye s.
s. I n sp
sp i ra
ra d a
una e\oi , 7 ja nuev a orienta ción de la política colo- colo-
^ “quid
quidóó el aisl
aislac
acio
ioni
nism
smoo de hecho del periodo de los los Habsbur-
Habsbur-
“ V mnsformó a Hispanoaménca (ante todo como objeto) en
oit'e intevrante del comercio mundial, que entonces se fijaba
en nuevas formas con la revolución industrial mangueada por

IngEsK™elco
IngEsK™elco de la la situaci
situación
ón no se pro dujo ni por “incapacidad”
ni por los “errores”, cualesquiera que ellos fueran, de la dinastía
reinante, sino queera
queera inevitable resulta do histór ico de la cris crisis
is
del
del antiguo
antiguo régimen y dentro de las circun stanc ias va lidas para
España En el caso de otros Estados (Francia o Portugal, por ejem
 plo ), el mismo pro ble ma se pl an te o en fo rm a di fe re nt e. s inn e
gable la relación directa entre política reformadora y movimiento
de emancipación, pero no debe exagerarse a modo de esquema
en sus
sus consec
consecuenc
uencias
ias.. Como lo d em ostra ría m ás tar de e ^curso ^curso
diferenciado del movimiento, una política sustentada en idénticos
 principio s se h ab ía ap lic ad o a re al id ad es de sig ua le s. Q u e se cu m
 plier an o esq uiv ara n las po sib ili da de s p ro m et id as p o r las re fo rm as
fue algo que dependió por completo de las peculiaridades histo
rica
ricass de las distintas
distintas regiones
regiones del im perio colon ial. Ellas deter 

61 B. M o s e s , Spain’s Declining Power in South America, 17301806¡


63 R. Leven e,  La Re vo luc ió n de Ma yo y Va ri ar a Mor eno ,   Buenos
Berkeley 1919. * .
En cuanto a su significación para América, cf. D i f f i e , op. ci >  Aires 1925, t. II , p. 89.
Mounier, op. cit., p. 181. T. S. A s h t o n ,  A n E co no m ic H is to ry oj w
 gland, Th e 18 th Ce ntu ry, Londres 1955, p. 156 sqq. ,

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m a  N f r e d k o s s o k  

44 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 45


lírica
lírica exterior. El libre com ercio co n otras colonias colonias
 poli en su P° J trai es», me ro sin ón im o de u n a ve rd ad er a liber- minar on de qué m anera se cosechó
cosechó lo sembrado.
sembrado. La estructura
y con
con Estado
Estadoss favoreció
favoreció extra ordin ariam ente a la burguesía burguesía de Nueva España poco tenía en común con las condiciones de
tad de comer  , Ja me trópoli tuvo que sancionarla por  las Indias Occidentales, Perú era muy diferente de Venezuela,
coloni
colonialal y,
y, “ a¿ erta rebelión. etc. Los elementos burgueses
burgueses hallaron el suelo más favorable para
temor
temor a una j politica
politica comercial, sino todo el conju nto del su crecimiento en el núcleo de la región del Plata: “Buenos Aires
escondía en su seno los fermentos revolucionarios más activos de
rentado por las reformas había alcanzado un punto en
siste
sistema
ma ““P así desatadas iban a volverse en con tra de sus sus toda Hispanoamérica ” .63
.63
que las
las rea -j espirituales.
espirituales. Año tras año, al régimen
Ínf ^ l T l e e sc sc ap
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el c o m e rc
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io , h a s ta
ta q uuee l a
crisis política posterior a 1805/06 proclamó el colapso in-
íranea cr k  con su prop ia m ano hab ía echado los los
mínente.
mínente. P socieda d”,61 se ha lló inc ap az de encauzar
^ e v d u c l q uuee yyaa só
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lo oobb e d eecc ía
ía a su
su s p r o p i a s le
le ye
ye s.
s. I n sp
sp i ra
ra d a
una e\oi , 7 ja nuev a orienta ción de la política colo- colo-
^ “quid
quidóó el aisl
aislac
acio
ioni
nism
smoo de hecho del periodo de los los Habsbur-
Habsbur-
“ V mnsformó a Hispanoaménca (ante todo como objeto) en
oit'e intevrante del comercio mundial, que entonces se fijaba
en nuevas formas con la revolución industrial mangueada por

IngEsK™elco
IngEsK™elco de la la situaci
situación
ón no se pro dujo ni por “incapacidad”
ni por los “errores”, cualesquiera que ellos fueran, de la dinastía
reinante, sino queera
queera inevitable resulta do histór ico de la cris crisis
is
del
del antiguo
antiguo régimen y dentro de las circun stanc ias va lidas para
España En el caso de otros Estados (Francia o Portugal, por ejem
 plo ), el mismo pro ble ma se pl an te o en fo rm a di fe re nt e. s inn e
gable la relación directa entre política reformadora y movimiento
de emancipación, pero no debe exagerarse a modo de esquema
en sus
sus consec
consecuenc
uencias
ias.. Como lo d em ostra ría m ás tar de e ^curso ^curso
diferenciado del movimiento, una política sustentada en idénticos
 principio s se h ab ía ap lic ad o a re al id ad es de sig ua le s. Q u e se cu m
 plier an o esq uiv ara n las po sib ili da de s p ro m et id as p o r las re fo rm as
fue algo que dependió por completo de las peculiaridades histo
rica
ricass de las distintas
distintas regiones
regiones del im perio colon ial. Ellas deter 

61 B. M o s e s , Spain’s Declining Power in South America, 17301806¡


63 R. Leven e,  La Re vo luc ió n de Ma yo y Va ri ar a Mor eno ,   Buenos
Berkeley 1919. * .
En cuanto a su significación para América, cf. D i f f i e , op. ci >  Aires 1925, t. II , p. 89.
Mounier, op. cit., p. 181. T. S. A s h t o n ,  A n E co no m ic H is to ry oj w
 gland, Th e 18 th Ce ntu ry, Londres 1955, p. 156 sqq. ,

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CAUSAS DE LA CREACIÓN DEL VIRREINATO


Después clcl establecimiento del dominio colonial español en
el Río de la Plata, el segundo punto decisivo de la evolución lo
constituyó la creación de un Virreinato independiente, con Buenos
Aires por c apital. En la historia de la colonia
colonia del Río de la Plata,
los acontecimientos de 1776 y de 1810 se presentan ligados por
una relaci ón de causa a efecto. efecto. “Puede decirse que la historia
argentina propiamente dicha se inicia con la creación del Virrei
nato. Esa medida signific aba que la metrópoli reconocía nuestra
importancia como colonia, pues nos colocaba a la altura de Mé
xico y de Lima, los grandes centros de la expansión española en
América; ella señala también el comienzo de nuestra existencia
independiente en lo industrial y lo comercial, y es el origen de
nuestra existencia nacional tanto en sus aspectos morales como
en los materiales ” .1 Al cumplir ese acto, “el de mayor importancia
de la legislación colonial española de las últimas décadas del
siglo x v i i i ” , 2 la Corona respondió a la necesidad urgente de poner
fin a la creciente desintegración económica y política en el sur
de su imper io colonial. Es verdad que dicha misión figuraba
entre las atribuciones del Virreinato del Perú, pero Lima se había
revelado cada vez menos capaz de cumplir tal función. función. Frente
al marcado interés extranjero en las posesiones españolas del Ca
ribe y de América Central, se había creado ya un Virreinato de
 Nue va Gr an ad a ,3  cuyo dere cho a laexistencia sehabí a demostrado
 bril lan tem ent e al rech azar aVernoon frente a Cartage na de las
Indias. Desde aquel mome nto podía preverse ya un paso análogo análogo
en el sur.
1 “La Nación” (Edición del centenario, 1810-1910), Bueno
Buenoss Aires:
Aires:
J. de V e d i a ,  Re sum en históri co,   p. 25.
2  MoseSj op. cit.,  cit.,  p. 158.
3  Ib id ., 
.,   p. 49 sq.

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CAUSAS DE LA CREACIÓN DEL VIRREINATO
Después clcl establecimiento del dominio colonial español en
el Río de la Plata, el segundo punto decisivo de la evolución lo
constituyó la creación de un Virreinato independiente, con Buenos
Aires por c apital. En la historia de la colonia
colonia del Río de la Plata,
los acontecimientos de 1776 y de 1810 se presentan ligados por
una relaci ón de causa a efecto. efecto. “Puede decirse que la historia
argentina propiamente dicha se inicia con la creación del Virrei
nato. Esa medida signific aba que la metrópoli reconocía nuestra
importancia como colonia, pues nos colocaba a la altura de Mé
xico y de Lima, los grandes centros de la expansión española en
América; ella señala también el comienzo de nuestra existencia
independiente en lo industrial y lo comercial, y es el origen de
nuestra existencia nacional tanto en sus aspectos morales como
en los materiales ” .1 Al cumplir ese acto, “el de mayor importancia
de la legislación colonial española de las últimas décadas del
siglo x v i i i ” , 2 la Corona respondió a la necesidad urgente de poner
fin a la creciente desintegración económica y política en el sur
de su imper io colonial. Es verdad que dicha misión figuraba
entre las atribuciones del Virreinato del Perú, pero Lima se había
revelado cada vez menos capaz de cumplir tal función. función. Frente
al marcado interés extranjero en las posesiones españolas del Ca
ribe y de América Central, se había creado ya un Virreinato de
 Nue va Gr an ad a ,3  cuyo dere cho a laexistencia sehabí a demostrado
 bril lan tem ent e al rech azar aVernoon frente a Cartage na de las
Indias. Desde aquel mome nto podía preverse ya un paso análogo análogo
en el sur.
1 “La Nación” (Edición del centenario, 1810-1910), Bueno
Buenoss Aires:
Aires:
J. de V e d i a ,  Re sum en históri co,   p. 25.
2  MoseSj op. cit.,  cit.,  p. 158.
3  Ib id ., 
.,   p. 49 sq.

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48 M A N F R E D K O S S O K  

El  curso de las ininterrumpidas guerras comerci 1


EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 49
a partir de 1700,1700, se vio envu elta Españ a, y p ri n c ip a d Cn que
los
los inglese
ingleses,
s, atestigua que las poten cias rivales tenían a • C°ntra °ntra
“se dedicaron en tal medida al contrabando, que ha cesado nues
de estabilizar,
estabilizar, m edia nte p unt os d e ap oyo estratégicos s mten mtenció
ciónn tro comercio con los españoles y se han reducido mucho los ingre
sione
sioness de hegemonía comercial m eram ente formuladas US Prct Prcten
en~~ sos de nuestras arcas fiscales ” .6 Después de que, en 1680 y con
zadas.
zadas. En este aspecto, los rivales de Es pa ña alcanzaro° ^ rf?ali' la fundación de la colonia del Sacramento, 7  los portugueses se
yores
yores éxitos en el no rte del im per io colonia l. A demá * ma'
ma' hubieran reservado la iniciativa en la lucha por la Banda Orien
ello,
ello, tambié n en el sur se rev elar on dos pun tos neurá ljj todo
todo tal, los gobernadores de Buenos Aires intentaron, con mayor o me
defensa contra posibles ataques enemigos escapaba compw’ °Uya nor éxito,
éxito, decidir el conflicto en favor de España. Cuan do la
te a la la órbita de un a acció n m ilitar em pren dida desde desde LiLi amen
amen'' incorporación de Portugal a la “Gran Alianza” significó la denun
conflicto alrededor de la Colonia del Sacramento, y la clnia: el cia del tratado de compensación firmado en 1701, España con
amenaza a la costa patagónica y a sus islas dependientes, siguió ocu par la fortaleza desde 1706 a 1715. 1715. La cláus ula de
entrega contenida en el Tratado de Utrecht pudo aminorarse en
vinas,
vinas, hasta el cabo de Hornos . U na situación cad a vez más ' 
vez más sus efectos con la fundación de un baluarte similar: Montevideo.
tica, en perjuicio de España, fue el momento decisivo que inspTr' De tal manera equilibradas las fuerzas, se hizo ante todo discu
la creación de un cuerpo administrativo que asegurara, mediante tible el predominio inmediato de Portugal en la Banda Oriental.
la movilización de sus prop ias fu erzas, la autodefensa v dP Bajo la presión de una renovada ola de expansión portuguesa
• • r • •  a '3 ^
 pos ibl e, un m o v nm en to of en si vo en esa s re gi on es .4  —q ue tra nsg red ió la lín ea de Tor des illa s desd e el Am azon as ha sta
Las enérgicas medidas destinadas a proteger el territorio ame el Javarí y desde Matto Grosso hasta Guaporé—, se llegó al acuer
do de trueque de 1750: a cambio de la entrega de las Siete Mi
nazado demuestran que, principalmente bajo Carlos III, resurgió siones, España se aseguraba la posesión de la Banda Oriental, con
la libertad de mo vimien tos de E spa ña en su política ext exter
erio
ior,
r, y inclusión
inclusión dede Colonia (arts. XI II a XV I), s mas lo lo cierto
cierto es que
que en la concepción estratégica de los políticos reformistas ya no ninguna de ambas partes lo consideró como la última palabra.
tenían cabida los así llamados “territorios inútiles”, como puertas Aparte los grandes lincamientos políticos, cuyos criterios guia
de acceso
acceso de potencias ex tranje ras. P ar a la C orona, no se se trat
tratab
abaa  ba n to da solu ció n del pr ob lem a de Co lon ia, u n fal lo en fav or
tanto de preservar los tantas veces mencionados “legítimos dere de España respondía igualmente a los intereses vitales de la ciudad
chos”, como de pr ote ge r sólidos inter eses ec onómicos. El virr virrey
ey de Buenos
Buenos Aires
Aires.. Hacia m ediados del siglo siglo xvm , la pam pa no
 pe ru an o A m a t y J u n ie n t p u so en g u a rd ia a la C or on a con tra los los había sido aún completamente conquistada ni para la ganadería
“enemigos portugueses que se han aliado con Inglaterra, bajo ni para la agricultura, y las fronteras de los indios llegaban casi
hasta la cam paña que rod eaba a Buenos Aires. Aires. ‘‘Los indios
indios y elel
cuya protección han cometido y cometen diversas maquinaciones
desierto hacían de Buenos Aires una ciudad sin territorio ” .9 R e
e insolencias.
insolencias. .. Los portu gue ses no rep ara n en medios para pe^
ducida a esos escasos kilómetros de campo, la ciudad veía en esa
netrar en la región que perten ece a Su M ajestad Católica.. . y as asi
se esfuerzan po r colonizar las inm edia cio nes de Rio ran e,^ G Informe
Informe del virre
virreyy D.  N i c o l á s d e A r r e d o n d o . . . en 1795. (Col.
implantar allí su ganadería, para de esta manera proveer com A n g e l i S j 4 , p . 6 .)
7 C apistrano d e A d r e u , op. cit.,  p . 287.
damente a las necesidades de Río de Jan eiro . . . En un 8 Tratado firmado en Madrid, a 13 de enero de 1750,  para deter-
r e se
se r v ad
ad o d e l v i r r e y A r r e d o n d o a c e r c a d e l p r o b l em
em a r o ^ minar los límites de los estados pertenecientes a las Coronas de  Espa ña
se lee que los portugueses, desde su establecimiento en esa  y Po rtu ga l, en As ia y A)7ié rica   (Col. A  n g e l is , 4,  ps . 3 -1 4) . Cf. asimis
asimismo
mo
P. R  e n o u v i n (ed.),  H ist oi re des rel atio ns int er na cio na les ,   t. III:  Le \
temps modernes, 
modernes,   II.  De Lo ui s X I V  á 1789 (autor G. Z e l l e r  ) , París
1955,  p . 320.
4 H.N.A ., IV , 1, p. 6 6 - 83. , ron una intr
intro-
o- 0 Pereyra, op. cit,  IV, p. 126,
5 M. A mat y J u n i e n t ,  M e m o ri a de G ob ie rn o, ■ ^ y 640.
ducción por V. R. C asado y F. P érez E mbid , Sevil a >

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48 M A N F R E D K O S S O K  

El  curso de las ininterrumpidas guerras comerci 1


EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 49
a partir de 1700,1700, se vio envu elta Españ a, y p ri n c ip a d Cn que
los
los inglese
ingleses,
s, atestigua que las poten cias rivales tenían a • C°ntra °ntra
“se dedicaron en tal medida al contrabando, que ha cesado nues
de estabilizar,
estabilizar, m edia nte p unt os d e ap oyo estratégicos s mten mtenció
ciónn tro comercio con los españoles y se han reducido mucho los ingre
sione
sioness de hegemonía comercial m eram ente formuladas US Prct Prcten
en~~ sos de nuestras arcas fiscales ” .6 Después de que, en 1680 y con
zadas.
zadas. En este aspecto, los rivales de Es pa ña alcanzaro° ^ rf?ali' la fundación de la colonia del Sacramento, 7  los portugueses se
yores
yores éxitos en el no rte del im per io colonia l. A demá * ma'
ma' hubieran reservado la iniciativa en la lucha por la Banda Orien
ello,
ello, tambié n en el sur se rev elar on dos pun tos neurá ljj todo
todo tal, los gobernadores de Buenos Aires intentaron, con mayor o me
defensa contra posibles ataques enemigos escapaba compw’ °Uya nor éxito,
éxito, decidir el conflicto en favor de España. Cuan do la
te a la la órbita de un a acció n m ilitar em pren dida desde desde LiLi amen
amen'' incorporación de Portugal a la “Gran Alianza” significó la denun
conflicto alrededor de la Colonia del Sacramento, y la clnia: el cia del tratado de compensación firmado en 1701, España con
amenaza a la costa patagónica y a sus islas dependientes, siguió ocu par la fortaleza desde 1706 a 1715. 1715. La cláus ula de
entrega contenida en el Tratado de Utrecht pudo aminorarse en
vinas,
vinas, hasta el cabo de Hornos . U na situación cad a vez más ' 
vez más sus efectos con la fundación de un baluarte similar: Montevideo.
tica, en perjuicio de España, fue el momento decisivo que inspTr' De tal manera equilibradas las fuerzas, se hizo ante todo discu
la creación de un cuerpo administrativo que asegurara, mediante tible el predominio inmediato de Portugal en la Banda Oriental.
la movilización de sus prop ias fu erzas, la autodefensa v dP Bajo la presión de una renovada ola de expansión portuguesa
• • r • •  a '3 ^
 pos ibl e, un m o v nm en to of en si vo en esa s re gi on es .4  —q ue tra nsg red ió la lín ea de Tor des illa s desd e el Am azon as ha sta
Las enérgicas medidas destinadas a proteger el territorio ame el Javarí y desde Matto Grosso hasta Guaporé—, se llegó al acuer
do de trueque de 1750: a cambio de la entrega de las Siete Mi
nazado demuestran que, principalmente bajo Carlos III, resurgió siones, España se aseguraba la posesión de la Banda Oriental, con
la libertad de mo vimien tos de E spa ña en su política ext exter
erio
ior,
r, y inclusión
inclusión dede Colonia (arts. XI II a XV I), s mas lo lo cierto
cierto es que
que en la concepción estratégica de los políticos reformistas ya no ninguna de ambas partes lo consideró como la última palabra.
tenían cabida los así llamados “territorios inútiles”, como puertas Aparte los grandes lincamientos políticos, cuyos criterios guia
de acceso
acceso de potencias ex tranje ras. P ar a la C orona, no se se trat
tratab
abaa  ba n to da solu ció n del pr ob lem a de Co lon ia, u n fal lo en fav or
tanto de preservar los tantas veces mencionados “legítimos dere de España respondía igualmente a los intereses vitales de la ciudad
chos”, como de pr ote ge r sólidos inter eses ec onómicos. El virr virrey
ey de Buenos
Buenos Aires
Aires.. Hacia m ediados del siglo siglo xvm , la pam pa no
 pe ru an o A m a t y J u n ie n t p u so en g u a rd ia a la C or on a con tra los los había sido aún completamente conquistada ni para la ganadería
“enemigos portugueses que se han aliado con Inglaterra, bajo ni para la agricultura, y las fronteras de los indios llegaban casi
hasta la cam paña que rod eaba a Buenos Aires. Aires. ‘‘Los indios
indios y elel
cuya protección han cometido y cometen diversas maquinaciones
desierto hacían de Buenos Aires una ciudad sin territorio ” .9 R e
e insolencias.
insolencias. .. Los portu gue ses no rep ara n en medios para pe^
ducida a esos escasos kilómetros de campo, la ciudad veía en esa
netrar en la región que perten ece a Su M ajestad Católica.. . y as asi
se esfuerzan po r colonizar las inm edia cio nes de Rio ran e,^ G Informe
Informe del virre
virreyy D.  N i c o l á s d e A r r e d o n d o . . . en 1795. (Col.
implantar allí su ganadería, para de esta manera proveer com A n g e l i S j 4 , p . 6 .)
7 C apistrano d e A d r e u , op. cit.,  p . 287.
damente a las necesidades de Río de Jan eiro . . . En un 8 Tratado firmado en Madrid, a 13 de enero de 1750,  para deter-
r e se
se r v ad
ad o d e l v i r r e y A r r e d o n d o a c e r c a d e l p r o b l em
em a r o ^ minar los límites de los estados pertenecientes a las Coronas de  Espa ña
se lee que los portugueses, desde su establecimiento en esa  y Po rtu ga l, en As ia y A)7ié rica   (Col. A  n g e l is , 4,  ps . 3 -1 4) . Cf. asimis
asimismo
mo
P. R  e n o u v i n (ed.),  H ist oi re des rel atio ns int er na cio na les ,   t. III:  Le \
temps modernes, 
modernes,   II.  De Lo ui s X I V  á 1789 (autor G. Z e l l e r  ) , París
1955,  p . 320.
4 H.N.A ., IV , 1, p. 6 6 - 83. , ron una intr
intro-
o- 0 Pereyra, op. cit,  IV, p. 126,
5 M. A mat y J u n i e n t ,  M e m o ri a de G ob ie rn o, ■ ^ y 640.
ducción por V. R. C asado y F. P érez E mbid , Sevil a >

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«1
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m A N F RE D K O S S O K  
50 ' 
 ,aWly> tran sflu vial que se extendía hacia el Rí0 q EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA c.-s*
«tierra de n ¿ da para la explotación
explotación ganadera— el e
- f - r S * « e s p e tó
t ó n . T od
od av
av ía
ía e n e l p r im er
er  pro vinc ia y sus amen azada s fronte ras, sino tamb ién de conquist ar
natu ral de i0 Q V1 0 d e l
tíVf " E sc ri b ió Acáret
Acáretee du Biscay10
Biscay10 a la B anda Orien tal corrí
corrí la isla de San Gabriel y la Colonia del Sacramento, con intención
siglo xv
xvnn , • ente ente por
por “salva
“salvajes”,
jes”, nuen tras que hacia 17 1730
30 , de destruirla
destruirla hasta sus
sus cimientos.
cimientos. . . ” 14 El éxito de la ofensiva
ofensiva
S f t d e «taneias de 30.000 caberas de ganado, y
española fue tanto más sorprendente cuanto que, en la defensa
de la Banda Oriental, Portugal pudo contar con el apoyo de
inC
inCOO y 10 100- 0-00
0000 cabezas
cabezas (?) " To m an do en cu en ta estas p ets.
S s de evol evoluc
ució
ión,
n, la toma de contacto
contacto con loslos portugues
portugueseses Inglaterra.
Una vez despejado el terreno —tanto en lo militar como por
S o r e s u l t a b a deseab
deseable
le en la esfera pu ram ent e comer cial. “¿Q ué vía diplomática— en el flanco sudoriental del imperio colonial
sería de Buenos Aires y de los siüos que se proveen en la Banda español, se pudo llegar a firmar el tratado de San Lorenzo
Oriental si los portugueses consiguieran sentar sus reales en la isla (1777 ).15
).15 Es característico
característico que,
que, además de darse solucisolución
ón a la
de San
San Gabriel?”
Gabriel?” Y, aguzan do el prob lem a, C arlo s Pe rey ra res cuestión de las pretensiones territoriales, también se hallara en
 pond e de la siguiesiguiente
nte man era: “Buenos Aires se h ab ría convertido él un pasaje especial dedicado a la represión del contrabando
en una colonia de la Colonia del Sacramento”.12 (art. XV II) : “T odo súbdito de una u otra n ación que llev llevee
El conflicto colonial llegó a su punto culminante y decisiva a cabo actividades de contrabando con súbditos de la otra nación,
resolución con los choques, armados o no, que se prolongaron será castigado en su persona y en sus bienes según las leyes pre
de 1761 
1761  hasta 1777: “Además de la ocupación de Colonia, los vistas por la nación a la que pertenece” .16 .16 Aun reconociendo que
españoles y colonos de la región del Plata aspiraban a extender la  pu ed an obje tarse los r esult ados práct icos de semeja ntes convenios,
lo cierto es es que el trata do de San L orenzo •—refrenda
—refrenda do en San
soberanía del rey de España hasta la provincia de Río Grande- Ildefonso, el l 9  de octubre de 1777, en todos sus aspectos esencia
los
los po
port
rtug
ugue
uese ses,s, en
en cambio,
cambio, luch aba n po r m an ten er su ind isputada' les __ 
 __   alcanzó verd ade ra significación
significación histórica.
histórica. Los aconteci
soberanía en la zona del Río Grande y por extenderla hacia el mientos de 1776 y 1777 obligaron a los portugueses a aceptar
sur, expansión cuyo objetivo era establecer por tierra un vínculo el Río Grande como límite tradicional, y con ello la Banda Orien
con la Colonia del Sacramento, como también dominar las fértiles tal se
se sustrajo definitivamente
definitivamente al dominio
dominio portugués. Es ue un
tier
tierra
rass que hoy hacen la riqueza de la R ep úb lica del U rug ua y” .13 .13 hecho que en nada pudo alterar las posteriores pretensiones del
Poco después de 1770, cada uno de ambos bandos disponía de Imper io del Brasil.
Brasil. Si no se se reanudaro n las acciones
acciones inmediata
unos 1000 hombres, contingente extraordinario para las condi- mente después de 1777, también se debió al h e c h o de que la
cioses por entonces imperantes en América del Sur, y, en abril creación del Virreinato del Río de la Plata, que originariamente
de 1776, la Corona concedió al   futuro virrey Cevallos todos los era algo provisional y enderezado a reforzar las acciones de orden
medios necesarios “para que el gobernador de Buenos Aires estu militar, se declaró en ese momento como algo definitivo.
viera en situación, no solamente de defender con éxito aquella Es indudable que la coincidencia temporal del establecimiento
del Virreinato con el vuelco en el conflicto colonial ha contribuido
° A c á r e t e du B i s c a y ,  Re lat ion des voy age s dan s la riv iér e de la
1 4 E M B a r b a ,  Do n Ped ro de Cev allos , Gob erna dor de Buen os Aires
nata et audela aux tenes de Pérou,  París 1632
 y Vi rre y del Rí o de la Pla ta,   La Plata 1937, p. 174. Par a el curso de la
“ Dif™>
Dif™> op. cit.,  p . 331. exped ición de Cevallos, véase
véase el resumen de H.N .A., IV, 1, P- H- sqq., sqq.,
13
la r i v a l i  ' 1
cít-
ít- IV’ p- 165‘
sq> ^ a s a l t e r n a t i v a s que, h a s t a 1777, o f r e c i ó
. donde también se hallarán muchas instancias documentales.
15 Tratado preliminar sobre los límites de los estados pertenecientes
lsPanoP ortu Suesa req uie ren — po r lo menos  p a r a A m é r ic a — 
un aná!¡c>'<¡ lsPanoP a las Coronas de España y Portugal, en la América «¡eriditud, ajustado
ue a H i í n a n f  1^>a'
Q ue >a' a-tlV
a-tlV 0 P°lltlca c o l o n i a l i b é r i c a . Puesto q u e en lo  y co nc lui do en Sa n Lo re nz o, a 11 de oct ubr e de 177 7. 7.   ( o - 1
de Freyre el Dr rf sPec*
sPec *-f no c o n t a m o s c o n e s t u d i o s de l a t a l l a d e l IV, pp. 4-15.)
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óg ic
ic os
os , c ó mo
mo l os
os d e”e” ^ S m r e s ? l v e r > a l g u n o s p r i m e r o s in in t e n t o s s o c io
io - 16  Ib id .,  p. 11 .
• -Hagu, todavía no r e s u l ta t a r o n c o n v i n c e n t es
es .

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o
«1
-
m A N F RE D K O S S O K  
50 ' 
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
 ,aWly> tran sflu vial que se extendía hacia el Rí0 q c.-s*
«tierra de n ¿ da para la explotación
explotación ganadera— el e
- f - r S * « e s p e tó
t ó n . T od
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ía e n e l p r im er
er  pro vinc ia y sus amen azada s fronte ras, sino tamb ién de conquist ar
natu ral de i0 Q V1 0 d e l
tíVf " E sc ri b ió Acáret
Acáretee du Biscay10
Biscay10 a la B anda Orien tal corrí
corrí la isla de San Gabriel y la Colonia del Sacramento, con intención
siglo xv
xvnn , • ente ente por
por “salva
“salvajes”,
jes”, nuen tras que hacia 17 1730
30 , de destruirla
destruirla hasta sus
sus cimientos.
cimientos. . . ” 14 El éxito de la ofensiva
ofensiva
S f t d e «taneias de 30.000 caberas de ganado, y
española fue tanto más sorprendente cuanto que, en la defensa
de la Banda Oriental, Portugal pudo contar con el apoyo de
inC
inCOO y 10 100- 0-00
0000 cabezas
cabezas (?) " To m an do en cu en ta estas p ets.
S s de evol evoluc
ució
ión,
n, la toma de contacto
contacto con loslos portugues
portugueseses Inglaterra.
Una vez despejado el terreno —tanto en lo militar como por
S o r e s u l t a b a deseab
deseable
le en la esfera pu ram ent e comer cial. “¿Q ué vía diplomática— en el flanco sudoriental del imperio colonial
sería de Buenos Aires y de los siüos que se proveen en la Banda español, se pudo llegar a firmar el tratado de San Lorenzo
Oriental si los portugueses consiguieran sentar sus reales en la isla (1777 ).15
).15 Es característico
característico que,
que, además de darse solucisolución
ón a la
de San
San Gabriel?”
Gabriel?” Y, aguzan do el prob lem a, C arlo s Pe rey ra res cuestión de las pretensiones territoriales, también se hallara en
 pond e de la siguiesiguiente
nte man era: “Buenos Aires se h ab ría convertido él un pasaje especial dedicado a la represión del contrabando
en una colonia de la Colonia del Sacramento”.12 (art. XV II) : “T odo súbdito de una u otra n ación que llev llevee
El conflicto colonial llegó a su punto culminante y decisiva a cabo actividades de contrabando con súbditos de la otra nación,
resolución con los choques, armados o no, que se prolongaron será castigado en su persona y en sus bienes según las leyes pre
de 1761 
1761  hasta 1777: “Además de la ocupación de Colonia, los vistas por la nación a la que pertenece” .16 .16 Aun reconociendo que
españoles y colonos de la región del Plata aspiraban a extender la  pu ed an obje tarse los r esult ados práct icos de semeja ntes convenios,
lo cierto es es que el trata do de San L orenzo •—refrenda
—refrenda do en San
soberanía del rey de España hasta la provincia de Río Grande- Ildefonso, el l 9  de octubre de 1777, en todos sus aspectos esencia
los
los po
port
rtug
ugue
uese ses,s, en
en cambio,
cambio, luch aba n po r m an ten er su ind isputada' les __ 
 __   alcanzó verd ade ra significación
significación histórica.
histórica. Los aconteci
soberanía en la zona del Río Grande y por extenderla hacia el mientos de 1776 y 1777 obligaron a los portugueses a aceptar
sur, expansión cuyo objetivo era establecer por tierra un vínculo el Río Grande como límite tradicional, y con ello la Banda Orien
con la Colonia del Sacramento, como también dominar las fértiles tal se
se sustrajo definitivamente
definitivamente al dominio
dominio portugués. Es ue un
tier
tierra
rass que hoy hacen la riqueza de la R ep úb lica del U rug ua y” .13 .13 hecho que en nada pudo alterar las posteriores pretensiones del
Poco después de 1770, cada uno de ambos bandos disponía de Imper io del Brasil.
Brasil. Si no se se reanudaro n las acciones
acciones inmediata
unos 1000 hombres, contingente extraordinario para las condi- mente después de 1777, también se debió al h e c h o de que la
cioses por entonces imperantes en América del Sur, y, en abril creación del Virreinato del Río de la Plata, que originariamente
de 1776, la Corona concedió al   futuro virrey Cevallos todos los era algo provisional y enderezado a reforzar las acciones de orden
medios necesarios “para que el gobernador de Buenos Aires estu militar, se declaró en ese momento como algo definitivo.
viera en situación, no solamente de defender con éxito aquella Es indudable que la coincidencia temporal del establecimiento
del Virreinato con el vuelco en el conflicto colonial ha contribuido
° A c á r e t e du B i s c a y ,  Re lat ion des voy age s dan s la riv iér e de la
1 4 E M B a r b a ,  Do n Ped ro de Cev allos , Gob erna dor de Buen os Aires
nata et audela aux tenes de Pérou,  París 1632
 y Vi rre y del Rí o de la Pla ta,   La Plata 1937, p. 174. Par a el curso de la
“ Dif™>
Dif™> op. cit.,  p . 331. exped ición de Cevallos, véase
véase el resumen de H.N .A., IV, 1, P- H- sqq., sqq.,
13
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cít-
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sq> ^ a s a l t e r n a t i v a s que, h a s t a 1777, o f r e c i ó
. donde también se hallarán muchas instancias documentales.
15 Tratado preliminar sobre los límites de los estados pertenecientes
lsPanoP ortu Suesa req uie ren — po r lo menos  p a r a A m é r ic a — 
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de Freyre el Dr rf sPec*
sPec *-f no c o n t a m o s c o n e s t u d i o s de l a t a l l a d e l IV, pp. 4-15.)
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• -Hagu, todavía no r e s u l ta t a r o n c o n v i n c e n t es
es .

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52 MANFRED K O S S O K.

a que, en la exposición histórica ulterior, se exaee EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 53


cia de ese factor de política ex terior en las decisione?? Ia
Contra esta tendencia protestó ya Vicente G O
 peruan ochile no. Por el lado de Fran cia, los
tiemp
tiemposos más recientes gracias a un ingente m a'te ria T ^ ^ !' 
recientes,, y gracias ese sentido tuvieron éxito
éxito tras
tras la fundación en 1 6 9 8 délal C
del acervo
acervo del Archivo General de las las Indias
Indias (S ev ilM ^n tí  pa gn ie de la M er du S u d « que en el el fondo era el órgano de fe
Gil M un illa18
illa18 pudo dem ostrar en form a convincente
convincente 1 • ° ctavio clase comerciante de La Rochelle y de St Malo* Aundespues Aundespues
que también había ejercido la “cuestión del Pacífico» a lnfluencia de que se hubiera denunciado el sistema de asien había
Ob jeto de la así llam ad a cuestió n del Pacífico fUer fUeroo i Inglterra, el interés c o m e r c i a l francés - q u e £ £
recibido sanción estatal- no cejo a pesar de las protestos mg
lidades po r el pred om inio e n la Pa tag on ia, en el archipi'l
archipi'l riva’ las,*4
las,*4 si bien
bien Franeia , en su intento de poner pie en las Malvinas,
Malvinas,
yacente de las las M alvin as y en el cabo de Hornos, Hornos, cu ai fue pronto suplantada por Inglaterra. .
estratégico
estratégico se ace ntu ab a con la p osibi lidad de intensifica/0]Va'°r '°r
sito marítimo entre el Atlántico Sur y el Pacífico y
Orien te.19
te.19 En lo geográfico , y a p esa r de las recla reclamac
macion
iones
es t? °
cas, tales puntos en litigio escapaban por completo a la esfera°d'
influencia española, que en el Plata terminaba en la f r o n t e r a con
los indios, al sur d e Bu eno s A ires, Có rd ob a, Mend oza, y en Chile
en Bío-Bío
Bío-Bío o, a lo sumo, e n C hiloé. Desp ués del fraca fracaso
so econó-
mico del intento de Magallanes, fueron los viajes de corsario de nidad que pudiera presen
presentar
tarse
se y que p»m =ü «a P^
D rak e20 los que p or pri m era vez llam aro n la atenc atenció
iónn de la
Corona sobre el extremo meridional de América del Sur. Pronto
se desper dig aron los pro yec tos, con ceb ido s en el terror terror de los Inglate
Inglaterra
rra esta
estaba
ba d iju .s u a P^eg er J a
 pr im ero s m om en to s, te n di en te s a co lo ni za r y ase gur ar la “tie
“tierra
rra
del fuego” a pa rtir de Ch ile. Pa rec ida reacción, e igu
infructuosa, prov ocaro n las te nta tiva s d e colonizacion
igualme
lmente
colonizacion de los ho
e S W  í s £ — --
landeses a todo lo largo de la costa, desde Brasil hasta Chile.-1 22 A B V I P 489 La i m p o r t a n c i a  prin cip al de dich a W a a o n
22 A.B.,
A.B., \ l , P- ^  ^ “PomDaenie des Indes ’ (1/1 9). rar a
Si has ta bie n en tra do el siglo xv n sólo se trat ó de de manio niobras
ras fue
fue su caráct
carácter e r de precu
prec ursrsor
oraa de la V°mP
V°mP noamér
noaméricicaa (hasta
(hasta Lim
Limaa
la Co
Co mp
mp añ
añ íaía dedel Su
Su r,r, la
la co
costa p a c ^ j f ’^ n l a r ut uta a l a I nd
nd ia
ia ,
esporádicas y sin repercusiones duraderas, lo cierto es que a co y G ua
ua ya
ya qu
qu ilil) e ra
ra a l m i s m o . t i e m p o ePn la la c os
osta dede l Pacífico,
mienzos del siglo x vm ya h ab ía co m enz ad o ,a alterarse la re re ación E n c ua
ua nt
nto a l c on on ta
ta ct
cto com ■ í r f ;a ;e í et maritimes entre la
;a ;e
cf E. W. D ahlgr en,  Le s rela twns   ío ío m m f r c im íi < ^
de fuerzas
fuerzas en algunos pu nto s esenciales. E n su calidad elele  Fran ce et les c S te
te s d e r O c é a n P a c ^ u ^ ar { G e u h ¡c h i e v a n A m er
er ic
ic a ,
ñeros de “asiento”, Francia e Inglaterra intentaban abrirse ani^ 23 según c tesU mo nw deR oB ^TS ON ! de Amér.
Amér.ca
ca
comercial del sur, para entrar en contacto directo con e me Leipzig 177 7), el comercio de St. Ma o ílo“
ílo“ ^  152sqq.
ít II. P. 470). Cf. asimis
asimismo
mo Re nod vin-Z el  p’
 p’ ^  fcW/e
' 24  L a co n tr eb a n d e et de la H ol a nd e, et pa r
17 V. G. Q uesada , Virreinato del Río de la Plata,  Buen m al
al g r é le
le s p r o t e s t a t i o n s d e I A *
dessus les  pla int es  perp étu elle s du g w e rn w e n te sp a
¡ aussi vaines que
,
1881, p. 38. . , . ñoi
ño i ¿e 1770,
1770,
18 O. G i l M u n i l l a ,  M al vi na s. E l co nf lic to a n g oesp
en: An. de Est. Am., 1947, ps. 267 a 442 442.. la Bibli°
ibli°te
teca - vss£ i h z s s s l í  s s
10 Cf. P. Groussa Cj  Le s li e s M al ou in es ,  en: Ana es
I (A.B.), Buenos Aires 1910, p. 401 sqq.
20 P ereyra, op. cit.,  II, p. 342.
21 WlLHELMY, op. cit;  p . 18 .

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a que, en la exposición histórica ulterior, se exaee EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 53


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Contra esta tendencia protestó ya Vicente G O
 peruan ochile no. Por el lado de Fran cia, los
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tiemposos más recientes gracias a un ingente m a'te ria T ^ ^ !' 
recientes,, y gracias ese sentido tuvieron éxito
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tras la fundación en 1 6 9 8 délal C
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acervo del Archivo General de las las Indias
Indias (S ev ilM ^n tí  pa gn ie de la M er du S u d « que en el el fondo era el órgano de fe
Gil M un illa18
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que también había ejercido la “cuestión del Pacífico» a lnfluencia de que se hubiera denunciado el sistema de asien había
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bien Franeia , en su intento de poner pie en las Malvinas,
Malvinas,
yacente de las las M alvin as y en el cabo de Hornos, Hornos, cu ai fue pronto suplantada por Inglaterra. .
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Bío-Bío o, a lo sumo, e n C hiloé. Desp ués del fraca fracaso
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Corona sobre el extremo meridional de América del Sur. Pronto
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 pr im ero s m om en to s, te n di en te s a co lo ni za r y ase gur ar la “tie
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landeses a todo lo largo de la costa, desde Brasil hasta Chile.-1 22 A B V I P 489 La i m p o r t a n c i a  prin cip al de dich a W a a o n
22 A.B.,
A.B., \ l , P- ^  ^ “PomDaenie des Indes ’ (1/1 9). rar a
Si has ta bie n en tra do el siglo xv n sólo se trat ó de de manio niobras
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Su r,r, la
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cf E. W. D ahlgr en,  Le s rela twns   ío ío m m f r c im íi < ^
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ñeros de “asiento”, Francia e Inglaterra intentaban abrirse ani^ 23 según c tesU mo nw deR oB ^TS ON ! de Amér.
Amér.ca
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comercial del sur, para entrar en contacto directo con e me Leipzig 177 7), el comercio de St. Ma o ílo“
ílo“ ^  152sqq.
ít II. P. 470). Cf. asimis
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mo Re nod vin-Z el  p’
 p’ ^  fcW/e
' 24  L a co n tr eb a n d e et de la H ol a nd e, et pa r
17 V. G. Q uesada , Virreinato del Río de la Plata,  Buen m al
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18 O. G i l M u n i l l a ,  M al vi na s. E l co nf lic to a n g oesp
en: An. de Est. Am., 1947, ps. 267 a 442 442.. la Bibli°
ibli°te
teca - vss£ i h z s s s l í  s s
10 Cf. P. Groussa Cj  Le s li e s M al ou in es ,  en: Ana es
I (A.B.), Buenos Aires 1910, p. 401 sqq.
20 P ereyra, op. cit.,  II, p. 342.
21 WlLHELMY, op. cit;  p . 18 .

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M a í í f R £ d R O S S O K  
54 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 55
u nara el comercio
comercio de nuestros súbditos ». Po r iniciativa
f a v o r a b l e s Par* * se raalizó el primer in ten to de o cup ar las islas
islas de! sig o xvm, España demostró ser incapaz de realizar una política
de Anson
Anson,, en h colocado como pu ert o de escala pará colonial de largo alcance, cuando esa política exigía ante todo
"*Ȏ c ab
ab o d e H or
or n o s's' ? ! p r las co“ p S sacrificios iniciales. Todo traslado del centro de gravedad hacia el el
¥ ^'internacionales de fines de la déc ada de 1750 y comie comienzo
nzoss interior se hacía a costa de la fuerza de reacción exterior, y al
aones intem idieron al comienzo que el éxito fu era completo. contrario. Si ambos aspectos
aspectos llegaban a concidir —caso—caso que
u l 1
l 1 17 1764
64 comenz
comenzóó la reacción española y, tras ape lar al se presentó a comienzos del siglo xix—, el aparato del poder
“Parto de familia” (1761), alcanzo en primer lugar a las español, tan sólidamente afianzado en apariencia, amenazaba con
desmoronarse. En el caso caso concreto de la Patagonia
Patagonia y de las
las Mal
Krcer
Krcer francesas:
francesas: en 1767
1767 consiguió la evacu ació n de la colo colo vinas, los españoles se contentaron con la restauración del  stat us
a confl
conflic
icto
to oo„ Inglaterra
Inglaterra (1770/71), j» , ante bellum,  y de la colonia planeada sólo quedó un sitio de
 L e   culminó con la decisión de la Corona española “de depo rtació n: “Los españoles,
españoles, que no vieron las las extraordin
extraordinarias
arias
expulsar 5a los ingl
ingles
eses
es de su base
base en Puerto
Puerto E g m o n t . ^ inten.inten. ventajas que ofrece la isla y que, por lo demás, poco se preocu
ción que sólo
sólo se realizaría
realiz aría e n 1774  pa ba n por la agr icu ltur a en el resto de América, utilizaron esa
Una vez que, de este modo, la Corona hubiese contrarrestado isla como lugar de destierro para delincuentes...” 29
el agudo peligro de que ese vacío colonial atrajese a potencias Al lado del factor exterior del peligro de invasión portugués?,
extranjeras, planteó la exigencia de que a partir de Buenos Aires francesa o inglesa, también se mostraron activas fuerzas interioren
se llevara ’a cabo la colonización de la costa patagónica, “para  —meno s eviden tes pero no menos significativas— que contribu
impedir que otras naciones se establezcan en alguno de sus puntos, yeron a desligar la región del Río de la Plata de la jurisdicción
desd
desdee donde
donde podrían
podrían penetrar h acia Pe rú y Ch ile. . .” 28 Con del Pe rú. Los primer os atisbos serios
serios se
se observan ya a partir de
ese objeto, en 1778, varias familias de campesinos fueron embar la segunda mitad del siglo xvm, y lo más notable es que fue el
cadas hacia Sin Fondo y San Julián, provistas de lo más necesario interior, sobre todo el Alto Perú, el que abogó por su incorpora
y hasta acompañadas
acompañadas por esclavos.
esclavos. El e xpe rim ent o no tuvo éxito,
éxito, ción a Buenos Aires, a la vez que prestaba apoyo permanente
 por los
los motivos que el virrey Ve rtiz dio a co no ce r en su decreto a las iniciativas que d e allí partían en igual sentido
sentido.. Quienes
Quienes pro
pro
sobre supresión de las colonias (1783) : falta de dinero y las cir  pu gn ab an —ya fue ra en Lim a o en Ma drid — la idea de unifi
cación, se remitían en primer lugar a las transformaciones econó
cunstancias geográficas adversas, que no permitían un desarrollo
micas que, sobre todo desde comienzos del siglo xvm, se habían
normal
normal del comercio
comercio y la indus tria. Pu esto qu e “los ingleses o  pro duc ido en la regió n que iba de Buenos ires hasta Potosí, al
cualesquiera otroc enemigos de España” jamás podrían poner pie incremento de la población, etc., todo lo cual exigía el estable
allí donde los mismos españoles no habían podido hacerlo, era cimiento de una forma de administración más adecuada.
absurdo mantener bases “que son una pesada carga para el fisco A comienzos de 1771, el fiscal de la Audiencia de Charcas
real a la vez que son absolutamente inútiles para las intenciones expuso los pensamientos fundamentales de ese tribunal, cuya ju
 políticas
 políticas del gobierno” (! ). En otra s p al ab ra s: en el úl tim o cuarto risdicción se extendía a la mayor parte de los territorios interiores,
en un voluminoso memorial: 30
26 G. AnsoVj  A. v o y a g e a r o u n d t h e w o r l d i n t h e y e a r s 1 7 4 0  1 7 4 4 . . ■>
Londre
Londress 1776
1776,, A.
A.B.,
B., VI, p. 498. Entre 1748 y 1776, ¡ la obra mencionada 29 De una “ Descripción de la islaisla oriental
oriental de Falkland,
Falkland, 1831’ (Ar
se reeditó quince veces!
chivo del Estado de Bremen. Firma: C 20. b. 1. b). _ ,
Real orden del 24 de agosto agosto de 1770 (A. B., V I,  D o cu m en ts
relattfs aux iles  M al ou in es , doc. n<? 7 , p. 55 9 ). . 30  Me mo rial ajust ado del exp edie nte obrado sobre restablectmient 
• nfom
nfomieie del
del Virrey
Virrey Vértiz,
Vértiz, para que se abandone n los
los esta
establ
blec
ecí-
í- o creación de Audien cia Pretorial en la Capital de de Buenos tres
tres e
J a G°sta
G°sta Patagóni
Patagónica,ca, Montevideo, 22 de febr. de 1783
1783.. (Col.
(Col.  N. A., IV , 1, p. 66  sq.).
'INCELIS, v, p. 122).

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M a í í f R £ d R O S S O K  
54 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 55
u nara el comercio
comercio de nuestros súbditos ». Po r iniciativa
f a v o r a b l e s Par* * se raalizó el primer in ten to de o cup ar las islas
islas de! sig o xvm, España demostró ser incapaz de realizar una política
de Anson
Anson,, en h colocado como pu ert o de escala pará colonial de largo alcance, cuando esa política exigía ante todo
"*Ȏ c ab
ab o d e H or
or n o s's' ? ! p r las co“ p S sacrificios iniciales. Todo traslado del centro de gravedad hacia el el
¥ ^'internacionales de fines de la déc ada de 1750 y comie comienzo
nzoss interior se hacía a costa de la fuerza de reacción exterior, y al
aones intem idieron al comienzo que el éxito fu era completo. contrario. Si ambos aspectos
aspectos llegaban a concidir —caso—caso que
u l 1
l 1 17 1764
64 comenz
comenzóó la reacción española y, tras ape lar al se presentó a comienzos del siglo xix—, el aparato del poder
“Parto de familia” (1761), alcanzo en primer lugar a las español, tan sólidamente afianzado en apariencia, amenazaba con
desmoronarse. En el caso caso concreto de la Patagonia
Patagonia y de las
las Mal
Krcer
Krcer francesas:
francesas: en 1767
1767 consiguió la evacu ació n de la colo colo vinas, los españoles se contentaron con la restauración del  stat us
a confl
conflic
icto
to oo„ Inglaterra
Inglaterra (1770/71), j» , ante bellum,  y de la colonia planeada sólo quedó un sitio de
 L e   culminó con la decisión de la Corona española “de depo rtació n: “Los españoles,
españoles, que no vieron las las extraordin
extraordinarias
arias
expulsar 5a los ingl
ingles
eses
es de su base
base en Puerto
Puerto E g m o n t . ^ inten.inten. ventajas que ofrece la isla y que, por lo demás, poco se preocu
ción que sólo
sólo se realizaría
realiz aría e n 1774  pa ba n por la agr icu ltur a en el resto de América, utilizaron esa
Una vez que, de este modo, la Corona hubiese contrarrestado isla como lugar de destierro para delincuentes...” 29
el agudo peligro de que ese vacío colonial atrajese a potencias Al lado del factor exterior del peligro de invasión portugués?,
extranjeras, planteó la exigencia de que a partir de Buenos Aires francesa o inglesa, también se mostraron activas fuerzas interioren
se llevara ’a cabo la colonización de la costa patagónica, “para  —meno s eviden tes pero no menos significativas— que contribu
impedir que otras naciones se establezcan en alguno de sus puntos, yeron a desligar la región del Río de la Plata de la jurisdicción
desd
desdee donde
donde podrían
podrían penetrar h acia Pe rú y Ch ile. . .” 28 Con del Pe rú. Los primer os atisbos serios
serios se
se observan ya a partir de
ese objeto, en 1778, varias familias de campesinos fueron embar la segunda mitad del siglo xvm, y lo más notable es que fue el
cadas hacia Sin Fondo y San Julián, provistas de lo más necesario interior, sobre todo el Alto Perú, el que abogó por su incorpora
y hasta acompañadas
acompañadas por esclavos.
esclavos. El e xpe rim ent o no tuvo éxito,
éxito, ción a Buenos Aires, a la vez que prestaba apoyo permanente
 por los
los motivos que el virrey Ve rtiz dio a co no ce r en su decreto a las iniciativas que d e allí partían en igual sentido
sentido.. Quienes
Quienes pro
pro
sobre supresión de las colonias (1783) : falta de dinero y las cir  pu gn ab an —ya fue ra en Lim a o en Ma drid — la idea de unifi
cación, se remitían en primer lugar a las transformaciones econó
cunstancias geográficas adversas, que no permitían un desarrollo
micas que, sobre todo desde comienzos del siglo xvm, se habían
normal
normal del comercio
comercio y la indus tria. Pu esto qu e “los ingleses o  pro duc ido en la regió n que iba de Buenos ires hasta Potosí, al
cualesquiera otroc enemigos de España” jamás podrían poner pie incremento de la población, etc., todo lo cual exigía el estable
allí donde los mismos españoles no habían podido hacerlo, era cimiento de una forma de administración más adecuada.
absurdo mantener bases “que son una pesada carga para el fisco A comienzos de 1771, el fiscal de la Audiencia de Charcas
real a la vez que son absolutamente inútiles para las intenciones expuso los pensamientos fundamentales de ese tribunal, cuya ju
 políticas
 políticas del gobierno” (! ). En otra s p al ab ra s: en el úl tim o cuarto risdicción se extendía a la mayor parte de los territorios interiores,
en un voluminoso memorial: 30
26 G. AnsoVj  A. v o y a g e a r o u n d t h e w o r l d i n t h e y e a r s 1 7 4 0  1 7 4 4 . . ■>
Londre
Londress 1776
1776,, A.
A.B.,
B., VI, p. 498. Entre 1748 y 1776, ¡ la obra mencionada 29 De una “ Descripción de la islaisla oriental
oriental de Falkland,
Falkland, 1831’ (Ar
se reeditó quince veces!
chivo del Estado de Bremen. Firma: C 20. b. 1. b). _ ,
Real orden del 24 de agosto agosto de 1770 (A. B., V I,  D o cu m en ts
relattfs aux iles  M al ou in es , doc. n<? 7 , p. 55 9 ). . 30  Me mo rial ajust ado del exp edie nte obrado sobre restablectmient 
• nfom
nfomieie del
del Virrey
Virrey Vértiz,
Vértiz, para que se abandone n los
los esta
establ
blec
ecí-
í- o creación de Audien cia Pretorial en la Capital de de Buenos tres
tres e
J a G°sta
G°sta Patagóni
Patagónica,ca, Montevideo, 22 de febr. de 1783
1783.. (Col.
(Col.  N. A., IV , 1, p. 66  sq.).
'INCELIS, v, p. 122).

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MA N F R E D k o s s o k  
56 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 57
«orincipal motivo que impidió un buen gobierno de estas
' P ncias
ncias (Tucum án, Parag uay , Buenos Aires, Cuy o) fUe fUe. Buenos Aires alejado 982 leguas del centro del gobierno, en Lima,
CUT Candes distan distancia
ciass que las
las separaban de la su prem a auto- el tiempo y la distancia aconsejaban reducir las consultas a los
J? ¡m a v tambi también
én de esta
esta Audiencia de Charcas . . Ta¡ casos
casos más impor tantes. Por otra parte, como el gobierno
gobierno bonae
- n no solamente dio lugar a arbitrariedades en la adm¡. rense dependía en medida cada vez mayor de los subsidios de la
situa
situaci
ción
ón ^ ]as Ieye
Ieyes,
s, etc., sino que tam bié n se descuida- capital, la situación de esas provincias se tomaba dudosa. Creo que
nlSt?os d e r e c h o s financieros de la Corona, a pesar de los adelantos fue para subsanar tales deficiencias por lo que la Corona procedió
a crear en Buenos Aires un nuevo Virreinato, que abarcaba estas
Tranzados en el número de pobladores, el comercio y la indus_ 
 pro vin cia s y tam bié n las de Cuyo y tod a la jurisd icción de la
" ¿ a  Nadie ignor a “ q u e la ciudad de Buenos Aires, de a c u e r d o
Audie ncia de C harcas. Esa medida del gobierno
gobierno recibió
recibió su im
c o n su situación, las circunstancias y otras consideraciones expues  pu lso decis ivo al imp one rse el pla n de venga rse de las ofensas
tas es la más adecuada para que en ella se establezca un Virrei de los portugueses ” .35
.35
nato con una Real A u d i e n c i a , a los cuales se subordinarán las De acuerdo con las circunstancias específicas en que surgió el
 provincias
 provincias de P a r a g u a y , Tucumán y C u y o ” .32 .32  En una Cédula Virreinato, doble fue la misión que se encomendó al virrey Pedro
del 3  de noviembre de 1773, dirigida al virrey del Perú, la Corona de Cevallos. El pr incip al interés de la Corona, en su su polític
políticaa
solicitaba información suficiente “sobre la utilidad y n e c e s i d a d exterior, sólo podía satisfacerse mediante una amplia reorganiza
que aconsejan la creación de la nueva Audiencia, como también ción de la colonia. No ba staba n para ello ello meras modificaci
modificaciones
ones
de las ventajas que de allí habrán de derivarse para el bienestar formales en la estructura administrativa, sino que era necesario
general y para el de mis súbditos en esos dominios ” .33 .33 E n o p i n i ó n acrecentar decisivamente la fuerza económica de la región, con
del
del virrvirrey
ey,, un
un paso
paso semejante sería pa ra el su r — con su “comercio, el fin de asegurar los recursos más indispensables para su defensa
 población y progresos in co m pa ra bl em en te m ay or es ” qu e, p o r eje m y, por encima de ello, para resolver la situación en un beneficio
 plo, los de Sant a Fe de Bo gotá — “a lgo ta n ú ti l co m o ne ce sa rio ” . colonial pa ra la metrópo li. Ese fue el objetivo último de todas
las medidas implantadas por Cevallos, que también señaló el
Pero, atento a los intereses de los comerciantes de Lima, Amat no
rum bo que luego seguirían los siguientes
siguientes virreyes.
virreyes. _ 
 pensaba tant o en Buenos Aire s co mo en S a nt ia go de Ch ile al A causa de las peculiaridades estructurales que ya hemos seña
aconse
aconsejar jar la medida. P ero no fue e sa obje ció n geo grá fica la lado para la colonia del Plata, su reorganización económica debió
decisiva, sino el hecho de “que Amat consideraba inevitable la realizarse sobre una base mucho más variada que la predominante
crea
creaci ción
ón,, en
en una u otra forma, de u n nue vo V irre ina to ” .34 .34 en las
las colonias centrales de México (N ueva España) y del eru.
De esta manera, los resultados de la investigación de historia Tanto en México como en Perú, el resurgimiento economico de
dores tanto argentinos como españoles confirman la apreciación la segunda mitad del siglo se operó principalmente gracias a la
que hizo Gregorio Funes, ya en 1817, acerca de que la creación intensificación y expansión de la minería, cuyas exportaciones
e Virreinato del Río de la Plata había respondido a la coinci entre 1750 y 1800 hasta llegaron a superar la producción total
dencia
dencia de factores
factores internos y exteriores: “L a e xte nsi ón del V irrei  entre 1493 y 1700.36
1700.36 Ha sta la época de la emancipación, tanto
nato e Perú no permitía, ni que las leyes re pr im ie ra n los delitos la agricultura como la industria se mantuvieron en según según o p ano
ano
Signo de que se perte necía a la aristocracia criolla
criolla de exico,
exico, eco
infl10 ^ ^Ue
^Ue ^uerza púb lica .alcan zara la necesaria nómicam ente saturada, era poseer un lugar lugar en el uerpo e
ucnc
ucnciaia sobr
sobree un normal
normal funcion am iento del E stad o. En un
35 G . F u n e s ,  Ensa yo de la historia civil del  Par agua y,  Buenos Aires
32 l bJ d'  p' 89' ■ ‘ T u c u m á n , t. II I, Buenos Aires 1817, p. 196. efe  Fmb ire
 H [b ld>
ld> P- 90. 3G H um bo ldt, op. cit., 137. Ha ring, The Spamsh Lmpue
cit., t. IV, p. 137.
 ,b
Ll.d’  p-
I Ibtd.   p- 9:¿-
Ibtd.   p. 95.
in America, 
America,   Nueva York 1947, p. 220.

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56 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 57
«orincipal motivo que impidió un buen gobierno de estas
' P ncias
ncias (Tucum án, Parag uay , Buenos Aires, Cuy o) fUe fUe. Buenos Aires alejado 982 leguas del centro del gobierno, en Lima,
CUT Candes distan distancia
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las separaban de la su prem a auto- el tiempo y la distancia aconsejaban reducir las consultas a los
J? ¡m a v tambi también
én de esta
esta Audiencia de Charcas . . Ta¡ casos
casos más impor tantes. Por otra parte, como el gobierno
gobierno bonae
- n no solamente dio lugar a arbitrariedades en la adm¡. rense dependía en medida cada vez mayor de los subsidios de la
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situaci
ción
ón ^ ]as Ieye
Ieyes,
s, etc., sino que tam bié n se descuida- capital, la situación de esas provincias se tomaba dudosa. Creo que
nlSt?os d e r e c h o s financieros de la Corona, a pesar de los adelantos fue para subsanar tales deficiencias por lo que la Corona procedió
a crear en Buenos Aires un nuevo Virreinato, que abarcaba estas
Tranzados en el número de pobladores, el comercio y la indus_ 
 pro vin cia s y tam bié n las de Cuyo y tod a la jurisd icción de la
" ¿ a  Nadie ignor a “ q u e la ciudad de Buenos Aires, de a c u e r d o
Audie ncia de C harcas. Esa medida del gobierno
gobierno recibió
recibió su im
c o n su situación, las circunstancias y otras consideraciones expues  pu lso decis ivo al imp one rse el pla n de venga rse de las ofensas
tas es la más adecuada para que en ella se establezca un Virrei de los portugueses ” .35
.35
nato con una Real A u d i e n c i a , a los cuales se subordinarán las De acuerdo con las circunstancias específicas en que surgió el
 provincias
 provincias de P a r a g u a y , Tucumán y C u y o ” .32 .32  En una Cédula Virreinato, doble fue la misión que se encomendó al virrey Pedro
del 3  de noviembre de 1773, dirigida al virrey del Perú, la Corona de Cevallos. El pr incip al interés de la Corona, en su su polític
políticaa
solicitaba información suficiente “sobre la utilidad y n e c e s i d a d exterior, sólo podía satisfacerse mediante una amplia reorganiza
que aconsejan la creación de la nueva Audiencia, como también ción de la colonia. No ba staba n para ello ello meras modificaci
modificaciones
ones
de las ventajas que de allí habrán de derivarse para el bienestar formales en la estructura administrativa, sino que era necesario
general y para el de mis súbditos en esos dominios ” .33 .33 E n o p i n i ó n acrecentar decisivamente la fuerza económica de la región, con
del
del virrvirrey
ey,, un
un paso
paso semejante sería pa ra el su r — con su “comercio, el fin de asegurar los recursos más indispensables para su defensa
 población y progresos in co m pa ra bl em en te m ay or es ” qu e, p o r eje m y, por encima de ello, para resolver la situación en un beneficio
 plo, los de Sant a Fe de Bo gotá — “a lgo ta n ú ti l co m o ne ce sa rio ” . colonial pa ra la metrópo li. Ese fue el objetivo último de todas
las medidas implantadas por Cevallos, que también señaló el
Pero, atento a los intereses de los comerciantes de Lima, Amat no
rum bo que luego seguirían los siguientes
siguientes virreyes.
virreyes. _ 
 pensaba tant o en Buenos Aire s co mo en S a nt ia go de Ch ile al A causa de las peculiaridades estructurales que ya hemos seña
aconse
aconsejar jar la medida. P ero no fue e sa obje ció n geo grá fica la lado para la colonia del Plata, su reorganización económica debió
decisiva, sino el hecho de “que Amat consideraba inevitable la realizarse sobre una base mucho más variada que la predominante
crea
creaci ción
ón,, en
en una u otra forma, de u n nue vo V irre ina to ” .34 .34 en las
las colonias centrales de México (N ueva España) y del eru.
De esta manera, los resultados de la investigación de historia Tanto en México como en Perú, el resurgimiento economico de
dores tanto argentinos como españoles confirman la apreciación la segunda mitad del siglo se operó principalmente gracias a la
que hizo Gregorio Funes, ya en 1817, acerca de que la creación intensificación y expansión de la minería, cuyas exportaciones
e Virreinato del Río de la Plata había respondido a la coinci entre 1750 y 1800 hasta llegaron a superar la producción total
dencia
dencia de factores
factores internos y exteriores: “L a e xte nsi ón del V irrei  entre 1493 y 1700.36
1700.36 Ha sta la época de la emancipación, tanto
nato e Perú no permitía, ni que las leyes re pr im ie ra n los delitos la agricultura como la industria se mantuvieron en según según o p ano
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Signo de que se perte necía a la aristocracia criolla
criolla de exico,
exico, eco
infl10 ^ ^Ue
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ucnciaia sobr
sobree un normal
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35 G . F u n e s ,  Ensa yo de la historia civil del  Par agua y,  Buenos Aires
32 l bJ d'  p' 89' ■ ‘ T u c u m á n , t. II I, Buenos Aires 1817, p. 196. efe  Fmb ire
 H [b ld>
ld> P- 90. 3G H um bo ldt, op. cit., 137. Ha ring, The Spamsh Lmpue
cit., t. IV, p. 137.
 ,b
Ll.d’  p-
I Ibtd.   p- 9:¿-
Ibtd.   p. 95.
in America, 
America,   Nueva York 1947, p. 220.

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58 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 59


37 'lo en línea, en e l Consulado de Veracruz
segunda
Minería  y, ^ ]a nueva distri distribuci
bución
ón territori
territorial,
al, el Alto
Alto rentes de los porteños, se desempeñaron más bien como objeto que
Si bien,
bien, de acu d a a B u e n 0 s Aires, con lo que la minería como sujeto en la etapa evolutiva inaugurada con la era de la
Perú con Ph0t°“ nPpa pel muy im po rta nte ,38  todo acrecentamiento revolución industrial.40
desempeña
desempeña n en esta par te del con tinen te debió debió Las diferentes regiones del Virreinato reaccionaron de muy
I cnhr
cnhree base
basess mercanti
mercantiles
les para con tar con alg un a perspec-
perspec- diversa manera frente a la evolución cumplida entre 1776 y 1810.
1 í í c to-
to- ademá
ademáss del ritmo
ritmo general de la economía, también Para las provincias interiores en sentido estricto (Mendoza-
üva
üva de exi
exi . c dependían del tráfico tan to intercolo-
intercolo- Córdoba-Tucumán-Jujuy), esos años significaron en parte un
E n'e . Plata la M etrópoli no percibía
percibía  pe río do de dep res ión econ óm ica, y au n de deca den cia en alguna s
ante todo sus réditos en una Casa de Moneda, sino en una Casa ram as de la economía. Situadas directamen te en la esfera esfera de
irradiación del comercio bonaerense, las recíprocas relaciones eco
dC Tal^coricen
Tal^coricentraci tración
ón en el equilibrio d e la ba lan za come rcial nómicas con el Litoral llegaron sin embargo a un grado de depen
dencia, de modo que ya en la época colonial se esbozaron los
exigía, a su vez, el predominio económico de Buenos Aires sobre futuros contornos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
el interi
interior,
or, que dependía de la zona l itoral. Per o ese pred om inio Otra fue la evolución en Paraguay y en el Alto Perú. Principal
e c o n ó m i c o tenía que alimentar por fuerza las pretensiones de
mente en tiempos de Cevallos se multiplicaron los esfuerzos por
hegemo
hegemonía nía política
política de los
los porteños. De trás de e sa p ec uli ar s itua estrechar los vínculos tanto económicos como políticos de los
ción de Buenos Aires no se ocultaba únicamente un fenómeno distritos mineros del Alto Perú con el resto de la región del
de oposición territorial, pues ante todo se expresaba en ella un Plata, pero fracasaron tanto como habían fracasado los esfuer
 proceso
 proceso altam ente signi ficativ o pa ra el fu tu ro de l im pe ri o co lo ni al : zos análogos pro venien tes de Lima. En lo geográfico geográfico,, según
según
en lo concer
concernie niente
nte al
al sur de H ispano amé rica, Bueno s Aires desem el pasado histórico colonial y también de acuerdo con la
 peñó la función de in te rm ed iar io de l cr ec ie nt e de bi lit am ie nt o estructura social y económicas, el Alto Perú se desprendía dema
 burgués de la sociedad colo nial , pu es to qu e al lí e nc o n tr ó su ve r siado del marco del Virreinato,41 de manera que los treinta años
dadera patria el comercio como instrumento de dominación eco de administración común y de consciente defensa contra Lima
nómi
nómica ca de la burguesía
burguesía colonial
colonial.. Precis am ente el “ car ác ter de no fueron suficientes para suscitar una verdadera comunidad de
empresa comercial” formó la esencia de lo que Ricardo Levene
 —duramen te atac ado po r h ist ori ad ore s de or ie n ta ci ón fe de ra li st a— 40 Visto a través del cristal de los historiadores
historiadores federalistas,
federalistas, he aquí
describió como “misión revolucionaria del puerto de Buenos Aires como se presentó ese hecho histó rico: “El puerto de Buenos Aires ha e
mostrado ser lo menos argentino posible: es él quien ha sustentado 1a im
y terr
territitor
orio
ioss adyace
adyacente
ntes”.3
s”.3®
® En ello se basó tam bié n, en último  po rt ac ió n de ley es y co stu mb re s y mo da s ex tra nje ra s, ant ihi spa nis tas , an ti
término, el innegable adelanto histórico del litoral respecto de las hispanoam ericanas, con el solo solo y exclusivo
exclusivo objeto de desnatur izar a país
 provincias interiores, po rq ue los pr ov in ci an os , en es to m u y dife - y arruinar a las provincias, en tanto que no se perjudique su dominaci
sobre las mismas... El puerto de Buenos Aires siempre se contrapone a la
ciudad de Córdoba del Tucumán, incomparablemente mas grande que
elpv
elpvar
ar m!nería
m!nería °^rec^
°^rec^a una de las oport unida des más propic ias para Buenos Aires, por la misma razón que Toledo, La Haya o e n e c i a son
.i r i-Se •S°j-re.j
°j-re.j s masas puesto que,
qu e, una
u na vez lleg
ll egado
ado a la clase
clas e m inera,
ine ra, superiores, sin duda alg una a New -York o Chicago. Chicago. El va or e
mcias ,mJ  V1-U 0  n° s.°^amente 8e encontraba en una categoría aparte
 V1-U0 ciuda d está en lo que ella repres enta en la tradición, en el arte, en a
cit., p. 484 sq*?1162^ 5m05m0  tamkién por sus privilegios legales ( D i f f ie
i e , op. lización.” Este ejemplo de n oble tradicionalismo aristocrático ren e
38 D * arrib ismo d e la costa es consecuente, consigo mismo al descri ir a rev
inores favaorezc^v’
o rezc^v’^ Tden
Tdenan
an^^ ° los Trib unales, Gobern adores y Corre Corre ción de mayo de 1810 como “demagogia porteña” ( F r a n c i s c o V . s i l v a .
del estado San tu  f ramo f e mi ne ro s, fu n da m e nt o de fe li ci d a d y riq ue za  El Li be rta do r Bol íva r y el deá n Fun es en la  p o l í t i c a argentina ( ev
 p. 35). D Ildefon
Ildefonso’
so’ 19  de oct. de 1776. (D. H. V., III, doc. n* 9, de la historia argentina). M adrid s. d. (B. A., X X II), p. 5 ,  )•
41 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit.,  p. 106.
Levene,  Invest igacion es, t. I, p. 28 .

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m a n f r e d k o s s o k  

58 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 59


37 'lo en línea, en e l Consulado de Veracruz
segunda
Minería  y, ^ ]a nueva distri distribuci
bución
ón territori
territorial,
al, el Alto
Alto rentes de los porteños, se desempeñaron más bien como objeto que
Si bien,
bien, de acu d a a B u e n 0 s Aires, con lo que la minería como sujeto en la etapa evolutiva inaugurada con la era de la
Perú con Ph0t°“ nPpa pel muy im po rta nte ,38  todo acrecentamiento revolución industrial.40
desempeña
desempeña n en esta par te del con tinen te debió debió Las diferentes regiones del Virreinato reaccionaron de muy
I cnhr
cnhree base
basess mercanti
mercantiles
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perspec- diversa manera frente a la evolución cumplida entre 1776 y 1810.
1 í í c to-
to- ademá
ademáss del ritmo
ritmo general de la economía, también Para las provincias interiores en sentido estricto (Mendoza-
üva
üva de exi
exi . c dependían del tráfico tan to intercolo-
intercolo- Córdoba-Tucumán-Jujuy), esos años significaron en parte un
E n'e . Plata la M etrópoli no percibía
percibía  pe río do de dep res ión econ óm ica, y au n de deca den cia en alguna s
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irradiación del comercio bonaerense, las recíprocas relaciones eco
dC Tal^coricen
Tal^coricentraci tración
ón en el equilibrio d e la ba lan za come rcial nómicas con el Litoral llegaron sin embargo a un grado de depen
dencia, de modo que ya en la época colonial se esbozaron los
exigía, a su vez, el predominio económico de Buenos Aires sobre futuros contornos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
el interi
interior,
or, que dependía de la zona l itoral. Per o ese pred om inio Otra fue la evolución en Paraguay y en el Alto Perú. Principal
e c o n ó m i c o tenía que alimentar por fuerza las pretensiones de
mente en tiempos de Cevallos se multiplicaron los esfuerzos por
hegemo
hegemonía nía política
política de los
los porteños. De trás de e sa p ec uli ar s itua estrechar los vínculos tanto económicos como políticos de los
ción de Buenos Aires no se ocultaba únicamente un fenómeno distritos mineros del Alto Perú con el resto de la región del
de oposición territorial, pues ante todo se expresaba en ella un Plata, pero fracasaron tanto como habían fracasado los esfuer
 proceso
 proceso altam ente signi ficativ o pa ra el fu tu ro de l im pe ri o co lo ni al : zos análogos pro venien tes de Lima. En lo geográfico geográfico,, según
según
en lo concer
concernie niente
nte al
al sur de H ispano amé rica, Bueno s Aires desem el pasado histórico colonial y también de acuerdo con la
 peñó la función de in te rm ed iar io de l cr ec ie nt e de bi lit am ie nt o estructura social y económicas, el Alto Perú se desprendía dema
 burgués de la sociedad colo nial , pu es to qu e al lí e nc o n tr ó su ve r siado del marco del Virreinato,41 de manera que los treinta años
dadera patria el comercio como instrumento de dominación eco de administración común y de consciente defensa contra Lima
nómi
nómica ca de la burguesía
burguesía colonial
colonial.. Precis am ente el “ car ác ter de no fueron suficientes para suscitar una verdadera comunidad de
empresa comercial” formó la esencia de lo que Ricardo Levene
 —duramen te atac ado po r h ist ori ad ore s de or ie n ta ci ón fe de ra li st a— 40 Visto a través del cristal de los historiadores
historiadores federalistas,
federalistas, he aquí
describió como “misión revolucionaria del puerto de Buenos Aires como se presentó ese hecho histó rico: “El puerto de Buenos Aires ha e
mostrado ser lo menos argentino posible: es él quien ha sustentado 1a im
y terr
territitor
orio
ioss adyace
adyacente
ntes”.3
s”.3®
® En ello se basó tam bié n, en último  po rt ac ió n de ley es y co stu mb re s y mo da s ex tra nje ra s, ant ihi spa nis tas , an ti
término, el innegable adelanto histórico del litoral respecto de las hispanoam ericanas, con el solo solo y exclusivo
exclusivo objeto de desnatur izar a país
 provincias interiores, po rq ue los pr ov in ci an os , en es to m u y dife - y arruinar a las provincias, en tanto que no se perjudique su dominaci
sobre las mismas... El puerto de Buenos Aires siempre se contrapone a la
ciudad de Córdoba del Tucumán, incomparablemente mas grande que
elpv
elpvar
ar m!nería
m!nería °^rec^
°^rec^a una de las oport unida des más propic ias para Buenos Aires, por la misma razón que Toledo, La Haya o e n e c i a son
.i r i-Se •S°j-re.j
°j-re.j s masas puesto que,
qu e, una
u na vez lleg
ll egado
ado a la clase
clas e m inera,
ine ra, superiores, sin duda alg una a New -York o Chicago. Chicago. El va or e
mcias ,mJ  V1-U 0  n° s.°^amente 8e encontraba en una categoría aparte
 V1-U0 ciuda d está en lo que ella repres enta en la tradición, en el arte, en a
cit., p. 484 sq*?1162^ 5m05m0  tamkién por sus privilegios legales ( D i f f ie
i e , op. lización.” Este ejemplo de n oble tradicionalismo aristocrático ren e
38 D * arrib ismo d e la costa es consecuente, consigo mismo al descri ir a rev
inores favaorezc^v’
o rezc^v’^ Tden
Tdenan
an^^ ° los Trib unales, Gobern adores y Corre Corre ción de mayo de 1810 como “demagogia porteña” ( F r a n c i s c o V . s i l v a .
del estado San tu  f ramo f e mi ne ro s, fu n da m e nt o de fe li ci d a d y riq ue za  El Li be rta do r Bol íva r y el deá n Fun es en la  p o l í t i c a argentina ( ev
 p. 35). D Ildefon
Ildefonso’
so’ 19  de oct. de 1776. (D. H. V., III, doc. n* 9, de la historia argentina). M adrid s. d. (B. A., X X II), p. 5 ,  )•
41 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit.,  p. 106.
Levene,  Invest igacion es, t. I, p. 28 .

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MANFRÉD k o s s o r  
60 EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
61
, j,,mentar un sentimiento de cohesión nacion al. La
inte
intere
rese
sess y tunoa Be](r
Be](rra
ranono 42 _ promo vida po r lala junt a revo- fin de la época colonial, el sistema de mitas y encomiendas formó
postenor olensiv ^ ^    comienzo de las iuchas de indepen. la base del latifundio cnollomestizo,40 ,40  a la vez que se hallaba
lucionana de o ^ A]tipIano
A]tipIano COmo reivindicación del “dere “dere  prá cti ca me nte aus ente un estra to burgués de la sociedad. En pro
o d e   posesión”, pero sufrió el mismo fracaso que el  por ción dir ec ta con el desar rollo y adela nto evolutivo de Buenos
Buenos
ch o histonco k - nQ £ n esos a - oSjoSj eI antagonismo económico Aires, creció también la repulsa de la aristocracia de Asunción
c o n tr
t r a at
a t aq
aq u i m p 0 n e r u n a i r re
re v o c a b l e s e p a r a c i ó n p o l ít
í t ic
ic a .
frent e a esos “retoños” advenedizos del del Plata. El terreno asíasí pre
 pa rad o sirvió en 1810 /11 pa ra la prop agan da del jacobino en
r ev
ev el
el ó e n P a ^ a y . D e s pu
pu é s d e 1 6 HÍ
HÍ min iatura Rodríguez Francia. - ”
L cP lo separó
separó administrat ivame nte de B uenos Aires y se Bajo auspicios muy diferentes se desarrollaron las relaciones
íoTnvó del contacto directo con el Atlántico, el país cayó en un entr e Buenos Aires y su puesto de avanzada de Montevideo.
Montevideo. Como
estado  p e n n a n e n te de depresión/* que dio mayor impulso a la ya lo había informado a la Corona el virrey peruano Amat, la
t e n d e n c i a a mantenerse en una autarquía de economía feudal. razón última del éxito frecuente de los portugueses en la Banda
 Ni el reducid o comercio fro nte riz o con los po rtu gu es es ni el im Oriental debía buscarse en el hecho de que se habían encontrado
 po rta rte cultivo de la yerb a m at e 44 — qu e oc up ó el lu ga r de la allí con una región no asegurada por fuertes ni por colonizaciones.
a r r u i n a d a vinicultura— consiguieron superar ese creciente aisla Según el principio de que la colonización es lo único que asegura
miento. Aun en plena era de reformas, Paraguay fue la única un dominio efectivo ,47 y en vista de las grandes ventajas naturales,
de las provincias del Virreinato que no extrajo el mínimo prove después de 1770 se inició un a transformación radical. Paralela
cho de la nueva orientación de la política comercial y económica. mente al desarrollo de la agricultura y la ganadería, también se
Las causas principales de ese relativo estancamiento podrían bus multiplicaron los puestos fortificados 48  que, aunque insuficientes
 pa ra el nú m ero de pob lad ores , aseg urar on la colonización del inte
carse
carse en su carácter 45 ace ntua dam ente m ilitar , de colo nia f ronte 
rior de la región y contribuyero n a su defensa militar.
militar. Montevideo
Montevideo
riza, y en esos 150 años durante los cuales la orden de las misiones conoció un desarrollo de las dimensiones del que, medio siglo
había
había trabado
trabado toda iniciati
iniciativa
va económica n o ec lesiástica. Ha sta el antes, ha bía cump lido Buenos Aires. Aires. Al caducar los los términ
términos
os
municipales con la expansión económica y política de la zona
42 H . H e r r i n g ,  A hist ory of L at ín A m er ic a fr o m th e be gi nn ing s to colonizada, el antiguo fuerte se convirtió gradualmente en futuro
the present,  Nueva
 Nueva YorkYork 1956,
1956, o. 274 sq. sq. com petido r de Buenos Aires.
Aires. Un p unto de apoyo,apoyo, al que aun
43 W i l h e l m y , op. cit.,  p. 228 s q q . en 1765 se atribuía una existencia de hambre ,49 ,49  llegó a ser el
44 Debem
Debemos os mirar aquellos copiosos Yerbales Yerbal es como
co mo unas
u nas ricas minas
mas apreciables por su segura reproducción que no las de Plata y Oro: centro del “más precioso joyel de la Real Corona de nuestro
Las de este metal no tendrían aliento para trabajar los Peones Chilenos Soberano ” ,50
,50  con un volumen de exportación de cueros sin curtir
sin el Mate,
Mate, o infusión caliente de nuestra nue stra Y erb a: Por Po r ella
el la desembolsan
des embolsan calculado (1795) en 1,6 a 1,8 (?) millones. Montevideo obtuvo
anualmente las Provincias de aquel Reyno, las del Virreynato de Buenos casisi a la vez que Bs. Aires su propia administración aduanera.
Aires
Aires,, y gran parte del de Lima 850.000 pesos fuer f uertestes en metálic
met álic o. . . (M.
L a s t a r r i a , Colonias Orientales del Río Paraguay o de la Plata, D. H. A.,
III, p. 186).
186). El número de animalesanimales parece h abe r sido en 1800, de unos 46 Ib id. , p. 173, sq.
2 millones de ganado vacuno y medio millón de caballos ( F . d e A z a r a , 2 ? ay
a yS»dAM n 7 2 ) ' . C a l o ñ e . [ i m i , | W | <” «
Un viaje a Sudamérica en los años 1781-1810, p. 389). Raynal estimó los (1781), Santa Lucía (1781), San José (1783), Minas (1783), Pando
ingresos anuales de la Corona, de 1748 a 1753, en 8.8  millones de libras, (1787), Rocha (1793), Meló (1795), etc.
¿in contar 300 quintales de lana —200.000 libras— y 150.000 cueros —3,2 4 9 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., p. 83, n. i.
mi ones
ones e libras . ( His  His toir e ph ilo so ph ia ue et p ol it iq ue de s ét ab lis se m en ts
et du^ommerce des européens dans les 'deux ludes, Ginebra 1770, t. II,
dro
S
dro Meló
Mo™eA 'd e !v itPr«y
eló de Port
Portug
ugal
al y Vill
r«y19D0: M e * .
Villen
ena.
a. .. en 1795. ( • >
45 D. H. A , m 5 p . 175.

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 po rta rte cultivo de la yerb a m at e 44 — qu e oc up ó el lu ga r de la allí con una región no asegurada por fuertes ni por colonizaciones.
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cho de la nueva orientación de la política comercial y económica. mente al desarrollo de la agricultura y la ganadería, también se
Las causas principales de ese relativo estancamiento podrían bus multiplicaron los puestos fortificados 48  que, aunque insuficientes
 pa ra el nú m ero de pob lad ores , aseg urar on la colonización del inte
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rior de la región y contribuyero n a su defensa militar.
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 Nueva YorkYork 1956,
1956, o. 274 sq. sq. com petido r de Buenos Aires.
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anualmente las Provincias de aquel Reyno, las del Virreynato de Buenos casisi a la vez que Bs. Aires su propia administración aduanera.
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III, p. 186).
186). El número de animalesanimales parece h abe r sido en 1800, de unos 46 Ib id. , p. 173, sq.
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ingresos anuales de la Corona, de 1748 a 1753, en 8.8  millones de libras, (1787), Rocha (1793), Meló (1795), etc.
¿in contar 300 quintales de lana —200.000 libras— y 150.000 cueros —3,2 4 9 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., p. 83, n. i.
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MANFRED k o s s o k  
62
EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
63
Eí rápido
rápido surgimie
surgimiento
nto de Montevideo despe rtó la asomb rada
, J L d ó n de su¡ su¡ pro
propi
pios
os habi
habitant
tantes,
es, pero también la envidia de mente dirigido por monopolistas españoles o inspirado por sus
i ,terciantes de Buenos Aires, poco favorecidos por semejante intereses— lo que indirectamente alentaba la iniciativa comercial
evolu
evolucióciónn Poco después
después de 1790 come nzar on los esfuerzo s del de los nego ciantes y terraten iente s criollos.
criollos. No fue por casualidad
casualidad
M o n t e v i d e o  por sustraerse al tut ela je de los po rte ño s, esfuerzos/  po r lo qu e, en los crítico s años de 1806 y 1807, p rinci oalm ente los
ue pronto revistiero
revistieronn formas definidas . Bueno s Aire s se conv irtió habitantes de Montevideo se revelaron como “malos patriotas
p a r a Montevideo en símbolo de una indigna dependencia, tal todavía peores súbditos y españoles sólo de nombre, traidores a!
como
como Lima lo había sido sido para aq uella ciu dad . La riva lidad c04 Rey y a la Nación ” ,56 ,56  por cuanto en su efímera condición de
mercial entre ambas ciudades hermanas llegó a su culminación “colonia inglesa” 57  aprovecharon sin escrúpulos todas ías venta
en 1799, 
1799,  con la petición que presentaron a la Corona “los apode  jas de riv ad as del dec reto de Ber esfo rd .58
.58 Desde el mismo punto
de vista debe juzgarse el apoyo inesperadamente enérgico que se
rados
rados del comercio
comercio y de los los terrate nien tes de M on tev id eo ” .62
.62 D i
ofreció a Elío, el gobernador rebelde que pretendió defender una
cha petición, que sólo en 1802 y después de su presentación en  pos ición co nt ra Lin ier s y ga na rla pa ra Fe rna nd o V II .
Madrid fue sometida al Consulado bonaerense para su aprobación,
En resumen, y teniendo la vista fija en los acontecimientos
conten
contenía ía seria
seriass quejas
quejas contra Buenos Aires.Aires. En no m bre del “bien de 1810, la función histórica del Virreinato del Río de la Plata
estar del pueblo” y de una “justa libertad”, la oligarquía econó  pu ed e de ter mi na rse po r el hec ho de qu e se co nvirt ió en recip iente
mica de Montevideo protestaba contra la competencia de su constitucional de un proceso de transformación económica, social
hermana mayor y formulaba su aspiración de tener su propio y política, cuya intensidad y efectos reguló en su aplicación, pro
Consulado. Según sus palabras, Montevideo se hallaba oprimida gresiva o regresiva, a todas las regiones de la nueva división admi
 por su dep endencia de Buenos Aires, cu ya ti ra ní a am en az ab a con nistrativa. “Resp ecto de los trescientos años de época colonial colonial,,
esclavizarla y convertirla así en víctima de un “verdadero des el Virreinato representó lo mismo que luego significaría la era
 potismo” 58; los apod erad os ate st igu ab an as im ism o “ la tir an ía constitucional para la época de la emancipación: el período de
y animadversión con que el mencionado tribunal contempla nues la organiz ació n. . . Ha sta pod ría decirse,
decirse, tal vez,
vez, que la Revolu- i
tros
tros progr
progres esos
os,, ventajas
ventajas y bienestar” . La cau sa de tales pre ten ción surgió del período virreinal como Minerva, con todas sus
siones de hegemonía despótica debía buscarse en la envidia ue armas, de la cabeza de Júpiter ” .59 .59 El período de transición se se
uenos Aires ante la competencia, por lo que todos los medios desarrolló en el Plata bajo el signo de la actividad de la burguesía
comercial y del latifundio econ ómicam ente ligado con ella. ella. Los
es parecen buenos con tal de oprimir el comercio montevideano.64
momentos principales en que se reflejaron la amplitud y carácter
' 1Cn. ]r^cas]r^casóó ese
ese intento de proclam ació n de ind epe nd enc ia de dicha transición fueron: conquista de la independencia comer
arnmpCia ° *  ®an ®anc*
c*a Oriental, se trat ó de todos mo dos de un cial y económica frente a Lima; creciente antagonismo entre
aue 3 tamen*e
tamen*e significativo.
significativo. En la serie de esfuerzos ganadería y agricultura; particularidades en el desarrollo del sec
come
comerc rcio
io HlT™ ^ 0tra vez tendencia de M onte vide o a un tor manufacturero-industrial, y transformaciones en la estructura
a dudas
dudas el el "eJ autonomo>65 la Petición de 1799 señ aló sin luga r  social de la población del Virreinato.
no era precisam
precisamp^f3p^f30^
0^ '? 1'?' ^u e P°de mo s pr eg un tar no s es si
P mente
mente la falta
falta del discutido
discutido Consulado -n o rm al - 56  Ib id .,   p. 185.
52 D Tí A *I7TT
57 H. N. A., IV , 1, p. p. 310.
68 D. H. A., V II, doc. n? 228, p. p. 373 sqq.
sqq.
53 d.' h ! a ’ v i i í c' , £ 106- p ' 16 1 - i 7 o.
59 L e v e n e ,  Es tud ios ,   p. 39, 41.
54 lb< p. 164 sq-
. 55 R . l ¿ e L l. .
nano Moreno, 
Moreno,   Bueno* Aires 1925™ °  R ev ol uc ió n de M ay ° V M a' 

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62
EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
63
Eí rápido
rápido surgimie
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tantes,
es, pero también la envidia de mente dirigido por monopolistas españoles o inspirado por sus
i ,terciantes de Buenos Aires, poco favorecidos por semejante intereses— lo que indirectamente alentaba la iniciativa comercial
evolu
evolucióciónn Poco después
después de 1790 come nzar on los esfuerzo s del de los nego ciantes y terraten iente s criollos.
criollos. No fue por casualidad
casualidad
M o n t e v i d e o  por sustraerse al tut ela je de los po rte ño s, esfuerzos/  po r lo qu e, en los crítico s años de 1806 y 1807, p rinci oalm ente los
ue pronto revistiero
revistieronn formas definidas . Bueno s Aire s se conv irtió habitantes de Montevideo se revelaron como “malos patriotas
p a r a Montevideo en símbolo de una indigna dependencia, tal todavía peores súbditos y españoles sólo de nombre, traidores a!
como
como Lima lo había sido sido para aq uella ciu dad . La riva lidad c04 Rey y a la Nación ” ,56 ,56  por cuanto en su efímera condición de
mercial entre ambas ciudades hermanas llegó a su culminación “colonia inglesa” 57  aprovecharon sin escrúpulos todas ías venta
en 1799, 
1799,  con la petición que presentaron a la Corona “los apode  jas de riv ad as del dec reto de Ber esfo rd .58
.58 Desde el mismo punto
de vista debe juzgarse el apoyo inesperadamente enérgico que se
rados
rados del comercio
comercio y de los los terrate nien tes de M on tev id eo ” .62
.62 D i
ofreció a Elío, el gobernador rebelde que pretendió defender una
cha petición, que sólo en 1802 y después de su presentación en  pos ición co nt ra Lin ier s y ga na rla pa ra Fe rna nd o V II .
Madrid fue sometida al Consulado bonaerense para su aprobación,
En resumen, y teniendo la vista fija en los acontecimientos
conten
contenía ía seria
seriass quejas
quejas contra Buenos Aires.Aires. En no m bre del “bien de 1810, la función histórica del Virreinato del Río de la Plata
estar del pueblo” y de una “justa libertad”, la oligarquía econó  pu ed e de ter mi na rse po r el hec ho de qu e se co nvirt ió en recip iente
mica de Montevideo protestaba contra la competencia de su constitucional de un proceso de transformación económica, social
hermana mayor y formulaba su aspiración de tener su propio y política, cuya intensidad y efectos reguló en su aplicación, pro
Consulado. Según sus palabras, Montevideo se hallaba oprimida gresiva o regresiva, a todas las regiones de la nueva división admi
 por su dep endencia de Buenos Aires, cu ya ti ra ní a am en az ab a con nistrativa. “Resp ecto de los trescientos años de época colonial colonial,,
esclavizarla y convertirla así en víctima de un “verdadero des el Virreinato representó lo mismo que luego significaría la era
 potismo” 58; los apod erad os ate st igu ab an as im ism o “ la tir an ía constitucional para la época de la emancipación: el período de
y animadversión con que el mencionado tribunal contempla nues la organiz ació n. . . Ha sta pod ría decirse,
decirse, tal vez,
vez, que la Revolu- i
tros
tros progr
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os,, ventajas
ventajas y bienestar” . La cau sa de tales pre ten ción surgió del período virreinal como Minerva, con todas sus
siones de hegemonía despótica debía buscarse en la envidia ue armas, de la cabeza de Júpiter ” .59 .59 El período de transición se se
uenos Aires ante la competencia, por lo que todos los medios desarrolló en el Plata bajo el signo de la actividad de la burguesía
comercial y del latifundio econ ómicam ente ligado con ella. ella. Los
es parecen buenos con tal de oprimir el comercio montevideano.64
momentos principales en que se reflejaron la amplitud y carácter
' 1Cn. ]r^cas]r^casóó ese
ese intento de proclam ació n de ind epe nd enc ia de dicha transición fueron: conquista de la independencia comer
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aue 3 tamen*e
tamen*e significativo.
significativo. En la serie de esfuerzos ganadería y agricultura; particularidades en el desarrollo del sec
come
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io HlT™ ^ 0tra vez tendencia de M onte vide o a un tor manufacturero-industrial, y transformaciones en la estructura
a dudas
dudas el el "eJ autonomo>65 la Petición de 1799 señ aló sin luga r  social de la población del Virreinato.
no era precisam
precisamp^f3p^f30^
0^ '? 1'?' ^u e P°de mo s pr eg un tar no s es si
P mente
mente la falta
falta del discutido
discutido Consulado -n o rm al - 56  Ib id .,   p. 185.
52 D Tí A *I7TT
57 H. N. A., IV , 1, p. p. 310.
68 D. H. A., V II, doc. n? 228, p. p. 373 sqq.
sqq.
53 d.' h ! a ’ v i i í c' , £ 106- p ' 16 1 - i 7 o.
59 L e v e n e ,  Es tud ios ,   p. 39, 41.
54 lb< p. 164 sq-
. 55 R . l ¿ e L l. .
nano Moreno, 
Moreno,   Bueno* Aires 1925™ °  R ev ol uc ió n de M ay ° V M a' 

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IV

RIVALIDAD COMERCIAL ENTRE BUENOS AIRES


Y LIMA

El curso de la enconada lucha económica de ambos emporios


 por imp oner se en el mer cad o que iba desde los Andes al Atlán
tico 1  es quizás el barómetro más sensible y fidedigno sobre la
transferencia, gradual pero constante, del centro de gravedad
económico hacia la cos ta atlántica. Tambié n en este aspecto trajo
el siglo xvni una solución definitiva de la situación en favor de
Buenos Aires, a lo cual contribuyó con alcance decisivo la mayor
valoración estratégica y comercial de la región del Plata que
entra ñó su inclu sión en el sistema
sistema de asiento
asientos.
s. Más aún qae su
transitorio asociado francés, fue Inglaterra la que aprovechó las
oportunidades que se le ofrecían en el Plata. Gracias al Asiento
de 1713,2 Ing late rra logró dos privilegios
privilegios que directamente concer
concer
nían a Buenos A ires: todos los esclav esclavos
os destinados
destinados a satisfacer
satisfacer la
demanda del litoral y del interior (aun de Perú y de Chile) de
 bía n ser int rod uci do s po r Buenos Aires 3  y, además de eso, para
conservació n, salud y c uida do de ios escla esclavos
vos que momentánea- ^
mente se hallasen en cuarentena, era lícito a la South Sea   Com- ¡
 pa ii y   adquirir tierras, cultivarlas y construir en ellas, para utili-

1 Cf. el panorama general que, a modo de introducción, trae G.


C é s p e d e s   DEL C a s t i l l o ,  Li ma y Bue nos Aires . Repe rcus iones económicas
 y polí tica s de la cre ació n del virr eina to del Plata . Sevilla . arÍ , .a
oposición similar, aunq ue menos marca da, entre Lima y Santiago e i
le, cf. J. W o l f f , Chilenische Opposition gegen die Wirtschaftspohtik des
Vizekonigreich.es Perú,
Perú , (Oposición chilena a la política económica del   ot-
rreinato del Perú). 1778-1810, en Viertelja hrschn ft fur Sozial Sozial - und Wirts-
Wirts-
chaftgesch ichte, t. 43, cuad. 2, junio de 1956. .
2 Cf. D H. A. A. V II. p. LVI. R  e n o u v i n - Z e l l e r ,  op. cit., 
cit.,  p. y/•
3 Según el art.’ IX del Convenio, 400 de los 1200 1200 negros previsprevistos
tos
clebían pasar por Buenos Aires,

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IV

RIVALIDAD COMERCIAL ENTRE BUENOS AIRES


Y LIMA

El curso de la enconada lucha económica de ambos emporios


 por imp oner se en el mer cad o que iba desde los Andes al Atlán
tico 1  es quizás el barómetro más sensible y fidedigno sobre la
transferencia, gradual pero constante, del centro de gravedad
económico hacia la cos ta atlántica. Tambié n en este aspecto trajo
el siglo xvni una solución definitiva de la situación en favor de
Buenos Aires, a lo cual contribuyó con alcance decisivo la mayor
valoración estratégica y comercial de la región del Plata que
entra ñó su inclu sión en el sistema
sistema de asiento
asientos.
s. Más aún qae su
transitorio asociado francés, fue Inglaterra la que aprovechó las
oportunidades que se le ofrecían en el Plata. Gracias al Asiento
de 1713,2 Ing late rra logró dos privilegios
privilegios que directamente concer
concer
nían a Buenos A ires: todos los esclav esclavos
os destinados
destinados a satisfacer
satisfacer la
demanda del litoral y del interior (aun de Perú y de Chile) de
 bía n ser int rod uci do s po r Buenos Aires 3  y, además de eso, para
conservació n, salud y c uida do de ios escla esclavos
vos que momentánea- ^
mente se hallasen en cuarentena, era lícito a la South Sea   Com- ¡
 pa ii y   adquirir tierras, cultivarlas y construir en ellas, para utili-

1 Cf. el panorama general que, a modo de introducción, trae G.


C é s p e d e s   DEL C a s t i l l o ,  Li ma y Bue nos Aires . Repe rcus iones económicas
 y polí tica s de la cre ació n del virr eina to del Plata . Sevilla . arÍ , .a
oposición similar, aunq ue menos marca da, entre Lima y Santiago e i
le, cf. J. W o l f f , Chilenische Opposition gegen die Wirtschaftspohtik des
Vizekonigreich.es Perú,
Perú , (Oposición chilena a la política económica del   ot-
rreinato del Perú). 1778-1810, en Viertelja hrschn ft fur Sozial Sozial - und Wirts-
Wirts-
chaftgesch ichte, t. 43, cuad. 2, junio de 1956. .
2 Cf. D H. A. A. V II. p. LVI. R  e n o u v i n - Z e l l e r ,  op. cit., 
cit.,  p. y/•
3 Según el art.’ IX del Convenio, 400 de los 1200 1200 negros previsprevistos
tos
clebían pasar por Buenos Aires,

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MANFRED k o s s o k  

66 ‘
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 67
, acuerdo con las neces idades del tráfic o de esclav0s<
esclav0s<
zzaarl
rlas
as asi
asidc
dc aci alternativas
alternativa s en las rel
relaaciones
ciones a nglo eSpañ
eSpañ olas ,
A ¿especho de ^ y Qtra
tra preten
pretensi
siones
ones terr itori^ tuale s restricciones de tip o monopolista. A petición
petición del Consulado
Consulado,,
c om
om pa
pa ma
ma r e a n ^ c o n t r a to
to , J y d e e s t a m a n e r a B u e n os
os A ir
ir P el virrey Andonaegui promulgó un edicto en contra del comercio
 po r tod a la d u ^ ^ g r a n d e f a c to r ía c o m e r Cia l d e I n g later ^  bona erens e, pues era intoler able “que por ese puerto se enviaran
se mantuvo t ^  a g e n t e s d e u n a n a c i ó n r i v a l , q u e h a bi
bi mercancías a Europa, en lugar de respetar la costumbre tradicio
nal de enviarlas por los puertos de Panamá y Portobelo, para así
en Americ
Americaa come
comerciaIes
rc iaIes m ás disting uido s y frecuentados' fomentar el comercio de esa ruta ” .9 *
“ ' l a m c io io r o p o r tu
tu n i d a d p a r a c o n o c e r l a s i t u a c ió ió n i n te te m ’
| Co ntra esa
esa “arbi trarieda d de Lima” protestaron
protestaron formalmen
formalmente te
 pr ov inc ias , de o bs e rv a r su s n e c e si d a d e s c o n s ta n te s o tra n-
¡los comerciantes de Buenos Aires ante la Corona, en 1750, a través
v d e i m p o r t a r l as
as m e r c a d e r í a s q u e c o n m a y o r p r ov ov e ch
ch o í de su apoder ado Doming o de Marcoleto.
Marcoleto. En la voluminosa
voluminosa Peti
a T ? n i n t r o d u c i r s e en ellas ” .0 D e e s a m a n e r a g r a d u a l vo vo lv
lv ió
ió ción 10  se enumeraban todos los puntos de fricción con Lima, y
F . L i r s e e l L i t or or a l en
en d e p ó s i t o d e l o s tete r r i t o r i o s i n t e ri
ri o r e s q uuee que hoy nos sirven para atestiguar que, mucho antes de la fun
alcanzaban h asta Asunción, P o t o s í , M e n d o z a y e l m i s m o S a n titi ag
alcanzaban ag o dación del Virreinato, Buenos Aires no escatimaba esfuerzos para
7    C h i l e 7 E s a p r o m i n e n c i a a l c a n z a d a p o r e l t r a f i c o i le le g a l d es es at
at ó lograr la i guald ad comercial con Lima. En una declaración
declaración de 31
„na nueva o la la d e p r o tete s t as
as p o r p a r t e d e l a C o r o n a y d e l vi vi rr
rr ey
ey  pun tos, Ma rco let o pro cura ba convencer a la Corona de las des des
del Perú S i l a C o r o n a i n t e n t ó p o r l o m e n o s o t o r g a r p a r e ci ci d as
as ventajas económicas de la ruta Cádiz-Panamá-Callao: los comer
franquicias al comercio oficial ,8  c o n l o q u e l a s p r o t e s t a s h u b i e r a n ciantes de Lima habían antepuesto siempre su propio bienestar
careci
carecidodo de objeto,
objeto, en en camb io Lim a se e m pe cin ab a e n la lass habi
habi-- al bienestar general, y de ahí que se opusieran al comercio de
Buenos Aires ( Pu nto 4 ). A continuación se se ofrecían
ofrecían ilust
ilustrati
rativos
vos
informes acerca de la especialización monopolista de los “podero
i  Real Cédula Al Governador de Buenos Aires diciéndole la forma sos mercaderes” en diversas ramas (hierro, cera, papel, etc.), y de
en que a dehacer la asignación de Tierras para la Compania de Inglaterra
mieda sembrar y fabricar casas para la conservación de los factores y de su influencia en la determinación de los precios (Punto 8). Tales
S p s S .l e . dd Asie Asient
ntoo de Negros,
Negros, 9 de oct. de 1716. 1716. (D. H. A„ V, V, comerciantes alentaban a su vez el contrabando, puesto que com
doc. n? 5, p. 11 a 13).  pr ab an las mer can cías sum ame nte bar ata s de holandeses, ingleses
ingleses,,
5 D. H. A., V, doc. n? 19, 25, 26. etc. “po r interm edio de un esclavo o de alguna persona persona de baja
6 RobertsoNj op. cit., p. 472. Puesto que de esa fuente ideal de condi ción” . Ante t al estado de cosas,
cosas, y “teniendo en cuenta las
 beneficios solamen te pod ía ap ro ve ch ar un cí rc ul o ce rr ad o de mono polista s, desventajas e imprevisibles daños que acarrearía su aplicación
no debe sorprendemos la indignación de la burguesía comercial ya en de (de la ley de 1749) pa ra el comercio de España y de Amer e ,
cadencia. (Cf. A n d e r so n ,  A n his tor ica l an d ch ro no lo gi ca l de du cti on o] el gobernador de Buenos Aires no se había creído obbgado a
the origi of commerce... of the British Empire,   L ond res 1787, t.t. II ,
 p. 53 sq.; y tambié n U l l o a ,  Re sta bl iss em en t,   2“ parte, cap. V, p. 27 sq.). obede cer la ord en del virrey! ■> Detrás de esa colision
colision de amago,
7 R a y n a l , op. cit., t. II , p. 273. . nismos comerciales
comerciales también se ocultaba un «r da de o asp asp
8 Por ejempl
ejemploo en 1716,1716, 1722,
1722, 1725. (Cf. L ev en e,  In ve st ig a ci o n e s,  polí tico. “L a m ad ra str a de la región del Pla ta no fue E sp aw
II, p. 4 sq.)
sq.).. La función
función de Buenos Aires pod ría com para rse tal vez con a S o el P e r» .. . El primer grito grito de indepe
independen
ndencia
cia en el Plata
Plata
del puerto
puerto libre
libre danés de Santo Tom ás. En los re gistr os ad uan eros con
servados en el  Dansk Ri sar kiv et   et   (Copenhague) se leen valiosas informa
cione
cioness sobre
sobre el contacto comercial con el c on tine nte am eric ano . El extrae 9 D. H. A., VI, p- 146.  Domi ngo de Marcó-
lo Nue va representación que hace a S. M. una orden
orden
to alfabético para 1789 ( Vestind. Regnskaber; Tagetage B, reol.  reol.   42 t v) leto, apode rado de la ciudad de Buenos " ’ hayan arribado
arribado a ju
onsign
onsignaa una reexportación de 161 161 esclavos, po r u n va lor de 36.22 5 a ? d el
el Vi
Vi rr
rr ey
ey d e L im
im a so
so br
bre e xt
xtr ac
ac ci
ció n e & ¿ ¡p
¡p ¿  y Chile, 13 de
en un volume
volumenn total de 63.344 adr. 90 s. En cam bio, en el  A lp h a b e ^ 
total de  pu ert o con fac ult ad de inte rnar los en los R *y n « d e l* >
comí™ °VerIndkom™ og Udfrte Whare   para 1790, en la partida VI, « abril de 1750. (D. H. A., V. doc. n* 35, p. 145 ^
cosas^orrUna °j0ta de exP°rtaci°n de 138.163 adr. 38 s., i que entre o 11  Au to del Gover nado r de Buenos  vi
vi» • l
esponden a 668  negros, por un valor de 133.600 adr,!

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66 ‘
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 67
, acuerdo con las neces idades del tráfic o de esclav0s<
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alternativa s en las rel
relaaciones
ciones a nglo eSpañ
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A ¿especho de ^ y Qtra
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siones
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petición del Consulado
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ir P el virrey Andonaegui promulgó un edicto en contra del comercio
 po r tod a la d u ^ ^ g r a n d e f a c to r ía c o m e r Cia l d e I n g later ^  bona erens e, pues era intoler able “que por ese puerto se enviaran
se mantuvo t ^  a g e n t e s d e u n a n a c i ó n r i v a l , q u e h a bi
bi mercancías a Europa, en lugar de respetar la costumbre tradicio
nal de enviarlas por los puertos de Panamá y Portobelo, para así
en Americ
Americaa come
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“ ' l a m c io io r o p o r tu
tu n i d a d p a r a c o n o c e r l a s i t u a c ió ió n i n te te m ’
| Co ntra esa
esa “arbi trarieda d de Lima” protestaron
protestaron formalmen
formalmente te
 pr ov inc ias , de o bs e rv a r su s n e c e si d a d e s c o n s ta n te s o tra n-
¡los comerciantes de Buenos Aires ante la Corona, en 1750, a través
v d e i m p o r t a r l as
as m e r c a d e r í a s q u e c o n m a y o r p r ov ov e ch
ch o í de su apoder ado Doming o de Marcoleto.
Marcoleto. En la voluminosa
voluminosa Peti
a T ? n i n t r o d u c i r s e en ellas ” .0 D e e s a m a n e r a g r a d u a l vo vo lv
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F . L i r s e e l L i t or or a l en
en d e p ó s i t o d e l o s tete r r i t o r i o s i n t e ri
ri o r e s q uuee que hoy nos sirven para atestiguar que, mucho antes de la fun
alcanzaban h asta Asunción, P o t o s í , M e n d o z a y e l m i s m o S a n titi ag
alcanzaban ag o dación del Virreinato, Buenos Aires no escatimaba esfuerzos para
7    C h i l e 7 E s a p r o m i n e n c i a a l c a n z a d a p o r e l t r a f i c o i le le g a l d es es at
at ó lograr la i guald ad comercial con Lima. En una declaración
declaración de 31
„na nueva o la la d e p r o tete s t as
as p o r p a r t e d e l a C o r o n a y d e l vi vi rr
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ey  pun tos, Ma rco let o pro cura ba convencer a la Corona de las des des
del Perú S i l a C o r o n a i n t e n t ó p o r l o m e n o s o t o r g a r p a r e ci ci d as
as ventajas económicas de la ruta Cádiz-Panamá-Callao: los comer
franquicias al comercio oficial ,8  c o n l o q u e l a s p r o t e s t a s h u b i e r a n ciantes de Lima habían antepuesto siempre su propio bienestar
careci
carecidodo de objeto,
objeto, en en camb io Lim a se e m pe cin ab a e n la lass habi
habi-- al bienestar general, y de ahí que se opusieran al comercio de
Buenos Aires ( Pu nto 4 ). A continuación se se ofrecían
ofrecían ilust
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vos
informes acerca de la especialización monopolista de los “podero
i  Real Cédula Al Governador de Buenos Aires diciéndole la forma sos mercaderes” en diversas ramas (hierro, cera, papel, etc.), y de
en que a dehacer la asignación de Tierras para la Compania de Inglaterra
mieda sembrar y fabricar casas para la conservación de los factores y de su influencia en la determinación de los precios (Punto 8). Tales
S p s S .l e . dd Asie Asient
ntoo de Negros,
Negros, 9 de oct. de 1716. 1716. (D. H. A„ V, V, comerciantes alentaban a su vez el contrabando, puesto que com
doc. n? 5, p. 11 a 13).  pr ab an las mer can cías sum ame nte bar ata s de holandeses, ingleses
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cosas, y “teniendo en cuenta las
 beneficios solamen te pod ía ap ro ve ch ar un cí rc ul o ce rr ad o de mono polista s, desventajas e imprevisibles daños que acarrearía su aplicación
no debe sorprendemos la indignación de la burguesía comercial ya en de (de la ley de 1749) pa ra el comercio de España y de Amer e ,
cadencia. (Cf. A n d e r so n ,  A n his tor ica l an d ch ro no lo gi ca l de du cti on o] el gobernador de Buenos Aires no se había creído obbgado a
the origi of commerce... of the British Empire,   L ond res 1787, t.t. II ,
 p. 53 sq.; y tambié n U l l o a ,  Re sta bl iss em en t,   2“ parte, cap. V, p. 27 sq.). obede cer la ord en del virrey! ■> Detrás de esa colision
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7 R a y n a l , op. cit., t. II , p. 273. . nismos comerciales
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8 Por ejempl
ejemploo en 1716,1716, 1722,
1722, 1725. (Cf. L ev en e,  In ve st ig a ci o n e s,  polí tico. “L a m ad ra str a de la región del Pla ta no fue E sp aw
II, p. 4 sq.)
sq.).. La función
función de Buenos Aires pod ría com para rse tal vez con a S o el P e r» .. . El primer grito grito de indepe
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ndencia
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Plata
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lo Nue va representación que hace a S. M. una orden
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en un volume
volumenn total de 63.344 adr. 90 s. En cam bio, en el  A lp h a b e ^ 
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esponden a 668  negros, por un valor de 133.600 adr,!

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m a n f r e d k o s s o k  
68
n r e c u r s o r y símb
símbololoo a la ve z - no iba d i r i g i d o contra España, EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
69
 —precuRo
 —precuRo  y m0vimien to sepa rati sta. . . nos ofrece Un
S r T p S r ^ - co c o m p ren d er el desarrollo revolucioné se abriera dicho pu er to .. .” La ruina de Lima proveníaprovenía del
 pu
Sentt roa t a enr r e a l i d a d, de
1 _ 
unrnnpyn
___ 
procesornvo conexo  A* curso,
mrcrvcuyo  _ 
de gran inmenso volumen de mercancías extranjeras que se introducían
h o n d u r a y e x t e n s i ó n , abarca todo el siglo xvn y termina e n e J  por Buenos
Buenos Aires, y que para colmo
colmo eran vendidas
vendidas a precio
precioss ex
ex
nonaur* y debemos conti nuar el pensami ento de traordinariamente bajos .10.10 Disposición, alcance, oportunidad y
 ___ 7*
/virreinato
‘‘pne—
‘‘pne— ;qu . ^ro
é sign
signific y
ifica entonces «“Lima”
a entonces t . W ? H a st
st a b ie n
? H ast a bien avanzado 7*  pruebas de la Petición —que entre otras autoridades se remite remite
r í ¿ a ¡ o x^rsiT-Consul£do fue un mero organo ejecutivo de a citas de Veitia Linage, Ustáriz y de la misma Biblia— carac
Sevilla v de Cádiz, como punto de partida y de apoyo de la terizan ese documento como una tentativa por debilitar los posi
oligarquía comercial andaluza para la explotación de la región;
 bles
 bles argumentos de quienes preconizaban la creación de un cuarto
Virreinato. Tan to menos éxito debía tener su intento, intento, cuanto
m e r i d i o n a l de H i s p a n o a m é r ic
ic a . En el fondo, toda protesta contra^/
que el virrey peruano —al que se dirigía la petición— era él mis
las prácticas limeñas entrañaba un ataque al tutelaje ejercido por ino defensor de la planeada separación y desautorizó la actitud
quienes usufructuaban en forma inmediata el monopolio español del Consulado ante la Corona.
del comerci
comercio. o. Aunque sea erróneo, en última instan cia, el a t r i b u i r Al constituirse el Virreinato del Rio de la Plata, la protesta
 pura y exclusivamente tal compl icació n a inter eses criollo -espa  peru ana perdió su último punto de apoyoapoyo,, puesto que en adelante
ñoles divergentes en la esfera comercial, deberá observarse que, los intereses de la administración colonial —oficialmente protegi
casi con los mismos argumentos que adujo Lima contra Buenos dos desde Madrid— se confundían con los del progreso comercial
Aires, “en nombre del Rey y de la Nación”, bajó también a la lid de Buenos Aires. Cevallos no ceióce ió en sus esfuerzo
esfuerzoss por disolver
disolver
el ala monopolista del Consulado bonaerense —siguiendo inspi los últimos vínculos entre Lima y el Plata, para así completar la
raciones de Cádiz y cuando Buenos Aires había sido ya “descu separación territorial-administrativa mediante la autonomía eco
 bierta” por el capitalismo comer cial de la me tró pol i— en cont ra nómica. Bajo tales auspicios se proclamó
proclamó la liberalización
liberalización interina
'del comercio de Buenos Aires con las provincias interiores, en
de las pujantes aspiraciones de libre comercio. '¡octubre
'¡octubre de 1777: “Después de examinada la petición a mí pre
La incorporación de la región del Plata al tráfico de registros sentada por el ilustre Cabildo en nombre de la ciudad de Buenos
y al
al correo
correo marítimo13
marítimo13 fueron piedras miliares en el cam ino que Aires, he considerado la libertad del comercio tanto activo como
condujo a la la primacía comercial de Buenos Aires. Alreded or  pasivo entre estas provincias y ciudades, tanto de los bienes que
de 17601760 14 y poco antes de la misma fun dac ión del V irrein ato, ellas mismas producen como de los que estos puertos reciben desde
Lima renovó todavía sus esfuerzos para impedir esa evolución. España por los navios de permiso, como una consecuencia nece
En este aspecto, la medida más importante del Consulado fue saria de la creación y constitución del Virreinato.. .”17  Además
una “Consul
“Consulta ta y Representación”,1
Representación”,155 presenta da en 1774 1774,, en la de la petición del Cabildo —no del todo inobjetable en lo jurí
que se esbozaba un “cuadro histórico del comercio de Buenos dico—, Cevallos podía citar una serie de antecedentes que, des
Aires”, tendiente & demostrar “que dicho comercio fue siempre de 1721
1721 a 1776,1
1776,18 parecían p reparar el empleo
empleo tan liberal
liberal que
que
 peligroso
 peligroso al del Perú, y n o menos peligros o pa ra los der ech os rea
les, por lo cual aun nuestros Reyes Católicos se opusieron a que 17  D 
 D   H V , II I, doc. 16, p. 4141 sq.
sq. La decisión
decisión del Cabildo de
Buenos Aires de intervenir igualmente en favor del libre transito se tomo
12 L e v e n e ,  Estudios ,  p. 29 sq.
el 29  de julio de 1777, con intención de “mandar abrir la ínternaci n p
13 D. H. A., VI , doc. n"? 43, p. 204 sq. comercia
comerciarr como
como an ua m en te * hacía hacía con
con .1 Per»
Per» . h
14 ............. - -^  proh ibic ión de dich o comerc io pudo verific arse sin orden de S. M.
Manifiesto para el Rey Nuestro Señor que Dios guarde. Contiene 18 L e v e n e clasifica los asi llamados antecedentes de este auto ®
el Estado que tubo el comercio de el Perú.. . 1762 ( L e v e n e ,  In ve sti ga - nueve categorías (op. cit., 
cit.,  p. 31 - 36) . Cf. asinusmo  Estadios, p. 43 4b,
ciones, t. II,p. 8 sq.).
15 D. H. A., V, doc. n1? 65, p. 311-353. como también H. N. A., IV, 1, p. 413 -11 .

C ™
>fc

m a n f r e d k o s s o k  
68
n r e c u r s o r y símb
símbololoo a la ve z - no iba d i r i g i d o contra España, EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
69
 —precuRo
 —precuRo  y m0vimien to sepa rati sta. . . nos ofrece Un
S r T p S r ^ - co c o m p ren d er el desarrollo revolucioné se abriera dicho pu er to .. .” La ruina de Lima proveníaprovenía del
 pu
Sentt roa t a enr r e a l i d a d, de
1 _ 
___ 
unrnnpyn
procesornvo conexo  A* curso,
mrcrvcuyo  _ 
de gran inmenso volumen de mercancías extranjeras que se introducían
h o n d u r a y e x t e n s i ó n , abarca todo el siglo xvn y termina e n e J  por Buenos
Buenos Aires, y que para colmo
colmo eran vendidas
vendidas a precio
precioss ex
ex
nonaur* y debemos conti nuar el pensami ento de traordinariamente bajos .10.10 Disposición, alcance, oportunidad y
 ___ 7*
/virreinato
‘‘pne—
‘‘pne— ;qu . ^ro
é sign
signific y
ifica entonces «“Lima”
a entonces t . W ? H a st
st a b ie n
? H ast a bien avanzado 7*  pruebas de la Petición —que entre otras autoridades se remite remite
r í ¿ a ¡ o x^rsiT-Consul£do fue un mero organo ejecutivo de a citas de Veitia Linage, Ustáriz y de la misma Biblia— carac
Sevilla v de Cádiz, como punto de partida y de apoyo de la terizan ese documento como una tentativa por debilitar los posi
oligarquía comercial andaluza para la explotación de la región;
 bles
 bles argumentos de quienes preconizaban la creación de un cuarto
Virreinato. Tan to menos éxito debía tener su intento, intento, cuanto
m e r i d i o n a l de H i s p a n o a m é r ic
ic a . En el fondo, toda protesta contra^/
que el virrey peruano —al que se dirigía la petición— era él mis
las prácticas limeñas entrañaba un ataque al tutelaje ejercido por ino defensor de la planeada separación y desautorizó la actitud
quienes usufructuaban en forma inmediata el monopolio español del Consulado ante la Corona.
del comerci
comercio. o. Aunque sea erróneo, en última instan cia, el a t r i b u i r Al constituirse el Virreinato del Rio de la Plata, la protesta
 pura y exclusivamente tal compl icació n a inter eses criollo -espa  peru ana perdió su último punto de apoyoapoyo,, puesto que en adelante
ñoles divergentes en la esfera comercial, deberá observarse que, los intereses de la administración colonial —oficialmente protegi
casi con los mismos argumentos que adujo Lima contra Buenos dos desde Madrid— se confundían con los del progreso comercial
Aires, “en nombre del Rey y de la Nación”, bajó también a la lid de Buenos Aires. Cevallos no ceióce ió en sus esfuerzo
esfuerzoss por disolver
disolver
el ala monopolista del Consulado bonaerense —siguiendo inspi los últimos vínculos entre Lima y el Plata, para así completar la
raciones de Cádiz y cuando Buenos Aires había sido ya “descu separación territorial-administrativa mediante la autonomía eco
 bierta” por el capitalismo comer cial de la me tró pol i— en cont ra nómica. Bajo tales auspicios se proclamó
proclamó la liberalización
liberalización interina
'del comercio de Buenos Aires con las provincias interiores, en
de las pujantes aspiraciones de libre comercio. '¡octubre
'¡octubre de 1777: “Después de examinada la petición a mí pre
La incorporación de la región del Plata al tráfico de registros sentada por el ilustre Cabildo en nombre de la ciudad de Buenos
y al
al correo
correo marítimo13
marítimo13 fueron piedras miliares en el cam ino que Aires, he considerado la libertad del comercio tanto activo como
condujo a la la primacía comercial de Buenos Aires. Alreded or  pasivo entre estas provincias y ciudades, tanto de los bienes que
de 17601760 14 y poco antes de la misma fun dac ión del V irrein ato, ellas mismas producen como de los que estos puertos reciben desde
Lima renovó todavía sus esfuerzos para impedir esa evolución. España por los navios de permiso, como una consecuencia nece
En este aspecto, la medida más importante del Consulado fue saria de la creación y constitución del Virreinato.. .”17  Además
una “Consul
“Consulta ta y Representación”,1
Representación”,155 presenta da en 1774 1774,, en la de la petición del Cabildo —no del todo inobjetable en lo jurí
que se esbozaba un “cuadro histórico del comercio de Buenos dico—, Cevallos podía citar una serie de antecedentes que, des
Aires”, tendiente & demostrar “que dicho comercio fue siempre de 1721
1721 a 1776,1
1776,18 parecían p reparar el empleo
empleo tan liberal
liberal que
que
 peligroso
 peligroso al del Perú, y n o menos peligros o pa ra los der ech os rea
les, por lo cual aun nuestros Reyes Católicos se opusieron a que 17  D 
 D   H V , II I, doc. 16, p. 4141 sq.
sq. La decisión
decisión del Cabildo de
Buenos Aires de intervenir igualmente en favor del libre transito se tomo
12 L e v e n e ,  Estudios ,  p. 29 sq.
el 29  de julio de 1777, con intención de “mandar abrir la ínternaci n p
13 D. H. A., VI , doc. n"? 43, p. 204 sq. comercia
comerciarr como
como an ua m en te * hacía hacía con
con .1 Per»
Per» . h
14 ............. - -^  proh ibic ión de dich o comerc io pudo verific arse sin orden de S. M.
Manifiesto para el Rey Nuestro Señor que Dios guarde. Contiene 18 L e v e n e clasifica los asi llamados antecedentes de este auto ®
el Estado que tubo el comercio de el Perú.. . 1762 ( L e v e n e ,  In ve sti ga - nueve categorías (op. cit., 
cit.,  p. 31 - 36) . Cf. asinusmo  Estadios, p. 43 4b,
ciones, t. II,p. 8 sq.).
15 D. H. A., V, doc. n1? 65, p. 311-353. como también H. N. A., IV, 1, p. 413 -11 .

C , ™

m a n f r e d k o s s o k  
70 "
él Vi r r e i n a t o d e l r ío d e l a p l a t a
, u .o  fie sus
sus atribuciones. Cevallo s de fend ió antp i
, é| hacia
hacia a provisiona
provisionall en una “Repr esentació
esen tació n” , *
f r “ 2 h Í “ oSo, del 7 de noviembre de 1777.» No a través de Buenos Aires sería siempre el más seguro, y sus cre-
V cientes ingresos aduaneros aportarían al Real Fisco un provecho
ese escr
escrit
itoo -m á s b.en un tratado de econonu a p„l¡ ,;¿ todavía insospechado. '
2 1 loslos dictad
dictados
os del despotis
despotismo
mo ilustrado que ju stificación servil
servil El “Auto de internación libre” de Cevallos, de 1777, no fue
S T e l m o - en qquu e n o s e muestre como se iban realizando paso una medida aislada, sino (|uc se completo con toda una serie de
¡ p a s o , en
en la
la p r á c ti
ti c a c o lo
lo n i a l b o r b o m c a , l a s i d e a s l i b e r a l e s d e l o s disposiciones menos imp orta ntes . Ya antes de la liberalizac
liberalización
ión del
teóricos colon iales: , . ^ _  comercio interior se había prohibido la exportación de metales
Cevallos demostraba a la Corona que, una vez reconquistado  preci osos de Pot osí a Lim a, en cono cimi ento de que “desde el
el centro del contrabando, la Colonia del Sacramento, perdía distrito del Virreinato. . . que produce oro y plata (o sea desde
! toda fuerza uno de los principales argumentos con que Lima “ha Potosí) se exportan cantid ades considerables
considerables a la Ciudad de los los
i  presionado
 presionado a los c ome rciante s y bu rgu ese s de es ta ci u d ad ” . Si el Reyes, con intención de fundirlas en la Moneda de dicha ciudad,
Consulado sigue obstinándose en su actitud hostil, ello no repre en perjuicio
perjuicio de la establecida
establecida en la Villa Imperial de Potosí.
Potosí. . 20
senta la opinión de toda Lima, sino que es una maquinación La Corona aprobó ese acto de boycot,  boycot,   “en vista de las grandes
“de 6 6 7   personas, que además de riquezas gozan de patronos malversaciones que se han cometido con dichos metales preciosos,
influyentes y de buenas relaciones, y los aprovechan para movili con intención de sacarlos a estas provincias y llevarlos a la Mone
zar a los comerciantes de menor cuantía”, a pesar de que éstos da de Lim a”. Ta nto el Consulado como como el virrey
virrey de Lima conde
conde
tengan poco o ningún interés en el comercio exterior; ello no naron la prohibición de expo rtar plata en bruto como viola violació
ciónn de
las prerrogativas de la Corona, y consiguieron que ésta impusiera
obstante, su dependencia de los principales les obliga a firmar
un recargo
recargo de 1 % y aun 1 / 1  / i   por ciento al oro y la plata expor
todos los manifiestos, peticiones y demás, cuyos objetivos les son
tados por vía Buenos Aires o Montevideo.21 Los comerciantes
ajen
ajenos
os.. Con igual
igual energía
energía fustigab a Cev allos los abu sos d el comer y el Cabildo de Buenos Aires consideraron esa concesión como
ció de “repartimiento” de los corregidores, que no solamente ofre reconocimiento encubierto de la hegemonía de Lima, reacciona
cían a los indianos mercancías inútiles, sino además sumamente ron en consecuencia y, de todos modos, en 1792 lograron que se
encar
encarec
ecid
idas
as.. Allí
Allí había que buscar el ori gen de m uch os desórde- redujera el recargo.22
¡ nes
nes y de muchos
muchos actos
actos desesperados co ntr a el ré gim en colonial. A la prohibición de exportar metales preciosos a Lima siguió
Contra estas y otras anomalías se establecía ahora, continúa la liberación del puerto de Buenos Aires para la importación de
Cevallos, el libre comercio entre Buenos Aires y el interior hasta azogue destinado a Potosí, que así quedaba totalmente indepen
e Perú,
Perú, según
según loslos principios del der ech o de ge nte s. L a va ra de diente de las importaciones directas desde Huancavelica, situada
 paño, que imp ortad a po r Li m a co sta ba -de 20 ¡a 25 pes os, po día en la costa del Pac ífico. Ya en los siglos siglos xvi y xvn ha bía habido
° te°e[S,e ^esc
^esc*e Buenos
Buenos Aires a 5 pe sos ; en el l ienz o, la dife ren cia  pr oye cto s en de rez ad os a su pe ra r de esta ma ne ra las exor bitan tes
a ■m- 1 9ecia entre 8 a 10: 2 a 3 pesos; en el ganado mular, 40
20 D. H . A., V I, do c. n1? 3,
3, p. 133 sqq. D. H. V., I II , doc. n<
n<? 25,
• -a  f peso
pesos>
s>   eettc> Mientras la ru ta p or el C,abo de Hornos
sien
sien o intra
intransit
nsitableable,, peligrosa
peligrosa y de m asiad o cara , el camino  p. 69 sq.
21 Nom inalmen te, el recargo se destinaba a amortizar las deudas que,
con objeto de prep ara r la expedición contra los
los portugueses,
portugueses, Buenos
Buenos íres
íres
había contraído con Lima. . ,
Cevallos pidiendo ?U6  f  Exmo. Sr. Don Pedro de 22 “E n junio de 1784, protesta ba el Cabildo contra esa esa real
real orden,
orden,
dido
dido a instan
instancia
cia de la rí n n ^ Permiso int erin o que ha conce- conce- la impug na tam bién el comercio de Buenos Aires
Aires reunido en Jun^ genera ,
tos
tos come
comerci
rciabl
ables
es tanto r!^ i buenos Aires pa ra que in tern te rn en sus efec- cuyos apode rados, Rodrígue z de la Vega, Sancho de Larrea y ar n e
®n Limitació
Limitaciónn alguna cpt 'UI como industrio
indu striosos
sos a los
l os Pu eblos
eblo s del Perú
P erú Sarratea, elevan representación al Virrey pidiendo suspenda su ap icacion.
Leyes
eyes Patricias
Patricias,, y Realp
Realp<¡ n",) ,erec^os
erec^os de Gente s, y con sen tim ien to de las (H. N. A., IV, 1, p. 421).
y Keales Cedu1^^ (British Museum : add. mas. 13980).
Keales Cedu1

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V cientes ingresos aduaneros aportarían al Real Fisco un provecho
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Cevallos demostraba a la Corona que, una vez reconquistado  preci osos de Pot osí a Lim a, en cono cimi ento de que “desde el
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Consulado sigue obstinándose en su actitud hostil, ello no repre en perjuicio
perjuicio de la establecida
establecida en la Villa Imperial de Potosí.
Potosí. . 20
senta la opinión de toda Lima, sino que es una maquinación La Corona aprobó ese acto de boycot,  boycot,   “en vista de las grandes
“de 6 6 7   personas, que además de riquezas gozan de patronos malversaciones que se han cometido con dichos metales preciosos,
influyentes y de buenas relaciones, y los aprovechan para movili con intención de sacarlos a estas provincias y llevarlos a la Mone
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virrey de Lima conde
conde
tengan poco o ningún interés en el comercio exterior; ello no naron la prohibición de expo rtar plata en bruto como viola violació
ciónn de
las prerrogativas de la Corona, y consiguieron que ésta impusiera
obstante, su dependencia de los principales les obliga a firmar
un recargo
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Cevallos, el libre comercio entre Buenos Aires y el interior hasta azogue destinado a Potosí, que así quedaba totalmente indepen
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m a n f r e d k o s s o k  

n ÉL VIRREINATO DEL RIO DÉ LA PLATA 7á


áfica
áficass V monopolistas entr e Poto sí y Hua nca veliCa
t r a b a s S ^ a i^ a I 0 n   ante el veto de Li m a/* Sobre lala bas> nada despreciable para la economía colonial, el reemplazo de la
 pero
 pero siemp siempre
re fraca_
fraca_ ^    Ceva]]oSj J.a Corona decidió “que  p ro d u cc ió n n a tu ra l to d a v ía d iv ul g a da en las zo na s ma rg ina le s y la
de I a S “ í a Í ^ A l m a d é n a las mi nas de Potosí y a 1as
minas estabilización de un sistema monetario que dejaba mucho que
el envío de aazzog og nueyo Virre inato de Buenos Aires se haga desear .27.27 A- pe sar de
i------ — la falta de — valores —~ estadíst
estadísticos
icos uinobjetabl
inobj
iuujk.etables,
i.auices,
;
£- '
restan
restantes
tes provm
provm ^ A ¡res)j en vista de los
los nue vos riesgo
riesgoss W de l gran nnúm /im pero
rn n deP ndecretos
PrrPtn? m oficiales
oficial es
i n a IPb enderezados ^a impedir, fija
fijaL
L
'  o delimit ar el tráfico privad o del oro y la l a plata 28  se desprende
P ° r “ “ J E ? s e im
im p o n e n p o r L i m a y q u e s e d e a c o n o c e r a a m b o s que  — e x c ep tu a d o s los de re ch os re cl am ad os po r la C or on a— un
y gast
gastos
os que se ¿ sentan tes de la Casa d e C on tra tac ión que
Virreyes y a los r e p r e s e n , ^ ^ d ^ ^ ^    ^ ^quc considerable porcentaje de tal comercio de metales preciosos 28
Vu*~/
u*~/~~ « port
porten
en cíe uau u está
estánn iba a parar a los bolsillos de comerciantes, usureros y especula
los
llo
o ss navi
na
n a vvios
i oos
s ^^t
q u ran
P spo rtar
a r aazo
t ar u ee.. . .”24
z o ggu - ” 2 4 _  Después de 1 7 9 0 , l aa ii nm .
autorizados a i ¡ntaies,
¡ntaies, y dio a la Ad uan a un benefi benefi-- dores, con lo que se aceleró la formación de capitales en la
colonia.
 p0T 10” d e 175000 pesos (1789).25 Ta m bién el comercio interio r liberalizado liberalizado tuvo
tuvo repercusiones
repercusiones
C1° L o r a l i z a c i ó n del comercio interior, estrangulamiento del  pr o te cc io ni st as en c o n tr a de L im a p o r cu a nt o — a u n ex cl uy en do
tráfico de metales preciosos, importación de azogue y otras dis- los
los encarecimient
encarecimie ntos os habit
habituales
uales en el sistemasistema monopolista—
monopolista—•• toda
tr ° < de pareja intención intención limitar an en lo lo futu ro toda in otra serie de circunstancias relegó a aquel la ciuda d a segundo
fluencia e c o n ó m i c a  prove nien te de Li m a al ca m po de acción término. El gene ral encareci miento de las merca de rías rías europeas
europeas
cubier
cubierto to por la competencia norma l en el com ercio . Pero con en Hispanoamérica se hi zo sentir en Lima (junto con México)
ello Buenos Aires había logrado algo m á s que asegurarse la c o n m á x i m a i n t e n s i d a d ,30
,30  mientras que no fue tan sensible en
igualdad de derechos comerciales puesto que, de hecho, el nuevo Buenos Aires; adem ás, los gastos gastos de transporte a través de Panamá
curso de la economía entrañaba repercusiones proteccionistas en o d e l C a b o d e H o r n o s 31  encarecía n las importaciones mucho más
favor
favor del del Virreinato.
Virreinato. Si bien tam poc o en la seg und a m itad del que su entra da dire cta por Buenos Aires. Aires. Por último,
último, tambié
t ambiénn
siglo xvm Potosí logró recuperar su antigua posición de privilegio sería nece
necesario
sari o tomt om ar e n consideración el movimiento movimiento comercial
comercial
frente a Nueva España, el encauzamiento de los metales precio
sos20 del Alto Alto Perú hacia el Río d e la P la ta s ignifi có u n estímulo 27 Cf. H. N. A., IV, I,  p. 333 - 335. L evene,  Inve stigac iones, t. II ,

P' 1728" d° H. A., VI , doc. n< n<> 43, 69, 71, 73, 74, 75, 79, 82, 83 83 (P etición
23 H. N. A , IV, 1, P. 422. , . de 1783, de una licencia de exportación de 335.000 pesos), 140, 149, etc.
u   M. J. d e A v a l a ,  Dic cion ario de Go bie rn o. . ..   Articulo: Azogue, En 1783 se volvió a encarecer al virrey que atendiera a la limitación —pre
doc.
doc. n1? 60: Ordenanza del 10 de marzo de 1 778, p. 147. Ello no entr aña  vista en el el art. 47
47 dq los Reglame ntos de 1778 (D. H. A., Vi,, doc. n ,
 ba, desde luego, la suspensión tot al del co me rci o de az og ue en tre Hu an- p. 33 ) _ de 1000 pesos por tonelada de cargamento.  Ib id. , doc. n- so,
cavelica y Potosí: “Para ocurrir a los daños que se originaban de vender  p. 252 sq) . . . ,
a subidos precios los (azugues) que se conducían de Guancavclica al Cerro 20 Ch. A. F i s c h e r  ,  Beit radg e zur gen auer en Ke nn tni s der spa.nisc
spa.nisch.en
h.en
de Potosí: Resolvió S. M. que así estos como los de Almadén se dieren  Be sitz ung en in Am er ik a (C on trib uci on es para un me Í0\ c° nocln^ nocln^ ien,to,
ien,to, ^ l 
 por ahora a 60 pesos el qui ntal . . ( Or de na nz a de l 26 de ma rz o de 1779, las posesiones españolas en América),   Dresden 1802, p. 8 sq. asan
 Ibid., 
 Ibid.,   doc. n? 61, p. 147). En cuanto a las cantidades en que se consumía en el registro aduanero oficial, calculó en 5.058.882 pesos la aportación de
azogue, cf. A. d e U l l o a ,  No tici as Am eri ca na s. . ..   M adr id 1772, p. 233 233 Virre inato a Espa ña en el año 1796; de tal cantidad, ¡ corresF corresF' . .
sq.,
sq., 271
271 sq.
sq. Sobre
Sobre la importancia
importancia de la provisión desd e Alm adé n: H a r i n g , oro (a mon edad o o no) 1.425.701 pesos pesos y a la plata (en igua es es c
Trade, p. 158,  passim. ' 
2.556 .304 pesos! . 0„ ^ 
25 Alrededor
Alrededor del doble
doble de los beneficios de H ua nca ve lica (Cf. Hum* 30  Según F i s c h e r   (op. cit., p. 162) alcanzaba en Lima *
°P■cit.,   t. II, p. 182).
 bo ldt , °P■cit.,  31 Alrededor del 12%. (Ibid.,  (Ibid.,   p. 162). Con el agregado de
26  S o e t b e e r ( Ed elm eta llpr od ukt ion , 
 ,   G o t h a 1 8 7 9 , p . 1 0 7 s q . ) estimó otras cargas fiscales
fiscales,, el valor de importación no oficia' P ^
1789: 26.67 9.960 pesos, se elevó al precio oficial de 42.09 9.álá p ■
176n7fiC
176n7fiCnIOnnIOn “ S de plata plata de Potosí en unos 83.00 0 kg. pa ra los anos anos
1761-1780, y en 98.000 kg. para 1781-1800.

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m a n f r e d k o s s o k  

n ÉL VIRREINATO DEL RIO DÉ LA PLATA 7á


áfica
áficass V monopolistas entr e Poto sí y Hua nca veliCa
t r a b a s S ^ a i^ a I 0 n   ante el veto de Li m a/* Sobre lala bas> nada despreciable para la economía colonial, el reemplazo de la
 pero
 pero siemp siempre
re fraca_
fraca_ ^    Ceva]]oSj J.a Corona decidió “que  p ro d u cc ió n n a tu ra l to d a v ía d iv ul g a da en las zo na s ma rg ina le s y la
de I a S “ í a Í ^ A l m a d é n a las mi nas de Potosí y a 1as
minas estabilización de un sistema monetario que dejaba mucho que
el envío de aazzog og nueyo Virre inato de Buenos Aires se haga desear .27.27 A- pe sar de
i------ — la falta de — valores —~ estadíst
estadísticos
icos uinobjetabl
inobj
iuujk.etables,
i.auices,
;
£- '
restan
restantes
tes provm
provm ^ A ¡res)j en vista de los
los nue vos riesgo
riesgoss W de l gran nnúm /im pero
rn n deP ndecretos
PrrPtn? m oficiales
oficial es
i n a IPb enderezados ^a impedir, fija
fijaL
L
'  o delimit ar el tráfico privad o del oro y la l a plata 28  se desprende
P ° r “ “ J E ? s e im
im p o n e n p o r L i m a y q u e s e d e a c o n o c e r a a m b o s que  — e x c ep tu a d o s los de re ch os re cl am ad os po r la C or on a— un
y gast
gastos
os que se ¿ sentan tes de la Casa d e C on tra tac ión que
Virreyes y a los r e p r e s e n , ^ ^ d ^ ^ ^    ^ ^quc considerable porcentaje de tal comercio de metales preciosos 28
Vu*~/
u*~/~~ « port
porten
en cíe uau u está
estánn iba a parar a los bolsillos de comerciantes, usureros y especula
los
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P spo rtar
a r aazo
t ar u ee.. . .”24
z o ggu - ” 2 4 _  Después de 1 7 9 0 , l aa ii nm .
autorizados a i ¡ntaies,
¡ntaies, y dio a la Ad uan a un benefi benefi-- dores, con lo que se aceleró la formación de capitales en la
colonia.
 p0T 10” d e 175000 pesos (1789).25 Ta m bién el comercio interio r liberalizado liberalizado tuvo
tuvo repercusiones
repercusiones
C1° L o r a l i z a c i ó n del comercio interior, estrangulamiento del  pr o te cc io ni st as en c o n tr a de L im a p o r cu a nt o — a u n ex cl uy en do
tráfico de metales preciosos, importación de azogue y otras dis- los
los encarecimient
encarecimie ntos os habit
habituales
uales en el sistemasistema monopolista—
monopolista—•• toda
tr ° < de pareja intención intención limitar an en lo lo futu ro toda in otra serie de circunstancias relegó a aquel la ciuda d a segundo
fluencia e c o n ó m i c a  prove nien te de Li m a al ca m po de acción término. El gene ral encareci miento de las merca de rías rías europeas
europeas
cubier
cubierto to por la competencia norma l en el com ercio . Pero con en Hispanoamérica se hi zo sentir en Lima (junto con México)
ello Buenos Aires había logrado algo m á s que asegurarse la c o n m á x i m a i n t e n s i d a d ,30
,30  mientras que no fue tan sensible en
igualdad de derechos comerciales puesto que, de hecho, el nuevo Buenos Aires; adem ás, los gastos gastos de transporte a través de Panamá
curso de la economía entrañaba repercusiones proteccionistas en o d e l C a b o d e H o r n o s 31  encarecía n las importaciones mucho más
favor
favor del del Virreinato.
Virreinato. Si bien tam poc o en la seg und a m itad del que su entra da dire cta por Buenos Aires. Aires. Por último,
último, tambié
t ambiénn
siglo xvm Potosí logró recuperar su antigua posición de privilegio sería nece
necesario
sari o tomt om ar e n consideración el movimiento movimiento comercial
comercial
frente a Nueva España, el encauzamiento de los metales precio
sos20 del Alto Alto Perú hacia el Río d e la P la ta s ignifi có u n estímulo 27 Cf. H. N. A., IV, I,  p. 333 - 335. L evene,  Inve stigac iones, t. II ,

P' 1728" d° H. A., VI , doc. n< n<> 43, 69, 71, 73, 74, 75, 79, 82, 83 83 (P etición
23 H. N. A , IV, 1, P. 422. , . de 1783, de una licencia de exportación de 335.000 pesos), 140, 149, etc.
u   M. J. d e A v a l a ,  Dic cion ario de Go bie rn o. . ..   Articulo: Azogue, En 1783 se volvió a encarecer al virrey que atendiera a la limitación —pre
doc.
doc. n1? 60: Ordenanza del 10 de marzo de 1 778, p. 147. Ello no entr aña  vista en el el art. 47
47 dq los Reglame ntos de 1778 (D. H. A., Vi,, doc. n ,
 ba, desde luego, la suspensión tot al del co me rci o de az og ue en tre Hu an- p. 33 ) _ de 1000 pesos por tonelada de cargamento.  Ib id. , doc. n- so,
cavelica y Potosí: “Para ocurrir a los daños que se originaban de vender  p. 252 sq) . . . ,
a subidos precios los (azugues) que se conducían de Guancavclica al Cerro 20 Ch. A. F i s c h e r  ,  Beit radg e zur gen auer en Ke nn tni s der spa.nisc
spa.nisch.en
h.en
de Potosí: Resolvió S. M. que así estos como los de Almadén se dieren  Be sitz ung en in Am er ik a (C on trib uci on es para un me Í0\ c° nocln^ nocln^ ien,to,
ien,to, ^ l 
 por ahora a 60 pesos el qui ntal . . ( Or de na nz a de l 26 de ma rz o de 1779, las posesiones españolas en América),   Dresden 1802, p. 8 sq. asan
 Ibid., 
 Ibid.,   doc. n? 61, p. 147). En cuanto a las cantidades en que se consumía en el registro aduanero oficial, calculó en 5.058.882 pesos la aportación de
azogue, cf. A. d e U l l o a ,  No tici as Am eri ca na s. . ..   M adr id 1772, p. 233 233 Virre inato a Espa ña en el año 1796; de tal cantidad, ¡ corresF corresF' . .
sq.,
sq., 271
271 sq.
sq. Sobre
Sobre la importancia
importancia de la provisión desd e Alm adé n: H a r i n g , oro (a mon edad o o no) 1.425.701 pesos pesos y a la plata (en igua es es c
Trade, p. 158,  passim. ' 
2.556 .304 pesos! . 0„ ^ 
25 Alrededor
Alrededor del doble
doble de los beneficios de H ua nca ve lica (Cf. Hum* 30  Según F i s c h e r   (op. cit., p. 162) alcanzaba en Lima *
°P■cit.,   t. II, p. 182).
 bo ldt , °P■cit.,  31 Alrededor del 12%. (Ibid.,  (Ibid.,   p. 162). Con el agregado de
26  S o e t b e e r ( Ed elm eta llpr od ukt ion , 
 ,   G o t h a 1 8 7 9 , p . 1 0 7 s q . ) estimó otras cargas fiscales
fiscales,, el valor de importación no oficia' P ^
1789: 26.67 9.960 pesos, se elevó al precio oficial de 42.09 9.álá p ■
176n7fiC
176n7fiCnIOnnIOn “ S de plata plata de Potosí en unos 83.00 0 kg. pa ra los anos anos
1761-1780, y en 98.000 kg. para 1781-1800.

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m a n f r e d k o s s o k  
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 75
74

t a «i rontinente
rontinente americano.
americano. Un a vez term inad as las luchas vinculación econó mica much o más estrecha
estrecha con el litoral
litoral Tod
 f    “ Í „ C' p r i m i t i v a s 13 co
colonias d e N ue
ue va
va In
Inglaterra asimilación de regiones que, originariamente, poco o nada tenían
de mdepen
mdepen , de ¡dez ha sta ento nce s deseo-
en común debía fomentar la aparición de un mercado interno
mfflrL .m T fc T o n d k io n = s ameri american
canas as»» y que
que ta
tambi
mbién que era a su vez uno de los requisitos esenciales para la consoli
S n tu ó la activid
actividadad del comercio
comercio marítimo La colon,za ción del dación de la bu rgues ía colonial. De todas todas maner
maneras,
as, y tal como
“Oeste” no había franqueado todavía el Mississipi, y la costa lo muestran las constantes discusiones que se sucedieron hasta
atlántica seguía siendo el centro de gravedad de la economía; 1810 acerca de las reglamentaciones aduaneras internas 38 en
ñor consiguiente, también mantuvo su onentacion atlantica el vigor, los progresos en esa dirección solo pueden considerarse como
intercambio que, principalmente desde Boston,83 se extendía hacia  prim eros pasos rud ime nta rio s. Ello no obstante, a parti r de 1 7 7 8
la América Española, y cuyos puntos centrales de atracción eran  __ 
 __ s e g ú n la reconstrucción de Levene basada en los Libros de
las
las Indias
Indias Occidentales34
Occidentales34 y la región del R ío de la Pla ta. En 18 1805
0511 Alcabala— ,3U e l comercio interior señaló una marcada tendencia
llegaron a Montevideo 22 naves norteamericanas, 11 de las cuales a s c e n d e n t e , y alcanzó en 1 8 0 0 un volumen que aumentaba 20
transportaban esclavos; en 1806 fueron 30, y 20 con un carga veces la estimación oficial de 1 7 7 3 . En detalle, los ingresos de
mento
mento de 2500
2500 esclav
esclavos.
os.885 Tal fue la base e con óm ica de la ev iden la Alcabala crecieron en la siguiente forma:
te atención diplomática que a partir de 1797, consagraron los 1773 ........................ ..................... 2502 pesos
Estados Unidos a esos países, “los menos conocidos y más intere 1776 .................................... 2266 „
santes que haya sobre la tierra” ( J e f f e r s o n ) .3,!
.3,! A su vez sem e 1778 ............................................ 7414 „
1779 .................... ........................ . 13078 „
 jante concentración del comercio int er am eri ca no sólo po dí a tra er 1780 ....................... ...................... 20428 „
ventajas para el litoral del Virreinato del Río de la Plata.3' 1785 ....................... ...................... 31329 „
Es indudable que la iniciativa personal del primer virrey 1790 ..................... ........................ 28137 „
 —capa
 —capazz de abrir nuevos rumbos y tam bié n de in te rp re ta r con 1795 ..................... ....................... . 32975 „
1800 46390
acier
acierto
to los
los sign
signos
os de la época tal como se lo e nse ñab an la Petic ión ........................ »

del Cabildo y la clase mercantil de Buenos Aires— aceleró la


irrupción de factores objetivos que tendían a cerrar el interior
frente al Perú y, como complemento forzoso, a llevarlo a una

32 A. B. Efimov,  Bosquejo de historia de los EE . U U .,   Moscú 1955,


 p. SCW' - RHag al lo ,  Le origini della gra nde ind us tri a co nte mp or a
1953 253  ""»» • J - D - H icks , The Federal Union,
1953jj p- 253
Cambridge (Mass) 1952, p. 216 sqq.
fuerz
fuerzos
os ^esde B°stoni antes de 1810, se int en sifi ca ron los es
reco
recorrrrie
iero
ronn k m ? " Í m Gab° Gab° de Hornos- Entre 1788 y 1796, 26 veleros
comeron la costa chüena; entre 1797 y 1804, ascendieron a 226.
York 1948 n 104  -„N’ Seography 0{ the United States,   Nueva
36 P. Ghanu / * '  In dia n tra de 
l’éco
l’écono
nomi
miee sudamértrJlíí
sudamértrJlíí *ei}\ative
}\ative des Eta tsU nis po ur s’em par er de
 _ ,36 A. P. W hitakp »’ n o Cahlers , ahlers des Annales. .., p. 163.
C
Baltimore
Baltimor e 1941. ’ and the i n d e p e n d e n c e of Latin  A m e ri c a ,
Es '  •
de Büenos Aire5C‘e^ tl“ que, que, por
por ejemplo,
ejemplo, en la lista de exportaciones 8 8 L e v e n e ,  In ve stig ac ion es,   t. II, P- 40 stW-’ ^ ^
cobra chileno (Fischer, op c i T ^ ^      Una partida de 2549 quintales de 39 H . N. A., IV , I, p. 419.

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m a n f r e d k o s s o k  
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 75
74

t a «i rontinente
rontinente americano.
americano. Un a vez term inad as las luchas vinculación econó mica much o más estrecha
estrecha con el litoral
litoral Tod
 f    “ Í „ C' p r i m i t i v a s 13 co
colonias d e N ue
ue va
va In
Inglaterra asimilación de regiones que, originariamente, poco o nada tenían
de mdepen
mdepen , de ¡dez ha sta ento nce s deseo-
en común debía fomentar la aparición de un mercado interno
mfflrL .m T fc T o n d k io n = s ameri american
canas as»» y que
que ta
tambi
mbién que era a su vez uno de los requisitos esenciales para la consoli
S n tu ó la activid
actividadad del comercio
comercio marítimo La colon,za ción del dación de la bu rgues ía colonial. De todas todas maner
maneras,
as, y tal como
“Oeste” no había franqueado todavía el Mississipi, y la costa lo muestran las constantes discusiones que se sucedieron hasta
atlántica seguía siendo el centro de gravedad de la economía; 1810 acerca de las reglamentaciones aduaneras internas 38 en
ñor consiguiente, también mantuvo su onentacion atlantica el vigor, los progresos en esa dirección solo pueden considerarse como
intercambio que, principalmente desde Boston,83 se extendía hacia  prim eros pasos rud ime nta rio s. Ello no obstante, a parti r de 1 7 7 8
la América Española, y cuyos puntos centrales de atracción eran  __ 
 __ s e g ú n la reconstrucción de Levene basada en los Libros de
las
las Indias
Indias Occidentales34
Occidentales34 y la región del R ío de la Pla ta. En 18 1805
0511 Alcabala— ,3U e l comercio interior señaló una marcada tendencia
llegaron a Montevideo 22 naves norteamericanas, 11 de las cuales a s c e n d e n t e , y alcanzó en 1 8 0 0 un volumen que aumentaba 20
transportaban esclavos; en 1806 fueron 30, y 20 con un carga veces la estimación oficial de 1 7 7 3 . En detalle, los ingresos de
mento
mento de 2500
2500 esclav
esclavos.
os.885 Tal fue la base e con óm ica de la ev iden la Alcabala crecieron en la siguiente forma:
te atención diplomática que a partir de 1797, consagraron los 1773 ........................ ..................... 2502 pesos
Estados Unidos a esos países, “los menos conocidos y más intere 1776 .................................... 2266 „
santes que haya sobre la tierra” ( J e f f e r s o n ) .3,!
.3,! A su vez sem e 1778 ............................................ 7414 „
1779 .................... ........................ . 13078 „
 jante concentración del comercio int er am eri ca no sólo po dí a tra er 1780 ....................... ...................... 20428 „
ventajas para el litoral del Virreinato del Río de la Plata.3' 1785 ....................... ...................... 31329 „
Es indudable que la iniciativa personal del primer virrey 1790 ..................... ........................ 28137 „
 —capa
 —capazz de abrir nuevos rumbos y tam bié n de in te rp re ta r con 1795 ..................... ....................... . 32975 „
1800 46390
acier
acierto
to los
los sign
signos
os de la época tal como se lo e nse ñab an la Petic ión ........................ »

del Cabildo y la clase mercantil de Buenos Aires— aceleró la


irrupción de factores objetivos que tendían a cerrar el interior
frente al Perú y, como complemento forzoso, a llevarlo a una

32 A. B. Efimov,  Bosquejo de historia de los EE . U U .,   Moscú 1955,


 p. SCW' - RHag al lo ,  Le origini della gra nde ind us tri a co nte mp or a
1953 253  ""»» • J - D - H icks , The Federal Union,
1953jj p- 253
Cambridge (Mass) 1952, p. 216 sqq.
fuerz
fuerzos
os ^esde B°stoni antes de 1810, se int en sifi ca ron los es
reco
recorrrrie
iero
ronn k m ? " Í m Gab° Gab° de Hornos- Entre 1788 y 1796, 26 veleros
comeron la costa chüena; entre 1797 y 1804, ascendieron a 226.
York 1948 n 104  -„N’ Seography 0{ the United States,   Nueva
36 P. Ghanu / * '  In dia n tra de 
l’éco
l’écono
nomi
miee sudamértrJlíí
sudamértrJlíí *ei}\ative
}\ative des Eta tsU nis po ur s’em par er de
 _ ,36 A. P. W hitakp »’ n o Cahlers , ahlers des Annales. .., p. 163.
C
Baltimore
Baltimor e 1941. ’ and the i n d e p e n d e n c e of Latin  A m e ri c a ,
Es '  •
de Büenos Aire5C‘e^ tl“ que, que, por
por ejemplo,
ejemplo, en la lista de exportaciones 8 8 L e v e n e ,  In ve stig ac ion es,   t. II, P- 40 stW-’ ^ ^
cobra chileno (Fischer, op c i T ^ ^      Una partida de 2549 quintales de 39 H . N. A., IV , I, p. 419.

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ANTAGONISMO ENTRE LA GANADERÍA


Y LA AGRICULTURA

La dependencia colonial y el atraso de Hispanoamérica le


asignaban —en el sistema de distribución geográfica de tareas
dentro del mercado mundial— la función de un proveedor de
materias primas y mercado de colocación de productos manufac
turados.1 Semejante transformación
transformación de Hispanoamérica en objeto
de atracción para los intereses europeos —y ante todo para los
anglofranceses— fue inaugurado en lo esencial por la política
económ ica de los
los Borbones. Salvo en lo concerniente a la mine
ría, siempre explotada desde los comienzos mismos de la Con
quista, la evolución de la economía colonial se caracterizó en la
segunda mitad del siglo xvm por una acentuada orientación mo-
nocultura l de las diversas
diversas partes de Hispanoamérica. En las
Indias Occidentales, desapareció el campesino libre negro o mu
lato —que vivía principalmente del tabaco y de la ganadería
ante la creciente demanda de los llamados productos coloniales,
tales como el azúcar, el algodón y el café, que desde 1750 domi
nab an el cuad ro de la economía. Nueva Gran ada alcanzó su
segunda y verdadera prosperidad del cacao después de la funda
ción de la Compañía de Caracas que, como la sociedad comercial
española de mayor éxito en el siglo xvm, arrebato su piimacía
al “comercio intermediario” holandés. Nueva España y el Perú
asistían a un nuevo florecimiento de su minería, y la remota
Chile exportaba a Europa su primer cobre en cantidades dignas

i Según los datos de un “Tabl ean général du commerce


commerce de l’Europe
avec l’Afrique,
l’Afrique, les Indes O rientales e t l’Amérique”
l’Amérique” de 17
1787
87 (en L uzatto ,
op. cit.,  p. 30), la importación europea alcanzaba los valores siguientes:^
Africa 70 mili, de libras; América del Sur, 132 mili.; Indias Or. 155 nuil.,
América del Norte 189 mili.; Antillas 260 mili.

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V

ANTAGONISMO ENTRE LA GANADERÍA


Y LA AGRICULTURA

La dependencia colonial y el atraso de Hispanoamérica le


asignaban —en el sistema de distribución geográfica de tareas
dentro del mercado mundial— la función de un proveedor de
materias primas y mercado de colocación de productos manufac
turados.1 Semejante transformación
transformación de Hispanoamérica en objeto
de atracción para los intereses europeos —y ante todo para los
anglofranceses— fue inaugurado en lo esencial por la política
económ ica de los
los Borbones. Salvo en lo concerniente a la mine
ría, siempre explotada desde los comienzos mismos de la Con
quista, la evolución de la economía colonial se caracterizó en la
segunda mitad del siglo xvm por una acentuada orientación mo-
nocultura l de las diversas
diversas partes de Hispanoamérica. En las
Indias Occidentales, desapareció el campesino libre negro o mu
lato —que vivía principalmente del tabaco y de la ganadería
ante la creciente demanda de los llamados productos coloniales,
tales como el azúcar, el algodón y el café, que desde 1750 domi
nab an el cuad ro de la economía. Nueva Gran ada alcanzó su
segunda y verdadera prosperidad del cacao después de la funda
ción de la Compañía de Caracas que, como la sociedad comercial
española de mayor éxito en el siglo xvm, arrebato su piimacía
al “comercio intermediario” holandés. Nueva España y el Perú
asistían a un nuevo florecimiento de su minería, y la remota
Chile exportaba a Europa su primer cobre en cantidades dignas

i Según los datos de un “Tabl ean général du commerce


commerce de l’Europe
avec l’Afrique,
l’Afrique, les Indes O rientales e t l’Amérique”
l’Amérique” de 17
1787
87 (en L uzatto ,
op. cit.,  p. 30), la importación europea alcanzaba los valores siguientes:^
Africa 70 mili, de libras; América del Sur, 132 mili.; Indias Or. 155 nuil.,
América del Norte 189 mili.; Antillas 260 mili.

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MANFRED k o s s o k  
78 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
79
•'« Paraguay exportaba, como antes, la yerba
viajeros
viajeros y escritores mal informados” .*» Mucho más divul divuleada
eada
¡ £o
£o ” S ° P “ » sa
sa titi sf
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as « c es
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Wa de
de s d ° ™ M c a s d e S u d a n ¿ e aque lla fabulosa poten cia ganade ra” fue una esca escase
sezz “aue
nca. llegó a convertirse en un peligro para Buenos Aires y para  Z 
En Jo concerniente al Virretnato del R í o de la Plata, esa fun ,
Cián correspondió a la ganadería. L a riqueza del Virreinato J h a b i t a n t e s ” .4
.4
¿ Po drá ser casu alid ad q ue p recisam ente en el siglo

siglo xvin o sea
"
sea
L a en la ganaderí
ganadería.
a. Sin desconocer e l valor alcanzado por d J  d J  cuando se produjo el vuelco en la economía, tales quejas supera
iintas manufacturas  y  po r la ag ri c u lt u ra . . . lo ci er to es qu e J ran todo lo anteriormente conocido en número e insistencia?
de la ganadería constituye la fuente de su bienestar y ]J
 p ro g re so Sólo entonces adquirieron los cueros para Buenos Aires todo su
medida de su importancia económica” (R. L eve ne).  J  valor, como codiciado pro ducto de exportación. “La ciudad no
Con rara unanimidad se atestigua la riqueza ganadera de las  pr od uc ía ni or o n i p la ta . . . Su m on ed a int ern aci on al era n los
llanuras del Plata en todas las descripciones contemporáneas cueros,
cueros, cuyos precios se ma ntuv ieron firmes y constantes
constantes a lo largo
largo
tanto en relatos de viajes como en obras históricas; las discrepan de todo
todo el periodo . 1 amb ien se acrecentaron las oportunidade
oportunidadess
cias sólo comienzan en los intentos de estimación, cuyo resultado de los estancieros para exportar cuando se concedió el asiento
suele depender más de la fantasía del autor que de sus disposi a Francia y a Ing late rra. 6 Tale s oportunidades no podían apro
cion
ciones
es para la matemática. Pod rían servir c om o n or m a las obras
obras vecharse sin una profunda modificación del sistema de explotación
de Félix de Azara sobre la historia y situación de la región del hasta entonces empleado y, sin embargo, amenazaron con dar el
golpe de gracia a una total extirpación del ganado.
Plata, que por su riqueza de materiales y por su exactitud son
A fines de 1709 —una vez que se hubo comprobado que,
una fuente de primer orden  p a ra to d a te n ta ti v a d e reconstruir
la historia de la sociedad colonial”.2 como consecuencia de la creciente persecución, era necesario ir 
a buscar el ganado “a más de 200 leguas de distancia” __ , el
La explotación de esa riqueza viva, por cuya conservación Cabildo presentó una queja al Gobernador en contra de los de
durante mucho tiempo no se hizo prácticamente nada, se cumplía Córdoha y de San Juan, ¡que incursionaban en la región bonae
de una manera
manera por completo
completo irracional, que m uy pro nto reveló reveló rense pa ra ro ba r gan ado ! 7 P or encim a de ello,ello, el Cabildo recla
recla
los límites de esa fuente de bienestar en apariencia inagotable. maba la totalidad de la Pampa y del Chaco contra todo intento
mata a ganado con el único objeto de obtener el cuero, los que, para buscar allí animales, llevaran a cabo los habitantes
cuernos y el sebo, o bien, en el caso de los caballos, únicamente de Santa Fe, San Juan, Mendoza, Tucumán o Santiago del
ÍT*
ÍT* 3 Apenas
Apen as el núm ero de m atan zas se ac erc ara al grado Estero; a ello se agregó la propuesta de suspender por cuatro
,ucci
ucci°n
°n l°s animales que vivían en la cam pañ a de años toda conc esión del “ derec ho de vaquear” . Según el censo censo
• 05 ,re^’r e^’ 0 . en sup erar a, la ci ud ad c or ría pe lig ro de eli-
eli- ganadero de 1713,s en las estancias situadas al norte de la ciudad
 bildo Um^a
m^a ” £lu eza - Po r ell o se r ep it e n en las A ct as de l Ca - había alrededor de 18.000 cabezas, en las del sur unas 13.450.
v a m pr,
 pr,  <lUe
l Ue^as con.tra
t ra sacrificio in di sc rim in ad o de anim ales, Las cuotas de posesión alcanzaban a 300, 500, 1500, 2000, 3000
Rómul
Rómulnn 7aK7aK T C0”Ju^a espec
espec tro de un an iqu ilam ien to total,
total, o 4000 cabezas, o sea una cantidad sumamente moderada para
 para poner pn ^ ^   a  ”n(^.ue G and ía se ba sar on en esos hechos
contemporánea*! 'Ink * de la may or parte de las noticinoticias
as ,, - *  Hi sto ria de la C iu da d de Bu en os Air es ,   ,  Buenos Aires 1936, t. I
(1536-1715), p. 418.
te- “La antiffu  K  • Para*so
Para*so gan ade ro de las riber as del Pla- t‘  Jf>id.,  p. 418.
colm
colmad
adas
as de ^ esunc^
esunc^ n de que las pam pas argen tinas estaban estaban G a r c í a , op. cit.,  p. 144.
0 na o vacuno no deja de ser una exageración de Z a b a l a - G a n d í a , op. cit.,  p. 411,
¡  Ib id ., p. 408. '
 Ib id .,   p. 416 sqq.
T0RR
T0RRE REVELL0,
LL0, en: H ' N- A-, IV , 1, p . 574.
574 .

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MANFRED k o s s o k  
78 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
79
•'« Paraguay exportaba, como antes, la yerba
viajeros
viajeros y escritores mal informados” .*» Mucho más divul divuleada
eada
¡ £o
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de s d ° ™ M c a s d e S u d a n ¿ e aque lla fabulosa poten cia ganade ra” fue una esca escase
sezz “aue
nca. llegó a convertirse en un peligro para Buenos Aires y para  Z 
En Jo concerniente al Virretnato del R í o de la Plata, esa fun ,
Cián correspondió a la ganadería. L a riqueza del Virreinato J h a b i t a n t e s ” .4
.4
¿ Po drá ser casu alid ad q ue p recisam ente en el siglo

siglo xvin o sea
"
sea
L a en la ganaderí
ganadería.
a. Sin desconocer e l valor alcanzado por d J  d J  cuando se produjo el vuelco en la economía, tales quejas supera
iintas manufacturas  y  po r la ag ri c u lt u ra . . . lo ci er to es qu e J ran todo lo anteriormente conocido en número e insistencia?
de la ganadería constituye la fuente de su bienestar y ]J
 p ro g re so Sólo entonces adquirieron los cueros para Buenos Aires todo su
medida de su importancia económica” (R. L eve ne).  J  valor, como codiciado pro ducto de exportación. “La ciudad no
Con rara unanimidad se atestigua la riqueza ganadera de las  pr od uc ía ni or o n i p la ta . . . Su m on ed a int ern aci on al era n los
llanuras del Plata en todas las descripciones contemporáneas cueros,
cueros, cuyos precios se ma ntuv ieron firmes y constantes
constantes a lo largo
largo
tanto en relatos de viajes como en obras históricas; las discrepan de todo
todo el periodo . 1 amb ien se acrecentaron las oportunidade
oportunidadess
cias sólo comienzan en los intentos de estimación, cuyo resultado de los estancieros para exportar cuando se concedió el asiento
suele depender más de la fantasía del autor que de sus disposi a Francia y a Ing late rra. 6 Tale s oportunidades no podían apro
cion
ciones
es para la matemática. Pod rían servir c om o n or m a las obras
obras vecharse sin una profunda modificación del sistema de explotación
de Félix de Azara sobre la historia y situación de la región del hasta entonces empleado y, sin embargo, amenazaron con dar el
golpe de gracia a una total extirpación del ganado.
Plata, que por su riqueza de materiales y por su exactitud son
A fines de 1709 —una vez que se hubo comprobado que,
una fuente de primer orden  p a ra to d a te n ta ti v a d e reconstruir
la historia de la sociedad colonial”.2 como consecuencia de la creciente persecución, era necesario ir 
a buscar el ganado “a más de 200 leguas de distancia” __ , el
La explotación de esa riqueza viva, por cuya conservación Cabildo presentó una queja al Gobernador en contra de los de
durante mucho tiempo no se hizo prácticamente nada, se cumplía Córdoha y de San Juan, ¡que incursionaban en la región bonae
de una manera
manera por completo
completo irracional, que m uy pro nto reveló reveló rense pa ra ro ba r gan ado ! 7 P or encim a de ello,ello, el Cabildo recla
recla
los límites de esa fuente de bienestar en apariencia inagotable. maba la totalidad de la Pampa y del Chaco contra todo intento
mata a ganado con el único objeto de obtener el cuero, los que, para buscar allí animales, llevaran a cabo los habitantes
cuernos y el sebo, o bien, en el caso de los caballos, únicamente de Santa Fe, San Juan, Mendoza, Tucumán o Santiago del
ÍT*
ÍT* 3 Apenas
Apen as el núm ero de m atan zas se ac erc ara al grado Estero; a ello se agregó la propuesta de suspender por cuatro
,ucci
ucci°n
°n l°s animales que vivían en la cam pañ a de años toda conc esión del “ derec ho de vaquear” . Según el censo censo
• 05 ,re^’r e^’ 0 . en sup erar a, la ci ud ad c or ría pe lig ro de eli-
eli- ganadero de 1713,s en las estancias situadas al norte de la ciudad
 bildo Um^a
m^a ” £lu eza - Po r ell o se r ep it e n en las A ct as de l Ca - había alrededor de 18.000 cabezas, en las del sur unas 13.450.
v a m pr,
 pr,  <lUe
l Ue^as con.tra
t ra sacrificio in di sc rim in ad o de anim ales, Las cuotas de posesión alcanzaban a 300, 500, 1500, 2000, 3000
Rómul
Rómulnn 7aK7aK T C0”Ju^a espec
espec tro de un an iqu ilam ien to total,
total, o 4000 cabezas, o sea una cantidad sumamente moderada para
 para poner pn ^ ^   a  ”n(^.ue G and ía se ba sar on en esos hechos
contemporánea*! 'Ink * de la may or parte de las noticinoticias
as ,, - *  Hi sto ria de la C iu da d de Bu en os Air es ,   ,  Buenos Aires 1936, t. I
(1536-1715), p. 418.
te- “La antiffu  K  • Para*so
Para*so gan ade ro de las riber as del Pla- t‘  Jf>id.,  p. 418.
colm
colmad
adas
as de ^ esunc^
esunc^ n de que las pam pas argen tinas estaban estaban G a r c í a , op. cit.,  p. 144.
0 na o vacuno no deja de ser una exageración de Z a b a l a - G a n d í a , op. cit.,  p. 411,
¡  Ib id ., p. 408. '
 Ib id .,   p. 416 sqq.
T0RR
T0RRE REVELL0,
LL0, en: H ' N- A-, IV , 1, p . 574.
574 .

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80 M A N F R ED K O S S O K  

EL VIRREINATO DEL RIO r.E LA PLATA


fines
fines del siglo
siglo xvrn y comienzos del xix . El latif und io m 81
ya en las 2000 a 3000 cabezas, mientras que a un Po m^nzaba aba ndo nen y se se traslad en a la tierra laborable
laborable que
que desde
desde ™
meno
menoss de 10 100000 no se le consideraba
consideraba “digno” de * °r de dación, delimitó la ciudad” .^ E1 artículo artículo 7 dispon
disponía,
ía, en vista
vista
cuenta. en del hecho de que “muchos, sin poseer el terreno necesario para
Es difíci
difícill precisar hasta qu é pun to las circuns tanc i , una estancia, se han apoderado de buen número de cabezas de
deras del litoral se hallaban amenazadas por un verdaderc>S ganado”, que nadie “podrá poseer estancias ni ser ganadero si
de extermi
exterminio
nio.. Hasta se pres enta la sosp echa d e que °c^el^ ro no posee por lo menos, y de acuerdo con la primitiva distribución
insistentes manifestaciones, los estancieros se proponían e n ° n  SUS de la ciudad, un terreno de 3000 varas de ancho y 1  legua y me
lugar,
lugar, mantener el apoyo il imi tado de la legislació n c ? rUB rUBer dia de e xtensi ón” .13 .13 De a hí se desprendía la prohibic
prohibición
ión “de que
 protegidos po r el E stad o, en efe cto , se as eg ur ab an u n m ej or se subdividan los terrenos de pastoreo existentes mediante título
de partid
partidaa para sus sus negoci
negocios
os de exportación. En realidad1^ 0 de herencia, venta o cualquier otro modo de expropiación”
guna otra rama de de la activi dad agríc ola o ind us tria l, sin e ’ mn' (art. 8).
el mismo comercio, fue alentada en forma tan intensa g°^Ptuar En estos artículos se pone de relieve la mentalidad económica
dici
dicion
onal
al como
como la ganadería. En la región del P lata, la ¡j a n a í^ ' dominante, en la cual se basaba igualmente la concepción del
constituía la rama de la producción en que el elemento criollo d ? latif und io. T al com o lo demuestra n decretos
decretos posteri
posteriores
ores de parejo
contenido, sólo se concedía a los cultivos el área más imprescindi
desarrollarse, desde el punto de vista económico, con máxima libe
 ble y, en lo posi ble, se pro cu rab a que no excediera de los limites
tad. En la larga serie de disposiciones del gobierno colonial destina' del siglo xvi. Disposicione s legales
legales anticuadas servían
servían para este
este
das a alentar y proteger la ganadería, una de las más instructivas rilizar toda una rama de la economía y, por otra parte, los estan
 por su ampl itud es el de cre to de l g ob e rn ad o r D ie go de Sala s del cieros se empeñaban en conceder a sus posesiones un carácter de
25 de agosto de 1775.9 Este decreto se inspiraba en las sugestiones mayorazgo, con el fin de evitar toda subdivisión y expropiación
-q u e en algu
alguno
noss pasaj
pasajes
es transcribía text ualm ente — de un a “ Tunt
Tuntaa y, muy principalmente, toda transformación de los pastoreos en
• 'Hacenda
'Hacendadosdos”” 10 y, además de las m edida s de rut ina (fisca (fiscaliza
liza tier ra cult ivab le.14 A su vez, las disposiciones
disposiciones en cuanto al mínimo
mínimo
ción
ción de sacrif
sacrifici
icios
os y del
del comercio de cueros, pro tec ció n de animales de extensión de las estancias ponen de manifiesto la tendencia
 jovenes,
 jovenes, represión del ab ige ato y de l c o n tr ab an d o, e tc .) , disp onía que en el Río de la Plata, y sobre todo por el camino de la gana
en su articulo
articulo 6 11: En vista de los ma nifie stos inconvenientes derí a, llevó a la c reac ión de latifun dios. Por ello, ello, los coloniza
coloniza
expuestos por el apoderado de los estancieros, y que surgen de dores llegados durante el siglo xvm solicitaron ante todo el usu
^ msta^acjón de chacras en los cam pos destina dos a fructo del derecho de vaquear, para así reunir el ganado necesario
 bcn pm°5°r T ^ exÍJ°’ exÍJ°’ en cumplimien lo de las leyesleyes que prohi-
prohi-
menci
encion
onaH
aH11 6 2 0 ^UC^UC Se ^eve a ca^° su sep aración , y que los los 12 Esta distinción surgíasurgía de la costumb
costumbre re ^etíieval ^tr ibu ir tie
tie
mencionados chacareros que posean campos de pastoreo .. los rras en el momento de fundarse una ciudad eo °™a_ °™a_ ‘ p vp vpnEOuí  El ré-
 p. 79 - 100, W i l h e l m y , op. cit.,  p. 83 sqq.
sqq.. M. J . ts . . >
 gim en de la tie rra en la Am ér ic a esp añola , anto ° ™ ' 1 ej camp0 de
venta de ganado aíenn'-^*6 ^  don Diego
Diego de Salas, prohibiendo: la 13   Bando, loe. cit.,  p. 2828.. D e a c u e r d o con e s t e calculo, el ca  p
campaña^ a fin de evít ^   Permanencia de mercachifles y pulperos en las  pastoreo más reducido debía cubrir unos , ’ • verede
veredero
ross de una
ción de chacras en lo- ts 6 corn corniiercj° de produc tos roba dos; la implanta 14 . ,y que quan
quando do por razón de ser muchos muchos lo, ^
 b as últim
últimasas;; la entrada6
entrada6*™*™?-5
?-5] estlnados a estancias y la subdivisión de sola suerte de Estancia, sea preciso
preciso repartirla en re , ^ ^ ^ demá
demáss en
r n e tos
tos deri
derivavado
doss v 1*° Sa ganado
gana do sin permiso
perm iso especial
espec ial y demás
demás que se adjudi que; a uno solo solo con cargo de que e* V ^ien entendido
entendido
y ‘"" " " i6- 25 de
de aso
aso!t
!too dt  dinero (!) i otr a. Especie, la pan e que bastant
bastantee
 Li2l   po
 Li2 posterior H" * * j, que quando así no puede ser por pobreza■* ha de vender precisa-
a ^a *0s docum documento
entoss •eíltre
•eíltre estanciero
estanci ero y hacen
ha cen dad o no aparece que concurra en el heredero á quien s e adjudique se r ^   p 28
Bando, loe. cit., p C2 7° ni
niales- - mente a un solo sujeto, y hacerse la dibision

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80 M A N F R ED K O S S O K  

EL VIRREINATO DEL RIO r.E LA PLATA


fines
fines del siglo
siglo xvrn y comienzos del xix . El latif und io m 81
ya en las 2000 a 3000 cabezas, mientras que a un Po m^nzaba aba ndo nen y se se traslad en a la tierra laborable
laborable que
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menoss de 10 100000 no se le consideraba
consideraba “digno” de * °r de dación, delimitó la ciudad” .^ E1 artículo artículo 7 dispon
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vista
cuenta. en del hecho de que “muchos, sin poseer el terreno necesario para
Es difíci
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como la ganadería. En la región del P lata, la ¡j a n a í^ ' dominante, en la cual se basaba igualmente la concepción del
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contenido, sólo se concedía a los cultivos el área más imprescindi
desarrollarse, desde el punto de vista económico, con máxima libe
 ble y, en lo posi ble, se pro cu rab a que no excediera de los limites
tad. En la larga serie de disposiciones del gobierno colonial destina' del siglo xvi. Disposicione s legales
legales anticuadas servían
servían para este
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das a alentar y proteger la ganadería, una de las más instructivas rilizar toda una rama de la economía y, por otra parte, los estan
 por su ampl itud es el de cre to de l g ob e rn ad o r D ie go de Sala s del cieros se empeñaban en conceder a sus posesiones un carácter de
25 de agosto de 1775.9 Este decreto se inspiraba en las sugestiones mayorazgo, con el fin de evitar toda subdivisión y expropiación
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alguno
noss pasaj
pasajes
es transcribía text ualm ente — de un a “ Tunt
Tuntaa y, muy principalmente, toda transformación de los pastoreos en
• 'Hacenda
'Hacendadosdos”” 10 y, además de las m edida s de rut ina (fisca (fiscaliza
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 jovenes,
 jovenes, represión del ab ige ato y de l c o n tr ab an d o, e tc .) , disp onía que en el Río de la Plata, y sobre todo por el camino de la gana
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m a n f r e d k o s s o k  
82
EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
83
 para una est anc ia. - ^ ^ ca m p a n a de Bueno
Aíres se consideraban ya como “empresas pequeñas” las están
dera influencia en la legislación económica de la administración
cubrían de 4 a 5 leguas cua dra das . Seg ún el testim onio T 
que cubrían colonial:
Diego
Diegogo de
uc Alvea
Alvear,1
r,16 que se refiere a la B an da O rie nt al , Jas
las posesio
posesio6
posesio Respondiendo a frecuentes quejas sobre una aguda escasez de
nes
nes de 4 a 6 legua
leguas
ass cuadradas
leguas
legu cuad radas se con taba
co nta ba n aallí
llí entr
en tree “las /' animales, el Cabildo dispuso un examen a fondo de la situación.
comunes: pero las hay también mayores, de 8, 10 y hasta 15 En opinión del Cabildo, la decadencia de la ganadería respondía
leguas, como las de los Alzayba, Viana, Aguirre, García y otro a cinc o cau sas d ive rsa s21: 1) Ataques y depreda depredaciones
ciones de loslos
terratenientes... Existen estancias de 20, 30 y 40.000 cabezas d^ indios, que en los últimos años habían robado unas 200.000  cabe
ganado
ganado,, y hasta hay algunas de 80 a 100.000 cab eza s” . ' zas de ganado; 2) Sequía, que había impulsado a las manadas
La correlación entre ganadería y latifundio tuvo por conse hacia la fron tera ; 3 ) Prepon derancia de “vagabundo
“vagabundos”,s”, cuyo
cuyo único
único
cuencia que éste adquiriera influjo e importancia dentro de las med io d e vi da era el r obo de animales ; 4) Multiplicación
Multiplicación de
características de la economía colonial en la misma medida en  per ros cim arr on es que , po r vivi r de carne de animales muertos,
i n c u r s i o n a b a n cada vez más entre los ganados: 5) Alejamiento
que se expandía la ganadería, puesto que toda concesión del
derecho de vaquear solía ir acompañada de la concesión territo de las pasturas a causa de la difusión de la agricultura. “Para
la sociedad, la ganadería en chacras (o sea para el cultivo de
nal correspondiente.17 La imposición de la propiedad privada
dete rm ind os te rren os) no es menos perjudicial que las siembr siembras
as
en terren
terrenos
os libres
libres y en ganado * tuvo que restri ngi rse an te todo en las estancias: se trata de dos cosas totalmente distintas y que
a una
una reg
regió
iónn delimita
delimitada,
da, en forma relati vam ente firme por la no pueden prosperar sin la debida separación -.22 Los hacendados
mdT COn 10 q ue ue lala c r ed
ed “ “ « M í v W n * la exigieron por último que se fundara una organización profesional
S ^ c S t e Pcona
Pconaf°f° ^ SCnSlbIe aUment
aUment°° £n d Preci° del Sl Sliel
iel°-19 (Me sta) pa ra u na mej or defensa de sus sus intere
intereses
ses.. Semeja
Semejante
nte
deI xvn
xvn,, la po
pose
sesi
sión
ón í " ? Sltua"
Sltua" on del S1glc> glc> xv i y comienzos asociación del latifundio ganadero, según el modelo de laimetro-
elementos determina t* Se conv irtió en un o de los los  poli , sólo se ha bí a im pue sto en un a región hispano america na,
 jerarquía de clases
clases d e ^ j   incorP°ración del individuo a la en Nueva España .23 .23 En el Plata, la concentración y direcci
dirección
ón
En 1790 P ie d a d colonial.2®
colonial.2® centra lizad a de los intereses ganaderos amenazaba amenazaba ahogar
ahogar
tod aví a más al secto r agrícola. Ello no obstante e vn -
 prender
 prender la m ed id a^ n^ ™ 11 co ntr ov ers ias qu e no s pe rm it en com -
n que los estancieros podían alcanzar verda- dondo aprobó en principio, en 1792 la creacon de un -Grrn.»
de Hacendados ” ,24 ,24  habida cuenta de su su impomnci p
15 \cerca
d d s u p e r i n ^ arre.g l° y  resguardo de la 21 H.  N . A. , IV, 1, p. 380 sqq.
a r a d o de llegar de EsDañ» e sc
sc ri
ri be
be L e v e n e : “L os  colo-
II n o V° pedía
pedía ’ 5° ° acostum brado s has ta entonc es al J -  Ib id ., p. 381. . r „ jo referente
referente a la
23 Cf. H arin g, The Spanish Spanish Emptrt p .■56 ■ R¡st 
R¡st 
« CamP
CamP°° S Para estanc ias” (■ Inv Inv esti ga do - metrópoli: J. F. K lein , The Mesta. A Study m S ^ k b t o
 Nu ev a Y or k 1920 . , «icruientes
«icruientes resolu-
el m '  j 3" h   P- 3,5 Sq
Sq )- 24 A uto del virrey Arredon do en el que tora ^ ^ Us inlrodu inlroduci-
ci-
0 , T ^ del ¡ aZaZ     H- N. A., IV, í p* 36f la Plata’   Madrid 1930; cf. ciones: sup rim ir la exacció n del medio rea . hacendados
hacendados criadore
criadoress
 p. 315
315.. S nado argentino Bu*™ P* 8, como tamb ién R. P illa do ,
das par a el aba sto; que se formen juntas P'lr\¡ , guenos Aires, Aires, para que
18 En lo „ ■ ’ re* 1909>P- U ‘ A l ve
ve a r,
r, op. cit., de gan ado en todos los los partido s de la campa' , formalicen
formalicen el gremio
gremio
mterre lar'' ncerniente a c
-126.
-126. 10n tnlre
tnlre «^nadería
«^nadería T í a .? ’ Jjállanse
Jjállanse abu nda ntes d ato s sobre la
la nombren diputados que asistan a la junta g ¡unta a los
los que tea-
c on
on susu c or
or re
re sp
sp on
on di
di en
en te
te re
re gl
gl am
am e nt
nt o:
o: se
se coco nv
nv oq
oq ^ ¿ e 1792  (D.H.A.,
III  Leven* r ...... "dl° en C^ v ERA> 0p. cit.,  II. p.
gan hacie ndas per o no cam po propio. ^ , repetir que ca<^a estan
II I, doc. n'.-'.- 33; p. 140 - 145 ). El virrey vuelve a
** ^AWN°’
N° ’ "^he Spanish Empire,  p. 258. ciero debe poseer más de 0,5 x 1.5 leguas.

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m a n f r e d k o s s o k  
82
EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
83
 para una est anc ia. - ^ ^ ca m p a n a de Bueno
Aíres se consideraban ya como “empresas pequeñas” las están
dera influencia en la legislación económica de la administración
cubrían de 4 a 5 leguas cua dra das . Seg ún el testim onio T 
que cubrían colonial:
Diego
Diegogo de
uc Alvea
Alvear,1
r,16 que se refiere a la B an da O rie nt al , Jas
las posesio
posesio6
posesio Respondiendo a frecuentes quejas sobre una aguda escasez de
nes
nes de 4 a 6 legua
leguas
ass cuadradas
leguas
legu cuad radas se con taba
co nta ba n aallí
llí entr
en tree “las /' animales, el Cabildo dispuso un examen a fondo de la situación.
comunes: pero las hay también mayores, de 8, 10 y hasta 15 En opinión del Cabildo, la decadencia de la ganadería respondía
leguas, como las de los Alzayba, Viana, Aguirre, García y otro a cinc o cau sas d ive rsa s21: 1) Ataques y depreda depredaciones
ciones de loslos
terratenientes... Existen estancias de 20, 30 y 40.000 cabezas d^ indios, que en los últimos años habían robado unas 200.000  cabe
ganado
ganado,, y hasta hay algunas de 80 a 100.000 cab eza s” . ' zas de ganado; 2) Sequía, que había impulsado a las manadas
La correlación entre ganadería y latifundio tuvo por conse hacia la fron tera ; 3 ) Prepon derancia de “vagabundo
“vagabundos”,s”, cuyo
cuyo único
único
cuencia que éste adquiriera influjo e importancia dentro de las med io d e vi da era el r obo de animales ; 4) Multiplicación
Multiplicación de
características de la economía colonial en la misma medida en  per ros cim arr on es que , po r vivi r de carne de animales muertos,
i n c u r s i o n a b a n cada vez más entre los ganados: 5) Alejamiento
que se expandía la ganadería, puesto que toda concesión del
derecho de vaquear solía ir acompañada de la concesión territo de las pasturas a causa de la difusión de la agricultura. “Para
la sociedad, la ganadería en chacras (o sea para el cultivo de
nal correspondiente.17 La imposición de la propiedad privada
dete rm ind os te rren os) no es menos perjudicial que las siembr siembras
as
en terren
terrenos
os libres
libres y en ganado * tuvo que restri ngi rse an te todo en las estancias: se trata de dos cosas totalmente distintas y que
a una
una reg
regió
iónn delimita
delimitada,
da, en forma relati vam ente firme por la no pueden prosperar sin la debida separación -.22 Los hacendados
mdT COn 10 q ue ue lala c r ed
ed “ “ « M í v W n * la exigieron por último que se fundara una organización profesional
S ^ c S t e Pcona
Pconaf°f° ^ SCnSlbIe aUment
aUment°° £n d Preci° del Sl Sliel
iel°-19 (Me sta) pa ra u na mej or defensa de sus sus intere
intereses
ses.. Semeja
Semejante
nte
deI xvn
xvn,, la po
pose
sesi
sión
ón í " ? Sltua"
Sltua" on del S1glc> glc> xv i y comienzos asociación del latifundio ganadero, según el modelo de laimetro-
elementos determina t* Se conv irtió en un o de los los  poli , sólo se ha bí a im pue sto en un a región hispano america na,
 jerarquía de clases
clases d e ^ j   incorP°ración del individuo a la en Nueva España .23 .23 En el Plata, la concentración y direcci
dirección
ón
En 1790 P ie d a d colonial.2®
colonial.2® centra lizad a de los intereses ganaderos amenazaba amenazaba ahogar
ahogar
tod aví a más al secto r agrícola. Ello no obstante e vn -
 prender
 prender la m ed id a^ n^ ™ 11 co ntr ov ers ias qu e no s pe rm it en com -
n que los estancieros podían alcanzar verda- dondo aprobó en principio, en 1792 la creacon de un -Grrn.»
de Hacendados ” ,24 ,24  habida cuenta de su su impomnci p
15 \cerca
d d s u p e r i n ^ arre.g l° y  resguardo de la 21 H.  N . A. , IV, 1, p. 380 sqq.
a r a d o de llegar de EsDañ» e sc
sc ri
ri be
be L e v e n e : “L os  colo-
II n o V° pedía
pedía ’ 5° ° acostum brado s has ta entonc es al J -  Ib id ., p. 381. . r „ jo referente
referente a la
23 Cf. H arin g, The Spanish Spanish Emptrt p .■56 ■ R¡st 
R¡st 
« CamP
CamP°° S Para estanc ias” (■ Inv Inv esti ga do - metrópoli: J. F. K lein , The Mesta. A Study m S ^ k b t o
 Nu ev a Y or k 1920 . , «icruientes
«icruientes resolu-
el m '  j 3" h   P- 3,5 Sq
Sq )- 24 A uto del virrey Arredon do en el que tora ^ ^ Us inlrodu inlroduci-
ci-
0 , T ^ del ¡ aZaZ     H- N. A., IV, í p* 36f la Plata’   Madrid 1930; cf. ciones: sup rim ir la exacció n del medio rea . hacendados
hacendados criadore
criadoress
 p. 315
315.. S nado argentino Bu*™ P* 8, como tamb ién R. P illa do ,
das par a el aba sto; que se formen juntas P'lr\¡ , guenos Aires, Aires, para que
18 En lo „ ■ ’ re* 1909>P- U ‘ A l ve
ve a r,
r, op. cit., de gan ado en todos los los partido s de la campa' , formalicen
formalicen el gremio
gremio
mterre lar'' ncerniente a c
-126.
-126. 10n tnlre
tnlre «^nadería
«^nadería T í a .? ’ Jjállanse
Jjállanse abu nda ntes d ato s sobre la
la nombren diputados que asistan a la junta g ¡unta a los
los que tea-
c on
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nt o:
o: se
se coco nv
nv oq
oq ^ ¿ e 1792  (D.H.A.,
III  Leven* r ...... "dl° en C^ v ERA> 0p. cit.,  II. p.
gan hacie ndas per o no cam po propio. ^ , repetir que ca<^a estan
II I, doc. n'.-'.- 33; p. 140 - 145 ). El virrey vuelve a
** ^AWN°’
N° ’ "^he Spanish Empire,  p. 258. ciero debe poseer más de 0,5 x 1.5 leguas.

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M A NF R ED KO SSO K 
84 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
85
“bienestar de la ciudad de Buenos Aires” y de la significad' mente divulgado y hasta apreciado por todos—, semejantes “in
de la ganade
ganadería
ría para la economía del pueblo, como única ra °° terme di arios” 29  desempeñaban un papel de primer orden, porque
termediarios”
de la actividad que produce “tanto para el comercio como no solamente introducían en el comercio los cueros “libres de
la manute
manutenc
nción
ión de los
los habitantes” . En tre las funcio nes de u impuesto”, sino que deprimían todavía más los precios oficiales,
gremio figuraba, por ejemplo, el ocuparse de las “muchas perso ya de suyo bajos .30 .30 Pa ra c ontra rrest arlo, dispuso el virrey que los
los
ñas que, sin tener su propio campo, viven con su ganado en 1°'  pro pie tar ios m ar ca ra n sus cueros (art. 3) y que se establecie
estableciera
ra
tierras que se extienden entre una y otra estancia”, como tambié^ una estricta fiscalización de dicho comercio (art. 7 a 10) mediante
de otros habitantes que “como arrendatarios, y con pretexto de la concesión de licencias, investigaciones y encuestas de orden
ser labriegos”,_ocupan tierras cuyos propietarios son dudosos estadístico. La clase comerciante protestó enérgicame enérgicamentente contra
contra
desconocidos.25 0 tal muestra de desconfianza de la administración colonial, impues
Para decirl
decirloo con
con otras palabras: muc ho ante s d e la emanci ta en n omb re de los estancieros. Los debates debates alrededor
alrededor del
del vere
vere
 pación,
 pación, el latifundio obtuv o de la ad m in ist rac ió n col oni al toda dicto virreinal de 1791 continuaron, con alternativas diversas,
la oportunidad necesaria para una amplia “limpieza del terreno” hasta 1797,31 cuando el virrey volvió a hacer suyo, y en forma
En la distribución de diferencias de posesión triunfó, natural definitiva, el punto de vista de los estancieros.
mente
mente,, el derecho
derecho del económ icament e más fu ert e “de l nartid n Detrás de ese conflicto se ocultaba algo más que una disputa
más influyentes”, como lo dijo Manuel M. Cervera 2» en relación acerca de la aceptación o rechazo de una ley de la administración
con la provinci
provinciaa de Santa Fe. De t al m an era , y a en la época colonial. Por p rim era vez se rebelaba el “comerc “comercio”io” contra
contra una
una
me dida de t ipo p rotecc ionist a en favor de los estancie
estancieros.
ros. No se
e“ ¿ “ m d e ahrabHdoC0
ahrabHdoC0l0n
l0nÍZaC¡Ó- P'a la’ “ hab ia imPuest«
imPuest« trataba de una crítica fundamental basada en oposiciones y anta
p o , a r iz a d 6 n d = ,a
gonismos de clases que, de acuerdo con el esquema del antiguo
régimen, hubieran podido clasificarse como “nobleza” y “burgue
de m o petir n   del Cabild°’ del 12 de marzo sía”. En últi ma instan cia, ambos grupos estaban estaban unidos
unidos por su
marco de 1791) c o ^ t r T d ^ W Í T U° ( d d 9 de común interés en el incremento de la exportación: lo único que
Oriental del Rí0 de la Plata” * * í ganad° Cn Cn la Banda
Banda se discu tía era su parti cipa ción en los beneficios
beneficios.. Toda protección
protección
mo sese confirma
conf irmababa a la Ra  a n. . mas de que en el título mis-mis- de la ganadería que, por encima de su fomento de la producción,
Aire
Aires,
s, la onda de rpa "n 3 ent al com o hinterland   de Buenos
tambié
tambiénn conexi
conexion ones
es ern0
ern011^ • Csatada Por d icho de cre to ocul taba 20 Record emos q ue e n el art. 3 del bando del gobernador Diego Diego ddee
creto
creto se dirigía en m-;™"0?11
m-;™"0?110035 suma me nte sig nif ica tiva s. El de  Salas, del 25 de agosto de 1775, se imponía la expulsión e t °®
ganado a sus lerítimnc n Uf f 1 contra ^as ^as personas “que ro ban el cachifles, sobre todo de los extra njer os.. . y de los
los pulperos.. •,P °^
difusión en el país alien ta las faenas clandestinas y e come i -j e
cland
clandesesti
tino
no?!
?! e a n ll 65 ° qUC sacr^ a n p ara su comer ductos robados” D. H. V., V. 1, doc. doc. * 5. p. p. 26). En « g senti
sentido
do s
los, más
más allá de las las esta
esta S6 fn cue ntra en los cam pos realen - expide el “C orr eo de Com ercio ” del 1818 de agosto de 1810 VD. A. ,
001110 Propiedad
Propieda d del r ev” 28C1pS f)^lva da s> Y   que debe considerarse
de l rev”  p. 182 sq .). reales el precio
n e comercio clandestino —general- 30 En diversos docum entos se estima
estima como de 4 a U  KCOno.
 KCOno.
25
p.  144. de cada cuero. (Cf. en particular: Rason de los cuer°*'cuer°*' ** * pie[ Exec
Execu-u-
26 *• ‘‘ff- cido, en esta ciudad , a varios individuos por o en 0^ :un io de
27 ClL> !I*
!I * P- 108.
108. tor, don Gregorio Ramos Mexía, asaver. 8 de oct. e
' faenao„i ?y Arrede 1783. D. H. A., III, doc. n» 20, p. 82 sqq.). r„rt st¡gacio
st¡gacio
81 Su enumeración in extenso se e n c o n tr a r a e n ® a.,
del Brasil. 9 1Stn° l*eil>po
eil>po los como -0* Cn . ba nd a or ie nt al de l R ío de » «, II I, p. 78 - 83. De acu erdo con este texto,
texto, también en.
28  Ibid  1^91
1^91 (D H^Á 05  P^^'bidos con los portugueses
•i P- 476. v • " •  A , 
,  V I, doc. n1? 202, p. 474 - 48 3). IV, 1, p. 38 sqq.

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84 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
85
“bienestar de la ciudad de Buenos Aires” y de la significad' mente divulgado y hasta apreciado por todos—, semejantes “in
de la ganade
ganadería
ría para la economía del pueblo, como única ra °° terme di arios” 29  desempeñaban un papel de primer orden, porque
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ión de los
los habitantes” . En tre las funcio nes de u impuesto”, sino que deprimían todavía más los precios oficiales,
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ñas que, sin tener su propio campo, viven con su ganado en 1°'  pro pie tar ios m ar ca ra n sus cueros (art. 3) y que se establecie
estableciera
ra
tierras que se extienden entre una y otra estancia”, como tambié^ una estricta fiscalización de dicho comercio (art. 7 a 10) mediante
de otros habitantes que “como arrendatarios, y con pretexto de la concesión de licencias, investigaciones y encuestas de orden
ser labriegos”,_ocupan tierras cuyos propietarios son dudosos estadístico. La clase comerciante protestó enérgicame enérgicamentente contra
contra
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Para decirl
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alrededor del
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 pación,
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la oportunidad necesaria para una amplia “limpieza del terreno” hasta 1797,31 cuando el virrey volvió a hacer suyo, y en forma
En la distribución de diferencias de posesión triunfó, natural definitiva, el punto de vista de los estancieros.
mente
mente,, el derecho
derecho del económ icament e más fu ert e “de l nartid n Detrás de ese conflicto se ocultaba algo más que una disputa
más influyentes”, como lo dijo Manuel M. Cervera 2» en relación acerca de la aceptación o rechazo de una ley de la administración
con la provinci
provinciaa de Santa Fe. De t al m an era , y a en la época colonial. Por p rim era vez se rebelaba el “comerc “comercio”io” contra
contra una
una
me dida de t ipo p rotecc ionist a en favor de los estancie
estancieros.
ros. No se
e“ ¿ “ m d e ahrabHdoC0
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l0nÍZaC¡Ó- P'a la’ “ hab ia imPuest«
imPuest« trataba de una crítica fundamental basada en oposiciones y anta
p o , a r iz a d 6 n d = ,a
gonismos de clases que, de acuerdo con el esquema del antiguo
régimen, hubieran podido clasificarse como “nobleza” y “burgue
de m o petir n   del Cabild°’ del 12 de marzo sía”. En últi ma instan cia, ambos grupos estaban estaban unidos
unidos por su
marco de 1791) c o ^ t r T d ^ W Í T U° ( d d 9 de común interés en el incremento de la exportación: lo único que
Oriental del Rí0 de la Plata” * * í ganad° Cn Cn la Banda
Banda se discu tía era su parti cipa ción en los beneficios
beneficios.. Toda protección
protección
mo sese confirma
conf irmababa a la Ra  a n. . mas de que en el título mis-mis- de la ganadería que, por encima de su fomento de la producción,
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tambié
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los pulperos.. •,P °^
difusión en el país alien ta las faenas clandestinas y e come i -j e
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clandesesti
tino
no?!
?! e a n ll 65 ° qUC sacr^ a n p ara su comer ductos robados” D. H. V., V. 1, doc. doc. * 5. p. p. 26). En « g senti
sentido
do s
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esta S6 fn cue ntra en los cam pos realen - expide el “C orr eo de Com ercio ” del 1818 de agosto de 1810 VD. A. ,
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25
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Execu-u-
26 *•  ‘‘ff-
cido, en esta ciudad , a varios individuos por o en 0^ :un io de
27 ClL> !I*
!I * P- 108.
108. tor, don Gregorio Ramos Mexía, asaver. 8 de oct. e
' faenao„i ?y Arrede 1783. D. H. A., III, doc. n» 20, p. 82 sqq.). r„rt st¡gacio
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81 Su enumeración in extenso se e n c o n tr a r a e n ® a.,
del Brasil. 9 1Stn° l*eil>po
eil>po los como -0* Cn . ba nd a or ie nt al de l R ío de » «, II I, p. 78 - 83. De acu erdo con este texto,
texto, también en.
28  Ibid  1^91
1^91 (D H^Á 05  P^^'bidos con los portugueses
•i P- 476. v • " •  A , 
,  V I, doc. n1? 202, p. 474 - 48 3). IV, 1, p. 38 sqq.

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86 M A N FR E D KOS SOK 

EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA PLATA


87
alcanzar
alcanzaraa también
también a la esfera com ercial: regu lació n de preci0
impuestos a  Ist 
 Ist   exportación, fiscalización del comercio y rccar^o* maba detalladamente sobre los métodos de elaboración la disno-
de todo tipo que pesaran sobre él, podía exponer a dura prueba sición de las fábricas38 y principalmente los beneficios que podían
la alianza económica que unía a estancieros y comerciantes. esper arse, llegó pr on to a manos del virrey Cevallo
Cevallos.
s. Tal inicia
inicia
año 1792 vio el comienzo de un proceso que, al regular la relación tiva de Sevilla co ntó con la aprobación de la Corona,3
Corona,39 media
mediante
nte
de fuerzas económicas en favor del latifundio, sólo maduraría en una resolución de la Suprema Junta de Estado, y por lo que pare
las circunstancias de la posemancipación.32 ce no tardó en dar sus frutos: la Compañía Marítima fundada
Con intención de preparar el terreno para una futura “Junta en 1789, al concluir un acuerdo sobre instalación de saladeros en
 para la defensa de los ha ce nd ad os ”, el jef e de la A du an a, Án°-eÁn°-ell Buenos Aires, aludió expresamente a “las experiencias que diver
de Izquierdo, publicó ciertos datos —vivamente criticados por sas persona s h an realizado a nteriormente en Buenos
Buenos Aires
Aires”.4
”.40 En
los
los comerci
comerciante
antes— s— acerca del volum en oficial (y cálculos del 1793, la Corona eximió de todo recargo la exportación e impor
tación de carne salada, tanto en el comercio con la metrópoli
clande
clandesti
stino)
no) para la exportación d e cueros sin c urtir. Ha sta la
como en el tráfico intercolonial.41
época en que se promulgó el libre comercio entre metrópoli y
colonia (1778), se afirma que el volumen de la exportación oficial Los esfuerzos de la metrópoli por activar la producción de
se mantuvo en las 150.000 piezas, y que su número subió pronto carne salada despertaron en los estancieros el consiguiente interés.
De acuerdo con las estimaciones de una Petíción de 1794, el
a las 800.000.33 De acuerdo con los datos de Izquierdo, el volu
volumen de sacrificios alcanzaba en el Virreinato a unas 600.000
men global
global por año, de 1779 1779 a 1795, alcanzó de 800.000 a 1 mi cabezas, de las que sólo 150.000 estaban destinadas a satisfacer
llón de cueros.34 Basándose en el registro aduanero para 1796, la propia demanda; si el resto se ponía a disposición de los sala
Fischer asigna ese mismo valor a la exportación de dicho año, deros y establecimientos de preparación de carne ahumada, ello
con lo que podría establecerse entre Montevideo y Buenos Aires en tra ña ría un be nefic io suplem entario de 800.000
800.000 pesos.
pesos.4’
4’ A los
una relaci
relación
ón ddee 1 : 3. Dentro del c omercio colonia l, el a ño 17 179696 mismos datos aludía aún, en 1802, el Telégrafo Mercantil   (órgano
- f Un
Un, ano 0 Prosperidad”
Prosperidad” , y por ello resulta n otab le que en en oficial del comercio), que calculaba el máximo volumen exporta
la ^ caílzar?
caílzar?,, Por Pr™e ra vez la cuota límite q ue, en tiem po de  ble en 1.800. 000 quin tales , con un valor de 7,7 mili, mili, de pesos.
pesos.
ncipacion, solo podría superarse muy gradualmente.36 Pero en realidad, el volumen de la exportación se mantuvo —de
de la Pía*0
Pía*0 Uf ltar val°ración de la riquez a na tur al del Río 1792 a 1796, por ejemplo— en los 40.000 quintales43: de todo
sino
sino nara a mera e.xPorta
xPorta ción de cuero s, cue rno s, sebo, etc., ello se desprende que, hasta 1810, la industrialización de los pro
cuanto
cuanto a si ta carne , que se con side raba inútil en ductos del país no había ido más allá de unos primeros pasos
ya en 177a
177a ren<
ren<í™í™ iento comerc ial, la S oci eda d d e Se villa editó  ba sta nt e mod estos . Las princi pales dificultades que se oponía
J- 1 - na lser
lserta
taci
ción
ón sobr
sobree la manera, regla
reglass y bene
benefi
fici
cios
os a una expansión de las exportaciones eran la crónica escasez d
de la producción de ma no de obra especializada y, muy en particular, e a p
carne salada”. 37 Ese escrito, en q ue se infor-
Th e
-1852, Cambridge o,ac^C
o,ac^C aspects
aspects °f Argentine Federalism,
Federalism, 1820 38 Para la erección de Factorías
Factorías con ^ hubi
hubiere
ere
 Nr A TT7 ." 3 1946= P- 30 sqq.
33 H.  Nr que dev en estab lecers e en sitios comodos e , esclavos
esclavos que sirvan
sirvan
desagües pa ra Ríos o par a el Ma r;. para compre de escla
esclavo
voss q
379V á la matanza, saladura;... (ibid.  p. 41 °) .
Ca' M^ ‘ * ^ CÍt > P ® ^‘^ 3 cueros vacunos y 43.752 de 39 D. H. A., V I, doc. n<n<? 33, p. 177 sqq-
 j , " todavía,
todavía, en lftO
lftOQ i ✓ n 40 D. H. A., V I, doc. n* 183, p. 443 197, P- *44
sqq., n<> 197,
cuem de dlc- de 1821, c a í c l r r  1 ®remen Thorn quist, en una nota 41 D. H. A., V II, doc. n? 22, 32 32 sq.
sq.
| vacunos y 128.105 eaui * a ®xPortac ión de Montevideo en 312.612 42 H. N. A., IV , 1, P- 387 sq.
,docT 9 9  Z ™ T¿ ¡ )aatsarchiv:
D' H-A, V ,do )aatsarchiv:  C' 20-
20- b' h b) - -*3  Ib id .,  p. 388.

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86 M A N FR E D KOS SOK 

EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA PLATA


87
alcanzar
alcanzaraa también
también a la esfera com ercial: regu lació n de preci0
impuestos a  Ist 
 Ist   exportación, fiscalización del comercio y rccar^o* maba detalladamente sobre los métodos de elaboración la disno-
de todo tipo que pesaran sobre él, podía exponer a dura prueba sición de las fábricas38 y principalmente los beneficios que podían
la alianza económica que unía a estancieros y comerciantes. esper arse, llegó pr on to a manos del virrey Cevallo
Cevallos.
s. Tal inicia
inicia
año 1792 vio el comienzo de un proceso que, al regular la relación tiva de Sevilla co ntó con la aprobación de la Corona,3
Corona,39 media
mediante
nte
de fuerzas económicas en favor del latifundio, sólo maduraría en una resolución de la Suprema Junta de Estado, y por lo que pare
las circunstancias de la posemancipación.32 ce no tardó en dar sus frutos: la Compañía Marítima fundada
Con intención de preparar el terreno para una futura “Junta en 1789, al concluir un acuerdo sobre instalación de saladeros en
 para la defensa de los ha ce nd ad os ”, el jef e de la A du an a, Án°-eÁn°-ell Buenos Aires, aludió expresamente a “las experiencias que diver
de Izquierdo, publicó ciertos datos —vivamente criticados por sas persona s h an realizado a nteriormente en Buenos
Buenos Aires
Aires”.4
”.40 En
los
los comerci
comerciante
antes— s— acerca del volum en oficial (y cálculos del 1793, la Corona eximió de todo recargo la exportación e impor
tación de carne salada, tanto en el comercio con la metrópoli
clande
clandesti
stino)
no) para la exportación d e cueros sin c urtir. Ha sta la
como en el tráfico intercolonial.41
época en que se promulgó el libre comercio entre metrópoli y
colonia (1778), se afirma que el volumen de la exportación oficial Los esfuerzos de la metrópoli por activar la producción de
se mantuvo en las 150.000 piezas, y que su número subió pronto carne salada despertaron en los estancieros el consiguiente interés.
De acuerdo con las estimaciones de una Petíción de 1794, el
a las 800.000.33 De acuerdo con los datos de Izquierdo, el volu
volumen de sacrificios alcanzaba en el Virreinato a unas 600.000
men global
global por año, de 1779 1779 a 1795, alcanzó de 800.000 a 1 mi cabezas, de las que sólo 150.000 estaban destinadas a satisfacer
llón de cueros.34 Basándose en el registro aduanero para 1796, la propia demanda; si el resto se ponía a disposición de los sala
Fischer asigna ese mismo valor a la exportación de dicho año, deros y establecimientos de preparación de carne ahumada, ello
con lo que podría establecerse entre Montevideo y Buenos Aires en tra ña ría un be nefic io suplem entario de 800.000
800.000 pesos.
pesos.4’
4’ A los
una relaci
relación
ón ddee 1 : 3. Dentro del c omercio colonia l, el a ño 17 179696 mismos datos aludía aún, en 1802, el Telégrafo Mercantil   (órgano
- f Un
Un, ano 0 Prosperidad”
Prosperidad” , y por ello resulta n otab le que en en oficial del comercio), que calculaba el máximo volumen exporta
la ^ caílzar?
caílzar?,, Por Pr™e ra vez la cuota límite q ue, en tiem po de  ble en 1.800. 000 quin tales , con un valor de 7,7 mili, mili, de pesos.
pesos.
ncipacion, solo podría superarse muy gradualmente.36 Pero en realidad, el volumen de la exportación se mantuvo —de
de la Pía*0
Pía*0 Uf ltar val°ración de la riquez a na tur al del Río 1792 a 1796, por ejemplo— en los 40.000 quintales43: de todo
sino
sino nara a mera e.xPorta
xPorta ción de cuero s, cue rno s, sebo, etc., ello se desprende que, hasta 1810, la industrialización de los pro
cuanto
cuanto a si ta carne , que se con side raba inútil en ductos del país no había ido más allá de unos primeros pasos
ya en 177a
177a ren<
ren<í™í™ iento comerc ial, la S oci eda d d e Se villa editó  ba sta nt e mod estos . Las princi pales dificultades que se oponía
J- 1 - na lser
lserta
taci
ción
ón sobr
sobree la manera, regla
reglass y bene
benefi
fici
cios
os a una expansión de las exportaciones eran la crónica escasez d
de la producción de ma no de obra especializada y, muy en particular, e a p
carne salada”. 37 Ese escrito, en q ue se infor-
Th e
-1852, Cambridge o,ac^C
o,ac^C aspects
aspects °f Argentine Federalism,
Federalism, 1820 38 Para la erección de Factorías
Factorías con ^ hubi
hubiere
ere
 Nr A TT7 ." 3 1946= P- 30 sqq.
33 H.  Nr que dev en estab lecers e en sitios comodos e , esclavos
esclavos que sirvan
sirvan
desagües pa ra Ríos o par a el Ma r;. para compre de escla
esclavo
voss q
379V á la matanza, saladura;... (ibid.  p. 41 °) .
Ca' M^ ‘ * ^ CÍt > P ® ^‘^ 3 cueros vacunos y 43.752 de 39 D. H. A., V I, doc. n<n<? 33, p. 177 sqq-
 j , " todavía,
todavía, en lftO
lftOQ i ✓ n 40 D. H. A., V I, doc. n* 183, p. 443 197, P- *44
sqq., n<> 197,
cuem de dlc- de 1821, c a í c l r r  1 ®remen Thorn quist, en una nota 41 D. H. A., V II, doc. n? 22, 32 32 sq.
sq.
| vacunos y 128.105 eaui * a ®xPortac ión de Montevideo en 312.612 42 H. N. A., IV , 1, P- 387 sq.
,docT 9 9  Z ™ T¿ ¡ )aatsarchiv:
D' H-A, V ,do )aatsarchiv:  C' 20-
20- b' h b) - -*3  Ib id .,  p. 388.

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m a n f r e d k o s s o k e l v i r r e i n a t o d el rí o de la p l a t a 89
88

, , 44 Alrededor de un quinto de los costos de producción ' n d u s t r i a  pro pia del cuero, es lo que se desprende de una Petición
Petición
correspondía a ese elemento indispensable.
indispens able. Pero,
Pero , hasta
ha sta 1&10
1&10,, la de 1801.50 D e acuer do con sus términos, términos, también había que
que imim
sal figuraba entre los productos mas estimados en Buenos Aires, itar de los Estados Unidos una media docena de curtidores,
nuesto que su fuente  principal, las llamadas Salinas Gra nde s, se ^a ra qu e se estableci eran en Buenos Aires Aires.. El Consulado aprobó
aprobó
encontraban fuera de la zona colonizada, y cada expedición que P oro pue sta, y hast a solicitó que se enviaran a Europa algunos algunos
se dirigiera a ellas requería cuidadosos preparativos de orden mili ^jreros  jó ve ne s, que retornarían de allí con la necesaria capacita-
tar 45 Los productores dependían así del resultado de cada expe ■' Cuando estalló el movimiento de emancipación, la industria
dición, lo cual tenía efectos muy negativos en la^ fijación de los d e s c u r t i d o de cueros se encontraba todavía más en sus comienzos
 prec
 precio
ioss y en la situación
situación de la oferta .40 Como principales consu la  p r o d u c c ió n de carne salada, y el escaso desarrollo de estas
midores de las partidas de sal se mencionaban los saladeros, pana dos ramas de la industria —que contaron sin embargo con la
s i b i l i d a d de aprovechar directamente el florecimiento del sector
derías y pulperías. Gracias a la creciente frecuencia de las expe
diciones a las Salinas y otros lugares de origen, la situación mejoró ^nás protegido d e la economía— permite que nos formemos una
hacia 1800, hasta tal punto que el antiguo precio, de 10  a 15  prim era idea del eleme nto man ufactu rero en la época colonial. colonial.
 peso
 pesoss por fanega,
fanega, descendi
descendióó hasta unos 5 ó 6  pesos.47.47 “Eso llevó
llevó Mientras que, de 1776 hasta 1810 y a pesar de todos los
a la fundación de innumerables saladeros, que estaban en manos retrocesos reales o aparentes, la ganadería señaló una tendencia
de particulares” .48 claramente ascendente, la agricultura se halló ante una situación
La mencionada “Disertación” sevillana de 1778, además de v e r d a d e r a m e n t e d e miseria, que sólo por sus dimensiones se dife
alentar la salazón de carnes, también dio impulso a la industria renciab a de las c ondicion es de los siglo sigloss xvi y xvn. El relativo
relativo
del cuero y a la instalación de “curtiembres”, que tropezaban con estancamiento de la producción agrícola podrá parecer tanto mas
condiciones aún más desfavorables que las que presidieron el sorprendente, cuanto que la Corona, inspirada en las opimones
desarro
desarrollo
llo de los
los saladeros.
saladeros. A propue sta del d ire cto r (de nacio
na cio  fisiocráticas d c las Sociedades de amigos del país, P ™ m u l S o t ° d a
nalidad inglesa) de la Real Curtiduría de Sevilla, la Corona resol una serie de leyes leyes en las que dab a expresión a su e m p e n o  por 
vió —en 1789— “enviar algunas personas a Buenos Aires que, fomentar la agricultura ” .51 .51  Pero
P ero en tales
tale s leyes no se  p er se g u a
en e ugar mismo,
mismo, enseñen los métodos correcco rrectos
tos p ar a cur
c urtir
tir un fomento general de la agricultura, smo mas bien el incremento
y preparar
preparar loslos cuero
cueros,
s, y compren luego los que resul ten más de a q u e l l o s  prod ucto s que pudi eran ofrecer materia prima en
S in T ¿ °S Pa‘
Pa‘,a SUelab°ració
Uelab°raciónn en las fábricas (d e la C oro na ) ” .49 forma inmediata a las manufactur as de la metropoli. metropoli. S egú ne
art. 43 del reglamento de comercio de 1/78, entie los P
comicnzos^dél úe\o x.x “ ,echaban
e chaban todavía de mcnos>
mcnos> a agrarios exentos de ciertos impuestos f i g u r a b a n ,  jun o al alaodon
s -, los
los requisitos
requisitos indispensable s pa ra una
el azúcar y el café, el lie n » y el cáñamo»’ En 1777 1777 se se h at o
recomendad o ya al virrey Cevallos Cevallos que alen ai a p ,
45 Rep resen tadón ^ Cabildo’r
Cabildo’riiP' p95
ran las circunstancias que h1
h1rf
rf,n
,n • ®uenos
 P.assi
.assim
uenos Aires
m
Aires,, cn la que se
se enume-
enume- de los los dos dos últimos, como ma teria prima básica para a ^
oct-de 177
17766 (D H V TT ,lmposiblc
,lmposiblc una expedició n a las Salina s. 30 tura textil española .’’8 Pero el volumen tota c esos esosy
46 C f.f. , a de
de má
má s n í ; • i t * ' n ’ 3 ’ P- 17  sq.).  produ ctos agrar ios de fácil export ación, por serco íc .
que abastec
abastecen
en de este a rt ic ú b t1 .n abll-d°
d° S°brC dist «bu ción de s al a los Europa en calidad dc estimulantes o de matena prima, p
m *?7°c‘
°c‘ U3>P- 424 sq) YUUh2aC1Ón dc su Producto. 179 17911 (D.H .A.,

n" 117’ P- ^ “ 8, P- 430,


430, 437;
437; doc.
doc. , 50 H . N. A.. IV, 1, p. 389 sq.
sq.
405 sqq » T i ! T t cione¡‘ n >p-
>p- 90- 52 D. H. A„ VI, doc. n<? 1. p. 31.
.a , op. cit.,   p. 158 sqq.
r>1 V a l l f , I b f . r l u c f .a
n 17
17°’
°’ P‘ 39'■ Cf' igualmente doc. n1? 178, p.
53  R a v i g n a n i , cn: H. N. A., IV, 1.

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m a n f r e d k o s s o k e l v i r r e i n a t o d el rí o de la p l a t a 89
88

, , 44 Alrededor de un quinto de los costos de producción ' n d u s t r i a  pro pia del cuero, es lo que se desprende de una Petición
Petición
correspondía a ese elemento indispensable.
indispens able. Pero,
Pero , hasta
ha sta 1&10
1&10,, la de 1801.50 D e acuer do con sus términos, términos, también había que
que imim
sal figuraba entre los productos mas estimados en Buenos Aires, itar de los Estados Unidos una media docena de curtidores,
nuesto que su fuente  principal, las llamadas Salinas Gra nde s, se ^a ra qu e se estableci eran en Buenos Aires Aires.. El Consulado aprobó
aprobó
encontraban fuera de la zona colonizada, y cada expedición que P oro pue sta, y hast a solicitó que se enviaran a Europa algunos algunos
se dirigiera a ellas requería cuidadosos preparativos de orden mili ^jreros  jó ve ne s, que retornarían de allí con la necesaria capacita-
tar 45 Los productores dependían así del resultado de cada expe ■' Cuando estalló el movimiento de emancipación, la industria
dición, lo cual tenía efectos muy negativos en la^ fijación de los d e s c u r t i d o de cueros se encontraba todavía más en sus comienzos
 prec
 precio
ioss y en la situación
situación de la oferta .40 Como principales consu la  p r o d u c c ió n de carne salada, y el escaso desarrollo de estas
midores de las partidas de sal se mencionaban los saladeros, pana dos ramas de la industria —que contaron sin embargo con la
s i b i l i d a d de aprovechar directamente el florecimiento del sector
derías y pulperías. Gracias a la creciente frecuencia de las expe
diciones a las Salinas y otros lugares de origen, la situación mejoró ^nás protegido d e la economía— permite que nos formemos una
hacia 1800, hasta tal punto que el antiguo precio, de 10  a 15  prim era idea del eleme nto man ufactu rero en la época colonial. colonial.
 peso
 pesoss por fanega,
fanega, descendi
descendióó hasta unos 5 ó 6  pesos.47.47 “Eso llevó
llevó Mientras que, de 1776 hasta 1810 y a pesar de todos los
a la fundación de innumerables saladeros, que estaban en manos retrocesos reales o aparentes, la ganadería señaló una tendencia
de particulares” .48 claramente ascendente, la agricultura se halló ante una situación
La mencionada “Disertación” sevillana de 1778, además de v e r d a d e r a m e n t e d e miseria, que sólo por sus dimensiones se dife
alentar la salazón de carnes, también dio impulso a la industria renciab a de las c ondicion es de los siglo sigloss xvi y xvn. El relativo
relativo
del cuero y a la instalación de “curtiembres”, que tropezaban con estancamiento de la producción agrícola podrá parecer tanto mas
condiciones aún más desfavorables que las que presidieron el sorprendente, cuanto que la Corona, inspirada en las opimones
desarro
desarrollo
llo de los
los saladeros.
saladeros. A propue sta del d ire cto r (de nacio
na cio  fisiocráticas d c las Sociedades de amigos del país, P ™ m u l S o t ° d a
nalidad inglesa) de la Real Curtiduría de Sevilla, la Corona resol una serie de leyes leyes en las que dab a expresión a su e m p e n o  por 
vió —en 1789— “enviar algunas personas a Buenos Aires que, fomentar la agricultura ” .51 .51  Pero
P ero en tales
tale s leyes no se  p er se g u a
en e ugar mismo,
mismo, enseñen los métodos correcco rrectos
tos p ar a cur
c urtir
tir un fomento general de la agricultura, smo mas bien el incremento
y preparar
preparar loslos cuero
cueros,
s, y compren luego los que resul ten más de a q u e l l o s  prod ucto s que pudi eran ofrecer materia prima en
S in T ¿ °S Pa‘
Pa‘,a SUelab°ració
Uelab°raciónn en las fábricas (d e la C oro na ) ” .49 forma inmediata a las manufactur as de la metropoli. metropoli. S egú ne
art. 43 del reglamento de comercio de 1/78, entie los P
comicnzos^dél úe\o x.x “ ,echaban
e chaban todavía de mcnos>
mcnos> a agrarios exentos de ciertos impuestos f i g u r a b a n ,  jun o al alaodon
s -, los
los requisitos
requisitos indispensable s pa ra una
el azúcar y el café, el lie n » y el cáñamo»’ En 1777 1777 se se h at o
recomendad o ya al virrey Cevallos Cevallos que alen ai a p ,
45 Rep resen tadón ^ Cabildo’r
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h1rf
rf,n
,n • ®uenos
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uenos Aires
m
Aires,, cn la que se
se enume-
enume- de los los dos dos últimos, como ma teria prima básica para a ^
oct-de 177
17766 (D H V TT ,lmposiblc
,lmposiblc una expedició n a las Salina s. 30 tura textil española .’’8 Pero el volumen tota c esos esosy
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de má
má s n í ; • i t * ' n ’ 3 ’ P- 17  sq.).  produ ctos agrar ios de fácil export ación, por serco íc .
que abastec
abastecen
en de este a rt ic ú b t1 .n abll-d°
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m *?7°c‘
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n" 117’ P- ^ “ 8, P- 430,


430, 437;
437; doc.
doc. , 50 H . N. A.. IV, 1, p. 389 sq.
sq.
405 sqq » T i ! T t cione¡‘ n >p-
>p- 90- 52 D. H. A„ VI, doc. n<? 1. p. 31.
.a , op. cit.,   p. 158 sqq.
r>1 V a l l f , I b f . r l u c f .a
n 17
17°’
°’ P‘ 39'■ Cf' igualmente doc. n1? 178, p.
53  R a v i g n a n i , cn: H. N. A., IV, 1.

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EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA PLATA
91
suponer que su su desarrollo sese mant uv o m uy poi de baj o del cjg
cjg j
cereales .54
.54 Pero una expansión exagerada de los cultivos cereafe* es que, contando con una reserva gigantesca de tierras aún inex-
ros no contemplaba las intenciones de la metrópoli que, mediam'  plo tad as , ta nt o el virr ey como el Cabi ldo debieran adopta r medimedi
reformas agrarias ,55  también se esforzaba en esa época por com* das para impedir el encarecimiento de los granos, la especulación
 bat ir la agonía del ca mp es ina do esp añ ol. L as co nd ici on es de y las amen aza s del ham bre. Únic amente la necesidanecesidadd ddee asegura
asegurarr
los medios más elementales de subsistencia decidió por último
dependencia colonial excluyeron, hasta por vía legal, que en últi
a las autoridades a ofrecer un mínimo de protección legal al labra
ma instancia imponía el interés político y económico de España'
dor , fr en te a l ím pe tu expan sivo de los
los estancieros
estancieros.. Asi
Asi el ya men
men
toda posibilidad de que la agricultura alcanzara un desarrollo cionado gobernador Diego de Salas dispuso, en 1777, que por lo
que rebasara
rebasara las exigencias
exigencias inm ediata s del m erc ad o local. ' menos en el momento de la siembra y de la cosecha los ganados
Tal como
como lo muestra el uso lingüístico d el pe ríod o colonial la se recogieran en las estancias, para evitar que arruinaran los cul
masa de los labradores, muchos de los cuales eran también arren tivos .58 Ta m bié n el virrey Vér tiz se vio obligado
obligado a parecida
parecidass
datarios,56  se contaban entre la “gente pobre ”,57  a la cual consa concesiones parciales, si bien la sorprendente periodicidad de los
graba sus principales cuidados la autoridad local, es decir el edictos 59  —por lo general repetición verbal unos de otros— no
Cabildo. De la numerosa serie de leyes y peticiones que, directa hace sino demostrar la escasa atención que les prestaban los
e indirectamente, se referían a la situación de los labradores así esta nci ero s: éstos, p or su parte, no vacilaban en reclamar
reclamar también
también
como al latifundio de producción cerealista, es posible deducir  pa ra sí la fue rza lega l de la adm inist ració n colonial. Con edictos
edictos
los más diversos factores que, en cada caso, tuvieron un efecto en uno u otro sentido, las autoridades se encontraban asi entre
negativo sobre la agricultura: dos fuegos, y ambos bandos se atrincheraban en leyes que, en
1. En primer lugar, y como causa princ ipalís ima del estran- no pocas opo rtun ida des , se invalida ban recíprocame
recíprocamente.
nte. Mientras
g u W n to de la la agricult
agricultura,
ura, debe
debe verse
verse la preferencia por las las que el labriego veía en la ley una garantía de su existencia misma,
oportumdade
oportumdadess de exportación que ofrecía la g ana der ía. En el el estanciero podía imponerla como instrumento para consolidar
c o X m Uar 0 deI XVIIÍ
IIÍ y comienz os del xi x, el perm ane nte un predominio asegurado ya en la práctica, de modo que no resul
taba difícil adivinar por quién se inclinaría la balanza.
íes^ ue J S' anC
anCierO
ierOS
S 7   labradores adquirió proporciones ta- 2. Co n to da regu larid ad, y antes de cada cosec cosecha,
ha, se presen
presen
LoIIadoín if C°mPararse con eI P^ ces o que se había desadesa
rrollado
rrollado eenn la misma España en los siglos
siglos xv y xvi. Lo p arad ójic o tab an que jas s obre la escasez de los brazosbrazos nece
necesar
sarios
ios.. Precia -
men te esa falta crónica de mano de obra a go que no
tanciada de la indimria*n
indimria*nStr StrUC
UCt*t*Va-^ resPecto anó nim a “N oticia circuns- el latifun dio feudal de Nueva España o del eru ue un
iate resante s l t J T b r e VÍ r r e? n a t °.°. * * » d e l a P la t a , con vicios
vicios fund am ental es de la agricultura del Rio de la Plata.
Plata. ^ ^
ductos
ductos,, consum
consumosos precio
precio** rr>
rr> j3’ arte s> oficios, m anu fac tura s, pro- tuan do regiones m arginales como Paraguay
Paraguay o e . to
* « y m a r í t i T s ' ¡ Z Z Z S F T ’  de   merc ader- s y frutos, frutos, fletes terres-
terres-
III, doc. n» 4, pp. 13 - R Provincias y par tido s” . S. de. (D.H .V., 38 Band o del T hen iente _d _de R e y mandando«recogíw lo* ganados de
mentó
mentó benigno
benigno y los esPecto de Juj uy se dice : Sigue el tempera-
grar una cosecha cuantiosa  a °\  ?stan m°liendo con la esperanza de lo- las
las chacras.
chacras. . . 3 de julio
julio de 17 1777
77 (D. H. •> • • .• esta
estadi
diaa de
5- 9 Buaando
uu v del
«V* Virrey
w Vertiz
- --- reglamentando
- . . el r-d»^ . _ de ^ 171778
78
cereal
cereales
es y el maíz,
maíz, se men rinnt t ZU ZU?a ,' ^ ara Coc haba mba , adem ás de los usan
usa n a la
la agm uuu .- - •
as (Provincias) del Perú” l  a^8°dón, “y así se estraen para ganados, por los perjuicio s que causan a la agri«. agri«.uu tu - —■
•241: cf. asimismo doc. n' 39- P- -
55 R- Leo.v P’ > (D. H. V , I, doc i -
wav. íí í' (Politl
(Politlca
ca T p robUmn°llttk
’  ¿grarproble m in Spanien unter  n1? 77, p.• 3300
00 ssq
00 q .).
)- ....
.. . i otra
otrass posi
posibibili
lida
dade
dess de traer
traer ¡n-
W9- ' l e r n a s agra
agrari
rios
os en la
la España
España de Carlo 111), Mu-
Carloss 111), Mu- »" La Co ron a impi dió, por lo demas. i- Vertiz ordenan-
dios a Buenos Aires como trabajadores hanoo «c. ^
56  Cf
C f. D . H a tv j
3, 3- 39' 157. do que nadie adm ita a su servicio servicio los i • ^    de agosto de 1780 1780
(D- H- V, II, do
docc ^ fomento
fomento de Sementeras.
Sementeras. 20  de Junio' de y Paraguay y si alguien los tuviese ya. lo
(D. H. V., I, doc. n? 78, p. 302 sq.).

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suponer que su su desarrollo sese mant uv o m uy poi de baj o del cjg
cjg j
cereales .54
.54 Pero una expansión exagerada de los cultivos cereafe* es que, contando con una reserva gigantesca de tierras aún inex-
ros no contemplaba las intenciones de la metrópoli que, mediam'  plo tad as , ta nt o el virr ey como el Cabi ldo debieran adopta r medimedi
reformas agrarias ,55  también se esforzaba en esa época por com* das para impedir el encarecimiento de los granos, la especulación
 bat ir la agonía del ca mp es ina do esp añ ol. L as co nd ici on es de y las amen aza s del ham bre. Únic amente la necesidanecesidadd ddee asegura
asegurarr
los medios más elementales de subsistencia decidió por último
dependencia colonial excluyeron, hasta por vía legal, que en últi
a las autoridades a ofrecer un mínimo de protección legal al labra
ma instancia imponía el interés político y económico de España'
dor , fr en te a l ím pe tu expan sivo de los
los estancieros
estancieros.. Asi
Asi el ya men
men
toda posibilidad de que la agricultura alcanzara un desarrollo cionado gobernador Diego de Salas dispuso, en 1777, que por lo
que rebasara
rebasara las exigencias
exigencias inm ediata s del m erc ad o local. ' menos en el momento de la siembra y de la cosecha los ganados
Tal como
como lo muestra el uso lingüístico d el pe ríod o colonial la se recogieran en las estancias, para evitar que arruinaran los cul
masa de los labradores, muchos de los cuales eran también arren tivos .58 Ta m bié n el virrey Vér tiz se vio obligado
obligado a parecida
parecidass
datarios,56  se contaban entre la “gente pobre ”,57  a la cual consa concesiones parciales, si bien la sorprendente periodicidad de los
graba sus principales cuidados la autoridad local, es decir el edictos 59  —por lo general repetición verbal unos de otros— no
Cabildo. De la numerosa serie de leyes y peticiones que, directa hace sino demostrar la escasa atención que les prestaban los
e indirectamente, se referían a la situación de los labradores así esta nci ero s: éstos, p or su parte, no vacilaban en reclamar
reclamar también
también
como al latifundio de producción cerealista, es posible deducir  pa ra sí la fue rza lega l de la adm inist ració n colonial. Con edictos
edictos
los más diversos factores que, en cada caso, tuvieron un efecto en uno u otro sentido, las autoridades se encontraban asi entre
negativo sobre la agricultura: dos fuegos, y ambos bandos se atrincheraban en leyes que, en
1. En primer lugar, y como causa princ ipalís ima del estran- no pocas opo rtun ida des , se invalida ban recíprocame
recíprocamente.
nte. Mientras
g u W n to de la la agricult
agricultura,
ura, debe
debe verse
verse la preferencia por las las que el labriego veía en la ley una garantía de su existencia misma,
oportumdade
oportumdadess de exportación que ofrecía la g ana der ía. En el el estanciero podía imponerla como instrumento para consolidar
c o X m Uar 0 deI XVIIÍ
IIÍ y comienz os del xi x, el perm ane nte un predominio asegurado ya en la práctica, de modo que no resul
taba difícil adivinar por quién se inclinaría la balanza.
íes^ ue J S' anC
anCierO
ierOS
S 7   labradores adquirió proporciones ta- 2. Co n to da regu larid ad, y antes de cada cosec cosecha,
ha, se presen
presen
LoIIadoín if C°mPararse con eI P^ ces o que se había desadesa
rrollado
rrollado eenn la misma España en los siglos
siglos xv y xvi. Lo p arad ójic o tab an que jas s obre la escasez de los brazosbrazos nece
necesar
sarios
ios.. Precia -
men te esa falta crónica de mano de obra a go que no
tanciada de la indimria*n
indimria*nStr StrUC
UCt*t*Va-^ resPecto anó nim a “N oticia circuns- el latifun dio feudal de Nueva España o del eru ue un
iate resante s l t J T b r e VÍ r r e? n a t °.°. * * » d e l a P la t a , con vicios
vicios fund am ental es de la agricultura del Rio de la Plata.
Plata. ^ ^
ductos
ductos,, consum
consumosos precio
precio** rr>
rr> j3’ arte s> oficios, m anu fac tura s, pro- tuan do regiones m arginales como Paraguay
Paraguay o e . to
* « y m a r í t i T s ' ¡ Z Z Z S F T ’  de   merc ader- s y frutos, frutos, fletes terres-
terres-
III, doc. n» 4, pp. 13 - R Provincias y par tido s” . S. de. (D.H .V., 38 Band o del T hen iente _d _de R e y mandando«recogíw lo* ganados de
mentó
mentó benigno
benigno y los esPecto de Juj uy se dice : Sigue el tempera-
grar una cosecha cuantiosa  a °\  ?stan m°liendo con la esperanza de lo- las
las chacras.
chacras. . . 3 de julio
julio de 17 1777
77 (D. H. •> • • .• esta
estadi
diaa de
5- 9 Buaando
uu v del
«V* Virrey
w Vertiz
- --- reglamentando
- . . el r-d»^ . _ de ^ 171778
78
cereal
cereales
es y el maíz,
maíz, se men rinnt t ZU ZU?a ,' ^ ara Coc haba mba , adem ás de los usan
usa n a la
la agm uuu .- - •
as (Provincias) del Perú” l  a^8°dón, “y así se estraen para ganados, por los perjuicio s que causan a la agri«. agri«.uu tu - —■
•241: cf. asimismo doc. n' 39- P- -
55 R- Leo.v P’ > (D. H. V , I, doc i -
wav. íí í' (Politl
(Politlca
ca T p robUmn°llttk
’  ¿grarproble m in Spanien unter  n1? 77, p.• 3300
00 ssq
00 q .).
)- ....
.. . i otra
otrass posi
posibibili
lida
dade
dess de traer
traer ¡n-
W9- ' l e r n a s agra
agrari
rios
os en la
la España
España de Carlo 111), Mu-
Carloss 111), Mu- »" La Co ron a impi dió, por lo demas. i- Vertiz ordenan-
dios a Buenos Aires como trabajadores hanoo «c. ^
56  Cf
C f. D . H a tv j
3, 3- 39' 157. do que nadie adm ita a su servicio servicio los i • ^    de agosto de 1780 1780
(D- H- V, II, do
docc ^ fomento
fomento de Sementeras.
Sementeras. 20  de Junio' de y Paraguay y si alguien los tuviese ya. lo
(D. H. V., I, doc. n? 78, p. 302 sq.).

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92 M A NF R ED K OSSO K 

EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA


93
existía un número suficiente de siervos indios como para que
 poco
 poco a poco,
poco, se los retira ra de la enco mien da o del repa rtim ient o los peones en ellos ocupados, como también los indios, mulatos
y, en calidad de gañanes,01
gañanes,01 se los inco rpo rara al “p eo na je” . Ta m y negros libres, puedan ir a las chacras para el recogimiento de
 poco
 poco la inmigración,
inmigración, muy limit ada en su núm ero, pu do ser una las sementeras ” .04
.04 Tod o p eón que se negara a obedecobedecer
er recib
recibía
ía
solució
soluciónn satisfactoria
satisfactoria.. Los recién llegados, en su may oría ext ran  100  palos, y los mismos dueños de las obras que ocultaran alguna
 jeros
 jeros capaces
capaces de naturalizarse, solían emplea rse en el comercio deserción deb erían pag ar un a multa de 25 pesos
pesos.. Una ley análoga
análoga
o en la industria, mientras que la fracción colonizadora de] ele se promulgó en 1779, “porque los labriegos no pueden encontrar
mento
mento españ
español
ol especula
especulaba ba con la adquisición de un a estancia • los los  peones par a la cosecha ” .05 Pero ni ese ese trabajo
traba jo periódicamente
restantes elementos de la resaca europea vivían por lo general compulsivo ni otros recursos, como por ejemplo la movilización
“sin trabajar ni aprender oficio útil a la República”,02 y no con de la “Casa de Corrección”, consiguieron modificar tal estado de
sideraban que la vida de un español en la Colonia se redujera cosas, como lo muestran ciertas peticiones de 1783, en las que
a ser chacarero y a tener quizás a sus órdenes a uno o dos esclavos. nuevamente se presentan quejas sobre una “escasez de brazos” .86 .86
Puesto que, a fines del siglo xvm, no existía todavía un prole Otra posibilidad de contrarrestar la escasez crónica de mano
tariado agrario bien desarrollado —indiomestizo o bien criollo _ - de obra era la de utilizar negros esclavos, una vez que la abolición
como factor social de valor apreciable, y como tampoco los servi del sistema de asientos (1789) 07  también hubiese liberado para
cios de los rancheros bastaban para extender la producción, la el Plata el tráfico de negros, “con el fin de proveer a la agricul
administración recurrió como último expediente a la fuerza extra- tura de dicho Virreinato de los brazos que requiere para su
econom
economica.ica. n la la versión
versión oficial de los docu ment os cont emp o expansión y fomento ” .08.08 Diego de Alvear
Alvea r describió a los esclavos
esclavos
ráne
ráneosos semejante
semejante enc ajam ient o de mano de obra recibió el título negros “como los únicos jornaleros que hay en esta parte del mun
do; (y son) suma men te necesarios pa ra las estancias
estancias y el cultivo
cultivo de
monr r u Vaga,
Vaga,bundos”’
bundo s”’ cuy° s ant ece den tes legales
lega les se re-
Lo ¡ S j f a M S° “ l“ “ n ' ie ien” s mismos de lala ép
ép oocc a c ol
ol on
on ia
ia l.l. » los campos” 09;  y el propio Miguel Lastarria, que en principio
se oponía al tráfico de esclavos,70
,70  tuvo que conceder que sin ellos ellos
c ^ ó t t b‘ b ‘ f   qUe.,an,b,é'1 “ d Plata la colon
colonialial,, (los negros) hub iera n a ume ntad o en nuestras colon
colonias
ias las difi
a pm
pm ci
ci S de
de l 1UV0  una “ « "« ci ó n deci
?mlCa, J 1UV0 decisisiva
va en la la cultades que traba n al E stad o. . . ” Después
Después de promulga
promulgado do el
K L T i í » é t £ ! Ie Ier . ? do-, ro- e n eI V i™ n a, a, ° dcl R í° í° de libre comercio, la introducción llegó entre 1792 a 1795 a 2689
ver el problema Ot  ^ uales.no fueron suficientes suficientes par a reso resol- l- esclavos,71  y se afirma que a comienzos del siglo xix alcanzó un
la o í J ^ Z l ^ T ™ 01110  dC la extra°rdinaria escasez en volumen (an ual ) de 2500.72 En Buenos Aires Aires,, el precio de cada 1
de suspend
suspender
er otras lahr,
lahr, ■ ° en,
en,contramos en la frec uent e prác tica esclavo era de “250 a 260 pesos comprado en el barco y, para los
a la campaña los brazos brazos*Hh
*Hh ep0°? ^ COsech
COsecha’
a’ Para
Pa ra P°der enviar
Vértiz ordenó * C0mienz0s
C0mienz0s de 1777, el virrey virr ey 64 B ando del Vi rre y Vertiz tom ando un a serie de disposicion
disposiciones
es a fin
m r 10105 homos de ladrillos, “a fin de q ue todos de remediar la escasez de brazos para el recogimiento de las semen eras,
de enero de 1779 (D. H. V., I, doc. n? 52, p. 254).
Bueno
Buenoss Aires
Aires 194
1948^
8^’’ lTs sqq.°&r^
sqq.°&r^ coloniza“
coloniza“ ón española
española en América, 65  Ib id. , doc. n9 68, pp. 283 - 285.
60 D. H. A., IV, doc. n« n« 16
16,, pp.
pp. 39 -4 6; n? 17,
17, pp.
pp. 4° ; 51' r v m
trab^arbl°- ''Cn°S
''Cn°S de ^uropeo rmozos01130
rmozos011301”1” 5’ P uintas’ Ranchos y Casas 67 Cf. D. L. M o h n a r i , en: D. H. A. VII , Introducción, p.
desci-inríó"1  j Prfn<
Prfn<^en oficio, que dupj’. que ^a ccn más que estar se sin sqq.
Aires e l í1  J    ,circunstancia9 n ** “u a la RePÚblica. . .” (Breve «8 D. H. A., VII, doc., n? 1, p. 3.
actualidad*S ,alv’,alv’iJas
iJas Y el modo fáciT d e ^ la pro vínc ia cle Buenos 70 D. h ’. A .f lI I^ p . 158 sq.
sq. (. . . el
el Comercio de Negros
Negros es un mal
- > m - ■*“ * ¡” p' “ necesario. . .).
‘ TZKE>doc.
E>doc. 17 , 59, passim. 71 H. N. A., IV, 1, p. 283. , TV
72 D. H. A., II I, p. 316. Cf.
Cf. nota 35 de capitulo
capitulo IV.

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92 M A NF R ED K OSSO K 

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existía un número suficiente de siervos indios como para que
 poco
 poco a poco,
poco, se los retira ra de la enco mien da o del repa rtim ient o los peones en ellos ocupados, como también los indios, mulatos
y, en calidad de gañanes,01
gañanes,01 se los inco rpo rara al “p eo na je” . Ta m y negros libres, puedan ir a las chacras para el recogimiento de
 poco
 poco la inmigración,
inmigración, muy limit ada en su núm ero, pu do ser una las sementeras ” .04
.04 Tod o p eón que se negara a obedecobedecer
er recib
recibía
ía
solució
soluciónn satisfactoria
satisfactoria.. Los recién llegados, en su may oría ext ran  100  palos, y los mismos dueños de las obras que ocultaran alguna
 jeros
 jeros capaces
capaces de naturalizarse, solían emplea rse en el comercio deserción deb erían pag ar un a multa de 25 pesos
pesos.. Una ley análoga
análoga
o en la industria, mientras que la fracción colonizadora de] ele se promulgó en 1779, “porque los labriegos no pueden encontrar
mento
mento españ
español
ol especula
especulaba ba con la adquisición de un a estancia • los los  peones par a la cosecha ” .05 Pero ni ese ese trabajo
traba jo periódicamente
restantes elementos de la resaca europea vivían por lo general compulsivo ni otros recursos, como por ejemplo la movilización
“sin trabajar ni aprender oficio útil a la República”,02 y no con de la “Casa de Corrección”, consiguieron modificar tal estado de
sideraban que la vida de un español en la Colonia se redujera cosas, como lo muestran ciertas peticiones de 1783, en las que
a ser chacarero y a tener quizás a sus órdenes a uno o dos esclavos. nuevamente se presentan quejas sobre una “escasez de brazos” .86 .86
Puesto que, a fines del siglo xvm, no existía todavía un prole Otra posibilidad de contrarrestar la escasez crónica de mano
tariado agrario bien desarrollado —indiomestizo o bien criollo _ - de obra era la de utilizar negros esclavos, una vez que la abolición
como factor social de valor apreciable, y como tampoco los servi del sistema de asientos (1789) 07  también hubiese liberado para
cios de los rancheros bastaban para extender la producción, la el Plata el tráfico de negros, “con el fin de proveer a la agricul
administración recurrió como último expediente a la fuerza extra- tura de dicho Virreinato de los brazos que requiere para su
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versión oficial de los docu ment os cont emp o expansión y fomento ” .08.08 Diego de Alvear
Alvea r describió a los esclavos
esclavos
ráne
ráneosos semejante
semejante enc ajam ient o de mano de obra recibió el título negros “como los únicos jornaleros que hay en esta parte del mun
do; (y son) suma men te necesarios pa ra las estancias
estancias y el cultivo
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monr r u Vaga,
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lega les se re-
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se oponía al tráfico de esclavos,70
,70  tuvo que conceder que sin ellos ellos
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la o í J ^ Z l ^ T ™ 01110  dC la extra°rdinaria escasez en volumen (an ual ) de 2500.72 En Buenos Aires Aires,, el precio de cada 1
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en,contramos en la frec uent e prác tica esclavo era de “250 a 260 pesos comprado en el barco y, para los
a la campaña los brazos brazos*Hh
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de enero de 1779 (D. H. V., I, doc. n? 52, p. 254).
Bueno
Buenoss Aires
Aires 194
1948^
8^’’ lTs sqq.°&r^
sqq.°&r^ coloniza“
coloniza“ ón española
española en América, 65  Ib id. , doc. n9 68, pp. 283 - 285.
60 D. H. A., IV, doc. n« n« 16
16,, pp.
pp. 39 -4 6; n? 17,
17, pp.
pp. 4° ; 51' r v m
trab^arbl°- ''Cn°S
''Cn°S de ^uropeo rmozos01130
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desci-inríó"1  j Prfn<
Prfn<^en oficio, que dupj’. que ^a ccn más que estar se sin sqq.
Aires e l í1  J    ,circunstancia9 n ** “u a la RePÚblica. . .” (Breve «8 D. H. A., VII, doc., n? 1, p. 3.
actualidad*S ,alv’,alv’iJas
iJas Y el modo fáciT d e ^ la pro vínc ia cle Buenos 70 D. h ’. A .f lI I^ p . 158 sq.
sq. (. . . el
el Comercio de Negros
Negros es un mal
- > m - ■*“ * ¡” p' “ necesario. . .).
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E>doc. 17 , 59, passim. 71 H. N. A., IV, 1, p. 283. , TV
72 D. H. A., II I, p. 316. Cf.
Cf. nota 35 de capitulo
capitulo IV.

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m a n fr e d k o s s o k
94 e l  v ir r e in a t o d e l r ío d e l a  p l a t a  
95

rlrmá
lrmás, según las
s, seg ias u w » -- -; — / ,73
ias ecircunstancias ,73 /pero
, dicho
. precio
/ 7" no
—'solami
mámente tos e idénticas virtudes que sus patrones, con los mismos prejuicios
a u m e n t a b a  jun to con e l alejamiento de la costa, sino que tambié
v la míisma m en ta lid ad ” .77
.77 Si la presión legal o económica
económica hacía
mostraba en general general una tende ncia ascendente.™ - ^posible la existencia a un proletario que vivía al estilo antiguo
El precio de los esclavos basta por si solo para explicar por (o sea, gracias a la protección del Defensor de pobres), entonces
qu
quéé susu utiliz
utilizaciación
ón no se se impuso pa ra la a gric ultu ra. Au n despu
después
és nrovechaba la discrepancia entre oferta y demanda para vender
de la toma de posesión posesión de An abó n y de F er na nd o Póo, Se llegó
llegó lo más car o posi ble la fue rza de sus brazos. Par a contrarrestarlo,
contrarrestarlo,
a la conclusión de que era ilusoria la esperanza de sobrepujar a netidas veces se impusieron jornales máximos para épocas de
los intermediarios extranjeros, y en los últimos años del dominio cosecha. “A los m ejo res pe ones n o se les les dé más de 4 reales
reales por
español su propia participación en el comercio de esclavos apenas día y a I°s muc ha ch os 2 reales. . . ”78 Pero, a despecho de tales tales
alcanza
alcanzaba ba a un quinto del total. 75 El t ráf ico ex tra nje ro seguía disposiciones oficiales, hacia 1790 el nivel de jornales había llega
dictando los altos precios de importación, y las indicaciones del do más o menos al doble, de 6 a 8 reales.
virrey Arredondo, referentes a que “una vez hecho el gasto, se 3 La inc apa cid ad genera l del terrateniente campesi campesinono para
tendrá jornaleros gratis para lo futuro”,70 no halló mucho eco. Por hacer frente —y sin hablar de la compra de esclavos— al redu
consiguiente, la mayor parte de los esclavos introducidos por cido desembolso que suponía la contratación de jornaleros libres,
Buenos Aires se dirigieron a las minas del Perú, a Chile o bien era consecuencia de la falta de capital tan difundida en la agri
a las plantaciones de algodón y de azúcar del interior; alrededor cultura, y que a su vez era resultado de la estrechez del mercado
del
del 20 ó 30 % se se quedaron en la costa. Este resto tra ba jó princi local
local Fal tab a a los labradores u na constante expansióexpansiónn ddel
el mer
 palmente en las estanc ias que , co n m en os m an o de ob ra y con cado como el más fuerte acicate para extender su producción
una inversión relativamente menor de capital, obtuvieron más y como el medio más seguro de incrementar los propios bene
ficios
ficios La fiscal izació n del comercio de cerealescereales y la regulación
regulación
 beneficios
 beneficios que los l abra dor es con las ex ig en cia s dc la ag ric ul tur a
intensiva. de los precios estaba en manos del Cabildo que, de acuerdo con
los principios del “justo precio ”,79  se dejaba guiar únicamente por
Tal alejamiento de la mano de obra servil obligó a los labra las necesi dades locales. Me dida s habituales, tendientes a aseguraasegura
dores, en casos de necesidad, a recurrir a los jornaleros criollos, un precio
precio lo más b ajo y constante que uera posi posi >
o bien a los los negros
negros y mulato s libres. Au n en su m ise rab le co ndi fijación de pr ecios obli gatori os par a loslos cereales
cereales la harina o el
ción
ción,, d peón crio criollo
llo se
se sentía muy sup erio r a los “hom bres de  pan 80 y también la prohibición estricta
estricta de exp ir ar ^Liciones
^Liciones
co or . Contrapa rtida de l  po or w hi te   de la América del Norte, niñean te c an tida d de ce real o de harina.*
harina.*** Tales proh bicion
bicionee
e proletario criollo se presentaba como aspirante menos dotado de exportación se aplicaron tanto al comercio exterior como a
a a c ase dominante, “lleno de pretensiones, con los mismos defec- interior, el que se dirigía a Córdoba o a Montevi eo. eo. ^
La política comercial y de precios del Ia
" n i, d=c.
d=c. 4, p. 16).  princ ipios lega les y eco nóm icos de sabor■«
sabor■« l e v a | a cr¡s¡scr¡s¡s en
™ L V - m ' . p' ' 31
316 .
 prá ctic a lo co nt ra rio de lo que se esp  , labradores sólo
sólo
escl
esclav
avos
os en HUnaní.
HUnaní. '*• '*• ^ cerca de la escla vitud y el come rcio de lugar de superada. Un número considerable
considerable de labrador
labradores
es
obras
obras clási
clásicas
cas de o°*menj a’ consúltense
consúltense en pr ime r lu ga r — adem ás de las
úve Data on Neam Sc elle — loslos trabajos de J. F. Kin g,  De scri p
77 lbid., 
lbid.,   p. 60.
en: Th e Toum **  Ir np or ta tio n Re co rd s an d Bill s ofi
ofi 78 D. H. V., I, doc. n<n<> 39, p. 223.
223.
23.0- Del
Del m in u to , v 8” XX VIII>Washington 1943, 1943, pp. 204 - 79 D.H. doft. no
D. H. A., IV, doft. no   57,  passim .
lh}d.,  XXIX, 1944 Dn 7  /,ro  Hlsto ry in Continental Spanish America, 80 D. H. A., IV , doc. n<n<? 57, 59  passim .
rica: a Select B i b i i o n n y The NeSro in Continental Spanish  Arrie  Arrie 81 D. H. V., I, doc. n9  24, 29, 30,  passim.
559.  M 'o gr ap hy ,  en; Hisp. Am, Hist. Rev., XXIV, PP- 547-

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94 e l  v ir r e in a t o d e l r ío d e l a  p l a t a  
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rlrmá
lrmás, según las
s, seg ias u w » -- -; — / ,73
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mámente tos e idénticas virtudes que sus patrones, con los mismos prejuicios
a u m e n t a b a  jun to con e l alejamiento de la costa, sino que tambié
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mostraba en general general una tende ncia ascendente.™ - ^posible la existencia a un proletario que vivía al estilo antiguo
El precio de los esclavos basta por si solo para explicar por (o sea, gracias a la protección del Defensor de pobres), entonces
qu
quéé susu utiliz
utilizaciación
ón no se se impuso pa ra la a gric ultu ra. Au n despu
después
és nrovechaba la discrepancia entre oferta y demanda para vender
de la toma de posesión posesión de An abó n y de F er na nd o Póo, Se llegó
llegó lo más car o posi ble la fue rza de sus brazos. Par a contrarrestarlo,
contrarrestarlo,
a la conclusión de que era ilusoria la esperanza de sobrepujar a netidas veces se impusieron jornales máximos para épocas de
los intermediarios extranjeros, y en los últimos años del dominio cosecha. “A los m ejo res pe ones n o se les les dé más de 4 reales
reales por
español su propia participación en el comercio de esclavos apenas día y a I°s muc ha ch os 2 reales. . . ”78 Pero, a despecho de tales tales
alcanza
alcanzaba ba a un quinto del total. 75 El t ráf ico ex tra nje ro seguía disposiciones oficiales, hacia 1790 el nivel de jornales había llega
dictando los altos precios de importación, y las indicaciones del do más o menos al doble, de 6 a 8 reales.
virrey Arredondo, referentes a que “una vez hecho el gasto, se 3 La inc apa cid ad genera l del terrateniente campesi campesinono para
tendrá jornaleros gratis para lo futuro”,70 no halló mucho eco. Por hacer frente —y sin hablar de la compra de esclavos— al redu
consiguiente, la mayor parte de los esclavos introducidos por cido desembolso que suponía la contratación de jornaleros libres,
Buenos Aires se dirigieron a las minas del Perú, a Chile o bien era consecuencia de la falta de capital tan difundida en la agri
a las plantaciones de algodón y de azúcar del interior; alrededor cultura, y que a su vez era resultado de la estrechez del mercado
del
del 20 ó 30 % se se quedaron en la costa. Este resto tra ba jó princi local
local Fal tab a a los labradores u na constante expansióexpansiónn ddel
el mer
 palmente en las estanc ias que , co n m en os m an o de ob ra y con cado como el más fuerte acicate para extender su producción
una inversión relativamente menor de capital, obtuvieron más y como el medio más seguro de incrementar los propios bene
ficios
ficios La fiscal izació n del comercio de cerealescereales y la regulación
regulación
 beneficios
 beneficios que los l abra dor es con las ex ig en cia s dc la ag ric ul tur a
intensiva. de los precios estaba en manos del Cabildo que, de acuerdo con
los principios del “justo precio ”,79  se dejaba guiar únicamente por
Tal alejamiento de la mano de obra servil obligó a los labra las necesi dades locales. Me dida s habituales, tendientes a aseguraasegura
dores, en casos de necesidad, a recurrir a los jornaleros criollos, un precio
precio lo más b ajo y constante que uera posi posi >
o bien a los los negros
negros y mulato s libres. Au n en su m ise rab le co ndi fijación de pr ecios obli gatori os par a loslos cereales
cereales la harina o el
ción
ción,, d peón crio criollo
llo se
se sentía muy sup erio r a los “hom bres de  pan 80 y también la prohibición estricta
estricta de exp ir ar ^Liciones
^Liciones
co or . Contrapa rtida de l  po or w hi te   de la América del Norte, niñean te c an tida d de ce real o de harina.*
harina.*** Tales proh bicion
bicionee
e proletario criollo se presentaba como aspirante menos dotado de exportación se aplicaron tanto al comercio exterior como a
a a c ase dominante, “lleno de pretensiones, con los mismos defec- interior, el que se dirigía a Córdoba o a Montevi eo. eo. ^
La política comercial y de precios del Ia
" n i, d=c.
d=c. 4, p. 16).  princ ipios lega les y eco nóm icos de sabor■«
sabor■« l e v a | a cr¡s¡scr¡s¡s en
™ L V - m ' . p' ' 31
316 .
 prá ctic a lo co nt ra rio de lo que se esp  , labradores sólo
sólo
escl
esclav
avos
os en HUnaní.
HUnaní. '*• '*• ^ cerca de la escla vitud y el come rcio de lugar de superada. Un número considerable
considerable de labrador
labradores
es
obras
obras clási
clásicas
cas de o°*menj a’ consúltense
consúltense en pr ime r lu ga r — adem ás de las
úve Data on Neam Sc elle — loslos trabajos de J. F. Kin g,  De scri p
77 lbid., 
lbid.,   p. 60.
en: Th e Toum **  Ir np or ta tio n Re co rd s an d Bill s ofi
ofi 78 D. H. V., I, doc. n<n<> 39, p. 223.
223.
23.0- Del
Del m in u to , v 8” XX VIII>Washington 1943, 1943, pp. 204 - 79 D.H. doft. no
D. H. A., IV, doft. no   57,  passim .
lh}d.,  XXIX, 1944 Dn 7  /,ro  Hlsto ry in Continental Spanish America, 80 D. H. A., IV , doc. n<n<? 57, 59  passim .
rica: a Select B i b i i o n n y The NeSro in Continental Spanish  Arrie  Arrie 81 D. H. V., I, doc. n9  24, 29, 30,  passim.
559.  M 'o gr ap hy ,  en; Hisp. Am, Hist. Rev., XXIV, PP- 547-

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ir
96 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
97 ,$
oudo mantener su propiedad mediante créditos, y se vio obliSad M i e n t r a s el Cabildo, con apoyo y anuencia del virrey, procu
a vender su cosecha antes de levantarla o bien en el raba aplicar un sistema paternalista medieval para corregir vicios
mismo de la recolección y a los precios mas desfavorables ,«2 ,«2 fundamentales del sistema colonial, ganaba terreno —en contra
ñor lo general
general apenas com pensab an los costos de producción * de esa concepción oficial— la propaganda en favor de un libre
Cuando la escasez general de cereales y de harina hubo alcanzado comercio de gran os. Como lo demostró el el curso
curso de las
las cont
controve
roverr
su punto culminante, los “acaparadores, logreros y monopolistas» sias no se tr at ab a tan to de re media r la miseria miseria del país
país com
comoo de
desarrollaron un activo mercado negro, que dio al traste con todas s e r v i r a los intereses de los latifundistas cerealeros ansiosos de
las regulaciones de precios en momentos en que los productores exportar, de los molineros y otros comerciantes dedicados al co
 para asegurar las nue vas siem bra s, de bí an re cu rr ir a nuevo s cré
cré mercio d e grano s y de harin a. Después de algunas primeras primeras tenJ
tenJ
ditos oficiales o privados: en 1777 declaró el Cabildo que “para tativas, que fracasaron en 1788, 58 peticionantes presentaron a la,
Corona, en 1793, una “Representación de los Labradores ” .89  En,
llevar a cabo la siembra, se consideraba necesario proveer a los
ella se quejaban ante todo por el bajo precio de los cereales: en
vecinos pobres, consagrados a tales tareas en los campos de ]a
años malos llegan a ser de 10  a 16 reales por fanega, y sola-;
ciudad, todo el trigo de que se pueda disponer, o bien su valor mente en períodos extraordinarios alcanzan a ser de 50 a 60 reales,
en dine
dinero,
ro, para que ellos lo com pren ” . . . S4 T al esta do de cosa
cosass con los qu e ap ena s se cubre n los costos costos de producción.
producción. La causa
causa
terminó por colocar a Buenos Aires bajo la dependencia de la  pr in cip al de la mis eria era, en opini ón de los peticionantes. la ;
importación de maíz y harina chilenos ,85  que a veces alcanzó un  p r o h i b ic i ó n de ex po rtar au nqu e sólo fuera a Montevideo,
Montevideo, al Para- .
volum
volumenen anual de 20.000
20.000 quintales. En 1790, a p etición del Ca Ca auay o a la H ab ana , m ientras que en la Metrópoli, y para para fomenta
fomentarr
 bildo, el virrey Arr edo ndo vol vió a di sp on er la en tre ga de 202000
00 la a g r i c u l t u r a , se pe rm ití a la export ación desde 1765.9
1765.900 Aprove
 pesos
 pesos para la comp ra de trig o, “c on ob je to de ay u da r a los labra chando con habilidad la crítica situación provocada por la guerra,
dores pobres de su región en las siembras de la primavera próxi la petición fue presentada en 1798' por segunda vez. Mientras
ma” .86
.86  Finalmente, al Cabildo no le quedó otro recurso que insta algunos miembros del Cabildo eran ya partidarios de una libera-
lar un depósito de cereales, y la detallada discusión de dicho pro lización parcial, el partido opuesto abogó con firmeza por el  statu s
yecto 87  puso de relieve una vez más la magnitud de la miseria quo. A ins tanc ias de este grupo, el regidor decano presento presento la
agrícola en que se debatía la colonia en sus últimos tiempos siguien te dem ostra ción , muy instructiva para nosotros nosotros . as> n
como tal.88
.88 cesidades de la ciuda d alcanzan a 70 000 fanegas fanegas,, ^ de a ’
 pa ña a 14. 00 0; pa ra U t o J » en t a »
Acuerd
Acuerdoo ddel
el Cabildo sobre varios as un untos
tos : diversiones, lotería,
lotería,
Ssumíani dSe 2 a S6 fanegas,
í aSlo snmoi 10,10,, paraPla? stembra
82
trigos,
trigos, etc. 18
18 de enero de 1786 (D. (D . H. V., I, doc.,
doc. , n<? 28, p.
p . 19^ sq).
sq).
83 García,op. cit.,  p. 62. stembra.. Calca
84 Acuerdo... 17 1777
77 (D. H. V., I, doc. n? 4, p. 18).
85 Bando 223)
Bando del Virrey Cevallos. . . 1777 (D. H. V., I, doc. n? 39, p---- -
---- - »» C f. H. N. A., IV, 1, P. 395. El.docum ento de .cíem nc a» 1» -
, , . . Oficio
Oficio de S.
S. E. por el que determi
dete rmina
na que suplan
sup lan del Ramo de de liará en: D . H. A., IV , doc. n? 91, P- áb /. „«fli
„«flipr2
pr20s
0s de 18
1810
10 en
Lahrl^08 <^eD^ nta
nt a Fe 2.000  ppeso
esoss para fomentar c ompra r trigo para °s 90 Sobre la significación
significación de esta ley para los ^ n, l 26, del
f av
av o r d e u n l ib
ib re
re co
co m er
er ci
ci o,
o, cf. a si
si mi
mi sm
sm o.
o. • • >
255-257)* 22 de juli° de 1790  (D' H ‘A>’ ‘A>’IIIj d°C‘ n<? año 1803, p. 465, 531.
91 H. N. A., IV , 1, p- 398. oréstamos de trigo de
88  s t ’   d°C' tí>
tí> 8°’ PP'
PP' 275 ‘ 29
2911 • 92 Estos datos coincidía n también con pfi A lV) doc.doc. n9 93>
18
1805
05-- Sp ri/V ai unc‘°n
unc‘°n este almacén o depósito, cf. igualmen te, par®
par® 1805, que alcanzaron a 2 , 5 , 6 , 8 y 10  aneg'
el depósito de^u ^ 111116?* 05 P réstam09   de trigos hechos a labradores P
1116?*05
375-378)! 8 Aires
Aires Para sembrar.
sembrar . 1805 (Ibid.,  doc. n* 93, PP- 375 sqq.).

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96 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA
97 ,$
oudo mantener su propiedad mediante créditos, y se vio obliSad M i e n t r a s el Cabildo, con apoyo y anuencia del virrey, procu
a vender su cosecha antes de levantarla o bien en el raba aplicar un sistema paternalista medieval para corregir vicios
mismo de la recolección y a los precios mas desfavorables ,«2 ,«2 fundamentales del sistema colonial, ganaba terreno —en contra
ñor lo general
general apenas com pensab an los costos de producción * de esa concepción oficial— la propaganda en favor de un libre
Cuando la escasez general de cereales y de harina hubo alcanzado comercio de gran os. Como lo demostró el el curso
curso de las
las cont
controve
roverr
su punto culminante, los “acaparadores, logreros y monopolistas» sias no se tr at ab a tan to de re media r la miseria miseria del país
país com
comoo de
desarrollaron un activo mercado negro, que dio al traste con todas s e r v i r a los intereses de los latifundistas cerealeros ansiosos de
las regulaciones de precios en momentos en que los productores exportar, de los molineros y otros comerciantes dedicados al co
 para asegurar las nue vas siem bra s, de bí an re cu rr ir a nuevo s cré
cré mercio d e grano s y de harin a. Después de algunas primeras primeras tenJ
tenJ
ditos oficiales o privados: en 1777 declaró el Cabildo que “para tativas, que fracasaron en 1788, 58 peticionantes presentaron a la,
Corona, en 1793, una “Representación de los Labradores ” .89  En,
llevar a cabo la siembra, se consideraba necesario proveer a los
ella se quejaban ante todo por el bajo precio de los cereales: en
vecinos pobres, consagrados a tales tareas en los campos de ]a
años malos llegan a ser de 10  a 16 reales por fanega, y sola-;
ciudad, todo el trigo de que se pueda disponer, o bien su valor mente en períodos extraordinarios alcanzan a ser de 50 a 60 reales,
en dine
dinero,
ro, para que ellos lo com pren ” . . . S4 T al esta do de cosa
cosass con los qu e ap ena s se cubre n los costos costos de producción.
producción. La causa
causa
terminó por colocar a Buenos Aires bajo la dependencia de la  pr in cip al de la mis eria era, en opini ón de los peticionantes. la ;
importación de maíz y harina chilenos ,85  que a veces alcanzó un  p r o h i b ic i ó n de ex po rtar au nqu e sólo fuera a Montevideo,
Montevideo, al Para- .
volum
volumenen anual de 20.000
20.000 quintales. En 1790, a p etición del Ca Ca auay o a la H ab ana , m ientras que en la Metrópoli, y para para fomenta
fomentarr
 bildo, el virrey Arr edo ndo vol vió a di sp on er la en tre ga de 202000
00 la a g r i c u l t u r a , se pe rm ití a la export ación desde 1765.9
1765.900 Aprove
 pesos
 pesos para la comp ra de trig o, “c on ob je to de ay u da r a los labra chando con habilidad la crítica situación provocada por la guerra,
dores pobres de su región en las siembras de la primavera próxi la petición fue presentada en 1798' por segunda vez. Mientras
ma” .86
.86  Finalmente, al Cabildo no le quedó otro recurso que insta algunos miembros del Cabildo eran ya partidarios de una libera-
lar un depósito de cereales, y la detallada discusión de dicho pro lización parcial, el partido opuesto abogó con firmeza por el  statu s
yecto 87  puso de relieve una vez más la magnitud de la miseria quo. A ins tanc ias de este grupo, el regidor decano presento presento la
agrícola en que se debatía la colonia en sus últimos tiempos siguien te dem ostra ción , muy instructiva para nosotros nosotros . as> n
como tal.88
.88 cesidades de la ciuda d alcanzan a 70 000 fanegas fanegas,, ^ de a ’
 pa ña a 14. 00 0; pa ra U t o J » en t a »
Acuerd
Acuerdoo ddel
el Cabildo sobre varios as un untos
tos : diversiones, lotería,
lotería,
Ssumíani dSe 2 a S6 fanegas,
í aSlo snmoi 10,10,, paraPla? stembra
82
trigos,
trigos, etc. 18
18 de enero de 1786 (D. (D . H. V., I, doc.,
doc. , n<? 28, p.
p . 19^ sq).
sq).
83 García,op. cit.,  p. 62. stembra.. Calca
84 Acuerdo... 17 1777
77 (D. H. V., I, doc. n? 4, p. 18).
85 Bando 223)
Bando del Virrey Cevallos. . . 1777 (D. H. V., I, doc. n? 39, p---- -
---- - »» C f. H. N. A., IV, 1, P. 395. El.docum ento de .cíem nc a» 1» -
, , . . Oficio
Oficio de S.
S. E. por el que determi
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na que suplan
sup lan del Ramo de de liará en: D . H. A., IV , doc. n? 91, P- áb /. „«fli
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1810
10 en
Lahrl^08 <^eD^ nta
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significación de esta ley para los ^ n, l 26, del
f av
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ci o,
o, cf. a si
si mi
mi sm
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o. • • >
255-257)* 22 de juli° de 1790  (D' H ‘A>’ ‘A>’IIIj d°C‘ n<? año 1803, p. 465, 531.
91 H. N. A., IV , 1, p- 398. oréstamos de trigo de
88  s t ’   d°C' tí>
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PP' 275 ‘ 29
2911 • 92 Estos datos coincidía n también con pfi A lV) doc.doc. n9 93>
18
1805
05-- Sp ri/V ai unc‘°n
unc‘°n este almacén o depósito, cf. igualmen te, par®
par® 1805, que alcanzaron a 2 , 5 , 6 , 8 y 10  aneg'
el depósito de^u ^ 111116?* 05 P réstam09   de trigos hechos a labradores P
1116?*05
375-378)! 8 Aires
Aires Para sembrar.
sembrar . 1805 (Ibid.,  doc. n* 93, PP- 375 sqq.).

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98 EL VIRREINATO DEL RÍO UE LA I'LATA
99
lando
lando un rendimient
rendimientoo de la cosecha de 1j 10, que daba n a(,„
S í » to g a s como
como resreser
erva
va,, y con
con ello
ello se se ehmm aba toda necenece n0  se conocían tierras “libres”, cuya ocupación quedaba exclusi
d a d de fomenta
fomentarr la
la exporta rán, que solo solo seivm a p ara dar ala,
ala, vam ente l ibra da a la inicia tiva del colono.
colono. Desde
Desde el princip
principioio el
total del suelo, con todos^ los bienes que pudieran encontrarse
a la especulación. _  encima y por debajo de él, quedó incorporado a la Corona de
Con la derrota de las dos ofensivas mas energicas en favor del Casti lla. De “sus posesiones” concedía a los conquistadores
conquistadores y he
Hhre comercio de granos, la cuestión quedaba definitivamente rederos la Corona —o sus representantes— las codiciadas “mer
Su elta por la negativa.
negativa. Ha sta último m om ento el Cabildo y el cedes de tierra”, con todas las prerrogativas de un título de pose
virrey se mantuvieron fíeles al viejo sistema de monopolio que, sión feudal .96
.96 En la m edid a en que la tierra por coloniza
colonizarr no se
al trabar la expansión del mercado, impedía también que la asignaba como “ejido” a las comunidades, se la mantenía como
agricultura progresara en forma pujante .98 .98 “tierra de realengo”, reserva de tierras públicas, en manos de la
° 4. Mientras los defensores del libre co me rcio d e gran os creían Corona. Jun to a la ve nta de empleos
empleos público
públicoss,97
,97 la gradual expro
que la equiparación comercial de estancieros y labradores bastaría  piac ión del re al en go 08  figuraba entre las principales fuentes de
 para solucionar el miserab le esta do de la ag ric ul tu ra , se alzab an ingresos impre vistos con qu e cont aba el fisc fisco.
o. Fueron puntospuntos
ya voces que subrayaban que el fondo mismo del problema debía de vista predominantemente financieros, por consiguiente, los que
 buscarse
 buscarse en el predo minio del lat ifu nd ist a y de la ec on om ía exten  determinaron la “segunda reforma agraria ” ,99 ,99  según el decreto
siva
siva sobre
sobre los que cultivaban p arce las me dia s y peq ueñ as. Tales del 15 de oc tub re d e 1754. La revisión
revisión de los
los títulos
títulos de
de propiedad
propiedad,,
críticos de la distribución colonial del suelo se apoyaban en tesis leios de entrañar una genuina reforma, tendía solamente a descu
de carácter fisiocrático y aludían a las reformas agrarias de Carlos  bri r us urp ad or es, qu e hu bi era n “omitid o” paga r el correspon
correspon
III en España, que ellos deseaban ver extendidas a las colonias. diente tribu to. Grac ias al “ derecho de de composic
composición ión” ,100  no solo
contaba el latifundista con la posibilidad de fijar derechos de
Vemos así que uno de los reformadores más importantes declaró
 poses ión ba st an te turb ios , sino tamb ién de “redon dead sus pose pose
que también en el caso de las colonias “el bienestar de la sociedad
siones, siempre que estuviese dispuesto a pagar en cantidad su-
reposa en primer lugar en el cultivo del suelo y en la útil actividad
de sos miembros, que representan la verdadera potencia y sólida flC1 A iecolono econ ómi cam ente débil, y que debía vivir
vivir fuera
fuera del
del
riqueza de toda nación; estos dos órdenes de actividades merecen círculo ocupa do p or la aristocracia
aristocracia criolla
criolla,, el ^t em a íeuda
la mayor
mayor atención. . . ” 94 Si  bien las re fo rm as bo rb ón ic as — a pe  de apropiaci
apropiación ón de la tierra
tierra no le permi
permití
tíaa mucha
mucha ^ d de
sar de algunas medidas destinadas a proteger al arrendatario y al movimientos, como tampo co le daba muchas opor un ^
 pequeño p ropietario— na da mo dif ica ron en la ese nci a de l lati 
elevarse
elevarse socialmente. Aquel que, desde desde un P™ ° col
col0ni-
fundio, la exigencia de que se adoptaran medidas probadas ya
ciero, no estuviese
estuviese a la altu ra de la tieria a ier ier a p ^ aiacj¿n
en Ja metrópoli entrañaba una crítica de principio sobre la distri- zación ,101 d e b í a contentarse como último recurso co *
ucion de la propiedad, hasta entonces inspirada en puntos de hac ia la fro nte ra de los indios. Pero ni siquiera un salto hacia
vista de una economía puramente feudal.
hak ^eS
^eS<k k*S ,com'enzos
com'enzos de Ia Ia C onq uista , la legisl ació n colonial
cap. VI, p. 80 sq. J. M. O ts "fanto" D o m i n g o T w G .
f e ud ' 1 d eb
e b id
id am
a m e nt
n t e la
la co co n s o li d a c i ó n d el
el la
l a t if u n d io
io  Amé rica españ ola dur ant e el perio do c ' •
• i eren ci
cia d e l a A m ér ér ic
ic a i ng
ng le
le sa
sa , en
en H i s p a n o a m é r i c a 96 Col. K  o n e t z k e , doc.
doc . n1? 60, 83 90.  passi . m
®t En lo tocante toca nte a Buenos Aires,
Aires, c f . G
a r c í a, op. cit, F
93 Cf ]D TT a
H  ____ 
 a____ 
cía tlt i n g , The
r in F.mbire.  p . -3° sc*‘ .lQ5
u Spanish Empire ~_ 
lQ 5
M Valle IbaÍ lu^ce a’, ^op. cit.,  p . 16 0. PR - o3d8r7í g«u »»•
• op. cit.i Ots C a p d e q u í ,  El régimen de la Tierra,  p.
 p. 1OI
61 sq. — 9  p. iou. ez C asado,
B a y l e , op. cit.,  p . 80-97. ( -j
" ExK
ExKn!*“
n!*“ “ K •« trata la
la distribuci
distribución
ón de tierras en Bayle, op. cit., Véase la estadística en G a r c í a , °P •• P'

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m a n f r e d k o s s o k  
98 EL VIRREINATO DEL RÍO UE LA I'LATA
99
lando
lando un rendimient
rendimientoo de la cosecha de 1j 10, que daba n a(,„
S í » to g a s como
como resreser
erva
va,, y con
con ello
ello se se ehmm aba toda necenece n0  se conocían tierras “libres”, cuya ocupación quedaba exclusi
d a d de fomenta
fomentarr la
la exporta rán, que solo solo seivm a p ara dar ala,
ala, vam ente l ibra da a la inicia tiva del colono.
colono. Desde
Desde el princip
principioio el
total del suelo, con todos^ los bienes que pudieran encontrarse
a la especulación. _  encima y por debajo de él, quedó incorporado a la Corona de
Con la derrota de las dos ofensivas mas energicas en favor del Casti lla. De “sus posesiones” concedía a los conquistadores
conquistadores y he
Hhre comercio de granos, la cuestión quedaba definitivamente rederos la Corona —o sus representantes— las codiciadas “mer
Su elta por la negativa.
negativa. Ha sta último m om ento el Cabildo y el cedes de tierra”, con todas las prerrogativas de un título de pose
virrey se mantuvieron fíeles al viejo sistema de monopolio que, sión feudal .96
.96 En la m edid a en que la tierra por coloniza
colonizarr no se
al trabar la expansión del mercado, impedía también que la asignaba como “ejido” a las comunidades, se la mantenía como
agricultura progresara en forma pujante .98 .98 “tierra de realengo”, reserva de tierras públicas, en manos de la
° 4. Mientras los defensores del libre co me rcio d e gran os creían Corona. Jun to a la ve nta de empleos
empleos público
públicoss,97
,97 la gradual expro
que la equiparación comercial de estancieros y labradores bastaría  piac ión del re al en go 08  figuraba entre las principales fuentes de
 para solucionar el miserab le esta do de la ag ric ul tu ra , se alzab an ingresos impre vistos con qu e cont aba el fisc fisco.
o. Fueron puntospuntos
ya voces que subrayaban que el fondo mismo del problema debía de vista predominantemente financieros, por consiguiente, los que
 buscarse
 buscarse en el predo minio del lat ifu nd ist a y de la ec on om ía exten  determinaron la “segunda reforma agraria ” ,99 ,99  según el decreto
siva
siva sobre
sobre los que cultivaban p arce las me dia s y peq ueñ as. Tales del 15 de oc tub re d e 1754. La revisión
revisión de los
los títulos
títulos de
de propiedad
propiedad,,
críticos de la distribución colonial del suelo se apoyaban en tesis leios de entrañar una genuina reforma, tendía solamente a descu
de carácter fisiocrático y aludían a las reformas agrarias de Carlos  bri r us urp ad or es, qu e hu bi era n “omitid o” paga r el correspon
correspon
III en España, que ellos deseaban ver extendidas a las colonias. diente tribu to. Grac ias al “ derecho de de composic
composición ión” ,100  no solo
contaba el latifundista con la posibilidad de fijar derechos de
Vemos así que uno de los reformadores más importantes declaró
 poses ión ba st an te turb ios , sino tamb ién de “redon dead sus pose pose
que también en el caso de las colonias “el bienestar de la sociedad
siones, siempre que estuviese dispuesto a pagar en cantidad su-
reposa en primer lugar en el cultivo del suelo y en la útil actividad
de sos miembros, que representan la verdadera potencia y sólida flC1 A iecolono econ ómi cam ente débil, y que debía vivir
vivir fuera
fuera del
del
riqueza de toda nación; estos dos órdenes de actividades merecen círculo ocupa do p or la aristocracia
aristocracia criolla
criolla,, el ^t em a íeuda
la mayor
mayor atención. . . ” 94 Si  bien las re fo rm as bo rb ón ic as — a pe  de apropiaci
apropiación ón de la tierra
tierra no le permi
permití
tíaa mucha
mucha ^ d de
sar de algunas medidas destinadas a proteger al arrendatario y al movimientos, como tampo co le daba muchas opor un ^
 pequeño p ropietario— na da mo dif ica ron en la ese nci a de l lati 
elevarse
elevarse socialmente. Aquel que, desde desde un P™ ° col
col0ni-
fundio, la exigencia de que se adoptaran medidas probadas ya
ciero, no estuviese
estuviese a la altu ra de la tieria a ier ier a p ^ aiacj¿n
en Ja metrópoli entrañaba una crítica de principio sobre la distri- zación ,101 d e b í a contentarse como último recurso co *
ucion de la propiedad, hasta entonces inspirada en puntos de hac ia la fro nte ra de los indios. Pero ni siquiera un salto hacia
vista de una economía puramente feudal.
hak ^eS
^eS<k k*S ,com'enzos
com'enzos de Ia Ia C onq uista , la legisl ació n colonial
cap. VI, p. 80 sq. J. M. O ts "fanto" D o m i n g o T w G .
f e ud ' 1 d eb
e b id
id am
a m e nt
n t e la
la co co n s o li d a c i ó n d el
el la
l a t if u n d io
io  Amé rica españ ola dur ant e el perio do c ' •
• i eren ci
cia d e l a A m ér ér ic
ic a i ng
ng le
le sa
sa , en
en H i s p a n o a m é r i c a 96 Col. K  , doc.
o n e t z k edoc . n1? 60, 83 90.  passi . m
®t En lo tocante toca nte a Buenos Aires,
Aires, c f . G , op. cit, F
a r c í a
93 Cf ]D TT a
H  ____ 
 a____ 
cía tlt i n g , The
r in F.mbire.  p . -3° sc*‘ .lQ5
u Spanish Empire ~_ 
lQ 5
M Valle IbaÍ lu^ce a’, ^op. cit.,  p . 16 0. PR - o3d8r7í g«u »»•
• op. cit.i Ots C a p d e q u í ,  El régimen de la Tierra,  p.
 p. 1OI
61 sq. — 9  p. iou. ez C asado,
B a y l e , op. cit.,  p . 80-97. ( -j
" ExK
ExKn!*“
n!*“ “ K •« trata la
la distribuci
distribución
ón de tierras en Bayle, op. cit., Véase la estadística en G a r c í a , °P •• P'

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m a n f r e d k o s s o k  
100
 É l   V i r r e i n a t o d e l r io d e l a 
plata 
d desi
desier
erto
to”” garant
garantizaba
izaba al “guardián de f ronte ras” h i;pan oam • i ói
cano
cano su autonomía
autonomía economica
economica o perso nal: siem pre se movía te'* ‘ econ
económ
ómic
icas
as,, soc
socia
iale
less y pol
polít
ítiicas
cas que
que,, concent
concentrará
rará « ,
came
cament
nte,
e, en territorio
territorio reclamado por la p ropie dad feudal ' ^ habrían quebrantado la estructura del hinterland  i i enerS enerSlalas>
s>
que su situ
situació
aciónn era ilegal y su pr opi eda d ins egu ra” •102 102 ’ Cn tiva objetiva de ser devuelto a la colonia, como  peón o ^ 0'
consec
consecuen
uencia
cia de ello,
ello, pronto adve rtía el c olon izad or que en ^ 0 gaucho, no podía a lentar al colono colono oprim
oprimidoido a dirig
dirigir
irse
se a la f r T
y otra
otra rorma,
form
forma,a, seguí»
segu
seguía soiucuuu
ía sometido
somet la icy
ido aa ya ley coiomai.
colonial. “Tl ard
colonial. ardee o' o tem ^ tera, para vivir allí ya fuese como “desesperado” o como “vaso”
runa persona
no, alguna persona influyente
influyentecercacercadel delvirrey
virreyoodpidel gobernad^ “El desposeído cruza la frontera buscando tierra libre, en la que
vendría a despojarlo de los frutos de su vida, tan heroica y aeitad^  pu ed a lev an tar su hog ar y enc ontr ar un refugio seguro seguro cansado
cansado
en medio de indios y de vagabundos, para tomar en propiedad 3 * ya de sus vagabundeos por las estancias y harto de una vida de
terreno que el desposeído había valorizado ” .10 .103 N o e rara u n ‘ ^ m ise ria s.. . En la época española no podía realizar realizar su ideal
ideal
qu
quee ,el colo
colono
no de
i • •i • fronter
fronterasas podía atreverse
, . a corre r tLadinicoJ ^ma0s  por que el rey no pe rm ití a un a nuev a distribución de tierras y, por 
cuan
cuantoto qu
quee la coin
coincid
ciden
enci
ciaa ca ra ct er íst ica para Hi span oam érica- lo tanto, provocaba una situación llena de dificultades v de
entre posesión feudal y derecho de vecindad 104 104  sólo ofrecía un  pob reza ” .107
.107 '
 perspectiva
 perspectiva para la “colonizació n ex tra leg al” : la de qu e, asimilado Tal situación era la que, ya antes de 1810 y en forma más
al indio
indio bravo
bravo , fuera eliminado d e la socied ad c olonial sin sin o menos pr onu nci ada , se desprendía de los los argume
argumentos
ntos de algu
algu
ninguna posibilidad de compensación futura para sí mismo o nara nos críticos del prob lem a agrario. Refiriéndose
Refiriéndose a las circun
circunstan
stan
™ te d íe n te . Todavía
Todavía en 178 1780,0, todo aquel que se se estestabable
le cias en la Banda Oriental, señaló Diego de Alvear que los estan
aera mas alia de la linea de fortines estaba amenazado “con la cieros se había apropiado de tierras gigantescas, “mientras las
 pena de muerte en la form a en qu e se ac os tu m br a y se ejecu ta hacían declarar tierras desiertas”, puesto que en ellas sólo se
enc ontra ba disem inado uno que otro rancho. rancho. Pero semeja
semejante nte
de l e n e m ij
i j o ^ o ír
írC 7 d e S e r t ° re
reS * ue
u e SG P as
a sa n a O» método de explotación de tierras ya no estaba de acuerdo con los
tiempos: “Hoy en d ía sería muy aconsejable aconsejable que que tan grand
grandes es
 jw d íí d e ^ o l l f COndl
COndlclon
clones
es de un ter rit or io in te rio r feu dal , no extensiones, que jamás podrá aprovechar un solo vecino, se divi
de campesinos Yh  nmg,U.na .n a m o v i n S f r o n t i e r 100
1  00  como frontera dan en parcelas más pequeñas y más adecuadas, para distribuirlas
mayor parte dr H 7 pucstos
pucstos a Pasar a la ofensiva: en la entre los restantes (pob ladore s). Con esa medida se se favorec
favorecería
eríann
ñero,
ñero, que preparaba 6Sa
6Sa fu? ción corr esp ond ió al misio- misio- tanto la agricultura como la ganadería, y también el Estado sacaría
 para el sistema
sistema feudal Cn?
Cn? tod avi a hb re y a sus hab itan tes  pro vec ho ” .108
.108
del
del período
período coloni
colonial al ? °r tod ° ell° ’ a lo Iarg° En 1784, Juan de Sagasti 109  presentó al virrey un voluminoso
una válvula de escane v j frontera no cump lió la misión de expediente en el que, a partir de las instrucciones de 1754, subra
P y e un refugio
refugio para tod as las fuerzas fuerzas
yaba las perjudiciales consecuencias del latifundo para la vida
£ p . 70. económ ica colonia l. En tres razones se se basaba Sagasti
Sagasti para recha
recha
2 J¡* . P-
P- 26. zar toda extensión ilimitada del latifundio:
a) Sob re la base de series geomét ricas y aritméticas referentes
referentes
105 Ba?do dei V ít o 5V S<3; . a las variaciones en el precio del suelo, procuraba demostrar 
que haya residid *2  i ’ ' ^ sta^ ece
ece la pena de muert
muertee
' R ÁDhH' V" '• d“ a»VOaÓ”?
aÓ”? r3ÓS)
r3ÓS),,,‘
,,,‘ M e l“ - 3 1 0077 G a r c í a , op. cit.,  p. 260.
16 sq' W«ko v* Bem Ut¿°n modern La tin America, 108 A. B„ I, P. 315.
108 ,
colo
coloni
niza
zaci
ción
ón)) n^ sko'
sko'on
onie
ie (Ab u’ nt ™erkunSen zur geschich tlichen Ste 109  Año de 1787 Expediente sobre el arreglo y resguardo
109
mactón), p. 322 UApuntaciones a la posición histórica de la  pa ña del Vi rre yn ato , en : Le ve ne ,  Inve stigaci ones,   t. II, PP-

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 j í A N F R E D KOSSÓK 
10 2 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 
103
míe la expropiación de tierras en parcelas demasiado extensas sólo
 podría perju dicar los inte reses fin an cie ros es ta tal es.  pi er de n tod os los dere cho s, pa ra que las tierras sean entregadas
a algún otro en las mismas condiciones” (art. 4).
 b) El otorga r gran des exte nsio nes se na da ño so ta n to en senti
 b) A los “p obr es de cu alq uie r casta ” se les distribuirá una
do mundano como espiritual, puesto que perturbaría el desarrollo  pa rc el a de 1 leg ua m ar íti m a (a rt. 5 ), con imposición de las mis
de la agricultur
agriculturaa y del comercio. En un latif un dio de 25, 50 ó 10 1000 mas condiciones especificadas en el artículo 4.
leguas cuadradas, la mayor parte permanece sin habitar ni cultivar c) L a distribución de tierras se cumplirá con la siguiente orde
y, ademá
además, s, tal posesión
posesión enge ndra e n los pr op ieta rios “ ¡la idea n a c i ó n : indios, españoles y mestizos de todo tipo “que sean libres
soberbia de que cada uno de ellos es un vasallo feudal, y el que v vivan como pobres”, y entre los demás súbditos “que quieran
hov es uno cualquiera mañana podrá ser un gran señor!” c o n s a g r a r s e al cultivo del campo o a la ganadería” (art. 6).
c) En último término, el latifundio chocaba también contra d) Junto con los colonos, también deberán establecerse los
la voluntad del soberano, considerando que los bienes raíces sólo artesanos necesarios, “a saber, herrero y carpintero; y también el
alcanzan genuino estado legal a través de la edificación y del cul sastre el zapa ter o, el barb ero , el tendero y el hostelero: esta estass
tivo
tivo.1.1110 En las
las concesio
concesiones nes de tierras d ebí an cons idera rse única  familias seguirán, naturalmente, a los primeros y principales pro
mente las más indispensables, pues el mérito y la necesidad son ductores” (art. 11). _ 
siempre los criterios más seguros. Además del fomento de la agricultura y la ganadería, Lastarria
A estas propuestas aludía también en 1805 Miguel Lastarria.111 introducía una ampliación, es decir, la implantación del cultivo
El autor
autor de las las “Colon
“Colonias ias orientales’
orientales’’’ plan teab a an te todo el pro del índigo, la caña de azúcar, el algodón, el café y el tabaco,
 blema agrario como defe nsa de las fr on te ra s c o nt ra el Bra sil, y además de distribuirse las correspondientes licencias de exporta
dentro de las exigencias de un proceso económico conjunto de las ción pa ra Es pañ a, el Africa y Asia _(!)m Además, Además, mediant
mediantee el el
colo
coloni
niasas.. En opini
opinión
ón de Las tam a, tanto la e xperien cia anglofran- establecimiento de ingenios ingenios y la distribuc
distribución
ión de esc
escla
lavo
voss > e
cesa como la portuguesa ensenaba que el otorgamiento gratuito obreros indígenas, debía permitirse a los españoles el desarropo
c¿e tierras a todo hombre ansioso de colonizar era el único recurso de una economía de plantaciones; era necesario liberar a los indí
cap^z de asegurar el florecimiento económico de la colonización; genas de su situac ión de inferio ridad y conced concederles
erles iguale
igualess e
chos que a los españoles, porque la a c t i v i d a d  po r cue nta pr op a
<x.lí surgió la fuerza expansiva de los portugueses en Río
. también
también España —como lo dem uestra el ejem plo de de es el único estímulo para un trabajo intens intenso.
o. Por e lo en
Mon tevideo- podría serv servars
arsee con
con éxito de ta l mé to do .11
.112 Yend o La star ria tam bién fustig aba los restos del sistema sistema e .
 partic '. La starr ia pro po nía las sig uie nte s re co m en da ci on es : nes jesuíticas y de las las encomien das, porque am mante
indios en una dependencia feudal.
en su k|kü fun dio existente
existente debía
debía conservarse sin modificaciones
Publicado con aprobación oficial del virrey, el
todo
todo dUn
dUn cuanc*
cuanc*°° l°s títulos de posesión no fu er an del Agricultura, Industria y C o m e r c i o ” definía la
sición” nara r*  I    I   aunclue fuera necesario recurrir a la “compo- “el arte de cultivar el suelo con el m e j o r ^ la
tivar
tivar esas
esas posesW » , ^ condición indis pen sable sería “cul- máxim o provech o”, par a lo cual kbonosa el gocegoce
s } 
 }  poblarlas con ganado; de no hacerse así, se
tierra,
tierra, proteged al trabajo, asegurad asegurad a ^ Abitantes
Abitantes de
110 Cf Ordena - del resultado de sus esfuerzos, y avergonz
quistas
quistas y pacificac
pacificacione
ioness Para ^os nuev °s des cub rim ient os, con- todo el globo, porq ue nin guno de ellos ellos sera
sera nu> íefc q «
Principalmente art  M  í í , d í 1573 ( Go
Go1- K o n e t z k e , d oc
oc . n9
 p. t / 7 ) .
“ J* V*V
iUía,t  p.
«7. 113  Ib id ., p. 245 sqq., 159 sqq. .
11 *  Ib id .,   p. 25tt sqq.

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 j í A N F R E D KOSSÓK 
10 2 EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 
103
míe la expropiación de tierras en parcelas demasiado extensas sólo
 podría perju dicar los inte reses fin an cie ros es ta tal es.  pi er de n tod os los dere cho s, pa ra que las tierras sean entregadas
a algún otro en las mismas condiciones” (art. 4).
 b) El otorga r gran des exte nsio nes se na da ño so ta n to en senti
 b) A los “p obr es de cu alq uie r casta ” se les distribuirá una
do mundano como espiritual, puesto que perturbaría el desarrollo  pa rc el a de 1 leg ua m ar íti m a (a rt. 5 ), con imposición de las mis
de la agricultur
agriculturaa y del comercio. En un latif un dio de 25, 50 ó 10 1000 mas condiciones especificadas en el artículo 4.
leguas cuadradas, la mayor parte permanece sin habitar ni cultivar c) L a distribución de tierras se cumplirá con la siguiente orde
y, ademá
además, s, tal posesión
posesión enge ndra e n los pr op ieta rios “ ¡la idea n a c i ó n : indios, españoles y mestizos de todo tipo “que sean libres
soberbia de que cada uno de ellos es un vasallo feudal, y el que v vivan como pobres”, y entre los demás súbditos “que quieran
hov es uno cualquiera mañana podrá ser un gran señor!” c o n s a g r a r s e al cultivo del campo o a la ganadería” (art. 6).
c) En último término, el latifundio chocaba también contra d) Junto con los colonos, también deberán establecerse los
la voluntad del soberano, considerando que los bienes raíces sólo artesanos necesarios, “a saber, herrero y carpintero; y también el
alcanzan genuino estado legal a través de la edificación y del cul sastre el zapa ter o, el barb ero , el tendero y el hostelero: esta estass
tivo
tivo.1.1110 En las
las concesio
concesiones nes de tierras d ebí an cons idera rse única  familias seguirán, naturalmente, a los primeros y principales pro
mente las más indispensables, pues el mérito y la necesidad son ductores” (art. 11). _ 
siempre los criterios más seguros. Además del fomento de la agricultura y la ganadería, Lastarria
A estas propuestas aludía también en 1805 Miguel Lastarria.111 introducía una ampliación, es decir, la implantación del cultivo
El autor
autor de las las “Colon
“Colonias ias orientales’
orientales’’’ plan teab a an te todo el pro del índigo, la caña de azúcar, el algodón, el café y el tabaco,
 blema agrario como defe nsa de las fr on te ra s c o nt ra el Bra sil, y además de distribuirse las correspondientes licencias de exporta
dentro de las exigencias de un proceso económico conjunto de las ción pa ra Es pañ a, el Africa y Asia _(!)m Además, Además, mediant
mediantee el el
colo
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niasas.. En opini
opinión
ón de Las tam a, tanto la e xperien cia anglofran- establecimiento de ingenios ingenios y la distribuc
distribución
ión de esc
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lavo
voss > e
cesa como la portuguesa ensenaba que el otorgamiento gratuito obreros indígenas, debía permitirse a los españoles el desarropo
c¿e tierras a todo hombre ansioso de colonizar era el único recurso de una economía de plantaciones; era necesario liberar a los indí
cap^z de asegurar el florecimiento económico de la colonización; genas de su situac ión de inferio ridad y conced concederles
erles iguale
igualess e
chos que a los españoles, porque la a c t i v i d a d  po r cue nta pr op a
<x.lí surgió la fuerza expansiva de los portugueses en Río
. también
también España —como lo dem uestra el ejem plo de de es el único estímulo para un trabajo intens intenso.
o. Por e lo en
Mon tevideo- podría serv servars
arsee con
con éxito de ta l mé to do .11
.112 Yend o La star ria tam bién fustig aba los restos del sistema sistema e .
 partic '. La starr ia pro po nía las sig uie nte s re co m en da ci on es : nes jesuíticas y de las las encomien das, porque am mante
indios en una dependencia feudal.
en su k|kü fun dio existente
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debía conservarse sin modificaciones
Publicado con aprobación oficial del virrey, el
todo
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dUn cuanc*
cuanc*°° l°s títulos de posesión no fu er an del Agricultura, Industria y C o m e r c i o ” definía la
sición” nara r*  I    I   aunclue fuera necesario recurrir a la “compo- “el arte de cultivar el suelo con el m e j o r ^ la
tivar
tivar esas
esas posesW » , ^ condición indis pen sable sería “cul- máxim o provech o”, par a lo cual kbonosa el gocegoce
s } 
 }  poblarlas con ganado; de no hacerse así, se
tierra,
tierra, proteged al trabajo, asegurad asegurad a ^ Abitantes
Abitantes de
110 Cf Ordena - del resultado de sus esfuerzos, y avergonz
quistas
quistas y pacificac
pacificacione
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Principalmente art  M  í í , d í 1573 ( Go
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 p. t / 7 ) .
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iUía,t  p.
«7. 113  Ib id ., p. 245 sqq., 159 sqq. .
11 *  Ib id .,   p. 25tt sqq.

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m a n f r e d k o s s o k  
104

otros”
otros” 1ID En 1806
1806,, el enviado comercial de San Ju an afirmó
que a pesar de innumerables expropiaciones, había aún muchas
tierras sin colonizar porque su distribución no era totalmente
gratuita. .
Esta protesta y otras de parecido tenor atestiguan una notable
multiplicación de las críticas sobre las deficiencias del ordena
VI
miento feudal de la propiedad, mas lo cierto es que no lograron
imponer un vuelco decisivo en las condiciones imperantes hasta
1810
1810.. A pesar de ello,
ello, no es
es de des pre ciar el in flu jo q ue ese estado
estado ARTESANÍA Y MANUFACTURA A FINES
de ánimo pudo alcanzar en la política agraria del futuro gobierno DE LA ÉPOCA COLONIAL
revolu
revolucio
cionar
nario
io y en sus
sus puntos me dulares: elimin ación del régi
men de mayorazgo, confiscación de terrenos sin cultivar, concesión
“No hay nada más insoportable para la industria popular que
gratuita de tierras públicas, otorgamiento de créditos y fomento
el admitir corporaciones y privilegios especiales: ellos dividen al
de la colonización campesina mediante la inmigración.  pu eb lo en pe qu eñ os gru po s, que en muchos casoscasos se sustraen a las
las
leyes norma les. Si estos métodos se repiten con demasiademasiadada frecue
frecuen
n
cia, son de temer consecuencias perjudiciales para la difusión y
esta bili dad d e las m an uf ac tu ra s. . . Las restricci
restricciones
ones,, a las que
se somete todo tipo de manufactura con la creación de corpora
ciones, engendran trabas capitales para la industria nacional; allí
encontramos una de las causas principales de su atraso en España,
lo que (a su vez) da origen al monoplio de las corporac corporacione
ioness -1
-1
En estas palabras de Campomanes se resume la política econó
mica ele íos Borbones, política que en la metrópoli perseguía la
“libertad del trabajo” mediante una gradual eliminación de cor
 po rac io ne s,2 co n lo qu e se log raría un desarrollo sin obstáculos
obstáculos
de las m anu fact uras . De la “libertad” que así se procama a
 — y qu e en tr añ ab a u na libe rac ión de la iniciativa economica de
la burguesía—, resultaba inseparable la valoración tanto socia
como po lítica de la clase med ia; de ahí que proclamara
proclamara a orona,
orona,
en 1783, que “no solamente la manufactura, sino también i
demás profesiones e industrias, como las de herreros, sastres,
teros, carp inter os y otros artesanos, son de esta .
y hon orab les; que su ejercicio no deshonra ni a a a __ 
quienes las ejerc en. . . ” 3 Con todo ello ello a menos
menos “
qu eda ba el camin o expedito para los los puestos
puestos on

1 Cam pom anes,  In du st ria po pul ar,   p ár


Campomanes, ár r . W P '
2 A l t a m i r a , op. cü., t. IV, párr. 800, pp. 138-140. ^
3  Ib id .,   párr. 798, p. 128.
UU Levene> investigaciones , t. II,  p. 124,

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m a n f r e d k o s s o k  
104

otros”
otros” 1ID En 1806
1806,, el enviado comercial de San Ju an afirmó
que a pesar de innumerables expropiaciones, había aún muchas
tierras sin colonizar porque su distribución no era totalmente
gratuita. .
Esta protesta y otras de parecido tenor atestiguan una notable
multiplicación de las críticas sobre las deficiencias del ordena
VI
miento feudal de la propiedad, mas lo cierto es que no lograron
imponer un vuelco decisivo en las condiciones imperantes hasta
1810
1810.. A pesar de ello,
ello, no es
es de des pre ciar el in flu jo q ue ese estado
estado ARTESANÍA Y MANUFACTURA A FINES
de ánimo pudo alcanzar en la política agraria del futuro gobierno DE LA ÉPOCA COLONIAL
revolu
revolucio
cionar
nario
io y en sus
sus puntos me dulares: elimin ación del régi
men de mayorazgo, confiscación de terrenos sin cultivar, concesión
“No hay nada más insoportable para la industria popular que
gratuita de tierras públicas, otorgamiento de créditos y fomento
el admitir corporaciones y privilegios especiales: ellos dividen al
de la colonización campesina mediante la inmigración.  pu eb lo en pe qu eñ os gru po s, que en muchos casoscasos se sustraen a las
las
leyes norma les. Si estos métodos se repiten con demasiademasiadada frecue
frecuen
n
cia, son de temer consecuencias perjudiciales para la difusión y
esta bili dad d e las m an uf ac tu ra s. . . Las restricci
restricciones
ones,, a las que
se somete todo tipo de manufactura con la creación de corpora
ciones, engendran trabas capitales para la industria nacional; allí
encontramos una de las causas principales de su atraso en España,
lo que (a su vez) da origen al monoplio de las corporac corporacione
ioness -1
-1
En estas palabras de Campomanes se resume la política econó
mica ele íos Borbones, política que en la metrópoli perseguía la
“libertad del trabajo” mediante una gradual eliminación de cor
 po rac io ne s,2 co n lo qu e se log raría un desarrollo sin obstáculos
obstáculos
de las m anu fact uras . De la “libertad” que así se procama a
 — y qu e en tr añ ab a u na libe rac ión de la iniciativa economica de
la burguesía—, resultaba inseparable la valoración tanto socia
como po lítica de la clase med ia; de ahí que proclamara
proclamara a orona,
orona,
en 1783, que “no solamente la manufactura, sino también i
demás profesiones e industrias, como las de herreros, sastres,
teros, carp inter os y otros artesanos, son de esta .
y hon orab les; que su ejercicio no deshonra ni a a a __ 
quienes las ejerc en. . . ” 3 Con todo ello ello a menos
menos “
qu eda ba el camin o expedito para los los puestos
puestos on

1 Cam pom anes,  In du st ria po pul ar,   p ár


Campomanes, ár r . W P '
2 A l t a m i r a , op. cü., t. IV, párr. 800, pp. 138-140. ^
3  Ib id .,   párr. 798, p. 128.
UU Levene> investigaciones , t. II,  p. 124,

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m a n f r e d k o s s o k   ÉL VIRREINATO DEL r io d é l a   PLATA 


106 10 7

n municipio
municipio y aun para conseguir la “hidalg uía ” De tal modo, artesanos y “otras personas de baja condición” llegaran a ser
7t a m p o c o España quedaba excluida de la crisis de la industria c o r r e g i d o r e s , alcaldes, alguaciles o funcionarios de esa misma
' c o r p o r a t i v a 4  que, en toda Europa, era una de las características Corona.7 Considerando que precisamente en las ramas de la pro
| d e l antiguo
antiguo régimen.
régimen. Pero, ¿resulta posible tra sla dar sin m ás co ducción industrial burguesa comenzaban a borrarse los límites
mentario las valoraciones vigentes en la metrópoli a las colonias entre subordinados y clase dominante, temía la Corona que por
que de ellas dependían? ese camino se viera amenazado “desde abajo” el predominio de la
También la producción industrial del imperio colonial, sin minoría espa ñola .8 Po r eso se descartó con tanta rapidez rapidez la polípolí
exceptuar el Virreinato del Río de la Plata, era presa de una crisis tica de mestización que en un principio se había alentado.0
cuyas causas, curso y repercusiones, sin embargo, se diferenciaban i La consecuencia de esas constantes constantes res
restri
tricc
ccion
iones
es —sob
—sobre re tod
todoo
en muchos aspectos de los hechos paralelos de que era teatro la en las primeras décadas del régimen colonial, cuando la adqui
metrópo
metrópoli. li. Levene
Levene caracteriza en general di cha crisis como “ deca sición de tierras y de la “carta de hidalguía” no tropezaba con
dencia de las primeras industrias nacionales ” ,0  jui cio de con jun to muchas dificultades— fue una “huida de clase” general del esta
que se hace insostenible ante un análisis más detallado de ciertas mento artesanal, cuyas previsibles consecuencias para la situación
ramas de la producción y de algunos grupos profesionales. de las colonias españolas no pudieron evitar ni las medidas de
Si intentamos valorar las posibilidades que se ofrecían a la fuerz a 10 ni las conce sione s a expensas de los indefens indefensos os indíge
indíge
 burguesía
 burguesía colonial p ara tran sfor mar o qu eb rar el ciclo de pro du c nas.11
nas.11 En cierto mod o, el proble ma se resolvi resolvióó por sísí solo
solo,, a medi
medi
ción de raigambre feudal, deberemos partir, por una parte, del da que se impuso una clasificación social entre la aristocracia
hecho de que aún a fines del siglo xviii la trabazón feudal del sec ter rat en ien te y la m asa de los colonizadores.12colonizadores.12 Lo ciertocierto eses que
tor artesanal era incomparablemente más firme que en la metró la artesanía contaba muy poco en la estructura económica y social
 poli y, por otra parte, las colonias se h all ab an exp ues tas en form a de la colonia, como se desprende con toda evidencia del hecho de
mucho más intensa a influencias exteriores de índole económica. que, en el tenue estrato superior de españoles europeos, zaheridos
Bajo la acción de impulsos contrapuestos, y en parte mutuamente más tarde con los nom bres de “ cachupines”, cachupines”, “chapet
“chapetones ones y
excluyentes, la evolución de la manufactura y de la industria “godos”, muy pocos estaban establecidos como artesanos^ activi
revistió un carácter sumamente complejo, que a menudo hace dad reser vad a casi excl usiv ame nte a los criollos, criollos, mestizo
mestizos, s, m a
imposible el reducir dicha evolución a una norma común. tos, i nd nd io
io s,
s, n eg
eg ro
ro s y e xt
xt ra
ra nj
nj er
er os
os .1
.14 _ _ 
La producción artesanal, cuyos comienzos se remontan a la El carácter eminentemente feudal de la conquista espano
Conquista, se estructuró en sus elementos fundamentales según había impu esto, con ma yor intensidad que que en la miaña SP ’
e eJemP*°
JemP*° Ia metrópoli,6
metrópoli,6 pero muy pronto se ad ap tó a las “el predom inio in cond icion al de la agricultura so re a
con íciones
íciones peculiares de la Colonia co n mo dific acio nes esenciales.
1j coloni
colonial
al español
español no ofrecía muc ho ma rge n pa ra el 7 Cf. Col. K  o n e t z k e , doc. n? 142, p. 214; n? 217, p. 309, n* 301,
iel riW ° j ^ v°S ^ama^os “oficios “oficios mecánicos” . De ac uer do con P- 432; 3 8 7 , p . 5 2 3 ; n»   4 5 9 , p . 6 0 3 .
térra
térra °n°r ^euc^
euc^ ’ hombre de verdad empezab a en el 8  Ib id ., d o c . n1? 2 1 7 , p . 3 0 9 . .,  ,,, arrol¡
 ,, arrol¡oo de la
9 R . K o n e t z k e ,  El mestizaje y su importancia en 1947.
íimnedían
íimnedían ni’ mientrf.sclu
mientrf.scluee trabajo, la actividad burgu esa, si no  po bla ció n hi sp an oa me ric an a du ra nt e la épo ca  J o í n ’ Gobierno del 
S i , 05 05 el alcanz
alcanzar
ar una más alta posic
posición
ión ™ C o l . K o n e t z k e , d o c . n * 1 9966 , P . 2 9900 . J . M a t i z o , O >
Con frecuencia se quejó la Corona de que comerciantes,  Perú, 
 Perú,   Buenos Aires 1910, p. 211 sq. qqa   p. 457.
11  Ib id ., d o c . 3 0 , p . 6 7 ; n 9 214, p. »
5 ?a rbaoa
rba oall°
ll°.. op.
op. cit., p. 14 SQtJ 12 O t s C a p de í ,  El Esta do,  p . 33 .
d e q u í,
P-133. 13   R o b e r t s o n , op. cit.
ROZC0’ °P cit.,  p. 53, sq. 14 O t s C a p d e q u í ,  El Esta do,  p. 31 .

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106 10 7

n municipio
municipio y aun para conseguir la “hidalg uía ” De tal modo, artesanos y “otras personas de baja condición” llegaran a ser
7t a m p o c o España quedaba excluida de la crisis de la industria c o r r e g i d o r e s , alcaldes, alguaciles o funcionarios de esa misma
' c o r p o r a t i v a 4  que, en toda Europa, era una de las características Corona.7 Considerando que precisamente en las ramas de la pro
| d e l antiguo
antiguo régimen.
régimen. Pero, ¿resulta posible tra sla dar sin m ás co ducción industrial burguesa comenzaban a borrarse los límites
mentario las valoraciones vigentes en la metrópoli a las colonias entre subordinados y clase dominante, temía la Corona que por
que de ellas dependían? ese camino se viera amenazado “desde abajo” el predominio de la
También la producción industrial del imperio colonial, sin minoría espa ñola .8 Po r eso se descartó con tanta rapidez rapidez la polípolí
exceptuar el Virreinato del Río de la Plata, era presa de una crisis tica de mestización que en un principio se había alentado.0
cuyas causas, curso y repercusiones, sin embargo, se diferenciaban i La consecuencia de esas constantes constantes res
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tricc
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es —sob
—sobre re tod
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en muchos aspectos de los hechos paralelos de que era teatro la en las primeras décadas del régimen colonial, cuando la adqui
metrópo
metrópoli. li. Levene
Levene caracteriza en general di cha crisis como “ deca sición de tierras y de la “carta de hidalguía” no tropezaba con
dencia de las primeras industrias nacionales ” ,0  jui cio de con jun to muchas dificultades— fue una “huida de clase” general del esta
que se hace insostenible ante un análisis más detallado de ciertas mento artesanal, cuyas previsibles consecuencias para la situación
ramas de la producción y de algunos grupos profesionales. de las colonias españolas no pudieron evitar ni las medidas de
Si intentamos valorar las posibilidades que se ofrecían a la fuerz a 10 ni las conce sione s a expensas de los indefens indefensos os indíge
indíge
 burguesía
 burguesía colonial p ara tran sfor mar o qu eb rar el ciclo de pro du c nas.11
nas.11 En cierto mod o, el proble ma se resolvi resolvióó por sísí solo
solo,, a medi
medi
ción de raigambre feudal, deberemos partir, por una parte, del da que se impuso una clasificación social entre la aristocracia
hecho de que aún a fines del siglo xviii la trabazón feudal del sec ter rat en ien te y la m asa de los colonizadores.12colonizadores.12 Lo ciertocierto eses que
tor artesanal era incomparablemente más firme que en la metró la artesanía contaba muy poco en la estructura económica y social
 poli y, por otra parte, las colonias se h all ab an exp ues tas en form a de la colonia, como se desprende con toda evidencia del hecho de
mucho más intensa a influencias exteriores de índole económica. que, en el tenue estrato superior de españoles europeos, zaheridos
Bajo la acción de impulsos contrapuestos, y en parte mutuamente más tarde con los nom bres de “ cachupines”, cachupines”, “chapet
“chapetones ones y
excluyentes, la evolución de la manufactura y de la industria “godos”, muy pocos estaban establecidos como artesanos^ activi
revistió un carácter sumamente complejo, que a menudo hace dad reser vad a casi excl usiv ame nte a los criollos, criollos, mestizo
mestizos, s, m a
imposible el reducir dicha evolución a una norma común. tos, i nd nd io
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La producción artesanal, cuyos comienzos se remontan a la El carácter eminentemente feudal de la conquista espano
Conquista, se estructuró en sus elementos fundamentales según había impu esto, con ma yor intensidad que que en la miaña SP ’
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JemP*° Ia metrópoli,6
metrópoli,6 pero muy pronto se ad ap tó a las “el predom inio in cond icion al de la agricultura so re a
con íciones
íciones peculiares de la Colonia co n mo dific acio nes esenciales.
1j coloni
colonial
al español
español no ofrecía muc ho ma rge n pa ra el 7 Cf. Col. K  o n e t z k e , doc. n? 142, p. 214; n? 217, p. 309, n* 301,
iel riW ° j ^ v°S ^ama^os “oficios “oficios mecánicos” . De ac uer do con P- 432; 3 8 7 , p . 5 2 3 ; n»   4 5 9 , p . 6 0 3 .
térra
térra °n°r ^euc^
euc^ ’ hombre de verdad empezab a en el 8  Ib id ., d o c . n1? 2 1 7 , p . 3 0 9 . .,  ,,, arrol¡
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9 R . K o n e t z k e ,  El mestizaje y su importancia en 1947.
íimnedían
íimnedían ni’ mientrf.sclu
mientrf.scluee trabajo, la actividad burgu esa, si no  po bla ció n hi sp an oa me ric an a du ra nt e la épo ca  J o í n ’ Gobierno del 
S i , 05 05 el alcanz
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ar una más alta posic
posición
ión ™ C o l . K o n e t z k e , d o c . n * 1 9966 , P . 2 9900 . J . M a t i z o , O >
Con frecuencia se quejó la Corona de que comerciantes,  Perú, 
 Perú,   Buenos Aires 1910, p. 211 sq. qqa   p. 457.
11  Ib id ., d o c . 3 0 , p . 6 7 ; n 9 214, p. »
5 ?a rbaoa
rba oall°
ll°.. op.
op. cit., p. 14 SQtJ 12 O t s C a p de í ,  El Esta do,  p . 33 .
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P-133. 13   R o b e r t s o n , op. cit.
ROZC0’ °P cit.,  p. 53, sq. 14 O t s C a p d e q u í ,  El Esta do,  p. 31 .

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e l virreinato d e l   RÍO DE l a   PLATA


MANFRÉD k o s s o i í 109
108
\ refugi
refugioo de la libertad” ,2'1 ,2'1  pe ro - p o r lo menos
menos hasta com
comien
ienzo
zoss
«mía de la aldea sobresobre la ciud ad” .15
.15 E n Hisp ano amé rica, la
Ciudad” (ciudad o villa)16 desempeñó una función muy distinta j del siglo xviii semejante interpretación es una versión burgue
sa de sus tendencias, en un principio fuertemente feudales y
a la de su predecesora europea: en su seno no se desarrollaba s e p a r a t i s t a s como, por ejemplo, lo demostró aún en el primer
ante todo la actividad comercial y artesanal, sino que era en tercio del siglo xvin la revuelta de los “comuneros” de Asunción .25
 primer lugar el centro ur ba no de col oniz ació n y su estr uctu ra, A d e s p e c h o de ocasionales “Cabildos abiertos” que nada tenían en
según las leyes de la Corona, se sustentaba en el latifundio feudal, c o m ú n con una genuina “asamblea popular ” ,26 ,26  la compra de
es decir,
decir, en la aristocracia colonial. 17 “Esos mis mos señ ores que  p u e s to s  púb lico s, l a fiscalización del poder central y la consolida
(en la ciudad) construyen grandes casas, poseen armas y caballos, ción de una aristocracia urbana 27  cuya fuerza económica residía
son los encomenderos o Ips propietarios de las grandes extensiones en el latifundio feudal, impidieron toda genuina democratización.
rurales, los que explotan la riqueza agrícola y la mano de obra S ó l o las transformaciones estructurales, tanto sociales como eco
indíge
indígena”. diferenciaa de la  squ att er fro nt ier  
na”.118 A diferenci ier   del Oeste n ó m i c a s, s, de fines de l a época colonial —que ofrecieron nuevas
neoinglés, la colonización de superficie del ámbito hispanoameri  pers pec tiva s al lat ifu nd io y lo liberaron en cierto modo de la
cano  __ aprovechando
a provechando conscientemente las experiencias de la Re t r a b a z ó n feu dal , al tiemp o que vigorizaban
vigorizaban la burguesía
burguesía col
colon
onial
ial——
conquista 19— se basaba en un sistema insular de puntos de apoyo c o n v i r t i e r o n gradualmente al Cabildo, como “tipo dominante de
urbanos,20 a partir de los cuales se penetraría en las tierras cir la organización política y social” ,28 ,28  en una tribuna del partido
cundantes
cundantes.. Hasta la concepción
concepción de la mano de o bra ind ígena, en a n t i c o l o n i a l , en el sentido de un movimiento burgués de eman-
reducciones
reducciones y pueblos, se guió por dic ho esq uem a.21 L a estr uctur a
y la función del municipio colonial favorecieron su posición autár- C1P En ^ a luc ha po r la autono mía económica económica y políti política
ca de lala
quica, relativamente independiente aun de los órganos colocados  bur gue sía col oni al m an uf ac tu rer a —que en el poder buscaba su
 por encima de é l22: esa posic ión jam ás se sac rifi có a los esfuerzos incorporación a la todopoderosa aristocraristocracia
acia terrateniente- dese desem
m
de centralización, ni siquiera después de la implantación del siste  peñ ó un pa pe l pr ep on de ran te la o r g a n i z a c i ó n colorativa de la
ma de intendenci
intendencias
as 23 P ara el historiador libera l, el m unicipio y el A artesanía y del comercio. Merced a su su Posición^ d e ^ t o d o
Cabildo serán siempre “la cuna de la emancipación” y “el último el imperio colonial, las ciudades de exic exicoo y ^ ^
a la cabeza y mos traron una diferenc
diferenciaci
iación
ón e s u p culm
culmi_ 
i_ 
15 B. F. P o r s h n e v ,  Bosquejo de econom ía política del fe feudalismo todo comparable con los criterios europeos.ndustria y de la arte-
(en ruso), Moscú 1956, p. 17. Cf. asimismo p. 80 sqq. nan te en la orga nizac ión corporativ a e &disminu
&disminucióciónn
16 Kossok'-Markov, Konspekt, Parte II,  p. 230.
17 B a y l e , op. cit.
cit.,  p . 55 sq q. sania se alcanzó en el siglo xvn, cuan
18 S . Z a v a l a ,  H ispanoamérica septentrional  y media. Período colo
nial. México 1953, p. 75. 21 J p O tero,  La  Révolutionargentme, 1810-1816. París ,P
19 SoLDEVILA, O p. ciitt; t. III, p. 391.  SpanisHEmpire, P-
X P P . 4 3 3 ^ 5 2 . H a r i n o , THe
20 Cf. una instructiva exposición cartográfica en: A. C. W i l g u s ,
 LatínAmericainm ainmaps, Nuev a York, 1947, p. 96. E. V a lc á r c e l,  Ruta 172.
cut
utural del Perú, México 1945, valora polémicamente el problema —des- 27 Bayle, op. cit.,
cit.,  pp. 11 1 -1 53> 2 8 5 - 300.
6 6- v 's
'sl a in di
di ge
ge ni
ni st
st a—
a— , c on
on re
re fe
fe re
re nc
nc ia
ia a q ue
ue “ l a c ol
ol on
on iz
iz ac
ac io
io n 38 Haring, op. cit.,
cit.,  p. 159. mexicanos. La organización
en ís as e los españoles
españoles siempre amenazó la asimilac ión in díge na, en 29 M. C arrera sS ta
ttaammpp aa,,  Los  sgremi-os m
w  ie
qxcu
4an
lugar de lo contrario.  gre™mia l en „N «ue.va
. . Esp aña , 1521-1.86
— . ^ Te
Tee mp
mp or
or á ne os , cf. F. L EWMJ
ne os
. • ^C tJco oLlas Succiones como “medio civilizador”, cf. Bayle,
op. cu.,  p . ooo - ó85.
30 Acerc a de los los valores conte p ^ ^ grern
valores europeos conte ernios
ios en las ciu
ki,  Lin ca mi en tos de la polí tica s o c t a , (en ruso), Moscú >
22  Ib
 Ibid., pp. 621 -64 4. dades de Europa Occidental en los ss.
nishL £ ; o . FÍ58HER’ ^ Intendant System>P- 12‘
12‘ Haring, The Spa*  p. 71 sqq.

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MANFRÉD k o s s o i í 109
108
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refugioo de la libertad” ,2'1 ,2'1  pe ro - p o r lo menos
menos hasta com
comien
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«mía de la aldea sobresobre la ciud ad” .15
.15 E n Hisp ano amé rica, la
Ciudad” (ciudad o villa)16 desempeñó una función muy distinta j del siglo xviii semejante interpretación es una versión burgue
sa de sus tendencias, en un principio fuertemente feudales y
a la de su predecesora europea: en su seno no se desarrollaba s e p a r a t i s t a s como, por ejemplo, lo demostró aún en el primer
ante todo la actividad comercial y artesanal, sino que era en tercio del siglo xvin la revuelta de los “comuneros” de Asunción .25
 primer lugar el centro ur ba no de col oniz ació n y su estr uctu ra, A d e s p e c h o de ocasionales “Cabildos abiertos” que nada tenían en
según las leyes de la Corona, se sustentaba en el latifundio feudal, c o m ú n con una genuina “asamblea popular ” ,26 ,26  la compra de
es decir,
decir, en la aristocracia colonial. 17 “Esos mis mos señ ores que  p u e s to s  púb lico s, l a fiscalización del poder central y la consolida
(en la ciudad) construyen grandes casas, poseen armas y caballos, ción de una aristocracia urbana 27  cuya fuerza económica residía
son los encomenderos o Ips propietarios de las grandes extensiones en el latifundio feudal, impidieron toda genuina democratización.
rurales, los que explotan la riqueza agrícola y la mano de obra S ó l o las transformaciones estructurales, tanto sociales como eco
indíge
indígena”. diferenciaa de la  squ att er fro nt ier  
na”.118 A diferenci ier   del Oeste n ó m i c a s, s, de fines de l a época colonial —que ofrecieron nuevas
neoinglés, la colonización de superficie del ámbito hispanoameri  pers pec tiva s al lat ifu nd io y lo liberaron en cierto modo de la
cano  __ aprovechando
a provechando conscientemente las experiencias de la Re t r a b a z ó n feu dal , al tiemp o que vigorizaban
vigorizaban la burguesía
burguesía col
colon
onial
ial——
conquista 19— se basaba en un sistema insular de puntos de apoyo c o n v i r t i e r o n gradualmente al Cabildo, como “tipo dominante de
urbanos,20 a partir de los cuales se penetraría en las tierras cir la organización política y social” ,28 ,28  en una tribuna del partido
cundantes
cundantes.. Hasta la concepción
concepción de la mano de o bra ind ígena, en a n t i c o l o n i a l , en el sentido de un movimiento burgués de eman-
reducciones
reducciones y pueblos, se guió por dic ho esq uem a.21 L a estr uctur a
y la función del municipio colonial favorecieron su posición autár- C1P En ^ a luc ha po r la autono mía económica económica y políti política
ca de lala
quica, relativamente independiente aun de los órganos colocados  bur gue sía col oni al m an uf ac tu rer a —que en el poder buscaba su
 por encima de é l22: esa posic ión jam ás se sac rifi có a los esfuerzos incorporación a la todopoderosa aristocraristocracia
acia terrateniente- dese desem
m
de centralización, ni siquiera después de la implantación del siste  peñ ó un pa pe l pr ep on de ran te la o r g a n i z a c i ó n colorativa de la
ma de intendenci
intendencias
as 23 P ara el historiador libera l, el m unicipio y el A artesanía y del comercio. Merced a su su Posición^ d e ^ t o d o
Cabildo serán siempre “la cuna de la emancipación” y “el último el imperio colonial, las ciudades de exic exicoo y ^ ^
a la cabeza y mos traron una diferenc
diferenciaci
iación
ón e s u p culm
culmi_ 
i_ 
15 B. F. P o r s h n e v ,  Bosquejo de econom ía política del fe feudalismo todo comparable con los criterios europeos.ndustria y de la arte-
(en ruso), Moscú 1956, p. 17. Cf. asimismo p. 80 sqq. nan te en la orga nizac ión corporativ a e &disminu
&disminucióciónn
16 Kossok'-Markov, Konspekt, Parte II,  p. 230.
17 B a y l e , op. cit.
cit.,  p . 55 sq q. sania se alcanzó en el siglo xvn, cuan
18 S . Z a v a l a ,  H ispanoamérica septentrional  y media. Período colo
nial. México 1953, p. 75. 21 J p O tero,  La  Révolutionargentme, 1810-1816. París ,P
19 SoLDEVILA, O p. ciitt; t. III, p. 391.  SpanisHEmpire, P-
X P P . 4 3 3 ^ 5 2 . H a r i n o , THe
20 Cf. una instructiva exposición cartográfica en: A. C. W i l g u s ,
 LatínAmericainm ainmaps, Nuev a York, 1947, p. 96. E. V a lc á r c e l,  Ruta 172.
cut
utural del Perú, México 1945, valora polémicamente el problema —des- 27 Bayle, op. cit.,
cit.,  pp. 11 1 -1 53> 2 8 5 - 300.
6 6- v 's
'sl a in di
di ge
ge ni
ni st
st a—
a— , c on
on re
re fe
fe re
re nc
nc ia
ia a q ue
ue “ l a c ol
ol on
on iz
iz ac
ac io
io n 38 Haring, op. cit.,
cit.,  p. 159. mexicanos. La organización
en ís as e los españoles
españoles siempre amenazó la asimilac ión in díge na, en 29 M. C arrera sS ta
ttaammpp aa,,  Los  sgremi-os m
w  ie
qxcu
4an
lugar de lo contrario.  gre™mia l en „N «ue.va
. . Esp aña , 1521-1.86
— . ^ Te
Tee mp
mp or
or á ne os , cf. F. L EWMJ
ne os
. • ^C tJco oLlas Succiones como “medio civilizador”, cf. Bayle,
op. cu.,  p . ooo - ó85.
30 Acerc a de los los valores conte p ^ ^ grern
valores europeos conte ernios
ios en las ciu
ki,  Lin ca mi en tos de la polí tica s o c t a , (en ruso), Moscú >
22  Ib
 Ibid., pp. 621 -64 4. dades de Europa Occidental en los ss.
nishL £ ; o . FÍ58HER’ ^ Intendant System>P- 12‘
12‘ Haring, The Spa*  p. 71 sqq.

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m a n f r e d k o s s o k   e l virreinato d e l   RÍO d e l a p l a t a
110 U1
del trafico con la metrópoli mejoraron considerablemente las Con qUía comercial de México o de Lima hacia las veces de un agente
diciones del mercado para los productores locales,3! a la vez que ‘ del capi talist a i ndu strial de allende el Océano que, que, a travé
travéss de ¿
los obstáculos que, natural o artificialmente, se oponían a las comu Casa de C ontrata ción de Sevilla Sevilla 3* enviaba
enviaba sus sus produ
producto
ctoss a £
nicaciones entre las diversas partes del imperio colonial trababan colonias y, con ello, interesaba el nervio vital de la producción
toda posible com petencia. ^ ^ local.
La elaboración y promulgación de las “ordenanzas de gremios” 2. Los grem ios enta blar on entre sí una lucha enconada enconada en su
 podían surgir de la ini ciat iva de los mism os art esa no s, a través afán por incorporarse a la escala de rangos jerárquicos, puesto
de los Cabildos, o bien por intervención directa de la administra que de su posición dentro de la jerarquía industrial dependía
ción colonial, pero en cualquiera de estos casos se requería igual igualm ente su in flue ncia social. Todo artesanado gremial gremial “se
mente la aprobación del virrey o de la instancia que lo represen encuentra de esta manera rígidamente separado de los demás
tase.12 Como documentos de una legislación del trabajo de validez «rremios,  pose e sus pro pio s usos y sus peculiares distincione
distincioness pro
general, dichas ordenanzas figuran entre los testimonios históri- fesionales ” .36
.36 Es carac terístic o que a la cabeza de la jerarquía jerarquía
cosoci
cosocialealess más instructivos de to da la era c olonia l. De acuerdo se encontraran los orfebres y plateros que, produciendo en forma
con la exposición ya mencionada de Ricardo Konetzke, son tres inmediata para las necesidades suntuarias de la clase dominante
los aspectos esenciales de la concepción social de la artesanía (con inclusión de la Iglesia), corporizaban el más feudal y exclu
colonial: sivo de to dos los gremio s. Basánd ose en las listas listas de pasajeros
pasajeros del
1. Desde un pun to de vista econó mico, social y político , los los Archivo General de las Indias, José Torre Revello señaló como
gremios ocupaban una posición intermedia en la estructura social  pa rti cu lar m en te no tab le “qu e, desde los comienzos
comienzos de la colonicoloni
del sistema
sistema colonial.
colonial. En su anhelo d e imp on er en t odo lo posible zación, los plateros españoles pasaron a América en gran nú
sus pretensiones de exclusividad, procuraban establecer una clara mero”,37  a pesar de que en un principio se prohibió en las
distinción frente a los de “abajo”, la “gente baja”, entre la cual colonias el ejercicio de esa profesión .53 .53 El “Nobilísimo Arte de
se contaban tanto los artesanos no organizados (o que despre la Platería” gozaba de todo privilegio, como no solamente lo
ciaban toda organización) como la mayor parte de los peones y demuestran los honores conferidos,39 ,39  sino también y muy en parti
 jornaleros y otros ‘"pobres”.
‘"pobres”. Co n ene rgía no m en or , au nq ue inv o cular su influencia en la economía local .40 .40 Además de orfebres
luntaria, se enfrentaban los gremios con los de “arriba”, en primer y plateros, también figuraban en la cúspide de la burguesía arte
lugar con la aristocracia y también con la alta burguesía .33 .33 Si la sanal algunas otras “artes liberales”, tales como pintores, escul
nobleza terrateniente formaba la intangible “élite” política, en tores, doradores y grabadores: principalmente al servicio de
.ur^ues^a comercial, organizada en sus Consulados, per- Iglesia, formaban un grupo no muy numeroso y que, en su reper
“ ,a a ^™nPetenci
^™nPetenciaa inmediata y peligrosa, y en sus manos cusión económ ica, no p onían en peligro la primac primacíaía e os
Frpn
Frpnt!t!»» C i • 1Car
1Car s_ens*^em
ens*^em ente el me rcad o pa ra la artes anía , anteriores. Esa misma jera rquí a pasaba luego por los los armer
armeros,
os, se
se-
en ^ 1Cf taci°n
taci°n c'aram ente antica pitalis ta de los gremios
y e a manufactura
manufactura colonia
coloniall en particu lar ,34
,34  la oligar- 85  Ib id .,   p. 62.
36 K  o n e t z k e ,  La s ord ena nza s de grem ios, 
ios,   p. 438.
32  Kox¡ lnvesligacwnts>t. II. 37 J. T o r r e R  e v e l l o ,  El gre mio de plateros en1 .
la historia
historia socia
sociall 0T^enanzas
0T^enanzas de gremios como doc um ento s para tales,  Buenos Aires 1932. Publ. del Instituto de Investigado
tales, 
vista Internacional de durante la época colonial, 
colonial,  en: Re- n 9  LXI, p. 10 sq.
18, pp. 429 ^431 IOl° g la
la ’ M a d r id
id > V , a b ri
ri l-
l- ju
ju n io
io d e 1 9944 77,, 38  Ib id .,   Apéndice, doc. n 9  3, p. 'V sq. sq.
 Ibi d.,  p. 437! 39 K  o n e t z k e ,  La s ord ena nza s de gremio s, 
s,   p. 44 .
C hávez O rozco, op. Cit ¡ p . 56 4U H a r inin g , The Spanish Empire, 
Empire,   p. 270,

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m a n f r e d k o s s o k   e l virreinato d e l   RÍO d e l a p l a t a
110 U1
del trafico con la metrópoli mejoraron considerablemente las Con qUía comercial de México o de Lima hacia las veces de un agente
diciones del mercado para los productores locales,3! a la vez que ‘ del capi talist a i ndu strial de allende el Océano que, que, a travé
travéss de ¿
los obstáculos que, natural o artificialmente, se oponían a las comu Casa de C ontrata ción de Sevilla Sevilla 3* enviaba
enviaba sus sus produ
producto
ctoss a £
nicaciones entre las diversas partes del imperio colonial trababan colonias y, con ello, interesaba el nervio vital de la producción
toda posible com petencia. ^ ^ local.
La elaboración y promulgación de las “ordenanzas de gremios” 2. Los grem ios enta blar on entre sí una lucha enconada enconada en su
 podían surgir de la ini ciat iva de los mism os art esa no s, a través afán por incorporarse a la escala de rangos jerárquicos, puesto
de los Cabildos, o bien por intervención directa de la administra que de su posición dentro de la jerarquía industrial dependía
ción colonial, pero en cualquiera de estos casos se requería igual igualm ente su in flue ncia social. Todo artesanado gremial gremial “se
mente la aprobación del virrey o de la instancia que lo represen encuentra de esta manera rígidamente separado de los demás
tase.12 Como documentos de una legislación del trabajo de validez «rremios,  pose e sus pro pio s usos y sus peculiares distincione
distincioness pro
general, dichas ordenanzas figuran entre los testimonios históri- fesionales ” .36
.36 Es carac terístic o que a la cabeza de la jerarquía jerarquía
cosoci
cosocialealess más instructivos de to da la era c olonia l. De acuerdo se encontraran los orfebres y plateros que, produciendo en forma
con la exposición ya mencionada de Ricardo Konetzke, son tres inmediata para las necesidades suntuarias de la clase dominante
los aspectos esenciales de la concepción social de la artesanía (con inclusión de la Iglesia), corporizaban el más feudal y exclu
colonial: sivo de to dos los gremio s. Basánd ose en las listas listas de pasajeros
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1. Desde un pun to de vista econó mico, social y político , los los Archivo General de las Indias, José Torre Revello señaló como
gremios ocupaban una posición intermedia en la estructura social  pa rti cu lar m en te no tab le “qu e, desde los comienzos
comienzos de la colonicoloni
del sistema
sistema colonial.
colonial. En su anhelo d e imp on er en t odo lo posible zación, los plateros españoles pasaron a América en gran nú
sus pretensiones de exclusividad, procuraban establecer una clara mero”,37  a pesar de que en un principio se prohibió en las
distinción frente a los de “abajo”, la “gente baja”, entre la cual colonias el ejercicio de esa profesión .53 .53 El “Nobilísimo Arte de
se contaban tanto los artesanos no organizados (o que despre la Platería” gozaba de todo privilegio, como no solamente lo
ciaban toda organización) como la mayor parte de los peones y demuestran los honores conferidos,39 ,39  sino también y muy en parti
 jornaleros y otros ‘"pobres”.
‘"pobres”. Co n ene rgía no m en or , au nq ue inv o cular su influencia en la economía local .40 .40 Además de orfebres
luntaria, se enfrentaban los gremios con los de “arriba”, en primer y plateros, también figuraban en la cúspide de la burguesía arte
lugar con la aristocracia y también con la alta burguesía .33 .33 Si la sanal algunas otras “artes liberales”, tales como pintores, escul
nobleza terrateniente formaba la intangible “élite” política, en tores, doradores y grabadores: principalmente al servicio de
.ur^ues^a comercial, organizada en sus Consulados, per- Iglesia, formaban un grupo no muy numeroso y que, en su reper
“ ,a a ^™nPetenci
^™nPetenciaa inmediata y peligrosa, y en sus manos cusión económ ica, no p onían en peligro la primac primacíaía e os
Frpn
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1Car s_ens*^em
ens*^em ente el me rcad o pa ra la artes anía , anteriores. Esa misma jera rquí a pasaba luego por los los armer
armeros,
os, se
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en ^ 1Cf taci°n
taci°n c'aram ente antica pitalis ta de los gremios
y e a manufactura
manufactura colonia
coloniall en particu lar ,34
,34  la oligar- 85  Ib id .,   p. 62.
36 K  o n e t z k e ,  La s ord ena nza s de grem ios, 
ios,   p. 438.
32  Kox¡ lnvesligacwnts>t. II. 37 J. T o r r e R  e v e l l o ,  El gre mio de plateros en1 .
la historia
historia socia
sociall 0T^enanzas
0T^enanzas de gremios como doc um ento s para tales,  Buenos Aires 1932. Publ. del Instituto de Investigado
tales, 
vista Internacional de durante la época colonial, 
colonial,  en: Re- n 9  LXI, p. 10 sq.
18, pp. 429 ^431 IOl° g la
la ’ M a d r id
id > V , a b ri
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io d e 1 9944 77,, 38  Ib id .,   Apéndice, doc. n 9  3, p. 'V sq. sq.
 Ibi d.,  p. 437! 39 K  o n e t z k e ,  La s ord ena nza s de gremio s, 
s,   p. 44 .
C hávez O rozco, op. Cit ¡ p . 56 4U H a r inin g , The Spanish Empire, 
Empire,   p. 270,

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 11 3


m a n f r e d k o s s o k  
11 2
hre todo de aquellos que satisfacían las necesidades más
deros, lenceros) hasta llegar a los “oficios bajos” como, por ejem. nii °s> so £ n 1676, los Est atu tos de los los Tejedor es de Los Ánge
Ángeles
les
nlo, el de zapatero. genera les^ jQS m ula tos, negros y esclavos
esclavos el rango de maestro,
maestro,
3 En el esfue™ por no perder en easo alguno la conexión  pe ga ba n ^ Aud ienc ia com petente se declaródeclaró en favor
favor de que
que
con el estrato superior hispanocrioUo se engendro la d,fundid, mientras q^ aj m -t¡era a ios mulatos, porque en tal caso caso “las
“las mer-
mer-
S l J ó n del seno
seno de los
los grem,os
grem,os de la población no español, al menos ven(je r^n a precios más bajos, puesto puesto que se trata de de
S t a s de color”),
color”), para evitarevitar as.
as. toda afinidad con las claclase
sess cancías se^ mocjestas en su vid a y en sus sus ropas,
ropas, de donde se des
des
socialmente •'inferiores”. C o m o es natu ral, la exclusión se m po .  pe rso na s ^ conten tará n con menor salario salario y gananc
ganancia,
ia, lo cua
cuall
S T n máximo
máximo rigor en la cúspide
cúspide de la
la jerarquía. Todo gremio
gremio dará en beneficio del bienestar general de la sociedad” .46 .46
nrocuraba en lo posible una selección social de sus miembros, con T 1 tocante a la estructura social y étnica, se hace posible
el objeto de elevar su p o s i c i ó n y valoración en la sociedad” . « En mbrar la artesanía colonial en varias categorías:
las “Ordenanzas para el gremio de batihojas , de 1599, se dispo deSIT\C Tns o-
o-rem ios ar isto crá tica men te levantados, en primer lugarlugar
nía “que en el mencionado gremio no debía admitirse como , = míe desde el maestro hasta el aprendiz aprendiz eran todos
todos
maestro a ningún mestizo, indio, negro o mulato, los tales podran Si P o í puros y excluía
excluíann acuantos no fueran criollos; b) la
trabajar como obreros en casa de algún maestro probado (!)”.« ‘blanco p ’  gremio s intermedio s, que concedían ya a los los
También para los pintores de México valía la prescripción de que masa prin cip al de los p ¡biudad de rendir el examen
examen
«ningún pintor presentará a un aprendiz que no sea español ” .43 .43
mestizos y a u n a los i n d i o s^ s^ P ^ ^ ^ ^ ^ se
Según el ordenamiento gremial de 1584, los tejedores de seda de de mae stro, Q zambos, al menos como como aprend
aprendice
icess
la ™kma   ciudad excluyeron de su seno a todos los negros y mula ocup aran mu íatos n g desprecia
despreciadosdos por loslos crio
criollo
llos,
s,
tos, “aunque sean libres” ,44,44  mientras que otras profesiones —los u ofici ales; c) los otic J 4 mulatos Se lee ya en los los
sombrereros, por ejemplo— no admitieron en su estatuto tales se veían
veían forzados
forzados ^ re^ r ¿ éxic
éxicoo (1565)
(1565) q u e “como hay
restricciones.45
.45 Est atuto s de los üu rti do re ¡ ñoles, negros e indios
indios como
como
 pocos cur tido res , se ad nn ür a alos espar.o espar.oles,
les, ^ ^
Esa tendencia a monopolizar gremios enteros, o bien el rango de maestros ” .47
.47 C on
on s i d e r a n d o qu
que t « t a t a ^ ^ ^ onodmien_  
maestro, en manos de los criollos se inspiró en primer término en la
minaba la “gen te ba ja no p ejercer ninguna influenc
influenciaia
intención de mantener a la población indomestiza o negroide to en el ord en local, como tampoc J compren
comprensiblsiblee que
como depósito de mano de obra, al tiempo que se limitaba la económica o política digna de men^ / USQ ]a organiz organizaci
ación
ón en en
“competencia sucia” de la muy desarrollada artesanía indígena. fuera en esa esfera don de menos de ^ sociedad
sociedad colo-
colo-
A pesar de una aprobación en principio, fueron consideraciones gremios. La estructu ració n de ciases ciases p> y - distnbución
distnbución socisocial
al
económicas las que llevaron repetidas veces a la administración nial
nial favore
favoreció
ció la aparici
aparición ón de unai P» afln
aflnes
es,, con
con lo queque
colonial a oponerse a un enquistamiento extremado de los gre- del
del trabajo” dentro de las ramas ab aja ran parapara
se llegó a que , po r ejem plo, los zap clientes del mismo
mismo
41 K o n e t z k e ,  Las orden anzas de gre mios ,   p. 437. la población española, los artesan p er0  los gremios no
42  Cf.  Legislación del Tra bajo en los siglos X V I , X V I I y X V I II , orige n, los negr os pa ra los ne§r °?’ i¡ffro i¡ffro de una competencia
competencia
ed. por el Departamento autónomo del Tra bajo (de M éxico) 1938, p. 82. 82.
43 F. L o r e n z o t de l B a r r i o ,  El trab ajo en M éx ic o du ran te la época  per día n de vist a en tales casos el peli*
colonial
colonial.. Ordenanzas de gremios en Nu eva Espa ña,   México 1920, p. 25.
(Cit. en K o n e t z k e ,  Las orden anzas de gre mio s,  s,   p. 444).
44  Ordenanzas sobre el arte de la seda, 1584 (Legislación del Tra
« K o n e tz k e ,   L
47 L o r e n z o t ,
Lp
oa.scit,
ordenanzasd*Jrev™
P- 120 (cu.
° K o n e t z k e ,  Las ordenanas,

 bajo, p. 57) .
4j Ordenanzas relativas al gremio de sombrere ros, 1592 ( Ib
64 sq.).
 Ib id ., P-
P- 44 7).
 Lasord,enan-as¿e gremios,
48 K o n e t z k e , S  P- 448 sq‘

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EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 11 3
m a n f r e d k o s s o k  
11 2
hre todo de aquellos que satisfacían las necesidades más
deros, lenceros) hasta llegar a los “oficios bajos” como, por ejem. nii °s> so £ n 1676, los Est atu tos de los los Tejedor es de Los Ánge
Ángeles
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nlo, el de zapatero. genera les^ jQS m ula tos, negros y esclavos
esclavos el rango de maestro,
maestro,
3 En el esfue™ por no perder en easo alguno la conexión  pe ga ba n ^ Aud ienc ia com petente se declaródeclaró en favor
favor de que
que
con el estrato superior hispanocrioUo se engendro la d,fundid, mientras q^ aj m -t¡era a ios mulatos, porque en tal caso caso “las
“las mer-
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S l J ó n del seno
seno de los
los grem,os
grem,os de la población no español, al menos ven(je r^n a precios más bajos, puesto puesto que se trata de de
S t a s de color”),
color”), para evitarevitar as.
as. toda afinidad con las claclase
sess cancías se^ mocjestas en su vid a y en sus sus ropas,
ropas, de donde se des
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socialmente •'inferiores”. C o m o es natu ral, la exclusión se m po .  pe rso na s ^ conten tará n con menor salario salario y gananc
ganancia,
ia, lo cua
cuall
S T n máximo
máximo rigor en la cúspide
cúspide de la
la jerarquía. Todo gremio
gremio dará en beneficio del bienestar general de la sociedad” .46 .46
nrocuraba en lo posible una selección social de sus miembros, con T 1 tocante a la estructura social y étnica, se hace posible
el objeto de elevar su p o s i c i ó n y valoración en la sociedad” . « En mbrar la artesanía colonial en varias categorías:
las “Ordenanzas para el gremio de batihojas , de 1599, se dispo deSIT\C Tns o-
o-rem ios ar isto crá tica men te levantados, en primer lugarlugar
nía “que en el mencionado gremio no debía admitirse como , = míe desde el maestro hasta el aprendiz aprendiz eran todos
todos
maestro a ningún mestizo, indio, negro o mulato, los tales podran Si P o í puros y excluía
excluíann acuantos no fueran criollos; b) la
trabajar como obreros en casa de algún maestro probado (!)”.« ‘blanco p ’  gremio s intermedio s, que concedían ya a los los
También para los pintores de México valía la prescripción de que masa prin cip al de los p ¡biudad de rendir el examen
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«ningún pintor presentará a un aprendiz que no sea español ” .43 .43
mestizos y a u n a los i n d i o s^ s^ P ^ ^ ^ ^ ^ se
Según el ordenamiento gremial de 1584, los tejedores de seda de de mae stro, Q zambos, al menos como como aprend
aprendice
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la ™kma   ciudad excluyeron de su seno a todos los negros y mula ocup aran mu íatos n g desprecia
despreciadosdos por loslos crio
criollo
llos,
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tos, “aunque sean libres” ,44,44  mientras que otras profesiones —los u ofici ales; c) los otic J 4 mulatos Se lee ya en los los
sombrereros, por ejemplo— no admitieron en su estatuto tales se veían
veían forzados
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éxicoo (1565)
(1565) q u e “como hay
restricciones.45
.45 Est atuto s de los üu rti do re ¡ ñoles, negros e indios
indios como
como
 pocos cur tido res , se ad nn ür a alos espar.o espar.oles,
les, ^ ^
Esa tendencia a monopolizar gremios enteros, o bien el rango de maestros ” .47
.47 C on
on s i d e r a n d o qu
que t « t a t a ^ ^ ^ onodmien_  
maestro, en manos de los criollos se inspiró en primer término en la
minaba la “gen te ba ja no p ejercer ninguna influenc
influenciaia
intención de mantener a la población indomestiza o negroide to en el ord en local, como tampoc J compren
comprensiblsiblee que
como depósito de mano de obra, al tiempo que se limitaba la económica o política digna de men^ / USQ ]a organiz organizaci
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“competencia sucia” de la muy desarrollada artesanía indígena. fuera en esa esfera don de menos de ^ sociedad
sociedad colo-
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A pesar de una aprobación en principio, fueron consideraciones gremios. La estructu ració n de ciases ciases p> y - distnbución
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aflnes
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con lo queque
colonial a oponerse a un enquistamiento extremado de los gre- del
del trabajo” dentro de las ramas ab aja ran parapara
se llegó a que , po r ejem plo, los zap clientes del mismo
mismo
41 K o n e t z k e ,  Las orden anzas de gre mios ,   p. 437. la población española, los artesan p er0  los gremios no
42  Cf.  Legislación del Tra bajo en los siglos X V I , X V I I y X V I II , orige n, los negr os pa ra los ne§r °?’ i¡ffro i¡ffro de una competencia
competencia
ed. por el Departamento autónomo del Tra bajo (de M éxico) 1938, p. 82. 82.
43 F. L o r e n z o t de l B a r r i o ,  El trab ajo en M éx ic o du ran te la época  per día n de vist a en tales casos el peli*
colonial
colonial.. Ordenanzas de gremios en Nu eva Espa ña,   México 1920, p. 25.
(Cit. en K o n e t z k e ,  Las orden anzas de gre mio s,  s,   p. 444).
44  Ordenanzas sobre el arte de la seda, 1584 (Legislación del Tra
« K o n e tz k e ,
47 L o r e n z o t ,
  L
Lp
oa.scit,
ordenanzasd*Jrev™ °
P- 120 (cu.
K o n e t z k e ,  Las ordenanas,

 bajo, p. 57) .
4j Ordenanzas relativas al gremio de sombrere ros, 1592 ( Ib
64 sq.).
 Ib id ., P-
P- 44 7).
48 K o n e t z k e ,  Lasord,enan-as¿e gremios,
S  P- 448 sq‘

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e l  v ir r e in a t o d e l r io d e l a  p l a t a   115
MANFRED k o s s o k  
114
• „ rim bi o durad ero , que gradualmente equilibr equilibróó el tran-
tran-
, . , v va en 1589 1589 se proh ibió estri ctam ente a determ inados Prod¿
rod¿ 3re’traso del Litoral.
artesanos  españoles que compraran mercancías a los indios, así s , -itpríal esta dís tico con que contamos para 177 1778,
8, así como
como
 Z r Z t n u e  volvieran
 volvieran a expropiarlas por cuen ta propia.*»
propia.*» Ni siquier
siquieraa ,Ttos parciales de los años 1806 a 1810,60 se desprende /
¿ jo xvin habían superado los gremios su tende ncia al enqu¡senqu¡s.. de los cía nQ que(j aba a la zaga del resto del Virreinato,;
Amiento
Amiento Vla monopolizació
monopolización,n, como lo dem uestra n loslos Estatutos que Bu eno , ,lem ás colonias, en lo referente a las las activi
actividad
dades:
es:
de los Plateros de México ,80 ,80  de 1746, y de los de Guatema- y aUnÍ
aUnÍ l e s v artesanales. En el cálcul cálculoo ddee pobla
població
ciónn de 177
1778,
8,jj
c o m e r c ia  y ^ ^ q q q n 0mbres, se mencionan mas d e 60 pro-
la 61  de 1776.
’ En el ámbito más estrecho del Virreinato del Río de la Plata, y con ^ “ tintas en cada una de las las cua
cuale
less se
se han
han reg
regis
istr
trad
ado!
o!
v comparado con el esquema anterior, generalmente válido para Í S s0nde tres tres ciudadanos
ciudadanos.. Entre las
las más
más nomb
nombra rada
dass = cen -:
Hispanoamérica, la situación y estructura del sector industrial ^ d e t r e s 250 Ca rpinte ro - 194
194;; Sastre
Sastre - 91; Carret
Carretero
ero - Si;
Zapatero
Zapatero - V  _ _ M Barber
Barberoo _ 53 . Car.
revela sensibles diferencia
diferencias.
s. En lo tocan te al litoral, y en  pr im er
lugar a la  pr ov in ci a de Buenos Aires, la artesanía se desarrolló al H n r n C r 0   H e r r e r o - 4? ; P ’ana
ana dero - 39; Resero - 34; Calafa Calafa--
 principio en forma considerablemente más lenta . que en otras ° O"T 5  E¿ n uUna clasificación
clasi ficac ión según los los elementos
elemento
elementoss étnicos
étnico
étnicos
étnic oss
region
regiones.
es. “La vida en en el Río de la Pl ata fue sie mp re en la época na rtela laausencia
una1 narte aus enciadede eseese granestrato
gran estrato
estratointermedio¡
íntermed
íntermedii _ 
colonial una empresa ardua y sin esplendor, una lucha declarada - •ende• por rn unaelp que se apoyaba ____  ^ lla
o artesa
^pesanía
art ^ nnía
ía dede Perú
Pe
Perrúú oo dd&
Perú e)
indiome stiZo,
stiZo,__ en el qu e s p m   casos excepcionales,
contra la malicia de los indígenas y con la escasez de recursos.
La falta de metales preciosos, en los que una ciencia social apenas  Nue va Es pa ña ,  y P Pntre “blancos”  y “de color”. color”. Las
se habla de una distinción distinción en tre^ blan ^ ^ 
incipiente veia toda la riqueza, contribuyó no poco a subrayar  prof esion es ar rib a menc. - ^ mula tos, tos, negros,
negros, mesü-
mesü-
ese
ese aspecto
aspecto desolado y desconsolad or. Pue sto q ue el met al de e sp
sp añ
añ ooll es
es ( co
co n i nc
nc lu
lu si
si ón
ón d e e x t r a n j e r o s ^ _ ^ ^ ^ ^  5;
 plata aparecí a única men te en el no mb re de nu es tro río epónim o,
zos e indio;
esta
esta región
región fue pronto olvidada por Es pañ a. . . Y de la misma Carpintero
manera la artesanía suntuaria fue la menos favorecida ” .52 .52  Ese
tero - 66, 1 ^
vacío económico relativo se vio colmado tanto por el territorio 2, 3; Pla ter o - 4-8
4-8, 2, U, i, u, Q 0 ;'p anader
anaderoo . .. .
interior, cuya artesanía hasta llegó a producir para el tráfico inter
colonial / 3  como también por la considerable producción artesanal
de las reducciones jesuíticas,64  y no en último término por el activo
intercambio, legal o no, con el Brasil .55  Con los progresos econó
micos y el incremento de la población, en el curso del siglo xvm se en el Plata la total ausencia de una orga ___  _____ 
*9 Col. K onetzke
o netzke , doc. n<? 455, p. 600.
50  Ordenanzas
Ordenanzas de el nobilísimo
nobilísimo arte de la plat
pl at er ía .. . 1746
1746.. Orde 5G D. H. A., XI, Jo bíS óÍ %£
nanza 36 (Legislación del Trabajo, p. 149). Buenos Aires ( 1778
1778>>- Z6]1 f i f m Padrones compleméntanos^ y
51 Cf. T orre R evello , op. cit.,  Apéndice, doc. n? 11, p. XLV (Que Cam paña de Buenos Aires»(* ) 1810). Censo
Censo d
no pueda poner Obrador el que no fuere Español, y de las calidades que dad de
de Bueno
Buenoss Aires
Aires (1806
(1806 1807
1807,, 180
18099 y 1 /
requieren Oficios de tanta confianza...). Campaña de Montevideo ( 17 J " l bradores,
bradores, comerciantes Y P
“ F. M árquez M iranda,  Ensayo sobre los art ífic es de la platería 57 No se toman en cuenta los law* ^ ¡nformac ¡nformaclon lones
es poster 
poster 
en el Buenos Aires colonial.  Buenos Aires 1933. Fac. de Fil. y Letras, 88 Ello sólo es posible p a » Pmuiatos, n e g r o s , etc. r¡bución
Publicaciones del Instituto de Investig. Históricas, n* LXII, p. 11 no hay especificación de hlsPan0 1 números acerca de la
59 Tampoco
Tampo co se dice nada en en e s t o s n
2 h'TáXÍTS
8 A. B., I, p. 383 sq
'■ "■ ”■ 13°- en maestros, oficiales, aprendices y o

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artesanos  españoles que compraran mercancías a los indios, así s , -itpríal esta dís tico con que contamos para 177 1778,
8, así como
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 Z r Z t n u e  volvieran
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propia.*» Ni siquier
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¿ jo xvin habían superado los gremios su tende ncia al enqu¡senqu¡s.. de los cía nQ que(j aba a la zaga del resto del Virreinato,;
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de los Plateros de México ,80 ,80  de 1746, y de los de Guatema- y aUnÍ
aUnÍ l e s v artesanales. En el cálcul cálculoo ddee pobla
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ciónn de 177
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c o m e r c ia  y ^ ^ q q q n 0mbres, se mencionan mas d e 60 pro-
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’ En el ámbito más estrecho del Virreinato del Río de la Plata, y con ^ “ tintas en cada una de las las cua
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Hispanoamérica, la situación y estructura del sector industrial ^ d e t r e s 250 Ca rpinte ro - 194
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Sastre - 91; Carret
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Zapatero
Zapatero - V  _ _ M Barber
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elemento
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colonial / 3  como también por la considerable producción artesanal
de las reducciones jesuíticas,64  y no en último término por el activo
intercambio, legal o no, con el Brasil .55  Con los progresos econó
micos y el incremento de la población, en el curso del siglo xvm se en el Plata la total ausencia de una orga ___  _____ 
*9 Col. K onetzke
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50  Ordenanzas
Ordenanzas de el nobilísimo
nobilísimo arte de la plat
pl at er ía .. . 1746
1746.. Orde 5G D. H. A., XI, Jo bíS óÍ %£
nanza 36 (Legislación del Trabajo, p. 149). Buenos Aires ( 1778
1778>>- Z6]1 f i f m Padrones compleméntanos^ y
51 Cf. T orre R evello , op. cit.,  Apéndice, doc. n? 11, p. XLV (Que Cam paña de Buenos Aires»(* ) 1810). Censo
Censo d
no pueda poner Obrador el que no fuere Español, y de las calidades que dad de
de Bueno
Buenoss Aires
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(1806 1807
1807,, 180
18099 y 1 /
requieren Oficios de tanta confianza...). Campaña de Montevideo ( 17 J " l bradores,
bradores, comerciantes Y P
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en el Buenos Aires colonial.  Buenos Aires 1933. Fac. de Fil. y Letras, 88 Ello sólo es posible p a » Pmuiatos, n e g r o s , etc. r¡bución
Publicaciones del Instituto de Investig. Históricas, n* LXII, p. 11 no hay especificación de hlsPan0 1 números acerca de la
59 Tampoco
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EL  v ir r e in a t o d e l rí o d e la . p l a t a  
117
aue sólo sirve para subrayar una vez más en qué escasa medida
el inmigrante
inmigrante español —que no se establecía como terrateniente—,
terrateniente—,  pr o v is io n a l de su gremio, pero todos los esfuerzos fracasaron
tendía a considerar la falta o encarecimiento de mano de obra cuando se trató de lograr de la Corona y del virrey una aproba
explotable como un acicate para buscar en la industria un equi ción f o r m a l del estatuto, inspirado en el modelo de los gremios
valente
valente de aquella actividad. Si bien —com o sobre tod o lo ha d e C á d i z y de Sevilla.04 Sevilla.04 T al fracaso,
fracaso, lejos de ser una mera
n e g l i g e n c i a de las instituciones burocráticas, era resultado de cir
subrayado Torre Revello60— la ausencia de ordenanzas gremiales
c u n s t a n c i a s que calaban mucho más hondo, como lo muestran
fijas y sancionadas por la administración colonial no es un testi
monio contra la existencia de una corporación de artesanías, no los d r a m á t i c o s acontecimiento que rodearon la creación de un
g r e m i o de zapateros:
 por ello debemo s de jar de co m pr ob ar qu e la re la tiv a libe rali dad
de la producción industrial contribuyó en mucho a reducir el ° Si querem os fo rmarno s una idea de la situac situación
ión indust
industria
riall
d u r a n t e la Colonia, las prolongadas controversias (que duraron
 peligro de un a anqu ilosis y en qu is ta m ien to fe ud al es de ese sector
de la economía; pero ello redujo al mismo tiempo su capacidad ños) .sobre el  stat us  us   legal de los zapateros nos resultarán mucho
más i n s t r u c t i v a s que la lucha de peticiones de los plateros, preci
 para resistir la infl uen cia de los int ere ses ca pi ta lis ta s. La mejo r samente porque la zapatería, como “manufactura normal”, no
demostración de la importancia de dicho factor la hallamos en la n n r o v e c h a b a de n ing un a posición de privile privilegio.
gio. Las pnmeras
lucha que, en la época del Virreinato, se entabló con el objeto io n e s documentales en favor de una organización cor-
m a n i f e s t a c io
de imponer también allí las orde nanz as de grem ios: desatado nnrat;ua d e los fabricantes de zapatos se remontan al ano 173o.
tanto desde “arriba” como desde “abajo”, el conflicto dio expre  p an tes de qu e se pro mul gar a el bando de 1 7 8 0 , mas de
sión a perspectivas opuestas de evolución de la artesanía colonial.
En 1780,
1780, el virrey
virrey Vértiz pub licó u n b an do G1 en qu e convo
caba a todos los artesanos, con intención de organizarlos en gremios Í r depende precisprecisamente
amente de de
con reglamentación
reglamentación propia. El band o se refería e n parti cula r a
como debe r el fome nto de a m u , import
important
antee que
que
treinta profesiones, entre otras a los relojeros, plateros, carpin instituciones que de ellas se
teros, sastres, zapateros, curtidores, pero alcanzaba asimismo a esta ine spe rad a alusi ón a consig ^ número de súbdit
súbditos”
os”
“todos los demás que ejercen artesanía de igual naturaleza”. Eran cap itali sta era la refere ncia ina eiercian
eiercian el ofici
oficioo sin
sin
ante todo los plateros los que, por medio de la protección estatal,
que, en desmedro de losJ losJ er¿ d"s m “ ui-encia
ui-encia insp
inspir
irab
abaa una peti
peti--
aspiraban a que se reconociera como gremio, y con estatutos fijos, conocerlo
conocerlo suficientemente.
suficientemente. La mi o ^ ^ ser ser mas
mas
una corporac
corporación
ión de
de plateros que de he cho e xistía y a.02 P ara los ción de 1788, en la que se se su ra^ buscan oficia
oficiales
les,, reúnen
reúnen
 plateros, la pol ítica eco nóm ica del vi rre y h ab ía sig nif ica do un a q uuee s im pl
ples re me
me nd
nd oonn es
es , i n st
st a l a n > 6S ^ momen-
era de prosperidad general, a causa de la creciente importación aprendice
aprendicess y ofrecen
ofrecen al público
público sos sos en ge n te ^ ^
de plata peruana y del consiguiente incremento en las necesidades ti, el proyecto entraba en su etapa deosiva, y )
suntuarias de los estratos sociales superiores; además, sus activi-
. a<^es no estaban
estaban expuestas al p eligro de la com pete ncia extra n . OQ
«4 T orre R  e v e l l o , op. cit, P- - •
 jera. Sólo en 1788 G3 con sigu iero n los pl at er os u n r e c o n o c i m i e n t o f>5  Ibic l., p. 25. ai<runos
ai<runos artesanos de
C6 Expediente formado i re p o * » ™ '" ofic
oficio
io.. bw>
bw> 1”
ci opcit> P- 25• z a p a t e r í a s o b r e c, o e , e e s t a b a n ; * V’
artes
artesan
ano?
o? ríl C- , , eí Vertiz ordenando que comparezcan todos los los reelas y constituciones que 9C *
(D H V T CIU<*a<* Para reducirlo
reduc irloss a gremio
g remios.
s. 31 de juli
j uli o ddee 1780 I, doc. n<> 17, pp. 106 - 120).
X V ’ d o c - n 9 7 6 > p - 299
299,, sq.). B J
fi7  Ib id >P' 109‘
fi7 109‘ . . t n p. 153. *
“ 8M^ A',M' op■,u " pp-- 62 «8 L e v e n e ,  In ve stig ac ion es, t. r 

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EL  v ir r e in a t o d e l rí o d e la . p l a t a  
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aue sólo sirve para subrayar una vez más en qué escasa medida
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inmigrante español —que no se establecía como terrateniente—,
terrateniente—,  pr o v is io n a l de su gremio, pero todos los esfuerzos fracasaron
tendía a considerar la falta o encarecimiento de mano de obra cuando se trató de lograr de la Corona y del virrey una aproba
explotable como un acicate para buscar en la industria un equi ción f o r m a l del estatuto, inspirado en el modelo de los gremios
valente
valente de aquella actividad. Si bien —com o sobre tod o lo ha d e C á d i z y de Sevilla.04 Sevilla.04 T al fracaso,
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subrayado Torre Revello60— la ausencia de ordenanzas gremiales
c u n s t a n c i a s que calaban mucho más hondo, como lo muestran
fijas y sancionadas por la administración colonial no es un testi
monio contra la existencia de una corporación de artesanías, no los d r a m á t i c o s acontecimiento que rodearon la creación de un
g r e m i o de zapateros:
 por ello debemo s de jar de co m pr ob ar qu e la re la tiv a libe rali dad
de la producción industrial contribuyó en mucho a reducir el ° Si querem os fo rmarno s una idea de la situac situación
ión indust
industria
riall
d u r a n t e la Colonia, las prolongadas controversias (que duraron
 peligro de un a anqu ilosis y en qu is ta m ien to fe ud al es de ese sector
de la economía; pero ello redujo al mismo tiempo su capacidad ños) .sobre el  stat us  us   legal de los zapateros nos resultarán mucho
más i n s t r u c t i v a s que la lucha de peticiones de los plateros, preci
 para resistir la infl uen cia de los int ere ses ca pi ta lis ta s. La mejo r samente porque la zapatería, como “manufactura normal”, no
demostración de la importancia de dicho factor la hallamos en la n n r o v e c h a b a de n ing un a posición de privile privilegio.
gio. Las pnmeras
lucha que, en la época del Virreinato, se entabló con el objeto io n e s documentales en favor de una organización cor-
m a n i f e s t a c io
de imponer también allí las orde nanz as de grem ios: desatado nnrat;ua d e los fabricantes de zapatos se remontan al ano 173o.
tanto desde “arriba” como desde “abajo”, el conflicto dio expre  p an tes de qu e se pro mul gar a el bando de 1 7 8 0 , mas de
sión a perspectivas opuestas de evolución de la artesanía colonial.
En 1780,
1780, el virrey
virrey Vértiz pub licó u n b an do G1 en qu e convo
caba a todos los artesanos, con intención de organizarlos en gremios Í r depende precisprecisamente
amente de de
con reglamentación
reglamentación propia. El band o se refería e n parti cula r a
como debe r el fome nto de a m u , import
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antee que
que
treinta profesiones, entre otras a los relojeros, plateros, carpin instituciones que de ellas se
teros, sastres, zapateros, curtidores, pero alcanzaba asimismo a esta ine spe rad a alusi ón a consig ^ número de súbdit
súbditos”
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“todos los demás que ejercen artesanía de igual naturaleza”. Eran cap itali sta era la refere ncia ina eiercian
eiercian el ofici
oficioo sin
sin
ante todo los plateros los que, por medio de la protección estatal,
que, en desmedro de losJ losJ er¿ d"s m “ ui-encia
ui-encia insp
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abaa una peti
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aspiraban a que se reconociera como gremio, y con estatutos fijos, conocerlo
conocerlo suficientemente.
suficientemente. La mi o ^ ^ ser ser mas
mas
una corporac
corporación
ión de
de plateros que de he cho e xistía y a.02 P ara los ción de 1788, en la que se se su ra^ buscan oficia
oficiales
les,, reúnen
reúnen
 plateros, la pol ítica eco nóm ica del vi rre y h ab ía sig nif ica do un a q uuee s im pl
ples re me
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st a l a n > 6S ^ momen-
era de prosperidad general, a causa de la creciente importación aprendice
aprendicess y ofrecen
ofrecen al público
público sos sos en ge n te ^ ^
de plata peruana y del consiguiente incremento en las necesidades ti, el proyecto entraba en su etapa deosiva, y )
suntuarias de los estratos sociales superiores; además, sus activi-
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estaban expuestas al p eligro de la com pete ncia extra n . OQ
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 jera. Sólo en 1788 G3 con sigu iero n los pl at er os u n r e c o n o c i m i e n t o f>5  Ibic l., p. 25. ai<runos
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C6 Expediente formado i re p o * » ™ '" ofic
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(D H V T CIU<*a<* Para reducirlo
reduc irloss a gremio
g remios.
s. 31 de juli
j uli o ddee 1780 I, doc. n<> 17, pp. 106 - 120).
X V ’ d o c - n 9 7 6 > p - 299
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m a n f r e d k o s s o k   EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA PLATA 


118 119

objeto de la atención del Cabildo, del virrey y de la misma  ban un terc io del núm ero total de zapateros.
zapateros. Con la oposic
oposición
ión
Corona. de ¡os “ho mbr es de color , en 17931793,, llegamos
llegamos a uno de los momen
momen
La primera colision entre los intereses de la administración tos culminantes de la lucha de clases en el Virreinato del Río
colonial y de los artesanos se produjo al discutirse si debían admi de la Pla ta ant es de l estallido del movimiento
movimiento emancip
emancipador.
ador. En
tirse extranjeros en el gremio y si podían llegar a ocupar en él contra del punto de vista feudal de que “la jerarquía es necesaria
 puesto
 puestoss directivos.6
directivos.699 En con tra de los defen sores de un proteccio en la tierra, y que todos los miembros de la sociedad no pueden
nismo extremo, declaró el Cabildo que la exclusión de extranjeros disfrutar de iguales privilegios.. exigía
exigíann los
los negr
negros
os y mul
mulat
atos
os,7
,73
trae “un perjuicio a la sociedad” y que sólo debía cuidarse de que con patética invocación de los principios divulgados desde Madrid,
los forasteros se casaran y afincaran “porque de esta manera se que se les concediera plena igualdad de derechos o bien que
 puebla
 puebla la tierr a'’. Tam bién se opus o el Cab ildo a qu e se excluyera se les pe rm itie ra fo rma r su propio gremio.
gremio. Enredada en sus sus
a los esclavos,70 con el peregrino pretexto de que muchas familias mismos teoremas, la Corona esquivó la primera solución, pero
que vivían del salario de sus esclavos, se verían así despojadas de  perm itió la crea ción de un gremio especial,especial, al cual pertenecían
pertenecían
su medio
medio de subsisten
subsistencia
cia (! ) .71
.71 Mie ntra s el C abil do, con el apoyo 55 mulatos y ne gros com o maestros autónomos
autónomos (1796).74
(1796).74 Tal deci
deci
del virrey y de la metrópoli, se mostraba así capaz de resolver en sión de la Corona no fue del agrado de los artesanos criollos, a
un sentido liberal, al menos en parte, un problema de tanta los que no interesaba tanto la total exclusión de los “de color*’
como su subord inac ión. En vista de la amenazante fluctuación fluctuación
actualidad en el Plata (el de los extranjeros), la poco satisfac
de mano de obra, los maestros “de primera clase” juzgaron que la
toria solución en lo concerniente a mulatos y negros, aun a los separación era perjudicial, “pues casi todos los oficiales proceden
que eran libres, llevó a un vuelco sorprendente:
de aquella casta”.70
En el reglamento gremial de 1791 se implantaba un “sistema A despecho de las oposiciones sociales que así salían a luz, una
de dos clases” 72: a la primera pertenecían todos los “hombres de misma aspiración unía a las dos fracciones en conflicto: ambas
color blanco , pero en ella también se incluían los indios que  pro cur aba n co nju rar un a crisis inminente mediante métodos
métodos que,
que,
 —com
 —comoo lo demuestran las estadísticas— con stit uía n un a minoría totalmente superados en Europa, también agonizaban en las res
insignificante; en la ‘‘segunda clase” figuraban las “castas de tante s colonias. Ta mp oc o cont ra la fuerza
fuerza explo
explosiva
siva del movi
movi
co or . Contra esta postergación levantaron la más enérgica pro miento de libre comercio podían ayudar las trabas gremiales de
testa
testa mulatos
mulatos y negros,
negros, los que —según el cens o d e 1778— form a- sabor medieval, y en el momento mismo en que ambos partidos
CO Tt « ,,
consideraban que sus esperanzas habían sido en cieno modo satis
fechas, el Cabildo mismo desató contra ellos un ataque inesperado.
E
tituriñv  A’
 A’ a0T£anlzac'°n
e*P°s;cio
e*P°s;cionn detallad a del curso del conflic to se hal lará en:
titución de un gremio. 
del trabajo
trabajo en Buenos Aires colonial. Cons-
gremio.   La Plata 1944. Como autoridad competente, no es que el Cabildo se hubiese
opuesto desde el comienzo al establecimiento de gremios, pero al
futuro ,! ^ eit*'0 ’íf siemejante
emejante valoració n era el el de prote ger en lo
menos había sabido darle una interpretación tan liberal, que ele
alcanz
alcanzaba
abann en
71 W T
en las manufacturad o . e®P*eo
t
• k traba;¡
traba;¡os
1
os obliS*torios
obliS*torios,, que también a ellos
e®P*eo de esclavos
 P
.
ellos
d e c o s e c h a ( B a r b a , o cit., P . 4 4 ) .
esclavos como jorna leros (sobre todo
mentos primordiales del proyecto original habían terminadopor
desapa recer. Las consider aciones liberales alcanzaron su p o-
temprano en la ' Sa . Sado en toda Hispa noam érica: “Desde “Desde
una clase
clase de esclavn/1^ Ei isla (Puerto Ric o) comenzó a desarrollarse 7S Lo n ota ble es que , si nos basamos en la petición social en comun,
de esclav
esclavos
os y los
los oficial™ h T 08 i ? Sta c'ase se orig inó cua ndo los dueñ os
 brando jornal utilizan^* i
D. DíAZ Sole r ti  ,° .e “ue ño los
(L. D.
_erno com enza ron a em ple ar negr os co-
los salarios pa ra ben eficio prop io”.
mo constante. (S. B a g ú ,  Estru ctura social de
no existía esa oposición entr e mulatos y negros que suele
suele con* ra
la colonia.
ria comparada de América   Latina. Buenos Aires 195-, p-  )•
1890), Madrid 1953  p ° 1*55^* esclavitud negra en Puerto Rico ( 1 4 9 3 - 74 B a r d a , op. cit., 
cit.,  p. 97 sq.
7‘ Barba, 0p. cit ¡p n ^ 75  Ib id ., 
.,   p. 99.

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Scanne d "B
"By CamScann
CamSc anner 
er 
m a n f r e d k o s s o k   EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA PLATA 
118 119

objeto de la atención del Cabildo, del virrey y de la misma  ban un terc io del núm ero total de zapateros.
zapateros. Con la oposic
oposición
ión
Corona. de ¡os “ho mbr es de color , en 17931793,, llegamos
llegamos a uno de los momen
momen
La primera colision entre los intereses de la administración tos culminantes de la lucha de clases en el Virreinato del Río
colonial y de los artesanos se produjo al discutirse si debían admi de la Pla ta ant es de l estallido del movimiento
movimiento emancip
emancipador.
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como su subord inac ión. En vista de la amenazante fluctuación fluctuación
actualidad en el Plata (el de los extranjeros), la poco satisfac
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de aquella casta”.70
En el reglamento gremial de 1791 se implantaba un “sistema A despecho de las oposiciones sociales que así salían a luz, una
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no existía esa oposición entr e mulatos y negros que suele
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ria comparada de América   Latina. Buenos Aires 195-, p-  )•
1890), Madrid 1953  p ° 1*55^* esclavitud negra en Puerto Rico ( 1 4 9 3 - 74 B a r d a , op. cit., 
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12 0 M A NF RE D K O S S O K  
e l v i r r e i n a t o d e l ri o de
121
minio
minio decisi
decisivo
vo gracias
gracias a la acción de Com elio Saa ved ra n '
terratenient
terratenientee y respetado com erciante al mismo tiempo per° ingleses
ingleses y alema nes , de Siles ia)81
ia)81 que superó todas
todas las
las
cono ciclas
ciclas has ta en tonces . En los siglsiglos
os xvi  propor
 proporcion
cioneses
1799
1799 fue regidor
regidor y en 18 1810
10 presidente de la Jun ta R e v o l^ e°
ría.76
ría.76 De un liberali
liberalismo
smo mode rado t an to p or su origen c o ^ 10113' -—legal
— legal o d e g a l- hab ía tendido principalme
principalmente
nte a sati
satisf
sfaT
aTeT
eTksks
necesidades del estrato social superior, mientras la masa de k
temperamento,
temperamento, podría con siderársele el p roto tipo del°nf° del°nf° P°r
revolucionario
revolucionario criollo. Con las co nsign as de los reform j tUro tUro  pob lac ión de pe nd ía de la fue rza produ ctiva de la manufactura
local; pero ahora se produjo un vuelco: el capitalismo europeo
espa
españo
ñole
les,
s, y casi
casi con las mismas
mismas palabras, arg um entó S a3 ^
comenzó a penetrar en el mercado colonial en toda su extensión
ante el más alto cuerpo
cuerpo colegiado
colegiado de la ciuda d que la ad V-V- f a con lo que atacaba las raíces mismas de la manufactura textil de
de grem
gremioioss ponía enen peligi'
peligi'o los derechos del hom bre, au m em ^0 la Amé rica E spa ño la. Ya en 1782 exigió exigió el gobern
gobernador
ador de Quito
Quito
la mis
miser
eria,
ia, ponía
ponía trabas a la industria, impe día el au men to d &1 que se suprimiera la importación en un 75 %, y se doblaran sus
 población, etc. 77 Si se des eab a qu e flo rec ies e la in du st ria a t impuestos, para salvar de la ruina la producción autóctona de
todo había que suprimir los gremios,78 puesto que la libertad del  pañ os. 82 La s de va sta do ra s consecu encias del comercio
comercio liberaliza
liberalizado
do
trabajo y el derecho a trabajar constituyen los atributos más sa sirvieron una vez más de argumento al virrey peruano Croix,
grados
grados e imperecederos de la especie hu m an a. De tal manera" en 1789, para sus ya desesperadas protestas (tanto económicas
Saavedra exhortaba al Cabildo a no tolerar el gremio de  zau a’  como de pol ítica finan ciera) contra la separacióseparaciónn ddee Lim
Limaa del
del
teros
teros ni otro
otro gremio
gremio alguno, y el Cabi ldo — a pe sar de las deses'
deses' Virreinato del Río de la Plata, por cuanto la región del Plata
 perad as petici ones de los art esa no s— ap ro bó la tesis de Saa ved ra “se ha revela do com o u na colonia de meros meros come
comerci
rcian
ante
tes”.
s”.883 Ya
y recordó la disolución de los gremios que Turgot había impuesto ante la amenaza de una abierta rebelión comunicó a la Corona el
en Francia
Francia (!). Los gremios, en su intento de constituirse en el el virrey Abascal y Sousa que, desde 1778, se había producido una
ta, fueron vencidos y enterrados por el principio de la libertad decadencia general en la elaboración de la lana, “como conse
de trabajo. Habían desaparecido aún antes de que estallara la cuencia de la mejor calidad y bajo precio del paño español co
o lición...  y} 
 y}  podríamos agregar nosotros, con ellos desa rrie nte ” .84
.84 Los talle res altop erua nos del Virreinato del Río de la
qUe
qUe Ublem podido ser un o bstáculo imp ortante , en Plata contaron siempre, en épocas de perturbaciones intemacio-
y o econ
economi
omicoco,, para el movimiento revolucionario.
revolucionario.
81 Cf. las listas de impo rtación en F i s c h e r  , op. cit.,  p. 53  «j;» 61
de la i^ °n
°n JaS « í 15 d e te
te rm
rm i na
na d as
as r am
am a s a rt
rt es
es an
an as
as sq., 84 sq.,  pas sim . A pesar de algunas tentativas aisladas (como, po ^ 
v alran?'m°i
alran?'m°iaa ^ ^ cr*s
cr*s*s ^ interior
interior era mucho más gener general al la de H M e i e r  ),
), aún carecemos de una valoraaon de conjunto de los
intereses econó micos alem anes (sobre todo de las ciu a . „ rtjr 
t t s s r de grave c°“ cia p - * * * » Prusia, de Sajonia ) en la la emancipación de la America
America esp esp •
de 1806-07, en las “Hamburgischen Address-Comtoi^Mcinchte^
y en coitpctv!°!i  ^ comerc*
comerc*°° colonial
colonial provocó, a partir de 17 1778
78 ticias com erciales de Ham bur go) se informo con re» canital
canital mercan
mercantil
til
dominaba en Europa ^ ^ “ p r?
r? sP
sP e r i d a d . d c l a l g od
od ó n ” 80 q ue
ue { situación suda me rica na. Las manifiestas intenciones
intenciones diputac
diputación
ión
P , una invasión de tejidos (en su mayoría j se ponen de relieve en lo que sigue : el 9 de octu re Comerciar con
Comerciar con
del comercio hamburgués protestó contra la _p Holan da y (Norte)
76 p f I Buenos Aires y con Montevideo. “Mientras Ing a e5 ^ burg burg00 única ciu-
19l0>
19 l0> p. 3 sqq NZA’  La J un ta Gu be rna tiv a de 1810. Buenos Aires ¡ América ha ce n allí sus negocios, ¿ tend rá que se • ¡{ambuTguen
77 C f a l • • dad que quede e xcluida...?” (Protoc. Definan Cominera,
78 Sobre
Sobre las^tende
las^t endenrhf
nrhf r ! ’ ^nv.est'Saeiones,   t. II, p. 158 sqq.  sis, Bibl. Comercial de Ham burgo, Sig. Sig. H. •
Partes d(¿ imperio colonínl t   ^ a^zai^o
a^zai^oras
ras que también actuaro n en otras 82 H. N. A., IV , 1, p. 403.
79  Levene,  I n T Z l ’ -
“ J61
°p ' ci t- P- 39 1 «í-
** "»•
"»• 8* M. d e O d r i o z o l a (Ed.),  Docum
8a H. N. A ., IV , 1, pp. 155  - 164.
entos histár¡cos del Perú, L1®3
h
1 872, t. II, P. 28.

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81 Cf. las listas de impo rtación en F i s c h e r  , op. cit.,  p. 53  «j;» 61
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entoshistár¡cos del Perú, L1®3
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1 872, t. II, P. 28.

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M A NF R ED KO SSO K 
1 22 EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PL at a
123
nales —como, por ejemplo, de 1796 a 1802— que suprimían o telares y 1500 obreros, mientras que Puebla ocupaba en 1809
 por lo menos redu cían la im por tac ión , con las me jor es oportuni a 1200 tejedo res de algodon é Pero, poco antes antes de que e!ta e!ta
dades
dades para coloc
colocar
ar sus
sus propios
propios productos. Ha cia la mism a época' liara el movimiento em ancipador, se produjo produjo un sen
sensi
sibl
blee r e t r 'l t
informa el diputado comercial por Catamarca que en su región se Tan promisorios atisbos —que por lo demás no tenían paralelo
fabrican paños de la mejor calidad, “así como franela fina de ni en el Pe rú n i en el P la ta - no sirviero
sirvieronn de mode
modelolo a toda la
algodón
algodón,, que en duración supera a la espa ñola. . . t ant o q ue hasta región merced a alguna incipiente transformación industrial de
los clérig
rigos se viste
istenn con
con esa
esa franel
franelaa negra”.8
negra”.855 “ * las colonias, sino que fueron sofocados por la repercusión a dis
El problema cardinal de la crisis manufacturera de Hispano tancia de un proceso análogo que ya hacía tiempo se había desa
américa en general, y del Virreinato del Río de la Plata en parti rrollado en Europa . _ 
cular, no se agotó en manera alguna con el empobrecimiento de Con ello se determinaba igualmente el radio de acción permi
algunas
algunas ramas o con la agonía to tal del sistema de grem ios sino sino tido al d esarr ollo y consolidación de la burguesía
burguesía colon
colonial
ial.. Con
Con
que existían más bien circunstancias especiales que provenían excepción del sector pequeñoburgués de la manufactura, la posi
del carácter colonial
colonial de las regiones
regiones en cuestión. En prim er lugar  bil ida d de ev olu ció n de la burgu esía colonial se vio limitada a la
el estancamiento y aun el retroceso del sector industrial era con esfera comercial, de manera que tanto económica como históri
secuencia, pura y exclusivamente, del creciente alud de mercade c a m e n t e se le señaló el papel de comprador y asociado menor de
rías extranjeras, que regulaban cada vez más en el mercado colo los intereses económicos del capital extranjero.90
nial las relacione
relacioness entre oferta y dem anda . Mie ntra s que en Eur o
 pa la deca denc ia de la art es an ía se deb ió al su rgi mi en to de la
 pro pia ma nuf act ura nac ion al, qu e lo com pen só con crece s, no
existía en las colonias ningún factor de importancia comparable.
Los únicos atisbos manufacturero-capitalistas que apuntaban al
 porv enir a pesa r de su raq uit ism o fe ud al y de sus sup erp osi cio 
nes - eran los los llamados
llamados “obrajes”,86 que en su m ayor ía se hab ían
especializado en la elaboración de paños, telas de algodón, lienzo,
etc., y que habían alcanzado un desarrollo más favorable en
aquellas regiones en que la mano de obra indígena era más venta
 josa
 josa por su a bu nd an cia y su pre cio .87 A lre de do r de 1800 , Al exa n-
er von Humboldt calculó el valor de la producción manufactu
rera de Nueva España en unos 7 a &  millones de pesos,88 de los
que la parte del león correspondía a la producción textil; Nueva
España contaba con un total de 20 obrajes y de 300 trapiches.
Ln los obrajes de Querétaro, en 1793, estaban en actividad 215
89  Ib id .,   p. 260 sq. H i s p a n o a m é r i c a del estado
90 “La liberación
libera ción de la mayor Paf e W P ^ reg¡ó reg¡ónn al comcomer-
er-
«o ? N‘A” IV’
IV’ !’. p - 404>*q- colonia
colonial,
l, en las primeras
primeras década
décadass del sig
sig o > brev
brevee augeauge de in-
in-
los obrajes^cf1C
obrajes^cf1 C háv r ^ ° S de ProduProducccció
iónn manufact
manufacturer
urero-ca
o-capit
pitali
alista
sta en cio intern
int ern aciona
aci ona l y a las inversiones ex nr¡ncipalmente
nr¡ncipalmente en las Pro;
87  p , Cha VEZ, ° r oz co , op. cit.,  pp. 3 1 -5 0 . versiones de la década de 1820 se concen  N£S U  ni da s , Dep.«j-
op. cit., p. 27 sqqtUaC1°n ^el obrero en los obrajes, cf. V iñas y M ey ., vincias
vincias Unida s del Río de la Pla ta-. • ( - NuevaNueva York York,, 195 >
Econ. and Soc. Aff.,  Fore ign Capital m Latín Ammca,
88 Humboldt, 0p. cit., t. IV,  p . 260.
 p. 3, Cit. en inglés en el original: N. del i-j

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M A NF R ED KO SSO K 
1 22 EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PL at a
123
nales —como, por ejemplo, de 1796 a 1802— que suprimían o telares y 1500 obreros, mientras que Puebla ocupaba en 1809
 por lo menos redu cían la im por tac ión , con las me jor es oportuni a 1200 tejedo res de algodon é Pero, poco antes antes de que e!ta e!ta
dades
dades para coloc
colocar
ar sus
sus propios
propios productos. Ha cia la mism a época' liara el movimiento em ancipador, se produjo produjo un sen
sensi
sibl
blee r e t r 'l t
informa el diputado comercial por Catamarca que en su región se Tan promisorios atisbos —que por lo demás no tenían paralelo
fabrican paños de la mejor calidad, “así como franela fina de ni en el Pe rú n i en el P la ta - no sirviero
sirvieronn de mode
modelolo a toda la
algodón
algodón,, que en duración supera a la espa ñola. . . t ant o q ue hasta región merced a alguna incipiente transformación industrial de
los clérig
rigos se viste
istenn con
con esa
esa franel
franelaa negra”.8
negra”.855 “ * las colonias, sino que fueron sofocados por la repercusión a dis
El problema cardinal de la crisis manufacturera de Hispano tancia de un proceso análogo que ya hacía tiempo se había desa
américa en general, y del Virreinato del Río de la Plata en parti rrollado en Europa . _ 
cular, no se agotó en manera alguna con el empobrecimiento de Con ello se determinaba igualmente el radio de acción permi
algunas
algunas ramas o con la agonía to tal del sistema de grem ios sino sino tido al d esarr ollo y consolidación de la burguesía
burguesía colon
colonial
ial.. Con
Con
que existían más bien circunstancias especiales que provenían excepción del sector pequeñoburgués de la manufactura, la posi
del carácter colonial
colonial de las regiones
regiones en cuestión. En prim er lugar  bil ida d de ev olu ció n de la burgu esía colonial se vio limitada a la
el estancamiento y aun el retroceso del sector industrial era con esfera comercial, de manera que tanto económica como históri
secuencia, pura y exclusivamente, del creciente alud de mercade c a m e n t e se le señaló el papel de comprador y asociado menor de
rías extranjeras, que regulaban cada vez más en el mercado colo los intereses económicos del capital extranjero.90
nial las relacione
relacioness entre oferta y dem anda . Mie ntra s que en Eur o
 pa la deca denc ia de la art es an ía se deb ió al su rgi mi en to de la
 pro pia ma nuf act ura nac ion al, qu e lo com pen só con crece s, no
existía en las colonias ningún factor de importancia comparable.
Los únicos atisbos manufacturero-capitalistas que apuntaban al
 porv enir a pesa r de su raq uit ism o fe ud al y de sus sup erp osi cio 
nes - eran los los llamados
llamados “obrajes”,86 que en su m ayor ía se hab ían
especializado en la elaboración de paños, telas de algodón, lienzo,
etc., y que habían alcanzado un desarrollo más favorable en
aquellas regiones en que la mano de obra indígena era más venta
 josa
 josa por su a bu nd an cia y su pre cio .87 A lre de do r de 1800 , Al exa n-
er von Humboldt calculó el valor de la producción manufactu
rera de Nueva España en unos 7 a &  millones de pesos,88 de los
que la parte del león correspondía a la producción textil; Nueva
España contaba con un total de 20 obrajes y de 300 trapiches.
Ln los obrajes de Querétaro, en 1793, estaban en actividad 215
89  Ib id .,   p. 260 sq. H i s p a n o a m é r i c a del estado
90 “La liberación
libera ción de la mayor Paf e W P ^ reg¡ó reg¡ónn al comcomer-
er-
«o ? N‘A” IV’
IV’ !’. p - 404>*q- colonia
colonial,
l, en las primeras
primeras década
décadass del sig
sig o > brev
brevee augeauge de in-
in-
los obrajes^cf1C
obrajes^cf1 C háv r ^ ° S de ProduProducccció
iónn manufact
manufacturer
urero-ca
o-capit
pitali
alista
sta en cio intern
int ern aciona
aci ona l y a las inversiones ex nr¡ncipalmente
nr¡ncipalmente en las Pro;
87  p , Cha VEZ, ° r oz co , op. cit.,  pp. 3 1 -5 0 . versiones de la década de 1820 se concen  N£S U  ni da s , Dep.«j-
op. cit., p. 27 sqqtUaC1°n ^el obrero en los obrajes, cf. V iñas y M ey ., vincias
vincias Unida s del Río de la Pla ta-. • ( - NuevaNueva York York,, 195 >
Econ. and Soc. Aff.,  Fore ign Capital m Latín Ammca,
88 Humboldt, 0p. cit., t. IV,  p . 260.
 p. 3, Cit. en inglés en el original: N. del i-j

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VI I

APARICIÓN de un partido revolucionario


CRIOLLO-BURGUÉS °

En consonancia con la evolución económica general, el movi


miento de la población del Virreinato del Río de la Plata eviden
ciaba una tendencia marcadamente ascendente, y ello valia tanto
 pa ra las pr ov inc ias litor ales como para el interior y hasta la
fro nt era con e l Per ú. Si bien los datos estadíst
estadísticos
icos discrepan
discrepan con
con
siderablemente en puntos de detalle, es posible reconstruir la
evolución, al menos en sus lincamientos generales:
a)  B u en o s A ir e s, c iu d a d y ca mp añ a
De acuerdo con los datos generalmente aceptados de Conco-
lorcorvo ,1 en 1770 la ciu dad c ontaba con más más de 23.00
23.0000 hhabit
abitan
an
tes, de los cuales eran:
Esp año les ................
.......................
................
.................
................
.............. 185
18544
Criollos ........................ ........................ ....... 1785
1785
E x tr an je ro s..........
s..............
........
........
........
........
........
........
........
........
........ ^56
M uje res ..................
..........................
...............
................
.................
...........
...
 Ni ños .................
........................
................
.................
...............
................
........... ¡?-|8
¡?-|855
Ejército, Iglesia, Cautivos ...................   5/1-
Esclavos .....................................................
Indios y Negros libres ....................... ut)1
Según el censo de 1778,2 había en la ciudad alrededor d
37.000 habitantes, de los cuales
ESPA ÑOL ES MULATOS NEGROS
NEGROS MESTIZOS
MESTIZOS -

Ciudad .............. 15.719


15. 719 3.153 4.115 674
Campaña ............ 9.732  ______ «630
1.020 ______  0 --------- 0
 — ------------------- 4745 o /4  2.08/
25.451 4.173 '

1 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., p. '6 . contenidos


contenidos en
2 D. H. A., A., X II, doc. n* 7. Comparado, con fe, d a t . ^
D. H. A. XI , contiene
co ntiene algunas
algu nas vanacione <•

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VI I

APARICIÓN de un partido revolucionario


CRIOLLO-BURGUÉS °

En consonancia con la evolución económica general, el movi


miento de la población del Virreinato del Río de la Plata eviden
ciaba una tendencia marcadamente ascendente, y ello valia tanto
 pa ra las pr ov inc ias litor ales como para el interior y hasta la
fro nt era con e l Per ú. Si bien los datos estadíst
estadísticos
icos discrepan
discrepan con
con
siderablemente en puntos de detalle, es posible reconstruir la
evolución, al menos en sus lincamientos generales:
a)  B u en o s A ir e s, c iu d a d y ca mp añ a
De acuerdo con los datos generalmente aceptados de Conco-
lorcorvo ,1 en 1770 la ciu dad c ontaba con más más de 23.00
23.0000 hhabit
abitan
an
tes, de los cuales eran:
Esp año les ................
.......................
................
.................
................
.............. 185
18544
Criollos ........................ ........................ ....... 1785
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E x tr an je ro s..........
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........
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 Ni ños .................
........................
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.................
...............
................
........... ¡?-|8
¡?-|855
Ejército, Iglesia, Cautivos ...................   5/1-
Esclavos .....................................................
Indios y Negros libres ....................... ut)1
Según el censo de 1778,2 había en la ciudad alrededor d
37.000 habitantes, de los cuales
ESPA ÑOL ES MULATOS NEGROS
NEGROS MESTIZOS
MESTIZOS -

Ciudad .............. 15.719


15. 719 3.153 4.115 674
Campaña ............ 9.732  ______ «630
1.020 ______  0 --------- 0
 — ------------------- 4745 o /4  2.08/
25.451 4.173 '

1 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., p. '6 . contenidos


contenidos en
2 D. H. A., A., X II, doc. n* 7. Comparado, con fe, d a t . ^
D. H. A. XI , contiene
co ntiene algunas
algu nas vanacione <•

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MANFRED k o s s o k   EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 


126 127

Pn anos 1788 y 1790, se afirma que la población de la c)  E l In te ri or 


•  Aad   llegó respectivamente; a los 33.522 y 32.271 habitantes.
T L c a lc ul ó en 178.293 habitantes la población total de la
lc ul A pesar del considerable impulso de la zona litoral, el creci
nrovincia de Buenos Aires, de los cuales 40.000 vivían en la ciudad
mien to de las pro vinc ias interio res no quedó a la zaga
zaga.. Poco
Poco ante
antess
'tma v 3322 168168 en su campañ a. Las mismas cifras fig urab an en de la fundación del Virreinato (1773), en la provincia de Tucu-
 jjján —p un to de may or densid ad del interior— vivían vivían alreded
alrededor
or
eTcálculo de lSlO,3 si bien sólo participaron en él 16 de los 20
de 100.00 0 alma s. Pa ra 1776 se se menci onan6: 34.969
34.969 espa
españo
ñoles
les,,
 barrios
 barrios de la ciudad . 35.324 ind ios (! ), 55.711 negros. Diecisé
Dieciséis
is años
años más
más tarde,
tarde, la
 pobl ación lleg aba en tot al a 167.354
167.354 habitantes,7 de los
los cuale
cualess
distrito españoles  NEG ROS Y INDIOS Y vivían en:
MULATOS MESTIZOS EXTRANJEROS
Y CRIOLLOS
Salta ................................ 22.389 Córdoba ....................   40.000
--- Santiago del Estero . . 32.500 Catamarca ..................   20.390
1 543 31 4
20 Tucumán ....................... La Rioja ....................   10.000
2 1308 914 38 19.266
1284 912  —  46 Jujuy .........................
4
5 2744 1005  —  88
6 1525 668  —  26 Par a 1809 ofrece Ángel Rosen blat8 el desc
desconc
oncerta
ertante
nte res
resul
ul
8 1825 1285  —  92 tado de 234.087, con las siguientes cifras parciales:
10 702 251 9 14
11 1103 132 35 10 Córdoba......................
Córdoba ......................   60.000
Salta ................................   26.270
12 1231 679 10 9 Catamarca ..................   24.300
 —  40 Santiago del Estero . . 40.500
13 1604 1094 Tucumán .......................   35.900 La Rioja ....................   10.000
14 1637 833  —  47
J u j u y ................................ 12.278
15 1404 495  —  31
17 1406 645  —  13
18 1397 446  —  18 La provincia de Cuyo, lindante con el sur de Tucumán y pasa
19 141  — —  5  je obligado ent re Buenos Aires y C h i l e , evidencia un crecim1^ o
20 689 197 73   ---- menos vigoroso de la población. Según
Según date»
date» e ,
9834 españoles
españo les y criollos
crio llos;; 35.975 indios y mestizos;
mestizos; 25.548
25.548 negros
negros
Tomando como base el número  pro me dio, el res ult ado par a
toda la ciudad sería de unos 42.000 habitantes. En otras estima- y mulato s.9 Diffi e10
e10 calcula
calcula la po-
po-
E1 h is
isto ri
ria do
dor norteam er
erican o B. ■ , mincidía
ciones, tanto contemporáneas como posteriores, se mencionan  blación to tal en 1820 (en qne la r e g * adnnnnnada en m ato
cifras que van de 44.000 a 55.000 habitantes.4
 b)  Mo nte vid eo 5 D. H. A., X II, doc. n? 52.
6 H. N. A., IV , 1, P.518. do a T Hacnke.
El resultado del censo de 1780 daba un total de 10.404 habi 7 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., p- 81, gu
tantes para la ciudad y sus contornos, de los cuales eran españoles 8 R  o s e n b l a t ,  La  Pobla ción, t. 1. „ T. rB en cambio, las
y cno os.
os. 410; indios: 247; negros y mu lat os: 2747. En 18131813,, . 9 H. N. A., IV, 1, P- 519. En fr e n te a dato
datoss
cifras son mucho menores (op. cit., P- *** Virreinato, cf. H. N. A.,
el numero de habitantes llegaba a 13.937. sobre Para gua y, las Misiones y demás pa es sqq-;
sqq-; R o s e n b l a t ,
IV, 1, p. 519 sqq.; C o r o n a B a r a t e c h ,op. cit., p-
°p. cit.,   t. I, p. 199 sqq., 205 sqq.
* p n H- A >XI1»PP-
>XI1»PP- 356-38 9.
Corona Baratech, 0p. cit.,  p. 79 sq. 10D i f f i e , op. cit.,  p- 449.

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MANFRED k o s s o k   EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA 
126 127

Pn anos 1788 y 1790, se afirma que la población de la c)  E l In te ri or 


•  Aad   llegó respectivamente; a los 33.522 y 32.271 habitantes.
T L c a lc ul ó en 178.293 habitantes la población total de la
lc ul A pesar del considerable impulso de la zona litoral, el creci
nrovincia de Buenos Aires, de los cuales 40.000 vivían en la ciudad
mien to de las pro vinc ias interio res no quedó a la zaga
zaga.. Poco
Poco ante
antess
'tma v 3322 168168 en su campañ a. Las mismas cifras fig urab an en de la fundación del Virreinato (1773), en la provincia de Tucu-
 jjján —p un to de may or densid ad del interior— vivían vivían alreded
alrededor
or
eTcálculo de lSlO,3 si bien sólo participaron en él 16 de los 20
de 100.00 0 alma s. Pa ra 1776 se se menci onan6: 34.969
34.969 espa
españo
ñoles
les,,
 barrios
 barrios de la ciudad . 35.324 ind ios (! ), 55.711 negros. Diecisé
Dieciséis
is años
años más
más tarde,
tarde, la
 pobl ación lleg aba en tot al a 167.354
167.354 habitantes,7 de los
los cuale
cualess
distrito españoles  NEG ROS Y INDIOS Y vivían en:
MULATOS MESTIZOS EXTRANJEROS
Y CRIOLLOS
Salta ................................ 22.389 Córdoba ....................   40.000
--- Santiago del Estero . . 32.500 Catamarca ..................   20.390
1 543 31 4
20 Tucumán ....................... La Rioja ....................   10.000
2 1308 914 38 19.266
1284 912  —  46 Jujuy .........................
4
5 2744 1005  —  88
6 1525 668  —  26 Par a 1809 ofrece Ángel Rosen blat8 el desc
desconc
oncerta
ertante
nte res
resul
ul
8 1825 1285  —  92 tado de 234.087, con las siguientes cifras parciales:
10 702 251 9 14
11 1103 132 35 10 Córdoba......................
Córdoba ......................   60.000
Salta ................................   26.270
12 1231 679 10 9 Catamarca ..................   24.300
 —  40 Santiago del Estero . . 40.500
13 1604 1094 Tucumán .......................   35.900 La Rioja ....................   10.000
14 1637 833  —  47
J u j u y ................................ 12.278
15 1404 495  —  31
17 1406 645  —  13
18 1397 446  —  18 La provincia de Cuyo, lindante con el sur de Tucumán y pasa
19 141  — —  5  je obligado ent re Buenos Aires y C h i l e , evidencia un crecim1^ o
20 689 197 73   ---- menos vigoroso de la población. Según
Según date»
date» e ,
9834 españoles
españo les y criollos
crio llos;; 35.975 indios y mestizos;
mestizos; 25.548
25.548 negros
negros
Tomando como base el número  pro me dio, el res ult ado par a
toda la ciudad sería de unos 42.000 habitantes. En otras estima- y mulato s.9 Diffi e10
e10 calcula
calcula la po-
po-
E1 h is
isto ri
ria do
dor norteam er
erican o B. ■ , mincidía
ciones, tanto contemporáneas como posteriores, se mencionan  blación to tal en 1820 (en qne la r e g * adnnnnnada en m ato
cifras que van de 44.000 a 55.000 habitantes.4
 b)  Mo nte vid eo 5 D. H. A., X II, doc. n? 52.
6 H. N. A., IV , 1, P.518. do a T Hacnke.
El resultado del censo de 1780 daba un total de 10.404 habi 7 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., p- 81, gu
tantes para la ciudad y sus contornos, de los cuales eran españoles 8 R  o s e n b l a t ,  La  Pobla ción, t. 1. „ T. rB en cambio, las
y cno os.
os. 410; indios: 247; negros y mu lat os: 2747. En 18131813,, . 9 H. N. A., IV, 1, P- 519. En fr e n te a dato
datoss
cifras son mucho menores (op. cit., P- *** Virreinato, cf. H. N. A.,
el numero de habitantes llegaba a 13.937. sobre Para gua y, las Misiones y demás pa es sqq-;
sqq-; R o s e n b l a t ,
IV, 1, p. 519 sqq.; C o r o n a B a r a t e c h ,op. cit., p-
°p. cit.,   t. I, p. 199 sqq., 205 sqq.
* p n H- A >XI1»PP-
>XI1»PP- 356-38 9.
Corona Baratech, 0p. cit.,  p. 79 sq. 10D i f f i e , op. cit.,  p- 449.

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j 28 m a n f r e d k o s s o k  
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 
12 9
con el antiguo territorio virreinal) en 2.526.0000 habitantes, de
ESTRATO
los cuales11: españoles c r i o l l o s indios mestizos

Audiencia Buenos Aires .................... 655.000 1.155.000


Audiencia Charcas ............................. 92.000 154.000 1. Clero ............................ Alto clero Bajo clero
Intendencia Potosí ............................. 85.000 230.000 2. Capitalistas,
Intendencia La Paz ........................... 169.000 231.000 Comerciantes,
Intendencia Cochabamba .................. 164.000 271.000 Empresarios
Región de las misiones ................
.......................
....... — 220.0 00 3. Poseedores de minas . x X
4. Terratenientes ............ X X
En tal conglomerado de población resaltaban las más diversas 5. Capitalistas industria
clases y grupos de clase que, fáciles de delimitar de acuerdo con les .............. ....................
sus posiciones y ambiciones de orden económico, social y político 6. Artesanos (maestros) X X

servía
servíann de base a la estr uctur a social de la C olon ia. Pero ante 7. Artesanos (oficiales) . X X
8. Jornaleros en la mi
todo debemos recordar que, en un momento de transformación nería y en la industria X X
económica, esa pirámide social no mostraba ninguna firmeza y 9. Labradores comunes . X X
exclusividad que fueran comparables con las condiciones europeas, 10 . Servidumbre .............. X X

y los límites entre los distintos niveles se confundían tanto más,


cuanto más se acercaba uno a la base de la pirá mi de. Lo que Si llevamos a cabo análoga tentativa para el Virreinato del
caracterizaba además a los diversos estratos de la estructura social Río de la Plata (con exclusión deliberada de los territorios que
era la constante correlación entre diferenciación social y étnica, luego serían de Bolivia y Paraguay), podremos observar —en la
como
como enfáticamente
enfáticamente subraya Diffie 12:12: esta últ im a s urg ía siempre medida en que lo permitan los detalles ofrecidos por las fuentes
de la primera, y antes se consideraba la propiedad que la raza de que disponemos— variaciones muy significativas en los acentos,
a la que se perteneciera. Sólo la incipiente liberación de las formas como también en la sucesión y composición de la serie:
tupieses de producción pudo borrar paulatinamente aquella corre-
ación
ación.. La limpieza
limpieza de sangre” perdi ó su impo rta nc ia como sinó ESP AÑO LES CRIOLLOS
CRIOLLOS INDIOS MESTIZOS
ESTRATO
nimo
nimo de claseclase dominante ”, si si bien el “blan co” pro leta riza do
( español
español caído en la clase
clase común” ) siguió goza ndo po r ley y por
costum
costumbrebre de ciertos
ciertos privilegios esenciales que lo elev aban por  1. Estancieros,
Hacendados ................... x
encuna
encuna de los los de color
color”” y le impedían tod a af inid ad política 2. Comerciantes ................ x x
o espiritual con ellos.13 3. Clero .. ....................... ..
. x x
t i ^ í f T <^rozco
^rozco 14 intent
intentóó bosqueja
bosquejarr una estructura esquemá
esquemá-- 4. Emp resa rios 15 .............. x
5. Pequeña burguesía:
coln
colnní
ní i S p,n" c,Pa^es categorías sociales de fines d e la época a) Mercachifles, pulpe
serie siguiente- (basándose principalmente en México) a la ros, panaderos, ma
tarifes 16 ................... x x
 b) Art esa nos (m a e s - x
datos,
datos, en el terrftr.r^T no *nd¡a e in dia ; de acu erd o con estos tros, oficiales) . . . x x
habitant
habitantes.
es. espues
espues sería la Arge ntina sólo vivían 1 .810.000 . . tik ico : saladores
saladores
,f> Dueños de obrajes,
obrajes, fabrica
fabricantes
ntes de ge aün ,_ . etc
etc
13 Cf
Cf. d / h ^ V ^ V ^ ^ SC); C h Á v e z O r o z c o , op. cit.,  p. 22 sqq- ‘«as pud ien tes , dueñ os de astillero s de buques de - cr;0Uos
cr;0Uos)) for-
10 Seg ún el cálculo de 1778, los 184 184 pulperos .todos cno ,
u C hávez Cw Í doc' n9 PP- 1 - 6.
Rozco , op. cit.t  pp. 23 . 25 . fiaban el grupo profesional más numeroso.

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j 28 m a n f r e d k o s s o k  
EL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA 
12 9
con el antiguo territorio virreinal) en 2.526.0000 habitantes, de
ESTRATO
los cuales11: españoles c r i o l l o s indios mestizos

Audiencia Buenos Aires .................... 655.000 1.155.000


Audiencia Charcas ............................. 92.000 154.000 1. Clero ............................ Alto clero Bajo clero
Intendencia Potosí ............................. 85.000 230.000 2. Capitalistas,
Intendencia La Paz ........................... 169.000 231.000 Comerciantes,
Intendencia Cochabamba .................. 164.000 271.000 Empresarios
Región de las misiones ................
.......................
....... — 220.0 00 3. Poseedores de minas . x X
4. Terratenientes ............ X X
En tal conglomerado de población resaltaban las más diversas 5. Capitalistas industria
clases y grupos de clase que, fáciles de delimitar de acuerdo con les .............. ....................
sus posiciones y ambiciones de orden económico, social y político 6. Artesanos (maestros) X X

servía
servíann de base a la estr uctur a social de la C olon ia. Pero ante 7. Artesanos (oficiales) . X X
8. Jornaleros en la mi
todo debemos recordar que, en un momento de transformación nería y en la industria X X
económica, esa pirámide social no mostraba ninguna firmeza y 9. Labradores comunes . X X
exclusividad que fueran comparables con las condiciones europeas, 10 . Servidumbre .............. X X

y los límites entre los distintos niveles se confundían tanto más,


cuanto más se acercaba uno a la base de la pirá mi de. Lo que Si llevamos a cabo análoga tentativa para el Virreinato del
caracterizaba además a los diversos estratos de la estructura social Río de la Plata (con exclusión deliberada de los territorios que
era la constante correlación entre diferenciación social y étnica, luego serían de Bolivia y Paraguay), podremos observar —en la
como
como enfáticamente
enfáticamente subraya Diffie 12:12: esta últ im a s urg ía siempre medida en que lo permitan los detalles ofrecidos por las fuentes
de la primera, y antes se consideraba la propiedad que la raza de que disponemos— variaciones muy significativas en los acentos,
a la que se perteneciera. Sólo la incipiente liberación de las formas como también en la sucesión y composición de la serie:
tupieses de producción pudo borrar paulatinamente aquella corre-
ación
ación.. La limpieza
limpieza de sangre” perdi ó su impo rta nc ia como sinó ESP AÑO LES CRIOLLOS
CRIOLLOS INDIOS MESTIZOS
ESTRATO
nimo
nimo de claseclase dominante ”, si si bien el “blan co” pro leta riza do
( español
español caído en la clase
clase común” ) siguió goza ndo po r ley y por
costum
costumbrebre de ciertos
ciertos privilegios esenciales que lo elev aban por  1. Estancieros,
Hacendados ................... x
encuna
encuna de los los de color
color”” y le impedían tod a af inid ad política 2. Comerciantes ................ x x
o espiritual con ellos.13 3. Clero .. ....................... ..
. x x
t i ^ í f T <^rozco
^rozco 14 intent
intentóó bosqueja
bosquejarr una estructura esquemá
esquemá-- 4. Emp resa rios 15 .............. x
5. Pequeña burguesía:
coln
colnní
ní i S p,n" c,Pa^es categorías sociales de fines d e la época a) Mercachifles, pulpe
serie siguiente- (basándose principalmente en México) a la ros, panaderos, ma
tarifes 16 ................... x x
 b) Art esa nos (m a e s - x
datos,
datos, en el terrftr.r^T no *nd¡a e in dia ; de acu erd o con estos tros, oficiales) . . . x x
habitant
habitantes.
es. espues
espues sería la Arge ntina sólo vivían 1 .810.000 . . tik ico : saladores
saladores
,f> Dueños de obrajes,
obrajes, fabrica
fabricantes
ntes de ge aün ,_ . etc
etc
13 Cf
Cf. d / h ^ V ^ V ^ ^ SC); C h Á v e z O r o z c o , op. cit.,  p. 22 sqq- ‘«as pud ien tes , dueñ os de astillero s de buques de - cr;0Uos
cr;0Uos)) for-
10 Seg ún el cálculo de 1778, los 184 184 pulperos .todos cno ,
u C hávez Cw Í doc' n9 PP- 1 - 6.
Rozco , op. cit.t  pp. 23 . 25 . fiaban el grupo profesional más numeroso.

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EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA ^


m a n f r e d k o s s o k  
130
 pose en, la re la ci ón en tre espa ñole s y criollo, formal)a
formal)a
estrato ESPAÑOLES CRIOLLOS INDIOS MESTIZOS A i r e s el cu ad ro sigu ient e: “a en Buen
Buenos
os

6. Labradores y arrenda DISTRITO  N* españoles


CRIOLLOS
total
tarios .............. ............
7. Estratos proletarios: 1 ' 35 13
1322
x 13
1333 543
a) Ciudad 1 7 ............... X 2 1175 1308
 b) Campañ a ............... x X 4 345 434
359 1284
5 84
8444 2744
6 17
1788 46
4644 1525
Si bien tampoco en el Plata puede eliminarse la masa de la 448 1377
8 1825
 población colonial com o fa ct or social en la m ad ur ac ió n de l mov i 10 63 169 702
miento de emancipación,18 la formación de los frentes de 1810 11 58 1045 1103
recayó
recayó principalmente en las minorías dirig entes. Po r ejemplo 12 11
1166 37
3733 1231
del mismo Buenos Aires puede reconstruirse con máxima facilidad 13 225 40
4033 1604
14 353 16
1677 1637
ese proceso, del cual surgieron tres grupos claramente delimitados, 15 65 42
4222 1404
 precis amente por que en di ch a ciu da d alc an zó su m ás cl ar a ex pre  17 10
1044 40
4022 406
sión la dinámica social de los tiempos que precedieron inmediata 18 119 373 1397
mente a la jomada emancipadora: 19 v 17 124 1141
 _20 35 654 689
Como en el resto de Hispanoamérica, la fuerza ejecutiva colo
nial —enderezada a regular el sistema de subordinación entre El principal sostén político y de organización del predominio
colonia y metrópoli— estaba en manos de un grupo relativamente español se hallaba en primer lugar en la fiscalización del aparato
 poco nume roso de espa ñole s nati vos . L a dec isi va in flu en ci a po lí estatal y administrativo, al que pertenecían en particular el Virrey,
tica de dicha minoría, cuya hegemonía garantizaba la perpetua los intendentes, la Audiencia y, no en último término, el Cabildo,
ción del régimen colonial, demuestra lo poco que, a fines de la  pue sto qu e só lo en 1809 se reco noc io la par ida d en la distribució
distribuciónn
época colonial, quedaba aún de la antigua igualdad de derechos de los cargos de regidores de la administración de la ciudad. El
entre españoles
españoles y criollos.1
criollos.188 A unq ue las estad ísticas pe rm itan re  pr in ci pa l in st ru m en to p a ra as egu rar la pretensió n de hegemonía
hegemonía
construir hasta cierto punto el número de los españoles, ello no económica de los españoles nativos fue el Consulado, que se creo
nos ilustra mayormente acerca de su irpportancia real, puesto que, en 1 794.21 E n el m om en to de su creación estaba formado formado en su
como es natural, el concepto de “español” abarcaba a todas las mayoría por “comerciantes monopolistas, que defendían en primer
 persona s en cuest ión, ya fue sen art esa no s, pe qu eñ os co me rci an tes , lugar sus propios intereses personales y que en parte eran
etc. En agosto de 1810, y según los datos muy incompletos que se mismos intereses de sus socios de Cádiz, cuyos repr^entantes
muc hos de dich os com ercian tes. E n el seno seno e onsu onsu
17 Número de familias en 1778: 97 criollos, 11 mula tos, 2 negros, desencadenó así una lu cha enconada entr entree est
estaa ire^
ire^ °
mestizos, 5 indios, 2 extranjeros.  po lis ta y la de aq ue llo s mi em br os que defen dían os i
, . , ^ d e Gandía,  La int erv enc ión de l pue blo en los oríg ene s de
‘a independencia argentina,  en: Revista de las Indias, Bogotá 1950, n«? 113, Virreinato”.22
i l a t es is d e M a r f a n y , ¿Dónde está el pueblo?,
es is 20 D. H. A., X II , p. 356 sqq. Lascifras
Lascifras totales difieren segúnq
segúnq
Buenos Aires 1948. L e v e n e ,  La Re vo luc ión de M ay o, t. II,  p . 3 1 8 sq.
 Iraní A i • „etallada exposic
exposición ión que trae R. K o n e t z k e ,  La condición se incluyan o no mujeres y niños.
niños. , « „ 75  sq.; nQ36, 37
19500 n? 5*
195 ^ ^ causas de la independencia,  en: Est. Am. Sevilla 21D. H.
H . A., V II , doc.
doc . n* 34, p. 47 sq-; n* 35,
35, p.
22 H. N. A., IV , 1, p. 490.

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EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA ^
m a n f r e d k o s s o k  
130
 pose en, la re la ci ón en tre espa ñole s y criollo, formal)a
formal)a
estrato ESPAÑOLES CRIOLLOS INDIOS MESTIZOS A i r e s el cu ad ro sigu ient e: “a en Buen
Buenos
os

6. Labradores y arrenda DISTRITO  N* españoles


CRIOLLOS
total
tarios .............. ............
7. Estratos proletarios: 1 ' 35 13
1322
x 13
1333 543
a) Ciudad 1 7 ............... X 2 1175 1308
 b) Campañ a ............... x X 4 345 434
359 1284
5 84
8444 2744
6 17
1788 46
4644 1525
Si bien tampoco en el Plata puede eliminarse la masa de la 448 1377
8 1825
 población colonial com o fa ct or social en la m ad ur ac ió n de l mov i 10 63 169 702
miento de emancipación,18 la formación de los frentes de 1810 11 58 1045 1103
recayó
recayó principalmente en las minorías dirig entes. Po r ejemplo 12 11
1166 37
3733 1231
del mismo Buenos Aires puede reconstruirse con máxima facilidad 13 225 40
4033 1604
14 353 16
1677 1637
ese proceso, del cual surgieron tres grupos claramente delimitados, 15 65 42
4222 1404
 precis amente por que en di ch a ciu da d alc an zó su m ás cl ar a ex pre  17 10
1044 40
4022 406
sión la dinámica social de los tiempos que precedieron inmediata 18 119 373 1397
mente a la jomada emancipadora: 19 v 17 124 1141
 _20 35 654 689
Como en el resto de Hispanoamérica, la fuerza ejecutiva colo
nial —enderezada a regular el sistema de subordinación entre El principal sostén político y de organización del predominio
colonia y metrópoli— estaba en manos de un grupo relativamente español se hallaba en primer lugar en la fiscalización del aparato
 poco nume roso de espa ñole s nati vos . L a dec isi va in flu en ci a po lí estatal y administrativo, al que pertenecían en particular el Virrey,
tica de dicha minoría, cuya hegemonía garantizaba la perpetua los intendentes, la Audiencia y, no en último término, el Cabildo,
ción del régimen colonial, demuestra lo poco que, a fines de la  pue sto qu e só lo en 1809 se reco noc io la par ida d en la distribució
distribuciónn
época colonial, quedaba aún de la antigua igualdad de derechos de los cargos de regidores de la administración de la ciudad. El
entre españoles
españoles y criollos.1
criollos.188 A unq ue las estad ísticas pe rm itan re  pr in ci pa l in st ru m en to p a ra as egu rar la pretensió n de hegemonía
hegemonía
construir hasta cierto punto el número de los españoles, ello no económica de los españoles nativos fue el Consulado, que se creo
nos ilustra mayormente acerca de su irpportancia real, puesto que, en 1 794.21 E n el m om en to de su creación estaba formado formado en su
como es natural, el concepto de “español” abarcaba a todas las mayoría por “comerciantes monopolistas, que defendían en primer
 persona s en cuest ión, ya fue sen art esa no s, pe qu eñ os co me rci an tes , lugar sus propios intereses personales y que en parte eran
etc. En agosto de 1810, y según los datos muy incompletos que se mismos intereses de sus socios de Cádiz, cuyos repr^entantes
muc hos de dich os com ercian tes. E n el seno seno e onsu onsu
17 Número de familias en 1778: 97 criollos, 11 mula tos, 2 negros, desencadenó así una lu cha enconada entr entree est
estaa ire^
ire^ °
mestizos, 5 indios, 2 extranjeros.  po lis ta y la de aq ue llo s mi em br os que defen dían os i
, . , ^ d e Gandía,  La int erv enc ión de l pue blo en los oríg ene s de
‘a independencia argentina,  en: Revista de las Indias, Bogotá 1950, n«? 113, Virreinato”.22
i l a t es is d e M a r f a n y , ¿Dónde está el pueblo?,
es is 20 D. H. A., X II , p. 356 sqq. Lascifras
Lascifras totales difieren segúnq
segúnq
Buenos Aires 1948. L e v e n e ,  La Re vo luc ión de M ay o, t. II,  p . 3 1 8 sq.
 Iraní A i • „etallada exposic
exposición ión que trae R. K o n e t z k e ,  La condición se incluyan o no mujeres y niños.
niños. , « „ 75  sq.; nQ36, 37
19500 n? 5*
195 ^ ^ causas de la independencia,  en: Est. Am. Sevilla 21D. H.
H . A., V II , doc.
doc . n* 34, p. 47 sq-; n* 35,
35, p.
22 H. N. A., IV , 1, p. 490.

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M A NF R ED K O S S O K  
13 2
EX VIRREINATO DEL Rio DE LA PLATA
133
En comparación con Lima o con México, que hasta la eman
cipación se mantuvieron como firmes baluartes del sistema colo' como leemos en un testigo contemporáneo26• contemporáneo26• “ o ' -u-,
nial,
nial, la influencia
influencia europea tuvo que con tent arse e n el Plat a Co Co ' des de elevarse legaron los español españoles
es a sus sus propiosh!L ? M •
una base
base mucho más restringida. El V irrei nato sólo cayó en 17 177»
7» clérigo
clérigo,, abogado, militar hasta el el gra
gradodo ddee ten
tenie
ient
nte-e- quie
quienn E
 —o, mejo r dich o, en 1793, co n la cre ac ión de l Co ns ul ad o— den tro a coron
coronel
el era un hombre de suer suertete.. ¿Qui
¿Quién énes
es eJ si fJa
del radio de acción más directo de la burguesía comercial española  pr im ero ^ y seg und os alcal des? l x ) S españoles. Los a m e r i c a n o s
cuya hegemonía, por lo demás, en ningún momento dejó de ser sólo podían ocupar, aquí y alia, el puesto de regidor, defensor de
 pobr es y otro s po r el estilo, per o nuestros padres se r e s e r v a b a n
 puesta en du da por los ya afi an zad os in ter ese s eco nóm icos de
siem pre la c on du cc ió n” . Los primeros atisbos atisbos de semejante
semejante opos
oposi i
crioll
criollos
os y extranjeros. Sus reveses se exte nd iero n al p lan o político
ción se r em on ta n al siglo x vn ",27 ipero — sólo
—^ en el ^ xvin el ci contraste
contr
cuni
cunira aste
rasi
siee
con los acontecimientos de 1806 y 1807, que llevaron a que en i _ t r T n c m r m A pm n n a _i
de generaciones se transformó en una pugna de clases, cuyo reflejo
Bueno
Buenoss Aire
Airess se
se estableciera
estableciera el prime r virrey criollo. L a e xalta subjetivo terminó por igualar al “americano” con el “español” y,
ción
ción de Liniers
Liniers sign
signific
ificóó ya el
el preludio de l a e ma ncipa ción. El  po r últ im o, lo colo có po r enci ma de élf 
nuevo virrey sólo tomó en cuenta en su gobierno los intereses de Fue una característica de todo el ámbito hispanoamericano ese
Buenos Aires, y no los de Madrid, por lo que no resulta extraño estrecho contacto entre latifundio y burguesía, fundado —como
que la fracción proespañola del Cabildo atacase su política como ya lo se ñalam os— en u na comun idad de princip principiosios e inte
intere
rese
sess
engendro “de verdaderos conjurados contra el rey y contra la económicos que, también después, aseguró casi sin incidentes su
 pat ria” .23
.23 Cuan do, a comienz os de 1809, el p a rt id o eu ro pe o pr o coexis tencia pol ític a en el movimiento emancipador. emancipador. Así Así leem
leemos os
curó corregir ese vuelco indeseable de la situación mediante una en M ari áte gu i 28: “E n mucho s casos, casos, en lugar lugar de llevar
llevar a un
^revolu
^revolución
ción pacífica” * tropezó con la resistencia arm ad a de los los conflicto entre nobleza latifundista y burguesía mercantil, la revo
 patricios , o sea de la mili cia ci ud ad an a pu ra m en te crio lla, cuya lución americana engendró su colaboración, ya fuera porque la
aparición por cuenta propia entrañó la crisis política del sistema aristocracia hubiera adoptado ideas liberales o bien, con frecuen
colonial en el Plata. cia mucho mayor, porque sólo viese en la revolución un movimien
con motriz y directora del movimiento de oposición que, to te nd ien te a lib erar la d e la Corona española”. española”. La ^Rev ^Revolu
olució
ciónn
„ , . re co“lunco“lun de criollo”, ata cab a los atrib uto s políticos
políticos clásica de Fr an cia , en cambio, tuvo su su origen
origen en el po eno e
una burguesía que había llegado ya a su madurez y se en rente a
,C laexistencia c°l°nial, residía en los los grandes te-
con u na a rist oc rac ia de caden te, aferrada^ aferrada^ a sus sus privi
privi egio
egioss , en
d Dod
Doderf
erfnn P (CSt,ana
ana ero s>h ace ndad os) y en los com erci ant es. Con Hi spa no am éric a, la recién nacid a conciencia conciencia nacionanaciona an e e
1776
1776 a lñlf)0
lñlf)0111^11
^11110^ ^UC
^UC ^e^ eron a Ia evo lució n cu m pl ida desde  pre do m ini o ex tra nj er o  se sob re pu so a los conflictos in e™°s
históricamp t   .asumier
.asumieronon 1gualm ente la prete nsió n de encauz ar  pro voc ó, en las posi cion es relati vas de las clases, clases, un esp
y cuyo
cuyo desen
desenlac
laceS eSfu
fu p T S^ i"” Prcceso
Prcceso 3ue abarc ó varias décadas, que no podría compararse con la caída del antiguo reQ
 proporc ión i v en la sep ara ció n d e la m etr óp oli . En
Eu ro pa . . . , tí™™
tí™™ en
criollo creció la ™ ^   Potencia económica del estrato superior  La elabo ración de semejante compro compromis misoo — era era
^ nciencia
nciencia de su posterg ación polít ica.25 Tal
muchas revoluciones coloniales desde 17
23 Cf num * - • i i o . n No era del todo infunda-
denles de la I n d e f c S i ? ° c u me nt nt °s
°s re
re l a ti v o s á lo
los An
An te c e  26 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., P- ^¿ca de que las oposiciones
oposiciones
*• 1= doc. no 13, pp. . M ía^ epÚb epÚbli ca ^gen tina,   Buenos Aires 1912,
lica da, po r co nsigu iente, la tesis de Rayn , ‘ j „ r j a r e vo
vo l uc
uc ió
ió n ,
24 H. N. A y n «,* P- 90
90’’ n? 16>PP- 181 sq.;  passim . e n t r e c r i o l lo
lo s y e s p a ñ o l e s t e r m i n a r í a n p o r e n g
25 K o n e t z k e ^’°P■cit.
0b } p. m 52
'  . 27   D i f f i e , op. cit.,  p. 4 86 .
28  M a r i á t f .g.g u i , op. cit., P- 47 sq.
20 S o b o u l , op. cit., P, 59-

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M A NF R ED K O S S O K  
13 2
EX VIRREINATO DEL Rio DE LA PLATA
133
En comparación con Lima o con México, que hasta la eman
cipación se mantuvieron como firmes baluartes del sistema colo' como leemos en un testigo contemporáneo26• contemporáneo26• “ o ' -u-,
nial,
nial, la influencia
influencia europea tuvo que con tent arse e n el Plat a Co Co ' des de elevarse legaron los español españoles
es a sus sus propiosh!L ? M •
una base
base mucho más restringida. El V irrei nato sólo cayó en 17 177»
7» clérigo
clérigo,, abogado, militar hasta el el gra
gradodo ddee ten
tenie
ient
nte-e- quie
quienn E
 —o, mejo r dich o, en 1793, co n la cre ac ión de l Co ns ul ad o— den tro a coron
coronel
el era un hombre de suer suertete.. ¿Qui
¿Quién énes
es eJ si fJa
del radio de acción más directo de la burguesía comercial española  pr im ero ^ y seg und os alcal des? l x ) S españoles. Los a m e r i c a n o s
cuya hegemonía, por lo demás, en ningún momento dejó de ser sólo podían ocupar, aquí y alia, el puesto de regidor, defensor de
 pobr es y otro s po r el estilo, per o nuestros padres se r e s e r v a b a n
 puesta en du da por los ya afi an zad os in ter ese s eco nóm icos de
siem pre la c on du cc ió n” . Los primeros atisbos atisbos de semejante
semejante opos
oposi i
crioll
criollos
os y extranjeros. Sus reveses se exte nd iero n al p lan o político
ción se r em on ta n al siglo x vn ",27 ipero — sólo
—^ en el ^ xvin el ci contraste
contr
cuni
cunira aste
rasi
siee
con los acontecimientos de 1806 y 1807, que llevaron a que en i _ t r T n c m r m A pm n n a _i
de generaciones se transformó en una pugna de clases, cuyo reflejo
Bueno
Buenoss Aire
Airess se
se estableciera
estableciera el prime r virrey criollo. L a e xalta subjetivo terminó por igualar al “americano” con el “español” y,
ción
ción de Liniers
Liniers sign
signific
ificóó ya el
el preludio de l a e ma ncipa ción. El  po r últ im o, lo colo có po r enci ma de élf 
nuevo virrey sólo tomó en cuenta en su gobierno los intereses de Fue una característica de todo el ámbito hispanoamericano ese
Buenos Aires, y no los de Madrid, por lo que no resulta extraño estrecho contacto entre latifundio y burguesía, fundado —como
que la fracción proespañola del Cabildo atacase su política como ya lo se ñalam os— en u na comun idad de princip principiosios e inte
intere
rese
sess
engendro “de verdaderos conjurados contra el rey y contra la económicos que, también después, aseguró casi sin incidentes su
 pat ria” .23
.23 Cuan do, a comienz os de 1809, el p a rt id o eu ro pe o pr o coexis tencia pol ític a en el movimiento emancipador. emancipador. Así Así leem
leemos os
curó corregir ese vuelco indeseable de la situación mediante una en M ari áte gu i 28: “E n mucho s casos, casos, en lugar lugar de llevar
llevar a un
^revolu
^revolución
ción pacífica” * tropezó con la resistencia arm ad a de los los conflicto entre nobleza latifundista y burguesía mercantil, la revo
 patricios , o sea de la mili cia ci ud ad an a pu ra m en te crio lla, cuya lución americana engendró su colaboración, ya fuera porque la
aparición por cuenta propia entrañó la crisis política del sistema aristocracia hubiera adoptado ideas liberales o bien, con frecuen
colonial en el Plata. cia mucho mayor, porque sólo viese en la revolución un movimien
con motriz y directora del movimiento de oposición que, to te nd ien te a lib erar la d e la Corona española”. española”. La ^Rev ^Revolu
olució
ciónn
„ , . re co“lunco“lun de criollo”, ata cab a los atrib uto s políticos
políticos clásica de Fr an cia , en cambio, tuvo su su origen
origen en el po eno e
una burguesía que había llegado ya a su madurez y se en rente a
,C laexistencia c°l°nial, residía en los los grandes te-
con u na a rist oc rac ia de caden te, aferrada^ aferrada^ a sus sus privi
privi egio
egioss , en
d Dod
Doderf
erfnn P (CSt,ana
ana ero s>h ace ndad os) y en los com erci ant es. Con Hi spa no am éric a, la recién nacid a conciencia conciencia nacionanaciona an e e
1776
1776 a lñlf)0
lñlf)0111^11
^11110^ ^UC
^UC ^e^ eron a Ia evo lució n cu m pl ida desde  pre do m ini o ex tra nj er o  se sob re pu so a los conflictos in e™°s
históricamp t   .asumier
.asumieronon 1gualm ente la prete nsió n de encauz ar  pro voc ó, en las posi cion es relati vas de las clases, clases, un esp
y cuyo
cuyo desen
desenlac
laceS eSfu
fu p T S^ i"” Prcceso
Prcceso 3ue abarc ó varias décadas, que no podría compararse con la caída del antiguo reQ
 proporc ión i v en la sep ara ció n d e la m etr óp oli . En
Eu ro pa . . . , tí™™
tí™™ en
criollo creció la ™ ^   Potencia económica del estrato superior  La elabo ración de semejante compro compromis misoo — era era
^ nciencia
nciencia de su posterg ación polít ica.25 Tal
muchas revoluciones coloniales desde 17
23 Cf num * - • i i o . n No era del todo infunda-
denles de la I n d e f c S i ? ° c u me nt nt °s
°s re
re l a ti v o s á lo
los An
An te c e  26 C o r o n a B a r a t e c h , op. cit., P- ^¿ca de que las oposiciones
oposiciones
*• 1= doc. no 13, pp. . M ía^ epÚb epÚbli ca ^gen tina,   Buenos Aires 1912,
lica da, po r co nsigu iente, la tesis de Rayn , ‘ j „ r j a r e vo
vo l uc
uc ió
ió n ,
24 H. N. A y n «,* P- 90
90’’ n? 16>PP- 181 sq.;  passim . e n t r e c r i o l lo
lo s y e s p a ñ o l e s t e r m i n a r í a n p o r e n g
25 K o n e t z k e ^’°P■cit.
0b } p. m 52
'  . 27   D i f f i e , op. cit.,  p. 4 86 .
28  M a r i á t f .g.g u i , op. cit., P- 47 sq.
20 S o b o u l , op. cit., P, 59-

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m a n f r e d k o s s o k   EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA


134 135

tanto más posible en el Plata cuanto que, en esta región de la En cuarto lugar, despues de pulperos, zapateros y c a r p i n t e r o s «
América Española, no existía una aristocracia feudal tan firme seguían 136 mercaderes y 52 comerciantes, siendo estos últimos los
mente
mente arraigada
arraigada como
como en México o en Lima. De ac uerdo con únicos que podrían figurar en la burguesía comercial, en el sen
su origen, eran rarísimos los casos en que el estanciero o hacen tido de u na clase de pod erío econ ómico.^ Basado Basado en sus sus propia
propiass
dado criollo aprovechase como un parásito los privilegios confe observaciones, Millau incorporó a la oligarquía dominante en la
ridos o arrebatados en los siglos xvi ó xvn: se trataba más bien ciudad —junto a los titulares de altos puestos en el ejército y en
de un  sel f ma de m an   semiburgués, producto de las muchas crisis la administración— a las muchas familias que, merced al comercio
del siglo
siglo siguiente.
siguiente. Aun cua ndo al egar a títu los legales de orden y a la agricultura, habían llegado a la opulencia y a la posesión de
feudal, su existencia dependía de las leyes de un mercado mun grandes extensiones de tierra; tales familias “emparentadas entre
dial de tipo capitalista.
capitalista. Según la inform ación de Francisco sí son las q ue goz an de mayo r estimación,
estimación, y constanteme
constantementente se
Millau30: “Entre las familias más destacadas de esta ciudad no les agregan nuevos burgueses y amigos, dedicados al comercio en
existe hasta el presente nadie que, como en el resto de América,  bien del p a ís . . . ” 36 De allí surgió la fama de la ciudad como como
haya sido distinguido con con la dignid ad del tít ulo ” . Sólo vivían “Galicia americana” y su proverbial “europeización”. “No existe
en la ciudad cinco miembros de la “Orden de Carlos III”, tres otro pueblo en América que, en sus usos y costumbres, tanto re
de ellos españoles,31 y cuando Liniers fue declarado “conde de cuerde a los puertos de Andalucía, en la península: la indumen
Buenos Aires”, como recompensa a sus méritos en la defensa taria el le ng ua je y los vicios son casi
casi idénticos;
idénticos; en igual
igual grad
gradoo
contra los ingleses, protestó el Cabildo por esa imposición de un de perfección y de cultura se encuentran la sociedad y el trato
tutelaje
tutelaje “feudal”.
“feudal”. Otro rasgo característico
característico es que esa mare a de entre los hombres”.37
aburguesamiento
aburguesamiento alcanzara tambié n a la Iglesia. Si bien todo el Así como Céspedes del Castillo, también C. Corona Baratech
elemento eclesiástico colonial se distinguió siempre por su poderío describe la de los comerciantes “como clase dominante... cuya
económico y por su extraordinaria iniciativa en ese campo,32 en  pre po nd era nc ia era abs olut a en lo económico,
económico, lo social
social y lo poli
poli
el Plata el usufructo de títulos feudales sobre tierras quedaba muy t i c é De tal mo do, sería difícil exagerar
exagerar lala importanc
importancia ia del
del pro
pro
 por debajo de su activ idad com ercia l, que alc an zab a a tod as las ceso de creciente
le crecióme comercialización que, a partir de 17/b, se opere
ramas.
ramas. “Podría decirs
decirsee que tanto los clérigos como los funcio na en la sociedad colonial. Millau descubre empero elJato.,
el Jato., de A,u,l
observ ación sobre la tendencia
tendencia a 'empa-
rios (la burocracia de la Corona) eran poderosos en la medida en de dicho proceso, con su
que participaban en el comercio.
comercio. No se recuer da a n ingú n sacer
dote rico que no comocerciara, como tampoco a funcionarios pú 34 Oc upa dos casi exclusivam ente _en los extranje
extranjeros
ros
 blicos
 blicos que, directa o ind irect ame nte, com o int erm edi ari os o por 35 En buena parte de la burguesía
burguesía habí pe ^ ^
cohecho, no derivaran del comercio sus mayores ingresos”.33 De acuerdo con los datos incompletos 6 ^4  ingleses. 27 norte-
vían 247 portugueses, 11 2 italia ita lianos,
nos, ocupados en el comercio,
comercio, 18
18oo
En el censo de 1778 hallamos valores aproximados para calcu- ameri canos, etc. De ese núme ro, 84 es anota que eran terrate-
terrate-
ar c número de burgueses
burgueses exclusivamente dedicad os alcomercio.
alcomercio. en la artesanía, 7  en la manufactura; de 18Q9< cf ib¡dem las
mentes (cf . D. H. A., XII , pp. 121 " ^ peUg peUgro
roso
sos,
s, poic amen te ha-ha-
estad ística
 bland o, ers,an pp . 27
cons 0-ados
ider 304. losComo
po rtu los
gu es es ^ccausa
au sa de
^ e^su ^mentalidad
mentalid
^ ad J ^
ed R° v e' CripC
ripClÓ
lÓnn de la
la Pr°ñ nc ia d el Río de la Plata   (1772)
ea. K. K o n e t z k e , Buenos Aires 1947,  p. 44 .
día” y de su todopoderoso influjo *n‘ Cai llet- Boi s, ^nsay°c¡°).
Rev ello °NA BARATECH. °P 
°NA °P  C!í-
C!í->
> P- 106.
106. según refer encia s de T o r r e  peligrosos fue ron los francese s (c • * *guenos Aires 19*29, P* s
32 a t  Río de la Plata y la  Rev olu ció n  Francesa,
 Francesa, Buenos
rqq. ’  y el estado en México, 
México,   México 1927, p. 31 30
ou M\/fir a hu , op.
i l 1l a cit.,  P*
n h cit.,  p. -43 sq. .inctas del Río
 p .inctas Río i ' la Pkta
3 T F . B o r r e r o ,  Desc ripc ión de las
33DEL Ca,tilw>, op. c¡Li  p , 5i
(1789-1801), Buenos Aires 19H, P-

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m a n f r e d k o s s o k   EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA
134 135

tanto más posible en el Plata cuanto que, en esta región de la En cuarto lugar, despues de pulperos, zapateros y c a r p i n t e r o s «
América Española, no existía una aristocracia feudal tan firme seguían 136 mercaderes y 52 comerciantes, siendo estos últimos los
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mente arraigada
arraigada como
como en México o en Lima. De ac uerdo con únicos que podrían figurar en la burguesía comercial, en el sen
su origen, eran rarísimos los casos en que el estanciero o hacen tido de u na clase de pod erío econ ómico.^ Basado Basado en sussus propia
propiass
dado criollo aprovechase como un parásito los privilegios confe observaciones, Millau incorporó a la oligarquía dominante en la
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de un  sel f ma de m an   semiburgués, producto de las muchas crisis la administración— a las muchas familias que, merced al comercio
del siglo
siglo siguiente.
siguiente. Aun cua ndo al egar a títu los legales de orden y a la agricultura, habían llegado a la opulencia y a la posesión de
feudal, su existencia dependía de las leyes de un mercado mun grandes extensiones de tierra; tales familias “emparentadas entre
dial de tipo capitalista.
capitalista. Según la inform ación de Francisco sí son las q ue goz an de mayo r estimación,
estimación, y constanteme
constantementente se
Millau30: “Entre las familias más destacadas de esta ciudad no les agregan nuevos burgueses y amigos, dedicados al comercio en
existe hasta el presente nadie que, como en el resto de América,  bien del p a ís . . . ” 36 De allí surgió la fama de la ciudad como como
haya sido distinguido con con la dignid ad del tít ulo ” . Sólo vivían “Galicia americana” y su proverbial “europeización”. “No existe
en la ciudad cinco miembros de la “Orden de Carlos III”, tres otro pueblo en América que, en sus usos y costumbres, tanto re
de ellos españoles,31 y cuando Liniers fue declarado “conde de cuerde a los puertos de Andalucía, en la península: la indumen
Buenos Aires”, como recompensa a sus méritos en la defensa taria el le ng ua je y los vicios son casi
casi idénticos;
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tutelaje “feudal”.
“feudal”. Otro rasgo característico
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aburguesamiento
aburguesamiento alcanzara tambié n a la Iglesia. Si bien todo el Así como Céspedes del Castillo, también C. Corona Baratech
elemento eclesiástico colonial se distinguió siempre por su poderío describe la de los comerciantes “como clase dominante... cuya
económico y por su extraordinaria iniciativa en ese campo,32 en  pre po nd era nc ia era abs olut a en lo económico,
económico, lo social
social y lo poli
poli
el Plata el usufructo de títulos feudales sobre tierras quedaba muy t i c é De tal mo do, sería difícil exagerar
exagerar la
la importanc
importanciaia del
del pro
pro
 por debajo de su activ idad com ercia l, que alc an zab a a tod as las ceso de creciente comercialización que, a partir de 17/b, se opere
le crecióme
ramas.
ramas. “Podría decirs
decirsee que tanto los clérigos como los funcio na en la sociedad colonial. Millau descubre empero elJato.,
el Jato., de A,u,l
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tendencia a 'empa-
rios (la burocracia de la Corona) eran poderosos en la medida en de dicho proceso, con su
que participaban en el comercio.
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dote rico que no comocerciara, como tampoco a funcionarios pú 34 Oc upa dos casi exclusivam ente _en los extranje
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 blicos
 blicos que, directa o ind irect ame nte, com o int erm edi ari os o por 35 En buena parte de la burguesía
burguesía habí pe ^ ^
cohecho, no derivaran del comercio sus mayores ingresos”.33 De acuerdo con los datos incompletos 6 ^4  ingleses. 27 norte-
vían 247 portugueses, 11 2 italia ita lianos,
nos, ocupados en el comercio,
comercio, 18
18oo
En el censo de 1778 hallamos valores aproximados para calcu- ameri canos, etc. De ese núme ro, 84 es anota que eran terrate-
terrate-
ar c número de burgueses
burgueses exclusivamente dedicad os alcomercio.
alcomercio. en la artesanía, 7  en la manufactura; de 18Q9< cf ib¡dem las
mentes (cf . D. H. A., XII , pp. 121 " ^ peUg peUgro
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lÓnn de la
la Pr°ñ nc ia d el Río de la Plata   (1772)
ea. K. K o n e t z k e , Buenos Aires 1947,  p. 44 .
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32 a t  Río de la Plata y la  Rev olu ció n  Francesa,
 Francesa, Buenos
rqq. ’  y el estado en México, 
México,   México 1927, p. 31 30
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n h cit.,  p. -43 sq. .inctas del Río
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(1789-1801), Buenos Aires 19H, P-

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EL VIRREINATO DEL RÍo DE L a 


M A N FR E D KOS SOK  137
136
mentó social de reta rdo - y que fue fun funes
esto
to para
para tod
todoo ri
ri < w
'rentarse” entre los criollos distinguidos, observación que merece hispanoamericano— actuó mucho más débilmente en ,
apreciar
apreciarse
se en su justo contexto historico. Cierto es que en el P lata se d e vo
vo c ió
ió n ..440 E l e st
st ra to crio llllo superior „ S " » 'Z V 
ra to
nos presenta en toda su pureza el tipo del “burgués colonial” hispa del día ni una vanante colonial de la Grande Peur  ni
noamericano, pero también es cierto que la nueva burguesía, lejos T e r r e u r   pequenoburguesa de cuño jacobino, tal como se dio el
aún de consolidarse, todavía no se había emancipado definitiva caso en México, en Perú o en las Antillas. De tal manera se
mente, en su conjunto, del feudalismo, como ya lo habían hecho compensaron las peculiaridades de la colonización española en el
 por ejemplo los sectores más ava nza dos de sus mo del os eur ope os. 88 Rio dc la P la ta imp uest as por su aparente atrasoatraso y su posi
posicición
ón
Eran excepcionales las personalidades del tipo de Tomás Romero, marginal—- en una medida que apenas habrían podido esperar
traficante de esclavos, empresario y perceptor dc impuestos, todo los por tavo ces y bene ficiario s de la emancipacióemancipación.n. !
en uno, y que emprendía negocios calculados en cientos de miles. En su quintaesencia económica, el programa del partido revo
Muchos comerciantes aspiraban a invertir en tierras sus ganancias lucionario criollo se reducía a la imposición del libre comercio.
comerciales, a armonizar el mercantilismo con la estancia, a ser En ese punto llegaban a su máxima divergencia los intereses colo
mercaderes y terratenientes al mismo tiempo, para aumentar así niales dc España y los del incipiente nacionalismo criolloburgués,
en todos los aspectos su “prestigio” social. E n cam bio l a perspe c interes es c ad a vez más irreconciliables. “En aquella aquella époc
época,a, comer
comer
tiva de una actividad de manufactura capitalista sólo existía, den ciar significaba luchar por el progreso económico de la colonia y,
tro del marco impuesto por el sistema colonial, para una minoría  po r co ns igu ien te, m ej or ar las perspectivas de un vuelco vuelco socia
sociall
cada vez menos importante, y que por consiguiente no lograba y político en su organización”.41
imponer su voz cuando se trataba de defender intereses burgueses; El curso dc las controversias acerca de la total liberalización
 pero ello no signific a sino que el nú cle o ma s re vo lu cio na rio de del comercio colonial quedó indisolublemente unido a la acción
todo partido burgués de emancipación, la burguesía manufactu dc dos personalidades históricas descollantes: Manuel Belgrano
rera, no contaba en la Colonia con una importancia propia y (1770-1820)42 y Mariano Moreno (1778-1811); ambos, como
específica. inspiradores de la inminente revolución, evidenciaron el alto gra
A despecho de toda aspiración de independencia, esa concep do de madurez política de las fuerzas por ellos representadas.
ción algo retrógrada de la economía preparaba el terreno para M an ue l B elg rano , “ ada lid de la independenc
independencia, ia, símbol
símboloo de
cierto conservatismo latente, y agobiaba a la burguesía con una la libertad, genio del bien, personificación de las virtudes ciuda
hipoteca
hipoteca negativa en favor de loslos terratenie ntes. Pa ra u na y otra dan as” (B. M itr e) , contó en sus funci funciones
ones como
como secret
secretanan
ala de la coalición de clases criollas, sin excepcioncs, la empresa Consulado (desde 1794) con la oportunidad de exponer
de la emancipación se reducía a adueñarse del poder político, con “M emorias" anuales, tesis tesis fundamental
fundamentaleses sobr
sobree la‘ “ £
la necesaria liberalización y autonomía en lo económico, mas sin nó mi ca del V irre ina to.- » La evolución personal de Belgra Belgrano,no, d
franquear las barreras sociales trazadas por el régimen colonial.80
La ventaja histórica de las clases qué sucedieron en el poder a la
minoría colonial derrocada en el Plata consistió en que ese mo-
op R
M a r i á t e g u i, . ceitv.o,lucióndeIndependencia. E
4U Acerca del problema de la rev
L. V i lll l o r O j  La
rev,°J““
nssa
ay
yo
odeinterpretación
,°J““ n B^c o, ’ op. cit.,  P- 24
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En
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, sq‘ P; ' * **!•**!•)) acerca de las div erg ente s asp iracio ne s sociale s y
histórica, M é x i c o 1 9 5 3 , p .  L
« O. C.
C. B a t t o l l a ,  prim ersqoqs. inglesesen BuenosAires,17 '
1 1 s q . , 7 0 sq
os  *
ñor In In 6 a V1Cja- ja- ^ "nue va”  b u rg u e s ía e n F r a n c ia , y  pre cis am en te 1830, Bueno s Aires 1 928, p. 68. .Aiuaciontl de Manu
de Manu el Be gran
Be grano,
o,
h i s n a n n a J L ^ U e a r r ° ^ n s 0 ^ r e *a
*a s c o m p l i c a d a s re
re l a c i o n e s e n t r e l a s c l a se
se s ™  R . L e v e n e ,  La obra económica  y educación»
“ • U ,E V ' E
E>
> <*• p --448 « i-
i- . . Buenos Aires 1920. , , . mentar la agricultura
agricultura,, anima
anima
de l’indétmJe*  a e * a > r - R o n z e ,  Et ud es su r l’histo ire
C a b r e* « 1 7 9 6:
6 :  M ed io s gen era les de fom ent ar  « *
ae l mdépendence de l’Amérique latine, París 1954, p. 29.

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EL VIRREINATO DEL RÍo DE L a 
M A N FR E D KOS SOK  137
136
mentó social de reta rdo - y que fue fun funes
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todoo ri
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'rentarse” entre los criollos distinguidos, observación que merece hispanoamericano— actuó mucho más débilmente en ,
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st ra to crio llllo superior „ S " » 'Z V 
ra to
nos presenta en toda su pureza el tipo del “burgués colonial” hispa del día ni una vanante colonial de la Grande Peur  ni
noamericano, pero también es cierto que la nueva burguesía, lejos T e r r e u r   pequenoburguesa de cuño jacobino, tal como se dio el
aún de consolidarse, todavía no se había emancipado definitiva caso en México, en Perú o en las Antillas. De tal manera se
mente, en su conjunto, del feudalismo, como ya lo habían hecho compensaron las peculiaridades de la colonización española en el
 por ejemplo los sectores más ava nza dos de sus mo del os eur ope os. 88 Rio dc la P la ta imp uest as por su aparente atrasoatraso y su posi
posicición
ón
Eran excepcionales las personalidades del tipo de Tomás Romero, marginal—- en una medida que apenas habrían podido esperar
traficante de esclavos, empresario y perceptor dc impuestos, todo los por tavo ces y bene ficiario s de la emancipacióemancipación.n. !
en uno, y que emprendía negocios calculados en cientos de miles. En su quintaesencia económica, el programa del partido revo
Muchos comerciantes aspiraban a invertir en tierras sus ganancias lucionario criollo se reducía a la imposición del libre comercio.
comerciales, a armonizar el mercantilismo con la estancia, a ser En ese punto llegaban a su máxima divergencia los intereses colo
mercaderes y terratenientes al mismo tiempo, para aumentar así niales dc España y los del incipiente nacionalismo criolloburgués,
en todos los aspectos su “prestigio” social. E n cam bio l a perspe c interes es c ad a vez más irreconciliables. “En aquella aquella époc
época,a, comer
comer
tiva de una actividad de manufactura capitalista sólo existía, den ciar significaba luchar por el progreso económico de la colonia y,
tro del marco impuesto por el sistema colonial, para una minoría  po r co ns igu ien te, m ej or ar las perspectivas de un vuelco vuelco socia
sociall
cada vez menos importante, y que por consiguiente no lograba y político en su organización”.41
imponer su voz cuando se trataba de defender intereses burgueses; El curso dc las controversias acerca de la total liberalización
 pero ello no signific a sino que el nú cle o ma s re vo lu cio na rio de del comercio colonial quedó indisolublemente unido a la acción
todo partido burgués de emancipación, la burguesía manufactu dc dos personalidades históricas descollantes: Manuel Belgrano
rera, no contaba en la Colonia con una importancia propia y (1770-1820)42 y Mariano Moreno (1778-1811); ambos, como
específica. inspiradores de la inminente revolución, evidenciaron el alto gra
A despecho de toda aspiración de independencia, esa concep do de madurez política de las fuerzas por ellos representadas.
ción algo retrógrada de la economía preparaba el terreno para M an ue l B elg rano , “ ada lid de la independenc
independencia, ia, símbol
símboloo de
cierto conservatismo latente, y agobiaba a la burguesía con una la libertad, genio del bien, personificación de las virtudes ciuda
hipoteca
hipoteca negativa en favor de loslos terratenie ntes. Pa ra u na y otra dan as” (B. M itr e) , contó en sus funci funciones
ones como
como secret
secretanan
ala de la coalición de clases criollas, sin excepcioncs, la empresa Consulado (desde 1794) con la oportunidad de exponer
de la emancipación se reducía a adueñarse del poder político, con “M emorias" anuales, tesis tesis fundamental
fundamentaleses sobr
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la necesaria liberalización y autonomía en lo económico, mas sin nó mi ca del V irre ina to.- » La evolución personal de Belgra Belgrano,no, d
franquear las barreras sociales trazadas por el régimen colonial.80
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« O. C.
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os  *
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Be grano,
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*a s c o m p l i c a d a s re
re l a c i o n e s e n t r e l a s c l a se
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> <*• p --448 « i-
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agricultura,, anima
anima
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C a b r e* « 1 7 9 6:
6 :  M ed io s gen era les de fom ent ar  « *
ae l mdépendence de l’Amérique latine, París 1954, p. 29.

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1

EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA PLATA 


m a n f r e d k o s s o k  .
138 139

reformador a revolucionario, justifica ampliamente la afirmación nias, P°rclue “t.odaS l3S nacionfs civilizadas se empeñan en que
contemporánea “de que todo criollo que haya estado en España sus materias primas n o salgan del país para ser elabo elaborad
radas”.4
as”.4» Es
 b a s ta n te característico que este trastrueque  — sumamente peligro
se convierte en su morta l enemigo” .44 .44 En las mism as fuentes, en
España y en otros países europeos, había estudiado Belgrano la so pa ra E sp añ a— de d octr inas ap robadas oficialmen
oficialmente
te sól
sóloo hallara
hallara
uv e s c a s o e c o entre los conciudadanos de Belgrano.
doctrina económica liberal, junto con los principios políticos de
la Revolución Francesa. Ent re los preceden tes ideológicos que m En 1809 llegó a su punto culminante la lucha en tomo del libre
c o m e r c i o . Al cabo de largas y enconadas controversias, el Cabildo,
c o n más frecuencia citaba figuran Campomanes, Smith, Quesney,
Condorcet
Cond orcet,, Dupont de Nemours y autorida des italiana s tales como 1 virrey y el mis mo Consulad o se declararon
declararon disp
dispue
uest
stos
os a libelibera
ra
lizar en p ar te el int erc am bio co n Inglat erra 49 Contra tal tal ame
amenaz nazaa
Galiani, Genovesi,
Genovesi, Filangeri.45 En 1796 public ó un a ob ra tra du  de que se desmantelara oficialmente el monopolio comercial espa-
cida del francés,  F un da m en to s ci en tí fic os de la P o lí ti ca y de la
 Econom
ía, en cuya
cuyass páginas se leía, leía, por ejemp lo: “Cu anto más
" 1 alzó su p ro tes ta el pl enipot enciar io del Consulado
Consulado de Cádiz
Miguel Fernández de Agüero, quien alegó impedimentos legales
Cádiz,,
se acerca un Estado a la absoluta libertad, tanto en su comercio vieo r la rui na inm inent e de la flota mercante
mercante españ
españolaola y la
interior como exterior, tanto más se aproxima a un constante en 1  ¿e cad en ci a de los cen tros manufactureros del interior
interior.5 .500 Ade
Ade
 bienestar ; apenas surgen traba s, su prog reso ha ci a el bie nes tar se más con s or pr en de nte perspi cacia, Agüero profetizó
profetizó que la misermiseriaia
toma lento e indeciso”.46
indeciso”.46 La decid ida interve nció n de Be lgrano T ciud ades interes adas despertaría odio
odio y rivalid
rivalidadad frent
frentee a
en favor de un comercio libre, sobre todo con Inglaterra,47 ha Rnpnos Aires. Ad ve rtí a a contin uación que la libre libre adm
admisió
isiónn del
relegado a un injusto olvido sus esfuerzos para alentar la produc comercio inglés “destruirá en poco pocoss años los vínculos que nos
ción
ción industrial-manufacturera.
industrial-manufacturera. En el impulso de “busc ar las ense ense
ñanzas de Europa”, de enriquecer al individuo “para que también UnCEna
nCEna co nt ra de es ta i nterve nción, tan inesperada com
comoo influ
influ
su patria se enriquezca”, Belgrano fue el primero y el único que
volvió los  p r in c ip io s de la  In du st ri a po p ul a r   de Campomanes en yente, Mariano
contra de de la misma
misma España. Iniciados los los debates en to rno a la “ " ó n ^ c o ¿ >«
>« * » > « i —
introducción de curtidurías, Belgrano aprovechó el proyecto para
imponer decididamente el fomento de manufacturas en las colo dos en acre centa r la exportación. d aísaís serí
seríaa
En su opin ión, la única PoUt‘
PoUt‘““ . ¿ culti
cultiva
vado
dore
res,
s,
la que reportara beneficios a sus propietarios y
industria, proteger el comercio de un país agricultor; 1797: Utilidades
que resultarán á esta provincia y á la península del cultivo del lino y
cáñamo; 1798:  El origen de la feli cid ad de estas pro vin cia s es la reu nió n 48 H .N .A ., IV , 1, p. 390. a n t e c e d e n t e s d e l a d e c is
is i ón
ón , b a s ad
ad a
de los comerciantes y de los hacendados, a la par del premio y la ilustra- 49 En cu an to a los complicados a situación
situación del V
ción en general. Cf. asimismo M u s e o M i t r e ,  Do cu me nto s de l Ar ch ivo en consideraciones políticas y económicas acerca
de Belgrano, Buenos Aires 1913. B. M i t r e ,  His tori a de Be lgr ano , Buenos rreinato, cf. L e v e n e , op. cit , 
,   p. 2°8 b ri o sa s que ten tenem emos
os cuyaprma
Aires 1887-1891. 50 “E sta Provin cia de sus hilados y t e x i d o s con lo q
sus hilados
44  C o r o n a B a r a t e c h , op. cit.,  p . 11 9.  pa l y aca so ún ic a riq uez a, coinsiste
coinsiste ,en
en ^ jM da ran, o a qu P . ^
45 Al lado de los teóricos ingleses y franceses, franceses, también los mercan
merc an ti- abastecen este Reyno y el de manufacturas Inglesa . . . galta
galta
listas y fisiócratas italianos (cf.  N . R o d o l i c ó , Storia degli Italiani, Flo  po dr an ve nd er los a la Pa r , Cordo va, Santiago de „ NEj
rencia 1954, p. 446, 452; L u z a t t o , op. cit., II, p. 188 sp.) ejercieron suert
suertee espera
espera a las
las Provi
Provinc
ncia
iass de OorOor ^ ^ de ^
notable influencia en la doctrina económica del Plata. En ese momento de este Virreynato, Pugno, e hacendados
la colonia
colonia italiana
italia na ocupaba en Buenos Buenos Aires
Aires el segundo
seg undo luga
l ugar,r, después op. cit., 
cit.,  p. 212). ... . . . gue el apod
apoder
erad
adoo .  D Balta.
Balta.
6 a P0**-11®11653, (D.H.
(D .H.A.,
A., X II,
II , p, 270 sqq.,
sqq. , con
co n los dat
d atos
os de
d e 18
180909).). 51 M . M o r e n o ,  Re Pjes?n p , ' i ¿¡rigió al E xm o. S r. 1  J 
.. R e v e n e ,  La Rev oluc ión de Ma yo,  p . 19 7, n o ta 1. de las campanas del Río Buenos Aires 187 ,
47  Ibi d.,  p. 204.  sar Hi da lgo de Cisn eros (18Uy;,

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EL VIRREINATO DEL RÍo DE LA PLATA 


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c o n más frecuencia citaba figuran Campomanes, Smith, Quesney,
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cida del francés,  F un da m en to s ci en tí fic os de la P o lí ti ca y de la
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leía, por ejemp lo: “Cu anto más
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Consulado de Cádiz
Miguel Fernández de Agüero, quien alegó impedimentos legales
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relegado a un injusto olvido sus esfuerzos para alentar la produc comercio inglés “destruirá en poco pocoss años los vínculos que nos
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industrial-manufacturera. En el impulso de “busc ar las ense ense
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cáñamo; 1798:  El origen de la feli cid ad de estas pro vin cia s es la reu nió n 48 H .N .A ., IV , 1, p. 390. a n t e c e d e n t e s d e l a d e c is
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i40 141

Y únicamente el libre intercambio con Inglaterra permitiría sanear en


las arcas fiscales y reanimar tanto la importación como la expor no las alusiones del delegado gaduano a la deca decade
denc
ncia queMore-
ia que ~
tación
tación (p. 5). Como “represen
“represen tante de 20.000 hacend ado s y la nazaba
nazaba a la p roducción m anufacturera anufacturera - y que,
que, ramo
ramo
 bradore s”, m anif esta ba M ore no qu e ni el Ca bi ldo ni el C on su la do 5? demostrado las discusiones en el seno del Cabildo, no m n S ' l  
se preocupaban por fomentar la agricultura, sin la cual ningún d e m a g o g i a , sino mención de un hecho innegable—, a la vez que
Estado sobrev
sobrevive
ive.. Como ataque person al a los los mono polistas (“san c o n t r a a t a c a b a con la manifestación de que no puede estar bien
guijuelas del Estado”), leíase allí que su proteccionismo sólo aspi una clase m er ca nt il qu e sólo es capaz de moviliz movilizar
ar a hherr
errero
eross y
raba a elevar el precio de los artículos de contrabando que cons zapa teros (ps. 69 -7 1) . A dife renc ia de Belgrano,
Belgrano, Moreno no veía veía
tituían su comercio
comercio (pp. 14- 16). No era n necesarios nuevos im  pa ra la re gi ón de l P la ta ot ras perspectiv as de evolución
evolución que las
 puestos, sino la ap er tur a de los pue rto s, p a ra co n ju ra r la crisis de d e r i v a d a s del sector agrícola. 1
la agricultura merced a la exportación de cueros, sebo y cereales Moreno llegaba al meollo de sus consideraciones al discutir
(!,pp. 24-26). la identidad de los intereses político y económico de la población
Apoyándose en Filangieri, el “apóstol de la economía política”, c o l o n i a l .  N ue va m en te ap oy ad o en consignas
consignas anticolonia
anticolonialistas
listas
en Smith y en las resoluciones de las Cortes en cuanto a la igual  __ que
q ue en parte cita verbalmente— de Filangieri, Moreno procura
dad de derechos de las colonias, Moreno advertía sobre los peligros  ba de m os tra r q ue so la m en te el florecimiento económico
económico y una
de considerar únicamente a América como objeto de una explo genuina igualdad de derechos podrían poner freno a las tendencias
tación
tación mercantil unilater al (p. 31 sq.). En ello estriba precisa separatista s d e la Col onia. “E l peso de la depen dependenc
denciaia sólo
sólo se
mente la culpa histórica de Cádiz, lo que también impide que el toma insoportable para los hombres cuando está unido al agobio
Sr. Fernández de Agüero tome posición en la causa de la pa de la miser ia y de la opresión ” (p. 73), Con ello ello rozaba
rozaba More
Moreno no
tria (!). “Fue un monopolio
monopolio tiránico
tiránico el que us urpar on los mer los límites que hasta la metrópoli más ávida de reformas estaba
caderes de Cádiz, para comerciar con América con exclusión de obligada a resp etar.54 _ 
los
los demás
demás puebl
pueblos
os de España. . . Cádiz siempre alzó alzó el estandarte Ma s lo cier to es que ni la Coron a “despótic
“despóticaa ni las las Cort
Cortes
es
en contra del bienestar
bienestar de loslos demás pue blo s.. . ” (ps. 49, 51). “liberales” estaban dispuestas a renunciar a la tutela del imperio
¿Por que causa, se preguntaba Moreno, se oponen tanto al libre colonial; au nq ue va ria ran los métodos,
métodos, no se modifi
modificabcabaa la ese
esenc
ncia
ia
comercio, si de todas maneras las nueve décimas partes de las del  sta tu s   co lon ial .55
.55 Lo m ás prob able es que, al goza
gozarr de nueva
mercaderías negociadas en la región del Plata no son de origen libertad, la avidez financiera de los burgueses metTOP°
español?53 Con frases de notable sigor lapidario, que revelaban frente a la Colo nia recuperase el tiempo tiempo perd
perdíí o,
o, > co pe .

acupr
acuprHn
Hn T k' Ca Consulado es tanto más notab le cuan to que, de
terratenípntpc6-
terratenípntpc6- ,e r?ento 1793
1793)) tamb ién pod ían ingr esa r en él los AÑ O P R O D U C T O S E S PA Ñ O L ES P — * « £ «
VII n 4-fl'i ’ a k* cornerciante9, empre sarios y arm ado res (D. H.A ., 1778 2.968 (3 % de un- 5.849
5.849 l *
tierras
tierras o «nfcül ■ . P°SEer
P°SEer para ell° de 80°0 a 12.000 pesos en 1779 20.723  pu es to ) v
reno que como
como C?Ulya
?Ulya ®nte’ Con tra esta traba oligárquica protestó Mo- 1785 22.305
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fue expulsa
expulsado
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ProPaSanda duran te la Revo lución has ta que 1795 117.702 ,,
(R. Ga illet-B ois enen ^ ír'\i °* P°Tr
P°Tr reacci°n del elemento conservador. 1800 8.084 .the  fall of t 
the Spanish American fíe* u r’   X íi íi P‘
P‘ ^ s q ’ ^ '   ®P- R o b e r t s o n ,  Ris e of  04 R. H. H u m p h r e y s,  Ec on om ic asp*c M éxico, diciembre
. * N“™ Vork-Lon
Vork-Londres
dres 192
1925,
5, p. 14
1422 «, ,.) •  Am eri ca n Em pi re > e n : R e v i s t a d e H i s to
to r i a e . >
importacion
importaciones
es (en 468 e tasas adcaner as y relación
relació n de las d e 1950, n v 30,  p . 454 sq. ¡b com ercio en las Cortes en
P- 27 sp.): '   eran *as siguientes (Levene,  Est udi os,
x 55 C f. el curs o de los deb ates sobre libre
V a l l e I b e r l u c e a , op. cit.,  p . 120 s q q .

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Y únicamente el libre intercambio con Inglaterra permitiría sanear en


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Apoyándose en Filangieri, el “apóstol de la economía política”, c o l o n i a l .  N ue va m en te ap oy ad o en consignas
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Vork-Londres
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1925,
5, p. 14
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V a l l e I b e r l u c e a , op. cit.,  p . 120 s q q .

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EL VIRREINATO DEL Rio DE La plata


manfred k o s s o k   143
142
impuestos excesivos merc ed a la libertad
libertad del com erá ■
con creces todo lo que había evitado hasta entonces la desidia Sin la cual es imposible progresar y aun existir, que d e l T ^ ’  
feudal del absolutista poder central. ¿erarse
¿erarse co mo fun da m en to de todos los los inte
intere
rese
sess del
del Esta
Estado
do Z n
“Hoy en día —concluía Moreno— el que mira con recelo el te de vida de la agric ultura de la arte artesan
sanía,
ía, de las
las fábric*
fábric* d i
comercio con la Gran Bretaña no puede ser un buen español”,** lo m a n u f a c t u r a y d e l a i n d u s t r i a J.60 1 ae la
cual viene a apoyar la tesis, defendida por R. H. Humphreys, ¡ Así res pon día el “Te rcer Estado” del Río de de la Plata
Plata a¡ qiue-
de la importancia de la expansión comercial europea como fac nes preg un tab an p or la justifica ción de su su exist
existenc
encia!
ia! A la conso-
tor desenc
desencade
adenan
nante
te del
del movimi
movimient
entoo de m d ep en d en o ^ lidación económica y social, unida a la conciencia del propio
Ante la evidente agonía política de fines de 1809, se echa de valor, pronto siguió el despertar espiritual, hasta que una rebelión
ver que la reacción de la administración colonial ante estos ataques abierta traspuso la línea divisoria entre colonia y libertad. Con
de los terratenientes criollos y de la burguesía aliada con ellos fue ello se cerró el ciclo que, una vez más y a manera de conclusión,
tan típica como ineficaz.
ineficaz. A pesar de la más es tricta proh ibición, queremos resumir en los puntos siguientes:
 pro nto circ ular on algu nos eje mp lar es de la “R ep re se nta ci ón ” ; 1. Si fue pre cis am en te en el Río de la Plata don dondede el parti
partidodo
una vez traducido al portugués por el célebre economista José da revo lucio nario for mu ló el program a de la emanc emancipaipació
ción,
n, “un
“un
Silva el tratado de Moreno se convirtió en catecismo del partido  pro gra ma su ste nt ad o en la burg uesí a”,61
a”,61 en su forma más pura
librecambista brasileño,58 y por fin pudo ser publicado en Lon y de más amplias repercusiones, ello se debió ante todo a que en
dres, en 1811.59 , esta región de la América Española el sistema feudal no había
Entretanto, en Buenos Aires, la agitación seguía el rumbo que echado tan hondas raíces como correlativo de la dependencia
había pronosticado Moreno: como una de ssu primeras medidas, colonial y, por consiguiente, se hallaba mucho más superado que
la Junta de Gobierno del 25 de mayo de 1810 puso en practica sus en México o en el Perú a fines de la época colonial. No fue el
 propu estas, que el der roc ado rég ime n co lon ial ha b ía rec ha za do y encomendero, celoso de su autonomía feudal, sino el comerciante
silenciado. ( y el estanc iero (que dep end ía de la funció
funciónn de intenn
intennee °
En lo futuro, el principal objetivo de loslos “patr iotas fue ofre ante rior) los qu e p resi dier on la fundación de la co orna
orna y e ™
cer a los ciudadanos todos los medios para enriquecerse, como mieron sus características, sobre todo en lo concemien
único y seguro recurso para colmar las arcas del Estado; consi de avan zada , el litoral. Si bien la tesi
tesiss de Bagú
Bagú,, ^ 62 Darecrece
derar como la mayor riqueza del mundo la que produce el suelo feudalismo fue sup erad o por el “capita“capitalis
lismo
mo cooni
cooni , per¿), per¿),
gracias a cultivos adecuados; compensar el peso insoportable de difícilmente aplicable a toda Hispanoamérica IP°1 IP° 1 re£re£eren
erentete a|
representa un punto de vista metódico que, caracterís-
56 Al calor de los acontecim ientos de 1806/ 07 surgió el proyecto de Plata , tie nd e al me nos a señ alar el momen Qtra
tra parte,
parte, la
B e r n a r do d o d e Y r i a r tet e : “ S o b r e e l riri e sg
s g o d e q u e p e r d a m o s l a s A m e r i c as as , y
sistema que deberíamos adoptar para la conservación, evitando sigan e tico de la evo lució n. Allí, antes que en_ jQS Ceme
Cementntos
os de
e j em
em p l o d e l a s C o l o n i a s A n g l o a m e r i c a n a s ” ( B r i t isi s h M u s e u m , E a g e r t o n  pob lac ión co lon ia l to mó en sus propias elementos algo
M s . 3 8 3 ) . A l líl í se se a f irir m a b a q u e l o ú n i c o c a p a z d e e v i t a r l a p é r d i d a d e l a s comercio capitalista de la colonizacion esp transgredió, con con
c o lo
l o n iai a s s e rir i a l a i m p l a n t a c ióió n d e u n a p l e n a i g u a l d a d d e d e r e c h o s e n t r ®
e s p a ñ o lele s y c r ioio l l o s.s. U n i n t e r c a m b i o v i g o r i z a d o y d e r e c í p r o c a i g u a l d a d disimu lados pe ro r eal me nte xistentes y c° extranj
extranjerero,
o, el radio
radio de
a s e g u r ar a r íaí a l a l e a l tata d d e l a s c o l o n i a s . . . ¡ y l a s p r o t e g e r í a d e l p r i n c i p a l la ley o co nt ra ella, pe ro siempre con apoy colo
coloni
nial
al,,
enemigo, Inglaterra! acción
acción que le le señalaban la metropo y
57 H u m p h r e y s, s , op. cit., p . 4 4 6 : “ E l c o l a p so so d e l I m p e r i o h i s p a n o -
a m e r i ca c a n o f u e sisi m p l e m e n t e ( ¡ l o q u e n o s p a r e c e e x p r e s a d o e n f o r m a d e -
m a s i a d o a b s o l u tat a ! ) u n a e x p r e s ió ió n d e l a e x p a n s i ó n c o m e r c i a l d e E u r o p a , 69  Ib id .,  p . 2 4 4 sq .
y en particular de Inglaterra.” 61 Gil M unilla ,  L a Te orí a, p. •
68 L e v e n e ,  La Rev olu ción de M ay o, t . I , p . 2 4 0 s q . 62 Bagó,  Es tru ct ur a socia l, 
l,   p. 4 .

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EL VIRREINATO DEL Rio DE La plata


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ineficaz. A pesar de la más es tricta proh ibición, queremos resumir en los puntos siguientes:
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M A N F R É D K O S S O I l EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA P l a TA 
144 145

En el siglo xvm se dio el paso decisivo para la liberación Al verse des alo jad a en lo económi económico,co, España
España intent
intentóó •
dc las energías económicosociales, que socavarían y terminarían las
las previsibles consecu encias política políticass de esese hec
hechoho a cu m T T
 por elim ina r el est ado col on ial. Lo s re fo rm as bo rb ón ica s, di cta da s r es
es tr
tr ic
ic ci
ci on
on es
es d e t ip
ip o m o n op
op o lili st
st a,
a, co
con la
las q ne
ne É b « S S f f
en un principio por el interés de la metrópoli, trasplantaron al nar el ca m ino pa ra qu e la pred.ca en favor favor del librlibrec
ecam
ambi bioo „
 Nue vo M un do la crisis del an tig uo ré gim en , pe ro al mi sm o tie mp o imposible de ac alla r, se con virne ra en franca franca prop
propagaaganda
nda sep’a i
echaron las bases de una gradual expansión de la burguesía en sus tista: tal p roc eso de mo str o q ue, en lo econ económ
ómico
ico,, la colocoloni niaa ya
formas sociales y de producción, aunque sin liberarla todavía del estaba perdida para la metrópoli mucho antes de 1810, y que la
atraso colonial.
colonial. J un to con las
las consecuen cias econ ómic as de 1778 revolución no representó más que un reconocimiento político
quedaban planteadas las premisas de 1810. de s em em e jaja nt
nt e e st
st ad
ad o d e cosas. 1 ’
3. La substancia progresista de las reform as coloniales encon 5. L a g an ad er ía y el come rcio, como factore factoress determ
determin inant
anteses
tró en el Río de la la Plata el suelo
suelo más propicio. Después de la de la economía del Plata, no sólo determinaron su estructuración
creación del Virreinato, y en muchos aspectos de consideración, social, sino que también plasmaron el carácter de las clases domi
el centro de gravedad en lo político y en lo económico empezó a nantes de origen criollo, que se opusieron cada vez más a la
trasladarse de México y de Lima hacia Buenos Aires: un proceso minoría de proveniencia europea.
que señalaba el triunfo del capitalismo comercial sobre las formas Tanto en lo económico como en lo político, el centro de gra
tradici
tradicionale
onaless de la economía colonial.
colonial. El ab soluto pred omin io de vedad dentro del estrato criollo superior correspondía al sector
Lima y de México, en los siglos xvi y xvii , se cumplió bajo el terrateniente, que a partir de 1776 se constituyó en factor predo
sign
signoo de un feudalismo
feudalismo colonial
colonial en toda su integrid ad. Buenos minante de la estructura económica y social del Virreinato.
Aires aprovechó en cambio, como “colonia de meros comercian A pesar de los moldes legales de orden feudal, tal desarrollo del
tes”, la decadencia de ese sistema que había hecho la grandeza latifundio no asum ió el ca ráct er de una “reacció “reacciónn feufeudal
dal o bien ien
de Méxic
Méxicoo y de Lima. En ese ese mismo aspecto se impuso igual de un a “r efe ud aliz aci ón ”, co mo la que en Europa Europa sen senaa o a an
mente la primacía
primacía comercial
comercial de Buenos Aires frente a L ima. En carrota h istó rica de la aristocrac ia. El pred predomin
ominio io e m
contra de cuanto esperaba la Corona, los monopolistas estable los esta ncie ros er an fru to de un a evolución progre progresis
sis a e .
cidos en Buenos Aires no lograron compensar la explosividad eco mía, lo que por fuerza llevó a que también en e  p una
nómica de semejante vuelco en la situación.
dicha fracción de las clases dominantes asPir^se, , paralelos
4. El auge económico
económico del Virreinato no aum entó únicamente función prog resista . En flag rante contraste contraste con
con o q ¿e ]a
su capacidad para absorber mercaderías europeas, sino que tam europeos, los terr ate nie nte s no fueron vic „ conv
convir ir--
 bién lo tran sfor mó en un pro ve ed or de m at er ia s pr im as pa ra las emancip ación sino que, como “burguesí “burguesíaa .
crecientes necesidades de una Europa en plena revolución indus tieron en columna dorsal del m o v i m i e n t o , fueron sus po
trial.
trial. La penetración
penetración manufacturera de Esp aña era demasiado
superficial como para que hubiera podido aprovechar por cuenta  pri me ros be ne fic ia rio s. , n e c e s i d a d al

 pro pia la riqu eza de la pro vin cia del Pl at a, p ar a de sp er ta r así un 6. L a e volu ción de l a burguesía se a ap ^ ^ vez vez obedobedec ecía
ía
genuino ínteres
ínteres economico
economico recíproco. Fue ese eslabón d e la ca dena marc o imp ue sto po r la orienta ción aSr*c° ’ rcado mundia mundial. l. C°n
el que debilitó en cambio el influjo económico extranjero, princi a las necesidad es de materias primas primas e , 0 bien por a
 pal men te ang lon orte am eric ano , y po r co ns igu ien te el com erc io su vue lco un ila te ra l ha cia la esfera e a . cQn ¡a produ produce ce11^
directo de Inglaterra con Buenos Aires y Montevideo —sin pasar incapacidad de reunir el capital co m ^ 0portunida
0portunida
 po r Cádi z— se reforzó en pro po rci ón di re ct a co n su cre cim ien to ma nuf actu rera , la burguesía colonial colonial P ^ futura futura revo revolu luci
ci •
economico. conv ertirs e en el úni co nervio a siemp
siempre re a loslos m
Puesto que el capital comercial se su

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M A N F R É D K O S S O I l EL VIRREINATO DEL RÍO DE LA P l a TA 
144 145

En el siglo xvm se dio el paso decisivo para la liberación Al verse des alo jad a en lo económi económico,co, España
España intent
intentóó •
dc las energías económicosociales, que socavarían y terminarían las
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formas sociales y de producción, aunque sin liberarla todavía del estaba perdida para la metrópoli mucho antes de 1810, y que la
atraso colonial.
colonial. J un to con las
las consecuen cias econ ómic as de 1778 revolución no representó más que un reconocimiento político
quedaban planteadas las premisas de 1810. de s em em e jaja nt
nt e e st
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ad o d e cosas. 1 ’
3. La substancia progresista de las reform as coloniales encon 5. L a g an ad er ía y el come rcio, como factore factoress determ
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tró en el Río de la la Plata el suelo
suelo más propicio. Después de la de la economía del Plata, no sólo determinaron su estructuración
creación del Virreinato, y en muchos aspectos de consideración, social, sino que también plasmaron el carácter de las clases domi
el centro de gravedad en lo político y en lo económico empezó a nantes de origen criollo, que se opusieron cada vez más a la
trasladarse de México y de Lima hacia Buenos Aires: un proceso minoría de proveniencia europea.
que señalaba el triunfo del capitalismo comercial sobre las formas Tanto en lo económico como en lo político, el centro de gra
tradici
tradicionale
onaless de la economía colonial.
colonial. El ab soluto pred omin io de vedad dentro del estrato criollo superior correspondía al sector
Lima y de México, en los siglos xvi y xvii , se cumplió bajo el terrateniente, que a partir de 1776 se constituyó en factor predo
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signoo de un feudalismo
feudalismo colonial
colonial en toda su integrid ad. Buenos minante de la estructura económica y social del Virreinato.
Aires aprovechó en cambio, como “colonia de meros comercian A pesar de los moldes legales de orden feudal, tal desarrollo del
tes”, la decadencia de ese sistema que había hecho la grandeza latifundio no asum ió el ca ráct er de una “reacció “reacciónn feufeudal
dal o bien ien
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Méxicoo y de Lima. En ese ese mismo aspecto se impuso igual de un a “r efe ud aliz aci ón ”, co mo la que en Europa Europa sen senaa o a an
mente la primacía
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contra de cuanto esperaba la Corona, los monopolistas estable los esta ncie ros er an fru to de un a evolución progre progresis
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cidos en Buenos Aires no lograron compensar la explosividad eco mía, lo que por fuerza llevó a que también en e  p una
nómica de semejante vuelco en la situación.
dicha fracción de las clases dominantes asPir^se, , paralelos
4. El auge económico
económico del Virreinato no aum entó únicamente función prog resista . En flag rante contraste contraste con
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su capacidad para absorber mercaderías europeas, sino que tam europeos, los terr ate nie nte s no fueron vic „ conv
convir ir--
 bién lo tran sfor mó en un pro ve ed or de m at er ia s pr im as pa ra las emancip ación sino que, como “burguesí “burguesíaa .
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 pro pia la riqu eza de la pro vin cia del Pl at a, p ar a de sp er ta r así un 6. L a e volu ción de l a burguesía se a ap ^ ^ vez vez obedobedec ecía
ía
genuino ínteres
ínteres economico
economico recíproco. Fue ese eslabón d e la ca dena marc o imp ue sto po r la orienta ción aSr*c° ’ rcado mundia mundial. l. C°n
el que debilitó en cambio el influjo económico extranjero, princi a las necesidad es de materias primas primas e , 0 bien por a
 pal men te ang lon orte am eric ano , y po r co ns igu ien te el com erc io su vue lco un ila te ra l ha cia la esfera e a . cQn ¡a produ produce ce11^
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siempre re a loslos m
Puesto que el capital comercial se su

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EL VIRREINATO DEL r ío d e   LA PLATA


147

14 6
m a n f r e d k o s s o k  
ra de haber desarrollado esas premisas y razones con mayor ampli
a d que c ual qu ier o tra pa rte de Hispanoamérica.
Hispanoamérica. “Bue
“Bueno
noss Aires
ires
ses
ses prima
primario
rioss del sector
sector productor, la ausencia - o mejor dicho la „ fue s o la
l a m e n t e el centro conductor de la revolución en el Virrei
decadencia— de la manufactura colonial lo obligo a depender nato del Río de la P lata . Tam bién se puso puso a la cabe
cabeza
za de la
del latifundio. Este compromiso de clasesclases inevita ble dentro de América espa ñola en el mom ento histórico histórico de 1810... A dife
difere
ren-
n-
las condiciones coloniales, pero cuyo efecto tenía que ser de retar ia de los restantes centros revolucionarios de la América española,
do— impidió que la emancipación económica y política fuese Buenos Aires no triunfaron los conatos contrarrevolucionarios, y
también
también acompañada por una revolución
revolución social.
social. Por cierto que tal desde Buen os Aires com o desde Caracas— irradió la Revol Revoluci
ución
ón
reserva no invalida el concepto de “revolución burguesa” en su más allá de las fronteras del Virreinato y llegó hasta el Ecuador”.86
aplicación a Hispanoamérica, y sobre todo a la región del Plata,
entre 1810 y 1824 63 pero, sobre la base de nuevas investigaciones
de detalle, requiere una mayor precisión y delimitación de las
normas que, con alcance demasiado esquemático, se habían deri
vado de la constelaci
constelación
ón de modelos
modelos europe os: de esta m anera
 podremos hacer plen a justi cia al fenó men o de la revol ució n
colonial.
7. Tal como lo documentaron el curso y el contenid o de la
agitación que, tanto en lo economico como en política general,
llevó a cabo la oposición en vísperas del estallido revolucionario,
las ideas de los burgueses criollos estaban muy a la altura de su
tiempo.
tiempo. La calurosa
calurosa acogida dispensada a doc trinas europ eas y
norteamericanas, desde Raynal y Adam Smith hasta Paine y
Bentham, no era un simple movimiento de reflejo sino que, “como
argumentación para justificar apriorismos sociales”,04 dio expre
sión
sión adecuada a una legítima aspiración social.social. “El ritmo d el
fenómeno capitalista desempeñó en la conquista de la indepen
dencia una función que, si no tan clara y evidente, fue sin duda
más profunda y decisiva que el eco de la filosofía y de los enciclo
 pedistas. . . Los iniciadores, los cond uctore s c ideólogos de esa
revolución no se anticiparon a las premisas y razones económicas f 
l
de dicho acontecimiento, pero tampoco pasaron por encima de I
ellos
ellos”.0
”.05 Buenos
Buenos Aires,
Aires, como
como corazón del Virrein ato, pud o agra 
decer a la peculiaridad de su pasado colonial la ventaja históri- .. c f 
•‘■'..UG-
03 Ya en el Congreso de Madr id, en 1948, se subrayaron las grandes
diferencias
diferencias locales
locales en cuanto al curso y al carácter del movim iento. Espe
cialmente en lo que se refiere a la situación en el Perú, cf. G. P a c h e c o
V é l e z ,  La emancipación del Perú y la revolu ción burgue sa del siglo
 X V II I,   en Mercurio Peruano, año 39, nov. de 1954,  p. 8 3 2 sqq.
01 G il M u n i l l a , op. cit.,  p. 45 8. co L e v e n e ,  La  Re vo luc ión da Moyo , t. ¡P “
O5 M ar iÁt e g u i , op. cit.,  p. 10 sq,

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EL VIRREINATO DEL r ío d e   LA PLATA
147

14 6
m a n f r e d k o s s o k  
ra de haber desarrollado esas premisas y razones con mayor ampli
a d que c ual qu ier o tra pa rte de Hispanoamérica.
Hispanoamérica. “Bue
“Bueno
noss Aires
ires
ses
ses prima
primario
rioss del sector
sector productor, la ausencia - o mejor dicho la „ fue s o la
l a m e n t e el centro conductor de la revolución en el Virrei
decadencia— de la manufactura colonial lo obligo a depender nato del Río de la P lata . Tam bién se puso puso a la cabe
cabeza
za de la
del latifundio. Este compromiso de clasesclases inevita ble dentro de América espa ñola en el mom ento histórico histórico de 1810... A dife
difere
ren-
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las condiciones coloniales, pero cuyo efecto tenía que ser de retar ia de los restantes centros revolucionarios de la América española,
do— impidió que la emancipación económica y política fuese Buenos Aires no triunfaron los conatos contrarrevolucionarios, y
también
también acompañada por una revolución
revolución social.
social. Por cierto que tal desde Buen os Aires com o desde Caracas— irradió la Revol Revoluci
ución
ón
reserva no invalida el concepto de “revolución burguesa” en su más allá de las fronteras del Virreinato y llegó hasta el Ecuador”.86
aplicación a Hispanoamérica, y sobre todo a la región del Plata,
entre 1810 y 1824 63 pero, sobre la base de nuevas investigaciones
de detalle, requiere una mayor precisión y delimitación de las
normas que, con alcance demasiado esquemático, se habían deri
vado de la constelaci
constelación
ón de modelos
modelos europe os: de esta m anera
 podremos hacer plen a justi cia al fenó men o de la revol ució n
colonial.
7. Tal como lo documentaron el curso y el contenid o de la
agitación que, tanto en lo economico como en política general,
llevó a cabo la oposición en vísperas del estallido revolucionario,
las ideas de los burgueses criollos estaban muy a la altura de su
tiempo.
tiempo. La calurosa
calurosa acogida dispensada a doc trinas europ eas y
norteamericanas, desde Raynal y Adam Smith hasta Paine y
Bentham, no era un simple movimiento de reflejo sino que, “como
argumentación para justificar apriorismos sociales”,04 dio expre
sión
sión adecuada a una legítima aspiración social.social. “El ritmo d el
fenómeno capitalista desempeñó en la conquista de la indepen
dencia una función que, si no tan clara y evidente, fue sin duda
más profunda y decisiva que el eco de la filosofía y de los enciclo
 pedistas. . . Los iniciadores, los cond uctore s c ideólogos de esa
revolución no se anticiparon a las premisas y razones económicas f 
l
de dicho acontecimiento, pero tampoco pasaron por encima de I
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como corazón del Virrein ato, pud o agra 
decer a la peculiaridad de su pasado colonial la ventaja históri- .. c f 
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03 Ya en el Congreso de Madr id, en 1948, se subrayaron las grandes
diferencias
diferencias locales
locales en cuanto al curso y al carácter del movim iento. Espe
cialmente en lo que se refiere a la situación en el Perú, cf. G. P a c h e c o
V é l e z ,  La emancipación del Perú y la revolu ción burgue sa del siglo
 X V II I,   en Mercurio Peruano, año 39, nov. de 1954,  p. 8 3 2 sqq.
01 G il M u n i l l a , op. cit.,  p. 45 8. co L e v e n e ,  La  Re vo luc ión da Moyo , t. ¡P “
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Pin.
Introducción
Introdu cción .............................................................
............................. ...................................................‘
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 j ___ Co
Colo
loni
niza
zaci
ción
ón espa
es paño
ñola
la del Río de la Plata u
jj Nuevos
Nue vos aspec
asp ecto
toss de polític
pol íticaa coloni
colonial
al españ
español
olaa en el
siglo X V I I I .............
...................
............
............
...........
...........
.............
.............
...........
..... 31
 j j j  __Cau
 __C ausa
sass d e la crea
cr eaci
cióó n del
de l Virrein ato ......................
Vir reinato 47

 j. y __ R iv a lid
li d a d c o m e rcia
rc iall e n tre
tr e Buenos Aires
Aires y Lima
Lim a . . . 65
A
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Y v .
_ Antagonismo
A ntagonismo
o
entre la ganadería y la agricultura __
 ___  76
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