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4.

Aspectos higiénicos durante el embarazo

4.1 Alimentación
En el embarazo hay que cuidar la alimentación y
adoptar una dieta variada y equilibrada, que
incluirá alimentos de todos los grupos de
nutrientes. Para controlar el peso en el embarazo
no es preciso eliminar ningún grupo de alimentos
de la dieta. Bastará con hacer ejercicio de forma
regular y seguir las pautas que figuran a
continuación.
• Carne, pescado y huevos: modera el consumo de alimentos que contengan grasas
animales (sobre todo embutidos). Prioriza el consumo de pescado y huevos sobre el de
carne. El pescado contiene ácidos grasos poliinsaturados que intervienen en la formación
de estructuras del sistema nervioso y de la retina fetal.
• Patatas y legumbres: tómalas 3 ó 4 veces a la semana.
• Fruta (3 ó 4 piezas al día), verduras y hortalizas (unas 4 ó 5 raciones al día). Te aportarán
vitaminas, minerales, fibra y ácido fólico.
• Pan, cereales (mejor si son integrales), arroz y pasta. Su consumo regular ayuda en el
control del peso.
• Leche y derivados (queso, yogur...). Debe consumirse aproximadamente el equivalente a
un litro diario.
• Modera o incluso restringe el consumo de sal, azúcar, bollería y bebidas excitantes (café,
refrescos de cola...).
• Evita tomar las carnes poco hechas y lava muy bien las verduras, frutas y hortalizas antes
de tomarlas. Así evitarás el contacto con algunos agentes patógenos.
• Te conviene tomar la comida repartida a lo largo del día: entre 4 y 6 tomas diarias no muy
abundantes. La ganancia de peso total en el embarazo oscila entre 9-12 kilos, dependiendo
de tu constitución y peso previo. El exceso de peso te perjudica a ti y a tu futuro hijo/a.
Debes comer de todo pero con moderación.
4.2 Vestido
Procura utilizar ropa cómoda, holgada y transpirable que no te oprima.
Utiliza calzado con poco tacón, te ayudará a mantener mejor el
equilibrio, no perjudica a tu espalda y te cansarás menos. Evita los
calcetines o medias hasta la rodilla, sobre todo si te oprimen. Usa
"pantys" que sean muy elásticos y, si es posible, que favorezcan la
circulación. La ropa interior ha de ser preferentemente de algodón.
Utiliza un sujetador que te proporcione una buena sujección, con tirantes anchos y una
banda alrededor del margen inferior. Si dejas que las mamas cuelguen sin soporte alguno
pueden aparecerte estrías por distensión de la piel.
4.3 Aseo personal
La higiene diaria es muy importante durante todo el
embarazo, ya que la sudoración y el flujo vaginal están
aumentados. Si éste te produjera picores o tuviese mal
olor, acude a tu médico. Para evitar las caídas en el
baño, pon una alfombrilla de goma o pegatinas
antideslizantes. Desde el primer mes de embarazo, usa
jabones neutros y aplica una crema hidratante o aceite
de almendras por el cuerpo mediante un suave masaje. Así reduces el riesgo de aparición
de estrías. Durante el embarazo el riesgo de aparición de caries es mayor, por lo que debes
extremar el cuidado de tus dientes y encías. Cepíllalos con frecuencia y acude al dentista
periódicamente.

4.4 Ejercicio físico


En los últimos años aumenta el sedentarismo en las
mujeres, de ese modo la mayoría de las embarazadas son
sedentarias, o cuando se quedan embarazadas reducen su
actividad física. Y no hay porque tener miedo, el ejercicio
físico moderado durante el embarazo puede darte muchos
beneficios:
- Previene o trata la diabetes gestacional.
- Disminuye la tensión arterial. - Previene estreñimiento o
problemas de gases. - Mejora el estado de ánimo.
- Ayuda a dormir mejor.
El ejercicio físico más recomendado es el ejercicio aeróbico, o de baja-moderada intensidad,
como puede ser andar a paso rápido, 30 minutos al menos 5 días a la semana. Hay que
evitar un sobre esfuerzo, especialmente en el primer trimestre y en el tercer trimestre, para
evitar complicaciones. Un ejercicio moderado es aquel en el que puedes mantener una
conversación mientras lo realizas. Como en el embarazo se producen ciertos cambios
fisiológicos, hay que tener una serie de cuidados a la hora de hacer ejercicio:
- Evita movimientos bruscos, de rebote o de gran impacto, como saltar, deportes de equipo
o de raqueta, ya que los ligamentos que sostienen las articulaciones son más propensos a
sufrir una lesión.
- Vigila las pulsaciones durante el ejercicio. Para que éste no sea demasiado intenso,
mantente entre un 40-60% de esfuerzo.
Se desaconseja la práctica de ejercicio físico en embarazo en las siguientes situaciones:
- Factores de riesgo para parto prematuro.
- Preeclampsia e Hipertensión arterial. - Sangrado vaginal.
- Ruptura prematura de membranas.

RECOMENDACIONES DE EJERCICIO EN EMBARAZO, Y QUE SE PUEDEN MANTENER DESPUÉS


DEL PARTO
- Caminar a paso ligero (5 km/h).
- Bicicleta estática, mejor que la normal ya que puedes perder el
equilibrio, hacerte daño en la espalda, y además aumenta el
riesgo de caída.
- Natación y ejercicios acuáticos como gimnasia acuática: muy
recomendables porque mantienes mejor el equilibrio, evitas
lesiones y evitas hinchazón de las piernas.
- Ejercicios de tonificación adaptados para embarazadas, para fortalecer espalda, fortalecer
músculos de pelvis y abdominales que se ejercitan en el parto. En el último trimestre se
debe reducir la carga de peso que se suele levantar.
- Ejercicios de preparación al parto: no sólo te enseñarán a respirar, sino que también
ejercitarás esos músculos que participan en el parto.
EJERCICIOS NO RECOMENDADOS EN EL EMBARAZO
- Ejercicios en los que aumente el riesgo de lesiones y caídas graves, como el esquí. - Por el
aumento de peso en general, y especialmente latripa hará que cambie tu centro de
gravedad, evita deportes de raquetas, ya que hay más posibilidades de sufrir una caída. -
Deportes de contacto como fútbol o baloncesto. - El Buceo, por el aumento de presión.
4.5 Reposo

Cuando estás embarazada, una indicación de


permanecer en cama podría parecerte un bienvenido
descanso. Sin embargo, en realidad, las restricciones
de movimiento durante el embarazo pueden causar
dificultades y hasta ciertos riesgos para la salud. Esto
es lo que tienes que saber.

¿Qué es el reposo en cama? ¿Se recomienda?


Para la mayoría de las afecciones, ya no se
recomienda el reposo en cama durante el embarazo.
Si bien el reposo en cama aumenta el flujo sanguíneo a la placenta, no existe evidencia de
que disminuya el riesgo de tener un parto prematuro.
En las escasas situaciones en las que se recomienda el reposo en cama, se lo indica con
distintos niveles de restricción de la actividad. En algunos casos, implica simplemente
reducir el nivel de actividad por un tiempo. Es posible que puedas moverte por tu casa con
libertad, siempre que evites levantar niños y hacer tareas domésticas intensas. Incluso
podrías tener permitido seguir trabajando.
En otros casos, las pautas del reposo en cama son más estrictas. Es posible que debas
permanecer sentada o recostada, y solo levantarte para ir al baño o para ducharte. Es
posible que no te permitan ir a trabajar ni hacer tareas domésticas, ni siquiera livianas, hasta
que nazca el bebé.

¿Qué es el reposo pélvico y cuándo se recomienda?


Te pueden recomendar reposo pélvico si tienes alguna afección, como placenta previa (la
placenta en una posición que cubre de forma parcial o total el cuello del útero), corres un
alto riesgo de tener un parto prematuro o te sometiste una cirugía abdominal durante el
embarazo.
El reposo pélvico consiste en evitar actividades que puedan aumentar la presión pélvica o
las contracciones del músculo de la pelvis, por ejemplo, las siguientes:

 Sexo
 Lavados vaginales
 Usar tampones
 Ponerse en cuclillas muy seguido
 Caminar a paso ligero u otros ejercicios de la parte inferior del cuerpo
Comprender los efectos secundarios
El reposo en cama durante el embarazo puede presentar riesgos para la salud, tales como:
 Un coágulo sanguíneo en una vena profunda, como una vena de la pierna
(tromboembolia venosa)
 Disminución de la masa ósea (desmineralización ósea)
 Desacondicionamiento musculoesquelético y cardiovascular
 Adelgazamiento o aumento de peso materno
 Estrés a causa de autorreproches, problemas con la atención del bebé e inquietudes
sobre la desvinculación laboral o las finanzas
 Mayor riesgo de padecer depresión y ansiedad
Conoce las reglas
Si el proveedor de atención médica te recomienda restricciones de movimiento durante el
embarazo, haz preguntas para asegurarte de comprender las reglas.

 Momento. ¿Por qué necesito esto? ¿Cuándo comenzará? ¿Levantarán mis restricciones
si mis síntomas mejoran?
 Posición. ¿Está bien sentarse? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Puedo subir escaleras?
Cuando me recuesto, ¿debo colocarme en una determinada posición? ¿Qué puedo
hacer para ayudar a prevenir coágulos?
 Higiene personal. ¿Está bien si me levanto para ir al baño, para tomar una ducha o para
lavarme el cabello?
 Actividad. ¿Está bien si ceno en la mesa? ¿Puedo doblar la ropa o hacer otras tareas
livianas? ¿Puedo conducir un automóvil? ¿Está bien si hago ejercicios suaves de
estiramiento u otro tipo de ejercicios?
 Sexo. ¿Está bien mantener relaciones sexuales? ¿Y sexo oral? ¿Masturbación?
¿Orgasmos?
Afrontar las restricciones en el movimiento
Para sobrellevarlas de la mejor manera:

 Organízate. Asegúrate de tener todo lo que necesitas al alcance.


 Combate el aburrimiento. Envía mensajes de correo electrónico o mensajes de texto, o
escribe cartas. Organiza las fotos o crea un álbum de recortes. Compra productos para
el bebé en línea. Lee todos los libros más populares. Aprende técnicas de relajación para
el trabajo de parto.
 Mantente flexible. Si lo autoriza tu proveedor de atención médica, haz estiramiento o
ejercicios leves.
 Aceptas ayuda. Cuando tus amigos y seres queridos te pregunten cómo pueden
ayudarte, debes tener preparada una lista de tareas: cortar el césped, guardar las
compras, armar la cuna, limpiar el baño, llevar a los niños al parque o hacerte compañía.
 Ayuda a los hermanos mayores a adaptarse. Si tienes hijos, bríndales la mayor
estabilidad posible; por ejemplo, una niñera todas las mañanas, que su tía favorita los
vaya a buscar a la escuela o que los abuelos los visiten el fin de semana. Puedes leer
cuentos, colorear libros o ver películas con ellos.
 Busca apoyo. Para mantener una actitud positiva, comunícate con otras futuras mamás
que estén haciendo reposo o que hayan tenido que pasar por lo mismo. Busca grupos
de apoyo en Internet. Si tienes problemas para sobrellevar la situación, consulta con un
proveedor de atención médica o de la salud mental para recibir ayuda adicional.
 Espera atravesar desafíos emocionales. Comparte con tu pareja tus miedos, esperanzas
e inquietudes. Permítanse desahogarse. Si no pueden tener sexo, busquen otras formas
de tener intimidad.
Recuerda que, por lo general, ya no se recomienda el reposo total en cama durante el
embarazo, salvo en casos excepcionales. Si tu proveedor de atención médica te recomienda
hacer reposo en cama, consúltale las razones y si el reposo pélvico podría ser una opción.
Mientras tato, concéntrate en mantenerte saludable y piensa en el momento en que
tendrás al bebé en tus brazos.

4.7 Vida sexual


Si quieres quedar embarazada, tienes sexo. ¿Pero qué
pasa con el sexo mientras estás embarazada? Esto es lo
que debes saber sobre el sexo durante el embarazo.

¿Está bien mantener relaciones sexuales durante el


embarazo?
Tu bebé en desarrollo está protegido por el líquido
amniótico del útero, así como también por los músculos
fuertes del útero mismo. La actividad sexual no afectará a tu bebé, siempre y cuando no
tengas complicaciones como un parto prematuro o problemas con la placenta. Sin embargo,
el embarazo puede causar cambios en tu nivel de comodidad y deseo sexual.

¿Las relaciones sexuales durante el embarazo pueden provocar un aborto espontáneo?


Tener relaciones sexuales durante el embarazo no provoca un aborto espontáneo. La
mayoría de los abortos espontáneos ocurren porque el feto no se está desarrollando
normalmente.

¿Cuáles son las mejores posiciones sexuales durante el embarazo?


Siempre y cuando te sientas cómoda, la mayoría de las posiciones sexuales están bien
durante el embarazo. El sexo oral también es seguro durante el embarazo. A medida que
avance el embarazo, experimenta para encontrar lo mejor para ti. Deja fluir la creatividad,
siempre y cuando tengas presente el placer y la comodidad mutuos.

¿Son necesarios los preservativos?


Tener una infección de transmisión sexual durante el embarazo puede causar graves
problemas de salud para ti y tu bebé. Evita todas las formas de sexo (vaginal, oral y anal) si
tu pareja tiene una infección de transmisión sexual activa o recién diagnosticada.
Usa condón si:

 No están en una relación mutuamente monógama


 Eliges tener relaciones sexuales con una nueva pareja durante el embarazo
¿Hay momentos en que hay que evitar el sexo?
La estimulación mamaria, los orgasmos femeninos y ciertas hormonas en el semen llamadas
prostaglandinas pueden causar contracciones uterinas.
Tu proveedor de atención médica podría recomendarte que evites las relaciones sexuales
si:

 Tienes sangrado vaginal sin causa aparente


 Estás perdiendo líquido amniótico
 El cuello uterino comienza a abrirse prematuramente (incompetencia cervical)
 La placenta cubre parcial o totalmente la abertura cervical (placenta previa)
 Tiene antecedentes de trabajo de parto prematuro o parto prematuro
¿Qué sucede si no quiero mantener relaciones sexuales?
Está bien. La intimidad es más que solo sexo. Comparte tus necesidades y preocupaciones
con tu pareja de una manera abierta y amorosa. Si el sexo resulta difícil, poco atractivo o
fuera de tus límites, háganse masajes, bésense o abrácense.

4.8 Inmunizaciones
Por recomendación de su médico, las mujeres
embarazadas a menudo intentan limitar la
cantidad de medicamentos que toman, dejan de
beber alcohol y dejan de fumar para proteger al
bebé que se desarrolla en su vientre. ¿Pero qué
sucede con las vacunas? Si una mujer
embarazada necesita que se le vacune, ¿es
seguro para ella?

Tenga en mente que algunas infecciones pueden


ser más graves durante el embarazo y pueden incrementar el riesgo de aborto involuntario,
parto prematuro o causar defectos de nacimiento. Afortunadamente, muchas infecciones
de alto riesgo pueden evitarse si a las mujeres se les administran las vacunas recomendadas
antes de intentar embarazarse.
Cuando una mujer queda embarazada, un factor clave para vacunarla es si la vacuna está
elaborada con agentes infecciosos vivos o inactivados (muertos). Debido al posible riesgo
de transmitir la infección al feto, no debería vacunarse a las mujeres embarazadas con
vacunas vivas (p. ej., MMR (tétano, difteria, tosferina) y varicela). Como norma general,
debería evitar embarazarse durante 28 días después de que se le haya administrado la
vacuna ya sea la MMR o de varicela.

Otras vacunas, sin embargo, son especialmente importantes de considerar por las mujeres
embarazadas. Por ejemplo, las mujeres embarazadas tienen mayor riesgo de sufrir
problemas por la gripe. Debido a que la vacuna inyectada actualmente disponible contra la
influenza (pero no el rocío nasal para influenza) se elabora a partir de un virus inactivado,
la vacuna en sí es segura para las mujeres embarazadas. Los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la vacuna de la influenza para las mujeres
embarazadas en cualquier trimestre del embarazo durante la temporada de gripe.
Adicionalmente, se recomienda la Tdap (vacuna contra tétano, difteria y tos ferina) durante
el embarazo para las mujeres que no la han recibido anteriormente (es decir, más de 10
años desde la Td (vacuna contra el tétano y la difteria) anterior), durante el tercer trimestre
o parte final del segundo (después de la semana 20 de gestación. Por cierto, todas las
vacunas pueden administrarse de forma segura a las madres que están dando el pecho.

4.8 Viajes
Es probable que estos días de vacaciones vayas a
realizar algún viaje aunque estés esperando un
bebé. Se puede viajar estando embarazada,
seguro que ambos agradecéis un descanso,
aunque hay ciertas recomendaciones para viajar
segura durante el embarazo que vamos a
repasar a continuación.

Lo primero es señalar que el segundo trimestre


es el más seguro para viajar, aunque ello no
quiere decir que esté prohibido al principio o al final del embarazo, con determinadas
salvedades. La primera, como es lógico, que se trate de un embarazo de riesgo o se haya
recomendado reposo a la embarazada, no importa la etapa de gestación en que se
encuentre.

El primer trimestre es delicado para viajar, por lo que se recomienda escoger destinos
cercanos. Si sufres náuseas que puedan incrementarse al viajar, no olvides preguntar al
ginecólogo sobre algún comprimido inocuo para el bebé que ayude a mitigarlas.

En el segundo trimestre es cuando por norma general la mujer se encuentra más preparada
y en mejor estado para viajar, las náuseas con suerte habrá desaparecido, el embarazo está
bien establecido, disminuye el riesgo de aborto espontáneo y no habremos ganado tanto
peso como para sentirnos incómodas durante el viaje.

Respecto al tercer trimestre, probablemente hayamos perdido buena parte de nuestra


agilidad y el aumento de peso conlleva molestias que nos hagan pensarnos dos veces el
hecho de pasar un tiempo largo en un medio de transporte que nos impida movernos
libremente. El cansancio en esta etapa aconseja escoger destinos cercanos y muy relajados.

Es entonces cuando será más importante moverse en la medida de lo posible, estirar las
piernas, caminar... y vestir con ropa cómoda y holgada que no dificulte más la circulación,
tan resentida normalmente al final del embarazo.

En cualquiera de las etapas también es importante no salir de viaje con el estómago vació y
llevar provisiones que puedan aliviar las náuseas o quitarnos el hambre en un momento
dado, si no se puede parar durante el trayecto. Lo que tampoco debe faltar es la bebida, lo
más aconsejable el agua para mantenerse bien hidratada.

En cualquier caso, sea el trimestre que sea, no olvidéis que estamos hablando de vacaciones
tranquilas, que no requieran esfuerzos importantes que puedan afectar a la salud de la
madre o del feto. Nada de deportes de riesgo ni turismo de aventura a destinos exóticos
que requieran precauciones extremas.

En el equipaje deberemos llevar la historia obstetricia, toda la documentación médica que


tengamos (análisis, ecografías...) por si surge algún contratiempo y en el lugar de destino
hubiese que ir al médico, incluso por la posibilidad de que se produzca un parto prematuro
a partir del séptimo mes de embarazo.

Es por ello que a partir de esa fecha es preferible escoger destinos cercanos que nos
permitan acudir a nuestro médico habitual para cualquier consulta o contratiempo.

Medios de transporte durante el embarazo

 Avión.
Ya vimos que se puede viajar en avión durante el embarazo, no obstante es importante que
la mujer se cerciore de la normativa de cada país y cada compañía aérea, pues cada una
puede establecer sus propias normas.

En general, las aerolíneas recomiendan no efectuar viajes en avión cuando el periodo de


gestación supera las 32 semanas. Algunas exigen que la mujer firme un documento que
exonere a la compañía de responsabilidad ante cualquier eventualidad que surja derivada
de su estado. Además, algunas aerolíneas ponen como límite una fecha anterior a las 32
semanas.
Respecto a si es necesario un certificado médico, únicamente lo precisan las mujeres que
superan las 32 o 35 semanas de gestación, o si el tiempo de embarazo es incierto o si existen
complicaciones en él.

Por descontado, no hay que volar si existe algún riesgo en el embarazo, especialmente si
hay indicios de que el parto puede ser prematuro. En la medida de lo posible, nos
sentaremos cerca del baño o de las salidas o en la fila con más espacio para poder mover
las piernas.

El cinturón de seguridad, como el del coche, se sitúa por debajo de la barriga, desde las
caderas. Cuando la luz de obligatoriedad de uso del cinturón se apague, puede que
necesitemos quitárnoslo para estar más cómodas. En esos momentos, cuando podamos,
conviene levantarse para estirar las piernas, aunque no podamos ir muy lejos al menos nos
acercaremos al baño, o daremos pequeños paseos por el pasillo.

Puede que también nos levantemos a pedir agua, ya que en los aviones la humedad suele
ser muy baja y conviene beber muchos líquidos. Hay que intentar dormir si el viaje es muy
largo.

 Tren.
El tren es un medio de transporte muy cómodo, permite mayor libertad de movimientos,
por lo que cambiar de posición, acercarse a la cafetería, al baño... será conveniente durante
el trayecto. No obstante, no hemos de olvidar que el traqueteo puede dar alguna sorpresa,
por lo que conviene caminar apoyándose en los asientos junto al pasillo.

 Coche.
El coche es la mejor opción para los trayectos cortos, muy cómodo para ir a nuestro aire y,
siempre con el cinturón de seguridad puesto, descalzarnos o realizar movimientos de pies
y piernas para favorecer la circulación.

Además, permite parar cuando se necesite, y no intentar alargar el tiempo de trayecto sin
parar. Cada dos horas como mínimo es aconsejable hacer una parada, porque como es
lógico en el interior del vehículo no se puede caminar ni ir al baño.

Como conductora, mejor no ponerse al volante en el último trimestre: el volumen de la


tripa puede hacerlo muy incómodo y el cansancio y los problemas de circulación sanguínea
dificultan y desaconsejan la conducción.

 Autobús.
Personalmente no me gusta demasiado viajar en autobús, y dudo que lo hubiera hecho
durante el embarazo (me refiero a viajes largos). El autobús no suele tener baño, y si lo tiene
es lo suficientemente estrecho como para dificultar el acceso a una persona de cierto
volumen.
Tampoco se permite pasear por el pasillo, es peligroso pues existe el riesgo de que cualquier
curva o frenazo nos haga perder el equilibrio. Las posibilidades de movimiento son muy
reducidas y las de parada "a demanda" prácticamente imposibles.

 Barco.
El viaje en barco puede ser bastante relajado si nos aseguramos que el estado de la mar va
a ser tranquila. Pero puede darnos una desagradable sorpresa en forma de oleaje y náuseas.
Existen muchos tipos de viajes en barco: desde simples ferrys que conectan dos lugares
cercanos a cruceros de distinta duración, por lo que las consideraciones serán distintas en
cada caso.

El crucero puede ser un viaje de relax (lo cual cambiará bastante cuando lleguen los niños)
y permite descansar si no nos apuramos con las excursiones en las escalas ni queremos
realizar la agenda completa del diario de a bordo.

Si el ferry corto que tenemos que tomar ha coincidido en un día de oleaje, mejor posponer
el trayecto (siempre que se pueda) o cambiar si es posible de medio de transporte, ya que
el mar embravecido puede dar un disgusto a cualquier persona, no digamos durante el
embarazo.

Siguiendo todos estos consejos podemos viajar seguras durante el embarazo y disfrutar de
un tiempo de vacaciones "pre-bebé". Y, aunque se suele decir que tardará en repetirse un
viaje, no seré yo quien lo haga, pues os animo a que continuéis, una vez haya nacido el bebé,
viajando en familia.

4.9 Medicación
En principio, y si el médico no indica lo
contrario, ninguna mujer embarazada
debería medicarse. En cambio, diversos
organismos sanitarios, incluida
la Organización Mundial de la Salud - OMS,
estiman que más del 90 por ciento de las
embarazadas consume fármacos recetados
o de venta libre, consume tabaco o alcoholo drogas ilícitas. Los fármacos y drogas causan el
3 por ciento de las anomalías congénitas; la mayoría del resto se debe a causas hereditarias,
ambientales o desconocidas.
Riesgos de medicamentos en el embarazo

En la duda acerca del consumo de un fármaco durante el embarazo, hay que preguntar
siempre al médico, ginecólogo u obstetra que lleve el caso. La recomendación de evitar el
consumo de fármacos se extiende a varias semanas antes de intentar el embarazo e incluye
los suplementos nutricionales y plantas medicinales.

Los fármacos pasan de la madre al feto principalmente a través de la placenta, del mismo
modo que pasan los nutrientes para el crecimiento y el desarrollo fetal. Ya en la placenta,
fármacos y nutrientes atraviesan la delgada membrana que separa la sangre materna de la
fetal.
Los fármacos pueden afectar al feto de varias formas:
- Actuando directamente sobre el feto y causando lesiones, desarrollo anormal o muerte.

- Alterando la función de la placenta, estrechando los vasos sanguíneos y reduciendo el


intercambio de oxígeno y nutrientes entre el feto y la madre.

- Provocando la contracción de los músculos del útero y lesionando así indirectamente al


feto al reducir la cantidad de sangre que recibe.

Efectos adversos de fármacos en el embarazo

Los efectos adversos de los fármacos durante el embarazo dependen de la edad del feto y
de la naturaleza, potencia y dosis del fármaco. Tomados en los 17 días inmediatamente
posteriores a la fecundación, algunos medicamentos pueden causar la muerte del embrión
o no afectarlo en absoluto.
Durante esta fase, el feto es realmente resistente al desarrollo de anomalías congénitas. Sin
embargo, es particularmente vulnerable entre los días 17 y 57 posteriores a la fecundación,
porque es en esos días cuando los órganos del feto se están desarrollando. Los fármacos
que llegan al feto en esta fase pueden provocar un aborto, una anomalía perceptible en el
momento del nacimiento o un defecto imperceptible que puede o no resultar evidente con
el paso de los años.
Finalmente, los fármacos administrados después de que el desarrollo de los órganos se ha
completado, probablemente no causarán anomalías congénitas evidentes, pero sí podrán
alterar el crecimiento y función de órganos y tejidos del bebé.

Medicamentos no aptos para la embarazada

La embarazada solo debe tomar medicamentos prescritos específicamente por su


ginecólogo u obstetra y bajo su supervisión. Como información adicional, incluimos una lista
de los que no deben tomarse cuando se está intentando un embarazo o se está
embarazada.

 Aspirinas y otros analgésicos no esteroideos


 Ansiolíticos y antidepresivos
 Analgésicos opioides, barbitúricos
 Protectores de la mucosa gástrica
 Antiespasmódicos/anticonvulsionantes
 Litio
 Diuréticos y anabolizantes
 Antibióticos como las tetraciclinas o aminoglucósidos
 Ácido retinoico
 Yodo radioactivo y metimazol (para problemas tiroideos)
 Algunos fármacos para el acné y otros problemas cutáneos (como la isotetrinoína y el
etetrinato)
 Quimioterapia oncológica (fármacos citostáticos)
 Hormonas sexuales, como los progestágenos sintéticos, las hormonas androgénicas
(masculinizantes) y el dietilestilbestrol (DES), un estrógeno sintético
 Anfetaminas
 Anticoagulantes, algunos antiarrítmicos y antihipertensivos
 Algunos medicamentos para la caída del cabello
Tratamiento farmacológico para embarazadas

Si por alguna enfermedad o problema crónico tomas medicación, debes consultar siempre
a tu obstetra o ginecólogo antes de planear tu embarazo o en cuanto sepas que estás
embarazada. El especialista determinará si debes o no continuar con el tratamiento y podrá
considerar otras alternativas. La regla de oro: consume sólo los medicamentos que tu
médico determine y tómalos en las pautas y del modo que indique.

4.10 Farmacodependencias
Cuando se está embarazada, no se trata simplemente de
"comer por dos". También respira y bebe por dos. Si fuma
o consume alcohol o drogas ilegales, también lo hace el
feto.
Para proteger a su bebé, usted debe evitar:

 Tabaco: Fumar durante el embarazo traspasa nicotina,


monóxido de carbono y otras sustancias dañinas al bebé.
Esto puede causar muchos problemas para el desarrollo
del feto. Aumenta el riesgo de que su bebé nazca con bajo peso, prematuro o con defectos
congénitos. Fumar también puede afectar a los bebés después de nacer. Podría estar en
mayor riesgo de desarrollar enfermedades como asma u obesidad. También puede tener
mayor riesgo de morir de síndrome de muerte súbita
 Beber alcohol: No hay una cantidad de alcohol segura para una mujer embarazada. Si bebe
alcohol cuando está embarazada, su bebé puede nacer con síndrome de alcoholismo fetal.
Niños con este síndrome pueden tener varios problemas físicos, de la conducta y del
aprendizaje, los que pueden durar toda la vida
 Drogas ilegales: El consumo de drogas ilegales, como cocaína y metanfetaminas, puede
resultar en bebés con poco peso, defectos congénitos o síntomas de abstinencia después
del nacimiento
 Abuso de medicamentos recetados: Si está tomando medicamentos recetados, siga
cuidadosamente las instrucciones de su proveedor de atención médica. Puede ser peligroso
tomar más dosis que lo debido, usarlos para drogarse o tomar los medicamentos de otra
persona. Por ejemplo, el uso indebido de opioides puede causar defectos congénitos,
abstinencia en el bebé o incluso la pérdida del bebé
Si está embarazada y está consumiendo cualquiera de estas sustancias, busque ayuda. Su
proveedor de salud puede recomendarle programas para ayudarle a dejar las sustancias.
Usted y su bebé estarán mejor sin ellas.

El consumo de sustancias adictivas representa un problema nacional de salud pública. De


acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) de los años 2002,1 20082 y 2011,3 la
prevalencia en el consumo de cualquier droga en la población mexicana de 12 a 65 años fue
de 1.3, 1.6 y 1.8%, respectivamente. La preferencia por determinadas sustancias adictivas
muestra variaciones de acuerdo con el sexo, la edad y el tipo de población estudiada. Entre
las mujeres de la población urbana, se observa que las drogas de preferencia son la
marihuana (con una prevalencia del 0.3%) y la cocaína (con una prevalencia del 0.1%); el
consumo de estimulantes de tipo anfetamínico muestra una tendencia similar a la de la
cocaína. También se ha observado que entre las mujeres, el consumo más frecuente se da
entre los 12 y 25 años de edad. Al considerar solamente a las adolescentes (mujeres entre
los 12 y 17 años), se observa que el consumo de marihuana se mantuvo estable desde 2008
a 2011, con una prevalencia de 0.6%; mientras que el consumo de cocaína se incrementó
de 0.2 a 0.4% en el mismo periodo de tiempo. La siguiente droga en preferencia para las
mujeres adolescentes son los inhalables. Por otro lado, la Encuesta de Estudiantes 2006
refleja que existe una alta comorbilidad entre el consumo de drogas y otras conductas
problemáticas o de riesgo, como el tener relaciones sexuales sin protección, que es dos
veces más frecuente entre las consumidoras de sustancias (6.8%) que entre las no
consumidoras (2.3%), incrementando la posibilidad de un embarazo no planeado, no
deseado y de alto riesgo.4 Los datos anteriores reflejan la problemática existente en la
población femenina respecto al consumo de sustancias adictivas, que implica la exposición
del producto a la sustancia durante el embarazo y a través de la lactancia.

La exposición a sustancias adictivas durante el embarazo conduce a riesgos derivados del


consumo en sí, y derivados de conductas relacionadas con el consumo de la sustancia, como
una mala alimentación, un pobre control prenatal y una alta posibilidad de contagio de
enfermedades virales como la hepatitis y el virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH).5 Los efectos directos del consumo de sustancias adictivas dependerán del tipo de
droga utilizada; sin embargo, es importante mencionar que muchas de las usuarias de
drogas no consumen una sustancia única, lo que dificulta conocer directamente el efecto
de una droga sobre el neonato. En el trabajo de Arroyo y colaboradores, que presentamos
en el presente número, se observa que el 38.9% de las mujeres evaluadas consumían dos o
más drogas, lo que corrobora la hipótesis de que las usuarias de polisustancias continuarán
con este patrón de consumo durante el embarazo.
El consumo de cocaína se ha relacionado con disminución de peso, talla y perímetro cefálico
al nacimiento, malformaciones cardiacas y de maduración pulmonar en el feto, así como
desprendimiento prematuro de placenta, placenta previa y parto pretérmino como
principales complicaciones obstétricas.6 Así mismo, se han observado alteraciones
neuroconductuales en hijos de madres consumidoras de cocaína. Los efectos del consumo
de anfetaminas durante el embarazo resultan similares a los del consumo de cocaína, por
el mecanismo de acción similar en ambas drogas.

En el caso de la exposición prenatal a cannabinoides, se ha observado asociación con el


retraso del crecimiento uterino, déficits de memoria, déficits en habituación a estímulos
novedosos, alteración de la interacción de los sistemas hormonales materno y fetal, y se ha
sugerido especial vulnerabilidad del hipocampo y la amígdala cuando hay exposición
prenatal a cannabis.7 Algunos estudios realizados en seres humanos, y otros en animales de
laboratorio, muestran que la exposición a disolventes durante el embarazo produce efectos
teratogénicos. Se ha reportado un patrón de malformaciones similar al producido en
síndrome alcohólico fetal. Las principales alteraciones perinatales asociadas con la
exposición a disolventes inhalables durante el embarazo son: muerte fetal, nacimiento
prematuro, retraso en el crecimiento intrauterino, bajo peso al nacimiento y
malformaciones craneofaciales. De igual manera, se ha observado un retraso en el
desarrollo neuroconductual.8

En el caso de cualquier sustancia, se puede esperar el síndrome de abstinencia neonatal


cuando el consumo se suspendió de manera reciente, que de igual manera, difiere
dependiendo de la sustancia consumida y que, en todo caso, tiene manifestaciones
conductuales y fisiológicas en el recién nacido. Así mismo, debemos considerar todas las
consecuencias psicosociales que conlleva el consumo de sustancias, tanto para la madre
como para el recién nacido.

Si bien, no es posible establecer una relación causa-efecto entre el consumo de sustancias


adictivas y sus resultados en los recién nacidos, en el trabajo de Arroyo y colaboradores,
por el tipo de diseño metodológico, llama la atención la presencia de un caso de infección
por hepatitis C, un caso de sífilis neonatal y cuatro casos de malformaciones menores en los
pacientes, que concuerdan con lo reportado en la literatura internacional. Así mismo, aun
cuando sólo hablamos de reportes anecdóticos, se ha relacionado con consumo de
sustancias a las displasias óseas9 y la hernia diafragmática congénita,10 también observadas
en estos pacientes. Sin embargo, también es importante resaltar que no se obtuvieron
datos de abstinencia en los recién nacidos y que, considerando que se trata de pacientes
con consumo de sustancias previo o durante el embarazo, los porcentajes de casos positivos
en el seguimiento durante la lactancia son bajos. Esto nos podría llevar a suponer que las
mediciones consecutivas de sustancias en la leche materna desestiman el consumo por
parte de las madres y permite un desarrollo neurológico normal en un alto porcentaje de
hijos de madres consumidoras de sustancias adictivas.
Debido a lo anterior, es importante contar con programas de detección y seguimiento de
pacientes con abuso o dependencia a sustancias ilícitas durante el embarazo. Un dato que
arroja la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, y que debe llamar la atención de los
profesionistas involucrados en la atención a las mujeres, es el hecho que de las mujeres con
dependencia a sustancias, solamente el 8.9% ha asistido a tratamiento, de tal manera que
se desconoce hacia dónde se dirigen las mujeres para solucionar su problema de consumo
de drogas, o en el caso de que no busquen ayuda, cuál es el motivo de esto. En el caso de
las mujeres que se embarazan y son usuarias de drogas, se ha observado que ante
programas de tratamiento dirigidos específicamente a esta población, se obtienen buenos
resultados: el porcentaje de mujeres que abandonan totalmente la sustancia o que
disminuyen su consumo es mayor en mujeres embarazadas que en mujeres no
embarazadas. Se ha observado que a mayor número de visitas prenatales y mayor contacto
con personal capacitado para el tratamiento de las adicciones, los resultados son mejores.

De tal manera que el embarazo constituye un periodo de oportunidad para la detección de


mujeres usuarias de sustancias adictivas y para su inclusión en un programa de tratamiento,
con una buena probabilidad de éxito.

Los centros encargados de la atención a la mujer deben considerar lo anterior para incluir,
en la evaluación cotidiana de las pacientes embarazadas, un programa de tamizaje que
permita la detección de abuso o dependencia de drogas, también debe contar con personal
capacitado para el manejo de estas pacientes y, de esta manera, contribuir a disminuir este
serio problema de salud.

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