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El espinazo de la noche

“Somos cazadores nómadas, el fuego nos calienta,


su luz hace cortes en la oscuridad y mantiene lejos
a los animales hambrientos. Podemos vernos en la
oscuridad y hablar, cuidamos de la llama, la llama
nos cuida a nosotros. Las estrellas no están cerca de
nosotros, aunque nos subamos a un monte o a un árbol
siguen lejos, fluctúan con una luz extraña, fría, blanca y
lejana, hay muchas por todo el firmamento, solamente
por las noches. Me pregunto ¿Qué son? Una noche
pensé que las estrellas eran llamas, dan un poco de luz
por la noche igual que el fuego. Puede que las estrellas
sean hogueras que alguien ha encendido por la noche.
Las estrellas dan mucha menos luz que las hogueras,
así que deben estar muy lejos. Me pregunto si desde
el cielo nuestras hogueras parecen estrellas, pero ¿por
qué esas hogueras y las personas que las hicieron no
caen en nuestros pies? ¿Por qué no caen del cielo tribus
extrañas? Esos seres del espacio deben tener grandes poderes”.

EL ESPINAZO DE LA NOCHE
Cosmos, Un Viaje Personal, Capítulo 7
Carl Sagan

Muchos recuerdan el episodio 7 de la serie televisiva


COSMOS, EL ESPINAZO DE LA NOCHE. En el documental, Carl Sagan explica las
visiones que los antiguos daban a cerca de esa franja lechosa que cruza el cielo y las
explicaciones que dieron sobre los soles lejanos que la componen. Durante siglos de
mirar al cielo, los nativos Kung del desierto del Kalahari (Botswana) pensaron que esa
mancha era la columna vertebral que sostenía el firmamento, llamándola "la espina
dorsal" o "el espinazo de la noche", y si se le mira con detenimiento ese es precisamente
el aspecto que tiene. No es nada extraño que la hayan llamado así.
La Vía Láctea es la galaxia en la que se encuentra el Sistema Solar y, por
consiguiente, la Tierra. Se calcula que tiene una masa aproximada de
1'000.000'000.000 masas solares y su forma corresponde a una espiral
barrada. La Vía Láctea tiene un diámetro promedio de 100.000 años luz,
se calcula que contiene entre 200 mil millones y 400 mil millones de
estrellas. La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia es de
alrededor de 27.700 años luz (aproximadamente el 55% del radio
galáctico). La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta
galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante
después la Galaxia de Andrómeda.

MITOLOGÍA E HISTORIA

El nombre de la Vía Láctea proviene de la mitología griega y su


significado en latín es camino de leche. La apariencia de una banda de luz lechosa que cruza el cielo
sugirió a los antiguos que se trataba de leche derramada por el pecho de una diosa. Cuenta una leyenda
que el dios griego Zeus, que fue infiel a su esposa Hera innumerables veces, tuvo un hijo de su unión con
Alcmena, hija del rey Electrión de Micenas. A este hijo se le conoció como Heracles, también conocido
como Hércules en la mitología romana. Al enterarse, Hera hizo que Alcmena llevara en su vientre a
Heracles por 10 meses, intentando deshacerse de él mandando dos serpientes para que lo mataran
cuando tenía ocho meses. Sin embargo, Heracles pudo librarse fácilmente de ellas estrangulándolas con
sus pequeñas manos. Heracles resultó ser el hijo favorito de Zeus, aunque sólo llegaría a ser un héroe,
puesto que era mortal. Para ser un dios inmortal debía mamar de Hera, pero ella no quería: sentía ira
y celos en su contra. Zeus, con la complicidad de Atenea engañó a Hera para que amamantase a un
hermoso infante abandonado en los campos de Tebas. Heracles hambriento chupó el pezón de la diosa
con tal fuerza que fue descubierto. Al reconocerlo, Hera lo apartó de su pecho brotando un río de leche
que llegó hasta los cielos, formando la mancha que puede verse desde entonces. Existen diferentes
versiones de este mito, una de ellas dice que Hermes (Mercurio), el mensajero de los dioses, puso a
Heracles en el seno de Hera mientras dormía, para que mamara la leche divina, pero al despertar y
darse cuenta, lo separó bruscamente derramando la leche, formando la Vía Láctea.

Los vikingos creían que la Vía Láctea era un camino que llevaba al Valhalla, destino de las almas de los
guerreros muertos en batalla. Los celtas aseguraban que se dirigía al castillo de la reina de las hadas.
En España, la Vía Láctea también recibe el nombre popular de Camino de Santiago, pues era usada
como guía por los peregrinos de ese lugar. En otros casos, como en las alegorías chinas y japonesas, se
refieren a ella como un río celestial de plata.

Ya en la Antigua Grecia el astrónomo Demócrito (460 a. C. - 370 a. C.)


sugirió que aquel haz blanco en el cielo era en realidad un conglomerado de muchísimas estrellas
lejanas que no podían ser reconocidas a simple vista. Su idea no halló respaldo y sólo hacia 1609, el
astrónomo Galileo Galilei haría uso del telescopio para observar el cielo y constatar que Demócrito
estaba en lo cierto. El fenómeno visual de la Vía Láctea se debe a estrellas y otros materiales que se
hallan sobre el plano de la galaxia.

PARTES DE LA GALAXIA

El Halo Galáctico
El halo es una estructura
esferoidal que envuelve la galaxia con una concentración de estrellas muy baja y muy
pocos gases de nebulosas, por lo que no se forman estrellas allí, de lo cual se deduce que
sus estrellas son muy viejas. Es en el halo donde se encuentran la mayor parte de los
cúmulos globulares, formaciones muy antiguas que datan de la formación de la galaxia.
Estas agrupaciones de estrellas se debieron formar cuando la galaxia era aún una gran
nube de gas que colapsaba y se iba aplanando cada vez más. Otra característica del halo
es la presencia de gran cantidad de materia oscura, deducida a partir de las anomalías
detectadas en la rotación galáctica. Los cuerpos en el halo rotan en ángulos muy
pronunciados con relación al plano galáctico, e incluso llegan a cruzarlo, llegando a
encontrarse estrellas u otros cuerpos del halo en el disco.

El Disco o Plano galáctico

El disco se compone principalmente de estrellas jóvenes. Es la parte de la galaxia que


contiene la mayor parte del gas y donde se dan los procesos de formación estelar. La
principal característica del disco son sus brazos espirales, que en el caso de la Vía Láctea
son ocho. El Sistema Solar se encuentra en el brazo Orión o Brazo Local, que forma
parte del brazo espiral de Sagitario. Estas formaciones son regiones muy densas donde
se compacta el gas dando origen a las estrellas. Los brazos brillan más porque es en
ellos que se encuentran las gigantes azules, estrellas de vidas cortas que nacen y mueren
dentro del brazo espiral. Otros tipos de estrellas de vidas más largas como el Sol, pueden
encontrarse tanto dentro como fuera de los brazos espirales.

En la actualidad se calcula que la Vía Láctea tiene entre 4 mil millones y 8 mil millones
de masas solares. Inicialmente se pensó que la formación estelar ocurría a un ritmo de
hasta cinco masas solares por año, pero estudios más recientes realizados con ayuda del
Telescopio Espacial de Infrarrojos Spitzer sugieren una mucho menor, de apenas 1 masa
solar por año.

Todo parece indicar la Vía Láctea no es una galaxia común por no haber sufrido en los
últimos 10 mil millones de años ninguna fusión importante con otra, habiendo formado
estrellas de manera constante y con una evolución tranquila, a diferencia de lo que ha
sucedido con numerosas otras galaxias espirales cómo Andrómeda, las cuales han
adquirido su tamaño y masa actuales debido a la absorción de numerosas galaxias
menores.

El Bulbo o Núcleo Galáctico

Se sitúa en el centro y es la zona de la galaxia con mayor densidad de estrellas. El bulbo


tiene una forma esferoidal achatada y gira como si se tratase de un sólido. Al parecer,
en el centro galáctico hay un agujero negro super masivo de unas 2,6 millones de masas
solares que los astrónomos han denominado Sagittarius A. Su detección fue posible a
partir de la observación de un grupo de estrellas que giraban en torno a un punto oscuro
a una velocidad superior a 1.500 km/s. Un estudio reciente muestra que la galaxia es un
50% más masiva de lo que se creía anteriormente, incluso podría tener más masa que la
gigante galaxia de Andrómeda.

Galaxias Satélite

Además de los al menos 150 cúmulos globulares conocidos, nuestra galaxia cuenta con cierto número
de galaxias satélite. Las dos mayores son las Nubes de Magallanes, y el resto son galaxias elípticas
enanas mucho más pequeñas, aunque recientemente se ha sugerido que las perturbaciones observadas
en el gas situado en la periferia de la Vía Láctea pueden ser causadas por la gravedad de una galaxia
similar a la Gran Nube de Magallanes que es invisible desde la posición del Sistema Solar. Algunas de las
galaxias compañeras, cómo la Galaxia Elíptica Enana de Sagitario, están tan cerca que están siendo
despedazadas y absorbidas por la Vía Láctea.

LOS HABITANTES DE LA GALAXIA


Existe una clara confusión para algunos estudiantes e incluso docentes en la diferenciación de los
términos galaxia y Sistema Solar, el cual se espera dejar aclarado en este texto. La Galaxia de la Vía
Láctea está compuesta por un número de estrellas superior a 200 mil millones, polvo interestelar que
forma nebulosas y materia oscura que se hace invisible al ojo.

Estrellas

En términos generales puede afirmarse que una estrella un


cuerpo celeste que brilla con luz propia. Siendo más técnico
y preciso, podría definirse como un cúmulo de materia (gas)
en estado de plasma en un continuo proceso de colapso, en
la que interactúan diversas fuerzas que equilibran dicho
proceso en un estado hidrostático. Una estrella es un
equilibrio entre la enorme fuerza de gravedad que la hace
contraer y el calor de la fusión que la hace expandir. El
tiempo que tarde en colapsar una estrella depende del
tiempo en el que las diversas fuerzas dejen de equilibrarse
una a la otra.

Formación y Evolución estelar

Las estrellas se forman en el


interior de enormes nubes moleculares, de hidrógeno principalmente,
llamadas nebulosas. El proceso se lleva a cabo una vez que estas nubes
empiezan a caer sobre sí mismas debido a la acción de supernovas o la simple
atracción gravitatoria en su interior. Su densidad aumenta progresivamente,
siendo más rápido el proceso en el centro que en la periferia. No tarda mucho
en formarse un núcleo en contracción muy caliente llamado protoestrella. El
equilibrio hidrostático se alcanza cuando finalmente comienzan las
reacciones nucleares que elevan la presión y temperatura de la protoestrella.
Una vez estabilizada la fusión nuclear, se considera que la estrella está en la
llamada secuencia principal (ver diagrama de Hertzprung Russell), fase que
ocupará aproximadamente el 90% de su vida. Cuando se agote el hidrógeno
del núcleo de la estrella, su paso evolutivo siguiente dependerá de la masa, y
podrá convertirse en una enana blanca, o explotar como supernova dejando
una estrella de neutrones o un agujero negro.
Muchas estrellas, como el Sol, tienen simetría esférica debido a sus bajas velocidades de rotación. Sin embargo,
otras estrellas giran a gran velocidad y su radio ecuatorial es significativamente mayor que su radio polar. Una
velocidad de rotación alta también genera diferencias de temperatura superficial entre el ecuador y los polos.
La mayoría de las estrellas pierden masa a una velocidad muy baja, y debido al viento estelar la masa final será
mucho más baja que la masa original de la estrella. Al final de su vida se producirá, en la mayoría de los casos,
una nebulosa planetaria o una supernova, expulsando al espacio material de su propia masa. La materia
expulsada incluye elementos pesados producidos en la estrella que más tarde podrían formar nuevas estrellas
y planetas.

Cúmulos estelares

Usualmente las estrellas no se encuentran solas, sino que pueden


encontrarse acompañadas de otras estrellas, como las binarias o en
grupos de muchos miembros atraídos entre sí por su propia gravedad.
La clasificación tradicional incluye dos tipos de cúmulos estelares:
cúmulos globulares y cúmulos abiertos.

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