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económica del
peronismo
Economía
Argentina
1
Política económica del
peronismo
Introducción
“La relación de Perón con los sindicatos se inició unos meses después de la
revolución del 4 de junio (de 1943)” (Gerchunoff y Llach, 2018, p. 193), que
derrocó al presidente Ramón Castillo. “Por ese entonces, la Confederación
General del Trabajo (CGT) estaba dividida en dos grupos: la CGT Nª 1
agrupaba gremios menos politizados que la CGT Nª 2, dominada por
socialistas y comunistas” (Gerchunoff y Llach, 2018, p. 193).
La revolución generó la toma del Gobierno por parte de los militares y llevó
a una sucesión de varios presidentes: primero tomó el poder Arturo Rawson,
luego lo sucedió el general Ramírez y, finalmente, el general Farrell.
Perón basó su poder en la relación con los gremios; por eso potenciaba a las
organizaciones que apoyaban su política laboral y debilitaba a las que
mostraban mayor independencia. Los dirigentes sindicales a los cuales Perón
2
ayudaba con sus ambiciones políticas elaboraron una propuesta para que
este presentara su candidatura a partir de constituir un Partido Laborista.
3
que pronto se llamó justicialista… La idea de función social de
la propiedad, allí presente, era rescatada por el peronismo
como una alternativa distante al mismo tiempo del
liberalismo ortodoxo y del colectivismo. (Gerchunoff y Llach,
2018, p. 199).
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El peronismo se propuso llevar a cabo políticas para alcanzar los siguientes
objetivos:
5
A su vez, había otras razones con las que se defendía la política del IAPI. El
comercio de posguerra era bilateral en todo el mundo, ya que los países
europeos se estaban reconstruyendo de la guerra y sus Gobiernos habían
creado organismos únicos de compra. Por eso, no había, en realidad, un
precio internacional al que atenerse en las ventas al exterior, sino que se
negociaba entre compradores y vendedores. Además, la situación de
posguerra obligaba a vender a crédito, y el IAPI, al ser un organismo del
Estado, podía soportar mayores riesgos y plazos.
1 Decreto N.° 28169. (1944). Estatuto del Peón Rural. Presidencia de la Nación.
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Estas medidas también fueron acompañadas por la política cambiaria
explicada anteriormente y políticas crediticias. Gerchunoff y Llach (2018)
señalan que la industrialización era vista como una política de desarrollo de
largo plazo que permitía mantener un alto nivel de empleo y consumo.
Por otra parte, se crearon escuelas técnicas para lograr contar con
trabajadores especializados en el sector industrial.
Las razones de esta baja performance se debían a las medidas aplicadas, las
cuales no estimularon la producción rural, pero sí favorecieron el consumo.
El hecho de que el crecimiento del ingreso per cápita provocara aumentos
en el consumo de bienes industriales hacía inevitable que los países
productores de alimentos sufrieran una caída de sus términos de
intercambio externos, lo que provocó que la balanza comercial argentina
tuviera, entre 1945 y 1948, un signo positivo.
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1948 1604,2 1567,8
Fuente: Gerchunoff y Llach, 2018, p. 227.
8
En los años 1946, 1947 y 1948, la clase trabajadora argentina
experimentó el mayor aumento de bienestar de toda su
historia. La mayor disponibilidad de bienes, fruto del
aumento de producción industrial y del creciente valor de las
exportaciones, se volcó sobre todo a expandir el consumo,
que en 1948 fue casi un 50% mayor al de solo 3 años atrás.
(Gerchunoff y Llach, 2018, pp. 213-214).
Gerchunoff y Llach (2018) indican que el aumento del gasto en inversión fue
determinante para el incremento global de las erogaciones estatales.
Además de la nacionalización de servicios, hubo inversiones en
comunicaciones, energía, ferrocarriles y construcción de caminos.
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beneficios de las empresas, lo que contribuyó a mejorar la distribución de
los ingresos.
Por otra parte, al nacionalizar los depósitos y redirigir el crédito a los bancos
y sectores privilegiados (con tasas que resultaron negativas), se produjo una
enorme transferencia de ingresos de los ahorristas a los deudores.
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En 1946 el Gobierno decidió rescatar las cédulas hipotecarias
reemplazándolas por un bono hipotecario emitido por el BCRA que se
colocaría en el público. Sin embargo, la suscripción del bono no tuvo éxito.
Para el rescate se emitieron más de mil millones de pesos, mientras que de
los bonos se tomaron solo 384 millones, por lo que el rescate se financió
mayormente con redescuentos del BCRA.
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A su vez, desde 1949 hasta 1952, continuaron disminuyendo las reservas,
excepto en 1950, cuando aumentaron. El proceso de desmonetización ya
estaba en franca evolución. Esto mostraba que el BCRA no tuvo el manejo
de la cantidad real de dinero que fue determinada por la demanda.
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Referencias
Decreto N.° 28169. (1944). Estatuto del Peón Rural. Presidencia de la Nación.
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El cuello de
botella
externo
Economía
Argentina
1
El cuello de botella externo.
La inflación. Los cambios en la
política económica
Juan Domingo Perón asumió su primer mandato en 1946 y, durante los
siguientes 3 años, aplicó medidas destinadas principalmente a mejorar la
distribución del ingreso a favor de los asalariados y fomentar el desarrollo
del sector industrial.
Surgimiento de la inflación
Gerchunoff y Llach (2018) consideran que esta decisión tenía como objetivo
que la política monetaria sirviera para alcanzar y mantener el pleno empleo.
2
siempre fue mayor al aumento de los depósitos, lo que expandía la cantidad
de dinero en circulación y generaba inflación.
La teoría económica indica que, cuanto más alta sea la inflación, los
individuos más perderán el poder de compra y se desprenderán
rápidamente de los billetes. Sin embargo, durante el primer trienio
peronista, ocurrió al revés: la gente no sentía la necesidad de desprenderse
de las crecientes cantidades de dinero que recibía porque no sentía que ese
dinero estuviera perdiendo valor.
3
a comprimir aún más las importaciones, ya bastante
restringidas. (Gerchunoff y Llach, 2018, p. 238).
4
Aunque el Gobierno sostenía que la política del gasto tenía como objetivo
promover las obras de infraestructura previstas en el Primer Plan
Quinquenal (entre otras, la construcción del oleoducto Comodoro Rivadavia-
Buenos Aires), se sostuvo que una parte muy importante, incluyendo a los
diputados como gastos en obra pública, fueron gastos de funcionamiento
que en parte importante pagaron el aumento de una enorme burocracia.
La productividad
Perón sabía que, para mantener una economía dinámica que permitiera un
aumento progresivo del ingreso salarial, era necesario incentivar la
producción y la inversión, garantizando las ganancias de los empresarios.
Aumentar la cantidad de bienes para repartir, ahí estaba la clave del nuevo
enfoque de la política económica del peronismo.
Los medios elegidos por el Gobierno para llevar a cabo este proyecto fueron
básicamente dos: la restricción de las importaciones y la generosa política
crediticia. Ya en 1944 el régimen para la protección y la promoción de la
industria había mostrado la voluntad oficial de proteger la producción de
manufacturas de “interés nacional”. Se elevaban los aranceles para las
importaciones de los productos que competían con esas industrias, se
reforzaban los permisos previos para la obtención de cambio y se establecía
un sistema de preferencias para la importación de materias primas y bienes
de capital.
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muchas veces las tasas de interés reales fueron negativas, ya que la tasa de
inflación superó a las exiguas tasas nominales. Se estima que los créditos
tomados por el sector industrial pasaron de un 2,6 % del producto bruto en
1944 a 4,4 % en 1948, y continuaron su ascenso en los años siguientes, luego
de una pausa en 1949.
Del período 1945-1958, que abarca apenas tres años más que el peronismo,
se ha escrito que la performance industrial argentina fue peor que la de
Brasil, pero que se compara favorablemente con Chile y México. El
desarrollo de la industria durante la época de Perón solo puede calificarse,
en el mejor de los casos, como un éxito parcial.
El alto nivel salarial seguiría siendo una característica del mercado de trabajo
argentino, mientras que el empleo industrial avanzaría menos que en otros
países.
La evolución de la economía
El Gobierno por fin parecía reaccionar ante las presiones inflacionarias, que
de todos modos llegarían al récord de 31 % de aumentos anual de precio al
consumidor en 1949, el mayor desde la crisis de 1880.
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Los nuevos conductores de la política económica aún no veían en la inflación
un peligro incontrolable. En 1949 se derribó el último obstáculo para el
desarrollo de una política monetaria, independiente y expansiva, al anularse
una cláusula que obligaba al BCRA a respaldar con reservas internacionales
por lo menos un 25 % de la base monetaria.
En 1951 la inflación superó la tasa de aumento salarial. Por última vez desde
que Perón estaba en el poder, el modelo de superávit comercial de 1950 se
trasformaba en un cuantioso déficit en 1951. La restricción del crédito
estaba golpeando sobre algunos sectores industriales.
El mayor conflicto fue el de los ferrocarriles, con una huelga que duró nueve
meses e incluyó entre sus avatares la recorrida de Eva Perón por las
estaciones arengando a los ferroviarios para que volvieran al trabajo.
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comenzaron a recibir precios más favorables, superiores incluso a los
vigentes en el exterior.
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Recién en 1955 pudo incorporar el alto horno luego de otro crédito del
Banco de Exportación e Importación norteamericano.
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Referencias
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). Del paraíso peronista a la crisis del desarrollo
(1949 - 1958). En Autores, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas
económicas argentinas (pp. 233-282). Buenos Aires, AR: Paidós.
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La
Revolución
Libertadora
Economía
Argentina
1
La Revolución Libertadora: los
instrumentos de política
económica
Tras la caída de Perón y el breve gobierno del general Lonardi (septiembre a
noviembre de 1955), el Gobierno del general Aramburu (noviembre 1955 a
abril 1958) debió enfrentar muchos problemas. Uno de los más urgentes fue
el de reconstruir el sistema de energía y transporte y renovar bienes de
capital obsoletos, lo cual conseguiría aumentando la inversión y las
importaciones de maquinaria y equipos restringidos en la época anterior.
También tenía que desarmar el aparato regulatorio e intervencionista, que
había alcanzado extremos sin precedentes. Todos los Gobiernos, desde la
caída de Perón, se vieron en la necesidad de restaurar cierto equilibrio fiscal,
monetario y de las cuentas externas para salir de los ciclos de inflación,
devaluación y recesión, haciendo posible un contexto macroeconómico
estable, lo cual es una condición necesaria para lograr un crecimiento
sostenido.
2
los objetivos en el orden económico de la que se autodenominó Revolución
Libertadora.
El país había hecho un gran esfuerzo de capitalización hasta los años treinta,
pero, debido a la crisis y a las restricciones de oferta de bienes de capital, no
se había renovado la infraestructura y, en gran medida, los bienes de capital
de la industria.
3
reservas se debió a la caída en las importaciones y el Estado actuó como si
eso fuese un regalo inesperado que permitía gastar sin limitaciones.
El Estado había financiado una parte sustancial de sus gastos con la creación
de dinero. Otra fue cubierta con la captación de ahorros de los depositantes
en el sistema bancario y con los fondos del sistema de seguridad social.
Aunque la colocación de Títulos de Tesorería (TES) en el Banco Central de la
República Argentina (BCRA) no fue el factor principal en la creación de
dinero, el gasto del Estado y de las empresas fue financiado indirectamente
por medio de créditos que daba el Banco Nación y redescontaba el BCRA.
Los redescuentos fueron mayores que los depósitos, lo cual produjo una
fuente de creación de dinero y la generación de un proceso inflacionario
cada vez mayor. Concluido el Gobierno peronista, se trasparentó la deuda
del Estado financiada por el BCRA al colocarse el 2 de diciembre de 1957 el
bono de saneamiento por m$n (peso moneda nacional) 27,6 mil millones,
que representaban el 10 % del PBI (producto bruto interno) y el 45 % de la
base monetaria.
Por otro lado, el Estado no solo había mantenido las tortuosas regulaciones
que existían en los mercados desde la guerra y los controles de precios a los
movimientos de capitales y a los cambios, sino que había monopolizado el
comercio exterior, nacionalizado los depósitos bancarios, los servicios
públicos y extendiendo sus actividades a empresas productivas en sectores
considerados estratégicos. Uno de sus objetivos fue mantener elevado el
salario real. Si esto no era el resultado de una mayor productividad, se podía
lograr controlando los factores que incidían en el costo de vida: los precios
de los alimentos, servicios públicos y alquileres. Por ello, se mantuvo bajo el
cambio de las exportaciones de alimentos y, cuando eso no fue posible, se
subsidiaron las tarifas de los servicios públicos y se congelaron los alquileres
por un largo período.
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populares. Para evitar caer en la impopularidad, los retrasos se extendían en
el tiempo y se profundizaban hasta llegar al inevitable reajuste, que
provocaba resistencias en los sectores que lo soportaban.
El informe destacaba la caída del ingreso por habitante que en 1948 había
alcanzado, según él, un máximo con 4041 pesos para bajar en 3581 pesos en
1955.
Las perspectivas del comercio exterior argentino para los años siguientes no
eran favorables. Subrayaba el lento crecimiento de la producción doméstica
del petróleo, del que las industrias locales requerían cantidades crecientes,
la crisis energética y el estrangulamiento que resultaba del enorme déficit
de los transportes, que eran los principales obstáculos que había que salvar
para lograr un sostenido aumento de la producción.
5
Como la situación de divisas no permitía la importación, habría que recurrir
al crédito externo negociando razonables empréstitos.
La devaluación de 1956-1957
6
quedaba con saldos acreedores, lo que se debía saldar con exportaciones o
con dinero del acreedor o divisas convertibles. Los abultados montos de la
deuda argentina para con varios países europeos amenazaban a fines de
1955 con una práctica cesación de los pagos y la inminente interrupción de
los envíos provenientes de países europeos.
1) Sistema multilateral.
2) La consolidación de nuestras deudas.
3) La puesta en vigor del sistema de comercio y de pagos.
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Como consecuencia de la devaluación, los mayores costos de los insumos
importados produjeron fuertes presiones por parte de los empresarios, que
reclamaron créditos del sistema bancario, ya que la tasa de interés de los
bancos era negativa. A causa de la continua baja de los precios de los
cereales, las exportaciones en 1957 no mostraron señales de recuperación,
de modo que se mantuvieron por debajo del nivel del 1954. Sin embargo,
los volúmenes importados habían subido, entre 1956 y 1957, un 6,8 %,
mientras que los valores solo lo hicieron en un 3,3 %.
Parte de los incentivos que el nuevo nivel de precios había generado fue
compensado por la paulatina reducción de recargos a la exportación, hasta
su eliminación total en 1957. La producción estuvo lejos de aumentar en la
medida esperada. En cuanto al sector externo, no se había logrado una
coyuntura desfavorable, sino que el déficit se agravaba. La mayoría de las
importaciones correspondió a los combustibles, entre 17 % y 24 %, y
maquinarias, entre un 20,4 % y un 27,4 %.
8
renovación presidencial. En 1958 los conflictos gremiales asumieron
proporciones considerables.
Una de las medidas del Gobierno provisional que tuvo más éxito fue el plan
de reactivación de YPF. El plan contempló la construcción de la red de
oleoductos y gasoductos para transportar el petróleo desde los lugares de
producción a los mercados de consumo.
Los bancos recibirían por su cuenta, en vez de hacer por cuenta y orden del
BCRA1. Seguido a eso la Carta Orgánica del Banco Central queda armonizada
con el nuevo régimen de depósito bancario y con la nueva legislación.
1Decreto Ley 13126. (1957). Carta Orgánica del Banco Central. Presidencia de la Nación. Recuperado
de https://goo.gl/LmG1ZU
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fijación de la tasa de redescuento, la determinación de las tasas máximas y
mínimas de interés que podrían cobrar por sus créditos, la emisión de
papeles de absorción y la realización de operaciones el mercado abierto. Se
establecieron límites para acordar préstamos con el Estado. El banco podía
tomar para su propia cartera valores públicos hasta límites fijos. El Decreto
Ley N.° 13126 establecía un mensaje muy claro: el régimen de 1946 no
respondió como se había previsto, pero permitió usar los recursos de los
depositantes y crear, además, otros recursos de carácter inflacionario para
financiar ingentes necesidades, inversiones y pérdidas del Estado.
La deuda del IAPI rondaba los m$n 19 700 millones, los cuales quedaron
consolidados en uno o más bancos a cargo del Estado y figuraba en el activo
del BCRA, lo que les permitiría a los bancos oficiales cancelar sus créditos
contra el IAPI y las correlativas obligaciones con el BCRA. Los créditos
oficiales congelados que se consolidaban representaban el 44 % de la cartera
de préstamos del Banco Nación y el 3 % de la cartera del Banco Industrial.
A partir del nuevo régimen, el Estado dejó de utilizar los redescuentos como
instrumento de financiamiento habitual. Las tasas de interés siguieron
controladas y debajo de la inflación: 7,50 % y 10 % en 1956 y 1957, en
relación con la inflación del 13,4 % y el 24,7 %, respectivamente.
2Decreto Ley 13126. (1957). Carta Orgánica del Banco Central. Presidencia de la Nación. Recuperado
de https://goo.gl/LmG1ZU
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de esterilización y, respecto a los bancos, únicamente les quedó la
persuasión y su influencia moral.
Desde 1957 la legislación les dejaba a los bancos la capacidad prestable, que
dependía de la magnitud de los depósitos que captara y de los efectivos
mínimos que debía movilizar, cuya variación sería una facultad del BCRA,
tanto para evitar fuertes fluctuaciones en la cantidad de dinero como para
dirigir el crédito a sectores que se consideraban preferentes.
El mecanismo del efectivo mínimo variable fue utilizado por el BCRA en los
años posteriores al peronismo. Desde 1957 la estrategia monetaria consistió
en adecuar los multiplicados para brindar al sistema económico una
cantidad de activo monetario.
Los salarios reales crecieron débilmente a partir del 1955 hasta 1959, año en
que sufrieron una fuerte caída del 25,5 %.
11
a 1958 el comercio exterior argentino siguió siendo deficitario, en parte por
el deterioro de los precios de exportación.
3Ley 14222. (1953). Capitales Extranjeros. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de https://goo.gl/QzKauY
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Referencias
Decreto Ley 13126. (1957). Carta Orgánica del Banco Central. Presidencia de
la Nación. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/180000-
184999/183495/norma.htm
13
El régimen
de Frondizi
Economía
Argentina
1
El régimen de Frondizi: la
estrategia desarrollista
Arturo Frondizi asumió su Gobierno democrático en 1958, con la salvedad
de que se había establecido la proscripción del partido peronista en las
elecciones.
Política desarrollista
2
Según Gerchunoff y Llach:
Aquel intento por atraer inversiones extranjeras de los últimos años del
gobierno de Perón era la base del postulado desarrollista. Esto se
contradecía con la posición que entonces tuvo Frondizi por su pensamiento
económico nacionalista, quien incluso en uno de sus libros afirmaba que YPF
(Yacimientos Petrolíferos Fiscales) podría autoabastecerse. Mediante el
programa de Chascomús de 1960, cambió su posición y propuso que no se
les impidiera, tanto a las empresas nacionales como a las extranjeras, la
posibilidad de promover nuestras fuentes naturales.
Según el Gobierno, la independencia económica del país se lograría
obteniendo inversiones extranjeras.
Este programa tuvo sus críticas, ya que no se asentaba en la teoría de las
ventajas comparativas porque se quería que el país elaborara productos que
se podían conseguir a un costo menor en el extranjero. Además, había
grupos que consideraban a las inversiones extranjeras antieconómicas
debido al egreso de divisas en regalías, intereses y dividendos.
1Ley 14780. (1958). Promoción Industrial. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de https://goo.gl/XUedVc
3
Gerchunoff y Llach indican que, en 1961, Estados Unidos, a través de la
Alianza para el Progreso, un sistema de ayuda técnica y financiera a los
países de América Latina, ampliaba el clima favorable para el desarrollismo,
al igual que los organismos internacionales, como el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento, que luego fue el Banco Mundial (2018, pp. 295-
296).
4
El incremento de los salarios y la inversión pública provocaron un déficit que
rozó el 9 % del PBI y fue financiado, en su mayoría, a través de la emisión
monetaria, lo que derivó en inflación.
5
Política arancelaria: se eliminaron los controles al comercio exterior,
aboliéndose los controles cuantitativos y los sistemas de permisos a las
importaciones.
6
exportaciones apenas aumentaban. La inflación minorista triplicó su
anterior récord histórico con un registro del 129,5 %.
Referencias
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). El impulso desarrollista. En Autores, El ciclo
de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas (pp.
283-333). Buenos Aires, AR: Paidós.
7
El Gobierno
militar: las
reformas
económicas
Economía
Argentina
1
El Gobierno militar: las
reformas económicas
La debilidad política del Gobierno de María Isabel Martínez de Perón, la
importante participación del poder sindical a través de la CGT
(Confederación General del Trabajo), que condicionaba fuertemente las
políticas económicas y sindicales de ese Gobierno, los graves
enfrentamientos internos dentro del Partido Justicialista, la fuerte irrupción
de la guerrilla, la sensación de caos político y la aceleración del proceso
inflacionario impulsaron a las Fuerzas Armadas a tomar por la fuerza el
Gobierno el 24 de marzo de 1976.
2
2) Crecimiento económico. Para esto había que corregir la crisis de la
Balanza de Pagos, que había alcanzado características alarmantes. En
marzo de 1976, el país se encontraba al borde de la cesación de pagos.
3) Distribución del ingreso “razonable”. Realizar una progresiva
distribución del ingreso de la sociedad en la medida en que las
condiciones del funcionamiento de la economía argentina lo permitieran.
3
c) Sector público. La principal causa de la inflación era el déficit fiscal.
En función de este diagnóstico, el sector público debía disminuirlo
sustancialmente como proporción del PBI (producto bruto interno),
ya que había alcanzado en 1975 el 12,5 %. Para ello, se aplicaron las
siguientes medidas:
4
1976 disminuyo en 2,9 % con respecto al año anterior. Debido a los elevados
precios relativos del sector agropecuario, se produjo un aumento en su
producto del 4,4 % con respecto a 1975.
Una de las áreas donde el Estado tuvo mayor éxito fue en las finanzas
públicas. El déficit fiscal, como proporcional del PBI, disminuyó del 12,5 % en
1995 al 7,8 % en el año 1976, alcanzando el 3 % durante 1977.
5
El programa redujo la tasa de inflación del 170 % en 1978 hasta el 85,5 % en
1980. Durante el término de dos años, de enero de 1979 a diciembre de
1980, la inflación interna fue siempre superior a la inflación externa más la
devaluación prevista por la tablita cambiaria. Este hecho significó que el
dólar estuviera “barato”; es decir, que había un atraso cambiario.
Este atraso tuvo efectos sobre cuentas que conforman la Balanza de Pagos:
6
2) El inadecuado manejo de la política fiscal y monetaria, que generó
importantes presiones sobre el lado de la demanda agregada de la
sociedad.
7
Cuando se produjo el cambio de autoridades, las expectativas habían
cambiado. El fracaso de los ajustes de 1981 provocó una serie de
devaluaciones que, para adelantarse a los precios, fueron cada vez mayores.
Tras un enorme desbarajuste, se había logrado una devaluación real. La
caída de los ingresos reales tuvo un efecto negativo sobre la actividad
económica.
El Estado asumió ante los acreedores externos una gran parte de la deuda
privada, reemplazándola con obligaciones de los deudores en pesos que, al
ser ajustadas por una tasa más baja que la inflación, resultó un subsidio a los
deudores.
8
financiara la deuda externa con bonos o títulos con garantía del Estado
nacional.
9
Referencias
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). Vértigo Económico en tiempos violentos.
En Autores, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas
económicas argentinas (pp. 385-437). Buenos Aires, AR: Paidós.
10
El
radicalismo
Economía
Argentina
1
El radicalismo: el Plan Austral,
El Plan Primavera, la
hiperinflación
La asunción al Gobierno del presidente Raúl Alfonsín en diciembre de 1983
había despertado una gran expectativa en la sociedad argentina por el
advenimiento de la democracia, por la vigencia plena de los derechos y
libertades individuales y por las políticas económicas que seguramente
llevaría un Gobierno popular.
La disminución del PBI (producto bruto interno) por persona entre 1974 y
1984 fue del 15 %. Esto generaba una fuerte presión para resultados
favorables. Además, existía un elevado endeudamiento externo de la
economía. Habían disminuido las reservas internacionales a niveles que
comprometían los pagos internacionales.
Durante su gestión, Alfonsín tuvo una fuerte oposición por parte del
sindicalismo argentino y de los principales partidos opositores, en especial,
del justicialismo y de grupos “internos” dentro del mismo partido político.
2
La reactivación de la demanda agregada a través del aumento en los salarios
reales incrementó el PBI en el año 1984 en un 2,6 %.
La inflación aumentó en los primeros meses de 1985, de modo tal que llegó
a la hiperinflación con tasas del 25 % al 35 % mensual. El déficit fiscal en 1984
se mantuvo en niveles muy elevados, de alrededor del 9 % del PBI
considerando el sector público no financiero, y del 12,5 % para el déficit
cuasi-fiscal del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El Plan Austral
3
El objetivo era evitar transferencias de riquezas importantes de un sector a
otro en la economía. Con este mecanismo se aplicó el “desagio” de los
contratos del sector público y del sector privado. “Los contratos pactados en
la moneda antigua, que incorporaban una alta expectativa de inflación, se
transformaban automáticamente a australes a través de una tabla de
conversión que mantenía el valor real esperado de los pagos futuros”
(Gerchunoff y Llach, 2018, p. 460).
Los resultados del Plan Austral fueron muy elogiables en los primeros meses.
La tasa de inflación disminuyó del 31 % en junio de 1985 al 6 % en julio de
1985, y en los siguientes meses los precios mayoristas crecieron en solo un
1 %, mientras que el índice de precios al consumidor subió un 3 %. La
población apoyó al Plan Austral y hubo un control voluntario de los precios,
sin la participación del Estado.
De una caída del 4,3 % en el nivel del PBI en 1985, se produjo un incremento
del 5,6 % en 1986. Por el efecto Olivera-Tanzi, el déficit fiscal disminuyó del
8,3 % del PBI a la meta planteada del 2,5 % del PBI en el último cuatrimestre
de 1985.
4
inflacionarias por el lado de la demanda. De un déficit fiscal para todo el año
1985 del 7,9 % de PBI, se redujo al 4,1 % en el año 1986.
5
económico no pudo controlar la política de fuerte expansión de los
redescuentos.
La enseñanza que dejó el Plan Austral fue que, a pesar del gran apoyo que
tuvo el Gobierno por parte de la sociedad argentina durante los primeros
meses, le permitió al Partido Radical ganar las elecciones legislativas de
diciembre de 1985. Al no poder llevar a cabo la política fiscal y monetaria,
estaba condenado al fracaso. Las probabilidades de éxito de largo plazo de
este plan eran realmente reducidas.
1Ley 23614. (1988). Promoción Industrial. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de https://goo.gl/kFusia
6
f) Se estableció una nueva Ley de Coparticipación Federal de Recursos
Fiscales2 para evitar los conflictos con los Gobiernos provinciales.
Uno de los pilares sobre los que tuvo su base el Plan Primavera fue el
funcionamiento del mercado cambiario. Las importaciones de bienes y
servicios y el pago de intereses privados de la deuda externa debían
realizarse a un tipo de cambio libre. Las exportaciones agropecuarias y el 50
% de las exportaciones industriales se venderían al tipo de cambio oficial
fijado por el BCRA, que vendería en el mercado las divisas que adquiría a los
exportadores a los agentes que demandaban importaciones. La diferencia
cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el libre era del 25 % y era captado
por el BCRA como un superávit cuasifiscal.
2Ley 23548. (1988). Coparticipación Federal de Recursos Fiscales. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/wGthpE
7
los salarios serían fijados por convenciones colectivas de trabajo. Las tarifas
y precios de los servicios públicos se indexarían (inflación menos el 1 %).
En enero de 1989, el Plan Primavera llegó a su fin con una corrida cambiaria
que incrementó el dólar en el mercado libre, lo que le impidió al BCRA seguir
vendiendo en el mercado cambiario. La política monetaria no pudo evitar la
corrida cambiaria.
La escapada del dólar y el fin del Plan Primavera trajeron aparejada una
aceleración de la inflación, que comenzó a subir durante los meses de
febrero (9,6 % para el índice de precios al consumidor y 8,4 % para el índice
de precios mayoristas) y marzo (17 % de aumento de precios al consumidor
y 19 % para mayoristas).
8
internacionales provocaron una permanente huida del peso hacia el dólar,
lo que agravó la subida del tipo de cambio y el aumento de la inflación.
9
Referencias
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). La democracia y el difícil gobierno de la
economía (1983-1989). En Autores, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un
siglo de políticas económicas argentinas (pp. 439-484). Buenos Aires, AR:
Paidós.
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Reformas
económicas
aplicadas en la
década de 1990
Economía
Argentina
1
Reformas económicas
aplicadas en la década de 1990
En el año 1989, confluyeron dos hechos inéditos de la historia
argentina: el desborde hiperinflacionario y la transmisión de
mando entre dos presidentes de distinto partido elegidos
limpiamente…
La experiencia hiperinflacionaria fue, sin duda, definitoria
para moldear lo que se pensaba y se decía sobre la economía
argentina… El debate de ideas pasaba rápidamente al centro
de la escena como proveedor de posibles soluciones, y en él
dominaba una visión que incorporaba ciertas proposiciones
generales que en estas latitudes se asociaban al liberalismo,
entre las cuales sobresalía la idea de reducir el ámbito de
acción del Estado…
Esa evolución en el debate sobre los problemas
económicos argentinos se alimentaba de un clima intelectual
de época, que revalorizaba al mercado frente al Estado en los
diversos campos de la economía que estaban en conflicto…
Estas intervenciones habían detenido el crecimiento
económico. Además, el déficit fiscal persistente había
resultado primero en la alta inflación y, finalmente, en la
hiperinflación, fenómenos que a su turno acentuaban la
decadencia relativa de Argentina. (Gerchunoff y Llach, 2018,
pp. 485-486).
2
1) A partir de enero de 1990, los depósitos a plazo fijo serían canjeados
compulsivamente por bonos externos serie 89 a la par por tipo de cambio
libre. No había más operatoria a plazo fijo, las cuentas de cajas de ahorros
y cuenta corriente no se verían afectadas.
2) También, la totalidad de bonos emitidos por el Gobierno nacional
nominados en pesos moneda nacional serían convertidos a bonos
externos 89 a la par.
3) Se anunciaron también medidas de restricción de gasto público y se
intentó realizar un mayor control de la empresa del Estado (Visintin,
2001, pp. 232-233).
Plan de Convertibilidad
1) Tipo de cambio fijo: la paridad era de ₳10 000 = 1 USD; a partir del 1 de
enero de 1992, con el cambio de moneda, pasa a ser $1 = 1 USD.
2) Se establece que la totalidad de los medios de pago está plenamente
respaldada por las reservas o divisas internacionales. Era una caja de
conversión similar a la existente durante los tiempos del patrón oro.
3) La única manera de expandir o contraer la cantidad de dinero es a través
del resultado en la Balanza de Pagos. Es decir que solo se podía emitir si
aumentaban las reservas internacionales.
4) Se puso un énfasis fundamental en la reducción del déficit fiscal a través
del aumento en la recaudación fiscal y de la restricción del gasto público.
5) Aplicación de políticas de desindexación de la economía.
6) Continuación de los procesos de privatización iniciados con Erman
González.
7) Solución definitiva al problema de la deuda externa a través de la
incorporación de Argentina al Plan Brady, anterior al acuerdo con el
Fondo Monetario Internacional (FMI), a través del préstamo de
facilidades extendidas.
8) Continuidad de la desregulación de los mercados.
1 Ley 23928. (1991). Convertibilidad del Austral. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://goo.gl/fCgvnJ
3
1) Privatización de las empresas de servicios públicos.
Los factores por los cuales se impulsaron las privatizaciones fueron: los
desequilibrios financieros de las empresas que tenían un impacto negativo
en las cuentas públicas, su bajo nivel de productividad de mano de obra y
capital y, en muchos casos, su inoperancia en la prestación de los servicios.
Los sectores energéticos son los que generaron los mayores recursos
obtenidos, considerando el sector eléctrico, el sector petróleo, el sector
gasífero y la venta de las acciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
En el caso de las empresas telefónicas, el valor obtenido por la venta de
Telefónica S. A. Otra importante privatización fue la de Aerolíneas
Argentinas. También fue concesionada por el término de 30 años la
prestación del servicio del agua y cloacas de capital federal, que estaba en
manos de Obras Sanitarias. Los ferrocarriles fueron concesionados, pero con
una característica especial: al ser fuertemente deficitarias, estas actividades
se adjudicaban a aquellos grupos empresarios que solicitaron el menor
subsidio.
2Ley 23696. (1989). Reforma del Estado. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://goo.gl/KaJ6UZ
4
Se aplicó con el propósito de favorecer una mejor reasignación de los
recursos. La hiperregulación de las actividades de hidrocarburo fue
totalmente abolida. A partir de enero de 1991, se liberaron los precios del
petróleo en boca de pozo, los precios de los diferentes derivados del
petróleo al nivel de refinería y de plantas de despacho. El Estado solo
establecía el impuesto a la transferencia de los combustibles, el impuesto al
valor agregado y las regalías del petróleo. Los efectos de la desregulación
petrolera se manifestaron rápidamente en el crecimiento de la producción
del petróleo, que pasó de 28 millones de m3 en 1990 a 46 millones de m3 en
1996.
5
que, si ayudó a germinar un mercado de capitales de largo
plazo sobre la base del ahorro nacional, fue a costo fiscal
mayúsculo, en cuanto significó que, por un largo tiempo, los
pagos públicos a los jubilados excederían a los menguados
aportes que quedaban en manos del Estado. (Gerchunoff y
Llach, 2018, p. 504).
6
erogaciones se miden en porcentaje del PBI. En términos de
su estructura, se observa una disminución de la proporción
correspondiente a las inversiones y los subsidios, resultado
de las privatizaciones y de la anulación de diversos regímenes
de apoyo fiscal al sector privado. Como contrapartida de la
reducción de esos rubros, creció la importancia el gasto
público social. (Gerchunoff y Llach, 2018, pp. 504-505).
5) Apertura de la economía.
7
En materia de exportaciones, en 1991 se eliminó la mayor parte de los
impuestos a las exportaciones, con el propósito de mejorar la rentabilidad
del sector agropecuario, y se mantuvieron algunos gravámenes a las semillas
oleaginosas. A partir de 1991, también se comenzaron a incrementar los
reembolsos a las exportaciones.
8
Uno de los fenómenos que más afectaron el comportamiento cíclico del
nivel de actividad se denominó riesgo país, el cual depende de las
expectativas que los agentes económicos externos tienen respecto de las
evoluciones de las políticas macroeconómicas en el país. Para medirlo se
establece la diferencia entre el rendimiento de los bonos externos emitidos
por el Estado argentino comparados con el rendimiento de los bonos que
son de libre riesgo. Esta diferencia es el valor mínimo que los inversores
extranjeros deberían recibir por realizar inversiones en activos reales y
financieros en el país. Hay que tener en cuenta que lo que influye al riesgo
país es todo lo que sucede en las economías de los países emergentes de
América Latina y el sudeste asiático.
9
La reaparición del crédito de tasas más accesibles y
previsibles y el aumento del poder de compra de los salarios
reales derivado de la desaparición del impuesto inflacionario,
resultaron ser poderosas fuerzas de expansión puestas en
marcha por la estabilidad…
A ellas se sumaban los efectos de otras políticas, como el
abaratamiento de los bienes de importación que resultó de la
apertura comercial. La reacción de la demanda estimuló el
nivel de actividad, que creció a razón del 8,8% anual entre
1990 y 1994, el record del siglo para un período de cuatro
años…
La mejora de productividad fue, en efecto, muy intensa.
Aun con todo lo que significaba como indicador de progreso,
el aumento de la productividad tenía una amarga contracara,
que pronto sería el más grave problema de la economía
argentina: el desempleo. Si bien en un principio (años 1991 y
1992) la reactivación había creado una gran cantidad de
empleos, el número de puestos de trabajo apenas aumentó
(0,5% anual) entre 1992 y 1994, a pesar de la continuada
expansión productiva (605% anual). A ello se sumó un
excepcional aumento de la población dispuesta a trabajar,
fenómeno en cuya explicación intervenían, además de las
razones demográficas, la posibilidad de obtener salarios más
altos que en el pasado y la incorporación de un cierto número
de personas a la fuerza laboral como respuesta a la falta de
trabajo de otro miembro del hogar. El resultado fue un
aumento record en la tasa de desocupación urbana, de 7% en
octubre de 1992 a 12,2% en octubre de 1994. (Gerchunoff y
Llach, 2018, pp. 494-502).
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Del análisis de la evolución de las cifras de desempleo, se puede asegurar
que solo muy elevadas tasas de crecimiento económico podrían haber
resuelto el problema de desempleo. Esta resistencia a la disminución de la
tasa de desempleo que se produjo en la década de los 90 obedeció a los
importantes cambios estructurales por el lado de la demanda y de la oferta
laboral.
Con respecto a la oferta laboral, se ha ido incorporando cada vez más mano
de obra a la población económicamente activa, es decir, existe una mayor
cantidad de personas en relación con el total que está dispuesto a trabajar;
se ha producido una mayor tasa de participación. Lo anterior tiene dos
fundamentos: el primero se refiere a que el empeoramiento en las
condiciones económicas de la familia impulsó que la gente intentara
conseguir un trabajo; el segundo es que, dado que hay mayores
oportunidades laborales, las personas sacrifican ocio para conseguir un
mayor nivel de ingresos.
Crisis internacionales
A grandes rasgos podemos mencionar que, a partir de 1997, la economía
argentina comenzó a sentir los efectos de sucesivas crisis internacionales,
como la crisis del sudeste asiático, el default de Rusia y, finalmente, la
devaluación de Brasil en 1999. Estas afectaron la competitividad argentina
como consecuencia de la apreciación cambiaria y, por el lado financiero, al
incrementar el riesgo país, que derivó en una fuga masiva de capitales.
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Hay dos explicaciones para ello, la cuestión cambiaria, ya que se produjo un
atraso cambiario que derivó en pérdida de la competitividad de la economía,
y la cuestión fiscal, ya que durante toda la década de los 90 el Estado no
logró tener superávit fiscal.
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Referencias
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). Grandes expectativas, grandes
decepciones (1989-2001). En Autores, El ciclo de la ilusión y el desencanto.
Un siglo de políticas económicas argentinas (pp. 485-527). Buenos Aires, AR:
Paidós.
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La salida de la
crisis y la
economía
populista
Economía
Argentina
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La salida de la crisis y la
economía populista
Finalización de la convertibilidad
Los aranceles a los bienes de consumo fueron aumentados hasta los topes
permitidos por la Organización Mundial de Comercio y se redujeron
2
impuestos para diversos sectores productores de bienes. Poco después se
anunció que, para evitar en un futuro los perjuicios de las devaluaciones
extranjeras, el valor del peso no sería ya idéntico al de un dólar, a la suma
de medio euro y medio dólar. El efecto de esta medida sobre la
competitividad era nulo porque solo entraría en vigencia cuando la moneda
europea y la norteamericana se equipararan, y aun entonces la redefinición
de valor no implicaría una devaluación.
Gobiernos de transición
3
vale resaltar que el valor del tipo de cambio era fijado por el libre juego de
oferta y demanda y, a mediados del 2002, ya estaba en valores cercanos a
$4 = 1 USD. La fuerte devaluación generó un incremento de la inflación y una
caída de los salarios reales.
A su vez, había una “brecha del producto (la diferencia entre la capacidad
productiva de una economía y lo que efectivamente produce) muy elevada,
de modo que había amplio margen para crecer sin necesidad de nuevas
inversiones o mejoras sustantivas de la productividad” (Gerchunoff y Llach,
2018, p. 537).
4
en los vencimientos, lo que permitió reducir las necesidades de
financiamiento. A ello se sumó, en el año 2006, el pago total de la deuda que
el país tenía con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
5
Asignación Universal por Hijo, que es una herramienta de protección social.
Esta medida legal ofrece un beneficio monetario siempre que se cumplan
ciertas condiciones de obligatoriedad educativa y sanitaria.
Otro hecho que marcó a esta primera presidencia fue la muerte inesperada
de Néstor Kirchner en octubre de 2010 por un paro cardíaco, el mismo día
en que se estaba llevando adelante el censo nacional. Este hecho terminó
con la hipótesis que se manejaba sobre la idea del matrimonio presidencial
de ir alternando sus mandatos y así continuar ininterrumpidamente en el
poder.
Política fiscal. Fue expansiva con un incremento del gasto para mantener
los programas sociales y los subsidios para el transporte y la energía. Esto
generaba un elevado déficit fiscal.
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Política arancelaria. Se mantuvieron elevadas las retenciones a las
exportaciones y los aranceles a las importaciones con el objetivo de
contar con recursos para financiar el déficit fiscal. También se impusieron
restricciones cuantitativas a las importaciones y se realizaron
prohibiciones a las exportaciones.
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Referencias
Gerchunoff, P. y Llach, L. (2018). La reactivación como sueño eterno (2002-
2015). En Autores, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas
económicas argentinas (pp. 529-578). Buenos Aires, AR: Paidós.