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5- CAPACIDAD

Cuando se celebra un acto jurídico, no es necesario que haya sido querido por
el autor únicamente, sino que es preciso que se ejecute por una persona dotada de
voluntad y que tenga capacidad para realizarlo.

Se puede definir la capacidad como la aptitud legal de adquirir derechos y


ejecutarlos, sin el consentimiento, autorización o ministerio de otro. A partir de allí,
podemos clasificar la capacidad en capacidad de goce o jurídica y capacidad de
ejercicio o de obra.

Es un requisito de validez del acto o contrato art. 1445, número 1°. Para que
una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario...

Las reglas que regulan la capacidad son de orden público y las causales de
incapacidad son de derecho estricto. No rige acá, de ninguna manera, la autonomía
de la voluntad.

CAPACIDAD DE GOCE:

Gozar de un derecho es estar investido de él, vale decir, ser su titular; ejercer
un derecho, en cambio, es ponerlo en práctica, vale decir, la realización de los actos
jurídicos a que da opción.

Se define como la aptitud legal para ser titular de derechos, adquirirlos o ser
sujeto de los mismos. Es inherente a todo ser humano por el hecho de ser tal. Es un
atributo de la personalidad y nace al momento de ser persona. Toda persona,
cualquiera que se sea su edad, sexo, estado, nacionalidad, tiene el goce de los
derechos civiles.

La capacidad de goce puede concebirse sin la capacidad de ejercicio, pues el


titular de un derecho puede ser capaz o incapaz para hacerlo valer por sí mismo. Si
es capaz de hacerlo valer por sí mismo, entonces tiene también capacidad de
ejercicio.
CAPACIDAD DE EJERCICIO:

La capacidad de ejercicio es la aptitud legal de una persona para ejercer por sí


misma los derechos que le competen, sin el ministerio o la autorización de otra (art.
1445, inciso II).

La incapacidad, entonces, es la falta de aptitud legal para ejecutar actos


jurídicos y obligarse por sí mismo sin necesidad de la autorización o ministerio de
otro.

Hay que distinguir dentro de la capacidad de ejercicio la capacidad


contractual (que es la necesaria para celebrar un acto jurídico y a la que nos
referimos ahora); y aquella para ser responsable de delito y cuasi delito civil,
denominada capacidad delictual (sobre la que no entraremos ahora por tratarse de
materia del curso de responsabilidad).

Es precisamente, a partir de la capacidad de ejercicio que podemos hablar de


las incapacidades, pues en principio todos tenemos capacidad de goce (la
incapacidad de goce general no existe (salvo art. 963 a 965 CC).

La regla general es la capacidad. Por tanto, las incapacidades sólo existen


cuando así lo declara expresamente la ley. De ahí que no estudiamos la capacidad
sino simplemente las incapacidades.

Véase el art. 1446: Toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la
ley declara incapaces. A partir de allí, podemos afirmar que las incapacidades deben
probarse.

La incapacidad (de ejercicio) puede ser absoluta o relativa.

La incapacidad absoluta impide ejecutar todo tipo de actos jurídicos; vale


decir, quien es incapaz absoluto no puede ejecutar acto jurídico alguno.
La incapacidad relativa, en cambio, sí permite la celebración de actos
jurídicos, ya que el relativamente incapaz puede ejercitar su derecho bajo
determinados requisitos y en determinadas circunstancias.

INCAPACIDADES ABSOLUTAS: son absolutamente incapaces

1- Los dementes: el CC no la define, pero podemos señalar que se trata de un


concepto de uso corriente y no del concepto técnico de demencia. Se trataría de toda
persona privada de razón, de modo tal que podría comprender al ebrio y al
drogadicto pues se trata de personas privadas temporalmente de razón (CLARO).
Hay quienes señalan que la ley se refiere a aquellas personas que sufren una pérdida
de razón como consecuencia de un trastorno mental permanente (ALESSANDRI).

Esta discusión es más importante en materia extracontractual


(responsabilidad) pues la ebriedad no exime en esta materia de la responsabilidad
civil (art. 2318). La droga sería un caso similar.

Lo cierto es que en el caso de los dementes, no hace falta el decreto de


interdicción. De cualquier modo es incapaz absoluto. La diferencia es que si el
demente está sujeto a interdicción se facilita la prueba. En cambio, si no lo está, para
invalidar un acto de un demente debe acreditarse la demencia, pues así se desprende
del art. 465 del CC: leer. LA INTERDICCIÓN ES SUFICIENTE PRUEBA PARA
RECLAMAR LA NULIDAD. EL DECRETO DE INTERDICCIÓN JUEGA UN
ROL SIMPLEMENTE PROBATORIO.

Interdicción: estado de una persona que ha sido declarada incapaz por una
sentencia judicial para actuar en la vida civil en la administración de sus bienes.

Véanse arts. 130 al 134 del Código sanitario relativa a los dementes
internados.

En caso de rehabilitarse el demente y luego caer nuevamente en demencia,


los actos celebrados en tal situación no son válidos pues el demente carece de
voluntad. No obstante, la demencia deberá acreditarse, pues ha actuado durante el
tiempo que no ha estado interdicto.

2- Los impúberes: la pubertad dice relación con la capacidad procreativa. Es


impúber quien carece de dicha capacidad. Varón menor de catorce y mujer menor de
doce. Pueden diferenciarse acá los infantes que son aquellos menores de 7 años; y
los simplemente impúberes (entre 7 y 12 o 14 años). Véase art 26 del CC: leer. En
algunas materias tiene relevancia la distinción: art. 723; 2319.

Los bienes de los impúberes son administrados por los padres que ejerzan la
patria potestad o el tutor o curador, si fuere el caso.

Sólo pueden actuar representados.

Véanse los art: 970, número 7; art. 2509, número 1.

3- Sordos o sordomudos que no puedan darse a entender claramente. Esto es en


la actualidad, pues antes era necesario que el sordo pudiera darse a entender por
escrito. Hoy puede darse a entender de cualquier forma clara, como lo es por
ejemplo el lenguaje de señas.

LOS ACTOS DE LOS ABSOLUTAMENTE INCAPACES NO GENERAN NI


AÚN OBLIGACIONES MERAMENTE NATURALES Y NO ADMITEN
CAUCIÓN (ART. 1447, INCISO II).

Según el art. 1682 del CC, los actos y contratos de los absolutamente incapaces
adolecen de nulidad absoluta, pero en estricto derecho tales actos serían inexistentes
por falta de voluntad que es una de las condiciones de existencia de los actos
jurídicos, según hemos señalado.

INCAPACIDADES RELATIVAS: son relativamente incapaces,


1- Los menores adultos: se trata del varón mayor de 14 años y a la mujer mayor de
12 que no han cumplido los 18 años.

Los actos de los menores adultos tiene valor y producen efectos cuando han
sido ejecutados con la autorización de su representante legal, o bien cuando se
refieren al peculio profesional o industrial, dentro de los cuales éstos gozan de
amplias facultades.

2- Disipadores que se hayan bajo interdicción de administrar lo suyo. Art. 1447,


inciso III.

Si el disipador no ha sido puesto bajo interdicción es plenamente capaz. Se


llama disipador o pródigo al individuo que gasta de forma desproporcionada sus
bienes, y sin una finalidad lógica, de forma sostenida (art. 445). Decretada la
interdicción se da al disipador un curador para que le administre sus bienes y le sirva
de representante legal en ella (no pasa a ser incapaz de modo general) sino sólo en la
administración de sus bienes.

Una vez que estudiemos las tutelas y curatelas se analizará de forma detallada
la situación jurídica del disipador.

La ley determina las formalidades a que deben sujetarse los relativamente


incapaces en la celebración de los actos jurídicos. Todas estas formalidades, que se
llaman según ya hemos visto, habilitantes (pues sirven para completar la voluntad de
los incapaces o simplemente para protegerlos) son exigidas en consideración al
estado o calidad de las personas, de manera que sin en el acto se observan, el acto es
perfectamente válido, aunque celebrado por un incapaz (relativo). Sin embargo, de
omitirse el acto será anulable de nulidad relativa, pues de conformidad a lo señalado
en el art. 1682 del CC, la omisión de los requisitos que la ley exige para la existencia
o validez de los actos jurídicos en atención a la calidad o estado de las partes, será
sancionado con la nulidad relativa.

El incapaz relativo no puede actuar en la vida jurídica, sino que representado o bien
autorizado por el representante legal. En el primer caso, el representante legal
ejecuta el acto en nombre y lugar de aquel; en el segundo, es el incapaz mismo el
que obra pero con la aquiescencia del representante manifestada de los modos
señalados en la ley.

Los incapaces absolutos, en cambio, por la naturaleza misma de su inhabilidad,


sólo pueden actuar representados.

SON REPRESENTANTES LEGALES DE UNA PERSONA (art. 43)

- El padre o madre legítimos

- El adoptante

- El tutor o curador

ATENCIÓN: Las incapacidades pueden también clasificarse en generales y


especiales. A su vez, las generales pueden ser absolutas o relativas (art. 1447 CC).
Las especiales consisten en las prohibiciones que la ley ha impuesto a ciertas
personas para ejecutar ciertos actos (art. 1447, inciso IV). Las incapacidades
especiales a su vez se clasifican en:

- Incapacidades para ejecutar ciertos actos bajo ninguna circunstancia: consiste


en una prohibición absoluta consagradas en normas exactas. Ejemplo: art. 1796 del
CC.

- Incapacidades especiales que impiden ejecutar ciertos actos en ciertas


circunstancias, vale decir, que exigen ciertos requisitos: se establecen ciertas
formalidades habilitantes, que no tienen que ver con los incapaces relativos, sino que
dicen relación con las personas, y la sanción es la nulidad relativa. Ej. Art. 2144 del
CC.

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