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Gracia a Vosotros :: desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez

Un plan para tu familia: El de Dios contra el del mundo, 1ª Parte


Scripture: Efesios 5:18–22, 25; 6:1–2
Code: GAV-1943A

Nadie necesita probarnos que bien podríamos estar observando la muerte de la célula esencial de
la civilización, la familia. Todas las señales son abundantemente claras a nuestro alrededor.
Podríamos sacar todo tipo de estadísticas para indicar la situación terrible de las familias en nuestra
cultura. Constantemente, estamos viendo el desfile en los medios masivos de comunicación de
divorcio, rebelión sexual, aborto, esterilización, delincuencia, infidelidad, homosexualidad, liberación
femenina, derechos de los niños y demás. Eso ha desfilado continuamente frente nosotros en los
últimos 10 o 20 años. Estamos observando la formación de la cuerda que estrangula la familia hasta
el punto de matarla. Y muchos, francamente, con gusto están preparando la tumba para la familia y
lo están haciendo con gusto.

En un libro titulado La muerte de la familia, un médico británico sugiere quitar la familia de manera
completa porque él dice que es una herramienta de condicionamiento primordial para una
perspectiva del mundo occidental imperialista. Kate Miller, quien es una prominente feminista,
escribió un libro llamado Política sexual y en este libro ella escribe que la familia debe desaparecer
porque oprime y esclaviza a las mujeres. Las personas que se aferran a estas perspectivas son
agresivas, claras, directas, dominantes y encuentran su plataforma más fértil para la propagación de
su punto de vista en las universidades de nuestra sociedad. Y como consecuencia, están en
proceso de reeducar significativamente a los jóvenes que son eventualmente parte de la categoría
de los líderes y los que moldean nuestra sociedad.

La señora T. Grace Atkinson de la Organización nacional de las mujeres busca eliminar todo el
sexo, todo matrimonio, toda maternidad y todo amor. Yo diría que eso es bastante fatal. Ella dijo que
el matrimonio es servilismo legalizado y las relaciones familiares son la base para toda la opresión
humana. ¡Qué triste y desviada perspectiva! Pero en muchos casos, es la perspectiva reinante entre
los pensadores, los profesores, los maestros de nuestra sociedad. Por otro lado, otros que están
viendo la muerte de la familia lo ven como un desastre, una enfermedad terrible. Si la familia no
puede funcionar, quién va a criar, quién va a socializar, quién va a moralizar a la próxima
generación.

El doctor Armand Nicolai II, de la Escuela de Medicina de Harvard, vea esta tendencia a destruir a la
familia como una tendencia devastadora. Él apunta a las mujeres casadas con hijos trabajando
fuera del hogar. La tendencia que las familias se están mudando frecuentemente, casi de manera
constante. El dominio de la televisión en el hogar. La falta de controles en la sociedad. El caos de
confusión moral. La falta de comunicación entre las familias, el divorcio. Y todas esas cosas, él dice
, están amenazando la vida misma que vivimos. Permítame citarlo.

Él dice, y cito: “Estas tendencias van a paralizar a la familia, destruir su integridad y van a hacer que
sus miembros sufran conflictos emocionales tan paralizadores que se van a volver una carga
intolerable para la sociedad. ¿Qué hay acerca del futuro? En primer lugar, la calidad de la vida
familiar va a continuar deteriorándose, produciendo una sociedad con una tasa mayor de
enfermedad mental como nunca antes. El 95% de nuestras camas de hospitales podrían estar
ocupadas con pacientes enfermos mentalmente. Esta enfermedad se caracterizará por una falta de
dominio propio. Podemos esperar que la gente en posiciones de autoridad sea asesinada y que
éstas sean ocurrencias frecuentes. Se incrementarán los crímenes de violencia, inclusive dentro de
la familia. También la tasa de suicidios se incrementará a medida que la sexualidad se volverá más
y más ilimitada y separada de la familia. Y el compromiso emocional, el efecto mortal va a causar
que haya una experiencia más bizarra y una perversión más amplia.” Fin de la cita.

Francamente un retrato bastante aterrador y lo estamos viendo ser pintado frente a nuestros ojos.
No hay duda acerca del hecho de que la familia está bajo un ataque muy grande, porque la gente
quiere redefinir a la familia en los términos que quiere. No hay duda alguna de que estamos viendo
una generación de jóvenes que se está levantando, que no tiene capacidad para socializar y no
tiene un sentido moral en absoluto. Hay caos. Hay homicidio, hay crimen a niveles desbordados.
Inclusive hay placer en disparar a las personas que no son importantes para usted, simplemente por
la emoción de matar. Los sociólogos, los psicólogos, los analistas, así llamados, supuestos expertos
de la familia y el matrimonio, psiquiatras y el resto de las personas están por todos lados tratando de
inventar algún tipo de solución; y han estado haciendo esto ya por un par de décadas, sin tener
ningún impacto en absoluto. Nada de lo que ellos están haciendo parece reducir la velocidad del
proceso de la desintegración de las relaciones humanas en la médula misma, la cual es la familia.
Usted puede afectar a la sociedad en muchos lugares, pero si usted destruye la familia, usted
destruye la sociedad.

En un sentido, es un tiempo fascinante para estar vivo en el medio de esto. La familia ciertamente
se encuentra en la cúspide de la lista de las especies que están en peligro de extinción. Es mucho
más peligroso que la eliminación de algunas de las especies que ocupan la atención de la gente.

Y en ese punto, podemos decir que la familia puede ser salvada. Y supongo que para efecto de lo
que algunas personas preguntan, ¿debe la familia ser salvada, vale la pena pelear por ella? Y si es
así, ¿cómo? Yo agregaría que la Iglesia ha realizado algunos esfuerzos, ciertamente los últimos 10
años, los últimos 20 años, ha habido una gran preocupación por este tema. Las librerías cristianas
están literalmente llenas de libros acerca del matrimonio y la familia. Han habido interminables
sermones y mensajes y cintas y seminarios y conferencias que hablan de los problemas de la
familia; pero eso tampoco parece hacer mucha diferencia. Dios tiene una respuesta a la pregunta de
que si la familia debe ser salvada o no; y Dios tiene una respuesta a la pregunta de que si la familia
puede ser salvada, de hecho la Biblia de manera clara, hablando del matrimonio, dice que es la
gracia de la vida y los hijos son herencia del Señor y debemos entender la bendición y el propósito
de Dios que se presenta en el asunto del matrimonio y la crianza de los hijos.

La familia todavía está en el corazón y el alma de la sociedad humana; y la familia, como es definida
por Dios, es el lugar de la intimidad. Es el lugar del gozo. Es el lugar de las memorias que
construyen el cimiento de la vida. Es el lugar del amor. Es el lugar de la socialización. Es el lugar de
la moralidad. Es el lugar de la seguridad. Es el lugar donde usted construye la confianza.

Estaba hablando el otro día con uno de los profesores del Master’s College que se graduó con un
doctorado en filosofía de la Universidad del Sur de California particularmente concentrado en el
campo de trabajar con niños en la educación. Y él dijo que de toda la literatura existente en la
actualidad que se ha realizado en el año área del estudio de los niños, todo indica que hay un
período de tiempo entre la edad de los 6 y los 12 años cuando todo lo que es parte del cimiento de
la vida es colocado o no colocado, establecido o no establecido; y ésos son los años determinantes
que establecen en qué se va convertir el niño. Usted puede ver el patrón en la vida en esos años y
predecir de manera perfecta si van a ser antisociales en su conducta o si van a socializar en un
modo normal. Podemos ver todas las raíces de la conducta criminal en ese período de tiempo de la
vida de un niño.

Y tiene mucho sentido que el mundo secular se concentre en esa época de la vida de un niño
porque inclusive en el caso de Jesús hay una ilustración del hecho de que cuando un niño judío
llegaba a la edad de 12 años, él ya estaba listo para vivir por sí mismo, para ser un yerno. Hablé del
hecho de que Dios ha diseñado que los padres fortalezcan e instruyan a los hijos entre las edades
de 6 y 12 años para que puedan enfrentar la pubertad que comienza alrededor de ese momento; y
si no tienen el cimiento de la moralidad y no tienen la forma afirmación y la disciplina personal y el
dominio propio que es desarrollado en esos años de los 6 a los 12 años, entonces pierden el control
cuando sus pasiones lo controlan durante ese período de tiempo.

Hay un patrón divino para cómo la familia debe enfrentar a eso. Cómo el matrimonio debe
establecer un modelo que debe ser seguido. Cómo el matrimonio debe disfrutar de satisfacción y ser
feliz y ser recompensado. Y cuando buscamos ese modelo, no necesitamos ir más allá de la
Palabra de Dios. Todo está presentado ahí. No es tan complicado y no es tan difícil.

Estaba predicando esta semana, después de que dejé Illinois, fui a Ohio y estaba predicando. Y
después de que terminé, se me acercó una dulce dama, supongo de unos 35 años de edad, que
tenía muchos hijos. Tenía uno en sus brazos y varios que se colgaban de ella. Ella quería decirme
que estuvo luchando 10 años atrás por encontrar algo de dirección en su matrimonio y quería
agradecerme por algunos mensajes que ella había oído que prediqué sobre este tema en particular
que le habían llevado a ella y a su marido a encontrar la dirección en base a la Palabra de Dios, la
dirección en la que en los siguientes 10 años Dios había bendecido tanto este matrimonio. Tuvo un
largo viaje y enfrentó un clima muy difícil para expresarme su gratitud por el gozo que ella había
experimentado tanto en su matrimonio como en su familia. No soy yo. Es la verdad de la Palabra de
Dios lo que hace la diferencia. Y hasta que la gente se alinee con esa verdad, continuarán en la
tendencia devastadora descendente que va a ser mucho peor en el futuro de lo que inclusive es
ahora. Uno sólo puede imaginarse cómo será la próxima generación. Algo aterrador en lo que
pensar.

Ahora para que entendamos lo que Dios dice acerca de la familia, realmente el mejor lugar adonde
podemos acudir es Efesios, capítulo 5. La carta de Pablo a los Efesios en cierta manera nos da un
lugar en donde todo el material pertinente es resumido; y es un gran punto de inicio para nosotros.

Alrededor del año 60 d. C., el apóstol Pablo escribió esta carta y la envió a los santos que estaban
en Éfeso. También podía ser que el manuscrito original no haya quedado en Éfeso y bien podría
haber sido una carta circular que pasó por todas las iglesias en el área de Asia Menor, de la cual
Éfeso fue la primera de esas iglesias. Pero Pablo escribió esta carta a los cristianos en esa parte del
mundo; y una de las cosas que estaba en su corazón era el tema del matrimonio. Y cuando usted
llega al capítulo 5, versículo 18, usted comienza a entrar al flujo que lo lleva al versículo 22 y en
adelante, en donde en los temas de la familia y el matrimonio son presentados.

Vamos a hablar mucho de cosas en esta serie durante las siguientes semanas, tocaremos varios
temas que interactúan con la revelación divina por parte de Dios. Pero constantemente vamos a
regresar a Efesios 5 como nuestro punto inicial, nuestro punto base, porque es un punto de inicio
perfecto para nosotros.

Y mantenga en mente que esta no es una opinión humana. No estoy aquí para darle mi opinión.
Realmente no valoro mi opinión en absoluto. Lo único que quiero hacer es mostrarle lo que dice la
Palabra de Dios y la sabiduría aplicable que sale de esto. Esta es la palabra definitiva acerca del
tema. No necesitamos expertos y psiquiatras y psicólogos y analistas y personas expertas en el
matrimonio y la familia. Podemos ir a la Palabra de Dios. No estamos buscando trucos o estrategias
humanas. Estamos buscando la verdad que se puede volver parte de nuestras vidas. Ahora, en esta
maravillosa epístola que bien conocemos, la epístola a los efesios, conforme Pablo comienza a
entrar en este tema, él comienza, al menos para nosotros, en el versículo 18, con una premisa muy
importante. Y ahí comenzaremos.

Él dice: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.”
Realmente, esa es la clave que abre el resto del pasaje. De ese gran principio, fluye la instrucción a
la esposa en el versículo 22, la instrucción al marido en el versículo 25, la instrucción a los hijos en
el 6:1 y la instrucción a los padres en el 6:2. Toda la enseñanza para el matrimonio y la familia
realmente fluye del capítulo 5, versículo 18. De hecho, es el primero de varios prerrequisitos
necesarios para cualquier matrimonio exitoso o cualquier relación exitosa. Y el contraste en ese
versículo, como lo ve ahí, ‘no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed
llenos del Espíritu’ es bastante dramático. Y es un contraste muy importante.

Si usted simplemente toma el libro de Efesios y lo lee, podría detenerse y decir: “bueno, ¿por qué
hace un contraste entre la embriaguez y el ser lleno del Espíritu? ¿Cuál es el punto aquí? Cuando
una persona está embriagada, ha perdido control de sí misma y ha perdido el control de su
conducta. ¿Él está diciendo que estén fuera del control, pero no por vino, sino el Espíritu Santo?
¿Qué es lo que está diciendo aquí? Quiero que cedan, que entreguen en el control de sus
facultades al Espíritu Santo en lugar de entregarlo al vino, el vino hace una comparación así. Bueno,
la respuesta se encuentra un poco en el contexto histórico. Permítame darle algo de trasfondo
histórico.

Éfeso, claro, estaba en Asia Menor y estaba dominada por la cultura helénica o griega, llamada
helénica, de la palabra griega hellēn de la cual obtenemos gentiles; significa gentiles. Pero los
griegos creían que el gran dios Zeus, ellos claro, tenían un panteón de dioses y Zeus era uno de los
más importantes, ellos creían que el gran dios Zeus había dado a luz a un hijo; y eso ocurrió de una
manera muy rara. Le daré un poco de trasfondo. Ellos creían que el hijo fue arrebatado del vientre
de su madre; y el nombre de la madre en la mitología griega es Sémele. Y el hijo fue arrebatado del
vientre de Sémele mientras que ella estaba siendo incinerada porque ella se acercó a la gloria
refulgente ardiente de Zeus.

No sé cómo Zeus produjo este hijo en ella en la mitología, pero de alguna manera, él lo hizo sin
destruirla. Pero cuando Sémele buscó acercarse a él, ella se incineró; y para poder preservar al hijo
de Zeus, el hijo fue arrebatado, sacado de su vientre durante su incineración. El hijo dios, quien
todavía no había llegado a su desarrollo completo, fue después metido en el muslo de Zeus y se
mantuvo ahí hasta que llegó el momento en el que tenía que nacer. Eso estira su imaginación.
Entonces, aquí está Zeus con este feto en algún momento de su formación cosido en su muslo. El
dios infante destinado por Zeus para ser el gobernante del mundo nace eventualmente del muslo de
Zeus y fue después secuestrado por los titanes envidiosos. Los titanes son llamados en la mitología
griega ‘hijos de la tierra’. Ellos tomaron al hijo, los titanes, al hijo de Zeus, y despedazaron al hijo
miembro por miembro y lo cocinaron y se lo comieron.

Pero Zeus, de acuerdo con la mitología, encontró el corazón y lo revivió y volvió a nacer como
Dionisio. Ahora, si usted ha estudiado la mitología griega, encuentra el nombre Dionisio con mucha
frecuencia. Zeus se encontró el corazón, se lo tragó y eventualmente el corazón formó la
personalidad de Dionisio y volvió a nacer. Después de esto, Zeus destruyó a los titanes
quemándolos con relámpagos, a todos ellos; y de las cenizas de estos titanes vino toda la
humanidad. Entonces, esa es su historia de la creación. Dionisio era entonces realmente alguien
que iba más allá de la humanidad porque la humanidad simplemente vino a partir de las cenizas de
los titanes y Dionisio junto con Zeus era un dios.

Dionisio, entonces, de acuerdo con la mitología griega produjo una religión, una relación de éxtasis,
ekstasia y emocionalismo. Y la religión dionisia, esta religión de éxtasis y emocionalismo, saturaba
al mundo griego y romano. El culto a Dionisio era una forma desenfrenada de adoración popular,
una forma dominante. Los adoradores cometían atrocidades con órganos humanos. Se
involucraban en orgías de perversión sexual junto con la música y el baile y la fiesta. Pero había un
elemento común en todo este desenfreno dionisio; y ese elemento era la embriaguez. La
embriaguez. De hecho, si usted circula en el Medio Oriente o en el mundo romano antiguo, usted
verá que Dionisio está asociado con las uvas, donde hay una estatua en honor a Dionisio, siempre
se caracteriza por racimos de uvas, porque llegó a ser conocido como el dios del vino. El nombre
griego Dionisio se convirtió en el idioma romano, en latín, Baco. Y Baco es el dios romano del vino.
Cuando las personas se involucraban en estas fiestas increíbles de embriaguez, eran llamadas
fiestas bacanales. Y si usted ha estudiado algo de eso, ése es un término con conocido. Inclusive en
la actualidad. Tome su diccionario y busque la palabra bacanal y dice que es una orgía de
embriaguez.

El elemento clave entonces, el elemento clave en la adoración pagana, era la embriaguez. Así es
como ellos quitaban sus inhibiciones. Así es como enfrentaban sus restricciones normales. Así es
como enfrentaban sus sentimientos normales de culpabilidad. Así es como adormecían su sentido lo
suficiente como para adormecer o callar su conciencia. Así es como quitaban su ansiedad y temor y
culpabilidad por una conducta tan vil como esa conducta en la que se involucraban.

Así es como inducían ese tipo de desenfreno que sustituía el gozo real y simplemente los llevaba a
este tipo de conducta horrenda. Y lo hacían al emborracharse y perder todas sus inhibiciones.
Entonces, ellos creían que la embriaguez era simplemente la puerta al éxtasis. La puerta a la
expresión religiosa; y que dicha embriaguez elevaba al creyente, al adorador a una comunión total
con las deidades.

Entonces, la embriaguez era la clave a la adoración, la comunión con las deidades. Entre más
embriagados estaban, más probable era que entraran al estado de ekstasia y enthousiasmos , dos
palabras griegas, éxtasis y entusiasmo que hablaban de este tipo de actividades horrendas, con
frecuencia demoníacas.

Hace varios activos atrás, cuando viajé a Israel, tuve el privilegio de hacer un viaje al Líbano,
llegando hasta Beirut, en la parte este, un viaje fascinante la ciudad de Damasco. Damasco se
encuentra en el corazón del Medio Oriente en este punto en particular. Y cuando fuimos a Damasco,
tuvimos una oportunidad fascinante en camino a esa ciudad. Fuimos a la ciudad de Baalbek, la cual
está en el punto extremo al este del Imperio Romano; el gran Imperio Romano se extendía hasta el
Medio Oriente, hasta el este de Israel. Y fuimos a la ciudad de Baalbek porque ahí están algunas de
las ruinas más maravillosas que ha sido preservadas y ha sido restauradas. Y tienen algunos
obeliscos que son casi imposibles de comprender. Entender cómo los hicieron y cómo los movieron
es un continuo dilema. Son unas piedras inmensas, enormes. Ahí también se ha reconstruido un
templo monumental, enorme. Y enfrente de este templo, dedicado a Júpiter, enfrente de ese templo,
había viñedos que colgaban de las columnas que se encontraban en la parte de arriba de la
construcción.

Y los guías le cuentan a uno, cuando usted va ahí, que eso representa a Baco. Y los romanos lo
construyeron en el punto extremo oriental de su imperio. Ahí levantaron un templo a Baco; y ahí era
adonde llevaban a cabo sus orgías. Lo que es fascinante acerca de esto, por ejemplo, es que en el
centro mismo de este lugar tan grande en donde hacían esto hay un área decorada y después, un
agujero grande, profundo, que existía para que la gente vomitara en el proceso y regresara para
continuar haciendo esto. Un tipo increíble de conducta. Y lo hacían en los templos; y creían que
estaban ascendiendo a la comunión con los dioses.

Eso es lo que Pablo tiene en mente. Ahora, regrese al versículo 18, tiene un significado diferente a
la luz de ese contexto. Él les está diciendo no se embriaguen en con vino, todo lo que eso hace es
producir disolución. Todo lo que eso hace es derribarlos. Si quieren tener comunión con Dios, sean
llenos del Espíritu. Nuestra religión no llega a su plenitud y a su riqueza mediante la embriaguez
sino mediante la llenura del Espíritu. No se llenen de alcohol, sean llenos del Espíritu Santo.
Literalmente, continuamente sean llenos del Espíritu.

Si quiere religión verdadera, si quiere comunión verdadera con Dios, si quiere que la adoración
verdadera se lleve a cabo, si quiere una vida piadosa, si quiere agradar a Dios, entonces, debe ser
lleno del Espíritu. No controlado por el alcohol sino controlado por el Espíritu Santo. El paralelo a
esto está en Colosenses 3:16, en donde en lugar de decir sed llenos del Espíritu, Pablo dice que la
palabra de Cristo more en abundancia en vosotros porque en realidad es lo mismo.

Cuando la palabra de Cristo domina su vida y usted responde en obediencia a la misma, es lo


mismo que estar controlado por el Espíritu Santo quien es, por supuesto, el autor de las Escrituras.
La obediencia a la Palabra es ser lleno del Espíritu. No es algún tipo de experiencia mística. No es
un tipo de cosa extática. No es algo que viene sobre usted y lo domina y lo lleva a algún tipo de
conducta inconsciente. No es ser derribado en algún estado inconsciente, desmayado, como usted
lo ve con tanta frecuencia en la televisión. No es entrar en algún tipo de estado extático y hablar en
algún tipo de sonido extático. No es perder el control de sí mismo. Simplemente es ser controlado
continuamente por el Espíritu, quien lo hace a través de la Palabra; y eso significa que estamos
obedeciendo la Verdad. Entonces, tenemos que comenzar en este punto.

Sea lo que sea que vayamos a hacer en términos de nuestra vida cristiana, sea en nuestro
matrimonio o nuestra familia, tiene que fluir de una vida controlada por el Espíritu Santo. Y esa es la
razón por la que la sociedad realmente no tiene esperanza. No son regenerados, no conocen a
Dios. No tienen más esperanza de entender lo que la gente en las festividades bacanales lo tuvo.
No va a suceder. Una relación matrimonial correcta y una relación familiar correcta están edificadas
en una vida redimida y es capacitada y activada por el Espíritu Santo en obediencia a la Palabra de
Dios.
Ahora, observe el versículo 19 y 20. “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.” Permítame decirle algo: el
Espíritu de Dios controla una vida. En donde hay una vida entregada a la Palabra de Dios y en
obediencia a la Palabra de Dios, ahí va a haber abalanza. La alabanza es lo primero. Hay alabanza
y supongo, obviamente, podríamos concluir que es una vida de adoración. Una vida de alabanza
que viene de un corazón que está lleno de gozo. Es así de simple. Presénteme a una persona
obediente, obediente a la Palabra de Dios y le voy a mostrar a una persona positiva, contenta, que
está alabando, adorando, cuyo corazón está lleno de salmos e himnos y cánticos espirituales, que
está cantando al Señor en su corazón; y le voy a mostrar una persona que se puede llevar con
cualquier persona. Porque está perdida en la maravilla y el amor y la alabanza, porque está
adorando al Señor.

El versículo 20 añade: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo.” Le voy a decir una cosa: es muy difícil discutir con alguien que está agradecido
por todo, por todo. Cuando usted encuentra una persona que está llena del Espíritu, le voy a
enseñar a una persona feliz. Le voy a enseñar a una persona agradecida. Una persona
obedeciendo la Palabra de Dios. Una persona llena de gozo y alabanza y adoración. Una persona
que no tiene nada más que gratitud por todo lo que Dios ha hecho va a ser una persona con la que
es un deleite vivir. Ése es el meollo. Realmente aquí no estamos hablando de algún tipo de truco
humano para hacer que su matrimonio funcione. No estamos hablando acerca de ese tipo de cosas
acerca de las cuales leo todo el tiempo; y usted recordará que hace algunos años le dije acerca de
un libro acerca del matrimonio que leí que decía que si realmente desea tener una gran relación con
su esposa, aquí hay una buena sugerencia: “Vaya y cómprele un lindo oso de peluche, uno de esos
suavecitos. Y tráigalo a casa. Después, envuélvalo en papel de aluminio y guárdelo en la parte de
atrás del congelador.” Esto está en este libro, “metaló en la parte de atrás del congelador. Y en el
oso de peluche, antes de que usted lo meta en el papel de aluminio y lo guarde la parte de atrás del
congelador, escriba palabras de romance y de amor; y luego simplemente meta el oso ahí atrás,
usted sabe, hay atrás de la lasaña de la semana pasada. Y algún día,” usted no sabe cuándo,
“cuando ella esté buscando la lasaña de la semana pasada y saque eso y lo desenvuelva y
encuentre a ese oso de peluche congelado con esa nota romántica, cuando usted regrese del
trabajo, será algo hermoso.”

¿Está usted bromeando? Si usted tiene un matrimonio que está mal, es mejor que le pegue con el
oso de peluche que no está congelado. Mi sugerencia sería, sólo en caso de que las cosas se
pongan mal, déjelo descongelado, métalo en el clóset. No estamos hablando de eso. Usted no va a
poder reparar un matrimonio de esa manera. Usted no podrá tener una relación significativa así.
Todo el tiempo oigo sugerencias ‘lleve a su esposa a una cita’,’ llévela a cenar’. Eso está bien. Pero
eso no va a restaurar a un matrimonio que no está bien. Sólo hay una manera de cultivar una
relación correcta con cualquier persona y eso es estar lleno del Espíritu de Dios, lleno de alabanza y
gratitud a Dios para que su corazón esté brotando de gozo; y eso es lo que hace que vivir con esa
persona sea una bendición para usted.

Francamente, debería ser casi posible pelear con usted porque usted simplemente está tan
bendecido. Está tan lleno de alabanza, tan lleno de gratitud. Tan lleno de la gracia de Dios.
Demasiado controlado por el Espíritu Santo. Usted está tan lleno de amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza que su cónyuge va a terminar enojándose
porque no puede causar conflicto con usted. Tiene que comenzar ahí.
Ahora, a partir de esas cosas surge un nuevo elemento. Versículo 21. “Someteos unos a otros en el
temor de Dios.” No significa que usted tiene temor de Cristo. Simplemente dice ‘Someteos unos a
otros’. Ahora observe aquí, no estamos hablando de quién es. Esto no está hablando de esposas a
sus maridos, no está hablando de hijos a sus padres. Está hablando de todo el mundo. Esta es la
plataforma. Esta es la base de matrimonios significativos. Aquí hay un tema espiritual. No es un
tema de inteligencia. No es un tema de planear salidas. No es un tema de comprarle a ella regalos o
cocinarle a él su platillo favorito.

Esas son cosas agradables, pero con dos personas que viven de acuerdo con los estándares que
acabamos de leer, no importaría si usted hiciera o no hiciera estas cosas. Eso no es lo que
constituye una relación de gozo de por vida. Pero la sumisión sí. Estamos hablando de un tipo
genérico de sumisión. Sin considerar ninguna relación específica dentro del contexto de una familia.
La palabra someteos, por cierto, es una palabra muy vívida. Hupotassō, significa alinearse debajo
de. Alinearse debajo de. Es un término militar. Somos llamados a colocarnos debajo de los otros.
Esto es lo que constituye las relaciones significativas. Alguien controlado por el Espíritu de Dios,
obediente a la Palabra de Dios, lleno de gozo y alabanza y gratitud a Dios por cada pequeña cosa
en su vida y dispuesto a someter su voluntad al resto de la gente. Eso es lo que estamos buscando
aquí. Somos llamados a colocarnos el uno debajo del otro.

Por cierto, este principio domina las Escrituras. Expresando la idea de humildad, expresando la idea
de mansedumbre, es tan elemental para la virtud cristiana. Ahora, no sea que usted piense que este
es una especie de versículo aislado que se incluyó aquí, está en todo el Nuevo Testamento. Primera
de Corintios 16:16, sométanse a todo el mundo. Hebreos 13:17, sométanse a los líderes de la
iglesia. Primera de Pedro 2:13, sométanse a las leyes de la tierra. Primera de Pedro 5:5, sométanse
aquellos que son de mayor edad que ustedes. Santiago 4:7, sométanse a Dios y aquí, sométanse el
uno al otro. Esta es la idea de humildad.

Si usted quiere regresar a Juan 13, puede ver esa ilustración maravillosa de esto en donde Jesús
lavó los pies de los discípulos y después le dijo “quiero que se amen los unos a los otros así como
los he amado”. ¿Y cómo los amó? Lo suficiente como para humillarse a sí mismo aunque Él era el
Dios encarnado y lavó los pies sucios de un grupo de discípulos orgullosos centrados en sí mismos,
quienes discutían acerca de quién sería el mayor en el Reino, mientras que el Señor estaba al borde
de entregar Su vida por ellos.

Usted puede ver Filipenses, capítulo 2 y ver exactamente lo mismo, ‘Nada hagáis por contienda o
por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él
mismo.” Simplemente es algo estándar. En donde la vida de otro es más importante que la suya.
Sus anhelos, sus deseos, sus necesidades, su vida es más importante que su propia vida.
Entonces, hace a un lado su vida por la de ellos. Ese es un asunto espiritual.

Versículo 4, “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” Y
ésa es precisamente la actitud de Cristo, quien no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse sino que lo hizo al lado y se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte,
muerte en la cruz.

Ahora escuche, si los matrimonios y las familias van a cumplir con el propósito divino, esto es lo que
está en juego y se convierte en un asunto de compromiso espiritual. Si estamos dispuestos a ser
obedientes a la Palabra de Dios y de esta manera permitir al Espíritu de Dios controlar nuestras
vidas, si nuestros corazones están llenos con un gozo tan abrumador que cantamos canciones
acerca de Dios, canciones espirituales acerca de nuestra propia conversión, himnos acerca del
Evangelio, nuestros corazones están constantemente llenos de melodía, si estamos agradecidos
por todo lo que viene nuestra vida, si estamos dispuestos a someternos los unos a los otros en el
temor de Cristo, esto es a partir de devoción a Jesucristo, entonces vamos a tener relaciones
significativas. Pero fuera de una entrega abnegada a Dios y una devoción abnegada el uno al otro,
no va a suceder.

Y si usted observa a nuestra sociedad en la actualidad, usted puede ver que esa es exactamente la
razón por la que no va a pasar. Porque las manera de pensar en la actualidad, la tendencia actual,
es el orgullo centrado en uno mismo. ¿No es cierto? Me voy a quedar contigo mientras tanto me des
lo que yo quiero y si no me das lo que yo quiero, entonces me voy. El énfasis en la actualidad está
en el individualismo, los derechos, las libertades, la autoestima y todo ese pensamiento
individualista que es absolutamente mortal para cualquier tipo de relación matrimonial y familiar
significativa. En ganar los derechos que los humanistas nos han tratado de vender, en ganar los
derechos de la libertad individual, hemos perdido los privilegios de las relaciones significativas. El
precio para nuestra libertad que hemos buscado al final, va a ser el aislamiento y la soledad. La
gente se vuelve como objeto que deben ser usados y descartados. Se vuelven como extraños y las
familias son más bien un grupo de personas que no tienen relación unos con otros que viven en un
dormitorio. Están más interesados en satisfacerse a sí mismos que en dar, más deseosos de tener
bienes materiales que relaciones. Anhelan más ser independientes que dependientes. Están más
preocupados consigo mismos que con cualquier otra persona, de hecho casi de manera exclusiva
están preocupados sólo por sí mismos. Viendo a las mujeres o a los maridos como una carga. Un
obstáculo en su camino hacia la libertad y realización personal. Viendo los hijos como una barrera
para llegar a la satisfacción de su egoísmo abrumador.

La Biblia está diciendo, si así es como usted escoge vivir, usted puede despedirse de las relaciones
significativas. Las familias, los matrimonios significativos que son tan esenciales para la sociedad y
su preservación, escuche, que son tan esenciales para la satisfacción verdadera en la vida, son sólo
posibles cuando usted tiene actitudes no egoístas. En donde los deseos personales son
continuamente sacrificados por otros. Y si eso no está pasando, no puede haber significación
relaciones significativas. Usted no puede tener la colisión de dos individuos egoístas independientes
y edificar una relación. Es una batalla entre personas que están luchando por humillarse a sí
mismos. Eso es esencial. Ésta es la clave para toda relación y es ser lleno del Espíritu, estar
hablando unos a otros en salmos, himnos y canciones espirituales, estar expresando gratitud y ser
sumiso; tan sólo esas cuatro cosas. Ése es el cimiento, ahí es donde usted tiene que comenzar
todo.

Y donde usted tiene personas que caminan en el Espíritu cumpliendo la Palabra de Dios, en
obediencia a la verdad, usted tiene personas con una canción en su corazón o una canción en sus
labios. En donde usted tiene personas que dicen gracias por todo lo que viene a su vida y en donde
usted tiene personas que están dispuestas, que de hecho tienen prisa de aprovechar toda
oportunidad de humillarse a sí mismos y someterse a sí mismos a aquellos que los rodean,
entonces usted tiene relaciones significativas. Así es como usted construye relaciones.

La gente me pregunta cuál es la clave de mi matrimonio, cuál es la clave de mi familia, cómo es que
mi familia está tan cercana y yo estoy tan cercano a mi esposa y tengo esta relación tan maravillosa
y yo simplemente puedo regresar a esto. No hay magia, no hay fórmula secreta, no hay truco
humano. No es cuestión de cuántas veces hicimos esto o cuántas veces hicimos aquello o quién
estaba a cargo de hacer esto, qué procesos o métodos utilizamos. Es una simple pregunta y tiene
que comenzar en mi corazón: “¿Estoy comprometido con obedecer al Espíritu de Dios, estoy
comprometido a las influencias controladoras de la Palabra de Dios, voy a vivir una vida cristiana?
Porque tiene que comenzar ahí. ¿Estoy lleno de gozo y felicidad o estoy enojado y no soy amable o
mi corazón está tan lleno de gozo que toca a toda persona que me rodea y me hace atractivo y hace
que todo lo que amo y creo sea atractivo para ellos? ¿Estoy agradecido por todo en la vida? ¿Toda
dificultad, todo malentendido, todo maltrato que ocurre mi vida y mi familia, en mi matrimonio, voy a
estar agradecido por eso y aceptar todo eso con gozo mi corazón, me voy a someter a ellos? ¿Me
vea meter en sus vidas y hacer lo que a ellos les agrada? Ése es el tipo de temas que tenemos que
enfrentar. Y si no comenzamos ahí, el resto simplemente no tiene esperanza.

Ahora, si usted ve eso y ve a nuestra sociedad, usted puede ver en la que no hay manera en la que
ellos puedan vivir así. No hay manera en la que ellos puedan hacerlo. Tiene a personas consumidas
con la iniquidad, no está interesada la palabra de Dios, consumida con hacer lo que su
concupiscencia que los controla les dice que hagan, satisfaciendo sus propios deseos por todos
lados, infidelidad, perversión sexual, lo que sea. Usted tiene personas que no tienen gozo o muy
poco gozo y ocasionalmente lo encuentran en una botella o porque recibieron un aumento en su
salario o porque salieron a pescar o porque salieron de vacaciones o porque tuvieron alguna gran
experiencia en algún lugar; pero generalmente sus corazones no están llenos de un gozo
abrumador que está derramándose todo el tiempo. No veo que tengamos una sociedad así. Es una
sociedad muy deprimida. Nunca están agradecidos, nunca tienen lo suficiente. Nunca están
dispuestos a someterse a nada ni nadie más. Ellos tienen sus propias metas. Simplemente, no hay
esperanza.

Y si usted añade encima de eso las mentiras ideológicas, las fortalezas de especulación humana
que están siendo levantadas en contra de la Palabra de Dios, como Pablo lo describe en 2 Corintios
10. Estas ideologías que tienen que ver con el humanismo, la libertad sexual y el lesbianismo y la
homosexualidad y todas las cosas que destruyen a una familia. La ideología de que usted no
necesita casarse. Que usted puede simplemente disfrutar del sexo hasta que esté cansado del sexo
y después puede ir a buscar a alguien de quien no está cansado y encontrar más del mismo. La
idea de que usted puede embarazar mujeres por todos lados y simplemente dejarlas con hijos en
toda dirección y eso está bien está bien, es maravilloso, lo aceptamos. Todas estas ideologías
multiplicadas junto con este egoísmo personal no dejan nada más que desastre. Desastre absoluto.

Ahora, quiero hablar un poco más de esta idea de la sumisión. Vaya a 1 Corintios capítulo 11. Y
vamos a ver a esto un poco más cuando hablemos de los maridos. Alguien en este punto podría
malentender y decir ‘bueno, espere un momento, si todo el mundo se está sometiendo entonces
nadie está encargo’ y quiero aclarar eso por un momento.

Dios ha diseñado la autoridad en una familia. Y en 1 Corintios 11, versículo 3, Pablo dice: “quiero
que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la
cabeza de Cristo.” No estamos diciendo que no hay autoridad en la familia, la hay. Hay autoridad a
nivel del padre y hay autoridad sobre los hijos al nivel de los padres. Entendemos eso. No estamos
hablando de la responsabilidad de liderazgo. No estamos hablando de la responsabilidad de cuidar
y proteger. Y eso es lo que es la autoridad. No estamos hablando de la autoridad de enseñarle y
criarlos y criarlos a la disciplina y amonestación del Señor cuando hablamos de los niños.
De lo que hablamos aquí es el tipo de sumisión mutua que dice, ‘aunque yo soy tu líder y tu
protector y tu proveedor, tus anhelos y los deseos de tu corazón y tus necesidades son más
importantes que los míos.’ Eso es lo que produce el equilibrio necesario. No estoy haciendo a un
lado mi responsabilidad como marido de guiar, de preservar, de proteger, de cuidar de mi mujer. No
estoy haciendo a un lado mi responsabilidad como padre de proveer para mis hijos. De proteger a
mis hijos. De proveerles dirección, liderazgo, disciplina y ayudarles a desarrollar dominio propio.
Pero hago eso con la pasión de mi corazón reconociendo que esto es lo que mejor sirve sus
necesidades. Y cualquier otra necesidad que tengan, estoy dispuesto a satisfacer sus necesidades
a expensas de la mías. Estoy dispuesto a sacrificar las mías si mi corazón está bien; y estoy
hablando como cualquier persona.

Y el retrato perfecto de eso está aquí en el versículo 3 y es que Cristo es la cabeza de todo hombre
y Dios es la cabeza de Cristo. ¿Es Dios superior a Cristo? No. ¿Es Dios de una esencia diferente a
Cristo? No ¿Son Dios y Cristo uno? Sí. Simplemente significa que en la economía de la redención,
Cristo se sometió a sí mismo a los propósitos y el plan y el poder del Padre, aunque siempre ha sido
igual al Padre y sin embargo, se sometió. Y el Padre fue completamente sensible y considerado al
corazón del Hijo. Cristo se sometió de manera total y dispuesta a las necesidades del hombre, se
sometió a sí mismo a los propósitos del Padre, vino y presentó realmente lo que fue el acto más
grande de amor abnegado jamás hecho en la historia. Morir en la cruz para satisfacer al Padre y
para satisfacernos. Él era Señor de la humanidad, el Soberano que se sometió. Él era el Rey que se
hizo siervo. Él fue el hombre rico que se convirtió pobre. Él, que no tuvo pecado, llevó el pecado. Él,
que fue el Autor de la vida, aceptó la muerte, Él fue Dios muriendo por el hombre.

Ésa es la actitud del corazón. No hay duda que Él es la cabeza de todo hombre; y sin embargo, es
Él es el siervo del hombre. El retrato aquí en el versículo 13 es maravilloso. Él, siendo igual a Dios,
sin embargo, se sometió a Dios. Él estaba por encima del hombre y sin embargo, se sometió al
hombre y a las necesidades del hombre. Él se agachó para satisfacer, para encontrarse con el
hombre en el punto más profundo de las necesidades del hombre. En ambos planos, vemos la
ilustración de la sumisión de Jesús a la voluntad del Padre y a la necesidad del Hijo. Aún cuando en
medio de gran angustia y gotas de sangre Él dijo: “No se haga Mi voluntad sino la Tuya.”

Usted recuerda que las Escrituras dicen ‘antes sed benignos unos con otros, prefiriéndose unos a
otros’. Ésa es la idea. Ésa es la idea. Antes de que podamos hablar de la responsabilidad del
esposo, la responsabilidad del marido, la responsabilidad de los padres o la responsabilidad de los
hijos, tenemos que hablar de la responsabilidad de todos. Con Cristo usted está en igualdad con
Dios y sin embargo, hay sumisión. Y en todas nuestras relaciones habrá igualdad espiritual, habrá
autoridad espiritual pero todavía habrá el Espíritu de sumisión.

Para simplemente concluir con este pensamiento, en Gálatas 3:26, es importante señalar esto,
‘todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en
Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.’

Cuando hablamos de lo espiritual, todos somos uno. Mi esposa es creyente. Mis hijos son
creyentes, todos somos uno en Cristo. Ninguno de nosotros es superior literalmente al otro y somos
iguales a nivel espiritual. Sin embargo, hay autoridad en esa familia dada al padre y dada a los
padres. Eso no hace a un lado la igualdad espiritual. Simplemente es un deber. Simplemente es una
función, simplemente es una tarea. Para cuidar de la manera más sabia de esa unidad que Dios ha
ordenado.

Tenemos lo mismo en la Iglesia, todos somos uno en Cristo. No hay hombre ni mujer, no hay
esclavo ni libre, ni judío ni griego; en la Iglesia, sea que usted sea hombre o mujer, o sea un
empleado o un jefe, sea rico o pobre, sea cual sea la cultura de la que venga, todos somos uno en
Cristo; y sin embargo, aunque todos somos espiritualmente iguales, 1 Timoteo 5:17 dice que los
ancianos que gobiernan bien sean dignos de doble honor. Y en 1 Tesalonicenses 5:12 y 13 dice “Os
rogamos hermanos que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros y os presiden el Señor.”

Hecho 20, versículo 28 le dice a los ancianos que supervisan al rebaño, Primera de Pedro 5, son
pastores sobre el rebaño. Hebreos, capítulo 13, los ancianos viven una vida de fe y la congregación
es llamada a seguir eso. Se le dice a la congregación que esos ancianos están por encima de ellos
en el Señor y tienen que rendir cuentas a Dios. Igualdad espiritual, pero diferentes
responsabilidades. Pero aún en esas responsabilidades, operamos con una actitud de sumisión.

Supongo que para llevarlo a una ilustración muy vívida, simplemente porque es tan obvio en esta
noche, aquí estoy en una posición de autoridad, porque les estoy enseñando la Palabra de Dios.
Usted se sienta en una posición de sumisión. Alguien podría concluir que en cierta manera soy un
tipo de demagogo que se pone aquí de pie y ustedes simplemente se sientan ahí hacen lo que
hacen; y hay algún tipo de desigualdad entre nosotros a nivel espiritual. Pero eso no es verdad.
Somos iguales a nivel espiritual. Simplemente tengo una responsabilidad y un deber que me da esta
tarea. No sólo eso, tengo que desempeñar esta tarea preocupándome más por ustedes que por mí.

Lo que me motiva a hacer lo que hago no soy yo, sino ustedes. Ustedes entiendan eso y así
funciona en una familia. No estoy aquí diciéndome esto. Yo les estoy diciendo esto. Porque ustedes
me preocupan. Y así tiene que ser en un matrimonio. Todo nos sometemos en un matrimonio,
aunque tenemos dijes diferentes funciones.

Un pasaje más que me viene a la mente simplemente para establecer este cimiento en esta noche.
Primera de Corintios, capítulo 7. Esta es una sección muy interesante acerca de la sumisión mutua
en el matrimonio. Simplemente para subrayar el punto, versículo 1: “En cuanto a las cosas de que
me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer.” Lo que está diciendo aquí es que el
celibato es bueno. Había algunas dudas entre los corintos acerca de si se debían casar o no se
debían casar y demás. Él está diciendo que el celibato es bueno. No está mal. Está bien. Tocar a
una mujer es un eufemismo para referirse a las relaciones sexuales, la unión en un matrimonio.
Entonces, él está diciendo, acerca de las cosas que me escribieron, obviamente le escribieron una
pregunta acerca de esto, es bueno que un hombre nunca tenga esa relación. Es bueno. Está bien.
No hay problema.

Más adelante, por cierto, lo presenta de manera muy clara en el versículo 26, creo que esto es
bueno, a la luz de la aflicción presente, que un hombre permanezca como es. Y él con esto quiere
decir que se quede soltero, que está bien que se quede así. Versículo 29: “Pero esto digo,
hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la
tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los
que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen;
porque la apariencia de este mundo se pasa.” Él está diciendo están viviendo en tiempos
turbulentos, no deben aferrarse a esas cosas, versículo 32, quiero que estén libres de preocupación.
Uno que no está casado se preocupa por las cosas del Señor, cómo puede agradar al Señor.
“Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de
cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su
mujer.”

Escuche, el matrimonio trae complicaciones. Usted no puede estar completamente concentrado en


el Señor, tiene que estar preocupado por su esposa. Y de esta manera sus intereses están
divididos. Versículo 34. “Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene
cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene
cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.” Si se quiere quedar soltero, está
bien. Es maravilloso quedarse soltero. Es mucho más concentrado en el Señor. No es necesario,
pero ciertamente no está mal. Es bueno.

Algunos de los judíos ortodoxos del día de Pablo creían que el matrimonio era una obligación. Si un
hombre no se casaba y producía hijos, los judíos decían que había matado a su posteridad. Y él por
lo tanto había reducido la imagen de Dios en el mundo. La idea era que había que proliferar la
imagen de Dios y debido que la imagen de Dios está en cada persona, usted debía proliferar
personas. Si usted no se casaba, usted mataba su posteridad y reducía la imagen de Dios en el
mundo.

Los judíos inclusive fueron al punto de decir que siete tipos de personas están excluidas del cielo. El
primer tipo de personas en la lista, el judío que no tiene esposa. Y el segundo, una esposa que no
tiene hijos. Bastante serio decir que no podía entrar al cielo bajo esas condiciones.

Y probablemente eso es lo que dio lugar a estas preguntas y Pablo está diciendo que ser soltero
está bien, no está mal, pero, versículo 2, debido a las inmoralidades, que cada uno tenga su propia
mujer y que cada mujer tenga su propio marido. Bueno, lo que él está diciendo aquí es que está
bien ser soltero, pero puede ser que las personas solteras se vean tentadas a la inmoralidad. Y
entonces, es mejor que se casen. Esa es la regla general, por el bien de la pureza y, por supuesto,
Génesis 1:28, por causa de la procreación. Y Génesis 2:18 por causa del compañerismo, tener una
ayuda idónea y Cantar de los Cantares, Hebreos 13:4, por causa del placer, es bueno. Por el bien
de la pureza, la procreación, compañerismo, placer. Entonces, es mejor si usted tiene esos anhelos
y esos deseos hacia toda persona, el tener a su propia esposa o esposo.

Y después, llegamos a los versículos 3 al 5 y aquí es exactamente adónde vamos. “El marido
cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.” Y también la mujer con
su marido y en este contexto está hablando de un deber conyugal. La obligación del matrimonio. El
entregarse físicamente al otro, como también en amor. Pero la idea es que ahora que están
casados, no niegan eso porque están preservándose a sí mismos de la impureza al casarse,
suponiendo que pueden disfrutar de la riqueza de esa relación que Dios ha diseñado de manera
maravillosa.

Y entonces, el marido cumpla con la mujer el deber conyugal y también la mujer con el marido; y
luego está esto maravilloso: “La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni
tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al
otro.” En otras palabras, tienen que someterse de manera mutua el uno al otro. Tiene que hacer a
un lado el argumento de que ‘tengo un dolor de cabeza’. Versículo 5: “No os neguéis el uno al otro,
a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y
volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.”
El matrimonio conlleva una obligación mutua. Nada más el lenguaje aquí indica que tiene un deber
hacia su marido, y caballeros, tienen una deuda para con su esposa. Paguen esa deuda. Al nivel
más elemental de deseo sexual, esta sumisión mutua puede ser vista. El matrimonio entonces, se
vuelve en una rendición permanente de todo lo que usted es a su cónyuge. Es una igualdad. Yo te
pertenezco a ti y tú me perteneces a mí. El acuerdo mutuo es necesario, por cierto, para negarse el
uno al otro. No es justo, no es apropiado, decir ‘no me molestes, estoy orando’. Es mutuo, sólo por
un tiempo.

Sin embargo, aún en esta sumisión mutua en el matrimonio, obviamente no estamos negando
ninguna autoridad en 1 Timoteo capítulo 2, versículo 11: “La mujer aprenda en silencio, con toda
sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en
silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la
mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.” Todavía hay autoridad y sumisión, pero el
corazón de esto es servicio mutuo, humilde. Cuando hemos dicho todo esto, realmente hemos
establecido el cimiento.

Nuestra autoridad es suave, gentil, tierna. Se preocupa. Es la autoridad de uno que provee. Es la
autoridad de uno que protege, uno que se preocupa, que satisface necesidades, quien mediante
fortaleza y sabiduría aísla, preserva, asegura. Es ilustrada de manera tan maravillosa en la
enseñanza acerca de cómo usted trata con sus hijos, usted no los provoca mediante su liderazgo
áspero. Usted los cuida. Y quiero decirle una cosa. Si usted no comienza con esto, no hay mucha
esperanza. De hecho, no hay nada de esperanza. Oh, supongo que usted podría morderse el labio
y decir que van a quedarse juntos por causa de lo que sea. Pero fuera de este tipo de patrón
establecido en Efesios 5, el matrimonio y la familia se convierten en una lucha increíblemente difícil.
Muy insatisfactoria. Se convierte en una batalla por nuestros derechos individuales. Se convierte en
un conflicto terrible y vemos cómo los conflictos se desarrollan.

Cada año, millones de parejas con esperanzas se comprometen entre sí mismas en el matrimonio o
viven juntos con miras a desarrollar, edificar una vida; y la mitad de ellas terminan en una pelea que
parte del matrimonio. Y aquello que se separan vuelven a casarse y dos terceras partes de ellos se
vuelven a separar. Los ministros están diseñando inclusive servicios de divorcio. Me imagino que es
como ver una película hacia atrás. El divorcio es una epidemia y donde usted no tiene divorcio, con
frecuencia usted tiene conflicto o tiene una infidelidad continua. Los hombres con frecuencia son
opresivos, desconsiderados. Las mujeres también pueden ser desleales, no responden, buscan la
liberación. Los hijos no tienen verdaderos ejemplos. Y el caos es absolutamente trágico,
absolutamente trágico.

Entonces, cuando pensamos en este tema de la familia, tenemos que comenzar con estos temas
espirituales y a partir de ahí podemos comenzar a hablar acerca de puntos específicos. Si usted
tiene un corazón lleno del Espíritu, obediente, que está alabando, adorando, agradeciendo, un
corazón sumiso, usted tiene lo que es necesario para una familia maravillosa, un matrimonio
maravilloso y una vida maravillosa. Cualquier otra cosa es una batalla por imponer su propia
voluntad. Es así de simple.

Sólo el poder del Espíritu Santo puede vencer esto y producir gozo. D. L. Moody, el evangelista, en
una oportunidad le preguntó a su audiencia una simple pregunta. Le dijo que quería que le dijeran
cómo sacar el aire de un vaso. Y él lo sostuvo en su mano. Un hombre gritó ‘sáquelo con una
bomba’. Moody respondió que eso originaría un vacío y así rompería el vaso. Y varias otras
respuestas imposibles fueron presentadas, tal como voltear el vaso. Finalmente, Moody se volteó
hacia donde estaba el agua y el vaso, levantó la jarra, llenó el vaso con agua y dijo ‘ahí está, ya se
fue el aire’. Es perfectamente simple. En ese sentido, puede eliminar todo el aire maloliente del
matrimonio, pero no con las bombas de psicología humana, sólo cuando usted llena su vida con el
agua viva, el Espíritu de Dios y la verdad divina. Ésa es la clave. Ahí es donde tenemos que
comenzar. Tiene que hacer ese compromiso. Si usted lo hace, puedo prometerle que toda la
bendición de la gracia de la vida y el gozo del matrimonio y la familia serán suyos. Oremos.

Padre, te damos gracias por los cimientos que nos has dado aquí en las Escrituras. Señor, sabemos
que estas cosas comienzan en la profundidad del corazón, en asuntos espirituales que tienen que
ver con el corazón y tienen que sean enfrentados a ese nivel. Oro, Señor, por cada persona aquí,
que Tú los guíes, los lleves al lugar de devoción del Espíritu de Dios para que sean llenos del
Espíritu, para que puedan tener un corazón feliz, que se goza, que está agradecido y es sumiso y
por lo tanto, que sea fácil de vivir con ellos.

Señor, queremos matrimonios felices. Queremos familias satisfechas. Y Tú nos has mostrado cómo.
Y cuando no sucede, necesitamos hacer a un lado las cosas superficiales y regresar a nuestras
rodillas y asegurarnos que nuestro corazón esté bien contigo. Tú quieres que no seamos egoístas,
que estemos más preocupados por otros que por nosotros mismos. Que estemos llenos de gratitud
por todas nuestras vidas sin importar lo difícil que sea. Y sabemos cuánto conflicto viene al
matrimonio y a la familia cuando no pensamos que las cosas están saliendo como nos gustarían
que salieran. Pero cuando hay gratitud incesante, alabanza constante, obediencia constante,
humildad, habrá gozo y satisfacción. Que así sea en todas nuestras vidas. Ese es Tu plan para
nuestro gozo y Tu gloria. Y Te damos gracias por ello en el nombre de Cristo. Amén.

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