Professional Documents
Culture Documents
Como explica Cecilia Braslavsky en su artículo “Diez factores para una educación de calidad
para todos en el siglo XXI”, “el concepto de calidad de la educación varía con el tiempo”
(2006: p. 84), pues tiene que ver siempre con circunstancias que no permanecen fijas y que
determinan en gran medida las necesidades de las sociedades.
Según lo que ella misma expone, una educación de calidad se relaciona con las necesidades
del aprendiz en el sentido de que debe permitir “que todos aprendan lo que necesitan
aprender, en el momento oportuno de su vida y de sus sociedades y en felicidad” (2006: p.
87). En la misma línea, afirma que “una educación de calidad para todos tiene que ser
‘pertinente, eficaz y eficiente’” (2006: p. 88).
Por otra parte, la autora destaca el hecho de que el rol de los directivos de una escuela tiene
una relación directa con la calidad de la educación. Se ha comprobado que las instituciones
que muestran un mejor trabajo en conjunto de parte de los adultos son las que evidencian una
educación de mayor calidad. Esto se potencia, evidentemente, cuando también “el sistema
educativo como tal trabaja junto” (2006: p. 92).
Por otra parte, el currículo, como “documento que orienta el contrato entre las escuelas, las
sociedades y el estado, y en tanto que orientaciones incorporadas por los profesores”, se erige
como un elemento determinante que contribuye a la calidad de la educación en la medida en
que aporta en tres aspectos: “sus básicos estructurales, disciplinares y cotidianos” (2006: p.
93).
Otro de los factores esenciales para una educación de calidad tiene que ver con los materiales.
Evidentemente, esto implica también la existencia de un “entorno rico en materiales”. Sin
embargo, como recuerda la autora, no basta con esto: es indispensable que los materiales
sean de calidad y que el docente sea capaz de dinamizarlos de manera adecuada (2006: p.
95).
Por otro lado, es importante también tener en cuenta que la “calidad de la educación se
construye mejor cuando hay más cercanía entre los productores y los utilizadores de las
didácticas”. Esto quiere decir, por un lado, que el docente debe ser capaz de producir
didácticas apropiadas y, por el otro (y como consecuencia), que las didácticas mismas
resultarán mucho más apropiadas por su cercanía (2006: p. 96).
Finalmente, el docente también tiene como labor el dinamizar de manera acertada los
materiales de que dispone.