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DE AHORRO
INTRODUCCIÓN
Por lo general existe la creencia de que las que únicas personas que
ahorran son las que están pensando en retirarse.
En caso que tengas dificultades para iniciar con el hábito, puedes buscar
ayuda, pero, lo más importante es que tú mismo vayas disciplinándote y
adoptando medidas financieras saludables.
Haz uso de una hoja de cálculo o una simple libreta y anota en una columna todos tus
ingresos (sueldos, bonos, gratificaciones, trabajos extra) esto en caso que te encuentres
laborando; si estás estudiando aún, anota el apoyo que recibas de tus padres.
Asimismo, en otra columna anota los egresos, dividiéndolos a su vez en gastos fijos (luz,
agua, gas, teléfono, cable, internet, renta) y variables (comida, transporte, recreación).
Una vez realizado esto, suma cada una de las columnas y resta a tus ingresos todos los
gastos. La diferencia que obtengas será tu liquidez, lo que te dará un panorama de
cuánto podrás ahorrar.
El siguiente paso es que el dinero que destines para el fondo de ahorro, esté separado
de otros recursos que dispongas. El objetivo es que este dinero no sea empleado
más que para el ahorro.
Para este caso, puede ser una cuenta de banco o un ahorro programado.
No importa si estás trabajando o no. El objetivo es que del dinero que tengas, por
ejemplo, si aún eres estudiante y recibes apoyo de tus padres, de todo ese total, aparta
el 10 por ciento para destinarlo a la cuenta de ahorro.
La clave es que mes con mes, el fondo de ahorro se vaya incrementando y generando
buenos rendimientos.
Este consejo es una buena técnica para no gastar tu dinero en cosas sin sentido.
Tampoco quiere decir que de vez en cuando no te des un gusto, pero recuerda que estás
fomentando un hábito y trata de evitar cualquier distractor.
Así que, si no vas a comprar algo que sea estrictamente necesario, evita cargar tus
tarjetas de crédito o débito.
Aparte de que es una manera práctica y fácil de ahorrar, al final del mes te sorprenderás
de la cantidad de dinero que habrás guardado con tan sólo echar a tu bote las moneditas
que te hayan sobrado.
Sabiendo cuáles son tus gastos fijos y variables, podrás destinar partidas específicas
para ello, lo que te permitirá saber en qué estás gastando e identificar tus necesidades
de dinero. De esta forma, no retirarás del cajero más que lo necesario para cubrir
tus pendientes; asimismo, deberás tener la suficiente disciplina y el carácter para no
hacer disposiciones extra.
La ventaja es que el monto que destines para el ahorro te será descontado direc-
tamente de tu nómina, y no podrás gastarlo ya.
Como te podrás dar cuenta, el ahorro no es algo del otro mundo, y con voluntad
y disciplina, podrás apartar una partida semanal o mensual y destinarla para
cumplir tu metas.
El secreto está en ser perseverante y que el hábito del ahorro comience desde
una edad temprana, pues es así como se formará una disciplina y cultura financiera.