You are on page 1of 3

Alucinaciones Auditivas en Estudiantes Universitarios

Graduados de la Universidad Estatal de California


Marcel Kuijsten
Universidad Estatal de California, Hayward.

Introducción

A pesar del gran interés en las alucinaciones, una teoría definitiva de por qué las
alucinaciones ocurren y el mecanismo bajo el cual ellas operan todavía está faltando
(Keup, 1970,; Morrison & Haddock, 1997,; Slade & Bentall, 1988). Esto puede ser en
parte debido a la dificultad para investigar las alucinaciones; como ha sido notado por
Jaynes (1990), muchos pacientes esquizofrénicos son renuentes a revelar información
sobre sus alucinaciones, y esto también es verdadero para la población general.
Las alucinaciones, generalmente son definidas como percepciones sensoriales que
ocurren en ausencia de un estímulo real, externo o que representan distorsiones
importantes de entrada perceptual, se ha visto ampliamente como una señal de patología
y uno de los sellos de la esquizofrenia. Las alucinaciones son predominantemente
visuales, producidas por drogas o enfermedades, y también pueden ser auditivas cuando
se asocian con psicosis (Hilgard, 1977), aunque alguna evidencia sugiere que esto puede
diferir en las culturas No Occidentales (Slade & Bentall, 1988).
Varios estudios conducidos durante las últimas dos décadas centran su atención en la
asociación de alucinaciones con patología, sugiriendo que las alucinaciones son más
comúnes en la población normal que lo que previamente se creía (Barrett, 1998,;
Feelgood & Rantzen, 1994,; Jaynes, 1990,; McCreery, 1996,; Posey & Losch, 1983,;
Slade & Bentall, 1988). Por ejemplo, en un estudio cuidadosamente aleatorizado hecho
en la Universidad de Princeton, se encontró que aproximadamente el 30% de los
estudiantes informaron haber tenido una alucinación auditiva en algún punto (Jaynes,
1990,; Rosenburg, 1988). En un estudio primario con 375 estudiantes de la universidad
dirigidos por Posey y Losch (1983), se encontraron resultados similares. Posey y Losch
(1983) usaron instrucciones explícitas, una encuesta altamente detallada, y en algunos
casos entrevistas de seguimiento para asegurarse de que los participantes entendieron
las diferencias entre las alucinaciones e imaginación o hablar consigo mismo. Slade y
Bentall (1988) repasaron varios otros estudios que informaron de alucinaciones en
individuos normales y discutieron la importancia de las diferencias culturales en las
experiencias alucinatorias.
Se han informado de alucinaciones auditivas en una variedad de poblaciones. Un
reciente estudio (Granby, 1998) encontró una alta incidencia de alucinaciones auditivas
entre individuos mayores después de la muerte de un esposo. Además, cuando se
estableció un método de comunicación con una población de cuadripléjicos mudos, se
encontró que de los trece participantes entrevistados, nueve tenían alucinaciones
auditivas experimentadas, "cotidianamente" (Hamilton, 1985). Hamilton (1985)
posteriormente se describió la naturaleza de las alucinaciones:
La experiencia es claramente auditiva, no un pensamiento, sueño, o visión pero un
sonido real oído como hablado por otro en frases completas y entendibles... La voz
parece como si fuera de un pariente vivo o muerto que ha tocado una parte importante
en la vida del residente. Sirve como una conciencia autoritaria diciéndole al residente
qué hacer, cómo pensar, y como sentirse, y lo que es correcto y malo.
El Neurólogo V. S. Ramachandran (Ramachandran & Blakeslee, 1998) describe muchos
informes de alucinaciones tanto visuales como auditivas también en pacientes normales
y sostiene que el fenómeno es bastante común en pacientes con deterioros visuales o
auditivos. También se han documentado alucinaciones en individuos famosos como el
escritor y caricaturista James Thurber (Ramachandran & Blakeslee, 1998) y el poeta y
artista William Blake (Jaynes, 1981). Klüver (1966) describe alucinaciones inducidas
por droga en su estudio de la mescalina, y Leavitt (1995) describe alucinaciones
inducidas por el LSD y como un síntoma común de abstinencia después del abuso
crónico de alcohol. Los investigadores que han estudiado el fenómeno de "compañeros
de juego imaginarios" se han convencido de que en esos niños las alucinaciones reales
están involucradas (Bender, 1970,; Harvey, 1918,; Pines, 1978).
Los estudios previos indican que las alucinaciones auditivas son a menudo religiosas en
su naturaleza (Hamilton, 1985,; Jaynes 1986b, 1986c, 1990). Ramachandran (1998)
describe alucinaciones religiosas en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal, y el
psicólogo canadiense Michael Persinger (1987, Persinger & Makarec, 1992) describe
alucinaciones de naturaleza religiosa producidas en individuos normales estimulando
los lóbulos temporales.
También se piensa que las alucinaciones ocurren más frecuentemente en individuos muy
religiosos (Jaynes, I986b, 1986c, 1990). Se teoriza que aquéllos con creencias fuertes en
Dios y espíritus o aquéllos con "la convicción que las vidas cotidianas de las personas
están influidas por fuerzas no-materiales" (Boykin, 1986) integraría alucinaciones más
prontamente en su sistema de creencia, así como es probable que ellos interpreten a las
alucinaciones como algo generado externamente o como una forma de comunicación
metafísica, en lugar de algo generado internamente o basado en lo biológico. Las
alucinaciones pueden o no variar con la educación y con los sistemas de creencia o en
culturas diferentes; y es importante cuando implica un componente alucinatorio
aprendido.
Los resultados de varios estudios sugieren que la actividad del hemisferio derecho está
implicada en las alucinaciones (Baldwin, 1970,; Jaynes, 1976). Jaynes (1990) describe
una frecuencia más alta de alucinaciones en individuos zurdos o ambidiestros: 56% en
esquizofrénicos hospitalizados y 21% (dos veces la frecuencia en la población general)
desarraigados que experimentaron alucinaciones. También apoya esta noción Hamilton
(1985) en un estudio en el que los ojos de algunos pacientes se movían notoriamente
hacia arriba y a la izquierda al alucinar. Estudios dirigidos por Wilder Penfield a
comienzo de los 60s encontraron una frecuencia alta de alucinaciones cuando el lóbulo
temporal derecho se estimuló con una corriente eléctrica (Jaynes, 1976,; Penfield,
1963). Un estudio de 919 respuestas humanas al estímulo cortical bajo anestesia local en
139 craneotomías revelaron que "de hecho, las alucinaciones se originaron
principalmente en el hemisferio derecho" (Baldwin, 1970).
Morrison & el Haddock (1997) encontraron que los alucinadores "mostraron un desvío
hacia la atribución externa de sus pensamientos". La atribución externa o interna (a
denominada locus de control) es una dimensión de personalidad centrada en las
personas que creen que sus éxitos y fracasos son gobernados por sus propias acciones.
Este hallazgo podría prestar apoyo a la teoría descrita antes de que hay una frecuencia
más alta de alucinaciones en aquéllos con creencias en las cuáles fuerzas no-materiales
cumplen un papel activo en sus vidas.
En este estudio, se hipotetizó que aproximadamente un tercio de los participantes
(estudiantes de la universidad normales) habrían reportado alucinaciones en algún
momento. También se supuso que la frecuencia de alucinaciones sería más alta entre los
participantes muy religiosos, y más frecuente en individuos zurdos o ambidiestros.
Además, se supuso que esos participantes con un locus de control externo informarían
de una frecuencia mayor de alucinaciones. También fue explorado los tipos y volumen
de las voces que se oyeron.

You might also like