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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Sede Argentina

Área Estado y Políticas Públicas

DIPLOMATURA SUPERIOR EN GESTIÓN Y CONTROL DE

POLÍTICAS PÚBLICAS

(Modalidad virtual)

MONOGRAFÍA FINAL CICLO 2016

“IMPORTANCIA DE POLÍTICAS DE ESTADO TENDIENTES AL MAYOR

APROVECHAMIENTO DE ENERGÍAS DE FUENTES RENOVABLES,

CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE Y DIVERSIFICACIÓN

DE LA MATRIZ ENERGÉTICA

EN ARGENTINA”

Una aproximación a la generación distribuida en zonas urbanas con


aprovechamiento de fuentes de energía renovables
Ing. Emilio M.

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1
AGRADECIMIENTOS

A mis padres, hermanos, a quienes están cada día cerca, compañeros de trabajo y a los tantos que me
inspiraron a seguir adelante en la realización de este modesto trabajo a pesar de
distintos escollos que se presentaron.
Una mención particular a la Lic. María Cristina Ruiz del Ferrier por su
orientación, sugerencias y atención cordial.

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Resumen

La forma en que producimos y consumimos energía no es sostenible. Por un lado, las fuentes
de generación predominantes son los combustibles fósiles -principales contribuyentes al
cambio climático y no renovables, lo que hace urgente un cambio de modelo energético en
ambos extremos, en la generación como en el consumo, es decir, mayor participación de
fuentes de energía renovables y mayor eficiencia energética en su uso final. La "generación
distribuida" (GD), permite un uso masivo de las renovables y mejora la eficiencia del sistema
en general al reducir las pérdidas por transmisión. De allí que la monografía a continuación
discuta sobre la importancia de la aplicación de políticas de Estado en relación la generación
distribuida en zonas urbanas, como esta puede ser aprovechada como parte de la solución al
problema energético del país, así como también se discute el estado actual de políticas con las
que guarda relación y se propone a través de un recorrido conceptual sobre los distintos
aspectos a tener en cuenta a la hora de implementar medidas que favorezcan a este tipo de
generación de energía, para así llegar a conclusiones que propongan un camino a seguir en
este aspecto.

PALABRAS CLAVE: Matriz energética, Generación Distribuida, Políticas públicas en


Argentina, Medio Ambiente.

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Índice

Introducción ................................................................................................................................ 5
1. Generación Distribuida ......................................................................................................... 11
1.1. Sistemas aislados (Off‐Grid)...................................................................................... 12
1.2. Tipos de generación distribuida de fuentes renovables ................................................. 12
1.3. Ventajas y beneficios de la generación eléctrica distribuida. ........................................ 13
2. Generación Distribuida en Argentina ................................................................................... 19
2.1. Políticas Actuales Frente a la Generación Distribuida en Argentina............................. 21
2.2. Prosumidores y Generación Distribuida ........................................................................ 22
2.2.1. ¿Cuál es el esquema que debería implementar Argentina para avanzar con la
generación distribuida en el país? ......................................................................................... 23
3. Análisis Regulatorio De La Generación Distribuida ............................................................ 26
3.1. Generación Distribuida y Nuevos Modelos de Negocio................................................ 26
3.1.1. Modelos de Negocio Forzados: aspectos de generación distribuida en algunos países
a tener en cuenta ................................................................................................................... 27
3.1.2. Experiencias y Exploración de Modelos de Negocio en Argentina ........................... 28
3.1.4. Espíritu Competitivo de Generación Distribuida Vs. Negocio Monopólico de
Distribuidores en Argentina .................................................................................................. 29
3.2. Políticas de Estímulo con Feed-In- Tariffs .................................................................... 31
3.3. Criterios para Prevenir Fallas de Mercado .................................................................... 32
3.4. Métodos de Cómputo de Transacciones Mediante Balance Neto ................................. 33
4. El desarrollo de la política de generación distribuida........................................................... 34
4.1. Generación Distribuida, Políticas públicas y el caso del establecimiento de una
industria fotovoltaica en Argentina....................................................................................... 35
4.2. RenovAR, Generación Distribuida en la Argentina ...................................................... 36
4.3. Regulación de la Generación Distribuida a nivel nacional ............................................ 38
4.3.1. Legislación a nivel provincial ..................................................................................... 38
Conclusiones............................................................................................................................. 43
Referencias bibliograficas ........................................................................................................ 47

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Índice de figuras

Figura 1. Matriz Eléctrica Argentina 1970-2013……………………………………6


Figura 2. Matriz Eléctrica Argentina 2015………………………………………….10
Figura 3. Matriz energética argentina correspondiente a 2012 y su dinámica en el
tiempo………………………………………………………………………………...13
Figura 4: Participación relativa de diferentes fuentes de energía primaria en el total de
la energía utilizada para 2012 en los distintos países……………………………..14

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Índice de tablas

Tabla 1. Licitación de energía eléctrica de fuentes renovables……………………….38


Tabla 2. Licitación de energía eléctrica de fuentes y pequeños aprovechamientos
energéticos……………………………………………………….…………………….39

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Introducción

Las fuentes de energía en la actualidad afrontan un problema de importancia capital


para todas las naciones, la explotación de recursos naturales no es sostenible y la principal
materia prima para la obtención de energía, los combustibles fósiles, son directamente
responsables del cambio climático. Esta situación ha motivado un progresivo cambio del
modelo energético en sus dos extremos, generación y consumo, es así como se ha abierto la
puerta a las nuevas fuentes de energías, renovables, confiables, competitivas y, sobre todo,
medioambientalmente amigables así como también a una nueva conciencia de consumo. Un
suministro de electricidad confiable, competitivo y ambientalmente sostenible es el
componente fundamental para el desarrollo de las naciones, para favorecer el desarrollo
productivo y mejorar así la calidad de vida de la población.
Para poder implementar efectivamente los correctivos necesarios para subsanar el
problema energético es imprescindible conocer específicamente de donde proviene la energía
que utilizamos, cual es la materia prima que más nos provee energía y para lograrlo debemos
acudir al principal indicador que es la matriz energética, que es una representación
cuantitativa de la totalidad de energía que utiliza un país, e indica la incidencia relativa de las
fuentes de las que procede cada tipo de energía: nuclear, hidráulica, solar, eólica, biomasa,
geotérmica o combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón. Es útil para realizar
análisis y comparaciones sobre los consumos energéticos de uno o varios países a lo largo del
tiempo, y es una herramienta fundamental para la planificación.

Figura 1. Matriz energética argentina 1970-2013

Como se puede ver en el gráfico anterior, el petróleo, desde hace décadas, junto a otros
hidrocarburos como el gas natural, es la fuente de energía predominante en el mundo y es

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una materia prima fundamental para elaborar una gran cantidad de productos de uso
cotidiano. Sus propiedades lo convierten en un material único por su alto contenido
energético en relación con su volumen y su peso, y la facilidad para extraerlo, transportarlo y
almacenarlo.

Todos los países evalúan su potencial basándose en la matriz energética, en función de


implementar las políticas correctas en esta materia, cualquier acercamiento a una planeación
para el mejor uso y aprovechamiento de los recursos debe pasar por un profundo análisis de
dicha matriz, ya que partiendo de ella se puede evaluar los puntos a mejorar, los campos de
trabajo específico y la potencialidad de cada rubro.
En países con una creciente industria, el suministro de energía eléctrica es de vital
importancia para el desarrollo de investigaciones y avances tecnológicos que contribuyan
cada día al mejoramiento; por lo tanto, asegurar una constante entrega de energía eléctrica con
calidad a los usuarios finales, es la meta propuesta por todos los actores participantes en el
sector eléctrico encargados tanto de generar, transportar, distribuir y comercializar esta
energía. En la manera convencional, esta situación se enfrenta por medio de la instalación
programada de plantas generadoras de gran tamaño y la alimentación de su potencia hacia las
redes de distribución que deben soportar las condiciones de la carga.
El abastecer de energía eléctrica dentro de los estándares de calidad y confiabilidad a
toda la población que lo requiera es, sin duda, una labor ardua y compleja en la que
intervienen muchos factores tanto propios como ajenos a dicho sistema. Como respuesta a
esto se han creado diversas estrategias para sobrellevar las dificultades que se presenten al
momento de cumplir dicho objetivo, una de estas estrategias es la implantación de la
Generación Distribuida (GD), es decir, la utilización de plantas pequeñas instaladas en
muchos puntos de la red, muy cerca de los usuarios, hace su reaparición con gran fuerza (fue
el modo predominante en los comienzos del uso de la electricidad), impulsada principalmente
por el importante crecimiento de las fuentes renovables y la necesidad de contrarrestar los
efectos adversos hacia el medio ambiente. Los sistemas de GD tienen gran potencial para
aliviar una serie de inconvenientes de los sistemas tradicionales, con reducción de las
exigencias financieras y de alto riesgo asociadas con la forma tradicional, con menores
pérdidas en las líneas y contrarrestando otros factores negativos para favorecer la calidad de
potencia y poder proporcionar al cliente un servicio de mayor confiabilidad.
La GD cuenta con una serie de características técnicas novedosas que exigen un
cuidadoso estudio, diseño y operación de sistemas de control y seguridad de alta complejidad;

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modernización que se facilita en la actualidad gracias a los sistemas modernos de
computación y control, los avances en las comunicaciones y en la electrónica de potencia,
permitiendo hacer una operación de control inteligente de dichas redes, logrando finalmente
mejorar la calidad del servicio.
Adicionalmente, la gestión empresarial, operación regida por los mercados actuales
del sector eléctrico, con reglamentaciones exigentes y las incertidumbres siempre presentes,
como la implementación de un sistema de GD, presenta una serie de nuevos paradigmas que
requieren un análisis detallado, con el fin de establecer las reformas regulatorias para afrontar
los retos de la modernización en el suministro eléctrico con consideración de la GD.
Bajo estas premisas, el objetivo de esta memoria es el de hacer una revisión teniendo
en cuenta el punto de vista del operador de red, el usuario y cómo la inserción de generadores
distribuidos le ayudan a superar inconvenientes al momento de entregarle la energía eléctrica
a los usuarios finales, pero de la misma manera se verán las consideraciones a tener en cuenta
ya que si no se resaltan y se regulan a través de leyes o políticas públicas podrían contribuir a
desmejorar y poner en riesgo la estabilidad del sistema.
El cambio de modelo energético debe pensarse en ambos extremos, en la generación
como en el consumo: mayor participación de fuentes de energía renovables y mayor eficiencia
energética en su uso final. Pero también debe cambiar el sistema eléctrico en su conjunto. No
podemos pensar en continuar con grandes centros de generación de energía situados a gran
distancia de los centros de consumo.
¿Cuál es entonces la solución a este estado de cosas? ¿Cuál el camino a seguir? Es
lógico que no haya una sola respuesta a los interrogantes planteados. Tampoco se consiguen
en un tiempo predeterminado o a un corto plazo. Se requieren políticas de estado duraderas.
Así, lo que hemos dado en llamar "generación distribuida" (GD), en el contexto del
aprovechamiento de fuentes de energía limpias o “verdes”, permite un uso masivo de las
renovables y mejora la eficiencia del sistema en general al reducir las pérdidas por
transmisión. Permite que las renovables en pequeña escala generen energía allí donde se
consume, allí donde están los usuarios. Estas pequeñas fuentes de energía eléctrica
distribuidas en la red de baja tensión, ya sea en el ámbito urbano como rural, permiten
complementar a los grandes generadores bajando los niveles de demanda. De este modo se
aprovechan tecnologías como la fotovoltaica en baja escala en sistemas que aprovechan
techos, fachadas, aleros y demás espacios urbanos convirtiendo así a la ciudad en un gran
generador.

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La aplicación de las renovables de forma distribuida es un campo inmenso que,
lamentablemente, aún no se ha explorado localmente y la cual permitiría desplegar el enorme
potencial renovable existente en todo el país, particularmente en materia solar y eólica. Pero
para hacerlo es necesario contar con la factibilidad regulatoria de incorporar este tipo de
generación integrada a la red, y un sistema de tarifas que permita su promoción.
Argentina ha venido siendo uno de los países más rezagados de la región en la
materia. A pesar de ello, algunas pocas provincias han avanzado en sus propias regulaciones.
Salta, Santa Fe y Mendoza cuentan con leyes que permiten la conexión bajo el sistema de
tarifas de balance neto o net metering y en San Luis se está discutiendo un proyecto de ley de
energías renovables que incluye esta posibilidad. Si bien estas normativas locales significan
un avance, el sistema de tarifas adoptado no es necesariamente el más apropiado.
Argentina ha perdido en el año 2011 el autoabastecimiento energético que hubiera
detentado durante la década del 90’, hecho que se materializa a través de cada vez mayores
importaciones de energía (principalmente petróleo, gas natural, gas licuado y electricidad). El
impacto de la fuerte dependencia de los hidrocarburos en el balance comercial es notorio,
siendo éste uno de los principales motivos del déficit fiscal del país. Si el foco se concentra en
la matriz eléctrica, las conclusiones son similares: alrededor del 60% depende de la
generación en base a hidrocarburos. En resumen, la matriz actual no es sustentable, por lo que
se considera que debe establecerse un instrumento legal que garantice el acceso a la red y
poder cobrar en base a tarifas fijas por cada kWh colocado en la red. Estos precios deben
garantizar la amortización de los equipos en tiempos razonables. Este instrumento está todavía
pendiente en Argentina.

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Figura 2: Matriz Eléctrica Argentina 2015.

La conjunción de todos estos elementos impulsó a la generación en función a fuentes


renovables como alternativa superadora, resultando ello motivación natural de la ya
conocida Ley 27191 (promulgada el 15/10/2015).

1. Generación Distribuida (GD)

La Agencia Internacional de Energía (IEA, International Energy Agency) considera


como GD, únicamente, a la que se conecta a la red de distribución de baja tensión (on grid) y
la asocia a determinadas tecnología; aunque cabe señalar que no existe una única definición
del concepto (IEA, 2015). En muchos casos depende de factores como la ubicación en la red,
el tipo de tecnología, la capacidad instalada, el impacto ambiental y/o la titularidad.
En esta dirección y en relación a la ubicación en la red, la oficina de los Mercados de
Gas y Electricidad (OFGEM, 2002) del Reino Unido define a la GD como “la generación de
electricidad que está conectada a la red de distribución, en lugar de a la red de transmisión de
alto voltaje”. La conexión de la GD a la red de distribución implica que está ubicada ya sea en
las instalaciones del usuario o cerca de la carga que recibe el suministro.

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Por otro lado, identifica a la GD como “generación típicamente más pequeña, como la
generación renovable, incluidas pequeñas centrales de energía hidroeléctrica, eólica, solar y
sistemas combinados de calor y electricidad (cogeneración) más pequeños” (OFGEM, 2002).
Es así que, bajo esta óptica, la GD no es autónoma, sino que está necesariamente
conectada a la red, por lo que requiere definir o precisar qué entendemos por red de
distribución. Esto varía según el país, de acuerdo con el tamaño de su mercado energético.

1.1. Sistemas aislados (Off‐Grid)

Tanto los sistemas fotovoltaicos como las instalaciones mini‐eólicas pueden


clasificarse en dos grandes grupos de acuerdo a si están conectados a la red o no. Los que no
están conectados a la red, los sistemas aislados, suelen cubrir pequeños consumos eléctricos
en el mismo lugar en el que se produce la demanda, por ejemplo, en la electrificación de
hogares alejados de la red eléctrica, alumbrado público, aplicaciones agrícola‐ ganaderas,
señalización y comunicaciones y sistemas de depuración de agua. Son más comunes en
aquellos sitios distantes de las redes de distribución de energía como son las zonas rurales.
Necesitan bancos de batería para almacenar la energía generada para su uso posterior.
La definición más usual se basa en el nivel máximo de voltaje en el que la red de
distribución opera en cada país. En base a este criterio, y en función del tamaño del mercado y
de las características de la red de cada país, la magnitud de la GD puede variar. Un sistema
con la misma capacidad instalada podría ser GD en un país y generación a escala de las
empresas de servicios públicos en otro.
Hoy la mayoría de las plantas de generación de energía se encuentran situadas a
grandes distancias de los centros de consumo. Por eso, es necesario dotar al sistema de una
enorme infraestructura que permita transportar energía y hacerla llegar a los usuarios en
óptimas condiciones para su consumo. En la medida que crece el consumo, el sistema debe
crecer para tener mayor capacidad no sólo de generación, sino también de transporte.
Que existan sistemas de generación cercanos a los centros de consumo supone una
mejora ambiental y energética, ya que se disminuyen las pérdidas en el transporte. Por otro
lado, la eficiencia del sistema de generación distribuida disminuye los costos económicos,
porque optimiza el uso de los recursos, reduce el tamaño de las plantas y favorece el
desarrollo de las energías renovables.

1.2. Tipos de generación distribuida de fuentes renovables

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 Solar: es aquella que mediante la conversión a calor (fototérmica) o a electricidad
(fotovoltaica) aprovecha la radiación proveniente del sol.
 Eólica: turbinas eólicas convierten la energía cinética del viento en energía mecánica,
la cual acciona un generador que produce energía eléctrica. (Ver minieólica)
 Mini‐hidráulica: una central hidráulica está constituida por todos los elementos
necesarios para transformar la energía de un curso de agua ‐ debido a la diferencia de
nivel entre dos puntos – en energía útil (normalmente electricidad). La Mini‐hidráulica
es aquella planta hidráulica con una potencia no superior a 10 MW, aunque la ley
27.191 dispone que el límite es de 50 MW.
 Biomasa: utilización de materiales provenientes de seres vivos animales o vegetales.
Es decir, toda la materia orgánica procedente de residuos de origen animal y/o vegetal
obtenida de manera natural o procedente de los residuos de la industria
agroalimentaria. El aprovechamiento de la biomasa para generar electricidad puede ser
mediante proceso térmico, biogás o biocombustibles.
 Cogeneración: es el procedimiento por el que se obtiene simultáneamente energía
eléctrica y energía térmica útil. La ventaja de la cogeneración es su mayor eficiencia
energética ya que se aprovecha tanto el calor como la energía eléctrica de un único
proceso.

1.3. Ventajas y beneficios de la generación eléctrica distribuida

En la actualidad la energía eléctrica se ha convertido en una necesidad fundamental de


las sociedades humanas tienen en la manos el dilema, no solo de abastecer energía sino el
costo medioambiental que implique, Argentina no es la excepción y ha comenzado a
plantearse soluciones realistas, plausibles y realizables a través del estudio de la principal
herramienta de análisis que se tiene en la materia, la matriz energética. Un análisis
comparativo de la matriz energética argentina, su dinámica temporal y sus implicaciones
socio ambientales constituye un primer paso en esa dirección para así poder optar entre
distintas fuentes de energía que se reflejará en diferentes combinaciones de costos
económicos y ambientales.
La Matriz energética detalla el aporte relativo de todas las fuentes a el total de la
energía utilizada en un país, el estudio de la fluctuación de la matriz contribuirá el
seguimiento de su comportamiento, como se compone y las proyecciones aproximadas,

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además de la comparación con modelos exitosos o fallidos de otras naciones, estos análisis no
garantizan una decisión óptima, pero seguramente contribuirán a tomar decisiones más
acertadas en el manejo de los recursos.
La Matriz energética en nuestra nación es ocupada mayormente por combustibles
fósiles con un aporte aproximado del gas con un 54% el petróleo con 33% y el carbón mineral
con apenas un 1%, esto totaliza 88% del total de la energía en Argentina, mientras que las
energías alternativas como aceites y polisacáridos, biodiesel y bioetanol, energía hidráulica,
nuclear y leña y bagazo se concentran en el otro 12%.

Figura 3. Matriz energética argentina correspondiente a 2012 y su dinámica en el tiempo. (A)


Participación relativa de diferentes fuentes primarias en el total de la oferta de energía. (B) Dinámica
temporal de la cantidad en millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) de las distintas
fuentes de energía. Fuente: Secretaría de Energía de la Nación. La categoría aceites incluye
polisacáridos.

Este sencillo ejemplo nos demuestra cómo se proyecta el comportamiento de una


matriz energética y como afecta directamente en las decisiones de orden estatal. Al igual que
la Argentina, la mayoría de los países poseen una matriz energética de origen
fundamentalmente fósil. Francia es una excepción, ya que cuenta con la energía nuclear cuyo
aporte asciende al 45%. La mayor presencia en la matriz de una sola fuente de energía es un
rasgo poco frecuente que se observa solo en la Argentina con el gas natural (54%) y en China
con el carbón mineral (68%). Las demás naciones tienen un balance mas equilibrado del resto

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de las fuentes de energía. En Australia, Estados Unidos y Alemania, el petróleo, el gas y el
carbón aportan de manera individual entre el 20 y el 40% del total. En Canadá, Brasil y
Francia la equidad entre las fuentes es intermedia. En particular, resulta llamativa la
participación de los biocombustibles y de la energía hidráulica en Brasil, la nuclear e
hidráulica en Canadá y la nuclear en Francia.

Figura 4. Participación relativa de diferentes fuentes de energía primaria en el total de la energía


utilizada para 2012 en los distintos países. Fuente: Agencia Internacional de Energía.

¿Las matrices energéticas son reflejo de las políticas y obras estratégicas de las
naciones? Desde luego, involucrando seguramente la conjunción de ambas y de algunas otras
causas, pero sin duda la información que recoge y decodifica permite contemplar un
panorama mas amplio y desarrollar soluciones ajustadas a la situación específica y a la
tendencia de un momento económico, político e histórico determinado.
Aunque en los últimos años se han suscitado grandes cambios en el sector energético,
la generación eléctrica sigue basándose en las grandes centrales, normalmente, alejadas del
sitio de consumo. Esto exige una red de transmisión y de distribución para que la electricidad
alcance a todos los consumidores. Por otro lado, la GD, aunque le falta una definición
globalmente aceptada, es una generación de pequeña escala instalada cerca al sitio del

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consumo. Así, los consumidores también pueden volverse en productores eligiendo una
tecnología que sirva mejor a sus necesidades o a las inquietudes ambientales.
Ampliando con mayor especificidad la información sobre el tema, se puede agregar
que en los últimos años algunos países han dado los primeros pasos hacia un nuevo modelo
energético que cambiará la forma en que se produce y consume la electricidad, incluida la
Argentina. Se trata del autoconsumo de energía eléctrica, un planteamiento que permite a los
consumidores producir parte de la electricidad que emplean en sus hogares o negocios,
siempre y cuando la electricidad producida solo la utilicen ellos mismos. Esto supone una
evolución radical desde el modelo actual de generación centralizada (la energía se produce en
grandes plantas y recorre largas distancias hasta consumirla) a la generación distribuida (la
electricidad se produce en muchas centrales pequeñas situadas muy cerca de donde se
consume). Por otro lado contribuye notablemente a diversificar la matriz energética.
La generación distribuida responde en muchos aspectos a los problemas de la
generación tradicional. Por lo tanto, las ventajas se catalogan en los mismos cuatro tipos: (1)
en la producción y en la construcción, (2) en el funcionamiento, (3) en el servicio y (4) en el
ambiente.
La tecnología de la GD es modular y puede ser producida en masa por la industria.
Esto significa que sus costes bajarán con la producción masiva. Además, una estandarización
de los componentes, de la interconexión y de los permisos de instalación facilitará su
producción e implementación. La producción en masa hará las unidades de la GD disponibles
para comprarlas e instalarlas en un tiempo corto. Así el tiempo limitado, desde una
intensificación de una necesidad hasta el momento de satisfacerla, cambia todo el modo de
planificación. Las predicciones de la demanda en el futuro lejano y las instalaciones para
satisfacerla anticipadamente, se convierten en menos necesarias.
La decisión de uso de la GD por una empresa eléctrica, le ayuda a afrontar los
problemas del aumento de la demanda en regiones urbanas o rurales, donde la red la
distribución es restringida. La solución que renueve la red no es siempre la menos costosa ni
la más inmediata (Willis, 2000). Así, el uso de la GD por parte de la empresa permite,
evitando costes extensos y obras largas, suministrar la demanda. Si se usa la GD como
reserva, puede aliviar la carga de la red en horas punta.
Los consumidores, por otro lado, orientados tanto a una alta fiabilidad y calidad como
a un bajo precio del servicio, pueden decidirse por la GD, la que el servicio ofrecido a estos
dos extremos, es económicamente competitivo respecto la generación tradicional (Willis,

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2000). En cuanto a los consumidores aislados o fuera del alcance de la red, la GD es la
solución única viable.
El uso, finalmente, de la generación distribuida da otro enfoque: reduce la cantidad de
energía que se pierde en la red de transporte de energía eléctrica ya que la electricidad se
genera muy cerca de donde se consume, a veces incluso en el mismo edificio. Esto hace que
también se reduzcan el tamaño y número de las líneas eléctricas que deben construirse y
mantenerse en óptimas condiciones.
La oportunidad que los consumidores se vuelvan en productores, provocará un cambio
en el sistema social. La toma de decisión se trasladará a grupos sociales más amplios
convirtiendo todo el proceso de la producción de energía, en más trasparente y democrático.
La repercusión de este cambio será un sistema eléctrico en que las inquietudes culturales,
ambientales o económicas de los diferentes grupos sociales se tomarán en cuenta,
convergiendo a las soluciones más adecuadas y ampliamente aceptadas. Además, la GD
favorece el desarrollo de localidades o de áreas rurales, creando puestos de trabajo. En cuanto
al punto de vista social, la GD puede hacer de la producción de la energía un asunto de toda la
sociedad y redistribuir los grandes ingresos de la industria eléctrica, promoviendo la igualdad
social.
Finalmente, una generación dispersa y basada en las fuentes energéticos locales,
diversifica los recursos y aumenta la autosuficiencia de una región. Generadores pequeños
interconectados, que forman una micro red, pueden ofrecer un servicio fiable ya que la
probabilidad de un fallo de todos es muy baja. Cuando uno falla es muy fácil para los otros
compartir la carga. Generalmente, la GD hará el sistema eléctrico menos vulnerable a
desastres naturales o provocados.
Sin embargo, la GD también presenta algunos inconvenientes. La gente, al contrario
de su costumbre actual, tendrá que funcionar y mantener la instalación, y sobre todo asegurar
el suministro del combustible para las instalaciones diferentes de las de energía renovable. En
cuanto la GD está conectada a la red, un control más estricto es necesario ya que la función y
el mantenimiento de la red de la distribución es más complejo.
La GD aparece como el nuevo paradigma para la producción de electricidad por todo
el mundo. Los países menos desarrollados tienen la oportunidad de adaptar este modelo sin
pasar previamente por el tradicional. En los países desarrollados los beneficios de la GD se
distribuyen tanto a las empresas eléctricas como a los consumidores. La primera puede evitar
inversiones para mejorar la red de transporte y de distribución, en cuanto a los segundos
tienen la capacidad de convertirse en productores. Esto provocará grandes cambios en el

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sistema social, ampliando el número de las personas que tomen decisiones sobre la
producción de energía y el reparto de una parte de los ingresos del sector a más gente.
Finalmente, la GD promueve las energías renovables y la eficiencia, contribuyendo a
la lucha contra las emisiones de los gases de efecto invernadero y aportando un mayor
desarrollo sostenible.

En resumen, los beneficios de la generación distribuida son:

Técnicos

 La GD disminuye pérdidas de energía en el transporte, al reducirse la cantidad de


energía transmitida a larga distancia.
 De producirse una falla en el sistema de potencia, se puede restablecer el servicio en
un corto tiempo, debido a que se cuenta con múltiples respaldos generando una mayor
confiabilidad del sistema.
 Las renovables, como la solar fotovoltaica y la eólica, son tecnologías de rápida
instalación, modulares, con costos decrecientes y rendimientos en aumento.
 Mejora la administración de la energía en épocas con gran demanda.
 Creación de conocimiento y de nuevos desarrollos tecnológicos.

Económicos

 Si bien hoy el costo de las tecnologías aún es alto, al ser los equipos más pequeños y
flexibles que los convencionales, pueden llegar a producirse en escala si el Estado
promueva su fabricación. Un estudio del desarrollo de las renovables en los últimos 10
años muestra una baja muy importante en sus costos.
 La disminución de las perdidas por transporte redunda en un ahorro económico.
 El consumo de combustible se reduce al aumentar la eficiencia del sistema.
 Desarrollo de industria nacional.
 Baja de importaciones de combustibles, impacto positivo sobre balanza comercial.

Ambientales

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 La posibilidad de producir energía mediante fuentes renovables reduce drásticamente
la emisión de dióxido de carbono, así como también lo hace el uso eficiente de la
energía eléctrica en los procesos de cogeneración.

Sociales

 En países menos desarrollados, la GD permite satisfacer rápidamente y con eficacia la


creciente demanda. Al contrario de la generación tradicional, la GD puede suministrar
energía casi inmediatamente, o bien donde ésta se necesita urgentemente o en regiones
remotas.
 La GD es un modelo que se adapta a las condiciones locales y sobre todo puede
gestionarse y redituar en beneficios económicos directos a la sociedad.
 Generación de empleo. El Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (Istas) de
Comisiones Obreras de España, estimó en un informe de 2011, que el autoconsumo y
la generación eléctrica distribuida podrían generar 80.000 puestos de trabajo en es el
país.
 La GD puede hacer de la producción de la energía un asunto de toda la sociedad y
redistribuir los grandes ingresos de la industria eléctrica, promoviendo la igualdad
social. La oportunidad de que los consumidores se vuelvan productores, provocará un
cambio de paradigma en el sistema social. La toma de decisión se trasladará a grupos
sociales más amplios logrando que el proceso de la producción de energía sea más
transparente, inclusivo, distributivo y democrático.
 La GD favorece el desarrollo local y, por ende, el desarrollo regional.

2. Generación Distribuida en Argentina

La Generación Distribuida en Argentina ha estado principalmente a cargo de


cooperativas. Desde sus orígenes, estas empresas surgieron como una solución al problema
que representaba en esta época el acceso a recursos energéticos por parte de los habitantes de
las localidades del interior del país.
En la actualidad, funcionan en el país cerca de 600 cooperativas eléctricas que en
muchos casos brindan otros servicios públicos adicionales. La distribución de electricidad
realizada por estas empresas representa cerca del 12% del total nacional y equivale a

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2.000.000 de usuarios (Secretaría de Energía, 2013). Sin embargo, si se evalúa su influencia
en el interior del país -descontando el AMBA- las cooperativas eléctricas representan casi el
30% del mercado. La Secretaría de Energía identifica la existencia de 28 centrales de
generación pertenecientes a cooperativas de las cuales 11 son parques eólicos y dos son
hidroeléctricas por lo que más del 50% del total de la energía generada por las cooperativas
eléctricas es a partir de fuentes de energía renovable. El resto son centrales térmicas (10 diésel
y 3 turbogas) que se distribuyen en 9 cooperativas.
A pesar de su eficiencia en general en todo el país y su existencia desde hace mucho
en la generación de energía eléctrica en la Argentina, los resultados no siempre positivos en la
gestión de las cooperativas, deja evidente las limitaciones que presentan este tipo de proyectos
cuando se instalan equipos importados y no se desarrollan políticas para generar capacidades
técnicas locales. Es por este motivo, que recientemente las autoridades de algunas de estas
cooperativas están buscando establecer convenios de colaboración con empresas locales
especializadas en la producción de aerogeneradores de gran potencia como IMPSA Wind y
NRG Patagonia.
Pero, además, el otro problema que evidencia estas experiencias es que los proyectos
de generación energética de este tipo no pueden desarrollarse más allá de soluciones
puntuales. Además, la evaluación económica no puede reducirse a un balance entre los costos
de generación y venta de la energía generada y distribuida, sino como parte de un proceso más
amplio de desarrollo local que pueda incluir otro tipo de servicios públicos y actividades
productivas. Además, ésta evaluación no puede ser solo de tipo económica. Este tipo de
proyectos puede alcanzar mayores niveles de sustentabilidad si se incorpora en un proceso de
desarrollo local más amplio que le permite acceder a nuevas formas de legitimidad social y
política.
Es por este motivo que resulta crucial repensar las políticas desde otra matriz que no
comprenda a la generación y distribución de energía como un sistema cerrado en el que el
balance económico se mida únicamente en términos de costos de generación y venta de
energía.
Por este motivo, resulta claro que es necesario desarrollar soluciones de una manera
diferente. Para ello, Hernán Thomas (2012) ha propuesto un modo de concebir la construcción
de los problemas y las soluciones correspondientes de manera sistémica, desarrollando
Sistemas Tecnológicos Sociales para dar una respuesta local y socio-técnicamente adecuada a
los desafíos del desarrollo socio-económico y la inclusión social.

20
Es por este motivo que resulta crucial repensar las políticas desde otra matriz que no
comprenda a la generación y distribución de energía como un sistema cerrado en el que el
balance económico se mida únicamente en términos de costos de generación y venta de
energía.

2.1. Políticas actuales frente a la generación distribuida en Argentina

Teniendo en cuenta el contexto energético actual, la disponibilidad de recursos para el


desarrollo de las fuentes renovables y la factibilidad técnica para el desarrollo de la
generación distribuida, Argentina necesita avanzar en un marco regulatorio que permita a los
usuarios volcar la energía generada de manera distribuida a la red.
La oportunidad de que los consumidores se vuelvan productores, provocará un cambio
de paradigma en el sistema energético. Se modifican sustancialmente los actores
intervinientes en el sistema energético, volviéndolo más colaborativo, distribuido, eficiente y
limpio.
El punto de vista de las actuales autoridades estatales, manifestada a través de
expertos, como el grupo que se dio en llamar “Ex Secretarios de Energía” (2015), que
asesoran en estos temas al ministro de Energía y Minería, es la siguiente:

“Frente a la situación heredada, el Gobierno deberá ordenar el sector energético para


—junto a las otras variables macroeconómicas, políticas y sociales—, poner en valor
los inmensos recursos energéticos que alberga nuestro territorio. Uno de los escollos
más importantes a remover es el desastre en los precios y tarifas heredados luego 12
años de populismo energético.” Ex Secretarios de Energía, (2015).

Según este punto de vista “… El problema tarifario provoca consecuencias negativas a


los usuarios en la calidad de la prestación de los servicios públicos que reciben, porque hay
insuficiencia en las inversiones y quebrantos en las empresas prestadoras, y por el impacto
negativo en la macroeconomía que los subsidios energéticos ocasionan. Por tal motivo, los
Ex Secretarios de Energía elaboran este aporte conceptual con la intención de brindar
elementos de juicio adicionales para lograr a la brevedad posible la normalización del sector
energético.”

21
Inicialmente debe hacerse una distinción clara entre las “tarifas energéticas”, que son
reguladas por el Estado, y los “precios energéticos”, que deben surgir de mercados
competitivos. Creemos que son conceptos distintos y deben tener un tratamiento diferenciado
a la hora de encarar los aumentos. Los precios de la generación eléctrica, los más atrasados
respecto a las referencias que marcan el costo marginal y el costo promedio, han estado
soportando costos crecientes debido a la mayor dependencia de la generación térmica (que
genera a partir de gas o de los combustibles líquidos sustitutos fuel oil o gasoil).
Para este mismo grupo, los Ex Secretarios de Energía (2015), “el desafío es lograr que
dentro de 20 años la población mundial crecerá en 1400 millones de habitantes y además el
PBI mundial será el doble del actual, se trata entonces de reducir las emisiones contaminantes
por unidad de PBI en un 65 por ciento respecto a las actuales”.
En el caso argentino, la contratación de grupos electrógenos bajo el programa
generación de energía distribuida que encaraba la empresa estatal ENARSA en la última etapa
de la gestión gubernamental anterior, aparece como un hecho significativo que debe ser objeto
de especial atención, en relación a la crisis energética que señalaba.

2.2. Prosumidores y Generación Distribuida

El concepto de “generación distribuida” (GD) ha cambiado las concepciones de


transmisión y distribución de electricidad al acercar las plantas de generación al consumidor
final, reduciendo la infraestructura en transporte necesario para la entrega de la energía,
además de disminuir las pérdidas en las redes. La GD consiste en pequeñas fuentes de
generación eléctrica distribuidas por aquel territorio que cuente con conexión a la red de baja
o media tensión, ya sea en edificios, casas, escuelas u otro tipo de edificaciones.
Generalmente es un sistema de cooperación con las grandes centrales en un modelo
descentralizado, lo que hace que una urbanización sea más autosuficiente y no dependa
únicamente del suministro proveniente de las grandes usinas para su abastecimiento.
El denominado “autoconsumo” (generación propia con renovables principalmente,
autoabastecimiento energético de un local o vivienda) y la “energía distribuida” a partir de las
energías renovables, podrían crear un número importante de empleos directos e indirectos,
según las conclusiones de un estudio del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud
(ISTAS, de España) que han presentado recientemente Pedro J. Linares, secretario confederal
de Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO, y sus autoras Sara Pérez y Begoña María-
Tomé. Según han explicado las técnicas de ISTAS, en el estudio “El autoconsumo energético

22
y la generación distribuida renovable como yacimiento de empleo” se plantean propuestas
para favorecer el autoconsumo, que los propios usuarios, tanto domésticos como industriales,
puedan producir su propia energía mediante pequeñas instalaciones situadas
fundamentalmente en sus edificios, y la energía distribuida a partir de energías renovables
como la fotovoltaica, minieólica, biomasa y biogás.
Para el autoconsumo se plantea un sistema de medición que bien podría ser del tipo
“balance neto anual”, de manera que la energía que produce la instalación, y no se utiliza en el
mismo momento, se vierte en la red y se usa posteriormente, descontándose del consumo
eléctrico del usuario. Aunque ésta es la medida principal que se propone para fomentar el
autoconsumo, también se aboga por la simplificación de trámites administrativos y medidas
de carácter financiero y fiscal para promover la generación distribuida de energía. “Es
necesaria voluntad política, incentivos a la inversión y simplificar los trámites
administrativos” para llevarlo a cabo, resumieron las autoras del estudio.

2.2.1. ¿Cuál es el esquema que debería implementar Argentina para avanzar con la
generación distribuida en el país?

Debería ser un esquema comprensivo que tenga en cuenta, en primer lugar, los roles
del mercado eléctrico existente, y cómo se inserta la nueva figura del Prosumidor en este
escenario. En segundo lugar, debería tener en cuenta un sistema de transacciones acorde a la
realidad tarifaria de Argentina, que permita que los Prosumidores recuperen la inversión en
sus sistemas renovables en un plazo de tiempo razonable de no más de 6 años, y que luego les
permita competir en la venta de energía. En este sentido, las varias normativas implementadas
en algunas provincias, y los proyectos de ley de Diputados ya han pensado correctamente en
sistemas transaccionales híbridos compuestos entre un mix de Net Billing y Net Metering, con
discriminación horaria para el costo de la energía, aplicado por etapas.
En una primera etapa, conviene implementar Net Billing, que es un esquema más fácil
para que se puedan administrar los flujos entre varias partes, incluyendo Bancos Públicos y
Privados que financien las inversiones de los Prosumidores, y para que se puedan administrar
fácilmente tarifas de incentivo (feed in tariffs). Estas tarifas de incentivo deberían aplicarse
solo si se cumplen dos condiciones: la primera, que no exista paridad de red en la zona del
Prosumidor, y la segunda, que tengan una vigencia limitada en tiempo solo a los fines de
permitirle el recupero de la inversión al Prosumidor en 6 años. La segunda condición ha sido
correctamente propuesta en los proyectos de ley de diputados, no así en los de senadores. La

23
primera condición no ha sido propuesta por ninguna de las dos cámaras, y creo que es
indispensable para normar la implementación adecuada del sistema. Consideremos que
“paridad de red” significa que cuesta lo mismo abastecerse de la red de distribución, que, de
los propios generadores renovables, con lo cual, si esta condición se cumple naturalmente, no
hace falta que exista incentivo y debe esto quedar claro en el texto de ley. Así como también,
debería atribuirse a una institución técnica el monitoreo de la condición de “paridad de red”
en todo el territorio argentino con el paso del tiempo.
En tercer lugar, deberían pautarse peajes por uso de red que los agentes
comercializadores paguen a las distribuidoras en los nodos de los Prosumidores, como
compensación para mantener la red y para que el negocio de las distribuidoras no se vea
afectado por la disminución de consumo de energía que los prosumidores representarían al
generar la propia. Esto debería implementarse definiendo una tarifa de peaje sujeta a los kWh
netos inyectados por los prosumidores, y a la potencia en kW instalada de sistemas renovables
distribuidos. Cabe destacar, que, si no se implementa esto, puede incurrirse en la falla de
mercado de la “espiral de la muerte”, en la que las distribuidoras no pueden mantener sus
redes con la creciente caída de su demanda, y deben obligarse a aumentar sus tarifas de
manera acelerada.
En cuarto lugar, deberían fijarse cuotas de inserción de generación distribuida
traducidas en límites de potencia autorizada a instalar por año, esto a los fines de regular y
monitorear la implementación de estas normas y posibilitar correcciones y ajustes sucesivos
en el tiempo, a los fines de prevenir cualquier falla de mercado.
En quinto lugar, y pensando en cómo puede abrirse el mercado a la implementación de
las figuras de agentes comercializadores, debería pautarse por etapas iniciando en una primera
etapa de competencia controlada que proteja y de oportunidad de crecimiento a PYMES
nacionales versus empresas grandes extranjeras. Esto es muy importante para que se pueda
desarrollar una industria local genuina de energía renovable distribuida.

2.2.1.1. ¿Qué ocurriría en el mercado si se aplicara un esquema de balance neto?

Si se aplicara el esquema de balance neto de entrada, que es lo que buscan los


senadores hoy, sin implementar una política de incentivos, no prosperaría la norma porque en
la realidad los prosumidores no verían atractivo el sistema regulatorio para instalar sus
sistemas y recuperar la inversión en un tiempo razonable y con certeza. El sistema
transaccional de net metering computa el neteo de la transacción sobre el balance de energía

24
de la instalación, con lo cual, si hay un balance de autoconsumo del prosumidor, y el precio
de la distribuidora es muy bajo, el recupero de la inversión escala a aproximadamente los 100
años. Esto de hecho es lo que sucedió en la provincia de Santa Fe, donde lo primero que se
reguló fue una admisión de los prosumidores mediante un sistema de Net Metering sin
incentivos. La realidad arrojó un solo prosumidor conectado al cabo de los 2 años de haber
implementado la norma, y esta persona era un fanático de la tecnología que realizó su
inversión sabiendo que no lo iba a amortizar.
Para poder implementar esta propuesta en Argentina habría que tener en cuenta los
ejes de debate más importantes relacionados con la misma, y son: Los roles existen hoy en el
mercado eléctrico, y pueden insertarse las nuevas figuras de prosumidores sabiendo que son
generadores pequeños y que deben tener los mismos derechos que los grandes generadores: la
libertad de mercado y de elección. Como se pueden preservar los roles existentes de mercado
frente a las nuevas figuras, para minimizar las fallas de mercado: peajes por uso de red a
distribuidoras.
Deben pensarse como aplicarse correctamente los estímulos necesarios para que se
concrete una innovación masiva de estas tecnologías, teniendo en cuenta el punto de vista del
prosumidor (que pueda recuperar la inversión en su sistema renovable), y teniendo en cuenta
el punto de vista del Estado (como evitar subvencionar indefinidamente una curva de
innovación para evitar incurrir en errores de asignación de recursos a lo largo del tiempo, tal
cual ha sido la historia del mercado eléctrico con los subsidios en general, y otorgando los
incentivos solo a los fines de estimular el escalamiento de la adopción de la tecnología y la
reducción de sus costos con el paso del tiempo).
Además debe pensarse cómo los nuevos roles definidos pueden evolucionar en un
contexto local, coexistiendo en igualdad de oportunidades con el mundo; en decir: cómo
estimular la competitividad de empresas locales frente a gigantes mundiales y tratar de evitar
los errores de otros países en la implementación de estas normativas. Ante la complejidad de
este tipo de sistemas, la solución para que sean verdaderamente efectivos en el cambio de la
matriz energética del país es que permita intervenir diversidad de actores, y este es un caso de
consenso amplio que cada vez más se está observando en países desarrollados. Frente a los
nuevos problemas complejos que plantea el nuevo contexto mundial, relacionados con el
desarrollo sostenible, es cada vez más necesaria la coordinación de muchos sectores y el
consenso colectivo, con lo cual cada parte debe estar abierta a recibir todas las ideas y
construir una idea que se supere en función de la sumatoria de todas las voces.

25
En particular, para esta ley es muy importante la participación de ambas cámaras del
poder legislativo, el ministerio de energía, asociaciones representativas de todos los agentes
del sector eléctrico, universidades especializadas en estudios de este tema, ONG y Think
Tanks como el Consejo Mundial de Energía, además de otros.

3. Análisis Regulatorio De La Generación Distribuida

3.1. Generación Distribuida y nuevos modelos de negocio

Si imaginamos un futuro con una alta fracción renovable, la generación distribuida se


transforma en un componente importante. Con la inserción de nueva tecnología de generación
modular, surge el rol de los pequeños generadores como nuevo paradigma y esto plantea
nuevos modelos de negocio que históricamente no existían o no estaban definidos, y de esta
manera se estudian distintas alternativas.
Y con todo esto, ¿cómo hace el pequeño generador para interactuar con la red eléctrica
pública y vender sus excedentes? ¿Quién administra estas transacciones? ¿Qué
procedimientos y regulaciones deben crearse para que pueda insertarse esta figura en el
mercado? ¿Cómo convive este nuevo rol con los roles existentes en el mercado, a saber:
¿grandes generadores, distribuidoras, transportistas, etc? ¿Puede o debe el pequeño generador
vender directamente energía en el mercado eléctrico y ser tratado como un generador? ¿O
debe venderla a través de agentes mayoristas que optimicen las transacciones de manera
competitiva? ¿A qué precio se pagarían los excedentes del prosumidor? ¿Serán atractivas las
remuneraciones de energía para el prosumidor? ¿Recuperará el prosumidor su inversión?
¿Qué criterios de costeo deben suponerse para desarrollar incentivos?. Para poder realizar una
adecuada implantación de la GD vale la pena recordar algunas ventajas teóricas de esta en
relación con las medidas propuestas y adoptadas a nivel mundial:

 Reestructuración del sector eléctrico, que elimina la planificación centralizada y


establece la libre competencia de la generación.
 Saturación de la capacidad del actual sistema de potencia ante demandas fuertemente
crecientes.
 Reducción de pérdidas en la red y del coste asociado a las infraestructuras que la
soportan.

26
 Avances tecnológicos en el desarrollo de las fuentes alternativas de generación y
reducción de costes.
 Conservación de las fuentes de energía básicas: petróleo, carbón y gas natural.
 Reducción de las emisiones de gases de combustión derivada de los objetivos
establecidos en el Protocolo de Kyoto. Potenciación de la utilización de fuentes de
energía renovable.
 Requisitos de continuidad en el servicio. El sistema actual de potencia está diseñado
para proporcionar un 99,97 % de disponibilidad de servicio (equivalentes a unas 2,6
horas al año fuera de servicio). La creación de micro redes locales permitiría alcanzar
un 99,99 %.
 Favorece el desarrollo de regiones aisladas y la inversión privada. La generación de
energía eléctrica mediante energías renovables es muy apropiada para su implantación
en zonas aisladas, a las que la red de transporte y distribución actual no llega.
 Los sistemas de generación distribuida pueden incluir los siguientes dispositivos o
tecnologías: cogeneración, micro cogeneración, pila de combustible, micro turbinas,
energía solar fotovoltaica, motores de combustión interna, pequeños sistemas de
energía eólica.

3.1.1. Modelos de Negocio Forzados: aspectos de generación distribuida en algunos


países a tener en cuenta

Durante las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI, han surgido normativas
que regulan la generación distribuida en diversos países de Europa y Norteamérica. Estas
normativas generan modelos de negocios nuevos, que, según el caso del país, han sido o bien
forzados, o bien competitivos y naturalmente implementados. Un modelo de negocio puede
considerarse de introducción forzada, se crea un rol nuevo para los generadores distribuidos
que no se desarrolla con una política de incentivos al precio se inserta por definición de
manera adecuada en el esquema de roles o modelos de negocio del
mercado existente; inadecuadamente aplicada a lo largo del tiempo, sin combinarla con un
modelo de cuotas de máxima de potencia anual o de reducción pautada del incentivo en
el tiempo.
El caso español, por ejemplo, de generación distribuida es un ejemplo de
introducción forzada, producto de un desarrollo incompleto de política de incentivos. En
2008, España sobre estimuló con subsidios el mercado de distribuida en un período de 2 años,

27
llegando a los 3.2 GWp instalados; durante ese plazo y luego con el advenimiento de la
crisis financiera global, debió recortar esos incentivos de manera abrupta, destruyendo en
poco tiempo a aproximadamente el 70% del nuevo mercado creado. Luego de esto, y
parcialmente influenciado por su experiencia, el país ibérico ha modificado sus políticas para
contrarrestar el sobre-estímulo a la generación distribuida, introduciendo
impuestos, reduciendo tarifas, y esto ha provocado fricciones internas en la nueva industria
(Beato, 2015).

3.1.2. Experiencias y Exploración de Modelos de Negocio en Argentina

En Argentina, entre los años 2013 y 2016 se han desarrollado regulaciones


provinciales de generación distribuida que no han sido suficientes para propulsar la inserción
de estas tecnologías de forma. Un motivo posible es que no se ha definido adecuadamente el
rol para que el prosumidor se inserte dentro del modelo de negocio del mercado eléctrico
argentino existente. Tres distribuidoras provinciales han innovado (de las provincias de Santa
Fe, Salta y Mendoza), buscando implementar regulaciones similares a las del mercado
europeo, aunque éste difiere del argentino en la naturaleza de los agentes que interactúan
en él, y, por lo tanto, en sus roles, en la integración vertical, normativas y procedimientos.
Emulando a la iniciativa europea, las nuevas normativas argentinas han buscado
responsabilizar a los distribuidores de energía por la gestión y la compra de las inyecciones de
excedentes de energía de los prosumidores. Sin embargo, por definición, en el mercado
eléctrico argentino las empresas de distribución son monopolios naturales y solo están
abocadas a desarrollar y mantener las redes de distribución, cubriendo dichos costos mediante
la compra de energía al mercado mayorista y su venta al minorista, obteniendo un margen de
la diferencia de precios. Su modelo de negocio no ha definido la modalidad de compra y
venta minorista de energía – que no presenta margen por diferencia de precios, y, por lo tanto,
encuentran dificultad en diseñar o adherirse por propia voluntad a regulaciones para adquirir
energía de pequeños generadores. Según el Dr. Julio Durán, miembro del programa
nacional IRESUD 1 , “[a] las distribuidoras no le gusta demasiado el tema [de la
generación distribuida] porque les cambia su paradigma de funcionamiento. Ellos compran
energía por un lado y la venden por otro, pero del lugar donde la venden no compran,
también” (Guibinelli, 2014).

28
Un ejemplo de esto es el de la adjudicación de un subsidio de $14.419.880 para
promover el uso racional y eficiente de la energía a partir de la implementación de
instalaciones de generación distribuida mediante fuentes de energías renovables, en el marco
del desarrollo de una red eléctrica inteligente en la localidad de Armstrong, provincia de Santa
Fe, un proyecto que incorpora como principal objetivo el desarrollo de una red eléctrica
inteligente de distribución en el ámbito urbano y rural a partir de la integración de tres fuentes
de energías renovables: sistemas solares fotovoltaicos (FV), generadores eólicos y micro
turbinas hidráulicas, cuyas instalaciones que compondrán la red estarán instaladas en
domicilios de usuarios particulares, de instituciones públicas y de la cooperativa, logrando
una amalgama de generación distribuida. De este modo, se apunta a la diversificación de la
matriz energética nacional con especial atención al sector eléctrico y con un impacto
cuantificable en la baja de las emisiones de gases de efecto invernadero, promoviendo la
participación activa del usuario energético en pos de acercar la generación al consumo. Las
obras en este caso se harán por un consorcio público privado conformado por el Instituto
Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN)
Facultad Regional Rosario y la Cooperativa de Provisión de Obras y Servicios Públicos y
Crédito Ltda. (CELAR) de Armstrong.

3.1.4. Espíritu competitivo de generación distribuida versos negocio monopólico de


distribuidores en Argentina

Más allá de los tres casos de distribuidores provinciales que


desarrollaron procedimientos de interconexión a red de pequeños generadores en Argentina,
durante casi tres años de ejemplo de funcionamiento de estos esquemas no ha existido
proactividad en las restantes provincias para regular esta implementación. Puede explorarse la
causa de esta “falta de proactividad en el modelo de negocio del distribuidor para
aceptar prosumidores” en el hecho de que la generación en Argentina es un negocio
competitivo por definición y está claramente separada de las demás actividades de
distribución y transporte, con lo cual se presenta una incompatibilidad al asignar la
responsabilidad de la compra, administración y control del precio de la generación a cada
distribuidor (monopolio geográfico).
Esta incompatibilidad proviene de la naturaleza de la estructura del Mercado Eléctrico
Argentino. Según la ley 24.065 de 1992, por la cual se desregula el mercado eléctrico
argentino (Poder Legislativo Argentino, 1992), se definen 5 agentes en el nuevo Régimen de

29
la Energía Eléctrica, a saber: 1) Generadores o productores, autogeneradores y
cogeneradores,2) Transportistas,3) Distribuidores,4) Grandes Usuarios,5) Comercializadores.
Estos agentes son coordinados administrativa y transaccionalmente por la Compañía
Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA). Entre ellos, los
generadores, comercializadores y grandes usuarios operan de manera competitiva, comprando
y vendiendo energía mediante contratos a término y directamente en el mercado mayorista de
CAMMESA 3. Por otro lado, los transportistas y distribuidores operan como monopolios
naturales en las zonas geográficas asignadas bajo concesión. Dada esta configuración de
agentes del mercado, no se alinea naturalmente al espíritu competitivo de la generación el
hecho de asignar la administración de los prosumidores a las terminales de los distribuidores.
De desarrollarse esta asignación, los prosumidores quedarían limitados a celebrar acuerdos de
venta de energía únicamente con sus terminales de distribución en su zona geográfica, y
esto dificultaría el ejercicio de su derecho a poseer capacidad amplia de elección sobre a
quién, a qué precio y cómo vender su energía.
Este derecho existe por definición y de acuerdo a la Ley 24.065 de 1992, a partir de la
cual “[l]a actividad de generación se concibió como actividad de riesgo sometida a
condiciones de competencia. La misma se desenvuelve en un sistema de declaración de costos
sujetos a un Price-Cap 4, donde la generación más barata desplaza a la más cara y por lo tanto
se garantiza el uso eficiente de los recursos. Las unidades son despachadas económicamente
por CAMMESA a los efectos de abastecer la demanda al menor costo económico posible, y
son remuneradas al precio spot horario en el nodo correspondiente. […] La Organización
Comercial del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) sobre la que se estructura el conjunto
de transacciones de energía eléctrica, que se realizan a través del Sistema Argentino de
Interconexión (SADI), se compone de un “Mercado a término”, con contratos por cantidades,
precios y condiciones libremente pactadas entre vendedores y compradores, y un “Mercado
spot”, con precios sancionados en función del costo económico de producción, representado
por el Costo Marginal de Corto Plazo medido en el Nodo Mercado” (Suazo, 2005).

Por todo esto, si un distribuidor administra las transacciones de compra de energía de


un prosumidor puede restringir su capacidad y derecho individual de elección y fijación de
precios. En varios países de Europa han implementado exitosamente procedimientos de
interconexión asignando la gestión de los prosumidores a los distribuidores debido a que allí
existe la figura del “Gentailer”, que es un modelo de negocio inexistente en Argentina.
Esta figura es un Generador-Distribuidor (“gen”, de “generator” o generador y “–tailer” de

30
“retailer” o distribuidor) que posee ambas prerrogativas de generar y distribuir la energía a
cliente final sin ser propietario de las redes, pero sí enfocando su negocio en los activos de
generación, y por lo tanto posee un modelo de negocio integrado de comercialización con
una base de rentabilidad proveniente de un margen competitivo.
En contraste, en Argentina, los generadores solo se dedican a generar y son lo que se
denomina “Pure Play Merchants” (“Comerciantes puros” en español): el foco de su negocio
está en los activos de generación y su base de rentabilidad proviene de un margen competitivo
por la venta de energía de manera mayorista o a grandes usuarios. Por otro lado,
los distribuidores argentinos solo se dedican a distribuir energía a clientes finales y son lo que
se denomina “Network Managers” (“Gestores de la Red” en español), que como ya se ha
descripto, enfocan su negocio en ser propietarios monopólicos de la red de distribución, y por
lo tanto su margen no es competitivo, sino regulado (Schwieters, 2014).

3.2. Políticas de Estímulo con Feed-In- Tariffs

Habiendo recorrido algunas ideas de forzamiento de la introducción de la generación


distribuida, mediante la inadecuada alocación del rol del prosumidor dentro del mercado, es
conveniente ahora realizar una revisión de los conceptos existentes de estímulo a la inserción
de estas nuevas tecnologías.
Las políticas más comunes de estímulo a la generación distribuida se basan en
incentivos denominados feed-in-tariffs (o tarifas preferenciales por inyección a red), que son
precios diferenciales que se pagan a los pequeños generadores para que puedan recuperar
la inversión en sus sistemas renovables en un período corto de tiempo (comúnmente entre 5 y
8 años). Los feed-in-tariffs se ofrecen cuando no existe la paridad de red o, en otras palabras,
cuando no cuesta lo mismo (de hecho, cuando cuesta menos) consumir energía de la red que
generar la propia con un sistema pequeño.
Es importante observar que en mercados donde no hay paridad de red, no puede
desarrollarse la generación distribuida si no se introducen políticas de incentivo con feed-in-
tariffs. Es por esta razón que muchos gobiernos eligen pagar la energía distribuida a una tarifa
más cara que la electricidad de la red. Normalmente, la primera gran barrera en un mercado
sin generación distribuida es – además de la falta de regulación para admitir a pequeños
generadores – que no existe esta condición económico-competitiva de paridad de red, y, por
lo tanto, no es atractivo para un pequeño consumidor invertir en su sistema de
generación sabiendo que no recuperará su inversión. La paridad de red implica que el precio

31
del distribuidor de energía sea igual al costo equivalente de energía de generación distribuida
(costo equivalente entendido como aquel al cual la inversión en el sistema renovable
distribuido se recupera en un plazo de entre 5 y 8 años).

3.3. Criterios para prevenir fallas de mercado

Los objetivos de implementar renovables, diversificar la matriz y descentralizar la


generación son claros para todos los Estados, aunque no tanto así las políticas que deben
llevarse a cabo para, partiendo de la situación actual de las matrices, estimular la inserción y
desarrollo de las nuevas tecnologías. Las preguntas que surgen al pasar a la acción son: ¿por
qué estimular? y ¿cómo y qué estimular? Las tarifas diferenciales o feed-in-tariffs deben
aplicarse con criterios de cómputo y alocación de costos adecuados y ser revisadas en el
tiempo. De no aplicarse con criterios comprensivos, la evolución de los nuevos roles de
negocio puede ocasionar fallas de mercado no deseadas. Una falla comúnmente discutida es la
“espiral de la muerte”, que se produce cuando el costo de mantenimiento de las redes
eléctricas no es alocado correctamente en el precio de la generación distribuida,
produciendo como resultado que a medida que más prosumidores adoptan este tipo de
energía, los costos para operar y mantener las redes se distribuyan entre una base menor de
consumidores. Esto hace que los precios de electricidad de red aumenten y que los
consumidores de esta electricidad paguen injustamente por la entrada en inyección de los
prosumidores.
Un criterio de estímulo con creciente implementación en muchos países es subsidiar la
tarifa de inyección a red temporalmente hasta que “las condiciones competitivas de precios de
mercado de la energía distribuida se alcancen por el crecimiento y la escala de la industria”,
mientras en paralelo se estimula la inversión para la mejora competitiva de la producción de
tecnología en escala, lo cual indirectamente va reduciendo los precios de la energía generada
con estas nuevas tecnologías. Las tecnologías renovables son competitivas y maduras a nivel
internacional, por lo que el estímulo prolongado o indefinido a la tarifa no encuentra lugar en
lo que es la innovación de productos ni su maduración tecnológica, sino más bien sirve
temporalmente a los fines de ayudar en la implementación en escala en el mercado. Por lo
expuesto, y con el fin de prevenir las fallas de mercado, junto con asignar adecuadamente los
roles de los prosumidores dentro del modelo de negocio eléctrico en general, es interesante
analizar los siguientes criterios para calcular los feed-in-tariffs:

32
 Debería procurarse que el prosumidor cubra el costo de acondicionamiento o mantenimiento
de red por su fracción de energía que inyecta a la red. Existen diversos métodos de
cálculo que permiten esto, y son desarrollados más adelante;
 Los incentivos al precio (feed-in-tariffs) deberían ser temporales, para no distorsionar las
señales de precio del conjunto del mercado fuera de tiempo. Si los incentivos no son
correctamente gestionados en el tiempo, este hecho podría afectar la capacidad de innovación
tecnológica del sistema en su conjunto. En este sentido, pueden enumerarse los siguientes
criterios interesantes:
 Posibilidad de sujetar la vigencia del incentivo a la paridad de red en el nodo de conexión. Si
existe paridad de red, no debería haber feed-in-tariffs vigentes, y sí debería haber en el caso
contrario.
 Alternativa de no definir un feed-in-tariff fijo, sino variable y en función de la diferencia entre
la tarifa de electricidad del distribuidor y el costo equivalente de la energía generada con los
sistemas distribuidos;
 Opción de determinar que el feed-in-tariff se compute hasta tanto el prosumidor recupere la
inversión de su sistema al cabo de un período fijo de tiempo (espíritu del concepto de feed-in-
tariff).
 A nivel macro, los incentivos de feed-in-tariffs deberían ser acompañados por políticas de
cuotas o límites de potencia distribuida que pueden instalarse anualmente en la
matriz energética. Esto permite gestionar la innovación de mercado de manera más iterativa y
aplicar correcciones de normativas a medida que se registran las variables de evolución del
mercado.

3.4. Métodos de Cómputo de Transacciones Mediante Balance Neto

En mercados donde existe un régimen estacionario y competitivo de asignación de


precios a la energía distribuida inyectada, comúnmente se utilizan las metodologías de
Balance Neto para computar las transacciones entre prosumidores y comercializadores de
energía. Estos métodos funcionan adecuadamente sin feed-in-tariffs en mercados que han
alcanzado la paridad de red. Pueden observarse dos modalidades principales que consisten
en realizar un Balance Neto de Energía (Net Metering) antes de computar los costos de la
transacción, y realizar un balance neto de los costos de transacción (Net Billing) desde el
primer momento. Las diferencias entre uno y otro método radican en la tecnología de
medición que se utilice (tipos de medidores inteligentes o smartmeters), la precisión de

33
las asignaciones económicas de la transacción y su correlación con la física del flujo real de
energía, y por lo tanto en lo justas que sean para representar lo que realmente sucede entre las
partes.
En el Net Metering o Balance Neto de Energía, primero se calcula el balance de
energía generada menos la consumida, y luego se multiplica este balance por el precio que
corresponde al signo del saldo. El cálculo da diferentes resultados si las mediciones del saldo
se realizan de manera horaria, a si se realizan de modo mensual. La lectura horaria es una
forma más precisa y justa de calcular el balance neto, porque tiene en cuenta toda la energía
que entra y que sale para el cómputo de la tarifa. De este modo, a pesar de que el balance
mensual dé cero, el balance horario bien podría dar saldo a favor o en contra en el caso en que
no haya paridad de red.
En cambio, en el Net Billing o Balance Neto de Facturación, primero se calcula
el valor monetario de manera independiente sobre lo generado y sobre lo consumido, y
posteriormente se balancean estos saldos monetarios. Como los cálculos de valor se realizan
sobre el total generado menos el total consumido, no existe diferencia si las lecturas se
realizan de manera horaria o mensual. Este método es análogo en precisión al Net
Metering horario, de modo que es más justo que el Net Metering mensual.
Existe un tecnicismo adicional para la clasificación del Net Metering, que puede
ser Time-of-Use (tiempo-de-uso) y/o MarketRate (tasa-de-mercado). El hecho de que sea
Time-of- Use (TOU) implica que el precio de la energía transada se compute a su valor
variable según la banda horaria del día. Por otro lado, el hecho de que sea MarketRate
(MR), implica que el Balance neto resulta de multiplicar los flujos de energía neta inyectados
y consumidos respectivamente por los precios de mercado de la energía entregada y recibida,
para cada banda horaria. O sea, que en la modalidad MR, los medidores inteligentes tienen
la capacidad de mapear el precio de mercado de la energía momento a momento. Este último
método de MR es quizás más complejo de implementar en mercados nuevos.

4. El desarrollo de la política de generación distribuida

El siguiente paso es desarrollar la generación distribuida (GD) en el país, con un


nuevo proyecto de ley que se prevé que sea aprobado por la cámara baja en la primera
mitad de este año y que entrará en vigor a principios de 2018.
Según Maximiliano Morrone, Director Nacional de Promoción de Energías Renovables del
Ministerio de Energía y Minería, la ley tendrá un gran impacto, ya que el 80 por ciento del

34
consumo en Argentina es por parte de usuarios de menos de 300 kilovatios “La ley se ha
basado en una legislación similar a Europa, Estados Unidos y Chile, y estamos avanzando
hacia un modelo de medición neta, dado que la GD requiere un modelo a medio y largo
plazo con unos costes fijos de distribución" (Morrone, 2016). Para apoyar la
implementación de un sistema de GD, se establecen 25 centros de información en todo el
país, destinados a proporcionar formación y apoyo a las partes interesadas, dada la
importancia de la GD como motor de crecimiento solar a pequeña escala.

4.1. Generación Distribuida, políticas públicas y el caso del establecimiento de una


industria fotovoltaica en Argentina.

Al igual que México, Argentina aplica un impuesto del 15 por ciento a los paneles
solares importados y, por lo tanto, existe la posibilidad de crear una base de fabricación
local una vez que despegue la industria solar. Con respecto a la energía solar, Argentina es
el octavo país en cuanto a extensión territorial, con más de 2.700 kilovatios de capacidad
de generación eléctrica por metro cuadrado al año, alrededor de un 70 por ciento más que
en Europa, que es el continente donde hay mayor desarrollo de generación por energía
renovable. Morrone lo explica de la siguiente forma:

“Argentina es un país industrializado con ganas de crear una industria de

componentes solares. Aunque China representa actualmente el 80 o 90 por ciento de

la fabricación de paneles solares, el crecimiento del sector en Argentina dictará si

este país puede convertirse en una base de fabricación de componentes solares”

(Morrone, 2016).

Gracias a los avances tecnológicos y la economía de escala, el coste global de la


energía solar fotovoltaica se ha reducido de forma constante desde que se fabricaron las
primeras células solares comerciales y su coste medio de generación eléctrica ya es
competitivo con las fuentes de energía convencionales en un creciente número de regiones
geográficas, alcanzando la paridad de red.
Así como se incentivará con esta ley la generación distribuida de energía solar,
Argentina también tiene prevista una ley de desarrollo geotérmico, que estimulará a su vez

35
la participación de la industria local, además está poniendo en marcha un centro nacional
de energías renovables para reunir la tecnología y el conocimiento, y de esta manera
promover el uso de paneles solares en edificios públicos e instituciones educativas.

4.2. RenovAR, proyectos de generación con energías renovables a gran escala en


Argentina

Se hace necesario mencionar un proyecto como el mencionado, que no está tal vez
directamente vinculado a la generación distribuida, pero marca un avance en el
aprovechamiento de fuentes limpias para la generación de electricidad.
A través de la ley nacional 27.191 –y su correspondiente Decreto Reglamentario
531/2016- se intenta instrumentar una política de Estado tendiente a la diversificación de la
matriz energética nacional, la expansión de la potencia instalada en plazos cortos, la reducción
de costos de generación de energía, la previsibilidad de precios a mediano y largo plazo, y la
contribución a la mitigación del cambio climático (según se desprende de los propios
considerandos del mencionado Decreto).
En tal sentido la reglamentación se orientó hacia la concepción de un marco
regulatorio confiable y atractivo a las inversiones, superando errores que se cometieron en el
pasado. Como es mencionado por Carina Guzowsky (2016):

“Las políticas energéticas en Argentina han variado en forma significativa en las


últimas cinco décadas, en el marco de cambios respecto de la concepción del modelo de
Estado. Sin embargo, cuando se estudia la evolución energética se ve que en todos los
períodos se propulsó la inserción del gas en los usos residenciales, industriales y de
generación eléctrica, principalmente por ser una fuente energética segura y de menores
impactos ambientales respecto de otros combustibles fósiles. Sin embargo, esta política
no estuvo acompañada en los últimos 20 años por el diseño de medidas eficaces para
expandir las reservas de gas y lograr que sean suficientes para sostener una demanda
creciente.”

Por lo mencionado, la elaboración y discusión de la política energética es fundamental


para encontrar el camino hacia la elaboración de estrategias que promuevan el desarrollo
integral del sector, teniendo en cuenta que la política sectorial forma parte de otra política más
general y transversal a todos los sectores. Sin embargo, el establecimiento de la política

36
energética es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo del sector. Se
considera que debería darse como condición necesaria la estabilidad institucional y de los
marcos regulatorios”. Mediante las Resoluciones 71 y 136 del MEyM se lanzó el Programa
RenovAR - Ronda 1 convocándose a licitación para la contratación de energía eléctrica de
fuentes renovables de generación por un total de 1.000 MW.
Sin lugar a dudas, la recepción de 123 ofertas por una cantidad 6 veces superior a la
potencia licitada auguraría su éxito en forma prematura. Prueba de ello fue el inmediato
llamado por parte del MEyM a la Ronda 1.5 a través de la cual se invitó a aquellos proyectos
eólicos y solares fotovoltaicos presentados y no adjudicados en la Ronda anterior. El objetivo
fue claro: incorporar 400 MW eólicos y 200 MW solares adicionales, en función a una
asignación regional que permita diversificar la matriz actual.
Una siguiente Ronda en el mes de mayo del año próximo completó el escenario
optimista de cara a una industria verde en el corto y mediano plazo.
El resultado obtenido fue fruto de una conjunción de factores, donde confluyeron no
solo la gran expectativa para el desarrollo de esta industria en Argentina –teniendo en cuenta
atractivos precios- sino también una política de beneficios fiscales bien instrumentados, así
como también la flexibilidad que demostraron los organismos intervinientes en el proceso
licitatorio.
La atención situada en el cambio climático y los compromisos asumidos por nuestro
país en la COP 21 de Paris -como marco externo-, en conjunto con la decisión política y el
consenso general de impulsar este tipo de energías limpias a nivel local, generan un ambiente
propicio para la diversificación de la matriz energética argentina. En tal sentido, será
necesario apalancarse en experiencias ya recorridas por otros países para enriquecer
tecnologías y no recaer en errores comunes.
Entendemos que con Renovar se abre un virtuoso camino a partir del cual se podrá
construir un horizonte certero y confiable hacia la seguridad energética de nuestro país. La
información aquí contenida es de naturaleza general y no tiene el propósito de abordar las
circunstancias de ningún individuo o entidad en particular. Aunque procuramos proveer
información correcta y oportuna, no puede haber garantía de que dicha información sea
correcta en la fecha que se reciba o que continuará siendo correcta en el futuro. No se deben
tomar medidas en base a dicha información sin el debido asesoramiento profesional después
de un estudio detallado de la situación en particular.

37
4.3. Regulación de la generación distribuida a nivel nacional

Argentina adeuda todavía una regulación a nivel nacional que permita e incentiva la
generación de energía renovable distribuida para pequeños sistemas conectados a la red
(aunque existen proyectos de ley avanzados en este aspecto). A pesar de ello, algunos estados
provinciales han avanzado en legislación local para promover este tipo de generación en sus
territorios. Los casos no abundan, pero han resultado ser el paso inicial para despertar el
interés en otros gobiernos locales. Por otro lado, existen diferentes proyectos de ley en el
Congreso de la Nación dedicados a habilitar la generación distribuida a nivel nacional que aún
esperan ser debatidos y sancionados por ambas cámaras.
Anteriormente, durante los años 2013 y 2014, organizaciones de la sociedad civil (Los
Verdes, Greenpeace y Avina, 2014) buscaron sin éxito incluir esta posibilidad en el debate
por la reforma de la Ley Nº 26.190 de Régimen de Fomento Nacional para el uso de fuentes
renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica. De esta manera el
proyecto del Senador Marcelo Guinle (FpV) –actual Ley 27.191- fue sancionada excluyendo
cualquier apartado dedicado a la generación distribuida.

4.3.1. Legislación a nivel provincial

 Santa Fe: La primera provincia argentina en habilitar la conexión a la red de sistemas


distribuidos de energía renovable. La Resolución N° 442 del 2 de octubre de 2013, de
la Empresa Provincial de Energía (EPE), establece el procedimiento para el
tratamiento de solicitudes de generación en isla o en paralelo con la red de la Empresa
Provincial de la Energía de Santa Fe. A través del procedimiento PRO‐103‐101, se
establecen los requerimientos técnicos a cumplimentar por los clientes de la
distribuidora para operar grupos de generación conectados a la red. Para los usuarios
conectados a la red de baja tensión, solo se permite la conexión de energía eléctrica
cuyo origen sean fuentes renovables. Las leyes provinciales Nº 12.503 y Nº 12.692
expresan qué se entiende por energías renovables, alternativas o blandas: todas
aquellas que “se producen naturalmente, en forma inagotable y sin ocasionar perjuicio
al equilibrio ambiental”. Por medio del proceso establecido en el protocolo, se debe
presentar una propuesta de proyecto con el tipo de tecnología a utilizar y la capacidad
de generación. Posteriormente se realiza un análisis técnico y se aprueba el proyecto o
no. El proceso de facturación, en base al modelo net metering, se divide en tres etapas:

38
se factura la totalidad del consumo con su tarifa normal, para luego calcular el
consumo como suma de las lecturas de dos medidores (uno convencional y otro
bidireccional digital, que mide la energía en ambos sentidos: la inyectada, la
consumida y la neta), y se descuenta la energía generada al precio de compra en el
mercado eléctrico mayorista (MEM). Este mecanismo permite compensar los costos
de la factura de electricidad con un cierto monto de la autoproducción, remunerada
según las tarifas de los proveedores convencionales de la región.
Debe destacarse que este instrumento no ofrece a los consumidores que buscan
generar energía a través de un sistema renovable la suficiente previsibilidad de costos
necesaria para realizar la inversión.
Dada la poca cantidad de proyectos propuestos en el marco de la normativa,
hacia 2016 se lanzó el programa “Prosumidores”. El mismo dispone una tarifa
diferencial de $5,50 (cinco pesos con cincuenta centavos) por kW/h generado a ser
percibido por el lapso de 8 años para potencias instaladas no mayores a 1,5 kW. El
programa tiene una duración de 2 años y un cupo de 100 proyectos por año. A la vez
se dispuso un límite de potencia instala de 1,5 kW y los procedimientos para su
instalación son los mismos dispuestos en la resolución 442/13. Otro de los puntos
clave del programa radica en que, en caso de que durante tres bimestres consecutivos
la energía consumida por un Prosumidor resulte inferior al 60% de la energía
generada, se suspenderá la tarifa de incentivo hasta que esa relación iguale o supere el
60%.

 Salta: En junio de 2014 se sancionó la Ley N° 7824 de Balance Neto, Generadores


Residenciales, Industriales y/o Productivos. La normativa se enmarca en el Plan de
Energías Renovables, que se propone "el establecimiento de las condiciones
administrativas, técnicas y económicas" para que los usuarios puedan conectar hasta
100 kW de potencia a la red de baja tensión”
A partir del procedimiento aprobado, los usuarios deben solicitar a la empresa
que tenga la concesión del servicio de distribución de la energía eléctrica en el área
donde quieren instalar el proyecto, el permiso para entregar sus excedentes. El Ente
Regulador de los Servicios Públicos (ENRESP) es el encargado de determinar el valor
que se abona por la generación de energía a través de este mecanismo. A priori, la
legislación establece que dicha remuneración debe ser acorde a la referencia que se

39
abona en el MEM para generaciones de igual tipo y origen al momento que se inyecte
la energía en la red.
La cesión de energía genera acreencias, sin que desaparezcan las obligaciones
como usuario demandante de la distribuidora. Las compensaciones o pagos que
correspondieren en ambos sentidos, son pactados entre las partes en un todo de
acuerdo al reglamento establecido por la Autoridad de Aplicación de la ley. La
distribuidora lleva una cuenta individual por cada usuario donde consten las
transacciones económicas realizadas, así como la energía generada y consumida en
cada período.
Los volúmenes y el costo generado por los usuarios acogidos a la modalidad de
balance neto, son tenidos en cuenta como costo de abastecimiento de la distribuidora a
los fines de los cálculos de los cuadros tarifarios que correspondan según el Contrato
de Concesión que le rige.
A su vez, el gobierno de la provincia, creó un Régimen Promocional de
Inversiones, por el que pretende brindar créditos de hasta un 70% del costo de los
equipos a devolver en 5 cuotas anuales, a partir del sexto año a valor histórico. Por
otro lado, en 2014 el gobierno provincial emitió la Resolución N° 1315/14 que
establece una tarifa diferencial por un período de 2 años, modificando el mecanismo
hasta entonces mantenido que era el de balance neto, bajo la consideración de 1) tipo
de tecnología; 2) la cantidad de horas (correspondientes a la banda pico, la banda valle
y la banda resto); y 3) el precio estacional de la energía no subsidiada (en punta, en
valle y en resto). Estos tres grandes factores determinaron las siguientes tarifas al
momento de entrada en vigencia la norma:

‐ Solar: 6.2 $/kWh


‐ Biomasa: 2.6 $/kWh
‐ Eólica: 3.2 $/kWh
‐ Hidráulica: 4.1 $/kWh

Estas tarifas se actualizan trimestralmente según los precios estacionales de


energía no subsidiados del MEM y los cambios en los precios que se abonen en el
mercado eléctrico nacional para generaciones de igual tipo y origen. A eso se le suma,
además, los cargos fijos y cargos por potencia que debe abonar el usuario a la
distribuidora según su categoría tarifaria.

40
Los montos y volúmenes abonados por la distribuidora, a cada usuario acogido
a la modalidad mencionada, son trasladados trimestralmente al cuadro tarifario en
concepto de costo de abastecimiento y son parte del precio de compra de la energía a
trasladar a los cargos variables de cada categoría tarifaría.

 Mendoza: En 2013 la provincia de Mendoza sancionó la Ley N° 7549 mediante la


cual autoriza a los usuarios de energía eléctrica conectados a la red de distribución a
transformarse en autogeneradores y cogeneradores de energía eólica y solar, sin poder
superar el límite de potencia instalada de 300 kW. El Ente Provincial Regulador
Eléctrico de Mendoza (EPRE) reglamenta quiénes son los que pueden inyectar a la red
de distribución los excedentes generadores y dispone las condiciones técnicas y su
forma de facturación. La misma es fijada mediante la Resolución del EPRE 019/15 la
cual se basa en la modalidad de balance neto. A fin de promover la actividad, se
desgravan los impuestos inmobiliarios a los predios utilizados como granjas eólicas
con una capacidad mínima instalada de 100 kW por hectárea con equipos de
fabricación nacional. Asimismo, se exime del canon de concesión a las distribuidoras
por el porcentaje de facturación del servicio eléctrico que corresponda a agentes de
energía eléctrica de origen eólico y solar por el plazo que el poder ejecutivo determine.

 San Luis: En la actualidad la provincia se encuentra trabajando en la reglamentación


de la Ley N° IX‐0921‐2014 de “Promoción y Desarrollo de Energías Renovables”. La
generación distribuida está incluida en un modelo de promoción de las renovables
mucho más amplio. Dicha norma plantea que los generadores de energía de forma
distribuida de fuentes renovables pueden solicitar el otorgamiento de un crédito fiscal
por un importe de hasta el 50% de los impuestos provinciales a devengar por el
contribuyente por un máximo de ejercicios fiscales, incluyendo aquel en el que inicie
la ejecución del proyecto. En el caso específico de la generación distribuida el
proyecto de ley establece en su artículo 9 que “La Autoridad de Aplicación promoverá
e impulsará los sistemas necesarios que permitan a los generadores, generadores
distribuidos y autogeneradores distribuidos, conectarse a la red para inyectar la energía
proveniente de fuentes renovables. Los actores del mercado eléctrico tendrán el deber
de adecuar sus sistemas técnicos y comerciales, conforme lo establezca la
Reglamentación”.

41
 Buenos Aires: La Provincia de Buenos Aires creó el programa PROINGED mediante
Resolución 827/09. Este es un programa que nació a través de un convenio entre el
Ministerio de Infraestructura de la provincia y el Foro Regional Eléctrico de Buenos
Aires (FREBA). El programa tiene como objetivo promover inversiones eficientes y
económicamente sustentables en materia de generación de energía eléctrica
distribuida, priorizando la utilización de fuentes renovables admitiendo también la
cogeneración. Además, brindan asistencia técnica para el desarrollo de proyectos, así
como financiamiento para los estudios previos, los proyectos ejecutivos y la inversión.
A partir de esta iniciativa se realizó la ampliación del mapa eólico de la Buenos Aires,
y se desarrollaron instalación de un biodigestor en Chacra Manantiales.
En julio de 2016 lanzó un concurso público de precios para la construcción y puesta en
marcha de 6 parques solares fotovoltaicos a ubicarse en Cañada Seca, partido de
General Villegas; las ciudades de Espigas y Recalde, Olavarría; la localidad de El
Triunfo, partido de Lincoln; ciudad Ines Indart, partido de Salto; y Arribeños,
departamento de General Arenales. Entre todos sumarían 2.3 MW y 17 fueron las
empresas que se presentaron.

 Neuquén: Publicó a finales de julio de 2016 en su Boletín Oficial la Ley N° 3.006 por
la cual se permite la generación distribuida de energía eléctrica a partir de fuentes
renovables. La misma puede ser inyectada a las redes de media y baja tensión, así
como para autoconsumo. Además, indica que el Ministerio de Energía, Servicios
Públicos y Recursos Naturales deberá crear una estructura institucional específica para
llevar adelante los objetivos planteados por la norma. Por otro lado, dispone que los
posibles motivos para rechazar la conexión serán válidos únicamente por razones
técnicas o en los casos en que los usuarios tengan contratada para su consumo una
potencia mayor a los 300 kW, si ella pone en peligro la ejecución económica de la
distribuidora. Asimismo, dispone que los costos de equipamiento y conexión corren
por cuenta del usuario y debe tramitar la conexión con la distribuidora suscribiendo un
contrato de compraventa de energía previo a la aprobación del proyecto. Las
condiciones de dicho contrato están indicadas en la norma. También determina que la
distribuidora debe atenerse a las normas técnicas y de seguridad que el decreto
reglamentario de la ley defina para habilitar las conexiones.
En relación al precio de la energía de esta forma generada, la norma señala que
la autoridad de aplicación deberá definir las tarifas, así como la modalidad para las

42
compensaciones y pagos a los usuarios. La autoridad de aplicación también define los
cupos a otorgar y los mecanismos de acceso para acogerse a los beneficios de la Ley.
Con respecto a este tema la norma detalla que “los volúmenes y el costo generado, por
la compra de la energía a los usuarios de la red, serán remunerados como costo de
abastecimiento de la distribuidora, en la forma que determine la reglamentación, sin
alterar los cálculos de los cuadros tarifarios que correspondan, según el contrato de
concesión vigente”.
Finalmente, la ley señala que la autoridad de aplicación debe crear líneas de
créditos especiales y de largo plazo para la adquisición de equipos a través del Estado
provincial o de convenios con bancos públicos y privados. Asimismo, la autoridad de
aplicación puede establecer precios diferenciales durante distintos plazos a favor de
los usuarios para distintos niveles de generación que produzcan acreencias mediante la
inyección de energía eléctrica a partir de recursos renovables. Cabe resaltar que, al
momento de la redacción de este informe, la ley no ha sido reglamentada.

 Misiones: Por su parte, en agosto de 2016 la legislatura de Misiones aprobó la Ley de


Balance Neto. Micro Generadores Residenciales, Industriales y/o Productivos. En su
Artículo 4, la norma establece que “para la inversión en equipamiento de generación
de energía renovables, los usuarios podrán ser comprendidos con Ley Nacional Nº
25.019, la Ley Nº 20.190 (léase 26.190) y su modificatoria (Ley Nº 27.191), en lo que
concierne a beneficios impositivos. A tal efecto la Autoridad de Aplicación incluirá en
la reglamentación la metodología de gestión de implementación de la exención/o
diferimiento que corresponda. De igual manera accederán a los beneficios previstos en
la Ley Provincial LEY XVI – º 97”. Mediante la reglamentación se determinará los
requisitos técnicos y los límites de generación que deberán cumplirse para conectar el
equipamiento a las redes de distribución e inyectar los excedentes de energía a estas.

Conclusiones

Desde hace mucho tiempo se ha venido buscando diferentes maneras de generar


electricidad y aprovechar los diversos recursos naturales. Actualmente las centrales eléctricas
que utilizan energías renovables como las hidroeléctricas, centrales nucleares o parques
solares se ubican en lugares determinados en función de ciertos factores económicos, de

43
seguridad, logísticos o medioambientales, entre otros, que provocan que la mayoría de las
veces la energía se genere muy lejos de donde se consume.
En los últimos años, el debate energético ha ido ganando importancia en la agenda
global. Esto se debió al incremento de la demanda energética generado por diversas razones:
el crecimiento de las economías emergentes, la alta dependencia de la energía proveniente de
combustibles fósiles y los desafíos que impone el cambio climático, siendo el consumo
energético en cualquiera de sus variantes (calor industrial, generación eléctrica, transporte) la
principal causa de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En Argentina, al igual que lo ocurrido en la mayoría de las naciones emergentes
durante los últimos 20 años, se han generado importantes cambios de escenario. Los mismos
se han reflejado como modificaciones en la regulación de los mercados de energía, el
progresivo incremento del presupuesto público destinado al subsidio del sector energético, la
penalización de las emisiones y el aumento de las importaciones de combustibles líquidos o
de gas natural. Existe también una mirada hacia los riesgos potenciales que implica la
dependencia de la energía importada para la actividad económica de cada nación.
La generación distribuida da otro enfoque que solventa muchas de estas dificultades.
Reduce la cantidad de energía que se pierde en la red de transporte de energía eléctrica ya que
la electricidad se genera muy cerca de donde se consume, muchas veces en el mismo edificio.
Esto hace que también se reduzcan el tamaño y número de las líneas eléctricas que deben
construirse y mantenerse en óptimas condiciones.
La principal barrera a la que se enfrenta la masificación de este sistema es su
alto costo inicial, la falta de estándares de conexión y el déficit de oferta de estos productos.
No resulta sencillo para cualquier ciudadano el uso energías renovables y es
la conciencia ecológica del consumidor lo que suele inclinar la balanza. Sin embargo, con
un petróleo cada vez más caro y escaso y una mayor preocupación por el medio ambiente, y
sumado al desarrollo tecnológico y normativo, la generalización de estas tecnologías es
cuestión de unas décadas.
De allí que algunos planteen una auténtica revolución, de la mano de la "generación
distribuida", es decir, una revolución en la que los consumidores producirán, almacenarán y
administrarán de manera ecológica su propia energía, supliendo en parte o incluso en su
totalidad su dependencia de las compañías eléctricas.
Teniendo estas condiciones en cuenta en Argentina, la problemática energética ha
adquirido una envergadura que pone en serio riesgo la dinámica de recuperación económica
experimentada en los últimos 10 años. La urgencia parece exceder las capacidades estatales

44
de respuesta y la cobertura a través de planes progresivos. Al mismo tiempo, los resultados
alcanzados en su implementación demuestran la ineficacia de los mecanismos de mercado
como respuesta.
Hasta el momento, las políticas estatales para impulsar la generación y empleo de
energías producidas a partir de fuentes renovables están orientadas por dos estrategias aisladas
entre sí: una para promover grandes proyectos que modifiquen la configuración actual de la
matriz energética y otra para promover el uso de este tipo de energías para incorporar sectores
de la población que tienen dificultades de acceso a los recursos energéticos.
La lógica del segundo tipo de políticas, como el programa PERMER, se desarrollan y
aplican como un paliativo de segundo orden. Su principal objetivo es que todos los habitantes
del país accedan a la energía eléctrica. Este es un claro ejemplo de solución puntual a un
problema puntual. No solo no se consideran otras necesidades energéticas de la población
como la calefacción o la cocción de alimentos, sino que tampoco se contemplan las
necesidades energéticas vinculadas a actividades productivas o de comunicación.
Para revertir los efectos no deseados en este tipo de proyectos, es preciso incorporarlos
en procesos de desarrollo local más amplio que les permita acceder a nuevas formas de
legitimidad social y política. De este modo, debería ampliarse la noción de balance neto que
se propone en las políticas orientadas a promover sistemas de generación distribuida,
incorporando elementos económicos, energéticos, productivos, sociales, políticos y culturales
en los platos de la balanza.
Por este motivo, es central desarrollar soluciones sistémicas en las que los actores
sociales participantes puedan generar tecnologías artefactuales como una represa o un
aerogenerador, pero también tecnologías de organización como empresas cooperativas y
emprendimientos productivos y nuevas dinámicas de cooperación., como la generación
distribuida.
Sabiendo que Argentina cuenta con importantes recursos renovables. Para desarrollar
plenamente ese potencial en todo su territorio, la generación distribuida, del lado de la
demanda, tendrá un rol destacado, particularmente con solar y eólica.
Entre los beneficios de la GD se encuentra la disminución de pérdidas de energía en el
transporte, al reducirse la cantidad de energía transmitida a larga distancia. Por otro lado, las
renovables como la solar fotovoltaica y la eólica, son tecnologías de rápida instalación,
modulares, con costos decrecientes y rendimientos en aumento.
En Argentina, por ejemplo, los proyectos de aprovechamientos fotovoltaicos (FV)
distribuidos se encuentran en carácter de proyectos pilotos o demostrativos, ya que el país aún

45
no cuenta con una regulación a nivel nacional que permita la conexión a las redes de
distribución. No obstante, no existen inconvenientes técnicos ni se requieren modificaciones
estructurales en las redes eléctricas para comenzar a integrar generación eléctrica distribuida
desde los usuarios al sistema.
A pesar de que se ha avanzado algunas regulaciones provinciales sobre generación
distribuida en Misiones, Neuquén, Buenos Aires, San Luis, Salta, Mendoza y Santa Fe
cuentas con normas que permiten alguna forma de inyección de energía a la red por parte de
la generación en manos de los usuarios. En el ámbito nacional existen proyectos de ley para
permitir y promover las prácticas pendientes de debate y aprobación.
Por otro lado, dado el subsidio a las tarifas de la energía, el balance neto o net
metering no ofrece a los usuarios un incentivo para instalar equipos de renovables. La falta de
seguridad sobre la venta de energía a precios competitivos, no representa un incentivo para
invertir en renovables.
No hay que olvidar que muchas normas que no contemplen un sistema de beneficios
en el pago de la energía pueden terminar siendo un gesto sin demasiadas consecuencias en el
desarrollo real de la generación distribuida, por lo que se hace necesario una legislación
nacional, así como un conjunto de políticas públicas más amplias al respecto.

46
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