You are on page 1of 7

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO

(UTESA)

ECNOLOGICA
DT

DE
UNIVERSIDA

SANTIAGO
R
EP

A
A N
UB
L ICA DOMINIC

Santiago, República Dominicana

PRESENTADO POR
José Ignacio Suárez Jáquez
272806

ASIGNATURA
Educación para el medio ambiente

TEMA
Informe de Estocolmo

FACILITADORA
Marilyn Adalgisa Espinal de Rodríguez

FECHA
Agosto de 2019
Introducción

El Convenio de Estocolmo sobre los Contaminantes Orgánicos Persistentes es un


acuerdo internacional que regula el tratamiento de las sustancias tóxicas. Fue firmado el
23 de mayo de 2001 en Estocolmo y entró en vigor el 17 de mayo de 2004.1 Inicialmente
el convenio regulaba doce productos químicos incluyendo productos producidos
intencionadamente, tales como: pesticidas, PCBs; dioxinas y furanos. Actualmente hay
181 países que han ratificado el convenio.

El convenio, auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente


(PNUMA) ha sido el resultado de largos años de negociación para obtener compromisos
legales de los países que obligue de manera urgente la eliminación de todos los
contaminantes orgánicos persistentes. Las negociaciones para el Convenio se acabaron
el 23 de mayo de 2000. Entró en vigor el 17 de mayo de 2004 con 151 signatarios.

Este Convenio fue firmado inicialmente por 151 países. Estos incluyen la mayoría de los
países "desarrollados" con excepción de los Estados Unidos de América. En América
Latina, al menos los siguientes países han ratificado el Convenio: Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y República Dominicana.

En esta oportunidad hablaremos brevemente del mismo para conocer más acerca de
este importante convenio.
Luego de leer el convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos
Persistentes, realice un informe y súbalo en este espacio.
El convenio de Estocolmo fue firmado en Estocolmo, Suecia el 22 de Mayo de 2001 y su
objetivo principal es proteger la salud humana y el medio ambiente frente a los
contaminantes orgánicos persistentes, de conformidad con el principio de precaución
consagrado en el principio 15 de la Declaración de Río. Entró en vigor en el 2004.

El objetivo del Convenio de Estocolmo es proteger la salud humana y el medio ambiente


frente a los Contaminantes Orgánicos Persistentes, teniendo presente el principio de
precaución contemplado en el Principio 15 de la Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, del año 1992, donde se establece que con el fin de proteger el
medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución
conforme a sus capacidades. Y cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta
de certeza científica absoluta (in dubio pro natura), no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la
degradación del medio ambiente.

“Los contaminantes orgánicos persistentes tienen propiedades tóxicas, son persistentes


a la degradación, se bioacumulan y son transportados por el aire, el agua y las especies
migratorias, a través de las fronteras internacionales y depositados lejos del lugar de su
liberación, acumulándose en ecosistemas terrestres y acuáticos”.

El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes comenzó


regulando inicialmente 12 sustancias, que comprendían nueve plaguicidas (Aldrina,
Clordano, Dieldrina, Endrina, Toxafeno, Mirex, Heptacloro y Hexaclorobenceno), un
grupo de sustancias de uso industrial (Bifenilos policlorados) y dos grupos de sustancias
de producción no intencional (Dioxinas y Furanos).

A partir de Junio de 2000, el Órgano Ejecutivo en el ramo de Agricultura y Ganadería,


mediante el Acuerdo Ejecutivo No. 151, del 27 de junio de 2000, estableció la prohibición
del registro, importación, exportación, fabricación, comercialización y distribución de
ingredientes activos de plaguicidas entre los que se incluyen 8 productos de uso agrícola
regulados en el Convenio de Estocolmo. El Mirex no se registró en el país, por lo que no
se utilizó para uso agrícola o industrial.

El Convenio de Estocolmo sobre los Contaminantes Orgánicos Persistentes, fue firmado


por El Salvador el 30 de julio de 2001, ratificado por la Asamblea Legislativa el 21 de
febrero de 2008 y publicado en el Diario Oficial número sesenta, tomo 379, del 3 de abril
de 2008.

El Convenio de Estocolmo tiene abierta la posibilidad de ampliar el número de sustancias


o productos químicos a ser regulados, con la condición de que sean “compuestos
orgánicos persistentes”. Es decir, las nuevas sustancias que se incorporen deben reunir
las características necesarias para ser definidos como tales: naturaleza orgánica,
persistentes, bioacumulables, con potencial de transporte a larga distancia en el medio
ambiente y efectos adversos para la salud o el medio ambiente.

Durante la cuarta y quinta Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo


celebrada en Ginebra en Mayo de 2009 y Abril de 2011, se adoptaron las decisiones SC-
4/10 a la SC-4/18 y la decisión SC-5/3 para enmendar los anexos A, B y C del Convenio
mediante la inclusión de 10 nuevos productos químicos:

Pesticidas: Clordecona, Alfa hexaclorociclohexano, Beta hexaclorociclohexano, Lindano,


Pentaclorobenceno;

Sustancias químicas industriales: Hexabromobifenil, Hexabromodifenil éter y


Heptabromodifenil éter, Pentaclorobenceno, ácido Perfluorooctanosulfónico, sus sales y
Perfluorooctanosulfonato de flúor (PFOs), Tetrabromodifenil éter y Pentabromodifenil
éter, Endosulfán y sus isómeros relacionados; y

Subproductos: Alfa Hexaclorociclohexano, Beta Hexaclorociclohexano y


Pentaclorobenceno.
Eliminación de inventarios nacionales de Desechos Contaminantes Orgánicos
Persistentes

Con base en el inventario nacional de desechos de Contaminantes Orgánicos


Persistentes realizado en el año 2009, a la fecha (año 2016) se ha logrado la eliminación
del 92.8% del total de desechos, encontrándose el 7.2% restante en almacenamiento
temporal, a la espera de su eliminación mediante transformación irreversible en hornos
de alta temperatura.

República Dominicana firmó el Convenio de Estocolmo en mayo de 2001. En diciembre


de 2006, el Congreso Nacional ratificó su adherencia al mismo. Con la participación de
un equipo técnico multidisciplinario nuestro país realizó su Plan Nacional de
Implementación (PNI) bajo el auspicio del Fondo para el Medio Ambiente Mundial y la
administración conjunta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
y El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MMARENA).

Para el cumplimiento de este convenio la Republica Dominicana ha dado grandes pasos


como lo fue el Plan de Reducción de contaminantes del Ambiente celebrada el 22 de
Octubre de 2008 en el cual nos comprometimos a reducir 12 de los más peligrosos
contaminantes orgánicos persistentes como son:

1. Aldrín
2. Dieldrín
3. Endrín
4. Clordano
5. Heptacloro
6. Hexaclorobenceno
7. Mirex
8. Taxofeno
9. DDT
10. Dioxinas
11. Furanos
12. compuesto de uso industrial PCBs
Conclusión

El convenio de Estocolmo tiene por objeto proteger la salud humana y el medio ambiente
frente a los contaminantes orgánicos persistentes, así como promover las mejores
prácticas y tecnologías disponibles para reemplazar a los contaminantes orgánicos
persistentes que se utilizan actualmente, y prevenir el desarrollo de nuevos
contaminantes orgánicos persistentes a través del fortalecimiento de las legislaciones
nacionales y la instrumentación de planes nacionales de implementación para cumplir
estos compromisos.

Establece un fuerte régimen internacional para promover la acción global respecto a los
contaminantes orgánicos persistentes que amenazan la salud y el desarrollo de los seres
humanos y la vida silvestre, por lo que dispone una serie de medidas de control sobre su
producción, importación, disposición, uso y eliminación.

Desde su creación se han establecido las reglas de procedimiento y los órganos


subsidiarios necesarios, como el comité de revisión de contaminantes orgánicos
persistentes, que garantizan su operación. Además de promover que los países partes
integren sus planes nacionales de implementación (PNI) para cumplir los compromisos
que establece este instrumento.

You might also like