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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

Escuela Académica Profesional de Psicología Humana

TRABAJO ACADÉMICO

Lima, Marzo, 2011


A mis padres que están lejos, a mis hermanos
y a todos mis amigos que de una u otra forma
me apoyan.
INDICE

1. Introducción
2. En cuanto a los Trastornos de Ansiedad:
a. señale mediante ejemplos las repercusiones que se generan en
el área personal, social, laboral, educativo, familiar y de pareja.
b. Indague los diversos abordajes para su tratamiento.

3. Lea el artículo: “Vínculo, parentalidad y psicopatología en la


infancia.” De Joaquín Díaz Atienza, DM (Neurociencias) Psiquiatra
Infantil. FORO INFANCIA Y ADOLESCENCIA LOS MILLARES.
Almería. atienza@paidopsiquiatria.com

http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:BI7-
n5RJY4sJ:www.paidopsiquiatria.com/trabajos/apego1.pdf+V
%C3%ADnculo,
+parentalidad+y+psicopatologia+en+la+infancia&cd=1&hl=es&ct=cl
nk

a) Elabore la síntesis del artículo


b) ¿Qué resultados evidencia Ud. Sobre la etiología de las
psicopatologías. Haga Ud. Un análisis al respecto?
c) ¿Qué consideraciones le parece importante en razón de la
prevención de ciertas psicopatologías. Intervenciones y
tratamientos? Desígnelos.

4. Lea el artículo: “Estructuras y rasgos psicopatológicos en la


comunidad eclesial
(Cuba/Argentina)”. De Jorge A. León

http://www.teologiaycultura.com.ar/arch_rev/leon_psicopatologia.PDF

a) Relacione el artículo con criterios psicopatológicos. Fundamente


su respuesta.
b) Exponga detalladamente sobre patologías inconscientes
disfrazadas de espiritualidad.

5. Lea el artículo: “Multiculturalismo y Psicopatología: Perspectivas


en la Evaluación Psicológica”. De Evangelina Norma Contini de
Gonzales.

http://www.palermo.edu/cienciassociales/publicaciones/pdf/Psico3/
3Psico%2006.pdf

a) Realice un análisis del contenido del presente artículo


b) Elabore un cuadro analógico de las posibles psicopatologías en
adolescentes.
c) ¿Qué otras repercusiones puede tener una categoría diagnostica
en una cultura diferida?
d) Exponga sus comentarios personales sobre el tema.
6. Lea el artículo: “LOS TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO”. De
Alma Baena Zúñiga, Maurilia Araceli Sandoval Villegas, Celia C.
Urbina Torres, Norma Helen Juárez, Sergio J. Villaseñor Bayardo

http://www.revista.unam.mx/vol.6/num11/art110/nov_art110.pdf

a) Realice una síntesis del articulo en mención-


b) Elabore un registro de observación, defina la muestra que se
presenta, defina las condiciones y la etiología de los diversos
trastornos del estado de ánimo.
c) ¿Cuál sería su aporte de prevención en la evidencia de ciertos
trastornos del estado de ánimo. Presente un caso clínico.

NOTA:
a) Cada pregunta tiene un valor de 4 puntos.
b) Las preguntas deben ser desarrolladas en no menos de cuatro
páginas cada una.
c) Es importante, el análisis crítico y sus comentarios personales.

7. Conclusiones

8. Referencias Bibliográficas
Introducción

El siguiente trabajo tratará diferentes temas, entre ellos la importancia tiene los
paradigmas biológicos en las personas que reciben psicoterapia y cómo
debemos tenerlo en cuenta, observando las dificultades del empleo de la
investigación en la aplicación de una psicoterapia. En el tema de la Ciencia
Animal, la Etología, la Sociobiología o Psicología Comparada son las ciencias
que estudian el comportamiento animal, se destacarán los resultados que
tuvieron los evolucionistas en el plano científico y lo que ha originado estos así
como los beneficios que actualmente se cosecha esta ciencia. Veremos dos
diferentes biografías respeto a la Eutanasia, con un análisis comparativo con
los principios de la bioética.
En la Etología canina y etología humana se procurará sustentar cómo la
etología animal puede facilitar el estudio del comportamiento humano y se
presentará un cuadro analógico de la conducta animal observada en
comparación con la conducta humana. Finalizando con un etograma se
elaborará un registro de observación, definiendo la muestra que se presenta,
las condiciones que se brindan para realizar el registro y realizando un diseño
de observación, indicando los instrumentos de registro. Así como, señalando la
importancia del Etograma dentro de la psicobiología humana.
1. En cuanto a los Trastornos de Ansiedad:
a. señale mediante ejemplos las repercusiones que se generan en
el área personal, social, laboral, educativo, familiar y de pareja.
b. Indague los diversos abordajes para su tratamiento.

La naturaleza de los trastornos de ansiedad

Para entender qué son los trastornos de ansiedad hay que pensar primero
en la normalidad. Hay que pensar que todas las personas tienen capacidad
para reaccionar con ansiedad, porque se trata de una respuesta emocional.
Después podremos entender mejor el trastorno de ansiedad como una
patología, como un exceso en la frecuencia, intensidad, duración, etc. de la
respuesta de ansiedad, o simplemente como una respuesta inadecuada a las
demandas de la situación.

EMOCIONES

Las emociones son reacciones que se vivencia como una fuerte conmoción
del estado de ánimo o estado afectivo. Esta reacción suele tener un marcado
acento placentero o desagradable y va acompañada por la percepción de
cambios orgánicos, o corporales, a veces muy intensos (experiencia
emocional). Los cambios corporales se caracterizan, por una elevada
activación fisiológica, especialmente del sistema nervioso autónomo
(sudoración excesiva, aumento de tasa cardiaca, etc.) y del sistema nervioso
somático (tensión muscular), aunque también se activan otros sistemas
(hormonal, inmune, etc.) Esta reacción puede reflejarse también en
expresiones faciales típicas, fácilmente identificables por cualquier observador
externo (expresiones de alegría, tristeza, miedo, enfado, etc.), así como en
otras conductas motoras también observables, como algunos movimientos,
posturas, cambios de voz, etc.

Por lo general, las emociones surgen como reacción a una situación


estimular concreta, sin embargo, también puede provocarlas algún tipo de
información interna del propio individuo, tales como: recuerdos, información
propioceptiva (sensaciones), etc. La interpretación de una situación
determinada no es igual para todos los individuos, ni siquiera a veces para el
mismo individuo en diferentes momentos. De cómo se interprete dicha
situación dependerá el que surja o no alguna emoción, así como si la emoción
será positiva (placentera) o negativa (desagradable).

La ansiedad es una emoción natural, presente en todos los humanos, que


resulta muy adaptativa pues nos pone en alerta ante una posible amenaza; sin
embargo, a veces se vive como una experiencia desagradable (emoción
negativa), especialmente cuando alcanza una elevada intensidad, que se
refleja en fuertes cambios somáticos, algunos de los cuales son percibidos por
el individuo; además, esta reacción, cuando es muy intensa, puede provocar
una pérdida de control sobre nuestra conducta normal. [Ver más información
]
sobre qué es la ansiedad

La actividad cognitiva está relacionada con la activación fisiológica. Al


evaluar cognitivamente las consecuencias de una situación, se produce un
incremento de la activación fisiológica. Hay muchas situaciones que generan
ansiedad. Por ejemplo, ver una película de suspense nos pone en alerta y nos
activa. En la vida cotidiana, las situaciones ambiguas, sin resultado cierto,
también nos activan y nos ponen en alerta. Estos cambios son normales en
todos los individuos, aunque existen diferencias individuales en la intensidad de
las respuestas fisiológicas provocadas por un mismo estímulo. [Ver más
información sobre diferencias individuales en las manifestaciones de ansiedad.

Cambios fisiológicos intensos no tienen porqué ser patológicos, sino que


por lo general se consideran respuestas adaptativas del individuo a las
demandas de la situación. Una persona que está muy activada en un examen o
cuando habla en público no debería extrañarse en principio, pues necesita más
recursos energéticos, más atención, en definitiva más recursos de
afrontamiento que si estuviera tranquilamente descansando. Esta mayor
actividad fisiológica hasta cierto punto es normal, aunque pueda ser
interpretada como un peligro por algunas personas. Ahora bien, en algunos
individuos las respuestas fisiológicas muy intensas llegan a hacerse crónicas,
es decir pueden llegar a mantenerse por un espacio excesivo de tiempo. Para
entender lo que sucede con una metáfora podríamos decir que tales individuos
van muy acelerados todo el tiempo, lo cual implica más gasto energético,
dificultades para descansar, malestar, e incluso la posibilidad de que algo falle.
Podríamos decir que una alta activación fisiológica, producida por situaciones
que generan ansiedad, en principio no es patológica, pero si su intensidad es
excesiva y crónica (se mantiene en el tiempo) puede afectar a la salud.

Por ejemplo, la tensión muscular, por lo general, es más alta en aquellas


situaciones en las que necesitamos estar activos y dar una respuesta rápida o
enérgica ante las demandas de la situación. Pero una persona que estudia
todos los días ocho horas un examen de oposición para conseguir un empleo
(un examen en el que se juega mucho), puede acumular día tras días
demasiada tensión en el cuello, hombros, espalda, músculos frontales, etc., lo
que puede provocar, en primer lugar dolor, y en segundo lugar una contractura
muscular.

Otro ejemplo: una persona que discute mucho con su pareja, o con su jefe,
que permanece después mucho tiempo enojado, dándole vueltas a la
discusión, a lo que dijo, a lo que debió decir, a lo que debía hacer, etc.,
permanece mucho tiempo en tensión, pero no resuelve esta tensión hablando,
puede alcanzar altos niveles de presión arterial. Los pacientes hipertensos
tienen mayores puntuaciones en las pruebas que evalúan ira interna (ira
dirigida hacia dentro, no expresada, rumiaciones, etc.)
El estudio de la patología de los sistemas fisiológicos que se activan en la
emoción se inicia en los años 50. Se supone que los trastornos psicosomáticos
o psicofisiológicos (como algunos dolores de cabeza, o de espalda, algunas
arritmias, los tipos de hipertensión arterial más frecuentes -hipertensión
esencial-, algunas molestias gástricas, etc.) podrían estar producidos por un
exceso en la intensidad y frecuencia de la activación de las respuestas
fisiológicas del sistema que sufre la lesión o disfunción (cardiovascular,
respiratorio, etc.)

Para explicar estas disfunciones orgánicas que cursan con niveles altos de
ansiedad, podríamos decir que se trata de una disfunción de un sistema
orgánico (gástrico, respiratorio, cardiovascular, motor, etc.) que está trabajando
en exceso y mantiene esta actividad demasiado tiempo. A su vez, el trastorno
orgánico produce malestar psicológico, produce más ansiedad y, por lo tanto,
un aumento de la actividad de ese sistema, aumentando así la probabilidad de
desarrollar y mantener en mayor grado esta disfunción orgánica. En la clínica
psicológica podemos encontrar personas que sufren arritmias, dolor crónico,
contracturas musculares, asma, trastornos gástricos, trastornos
dermatológicos, etc. ¿Por qué si se trata de trastornos físicos están en la
consulta psicológica? Porque presentan niveles muy altos de ansiedad que hay
que tratar también.

La ansiedad está relacionada no sólo con los trastornos psicofisiológicos,


sino también con otros trastornos físicos, tal es el caso de algunos trastornos
del sistema inmune (cáncer, artritis reumatoide, etc.), o en algunas dolencias
crónicas. Pero, a su vez, encontramos niveles muy altos de ansiedad en
diferentes trastornos mentales, especialmente los llamados "trastornos de
ansiedad". [Ver más información sobre los trastornos asociados con altos
niveles de ansiedad

Las expresiones afectivas positivas facilitan la comunicación, mientras que


las expresiones emocionales negativas provocan distancia y sirven para
anunciar un malestar e incluso un posible ataque. Las principales formas de
expresión emocional (la sonrisa, el llanto, las expresiones faciales de alegría,
tristeza, miedo, etc.) son universales en las distintas culturas. Cualquier
individuo sano puede percibir si otro individuo de su grupo, e incluso de otra
cultura, está alegre, enfadado, triste, o siente miedo.

Todos los individuos estamos nerviosos (ansiosos) en múltiples ocasiones,


sin embargo generalmente intentamos ocultarlo. Digamos que no está bien
visto mostrar enfado, tristeza, miedo, tensión, pérdida de control emocional,
etc. Algunas personas sienten mucho temor ante la posibilidad de que los
demás perciban sus manifestaciones de ansiedad. Estas personas suelen
presentar altas puntuaciones en los inventarios que evalúan ansiedad de
evaluación. E incluso algunos llegan a desarrollar una verdadera fobia social,
evitando las situaciones sociales, por la ansiedad que les provocan, al estar
pensando constantemente (cuando se encuentran en este tipo de situaciones)
que su comportamiento no es adecuado, hacen el ridículo, etc. [Ver más
información sobre la fobia social.

También la expresión de emociones está relacionado con la salud: se ha


encontrado a veces que los individuos más expresivos gozan de mejor salud,
mientras que los individuos que expresan menos sus emociones enferman con
mayor frecuencia.

La reacción intensa (aguda) de ansiedad no siempre es patológica, sino que


en la mayor parte de las ocasiones puede ser muy adaptativa. Por ejemplo:

 si la situación que la provoca requiere una fuerte reacción de alarma que


nos prepare para la acción (si se nos exige una gran concentración en
una tarea para la que se necesitan muchos recursos de la atención),
 o si requiere una gran activación fisiológica (porque necesitamos tensar
más los músculos, bombear más sangre, más oxígeno, etc.),

dicha reacción de ansiedad nos ayudará a responder mejor ante las demandas
de esta situación.

La ansiedad está presente no sólo en algunas enfermedades físicas, sino


también en muchos trastornos mentales. Así encontramos muchos síntomas de
ansiedad en los trastornos del estado de ánimo (depresión mayor, distimia,
etc.), en las adicciones (tabaco, alcohol, cafeína, derivados del cannabis,
cocaína, heroína, etc.), en los trastornos de alimentación (anorexia, bulimia), en
los trastornos del sueño, en los trastornos sexuales, en los trastornos del
control de impulsos (juego patológico, tricotilomanía, etc.), en los trastorno
somatomorfos (hipocondría, somatización, conversión, etc.), y por supuesto,
cómo no, en los llamados "trastornos de ansiedad".

Más de un 15% de la población general llega a sufrir alguna vez a lo largo


de su vida algún trastorno de ansiedad, que consiste en una serie de
reacciones (a nivel cognitivo, fisiológico y motor) demasiado intensas, o
demasiado frecuentes, o simplemente poco ajustadas a la situación en que se
encuentra el individuo. Estas manifestaciones llegan a ser patológicas en
muchos casos, dificultando la vida normal de estas personas, o haciéndoles
sentir experiencias muy desagradables en algunas situaciones.

Los síntomas de ansiedad alcanzan niveles muy elevados en personas que


sufren uno o varios trastornos de ansiedad. La mayor parte de los pacientes
sufren dos o más de estos trastornos al mismo tiempo. Sólo un tercio de los
pacientes con trastornos de ansiedad es diagnosticado de un único trastorno
de ansiedad. [Ver las Preguntas y Respuestas Frecuentes sobre los Trastornos
de Ansiedad

Las personas sin un trastorno de ansiedad pueden experimentar síntomas


similares a las personas que sufren algún trastorno de ansiedad. Las
manifestaciones de ansiedad o síntomas más frecuentes son:

1. A nivel cognitivo-subjetivo:

 preocupación,
 temor,

 inseguridad,

 dificultad para decidir,

 miedo,

 pensamientos negativos sobre uno mismo

 pensamientos negativos sobre nuestra actuación ante los otros,

 temor a que se den cuenta de nuestras dificultades,

 temor a la pérdida del control,

 dificultades para pensar, estudiar, o concentrarse, etc.

2. A nivel fisiológico:

 sudoración,
 tensión muscular,

 palpitaciones,

 taquicardia,

 temblor,

 molestias en el estómago,

 otras molestias gástricas,

 dificultades respiratorias,

 sequedad de boca,

 dificultades para tragar,

 dolores de cabeza,

 mareo,

 náuseas,

 molestias en el estómago,

 tiritar, etc.

3. A nivel motor u observable:

 evitación de situaciones temidas,


 fumar, comer o beber en exceso,

 intranquilidad motora (movimientos repetitivos, rascarse, tocarse, etc.),

 ir de un lado para otro sin una finalidad concreta,

 tartamudear,

 llorar,
 quedarse paralizado, etc.

En muchos casos, la ansiedad de una persona está provocada por sus


propias manifestaciones de ansiedad: se tiene mucho miedo de la experiencia
desagradable de ansiedad, pero este temor produce la ansiedad (de manera
que es un círculo vicioso).

Existen unos criterios prácticamente universales para determinar si el


comportamiento de una persona cabe diagnosticarlo como un trastorno de
ansiedad. Estos criterios están recogidos en las dos clasificaciones de
trastornos mentales (o psicopatológicos) más importantes:

 DSM-IV TR (Asociación de Psiquiatras Americanos, APA)


 ICD-10 (Organización Mundial de la Salud, OMS)

Si echamos un vistazo a ambas clasificaciones encontramos que los criterios


para diagnosticar un trastorno de ansiedad son similares.

Los trastornos de ansiedad no se diferencian entre sí mucho por las


manifestaciones o respuestas de ansiedad, sino que más bien se encuentran
diferencias entre dichos trastornos ligadas a las áreas situacionales en las que
los sujetos con diferentes trastornos de ansiedad presentan dificultades o altos
niveles de ansiedad.

Así, por ejemplo, los individuos con fobia social presentan diferencias con los
sujetos que padecen ansiedad generalizada en las situaciones sociales, más
que en la intensidad global de sus síntomas de ansiedad.

Dado el alto número de personas que padecen este tipo de trastornos y la


escasez de información que existe sobre los mismos, tanto en el gran público
como a veces en los profesionales de la salud, se cuentan por miles las
consultas que recibimos en nuestro sitio web. Con fines didácticos hemos
incluido una sección de casos seleccionados, con los pretendemos ilustrar las
dificultades que presentan las personas que padecen este tipo de trastornos.
[Ver más información sobre Casos Seleccionados

Ejemplos de Trastornos de Ansiedad

Presidente de SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el


Estrés)

La realización de estudios epidemiológicos no es tarea fácil, pues implica la


evaluación de muestras muy amplias, correctamente seleccionadas, que han
de ser evaluadas necesariamente por muchos especialistas en
psicodiagnóstico (convenientemente entrenados para usar los mismos
criterios). Todo ello implica necesariamente un gran gasto de todo tipo de
recursos (económicos, humanos, etc.)

Una vez realizado el estudio, puede quedar obsoleto, al variar los criterios
diagnósticos con los que se llevaron a cabo los trabajos de esta investigación.

Aparentemente, en una primera mirada rápida, los resultados de los


diferentes estudios epidemiológicos no siempre son coincidentes. Pero es
necesario tener en cuenta diversos factores antes de comparar los resultados
de unos estudios frente a otros.

En primer lugar, a la hora de comparar distintos datos sobre la incidencia de


los trastornos de ansiedad, debemos tener en cuenta que existen diversos
sistemas clasificatorios de desórdenes mentales, que son los que definen qué
es un trastorno de ansiedad y qué síntomas deben cumplirse para diagnosticar
un trastorno concreto. Hoy en día tenemos la DSM-IV TR y la CIE-10, que
básicamente coinciden, aunque no son iguales. Pero debemos tener en cuenta
también las versiones anteriores de estas dos grandes clasificaciones de
desórdenes mentales (DSM-IV, DSM-III R, DSM-III, CIE-9, etc.), pues en
ocasiones estaremos comparando estudios que han usado criterios
diagnósticos diferentes.

En segundo lugar, debemos tener en cuenta las diferencias metodológicas


entre unos y otros estudios a la hora de seleccionar la muestra que se va a
estudiar. En este sentido, los estudios varían entre sí en gran medida. Así, por
ejemplo, unos se realizan en un marco comunitario e intentan estimar el
porcentaje de personas que presentan un determinado trastorno en una ciudad
y, para ello, recurren a una muestra representativa del censo de la población.
En cambio, otros estudios pretenden estimar el porcentaje de pacientes que
acuden a un centro de atención primaria y presentan trastornos de ansiedad.
En este segundo caso, por ejemplo, se suele entrevistar a una muestra
representativa de los pacientes que acuden a un centro. Mientras que otros
estudios se centran en una muestra representativa de la población de personas
que ha ingresado en el sistema hospitalario.

Un tercer factor importante se refiere al periodo de tiempo que considera


cada estudio a la hora de determinar la incidencia de los trastornos de
ansiedad, pues a lo largo del tiempo cambia el número de personas que sufren
un trastorno. Un determinado trastorno tiene una prevalencia diferente si se
considera un periodo de un mes, o si considera una prevalencia de un año, o si
el estudio ha tomado como parámetro epidemiológico la prevalencia a lo largo
de la vida.

Un cuarto factor a tener en cuenta es el instrumento de evaluación que se


esté usando en cada estudio. Recordemos que existen diferentes
clasificaciones de desórdenes mentales, pues bien, además debemos tener en
cuenta que cada una de ellas ha dado lugar a diferentes instrumentos de
evaluación: entrevistas estructuradas, inventarios, etc.

Un quinto factor es el diseño de investigación (por ejemplo, una fase versus


dos fases).

Debemos también tener en cuenta otros factores, no menos importantes a


la hora de comparar, como que unos estudios dan referencias para varones y
mujeres por separado, mientras que otros dan referencias conjuntas.

Por último no debemos olvidar que el diagnóstico de desórdenes mentales


aunque ha mejorado muchísimo no está exento de dificultades. Así, por
ejemplo, en los trastornos de ansiedad nos encontramos con un grave
problema, como es la alta comorbilidad, de manera que se estima que tan sólo
uno de cada tres pacientes presenta un único trastorno. Los otros dos (de cada
tres) presentan más de un trastorno.

Una vez tenidos en cuenta estos factores nuestras comparaciones serán


mucho más acertadas y comenzaremos a encontrar muchas más coincidencias
que las que encontrábamos en un primer momento.

EJEMPLO DE CASO
FOBIA SOCIAL

1)Hola:

Mi nombre es María, tengo 34 años y soy de Barcelona, durante casi 20 años


he sufrido depresiones, estrés, ansiedad... pero al llegar al instituto lo pasé
fatal, fue cuando entré en mi primera depresión, fue un peregrinar a psiquiatras
y psicólogos y ahora me han diagnosticado fobia social.

Yo soy extrovertida, pero las multitudes me asustan, así como el trabajo, me es


imposible trabajar sin tomarme una pastilla tranquilizante, ahora estoy
estudiando mi segunda carrera, pero a distancia, empecé otra carrera pero
llegaba la primera a clase para elegir un buen sitio donde no me vieran, y era
buena estudiante... no pude soportarlo, lo dejé a los dos meses y no iba a
clase, me dejaban los apuntes. En mi primera carrera era diferente, lo pasaba
fatal pero ahí fue donde empecé a tomar psicofármacos, al igual que cuando
empecé a trabajar para que no me diera un ataque de ansiedad.

Los ataques de ansiedad los sufro a menudo, mi entorno social no es el más


idóneo para superar problemas, pero soy consciente de que todo radica en mi.
No sé en que medida me podéis ayudar, pero os digo que ahora mismo estoy
tomando dos fármacos: P. y V.; el S. me sienta fatal y me dicen que no hay otra
cosa. Además nunca me han hecho hacer psicoterapia.

Gracias por atenderme, recibid un saludo:

María

2) Muy Sres. míos:

Mi problema consiste en lo siguiente:

Soy una persona muy tímida, tengo 31 años y soy Licenciada en informática, y
no me sé relacionar socialmente, lo que me genera ansiedad porque no recibo
cariño de nadie, además como no salgo mucho, me quedo en casa y eso hace
que le de mas vueltas a todo, cuando en realidad me gustaría salir.

Hace unos meses conocí a un hombre que me gustaba mucho, sin embargo el
acercarme a él me producía tal ansiedad que no podía. Ahora intento sólo ser
amiga de él, aunque me gustaría ser algo mas.

Mi problema mas importante es lo que me ha ocurrido en dos ocasiones ya. Me


han ofrecido dos buenos trabajos, bien remunerados, en ciudades cercanas a
donde yo resido y he ido a trabajar a esas ciudades, pero el problema ha
surgido nada mas llegar y verme encerrada en una casa que no es mía y lejos
de mi madre. Se me produjo tal ansiedad que era incapaz de vivir sola, así que
tuve que regresar a casa y ahora todo es peor porque yo quiero superar mi
miedo a estar fuera y hacerme una mujer sociable y que se sabe defender por
ella misma; sin embargo, me da mucho miedo y creo que no voy a ser capaz,
aunque no dejaré de luchar. Por eso, decidí ir a un psicólogo de mi ciudad. El
psicólogo lo elegí en la guía telefónica.

Les mando este correo por si pueden enviarme alguna información útil, ya que
siento que mi vida esta vacía, si no puedo hacer aquello que quiero.

Ahora quería trabajar de nuevo en otra ciudad, me hacía mucha ilusión y


también quería tener una relación sentimental con esa persona que tanto me
gusta; sin embargo, me veo incapaz, por mas que quiero. Tengo muy buena
voluntad y lucho contra la timidez y la ansiedad pero veo que necesito ayuda
de un psicólogo. Y me gustaría estar en manos de un psicólogo especialista en
este tema.

Sin otro particular, dándoles las gracias por anticipado se despide atentamente:

3) Buenos días,

Soy una chica de 20 años residente en Madrid, y desde hace aproximadamente


tres me cuesta mucho enfrentarme a cualquier tipo de actividad social. De
hecho, me matriculé en la Universidad y lo dejé al cabo de un mes debido a
que constantemente pensaba que los demás me iban a juzgar de forma
negativa.

Me ponía muy nerviosa y sentía que estaba haciendo el ridículo. Ahora apenas
salgo y siento que estoy desperdiciando mi vida (aunque sigo estudiando en
otra universidad). He buscado información por mi cuenta sobre la fobia social,
y creo que es lo que tengo.

Me gustaría buscar ayuda psicológica, pero no sé cómo encontrar un psicólogo


que siga el tratamiento más efectivo, que según tengo entendido es la terapia
cognitivo-conductual.

Agradecería mucho cualquier tipo de ayuda.

Muchas gracias,

4) Dr. A. Cano Vindel:

Me llamo Daniel y no es que crea que sufro fobia social sino que estoy
convencido de ello.

Siempre he sido una persona introvertida pero, debido a mi desarrollado


sentido del humor, nunca tuve problemas para hacer nuevas amistades aunque
algunas personas me consideraban un tanto extraño.

El problema se agudizó a los 19 años( ahora tengo 25 ), cuando empecé los


estudios de informática en la universidad. Allí tuve verdaderos problemas para
relacionarme con la gente: me daban pánico las miradas, tenía un gran
complejo de inferioridad, tenía la angustiosa sensación de que la gente se daba
cuenta de que tenía algún problema psicológico, percibía claramente que la
gente no se sentía a gusto a mi lado; todo ello me llevó a soportar una dura y
profunda depresión durante 2 años aunque la pude superar sin ayuda
profesional. Ello me llevó a fracasar en mis estudios y en mi vida personal.

A veces sufro pequeñas depresiones de corta duración cuando no resuelvo


satisfactoriamente alguna situación social.

Soy una persona perfeccionista, con mucho sentido común y racionalista hasta
sus últimas consecuencias. Precisamente fue esto y el hecho de no poder
controlar mis reacciones hacia las situaciones sociales mínimamente
comprometidas lo que me llevo a la depresión.

A pesar de haber superado la depresión y que los síntomas de mi fobia social


no sean tan agudos necesito superar definitivamente mi grave e invalidante
problema. Necesito poder desarrollar mi vida con normalidad y poder disfrutar
de ella y para ello necesito que mi problema deje de ser el centro de gravedad
de mi existencia.

He pensado en buscar ayuda profesional muchas veces pero me da miedo


tener que explicárselo a mi novia y a mis amistades y ser rechazado: ya debe
de saber usted sobradamente todos los prejuicios que existen contra aquellos
que requieren de ayuda profesional. No soportaría que me rechazaran por ello.

Sé que esta dirección electrónica es para correo profesional pero no sé a quien


pedir consejo.

Sin otro particular, esperando recibir noticias suyas, le saluda atentamente

RESPUESTA A LOS TRASTORNOS:

Estimados Sres./as :

Me pongo en contacto con ustedes con el objetivo de hacerles saber que


gracias a Internet, todas aquellas personas que padecemos determinadas
patologías, sean del tipo que sean podemos estar unidas a través de foros y/o
chats en los que compartir nuestras problemáticas.

Este es el caso de la patología a la que quiero referirme especialmente en este


momento, llamada Fobia social.

Quiero informarles de que actualmente en Internet, todos los afectados por esta
patología permanecemos en contacto a través de la A.A.F.S. (Asociación de
Afectados por la Fobia Social) cuya dirección web es la siguiente : www.fobia-
social.es.vg y más concretamente en un canal de chat en el que cada vez
somos más los que nos reunimos para charlar sobre los asuntos que nos
preocupan y de paso conocer a otras personas que nos entienden al estar en
situaciones similares.

El motivo de esta carta por tanto, es el de informarle de este hecho, pues creo
que sería importante dárselo a conocer a las personas que ustedes estén
tratando con Fobia social, ya que como ustedes bien sabrán, muchas veces
creemos ser los únicos seres en el mundo con este problema y esto tiene

muchas veces como consecuencia otros problemas desencadenados por el


primero, como pueden ser la depresión entre otros.

Si está de acuerdo con esta propuesta, le informo que todas aquellas personas
que estén interesadas pueden entrar en el canal #azulcielo del IRC hispano, o
bien entrar en la página web de la asociación www.fobia-social.es.vg o bien
escribiendo a mi dirección de correo electrónico : alsur73@hotmail.com
desde donde gustosamente les informaría sobre los pasos a dar para poder
entrar en dicho canal.

Sin nada más por mi parte, muchas gracias por el tiempo dedicado a leer esta
carta y espero que la propuesta sea de su agrado, pues muchas personas con
FS agradecerían sin duda el hecho de conocer a otras con sus mismas
problemáticas.

Gracias,

Juan Antonio G.

--------------------------------------------------------------------------------

Estimado Juan Antonio:

Soy Antonio Cano Vindel, Presidente de la Sociedad Española para el


Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), y quiero agradecerte tu información
sobre el grupo de autoayuda para la fobia social. Si alguien nos solicita
información sobre este tipo de iniciativas se la enviaremos.
También quiero enviarte información acerca del tratamiento de los
trastornos de ansiedad y especialmente de la fobia social. Es muy probable que
tengas ya mucha de esta información, pero quiero asegurarme de que la
conoces.

La fobia social es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por


reacciones muy intensas de una emoción (que todo el mundo experimenta), la
ansiedad, cuando el individuo se encuentra en una situación social.

Toda reacción de ansiedad comprende respuestas de activación fisiológica


(aumenta la tasa cardiaca, la tasa respiratoria, la tensión muscular, las
sensaciones producidas por estos y otros cambios, etc.), respuestas cognitivas-
subjetivas (temor, aprensión, inseguridad, malestar psicológico, dificultades
para tomar decisiones, pensamientos negativos sobre uno mismo y su
actuación, pensamientos sobre lo que los otros puedan pensar de uno mismo,
etc.), y respuestas motoras-observables (movimientos repetitivos, otros signos
de inquietud motora, evitación de situaciones que provocan ansiedad, fumar o
comer en exceso, tomar bebidas alcohólicas, tartamudear, etc.)

Por lo general, esta hiper-reacción de ansiedad ante situaciones sociales


se debe a la actividad cognitiva que el individuo realiza acerca de la situación:
valoración de la misma, valoración de su comportamiento ante los demás,
valoración de sus déficit en habilidades sociales, valoración de los
pensamientos que los otros pueden hacer de su comportamiento y de su
persona, etc.

Sobre las diferencias entre fobia social y timidez te remito a un artículo


publicado en la Revista Española de Motivación y Emoción, de Junio del 2000,
en el volumen 3, número 4, titulado "Aspectos cognitivos, emocionales,
genéticos y diferenciales de la timidez"

http://reme.uji.es
Para que un inviduo pueda ser diagnosticado de fóbico social debe
cumplir los requisitos que marcan los criterios internacionales sobre fobia
social. La DSM-IV es la clasificación de trastornos mentales más utilizada y fija
los siguientes criterios para la fobia social.

***********************************************************************************

Criterios para el diagnóstico de F40.1 Fobia social (300.23)

A. Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o


actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no
pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás.
El individuo teme actuar de un modo (o mostrar síntomas de ansiedad) que sea
humillante o embarazoso. Nota: En los niños es necesario haber demostrado
que sus capacidades para relacionarse socialmente con sus familiares son
normales y han existido siempre, y que la ansiedad social aparece en las
reuniones con individuos de su misma edad y no sólo en cualquier interrelación
con un adulto.

B. La exposición a las situaciones sociales temidas provoca casi


invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la
forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una
situación. Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches,
inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde los asistentes no
pertenecen al marco familiar.

C. El individuo reconoce que este temor es excesivo o irracional. Nota: En los


niños puede faltar este reconocimiento.

D. Las situaciones sociales o actuaciones en público temidas se evitan o bien


se experimentan con ansiedad o malestar intensos.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar que
aparece en la(s) situación(es) social(es) o actuación(es) en público temida(s)
interfieren acusadamente con la rutina normal del individuo, con sus relaciones
laborales (o académicas) o sociales, o bien producen un malestar clínicamente
significativo.

F. En los individuos menores de 18 años la duración del cuadro sintomático


debe prolongarse como mínimo 6 meses.

G. El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a los efectos


fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una
enfermedad médica y no pueden explicarse mejor por la presencia de otro
trastorno metal (p. ej., trastorno de angustia con o sin agorafobia, trastorno de
ansiedad por separación, trastorno dismórfico corporal, un trastorno
generalizado del desarrollo o trastorno esquizoide de la personalidad).

H. Si hay una enfermedad médica u otro trastorno mental, el temor descrito en


el Criterio A no se relaciona con estos procesos (p. ej., el miedo no es debido a
la tartamudez, a los temblores de la enfermedad de Parkinson o a la exhibición
de conductas alimentarias anormales en la anorexia nerviosa o en la bulimia
nerviosa).

Especificar si:

Generalizada: si los temores hacen referencia a la mayoría de las situaciones


sociales (considerar también el diagnóstico adicional de trastorno de la
personalidad por evitación)

***********************************

La fobia social hoy en día es un trastorno con una alta esperanza de


curación, pues existen un buen número de publicaciones científicas en las que
se demuestra que existen algunas técnicas (y combinaciones de técnicas) de
tratamiento que son eficaces para eliminar este trastorno de ansiedad. Este tipo
de tratamientos son relativamente breves (especialmente si su duración la
comparamos con el tiempo medio de sufrimiento del trastorno, que suele ser de
varios años), y podríamos estimarla en unos 6 a 12 meses, dependiendo de la
gravedad, motivación del paciente para la realización de los ejercicios, grado
de autocontrol, etc.

Para que la fobia social se cure se precisa de un buen especialista que


conozca bien el trastorno y las técnicas que son eficaces. Se suele trabajar a
razón de una sesión semanal de una hora. Antes de finalizar el tratamiento las
sesiones se van espaciando en el tiempo (con aumentos progresivos de tiempo
intersesión a dos, tres y cuatro semanas).

Es muy importante tener en cuenta que no todas las técnicas de


tratamiento son eficaces, pero un buen especialista sí sabe cuáles son las que
son eficaces, e incluso las más adecuadas para cada caso. También hay que
tener en cuenta que no todos los psicólogos y psiquiatras son especialistas en
fobia social.

En algunas ocasiones el paciente acude a la consulta de un psicólogo y


de un psiquiatra, completando así un tratamiento mixto con técnicas cognitivo-
conductuales por parte del psicólogo, más tratamiento farmacológico por parte
del psiquiatra.

En la revista "psicologia.com", de acceso gratuito, puedes encontrar


algunos artículos sobre casos de fobia social que han sido tratados con éxito
por especialistas.

http://www.psiquiatria.com/psicologia/vol1num1/art_8.htm

http://www.psiquiatria.com/psicologia/vol2num1/art_8.htm

http://www.psiquiatria.com/psicologia/vol2num2/art_7.htm
En la Revista Electrónica de Motivación y Emoción, también de acceso
gratuito, podemos leer otro artículo sobre ansiedad social en jóvenes:
Reducción de la ansiedad a través del entrenamiento en habilidades sociales.
En este caso se trata de un programa de entrenamiento en habilidades sociales
aplicado a un grupo de personas. El resultado del tratamiento también fue un
éxito, tal y como muestran los resultados de los tests que se aplicaron a los
participantes.

http://reme.uji.es/articulos/airuai462031198/texto.html

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo distintos especialistas han


resuelto el problema de fobia social, o de ansiedad social, de personas que
estaban afectadas por este problema. Por lo tanto, podemos afirmar que la
fobia social se cura. Ahora bien, hay que resaltar que es necesario utilizar las
técnicas y procedimientos que se describen en estos artículos. Además, el
proceso terapéutico debe estar guiado por un especialista.

La SEAS agrupa a especialistas en ansiedad y estrés (psicólogos,


psiquiatras, médicos, farmacólogos, biólogos, pedagogos, etc.) Uno de los
objetivos de la SEAS ayudar a los profesionales y a los científicos que trabajan
en ansiedad y estrés a mejorar su formación, su puesta al día, su intercambio
de conocimientos, etc. Pero la SEAS también tiene como objetivo ayudar a
trasmitir información a la sociedad en general, al gran público, y muy
especialmente a las personas que tienen problemas de ansiedad y estrés. En
muchas ocasiones las personas que reciben nuestra información nos solicitan
la dirección de un especialista. No todos los miembros de la SEAS son
profesionales del ámbito clínico, pero en las grandes ciudades sí que podemos
facilitar el contacto con algún especialista en fobia social, o en otros trastornos
de ansiedad.

¿Qué papel pueden desempeñar los grupos de auto-ayuda en la curación


de la fobia social? Los grupos de autoayuda pueden ser útiles, pero nunca
pueden sustituir a un especialista en ansiedad.

Los grupos de autoayuda pueden ser útiles para mejorar la motivación de


una persona con fobia social en la búsqueda de una solución a su problema,
pero pueden ejercer el efecto contrario en un momento dado (que se
desmoralicen muchos individuos del grupo, por ejemplo tras una recaída de
uno de los individuos) si no hay un especialista.

Los grupos de autoayuda pueden servir para trasmitir información, pero si


no hay un especialista, el grupo de autoayuda puede trasmitir también
información que no es correcta y que perjudique a los miembros del grupo. Un
especialista ha estudiado muchos años y no deja de hacerlo nunca.

Los grupos de autoyuda pueden ayudar a que los individuos realicen


exposición a situaciones sociales (uno de los componentes básicos de los
tratamientos eficaces contra la fobia social), pero no todas las exposiciones
(interacciones sociales en este caso) reducen la ansiedad. Esto es algo que
debe ser dirigido también por un especialista.

Por último, los grupos de autoayuda pueden facilitar la disminución del


malestar psicológico al compartir con otras personas las dificultades propias y
tomar conciencia de que uno no es el único que sufre este trastorno, ni es tan
raro.

Por todo ello, no podemos recomendar a los grupos de autoayuda en


trastornos de ansiedad como una solución eficaz para resolver un problema de
ansiedad. Estaríamos engañando a las personas que nos piden ayuda. Ahora
bien, si una persona que está en manos de un especialista quiere desarrollar
también algunas actividades en un grupo de autoayuda, sin duda, le será muy
útil. Así mismo, si una persona no tiene posibilidad real de acceder a un
tratamiento con un especialista, pues también será mejor un grupo de
autoayuda que la nada. Pero esta persona debería seguir buscando un
tratamiento eficaz. En cierto sentido, podríamos comparar los grupos de
autoayuda con el ejercicio físico, pues en ambos casos se trata de actividades
buenas para la salud y en concreto buenas para los trastornos de ansiedad,
pero ninguna de las dos son técnicas eficaces de tratamiento.

Si yo tuviera un cáncer, pienso que me sería muy útil en algunas


ocasiones (no siempre) hablar con otras personas que tienen un problema
similar. La búsqueda de apoyo social es algo muy bueno para cualquier
persona con problemas de salud. Pero nunca se me ocurriría pensar que eso
es todo lo que puedo hacer por mi salud. Sin duda, buscaría a un buen
oncólogo, me pondría en sus manos, si tengo dudas lo contrastaría con otro
especialista, buscaría información sobre tratamientos, y por supuesto
procuraría ponerme en manos del mejor especialista. Por supuesto, al hablar
de "especialista", me refiero a un especialista científico, nunca una persona que
me prometa milagros. La ciencia tiene sus limitaciones, pero ha salvado
muchas vidas y puede ayudar a mejorar otras. Las curas milagrosas, casi
siempre resultan ser engaños.

Desde hace unos años, dentro de la Asociación de Psicólogos


Americanos, ha surgido un grupo de trabajo que pretende fomentar la
investigación y difusión de los llamados "tratamientos empíricamente
validados". Son los tratamientos que han demostrado científicamente ser
eficaces para curar un determinado trastorno, como por ejemplo la Fobia
Social. Uno de los objetivos de este grupo de trabajo es fijar un consenso a
nivel de expertos, investigadores y profesionales, sobre cuáles son las técnicas
concretas que curan un determinado problema. Si deseas consultar esta
información busca "empirically validated treatment", en cualquier buscador de
Internet.

He consultado la página web de vuestro grupo de autoayuda (www.fobia-


social.es.vg) y veo que estáis desarrollando una buena labor de recopilación de
información y de difusión de la misma. Os felicito por ello. Si la hubiera
consultado antes, podría haberme ahorrado gran parte de la información que te
envío. También veo que ofertáis una serie de actividades que implican
interacción social, y también os felicito por ello. Pero también te reitero una vez
más que los trastornos de ansiedad se curan, con técnicas cuya eficacia ha
sido científicamente probada, y que existen especialistas que conocen estas
técnicas y pueden curar estos trastornos. ¿Por qué sólo dedicáis un párrafo al
tratamiento psicológico de la fobia social y otro párrafo al tratamiento
farmacológico? ¿Por qué hay tan poca información sobre los tratamientos que
curan la fobia social? ¿Desconfiáis de la eficacia de los tratamientos? Pienso
que como grupo de autoayuda podéis hacer una gran labor difundiendo más
información sobre los tratamientos que son eficaces y animando a la gente a
que se ponga en tratamiento. ¿Es que los grupos de autoayuda no
recomiendan que sus miembros sigan un tratamiento eficaz? Yo pienso que
deberían hacerlo. Deberían informar y deberían intentar persuadir, convencer,
para buscar soluciones eficaces.

En fin, Juan Antonio, estas palabras no pretenden ser una crítica a vuestra
labor, que me parece muy bien que la hagáis, sino en todo caso lo que quieren
es estimularos para que hagáis un poquito más, poniendo un mayor acento en
los tratamientos eficaces. En esa línea podréis contar siempre con nuestro
apoyo. En nuestra página web (www.ucm.es/info/seas/) hemos incluido
información sobre la fobia social y otros trastornos de ansiedad: síntomas,
diagnóstico, casos, preguntas y respuestas frecuentes, etc. Esperamos poder
seguir incorporando nuevos contenidos y os rogamos que pongáis un enlace a
esas páginas, pues pensamos que pueden ser útiles a las personas que
padecen fobia social. También quiero ofrecerte nuestro apoyo y colaboración.
Como Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS),
uno de nuestros objetivos fundamentales es ayudar a que en nuestra sociedad
los profesionales estén bien formados, los pacientes estén bien informados, y
ambos sepan donde ponerse en contacto. Por lo tanto, cualquier labor
preventiva, curativa o paliativa sobre los problemas de ansiedad siempre
recibirá nuestro apoyo.

Para cualquier cosa que necesitéis no dudes en consultarnos.

Un abrazo

Antonio Cano Vindel

Presidente de SEAS

______________________________

Dr. Antonio Cano Vindel

Facultad de Psicología

Universidad Complutense de Madrid

28223 Madrid

Tel: (+34) 91-394.31.11

Fax: (+34) 91-394.31.89

E.Mail: canovindel@psi.ucm.es

http://www.ucm.es/info/seas/

CASO DE FOBIA ESPECIFICA:

1) Buenas noches.
Mi nombre es Lola. Tengo 40 años. Trabajo como técnico en una
multinacional. Estoy casada y tengo dos hijos de 4 y 7 años.

Me gustaría que me ayudasen a solucionar algunos problemas que soy


incapaz de resolver por mi misma:

1º Miedo a volar: por motivos de trabajo me veo obligada a coger aviones


con bastante frecuencia, pero desde hace algunos años este
medio de transporte me produce mucha inseguridad, lo que ha reducido
considerablemente mi calidad de vida. ¿Existe algún método efectivo
para eliminar este problema?.

2º Por mi carácter o mi educación, tiendo a ver siempre los aspectos


negativos de las cosas por encima de los positivos, lo que me conduce a
un estado de infelicidad casi permanente. ¿Como podría aprender a
ver "el vaso medio lleno"? ¿Me pueden recomendar algún libro que me
haga reflexionar sobre este asunto?

3º Trabajo demasiado (en mi empresa y en mi casa), con frecuencia estoy


estresada, soy excesivamente perfeccionista, me creo indispensable para
los que me rodean, todo me da miedo, nunca estoy relajada, mi carácter
es a veces desagradable, no tengo calidad de vida, en definitiva, vivo
con una continua insatisfacción. ¿Existe algún libro que me pueda
ayudar?

Por otro lado, según su experiencia, ¿creen que los problemas que les
apunto se pueden solucionar únicamente con la ayuda de libros o sería
más aconsejable acudir a un profesional?

Les doy las gracias de antemano por su ayuda.

Lola

CASO DE ESTRÉS

1) Me dirijo a Uds. para consultarles sobre mi situación, ya que desde hace un


año a esta parte, sufro una serie de trastornos que me preocupan y que me han
perjudicado en gran medida en mi calidad de vida.

Les cuento que tengo 42 años, soltero, fumo 1 paquete de cigarrillos por día,
no hago ningún deporte (a veces bicicleta), y mi trabajo es de gran
responsabilidad por lo que me han afectado en gran medida en el normal
desarrollo de mi vida diaria.

Mis síntomas, de acuerdo a mi entender, son irritabilidad, cansancio (duermo


8 horas diarias pero sigo cansado), no tengo ganas de salir (incluso el año
pasado pude irme de vacaciones fuera de España y no tuve ganas), amargura,
ya no me río como antes, etc.

Creo que les he dado una idea de mi problema y lo que siento y espero que
con eso puedan darme algunas pautas para poder superar este problema.

Muchas gracias.

(Mucha responsabilidad que lleva a: cansancio, irritabilidad, malhumor,


apatía, insomnio)

2) Estimados señores/as:

Como Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, desearía


me informaran de los posibles tratamientos y consejos para el siguiente caso:

Varón de 36 años, con trabajo de responsabilidad. Desde hace unos meses


no puede conciliar el sueño normalmente (8 horas), debiendo tomar una tisana
y, algún que otro día, una pastilla antes de acostarse de 1 mg de O. Se acuesta
a las 23:00 y se despierta a las 5:30 - 6:00, con un sobresalto, no pudiendo
retomar el sueño. A medio día se encuentra cansado, agotado. Es algo
nervioso y le gusta trabajar rápido y obtener resultados a la primera. Muy
buen trabajador, pero sus jefes son un desastre y la organización del trabajo
deja mucho que desear.

Desearía me dijeran que consejos tendría que seguir para recuperar mi normal
ritmo de pernoctación. Reciban un cordial saludo.

(Trabajo con mucha responsabilidad que produce insomnio y


agotamiento)

3) Hola:

El motivo de mi carta es porque necesito ayuda y no sé donde dirigirme.


Tengo 27 años, hace dos meses mi Doctora de cabecera me recetó "T. 0.5"
(medio comprimido tres veces al día) porque padecía una ansiedad que me
bloqueó y no podía ni trabajar ni estudiar. El problema de mi ansiedad es el
estilo de vida que llevo y las presiones que tengo desde los últimos meses.

Vivo en Madrid (desde hace dos años) pero trabajo en Toledo (tengo una
tienda de regalos) y ahora también estoy estudiando.

Me levanto a las 7:00, voy de Madrid a Toledo en el tren de las 8:00, abro la
tienda a las 9:00, la cierro a las 13:00, voy a comer y vuelvo a Madrid en el
tren de las 13:35. Empiezo las clases a las 15:00 y las termino a las 21:00, voy
a casa, ceno y a dormir.
Por las tardes y los fines de semana abre la tienda mi madre (vendemos prensa
y tenemos que abrir los domingos). Durante las vacaciones de Navidad,
Semana Santa y verano, no tengo clases pero trabajo en la tienda, y hay algún
fin de semana que también trabajo (para que mi madre descanse).

En Junio acabaré las clases, en Julio me caso, en Agosto me voy de viaje de


novios (será la primera vez en seis años que haré un mes seguido de
vacaciones) y en Septiembre le traspaso la tienda a mi tía, y por fin, buscaré
trabajo en Madrid!

Sé que cuando termine de estudiar y trabaje en Madrid, todo será distinto,


pero ahora, tengo mucha presión por todas partes: llevar el negocio, preparar
los trámites para el traspaso, enseñarle a mi tía como funciona todo, y además,
aprobar los exámenes!

Me quedan siete meses con este ritmo de vida y sé que no podré soportarlo.
Aunque la doctora me dice que la medicación que me estoy tomando es muy
poca y la podré dejar cuando quiera, no quiero estar siete meses más tomando
ansiolíticos!

Necesito la ayuda de un especialista que me ayude a controlar mi estrés!


Me gustaría que me informaran sobre: especialistas que traten mi problema
(en Madrid), cuanto dinero me puede costar la consulta de un psicólogo y si
existen recursos gratuitos donde puedan atenderme.

Agradecería una respuesta rápida. Muchas gracias:

Manuela.

(Exceso de actividad que termina en bloqueo)

4) En primer lugar saludarles y agradecerles de antemano que se molesten en


leer este correo.
Soy un trabajador de una empresa de transporte urbano de viajeros. Hace unos
dos meses tuve que abandonar el trabajo con mareos debidos a una subida de
tensión. Mi médico de cabecera me diagnosticó un cuadro de ansiedad
generalizada, se me remitió al cardiólogo por padecer taquicardias, a las que
yo no había dado importancia anteriormente, sin encontrar nada.

Después de esto he intentado leer e informarme todo lo posible sobre el tema,


porque la verdad estoy bastante preocupado, llegando a la conclusión de que
los motivos de mi ansiedad son en un 98% producidos por las condiciones de
mi trabajo: horarios irreales que han de cumplirse entre el trafico urbano,
presión por parte de la empresa para que estos se lleven a cabo,
enfrentamientos de los usuarios con los conductores (en ocasiones muy
fuertes) por los retrasos y el mal servicio prestado, deterioro de las
condiciones de trabajo sin que se tomen ningún tipo de medidas etc.

Agradecería que me aconsejaran qué medidas debo tomar para evitar posibles
complicaciones que puedan surgir pues la solución de abandonar el trabajo no
es factible para mí, por lo menos de momento.

¿Que efectos secundarios me puede acarrear si esta situación continúa, qué


puedo hacer para resolverlo, tipos de terapias etc.?

¿De verdad somos tantos los que padecemos este problema?

No se si debería de facilitar algunos datos: tengo 30 años y soy una persona


sana, casado con una hija y una vida normal.

Muchas gracias de antemano y un saludo

Julio

(Exceso de presión (prisas, atascos, quejas del público, etc.) que terminan
con mareos, hipertensión, taquicardias, etc.)

5) Estimados Señores SEAS:

Mi problema es que estoy ansiosa de embarazarme y no puedo, mi Doctor me


dice que mi prolactina ya está controlada, sin embargo, no me embarazo hasta
ahora, una psicóloga Argentina me habló algo de estrés y ansiedad por quedar
embarazada que quizás eso era el impedimento, pero yo necesito saber o
encontrarme a mi misma y saber si sufro de estrés.

Es cierto que mi país está atravesando por una crisis terrible, hay problemas
en el trabajo,... quiero un hijo,...
¿Como saber si tengo estrés o ansiedad?, ¿existe algún test donde pueda yo
saber si mi problema se debe a esto?

Soy madre de dos niñas, perdí un tercer bebe por el cordón enredado en el
cuello a los 6 meses de embarazo, tengo 34 años y estoy deseando un tercer
hijo.

(Deseo vehemente de ser madre que provoca infertilidad)

Otros problemas en los que la ansiedad juega un papel importante o está


presente

 Trastorno del estado de ánimo: Depresión

Estimados señores:

He conocido de su existencia gracias a Internet y me gustaría hacerles


una consulta porque estoy absolutamente desesperada. Si el asunto no
les correspondiera a Vds. ruego me remitan a alguien que pueda
ayudarme. Gracias.

Tengo un hermano de 38 años con una depresión declarada desde hace


4. El problema es que pese a los cambios de médico no mejora. Sigue
mirando fijamente al techo y únicamente habla para decir que quiere
morir (ha tenido repetidos intentos de suicidio).

Hace siete meses, su mujer se cansó de la situación y se separaron, con


lo que ahora vive con nosotros. Así pues, al problema de la depresión se
suma el de una separación matrimonial que él no acepta bajo ningún
concepto. El medico dice que es normal, pero es que encuentra hasta
normal los repetidos intentos de suicidio.

Por otra parte, él tiene una fobia al trabajo. Es un gran trabajador y un


tremendo perfeccionista, pero hace dos años la empresa de decoración
en la que trabajaba cerró y se convirtió en un electricista de obra. Eso
hace que cuando tiene que ir a trabajar empiece a temblar, a sudar, a
paralizarse, etc. Lo llevamos al psicólogo y mejoro un poco. Ahora está
de baja por decisión propia, pero él mismo tiene miedo a que le vuelva
a pasar lo mismo.

Estamos continuamente mostrándole nuestro afecto pero tenemos


miedo porque no lo vemos progresar. Les rogaría encarecidamente que
nos orientasen porque, francamente, ya no sabemos que hacer.
Agradeciendo de antemano su ayuda, se despide atentamente

María del Mar G.

 Tartamudez

En primer lugar gracias por su atención. Tengo 36 años, soy varón y


desde hace aproximadamente 10 años padezco (al menos eso me
diagnosticaron) de Ansiedad Generalizada (a veces, el especialista,
habló de neurosis obsesiva).

Durante este tiempo, y de modo intermitente, he sido tratado con


ansiolíticos. En la actualidad sigo en tratamiento (con L.), y creo que su
acción ansiolítica esta dejando de serme efectiva, aunque al intentar
reducir la dosis (me medico con este fármaco desde hace
aproximadamente un año de manera ininterrumpida) tengo serios
problemas de conciliación de sueño, de concentración e incluso
problemas psicosomáticos como mareos, opresión en el pecho, etc.

Mi problema de ansiedad o neurosis lo manifiesto generalmente en las


relaciones interpersonales (no obstante, no creo que sea un problema de
timidez), y mas concretamente, en la comunicación oral. En principio,
no tengo problemas ni temor en relacionarme con los demás. Desde
niño tuve tendencia a hablar rápido, y a "atrancarme" al hacerlo, no
dando mayor importancia al hecho.

De adulto, y desde hace aproximadamente este tiempo (10 años), el


hecho de "tartamudear" moderadamente me fue preocupando cada
vez mas, hasta crearme un verdadero conflicto por ello.

Un ejemplo: "Un día al hablar tengo dificultad al pronunciar el numero


"cero", deteniéndome incomprensiblemente en la "c" (cccccccccero).
Pues bien, en días, semanas e incluso meses posteriores al hecho,
siempre que necesité utilizar ese palabra (numero) tuve dificultades de
pronunciación, surgiendo, creo, de mi subconsciente el recuerdo del
momento en el que no fue posible pronunciar bien, y volviendo, de
nuevo incomprensiblemente, a pronunciarlo mal.

Creo que esto se convierte en una obsesión, y me obsesiono, valga la


redundancia, con aquellas palabras que me ocasionaron problemas al
pronunciarlas, por lo que intento evitar su uso, y cuando decido hacerlo,
para enfrentarme al hecho ya que lo considero del todo ilógico, la
mayoría de las veces vuelvo a tener las mismas dificultades. Esto hace
que me sienta mal, inseguro e incapaz de hacer algo tan elemental
como hablar, y la verdad, me atormenta.

No estoy seguro de si con lo relatado será suficiente para hacerse una


idea de cual es mi problema, pero creo que no debo extenderme mas.

Resido en Salamanca, trabajo en administración de empresas y les


agradecería enormemente que contactasen conmigo al objeto de
informarme sobre mi enfermedad y sus posible soluciones.

En espera de ello, reciban un afectuoso saludo.

Hola, soy Carlos, tengo 29 años.

Les escribo porque tengo un problema de tartamudez, más concretamente una


disfemia tónico clónica, que en algunas ocasiones hace que lo pase bastante
mal.

Mi mayor problema es con el teléfono, como ya se supondrán, donde


prácticamente soy incapaz de articular palabra.

Después de tantos años sufriéndolo y de haber acudido a psiquiatras,


psicólogos, foniatras, etc... y mientras duraban los tratamientos, mejoraba en
cierta medida, pero a la hora de relacionarme realmente en la vida cotidiana,
todo volvía a lo mismo.

No sé como orientar mi auto-mejoramiento, y me gustaría que me indicasen


qué puedo hacer.

Gracias por su atención y un saludo.

 Ansiedad de evaluación (en los exámenes)

Hola, soy Santiago y les quería contar acerca de un problema que tengo
hace muchos años, más exactamente desde que comencé la Universidad
(la cual no pude terminar) y aún persiste. Mi problema es que no puedo
dar un examen.

Me empiezo a sentir mal varios días antes, siento temor a no poder


resolver los ejercicios correctamente, me cuesta concentrarme para
poder estudiar, me desespero pensando que no me va a alcanzar el
tiempo para prepararme, y cuando estoy en el momento del examen me
paralizo. No me acuerdo de nada de lo que estudié y me agarra algo
parecido a una sensación de querer irme sin escribir ni una sola palabra.
Cuando me voy me siento aliviado, aún cuando se que rendí mal y que
eso me atrasa en mi carrera. Pero aún así me siento aliviado. He tenido
que dar un examen varias veces, no porque no sepa o porque tenga
problemas de aprendizaje, sino porque la primera vez me he quedado
paralizado o no he podido prepararme correctamente por falta de
concentración.

También a veces me ocurre, fuera de períodos de exámenes, que estoy


leyendo algo y luego de leerlo no recuerdo datos importantes de lo que
leí, como si hubiera estado distraído.

Me gustaría que me digan a qué responden estos síntomas que les he


contado y si todo esto tiene alguna solución. Desde ya les agradezco
mucho el tiempo dispensado. Santiago..

 Ansiedad de evaluación (al hablar en público)

Muy sres. míos: quiero comentarles mi problema. Vengo padeciendo


desde hace aproximadamente 13 años, tengo 45, reacciones de ansiedad
horribles cuando me enfrento a situaciones en las que requiere hablar
en publico. He acudido a un psicoanalista que se remontó a mi niñez
buscando culpables en el entorno familiar. He realizado cursos de
oratoria con resultados bastante satisfactorios que me permitieron
afrontar reuniones y exposiciones en el trabajo con bastante éxito. Sin
embargo cuando creía que el problema estaba superado llegaron
recaídas. Acudí a un homeópata. En este caso tuve también una
sensación de mejora pero duró muy poco, y de nuevo ahora me
encuentro con la desagradable situación de pánico cuando me enfrento
a un público que me observa en espera de mis palabras.

No tengo problemas de relaciones sociales ni de agorafobia. Salgo con


amigos, tengo familia y en general este problema no se manifiesta en
situaciones normales, es decir, fuera de las laborales o académicas. El
problema sin embargo me está impidiendo un desarrollo profesional, no
solo por impedir una mejora en mi actual trabajo, sino lo que es peor
porque me impide cambiar e ir en la dirección que deseo. Leyendo en
su página web, situaría mi caso en el de FOBIA SOCIAL
ESPECIFICA.
Voy a ponerles un ejemplo para que se pueda apreciar mejor el
problema. Cuando estoy realizando un curso, si el profesor dice algo así
como "luego cada uno tiene que exponer su opinión", desde ese
momento pierdo la concentración. Mi única preocupación es salir
airoso del futuro trance. Si estamos hablando de hacer algún pequeño
comentario desde la propia silla y aunque haya pocos compañeros de
curso, cuando llega el momento de hablar yo las manos me tiemblan de
tal manera que prácticamente me impiden coger el papel, mis ideas se
bloquean y mi voz, producto del nerviosismo, sale entrecortada y las
ideas, repito, se reducen al mínimo.

Se que es normal cierto grado de ansiedad al hablar en público, sin


embargo, lo que a mí me sucede es desmesurado y se escapa totalmente
de mi control. Además, siguiendo este último caso, debo comentar que
el resto de alumnos son mucho mas jóvenes que yo, es decir, no hay
una autoridad que podría, como en otros casos, influirme
negativamente. Tampoco el tema sobre lo que hay que hablar tiene
mayor trascendencia, ni se trata de una oposición, ni nada parecido, lo
que agrava todavía mas la sensación de ridículo que siento cuando me
comporto de esa manera.

En otra ocasión, incluso con familiares observándome en el ordenador,


se ha producido ese pánico que ha hecho que mis manos temblaran. El
mismo caso se produce en reuniones de trabajo o cuando tengo que
realizar una entrevista de trabajo. Repito que entendería algún tipo de
nerviosismo, pero que esto se escapa de lo que se puede entender por
normal.

Me gustaría que me dijeran hacia donde debo encaminar la búsqueda de


ayuda: conductual, psicólogo, psiquiatra, etc., libros recomendados.
Aunque he leído bastantes, el problema es que se trata de algo bastante
específico. Creo que sólo puedo llegar a mejorar mi tensión y a
encontrar técnicas que me permitan enfrentarme al problema mejor,
pero llego a pensar que no puedo llegar a vencer realmente esta
situación, que hace que no pueda avanzar. Vivo en Valencia.

Muchas gracias

 Trastornos de la alimentación
1)Hola:

Acabo de encontrar su dirección en Internet, espero que puedan


ayudarme y les agradezco el tiempo que me dedican.

Soy una chica de 20 años, llevo unos 3 o 4 años con trastornos de la


alimentación. Nunca he ido a un medico o especialista, así que no sé
exactamente lo que me pasa, pero por lo que puedo deducir, es lo
siguiente.

Creo que comencé con una especie de anorexia nerviosa restrictiva,


que posteriormente pasó a ser purgativa, alternándose luego etapas en
las que los síntomas de anorexia y bulimia se sucedían sin padecer
todos los de alguna completamente.

En estos momentos estoy consiguiendo salir de esto con mas fuerza que
nunca y me gustaría poseer la máxima información sobre lo que debo
hacer para terminar de lograrlo.

Hace mas de un mes que no vomito, mi dieta es muy reducida (ej. un


yogur y una manzana, si hago ejercicio) pero nunca del todo como en
otras épocas, cada día ingiero algo.

Estoy algo asustada pues recientemente tuve los siguientes síntomas:


mayor pérdida del pelo, pérdida de dos muelas, fuertes pinchazos cerca
del corazón (en el pecho), pérdida de la menstruación, fuertes pitidos en
los oídos, aparte de los desmayos y mareos a los que ya estoy
acostumbrada.

Ojalá puedan ayudarme, por si les es de ayuda les diré que mido 171 y
peso 56 Kg., lo que se podría considerar normal, pero como se pueden
imaginar la imagen que yo veo no es la misma, y es entender que tus
ojos te engañan en ciertos momentos.

Muchas gracias por su tiempo.

Atentamente;

2) UN CASO DE BULIMIA

Una lucha contra mí misma. Creo que esa sería mi respuesta a la pregunta
"¿qué es para ti la bulimia?" Una encarnizada, cruel y continua lucha contra
mi cuerpo, del que me hubiese gustado liberarme en ciertos momentos de mi
vida, dado el alto grado de odio que sentía hacia él. No podía verlo reflejado
en un espejo. Los espejos eran una de las tropas aliadas de mi enemigo, tropas
que yo creía haber logrado reducir cubriéndolos hábilmente con fotografías.

Pero sin duda mi enemigo más acérrimo era la comida. Pensaba que comer sin
engordar era un privilegio reservado a unos pocos, entre los que yo no me
hallaba. Estaba convencida de que incluso el aire que respiraba ayudaba a
incrementar mi peso.

Por esta razón apenas me permitía comer, pues se había convertido en una
especie de delito. Así la hora de la comida llegó a ser un calvario, calvario que
se hacía todavía más duro si tenía que comer en público. Nada me resultaba
más abyecto que tener que sentarme en una mesa y comer rodeada de gente.
Tenía la sensación de que todo el mundo me miraba y pensaba: "¿cómo se
atreve a comer con lo gorda que está?". Por supuesto comencé a evitar este
tipo de situaciones; pero no sólo ésta sino también muchas otras ya que el
sentimiento de culpa que me provocaba haber comido y la obsesión por las
calorías y por mi imagen ocupaban mi cabeza casi veinticuatro horas al día,
dejándome muy poco tiempo para algo muchísimo más importante: mi vida.

Pasaba los días pensando lo gorda que estaba, buscando modos de adelgazar...

Tenía que huir de la comida y de los kilos a toda costa.

Me era más grato pensar en la muerte que en estar gorda. Cada gramo de mi
cuerpo era un poco más de odio hacia mí.

El plan que había trazado era perfecto: comer lo menos posible, cuanto más
'light' mejor y hacer deporte. No tardó mucho en truncarse la perfección de mi
plan, después de pasar tanta hambre por mis frugales y exiguas comidas,
llegando incluso a sentirme débil, corría al frigorífico para engullir cualquier
cosa. En aquel momento todo me daba igual, sólo podía pensar en comer,
comía muy deprisa, casi sin masticar y temiendo ser vista por alguien.

A continuación venía la peor parte: la culpa, era enorme. Como no podía


mirarme al espejo, no cesaba de imaginar mi cuerpo totalmente deformado por
los kilos que acababa de adquirir. Me sentía tan mal, tan hundida, tan sucia...
Me quería morir. En esos momentos creía haber tocado fondo, ya nada me
importaba, seguía comiendo, "¿qué más da ya?, ¿se puede caer más bajo?"

Poco a poco dejé de salir. Me producía una terrible vergüenza que la gente me
mirase, además, estaba tan deprimida que no tenía ganas de nada. No quería
estar con nadie y suponía que a nadie le apetecería estar conmigo. Tenía la
equivocada idea de que nada iban a valorar los demás en mí excepto mi
cuerpo, al que yo maltrataba y vejaba continuamente porque me resultaba
nauseabundo.

Durante una temporada dedicaba casi la totalidad de mi tiempo a odiarme, mi


mente estaba demasiado ocupada con eso como para desarrollar cualquier otra
actividad (leer, estudiar...)

No era capaz de salir de copas, ni de ir a la playa, ni de tiendas...cualquier


exposición pública de mi físico me aterraba. Tenía un miedo atroz a las
miradas de la gente, sin darme cuenta de que la más cruel era la mía. Yo era
mi más acerbo juez.

Consecuentemente mi vida social y familiar se vieron muy negativamente


afectadas por mi nueva situación y mi decisión de atrincherarme en mi casa y
no querer salir.

Mi familia se preocupaba e intentaba ayudarme al igual que mis amigos, a


todos los rechazaba. Pensaba que lo hacían por conmiseración y no porque
realmente me quisieran. Era imposible que alguien encontrase algo bueno en
mí y me quisiese. Era un saco de defectos, pero sobre todo, estaba gorda y este
hecho anulaba toda posibilidad de resultar agradable.

Finalmente, obligada por mi familia, acudí a un psicólogo, idea que en un


principio no me simpatizó en absoluto, pero tenía un problema y tenía que
encararlo. Además las tareas que me proponía me parecían descabelladas e
irrealizables.

En primer lugar debía cambiar mi rutina diaria, tenía que salir, relacionarme
con gente...Estas cosas a las que todos estamos acostumbrados y realizamos
sin reparar en ellas para mí supusieron un gran esfuerzo y algunos lloros, pero
me ayudaron a convencerme de que nadie me rechazaba por estar gorda, a
darme de que mi cerebro no engordaba ni adelgazaba, yo era la misma, mi
personalidad no mudaba según mi peso. La gente seguía apreciándome!

Creo que ese fue el paso más importante, pero no bastaba con eso, continué
ampliando mis salidas y empezaba a pasármelo bien y a disfrutar de nuevo
charlando con mis amigos, logrando desterrar de mi cabeza: kilos, calorías,
peso...(al menos durante unas horas).

Claro que lo de comer en público no era tarea fácil. Me sentía en la obligación


de pedir el plato más ligero y, por supuesto, nada de postres. Con lo que volvía
al círculo vicioso de comer poco, pasar hambre y vuelta al atracón.

Había aprendido algo importante pero todavía me faltaba algo fundamental:


comer no es pecado. Y a pesar de que vivimos en la era de la estética (o de la
obsesión por la estética) no debía ser una esclava de la báscula y 'permitirme
el lujo' de vivir, disfrutar de la comida y sus sabores igual que de los olores,
sonidos o imágenes agradables.

Creo que preocuparse por la apariencia está bien, pero si no eres feliz y no
puedes aderezarla con una sonrisa, ¿para qué sirve?
Tratamiento psicológico de los trastornos
de ansiedad
Dr. Antonio Cano Vindel
Presidente de SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el
Estrés)

En esta página recogemos una serie de trabajos publicados sobre


"tratamiento psicológico de los trastornos de ansiedad", así como sobre otros
problemas en los que la ansiedad juega un papel importante. Por último,
aparecen también algunas referencias a "técnicas de reducción de ansiedad".

A. TRASTORNOS DE ANSIEDAD

1. Nuevas aportaciones en la evaluación de los trastornos de ansiedad

 "La evaluación de los sesgos cognitivos en los trastornos de ansiedad"

2. Tratamiento de la fobia social

 Artículos sobre casos de fobia social

- "Intervención en fobia social: caso clínico"

- "Evaluación y tratamiento cognitivo-conductual de un caso de fobia


social"

- "Perspectivas cognitivas en el tratamiento de la fobia social: estudio


de un caso clínico"

 Artículos sobre ansiedad de evaluación y ansiedad social

- "Ansiedad de evaluación e interpersonal"


- "Intervención cognitivo-conductual en los problemas de ansiedad de
evaluación. Tratamiento de un caso"

- "Eficacia del tratamiento cognitivo-conductual en la ansiedad de


evaluación"

- "Intervención cognitivo-conductual en un caso infantil de ansiedad de


evaluación"

 Programa de entrenamiento en habilidades sociales

- "Reducción de la ansiedad a través del entrenamiento en habilidades


sociales"

3. Tratamiento de la agorafobia

 "Tratamiento conductual de un caso de agorafobia"

 "La hiperventilación como método de exposición interoceptiva en el

tratamiento del trastorno de pánico"

 "La naturaleza y el tratamiento del trastorno de pánico con agorafobia"

 "Doce sesiones de tratamiento cognitivo-conductual en un caso de

trastorno de pánico con agorafobia"

4. Tratamiento de la ansiedad generalizada

 "Aplicación de técnicas cognitivo-conductuales en un caso de ansiedad

generalizada"
 "Tratamiento cognitivo-conductual de un caso de trastorno de ansiedad

generalizada"

5. Tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo

 "Tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo desde las nuevas


perspectivas cognitivas: estudio de un caso"

6. Tratamiento del trastorno por estrés postraumático

 "Reestructuración cognitiva: un caso de estrés postraumático"

7. Prevención

 "Escuela de padres: un programa de modificación de la conducta


infantil"

8. Tratamientos psicológicos eficaces (empíricamente validados) para


diferentes trastornos de ansiedad (número monográfico de la revista
Psicothema):

 trastorno de pánico (Botella, 2001)


 agorafobia (Bados López, 2001)
 trastorno de ansiedad generalizada (Capafons, 2001)
 trastorno obsesivo compulsivo (Vallejo Pareja, 2001)
 fobias específicas (Capafons Bonet, 2001)
 trastorno por estrés postraumático (Báguena Puigcerver, 2001)

B. OTROS PROBLEMAS EN LOS QUE LA ANSIEDAD JUEGA UN PAPEL


IMPORTANTE

1. Trastornos digestivos
 "Intervención en un caso con enfermedad de Crohn"

2. Trastornos cardiovasculares

 "Intervención psicológica en mujeres menopáusicas con hipertensión"

 "Trabajando con el corazón: el aporte de la psicología al estudio y

rehabilitación del infarto de miocardio"

3. Obesidad

 "Entrenamiento en control emocional en obesidad mórbida"

 "Obesidad e ingesta emocional"

4. Tratamientos psicológicos eficaces (empíricamente validados) para otros


trastornos relacionados con ansiedad (número monográfico de la revista
Psicothema):

 hipocondría (Fernández Rodríguez y Fernández Martínez, 2001)


 trastornos del comportamiento alimentario (Saldaña, 2001)
 trastornos de adicción (Secades Villa y Fernández Hermida, 2001)
 disfunciones sexuales (Labrador y Crespo, 2001)
 depresión (Pérez Álvarez y García Montes, 2001)

C. TÉCNICAS DE REDUCCIÓN DE ANSIEDAD

1. Revista "Ansiedad y Estrés"

 Número Monográfico doble: "Técnicas de reducción de ansiedad".


Coordinador: Héctor González Ordi

2. Comisiones de trabajo de la SEAS

 Comisión: "Técnicas de reducción de ansiedad".


3. ¿Cuáles son las técnicas de tratamiento más eficaces para reducir la
ansiedad? (FAQ)

4. ¿Qué es lo que estamos relajando con las diferentes técnicas de relajación?

Tratamientos eficaces

Dr. Antonio Cano Vindel

Presidente de SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el


Estrés)

Las primeras investigaciones sobre el éxito de las psicoterapias realizadas con


anterioridad a 1952, hasta entonces de corte psicoanalítico, fueron revisadas
en conjunto por Eysenck (1952/1980, 1992) en su famoso artículo. En esta
revisión, el psicoanálisis (inicialmente desarrollado por Freud y posteriormente
por otras escuelas) no salió bien parado. En términos globales, su efectividad
no superaba el 44 por ciento, y resultaba menos eficaz que el “no tratamiento”.
Era más probable que la gente mejorara sin ayuda que con la ayuda del
tratamiento psicoanalítico (Eysenck, 1952/1980).

En un libro de compilación, Eysenck y Wilson (1980) reunieron un total de


veintiún estudios en los que se ponían a prueba los aspectos troncales del
edificio teórico del psicoanálisis, utilizando una metodología experimental. Se
estudiaban los componentes centrales de la teoría freudiana, como el
desarrollo psicosexual, los Complejos de Edipo y de castración, la represión, el
humor y el simbolismo, la psicosomática y las neurosis, las psicosis y la
psicoterapia (Eysenck y Wilson, 1980). “Los resultados obtenidos a través de
pruebas correctamente diseñadas como éstas y el balance final de la evidencia
contra la teoría fueron desconsoladores para los psicoanalistas” (García, 2003).

“Las travesuras de orden metodológico y epistemológico que cometen a diario


los émulos de Freud no son pocas ni resultan del todo inofensivas” (García,
2003).

Eficacia del Tratamiento con Técnicas Cognitivo-Conductuales

La psicología científica ha desarrollado un cuerpo importante de conocimientos


utilizando el método científico. La aplicación de estos conocimientos
empíricamente validados al área aplicada de la psicología clínica y de la salud
ha permitido el desarrollo técnicas de tratamiento eficaces, que están siendo
sometidas a prueba constantemente. Este cuerpo de investigación se publica
primariamente en las revistas científicas, que utilizan un método de control de
calidad de los artículos publicados. Durante las primeras décadas (años 50 y
60) se desarrollaron las técnicas conductuales o de modificación de conducta.
Más recientemente, este conjunto de procedimientos terapéuticos se han
enriquecido con el desarrollo de las técnicas cognitivas. Hoy en día a este
conjunto de tratamientos se les conoce como técnicas cognitivo-conductuales y
gozan de una buena evidencia empírica (Butler, Chapman, Forman y Beck,
2006).

Por lo general, el tratamiento de los problemas más comunes (trastornos de


ansiedad, depresión) mediante técnicas cognitivo-conductuales produce
mejores resultados que el tratamiento farmacológico. Gracias a la investigación
científica de los últimos años, la terapia cognitivo conductual (TCC) ha
demostrado ser el tratamiento de elección tanto para el trastorno de ansiedad
generalizado (TAG) como para el trastorno de pánico (TP), o trastorno de
angustia (TA) (Hofmann & Smits, 2008; McIntosh et al., 2004; Otto, Smits, &
Reese, 2004; Stanley & Beck, 2000; Task Force on Promotion and
Dissemination of Psychological Procedures, 1993; Yates, 2005).

1. Trastornos de ansiedad

“Barlow (1992), Clark y Salkovskis (1991) y Magraf, Barlow, Clark y Telch(1993)


concluyeron que del 81% al 90% de los pacientes con trastornos de pánico que
recibieron tratamiento cognitivo-conductual se veían libres de síntomas en el
seguimiento entre uno y dos años, frente al 50%, 55% para los pacientes con
ansiedad tratados farmacológicamente, y el 25% que mejoraban recibiendo
terapia de apoyo. Resultados semejantes aparecen en el tratamiento de
pacientes con ansiedad generalizada y fobias sociales (Hollon y Beck, 1993).
Hay un alto índice de éxito del 80%, en pacientes con ansiedad, que estaban
libres de síntomas después de 1-2 años, a menudo acompañado de una
mejora importante en otras dimensiones.” (Meichenbaum, 1997, p. 150).

La evidencia empírica (Barlow, Gorman, Shear, & Woods, 2000; Barrowclough


et al., 2001; Kenardy et al. 2005; Ladouceur et al., 2000; Öst, Thulin &
Ramnero, 2004; Schmidt et al., 2000) demuestra que, tanto en los casos de
TAG como de TP, se alcanzan mayores niveles de eficacia cuando se aplica un
mínimo de 12 sesiones de TCC, de una hora a una hora y media de duración,
llevadas a cabo de forma semanal, aproximadamente durante 3 - 4 meses.

El tratamiento farmacológico puede resultar eficaz a corto plazo. Pero no


debemos olvidar que presenta un número significativamente mayor de recaídas
a largo plazo que la TCC (Margraf, Barlow, Clark, & Telch, 1993; Ost & Westling
1995; Telch et al., 1993). Las benzodiacepinas, por sí solas, parecen tener
efecto sólo a corto plazo en los casos de TAG y no se deberían prescribir
durante más de 2 a 4 semanas (Laakmann et al., 1998). Su uso no está
recomendado en los casos de TP (Rubio & López-Ibor, 2007).
La revista "Ansiedad y Estrés" en el año 2008 ha publicado algunos artículos sobre
tratamiento cognitivo-conductual de casos de personas que sufrían trastornos de
ansiedad, en los que se ofrece información detallada sobre cómo pueden llegar a curarse
estos trastornos:

pánico con agorafobia


fobia social
trastorno de ansiedad generalizada
trastorno obsesivo-compulsivo
trastorno por estrés postraumático

El NICE (National Institute for Health and Clinical Excellence) del Reino Unido
revisa la literatura científica sobre tratamientos eficaces y publica Guías de
Práctica Clínica, en las que se resumen las conclusiones de estas revisiones
sistemáticas

Una de las Guías publicadas por el NICE es "Anxiety: management of anxiety


(panic disorder, with or without agoraphobia, and generalised anxiety disorder)
in adults in primary, secondary and community care"

El Sistema Nacional de Salud español ha publicado la Guía de Práctica Clínica


para el Manejo de Pacientes con Trastornos de Ansiedad en Atención Primaria.
No es una buena guía (véanse los dos enlaces siguientes)

Valoración de esta Guía en InfoCOP online (Colegio Oficial de Psicólogos)

Cartas al Director de InfoCOP sobre la valoración de la Guía. Contestación del


evaluador

2. Depresión

A propósito de la depresión, Hollon y Beck (1993) concluyeron que “los


pacientes en remisión tratados con la terapia cognitiva mostraron un índice de
recaída del 26% versus un 64% de recaídas para aquellos que se trataron con
farmacoterapia” (p. 90).

“Thase, Simons, Calahone y McGeary (1991) informaron que los resultados de


seguimiento a un año indicaban que en pacientes deprimidos tratados con la
terapia cognitiva la tasa de recaídas se redujo a un 30% mientras que las
recaídas en pacientes deprimidos tratados con farmacoterapia eran del 70%. El
índice de recaídas para una combinación entre medicación antidepresiva y la
terapia cognitiva era del 25%, mientras que para la terapia cognitiva a solas el
índice era de un 27%. El tratamiento combinado de terapia cognitiva y
medicación es ligeramente mejor que la modalidad individual (sobre un cuarto
de desviación estándar). En resumen, «hay un efecto duradero para la terapia
cognitiva (de los depresivos) con solamente un índice de recaída (o búsqueda
de tratamiento adicional) del 20% dentro de los primeros 12-24 meses de
seguimiento, comparado con un índice del 50% con el uso único de
farmacoterapia» (Hollon y Beck, 1993, p. 15)” (Meichenbaum, 1997, pp. 149-
150).

The Depression Report (Reino Unido)

El informe conocido como informe sobre depresión (The Depression Report – A


new deal for Depression and Anxiety Disrorders) ha sido elaborado por un
prestigioso grupo de investigación en salud mental, que incluye colaboradores
pertenecientes a algunas de las más conocidas asociaciones y organizaciones
relacionadas con la salud del Reino Unido. En el mismo se denuncia la
situación a la que se enfrentan las personas que sufren depresión, ansiedad
y/o esquizofrenia, ante la dificultad, e incluso imposibilidad, de recibir terapia
psicológica desde los dispositivos habituales de salud (mental y física) en el
Reino Unido.

Tal y como indican los resultados de la investigación, sólo una de cada cuatro
personas con depresión recibe algún tipo de tratamiento y, con frecuencia, éste
consiste en la prescripción de medicación. Los datos contrastan, sin embargo,
con las recomendaciones y directrices propuestas por el Instituto Nacional para
la Excelencia Clínica (National Institute for Clinical Excellence), que asesora al
Ejecutivo británico en materia de sanidad, y que considera, basándose en la
evidencia existente al respecto, que la terapia psicológica es más eficaz que la
medicación y que debería estar disponible para todos los pacientes que puedan
solicitarla.

Seguir leyendo

Actualmente el Reino Unido ha contratado a 3.000 psicólogos para poder


atender estos desórdenes con las técnicas psicológicas basadas en la
evidencia científica, reduciendo así la progresiva medicalización de la salud,
que se está produciendo en este país, en España y en el mundo occidental,
que denuncian los propios médicos de Atención Primaria.

Tratamientos eficaces

En la última década ha surgido un movimiento que promueve el desarrollo y


difusión de técnicas que han sido validadas científicamente. A éstas se les
llama “técnicas empíricamente validadas”. En medicina, unos años antes se
había iniciado un movimiento pionero que buscaba tratamientos eficaces
basados en la evidencia.

La División 12 de la APA (Asociación de Psicólogos Americanos), que es la


División de “Psicología Clínica”, desde 1993 ha puesto en marcha un Task
Force (un Grupo de Trabajo) sobre Promoción y Diseminación de Tratamientos
Psicológicos Eficaces. Chambless, Sanderson, Shoham, Bennett Johnson,
Pope, et al. (1996) realizaron un listado de tratamientos empíricamente
validados para diferentes trastornos mentales, entre los que se incluían los más
frecuentes, como los trastornos de ansiedad, los trastornos del estado de
ánimo, adicciones, trastornos de la alimentación, etc. Este listado continúa
actualizándose. Véase Chambless, Baker, Baucom, Beutler, Calhoun, et al.
(1998), Chambless y Hollon (1998), Chambless y Ollendik (2001). Aunque falta
mucha investigación por realizar, el mayor esfuerzo realizado hasta ahora
corresponde sin duda a las técnicas cognitivo-conductuales. Más del 75% de
las técnicas empíricamente validadas son de tipo cognitivo-conductual.

La revista Psicothema ha publicado un número monográfico sobre artículos de


revisión acerca de tratamientos psicológicos eficaces (empíricamente
validados) para diferentes trastornos:

 trastorno de pánico (Botella, 2001)


 agorafobia (Bados López, 2001)
 trastorno de ansiedad generalizada (Capafons, 2001)
 trastorno obsesivo compulsivo (Vallejo Pareja, 2001)
 fobias específicas (Capafons Bonet, 2001)
 trastorno por estrés postraumático (Báguena Puigcerver, 2001)
 hipocondría (Fernández Rodríguez y Fernández Martínez, 2001)
 trastornos del comportamiento alimentario (Saldaña, 2001)
 trastornos de adicción (Secades Villa y Fernández Hermida, 2001)
 disfunciones sexuales (Labrador y Crespo, 2001)
 depresión (Pérez Álvarez y García Montes, 2001)
 trastorno bipolar, (Becoña y Lorenzo, 2001)
 trastornos de la personalidad (Quiroga Romero y Errasti Pérez, 2001)
 esquizofrenia (Vallina Fernández y Lemos Giráldez, 2001)

En el capítulo que cierra este número monográfico, se hace un balance muy


positivo sobre el estado de la cuestión relativa a los tratamientos eficaces, o
empíricamente validados: “Como se verá más adelante, hay un Cuadro de
trastornos relativamente bien caracterizados para los que se puede decir con
razonable fundamento qué tratamientos son eficaces, según las categorías de
«bien establecidos», «probablemente eficaces» o «en fase experimental». De
los catorce revisados, doce cuentan con tratamientos «bien establecidos» y los
otros dos (trastornos de personalidad e hipocondría) con tratamientos
«probablemente eficaces». No quiere decir que no haya otros tratamientos
posibles, distintos de los que figuran en el Cuadro, pero tendrán que implicarse
en investigaciones que permitan decir de ellos lo que cabe decir de los aquí
presentados.” (Pérez Álvarez y Fernández Hermida, 2001, p. 524)
“En conjunto, y en principio, se revela un panorama positivo, al que no se
puede por menos que saludar enfáticamente, tanto desde el punto de vista del
cliente como del clínico y, en su caso, del tercer pagador. Habida cuenta, por lo
demás, que se refiere en general a tratamientos de corta duración, en torno a
quince sesiones, consistentes en programas más o menos estructurados.”
(Pérez Álvarez y Fernández Hermida, 2001, p. 524).

Las tablas que se reproducen a continuación han sido tomadas de este


artículo. En ellas se resume el estado de la investigación sobre técnicas de
tratamiento eficaces para los trastornos más frecuentes.

Referencias

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NORMAS BÁSICAS PARA LA PREVENCIÓN DE PROBLEMAS DE


ANSIEDAD Y ESTRÉS

Dr. Antonio Cano Vindel

Presidente de la SEAS

 La dieta
 Descanso

 Ejercicio físico

 Organización

 Solución de problemas y toma de decisiones

 Interpretación de situaciones y problemas

 Atribuciones y autoestima

 Relaciones con los demás

 Entrenamiento específico en técnicas de control de ansiedad y estrés

Tratamiento farmacológico

de los

trastornos de ansiedad

Dr. Antonio Cano Vindel

Presidente de SEAS (Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el


Estrés)

En Europa, la gran mayoría de los pacientes con trastornos mentales son


atendidos por un médico de Atención Primaria (64,2% en el estudio ESEMeD-
Europa), por lo que el tipo de tratamiento recibido mayoritariamente es el
tratamiento farmacológico (Kovess-Masfety et al., 2007).

En España, entre los individuos que sufren algún trastorno mental, el tipo de
tratamiento recibido en los últimos doce meses con mayor frecuencia es la
farmacoterapia con un 35,3% como terapia única y un 29,4 como terapia
combinada con alguna forma de terapia psicológica. Mientras que sólo el 4,5%
de pacientes recibió tratamiento psicológico como terapia única (Codony,
Alonso, Almansa, Vilagut, Domingo, Pinto-Meza, Fernández et al., 2007a).
Para los trastornos de ansiedad, en nuestro país reciben tratamiento
psicológico, como único tratamiento, en los últimos doce meses el 0,9% de las
personas que tienen algún trastorno de ansiedad y no reciben ningún
tratamiento el 39% de los pacientes que sufren cualquier trastorno de ansiedad
(Codony, Alonso, Almansa, Vilagut, Domingo, Pinto-Meza, Fernández et al.,
2007a).

La evidencia científica señala que los tratamientos de elección para los


trastornos de ansiedad son las técnicas psicológicas cognitivo-conductuales,
mientras que hay evidencia que muestra que el tratamiento farmacológico no
se ha resultado eficaz en un gran número de casos que han seguido este
tratamiento durante varios años (a veces varias décadas).

El paciente con trastornos de ansiedad necesita para curarse, en primer


lugar, una correcta información sobre lo que le está sucediendo. Pero, el
médico de atención primaria no tiene una buena formación sobre trastornos
mentales, como lo demuestran los planes de estudio sobre medicina y las
encuestas realizadas a los propios médicos, en los que son bajos los
porcentajes de estos profesionales que declaran tener una buena formación en
este campo. Tampoco tienen tiempo material para transmitir al paciente dicha
información, pues ya hace algunos años que la duración media de una consulta
era de siete minutos (Segui et al, 2004) y desde entonces ha empeorado, pese
a que existe una plataforma de médicos de Atención Primaria que viene
reclamando al menos diez minutos.

En lugar de información, el paciente con trastornos de ansiedad sale de la


consulta del médico con la sensación de que no le han escuchado y con una
receta en la mano, donde le prescriben psicofármacos, que no sabe si tomar o
no.

Los tranquilizantes son eficaces para reducir la sintomatología ansiosa


durante unas horas, pero no le enseña al paciente a pensar de otra manera
para dejar de producir estos síntomas. Además, al cabo de un tiempo el
organismo se habitúa a estos medicamentos y se reduce considerablemente su
efecto. Sin embargo, el problema de estos tranquilizantes no se para ahí, sino
que también producen adicción y a algunas personas les resultará muy difícil
volver a dejarlos. A esto hay que sumar los efectos secundarios no deseados,
tales como, los problemas que se pueden generar al conducir o manejar
máquinas peligrosas, mujeres que desean quedarse embarazadas, señoras
mayores que se caen y se rompen la cadera (disminuye en siete años su
esperanza de vida, sino tienen un buen apoyo social), etc.

El consumo de fármacos antiestrés en España se ha disparado en los


últimos años según los datos de la Dirección General de Farmacia, DGF
(Ministerio de Sanidad y Consumo, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008), pero el
fenómeno no es nuevo y sigue un ritmo constante. El problema del abuso en el
consumo de estos fármacos tiene distintas vertientes (eficacia terapéutica,
gasto farmacológico, otros gastos, efectos secundarios adversos, calidad de
vida, etc.):

 (1) un importante gasto económico (el gasto farmacológico en


psicofármacos se duplicó por ejemplo en el periodo 1997-2001);
 (2) efectos secundarios adversos para la memoria, los problemas de
concentración, o el embarazo;

 (3) aumento del número de accidentes (automóvil, trabajo, caídas en


personas mayores –rotura de caderas);

 (4) el problema de las adicciones (dependencia de tranquilizantes de tipo


benzodiazepina: 28% de los pacientes de Atención Primaria);

 (5) ineficacia terapéutica (en la literatura científica se puede leer que hay
pacientes con trastorno de pánico que tras cuarenta y siete años de
consumo de tranquilizantes no han resuelto su problema), que produce
cronificación de unos trastornos que se podrían curar con técnicas
eficaces, así como una gran pérdida de calidad de vida que se prolonga
durante décadas;

 (6) hiperfrecuentación en las consultas de atención primaria, exceso de


pruebas diagnósticas invasivas e innecesarias;
 (7) una gran carga económica, en la que hay que sumar no sólo el gasto
farmacéutico, sino que la mayor parte adopta la forma de bajas
laborales, incapacidad laboral transitoria, discapacidades, jubilaciones
anticipadas, etc.

Conocemos desde hace años el considerable gasto económico en fármacos


ansiolíticos y antidepresivos (el gasto económico en antidepresivos no
tricíclicos en el año 2001 alcanzó unos 448 millones de euros, 75.000 millones
de las antiguas pesetas; en el año 2002 fue de 526,6 millones de euros, lo que
supuso un aumento del 17,5% en un año); el número de envases de
tranquilizantes dispensados en el año 2001 fue de casi 35 millones (con un
incremento del 259,4% en el periodo 1997-2001), y en el 2002 fue de 36,274
millones de envases (prácticamente un envase por cada español adulto, según
cifras de ese año). En el año 2004, el consumo de ansiolíticos
(benzodiacepinas) alcanzó la cifra de 38,60 millones de envases, con un gasto
de 108,74 millones de euros. Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que
todos estos datos se basan en la receta oficial, que supone “sólo” en el mejor
de los casos el 80% del consumo.

Según García del Pozo et al. (2004), tras valorar el consumo de


tranquilizantes en España, encontraron que el número de Dosis Diarias
Definidas (DDD) por cada 1000 habitantes/día alcanzó en 2002 un valor de
62,02, cuando su valor máximo recomendado por el grupo de expertos es de
24 DDD. Es decir, el consumo de dicho año superó en más de un 158%, el
consumo máximo recomendado. Además, estos autores constataron que el
número de DDD se había incrementado en un 56,2% desde el año 1995, fecha
en la que alcanzó un valor de 39,71 DDD, lo que supone un incremento medio
anual superior al 7%.

En la población adulta española, la prevalencia de consumo de psicotropos


es mayor en las mujeres que en los varones. La variable más fuertemente
asociada a dicho consumo son los problemas de ansiedad o depresión y la
dificultad para dormir (Carrasco, Astasio y Ortega, 2001). En el área de AP de
Albacete con una población superior a los 350.000 hab., en el año 2006, se
consumieron más de 192.000 envases de antidepresivos (2,76% del consumo
total de medicamentos), 340.000 envases de ansiolíticos (4,87%), y 82.000
envases de hipnóticos y sedantes (1,7%). En definitiva, casi un 10% de todos
los medicamentos que se consumen tienen que ver con la ansiedad y/o la
depresión. Además, solamente los antidepresivos suponen el 5,28% del total
del gasto en medicamentos.

Según los datos de la DGF del 2006 (Ministerio de Sanidad y Consumo,


2007) en España, con receta médica oficial que representa el 68,56% del
consumo total de medicamentos sin incluir las de uso hospitalario, se
consumieron 42.526.740 envases de derivados de las benzodiacepinas (6,35%
más que en el año anterior), 15.389.100 envases de antidepresivos tipo ISRS
(6,54% más que el año anterior) y 6.075.070 de otros antidepresivos.

Con datos aún más recientes, en el 2007 (69.03% receta oficial sobre el
total) los ansiolíticos consumidos han sido 43.527.860 (2,35% más que el año
anterior) y los antidepresivos tipo ISRS 15.767.920 (2,46% más que en el 2006)
y 7.301.230 de otros antidepresivos (20,18% más que el año anterior). Es de
resaltar los incrementos más fuertes en el subgrupo de otros antidepresivos, en
torno al 20% por año en los últimos dos años, siendo el precio por envase de
36,57 euros el más caro de los tres tipos (2,61 euros por envase de
benzodiacepinas y 23,94 euros de cada envase de los ISRS).

El gasto en antidepresivos para ese año (2007), sumando ambos tipos,


ascendió a 644,53 millones de euros y junto con los ansiolíticos el gasto total
ascendió a 758 millones de euros.

Si sumamos los tres grupos y calculamos teniendo en cuenta que la receta


médica solo cubre el 69.03% del consumo total obtenemos que en el 2007
(Ministerio de Sanidad y Consumo, 2008), se consumieron realmente 96,5
millones de envases relacionados con el tratamiento de la ansiedad y/o
depresión, sin tener en cuenta el consumo hospitalario.

Teniendo en cuenta que la población española mayor de 18 años el 1 de


enero 2008 es de 37.644.314 habitantes, se da un consumo de 2,56 envases
por adulto entre ansiolíticos y antidepresivos (1,68 envases de ansiolíticos, 0,61
envases de ISRS y 0,28 de otros antidepresivos). El coste aproximado es de
1.100 millones de euros al año, lo que equivale a un gasto de 29,2 euros por
adulto y año. Teniendo en cuenta que según el estudio EsEMED en España un
16% de los adultos consumen este tipo de sustancias, el gasto por paciente es
de 182,3 euros en el año 2007. A su vez, este consumo representa el 16,16%
de todos los envases consumidos con receta médica de cualquier tipo de
fármaco.

No hay muchos estudios sobre el impacto económico de las diferentes


enfermedades atendidas en AP. En un trabajo realizado sobre los datos de un
CS de Badalona (Sicras Mainar, 2002) se obtuvo un coste, referido al año
2000, de 304,3 euros por episodio de depresión y/o ansiedad (226,5 para
depresión y 77,8 para ansiedad). En este coste se incluyen tanto los costes
farmacéuticos (56% del gasto, ó 170,41 euros del año 2000, por episodio)
como el resto (personal, mantenimiento instalaciones, pruebas diagnósticas,
etc.). La depresión fue el cuarto tipo de enfermedad que más gasto generó en
este centro de AP, con un 4,5% del gasto total.

Pero el coste sanitario entra dentro de los costes directos, que sólo
representan el 29% de los costes totales de esta enfermedad, pues el 71% se
debe a costes indirectos (discapacidad, pérdida de productividad, etc.). Así, a
pesar del alto coste farmacéutico en antidepresivos, sabemos que éste supone
sólo el 9% del total del coste de la depresión en España hoy en día, que
asciende a 5.005 millones de euros al año (Valladares et al., 2008).

En un estudio hecho mediante el sistema de encuesta en Asturias, se


encontró que el 37,9% de los pacientes que acuden a las consultas de AP
consume psicofármacos. El consumo de estos medicamentos era
significativamente superior en las mujeres, en las amas de casa, en los
desempleados y en las personas de bajo nivel educativo. Los trastornos de
ansiedad, del sueño y los síntomas depresivos fueron los motivos más
frecuentes. El 28% de la muestra cumplía los criterios de dependencia a este
tipo de sustancias (Secades et al., 2003).
Por último, en uno de los estudios más importantes realizado en nuestro país
(ESEMeD-España) con una muestra de 5.743 individuos se encontró que el
16% de la muestra consumió algún fármaco psicotrópico en el último año. Las
benzodiazepinas (11,4 %) y los antidepresivos (4,7%) fueron los más
consumidos y la combinación más frecuente (1,8 %). Las mujeres tenían un
mayor consumo general (OR: 2,1; IC 95 %: 1,7-2,5) y de benzodiazepinas (OR:
2,3; IC 95%: 1,9-2,8), antidepresivos (OR 2,2; IC 95%: 1,6-3,1) y antipsicóticos
(OR: 1,9; IC 95%: 1,2-3). La probabilidad de consumo aumentaba con la edad y
con la presencia y número de trastornos mentales (Codony, Alonso, Almansa,
Vilagut, Domingo, Pinto-Meza, Fernández et al., 2007b).

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NORMAS BÁSICAS PARA LA PREVENCIÓN

DE PROBLEMAS DE ANSIEDAD Y ESTRÉS

Dr. Antonio Cano Vindel

La ansiedad y el estrés dependen de múltiples factores, tanto situacionales


como personales, por lo tanto son muchas las variables sobre las que podemos
incidir para conseguir prevenir o reducir la ansiedad y el estrés.

A nivel personal y de manera muy general, si tenemos en cuenta ambos tipos


de factores (situaciones e individuos) cabría señalar algunas variables
importantes sobre las que podemos incidir:

1. La dieta:

 Conviene comer sano, evitando las comidas que sobrecargan a nuestro


organismo con pesadas digestiones u otras consecuencias negativas a
corto, medio o largo plazo (obesidad, colesterol, etc.)
 Usar el tiempo de comer como momento de descanso y ruptura con
nuestras actividades profesionales

 Es bueno aprovechar la comida para hacer vida social y familiar

 No abusar del alcohol en las comidas

2. Descanso:

 Dormir lo suficiente, en torno a ocho horas


 Tomar vacaciones y fines de semana como tiempo de ocio y descanso

 Fomentar las relaciones sociales como alternativa al trabajo

 Dejar el trabajo en la oficina (tanto los papeles, como las


preocupaciones)

3. Ejercicio físico:

 La práctica moderada de algún deporte o ejercicio físico ayuda a


relajarnos
 Andar todos los días al menos treinta minutos

 Utilizar las actividades de ejercicio físico para airearnos (naturaleza) y


airear nuestros pensamientos charlando relajadamente con familiares o
amigos

4. Organización:

 La organización del tiempo y de nuestras actividades, estableciendo


horarios, es fundamental para poder descansar, no estar preocupados,
no sufrir continuos sobresaltos, olvidos importantes, etc.
 No llegar tarde a las citas, contando con los pequeños retrasos
habituales para estar a tiempo

 Saber seleccionar actividades cuando no podemos hacer todo

5. Solución de problemas y toma de decisiones:

 No dejar pasar los problemas: afrontarlos de una manera más activa o


más pasiva, pero decidiendo qué es lo mejor en cada caso
 Tomar decisiones siguiendo un proceso lógico: planteamiento del
problema, análisis de alternativas (pros y contras), elección de la menos
mala. No volver atrás

 No analizar continuamente el problema o las alternativas: esto produce


ansiedad

6. Interpretación de situaciones y problemas:

 El estrés que nos produce un problema o situación depende de las


consecuencias que prevemos, pero a veces exageramos las
consecuencias negativas (hipervaloramos la probabilidad de que ocurra
algo malo, hacemos un análisis catastrofista de las consecuencias,
realizamos una interpretación negativa de una situación ambigua,
llevamos a cabo anticipaciones negativas y empezamos a sufrir un
problema que no existe, etc.)
 Si estamos nerviosos: entender que es natural, la ansiedad es tan
natural como el miedo, la alegría o el enfado, y no preocuparnos aún
más porque estamos activados o nerviosos

 Actuar con naturalidad, no evitar los problemas, no estar preocupados


por lo que los otros puedan pensar de nosotros o de nuestro problema

 Es bueno saber que los demás no perciben nuestros síntomas de


ansiedad con la misma intensidad que nosotros los estamos
experimentando

 Es bueno pensar que los demás también tienen ansiedad y que cuando
nosotros notamos su ansiedad no les condenamos (¿por qué tenemos
que ser más severos con nosotros mismos que con otros?)

 No añadir elementos accesorios al problema

7. Atribuciones y autoestima:

 Si hemos hecho bien una cosa, reconocer nuestra propia autoría y


felicitarnos por ello (no ha sido la suerte, sino nuestro esfuerzo y nuestra
capacidad)
 Si hemos hecho mal una cosa, no echar balones fuera, reconocer que
hemos actuado mal en esta ocasión, analizar nuestros errores y
corregirlos, sin culpas, sin pensamientos negativos sobre uno mismo
("esta vez lo he hecho mal, debo corregirlo")

 Es bueno querernos y tratarnos bien

8. Relaciones con los demás (pareja, amigos, compañeros, familia, etc.):

 Reforzar las conductas positivas de las personas de nuestro entorno,


con aprobación, halagos, sonrisas, pequeños detalles, etc.
 Corregir las conductas negativas de las personas de nuestro entorno,
dándoles la información a tiempo y nuestra desaprobación, pero sin
broncas, sin culpas, ni otros castigos

 No sacar continuamente los problemas del pasado, las culpas de los


demás (ya los perdonamos)
 Recordar siempre que una pareja en crisis intercambia muchos castigos
y pocos refuerzos, justo lo contrario de una pareja sin problemas

9. Entrenamiento específico en técnicas de control de ansiedad y estrés:

 Practicar la relajación con cierta asiduidad en los momentos en los que


nos encontramos peor, dedicándonos algún tiempo a nosotros mismos
 Leer algún libro bueno de autoayuda para aprender a pensar bien,
eliminando algunos pensamientos erróneos, ideas irracionales, etc., que
nos estresan

 Exponerse poco a poco a las situaciones que tenemos pánico

 Aprender a decir no, cuando nos cuesta mucho, pero sabemos que es
mejor decir no

 Practicar nuestras mejores habilidades sociales

 Si tenemos dificultades, no sabemos poner en marcha estas actividades


que nos pueden ayudar a controlar nuestro estrés, a reducir nuestra
ansiedad, ponernos en manos de un buen especialista. Si seguimos sus
indicaciones, nos ayudará a recuperar el bienestar y la salud

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