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¿Qué es la Educación Sexual?

A menudo se nos pregunta a quienes nos desempeñamos en formación docente cómo abordar la educación
sexual en el Nivel Inicial y a pesar de que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la Ley de Educación Sexual
Integral Nº 2110/06 y la Ley Nacional de Educación Sexual Nº 26150/06 nos habilita para hablar de sexualidad
en el jardín muchas veces lxs docentes sienten que les faltan estrategias para hacerlo. A veces carecen de
recursos internos: cuando no se sienten “capacitados-as” para hablar sobre determinados temas y otras veces,
no encuentran las modalidades y propuestas adecuadas para los más chiquitos-as.

Este espacio formativo constituye una primera aproximación a la Ley de Educación Sexual Integral, al marco
legal, sus lineamientos curriculares y algunas propuestas para llevar al Jardín. Intentaremos enmarcar las
responsabilidades y limitaciones del Nivel Inicial en torno a los contenidos de la ESI y superar, juntxs, las
dudas e inquietudes que nos genera la relación con las familias en torno al planteo de temáticas de ESI.

La Ley de Educación Sexual Integral Nacional Nº 26150/06 declara en el Art. 1º: “Todos los educandos tienen
derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y
privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. A los
efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos,
psicológicos, sociales, afectivos y éticos.“

“La sexualidad es conceptualizada como una dimensión central del ser humano presente a lo largo de toda su
vida con manifestaciones propias para cada etapa. Si partimos de una concepción amplia de “sexualidad”
sabemos que estamos nombrando importantes procesos subjetivos que exceden ampliamente los procesos de
genitalidad y reproducción alejándonos de una idea “naturalizada” del desarrollo humano. Si compartimos estos
supuestos comprenderemos rápidamente la necesidad de incluir la educación sexual en la escuela desde el
Nivel Inicial. Educación sexual implica, entonces, hablar de:

 cómo se constituyen los sujetos desde los primeros momentos de la vida,

 cómo se humaniza a las nuevas generaciones, cómo se teje intergeneracionalmente lo humano que se
transmite en las relaciones con otros-as,

 las diversas formas de devenir seres sexuados, de “hacerse” varones y mujeres en un marco de
relaciones sociales, culturales, históricas,

 las maneras en que los cuerpos cobran significados, se valorizan o desvalorizan, sufren o gozan, se
transforman, se vuelven espacios imaginarios que otorgan una identidad, se cuidan o se exponen,

 las relaciones de género, los poderes, estereotipos y transformaciones históricas en juego, diferencias y
desigualdades.

Todas estas escenas son parte de la conformación de sujetos sexuados. Observemos detenidamente:

La definición de sexualidad que sostenemos nos permite afirmar que es un factor fundamental en la vida
humana, “…forma parte de la identidad de las personas: comprende sentimientos, conocimientos, normas,
valores, creencias, actitudes, formas de relacionarse con los otros, deseos, prácticas, reflexiones, roles,
fantasías y toma de decisiones. La sexualidad incluye aspectos biológicos, psicológicos, sociales, culturales,
éticos, jurídicos. En este sentido, el desarrollo de la sexualidad configura un sistema complejo, ya que cada uno
de estos aspectos se interrelacionan unos con otros, y son abordados para su estudio por diversas disciplinas
como la biología, la psicología, la sociología, la antropología, la psicología social, la historia, la ética y el
derecho. …
Por eso definimos a la educación sexual en la escuela como “… el conjunto de influencias que reciben los
sujetos a lo largo de su biografía escolar, que inciden en: la organización de la sexualidad, la construcción de la
identidad, el ejercicio de los roles femeninos y masculinos, la manera de vincularse con los demás y la
incorporación de valores, pautas y normas que funcionan como marcos referenciales sobre los múltiples
comportamientos sexuales. Todo ello supone un conjunto de acciones pedagógicas que los futuros docentes
deberán tener en cuenta, creando condiciones propicias para hacer efectivos los propósitos de la educación
sexual en el nivel en que se desempeñen. ..”(1)

Conocemos la gran importancia que tiene de la institución escolar en el desarrollo de la subjetividad y también
reconocemos que, muchas veces, es la escuela una gran transmisora de mandatos sobre cómo deben vivir las
personas su sexualidad, cómo se debe ser varón o mujer y cuáles son los comportamientos esperados para
unos y otras… Pero confiamos en que la escuela pueda ser un lugar de ruptura de estereotipos de género. Es
por eso que comprendemos la importancia de la incorporación de la educación sexual integral en la formación
docente. Es fundamental trabajar con lxs docentes para que revisando sus prejuicios, conociendo el marco
legal y con herramientas didácticas adecuadas den cumplimiento a la Ley de Educación Sexual Integral desde
la perspectiva de género, del cuidado de la salud e incluyendo el marco de los derechos humanos.

¿Por qué enseñar ESI?

Al haber una ley, la educación sexual integral se constituye en un derecho de niños, niñas y adolescentes.
Esto quiere decir que la escuela en todos sus niveles y modalidades tiene obligación de garantizar este
derecho. Reiteramos el Art.1º: “Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en
los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional,
provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal”

La Ley de Educación Nacional N° 26.206 establece en su artículo 11° los fines y objetivos de la política
educativa nacional. Los lineamientos curriculares nacionales para la ESI responden a aquellos propósitos
generales que se relacionan más directamente con la temática:

"asegurar condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las personas, sin admitir
discriminación de género ni de ningún otro tipo";

"garantizar, en el ámbito educativo, el respeto de los/as niños/as y adolescentes establecidos en la


Ley 26.061",

"brindar conocimientos y promover valores que fortalezcan la formación integral de una sexualidad
responsable",

"promover en todos los niveles educativos y modalidades la comprensión del concepto de


eliminación de todas las formas de discriminación".

En vista de estos objetivos y los que se establecen en el artículo 3° de la Ley de Educación Sexual Integral,
los presentes lineamientos responden a los siguientes propósitos formativos:

Ofrecer oportunidades de ampliar el horizonte cultural desde el cual cada niño, niña o adolescente
desarrolla plenamente su subjetividad reconociendo sus derechos y responsabilidades y respetando y
reconociendo los derechos y responsabilidades de las otras personas.

Expresar, reflexionar y valorar las emociones y los sentimientos presentes en las relaciones
humanas en relación con la sexualidad, reconociendo, respetando y haciendo respetar los derechos
humanos.

Estimular la apropiación del enfoque de los derechos humanos como orientación para la convivencia
social y la integración a la vida institucional y comunitaria, respetando, a la vez, la libertad de enseñanza, en
el marco del cumplimiento de los preceptos constitucionales.

Propiciar el conocimiento del cuerpo humano, brindando información básica sobre la dimensión
anatómica y fisiológica de la sexualidad pertinente para cada edad y grupo escolar.

Promover hábitos de cuidado del cuerpo y promoción de la salud en general y la salud sexual y
reproductiva en particular, de acuerdo a la franja etaria de los educandos.

Promover una educación en valores y actitudes relacionados con la solidaridad, el amor, el respeto a
la intimidad propia y ajena, el respeto por la vida y 1 archivo final 21/11/08 16:51 Página 13 14 Ministerio de
Educación de la Nación 2 la integridad de las personas y con el desarrollo de actitudes responsables ante la
sexualidad.

Presentar oportunidades para el conocimiento y el respeto de sí mismo/a y de su propio cuerpo, con


sus cambios y continuidades tanto en su aspecto físico como en sus necesidades, sus emociones y
sentimientos y sus modos de expresión.

Promover aprendizajes de competencias relacionadas con la prevención de las diversas formas de


vulneración de derechos: maltrato infantil, abuso sexual, trata de niños.
Propiciar aprendizajes basados en el respeto por la diversidad y el rechazo por todas las formas de
discriminación.

Desarrollar competencias para la verbalización de sentimientos, necesidades, emociones,


problemas y la resolución de conflictos a través del diálogo.

Para fortalecernos en nuestra tarea docente es importante conocer los objetivos, los alcances y las
implicancias de la Ley de Educación Sexual. Pero también es preciso enfatizar que mucho antes de la
sanción de la Ley Nº 26150/06 ya había otros marcos legales que habilitaban a la escuela a hablar de
sexualidad desde la perspectiva de género y derechos. Marcos legales que son precisos conocer pues
garantizan nuestros derechos como docentes. Muchas veces no tenemos recursos para “justificar” nuestra
propuesta pedagógica frente a las familias o frente a un equipo directivo que no se compromete con la
temática. Es importante conocer el marco legal para saber claramente cuál es la responsabilidad de la
escuela en torno a la ESI y qué es lo que la escuela debe evitar hacer.

Las normas jurídicas expresan un reconocimiento de derechos, señalan a lxs destinatarixs de esos
derechos y el modo cómo se reclaman cuando esos derechos son vulnerados. Si bien sabemos que la
sanción de las normas por sí solas no modifica las prácticas escolares ni las conductas sociales, es muy
importante tenerlas en cuenta a la hora de plantear nuestra tarea en el jardín.

¿Por qué enseñar Educación Sexual Integral?

Habitualmente cuando pensamos en sexualidad se viene a nuestra mente representaciones que involucran
las relaciones íntimas, las partes íntimas del cuerpo: los genitales, las infecciones de transmisión genital, la
reproducción, entre otras. Este es uno de los enfoques más conocidos para pensar la sexualidad, pero no
es el único. Estos contenidos que no parecen apropiados para el nivel inicial son abordados en la ESI desde
el enfoque del cuidado de la salud. Es la mirada que aporta la medicina, la biología, las ciencias naturales.
Nos habla de las partes del cuerpo, de su cuidado e higiene para evitar enfermedades.

Pero garantizar la integralidad de la educación sexual implica tener en cuenta 3 enfoques teóricos para
su abordaje:

Cuando nos referimos a la perspectiva de género hacemos referencia a un marco teórico desde el cual
distinguimos la diferencia sexual y las adscripciones de género como conceptos complementarios pero no
idénticos. Sobre el sexo –biológico‐ de varones y mujeres se imprimen una serie de atribuciones, ideas,
representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia esa diferencia
sexual. De este modo nos referimos a la sexualidad como una construcción social, como un dispositivo que,
sobre el soporte material del cuerpo biológico, preformatea los estereotipos de género. Reconocemos el
carácter sociocultural de los mandatos de género. Convenimos, entonces que, no siendo naturales, se
enseñan y se aprenden en sociedad y por lo tanto varían de acuerdo a las diferentes geografías y épocas
históricas. Destacamos que estas pautas de comportamientos se desarrollan siempre en relaciones de
poder. El “género” como categoría de análisis aplicada a los vínculos nos permite comprender la relación
jerarquizada que se observa en el escenario social y que facilita o dificulta el desarrollo pleno de las
personas. A lo largo de la historia observamos que, varones y mujeres han gozado de distintas posibilidades
de acceso a la educación, al trabajo, a la participación política. Muchas veces se ha intentado fundamentar
estas diferencias en atribuciones dadas por la naturaleza: “las mujeres son mucho más tiernas, cuidadosas
y solidarias por lo tanto, son más aptas para el cuidado de niños‐ as y ancianos‐s…”. En estas afirmaciones
se sostienen y refuerzan los estereotipos de género sin reconocer que son las condiciones materiales,
sociales y económicas las que fundan estas diferencias. Así como pensar que los varones deben ser
agresivos, decididos y valientes constituye parte de los estereotipos de género propios de la masculinidad.
Conductas esperadas para unos y otras agrupan a las personas que responden a esas pautas excluyendo
en el mismo momento a quienes no se sienten cómodos con estos mandatos. No todos los varones son
iguales, no todas las mujeres son iguales. De tal modo que mirar la sexualidad desde la perspectiva de
género implica reconocer la variedad de formas del ser mujer y del ser varón que no siempre tiene correlato
con la construcción de la masculinidad y la femineidad hegemónica. El género me permite develar que en
los mensajes recibidos a través de la familia, la escuela, los medios de comunicación, la publicidad, las
creencias religiosas, se esconde una necesidad de homogeneizar imponiendo un único modelo válido,
aceptado, legitimado, del ser mujer y del ser varón invisibilizando las múltiples maneras de vivir en un
cuerpo sexuado.

“…Aunque existen divergencias en su conceptualización, en general la categoría de género es una


definición de carácter histórico y social acerca de los roles, identidades y valores que son atribuidos a
varones y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización. Algunas de sus principales
características y dimensiones son:

1) es una construcción social e histórica (por lo que puede variar de una sociedad a otra y de una época a
otra);

2) es una relación social (porque descubre las normas que determinan las relaciones entre mujeres y
varones);

3) es una relación de poder (porque nos remite al carácter cualitativo de esas relaciones);

4) es una relación asimétrica; si bien las relaciones entre mujeres y varones admiten distintas posibilidades
(dominación masculina, dominación femenina o relaciones igualitarias), en general éstas se configuran
como relaciones de dominación masculina y subordinación femenina;

5) es abarcativa (porque no se refiere solamente a las relaciones entre los sexos, sino que alude también a
otros procesos que se dan en una sociedad: instituciones, símbolos, identidades, sistemas económicos y
políticos, etc.);

6) es transversal (porque no están aisladas, sino que atraviesan todo el entramado social, articulándose con
otros factores como la edad, estado civil, educación, etnia, clase social, etc);

7) es una propuesta de inclusión (porque las problemáticas que se derivan de las relaciones de género sólo
podrán encontrar resolución en tanto incluyan cambios en las mujeres y también en los varones);

8) es una búsqueda de una equidad que sólo será posible si las mujeres conquistan el 
ejercicio del poder en su sentido más amplio (como poder crear, poder saber, poder dirigir, 
poder disfrutar, poder elegir, ser elegida, etcétera). ..”
Como vemos, aunque el género, no constituye una categoría cerrada, sino en pleno desarrollo
favorece el ejercicio de una lectura crítica y cuestionadora de la realidad que intenta no sólo analizar,
también transformar la situación de vida de las personas. Se trata así de crear nuevas
construcciones de sentido para que hombres y mujeres visualicen su masculinidad y su femineidad
a través de vínculos no jerarquizados ni discriminatorios. En el intercambio se expondrán
diversos proyectos educativos institucionales de educación sexual elaborados desde la perspectiva
de género.

El objetivo de abordar la educación sexual desde la perspectiva de derechos es construir ciudadanía sobre
el propio cuerpo, desde el propio cuerpo, con el propio cuerpo. Enmarcándolo así, entendemos a la
educación sexual como un derecho humano inalienable, universal e indivisible. ¿Qué quiere decir esto?
Que tanto niños como niñas tienen derecho a preservar su cuerpo, a la integridad física y a no ser
explotados, deben entrenarse en poder decir que NO frente a situaciones que los dañan aunque sea
proveniente de lxs adultxs más cercanos. De este modo la Educación Sexual se transforma en una
excelente herramienta para la Prevención del Abuso Sexual Infantil. Es importante trabajar con niños y niñas
validando sus emociones, sus sentimientos y ofreciendo elementos para que puedan ponerlos en palabras.
Chicos-as sin información no pueden diferenciar, muchas veces, que la agresión se aproxima y cuando se
consuma el hecho no saben a quién recurrir. Cuando son muy pequeños la relación familiar de afecto con el
abusador los confunde enormemente, sabemos por estadísticas que el mayor número de abusos sexuales
se da en niñxs menores de 5 años, mayoritariamente niñas. Un mensaje claro acerca de la privacidad que
merece su cuerpo, el mensaje que “su cuerpo no debe ser invadido por ningún adultx” constituye ya una
posición activa frente al problema. Es pensar a los niños y a las niñas como Sujetos de Derecho. El texto
completo puede leerse en http://www.tantosha.com.ar/pdfs/sexualidadenlaescuelainfantil.pdf.

Por todo lo expuesto es importante conocer las leyes que, en nuestro país, protegen las infancias.

Es útil para la tarea docente conocer, por ejemplo, los paradigmas y tensiones en el marco de las políticas
de niñez: Del paradigma de la “Situación irregular” al de “Protección integral”. Saber qué significa que los
niños y las niñas son sujetos de derecho que es mucho más que colocar en la cartelera un afiche
enumerando “los Derechos de los niños”... pensar cómo garantizar esos derechos en la cotidianeidad del
jardín, cómo trabajarlo con situaciones de la vida diaria y, por supuesto, cómo responder frente a situaciones
que vulneran los Derechos.

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