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Dr.

Andreas Michalsen, médico internista y naturópata


Tengo 56 años. Nací en Berlín y vivo junto al lago Constanza (Alemania). Soy médico internista y naturópata en el hospital Immanuel (Berlín). Estoy
casado y tengo cuatro hijos (de entre 2 y 22 años). Soy ecologista-liberal de izquierdas. Soy cristiano interesado en la espiritualidad india

“Ayuno dieciséis horas cada día


Le pido que me cuente un caso reciente de su consulta. Me habla de una mujer de 50 años con la tensión alta y sobrepeso, depresiva, estresada y con
una rodilla artrítica: un cuadro... Tras una semana de ayuno controlado, ulterior dieta vegetariana y sesiones de acupuntura de rodilla, a los doce días
caminaba briosa por el bosque, y al mes bailaba como una loca feliz. A otros pacientes les receta minutos de meditación, masticar lentamente,
infusiones, lavados de nariz, inhalaciones aromáticas, caminar descalzos, masajes con aceites... La naturopatía no hace ningún daño a la salud, y menos
impartida por médicos: lo detalla en su manual Curar con la fuerza de la naturaleza (Planeta).

, y me siento fuerte y sano”

¿Es naturópata?
Desde hace quince años.
¿Qué es la naturopatía?
Tratar dolencias con terapias naturales, no de síntesis.
¿Cómo de “naturales”?
Combina hidroterapia (balneario y chorros de agua fría y caliente), fitoterapia (hierbas
medicinales) y dieta vegetariana.
¿Y eso cura?
¡Es nuestra tradición medicinal europea! Además de sangrías con sanguijuelas, masajes
y ayunos. Y a mi naturopatía le añado tratamientos de otras tradiciones terapéuticas.
¿Por ejemplo?
Acupuntura, yoga, meditación, ayurveda: es una medicina integrativa, holística.
No es una medicina académica.
Soy médico: desdeñé la naturopatía durante quince años como internista en un hospital.
¿Y qué le convirtió en naturópata?
Tuve que aceptar, finalmente, que mi padre tenía razón. Mi padre fue médico, mi abuelo
fue médico. De niño caí enfermo y falté mucho a clase, padecía una bronquitis aguda...
Y mi padre me llevó ¡al mar del Norte!
Qué frío... ¿Para qué?
Tres semanas de baños de agua fría, inhalaciones de agua marina, paseos por la costa y
por el bosque... Yo tenía siete años y me aplicó la cura naturópata de Kneipp: ¡me curé!
¿Quién era el tal Kneipp?
Un monje alemán que en 1845, diagnosticado de una tuberculosis mortal, se curó con
inmersiones en el invernal río Danubio. Luego sanaría a un emperador y a un Papa.
Y a usted. ¡Estaría contento!
¡Qué va, no quise saber nada de mi padre ni de la naturopatía! Sólo me interesaba tocar
la guitarra y ser un músico rockero.
¿Se rebotó con la naturopatía paterna?
Mucho. Pero al cabo de un tiempo vi que del rock no viviría... y me doctoré en
medicina, ¡lejos de la naturopatía! Ejercí como cardiólogo, trabajé en urgencias
hospitalarias...
¿Y qué detonó su conversión?
Hablar un día con uno de los muchos pacientes cardiopáticos a los que yo colocaba
catéteres: tenía sobrepeso, estrés, fumaba, comía mal... Hablamos de sus pastillas,
hábitos... Y al final me dijo: “Es el primer médico que habla conmigo”. ¡Y... su salud
mejoró!
Nunca se había sentido bien cuidado.
¡Ahí entendí que podía hacer más por mis pacientes! Dejé quince años de medicina
despersonalizada, en la que veía enfermedades y no enfermos, en la que recetaba
abusivamente pastillas y antibióticos, encareciendo y cronificando patologías sin
curarlas...
¿Es más barata y eficaz la naturopatía?
Sí, eso sostengo, y la Seguridad Social alemana cubre hoy ya algunos de estos
tratamientos. Pero sigue en pie la guerra de dos bandos...
¿Qué dijeron sus colegas médicos?
Me desprestigiaron, se burlaron. Por eso tomé una decisión: ¡testaría científicamente
cada bondad empírica de la naturopatía!
Y sobre el ayuno... ¿qué dice la ciencia?
Que el metabolismo agradece descansos bioquímicos cíclicos, periódicos y regulares.
¡Cada ayuno es un reset para tu organismo!
¿Qué ciclos de ayuno me aconseja?
¿A qué hora te pide tu cuerpo acostarte? Eso es genético: averígualo primero. En mi
caso, me entra el sueño a medianoche.
Pongamos que a mí me sucede lo mismo.
Bien, pues ayuna tres horas antes de acostarte: de nueve a doce ¡no comas nada!
Levántate a las ocho... y ayuna tres horas más.
¡Todos me insisten en que desayune!
No, con un café basta. Yo ayuno catorce o –mejor– diecisiéis horas cada día.., ¡y me
siento fuerte y sano! Come bien a mediodía, entre doce y una. Y cena entre siete y ocho.
Me entrará hambre entre horas...
Pues tómate un capricho, con una condición: ¡que sea algo muy pequeño y muy
exquisito, delicioso y caro! Yo soy goloso... y paladeo una rica trufa de chocolate.
¿Cuál es su plato predilecto?
La paella con verduras. El wok vietnamita. La pasta con tomate. Las ensaladas variadas.
La dieta vegetariana ¿no le aburre?
Un poco. Pero si persistes tres meses... ¡sentirás tanta mejora... que te compensará!
¿Qué otras prácticas naturópatas me aconsejaría?
Camina descalzo todo lo posible. Duerme sin calefacción, con la ventana abierta para
oxigenar el aire. Date baños de bosque...
¿Baños de bosque?
Pasear por un buen bosque tonifica el sistema inmunitario, rebaja la hipertensión y
modera el pulso cardiaco: lo hemos medido.
Con el tentador azúcar... ¿qué hago?
Ingerimos demasiado azúcar en nuestra dieta, viene oculto en casi todo:¡ minimízalo!
¿Y la sal?
No hay consenso científico: sólo modérala.
¿Y el alcohol?
Sólo un vasito de vino al comer, no más.
Practicaré una naturopatía sólo aproximativa, con su permiso...
Tú decides, pero sí te pido que no olvides nunca una cosa: eres biología, ¡eres un
animal!
Despida a este animal con una infusión.
Infusión de dos láminas cortadas de una raíz de jengibre: tonifica tu inmunidad. Por las
mañanas bebe una infusión de hinojo: te limpia y activa. Por las noches bebe una
infusión de hierbaluisa: te calma y relaja

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