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Estéticas del Arte Contemporáneo

Tecnicatura Superior en Diseño


EDAV
Liceo Municipal “Antonio Fuentes del Arco”

De la Modernidad a la Posmodernidad en el arte


Profesor: Maximiliano Rodriguez Peralta
Estudiante: D’Amelio, Lucas
2018
De la Modernidad a la Posmodernidad en el arte.
El arte moderno se extiende desde los años 1905-1906, cuando la herencia de Cezzane desemboca
inmediatamente en el cubismo, hasta los años 1975-1978. Con el cubismo se abre en efecto el
tiempo de las vanguardias y de los movimientos artísticos radicales, donde cualquier movimiento y
casi cualquier innovación fueron adoptando la etiqueta de ismo. Estos movimientos emiten su
programa formal de creación formulada en manifiestos, que vienen acompañados en general de
una metafísica más o menos elaborada y sistematizada de la vida y la realidad. Hay una búsqueda
de la totalidad y lo absoluto, aunque esta totalidad está muy fuera de su alcance, cada
movimiento trata de decir la última palabra del arte y la forma suprema de su realización,
desembocando en una búsqueda piadosa y obsesiva de la verdad, dando lugar a la fragmentación
y desmembramiento del campo artístico.

El arte moderno se caracterizo por ser occidental- céntrico, donde las capitales y mayores zonas de
influencia fueron: Paris, Moscú y Berlín (en los años 10 y 20), Paris y New York (a partir del 30) y
después de la segunda guerra mundial New York impuso su preeminencia. El resto del mundo
queda prácticamente excluido del auge del arte moderno.

En 1945 este panorama del arte moderno comenzó a deshacerse, cambiando de un mundo del
arte esencialmente occidental, cuyo esplendor está protegido por la guerra fría en un mundo
pluralista y multicultural. La mundialización afecto progresivamente el mundo del arte. Estos
cambios que llevaron el arte moderno su fin comenzaron por un radical vaivén geográfico y un
vaivén cultural. A este cambio de equilibrio económico corresponde un trastorno del equilibrio
cultural: la segunda mitad del s.XX corresponderá no solo al arte estadounidense sino al
maremoto de la cultura estadounidense en todas sus formas: modos de vida (coca-cola,
pantalones de mezclilla, T-shirts, comida rápida), formas de publicidad, cinema hollywoodense,
música (jazz, rock, música pop), danzas. El posmodernismo es efectivamente el tiempo del
pluralismo y de la diversidad (es el fin de los grandes relatos).

El paisaje del arte se transformo considerablemente: diversidad de producciones y de obras,


sumergidas en medio de una producción cultural mundializada y comercializada. La voz de grupos
cada vez más numerosos se hace escuchar (mujeres, minorías gay, minorías étnicas o inmigradas).
Aparecen muchos nuevos puntos en el mapa del mundo del arte (arte latino, arte australiano, arte
coreano, arte africano contemporáneo, ex bloque del este Sovietico, la china popular).
MARCELL DUCHAMP “FOUNTAIN” & JOSEPH KOSUTH “ONE AND THREE CHAIRS”

Cuando no es el cuerpo, son las ideas, son los conceptos, las actitudes que se vuelven arte. Los
proyectos artísticos como objetivo, los conceptos de las obras, las dimensiones intelectuales del
acto creador y del efecto artístico remplazan a las obras preconcebidas tradicinalmente. Esto
denominamos: Arte Conceptual.

La Fuente (1917) tiene de anecdótica lo que tiene de contradictoria fue expuesta por primera vez,
en New York, en una muestra realizada por la “Sociedad de Artistas Independientes” de la cual
Duchamp formaba parte. Aunque la prerrogativa de la muestra era que todas las obras serian
expuestas, el urinario invertido fue retirado de la vista de la exposición, poco antes fotografiado
por Alfred Stieglitz. Esta obra es reconocida como un readymade (objeto encontrado, del
francés objet trouvé) el arte realizado mediante el uso de objetos ya existentes que normalmente
no se consideran artísticos. Con esta obra, Duchamp inició una auténtica revolución en el mundo
del arte en perspectiva del paso de la apariencia al concepto.

Una y tres sillas (1965) se considera primera instalación conceptual. En ella presentó una silla
plegable, una fotografía de esta silla a tamaño real y un letrero que con la definición del término
“silla” obtenida del diccionario. Con esta obra, el artista conceptual pone de manifiesto que no es
necesaria la creación de los objetos; resulta suficiente la definición de los mismos. Esta obra busca
captar la naturaleza conceptual de la obra de arte a través del lenguaje, contribuyendo a la
reducción del objeto a un mero elemento decorativo y exponiendo su componente filosófico e
intelectual.
Hasta los años 50, la institución del museo será el lugar encargado de la colecta del arte en un
espacio que lo preserva, lo sacraliza, pero también, lo esteriliza y lo vuelve menos inofensivos.
Luego de los cambios ocurridos y las nuevas tendencias artísticas como podrían ser el performance
o el happening, las obras del land art concebidas para el exterior y el ambiente natural,
instalaciones de materiales perecederos, proyecciones e instalaciones documentales da lugar a
una generación de nuevos museos.

Podemos decir que el arte en sí mismo, se des-define, pierde su definición, y se des-estitiza,


pierde sus componentes estéticos de placer y belleza. Ya no se le puede definir y lo que se
presenta aun como arte no pretende producir experiencias estéticas en el sentido de la
experiencia tradicionalmente consagradas de la belleza, lo sublime y la invención.

A partir de que el arte ya no posee el monopolio de la imagen, que cuenta con rivales (la
fotografía, el cine, el video y la televisión) se plantea el problema de que hacen los artistas con las
imágenes y de las razones por las que se usan. Interviene entonces una gama de usos
“reflexionados” de la imagen tanto en el sentido propio como en el configurado: la cita crítica, la
cita irónica, la cita reverencial, la deconstrucción analítica, el préstamo, el recurso del puro
pretexto, la simulación, la apropiación, el desvío.

El arte moderno se manifiesta bajo su forma más elaborada de la figura hegeliana del arte como
revelación de una figura del espíritu. Fieles a la tradición de las primeras manifestaciones del arte
moderno en el sXX, cuando se trataba del artista rey, del profeta romántico, del mago creador, los
artistas seguían siendo siempre los videntes y los anunciadores de un mundo que llegaba a la luz.
Las Grandes obras que nacen son no solamente desafíos lanzados en contra de los cánones del
arte académico pompier o burgués, sino también de manera más general, desafíos a la sociedad
que las vio nacer, sociedad que se esfuerza por contestar, ya que expresan su esencia aun
indirectamente o como prefiguración.

A principios de la posmodernidad la obra de arte estallo en sus componentes: el material, el


concepto, la actitud artística, el cuerpo del artista, el medio de existencia, las condiciones sociales
de recepción. Ya no les importa tanta representar o significar. No hacen referencias a un más allá
de si mismas: ya no simbolizan nada. Ya ni siquiera se la considera objetos sacralizados sino que
pretenden producir experiencias intensas y particulares.

La noción de artista es, también, renovada y borrada. El pintor y el escultor ya deben coexistir con
el chaman, el performer, el accionista el conceptual y el minimalista, a menos de que ya no sea
posible ser pintor o escultor. El artista no es ni guía ni faro, cada vez es menos un creador maldito
y cada vez más un mediador social con algo del hombre de negocios, del hombre de la
comunicación, del chaman y del ilusionista.

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