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En una nota publicada por PuntoEdu, la Dra.

Jessica Vargas, profesora de nuestra


unidad, habló sobre la importancia del Día de la Educación Inicial en nuestro país e
hizo una evaluación de los desafíos que enfrenta actualmente esta labor. A
continuación, compartimos sus palabras.

El 25 de mayo se conmemoran 87 años de la creación del primer jardín de infantes.


La historia se remonta a las hermanas Emilia y Victoria Barcia Boniffatti, quienes,
con mucho empeño –y bajo el lema “todo por amor, nada por la fuerza”– trabajaron
en beneficio de la infancia e implementaron, en 1931, el primer jardín de infancia
público en el Perú.

Como relata Rafael Otero en el libro Los Jardines de Emilia, durante los siguientes
25 años, las hermanas Barcia Boniffatti abrieron 330 centros de educación inicial en
todo el país, inspiradas en los planteamientos de Fröebel, Claparède, Decroly y
Montessori.

Actualmente, la educación inicial es el primer nivel de la Educación Básica Regular


y atiende a niños menores de 6 años, y se organiza en dos ciclos: I. atiende a niños
y ni-ñas menores de 3 años, y el II. atiende a niños y niñas de 3 a 5 años.

La importancia que tiene la educación inicial ha sido demostrada por numerosas


investigaciones realizadas en disciplinas vinculadas a la educación, psicología,
medicina, sociología, neurociencia, etc., que han permitido el reconocimiento de los
efectos de un desarrollo armonioso durante los primeros años de vida. Esta etapa
es decisiva en la vida del ser humano, pues es en los primeros seis años en los que
se sientan los cimientos de su desarrollo integral y posteriores aprendizajes.

Esto se debe a que, en los primeros años de vida, el cerebro evidencia una alta
plasticidad y desarrollo neuronal, por lo que la calidad de las experiencias e
interacciones, unidas a factores genéticos y ambientales, tienen una gran influencia
en el desarrollo de las habilidades sociales, emocionales, cognitivas y motoras, es
decir, en todas las dimensiones del ser humano.

Por ello, se necesitan docentes que asuman el reto de generar propuestas


educativas innovadoras, que incorporen los conocimientos y las investigaciones en
beneficio de los niños y niñas menores de seis años, que reconozcan y respeten sus
características individuales, sus necesidades e intereses, con la finalidad de
fomentar el pleno desarrollo de sus potencialidades y de aprendizajes significativos
a partir de experiencias lúdicas, creativas e interactivas, en un clima de afecto y
seguridad, además de los cuidados de salud, alimentación, nutrición, etc. En este
sentido, se requiere de una participación comprometida de la familia, cuyo rol es
importante porque es el primer agente que vincula al niño con la sociedad.
Asimismo, es necesario un trabajo inter- y multidisciplinario que pueda atender las
diferentes dimensiones de la persona.

A las investigaciones, se suma el hecho de que diferentes países se han


comprometido, a través de diversas manifestaciones, a trabajar en favor del acceso
a una educación de la infancia con calidad y equidad. Podemos citar, por ejemplo,
la Declaración de Jomtien sobre “la educación para todos”, el Marco de Acción de
Dakar, la X Conferencia Iberoamericana de Educación “La Educación Infantil para
el siglo XXI” y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Niños; y en el Perú, el Proyecto Educativo Nacional, el Plan Nacional de Acción por
la Infancia y el Foro Nacional de Educación para Todos.

En este marco de celebración de los 87 años de la educación inicial, nuestra


Facultad de Educación renueva su compromiso con la infancia y la formación de
docentes, con iniciativa, responsabilidad y creatividad, que sean sensibles a sus
necesidades y capaces de generar oportunidades de aprendizaje que desarrollen el
inmenso potencial de los niños y niñas de la educación inicial.

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