You are on page 1of 4

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PANAMÁ

Lic. en Ingeniería Industrial


Ingeniería Económica
Resumen #1
Nombre: Sonia Correa Profa.: Madelaine Martínez
CIP: 4-800-16 Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva Grupo:1II134

Capítulo 1: Paradigmas y principios


● De dentro hacia afuera
El autor nos señala el reto que conlleva el éxito usando ciertas técnicas de actitud positiva,
sobreprotección, reforzando la autoestima que le impartía a su hijo, decidiendo así
contemplar la situación desde un nivel distinto. Interesando en particular el modo en que las
percepciones se forman y gobiernan nuestra manera de ver las cosas y comportarnos.
Llevándolo a estudiar las expectativas y las profecías de auto cumplimiento o «efecto
Pigmalión», y a comprender lo profundamente enraizadas que están nuestras percepciones.
Que debemos examinar el cristal o la lente a través de los cuales vemos el mundo tanto
como el mundo que vemos, y que ese cristal da forma a nuestra interpretación del mundo.
En conclusión, si queremos cambiar la situación y la percepción, debemos empezar con
cambiando nosotros mismos.

● La personalidad y la ética del carácter


El autor estaba inmerso en un estudio sobre los libros acerca del éxito publicados en los
Estados Unidos desde 1776, de campos como la autoperfeccionamiento, la psicología
popular y la autoayuda. Lo llevó a rastrear doscientos años de escritos sobre el éxito, y en
su contenido advirtió la aparición de una pauta sorprendente. Empezó a sentir cada vez más
que gran parte de la literatura sobre el éxito de los últimos 50 años era superficial. Estaba
lleno de obsesión por la imagen, las técnicas y los arreglos transitorios de tipo social
(parches y aspirinas sociales) para solucionar problemas agudos, pero dejaban intactos los
problemas crónicos subyacentes, que empeoraban y reaparecían una y otra vez.
En total contraste, casi todos los libros de más o menos los primeros 150 años se centraban
en lo que podría denominarse la “ética del carácter” como el cimiento del éxito.
La ética del carácter enseñaba que existen principios básicos para vivir con efectividad, y
que las personas sólo pueden experimentar un verdadero éxito y una felicidad duradera
cuando aprenden esos principios y los integran en su carácter básico.
Pero poco después de la Primera Guerra Mundial la concepción básica del éxito pasó de la
ética del carácter a lo que podría llamarse la “la ética de la personalidad”. El éxito pasó a
ser más una función de la personalidad, de la imagen pública, de las actitudes y las
conductas, habilidades y técnicas que hacen funcionar los procesos de la interacción
humana.
La ética de la personalidad, en lo esencial, tomó dos sendas: una, la de las técnicas de
relaciones públicas y humanas, y otra, la actitud mental positiva (AMP). Algo de esta
filosofía se expresaba en máximas inspiradoras y a veces válidas, como por ejemplo “Tu
actitud determina tu altitud”, “La sonrisa hace más amigos que el entrecejo fruncido” y “La
mente humana puede lograr todo lo que concibe y cree”.
El autor al pensar más profundamente sobre la diferencia entre las éticas de la personalidad
y del carácter, se dio cuenta de que é, había estado obteniendo beneficios sociales de la
buena conducta de sus hijos, y según esto, uno de ellos simplemente no estaba a la altura de
sus expectativas.
Sabía que la comparación social como motivación no estaba de acuerdo con sus valores
más profundos y podía conducir a un amor condicionado y finalmente reducir el sentido de
los propios méritos.

● Grandeza primaria y secundaria


La gran experiencia del autor lo llevo a comprender el poderoso efecto de la ética de la
personalidad, vio con claridad esas discrepancias sutiles, a menudo no identificadas
conscientemente, entre lo que él sabía que era cierto ( algunas cosas que le habían
enseñados muchos años antes , de niño, y otras profundamente arraigadas en su propio
sentido interior de los valores) y las filosofías de arreglo transitorio que encontraba a su
alrededor dia tras dia.
Para el autor, los elementos de la ética de la personalidad ( desarrollo de la personalidad,
habilidades para la comunicación, estrategias de influencia y pensamiento positivo) no sean
beneficiosos y algunas veces de hecho esenciales para el éxito. Pero se trata de rasgos
secundarios, no primarios.
El autor trata de usar dse estrategias de influencia y tacticas para conseguir los otros hagan
lo que el quiewre, que trabajen mejor, que se sientan mas motivados, que el les agrade y se
gusten entre ellos, nunda podra tener éxito a largo plazo si su carácter es fundamentalmente
imperfecto, y esta marcado por la dupilicidad y la falta de sinceridad. Ya que la duplicidad
causara desconfianza.
Finalmente, si no hay una integridad profunda y una fuerza fundamental del carácter, los
dasafios de la vida sacan a la superficie los verdaderos motivos, y el fracaso de las
relaciones humanas reemplaza al éxito a corto plazo.

● El poder de una paradigma


Un paradigma es una manera que tenemos de “ver” el mundo, según la percepción y la
comprensión que tenemos y la interpretación que hacemos. Los paradigmas son como
mapas que nos guían para ir por la vida. Si no utilizamos un mapa adecuado no llegaremos
a ninguna parte, por muy detallado que sea el mapa. Es como si para ir a una calle del
centro de Tarragona utilizásemos un mapa de Girona. Por muy detallado que sea el mapa de
calles de Girona esta claro que no nos sirve para llegar a una calle de Tarragona.
Todostenemos muchos mapas en la cabeza sobre como ir por la vida, que nos indican como
son las coses y como deberían de ser. La manera que tenemos de ver las cosas en la vidaes
el origen de nuestra manera de pensar y de actuar. Los paradigmas que influencian nuestra
vida mediante la familia, los compañeros de estudios, los amigos, etc. son la fuente de
nuestras actitudes y comportamientos. Pero
no podemos mantener una integridad si decimos y hacemos las coses de una manera
diferente de como las vemos. Es por esta necesidad de ser coherentes con nosotros mismos
que a largo plazo “la ética de la personalidad” superficial no funciona. Sencillamente, tal
como dice Stephen Covey: “... probar de cambiar las actitudes y los comportamientos
exteriores sirve de poca cosa a la larga si no examinamos los paradigmas básicos a partir de
los cuales derivamos estas actitudes y comportamientos.” Covey dice que si queremos
realizar unos cambios relativamente menores en nuestras vidas, quizás nos podemos
concentrar de manera adecuada en nuestras actitudes y comportamientos. Pero si queremos
hacer un cambio significativo, importante, hemos de trabajar sobre nuestros paradigmas
básicos.

● El poder de un cambio de paradigma


La expresión cambio de paradigma fue introducida por Thomas Kuhn en un libro muy
influyente, una piedra angular, titulado La estructura de las revoluciones científicas. Kuhn
demuestra que casi todos los descubrimientos significativos en el campo del esfuerzo
científico aparecen primero como rupturas con la tradición, con los viejos modos de pensar,
con los antiguos paradigmas.
No todos los cambios de paradigma siguen una dirección positiva. Como ya hemos
señalado, el paso de la ética del carácter a la ética de la personalidad nos ha alejado de las
raíces mismas que nutren el verdadero éxito y la verdadera felicidad. Pero ya sea que el
cambio de paradigma nos empuje en direcciones positivas o negativas, o que se produzca
de modo instantáneo o gradual, determina que pasemos de una manera de ver el mundo a
otra. Ese cambio genera poderosas transformaciones. Nuestros paradigmas, correctos o
incorrectos, son las fuentes de nuestras actitudes y conductas, y en última instancia de
nuestras relaciones con los demás.
Muchas personas experimentan un cambio de pensamiento análogo y fundamental cuando
afrontan una crisis que amenaza su vida y de pronto ven sus prioridades bajo una luz
diferente, o cuando asumen un nuevo rol, como el de esposo o esposa, padre o abuelo,
directivo o líder.

● Ver y ser
Los paradigmas son inseparables del carácter. Ser es ver en la dimensión humana. Y lo que
vemos está altamente interrelacionado con lo que somos. No podemos llegar muy lejos en
la modificación de nuestro modo de ver sin cambiar simultáneamente nuestro ser, y
viceversa.
Los paradigmas son poderosos porque crean los cristales o las lentes a través de los cuales
vemos el mundo. El poder de un cambio de paradigma es el poder es esencial de un cambio
considerable, ya se trate de un proceso instantáneo o lento y pausado

● El paradigma basado en principios


Para guiar nuestros paradigmas nos tenemos que basar en algo que sea inquebrantable, algo
indiscutible, por una realidad objetiva que gobierna el desarrollo y la felicidad humana
desde el origen de los tiempos y que ha existido y existirá en todas las sociedades: esta
realidad objetiva se basa en principios.
Los principios son directrices para la conducta humana que han demostrado tener un valor
duradero, permanente. Los principios son universales e intemporales, son indiscutibles en sí
mismos. Estos principios por ejemplo son la rectitud, la integridad, la honestidad, la
dignidad humana, la idea de contribuir, la calidad, el potencial...
Cuanto más nos esforcemos en que concuerden nuestros paradigmas con estos principios,
más potenciaremos nuestra efectividad personal o interpersonal, mucho más que si
gastamos nuestras energías en cambiar nuestras actitudes o conductas.

You might also like