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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


República Bolivariana
de Venezuela

Universidad de Carabobo
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Escuela de Derecho
Cátedra: Derecho Procesal Penal
Periodo lectivo 2016-2017

PRINCIPIOS QUE RIGEN EL PROCESO PENAL VENEZOLANO DE


ACUERDO AL DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY DEL
CÓDIGO ORGÁNICO POCESAL PENAL

Integrantes:
Aguilar Ana. C.I. V- 24.173.398
Álvarez Edileth. C.I. V- 25.765.192
Araujo Miriam. C.I. V- 24.554.592
Díaz Natali. C.I. V- 24.435.815
Duarte Esther. C.I. V- 23.649.104
Infante Eloisa. C.I. V- 24.423.847

Sección: ​5to Año Sección 02


Profesor: ​Abg. Leoncy Landáez.

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ÍNDICE

Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN3

PRINCIPIO DE JUICIO PREVIO Y DEBIDO PROCESO4

PRINCIPIO DE EJERCICIO DE LA JURISDICCIÓN5

PRINCIPIO DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA6

PRINCIPIO DE AUTONOMÌA E INDEPENDENCIA DE LOS JUECES6

PRINCIPIO DE AUTORIDAD DEL JUEZ O JUEZA6

PRINCIPIO DE OBLIGACIÓN DE DECIDIR7

PRINCIPIO DEL JUEZ O JUEZA NATURAL8

PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA9

PRINCIPIO DE AFIRMACIÓN DE LA LIBERTAD10

PRINCIPIO DEL RESPETO A LA DIGNIDAD HUMANA10

PRINCIPIO DE LA TITULARIDAD DE LA ACCIÒN PENAL11

PRINCIPIO DE DEFENSA E IGUALDAD ENTRE LAS PARTES11

PRINCIPIO DE FINALIDAD DEL PROCESO12

PRINCIPIO DE ORALIDAD12

PRINCIPIO DE PUBLICIDAD13

PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN13

PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN14

PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN15

PRINCIPIO DE CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD16

PRINCIPIO DE PERSECUSIÓN17

PRINCIPIO DE COSA JUZGADA18

PRINCIPIO DE APRECIACIÓN DE LAS PRUEBAS20

3
PRINCIPIO DE PROTECCIÓN DE LAS VÍCTIMAS21

CONCLUSIÓN23

REFERENCIAS24

4
INTRODUCCIÓN

El Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico


Procesal Penal establece una serie de garantías y principios que van a regir el
transcurso del proceso penal pues si bien el proceso penal tiene como finalidad
la búsqueda de la verdad material esta no puede conseguirse a toda costa, por
lo que estas garantías y principios proveen una serie de escudos protectores
para que el ejercicio del poder penal no se convierta en el uso arbitrario de la
pura fuerza del estado, restando la integridad de cada una de las partes y
respetando los derechos humanos así como las garantías constitucionales,
principios esenciales de justicia, equidad y humanidad, decretando la manera
idónea de proceder, que no regula únicamente a las partes, sino también a
todo el sistema judicial y otros del Poder Público del Estado para remarcar la
obligación que tienen hacia la verdad, más que un deber un privilegio de hacer
cumplir su mandato y solventar los conflictos de carácter penal.

Esta ciencia del derecho como hemos mencionado, está íntimamente


relacionada con los derechos humanos pues se está en juego la libertad de una
persona, razón por la cual a lo largo de su estudio se nos recuerda
constantemente la importancia del debido proceso en esta cátedra, un área
delicada del derecho donde los principios son verdaderamente la esencia del
Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal.

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PRINCIPIO DEL JUICIO PREVIO Y EL DEBIDO PROCESO.

El artículo 1 del Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley del Código
Orgánico Procesal Penal, contempla la garantía del juicio previo y el debido
proceso de la siguiente forma:

“Artículo 1. Nadie podrá ser condenado sin un juicio previo,


oral y público, realizado sin dilaciones indebidas, ante un
juez o tribunal imparcial, conforme a las disposiciones de
este Código y con salvaguarda de todos los derechos y
garantías del debido proceso, consagrados en la
Constitución de la República, las leyes, los tratados,
convenios y acuerdos internacionales suscritos por la
República”.
Dicho artículo viene a establecer una garantía importante por el cual
toda persona tiene derecho a que se le juzgue conforme, no sólo a una ley que
establezca previamente el delito y la pena, sino también a una ley que señale el
procedimiento a seguir. En virtud por lo cual nadie podrá ser condenado sin ser
sometido previamente a un juicio oral y público; así como que el juicio se
realice sin dilaciones indebidas, es decir, sin retrasos o demora alguna, por el
cual el proceso penal debe ir siempre hacia adelante, buscando
constantemente el resultado procesal, es decir, la sentencia firme. El artículo
49 de la Constitución de 1999 en su numeral 4 establece:

“Artículo 49. “El debido proceso se aplicará a todas las


actuaciones judiciales y administrativas; en consecuencia…
(Omissis)
Numeral 4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por
sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias, o
especiales, con las garantías establecidas en esta
Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser
sometida a juicio sin conocer la identidad de quien la juzga,
ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o por
comisiones creadas para tal efecto… (Omissis)”
Por otro lado el artículo 257 constitucional así lo ordena:

“Articulo 257. El proceso constituye un instrumento


fundamental para la realización de la justicia. Las leyes
procesales establecerán la simplificación, uniformidad y
6
eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve,
oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales”​ .
Es decir, lo que establece el principio contenido en el artículo 1° es que
en materia penal para condenar a una persona, es necesario demostrar su
responsabilidad en juicio oral y público, con todas las garantías procesales, a
menos que la persona decida admitir los hechos en una audiencia preliminar,
igualmente con todas sus garantías.

PRINCIPIO DE EJERCICIO DE LA JURISDICCIÓN.

Corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de las causas y


asuntos de su competencia mediante los procedimientos que determinen las
leyes, y ejecutar o hacer ejecutar sus sentencias, así lo enuncia el artículo 2
del Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal
Penal, estableciendo que ​“La potestad de administrar justicia penal emana de
los ciudadanos y se imparte en nombre de la República por autoridad de la Ley.
Corresponde a los tribunales juzgar y ejecutar, o hacer ejecutar lo juzgado”​ .

Este artículo viene a establecer que ninguna otra autoridad u órgano del
Estado puede enjuiciar penalmente o controlar la ejecución de las decisiones
en materia penal, si así, llegase a ocurrir sería inconstitucional en razón de su
contraposición a las normas constitucionales y viciadas de ilegalidad por
violación de los preceptos establecidos en la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Asimismo en el artículo 253 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela se establece esta potestad, reafirmando lo dispuesto en el artículo 2
COPP.

Todas estas normas pretenden asegurar la independencia del Poder


Judicial, garantizando que sus órganos gozarán de autonomía funcional,
económica y administrativa en los términos determinados por las leyes; en este
orden de ideas, la Ley Orgánica del Poder Judicial en su artículo 1 establece

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que el “​Poder Judicial… es independiente de los demás órganos del Poder
Público. Sus deberes y atribuciones son las definidas por la Constitución, los
tratados, acuerdos y convenios internacionales suscritos por la República, esta
Ley y las demás leyes y a ellos debe sujetarse su ejercicio.”.

PRINCIPIO DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA.

En virtud de este principio, los ciudadanos podrán participar


directamente en la administración de la justicia penal, esta forma de
participación está consagrada en el ya citado artículo 253 de la Constitución de
1999 y desarrollada ampliamente en el Decreto con Rango Valor y Fuerza de
Ley de nuestro Código Procesal Penal en su Capítulo VII De los y las
Auxiliares de las Partes, específicamente en el artículo 3 el cual establece que
“​Los ciudadanos participarán en la administración de la justicia penal conforme
a lo previsto en este Código”…omissis.

PRINCIPIO DE AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA DE LOS JUECES.

Lo establecido en el artículo 4 Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley


del Código Orgánico Procesal Penal, sobre las“…funciones los jueces son
autónomos e independientes de los órganos del Poder Público y sólo deben
obediencia a la ley y al derecho”, se refiere no sólo a la autonomía e
independencia frente al Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, sino frente a
todos los órganos del Poder Público, incluso el mismo Poder Judicial; o sea,
frente a otros jueces. En todo caso, los jueces sólo deben obediencia a la ley,
el precepto que desarrolla este artículo es el principio de independencia de los
jueces en el ejercicio de sus funciones, contenido en el artículo 254 de la
Constitución de la Republica y en el artículo 3° de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, además, incorpora en su único aparte, la posibilidad de denunciar ante
el Tribunal Supremo de Justica las injerencias y/o perturbaciones que pudieren

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sufrir en el ejercicio de sus funciones.

En caso de interferencia en el ejercicio de sus funciones los jueces


deberán informar al Tribunal Supremo de Justicia sobre los hechos que afecten
su independencia, a los fines de que la haga cesar.

PRINCIPIO DEAUTORIDAD DEL JUEZ.

Enmarcado en el artículo 5 Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley


del Código Orgánico Procesal Penal, dispone que​“Los jueces cumplirán y
harán cumplir las sentencias y autos dictados en ejercicio de sus atribuciones
legales”.​ Es uno de los principios básicos donde descansa la función judicial, es
tener autoridad para imponer lo decidido. La autoridad es una de las
características primordiales de la función jurisdiccional; de no existir esta las
sentencias y los autos serian simples opiniones jurídicas sin el elemento de la
coercibilidad en virtud del cual, la decisiones judiciales deben ser acatadas
obligatoriamente.

Para el mejor cumplimiento de las funciones de los jueces y juezas, y


tribunales, las demás autoridades de la República están obligadas a prestarles
la colaboración que les requieran en el desarrollo del proceso. En caso de
desacato, desobediencia a la autoridad o incumplimiento de la orden judicial, el
juez o jueza tomará las medidas y acciones que considere necesarias,
conforme a la ley, para hacer respetar y cumplir sus decisiones.

Esta norma reproduce lo establecido en los artículos 10 y 11 de la ley


Orgánica del Poder Judicial, en la relación con los artículos 91 y siguientes
ejusdem,​ que permite a los tribunales imponer sanciones correctivas a quienes
faltaren el respeto debido a los actos judiciales o desacataren sus mandatos,
además de la posibilidad de denunciarlos por los posibles delitos de
desobediencia o desacato que pudieren haber cometido. La legislación penal
sustantiva contiene una serie de tipos de penales que sancionan la negativa de

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las personas particulares y de los funcionarios estatales, a colaborar con las
funciones judiciales.

PRINCIPIO DE OBLIGACIÓN DE DECIDIR.

“Los jueces no podrán abstenerse de decidir so pretexto de silencio,


contradicción, deficiencia, oscuridad o ambigüedad en los términos de las
leyes, ni retardar indebidamente alguna decisión. Si lo hicieren, incurrirán en
denegación de justicia”(​ Artículo 6 delDecreto con Rango, Valor Y Fuerza de
Ley del Código Orgánico Procesal Penal). De acuerdo a la disposición de este
artículo observamos que el juez es otro de los sujetos procesales y como el
resto tiene unas facultades o atribuciones, pero al mismo tiempo tiene unas
obligaciones, esto significa que el juez bajo ninguna circunstancia puede
abstenerse a decidir sobre la causa que se la plantee, debe absolver o
condenar y en caso de abstenerse de decidir incurriría en denegación de
justicia, quebrantando los artículos 16, 49 ord. 8 y 255 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.

En el sistema acusatorio que introdujo el Decreto con Rango Valor y


Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal, el predominio absoluto de
la oralidad y de la inmediación en casi todas las fases del proceso y la
obligación establecidas tanto para jueces de control, como para los tribunales
de juicio, de decidir inmediatamente después de los actos procesales,
determinan prácticamente la imposibilidad de que las decisiones sean
demoradas o diferidas de manera indefinida. Sin embargo el solo deseo de
celeridad por parte del legislador, no garantiza ​per se la prontitud de la solución
de los procesos.

PRICIPIO DEL JUEZ NATURAL.

La doctrina ha establecido que el Juez Natural es el designado conforme

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a las reglas y garantías plasmadas en el ordenamiento jurídico del Estado,
íntimamente ligado a los principios de imparcialidad y del debido proceso, como
se puede advertir de lo asentado tanto por la doctrina como por la
jurisprudencia de nuestro máximo Tribunal, el Juez Natural es aquel a quien la
ley le atribuye la competencia para conocer una determinada situación jurídica,
esto se traduce en que “​Toda persona debe ser juzgada por sus jueces
naturales y, en consecuencia, nadie puede ser procesado ni juzgado por jueces
o tribunales ad hoc” (extracto del articulo 7 ejusdem) ​por lo tanto, cuando se
trata de un procedimiento penal le corresponderá, exclusivamente, a los jueces
y tribunales ordinarios o especializados establecidos por las leyes, a conocer
las causas en la materia, como parte de esa designación conforme a las
normas del Estado.

Dicho concepto de juez natural responde a la preexistencia del órgano


de juzgamiento con prescindencia de su titular, el órgano jurisdiccional está ahí,
y existe con antelación a la comisión del hecho criminal; por consiguiente, entra
a conocer del asunto cualquiera que sea el imputado, consiste esencialmente,
en la garantía que posee un ciudadano (venezolano o no) de ser juzgado por
un tribunal competente, establecido por una ley previa y con jueces
independientes e imparciales en la función de administrar justicia. Esta norma
siguiendo las pautas del principio no admite excepción alguna. Es un principio
fundamentado dentro del marco constitucional del debido proceso y una
garantía humana emanada de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

PRINCIPIO DE LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.

Partiendo de la premisa, consignada en el artículo 8 del Decreto con


Rango Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal “Cualquiera
a quien se le impute la comisión de un hecho punible tiene derecho a que se le
presuma inocente y a que se le trate como tal, mientras no se establezca su
culpabilidad mediante sentencia firme”,​ esta presunción es un derecho humano

11
que procura garantizar la igual, justicia y verdad durante el proceso permitiendo
al imputado ser oído y defenderse de las acusación hechas en su nombre, es
una garantía constitucional consagrada en el artículo 49 de nuestra Carta
Magna que procura respectar la dignidad humana y el debido proceso, y
aclarando que solo mediante la sentencia del Juez se declarara la culpabilidad
o no de una persona, esto significa que:

1. Que solo la sentencia tiene esa virtualidad.


2. Que al momento de la sentencia, solo existen dos posibilidades: culpable o
inocente. No hay tercera posibilidad.
3. Que el imputado no tiene que construir su inocencia.
4. Que no pueden existir ficciones de culpabilidad.
5. Que el imputado no puede ser tratado como culpable.
6. Que la culpabilidad debe ser jurídicamente construida.
7. Que esa construcción implica un grado de certeza.
8. Que el imputado no tiene que construir su inocencia

PRINCIPIO DE LA AFIRMACIÓN DE LA LIBERTAD.

Consagrado en el artículo 9 del Decreto con Rango Valor y Fuerza de


Ley del Código Orgánico Procesal Penal y concatenado con el artículo 44 de
nuestra carta magna podemos determinar que la Libertad, además de ser un
derecho humano, es una garantía constitucional que poseemos todo. Esto es
algo que se debe mantener como la regla previendo, el artículo 9 del Decreto
con Rango Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal, la
privación de libertad como una medida excepcional, este artículo es una
especie de limitación para recordar a la administración de justicia que durante
el proceso penal, atendiendo a la presunción de inocencia, es ideal que se

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opere mientras el acusado se encuentre en pleno ejercicio de su libertad,
asegurando ducha garantía constitucional.

Sin embargo, nuestra norma jurídica adjetiva penal aclara que


dependiendo las situaciones que rodeen el hecho es posible solicitar
laaplicaciónde la privación de libertad, bajo dos supuesto que conjuntamente o
por separado darían pie a la activación de este medio, se trata del ​peligro de
fuga o que exista la posibilidad de ​obstrucción de la averiguación​. Otras
excepciones son la persona conseguida en delito flagrante o si existe una
orden judicial para la aprehensión del individuo, derivadas de nuestra norma
constitucional.

PRINCIPIO DEL RESPETO A LA DIGNIDAD HUMANA.

Emanado del artículo 10 del Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley
del Código Orgánico Procesal Penal, este principio resalta la importancia del
ser humano en cada fase del proceso, respetando todos los derechos
inherentes a él, entre ellos el de solicitar la asistencia de un abogado de
confianza quien velará por el acatamiento del debido proceso, las garantías y
derechos que le correspondan. Aunque principalmente dirigida al imputado,
aplica igualmente a la víctima, para de esta manera prevenir la doble
victimización por parte del sistema de justicia, asegurando que sean
respetados igualmente sus derechos y su dignidad.

PRINCIPIO DE LA TITULARIDAD DE LA ACCIÓN PENAL.

Este principio, contenido en el artículo 11 ​ejusdem​, nos recuerda la


oficialidad de la acción penal, pues pertenece al Estado a través de sus
órganos impulsar las causas que van en contra del orden público, siendo el
detenedor de esta titularidad es el Ministerio Publico de manera obligatoria,
pues es quien debe darle seguimiento y llevarlo a término durante las fases del

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proceso judicial penal.

El Estado es el principal garante de hacer cumplir las normas y


comoconsecuencia de la comisión de un hecho delictivo, es definitivamente su
labor activar los mecanismos que este posee a su disposición para apertura la
persecución penal, buscar la verdad y llevar justicia.

PRINCIPIO DE LA DEFENSA E IGUALDAD ENTRE LAS PARTES.

Dentro del proceso existe siempre una dualidad, una confrontación, sin
la cual no existiría un proceso penal, sin embargo esto no es motivo para que
exista preferencia por alguna de las partes, razón por la cual el Legislador
celosamente protege la imparcialidad de los jueces como medida para
asegurar la igualdad de cada una de las partes, prohibiendo expresamente
mantener comunicación alguna con los individuos involucrados y el juez que
incurra en esta situación podría afrontar consecuencias graves.

Todas las personas tienen el derecho a una defensa justa,


independientemente de su posición dentro de proceso y a ser tratados como
iguales, es un derecho humano y una garantía constitucional, pues este
principio como muchos otros está íntimamente relacionado con el debido
proceso, la dignidad humana y la presunción de inocencia por nombrar
algunos.

PRINCIPIO DE LA FINALIDAD DEL PROCESO.

La finalidad del proceso penal es la verdad de los hechos y que así se


evidencie por vías jurídicas, estas vías son las que estén establecidas en las
fuentes de esta rama del Derecho, como lo son el Decreto con rango, valor y

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fuerza de ley del Código Orgánico Procesal Penal en su artículo 13, la
Constitución como norma máxima y los Tratados internacionales a fines a la
materia; en palabras de Fernando Fernández (1999) “el proceso penal no
puede convertirse en una pena sustitutiva o anticipada” quiere decir, imponer
una sanción sin haber encontrado la verdad de los hechos. Debe considerarse
la justicia en todos sus sentidos como el bien mayor de las ciencias jurídicas,
tanto para quien fue víctima de un hecho punible, como para quien infringió la
norma pero que también tiene el derecho a que se le aplique de manera justa
lo establecido en la ley y más que lo reflejado en el texto las partes son
merecedoras de Justicia, acción que realizara el juez examinando
primeramente la ley y sus principios.

La verdad y la justicia deben ser el norte del juez durante todo el proceso
y su fundamento al momento de tomar la decisión según todo lo alegado y
demostrado a lo largo de un proceso determinado. Este principio refleja la
alteración que existe cuando se tiene el conocimiento de que posiblemente se
ejecutó un hecho punible, razón por la cual se debe buscar la verdad para
restablecer el orden en el marco de la justicia y lo establecido en la ley.

PRINCIPIO DE ORALIDAD.

Los juicios penales son orales, así lo establece el artículo 14 de la norma


adjetiva, a diferencia del proceso civil que es principalmente escrito, en este
caso todo se manifiesta y analiza oralmente; las pruebas en esta materia son
incorporadas en la audiencia, esto quiere decir que el proceso es célere en lo
referente a las pruebas, siendo las mismas las que van a ser consideradas en
la decisión del juez como director del proceso; explica Fernando Fernández
(1999) que este hecho de las pruebas, implica un mayor trabajo para el
Ministerio Publico, Defensa y Expertos; puesto que tienen que presentar
pruebas contundentes, obtenidas legalmente, limpias sin contaminación
alguna, validas e irrefutables; y hacerlo en el término establecido que es el día

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de la audiencia.

PRINCIPIO DE PUBLICIDAD.

Los juicios son públicos, por lo que se entiende que cualquier persona
puede presenciarlos, esto es que la audiencia se desarrolla en presencia de la
víctima, el ministerio público, la defensa, la ciudadanía que pueda evidenciar la
aplicación justa de la ley; Fernández (1999) evalúa la publicidad y explica que
el juicio es presenciado por el público, esto permite la existencia del control
democrático de la actuación judicial.

El artículo 15 del Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley del Código
Orgánico Procesal Penal establece “ salvo las excepciones de ley” y estas
están recogidas en el artículo 316, donde se considera prudente que el juicio
sea de forma privada cuando afecte el pudor de las partes, perturbe las buenas
costumbres o la seguridad del estado, se trate de un secreto que si es
revelado sea punible, este un menor de edad; la existencia de alguna de estas
condiciones debe hacerse constar en la acta de debate para que pueda
seguirse el juicio sin acceso al público.

PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN.

En este proceso está presente la inmediación, esto se refiere a que los


jueces tienen la obligatoriedad de presenciar todo el debate y la incorporación
de pruebas; a diferencia por ejemplo del proceso laboral que existen diversos
jueces desde el inicio hasta decisión de un conflicto. Este principio establecido
en el artículo 16 ​ejusdem, muy importante puesto que el juez mantiene pleno
conocimiento desde el inicio y de las pruebas que se presentan en la audiencia
donde se va a demostrar la inocencia o culpabilidad y allí se encuentra el
fundamento de su decisión.

Por ello en virtud de este principio las partes deben estar presentes en

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todas las fases del juicio ya que la presencia de las mismas y los abogados
garantiza la existencia de la defensa, tampoco puede realizarse la audiencia sin
el juez, ya que es necesario que este escuche y vea todas las pruebas que se
presenten y el debate inherente a las mismas, no permitiéndose que la
información que posteriormente es suscrita en actas sea la fuente de
conocimiento del juez.

PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN.
Encuentra su asidero en el artículo 17 de la norma adjetiva penal, el cual
reza lo siguiente: ​“Iniciado el debate, éste debe concluir sin interrupciones en el
menor número de días consecutivos”,​ lo que se traduce a la realización por
mandato legal de la revisión o examen de la causa en una o pocas audiencias
que a su vez disten muy poco una de la otra, de modo que la suspensión
temporal no afecte la valoración que deba realizar el Juez para decidir sobre el
asunto.
Por ello, resulta oportuno acotar que es la existencia del principio de
inmediación lo que de un modo u otro justifica la del principio de concentración,
ya que, al tener el Juez una percepción directa de las actuaciones y pruebas en
el proceso, se hace necesario que entre la oportunidad en la que este las
valora y la decisión, transcurra una cantidad de tiempo reducida, pues, de otro
modo como se ha mencionado anteriormente, afectaría la fidelidad de su
apreciación.
Por consiguiente, la finalidad de este principio viene a estar íntimamente
relacionada con el hecho de minimizar la posibilidad cierta de que el proceso
penal venezolano sea objeto de dilaciones indebidas, las cuales, no solo
perjudican el sistema de justicia sino también al acusado. Adicionalmente,
responde a la necesidad de orientar la convicción del Juez en el menor número
de días, por lo que respecta a la fase del juicio oral y público.
En este sentido, y para significar aún más lo anteriormente expuesto,

17
indica Baumann (citado por Magistrada Blanca Rosa Mármol de León en
Sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia en
fecha 26 de Mayo de 2009) que:

“…a la ley le interesa obtener una impresión fresca,


directa y libre del polvo de las actas, la posibilidad de
intervenir en forma permanente y la colaboración sin
trabas de quienes participan en el proceso. Todo esto
puede producir el resultado deseado si no existen entre
las distintas partes del debate períodos de tiempo
excesivamente prolongados.”.

En consecuencia, establece nuestra norma adjetiva penal en su artículo


318 que la suspensión de la audiencia puede alcanzar un plazo máximo de 15
días calendario en cuatro casos especialísimos, los cuales a saber guardan
relación con:
1. Resolver cuestiones incidentales, practicar algún acto fuera de la sala de
audiencias siempre que se requiera para ello un plazo superior al
intervalo que tiene lugar entre dos sesiones.
2. La no comparecencia de testigos, expertos o intérpretes cuya
intervención sea indispensable y no pueda continuarse la recepción de
otras pruebas hasta tanto no se subsane tal situación.
3. Ausencia del Juez, acusado, Defensor y Fiscal del Ministerio Público por
presentar un nivel de enfermedad grave, sin embargo, los dos últimos
pueden ser reemplazados.
4. Ampliación de la acusación de acuerdo a las características del caso.
No obstante, si resultare imposible continuar el debate en el día y hora
fijados por el Juez de conformidad con el artículo 319 del Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal o a más tardar el
décimo sexto día siguiente a la suspensión, se entenderá como interrumpido y
se requerirá la realización del mismo nuevamente desde su inicio.

PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN.

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Expresa el artículo 18 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del
Código Orgánico Procesal Penal que ​“El proceso tendrá carácter
contradictorio”.
En este sentido, parafraseando lo expuesto por Rengel (2012), el
Principio de Contradicción orienta en modo alguno la participación de las partes
acreditadas en el proceso, pues, la misma en virtud de la existencia de esta
garantía, pasa por realizar actos que impliquen, por ejemplo, alegaciones,
oposiciones o pedimentos, frente a aquellos realizados por la contraparte, a los
fines de hacer valer su derecho a la defensa.
Asimismo, no se concibe la existencia de un proceso penal de carácter
contradictorio sin tomar en cuenta la igualdad que debe privar respecto a las
partes, ya que, los tribunales deben mantener un clima en el cual no existan
preferencias, donde el ejercicio de derechos y facultades sea común a las
mismas, salvo que la Ley acuerde una condición diversa entre ellas. No
obstante, no puede tener lugar extralimitación alguna.
Ahora bien, parte de la doctrina considera que este principio adquiere
especial relevancia en la fase del juicio oral y público, ya que, de algún modo
supone la posibilidad para partes acreditadas en el proceso de controlar, en
igualdad de condiciones, los medios probatorios que obran contra ellas, pues,
son ellos los que de cierta manera sientan las bases necesarias para que el
Juez dicte un fallo respecto al caso concreto.

PRINCIPIO DE CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD.


Establecido en el artículo 19 ejusdem, dispone que: ​“Corresponde a los
jueces y juezas velar por la incolumidad de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Cuando la ley cuya aplicación se pida colidiere con
ella, los tribunales deberán atenerse a la norma constitucional”.
Ahora bien, de ello en primer lugar se observa el carácter innegable de
la Supremacía Constitucional, pues, de acuerdo a la concepción Kelseniana, el
texto de la Constitución Nacional además de ostentar dentro del ordenamiento

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jurídico de todas las legislaciones el nivel jerárquico más alto, da fundamento al
resto de los instrumentos normativos del Estado.
En este sentido expresa Bidart Campos (citado por Rivas (2011)) que "la
Constitución es suprema, y por ser suprema obliga normativamente a que las
ulteriores normas jurídicas se ajusten a sus disposiciones, so pena de
reputarlas anticonstitucionales y, por ende, afectadas de nulidad" (p. 196).
De modo que esto permite que el artículo objeto de estudio guarde
estrecha relación con los sistemas de control de la constitucionalidad, los
cuales están dirigidos a salvaguardar la Supremacía de la Constitución como
pilar fundamental de nuestro ordenamiento jurídico, pues, toda norma al estar
en un rango inferior a ella, requiere ser codificada dentro de los límites que se
observan en la misma, tal como se ha venido mencionando.
Sin embargo, no es suficiente que nuestra Carta Magna o cualquier otra
Ley, contengan una disposición en la que se determine que la primera goza de
supremacía respecto a las demás, pues, resulta prácticamente obligatorio
establecer vías que permitan mantener en pie dicho postulado.
De modo que, la legislación venezolana ha previsto tales mecanismos
de protección de la constitucionalidad, específicamente, control difuso y control
concentrado, en el artículo 334 de la Carta Fundamental, que establece:

"Todos los jueces o juezas de la República, en el


ámbito de sus competencias y conforme a lo previsto en
esta Constitución y en la Ley, están en la obligación de
asegurar la integridad de la Constitución.
En caso de incompatibilidad entre esta Constitución
y una Ley u otra norma jurídica, se aplicarán las
disposiciones constitucionales, correspondiendo a los
tribunales en cualquier causa, aún de oficio, decidir lo
conducente.
Corresponde exclusivamente a la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia como
jurisdicción constitucional, declarar la nulidad de las leyes
y demás actos de los órganos que ejercen el Poder
Público dictados en ejecución directa e inmediata de la
Constitución o que tenga rango de Ley".

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Como corolario de ello, debe entenderse que estos sistemas tienen un
carácter excepcional y que de referirnos a la aplicación de control difuso
estaremos ante la potestad que ostenta cualquiera de los jueces de la
República de para desaplicar en un caso concreto las disposiciones de las
leyes penales aplicables en este caso.

PRINCIPIO DE PERSECUSIÓN.
Previsto en el artículo 20 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
del Código Orgánico Procesal Penal, establece lo siguiente:​“Nadie debe ser
perseguido o perseguida penalmente más de una vez por el mismo hecho.
Será admisible una nueva persecución penal:
1. Cuando la primera fue intentada ante un tribunal incompetente, que por ese
motivo concluyó el procedimiento;
2. Cuando la primera fue desestimada por defectos en su promoción o en su
ejercicio”.
Es de entender que de acuerdo al contenido del precitado artículo, se
prohíbe taxativamente la apertura de un nuevo proceso penal a una persona
que bien pudiera tener un proceso pendiente por el mismo hecho, por ejemplo,
en el mismo Tribunal o en diversos de ser el caso.
Por consiguiente, el legislador patrio no se ha referido directamente al
carácter de Cosa Juzgada que adquiere cada asunto en concreto al momento
en que emana del Tribunal el fallo que lo decide, sino que más bien debe
considerarse como una medida u oportunidad que prevé la norma adjetiva
penal para subsanar a través de la presentación de una nueva acusación, los
vicios que pudieron haber afectado a la realizada previamente.
Siendo importante acotar que de acuerdo a la opinión de Vásquez
(citado por Figueroa (2009)), entre la primera acusación llevada a cabo por el
Ministerio Público o defensor privado y la segunda, que tiene por objeto corregir
las causas que llevaron a su desestimación, se suspende la causa. Aunque,

21
puede ocurrir que la parte presente ante el Tribunal nuevamente la acusación
sin realizar corrección alguna por lo que lo procedente en esos casos sería que
el Juez de Control decrete el sobreseimiento de la causa.

PRINCIPIO DE LA COSA JUZGADA


En el artículo 21 ​ejusdem, s​ e demuestra la figura de la cosa juzgada, la
cual según Manresa citado por Caballenas en su Diccionario Jurídico
Elemental(2003) , se define así “​a toda cuestión que ha sido resuelta en juicio
contradictorio por sentencia firme de los tribunales de justicia”​. La cosa juzgada
se resuelve como un derecho constitucional en el proceso que tiene toda
persona, buscando resolver que al imputado no se le repitan sentencias ya
cumplidas.

Dicho derecho se encuentra concadenado con el artículo 46 de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en su ordinal
séptimo, sobre el debido proceso en cualquier acto jurídico o administrativo:
“​Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos en virtud
de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente”​ . Del mismo impedimento
ante la sentencia previa, nace de la necesidad que exista justicia en el derecho,
uno de los objetivos principales del Estado Democrático.

No obstante, se establece una excepción a la cosa juzgada en el


procedimiento penal, el cual es el caso de revisión establecido en el título V de
la norma adjetiva. El recurso de revisión busca remediar una modificación
realizada al hecho punible que origino el proceso, busca favorecer al reo como
es la tendencia legislativa en Venezuela. Generalmente dicho recurso
comienza al encontrarse nueva evidencia o nuevos hechos que cambien la
cuestión punible. En este aspecto el artículo 476 establece los casos en los
cuales procede el mismo:

“1º. Cuando en virtud de sentencias contradictorias estén


sufriendo condena dos o más personas por un mismo
delito, que no pudo ser cometido más que por una sola;

22
2º. Cuando la sentencia dio por probado el homicidio de
una persona cuya existencia posterior a la época de su
presunta muerte resulte demostrada plenamente;
3º. Cuando la prueba en que se basó la condena resulta
falsa;
4º. Cuando con posterioridad a la sentencia condenatoria,
ocurra o se descubra algún hecho o aparezca algún
documento desconocido durante el proceso, que sean de
tal naturaleza que hagan evidente que el hecho no existió
o que el imputado no lo cometió;
5º. Cuando la sentencia condenatoria fue pronunciada a
consecuencia de prevaricación o corrupción de uno o más
jueces que la hayan dictado, cuya existencia sea
declarada por sentencia firme;
6º. Cuando se promulgue una ley penal que quite al
hecho el carácter de punible o disminuya la pena
establecida.”

Estas causales según el 437 puede ser interpuesto por escrito y con la
motivación necesaria por el penado, el cónyuge, los herederos si el penado
falleció, el Ministerio Publico, asociaciones de defensa de los derechos
humanos y el juez de ejecución cuando se dicte una ley que disminuya la pena
o la extinga.

PRINCIPIO DE APRECIACIÓN DE LAS PRUEBAS.

Contemplado en el artículo 22 de la norma adjetiva penal, se consideran


como prueba todos los instrumentos utilizados para verificar o negar los hechos
punibles los cuales dieron origen al proceso. Según Devis, H. (2000) señala
que ​"por valoración o apreciación de la prueba judicial se entiende la operación
mental que tiene por fin conocer el mérito o valor de convicción que pueda
deducirse de su contenido".​ El juez debe evaluar las pruebas desde la buena fe
y de la manera más objetiva posible, el sistema de la sana crítica ​ en el cual
deben intervenir los principios humanos como la lógica y la experiencia del

23
juez, de acuerdo con Añez, M. (2008) parafrasea a (Fabrega, 1997),sobre los
principios a seguir para el sistema:

(i) el juez debe examinar la prueba racionalmente, con


arreglo a las normas de la lógica y de la experiencia; (ii) la
prueba debe haber sido practicada y aportada al proceso
de acuerdo con las formalidades legales; (iii) el examen
integral de cada medio de prueba, entrelazado con los
distintos medios de prueba que obran en el expediente; y
(iv) la apreciación del juez está sujeta a un control por
parte del juez superior o de alzada​.

Para poder realizar una apreciación de las pruebas en base a la lógica


simple, se debe determinar lo obvio a los simples sentidos de cualquier hombre
(vista, tacto, oído, olfato y gusto). Ligada con la experiencia del juez al
momento de decidir, se ligan vivencias tanto personales como profesionales
para poder determinar la naturaleza de la prueba y su valor en el proceso.

De igual manera, para vestir de mayor solemnidad y objetividad a la


prueba como instrumento del hecho punible, se pueden utilizar diversos
métodos científicos que puede vislumbrar con mayor veracidad a la prueba. El
juez puede hacer uso de los mismos de acuerdo a su experiencia y la
tecnologías del momento. Los mismos pueden variar desde pruebas de ADN,
hasta dirigirse a peritos en las ciencias relativas a la investigación.

PRINCIPIO DE PROTECCIÓN DE LAS VICTIMAS

De acuerdo con el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código
Orgánico Procesal Penal, en su artículo 23 establece la protección a toda
victima que sufra un hecho punible y su acceso a la justicia, constituyendo un
fundamento de la justicia, así como un objetivo definitivo del la norma adjetiva
penal, estableciendo de manera textual lo siguiente:

24
Artículo 23. Las víctimas de hechos punibles tienen el
derecho de acceder a los órganos de administración de
justicia penal de forma gratuita, expedita, sin dilaciones
indebidas o formalismos inútiles, sin menoscabo de los
derechos de los imputados o imputadas o acusados o
acusadas. La protección de la víctima y la reparación del
daño a la que tengan derecho serán también objetivos del
proceso penal.
Los funcionarios o funcionarias que no procesen las denuncias de las
víctimas de forma oportuna y diligente, y que de cualquier forma afecte
su derecho de acceso a la justicia, serán acreedores y acreedoras de las
sanciones que les asigne el respectivo Código de Conducta que deberá
dictarse a tal efecto, y cualesquiera otros instrumentos legales.

De igual manera la norma define en su articulo 119, quienes son los


sujetos que se entenderán por victima, entre los cuales figuran: la persona
directamente ofendida por el delito, socios, accionistas o miembros que
componen a una persona jurídica y el delito se realice contra la misma; el
cónyuge, hijos, padre adoptivo, parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad o herederos cuando la consecuencia
sea la incapacidad o muerte de la persona, o si se trata de un delito en contra
de un incapaz o menor de edad.

La protección de la victima, se establece en Ley de Protección de


Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales (2006), donde establece que
dicha protección “d​eben proporcionarla los órganos jurisdiccionales
competentes, los órganos de policía de investigaciones penales, los órganos
con competencia especial en las investigaciones penales y los órganos de
apoyo a la investigación penal, en sus respectivos ámbitos de competencia, a
solicitud del Ministerio Público.” Así como en su artículo 44 plantea la creación
de un fondo que será dirigido por el Ministerio Público, por lo cual dicho ente
creo una Coordinación de protección de la victima. De ​acuerdo a la Fiscal
General, Luisa Ortega Diaz en una publicación realizada en el blog del

25
Ministerio Público:

“A través de esa dependencia, se garantizará la integridad


física y psicológica de los indicados sujetos procesales, lo
cual, además de constituir un fin supremo, redunda en la
posibilidad de alcanzar el fin de todo proceso penal como
lo es establecer la verdad de los hechos para la
realización de la justicia. Es decir, mediante la protección
a las víctimas y testigos evitamos la obstrucción a la
justicia.”
De esta manera se establece un flujo de protección continuo a la victima,
para que la misma no sufra más daño y se le reparen los que se realizaron. La
prioridad en la seguridad de la victima y su bienestar, así como no se
menoscaben sus derechos. Por está razón, si un funcionario no colabore y
obstruya la búsqueda de justicia de la victima será sancionado.

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CONCLUSIÓN

Los principios del Derecho Procesal Penal, contemplados en Decreto con


Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal, son el
fundamento y base esencial para un debido proceso en el cual la justicia sea
eminente en un punto, colocando por delante a la victima y el daño que sufrió a
la misma. De igual manera, los principios básicos del derecho van alineados
con los del proceso penal, concadenados en su gran mayoría con nuestra
Carta Magna.

Cada uno de los principios estudiado representa un pilar fundamental en


el desarrollo del proceso penal, no solo en cuanto a las formalidades que ha de
cumplir, sino las motivaciones de fondo que ha de respetar y las limitaciones a
las cuales se va a acatar, siendo uno de ellos el principio de la
Constitucionalidad; hemos establecido la conexión que ambas normas tienen
entre sí, a consecuencia de lo que está en juego tanto para el imputado como
para víctima y es por esto que se establece la posibilidad que tienen ambos a
la defensa y a la protección como iguales en libertad (hasta no demostrarse la
culpabilidad del imputado o excepciones), por lo que es vital en este proceso la
celeridad, obtenida, en teoría, mediante la oralidad y garantizando su
trasparencia a través de la publicidad del juicio, teniendo el Juez imparcial, la
obligación de hacer justicia examinado los hechos y pruebas provistas. Es labor
de nosotros, como estudiantes de derecho, interiorizar estos principios para ser
realmente defensores de los derechos humanos y constitucionales de las
partes, para ayudar al Juez a ver la verdad y hacer justicia.

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REFERENCIAS

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. ​(1999). Gaceta


Oficial Extraordinaria Nro.
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal
Penal​. (2012). Gaceta Oficial Extraordinaria Nro. 6.078 del 15 de Junio
de 2012.
Ley de Protección de Victimas, Testigos y demás sujetos Procesales.​
(2006). Gaceta Oficial Nº 38.536 del 04 de octubre de 2006.
Añez, M. (2008). ​El sistema de valoración de las pruebas en el proceso
laboral venezolano. [​ Artículo en XML]. Disponible en:
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-85972
009000100003​. ​[Consulta: 2017, Enero 29].
Caballenas, R. (2003). ​Diccionario Jurídico Elemental. ​ ecimo Sexta
D
Edición. Buenos Aires: Editorial Heliasta.

Devis, H.(2000). ​Compendio de la Prueba Judicial​. Tomo I. Buenos Aires:


Rubinzal-Culzoni Editores.

Figueroa, L. (2009). ​Derechos del imputado en el Proceso Penal


venezolano según la Constitución Nacional y el Código Orgánico
Procesal Penal.[​ Documento en Línea]. Disponible en:
http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAR8254.pdf
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Fiscal General. (2002) ​Protección a las victimas. [​ Artículo de Opinión].
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http://www.ministeriopublico.gob.ve/web/guest/articulos-de-opinion-fiscal-
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Fernández, F. (1999) ​Manual de Derecho Procesal Penal​. Editorial
McGraw-Hill Interamericana de Venezuela.

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Rengel, A. (2012). ​Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano, Tomo I.
(Décima Tercera Edición). Caracas: Ediciones Paredes.
Rivas, A. (2011). ​El Estado, estructura y valor de sus instituciones. (Sexta
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Tribunal Supremo de Justicia. (2009). ​Sentencia emanada de la Sala de
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http://historico.tsj.gov.ve/decisiones/scp/mayo/245-26509-2009-C08-373.
HTML​[Consulta: 2017, Enero 27].
Vásquez, M. (2008) ​Derecho Procesal Penal Venezolano​. ​Universidad
Católica Andrés Bello. Caracas [Documento en Línea] Disponible
en:​https://books.google.co.ve/books?id=x4a3vUp95XcC&pg=PA33&dq=
Principio+de+la+Afirmacion+de+la+Libertad&hl=es&sa=X&ved=0ahUKE
wiGsbTQh-_RAhXC7SYKHRpWCbkQ6AEIGjAA#v=onepage&q=Principi
o%20de%20la%20Afirmacion%20de%20la%20Libertad&f=false

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