Professional Documents
Culture Documents
1.1 Para 2030, erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el mundo,
actualmente medida por un ingreso por persona inferior a 1,25 dólares de los Estados
Unidos al día
1.2 Para 2030, reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños
de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a
las definiciones nacionales
1.4 Para 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y
los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como
acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la
herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías apropiadas y los servicios
financieros, incluida la microfinanciación
1.5 Para 2030, fomentar la resiliencia de los pobres y las personas que se encuentran
en situaciones vulnerables y reducir su exposición y vulnerabilidad a los fenómenos
extremos relacionados con el clima y otras crisis y desastres económicos, sociales y
ambientales
1.b Crear marcos normativos sólidos en los planos nacional, regional e internacional,
sobre la base de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan en cuenta
las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión acelerada en medidas para
erradicar la pobreza
Leer más sobre el objetivo 16
Reducción de la pobreza EN RD
Tras un largo período de avances que había tenido el país, el nivel de pobreza de los
dominicanos se elevó abruptamente como efecto de la crisis bancaria de 2003-2004,
como se muestra en el primer gráfico que ilustra esta publicación. Antes de esa crisis,
la pobreza afectaba al 32.4 % de la población, pero en el momento más crítico, llegó a
impactar a casi la mitad.
Una vez restablecida la normalidad, entre 2004 y el 2006 la pobreza volvió a bajar, pero
permaneció mucho tiempo por encima del nivel que tenía anterior a la crisis, a pesar del
acelerado crecimiento económico que vivió el país. Ese comportamiento, claramente
atípico, ha sido motivo de múltiples análisis por parte de estudiosos nacionales e
internacionales.
No fue sino hasta el 2015 cuando la República Dominicana logró restablecer los niveles
de vida previos a la crisis bancaria y, finalmente, para el 2017 la tasa de pobreza
monetaria se colocó notablemente por debajo de los niveles vigentes quince años atrás.
No es motivo de orgullo que todavía más de dos millones y medio de dominicanos sufran
de tales carencias, y la superación de este mal es el primero de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible al 2030 a los que el país se comprometió en el seno de la
Organización de las Naciones Unidas y en los que está empeñado el Gobierno.
Para confirmar o desmentir estos datos se han hecho otras mediciones, como el índice
de pobreza multidimensional, que incluye diversas variables de bienestar diferentes al
ingreso; también el índice de calidad de vida o el método de las necesidades básicas
insatisfechas, y todos coinciden en la misma tendencia. En resumen, todas las
informaciones disponibles permiten concluir que, independientemente del método de
medición, la pobreza se ha reducido en los últimos cinco años. Y esto no debe ser cosa
que mueva a suspicacia porque es lo que se esperaría de un país que crece
sistemáticamente. Pero, además, algún efecto tendría que tener tanto énfasis que ponen
las políticas públicas en las condiciones de vida de la población pobre. Si acaso, lo que
merecería buscar más explicación es por qué la pobreza no bajaba antes.
Otra forma de ver las cosas, pero siguiendo un método muy diferente, es la clasificación
de los hogares en estratos sociales a partir de determinados montos de ingresos
tomados convencionalmente, conforme una metodología desarrollada en la última
década por el Banco Mundial y el PNUD. De acuerdo con este criterio, se ha optado por
dividir la población en los estratos de «pobres» y «clase media». En medio de ambos
hay un grupo que en nuestro país es muy extenso, y que se refiere a aquellos que ya
alcanzaron ingresos que los sacan de la categoría de pobres, pero que tampoco han
llegado a un nivel que los catalogue como de clase media; a este grupo se les llama
«vulnerables» por el riesgo de volver a caer en la pobreza ante circunstancias adversas.
Y, finalmente, por encima de todos hay un pequeño grupo de ingresos altos al que la
indicada metodología denomina «residual».
Estos cuatro estratos son definidos en función del nivel de ingreso per cápita diario,
medido en dólares estadounidenses ajustados por paridad de poder adquisitivo (PPA),
y los umbrales de ingreso establecidos para esta clasificación son los siguientes:
Pobres: hogares con ingreso per cápita inferior a cuatro dólares PPA por día,
equivalentes en nuestro país a RD$17,636 mensuales para un hogar de cuatro
miembros, datos a noviembre 2017.
Vulnerables: hogares con ingreso per cápita de entre cuatro y diez dólares PPA por
día, equivalentes al tramo RD$4,809-RD$11,022 mensuales por persona o entre
RD$17,636-RD$44,089 pesos por hogar de cuatro miembros.
Clase media: hogares con ingreso per cápita de US$10 a US$50 PPA por día,
equivalentes al tramo RD$44,089 y RD$220,444 mensuales por hogar de cuatro
miembros.
Residual: Todo hogar con ingreso per cápita por encima de US$50 PPA por día, o más
de RD$220,444 mensuales para un hogar de cuatro miembros.
Podemos o no estar de acuerdo con estos montos, pero es a partir de estos criterios
que, siguiendo definiciones del Banco Mundial, el país vuelve a ser considerado como
de «clase media». La razón es que la franja de clase media es más amplia que la de
pobres, como se ilustra en el gráfico tercero. La clase media en 2017 alcanzó un 30 %,
después de aumentar 7.4 puntos porcentuales en relación con el 2012, y esto no hizo
más que restablecer los niveles previos a la crisis bancaria. Mientras tanto, la franja de
pobres (de acuerdo con esta metodología, que es distinta a la anterior) se redujo a 19.2
% en 2017.
Mediante un segundo modelo, se hizo la descomposición del ingreso del hogar por
fuentes de ingreso, y reveló que el ingreso laboral fue el principal determinante del
crecimiento del ingreso de los hogares. En algunos medios se ha argumentado que la
pobreza no puede haber caído tanto con el poco dinamismo observado en la tasa de
desempleo, lo que se desvanece al verificarse, mediante un tercer modelo, que la caída
reciente de la pobreza se debió al aumento del ingreso de la población ocupada.
Cabe señalar que, con excepción de las partidas del programa Prosoli, en el concepto
de ingreso de la metodología oficial no se incluyen las transferencias indirectas del
Gobierno a los hogares como parte de los programas sociales regulares, ni siquiera las
del Programa de Alimentación Escolar, en el cual el Gobierno invierte sumas
considerables. Si en el cómputo se incluyeran las partidas que reciben los hogares por
vía de estos programas como parte del ingreso del hogar, la caída reciente de la tasa
de pobreza seguramente sería de mayor intensidad.
NOTICIAS RELACIONADAS
El Consejo de Seguridad debate sobre los retos a la paz y seguridad internacional
El Consejo de Seguridad debate sobre los retos a la paz y
seguridad internacional
20 de diciembre de 2017
Hoy en día, además de las guerras, hay amenazas no tradicionales como el cambio climático, las
hambrunas, las pandemias, el crimen organizado o el tráfico de drogas que pueden exacerbar los
conflictos. En un debate [...]
Nueva alianza busca erradicar el hambre y la malnutrición en América Latina y el CaribeGalería
Nueva alianza busca erradicar el hambre y la malnutrición en
América Latina y el Caribe
30 de noviembre de 2017
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)
anunciaron este jueves que se unirán para avanzar [...]