Bacterias en la industria alimentaria, farmacéutica y ambiental
Bacterias en el medio Ambiente
Además de mineralizar la biomasa muerta, los microorganismos marinos pueden reciclar elementos contaminantes en el agua, suplir funciones vitales básicas, y de ellos pueden deducirse 'muchos conocimientos aplicables a los humanos'
Bacterias en la industria alimentaria, farmacéutica y ambiental
Bacterias en el medio Ambiente
Además de mineralizar la biomasa muerta, los microorganismos marinos pueden reciclar elementos contaminantes en el agua, suplir funciones vitales básicas, y de ellos pueden deducirse 'muchos conocimientos aplicables a los humanos'
Bacterias en la industria alimentaria, farmacéutica y ambiental
Bacterias en el medio Ambiente
Además de mineralizar la biomasa muerta, los microorganismos marinos pueden reciclar elementos contaminantes en el agua, suplir funciones vitales básicas, y de ellos pueden deducirse 'muchos conocimientos aplicables a los humanos'
Bacterias en la industria alimentaria, farmacéutica y ambiental
Bacterias en el medio Ambiente
Además de mineralizar la biomasa muerta, los microorganismos marinos pueden reciclar elementos contaminantes en el agua, suplir funciones vitales básicas, y de ellos pueden deducirse 'muchos conocimientos aplicables a los humanos'(10). Gracias a la interacción de diferentes bacterias, Olavius algarvensis, un pequeño gusano que vive en aguas del Mediterráneo cerca de la isla de Elba,Italia, puede sobrevivir sin boca, estómago ni intestino, ya que los microorganismos le proporcionan energía y eliminan sus residuos (10). Del mismo modo, detalló Amann, 'hace quinientos años los microorganismos presentes en los ríos podían depurar los residuos de las poblaciones humanas que vivían a sus orillas'. Esto ya no es posible, en estos momentos, debido al aumento de la población, sin embargo, los investigadores actuales pueden 'detectar qué organismo depura el agua, enriquecerlo y condensarlo para hacerlo más activo'(10). Según Amann, aunque la microbiología marina se dirige a una 'era genómica', gracias a la posibilidad de secuenciar masivamente el ADN, no deben ser desechados otros enfoques, pues la 'secuenciación no indica cómo funciona e interactúa un organismo en su entorno' (10). Los autores de esta modesta revisión coincidimos con esa preocupación pero, al mismo tiempo, apoyamos las opciones biotecnológicas, siempre que se apliquen de forma racional. 2.1.2- Las bacterias y la eliminación del amoníaco Los científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS), a través de un proceso bacteriano innovador, preparan el camino para métodos nuevos, económicos y a gran escala para la eliminación del amoníaco de las aguas residuales en las producciones bovinas (10). En ensayos con anammox (Oxidación anaeróbia de amonio), Vanotti y Szogi, del ARS, han sido los primeros investigadores en aislar, a partir de residuales bovinos, las bacterias planctomycetes usadas en el proceso de anammox. Del mismo modo, han destacado el potencial comercial de anammox para eliminar el nitrógeno de las aguas residuales en tasas semejantes a las obtenidas por métodos convencionales. El anammox, descubierto en los Países Bajos durante los años noventa del pasado siglo, usa menos energía que los sistemas tradicionales de eliminación de nitrógeno biológico porque sólo una parte del amonio en las aguas residuales necesita ser nitrificada, y elimina el amonio sin el gasto de aeración o aditivos. Se han logrado tasas altas de eliminación de nitrógeno mejorando el ambiente para la multiplicación bacteriana, pero su lenta velocidad de crecimiento hace difícil su cultivo (10). El aislamiento de estas bacterias de las aguas residuales permitiría a los investigadores el desarrollo de tratamientos económicos para los residuos que contienen niveles altos de amoníaco. En tal sentido, Vanotti puntualiza que, aunque los investigadores han usado anammox para eliminar hasta 500 gramos de nitrógeno por metro cúbico diario, a partir de las aguas residuales bovinas, su meta es triplicar esta tasa en el futuro (10). 2.1.3- Las bacterias y el medio ambiente Las bacterias desempeñan un papel importante en el reciclado de muchos elementos y compuestos químicos en la naturaleza, muchos de ellos con una elevada toxicidad. En ausencia de dichas actividades bacterianas, la vida en la Tierra no sería posible. Las basuras y los desperdicios nos inundarían si las bacterias no acelerasen la descomposición de las plantas y animales muertos. Como resultado de su actividad, los restos de sustancias orgánicas de las plantas y los animales se descomponen en partículas inorgánicas. Este mecanismo es una fuente importante de alimento para las plantas. Además, las leguminosas enriquecen el suelo al incrementar el contenido de nitrógeno gracias a la ayuda de la especie Rhizobium radicicola bacteria que infecta las raíces de las plantas y origina nódulos de fijación de nitrógeno. El proceso fotosintético en que se basan las plantas fue desarrollado, originalmente, en bacterias, así, de acuerdo a la teoría endosimbiótica, los cloroplastos y las mitocondrias de las células eucarióticas derivaron de bacterias primitivas que parasitaron a otras procariotas (2, 10). 2.1.4- Fijación de nitrógeno Las bacterias desempeñan una función muy importante en la fertilidad del suelo. Estos microorganismos convierten el nitrógeno atmosférico en amoníaco, un compuesto nitrogenado que las plantas necesitan para crecer; son los únicos organismos capaces de realizar este proceso bioquímico que recibe el nombre de fijación de nitrógeno. Las bacterias capaces de fijar el nitrógeno atmosférico suelen vivir en asociación con las plantas. Por ejemplo, las bacterias del género Rhizobium, forman nódulos en las raíces de las judías y otras plantas de la familia de las leguminosas. Existen, además, otras especies capaces de fijar nitrógeno de forma asimbiótica entre las que destacan los géneros Azotobacter y Beijerinckia. (10-12). 2.1.5- Quimiosíntesis Las bacterias desempeñan una función fundamental en los ciclos de otros elementos en el medio ambiente. Muchas bacterias obtienen su energía mediante la oxidación de sustancias orgánicas o inorgánicas; en general se les clasifica como quimiótrofas: quimiolitótrofas si el compuesto oxidado es inorgánico y quimiorganótrofas cuando oxidan sustancias orgánicas. Las bacterias quimiolitótrofas emplean la energía química presente en los compuestos inorgánicos, en lugar de la energía de la luz utilizada por las plantas, para transformar el CO2 en diferentes moléculas orgánicas de las que otros organismos pueden nutrirse. La quimiosíntesis ocurre en las grietas hidrotermales del fondo de los océanos, donde no se dispone de luz para llevar a cabo la fotosíntesis pero hay grandes cantidades de H2S. Alrededor de estas grietas hidrotermales pueden desarrollarse múltiples organismos marinos gracias a que las bacterias, a partir de la energía obtenida de la oxidación del H2S, transforman el CO2 en nutrientes orgánicos. Además, estas bacterias están adaptadas a las altas temperaturas que existen en esos manantiales del fondo oceánico. La capacidad de las bacterias de utilizar compuestos de azufre como fuentes de energía también ha sido muy útil en diversos procesos industriales (8, 10-12). 2.1.6- El ciclo del carbono El carbono, vital para todos los seres vivos, circula de manera continua en el ecosistema terrestre. En la atmósfera existe en forma de dióxido de carbono, que emplean las plantas en la fotosíntesis. Los animales usan el carbono de las plantas y liberan dióxido de carbono, producto del metabolismo. Aunque parte del carbono desaparece de forma temporal del ciclo en forma de carbón, petróleo, combustibles fósiles, gas y depósitos calizos, la respiración y la fotosíntesis mantienen prácticamente estable la cantidad de carbono atmosférico. La industrialización aporta dióxido de carbono adicional al medio ambiente (12). Las bacterias y los hongos (levaduras y mohos) son esenciales para otro proceso que hace posible la vida en la Tierra: el ciclo del carbono. Estos organismos ayudan a producir el dióxido de carbono (CO2) que las plantas toman de la atmósfera. Mediante la fotosíntesis, las plantas convierten la luz solar y el CO2 en alimento y energía, liberando oxígeno a la atmósfera (11-14). El ciclo del carbono continúa una vez que las plantas y los animales mueren cuando las bacterias ayudan a convertir la materia que forma estos organismos de nuevo en CO2. Las bacterias y los hongos secretan enzimas que rompen parcialmente la materia muerta. La digestión final de esta materia tiene lugar en las células bacterianas y fúngicas a través de procesos de fermentación y respiración. El CO2 liberado en estos procesos regresa a la atmósfera para reanudar el ciclo (11- 14). 2.1.7- Biorremediación La biorremediación hace referencia al empleo de microorganismos, en especial bacterias, para devolver los elementos presentes en los tóxicos químicos a sus ciclos naturales en la naturaleza. Este proceso es un método económico y eficaz de limpieza del medio ambiente, uno de los principales retos a los que se enfrenta la sociedad hoy en día (8, 10, 13-16). La biorremediación se ha utilizado en la limpieza de vertidos de petróleo, pesticidas y otros materiales tóxicos. Por ejemplo, los accidentes en los que están implicados tanques de petróleo gigantescos originan importantes vertidos que contaminan las costas y dañan la fauna. Las bacterias y otros microorganismos pueden convertir los materiales tóxicos del crudo de petróleo en productos menos dañinos como CO2. La adición de fertilizantes que contienen nitrógeno, fósforo y oxígeno a las áreas contaminadas estimula la multiplicación de las bacterias ya presentes en el medio y acelera el proceso de limpieza (10, 12-16). Bacterias en la industria alimentaria Yogur Acetoína Lactobacillus bulgaricus Queso Está basado en procesos de degradación de las proteínas y grasas que confieren el sabor y aromas característicos. En algunos casos, los microorganismos desempeñan papeles muy específicos en la maduración de los quesos. Entre otros, el color azul y aromas peculiares de los quesos azules son consecuencia del crecimiento de ciertos hongos del género Penicillium en toda la masa del queso. En el caso de los quesos de agujeros, estos son el resultado de la formación de dióxido de carbono tras fermentar el lactato, que produce propiónico y les da su típico sabor. Bacterias en Nuestros Alimentos La acción de las bacterias ácido lácticas desencadena un proceso microbiano por el cual la lactosa (el azúcar de la leche) se transforma en ácido láctico. A medida que el ácido se acumula, la estructura de las proteínas de la leche va modificándose junto a su textura. Existen otras variables, como la temperatura y la composición de la leche, que influyen en las cualidades particulares de los distintos productos resultantes. El ácido láctico le confiere a la leche fermentada ese sabor ligeramente acidulado, y otros derivados de la fermentación producen a menudo otros sabores o aromas. Los antibióticos pueden eliminar totalmente a las bacterias beneficiosas de nuestro cuerpo, causando así consecuencias de salud no deseadas. Un mililitro de saliva puede contener hasta 40 000 000 células bacterianas. Hongos en Queso Azul Video: Observación de Bacterias en el Yogur Leche Hongos Pencillium Streptococcus thermophilus En la mantequilla, es necesario un agriado inicial, causado por los llamados estreptococos de la leche, para poder separarse después la grasa de la mantequilla durante el batido. Además, estos microorganismos crean pequeñas cantidades de acetoína, una sustancia que se oxida de forma espontánea a diástilo, el compuesto responsable del aroma y sabor de la mantequilla. El acetaldehído, da al yogurt su aroma característico. Pueden agregarse levaduras a la fermentación, como es el caso del kefir, el kumis y el leben (variedades de yogurt), donde el alcohol y el dióxido de carbono producidos por la levadura dan una frescura y una textura características. En su elaboración se emplean dos bacterias: Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus, que se caracterizan porque cada una estimula el desarrollo de la otra. Esta interacción reduce considerablemente el tiempo de fermentación. Bacterias Ácido Lacticas-100 000 bacterias por cm2 tiene el ser humano en la superficie de la piel. --(bacterias en general) Las bacterias ácido lácticas se vienen empleando para fabricar alimentos desde hace al menos 4 mil años. Su uso más corriente se relaciona con la producción de productos lácteos fermentados, como el yogurt, el queso, la manteca, la crema de leche, el kefir y el kumis. Constituyen un gran grupo de microorganismos benignos que producen ácido láctico como producto final del proceso de fermentación. Se encuentran en grandes cantidades en la naturaleza y también en nuestro sistema digestivo. Aunque se las conoce sobre todo por sus aplicaciones en la industria láctea, también se las usa para curar pescado, carne y embutidos. Bacterias ácido lácteas Las bacterias del ácido láctico constituyen un amplio conjunto de microorganismos benignos que, a partir de azúcares (lactosa en el caso de la leche), crean ácido láctico como producto final del proceso de la fermentación. Las bacterias ácido lácticas se han empleado para fermentar alimentos desde tiempos remotos. Su uso más corriente son los productos lácteos fermentados, como el yogur, el queso o la mantequilla, pero también otros menos conocidos como el kéfir o el exótico kumis. El hecho de que cuando fermentan creen un ácido, hace que el producto resultante no sea adecuado para el desarrollo de la mayoría de otros microorganismos. De ahí que, además de producirse un nuevo alimento de características diferentes, se crea un medio de conservación de alimentos tan vulnerables como la leche. Las bacterias ácido lácticas se han empleado para fermentar alimentos desde tiempos remotos En lo que concierne al yogur, su elaboración se debe al trabajo complementario entre dos bacterias, Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus, que producen un alimento muy estimado tanto desde el punto de vista gastronómico como nutricional y dietético. En la elaboración del queso, pueden diferenciarse dos etapas principales: la formación de la cuajada y su maduración. La cuajada se forma como resultado de la coagulación de las proteínas de la leche, como consecuencia de un proceso microbiológico debido a la acidificación del medio por parte de las bacterias lácticas. También puede utilizarse para este mismo fin una enzima conocida como renina, que se extrae del estómago de las terneras. La posterior maduración de la cuajada es un proceso muy complejo y variable, en función de la clase de queso que se elabora. Está basado en procesos de degradación de las proteínas y grasas que confieren el sabor y aromas característicos. En algunos casos, los microorganismos desempeñan papeles muy específicos en la maduración de los quesos. Entre otros, el color azul y aromas peculiares de los quesos azules son consecuencia del crecimiento de ciertos hongos del género Penicillium en toda la masa del queso. En el caso de los quesos de agujeros, estos son el resultado de la formación de dióxido de carbono tras fermentar el lactato, que produce propiónico y les da su típico sabor. Otros procesos microbiológicos También la elaboración de la mantequilla es, en parte, un proceso microbiológico. En su caso, es necesario un agriado inicial, causado por los llamados estreptococos de la leche, para poder separarse después la grasa de la mantequilla durante el batido. Además, estos microorganismos crean pequeñas cantidades de acetoína, una sustancia que se oxida de forma espontánea a diástilo, el compuesto responsable del aroma y sabor de la mantequilla. En algunos países, es costumbre que la leche experimente un proceso mixto de fermentación a base de bacterias lácticas y levaduras y se forme un producto lácteo agrio, pero con contenido en alcohol, como es el caso de kéfir y el kumis, un lácteo elaborado con leche de yegua, que constituía parte importante de la dieta de algunos pueblos guerreros nómadas de Eurasia. Pero las bacterias del ácido láctico no solo pueden desarrollarse en sustratos como la leche. La fermentación láctica también puede ocurrir sobre materiales vegetales. Es el caso de la elaboración de col fermentada ácida o de algunos tipos de aceitunas y encurtidos agrios. Formación de alimentos exóticos Mas exótica y lejana resulta la elaboración de la salsa de soja, el miso y el tempeh, que se realiza en Oriente mediante hongos. En la elaboración de la salsa de soja se utilizan el hongo Aspergillus oryzae y otros microorganismos para fermentar una mezcla compuesta de soja y trigo con un fuerte aroma y un color marrón rojizo oscuro. Durante el proceso de fermentación (que puede durar hasta un año), las proteínas y los azúcares se descomponen y los productos de la mezcla inicial dan lugar a una gran variedad de componentes de diversos sabores y aromas tan característicos. El miso, fruto de la fermentación de la pasta de soja que se utiliza como base de sopas y salsas, se obtiene a partir de una mezcla de microorganismos similar. En la producción del tempeh también se usa el hongo Rhizopus oligosporus. El tempeh es una especie de pastel de soja fermentada, básico en la dieta de países como Indonesia, donde se utiliza como fuente principal de proteínas y otros nutrientes esenciales. Bacterias y aditivos Pero los microorganismos también se usan para obtener saborizantes y aditivos. El ácido glutámico, un aminoácido usado para obtener glutamato monosódico, es uno de los potenciadores de sabor más comunes en alimentación y se puede obtener mediante fermentaciones. La lisina, un aminoácido esencial, es decir, un componente de las proteínas que el ser humano no puede sintetizar, sino ingerir a través de la alimentación, también puede originarse mediante la fermentación de ciertas bacterias. De esta manera, puede añadirse lisina a algunos alimentos para mejorar la calidad nutricional de sus proteínas pobres en este aminoácido tan necesario en la dieta. Por otro lado, el ácido cítrico que se agrega a refrescos y productos de confitería se extraía en el pasado de los cítricos. Sin embargo, en la actualidad, la práctica totalidad de su producción procede de la fermentación de Aspergillus niger. Por último, los microorganismos también se utilizan para elaborar aditivos que dan consistencia a los alimentos. Muchas sustancias que se utilizan en la industria alimentaria como espesantes, emulgentes y excipientes, como xantina y la dextrina, se obtienen a partir de determinados microorganismos Bacterias en la industria farmacéutica Además de la industria alimenticia, la industria farmacéutica también se beneficia de los productos de los microorganismos. Hay bacterias que producen una variada gama de antibióticos, como ciertas cepas del género Streptomyces (estreptomicina, tetraciclina, eritromicina), y también hongos filamentosos, como Penicillium, del cual se obtiene la penicilina.