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Abstract
La conformación de un estado plurinacional en Bolivia significó un gran desafío para el
gobierno de Evo Morales. No el único, pero uno de los más relevantes de sus tres
mandatos al frente del Estado Boliviano.
El trabajo se propone analizar las disputas por el significado del estado boliviano y la
actualidad de su democracia, frente a las próximas elecciones generales.
Introducción
La reforma de la Constitución del año 2009 fue solo el primer paso, fundamental sin
lugar a dudas, para la conformación de un tipo de democracia en el cual las diversas
identidades presentes en el Estado Plurinacional de Bolivia puedan expresarse y estar
representadas.
Identidades en disputa
Los pueblos originarios se identifican en tanto aymará o quechua, pero también en tanto
clases oprimidas, campesinos o mineros. Sólo la identificación colectiva como una
comunidad imaginada o nación hace posible la búsqueda y finalmente el reconocimiento
de derechos y obligaciones diferenciales en el marco de la reconstrucción institucional
del estado.
Estos procesos, de acuerdo a lo manifestado por Pablo Dávalos (2005) han implicado
debates discursivamente establecidos entre actores políticos sobre la autenticidad
cultural, el mérito político y el potencial de desarrollo de los movimientos indígenas
contemporáneos bolivianos.
El Estado plurinacional
Por otra parte, el nuevo calendario festivo del Estado Plurinacional combina aquellas
fechas convencionales que remiten a los imaginarios republicanos con aquellas fiestas
que aluden a la plurinacionalidad, entre ellas el 22 de enero, elegido como fecha para
recordar al “Estado Plurinacional”
La instalación del Estado Plurinacional en Bolivia no dio respuesta a las demandas más
radicalizadas, que planteaban incluso transformar el nombre del Estado a “Qullasuyu”,
entendiendo que el nombre de Bolivia respondía a una continuidad de los imaginarios
coloniales. Busca articular las identidades presentes y garantizar la unidad del Estado,
frente a los intentos secesionistas de las prefecturas mayoritariamente blancas (Santa
Cruz de la Sierra, Beni y Pando) y también enfrentando a los sectores indianistas
kataristas, que planteaban la conformación de la “nación aymará”.
La democracia intercultural
Por otra parte, el Tribunal Constitucional Plurinacional (Art. 196) es el órgano que
“vela por la supremacía de la Constitución, ejerce el control de constitucionalidad y
precautela el respeto y la vigencia de los derechos y las garantías constitucionales”,
además de tener función interpretativa y resolver los conflictos de competencias entre
órganos del poder público y entre el gobierno nacional y las entidades territoriales. Se
establece que la composición de este tribunal se exige representación paritaria entre el
sistema ordinario y el sistema indígena originario campesino.
Los nuevos sujetos de ciudadanía reconocidos se amparan en los discursos del “Vivir
bien”, que refieren a la recuperación de formas de vida ancestrales, y es en ese marco
que reivindican sus mecanismos institucionales de elección de representantes y de
deliberación, entre otros.
El elemento participativo fue empleado pocas veces, y una de ellas fue el referéndum
del año 2016 con el objeto de someter a consulta la posibilidad de reelección de Evo
Morales. Dicho referéndum tuvo un resultado negativo, sin embargo, la presentación
ante el Tribunal Supremo Constitucional declaró legal la presentación a la reelección del
actual Presidente de Bolivia. Lo que este hecho evidencia, más allá de la discusión de
legalidad, es que no se ha otorgado desde el gobierno legitimidad a la herramienta de
democracia participativa.
Consideraciones finales
Lo invisible se visibiliza. Los pueblos originarios son reconocidos como nación, como
múltiples naciones que conforman un entretejido social complejo. Comunidades
imaginadas, cuyos símbolos pasan a ser parte del Estado, pero no sin resistencias.
Los intentos de dividir el territorio por parte de las prefecturas de mayoría blanca, con la
consigna de una “Bolivia sin cholos” evidenciaron la disputa por quién puede
considerarse boliviano. Los pueblos originarios, históricamente oprimidos, hoy
conforman parte del entramado institucional del estado plurinacional.
García Linera, Álvaro (2008) “La potencia plebeya. Acción colectiva e identidades
indígenas, obreras y populares en Bolivia”, CLACSO y Prometeo, Buenos Aires.
Torrez, Yuri y Arce, Claudia (2014) “El Estado Plurinacional y su simbología” en Revista
Boliviana de Ciencias Sociales, N°35, La Paz.