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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

POSTÍTULO DE FORMACIÓN UNIVERSITARIA EN PERIODISMO Y COMUNICACIÓN

CON ARTICULACIÓN AL TÍTULO DE GRADO DE LICENCIADO EN PERIODISMO

TRABAJO FINAL INTEGRADOR

La rutina productiva de los periodistas gráficos y el


tratamiento de las fuentes en las noticias agropecuarias:
El caso del conflicto gobierno-campo de 2008

SUJOVIRSKY, REGINA

Julio 2018
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN...............................................................................................................................- 4 -
CAPÍTULO I: LAS IDAS Y VUELTAS DE INTERESES POLÍTICOS ...................................... - 7 -
RESOLUCIÓN “125” Y EL COMIENZO DEL CONFLICTO .......................................................................- 7 -
¿QUÉ SE ENTIENDE POR “CAMPO”? ..................................................................................................- 9 -
LA OPINIÓN PÚBLICA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ................................................................. - 11 -
UN CONFLICTO QUE ESCALA: EL CAMPO Y LA CIUDAD, UNIDOS ....................................................... - 13 -
OTRO GRAN CONFLICTO: EL GOBIERNO VERSUS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ............................. - 15 -
LEY DE MEDIOS ............................................................................................................................ - 16 -
HACIA EL FIN DEL CONFLICTO Y EL VOTO “NO POSITIVO”................................................................ - 18 -
CAPÍTULO II. LEVÁNTATE, EMPIEZA TU RUTINA ............................................................ - 22 -
BENDITA RUTINA .......................................................................................................................... - 22 -
ENTREVISTADOS: ¿QUIÉNES SON? ................................................................................................. - 24 -
¿QUÉ ES SER PERIODISTA? ............................................................................................................. - 28 -
¿A QUIÉN LE GUSTA LA RUTINA? ................................................................................................... - 32 -
OLFATEAR LAS NOTICIAS .............................................................................................................. - 34 -
CAPÍTULO III: UN CAMPO DE FUENTES .............................................................................. - 36 -
EL ROL DE LAS FUENTES DE INFORMACIÓN PARA LOS PERIODISTAS ................................................. - 38 -
ESCASEZ DE FUENTES, FUENTES RECIBIDAS Y PERIODISMO DE PERIODISTAS .................................... - 41 -
LA NECESIDAD DE TOMAR DISTANCIA ............................................................................................ - 46 -
LA SEMILLA DE LA ÉTICA GERMINA EN CADA PERIODISTA ............................................................... - 50 -
APRENDIZAJES COSECHADOS ........................................................................................................ - 54 -
REFLEXIONES FINALES ........................................................................................................... - 59 -
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................... - 61 -
BIBLIOGRAFÍA GENERAL ............................................................................................................... - 62 -
PÁGINAS WEB COSULTADAS .......................................................................................................... - 62 -
ANEXOS........................................................................................................................................ - 65 -
ENTREVISTAS............................................................................................................................. - 65 -
MATÍAS LONGONI......................................................................................................................... - 65 -
JORGE FONTEVECCHIA .................................................................................................................. - 88 -
CARLOS GONZÁLEZ PRIETO .......................................................................................................... - 98 -
PATRICIA VAN PLOEG ................................................................................................................. - 109 -
PAULA LÓPEZ ............................................................................................................................. - 122 -
PROYECTO TRABAJO FINAL INTEGRADOR ..................................................................... - 132 -
TEMA ......................................................................................................................................... - 132 -
DESCRIPCIÓN ............................................................................................................................. - 132 -
JUSTIFICACIÓN ........................................................................................................................... - 137 -
ANTECEDENTES .......................................................................................................................... - 138 -
INTERROGANTE .......................................................................................................................... - 140 -
OBJETIVO GENERAL .................................................................................................................... - 141 -
OBJETIVOS ESPECÍFICOS .............................................................................................................. - 141 -
PLANIFICACIÓN .......................................................................................................................... - 141 -
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................ - 142 -
BIBLIOGRAFÍA GENERAL ............................................................................................................. - 142 -
PÁGINAS WEB CONSULTADAS ...................................................................................................... - 143 -

-2-
La rutina productiva de los periodistas gráficos y el
tratamiento de las fuentes en las noticias agropecuarias:
El caso del conflicto gobierno-campo de 2008

Pasaron 8 años y un sinnúmero de experiencias desde


el fallecimiento de mi madre, la artista rosarina Liliana
Celia Depetris. A ella le dedico este trabajo.
Esta obra fue concluida gracias a la confianza y a la
ayuda de profesores, colegas y bibliotecarios y de la
fuerza de los amigos y familiares. Mi agradecimiento
hacia todos ellos.

-3-
Introducción

El presente trabajo se propone describir algunos aspectos centrales de la labor

periodística en el marco del conflicto que mantuvieron el gobierno de Cristina Fernández

de Kirchner y el sector agropecuario (“el campo”) entre marzo y julio de 2008. En

particular, el interés está centrado en la práctica periodistica y en las fuentes de

información, sus roles e importancia en ese contexto.

El conflicto se desató el 11 de marzo de aquel año, cuando el Gobierno dio a

conocer un cambio en las alícuotas y en el método de cálculo de las retenciones que

pesaban sobre las exportaciones de productos agrícolas. La Resolución 125 transformaba

dichas retenciones de una tasa fija a una tasa móvil o variable en función del precio del

producto de exportación en cuestión. Si el precio, subía la tasa de retención subía. Las

tasas marginales eran fuertemente crecientes para cuando los precios subían, pero era muy

asimétrica la situación para cuando los precios bajaban, ya que las alícuotas apenas se

reducían. En aquel entonces, el campo venía de un aumento de estos impuestos en

noviembre de 2007 y atravesaba una situación compleja por una sequía que ya amenazaba

la rentabilidad del sector. Además, el cambio en las reglas de juego se producía justo

cuando se había terminado de sembrar, es decir, cuando ya se habían tomado decisiones

y habian invertido con un régimen de tributación diferente.

La respuesta del sector agropecuario sorprendió al gobierno y al resto de la

sociedad argentina por su rapidez y contundencia. Una rotunda negativa a aceptar la

nueva situación se tradujo rápidamente en reclamos, cortes de ruta y un paro total de

actividades. Los medios de comunicación también fueron sorprendidos por la respuesta

de productores agropecuarios que hasta ese momento pocas veces eran tenidos en cuenta

como foco informativo. Si bien algunas redacciones contaban con periodistas

-4-
agropecuarios, el conflicto se transformó en un tema casi excluyente para la opinión

pública y el campo pasó de ocupar algunos espacios en los suplementos semanales a la

tapa de los principales medios escritos de la Argentina con testimonios dedicados al

sector, entidades y dirigentes agrarios.

Se produjo una demanda inmensa de información, que sólo podía ser provista por

las partes en conflicto —o, como se verá luego, por los periodistas especializados en el

seguimiento del sector agropecuario—. El resto del periodismo no conocía ni sabía cuáles

podían ser sus fuentes de información y en muchos casos los periodistas agropecuarios

cubrieron ese rol. Además, el conflicto implicó que una de las fuentes tradicionales que

a su vez era una de las partes del mismo, el Gobierno, prácticamente desapareciera en su

rol de proveedor de información. En realidad, la poca información oficial se debía a que

el Gobierno responsabilizaba a los medios y en particular a algunos grupos de medios

(con el Grupo Clarín a la cabeza) de haber hecho escalar el conflicto y de nacionalizarlo.

Se podría decir que se trató de un conflicto (el del Gobierno con los medios) dentro de

otro conflicto (el del Gobierno con el campo), aunque el primero resultaría finalmente

mucho más duradero que el que se trata en este trabajo.

Muchas de las principales prácticas periodísticas se alteraron durante los más de

cuatro meses que duró el conflicto con el campo: la recolección de información, la

selección de fuentes y la construcción misma de la noticia quedaron muchas veces

expuestas a la velocidad con la que se sucedían los acontecimientos y a la postura

(explícita o implícita) de cada periodista o del medio donde trabajaban a favor de uno u

otro de los dos lados en conflicto.

Este trabajo se propone rescatar algunas de esas dinámicas a partir de una serie de

entrevistas realizadas a periodistas que vivieron aquellos días en diferentes funciones o

desde diferentes ángulos.

-5-
El primer capítulo está dedicado a presentar una reseña de lo acontecido en

aquellos meses de 2008. Se discuten también el alcance de algunos conceptos claves

como “opinión pública” y qué se entiende cuando se habla de “el campo”, sobre todo

tratando de entender las repercusiones que el conflicto tenía sobre el resto de la sociedad

argentina y sobre la dinámica política y económica.

En el segundo capítulo se presentan los entrevistados y se definen algunos

conceptos básicos que hacen al rol del periodista y su rutina. En el mismo capítulo se

presentan las propias experiencias de los entrevistados en cuanto a sus rutinas y a los

cambios que las mismas experimentaron durante el conflicto.

El tercer capítulo se ocupa de las fuentes de información y de la relación o vínculo

entre ellas y la ética de los periodistas. Se analizan tanto desde un marco conceptual,

como desde la valoración que de ellas hicieron los entrevistados. Las respuestas no son

únicas y resultan variadas, tanto en lo que se refiere a la relación con las fuentes como a

su valoración. El rol de la información recibida y de los mecanismos de la subjetividad y

objetividad e independencia también se discuten en este capítulo. También se realizan

algunas consideraciones sobre el periodismo generalista y especializado. Por último, en

el mismo capítulo, se presentan lo que los entrevistados consideran las principales

enseñanzas que les dejó el conflicto de 2008 para su labor periodística.

-6-
Capítulo I: las idas y vueltas de intereses políticos

Resolución “125” y el comienzo del conflicto

El 11 de marzo de 2008, el flamante ministro de Economía, Martín Lousteau,

firmó la Resolución 125, por la cual se establecía un sistema de retenciones móviles a las

exportaciones de soja, maíz, trigo y girasol. Los porcentajes de retención a las ventas de

granos variarían según subiera o bajara el precio internacional de esos productos de

exportación. Por ejemplo, si aumentaba el precio, aumentaba el porcentaje de la retención.

Al mismo tiempo, se establecía un aumento de los porcentajes mínimos (pisos) del

tributo.

La noticia anunciada por el ministro Lousteau pasó desapercibida porque ese día

había fallecido el periodista, conductor y humorista, Jorge Guinzburg, que venia dando

batalla a un cáncer pulmonar. “La noticia pasó inadvertida para el público en general. Sin

embargo, significó un golpe duro para las entidades que agrupan a los productores

agropecuarios. Clarín publicó la novedad en la página 14 bajo el título: “Cambian las

retenciones para evitar subas en alimentos y recaudar más”. (Baistrocchi y Jafelle Fraga,

2011: 46)

Dentro del nuevo esquema, desde el momento de la aplicación de la resolución,

las retenciones a la soja subirían el 9%, llegando al 44%; las de girasol pasarían del 32%

al 39%; mientras que las de trigo caerían del 28% al 27,2% y las del maíz del 25% al

24,2%. En la medida que se movieran los precios de esas commodities en el mercado

internacional, las retenciones subirían (si los precios subían) y bajarían (si así lo hicieran

los precios). Por cuanto, se partía con niveles muy altos en los tramos inferiores de la

-7-
escala, para alcanzar luego niveles en los tramos superiores, lo que significaba, según

sostienen Barsky y Dávila, que

la resolución, además de parcial, era inadecuada. Comenzaba con retenciones


muy elevadas en el tramo inferior de la escala, lo que era insólito, ya que indicaba
a los productores que el Estado se desentendía de cualquier caída importante de
los precios. (Barsky y Dávila, 2009: 217-208).

La intencionalidad de la 125 era fiscal, más allá de que las autoridades la

plantearon como un mecanismo para aislar los precios locales de las oscilaciones de los

precios internacionales. Las estimaciones daban un incremento de la recaudación fiscal

—una transferencia desde los productores— del orden de los 1.000 millones de dólares.

Esta nueva exacción de recursos del campo al fisco tendría lugar en un marco de creciente

tensión entre el Gobierno y el campo. Apenas unos meses antes, en noviembre de 2007,

el gobierno de Néstor Kirchner ya había aumentado las retenciones de la soja del 27,5%

al 35% y las del maíz del 20% al 25% —cerca de 1.500 millones de dólares para el fisco,

suficiente como para que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se iniciara con

un incipiente superávit fiscal de alrededor de un punto (1%) del PBI—.

Además, el momento en el que se anunció la nueva medida no fue de los mejores.

La siembra de soja, maíz y girasol había prácticamente terminado. Se habían invertido

grandes sumas bajo ciertas reglas de juego (digamos que nuevas reglas de juego

modificadas apenas unos meses antes) y ahora el Gobierno volvía a modificarlas en el

medio de la Campaña 2007/2008 más importante para el sector (la gruesa).

“La medida inconsulta y los valores de las retenciones pusieron en pie de guerra

a la dirigencia agropecuaria. Casi de inmediato decidieron reunirse y declarar el primer

paro de actividades contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.” (Baistrocchi

y Jafelle Fraga, 2011: 46). Surgía así el 12 de marzo la primera decisión colegiada de las

-8-
cuatro principales asociaciones de productores agropecuarios que se conocería como la

“Mesa de Enlace”.

El paro sería por 48 horas, con la idea de forzar un encuentro con el Gobierno en

el cual pudiera reverse la decisión. Pero la dirigencia fue superada por la reacción de los

productores, que salieron a las rutas y realizaron cortes de ruta y movilizaciones (de

tractores y maquinaria agrícola) en numerosos lugares del interior del país. Como

reacción a estas demostraciones populares, los dirigentes de la “Mesa de Enlace”

decidieron prolongar la medida hasta el miércoles 19 de marzo, justo antes que comenzara

la Semana Santa, cuyo feriado se extendería incluso un día más por el feriado en

conmemoración del golpe militar del 24 de marzo de 1976. En la práctica, ese primer

paro/cese de actividades del campo tendría una duración de nada menos que de catorce

días.

¿Qué se entiende por “campo”?

Probablemente el Gobierno no haya podido visualizar (con antelación) que la

batalla mediática podía írsele de las manos desde el mismo comienzo del conflicto. Varios

entrevistados, y en particular el periodista y presidente de la Editorial Perfil, Jorge

Fontevecchia, sostienen que el gobierno subestimó la dimensión del conflicto

probablemente porque erró en su conceptualización de lo que significa el campo.

Barsky y Dávila sostienen que

el concepto campo desde el comienzo de la rebelión atravesó no meramente a la


gente que vive o trabaja en zonas rurales, sino que incluyó a la gran mayoría de
los habitantes de los pueblos y de las ciudades más directamente vinculadas a
las actividades agropecuarias. Un vasto frente de productores en sus diversas
gamas, transportistas, comerciantes, profesionales, obreros, empleados e
industriales de empresas generadoras de maquinarias y servicios agropecuarios,

-9-
se movilizó no solamente en las rutas sino dentro de los mismos centros
poblados. […] Por lo tanto, en este nivel, la palabra campo pasó a leerse
rápidamente como interior, y de hecho el cuestionamiento de la recaudación
fiscal de las retenciones como no coparticipable con las provincias y los
municipios fue una bandera rápidamente incorporada. (Barsky y Dávila 2009:
76)
El Gobierno intentó identificar al campo y sus diversidades en el viejo estereotipo

popular de la oligarquía terrateniente. No tuvo en cuenta las profundas transformaciones

que había sufrido no sólo el régimen de propiedad de la tierra, sino también cómo los

cambios tecnológicos habían afectado las formas bajo las cuales se explota esa tierra. De

alguna manera ignoró que el campo se había transformado en algo mucho más

heterogéneo y diverso. Incluso el campo sojero “estaba y está configurado por pequeños

y medianos productores propietarios de no más de 300 hectáreas —muchos de ellos son

arrendatarios de la tierra—, además de los pools de siembra que ocupan no más del 25 o

30% del mercado, pero que concentran la mayor parte de la producción” (Baistrocchi y

Jafelle Fraga, 2011: 23).

A medida que el conflicto se extendía e involucraba a sectores cada vez más

distantes y alejados de los sectores afectados por el aumento de las retenciones, se

pretendió reducir la magnitud del conflicto planteando diciendo que las retenciones se

aplicaban a un conjunto reducido de productos y que una gran cantidad de productos

regionales y sus productores no se veían afectados por la Resolución 125 —o,

simplemente, “la 125”, como se la empezó a llamar en aquel entonces—. Sin embargo,

hay que considerar que los cuatro grandes cultivos alcanzados por la medida

representaban alrededor de las dos terceras partes del área cultivada y un 40% de las

unidades agropecuarias. Además, su peso es gigantesco en el total de la producción (cerca

del 90% del total) y en el total de las exportaciones del país. Estas cifras son más que

representativas de la enorme base social y económica afectada por la 125 y explican la

magnitud, la extensión y la velocidad con la que se movilizó la sociedad argentina.

- 10 -
Como mencionamos antes, desde el Gobierno se intentó en todo momento reducir

el conjunto de los actores involucrados en el conflicto no sólo desde el punto de vista

productivo, sino también desde el punto de vista de su identificación social e ideológica.

Se refería a ellos como “la oligarquía” o “los oligarcas” o como los “grandes

terratenientes” o los “dueños de la tierra”.

pero el cuadro social reflejado implacablemente por la televisión impedía aunque


sea visualmente quedarse con esta imagen, más allá de sectores acomodados de
la ciudad de Buenos Aires que podían impresionar con sus cacerolas en Callao
y Santa Fe, pero que no representaban a la movilización desarrollada en términos
de amplitud social. Por ello, rápidamente fue pergeñada otra categoría social:
“los pools de siembra”. Lo suficientemente vaga y casi fantasmagórica para
impresionar a una opinión pública normalmente muy desinformada de los
agentes económicos que operan en la realidad agraria argentina.” (Barsky y
Dávila, 2009: 77).

La opinión pública y los medios de comunicación

Tal como sucede con muchos conceptos de las ciencias sociales, el de

opinión pública no tiene una definición única consensuada académicamente. Raúl

Rivadeneira sostiene que

cuando hablamos de “opinión pública”, lo hacemos refiriéndonos a un concepto


multidisciplinar en cuya formación participan multitud de condicionantes. Las
dificultades, en consecuencia, para establecer una definición plausible del
término son notorias. […] Las definiciones son abundantes, los puntos de vista
que se adoptan enormemente variados, y los factores que hay que tener en cuenta
para definirla concurren de tal forma que se antoja una tarea enormemente
dificultosa obtener una definición “definitiva” o, valga la redundancia,
“definitoria” desde todos los puntos de vista. (Rivadeneira, 1976: 68).

Más allá de las dificultades para encontrar una única definición, desde el punto de

vista de la comunicación se la podría definir como las diferentes formas de expresión que

una comunidad puede tener respecto de temas públicos. Pero,

- 11 -
si bien la opinión pública se forma a partir de opiniones individuales, éstas desde
el principio están mediadas por una serie de factores de índole social de tal forma
que, por decirlo así, la opinión pública acaba siendo un proceso colectivo con
entidad propia, creado a partir de la interactuación de una serie de actores
individuales que se influyen mutuamente a lo largo de un proceso determinado.
[…] Aunque diversos autores han estudiado la formación de la opinión pública
en sistemas autoritarios, lo cierto es que el concepto de “opinión pública” está
estrechamente ligado a los sistemas democráticos, nace con ellos y en ellos
presenta su máxima influencia, de tal manera que la democracia puede ser
conceptuada como el “régimen de opinión”. (Ibid.: 70)

Uno de los autores más nombrados en materia de opinión pública es Jürgen

Habermas, quien en 1981 publicó su Historia y crítica de la opinión pública: La

transformación estructural de la vida pública. Habermas da cuenta de algunas de los

elementos más importantes que hacen a la formación de la opinión pública. Partiendo de

que la opinión pública es una construcción colectiva a partir de opiniones individuales,

hace hincapié en la fragilidad de la firmeza humana con respecto a nuestras ideologías y

a lo fácil que se puede ser manipulado conforme a los intereses de otros. Así, la opinión

pública no es algo inmutable en el tiempo, sino que puede cambiar y dichos cambios

pueden sobrevenir de manera imprevista. Pero esos cambios no operan necesariamente

de manera espontánea. La opinión pública puede ser manipulada por grupos de poder, los

gobiernos o los mismos medios de comunicación que median entre unos y otros.

En consecuencia, el rol de los medios de comunicación en la formación de la

opinión pública es un aspecto clave que no puede soslayarse:

Independientemente de la perspectiva que adoptemos, lo que más claramente


define a la opinión pública en las sociedades desarrolladas es la influencia que
tienen los medios de comunicación de masas en su formación. Los medios se
constituyen en auténticos mediadores entre los líderes y el público, y aún más:
son los encargados de establecer las coordenadas del debate público. […] El
estudio de la opinión pública, en consecuencia […] no puede disociarse del
estudio de los medios de comunicación y sus relaciones con el público. Según el
acercamiento que hagamos al estudio de los media podremos considerar que
estos crean una pseudorrealidad que aleja al público del auténtico debate,
circunscribiéndolo exclusivamente al terreno acotado por los medios, o bien

- 12 -
incidiremos en el papel central de los medios de comunicación en cuanto
prolongación y representante efectivo de los intereses del público. En cualquier
caso, no podremos obviar que los medios son, ante todo, un instrumento a través
del cual podremos observar, modelar o influir en la opinión pública.
(Rivadeneira, 1976: 72).

Esta interdependencia entre opinión pública y medios de comunicación estuvo en

el corazón del conflicto Gobierno-Campo de 2008 y, como veremos más adelante, fue

determinante en la relación entre los medios y el Gobierno a partir de entonces.

Un conflicto que escala: el campo y la ciudad, unidos

Durante los días del conflicto se vivieron varios momentos críticos, con

declaraciones inflamadas de representantes de ambas partes y con algunos picos de

tensión en los cortes de ruta. En un comunicado de la Mesa de Enlace del 21 de marzo,

se alertaba lo siguiente:

luego de cada declaración agraviante que realiza alguno de los funcionarios


hacia nuestra medida de fuerza, se suman nuevos productores a las rutas, con
más bronca, en esta verdadera rebelión que está protagonizando todo el interior
del país. Instamos al Gobierno a abandonar su actitud y evitar que este justo
reclamo agropecuario derive en un dramático enfrentamiento entre argentinos.
(citado en Baistrocchi y Jafelle Fraga, 2011: 52).
Pero el 25 de marzo sería la Presidenta de la Nación la que terminaría con

cualquier esperanza de descomprimir la situación y enfriar el conflicto. Mientras se

refería a la Argentina del 2001, dijo lo siguiente:

esos eran los piquetes, como dije yo, de la miseria y la tragedia de los argentinos.
Este último fin de semana largo nos tocó ver la contracara, lo que yo denomino
los piquetes de la abundancia, los piquetes de los sectores de mayor rentabilidad.
[…] Pero así como les digo y los llamo a la reflexión, también les digo que no
me voy a someter a ninguna extorsión, a ninguna, a ninguna”. (Jafelle Fraga y
Baistrocchi 2011: 57). 1

1
El discurso original se encuentra disponible en:
https://www.casarosada.gob.ar/informacion/archivo/16818-blank-59968257

- 13 -
La reacción de la opinión pública no se hizo esperar, y vastos sectores de la

sociedad que nada tenían que ver con el conflicto se sumaron rápidamente a la protesta

de los productores agropecuarios. La Plaza de Mayo y esquinas emblemáticas de la ciudad

de Buenos Aires y de las principales ciudades del país fueron el escenario donde

cacerolas, bocinas, gorros y banderas argentinas y cartulinas escritas en forma casera le

respondían a la Presidenta, dejando entrever que el conflicto con el campo había dejado

de ser de meros intereses sectoriales y se había trasladado a la sociedad toda. Como dicen

Baistrocchi y Jafelle Fraga: “Desde entonces, nada volvió a ser como antes en la sociedad

argentina” (Ibid.: 65)

El Gobierno intentó algunos gestos componedores invitando a los productores a

dialogar, pero les aclaró que no bajaría las retenciones y que debían terminar los cortes

de ruta y los paros. El 27 de marzo, la Presidenta hizo el pedido de levantar los cortes y

el paro en persona, pero la respuesta fue un rotundo “no”. De todas maneras, el 28 de

marzo se hizo la primera reunión entre las partes sin resultados positivos. La “Mesa de

Enlace” anunció entonces que el paro sería por tiempo indeterminado, y reclamaba la

suspensión de las retenciones por noventa días. Las idas y venidas se sucedían. Trascendía

que el Gobierno estaba dispuesto a incluir algunas modificaciones que afectaban los

mercados de futuros2, pero no estaba dispuesto a reducir las retenciones. Tampoco había

acuerdo sobre cómo incorporar algún tipo de tratamiento diferencial que tuviera en cuenta

el tamaño de las explotaciones, de forma tal de reducir la carga tributaria de los pequeños

productores.

2
Las retenciones móviles significaban un problema casi insalvable para la fijación de precios en contratos
de comercialización de granos a futuro.

- 14 -
Otro gran conflicto: el Gobierno versus los medios de comunicación

El 1º de abril se organizó en la Plaza de Mayo un acto en el cual hablaría la

Presidenta. Se trató de un acto ideado y organizado por el expresidente Néstor Kirchner.

La idea era “recuperar” la emblemática plaza, después de varios días donde los actores

principales en ese escenario habían sido los reclamos y las cacerolas. El eje del discurso

fue instalar la idea del golpismo. Con la plaza llena y su oratoria brillante, la Presidenta

plantó la semilla de lo que sería el otro gran conflicto, el que tendría su gobierno con los

medios de comunicación:

Esta vez no han venido acompañados de tanques, esta vez han sido acompañados
por algunos generales multimediáticos que, además de apoyar el lock-out al
pueblo, han hecho lock-out a la información, cambiando, tergiversando,
mostrando una sola cara. Son los mismos que hoy pude ver en un diario donde
colocan mi caricatura [se refiere a una caricatura de Hermenegildo Sábat en
Clarín del domingo 29 de marzo], que no me molesta, a mí me divierten mucho
las caricaturas y las propias son las que más me divierten, pero era una caricatura
donde tenía una venda cruzada en la boca, en un mensaje cuasi mafioso. ¿Qué
me quieren decir, qué es lo que no puedo hablar, qué es lo que no puedo contarle
al pueblo argentino? (citado en Ibid.: 87).3
Un editorial del diario La Nación, que se publicaría el jueves 22 de mayo algunas

semanas antes que concluyera el conflicto, daba cuenta de los principales aspectos del

enfrentamiento entre los medios y el Gobierno:

Acaso a falta de una oposición política identificable, la presidenta Cristina


Kirchner opta, como su marido, por atacar a los medios de comunicación que no
reflejan la realidad tal como ella la concibe, transformándolos en aquello para lo
cual no están preparados ni dispuestos. […] En general, todos los mandatarios
del mundo pretenden controlar la agenda de los medios. Por fortuna, nunca lo
han conseguido. Ni siquiera los dictadores más rancios de la historia. No es una
buena señal para el Gobierno argentino que la Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP) le pida que baje el tono de la confrontación que mantiene con
algunos medios de comunicación y periodistas para evitar una escalada de
violencia “que a estas alturas ya está afectando la libertad de prensa en el país.”
(citado en Ibid.: 88).

3
El discurso original está disponible en: https://www.casarosada.gob.ar/informacion/archivo/16854-blank-
16096543

- 15 -
En ese comunicado la SIP hizo referencia a la campaña de afiches que en los

meses del conflicto se podía encontrar en las calles de Buenos Aires: “TN, Todo

Negativo, Todo Negocio” u otras como “Clarín miente” o “Clarín Aprieta”.

Para Néstor y Cristina Kirchner, los medios de comunicación y sus dueños tenían

como objetivo sacarlos del poder.

La repetición constante del conflicto con el campo los ubicaba como víctimas de
un gobierno ciego, sordo y mudo. La agresión que sentían por la línea editorial
de medios como Clarín, TN, Perfil y La Nación se basaba en la insistencia de
esos medios en considerar a Cristina como una provocadora irracional y a su
marido como un general que comandaba un ejército dispuesto a todo. (Ibid.: 90)
El conflicto con los medios por aquel entonces recién se iniciaba. Y desembocaría

más adelante en la famosa Ley de Medios y en el conflicto explícito que el Gobierno

mantendría con el multimedios Clarín durante los ocho años de gestión de la Presidenta

Cristina Kirchner.

Ley de Medios

La Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, conocida como Ley

de Medios, fue promulgada el 10 de octubre de 2009. Según se establece en su artículo

1º, el objeto de la ley

es la regulación de los servicios de comunicación audiovisual en todo el ámbito


territorial de la República Argentina y el desarrollo de mecanismos destinados a
la promoción, desconcentración y fomento de la competencia con fines de
abaratamiento, democratización y universalización del aprovechamiento de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Asimismo la ley establece que

la actividad realizada por los servicios de comunicación audiovisual se considera


una actividad de interés público, de carácter fundamental para el desarrollo
sociocultural de la población por el que se exterioriza el derecho humano
inalienable de expresar, recibir, difundir e investigar informaciones, ideas y
opiniones. La explotación de los servicios de comunicación audiovisual podrá
ser efectuada por prestadores de gestión estatal, de gestión privada con fines de

- 16 -
lucro y de gestión privada sin fines de lucro, los que deberán tener capacidad de
operar y tener acceso equitativo a todas las plataformas de transmisión
disponibles. La condición de actividad de interés público importa la preservación
y el desarrollo de las actividades previstas en la presente como parte de las
obligaciones del Estado nacional establecidas en el artículo 75 inciso 19 de la
Constitución Nacional. A tal efecto, la comunicación audiovisual en cualquiera
de sus soportes resulta una actividad social de interés público, en la que el Estado
debe salvaguardar el derecho a la información, a la participación, preservación
y desarrollo del Estado de Derecho, así como los valores de la libertad de
expresión. El objeto primordial de la actividad brindada por los servicios
regulados en la presente es la promoción de la diversidad y la universalidad en
el acceso y la participación, implicando ello igualdad de oportunidades de todos
los habitantes de la Nación para acceder a los beneficios de su prestación. En
particular, importa la satisfacción de las necesidades de información y
comunicación social de las comunidades en que los medios estén instalados y
alcanzan en su área de cobertura o prestación.
El objetivo de democratización que propiciaba llevó a que fuese apoyada por un

amplio espectro de la profesión periodística argentina. Jorge Lanata expresó su apoyo a

este objetivo. En un encuentro en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sostuvo:

"Estuve y estoy de acuerdo con la ley de medios, conceptualmente, con respecto a lo que

significa desmonopolizar la información.” Sin embargo, se manifestó preocupado por los

efectos que tuvo en términos de la libertad de prensa y de expresión:

Empezó para perjudicar a Clarín, pero la ley hoy pone en discusión la libertad
de prensa en la Argentina. […] Hay tres gobiernos en América Latina, el de
Venezuela, Ecuador y la Argentina, que están filosóficamente convencidos de
que la prensa es un agente de distorsión social, una frase de Ernesto Laclau. Y si
es así es un problema.4 (Lanata, 2012).
Como veremos más adelante, algunos de los periodistas que hemos entrevistado

sostienen que en buena medida la Ley de Medios fue una consecuencia del conflicto con

el campo, a partir de la responsabilidad que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner

les asignaba a los medios, y en particular al Grupo Clarín, en la difusión, permanencia y

escalada del conflicto.

4
LANATA, Jorge. (2012) "La ley de medios fue pensada para perjudicar a Clarín". Nota publicada en el
portal de Todo Noticias el 07/12/12. Última actualización: 28/10/2015 Disponible en:
https://tn.com.ar/politica/lanata-la-ley-de-medios-fue-pensada-para-perjudicar-a-clarin_291139 [junio
2018].

- 17 -
Hacia el fin del conflicto y el voto “no positivo”

El 2 de abril, la Mesa de Enlace anunció la suspensión del paro y los cortes de ruta

por treinta días, para dar lugar a las negociaciones con el Gobierno. Hacia el 11 y 12 de

abril parecía que el diálogo y las negociaciones darían sus frutos. El optimismo ganaba la

calle, pero después de algunos días más de encuentros técnicos, todo parecía reducirse a

una puesta en escena destinada a comprar tiempo y dilatar la búsqueda de soluciones

concretas. Pocos días después, el conflicto se cobraría su primera víctima política: el 23

de abril, Martín Lousteau presentó su renuncia como ministro de Economía. Lo sucedería

Carlos Fernández, un técnico tributarista de confianza del expresidente Néstor Kirchner.

Los integrantes de la Mesa de Enlace expresaron su confianza de que el cambio de

ministro pudiera servir para allanar el camino y apoyaron la designación de Fernández en

reemplazo de Lousteau. Sin embargo, a la postre se trataría de un cambio para que nada

cambie.

Luego de la renuncia de Lousteau y durante los primeros días de mayo se

sucedieron las reuniones. Pero todas terminaban en promesas y en nuevas fechas de

reuniones. Las especulaciones mediáticas sobre lo que acontecía en esas reuniones o lo

que podría acontecer en la próxima, mantenía en vilo a los productores, que ahora

esperaban una solución a la vera de las rutas. A la salida de una reunión en la Jefatura de

Gabinete el 6 de mayo, los voceros del sector agropecuario anunciaron que se había

llegado a un acuerdo y que al día siguiente se anunciarían los detalles del mismo después

de una reunión que tendrían con el Secretario de Agricultura. Sin embargo, esa misma

noche el Jefe de Gabinete se encargaría de aclarar que una baja de las retenciones no

había formado parte de las discusiones. Esto se confirmaría al día siguiente, cuando, antes

- 18 -
de comenzar la reunión prevista en Agricultura, se le anticipó a los miembros de la Mesa

de Enlace que no se hablaría sobre las retenciones. La reunión se frustró antes de empezar

y se decidió regresar al paro agropecuario por tiempo indeterminado.

Pasaron dos semanas sin avances hasta que el campo y el Gobierno acordaron

realizar una reunión el 22 de mayo. Pero la reunión no arrojó ningún resultado concreto.

Desde el Gobierno se propuso otra reunión, pero el campo no lo aceptó.

Con los lazos totalmente quebrados las dos partes se encaminaron hacia el 25 de
mayo, día de un planeado acto en Rosario, al que el Gobierno le opondría otro,
en la provincia de Salta. Se ponía en juego otro clásico argentino: las plazas.
(Braistrocchi y Jafelle Fraga, 2011: 122).
Puede decirse que hubo un antes y un después de Rosario en la trama del conflicto

entre el Gobierno y el campo. La masividad del acto a la vera del Paraná frente al

Monumento a la Bandera sorprendió a propios y extraños. Cientos de miles de personas

se congregaron para apoyar el reclamo de los productores agropecuarios, que para ese

entonces ya llevaba setenta y cinco días de una escalada imparable.

Aun así la solución no llegaría rápidamente. Sólo después de algunos días de

tensión extrema, que llevó a actos de violencia y detenciones de varios de los principales

referentes del movimiento agropecuario, un actor inesperado irrumpiría en la escena del

conflicto. El 16 de junio, el Vicepresidente Julio Cobos decide dar a conocer una carta

que le había enviado unas horas antes al Jefe de Gabinete, en el cual recomendaba que

fuese el Parlamento el ámbito donde encontrar una solución al problema planteado por

las retenciones móviles. El campo le dio la bienvenida a la iniciativa, pero el Gobierno y

los sectores kirchneristas más intransigentes trataron al Vicepresidente de traidor y

decidieron convocar rápidamente a otra marcha a la Plaza de Mayo en señal de apoyo a

la Presidenta, a la que concurrió hasta el mismísimos expresidente Néstor Kichner. Sin

embargo, la situación había llegado un punto que ninguno de los involucrados había

- 19 -
imaginado cuando se inició el conflicto. El martes 17 de junio, ante la sorpresa de la

opinión pública y de los principales actores involucrados en el conflicto, la Presidenta

anunció en Casa de Gobierno el envío del proyecto de retenciones móviles al Congreso

de la Nación. Sería primero la Cámara de Diputados, y después el Senado quienes

debatirían acerca del nuevo esquema de retenciones, pero mientras tanto se mantendría

su vigencia. Para el jueves 19, la Mesa de Enlace comunicaba que se ponía fin al paro

agropecuario y a los cortes de ruta.

El debate del proyecto en la Cámara de Diputados se inició recién el 4 de julio,

después de trabajosas reuniones durante tres semanas de las comisiones encargadas de

habilitar su tratamiento y luego de una tensa espera de casi diez horas para que el

oficialismo diera el quorum para que pudieran iniciarse las sesiones. La lista de oradores

pareció interminable. Fueron diecinueve horas de debate y el resultado fue 129 votos a

favor, 122 en contra y 2 abstenciones. Para que las retenciones móviles se transformaran

en ley sólo faltaba la aprobación del Senado.

La sesión estaba prevista para el 16 de julio. Mientras los senadores se aprestaban

para el debate y para un conteo de votos que lucía por demás parejo, el Gobierno y el

campo volvieron a hacer de la calle el escenario de la pelea por las retenciones móviles.

El Monumento a los Españoles y la Plaza de los Dos Congresos fueron los lugares

elegidos por los partidarios del campo y por los defensores del Gobierno,

respectivamente. Fueron dos concentraciones masivas, tal como había sucedido con las

movilizaciones del 25 de mayo en Rosario y en Salta, a favor del reclamo opositor.

La sesión comenzó a las 10:30 horas y, dada la lista de oradores anotados para dar

a conocer su posición, se especulaba que la definición vendría recién sobre la madrugada

del 17 de julio.

- 20 -
Esa tarde, los medios de comunicación volvieron a tener un rol fundamental. En
medio del hermetismo y las múltiples especulaciones que se tejían en los pasillos
del Senado, una noticia conmocionó la espera. Senadores indecisos ya no
quedaban, y la mayor atención se había centrado sobre el santiagueño Rached,
quien, para sumar misterio a la historia, había cerrado todas las posibles vías de
comunicación. De repente, la famosa pantalla roja de Crónica TV anunciaba, en
esa placa de monumentales letras blancas que se han convertido en un clásico
argentino: “Emilio Rached votaría en contra y Cobos debería desempatar”.
(Ibid.: 199)
Efectivamente, después de dieciocho horas de deliberación, la votación arrojó un

empate y después de algunos minutos que parecieron eternos, Cobos rompió el silencio:

“Sé que me cabe una responsabilidad histórica en esto. Hay quienes desde lo
político dicen que tengo que acompañar el proyecto por la institucionalidad, por
el riesgo que esto implica. Mi corazón dice otra cosa, y no creo que sea el motivo
para poner en riesgo al país, la gobernabilidad, la paz social. […] Yo creo que la
Presidenta de los argentinos me va a entender, porque no creo que sirva una ley
que no es solución de este conflicto. La historia me juzgará. […] Pido perdón si
me equivoco. Voto… mi voto no es positivo…, mi voto es en contra.” (Ibid.:
213)
Terminaba así un conflicto que se había extendido durante 129 días y que tendría

consecuencias duraderas sobre el poder político del kirchnerismo, sobre su relación con

los medios de comunicación y sobre la forma en que éstos pasaron a tratar la realidad del

campo y sus diversos actores y sectores productivos.

- 21 -
Capítulo II. Levántate, empieza tu rutina

Bendita rutina

En este capítulo, se trata unos de los componentes más importantes de la práctica

periodística, la rutina. Se aborda el tema desde lo conceptual y se presentan las reflexiones

de los entrevistados sobre la profesión y sus prácticas. Asimismo se presentan las

experiencias profesionales de los entrevistados durante aquellos días de 2008.

Una rutina es una costumbre o un hábito que se adquiere al repetir una misma

tarea o actividad muchas veces. La rutina implica una práctica que, con el tiempo, se

desarrolla de manera casi automática. La vida cotidiana suele estar formada de rutinas,

sobre todo en lo referente al ámbito laboral; levantarse a las siete de la mañana, desayunar

una taza de café, viajar en tren y tomar otro café en la oficina, por ejemplo, es una rutina

compartida por millones de personas. Por otro lado, la rutina es un mecanismo que

brinda seguridad (minimiza los imprevistos) y que permite ahorrar tiempo.

El newsmaking “se articula principalmente entre dos polos: la cultura profesional

de los periodistas; la organización del trabajo y de los procesos productivos. Las

conexiones y las relaciones entre los dos aspectos constituyen el punto central de este tipo

de investigación.” (Wolf, 1987: 214).

La rutina periodistica es un elemento central del proceso de la construcción de la

noticia. Según Gaye Tuchman:

El objetivo declarado de todo aparato de información es el de ofrecer resúmenes


de los acontecimientos significativos e interesantes. Aunque evidentemente es
un propósito claro, como muchos otros fenómenos aparentemente simples, este
objetivo es inextricablemente complejo. El mundo de la vida cotidiana —la
fuente de las noticias— está formado por una “sobreabundancia de
acontecimientos”. […] El aparato de información debe seleccionar esos
acontecimientos. Por lo menos, la selección implica el reconocer que un suceso

- 22 -
es un acontecimiento y no una casual sucesión de cosas cuya forma y cuyo tipo
se sustrae a ser registrado. […] los aparatos de información, a fin de producir
noticias, deben cumplir (entre otros) tres requisitos: 1. Deben hacer posible
reconocer un acontecimiento (incluidos los excepcionales) como hecho
noticiable; 2. Deben elaborar formas de producir los acontecimientos que no
tengan en cuenta la pretensión de cada acontecimiento a un tratamiento
idiosincrático; 3. Deben organizar el trabajo temporal y espacial de tal manera
que los acontecimientos noticiables puedan afluir y ser elaborados de forma
planificada. Estos requisitos están relacionados entre sí (Tuchman, 1977: 45)”.

A proposito de la organización del trabajo necesaria para la producción de las noticias

existen restricciones relacionadas con la organización del trabajo, sobre las que
se construyen convenciones profesionales “que determinan la definición de
noticia, legitiman el proceso productivo (desde el uso de las fuentes a la
selección de los acontecimientos y a las modalidades de confección) y
contribuyen a prevenir las críticas del público” (Garbarino, 1982: 12). Se
determina así un conjunto de criterios de importancia que deciden la
noticiabilidad (newsworthiness) de cada acontecimiento, es decir, su aptitud
para ser transformado en noticia. (Wolf 1987: 215).
La articulación entre las características de la organización del trabajo con los

aparatos de los medios de comunicación y los elementos de la cultura profesional de los

periodistas

es absolutamente estrecha y vinculante, y define justamente el conjunto de


características que los acontecimientos deben poseer (o presentar a los ojos de
los periodistas) para poder ser transformado en noticias, es decir, para poder
satisfacer los tres requisitos indicados más arriba. La noticiabilidad está
construida por el conjunto de requisitos que se exige a los acontecimientos —
desde el punto de vista de la estructura del trabajo en los aparatos informativos
y desde el punto de vista de la profesionalidad de los periodistas— para adquirir
la existencia pública de noticias. […] La noticiabilidad, por tanto, está
estrechamente vinculada a los procesos de rutinización y de estandarización de
las prácticas productivas; equivale a introducir prácticas productivas estables
sobre una materia prima (los acontecimientos en el mundo) de naturaleza
extraordinariamente variable e imprevisible. (Ibid.: 215-216).
La rutina periodística son las operaciones concretas que realiza un periodista

cotidianamente para construir una noticia. Las prácticas periodísticas son “esencialmente

las prácticas de búsqueda y recolección de información, y éstas se llevan a cabo

naturalmente en la relación con las fuentes”. (Salinas 2015:9). Héctor Borrat y Mar de

- 23 -
Fontcuberta a partir de una definición aportada por Miguel Túnez consideran que las

rutinas son

“pautas de comportamiento consolidadas en la profesión, asimiladas por


costumbre y habitualmente ejecutadas de forma mecánica, que están presentes
en todo el proceso de producción informativa y que pueden llegar a repercutir
en el mensaje transmitido a la audiencia.” (Túñez, 1999:148); considera que son
pautas de comportamiento porque acaban influyendo sobre la estructura y
organización del trabajo y son utilizadas por las empresas como uno de los
índices para medir la profesionalidad de sus periodistas; están consolidadas por
la profesión porque son el resultado colectivo y repetido de hábitos laborales,
que se consolidan como prácticas habituales definitorias del trabajo de acuerdo
a los cánones deontológicos y que se transmiten a los individuos que se
incorporan a ella; habitualmente ejecutadas de forma mecánica porque se
refieren a actuaciones que se realizan sin que medie un razonamiento previo cada
vez que se utilizan; están presentes en todo proceso porque es posible localizarlas
en las tres fases de la producción informativa: recogida, selección y edición; y
repercuten en el mensaje transmitido a la audiencia porque ellas definen la
producción informativa y el producto resultante. (Borrat y Fontcuberta, 2006:
67-68).

Entrevistados: ¿Quiénes son?

Matías Longoni tiene 50 años. Es periodista profesional desde 1993, aunque sea

en realidad periodista "de oficio", formado originalmente en la redacción de la agencia

Télam. Desde entonces, Longoni se dedica al periodismo especializado en agro.

En 1998 comenzó a trabajar en Clarín, primero y por poco tiempo en la sección

Rural, y luego en las páginas centrales del diario, pero siempre en los temas vinculados

con el campo. Así, protagonizó varias coberturas de hechos importantes, como la

reaparición de la fiebre aftosa en 2001, el cierre de las exportaciones de carne en 2006, el

conflicto por las retenciones móviles en 2008 y las denuncias por corrupción en la Oficina

Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), que terminaron con la

disolución de dicho organismo en 2011. Es autor de dos libros:

- 24 -
LONGONI, Matías y VECCHIARELLI, Daniel. (1996) “El polaco: la vida de

Roberto Goyeneche”. Buenos Aires: Atuel

LONGONI, Matías. “Fuera de control” (2011), Buenos Aires: Editorial Planeta

Por esa y otras investigaciones, Longoni recibió dos menciones de honor en el

COLPIN (Concurso Latinoamericano de Periodismo de Investigación) y ganó en dos

ocasiones el Premio Fopea al periodismo de investigación en medios nacionales.

Conductor desde hace diez años de Bichos de Campo (Radio Rivadavia AM630)

fue presidente del Círculo de Periodistas Agrarios (CAPA) en dos ocasiones, creador de

Capacitar —la primera escuela de formación de periodistas agropecuarios de América

Latina—, socio de Fopea, entre otros cargos e iniciativas.

Jorge Fontevecchia tiene 63 años, es Licenciado en Administración de Empresas

de la UADE y obtuvo una maestría en Estudios Interdisciplinarios de la Subjetividad en

la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Es el Presidente y CEO de Perfil Network

S.A.

En 1976 extendió el emprendimiento a otro país vecino: Uruguay. Allí, la revista

semanal de información se llamó Noticias. Al año siguiente, volvió a la Argentina y lanzó

un semanario popular de bajo costo. Esa publicación le permitió obtener el capital para

crear un semanario de información en su propio país: La Semana. Esa revista dio origen

a Editorial Perfil S.A. en la Argentina, de la que Jorge Fontevecchia sigue siendo

propietario.

Durante los ocho años en que Argentina estuvo gobernada por la dictadura militar

(1976-1983) la circulación de La Semana fue prohibida en seis oportunidades. En 1979,

Jorge Fontevecchia fue secuestrado por militares, encarcelado en el campo clandestino

- 25 -
de detención El Olimpo y posteriormente liberado gracias a las presiones que ejercían las

organizaciones internacionales de prensa y varios medios. Poco después de terminada la

Guerra de Malvinas, por lo que había publicado La Semana durante el enfrentamiento

bélico, el gobierno militar decretó su detención y encarcelamiento. Sin embargo, esa vez

pudo evadir la prisión y se refugió en la embajada de Venezuela, de la que salió para

exiliarse.

En 1988 vivió en San Pablo donde lanzó dos revistas masivas: Mía y Semanario.

En 1989 regresó a la Argentina y con el capital generado por su editorial en Brasil

transformó La Semana en un newsmagazine de calidad: Noticias.

Durante los diez años en que la Argentina fue presidida por Carlos Menem (1989-

1999) Editorial Perfil padeció la explosión de dos bombas en su planta industrial: la

primera en 1992 y la segunda en 1995. En 1997, la escalada de violencia llegó a su punto

más alto con el asesinato de José Luis Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias.

En 1994 volvió a vivir un año en Brasil para el lanzamiento de otra publicación

de neto corte comercial: Caras, cuyo éxito económico le permitió financiar el

lanzamiento del diario Perfil en 1998.

Además de Brasil, Editorial Perfil edita revistas en China y Portugal y a través de

licenciatarios, en Angola y Rusia.

A lo largo de su trayectoria periodística, Fontevecchia obtuvo numerosos premios

y ha participado en numerosas conferencias internacionales. Tiene publicados cientos de

artículos y ensayos, algunos de ellos recopilados en cuatro libros: Entretiempo, publicado

por Editorial Alfaguara en 2005; Reportajes, por Editorial Planeta en 2008, Reportajes 2,

por Editorial Sudamericana en 2010 y Quiénes fuimos en la era K, por Editorial Planeta

en 2015.

- 26 -
Carlos Esteban González Prieto tiene 41 años, es Licenciado en Administración

de la UBA. Es el fundador y presidente de la agencia PUKEN MEDIA S.A., la agencia

de comunicación y contenidos líder en el sector agropecuario. La agencia es la

responsable de prensa, comunicación y relaciones institucionales de varias empresas del

sector, entre las que se encuentran Expoagro Argentina, Expo Alimentar,

Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Sociedad Rural Argentina para las

exposiciones ganadera en 2017, Dow AgroSciences de Argentina, Grupo Asegurador La

Segunda, Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y Profertil. A su vez, PUKEN

es productora de contenidos audiovisuales para los principales medios de comunicación

de Argentina (los diarios La Nación, Clarín y El Cronista Comercial, Editorial Perfil, la

revista Chacra y otros medios digitales, de radio y TV, como Infocampo, Infobae, Radio

Mitre, Radio Cadena 3, Radio Continental, Radio Rivadavia, Radio La Red, Radio

Colonia, Grupo Artear, Telefé, Canal 9, América TV, Canal 26 y otros).

González Prieto se desempeñó como coordinador de prensa de la Comisión de

Enlace de Entidades Agropecuarias en el conflicto por la resolución 125 del año 2008-

2009. Además, es conductor y columnista en temas agro-políticos en diferentes

programas y medios de comunicación, entre los que se destacan: Algo que Contarte, por

Radio Continental; Le doy mi palabra, con Alfredo Leuco (Canal 26); Plan M

Económico, con Maximiliano Montenegro (Canal 26); Bichos de Campo (Radio

Rivadavia) y Qué hacemos con los pesos (Canal 26).

González Prieto tiene también una vasta experiencia laboral en el sector público

y es autor del libro El nuevo perfil productivo y los seguros agropecuarios en Argentina,

editado por la Fundación Mapfre en 2007 en Madrid, España.

- 27 -
Patricia Van Ploeg es periodista con más de 20 años de trayectoria en diversos

medios gráficos y audiovisuales de la Argentina. Sus inicios estuvieron en la revista

Eroticón y en Radio Splendid en 1986. Entre 1992 y 2008 ocupó diversas funciones en

el diario Ámbito Financiero, incluyendo editora de la Sección “Ámbito del Campo” hasta

2008. A partir de ese año es la Responsable de Prensa y Comunicación de la

Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO).

Van Ploeg también ha sido conductora de numerosos programas radiales, entre

los que se destacan “Siempre que llovió, paró” que estuvo presente durante 14 años en el

dial de Radio Colonia. Actualmente es la conductora de “Aire Libre”, que se emite por

Radio Argentina.

Paula López es Licenciada en Periodismo por la Universidad Nacional de Lomas

de Zamora, subeditora de Economía de El Cronista desde agosto de 2007 a la actualidad

y redactora de economía especializada en agropecuarias desde febrero 2006 hasta la

actualidad. Además, es columnista de agro en la radio Ecomedios, desde 2015 a la

actualidad.

¿Qué es ser periodista?

“El periodismo es el mejor oficio del mundo”, sostuvo Gabriel García Márquez

ante una audiencia llena de colegas en oportunidad de la Asamblea Anual de la SIP en

Los Ángeles en 1996. Expresaba así un sentimiento que lo acompañó durante toda su

vida: “Considero que mi primera y única vocación es el periodismo. Nunca empecé

- 28 -
siendo periodista por casualidad —como mucha gente— o por necesidad, o por azar:

empecé siendo periodista porque lo que quería era ser periodista.”5

García Márquez no es el único Premio Nobel de Literatura que expresó su orgullo

de ser periodista. Mario Vargas Llosa, otro Premio Nobel latinoamericano, también ha

defendido las virtudes del periodismo:

Nunca he dejado de ser periodista: el periodismo es una fuente riquísima de


historias, es un tipo de aventura que siempre me ha apasionado. La mitad de las
cosas que he escrito no las hubiera escrito yo sin las experiencias que me ha dado
el periodismo.

Así se expresó Mario Vargas Llosa durante una entrevista en el marco de su

participación en la 43º edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Más allá de las virtudes y el placer de ser periodista, una posible definición de qué

es ser periodista la aporta Juan Carlos Romero Puga:

la labor periodística desempeña tres labores sencillas, pero fundamentales:


informar, explicar y contextualizar. Como escribe Raymundo Riva Palacio, “el
contexto en las informaciones es vital. Si no se aporta, el periodismo falla en una
de sus funciones primarias: explicar”. El contexto permite dar significado y
profundizar a partir de los datos; comprender la dimensión de los hechos y darles
la jerarquía apropiada en función del interés público. […] cuando todo el mundo
ve todo y sabe todo, el periodismo aporta las claves para comprender; […]”6
Por su parte, Eugenio Castelli propone definir al periodismo como

[l]a función social de recoger, codificar y transmitir, en forma permanente,


regular y organizada, por cualquiera de los medios técnicos disponibles para su
reproducción y multiplicación, mensajes que contengan información para la
comunidad social, con una triple finalidad: informar, formar y entretener.”
(Castelli, 1993: 14).

5
La Voz (1996). “El mejor oficio del mundo”, discurso Gabriel García Márquez en la Asamblea Anual de
la SIP, Los Ángeles. Disponible en:
<http://vos.lavoz.com.ar/sites/default/files/file_attachments/nota_periodistica/Garcia_Marquez_Gabriel_-
_El_mejor_oficio_del_mundo.pdf >. [junio 2018]
6
Letras libres. (2015) “¿Quién es un periodista? Qué es un periodista?” Disponible en:
<http://www.letraslibres.com/mexico-espana/quien-es-un-periodista-que-es-un-periodista>. [junio 2018]

- 29 -
Domingo Faustino Sarmiento, quien abrazó el periodismo desde muy temprana

edad, al fundar El Zonda (1839) con 28 años de edad escribió7:

¿Qué es, pues, un periódico? Una mezquina hoja de papel, llena de retazos, obra
sin capítulos, sin prólogo, atestada de bagatelas del momento. Se vende una casa.
Se compra una criada. Se alquila un piano. En el almacén tal se despachan
efectos baratos. Se ha perdido un perro. Se ha fugado un muchacho. Se necesita
una ama de leche. Murió fulano. Entraron o salieron tales buques. Se ha perdido
un caballo. Se representa una comedia, y otras mil frioleras, que al día siguiente
a nadie interesan, que a la distancia no interesa nunca. [...] Un periódico es pues
todo, el gobierno, la administración, el pueblo, el comercio, la junta, el bloqueo,
la patria, la ciencia, la Europa, el Asia, el mundo entero, todo. Un periódico es
el hombre, el ciudadano, la civilización, el cielo, la tierra, lo pasado, lo presente,
los crímenes, las grandes acciones, la buena o la mala administración, las
necesidades del individuo, la misión del gobierno, la historia contemporánea, la
historia de todos los tiempos, el siglo presente, la humanidad en general, la
medida de la civilización de un pueblo. Sólo los enemigos de la civilización y
de las luces detestan las publicaciones de la prensa porque en ellas ven las luces
que no tienen, que no quisieran que otros tuviesen; sólo los insensatos, los que
por su desgracia o mala educación han formado el hábito de no pensar en su
suerte, en la de sus hijos, en la de Patria, en la de la humanidad, sólo esos
infelices hacen poco aprecio de las publicaciones de la prensa, es decir, de los
sentimientos, de los trabajos, que todos sus hermanos del mundo le presentan,
para que se labre su felicidad. Sólo los que reniegan de su Dios, de su poderosa
voluntad, patente en la marcha que él sólo ha imprimido a los siglos modernos,
pueden desoír la voz del salvador de la sociedad, la imprenta.
Mario Vargas Llosa se manifiesta en una dirección similar a la de Sarmiento en

relación con la libertad con la que deben contar los periodistas para poder desarrollar su

profesión:

Soy consciente de la importancia fundamental que tiene un periodismo libre para


que una sociedad sea libre, para que se denuncien los errores y los horrores que
a veces forman parte de la experiencia social y de la labor heroica, arriesgada,
muchas veces trágica que han cumplido tantos periodistas latinoamericanos en
nuestra época.8

7
Diario sobre Diarios (2011). “Un periodista llamado Domingo Faustino Sarmiento”. Recuperado de
<http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/324-un-periodista-llamado-domingo-faustino-
sarmiento.php#.WzluJS1N1E4 >.[junio 2018]
8
El Nuevo Diario (2011). “Vargas Llosa defiende ‘periodismo libre’ y su papel en América latina”
Recuperado de <https://www.elnuevodiario.com.ni/internacionales/92331-vargas-llosa-defiende-
periodismo-libre-su-papel-am/> (hipervínculo consultado por última vez el 4-7-18).

- 30 -
Tal como sostuvo Rodolfo Walsh, el periodismo es libre, o es una farsa, sin

términos medios.

Jorge Fontevecchia9 opina en los mismos términos que García Marquez y Vargas

Llosa:

Soy periodista. Tengo el mejor trabajo de la Argentina; ser periodista es un


privilegio que ni siquiera el hombre más rico puede tener; da la posibilidad de
conocer a tanta gente interesante, recibir en primera mano contacto con personas
que están fuera de la campana de Gauss.
Pero, agrega que

para ser buen periodista te ayuda ser algo más que periodista. De hecho en las
buenas universidades del mundo se enseña periodismo como posgrado, vos tenés
que tener una carrera de grado en economía, en derecho, en lo que fuese, y luego
el periodismo en posgrado. Para un periodista es esencial tratar de descubrir qué
hay detrás, arrancar el secreto. El método crítico que usamos en el periodismo
se parece mucho a lo que hizo Freud. Freud siempre estaba buscando lo que
estaba oculto detrás de la máscara y eso a mí me ayudó mucho.
Patricia Van Ploeg también se considera una privilegiada:

¿Qué me gusta?, la posibilidad de viajar, de investigar, de escribir, la libertad de


todo eso. Que me paguen por escribir, que es lo que más me gusta hacer. Tener
una mirada distinta del mundo y de las cosas, el periodismo te da eso: estudiás,
investigás y tenés otra mirada de las cosas que la gente común.
Paula López se permite dudar, aunque participa como el resto de los entrevistados

de su pasión por ser periodista:

Tengo una amiga que dice: “Serás lo que debas ser; si no, serás periodista”. Otro
me dijo que éramos “chusmas profesionales”. Yo creo que es un oficio, de los
más lindos, a veces muy duro, pero tiene sus gratificaciones. Yo tengo una
ciclotimia permanente con el periodismo. Como decir: “Me hubiera dedicado a
otra cosa y estaría forrada, viajando por el mundo”, pero después te agarra…
Tenés un dato, y lo laburaste, y llamás y buscás y la construcción de la noticia
te cierra, y después ves que por ahí el día que lo publicaste no pasó nada, pero
ves que dos, tres días después todo el mundo ese dato lo tomó y lo hizo, y es
como decir: “Lo hice yo”. Es como un orgullo tonto, pero te da esa satisfacción.
Yo creo que es una forma de vida difícil de cambiar y también de explicar…

9
En entrevista propia, disponible en el Anexo de este trabajo. A menos que se explicite lo contrario, las
citas a Jorge Fontevecchia, Matías Longoni, Carlos Esteban Prieto, Patricia Van Ploeg y Paula López
pertenecen a las entrevistas propias contenidas en el Anexo.

- 31 -
Matías Longoni parece sentirse, desde otra perspectiva, un tanto decepcionado

sobre la situación actual del periodismo, una visión que parece ser la consecuencia de

algunas de las dinámicas que se tratarán con más profundidad en los próximos acápites.

Vale la pena tener en cuenta una primera reflexión:

Está muriendo el periodismo; somos exponentes de un oficio que está en franca


crisis, que tiene que reinventarse y que se va a reinventar fuera de los medios de
comunicación que ya están lo suficientemente corrompidos. Creo que cada vez
se comunica más y se hace menos periodismo y la política ha visto que para
dirimir sus cuestiones son mucho más funcionales los medios que las elecciones,
entonces ya ha hecho grandes avances sobre el territorio de la comunicación.
Hay estudios de CONICET, en España, en todos lados, que dicen que los
contenidos de los medios de comunicación en un 70, 80% son generados por
corporaciones y equipos de prensa y no por periodistas. Quiere decir que los
contenidos tienen cierto rasgo editorial en su concepción y no el rasgo editorial
del equilibrio que le debería dar un periodista. Se ha perdido el equilibrio en el
80, 90% de los contenidos periodísticos. […] Había corporaciones que trataban
de mantenerse al margen y realizar el ejercicio periodístico, su función en la vida
era esa, hacer periodismo. Bueno, las estamos perdiendo, ya sea por cuestiones
tecnológicas, porque los periodistas se han vuelto unos engreídos que quieren
figurar, ganar plata y pasar sus vacaciones en Miami, ya sea por cambios en la
industria del papel, estamos perdiendo los lugares donde se hacía periodismo
equilibrado. […] Hay que empezar a usar la palabra periodista como se debe o
inventar una palabra nueva para los sobrevivientes del periodismo.

¿A quién le gusta la rutina?

La rutina puede resultar tan tediosa como necesaria. Escapar de la rutina puede

ser una invitación a cometer errores, dejar pasar noticias. Para los periodistas llevar una

rutina es esencial: es la mejor forma de organizarse en su quehacer diario.

Las rutinas son prácticas que los periodistas repiten cotidianamente como un
ritual y se aplican a todo el proceso de producción de las noticias, desde la
selección de fuentes para elaborar la información, la redacción de textos y la
selección de imágenes, hasta la definitiva edición del temario.
[…]
En el mundo profesional se considera que las rutinas son inevitables y hasta
necesarias, ya que establecen una serie de parámetros de conducta profesional
que hacen posible la aparición de los medios con un contenido permanentemente
actualizado dentro de los períodos tremendamente rígidos. Los periodistas

- 32 -
afirman que sin esas rutinas sería imposible responder a las exigencias del
público de recibir puntualmente, a la hora prevista, su ejemplar de periódico, las
distintas ediciones de los noticieros televisivos o programas informativos de las
emisoras de radio. (Borrat y Fontcuberta, 2006: 67).
Matías Longoni resume de esta manera su rutina:

En general uno se levanta y ya empieza a leer los diarios y las fuentes de


información para construir su agenda diaria. Los diarios, en realidad, para revisar
los resultados del trabajo anterior; después lo que uno busca es la continuidad de
la noticia, porque ya uno empieza a pensar, sobre todo si uno trabaja en un diario,
que tiene que llenar la página de la tarde.
Patricia Van Ploeg, alejada ahora de los medios gráficos, tiene una rutina algo

diferente, pero que se plasmó durante los años que trabajó en Ámbito Financiero:

Arranco tarde porque me quedó el síndrome del diario, entonces no tengo la


costumbre de madrugar, me acostaba siempre tarde, así que yo me duermo a las
dos y media de la mañana y me levanto a las nueve, entonces arranco tarde.
Llego a la oficina al mediodía y me quedo hasta las ocho de la noche, acompaño
el cierre de los diarios, tengo esa cosa en la cabeza, a pesar de que ahora, con las
redes sociales, es mucho más fuerte el online que el papel, pero tengo eso que si
no salió en el papel, la noticia no está en la agenda.
Longoni cuenta sobre su rutina en los días del conflicto de 2008:

En aquel momento, durante el conflicto con el campo, yo era periodista de la


sección “País” de Clarín y por tanto, en realidad no tenía responsabilidad de
llenar un espacio equis sino de generar información que luego peleara por los
pocos espacios disponibles en Clarín. Por lo cual, desde que arrancaba el día,
uno se esforzaba por buscar títulos, novedades que pudieran pechar por el
espacio físico del papel de Clarín.
La “pelea” por ocupar los espacios disponibles que mencionaba Longoni tiene

lugar en las redacciones. Generar información que merezca ser publicada es la tarea diaria

del periodista. Jorge Fontevecchia nos la describe desde el lado del editor:

Vos tenés reuniones de blanco, porque supuestamente el papel está en blanco y


hay que llenarlo. Reuniones de blanco que a veces son más creativas o más
informativas, donde cada editor cuenta la información que tiene o se discute
sobre qué información se debería tener o qué temas se deberían tratar; lo que se
llama la agenda setting.

- 33 -
Olfatear las noticias

La búsqueda de una noticia ordena la rutina de los periodistas. Patricia Van Ploeg

aporta la siguiente visión: “La noticia no la elaboro yo, está, pero uno ve cómo la

transmite, qué quiero yo que el público se entere, o qué quiero yo decirle al público”.

Para Matías Longoni,

la noticia debe ser noticia siempre. Ahora, el valor editorial no se lo das vos solo
como periodista, se lo das vos como periodista, el medio que te cobija y la
recepción de la gente. Es todo un fenómeno extraño lo que se produce con una
noticia, hay noticias que son una pelotudez y se toman como importantes y hay
noticias que son sumamente importantes y pasan desapercibidas; también tiene
que ver con los tiempos de la audiencia.
Oler una noticia, una información que merezca ser publicada, dependerá entonces

de qué quiere o espera recibir la audiencia. Según Patricia Van Ploeg,

la noticia es algo que tiene que interesarle a la gente. Al periodista puede no


importarle nada de lo que escribe, pero tiene que interesarse, tiene que tener esa
cuota de profesionalismo o de intuición para interesarse por algo que va a ser
noticia.
Pero aún cuando la noticiabialidad de un acontecimiento está inflenciada por lo

que le interesa a la gente, siempre se necesita de un hecho o acontecimiento que merezca

ser contado y, además, el periodista necesita contar con información sobre ese hecho.

Miguel Castelli lo presenta de la siguiente manera:

El objeto de la comunicación —y por lo tanto de la actividad periodística, como


forma organizada de comunicación social—, entendido como acontecimiento
(hecho, idea, sentimiento o creación imaginaria del comunicador) es la noticia.
Aquí entramos en uno de los problemas más debatidos entre los teóricos y
empíricos del periodismo, ya que se trata de una de las definiciones más difíciles
de compendiar en pocas palabras, y de una complejidad tal que su esencia parece
continuamente alargarse hacia horizontes cada vez más vastos. En el concepto
de noticia encontramos en primera instancia dos componentes: a) el hecho o
acontecer susceptible de ser comunicado socialmente; b) la información sobre
ese acontecimiento. En otras palabras, ningún hecho es noticia hasta que una
determinada persona lo recoja y lo transmita convertido en mensaje. […] el
suceso no es más que la materia o sustancia que puede recoger y utilizar el

- 34 -
periodista para hacer una noticia y la noticia sería, exactamente, la forma
comunicable que aquél da a la información de ese suceso. (Castelli, 1993: 29-
31).
La noticia es un producto y, como tal, introduce otra dimensión en el análisis de

las rutinas periodísticas y la búsqueda de información publicable:

Hay que dividir al periodista de la empresa periodística. La empresa periodística


tiene la obligación de hacer sustentable su negocio y tiene que vender un
producto que es una botella que contiene noticias, tiene que vender bien la
botella. Ahora, el periodista es el peón que necesita generar esa noticia para darle
contenido a la botella, pero la botella tiene que estar llena de verdades, si no…
La empresa periodística tiene la obligación que su producto sea vendible y bueno
para poder inclusive pagarle el sueldo a ese periodista. Vos tenés una
información y tenés que “vendérsela” al jefe de sección o al secretario de
redacción —siempre hay un superior que decide si esa noticia se publica o no—
, y hay que venderla de la mejor forma posible. Muchos periodistas mienten para
que le acepten publicar esa nota,
dice Van Ploeg.

Entonces los periodistas no siempre tienen la única o la última palabra. Las

noticias son, en palabras de Matías Longoni, “construcciones colectivas, son cuestiones

de la redacción, no de un periodista”.

Mientras se puede plantear que la construcción de la noticia es una tarea colectiva,

las rutinas y la pasión por la profesión periodística son privativas de cada periodista. Son,

de alguna manera, las que lo definen como tal.

- 35 -
Capítulo III: un campo de fuentes

Una noticia es un hecho noticiable e información sobre ese hecho. Los periodistas

pueden tener un sentido especial para olfatear una noticia. Pero no siempre pueden

hacerse de la información por sí solos. Para ello necesitan de fuentes.

El concepto de fuente apunta a origen, inicio, comienzo, surgimiento, fuerza


generadora, causa primera. Es un concepto relacional: cualquier actor social —
personal o colectivo— puede ser fuente cuando desempeña ese rol respecto de
otro actor comunicándole datos, significados y versiones del caso noticiable
(Borrat y Fontcuberta, 2006: 245).
Para Halbert Gans, se puede considerar como fuente a todas

las personas que el periodista observa o entrevista […] y las que proporcionan
las informaciones de base o los apuntes para una noticia […] La característica
más destacada de las fuentes es que administran informaciones en cuanto
miembros o representantes de grupos (organizados o no) de interés de otros
sectores de la sociedad (Gans, 1979: 80)
En función de los caminos posibles de la información que puede llegar al medio

o a los periodistas, Borrat (1989) distingue la información buscada, que es la que se

obtiene a partir de una actitud activa del periodista, de la información recibida, que es la

que se obtiene a partir de una actitud activa de la fuente. Tanto la información buscada

como la recibida pueden ser fuentes exclusivas del periódico o fuentes compartidas con

sus pares u otros medios. La información buscada incluye las fuentes abiertas, que son

las que no oponen resistencia, pero tampoco asumen la iniciativa (necesitan ser buscadas

para que suministren información), y las fuentes resistentes, que son aquellas que sin

llegar a bloquear el acceso, oponen fuerte obstáculos, restricciones y reticencias a quien

busca en ella información. La información recibida incluye la fuente espontánea, la cual

asume ella misma la iniciativa de informar al periódico. La fuente ávida adopta igual

actitud pero con una carga de intensidad y urgencia mayor. La fuente compulsiva toma la

- 36 -
iniciativa con tantos recursos estratégicos de su parte como para obligar al periódico a

comunicar su información.

Información Información
Buscada Recibida

Fuente Fuente
Abierta Espontánea

Fuente Fuente
Resistente Ávida

Fuente
Compulsiva

Elaboración propia en base a Héctor Borrat (1989)

Las fuentes de información son determinantes de la calidad de los trabajos

períodisticos y

La calidad de los periódicos y de los autores depende, en gran parte, de la calidad


de las fuentes utilizadas en la producción de las versiones publicadas: las fuentes
aportan datos y significados básicos, las primeras versiones del caso previas a
las versiones publicadas. (Borrat y Fontcuberta, 2006: 245).
Si se acepta que calidad de la fuente y la calidad de la producción periodística

van de la mano, la selección de las fuentes y la preservación de las de mayor calidad a lo

largo del tiempo resulta fundamental para el buen desempeño del periodista Tal como

lo afirma Miguel Alsina: “El tema de las fuentes es una parte importante en el proceso

productivo de la noticia y en el estudio de la profesionalidad periodística. El nexo entre

acontecimiento-fuente-noticia es central en la construcción de la realidad periodística”

(Alsina, 1993:113).

Según Wolf,

- 37 -
si aceptamos que la imagen de Gans según la cual la relación entre fuentes y
periodistas se parece a una danza, con las fuentes que intentan a acceder a los
periodistas y estos que quieren acceder a las fuentes (Gans, 1979:116), se puede
observar que la danza las más de las veces es dirigida por las fuentes. Desde el
punto de vista del interés de la fuente en tener acceso a los periodistas, los
factores importantes parecen ser cuatro: a) los incentivos; b) el poder de la
fuente; c) su capacidad para suministrar informaciones fiables; d) su proximidad
social y geográfica respecto de los periodistas (Gans, 1979).” (Wolf 1987: 256).
En un sentido similar, Miguel Alsina sostiene que “el nexo que se establece entre

la fuente y el periodista es interactivo y reflexivo; está sujeto a negociación ideológica y

lingüística y sobre todo a influencias exteriores al campo informativo” (Alsina, 1993:

117).

Los conceptos antes presentados enmarcan algunas de las dinámicas más

importantes que pueden identificarse durante el conflicto de 2008 en relación con la

interacción entre las fuentes de información y los periodistas encargados de cubrirlo.

El rol de las fuentes de información para los periodistas

El nexo entre fuente y periodistas de la que hablan tanto Wolf como Alsina se

torna más evidente a medida que las fuentes se consolidan el tiempo. Ese tiempo que

resulta tan necesario para construir fuentes fiables de información no estuvo disponible

durante el conflicto de 2008. Sólo los periodistas agropecuarios conocián cuáles eran o

sabían dónde ir a buscarlas.

La ausencia de fuentes oficiales y la dependencia de la Mesa de Enlace y de los

productores y operadores cercanos a ellos como fuente casi exclusiva de contenidos,

expuso a los periodistas al riesgo de ser presa de operaciones y al tráfico de información

poco confiable.

Las fuentes son un factor determinante respecto a la calidad de la información


producida por los media; sin embargo, permanecen todavía difuminadas en la

- 38 -
mitología profesional que tiende en cambio a enfatizar el papel activo del
periodista, penalizando la aportación, en muchos aspectos esencial de las
fuentes. (Wolf, 1987: 252).
Este contraste que menciona Wolf, entre el rol de las fuentes y la importancia que

muchas veces le asigna el periodista a las mismas, está presente en estos conceptos de

Matías Longoni:

[…] Periodismo se trata de tener una noticia, un título, nada más. A veces lo
tenés con una sola fuente, a veces con el Boletín Oficial tenés mucha mejor
información que con veinte testimonios: “Salió la resolución tal que dice tal
cosa”. No hay relación afectiva ahí. Si vos tenés la percepción de que todo es
conspiración y todo es en base a un intenso laburo de investigaciones estás
equivocado: la mayor parte de las noticias no son producto de conspiraciones ni
vienen de grandes investigaciones ni tejidos; en todo caso eso será el periodismo
de investigación, que también se basa mucho en datos y no en fuentes. Las
fuentes te encienden la chispa y los datos corroboran la información dura que te
dio alguna fuente: a veces no hay ni siquiera necesidad de consultar dos fuentes.
[…] la información la construye el dato, no la fuente. […] Hay que tratar bien a
la noticia, no tanto a las fuentes.
Longoni deja flotando un interrogante en el aire: ¿acaso la diversidad y el

tratamiento que se les da a las fuentes no son determinantes de cómo se gana el respeto

un periodista? Para Longoni, no. El respeto no se gana

tanto por las fuentes, porque eso es darle un valor exagerado a la fuente. Uno de
los rasgos que definen a los buenos periodistas es el respeto a sus fuentes, cómo
las cuida, cómo las trata, pero ese es un rasgo de humanidad, no define a la
profesión, porque también es cómo vos tratas a tus vecinos.
Para Jorge Fontevecchia el rol de las fuentes de información es incluso algo más

relativo. Probablemente porque “Perfil nunca fuimos periodismo de fuentes.” En

particular, Fontevecchia señala:

Yo leo mucho, tengo menos contacto con fuentes en el sentido periodístico, salgo
poco de acá10, la gente viene acá en general, dedico más tiempo que otros
periodistas a la lectura. Mis fuentes generalmente son los libros, no hago
periodismo de fuentes. […] Perfil tiene una actitud de distancia con las fuentes,
somos una máquina de generar molestias a la gente, tenemos una mirada como
la Escuela de Frankfurt, de pensamiento crítico, creemos que eso es lo que
tenemos para aportar. En términos generales no hacemos periodismo de fuentes,

10
Se refiere a las oficinas de la Editorial Perfil.

- 39 -
porque normalmente las fuentes te piden a cambio que las cuides, o sea, la
relación con las fuentes… Yo recuerdo a un gran periodista norteamericano que
ganó un premio Pulitzer porque denunció los papeles del Pentágono a fines del
siglo pasado, Jack Anderson. Él me decía que no había ni que tomar café con los
funcionarios porque uno podía establecer una empatía y eso genera luego un
grado de compromiso inconsciente; eso es extremo, pero es así.
Longoni comparte esa necesidad de mantener esa distancia con las fuentes. Para

lograrlo considera que hay que empezar por

no aceptar sobres11, y que la gente no llegue al extremo de ofrecértelos porque


saben que los vas a mandar a la mierda. Tratando de no mantener relaciones de
amistad, y cuando son relaciones de amistad hacerlas muy visibles, como para
que no despierten sospechas sino que están blanqueadas. Yo soy un tipo que
mantiene una distancia fenomenal, no tengo ningún vínculo afectivo con mis
fuentes.
Además, considera que al momento de consultar una fuente, siempre hay que

cuestionar la información que te suministra, hay que tratar de identificar cuál es su

objetivo, por qué te da tal o cual información, porque “ése es el trabajo periodístico: si no

hacés eso, dedicate a otra cosa”.

Carlos Alsina presenta los resultados de un trabajo de investigación realizado por

Gieber y Johnson, en el cual se identifican tres tipos de interrelaciones entre el periodista

y sus fuentes:

1. Puede darse una total independencia entre el periodista y la fuente. Es decir,


hay un distanciamiento entre el que produce la noticia y el que informa sobre la
misma; 2. La fuente y el periodista cooperan. Fuente y periodista tienen algunos
objetivos comunes: uno necesita que una determinada información se publique
en el periódico y el otro necesita obtener noticias para satisfacer a sus superiores;
3. La fuente es la que prácticamente hace la noticia. Sería el caso de los
comunicados oficiales. (Alsina 1993: 117).
Pero más allá de la forma que adopte la relación y el flujo de información entre el

periodista y sus fuentes, el ingrediente básico de esa relación es la confianza que se

dispensen mutuamente. Para González Prieto,

11
Se refiere en sentido amplio a algún tipo de compensación por dar alguna noticia de interés de la fuente.

- 40 -
es clave la confianza del vínculo con la fuente. Las mentiras tienen patas cortas
y en unos días el periodista se termina dando cuenta de que lo estuviste operando
para algo que era funcional a vos. La cita directa la uso mucho, salvo que el tipo
me diga que no lo haga: le da más sustentabilidad a la noticia la comilla. La
utilización de la fuente tiene que ver con la accesibilidad, más tiempo que plata,
a veces lo que te apremia es el tiempo para chequear todo, pero no es cuestión
de guita. […] se puede decir “no tengo recursos para vivir dignamente”, te lo
tomo. Pero no para hacer bien el trabajo. […] En definitiva, yo creo que hay dos
ejes que son importantes en la relación entre el periodista y la fuente: uno, la
confianza […] y el otro, ser útiles mutuamente; si no sería autodestructiva la
fuente, vos como periodista tenés que ser consciente de que la fuente cuando te
está dando una información está buscando un beneficio con lo que te está dando
y te da un beneficio a vos, te da una primicia, es una relación de ganar/ganar,
pero son acuerdos medio implícitos. Es como un negocio pero que no es muy
explícito, está ahí en el aire.
Pero las fuentes, enfatiza González Prieto, no son las que determinan el producto

final: “eso lo hace el periodista que escribe; es importante, es clave, pero no te puede

condicionar la fuente”.

Escasez de fuentes, fuentes recibidas y periodismo de periodistas

Si bien el producto final, la noticia publicada, no es responsabilidad de la o las

fuentes, la falta o la escasez de éstas, puede afectar la calidad de la labor periodística y

puede exponer a los periodistas a diversos riesgos.

Matías Longoni puntualiza el riesgo a no respetar las fuentes:

Hay una mecánica cada vez más difundida de no respetar las fuentes, ni citarlas,
y se supone que lo que proviene de un periodista ya puede ser de uso colectivo.
Esto es así, hablemos del conflicto agropecuario o hablemos de la relación entre
Pampita y Benjamín Vicuña. Durante el conflicto agropecuario había una
valoración a determinados periodistas que teníamos acceso a las fuentes, eso sí.
Si yo anticipaba lo que iba a hacer la Mesa de Enlace al día siguiente,
seguramente había una valoración especial de un montón de periodistas
generalistas o de la política, porque sabían que lo estaba diciendo un tipo que no
se había equivocado durante tres meses en la construcción de los escenarios que
venían. ¿Por qué? Porque conocía a los dirigentes, conocía a los productores,
conocía las cuestiones técnicas que se estaban discutiendo.

- 41 -
En cierto sentido, el desconocimiento del tema hizo que los periodistas

especializados fueran considerados como fuentes del resto del periodismo. Para Héctor

Borrat y Mar de Fontcuberta, la especialización es siempre temática:

Cuando hablamos de “especialización periodística” nos referimos al tratamiento


en profundidad en los medios de comunicación de un determinado campo del
conocimiento. Nos referimos, pues, al periodismo político, económico, cultural,
deportivo, etcétera. El concepto de periodismo especializado tiene un referente
temático. Sin embargo, se han producido confusiones al respecto al considerar
como especializaciones tres ámbitos distintos: el ámbito geográfico, el de
segmentación de audiencias y el de los propios medios. [...] Sin embargo, ni la
geografía, ni la segmentación demográfica, ni los medios especializan. Son, eso
sí, componentes complementarios y fundamentales de la auténtica razón de ser
de la especialización: el ámbito temático. La especialización es siempre
temática. (Borrat y Fontcuberta, 2006: 78).

También sostienen que

Según su nivel de conocimiento acerca del campo temático donde trabajan y sus
capacidades para investigarlo, conviene mantener la distinción tradicional
entre generalistas y especialistas o “especializados”.
Ambos tipos coexisten en la pirámide redaccional:
Los generalistas constituyen la mayoría. Son de hecho una mayoría necesaria
por dos razones de peso. La primera, explícita, suele invocarse en los saberes
profesionales: porque se supone que las preguntas que el generalista se hace
sobre “la realidad” o la “actualidad” coinciden con las que se haría el “lector
común”. Los generalistas quedarían investidos así en una suerte de
representación informal de las mayorías de los lectores. La segunda razón,
implícita: porque los generalistas son más baratos y, a la vez, más flexibles que
los especialistas: no sólo cobran menos sino que se acomodan fácilmente a los
cambios de área o sección, tan frecuentes y necesarios en cualquier periódico.
Los especialistas o especializados han sido caracterizados según dos enfoques
contradictorios:
El primer enfoque entronca a los especialistas con una supuesta
“especialización” concebida simplemente como permanencia en una práctica
profesional de larga duración anclada en una sección del temario o en una
corresponsalía determinada. Lo cual genera una presunción muy cuestionable:
cuanto más “veterano”, más viejos sean esos periodistas, tanto más especialistas
son -aunque se limiten a repetir las prácticas rutinarias.
El segundo enfoque identifica como especialista a aquellos que, por sus
conocimientos y por su experiencia profesional, demuestran estar realmente
capacitados para practicar el “Periodismo Especializado”. (Ibid.: 220)

- 42 -
Para Patricia Van Ploeg, durante el conflicto gobierno-campo de 2008, la principal

y a veces la única fuente de información era a su vez uno de los protagonistas del

conflicto: la Mesa de Enlace. González Prieto por su parte recuerda:

No había comunicación entre el oficialismo y los periodistas. Eso le costó a


Cristina Fernández terminar así lo del 2008, perdiendo, y a partir de ahí aprendió
y empezó a atender a los que quería, pero por lo menos atendía a alguien. O sea,
no atendía ni a los propios. Vos como periodista querías tener dos fuentes y
tenías una porque la otra no tenías con quien hablar.
Esto último es para Van Ploeg un problema, por cuanto una noticia debe

construirse a partir de la verdad y “esa verdad se conseguirá con una variedad de fuentes,

y más rica será cuanto más fuentes consultes, pero depende de la noticia”.

El principio rector de chequear la información suministrada por una fuente con

otras fuentes para Paula López

se sigue usando, aunque cuesta un poco hacerlo con el mismo proceso…


También vos a veces tenés un dato y vas a chequear y ya sabés que te van a decir
que no. Por ejemplo, te están hablando de X, te dicen que X va a hacer tal cosa,
y vos llamás a X para chequearlo y X te dice: “No, para nada”. Entonces ahí
también juega la experiencia que vos tengas y quién te lo contó. Yo no tengo
confianza ciega en las fuentes. Tampoco confío ciegamente en mí misma, porque
somos humanos y cometemos errores. Pero sí, con determinadas fuentes, uno
tiene un nivel de confianza para decir: “Esta fuente no me va a vender pescado
podrido o carne podrida”, pero también vos tenés que hacer el circuito formal
para chequear por lo menos otro más que te cuente lo mismo, o ir a un registro
formal, por ejemplo cuando hablamos de exportación de granos o cosas así, y
mirar y decir: “Ah, sí, acá está eso que me dijo, acá está el dato, lo que me dijo
era cierto”. Pero yo no confío ciegamente, porque sé que todos tenemos
intereses, y más cuando uno te viene a vender una noticia. Poder darse cuenta de
esto te lo da el oficio de años…
Carlos González Prieto agrega otra dimensión de lo que sucedía en esos momentos

de restricción de fuentes y recuerda que en muchos casos

el periodista agropecuario hacía periodismo para periodistas, porque el


periodista genérico consultaba para entender, consultaba en off. […] Ahí las
fuentes eran un poco las oficinas de prensa de las entidades y los productores
que estaban en las comisiones directivas de las entidades; eran todos fuentes.
Vos me decís si el periodismo no especializado está más en el tema después del
2008, creo que no, para mí está igual, que el tema agro es algo que no les interesa,

- 43 -
no está ni bien ni mal, no les interesa. Cuando roza algún tema político ahí hay
algún interés, si hay alguna marcha por ejemplo, una protesta en Plaza de Mayo,
o si se discuten temas tributarios; pero la cuestión técnica agropecuaria yo
percibo que para los periodistas de interés general es hasta aburrida.
Matías Longoni nos da una semblanza de lo que ocurría por aquellos días de 2008:

dentro de un conflicto tenso, grave, donde todos querían hablar o todos querían
imponer su verdad, me tocó cubrir la información desde el sector agropecuario,
con lo cual mi fuente fue el sector agropecuario, al que yo ya venía cubriendo de
antes. Para lo que decía Kirchner estaban los periodistas del Gobierno, para ver
lo que decían los gremialistas estaban los periodistas gremiales… en algún
momento el conflicto trascendió lo agropecuario y empezaron a hablar el resto
de los sectores. Pero no es raro que yo tuviera que ir a ver qué hacía Moyano: yo
tenía en cuenta si los camioneros de Moyano iban a San Pedro, me tocaba a mí
cubrir ese trajín dentro de las vicisitudes de ese conflicto. […] En algún
momento se consultaba más abajo [de la Mesa de Enlace] porque el debate se
daba hacia abajo. En algún momento había un hecho disruptivo en Salta y había
que hablar con los productores de Salta; en algún momento los tabacaleros no se
sumaban a la protesta y había que ver por qué, pero en general la voz cantante,
y esto fue así a lo largo de los tres meses del conflicto, la tuvo la Mesa de Enlace.
Los cuatro integrantes de la Mesa de Enlace cerraron filas y fue un sorprendente
ejercicio político, diría yo, porque hasta ese momento no se mostraba así; hubo
un respeto estricto de las decisiones que tomaba la Mesa de Enlace, con lo cual
si los productores decidieron que ésa sea su voz cantante y respetaban sus
decisiones, el periodista tenía que estar atento a lo que decía.
En ese contexto, continúa Longoni:

El rol de los periodistas agropecuarios fue ser el vehículo entre los medios y la
Mesa de Enlace que en ese momento concentró un montón de poder, poder
cedido por los propios productores que estaban en las rutas. Entonces los
periodistas con capacidad y confianza para construir un relato respecto a las
decisiones que tomaba la Mesa de Enlace éramos los periodistas agropecuarios
que cotidianamente habíamos estado en contacto con la Mesa de Enlace.
Como consecuencia de ese periodismo para periodistas del que hablaba Carlos

González Prieto, Longoni sostiene que hay muchos periodistas agropecuarios “que no

practican el discurso intrasector, sino que tratan de hacer periodismo para el resto; eso ha

hecho que se haga común y corriente que haya periodistas especializados en agro en las

redacciones grandes”. Según Longoni, este avance se intensificó en 2008, pero ya había

comenzado en 2001, cuando la crisis política y macrofinanciera de aquel año

- 44 -
desnudó a una Argentina muy debilitada y lo único que le daba algo de sustento
al país era el campo. Se terminó el bleff de las inversiones, todo lo que escribían
los periodistas económicos había fracasado todo, tenías 30% de pobres, cinco
presidentes en una semana, y la necesidad de reconstruir el país; y quien aportó
para la reconstrucción del país fue el campo, las divisas que venían del sector
agropecuario. Los que contaban ese proceso eran Marcelo Bonelli, los
periodistas de Ámbito Financiero y hubo una camada de chicos que veníamos
haciendo periodismo agropecuario y fuimos convocados a las redacciones
grandes a contar este proceso; nadie entendía cómo era el mecanismo de la
liquidación de la divisa, por ejemplo, eso lo contamos nosotros, no lo contó ni
Héctor Huergo. Lo contó Paula López en Cronista, yo en Clarín, Cristian Mira
en La Nación y algún otro.
Paula López, a quien Longoni cita como fuente de otros periodistas, nos presenta

un panorama similar:

Me pasó de muchos colegas, del diario o de otros medios, que se acercaron y me


dijeron: “¿Me explicás esto?” y vos te sentabas con ellos y te sentías bien. Creo
que muchos se dieron cuenta de que había muchos periodistas especializados
agropecuarios o agroindustriales, y que no era cuestión sólo de contar las vacas
o de cuántos granos se embarcaban… Y los generalistas, creo que algunos
aprendieron algo nuevo, lo que me parece que está bueno también en periodismo,
salir de tu zona de confort y aprender algo, pero también incrementaron eso de
la diferencia entre el campo y la ciudad, esos mundos separados… estoy
pensando no tanto en los periodistas o trabajadores del medio, sino en las
estrellas del firmamento periodístico, los formadores de opinión, algunos de la
tele, de la radio […].
La preponderancia de la Mesa de Enlace y de los productores agropecuarios como

fuente de información durante el conflicto gobierno-campo de 2008 habilita la siguiente

pregunta: ¿qué tan expuesto está el periodista a quedar atrapado en los intereses de una

fuente que aporta información, en un contexto de limitado acceso a fuentes de

información alternativas?

Patricia Van Ploeg afirma que la fuente de información es más buscada que

recibida o más recibida que buscada dependiendo

de dónde estés trabajando; hay diarios muy importantes que reciben mucha
información por día y ellos no salen a buscar nada. Después salen a ratificar, por
ejemplo si hay un molino que está por cerrar hablaré con la cámara molinera o
con alguien de la industria para ver que no esté metiendo la pata. […] Ha pasado
que hay periodistas que quieren tener el protagonismo, quieren tener la noticia
escandalosa, la mejor noticia del mundo y ahí meten la pata.

- 45 -
Matías Longoni recuerda un episodio que, aunque no ocurrió durante el conflicto

de 2008, resulta interesante presentar para ver algunos aspectos de lo que puede suceder

cuando no se trabaja adecuadamente en la construcción de la noticia (por falta de tiempo,

o por motivos de diversa índole):

Por lo general tengo un gran olfato y no me como las operaciones de prensa. […]
Un día me gustó una noticia de cómo habían hecho el control antigranizo en
Mendoza los pilotos; hablé con el Secretario de Agricultura y al día siguiente
publiqué que en Mendoza habían desactivado el granizo y me llamó la mujer de
un piloto que había muerto veinte días antes en el medio de una tormenta, y me
dijo: “No pueden decir que está todo bien si mi marido se murió”. Yo no pude
haber omitido la muerte de un piloto, ésa es una noticia mal construida, tiene que
ver con el apuro de sacar la información, me falló la intuición, pero me pasó muy
pocas veces. […] Cuando hay que hacer una nota por semana la hacés bien;
cuando te obligan a hacer diez notas por día, las hacés mal. Ése es un avance de
la comunicación sobre el periodismo.

La necesidad de tomar distancia

Cabe preguntarse si existe algún lugar, del lado del periodista, para la objetividad,

o si termina indefectiblemente por tomar partido, sin poder evitar la subjetividad.

Fontevecchia asevera:

A mí me resulta menos complicado, porque hago un culto de la objetividad. Yo


podía tomar distancia perfectamente. Te decía que venía de la guerra entre
Colombia y Venezuela que casi estalla, en un contexto también de interior
profundo de Venezuela, entonces no estuve en todo el proceso de germinación
de la protesta, llegué y ya estaba la protesta instalada. Pude verlo con ojos de
distanciamiento […] O sea, pude tomar distancia de todos.
Algo similar sostiene Paula López:

Yo trataba de ser lo más objetiva, dentro de las subjetividades que tenemos,


porque siempre tomás partido y siempre podés cambiar de opinión […]
Carlos González Prieto asegura que, en materia de tomar posición de un lado o

del otro del conflicto, hubo un poco de todo: “Hay un montón de periodistas, hay de todo,

- 46 -
pero en general yo creo que sí, que había posiciones tomadas, era raro ver a alguien que

solo informaba”.

Paula López, en cambio dice que ella pudo brindar “las dos campanas” y agrega:

Igual fue un trabajo en conjunto. Ya te digo, estuvo toda la sección trabajando


para eso, y había uno encargado de hacer la campana del campo, otro del
gobierno. Cuando había algo, porque muchas veces no había nada, salvo los
discursos de Cristina del piquete de la abundancia.
Los periodistas construyen la realidad social, pero no lo hacen de manera aislada

de su audiencia. Miguel Alsina sostiene que “los periodistas tienen un rol socialmente

legitimado e institucionalizado para construir la realidad social como realidad pública y

socialmente relevante. Estas competencias se realizan en el interior de aparatos

productivos especializados: los medios masivos” (Alsina, 1993: 30).

Ahora bien, la anterior afirmación puede llevarnos a creer que esos medios

masivos pueden construir la realidad sin tener en cuenta la interacción de la audiencia.

Alsina sostiene que eso es una falacia y que “debe quedar bien en claro que la

construcción social de la realidad por los medios masivos es un proceso de producción,

circulación y reconocimiento”. Luego asevera que “esta relación entre el periodista y la

audiencia está establecida por un contrato fiduciario social e históricamente definido. A

los periodistas se les atribuye la competencia de recoger los acontecimientos y temas

importantes y atribuirles un sentido” (Ibid.: 31). La idea, entonces, es que la audiencia le

pone un límite a la subjetividad del periodista o a las intenciones del medio en el que

trabaja.

Es indudable que la organización condiciona la producción. Pero no sólo a nivel


técnico, sino también ideológico. La propia profesión periodística se
autolegitima en su rol de puros transmisores de la realidad social. Pero
difícilmente los periodistas reconocen que llevan a cabo una tarea de
construcción de la realidad social como si esto fuera reconocer una especie de
“pecado original” del periodismo. Las concepciones sobre la propia
profesionalidad periodística son diversas, cuando no contrapuestas. Uno de los
temas claves de este debate es el de la objetividad. (Ibid.)

- 47 -
En relación con la objetividad en la práctica periodística, Jorge Fontevecchia

sostiene que

lo primero que vos tenés que hacer cuando hacés periodismo es tomar distancia
de aquello que te genera afecto, porque de aquello que no te genera empatía es
fácil ver los defectos, uno establece relaciones de afecto con la gente… Lo que
hay que hacer es tomar distancia de ese afecto propio, como a un médico se le
pide que no opere a su familia o a un juez que no juzgue a su familia. […] Hacer
periodismo independiente implica perder recursos económicos, consumir mayor
cantidad de energía para navegar la misma cantidad de kilómetros en tu barco
viento en contra. Y tenés que estar dispuesto a pagar ese precio. El periodismo
independiente tiene costo. Vos tenés que estar dispuesto a pagar el costo y tener
con qué pagarlo.
Pero también uno tiene sus beneficios por ser independiente:

Uno llega a la noche, apoya la cabeza en la almohada, cierra los ojos, se mira a
uno mismo y se gusta. Puede perder en términos económicos pero gana en
reconocimiento de los demás. El periodismo independiente recibe satisfacciones
y pagos en otra moneda.
Paula López ve dificultades para hacer periodismo de manera totalmente

independiente:

Vos podés escribir sin una línea editorial de un gran medio. Pero también debés
tener la otra cara, que es cómo lo mantenés y hasta qué punto estás dispuesto a
entregar tus banderas, por así decirlo, a claudicar ante el anunciante que te va a
sacar el aviso porque hablaste mal de uno, que eso tiene mucho que ver y también
está en los grandes medios, pero ahí vos decidís tu límite. Yo estoy hablando de
emprendedores: no creo en el periodismo independiente dentro de los medios
formales, de los medios de comunicación más importantes: no hay periodismo
independiente, es una fantasía como la máxima objetividad.
La falta de independencia se puede traducir en falta de objetividad. Es común

suponer que algún periodista que recibe pauta de algún organismo o una empresa

condicione la búsqueda y selección de fuentes, es decir, que solamente consulte esa fuente

y no consulte a otras. Matías Longoni nos cuenta que no sabe qué sucede en esos casos,

porque por suerte nunca le pasó. Pero se imagina que

esos organismos, empresas o entes que ponen publicidades, […] compran cierta
lealtad en la comunicación de la noticia: cuando la noticia afecte mis intereses
vos consultarás mi opinión y cuando yo necesite un favor vos me escucharás y

- 48 -
me prestarás atención; es un poco eso lo que compran. No compran títulos ni
exclusividades, no compran al periodista por completo, es más sutil.
Carlos González Prieto sostiene que

en teoría […] hay que transmitir la noticia pura y dura, pero en la práctica es
imposible no ponerle tu impronta, salvo que hables de algo estrictamente técnico
[…], pero desde el momento en que hay política en el medio y hay ideología, es
imposible abstraerse. Vos podés dar una campana y la otra, pero es imposible.
Sobre todo cuando hay un conflicto, hay dos grupos, imposible. Yo puedo
contarte que Etchevehere asume en el Ministerio de Agroindustria, y que el ex
ministro Buryaile se va a Bruselas, pero ahí no hay un conflicto. Para que haya
un conflicto tiene que haber al menos dos posiciones. Te lo cambio, por ejemplo
lo de Cataluña [se refiere al posible proceso de independencia], decime un
periodista que haya cubierto eso y que haya logrado no estar de un lado o del
otro.
Patricia Van Ploeg apunta en la misma dirección: “Los periodistas del agro, que

ya venían escribiendo sobre agro o venían cubriendo al sector, tomaron una posición por

el sector, acompañaron todo el proceso”.

Claramente los ángulos difieren, los periodistas especializados, más cercanos al

campo y los periodistas que trabajaban en medios que tomaron partido a favor de uno u

otro lado de la grieta, parecen más proclives a aceptar que en determinados momentos

críticos la objetividad se puede dejar de lado.

En un contexto en el que la lectura oficial era que el conflicto con el campo fue

un conflicto fogoneado por los medios y, en particular, por Clarín. Jorge Fontevecchia

afirma:

Yo creo que lo que denominamos la grieta venía de antes. Creo que la lectura
que hace Néstor Kirchner que el conflicto con el campo es por Clarín, que lleva
luego a la Ley de Medios y a la competencia beligerante entre el Estado y los
medios profesionales, es una consecuencia y no la causa del conflicto. O sea, él
lee que el conflicto es producido por los medios cuando en realidad lo que él
termina produciendo es un conflicto con los medios por su propia mirada
paranoica. Los medios son omnipresentes, es decir, una cosa es un conflicto con
el campo y otra cosa es un conflicto con los medios. Si vos te peleás con los
medios, los medios están en la vida cotidiana de todo el mundo, entonces la
visibilidad que tiene un conflicto con los medios, por la propia naturaleza de los
medios, es enorme… Yo no creo que la crisis con el campo haya sido creada por

- 49 -
Clarín, fue de abajo para arriba. Lo primero fue la crisis con el campo; Néstor
Kirchner leé mal a posteriori la crisis del campo y cree que la causa fueron los
medios de comunicación que crearon la crisis del campo. Yo creo que la crisis
del campo se creó sola, por esto que te estaba contando al principio de que uno
mira la historia reciente y encuentra que los dos grandes conflictos que involucró
gobiernos que quisieron quedarse con tierras de chacareros, que fue el de la
Unión Soviética y el de Mao, fueron las luchas más sangrientas. Yo no creo que
tenga que ver Clarín… pudo haber sido un espejo pero no el creador. Luego, al
pelearse con los medios, se agigantó la grieta que siempre existió, porque los
medios iluminan algo que está y lo hacen visible, su tarea es hacer visible.
Respecto de Perfil y sus periodistas, Fontevecchia agrega que la actitud fue

la misma que hoy: nosotros nos comportamos con la misma actitud, distante y
dándole el mismo espacio a ambas partes del conflicto, siguiendo los manuales
del periodismo clásico. Pero lo que sí noto es que a partir de que el kirchnerismo
se pelea con los medios, lo que cambia es la posición de los medios. Hasta el
2008 Perfil era el medio más crítico y a partir del 2009 progresivamente fue el
medio más moderado porque Clarín y La Nación se fueron a ser súper críticos y
nosotros que fuimos críticos siempre parecíamos moderados en ese contexto.
Existe otra dimensión igualmente importante en relación con lo que hace el

periodista con la información. Matías Longoni, sostiene al respecto que él tiene la

percepción, primero, que la información tiene que ser lo más pública posible.
Pero cuando no es pública y se va comentando en pasillos, ahí dejaste de ser
periodista, sos operador político o de información. Yo quiero la información para
llenar un espacio, a mí no me interesa para otra cosa la información, yo tengo
información porque tengo una página en blanco y tengo que llenarla, este es mi
trabajo. Yo no puedo hacer nada antes ni después con esa información, es más,
después de publicarla me puedo olvidar del tema. Eso es periodismo. Lo demás
es tráfico de información.
Jorge Fontevecchia agrega en el mismo sentido que “el principio es que la

información no es tuya, vos no podés apropiarte de la información, la información es del

público”.

La semilla de la ética germina en cada periodista

La ética del periodista es la que está detrás de la mayoría de las consideraciones

que realizaron los entrevistados en torno a la objetividad, a la necesidad de evitar la

- 50 -
subjetividad y a trabajar con la mayor independencia posible. Para Paula López la ética

viene

por adentro, por lo que siente uno mismo. […]Yo no confío absolutamente en
mis fuentes ni confío en mí misma, pero yo no voy a hacer una operación burda
porque no me lo soportaría a mí misma, y creo que la ética viene con uno, no es
algo que te enseña la profesión, la ética la tenés vos, pasa por la persona más que
por ser periodista.
Respecto de la relación entre ética y fuentes, remarca que nunca sintió que una

fuente tuviera la intención de quebrantar su ética: “Por ahí no lo sentí porque nunca dejé

que se acercara a eso. Nunca percibí que ninguna fuente quisiera quebrar mi ética en

particular”.

Matías Longoni plantea el dilema ético desde el punto de vista de la relación entre

el periodista y los medios en los que trabaja:

Se está dañando a todo el periodismo: se están deteriorando los medios, las


grandes redacciones están perdiendo capacidad económica, sus periodistas cada
vez están peor pagos… Además, las grandes redacciones aceptaron liberalizar
parte de su negocio para no compensar salarialmente a esos periodistas y estamos
viviendo un “viva la Pepa” moral y ético de la profesión periodística. Hay
periodistas que no hacen la investigación si no reciben un sobre, eso está mal.
Pero también pasa que hay medios de comunicación que no están pagando a esos
periodistas como corresponde y, entonces, ¿cómo les vas a exigir ética a esos
periodistas si no tienen una contraprestación salarial por su trabajo? Hay muy
pocos casos en los que los periodistas cobran un salario digno, para llevar
adelante una vida digna, no lujosa. Por eso existe una prostitución general. Sin
embargo, uno de los momentos en los que menos se vio esa prostitución fue
durante el conflicto del campo, ahí no había ni coima ni nada.
Vale la pena preguntarse si existe una cuestión de conciencia en esos periodistas

con respecto a si hicieron bien o no su trabajo. Longoni argumenta:

Es como una prostituta que se deja coger una vez por plata y después lo hace
otra vez y dice que lo hace para alimentar a sus hijos, que es lo único que le
queda por hacer. Es el mismo escenario. ¿Vos los podés justificar a esos colegas?
No. ¿Los podés condenar? Tampoco. Por lo cual empieza a ser una cuestión de
conciencia de cada uno de ellos porque, además, no hay un conjunto de normas
escritas que diga qué está bien y qué está mal. El código de ética existe, pero no
es obligatorio. Son decisiones propias, son optativas. Además, el código de ética
fue firmado por 400 socios de FOPEA en un contexto de 20.000. Nadie te va a

- 51 -
meter preso por eso, entonces, hay una relajación; en todo caso, hay una
contemplación social de que la prostitución está bien vista. Tiene que ver con
que no te quedan más alternativas tampoco. Es una cuestión de conciencia y es
una cuestión económica porque la mayoría de los periodistas no tiene la
posibilidad de vivir de su sueldo.
En los principios éticos para la práctica periodística del Código de Ética de

FOPEA12, se destacan los siguientes principios o valores:

Los periodistas que integran FOPEA se comprometen a buscar la verdad, a


resguardar su independencia y a dar un tratamiento honesto a la información.
Son objetivos irrenunciables para el periodista el rigor y la precisión en el
manejo de datos con el fin de alcanzar una información completa, exacta y
diversa. La distorsión deliberada jamás está permitida.
Asimismo entre los métodos que presenta para poder respetar esos principios

sostiene que

Los métodos para obtener información merecen ser conocidos por el público. En
casos de necesidad, cuando no exista otra forma de obtener una información, el
periodista puede acordar con la fuente que no será identificada, es decir, que su
testimonio estará bajo un convenio de “off the record”. Las condiciones del
diálogo establecidas al comienzo de la conversación serán estrictamente
respetadas por el periodista, sin que la catadura moral del entrevistado justifique
el incumplimiento de lo pactado. En el caso de que se conviniera con la fuente,
el concepto del “off the record” debe ser tomado en la forma más extensiva, que
impide no sólo identificar al informante sino también publicar el contenido de la
información suministrada. Ninguna nota requiere el permiso de una fuente antes
de ser publicada, como así tampoco el texto de las entrevistas necesita ser
revisado por el entrevistado. Las citas deben respetar fielmente lo que las fuentes
dicen, tanto en su contenido como en su espíritu, sin supresiones distorsivas.
Cuando se trate de fuentes no entrenadas, se evitará potenciar una dificultad de
expresión o una mala sintaxis. [Además,] la información debe ser claramente
distinguida de la opinión.
Refiriéndose a lo que mencionamos como “periodismo de periodistas”, es decir,

el hecho de usar a un periodista como fuente de información por parte de otros periodistas,

el Código de Ética de FOPEA sostiene que “[n]o indicar que un suceso noticioso fue

descubierto por otro periodista e informar el hecho como si fuera un hallazgo propio es

12
Foro de Periodismo Argentino (FOPEA). (2006). “Código de Ética de FOPEA”. Disponible en
<http://www.fopea.org/etica-y-calidad/codigo-de-etica-de-fopea/>. [junio 2018]

- 52 -
una explotación deshonesta del trabajo ajeno y constituye, por lo tanto, una forma de

plagio”.

En cuanto a reglas de comportamiento que hacen a la ética del periodista, se

encuentran las siguientes precisiones:

Es incompatible con la profesión periodística la difusión de mensajes


publicitarios explícitos o implícitos. La información noticiosa y la publicidad
deben ser claramente diferenciadas. La publicidad informativa, a veces
denominada “publinota”, contraviene el principio fundamental e indispensable
de caracterización, por lo que debe ser identificada como tal. Los periodistas no
deben participar de la negociación o tramitación de pautas publicitarias, tarea
que está a cargo de áreas comerciales. En el caso de ser propietarios de
publicaciones o espacios de radio y televisión que reciben publicidad, los
periodistas deben derivar la contratación de anuncios a las áreas específicas. Los
periodistas jamás deben prestarse a realizar operaciones de prensa ni a difundir
información tendenciosa. Si una información de interés público proviniera de
una operación de prensa, corresponde aclarar su origen. Ningún periodista debe
aceptar pagos, retribuciones, dádivas ni privilegios de ningún tipo que pudieran
pretender, de manera explícita o no, incidir sobre un manejo informativo
particular. Los sobornos y las prácticas extorsivas son una falta grave.
Entre otros aspectos el Código prescribe que

en virtud de su compromiso con el interés público, el periodista debe evitar una


vida condicionada por los lujos y aislada de las preocupaciones sociales. Deben
rechazarse los regalos y atenciones que pudieran ofrecerse como resultado de su
trabajo o sus conexiones profesionales. Es recomendable que los periodistas sólo
acepten viajes si son pagados por los medios en los que trabajan. En caso de
acceder a una invitación paga, esta situación debe ser indefectiblemente
explicitada en la cobertura para que el lector, oyente o televidente, pueda evaluar
la imparcialidad del trabajo del periodista. Los viajes que fueran meramente de
placer o recreación no deben ser aceptados.
Como vemos, el Código de Ética de FOPEA es bastante preciso en cuanto a las

prácticas que delimitan la ética de la profesión de periodista. Pero como sostuvieron los

periodistas entrevistados, el comportamiento ético no puede ser prescripto: depende de

cada periodista, de su formación y de sus propios códigos morales. Como dice Patricia

Van Ploeg, “los que tienen (o no) ética son las personas”.

- 53 -
Por último, resulta interesante considerar si se puede hacer un buen periodismo

agropecuario después de los acontecimientos de 2008. Matías Longoni resalta:

Como siempre, haciendo bien la labor del periodista. Primero identificar la


noticia, que la noticia sea importante para la gente, la gente como colectivo es
vidrioso, pero uno sabe para quién escribe. Para construir ese equilibrio consultar
fuentes o las partes en puja; en un conflicto de esta intensidad es imposible que
el mismo periodista concentre las dos campanas, por la dimensión del conflicto,
por la cantidad de ámbitos que empiezan a alternar y ocuparse del conflicto: son
tantos que es imposible que el mismo periodista esté siguiendo a la Mesa de
Enlace, cubriendo los cortes de ruta y además viendo qué dicen Alberto
Fernández o Néstor Kirchner…”
Respecto del periodismo agropecuario, Patricia Van Ploeg apunta:

Me parece que a partir de ese momento hay más periodistas, más interés por
especializarse. Muchos descubrieron que el campo era una especialización, que
era una sección de un medio, […] se incorporó mucha gente que estaba mirando
el campo hasta como un nicho hasta de negocios. Antes, el sector agropecuario
era una sección en un medio grafico generalmente, no había muchas columnas
de agro en radio y en TV, ahora está en todos lados.

Aprendizajes cosechados

Las rutinas de los periodistas pueden sufrir, en ciertas circunstancias, cambios o

alteraciones. Carlos González Prieto sostiene que “la rutina siempre es importante: tratar

de buscar una metodología de laburo siempre ayuda, pero en situaciones de crisis, que en

general van asociadas a momentos críticos de la comunicación, es muy difícil ir a un

manual, es mucho de sentido común”.

Matías Longoni recuerda que los primeros días del conflicto con el campo

transcurrieron sin que los grandes medios nacionales tomaran conciencia de su magnitud.

Durante los primeros días es falso que Clarín le diera cobertura al conflicto del
campo; los primeros días ninguneó el tema del conflicto agropecuario. Mis
primeras coberturas sobre la “Mesa de Enlace” eran apenas un título en una L,
no eran página plena. Es falso que el Grupo Clarín haya apoyado desde el vamos
y haya fagocitado el conflicto. ¿Cuándo estalló el conflicto para el Grupo Clarín?
Recién cuando el Sindicato de Camioneros mueve gente para ir a cagar a

- 54 -
trompadas al piquete de Ceibas, después de Semana Santa, y luego de una
Semana Santa donde no hubo noticias. TN13 manda gente para cubrir el piquete
de Ceibas. Fijate que en Semana Santa de 2008 el conflicto no tiene dimensión,
no tiene cobertura, no hay noticias el jueves, viernes, el precio de la merluza,
sábado… y el domingo empieza a salir en los diarios el tema de los cortes,
porque TN descubre que en Ceibas está todo cortado y había mucho turismo de
fin de semana largo, los porteños que tenían problemas para volver… Éste es el
origen del conflicto, y a partir de eso Camioneros, en un arranque de
irracionalidad política, moviliza una patota de doscientos o trescientos con el
presunto objetivo de ir a desmantelar aquel piquete. […] Fue la primera tapa que
Clarín le dedica al tema agro. ¿Cuál es la primera tapa? ¿Chacareros
protestando? No, la primera tapa es camioneros en Ceibas, el “Patón” Basile, ese
boxeador todo tatuado, metía miedo esa tapa. Recién ahí Clarín advierte que hay
un conflicto en serio, hasta ese momento lo había minimizado como minimizaba
todo lo que podía afectar a su “amigo kirchnerismo”. Los diarios se dieron cuenta
entonces que hay un conflicto agropecuario, con lo cual no habían convivido en
los últimos treinta años de la historia en Argentina, cosa que habían ninguneado
sus contenidos editoriales.
Jorge Fontevecchia cuenta cómo vivió aquellos días:

Estuve una semana afuera de Argentina y llego y me encuentro con la crisis del
campo, que me sorprendió mucho; inmediatamente mi parte de cobertura de eso
fue ir en auto hasta La Pampa, parando en distintos lugares. Probablemente en
esa época Perfil era el único medio crítico que había, porque hasta ese momento
Clarín y La Nación eran oficialistas como lo son generalmente al principio de
todos los gobiernos. Me impresionó en la ruta, habremos hecho unos 600 km.,
había una líder femenina, que vivía en La Pampa. Una líder que luchaba por los
derechos del campo, no recuerdo su nombre ahora. Lo que me impresionó en el
camino es que era un movimiento anárquico, no había un hilo conductor, es decir
que lo que decía el gobierno que era algo orquestado por un organismo que
nucleaba a todas las fuerzas me parece hoy en retrospectiva paranoico. De hecho
en cada corte nos dejaban pasar porque éramos periodistas, y en cada corte había
un líder natural de la región, de diez kilómetros uno con otro. […] lo comparé
con la dura rebelión que enfrentó al Partido Comunista en la ex Unión Soviética,
que fue la quita del campo a los campesinos. De alguna manera Mao tuvo algo
parecido y la famosa hambruna de China era el resultado del proceso de
colectivización del campo. En la Revolución Rusa fue más fácil quitarle los
medios de producción a los comerciantes, a las incipientes industrias, pero lo
más duro que tuvo que enfrentar el comunismo fue sacarles la tierra a los
campesinos; de hecho, gran parte de los campos de concentración en Siberia
tuvieron en su mayor población a los dueños de campo que se los sacaban y
resistían y peleaban hasta el final y los tenían que mandar a la Siberia. Es decir
que lo que yo percibí es que era un movimiento de abajo para arriba, que no era
orquestado, y sobre lo que escribí es eso, que el kirchnerismo no había tenido la
información de que pelearse con el campo no era lo mismo que pelearse con los

13
“Todo Noticias”, canal de cable del Grupo Clarín.

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empresarios. Era más fácil pelearse con el dueño de Panamerican Energy que
pelearse con el chacarero. El sentido de pertenencia que tiene un pequeño
productor agropecuario no lo tiene un empresario, que su distancia con las
herramientas de producción es enorme, él no está en la fábrica todo el día. A lo
mejor hubiera sido igual con una PyME. Y Néstor Kirchner no comprendió la
dimensión emocional que tenían los medios de producción y esa producción para
esas personas. […] las consideró sólo números, y no eran sólo números, eran su
vida, su identidad, el yo profesional y el yo personal estaba mezclado, él no podía
separar el producido de él mismo.
Paula López plantea una situación distinta a la de Matías Longoni:

A los medios nacionales llegó lo de las retenciones móviles, que fue el 11 de


marzo, y al día siguiente ya estaba en todos lados, que fue el paro. Y la máxima
tensión fue instalada en los medios nacionales cuando estuvieron los piquetes y
contrapiquetes en Gualeguaychú, que creo que fue en abril. […] Creo que fue
ahí la máxima tensión, y después, con la demostración de fuerza que hizo el
campo en Rosario el 25 de mayo, creo que la tensión había bajado un poco, y
también cuando estaba el peligro de desabastecimiento, que creo que fue en abril
o mayo.
Patricia Van Ploeg recuerda cómo se trabajó durante aquellos días: “A

borbotones, se hacía lo que se podía. No hubo plan estratégico, no hubo plan

comunicacional. Era espasmódico todo, era reacción y contrarreacción, era ofensiva y

ataque de acuerdo a cómo actuaba el Gobierno en ese momento”. Su tarea era de

comunicación institucional y al respecto, reflexiona:

No informar es institucional también, o informar poco. Lo que pasa es que en


esa época se iban armando las noticas con las cuatro entidades, de un día para
otro se decidía un comunicado o de un momento para otro una conferencia de
prensa porque había salido a hablar la Presidente. Los comunicados se hacían en
el momento y se consensuaban entre todos; ahí trabajábamos a cuatro manos las
cuatro entidades.
Algo similar cuenta Paula López:

El 2008 no sé si fue un quiebre con lo que venía siendo antes, pero a mí me pasó
lo mismo que me había pasado en el 2001, que es no saber cuándo el día empieza
y cuándo termina. Ni cuándo un mes empieza ni cuándo termina, porque fue una
vorágine, fueron cuatro meses que no parábamos, que los celulares sonaban todo
el tiempo. Yo soy la subeditora de economía del diario desde hace 13 años, con
lo cual ir al Rosedal o a Rosario les tocó a otros, pero como soy la encargada de
todo lo que tiene que ver con lo que son las noticias agropecuarias, más que nada
del lado económico, de cómo impacta en la economía real, era como que tenía
que estar atenta a todo. Por ejemplo, uno fue al piquete de Gualeguaychú, […]

- 56 -
Si vos me decís cuándo fue que empezó todo, incluso antes del día en que
anuncia las retenciones móviles, el 11 de marzo de 2008, se venía sintiendo
como un malestar creciente. Es más, yo a principios de marzo había hecho una
nota que salió en la tapa con un par de ruralistas de la Sociedad Rural Argentina
y de la Federación Agraria Argentina y de CONINAGRO, que hablaban de
hacerle un paro a Cristina Fernández de Kirchner para después de mediados de
marzo y fíjate cómo se desató todo. Era como que se sentía un tufillo extraño,
como que algo estaba por pasar. Entonces fueron días complicados, llamando
constantemente a todos lados, con el equipo que sigue política también siguiendo
todo lo que se venía desarrollando, decían: “Mirá, Cobos lo llamó a tal porque
necesitan hablar, se van a juntar con Alberto Fernández, que era Jefe de Gabinete
en ese momento, en la esquina de Diagonal Sur y Belgrano, que era donde estaba
el edificio de Jefatura…”. Es decir, eran días casi interminables, más allá del fin,
de la madrugada de la 125.
Para Matías Longoni, la práctica laboral de los periodistas argentinos se alteró

profundamente a partir de la crisis gobierno-campo:

En el 2008 hubo una ruptura de la relación entre el Grupo Clarín y el gobierno


kirchnerista. En el 2009 la Ley de Medios, y desde 2009 hasta el 2015 hay un
constante hostigamiento a los medios de comunicación por parte de un gobierno
que construye sus propios medios, entonces sí que hubo cambios. Generó el
periodismo de trincheras donde uno se pone de un lado —en realidad, te ponen
porque no es que uno se pone—, depende de dónde uno trabaje, quién te pague
el sueldo, a veces de acuerdo con tus propias ideas, pero en general es un
periodismo de trincheras que va moldeando crónicas que son desparejas y que
son más bien municiones más que noticias. Está mal y es horrible ese periodismo
y todavía hay persistencia de eso. Con lo cual sí cambió mucho y fue una cagada.
[…] La mayor parte de la gente aun expresa esto del periodismo de trincheras,
yo soy de los pocos que lo dice que estamos haciendo un periodismo de mierda,
porque la mayoría cree que está haciendo lo correcto. A mí me parece que
cambió mucho el contexto político y eso condicionó mucho el ejercicio del
periodismo profesional, que era muy difícil de evitar para cualquiera, donde no
hay posiciones puras, todos nos vimos obligados a asumir determinado lado de
la trinchera, lo cual para el periodismo es desastroso. Y no es que yo elijo: el
Estado argentino dejó de contestar preguntas, hasta ese momento, hasta el 2008,
yo llamaba al Ministerio de Agroindustria, “Hola, ¿prensa?, soy Matías Longoni,
de Clarín, ¿qué novedades hay?”, “Vamos a abrir el mercado de exportaciones
de …”. Después llamaba y decía: “Soy Matías Longoni y me decían: “Hijo de
puta”… no te contestamos, no te atendemos el teléfono, me sacaban de
conferencia de prensa, no me avisaban de otras, hacían los actos solamente con
prensa adicta. […] En términos generales esto es malo para el periodismo, pero
para el periodista no es necesariamente malo. Yo escribí mejores notas e hice
mejores investigaciones periodísticas en la época del conflicto que en época de
paz con el gobierno de Kirchner. Cuando la relación del diario con Kirchner era
buena, a mí no me daban dos líneas para contar nada. […] Después mis historias
tenían cabida porque el tono del diario Clarín pasó a ser crítico, porque si

- 57 -
hubieran sido favorables, esas historias capaz que no se podían contar. Entonces
para el periodismo capaz que fue bueno también. La guerra no te garantiza
necesariamente nada, pero todo es mérito del periodista y no de los medios. Y
hay que diferenciar las buenas historias periodísticas de la cantidad de mierda
que se publica en los medios en épocas de guerra, noticias inventadas, no
chequeadas, versiones, potenciales, sin respaldo.
El periodismo agropecuario tuvo su momento de apogeo durante el conflicto entre

el Gobierno y el campo de 2008. Las rutinas, la disponibilidad y el acceso a las fuentes

de información se alteraron durante el mismo. Las redacciones descubrieron su existencia

y los periodistas generalistas recurrieron a ellos como sus fuentes predilectas para seguir

de cerca y entender la lógica del enfrentamiento. Aunque lo intentaran, no fue fácil tomar

distancia y la mayoría de los periodistas y los medios de comunicación tomaron partido

por alguno de los lados enfrentados. Pero aún así, siempre es posible privilegiar el valor

de la noticia. El prestigio se construye a partir de la constancia en respetar las fuentes y

en la ética como ingrediente básico del quehacer diario de cada periodista.

- 58 -
Reflexiones finales

El enfrentamiento entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el sector

agropecuario a raíz del aumento y del cambio en la fórmula de cálculo de las retenciones

sobre las exportaciones fue realmente intenso. Se trató de un conflicto inesperado, que

involucró no sólo al agro y al gobierno sino a amplios sectores de la vida política, social

y mediática de la Argentina. Por primera vez el agro ocupó la primera plana de los

principales medios gráficos y audiovisuales de la Argentina en forma sostenida, durante

los largos y exigentes cuatro meses que duró el conflicto.

Esta situación tuvo múltiples consecuencias desde el punto de vista periodístico.

Hechos, protagonistas y fuentes que antes se circunscribían al ámbito del periodismo

agropecuario pasaron a formar parte de la agenda del periodismo político y económico.

El periodismo no especializado tuvo que esforzarse para poder cubrir el conflicto y los

periodistas agropecuarios —desde las redacciones o transformándose en fuentes para el

resto del periodismo— cobraron una relevancia impensada.

La labor periodística se vio afectada por diversas razones: la avidez de la opinión

pública por saber cuáles serían los próximos movimientos de las partes involucradas en

la contienda; la velocidad y la sorpresa en las reacciones de los productores

agropecuarios; la ausencia del Gobierno como fuente de información sistemática y

fidedigna; y lo imprevisible de la dinámica política, incluso para los principales referentes

del momento, repercutieron tanto sobre los hábitos como sobre las formas en las que

tradicionalmente se construían las noticias del sector.

- 59 -
Pero tal como surge de las experiencias de los entrevistados, no todos vivieron el

conflicto de la misma manera ni todos vieron afectadas sus rutinas con la misma

intensidad. Lo mismo sucede con la valoración que realizan sobre la importancia de las

fuentes y sobre la relación que mantuvieron con ellas durante el conflicto.

El consenso entre los entrevistados es muy alto en cuanto a que el impacto del

conflicto fue de tal magnitud, que el periodismo prácticamente no pudo presentar las

noticias de forma pretendidamente objetiva. De alguna manera (más o menos explícita)

todos sintieron que debían tomar partido. Esto se hizo más notorio porque para el

Gobierno los medios de comunicación fueron los grandes responsables de la escalada y

nacionalización del conflicto. Ese otro gran conflicto, que habría de perdurar luego de

terminado el enfrentamiento con el campo, no pasó desapercibido para ninguno de los

periodistas entrevistados.

El vínculo con las fuentes, la independencia y la objetividad, la ética profesional,

la autocensura espontanea, el ejercicio de la influencia del poder y de los grupos de

presión sobre el periodista, han sido temas recurrentes durante los últimos años, tanto

hacia dentro de la profesión como hacia fuera. La opinión pública se hizo eco de estas

cuestiones y el debate sobre la Ley de Medios puso al periodismo argentino bajo un

profundo escrutinio, como nunca antes. La mayoría de estas cuestiones tuvieron una

temprana manifestación durante el conflicto con el campo.

A lo largo del texto, el aporte de los entrevistados deja como una de las enseñanzas

más claras que tanto la labor periodística como las fuentes se ven influenciadas por el

contexto.

"El periodismo escrito también es literatura y es tan digno de respeto como

cualquier otra forma de expresión literaria”. Eduardo Galeano

- 60 -
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- 64 -
ANEXOS

Entrevistas

Matías Longoni
Fecha: 24 de octubre de 2017

Existen pocos profesionales con tanta experiencia en la rutina del periodismo


agropecuario como Matías Longoni. Formado "de oficio" en la redacción de Télam
(donde se desempeña actualmente), constituye uno de los referentes nacionales en cuanto
al periodismo especializado en el sector.

Además de su labor en los medios gráficos, conduce el programa radial Bichos de Campo,
fue presidente del Círculo de Periodistas Agrarios (CAPA) en dos ocasiones y fundó
Capacitar, la primera escuela de formación de periodistas agropecuarios de América
Latina, entre otras actividades.

Desde la redacción del diario Clarín, protagonizó varias coberturas de sucesos


trascendentales para nuestro país relacionados al agro, incluso aquellos en los que se gestó
el conflicto entre el campo y el Gobierno, como el cierre de las exportaciones de carne en
2006, el conflicto por las retenciones móviles en 2008 y las denuncias por corrupción en
la ONCCA, que terminaron con la disolución del organismo en 2011.

¿Podrías relatar cronológicamente cómo es tu ejercicio de periodista, desde que te

levantás hasta que te acostás?

En general, uno se levanta y ya empieza a leer los diarios y las fuentes de información

para construir una agenda diaria. Los diarios, en realidad, para revisar los resultados del

- 65 -
trabajo anterior. Después, lo que se busca es la continuidad de la noticia porque ya uno

empieza a pensar, sobre todo si trabaja en un diario, que tiene que llenar la página de la

tarde; en aquel momento (NdR: 2008) era así. Cuando trabajaba como periodista de la

sección “País” de Clarín, en realidad, no tenía responsabilidad de llenar un espacio, sino

que debía generar información que luego peleara por los pocos espacios disponibles en el

diario, por lo cual uno se esforzaba por buscar títulos, novedades que pudieran pechar por

el espacio físico del papel de Clarín.

En 2008 la presencia del diario papel todavía era fuerte, la redacción trabajaba para el

papel, cosa que ha cambiado en los últimos años. Ahora, parte de la redacción pasa a

trabajar para la web y el papel queda en un segundo plano.

Además, hubo un proceso histórico importante en Argentina, en Clarín y en el resto de

los diarios, que tuvo mucho que ver con la crisis del 2001. Sostengo que fue la

incorporación de periodistas especializados en agro en las páginas centrales. Hasta el

2000 o 2001, había muy poca presencia de periodistas agro en los diarios, esta estaba

subordinada a los suplementos técnicos, Huergo en Clarín Rural, por ejemplo. En 2002

hubo una irrupción de periodistas profesionalizados en la redacción; era muy raro hasta

ese momento encontrar periodistas agropecuarios. Estos, hasta poco tiempo antes, tenían

la rutina del suplemento y en 2008 tuvieron que salir a pelear, con periodistas financieros,

políticos o de empresas, los espacios por la información. Hasta aquella época era difícil

esa pelea porque, en general, el tema agropecuario es despreciado en las redacciones, es

un tema que a la mayor parte de los editores y periodistas de este país no les interesa, no

lo entienden, no les parece relevante, tienen cabezas más bien urbanas y no le dan la

relevancia que merece. Por otro lado, la agenda agropecuaria también había sido muy

relativa, lo único que antes de la crisis del 2008 tuvo alguna significación en los diarios

generales fue el cierre de las exportaciones de carne en marzo del 2006 porque había sido

- 66 -
muy brusco, porque tenían influencias en el bolsillo del consumidor. Pero, en realidad,

hasta el 2008 era muy difícil para los periodistas agropecuarios conseguir espacio para

sus materiales en la sección “País” del diario Clarín, porque no era un tema considerado;

por tanto, había que trabajar mucho para lograr buenos títulos.

Entonces, la dinámica, la rutina era levantarse y, desde la mañana temprano, empezar a

husmear distintas fuentes, recorrer el espinel de fuentes o mirar el Boletín Oficial para

ver si había algo novedoso, pero era difícil en ese momento colocar temas. En general,

muchos de estos, que podían valer por su dimensión social, económica o política para un

título de cabeza, eran reducidos a un recuadrito porque hasta ese momento, el conflicto

del 2008, había en los editores generalistas de los diarios casi una ignorancia sobre la

cuestión agropecuaria. El contexto general ayudaba y aún así era muy difícil, hasta el día

de hoy sigue siendo difícil conseguir espacios en los medios generalistas. Tiene que ver

con muchas cosas, con la publicidad, con los intereses en juego…

¿A vos te tocó cubrir el corte de rutas?

No permanentemente, pero algunos puntuales sí. Por ejemplo, uno importante fue el de

San Pedro, fue el primer gran tractorazo, ese lo cubrí, con toda su dosis de tensión. Fue

uno de los primeros actos importantes que se hizo y se cortó la autopista Buenos Aires –

Rosario, por eso estuvieron procesados y creo que lo siguen estando los cuatro jefes de la

Mesa de Enlace, fue uno de los momentos más tensos del conflicto.

En ese momento, todos querían imponer su verdad. A mí me tocó cubrir la información

desde el sector agropecuario, esa fue mi fuente. Para lo que decía Kirchner, estaban los

periodistas del Gobierno; para escuchar lo que decían los gremialistas, estaban los

periodistas gremiales; en algún momento, el conflicto trascendió lo agropecuario y

empezaron a hablar el resto de los sectores de lo que estaba pasando. De todas maneras,

podía pasar que yo tuviera que ir a ver qué hacía Moyano. Yo tenía en cuenta si los

- 67 -
camioneros de Moyano iban a San Pedro porque me tocaba a mí cubrir ese trajín dentro

de las vicisitudes de ese conflicto, que había nacido el 11 de marzo.

¿Te tocaba usualmente consultar a la Mesa de Enlace?

Yo era el periodista que cubría las decisiones de la Mesa de Enlace, esa era mi función

en el diario. Pero, además, de acuerdo con la noticia, en algún momento se consultaba

más abajo porque el debate se daba hacia abajo. Por ejemplo, si había un hecho disruptivo

en Salta y había que hablar con los productores de allí o si los tabacaleros no se sumaban

a la protesta y había que ver por qué… Aunque, en general, la voz cantante durante los

tres meses del conflicto la tuvo la Mesa de Enlace. Sus cuatro integrantes cerraron filas y

fue un sorprendente ejercicio político, diría yo, porque hasta ese momento no se mostraba

así, hubo un respeto estricto de las decisiones que tomaban. Entonces, si los productores

habían decidido que su voz cantante era la Mesa de Enlace y respetaban sus decisiones,

el periodista tenía que estar atento a lo que allí se decía.

¿Quién creés que armó la agenda durante el conflicto, el Gobierno, el campo, otros

actores?

Había un conflicto entre el campo y un Gobierno que no inventó la agenda, pero que sí

fagocitó el enfrentamiento al extremo. Si se hubiera tomado otro camino político, el

conflicto hubiera sido distinto al que marcó la agenda. El tema aparecía todos los días en

los medios, existía porque era dramático, porque había posiciones irreductibles y porque

había un Gobierno que no colaboró en desarmar el problema. Por eso digo que la realidad

construyó la agenda. Hablaba más el Gobierno en ciertos medios y hablaba más el campo

en otros.

A mí, como periodista de Clarín, la primera semana del conflicto me puteaban porque el

medio donde trabajaba era frío en la cobertura del tema agropecuario, contra lo que

- 68 -
piensan todos que hacen un análisis vacío del asunto. Clarín los primeros días ninguneó

el tema del conflicto agropecuario. Mis primeras coberturas sobre la Mesa de Enlace eran

apenas un título en una L, no eran página plena. Es falso que el Grupo Clarín haya

apoyado desde el vamos y haya fagocitado el conflicto. El campo empezó a ser escuchado

a partir de un episodio muy claro, o el Grupo Clarín empieza a darle atención al conflicto

en sí (hasta ese momento, el medio era bastante amigo de hacer noticias en función de la

buena relación que un grupo de editores tenía con Alberto Fernández, jefe de Gabinete

de Néstor Kirchner; entonces era todo maravilloso, era todo buenísimo), cuando el

sindicato de Camioneros movió gente para ir a cagar a trompadas al piquete de Ceibas,

después de Semana Santa.

Fueron unos días en los que no había habido noticias más que el precio de la merluza, y

el domingo empezó a salir en los diarios el tema de los cortes porque TN descubrió que

en Ceibas estaba todo cortado. Entonces, mandó gente a cubrir el piquete porque había

mucho turismo de fin de semana largo y los porteños del orto tenían problemas para

volver. Este fue el origen del conflicto y, a partir de eso, Camioneros, en un arranque de

irracionalidad política, movilizó una patota de 200 o 300 con el presunto objetivo de ir a

desmantelar aquel piquete.

Entonces, la primera tapa que Clarín le dedicó al tema agro no fue “Chacareros

protestando”, sino “Camioneros en Ceibas”. El Patón Basile, ese boxeador todo tatuado,

metía miedo en esa tapa. Recién ahí Clarín advirtió que había un conflicto en serio; hasta

ese momento, lo había minimizado como minimizaba todo lo que podía afecta a su

“amigo kirchnerismo”.

¿Cuál fue el rol entonces de los periodistas agropecuarios como fuente de

información de los periodistas no especializados?

- 69 -
No trabajábamos con los periodistas no especializados. Yo neutralizaba a los periodistas

agropecuarios. Es decir, los diarios se dieron cuenta de que había un conflicto

agropecuario, con el cual no habían convivido en los últimos 30 años de la historia en

Argentina, y que habían ninguneado sus contenidos editoriales. Entonces, en los medios

urbanos, como Página 12, La Nación, Clarín, y en la televisión fueron realmente

conscientes de lo que pasaba más allá de la General Paz (todavía les cuesta eso). Se dieron

cuenta de que tenían algunos periodistas agropecuarios en los medios, gracias a la crisis

del 2001, a los que les pidieron que les explicaran qué estaba pasando. De todas maneras,

el rol de los periodistas agropecuarios no solo fue ser el vehículo entre los medios y la

Mesa de Enlace, que en ese momento concentró un montón de poder, poder cedido por

los propios productores, que estaban en las rutas. Además, los tipos con capacidad y

confianza para construir un relato respecto a las decisiones que tomaba la Mesa de Enlace

éramos los periodistas agropecuarios, que cotidianamente habíamos estado en contacto

con ellos.

Con respecto a tu trabajo como periodista especializado, ¿cómo tomaban esa noticia

los periodistas no especializados? ¿Trasmitían tal cual lo que vos escribías? Por

ejemplo, con la crisis del cierre de las exportaciones, si vos escribías algo, ¿lo

trasmitían tal cual lo que vos decías?, porque era algo muy técnico…

No es un conflicto técnico, ¡¡¡no!!! Se dijeron barbaridades totales, nadie informaba bien

nada. Yo escribí cosas interesantes diciendo: “Che, ojo que la negociación…”. A ver, este

es un conflicto político, no es un conflicto técnico. Yo te puedo decir que en el medio del

conflicto político Moreno hacía negocios con Etchegaray, armaban las compensaciones,

les pagaban los subsidios a los feedlot. En el medio armaban la discusión sobre la vaca

en conserva y yo, técnicamente, estaba en Clarín habilitado para escribir y explicar eso.

Ahora, nadie le daba pelota.

- 70 -
Claro, pero mi punto es otro. Tenés un periodista que lee una nota tuya, un

periodista que no está en el tema; lee tu nota y vos sos su fuente, cuando replica o

trata de comunicar sobre eso, ¿qué hace, lo comunica mal?

No necesariamente, depende del periodista.

Y, en esa época, ¿se citaba la fuente?

¡No!, no se cita nunca, ahora tampoco. Primero (y esto es más general, no tiene que ver

con el conflicto agropecuario), hay una mecánica cada vez más difundida de no respetar

las fuentes ni citarlas. Se supone que lo que proviene de un periodista ya puede ser de uso

colectivo. Esto es así hablemos del conflicto agropecuario o hablemos de la relación entre

Pampita y Vicuña. Durante el conflicto agropecuario, había una valoración a

determinados periodistas que teníamos acceso a las fuentes, eso sí. Si Matías Longoni

anticipaba lo que iba a hacer la Mesa de Enlace, al día siguiente, seguramente había una

valoración especial de un montón de periodistas generalistas o de la política porque sabían

que lo estaba diciendo un tipo que no se había equivocado durante tres meses en la

construcción de los escenarios que venían. ¿Por qué?, porque conocía a los dirigentes,

conocía a los productores, conocía las cuestiones técnicas que se estaban discutiendo.

En general, el periodismo político, durante el conflicto agropecuario, actuó muchísimo a

favor del Gobierno. Yo, en el propio Clarín, he neutralizado operaciones de prensa que

tenían nombre y apellido: Marcelo Bonelli, que decía que la Mesa de Enlace levantaba

los cortes porque recibían la pauta de Alberto Fernández; Julio Blanck, que decía: “Ya lo

resolvimos”. Y yo que decía que era falso, que no se resolvía. Había mucha opereta en la

línea política de la conducción de los medios. Claramente, Alberto Fernández era una

máquina de operar los títulos: que el conflicto se terminaba, que se levantaban los cortes,

que ya había apertura…

- 71 -
Y, ¿cómo se hacía para trabajar en ese ámbito?

Había que ir con buena información y que los hechos confirmaran lo que vos decías.

¿Tuviste alguna pelea dentro de la redacción?

Yo no me peleo nunca, te digo: “Te vas a la concha de tu madre” y listo. Me acuerdo

haber dado vuelta tapas, sí. Operaciones de Alberto Fernández en la tapa de Clarín, que

se titulaban: “Se diluye el conflicto”, y yo recuerdo haberme puesto durísimo en objetar:

“No, es falso”. Porque mis fuentes, que eran la Mesa de Enlace y sus dirigentes, decían

otra cosa. O porque yo sabía que, técnicamente, lo que estaba ofreciendo el Gobierno era

la negociación que se armaba entre corte y corte, y era falso, era poco.

¿Y vos asesorabas a esa fuente?

No, nunca, yo le compartía información. Esa fuente me decía: “Che, los gringos están

enojados”, y me preguntaba: “Che, y en Clarín, ¿cómo viene la mano?”. Había un ida y

vuelta de datos, como con cualquier fuente. A partir de eso, yo construía la información

pura, “Los gringos están enojados y no van a levantar el paro a pesar de lo que diga

Alberto Fernández”, ese era el título que salía en Clarín. Pero eso no es secreto, eso es

periodismo.

Durante aquellas coberturas de los cortes de ruta, ¿considerás que se le dio

demasiada importancia al periodista o el protagonista real fueron los hechos que

sucedían en el interior?

Los hechos que sucedían en el interior fueron los verdaderos protagonistas. No existió un

periodista que haya cubierto todo. Yo fui a dos o tres, cubrí algunas asambleas; un

cronista de TN habrá ido a tal corte; el otro habrá estado en Pergamino; algún cordobés,

en el Vicuña Mackenna… No eran fantasías, había cortes en una amplia porción de la

- 72 -
Pampa Húmeda productiva y los sostenían gente de carne y hueso. Los periodistas

rotábamos, íbamos cubriendo la noticia.

En todo caso, para la visibilización inicial de los cortes fue importante el periodismo. TN,

que no tenía noticias ese fin de semana largo, vio que la gente no podía volver de

Gualeguaychú por el corte de la ruta 14. Y Moyano movió al Patón Basile a Ceibas y

amenazó con un tendal de sangre. Eso generó una noticia y visibilizó el conflicto; a partir

de entonces, TN fue consecuente en la cobertura de los cortes, pero no fue producto de

un periodista; en todo caso, la noticia existía. Es decir, los chacareros tenían sus carabinas

dentro de las camionetas, ¿cómo no había noticia? En un país aburrido como el que

teníamos en ese momento, de 2001 a 2008, aparecía el desdentado de de Angeli; había

muchas noticias.

¿Cómo creés que se puede hacer un buen periodismo agropecuario después del

2008?

Como siempre, haciendo bien la labor del periodista. Primero, hay que identificar la

noticia, que esta sea importante para las personas. La gente, como colectivo, es un

concepto vidrioso, pero uno sabe para quién escribe. Para construir ese equilibrio, es

necesario consultar fuentes o a las partes en puja. En un conflicto de esta intensidad, es

imposible que el mismo periodista concentre las dos campanas, por la dimensión del

conflicto, porque la cantidad de ámbitos que empiezan a alternar y a ocuparse del

problema son tantos que es imposible que el mismo periodista esté siguiendo a la Mesa

de Enlace, cubriendo los cortes de ruta y, además, viendo qué dicen Alberto Fernández,

Néstor Kirchner o si Cristina renuncia por una crisis de nervios.

Entonces, las historias empiezan a ser construcciones colectivas, son cuestiones de la

redacción, no de un periodista. Clarín tuvo una posición equilibrada del conflicto, fue una

- 73 -
de las mejores coberturas, de hecho, ganó concursos por esa cobertura. Pero no es

responsabilidad de un solo periodista, es imposible, por la magnitud de la información.

¿Qué cambios tuvo en la práctica laboral el periodismo desde el 2008 hasta ahora?

Cambió mucho, en el 2008 se produjo una ruptura entre el Grupo Clarín y el Gobierno

kirchnerista. En el 2009, la ley de medios. Y desde el 2009 hasta el 2015, hubo un

constante hostigamiento a los medios de comunicación por parte de un Gobierno que

construyó sus propios medios. Se generó el periodismo de trincheras, donde a uno lo

ponían de un lado, de acuerdo con donde trabajara, quién te pagara el sueldo, a veces de

acuerdo con tus propias ideas, pero, en general, era un periodismo de trincheras que iba

moldeando crónicas desparejas y que eran municiones más que noticias. Está mal y es

horrible ese periodismo y todavía hay persistencia de eso. Por lo cual, sí, cambió mucho

y fue una cagada.

Más allá del contexto, que cambia y que influye en la práctica diaria del periodista,

¿qué cambió del foco del periodista, lo perdió o lo mantuvo?

La mayor parte de la gente aún expresa esto del periodismo de trincheras. Yo soy de los

pocos que dice que estamos haciendo un periodismo de mierda, porque la mayoría cree

que está haciendo lo correcto. A mí me parece que cambió mucho el contexto político y

eso condicionó mucho el ejercicio del periodismo profesional. Antes era muy difícil de

evitar para cualquiera, no había posiciones puras, todos nos vimos obligados a asumir

determinado lado de la trinchera, lo cual para el periodismo es desastroso. Y no es que yo

elijo. El Estado argentino dejó de contestar preguntas. Hasta ese momento, hasta el 2008,

yo llamaba al Ministerio de Agroindustria y decía: “Hola, Prensa, soy Matías Longoni,

de Clarín, ¿qué novedades hay?”, y ellos me contaban. Después llamaba y decía mi

nombre y me llamaban hijo de puta, no me atendían el teléfono, me sacaban de

- 74 -
conferencia de prensa, no me avisaban de otras, hacían los actos solamente con prensa

adicta.

Entonces, el margen de consultas se achicó mucho porque consultar la fuente pública era

casi imposible… Hubo una decisión del Estado Argentino de controlar toda la

comunicación. Un Estado que empieza a comprar medios para construir su propio relato.

Y, cuando llamabas dos o tres veces, ya sea a Fernández o a una fuente oficial, ¿no

te atendían?

Yo no aspiraba a llamar a Fernández, pero sí aspiraba a hablar con Carlos Cheppi, por

ejemplo, y no me contestaban el teléfono, eran las reglas del juego que venían de la Casa

de Gobierno. Yo volví a participar de una cena oficial en Madero Tango con Julián

Domínguez, pero fue en 2011, 2012, y era todo un hallazgo que fuéramos a algo del

Ministerio de Agroindustria. Domínguez era un encantador de serpientes, empezaron a

simular que hablaban, pero no hablaban nada, él pagaba a periodistas, compraba a otros…

Y ¿vos creés que el periodismo fue partícipe de fomentar la grieta que hoy tenemos?

El periodismo, no; los dueños de los medios de comunicación, sí. Los periodistas te

construyen el relato hasta el final, pero el título está puesto por los dueños de los medios

de comunicación.

¿Vos construías una nota y te cambiaban el título?

No, pero le daban más o menos espacio de acuerdo con si el título era funcional o no al

medio. En realidad, el editor estuvo desde que Mariano Moreno descubrió la prensa, no

estamos descubriendo nada nuevo.

De todo esto, yo le atribuyo la principal responsabilidad al Gobierno K, porque los

Estados son los responsables de generar condiciones equilibradas. Sí establezco que hubo

una ruptura en la relación entre los medios independientes y el Gobierno K a partir del

- 75 -
conflicto del campo y hubo una ofensiva muy grande, son datos históricos estos. Y los

medios generaron sus propias artillerías para pegarle al Gobierno. En una época de paz

política se edita de una manera y en una época de guerra política se edita de otra, se le da

prioridad a otras noticias.

¿Esto, para el periodismo, es bueno o malo?

En términos generales, es malo, aunque no necesariamente para el periodista. Yo escribí

mejores notas e hice mejores investigaciones periodísticas en la época del conflicto que

en época de paz con el Gobierno de Kirchner. Cuando la relación del diario con Kirchner

era buena, a mí no me daban dos líneas para contar nada, son historias que tenían cabida

porque el tono del diario Clarín era crítico, porque, si hubieran sido favorables, esas

historias capaz que no se podían contar. Entonces, para el periodismo, quizá fue bueno

también.

La guerra no te garantiza nada, pero todo es mérito del periodista y no de los medios. Y

hay que diferenciar las buenas historias periodísticas de la cantidad de mierda que se

publican en épocas de guerra, noticias inventadas, no chequeadas, versiones potenciales,

sin respaldo.

¿Es posible que los periodistas no se dejen condicionar por factores externos, como

las corporaciones o la pauta oficial?

No, siempre va a haber condicionantes. Aquellos que dicen que primero ponen la ética

periodística mienten.

Entonces, ¿qué pasó entre los periodistas de buena cepa y los que tenemos hoy?

Se está dañando a todo el periodismo: se están deteriorando los medios, las grandes

redacciones están perdiendo capacidad económica, sus periodistas cada vez están peor

pagos… Además, las grandes redacciones aceptaron liberalizar parte de su negocio para

- 76 -
no compensar salarialmente a esos periodistas y estamos viviendo un viva la pepa moral

y ético de la profesión periodística. Hay periodistas que no hacen la investigación si no

reciben un sobre, eso está mal.

Pero también pasa que hay medios de comunicación que no están pagando a esos

periodistas como corresponde y, entonces, ¿cómo les vas a exigir ética a esos periodistas

si no tienen una contraprestación salarial por su trabajo? Hay muy pocos casos en los que

los periodistas cobran un salario digno, para llevar adelante una vida digna, no lujosa. Por

eso existe una prostitución general.

Sin embargo, uno de los momentos en los que menos se vio esa prostitución fue durante

el conflicto del campo, ahí no había ni coima ni nada.

¿Existe una cuestión de conciencia en esos periodistas con respecto a si hicieron bien

o no su trabajo?

Es como una prostituta que se deja coger una vez por plata y después lo hace otra vez y

dice que lo hace para alimentar a sus hijos, que es lo único que le queda por hacer. Es el

mismo escenario. ¿Vos los podés justificar a esos colegas? No. ¿Los podés condenar?

Tampoco. Por lo cual empieza a ser una cuestión de conciencia de cada uno de ellos

porque, además, no hay un conjunto de normas escritas que diga qué está bien y qué está

mal. El código de ética existe, pero no es obligatorio. Son decisiones propias, son

optativas. Además, el código de ética fue firmado por 400 socios de FOPEA en un

contexto de 20 000. Nadie te va a meter preso por eso, entonces, hay una relajación; en

todo caso, hay una contemplación social de que la prostitución está bien vista. Tiene que

ver con que no te quedan más alternativas tampoco. Es una cuestión de conciencia y es

una cuestión económica porque la mayoría de los periodistas no tiene la posibilidad de

vivir de su sueldo.

- 77 -
Pero en ese caso puede ser que algún periodista que es pago por algún organismo o

una empresa condicione la fuente, es decir, que solamente consulte esa fuente. ¿Qué

sucede entonces?

No lo sé, porque, por suerte, nunca me pasó. Pero me imagino que lo que compran de ese

tipo (no solo los organismos, sino las empresas que ponen publicidades o entes como el

IPCVA, que pone publicidad) es cierta lealtad en la comunicación de la noticia. Cuando

la noticia afecte mis intereses, vos consultarás mi opinión, y cuando yo necesite un favor,

vos me escucharás y me prestarás atención. Es un poco eso lo que compran, no títulos ni

exclusividades. No compran al periodista por completo, es más sutil.

¿Cómo se gana el respeto un periodista? ¿Por la diversidad de sus fuentes, por el

tratamiento que les da a sus fuentes?

No tanto por las fuentes, porque eso es darles a ellas un valor exagerado. Uno de los

rasgos que define a los buenos periodistas es el respeto a sus fuentes, cómo las cuida,

cómo las trata, pero ese es un rasgo de humanidad, no define a la profesión, porque

también es cómo vos tratás a tus vecinos. Hay que tratar bien a la noticia, no tanto a las

fuentes, en todo caso.

Hablábamos del respeto del periodista, ¿cómo el periodista se gana el respeto? No

de sus colegas…

Hay que establecer un equilibrio, tratando de ser coherente, tratando bien a las fuentes,

no usándolas para operaciones personales y políticas, preservándolas, manteniendo

distancia de ellas también.

¿Cómo se hace para mantener esa distancia?

Para empezar, no aceptar sobres y que la gente no llegue al extremo de ofrecértelos porque

saben que los vas a mandar a la mierda. Tratando de no mantener relaciones de amistad

- 78 -
y, cuando son relaciones de amistad, hacerlas muy visibles, como para que no despierten

sospechas, que estén blanqueadas.

Yo soy un tipo que mantiene una distancia fenomenal con mis fuentes, no tengo ningún

vínculo afectivo con ellas.

El periodismo se trata de tener una noticia, un título, nada más. A veces lo tenés con una

sola fuente; a veces con el Boletín Oficial tenés mucha mejor información que con veinte

testimonios. “Salió la resolución tal que dice tal cosa”. No hay relación afectiva ahí. No

todo es conspiración y no todo es en base a un intenso laburo de investigaciones; la mayor

parte de las noticias no son producto de conspiraciones ni vienen de grandes

investigaciones ni tejidos. En todo caso, eso será el periodismo de investigación, que

también se basa mucho en datos y no en fuentes. Las fuentes te encienden la chispa y los

datos corroboran la información dura que te dio alguna fuente, a veces no hay ni siquiera

necesidad de consultar dos fuentes.

Supongamos que yo ahora estoy con un testaferro de De Vido, por ejemplo. Tengo esa

fuente, me dice tal y tal cosa. Los datos corroboran, perfecto. Luego me dice que no quiere

aparecer y listo. Pero la información la construye el dato, no la fuente.

Otro ejemplo, conflicto del 2008, la gente en la ruta. Página 12 o la “Kretina”, como le

dicen, anunciaban que nos estaban desabasteciendo, lo cual era falso. Se tiraban los

muertos, no dejaban pasar ambulancias: todo operaciones políticas cruzadas.

Negociaciones en público no había, pero en privado existían entre productores rurales

(que podían desactivar los piquetes o mantenerlos una semana más) y las negociadoras

del Gobierno. Entonces, acudíamos a las fuentes, Buzzi, Alberto Fernández, Javier de

Urquiza, y les preguntábamos si esas negociaciones existían. Y nos decían: “Sí, lo

tenemos resuelto porque vamos a abrir la exportación de carnes de conserva, vamos a

establecer ROE rojos”. Este era un negocio de Swift, comprar carne barata, liquidar medio

- 79 -
rodeo y que Moreno hiciera la diferencia. Luego le preguntabas a Buzzi si era como

decían en el Gobierno, que levantaban porque estaban de acuerdo con la apertura de carne

de conserva, y te decía que no, que no habían entendido un carajo. ¿Qué haces ahí? Tenés

el diario, tenés el cierre, tenés los piquetes, tenés la tensión social, ¿qué contás? Estaban

los que querían que cuente lo que decía el Gobierno porque criticaban la posición del

agro. Y vos contabas la verdad, no hay manera de negociar. Aunque ahí vas de

negociación… no conforman a nadie, esa es la verdad.

Desde el lugar tuyo, querés decir que no le das identidad a la fuente, sino al dato…

Claro, por supuesto, lo que le importa a un periodista no es la fuente, me cago en la fuente,

es más, si tengo que traicionar a una fuente, lo hago, ¿qué me importa?

Perfecto, pero habrá habido alguna fuente que te vendió pescado podrido…

Sí, tengo alguna experiencia.

¿Cuándo te sucedió?

Muy poco, por lo general tengo un gran olfato y no me como las operaciones de prensa.

Me pasó con estupideces. Un día me gustó una noticia de cómo habían hecho los pilotos

el control antigranizo en Mendoza. Hablé con el secretario de Agricultura y al día

siguiente publiqué que en Mendoza habían desactivado el granizo. Después me llamó la

mujer de un piloto que había muerto veinte días antes, en medio de una tormenta, y me

dijo: “No pueden decir que está todo bien si mi marido se murió”. Esa es una noticia mal

construida, yo no tendría que haber omitido la muerte de un piloto, tuvo que ver con el

apuro de sacar la información, me falló la intuición, pero me pasó muy pocas veces. Y

eso se relaciona con que un periodista sea reconocido por sus pares o no.

¿Por qué yo digo en Twitter “Feinmann, no mientas más” y todos me dan razón? Porque

todos saben que Feinmann es un tipo que hace operaciones permanentemente. Si alguien

- 80 -
dice “Longoni está haciendo operaciones para tal”, no te la van a creer tan fácil, pero tiene

que ver con la dinámica de años de trabajo.

Y el periodista, ¿se cuida con esto de llevar y traer información? Vos decías que

muchas veces compartías información durante la crisis del Gobierno con el campo

en el 2008. No sé si esto pasa ahora, pero en el diálogo con las fuentes o con los actores

del agro, ¿te cuidas más en decir cierta información?

Yo tengo una percepción; primero, que la información tiene que ser lo más pública

posible…

Pero cuando no es pública y se va comentando en pasillos…

Dejaste de ser periodista ahí, sos operador político o de información. Yo quiero la

información para llenar un espacio, a mí no me interesa para otra cosa; yo la tengo porque

tengo una página en blanco y tengo que llenarla, este es mi trabajo. Yo no puedo hacer

nada antes ni después con esa información, es más, después de publicarla me puedo

olvidar del tema. Eso es periodismo. Lo demás es tráfico de información.

¿Tenés conocimiento de que haya periodistas que hacen operaciones? Y si los hay,

¿creés que esto va a seguir pasando?

Yo creo que estamos cada vez peor, está muriendo el periodismo, somos exponentes de

un oficio que está en franca crisis, que tiene que reinventarse y que se va a reinventar

fuera de los medios de comunicación, que ya están lo suficientemente corrompidos.

Creo que cada vez se comunica más y se hace menos periodismo y la política ha visto

que para dirimir sus cuestiones son mucho más funcionales los medios que las elecciones.

Entonces, ya ha hecho grandes avances sobre el territorio de la comunicación.

Hay estudios de CONICET, en España, en todos lados, que dicen que los contenidos de

los medios de comunicación en un 70 u 80 % son generados por corporaciones y equipos

- 81 -
de prensa y no por periodistas. Esto quiere decir que los contenidos tienen cierto rasgo

editorial en su concepción y no el rasgo editorial del equilibrio que le debería dar un

periodista. Se ha perdido el equilibrio en el 80 o 90 % de los contenidos periodísticos.

¿Y, por ejemplo, el periodismo de datos?

¿Cuántas notas de periodismo de datos has visto en los últimos tiempos? Yo el otro día

fui a una clase de periodismo de datos, es una verga el periodismo de datos porque no

construye títulos, ¡¡¡dame títulos!!! Uno puede hacer el periodismo a partir de datos, pero

los datos no van a salvar al periodismo.

Hay cada vez menos espacio para hacer periodismo equilibrado, ese que trata de contar

una historia con todos sus matices. La información llega con determinados matices

enfatizados por la corporación que dio origen a esa comunicación, no a esa información.

La comunicación ha avanzado sobre el territorio del periodismo. La generan las

universidades, los gobiernos, las empresas, los partidos políticos, los espías, la Justicia,

todas las corporaciones que intervienen en la vida colectiva se han dado cuenta de que el

terreno de disputa es el de la comunicación.

¿Quiénes son los culpables acá? ¿Hay pocos periodistas pensantes?

Capaz que hay muchos pensantes y pocos que pueden sostener su autonomía de

pensamiento porque las que pagan son las corporaciones. Hasta ahora, había una sola

corporación, que era la mediática, los diarios, más que nada, porque este proceso también

tiene que ver mucho con la irrupción de Internet y de la televisión. Había corporaciones

que trataban de mantenerse al margen y realizar el ejercicio periodístico, su función en la

vida era esa, hacer periodismo. Bueno, las estamos perdiendo, ya sea por cuestiones

tecnológicas; porque los periodistas se han vuelto unos engreídos que quieren figurar,

ganar plata y pasar sus vacaciones en Miami; ya sea por cambios en la industria del papel,

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estamos perdiendo los lugares donde se hacía periodismo equilibrado. Quedan el New

York Times y el Pichilandia, nada más, listo.

Mirá Bertello, ¿qué puede producir Bertello, aun en su buena situación? No da abasto. Es

un excelente periodista y puede tener valoraciones éticas interesantes sobre el oficio.

Ahora, si vos lo obligás a llenar diez noticias por día en el sitio web de La Nación, ¿cómo

hace buen periodismo? Imposible.

Cuando a él le daban menos espacio podía trabajar mejor la noticia…

Claro, a mí también me sucedía. Cuando hay que hacer una nota por semana, la hacés

bien; cuando te obligan a hacer diez notas por día, las hacés mal. Ese es un avance de la

comunicación sobre el periodismo.

¿Cuándo vos consultás una fuente, identificás el objetivo de esa fuente?

Ese es el trabajo periodístico, si no hacés eso, dedicate a otra cosa.

Por ejemplo, durante el Gobierno kirchnerista, hubo periodistas que tuvieron una

disminución de la expresión de periodismo,

¿Había periodistas que tenían cierta información que la pasaban porque sabían que

no podían trabajarla?

Eso pasa en todos los gobiernos. Durante la crisis de la aftosa, oculta por el Gobierno de

la Alianza, fue formidable el trabajo de cooperación que hicieron los periodistas

agropecuarios para que se supiera que había aftosa en este país. La frutilla de la torta se

la llevó La Nación con Franco Varisse en un campo, pero en el medio hubo filtraciones

de que había aftosa e información colaborativa entre varios medios. Siempre hay, ahora

quizás está más relajada la información política y uno puede publicar la información que

tiene. Hoy, con el macrismo, algunas cosas deben estar difíciles para publicar, por esto

del romance, porque yo creo que es mucho más difícil trabajar en épocas de paz que en

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épocas de guerra para el periodista… el problema de este país, y fagocitado por el propio

Gobierno, es la polarización con Cristina. Entonces, no es que uno no deba escribir la

noticia. Yo he sacado noticias en tapa de Clarín con casos de corrupción en el 2011, “54

%, vamos por todo”, y la gente no te daba pelota, y es así. Entonces, para uno, la noticia

debe ser noticia siempre. Ahora, el valor editorial no se lo das vos solo como periodista,

también se lo da el medio que te cobija y la recepción de la gente. Es todo un fenómeno

extraño lo que se produce con una noticia. Hay algunas que son una pelotudez y se toman

como importantes y hay otras que son sumamente importantes y pasan inadvertidas.

También tiene que ver con los tiempos de la audiencia.

¿El periodista está muy atento a los tiempos de la audiencia?

No necesariamente. Yo estoy atento a mi noticia, he tenido grandes fiascos con noticias.

A ver, Lanata empieza su programa en el 2012, antes estaba recorriendo el mundo con

documentales. Lanata se va a ir recién el año que viene, porque él sabe, ese es su gran

talento. Ni siquiera tiene historia propia, son historias prestadas. El tipo llega cuando hay

demanda y se va cuando esta cede, y el kirchnerismo está en demanda recién ahora.

¿Cómo se hacía periodismo en los ochenta? Cuando veías los diarios de distintas

épocas, las noticias agropecuarias eran muy buenas, como clasificados dentro de los

diarios…

Para mí, había un periodismo muy de nicho relacionado a las entidades agropecuarias.

Existieron varios ciclos en la historia del periodismo agropecuario; te los resumo: hasta

los ochenta, hubo uno muy vinculado que colocaba pequeñas pastillas en los medios

porque estos eran generalistas, aunque había algunos especializados: revista Chacra,

suplementos, etc. Ese periodismo, hasta los noventa, estuvo muy vinculado a las

entidades rurales, a las cuatro gremiales; Alurrade era el vocero de CRA y a la vez

trabajaba en La Nación, y así había muchos casos. En los noventa, Huergo, con la

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posdemocracia, y el tano Di Nucci descubrieron que la plata ya no la tenían las entidades

rurales y que también habían perdido protagonismo. Todo eso ahora lo tenían las

empresas de insumos. Entonces, empezó la pauta más vinculada a la innovación

tecnológica, pero aun así era una pauta destinada a hablarles a los productores.

La ruptura se produjo (y yo fui un poco protagonista de eso) en la crisis del 2001, que

desnudó a una Argentina muy debilitada, y lo único que le daba algo de sustento al país

era el campo. Se terminó el bleff de las inversiones, todo lo que escribían los periodistas

económicos había fracasado, tenías 30 % de pobres, cinco presidentes en una semana y

la necesidad de reconstruir el país. Quien aportó para la reconstrucción del país fue el

campo, las divisas venían del sector agropecuario. Los que contaban ese proceso eran

Bonelli, los periodistas de Ámbito Financiero y hubo una camada de chicos que veníamos

haciendo periodismo agropecuario y fuimos convocados a las redacciones grandes a

contar este proceso. Nadie entendía cómo era el mecanismo de la liquidación de la divisa,

por ejemplo, eso lo contamos nosotros, no lo contó ni Huergo. Lo contó Paula López en

Cronista, yo en Clarín, Cristian Mira en La Nación y algún otro. Y ahora hay una

consolidación de periodistas más enfocados al agro compitiendo con otros sectores. El

año 2008 fue apoteótico, pero fue una rareza.

En ese momento, ¿los periodistas no especializados se especializaron?

No, no les interesó y mucho menos les interesa ahora.

En Europa te encontrás con muchos más periodistas especializados que acá, por ejemplo.

Pero acá, ahora Paula López habla de periodismo agropecuario y también de periodismo

económico, el campo como sector primario forma parte de la economía, no se puede

excluir, no es que está mal…

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Y no está mal el proceso de que las redacciones hayan incorporado periodistas que,

además de vender chivos para dentro del sector, traten de explicar lo del sector para el

resto de la comunidad. Yo no escribo para el sector agropecuario, esa es la diferencia con

Huergo.

Pero hay que ver si los demás periodistas saben de esto. La mayoría aprendieron más o

menos leyendo a Matías Longoni. Ernesto Tenembaum, que es un periodista respetado,

muchas veces dice: “Lo escuché a Matías decir tal cosa o escuché a fulano decir tal otra”.

No es que ellos aprendieron de campo, es que, por lo menos el periodismo agropecuario

construyó una serie de referentes que son valorados por el resto de la comunidad

periodística, es el caso de Tenembaum, mío, de Longobardi, será el de Huergo.

Yo creo que todo este proceso tiene que ver con que, a partir del 2001, hay una presencia

más cotidiana, más estable de periodistas que no practican el discurso intrasector, sino

que tratan de hacer periodismo para el resto. Eso ha hecho que se haga común y corriente

que haya periodistas especializados en agro en las redacciones grandes. Este avance se

intensificó en 2008, pero comenzó en 2001.

¿El periodismo tiene cambios disruptivos dentro de su práctica profesional? Y,

luego de esa pausa, ¿se les da para hacer periodismo, o no?

Todos, muchos, es una especie en extinción el periodista. Es lo que te decía, el 80 o 90 %

de los contenidos periodísticos provienen de las corporaciones, no de los periodistas. En

el Ministerio de Agricultura hay ciento y pico de personas laburando en comunicación

contra… ¿cuántos periodistas tenía Clarín en agro? Uno. Entonces, ¿qué relación de

fuerzas están estableciendo? O sea, que hoy nos queda pensar que hay pocos buenos

periodistas en Argentina y el resto son no periodistas.

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Hay que empezar a usar la palabra periodista como se debe o inventar una palabra nueva

para los sobrevivientes del periodismo; claramente, esa es mi tesitura.

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Jorge Fontevecchia

12 de diciembre de 2017

Perfil es una de las editoriales más importantes del país y su dueño y fundador, Jorge
Fontevecchia, uno de los intelectuales y empresarios más respetados del medio. Revistas
como “Caras”, “Mía”, “Semanario” y “Noticias” son producto de este pensador y artista
incansable de la industria de la comunicación.

Coronan su extensa trayectoria periodística numerosos premios y distinciones, por


ejemplo, el galardón otorgado por la Fundación Konex a la dirección periodística, que
obtuvo nada menos que tres veces.

Además, ha publicados cuatro libros, que incluyen algunos de sus cientos de reportajes,
artículos y ensayos, Entretiempo (2005), Reportajes (2008) y Reportajes 2 (2010) y
Quiénes fuimos en la era K (2015).

Seguramente por inclinación natural, quizás por su vasta experiencia, Fontevecchia tiene
una visión intelectual, mediadora y muy sensata de la labor periodística. Es centrado, goza
de analizar las situaciones desde el pensamiento, desde los libros, tanto que hasta desdeña
un poco las fuentes. Su trabajo en el campo de los medios constituirá fuente de inspiración
para todos los profesionales del periodismo.

¿Cómo fue que te sumergiste en el 2008 en el conflicto del Gobierno con el campo?

Yo venía de cubrir la posible guerra entre Colombia y Venezuela, que por ese momento
había estado a punto de estallar. Recuerdo que había viajado al Estado de Varinas
(fronterizo con Colombia), donde el gobernador era un hermano de Chávez, y el jefe de
Gobierno de la ciudad, otro hermano de Chávez. Había estado una semana fuera de
Argentina y cuando llegué me encontré con la crisis del campo, que me sorprendió
mucho. Inmediatamente, mi parte de cobertura fue en auto, llegamos a La Pampa luego

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de haber parado en distintos lugares. Es probable que en esa época Perfil fuera el único
medio crítico que había porque, hasta ese momento, Clarín y La Nación eran oficialistas,
como lo son por lo general al principio de todos los gobiernos. En la ruta, cuando ya
habíamos hecho alrededor de 600 km, nos encontramos con una líder femenina que vivía
en La Pampa. Una líder, cuyo nombre no recuerdo, que luchaba por los derechos del
campo, que me impresionó sobremanera.

También me impresionó ver en el camino que era un movimiento anárquico, que no había
un hilo conductor. Es decir, que lo que decía el Gobierno acerca de que era algo
orquestado por un organismo que nucleaba a todas las fuerzas me parece hoy, en
retrospectiva, paranoico. De hecho, al cruzar cada corte, nos dejaban pasar porque éramos
periodistas, y en cada corte había un líder natural de la región, a 10 km uno de otro.

¿Y te acordás qué escribías en ese momento, cómo fue tu práctica profesional?

Yo lo comparé con la rebelión de la ex Unión Soviética. La dura rebelión que enfrentó el


Partido Comunista en ese entonces fue la quita del campo a los campesinos. De alguna
manera, Mao tuvo algo parecido y la famosa hambruna de China fue el resultado del
proceso de colectivización del campo. En la Revolución Rusa fue más fácil quitarles los
medios de producción a los comerciantes, a las incipientes industrias, pero lo más duro
que tuvo que enfrentar el Comunismo fue sacarles la tierra a los campesinos; de hecho,
gran parte de los campos de concentración en Siberia tuvieron en su población a los
dueños de campos, a quienes se los sacaba de su lugar, resistían y peleaban hasta el final,
por lo que los mandaban a la Siberia.

Es decir que lo que yo percibí es que era un movimiento de abajo para arriba, que no era
orquestado, y lo que escribí fue en ese tono, que el kirchnerismo no había tenido la
información de que pelearse con el campo no era lo mismo que pelearse con los
empresarios. Era más fácil pelearse con el dueño de Panamerican Energy que pelearse
con el chacarero.

El sentido de pertenencia que tiene un pequeño productor agropecuario no lo tiene un


empresario, quien tiene una distancia enorme con las herramientas de producción, él no
está en la fábrica todo el día. A lo mejor, hubiera sido igual con una pyme.

El Gobierno kirchnerista no comprendió la dimensión emocional que tenían los medios


de producción y la producción para aquellas personas. Las consideró del mismo modo
que lo hace hoy en día este Gobierno con la planilla de Excel, las consideró solo números,

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y no eran solo números, eran sus vidas, la identidad, el yo profesional y el yo personal se
mezclaban de modo tal que no podían separar lo producido de ellos mismos.

¿Y qué te pasaba a vos como periodista? Porque uno habla desde la subjetividad, a
uno le cuesta muchísimo la objetividad.

No, no, a mí me resulta menos complicado, porque hago un culto a eso. Yo podía tomar
distancia perfectamente. Te decía que venía de la guerra que casi estalla entre Colombia
y Venezuela, en un contexto también de interior profundo de Venezuela; entonces, no
estuve en todo el proceso de germinación de la protesta, llegué y ya estaba instalada. Pude
verlo con ojos de distanciamiento, creo que la mirada que tuvo Néstor Kirchner de que
TN era el culpable era otra mirada paranoica. O sea, pude tomar distancia de todos.

En esa época, ¿cómo se hacía para hacer periodismo independiente?, porque la


fuente de información en algún momento se quebró…

Nosotros nunca fuimos periodismo de fuentes, Perfil siempre fue crítico, así que
estábamos acostumbrados a no hacer periodismo de fuentes. Yo creo que lo esencial, y te
lo voy a poner en orden, es: primero, hay que tener voluntad, en el orden del espíritu, no
de la mente, o sea, que hay que tener ganas, es como el amor, no es racional, no lo podés
controlar. Es un deseo, si vos querés cierta coherencia con tu deseo, tenés que estar a la
altura de él. Eso no es del orden de la razón, no es epistémico, no es algo que pase por el
pensamiento. Leonardo Da Vinci decía que todo pensamiento también es emocional
porque es el corazón el que le da la orden al cerebro. De tantas cosas en las que se podrían
pensar… cuál elegir, cuál es el objeto del pensamiento… está lleno de cosas en las que
uno podría ponerse a reflexionar. El “qué” es del corazón, así como el “cómo” es de la
mente. Entonces, lo primero que vos tenés que tener para eso es ganas porque vas a pagar
costos. Es más cómodo no hacerlo.

Luego, tenés que tener recursos y, dependiendo del tamaño de la organización (si es un
monotributista o una empresa de mil personas), los recursos en proporción para poder
sostenerlo.

¿Considerás que a veces el periodismo se excusa en el “no puedo” y en realidad es


una cuestión de recursos?

A determinado nivel, es posible que no le alcancen los recursos. Yo creo que uno debe
estar dispuesto a achicarse, o sea, es parte del precio que se paga porque, si vos vas a
navegar contra la corriente, necesitás consumir más energía. Entonces, parte del precio

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que se paga es que vas a tener menos rentabilidad, vas a tener que achicarte, dependiendo
del grado de estructura, hasta monotributista. Vas a ganar menos. Ahora, yo siempre digo:
si alguien decidió ser periodista para ser rico, se equivocó.

En el código de ética del periodismo a nivel mundial, hay un artículo que dice que el
periodismo o el periodista es una fuente pública, se le debe al público y no al aparato
capitalista.

El principio es que la información no es tuya, vos no podés apropiártela, es del público.


Pero no cabe ninguna duda de que es una profesión y, si es una profesión, debe estar
rentada, se tiene que poder vivir de ella. Entonces, en el segundo orden tiene que ver con
los recursos. Vos tenés que sobrevivir, es un principio básico, esto vale para una persona
o una empresa individual como para una organización. Una organización tiene que pagar
los sueldos y un individuo tiene que, por lo menos, tener su sustento. Dependiendo de los
grados de la organización, hacer periodismo independiente implica perder recursos
económicos, consumir mayor cantidad de energía para navegar la misma cantidad de
kilómetros en tu barco viento en contra. Y tenés que estar dispuesto a pagar ese precio.

¿Usted considera que no existen los beneficios sin los costos? ¿Es posible que este
Gobierno no esté midiendo los costos y no esté siendo todo lo firme que es necesario?

Yo creo que a lo que vos vas, relacionado con tu tesis, tiene que ver con una frase que se
usa en inglés que es “no pain, no gain”. Volviendo al periodismo independiente, tiene
costo. Vos tenés que estar dispuesta a pagar el costo y tener con qué pagarlo. Vas a recibir
y cosechar en otra moneda, que no es material, pero que de cualquier forma es
satisfactoria, que tiene que ver primero con tu propia mirada de vos mismo. Yo creo que,
como decían los griegos, no existe el mal, sino la ignorancia, porque aún al más tramposo
de los tramposos le hubiera gustado ganar sin trampa, pero, como no puede, apela a la
trampa para sustituir su falta de capacidad. Aunque le gustaría ganar solo con talento.
Entonces, uno de los pagos que recibís es llegar a la noche, apoyar la cabeza en la
almohada, cerrar los ojos, mirarte a vos mismo y gustarte. Gustarse a uno mismo es algo
muy importante. Otro pago es el reconocimiento de los demás; entonces, podés perder en
términos económicos, pero ganás desde ese lado. Yo no creo que sea altruista ser
periodista independiente, creo que quien decide eso goza más con el salario simbólico
que con el real. Un periodista, en general, como un médico de hospital o un profesor
universitario, gana menos que el camionero que lleva el producto que él consume, pero
él lo prefiere porque recibe satisfacciones y pagos en otra moneda.

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En cuanto al tema de la grieta, esa contraposición entre ser kirchnerista o estar con
el campo y la sociedad, ¿el periodismo cambió, se modificó para bien, para mal?

Yo creo que lo que denominamos grieta venía de antes. Creo que la lectura que hace
Néstor Kirchner de que el conflicto con el campo es por Clarín, que lleva luego a la ley
de medios y a la competencia beligerante entre el Estado y los medios profesionales, es
una consecuencia, pero no la causa del conflicto. O sea, él lee que el conflicto es
producido por los medios cuando en realidad lo que él termina produciendo es un
conflicto con estos por su propia mirada paranoica.

Los medios son omnipresentes, es decir, una cosa es un conflicto con el campo y otra
cosa es un conflicto con los medios. Si vos te peleás con los medios, que están en la vida
cotidiana de todo el mundo, la visibilidad que tiene ese conflicto, por su propia
naturaleza…

¿Vos querés decir que ahí la participación fue de medios y no de periodistas?

No, lo que digo es que yo no creo que la crisis con el campo haya sido creada por Clarín,
sino que fue de abajo para arriba. Lo primero fue la crisis con el campo, Néstor Kirchner
leyó mal a posteriori la crisis del campo y creyó que la causa fue los medios de
comunicación. Yo creo que la crisis del campo se creó sola por esto que te estaba contando
al principio, de que uno mira la historia reciente y encuentra que los dos grandes
conflictos que involucraron a Gobiernos que quisieron quedarse con tierras de chacareros,
que fueron el de la Unión Soviética y el de Mao, fueron las luchas más sangrientas. No
creo que tenga que ver Clarín, que pudo haber sido un espejo, pero no el creador. Luego,
al pelearse con los medios, se agigantó la grieta que siempre existió, porque los medios
iluminan algo que está y lo hacen visible, su tarea es hacer visible.

¿Y qué lectura podés realizar de esa época en Perfil con sus periodistas?

La misma que hoy, nosotros nos comportamos con la misma actitud, distante y dándoles
el mismo espacio a ambas partes del conflicto, siguiendo los manuales del periodismo
clásico. Pero lo que sí noto es que, a partir de que el kirchnerismo se pelea con los medios,
lo que cambia es la posición de los medios. Hasta el 2008, Perfil era el medio más crítico,
y a partir del 2009 progresivamente fue el medio más moderado porque Clarín y La
Nación se tornaron supercríticos y nosotros, que fuimos críticos siempre, parecíamos
moderados en ese contexto.

¿Me podrías contar cómo es tu día laboral?

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Yo hace un año y algunos meses que no estoy en la editorial, te cuento cómo era antes,
cuando estaba a cargo de las publicaciones. Vos tenés reuniones de blanco, porque
supuestamente el papel está en blanco y hay que llenarlo. Reuniones de blanco que a
veces son más creativas o más informativas, donde cada editor cuenta la información que
tiene o se discute sobre qué información se debería tener o qué temas se deberían tratar,
lo que se llama la agenda setting.

¿Eso, todos los días para armar lo del fin de semana?

Perfil tiene varias publicaciones, pueden ser dos o tres reuniones en la semana y, como
son varias publicaciones, yo terminaba teniendo reuniones todos los días. En particular,
para el diario Perfil, yo escribía los viernes y sábados, cosa que sigo haciendo hoy
también. Mi tarea, cuando incluso conducía medios en Perfil, siempre fue híbrida, tuvo
responsabilidades que no eran solo periodísticas, tales como atender gente, recibir a los
embajadores, dependiendo del ciclo político a funcionarios… hay una tarea de relaciones
públicas.

¿Cómo te definís: escritor, periodista, empresario?

Periodista. Yo creo que para ser buen periodista te ayuda ser algo más que periodista. De
hecho, en las buenas universidades del mundo se enseña Periodismo como posgrado, vos
tenés que tener una carrera de grado en Economía, en Derecho, en lo que fuese, y luego
el Periodismo en posgrado.

Columbia, que es la universidad que da los premios Pulitzer, es así, vos tenés que tener
una carrera de grado y luego hacés el posgrado en Periodismo.

¿En qué etapa te sentís que estás del periodismo?

Yo pienso que tengo el mejor trabajo de la Argentina, ser periodista es un privilegio. Ni


siquiera el hombre más rico puede tener la posibilidad de conocer a tanta gente
interesante, recibir en primera mano contacto con personas que están fuera de la campana
de Gauss. Yo le hice el último reportaje a Sigmund Baumann, en el medio de la campiña
inglesa, en un pueblito en el interior, mientras la mujer polaca nos preparaba blinis de
salmón. Ese reportaje a Baumann, que falleció poco tiempo después, es un privilegio,
fueron tres horas de un salario moral incomparable.

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Tu periodismo tiene mucho que ver con la literatura espontánea que vos le ponés a
los reportajes. Se nota tu intelectualismo. Vos abrís el micrófono, el grabador y
desgrabás desde el minuto uno hasta el final, eso no se ve en otros, en general son
recortes. Pero porque tenés la posibilidad de hacerlo. Por eso disfrutás las
entrevistas…

Claro, pero eso no es un valor en sí mismo sino el resultado de un espacio, si vos tenés la
posibilidad de publicar 70 000 caracteres, que es casi un tercio de un libro, podés dedicar
un tiempo que, si vas a publicar 3000 caracteres no podés, hay una relación con el espacio.

Volviendo a tu rutina periodística diaria…

Sí, yo leo mucho, tengo menos contacto con fuentes en el sentido periodístico, salgo poco
de acá, la gente viene acá en general, dedico más tiempo que otros periodistas a la lectura.
Mis fuentes, generalmente, son los libros, no hago periodismo de fuentes.

¿A vos te pasó en ese 2008 que algún político, alguna fuente, te llamara para una
entrevista exclusiva o seguías con los libros en esa época?

Lo primero que me vino a la memoria cuando vos me preguntaste por el conflicto con el
campo es algo relacionado con los libros. Yo fui al conflicto ruso y al conflicto comunista
chino. Más que hablar con alguien relacionado al conflicto, me guiaba por el contexto de
conflictos similares que hubo en el siglo XX. Nuevamente, usé la formación académica
para el ejercicio del periodismo.

Por otro lado, no solo yo, sino Perfil tiene una actitud de distancia con las fuentes, somos
una máquina de generar molestias a la gente, tenemos una mirada como la Escuela de
Frankfurt, de pensamiento crítico, creemos que eso es lo que tenemos para aportar. En
términos generales, no hacemos periodismo de fuente, porque normalmente las fuentes te
piden a cambio que las cuides. Mirá, yo recuerdo a un gran periodista norteamericano que
ganó un premio Pulitzer porque denunció los papeles del Pentágono a fines del siglo
pasado, Jack Anderson. Él me decía que no había que ni tomar café con los funcionarios
porque uno podía establecer una empatía y eso genera luego un grado de compromiso
inconsciente. Eso es extremo, pero es así.

¿Y en el 2008 pudiste tomar un café con alguna fuente?

Yo entrevisté aquí mismo a de Angeli, en ese sillón que está ahí. Dijo que era como una
silla eléctrica. A todos los dirigentes de la Mesa de Enlace entrevistamos, pero nosotros

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tuvimos una mirada crítica, cortar la ruta nos parecía que estaba mal. Lo primero que vos
tenés que hacer cuando hacés periodismo es tomar distancia de aquello que te genera
afecto, porque de aquello que no te genera empatía es fácil ver los defectos. Uno establece
relaciones de afecto con la gente, lo que hay que hacer es tomar distancia de ese afecto
propio, del mismo modo que a un médico se le pide que no opere a su familia o a un juez
que no juzgue a su familia.

¿En algún momento te pasó que algún amigo o persona que hayas querido en ese
momento, y a lo mejor no había estado bien…?

Nosotros tenemos un código de ética que dice que cualquier noticia que pueda derivar en
un delito de acción pública, el redactor tiene derecho a publicarla, aunque el editor o el
director de la publicación no quiera. Esto es de mucha utilidad porque es como tirar la
llave. Si alguien me llamaba, le decía que no podía hacer nada porque la redacción es
autónoma y si se trataba de un delito de acción pública nosotros lo íbamos a publicar, yo
no podría hacer que no se publique, eso me ayudó mucho.

¿Cuáles son los periodistas o los escritores que admirás o en los que te reflejaste en
algún momento?

Voy a elegir a un intelectual, yo creo que Freud es quien más me marcó. Obviamente, los
maestros de la sospecha del siglo XX, Mitches sería el otro. Pero Freud es quien más me
influyó, él inventó una profesión, no es broma, pocos inventaron un trabajo. El método
crítico que usamos en el periodismo se parece mucho a lo que hizo Freud y vos usaste el
de Sherlock Holmes, el detective. Freud siempre estaba buscando lo que estaba oculto
detrás de la máscara y eso a mí me ayudó mucho.

¿Para meterte para dentro o para mirar a los demás?

Para mirar a los demás. Una de las características que tiene Perfil es que usa la psicología
para la política. Nosotros creemos que el ser humano toma las decisiones no siempre
maximizando sus beneficios, muchas veces se lo racionaliza y se cree que cada decisión
que toma es para tratar de aprovechar al máximo posible su condición de posibilidad y
no es así. Muchas veces, los seres humanos, aún los más formados, son los destructivos,
tienen una neurosis, lo que decía Freud del inconsciente, y esto en la política lo vemos
todos los días y me parece un buen corolario el conflicto con el campo, es la mejor
demostración. A un tipo como Néstor Kirchner, habitado por lo que debe haber leído y lo
que debe haber visto desde muy chiquito de los comandos civiles de la época del

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peronismo, entre 1954 y 1955, le debe haber quedado todo eso en su inconsciente y, como
dice Freud que actuamos con metáfora y metonimia, sustituyó uno con otro y estaba
viendo un fantasma, no estaba viendo una realidad, él creía que esa gente lo venía a
destituir como lo quisieron destituir a Perón. Eso demuestra que la inteligencia emocional
es muy importante para los conductores, que una persona como Néstor Kirchner cometió
un error gravísimo porque, en realidad, estaba habitado por un inconsciente.

Pero la inteligencia emocional es producto del desarrollo tecnológico.

¿En qué sentido?

No hemos sabido que había una inteligencia emocional hasta que se generó la
inteligencia artificial, y ahí nos dimos cuenta de que la herramienta más importante
que tenemos es el ser humano.

Pero si vos te remontás a Hegel, toda la filosofía está basada en el deseo, en la voluntad,
la voluntad que generalmente está delante de la inteligencia, como decía Schopenhauer,
es la vida misma, la voluntad de vivir es el deseo del querer. En psicología se dice que la
neurosis es no querer lo que se desea. La idea de la humanidad movida por el deseo, que
tiene que ver con las emociones, ha tenido grandes pensadores a lo largo de la historia.

Siempre nos vamos a acordar de lo que nos emociona.

El inconsciente está atravesado por las emociones, se recuerda todo aquello que tuvo un
impacto emocional y se olvida todo aquello que no tuvo impacto emocional, por eso la
memoria está atravesada por las emociones. Y esto tiene que ver en la política; el político,
por más frío, cerebral, inteligente, analítico que sea, va a estar atravesado por un saber
que él no sabe, que es su inconsciente, y va a ver la realidad siempre con un sesgo.

¿Eso lo justifica todo?

¡Eso no justifica nada! Eso simplemente explica la ceguera paradigmática que todos
tenemos. Todos tenemos nuestra zona de vulnerabilidad, siempre el conocimiento es
sitiado, no existe la objetividad perfecta. La evolución de la humanidad llevó a sistemas
de gobierno con equilibrio de poderes para que no hubiera nunca uno solo que pudiera
tomar todas las decisiones, porque por más inteligente que esa persona sea siempre va a
tener zonas oscuras y va a tener ceguera paradigmática porque somos seres humanos. El
avance social, si vos querés, es la división de poderes, y los mayores errores que se
cometen en política es donde está la concentración de poder. Y no es casual, vuelvo con

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el ejemplo de la lucha de la ex Unión Soviética y de Mao con los productores
agropecuarios porque se trataba de sistemas políticos donde el Ejecutivo controlaba el
Legislativo y el Judicial, como es en el sistema comunista. Entonces, la persona que está
en el control tiene todo el control. Yo creo que Néstor Kirchner tuvo entre 2003 y 2008
un poder que poca gente tuvo, porque después de la destrucción que hubo en la Argentina
con la crisis del 2002, la necesidad de autoridad que tenía la sociedad era enorme y este
hombre apareció justo en ese momento. Y yo creo que su Waterloo fue la crisis con el
campo, cuando empezó a perder ese poder absoluto que había tenido durante cinco años.

Vos estabas comentando que admirabas a Sigmund Freud, que llegó a generar una
nueva profesión.

Y el método de pensamiento. Yo creo que para un periodista es esencial tratar de descubrir


qué hay detrás, arrancar el secreto.

¿Y el periodista se da cuenta cuando la fuente le está mintiendo o se deja engañar?

Están las tres alternativas, no siempre te das cuenta. Si hubiera alguien que se da cuenta
de todo, sería Dios, tendría un tercer ojo. O sea, todos podemos ser engañados en algún
porcentaje. Luego, nos damos cuenta. Y ¿qué hacemos? Uno de los mecanismos de
defensa, decía Freud, es la negación, si nos duele mucho y es algo de lo que nos damos
cuenta. Hay personas que no quieren ver, lo tienen delante de los ojos, pero verlo les
produciría dolor. Prefieren vivir en esa mentira porque tiene menos costo cognitivo,
menos costo emocional que la verdad. No pareciera ser la verdad el principal valor para
la mayoría de las personas; en general, lo útil está por delante de lo verdadero. Cuando
hay un conflicto entre lo útil y lo verdadero, muchas personas eligen lo útil y creen
verdadero lo que no lo es al servicio de esa utilidad, se engañan a sí mismos. Y después
hay otros que ven que les están mintiendo, se dan cuenta y lo dicen.

Se pueden dar todas las alternativas, no darse cuenta, darse cuenta y negarlo. En una
terminología más silvestre, sería hacerse el boludo, consciente o inconscientemente.

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Carlos González Prieto

7 de noviembre de 2017

Uno de los mayores exponentes del periodismo agropecuario del país es Carlos Esteban
González Prieto, fundador y presidente de Punken Media S. A., agencia de comunicación
y contenidos líder en el sector agropecuario.

En su carácter de especialista en el sector, conduce varios programas en diversos medios


de comunicación, entre ellos: Algo que Contarte (Radio Continental), Le doy mi palabra
con Alfredo Leuco (Canal 26), Plan M Económico con Maximiliano Montenegro (Canal
26); Bichos de Campo (Radio Rivadavia) y Qué hacemos con los pesos (Canal 26).

Además de su labor en Punken y en los diferentes medios, González Prieto es el autor del
libro El nuevo perfil productivo y los seguros agropecuarios en Argentina. Asimismo, se
desempeñó como coordinador de prensa de la Comisión de Enlace de Entidades
Agropecuarias en el conflicto por la Resolución 125 del año 2008-2009.

¿La rutina es algo que deviene de una praxis y no de un manual? ¿No hay nada muy
sistematizado sobre cómo hacer periodismo agropecuario? ¿El periodismo
especializado enfrenta una especificidad determinada en sus rutinas?

Yo creo que la rutina siempre es importante, tratar de buscar una metodología de laburo
siempre ayuda, pero en situaciones de crisis, que en general van asociadas a momentos
críticos de la comunicación, es muy difícil ir a un manual, es mucho de sentido común.
Te hablo desde el comunicador, no desde el periodista.

Si lo abordamos desde el punto de vista de lo que fue la crisis del campo en el 2008, yo
estaba como comunicador de una parte de la Mesa de Enlace, Confederaciones Rurales
Argentinas, que, junto con Federación Agraria, Sociedad Rural y CONINAGRO,

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jugamos un poco en equipo las cuatro. Una Comisión de Enlace que ya hoy no existe. De
hecho, nos turnábamos para los viajes porque estuvimos las 24 horas metidos durante los
tres meses que duró el conflicto.

¿Y te tocó ir a rutas?

Sí. En ese momento estaba Llambías en CRA y nos poníamos de acuerdo, “este fin de
semana te toca a vos”. Estaba Dates en Rural o Andrea Fuyibuara de Federación Agraria
Argentina (FAA) , y yo recuerdo salir un día con la avioneta de Biolcatti a recorrer
piquetes y volver el lunes. Iba con un bolsito y no sabía muy bien dónde iba a terminar.

¿Cuándo creés que tuvo fuerza en los medios?

Te cuento la historia, estábamos en el Concejo de CRA, era Mario Llambías el presidente,


y entonces anunciaron lo de la 125, que era un aumento de las retenciones. Toda la
sociedad estaba muy disgustada con el estilo de Cristina Fernández de Kirchner, quien
tenía una relación hostil o no tenía casi relación con los medios. En ese momento todavía
no tenía medios satélites, no estaba C5N, le chupaban un huevo los medios.

Bueno, salió este anuncio de las retenciones, se juntaron los cuatro presidentes en CRA,
un 8 de marzo de 2008, y entonces se generó un laburo bastante amplio con lo que se
llama la patria movilera, que lo hacíamos llamando y diciendo que venía un paro general
del campo, que estaba bueno que vayan, que lo cubran, como para poner el tema en los
medios.

¿A los medios?

Sí, a los medios. Y justo en ese momento no había otra cosa, no es que había chocado un
tren. Viste que se van moviendo de a grupos los movileros. Fueron, cubrieron eso y tomó
mucha dimensión porque eran las cuatro entidades del campo con mucha fuerza diciendo
que salían a las rutas a protestar. Ese momento coincidió con la pelea de Clarín con el
Gobierno de Cristina, entonces Clarín ayudó mucho.

Clarín ayudó mucho cuando se dio cuenta de que el campo era fuerte, hasta ese
momento no había tomado partido. Según Matías Longoni, Clarín tomó las noticias
del campo en tapa cuando se desarmó el piquete en Entre Ríos con de Angeli.

Claro, ahí más que nada TN. A partir de ese momento, decíamos: “Hay piquete en Entre
Ríos” y, al salir en TN, al salir en la tele, llamaba a más productores y provocaba un

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efecto contagio en Villegas, y los de Villegas contagiaban a los de Trenque Lauquen y
así se fueron armando como células.

¿Y a vos te tocó tratar con periodistas no especializados a quienes les tenías que
explicar con detalles qué era lo que sucedía o qué era el campo?

Sí, me acuerdo de que cuando empezaron las reuniones, íbamos a la Casa Rosada y
estaban ahí todos los acreditados: Mariano Barrios, Mariana Verón, Liliana Franco, que
no eran periodistas de campo, pero que tenían muy mala relación con el Gobierno en ese
momento. De hecho, yo creo que el Gobierno aprendió mucho a construir medios más
afines a Cristina a partir de ese conflicto del 2008, porque eran parte del conflicto. La
batalla la termina ganando el campo con el voto de Cobos, y eso es porque
mediáticamente le jugaron muy en contra a Cristina los medios.

Entonces, ¿en ese momento la rutina era arrancar a la mañana con la lectura de
diarios o directamente el teléfono? ¿Qué pasaba, cómo se resolvía?

Teníamos como tópicos en los que también participábamos con los dirigentes, siempre
había reuniones intermedias para tratar de trabar un conflicto que fuera escalando y poner
siempre la bola del lado del Gobierno. El campo propone esto y la pelota del lado del
Gobierno. Después, la rutina era tratar de satisfacer toda esa demanda de información que
había por parte de los periodistas.

¿Te tocaba escribir o tenías tu equipo?

Había de todo. Además, con toda la presión. Me acuerdo cuando los metieron presos a de
Angeli y a Raúl Vittore en San Pedro. Fuimos ahí, se hizo una reunión. En ese momento
estaba yo y tenía que escribir, tenía en una punta a Biolcatti dictándome con un lenguaje
más bien de centro – derecha, digamos, y al otro lado a Buzzi teniendo un vocabulario
más zurdo, de izquierda, ahí en la mesa, y me acuerdo esta frase de Biolcatti: “Dale, ¿qué
sos, Borges, que tardás tanto?”. Se escribía en situaciones de presión. Fue fenomenal.

El olfato del periodista puede ser sin conocimiento del tema o con él, puede dudar o
cuestionar a su fuente. ¿El paso es chequear la mayor cantidad de veces los datos?
¿Eso se produce cuando no existe una relación? ¿O cuando hay una jerarquía?

Si sabes del tema, mejor. Es confianza. Si me pongo de lado del mostrador del periodista,
voy a confiar, es todo confianza. Si yo no sé de un tema, pero te tengo confianza a vos de
que me vas a decir algo y yo creo que va a ser la verdad, es puramente confianza. Y vos,

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como fuente también, me pongo del lado del comunicador, lo que tenés que generar es
confianza, no operarlo con una mentira, que tiene patas cortas y que en unos días el
periodista se termine dando cuenta de que lo estuviste operando para algo que era
funcional a vos.

¿Pero vos salís a consultar fuentes de jerarquía?

No, depende de cada caso. Para mí, a veces la fuente, cuanto más jerarquía tiene, más
cauta es. Para eso están los jefes de prensa, los secretarios privados, depende. Pero es
clave la confianza del vínculo con la fuente.

¿Cómo se logra esa confianza?

Es una construcción, no macaneándole, no operando.

¿Las operaciones tienen que ver con el contexto que vos estás viviendo, hay más
operaciones en el rol político o también esto se da en el campo?

Yo, como fuente, te digo: “Llamá y decí que, en la reunión con Cristina, ella lo sacó
cagando y le dijo que no iba a ir ni un milímetro para atrás”, y después se terminan dando
cuenta de que eso que te estoy diciendo no es real, entonces es como que te quita
confianza.

De las noticias que vos escribiste en esa época, ¿cuántas noticias construiste a partir
de fuentes buscadas o fuentes recibidas?

Yo me pongo en el rol de comunicador. Es medio parejo, a veces uno consulta a ver qué
pasó. Me acuerdo de una reunión secreta que hubo en Olivos, me acuerdo puntual, con
Néstor, el que era el arquitecto de Néstor y Patricio Watson. Ese tipo de notas las buscás,
y a veces te llegan por la necesidad del productor de la noticia de querer salir. Me parece
que es cincuenta y cincuenta.

¿Sos de citar directamente en los artículos?

Sí, lo uso, salvo que el tipo me diga que no lo haga. La comillita le da más sustentabilidad
a la noticia.

¿Para quién, para el interés del público o para el público específico al que vos
escribís?

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Me parece que si vos citás en una noticia una fuente con un entrecomillado, una frase
textual, me parece que es más rica. A veces no, no podés citar la fuente porque no quiere,
tenés que cuidarla y no tenés que ponerla, depende del contenido de la noticia.

¿Te han pedido leer la nota antes de que salga editada?

Eso es de mal gusto en el periodismo. Depende la noticia.

¿Has tenido que presentar la nota antes, que te la pidan para leerla?

Sí, depende de la noticia. A veces está bien para no meter la pata, no poner algo que está
mal. Cuando es muy técnico, me parece que vale que haya un ida y vuelta. Ahora, si yo
escribo sobre un tema que consulto a gente a la que le puede ir bien o mal que salga la
noticia, está bueno no tener que pedir autorización, pero, si es muy técnico, a veces es
como un seguro de que no vas a poner una boludez.

En el 2008 había una metodología de trabajo de cómo llegábamos a la información


o de cómo nos conectábamos. ¿Cómo te conectabas vos con tu fuente, correos
electrónicos, teléfono, encuentros personales…?

Mensajitos. No estaba el WhatsApp, eran mensajes de texto. Porque eran unas reuniones
que eran como una novela, a veces en la tele iban pasando “Ahora está reunido…”, porque
estaba todo cortado, era un lío.

¿La utilización de la fuente tiene que ver con la falta de recursos económicos o de
accesibilidad?

Accesibilidad, más de tiempo que de plata. A veces, lo que te apremia es el tiempo para
chequear todo, pero no es cuestión de guita.

¿Los periodistas se escudan detrás de la falta de recursos para el manejo de las


fuentes?

Sí, pero yo no creo en eso; por ahí, vos podés decir que no tenés recursos para vivir
dignamente, te lo tomo. Pero no para hacer bien el trabajo. Depende también de si es de
la tele o de la gráfica, pero, en general, me parece que no.

Algunos plantean que ven a la fuente como comercial y otros todo lo contrario.

Hay de los dos.

Pero vos podés hacer un periodismo más publinota…

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Pero vos podés tener un equilibrio, están los muy puros que dicen: “No, no te hago una
nota así”, pero también las publicaciones independientes tienen que vivir. Si le tenés que
sobar el lomo a alguna empresa, es así. Un lanzamiento, qué sé yo, es como un permitido.

¿Cómo construís la relación con tu fuente? Contame en detalle.

Depende de la fuente. En el medio hay personas que tienen más vínculo, otros, menos
vínculo. En definitiva, yo creo que hay dos ejes que son importantes en la relación entre
el periodista y la fuente: uno es la confianza, que ya lo hablamos, y el otro, ser útiles
mutuamente, si no, sería autodestructiva la fuente. Vos, como periodista, tenés que ser
consciente de que la fuente, cuando te está dando una información, está buscando un
beneficio y te da un beneficio a vos, te da una primicia, es una relación de ganar/ganar,
pero son acuerdos medios implícitos. Es como un negocio, pero que no es muy explícito,
está ahí en el aire.

¿Qué harías para preservar las fuentes?

A veces, por ahí, de los dos lados, no todo el vínculo con la fuente es placentero, a veces
hacés cosas que no te gustan tanto.

¿Ejemplo?

Yo me pongo de los dos lados del mostrador. Como fuente, porque en el conflicto del
campo yo era fuente, te piden algo que no tenés y tenés que ponerte a laburar como fuente.
Para quedar bien, porque por ahí vas a necesitar que te publiquen algo. Y, como
periodista, por ahí también vas a tener que fumarte una fuente porque querés mantener el
vínculo porque te viene bien.

¿Qué significa fumarte a la fuente? ¿Que tenés fuentes más pesadas?

Por ahí podés publicar algo que no es “la” noticia, pero sabés que en otro momento te dio
o te va a dar una buena noticia, a veces hay un poquito de cintura.

¿Creés que en el conflicto con el campo había mucho periodismo no especializado


que tenía que consultar a periodistas del agro que estaban en el tema? ¿Estos
periodistas ya se especializaron? ¿Hicieron su propia agenda?

Ahí la fuente era un poco la prensa de las entidades y los productores que estaban en esas
comisiones directivas, eran todos fuentes. Vos me preguntás si el periodismo no
especializado está más en el tema después del 2008, creo que no; para mí, está igual. Que
el tema agro es algo que no les interesa, no está ni bien ni mal, no les interesa.

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Cuando roza algún tema político, ahí hay algún interés. Si hay alguna marcha, por
ejemplo, una protesta en Plaza de Mayo, si se discuten temas tributarios… pero la
cuestión técnica agropecuaria yo percibo que, para los periodistas de interés general, es
hasta aburrida.

¿Cuál fue el rol del periodista agropecuario en ese momento?

El periodista hacía periodismo para periodistas, porque el genérico consultaba para


entender, consultaba en off.

¿Las fuentes son en gran parte las que determinan el producto final?

No, eso lo hace el periodista que escribe. Es importante, es clave, pero no te puede
condicionar la fuente.

¿Cómo se hace un buen periodismo agropecuario después del conflicto del 2008?

Me parece que el periodismo agropecuario es aprender a hablar en un lenguaje que


entiendan todos, aunque no sean agropecuarios; contar las cosas para que las entiendan
hasta los que no están metidos en el negocio, comunicar mejor para afuera.

¿Y cómo se comunica mejor o qué mejoras puede tener el periodista?

Depende del medio, no es lo mismo hablar en un prime time a las 10 de la noche, donde
te ve un montón de gente, que escribir una nota en la revista Chacra, donde te va a leer
solo el tipo que es del palo. Me parece que el timing está en ver cuál es la plataforma, y
en función de eso no ser livianito en una plataforma técnica si vos estás escribiendo en
Chacra ni ponerte en técnico si estás saliendo en TN hablando de la soja RR triple Pro.
Ver dónde estás hablando y a qué público le estás hablando.

Hubo mucho de esto en los congresos de periodistas agropecuarios, también en los


de AAPRESID, pero ¿el periodista cambió en estos años su manera de hablar?

Yo lo veo muy parecido, no noto cambios.

¿Viste periodistas que tomaron mucho partido de un lado y del otro?

Sí, obvio, de los dos lados.

¿Se veía la grieta en ambos lados, se veía que el periodista estaba absorbido por la
política?

Sí, absolutamente.

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¿Por qué creés que pasó eso?

No sé si está mal que el periodista tome partido; siempre que uno se pone a hablar o a
escribir de un tema, le pone su impronta de pensamiento.

Si es una nota de opinión, sí, pero si es una noticia, deberían ser datos duros…

Y, bueno, pero es difícil eso, siempre está ahí la impronta de cada uno.

Pero la sociedad lo vio, también se dio una división cultural entre los que eran
terratenientes y los que eran chacareros, la sociedad también tomó parte en eso.

Sí.

¿Y el periodista cuando comunicaba también tomó partido?

Hay un montón de periodistas, hay de todo, pero, en general, yo creo que sí, que había
posiciones tomadas, era raro ver a alguien que solo informara.

Y, si se volviera a presentar una crisis, de acuerdo con lo que aprendiste de ese 2008,
¿cómo encararías ahora, qué aprendiste como profesional?

Los medios son el escenario donde se desarrolla cualquier pelea, todo, porque, si no están
los medios, la gente no se entera. Es recontra importante, es clave tomar conciencia de
eso. Yo creo que los Kirchner aprendieron mucho de eso, porque les fue mal, en parte,
porque lo manejaron mal mediáticamente, y después del cachetazo del 2008, con el voto
de Cobos, que se quería ir, etc. Ellos, a partir de ahí, armaron toda una movida que no
tenían para nada, de formadores de opinión. En ese entonces no existía 678, no existía
Szpolski con todos los medios, no existía Garfunkel asociado con Szpolski, ni Moneta
comprando medios, no existía Cristóbal López en el negocio de los medios, ni siquiera
tenían cooptado Página… Página sí, pero era lo único. A partir de entonces, ellos
aprendieron muchísimo, y el campo, por el contrario, no les dio bola a los medios.

¿Vos aprendiste que la fuerza la tienen los medios y no así los periodistas?

No, en los medios te meto todo en la bolsa, los periodistas y los medios, la comunicación.
Salvando las distancias, vos podés ser el mejor dirigente rural o el mejor ministro del
mundo, pero si vos no lo contás, sos el peor. Y podés ser el peor, a lo Scioli, y casi llegar
a ser presidente, pero es muy importante lo que salga en los medios, más allá de lo que
hagas.

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Y con la crisis pasa lo mismo, el manejo mediático que vos hagas de la crisis es recontra
clave porque el escenario son los periodistas y los medios, la plataforma donde se libra
esa batalla. Más allá de la pelea de la 125, de la ley y de cómo vota cada diputado, había
un gran escenario con los periodistas y los medios como protagonistas.

Y se abrió un nuevo juego, en el 2008 había algo muy notorio que eran los periodistas
que construían sus noticias, comunicaban a partir de la fuente de información que
consultaban. Hubo un momento en el que el kirchnerismo no recibió a los
periodistas ni hacía conferencias de prensa. Y el momento clave fue cuando a los
periodistas, tal vez especializados o que se sabía que no hablaban bien del Gobierno,
directamente no se los recibía en la Casa Rosada, no les mandaban ninguna
invitación. Desde 2008 hacia delante, y ahora con un nuevo Gobierno, cambió la
consulta de las fuentes de información. Porque los periodistas tenemos que construir
la noticia teniendo información de un lado y del otro, y eso no se vivía. ¿Vos lo viviste
a eso?

Claro, vos tenías una sola campana.

Porque vos, siendo jefe de prensa de CRA, no te reunías con un funcionario, no lo


llamabas, o a lo mejor sí, pero no te atendía…

Silvestre, porque tenía a la mujer trabajando en Jefatura, pero no había comunicación


entre el oficialismo y los periodistas. Eso le costó a Cristina terminar así lo del 2008,
perdiendo; y a partir de ahí, aprendió y empezó a atender a los que quería, pero por lo
menos atendía a alguien. O sea, no atendía ni a los propios. Vos, como periodista, querías
tener dos fuentes y tenías una porque de la otra no tenías con quién hablar.

Desde la teoría de los Medios de Comunicación, es indiscutida la fuerza que estos


ejercen, pero yo ahora estudio a los periodistas. Los que sin querer tomaron partido
en el conflicto fueron parte de esta famosa grieta social que se generó, de la
confrontación, ¿creés que el periodista formó parte de eso?

Sí, hay de todo, hay tipos que fueron más neutros y otros, menos.

¿Y vos?

Yo sí, claro, yo me emocioné cuando Cobos votó. Yo tomé posición.

¿Y dónde estuvo la conciencia de periodista cuando se planteó de un lado y del otro?

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En la teoría, sí está bien que hay que hacerlo así, hay que transmitir la noticia pura y dura,
pero, en la práctica, es imposible no ponerle tu impronta, salvo que hables de algo
estrictamente técnico. Yo te puedo contar que la productividad de la semilla de soja RR
Pro rinde tanto y, bueno, te cuento eso, pero desde el momento en el que hay política en
el medio y hay ideología, es imposible abstraerse. Vos podés dar una campana y la otra,
pero es imposible. Sobre todo, cuando hay un conflicto, hay dos grupos, imposible. Yo,
en la vida misma, sí puedo contarte que Etchevehere asume en el Ministerio de
Agroindustria, Buryaile se va a Bruselas, pero ¡no hay un conflicto! Para que haya un
conflicto tiene que haber, al menos, dos posiciones. Te lo cambio, ponele lo de Cataluña,
decime un periodista que haya cubierto eso y no haya estado de un lado o del otro.

Nelson Castro contó algo muy interesante desde allá; contó que entró a una sala y había
un pasillo en el que, por un lado, estaban los periodistas catalanes y, por el otro, los
periodistas españoles. Ni se hablaban. O sea, ya había un quiebre. Él dice que le llamó
mucho la atención y le dolió ver eso.

Bueno, por último, ¿aumentó la cantidad de periodistas y el espacio en los medios


para hablar del sector agropecuario?

¡Ah! Es reinteresante esa pregunta. Ahora, yo te pregunto a vos, ¿el espacio en los medios
se hace porque hay una noticia para contar y después la pauta acompaña a esa noticia o
primero hay pauta y, como hay pauta, hay que buscar algo para contar? Pongamos una
radio líder, Mitre, ¿que haya un micro agropecuario con Longobardi es porque hay una
noticia importante del sector y se cuenta la noticia y después la pauta la acompaña o es
porque se vendió y hay pauta y hay que rellenar con la noticia?

Yo creo que, en el 2008, las empresas se dieron cuenta de que había que invertir en
comunicación, porque antes no lo hacían, y dijeron “pongo plata”. El micro de radio
Mitre puso guita, hay espacio comprado y ahí se habla. La pregunta sería ¿nacieron
nuevos periodistas?

Yo creo que sí, y estaría bueno que fueran más. Para lo importante que es el complejo
agroindustrial en Argentina tendrían que ser más. ¿Aumentó? Sí. ¿De mejor calidad?
Quizás también, pero tendríamos que tener más espacios. Si vos comparás que de todo lo
que se exporta, el 53 % proviene del campo, capaz que tendríamos que tener más
presencia en los programas económicos, políticos.

¿Un porcentaje de crecimiento? Para ver en qué estamos.

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Pero es muy aleatorio, yo creo que se puede crecer al doble de lo que estamos.

¿Y eso qué implica, que haya más medios de comunicación, más periodistas, más
noticias…?

Más periodistas en los programas de interés general que cuenten los temas del campo.
Programas agropecuarios hay. Que se hable en programas de economía, que haya más
noticias que hacen a la economía.

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Patricia Van ploeg

26 de octubre de 2017

Patricia Van Ploeg detenta más de veinte años de trayectoria en el ejercicio del periodismo
y ha desarrollado su profesión en diversos medios gráficos y audiovisuales del país. Entre
tantos otros, se destacan Ámbito Financiero, donde se desempeñó como editora de la
sección “Ámbito del Campo” hasta 2008. A partir de ese año, comenzó su labor como
responsable de Prensa y Comunicación de CONINAGRO (Confederación
Intercooperativa Agropecuaria), donde aún se desempeña.
Además de su experiencia en medios gráficos, Patricia ha conducido diversos programas
radiales, entre los que se destaca Siempre que llovió, paró, que se emitió durante catorce
años en radio Colonia. En la actualidad, es la conductora de Aire Libre, que se emite por
Radio Argentina.

¿Cómo es tu rutina diaria en el ejercicio del periodismo?

Arranco tarde porque me quedó el síndrome del diario. No tengo la costumbre de

madrugar porque me duermo a las dos y media de la mañana. Entonces, me levanto a las

nueve, arranco tarde. Llego a la oficina al mediodía y me quedo hasta las ocho de la

noche. Acompaño el cierre de los diarios, tengo esa cosa en la cabeza. A pesar de que

ahora con las redes sociales es mucho más fuerte el on line, tengo eso que, si no salió en

el papel, la noticia no está en la agenda; si tengo que comunicar algo, quiero que esté en

el papel.

¿Cuál es la función de un periodista cuando tiene que armar la noticia?

- 109 -
Yo divido mi vida en dos partes; una en CONINAGRO, comunicando institucionalmente,

donde busco que el público se entere de una cosa determinada con un fin determinado.

La otra parte transcurre en el programa de radio, que es un vehículo para difundir lo que

a mí me interesa. La noticia no la elaboro yo, está, pero uno ve cómo la transmite, es

decir, qué quiero yo que el público se entere o qué quiero yo decirle al público de la

noticia que transcurrió durante la semana.

En la confederación, son los directivos o los gerentes los que bajan lo que se va a

publicar y es más en equipo la construcción de esa información, ¿es así?

Sí, siempre hay un objetivo político – gremial y después, a partir de ahí, trabajamos en

cómo lo construimos, en qué elementos le damos.

Por lo general, en la noticia que vos das, ¿hay varios voceros o solo uno, como el

presidente?

Generalmente, es el presidente y, si no él puede, se busca otro vocero, depende de la

región en la que se difunda. Es una entidad que está en casi todo el país; entonces, vamos

viendo. Si hay un tema específico con el maní, hay un especialista; si hay una cuestión

política detrás del tema, de política nacional, como un impuesto muy importante que

afecte al maní, habla el presidente, pero si no, tratamos de que hable el productor de maní.

Vos estuviste en el 2008, cuando se postuló la 125. Sé que has trabajado muchísimo

en la institución, CONINAGRO fue parte de la Mesa de Enlace. ¿Cómo se trabajó

en esa época periodísticamente?

A borbotones, lo que se podía. No hubo plan estratégico, no hubo plan comunicacional.

Era espasmódico todo, era reacción y contrarreacción, era ofensiva y ataque de acuerdo

con cómo actuaba el Gobierno en ese momento.

- 110 -
¿Y vos creías que hacías un trabajo más bien institucional que periodístico de

investigación?

No, no, solo institucional. No informar es institucional también, o informar poco. Lo que

pasa es que en esa época se iban armando las noticas con las cuatro entidades. De un día

para otro se decidía un comunicado o de un momento para otro se organizaba una

conferencia de prensa porque había salido a hablar la presidenta. Los comunicados se

hacían en el momento y se consensuaban entre todos; entonces, trabajábamos a cuatro

manos las cuatro entidades.

¿Nunca te tocó cubrir una ruta o ir hasta uno de los cortes?

No, no.

¿Siempre lo manejaste desde Buenos Aires?

Sí, yo sí. Era muy incipiente mi llegada a la entidad, yo entré el 1 de marzo y el conflicto

se declaró el 7. Obvio que ya venía mal la situación porque habían toqueteado ocho meses

antes la carne, venía recalentándose el ambiente. Yo dejé Ámbito Financiero el último

día de febrero y el 1 de marzo empecé en CONINAGRO a full. Antes los asesoraba, pero

era totalmente externa, debía ir, instalarme, ver el conflicto en parte por TV y, de pronto,

estuve ahí, empecé a ser protagonista.

¿Y eras consultada por periodistas más que en otras instituciones? Es decir, más

allá del conflicto, ¿te tocaba atender a cada periodista para explicarle que la carne

argentina esto o la soja esto otro?

No, no, y tampoco buscaban eso, buscaban el tema confrontativo, buscaban saber si los

productores iban a salir de la ruta, si estaban cortando en algún lugar, qué pensaban hacer,

si iban a ir a la citación del Gobierno. Pero nadie quería saber el ciclo de la soja. Sí del

tema de las retenciones, algunos no entendían mucho, pero no más que eso.

- 111 -
Durante el conflicto, ¿les dieron protagonismo a los productores o solo le daban

lugar a la Mesa de Enlace?

Me parece que la protagonista era la Mesa de Enlace, después, esta se abría en provincias.

Había provincias muy fuertes, como Entre Ríos o Córdoba, que tuvieron mucho

protagonismo, había localidades emblemáticas.

El rol del periodista, ¿creés que fue de tomar posición a favor del campo?

Ahí sí, los periodistas del agro, que ya venían escribiendo sobre el tema o venían

cubriendo al sector, tomaron una posición por el sector, acompañaron todo el proceso.

¿Creés que a partir del conflicto hay más periodistas agropecuarios?

Me parece que a partir de ese momento hubo más periodistas con interés por

especializarse. Muchos descubrieron que existía una especialización que hablaba del

campo, que era una sección de un medio, se empezó a pensar en esas cosas.

¿Se incorporó periodistas de nueva sangre?

Sí, se incorporó mucha gente que estaba mirando el campo hasta como un nicho de

negocios. Antes el sector agropecuario era una sección en un medio gráfico,

generalmente. No había muchas columnas de agro en radio y en TV.

¿Y a partir de entonces surgieron los suplementos, en el 2008?

No, mucho antes. Clarín tiene suplemento rural desde el año 70 y La Nación, también.

Pero hubo más medios de comunicación…

Hubo interés por un sector que ganaba la tapa de los diarios, antes no, antes era un

suplemento de los sábados nada más, ahora aparecía todos los días. Entonces, empezaron

a aparecer nuevas firmas, esos que escribían para el sábado ahora escribían todos los días.

Como nicho laboral, me parece que se amplió bastante. Empezaron a surgir. No te digo

- 112 -
que dentro de los planes de estudio hay una especialización en campo, pero no sé si falta

mucho para eso, hay cursos, capacitaciones paralelas…, yo creo que, en el futuro, así

como hay un periodismo de espectáculos y que la gente después se especializa en eso, va

a haber una especialización en campo.

Sacando un poco CONINAGRO, cuando vos vas a la radio, ¿mechás mucha

información de CONINAGRO?

No, es periodismo independiente y ahí comunico los temas que me interesan a mí.

¿Los que están en agenda?

No, no, esta semana, por ejemplo, el tema era por qué el campo no tiene mucho peso en

el Congreso. Hay doce proyectos de ley y ninguno salió, salió una sola ley en el último

año y medio y no está promulgada, o sea, que el campo no tiene ningún peso en el

Congreso.

Me interesa mucho el tema sustentabilidad con la producción vinculado al ambiente, otras

cosas. Una mirada más allá, si no, nos quedamos siempre con la coyuntura y yo estoy

siempre en eso; entonces, busco algo que me libere un poco la cabeza.

¿Creés que los periodistas a partir del 2008 tomaron más conciencia de que la

información debía ser más técnica o de que los periodistas se tendrían que convertir

más en técnicos?

Tendrían que capacitarse más, no sé si está en la conciencia, pero que debería capacitarse

más el periodista para transmitir cosas del campo, sí. No te digo para estar a favor del

campo, puede ser en contra, pero tendría que ser con fundamentos técnicos.

De esos periodistas no especializados, alguno que recuerdes desde el 2008, ¿ahora

sigue siendo crítico con el campo? Porque los especializados estaban con el sector,

- 113 -
en general, pero algunos de los no especializados tenían una posición más neutral o

estaban en contra.

Los especializados estaban en contra del Gobierno. Me acuerdo quiénes estaban en contra

del campo, eso sí, pero nombres no… Había canales que estaban en contra del campo y

otros a favor.

Bueno, Van der Kooy estaba en contra del campo…

Van der Kooy no sabía ni qué era la soja y se enteró ahí de que era un negocio millonario.

Y, bueno, quisieron saber si estaba bien o mal la retención móvil. Todavía hay gente que

duda. De hecho, el Gobierno anterior, antes de irse, quiso instalar la idea de que el campo

hubiera ganado si hubiese quedado la retención móvil. Hay estudios hechos que dicen

que no, pero bueno, la grieta tiene su papeleta de cada lado.

¿Existe una grieta dentro del periodismo que haga que si vos estás del otro lado no

te consulten sobre tu trabajo? Porque el gran déficit que tiene el periodista

agropecuario es que se junta con otros periodistas del sector. No pasa así con otros

periodistas, a veces es más difícil interactuar.

No pasa en los medios gráficos. En los diarios están todos juntos en la redacción y, en ese

momento, los periodistas de economía, que tenían que cubrir este tema porque tenía

mucho en común, consultaban a la gente que sabía, la gente más especializada.

¿Cómo construís una noticia que no tiene que ver con lo institucional?

Eso es ya más investigación, la noticia tiene que estar, se tiene que ver, la olés. Este

instinto tiene que ver con que uno ya viene con un bagaje de información. Además, la

noticia es algo que tiene que interesarle a la gente.

¿Y no al periodista?

- 114 -
Al periodista puede no importarle nada de lo que escribe, pero tiene que interesarse, tiene

que tener esa cuota de profesionalismo o de intuición para interesarse por algo que va a

ser noticia. Es un producto.

¿No es un negocio, es un producto la noticia?

Es un negocio para la empresa periodística. Hay que separar al periodista de la empresa

periodística. La empresa tiene la obligación de hacer sustentable su negocio y tiene que

vender un producto, que es una botella que contiene noticias, tiene que vender bien la

botella. Ahora, el periodista es el peón que necesita generar esa noticia para darle

contenido a la botella, pero la botella tiene que estar llena de verdades, si no… La empresa

periodística tiene la obligación de que ese producto sea vendible y bueno para poder,

inclusive, pagarle el sueldo a ese periodista.

¿El periodista está hoy motivado para hacer un buen periodismo?

Entiendo que están poco motivados porque ganan malos sueldos, por lo que escucho.

Y en esa construcción de esa noticia, más allá de que uno piensa en la gente, ¿qué

debe tener para que sea interesante?

Tiene que tener verdades. Esa verdad se conseguirá con una variedad de fuentes, más rica

será cuanto más fuentes consultes, pero depende de la noticia.

Hoy tal vez se busca un periodismo más leído por la impresión de si te suena o no te suena

colorida la noticia. Ya no es “sujeto, verbo y predicado”, se busca una manera literaria de

describir una noticia. Ya no está ese manual de estilo de periodismo donde se cumple a

rajatabla…

Eso pasa más en las notas de opinión, lo que pasa es que se confunde mucho.

- 115 -
Una cosa es el diario Clarín, que tiene ya un método, un estilo. Sin embargo, ¿vos

considerás que el periodismo se focalizó más en la parte más literaria o que buscó la

manera de comunicarlo para generar interés y la parte técnica se perdió?

Hay un poco de todo, yo veo que se escribe mal, veo que no se respetan los tipos de notas,

la crónica es crónica. “Se venden cien vacas a Ucrania y llegan en un mes”, la nota es

muy simple, es el abecé, la pirámide que te enseñan en primer año de redacción, y hay

gente que quiere florear con opinión o demostrar que sabe de literatura, que lee mucho, y

no, eso no es, el periodismo no es literatura, puede ser enriquecido.

El periodismo es contar los hechos…

Como son, para lo demás está la nota de opinión. Un ejercicio muy interesante de

redacción es cuando, en el primer año de periodismo, por primera vez te dan la hoja para

escribir, o te querés matar o escribís una nota de opinión, eso no es.

En realidad, te enseñaban a escribir noticias y costaba un montón.

Y terminás escribiendo una nota de opinión porque vos te leés todos los diarios todos los

días y terminás escribiendo algo que es opinativo.

Pero esas cuestiones se les permiten a las plumas más autorizadas, en el campo, no sé…

pero se respeta. En los suplementos se escribe bastante bien, con ciertos conocimientos,

pero también hay muchas notas de opinión, hay mucha variedad de estilos.

¿Creés que hay más notas de opinión que noticias en los suplementos de campo?

Sí, puede ser, habría que analizarlo.

¿El periodista es o no ajeno al medio donde trabaja?

No es ajeno, yo no voy a trabajar en un diario de izquierda si no estoy de acuerdo con el

pensamiento de la izquierda.

- 116 -
No trabajarías por un sueldo, sí trabajarías si tuvieras el mismo pensamiento

ideológico.

Yo creo que sí.

¿Por qué creés que es respetado un periodista? ¿Por su trayectoria, porque si se

equivoca tiene la humildad de decir que se equivocó…?

Ningún periodista se equivoca y tiene la humildad de decir que se equivocó.

¿Y crees que un periodista puede ser más respetado cuando sus fuentes nunca lo

engañan, o sea, cuando sus fuentes son de calidad?

Puede ser eso, porque nunca faltó a la verdad, porque la gente se da cuenta, a través de

los años, si cualquier periodista vendió la información. Vendió en el sentido que exageró

para vender más o para que le compren más. ¿Cómo es el ejercicio dentro de una

redacción? Vos tenés una información y tenés que “vendérsela” al jefe de sección o al

secretario de redacción. Siempre hay un superior que decide si esa noticia se publica o

no, y hay que venderla de la mejor forma posible. Muchos periodistas mienten para que

les acepten publicar esa nota.

Y en ese momento, ¿están rompiendo la ética del periodismo o es solamente un juego

de armas?

Los que tienen ética son las personas; entonces, es un juego de la gente con otra gente.

Por ejemplo, llamás a una fuente, le preguntás off de record, ahí estás ejerciendo la ética.

Algunos periodistas (o Longoni) dicen que no les importan las fuentes. Importa más

el hecho, no la fuente.

Depende de cómo te enteres, si te llama alguien y te dice: “Está pasando esto”, te llama

porque, seguramente, quiere que lo digas. Si no, no te llama. Si vos te enterás

- 117 -
circunstancialmente y te pide por favor que no lo pongas porque si no se le cae un negocio,

y bueno…, está en tu ética, en tu moral si vos cagás o no a una persona. Pero si alguien

te llama y te dice: “No lo digas”, es raro…

Por lo general, hoy en día, ¿la fuente de información es más buscada que recibida o

es más recibida que buscada?

Tiene que ver con dónde vos estés trabajando. Hay diarios muy importantes que reciben

mucha información por día y ellos no buscan nada. Después, salen a ratificar; por

ejemplo, si hay un molino que está por cerrar, hablás con la cámara molinera o con alguien

de la industria para ver que no estés metiendo la pata.

Con el conflicto de camioneros yo escribí una nota en Clarín, me dijeron que la escriba

y que después chequeaban. Ellos se lavaban las manos y si había un quilombo, era

externo.

Y con respecto a las fuentes de información, ¿siempre la misma es consultada

durante muchos años o hay un reciclaje?

Se van sumando fuentes, la antigua es más creída.

¿Te ha pasado, cuando trabajabas en Ámbito, que has consultado una fuente y

después se ha dado vuelta cuando ya estaba publicada la noticia?

No, nunca.

¿Hay operaciones políticas de los periodistas?

¿De los periodistas? Eso puede darse más en política, en agro no lo he visto. En política

he visto compañeros que vienen con un interés de que se publique algo de algún diputado

o algo así, pero en agro no he visto, por ahí algo del Congreso, pero no recuerdo.

¿Y el periodista tiene el olfato de decir: “Me parece que esto es pescado podrido”?

- 118 -
Sí, claro. Y a través de los años vas desarrollando el olfato. Si no estás muy desesperado

por conseguir información, sí. Ha pasado que hay periodistas que quieren tener el

protagonismo, quieren tener la noticia escandalosa, la mejor del mundo, y ahí meten la

pata.

Ahora hay que competir con la instantaneidad de los medios en la notica, tiran una bomba

en Barcelona y acá se sabe a los 15 segundos porque alguien lanzó un tuit. ¿Cómo

competís con eso? Ha cambiado mucho la forma de informar. Ahora hay muchas fuentes

que son virtuales, que no las conocés.

Durante el conflicto, la banda La Mancha de Rolando fue a tocar al interior y subió al

escenario Boudou. Uno tuitea eso y ya hay un periodista de otro medio, del espectáculo,

que te llama y te pasa el tuit, y todo a través de Twitter. Por ahí sale una noticia en la tapa

de un diario por algo que vos generaste que alguien te contó. Durante el conflicto no había

Twitter, esto fue después. Por ahí hay una noticia así, de esa fuente.

¿En el campo eso sucede?

No. Yo veo más que replican una nota que salió en un medio y lo ponen en Twitter. Pero

no se hace periodismo con Twitter. Gacetillas, quizás puede ser, pero la red social es para

otra cosa. Por ejemplo, “Buryaile fue a Formosa y lo silbaron”. Él es de Formosa, lo dijo

alguien en Twitter al pasar y eso a lo mejor arma una bola y por ahí se arma una noticia.

Entonces, ¿el periodismo está en la búsqueda del escándalo también?

Es un ejemplo, no deja de ser una pastillita o lo que pasa en las redes sociales. El

periodismo analiza otra cosa: si es rentable la producción, si van a sacar a un ministro...

Y, hablando de algo más contextual, ¿vos crees que en el 2008 se formó la grieta?

Me parece que se hizo más visible. De hecho, Lanata pone la palabra “grieta” por todos

los hechos que habían pasado en el campo, me parece.

- 119 -
Yo se lo pregunté en el coloquio…

¿Y qué te dijo? ¿Es cierto que estuvo duro con los empresarios?

Decían que estuvo duro con los empresarios. Etchevehere dijo ese día que “el único

que le dio batalla fue el campo, porque ningún empresario se le opuso al

kirchnerismo”.

Lo que pasa es que el campo fue perjudicado por el Gobierno de Cristina Kirchner. El

productor llano fue perjudicado por los impuestos, retenciones. En cambio, otros sectores

fueron beneficiados.

¿El periodismo nunca se benefició?

Algunas empresas periodísticas, sí; algunos empresarios, sí, comprando empresas

periodísticas. Igual, es un poco como dice Matías Longoni. Cuando viviste ese conflicto,

que todos los días pasaban cosas, y comparás con que hoy en día no pasa nada, es

aburrido.

Y el periodista necesita esa adrenalina…

Claro. Más alguien que viene trabajando durante tanto tiempo en el sector. Matías

Longoni viene desde el 94, pasaron veinte años, y los ciclos se repiten. En el 90, el sector

había salido de unas retenciones. En la memoria colectiva, durante el año 94 estaba el

tema de las retenciones, entonces es cíclico, por eso se aburre.

¿Qué amás del oficio?

No sé si lo amé alguna vez. No me lo planteo, el término amor me sacudió. ¿Qué me

gusta?: la posibilidad de libertad, de viajar, de investigar, de escribir, la libertad de todo

eso. Que me paguen por escribir, que es lo que más me gusta. Tener una mirada distinta

- 120 -
del mundo y de las cosas. El periodismo te da eso, estudiás, investigás y tenés otra mirada

de las cosas, distinta de la de la gente común.

Me ha pasado que, en una reunión con amigos, quieran hablar de lo que pasó en la semana

y vos ya lo viviste tres veces porque hablaste con uno, con otro, investigaste… Y lo peor

que te puede pasar es cuando te dicen: “Che, vos, que sos periodista, ¿qué pensás de

esto?”. Y yo pienso: “Vos, que sos dentista, ¿no me mirás la muela?”.

Es que vos tenés datos… ¿Te los dan las fuentes o los generás vos?

Sí, vos lo podés generar tranquilamente, con conocimiento, con investigación. Te lo da la

realidad también, te lo da el Ministerio. Quizás nadie le da bolilla, pero vos multiplicaste,

sumaste y tenés el datito.

- 121 -
Paula López

22 de junio de 2018

Paula López, es Liceciada en Periodismo, UNLZ. Subeditora de Economía de El


Cronista desde agosto de 2007 a la actualidad. Redactora de economía especializada en
agropecuarias desde febrero 2006 hasta la actualidad. Columnista de Agro, radio AM
1220 Ecomedios, miercoles de 21 a 22. Desde 2015 a la actualidad.

¿Cómo era un día laboral en 2008 durante el conflicto del campo y cómo es hoy tu

día laboral?

El 2008 no sé si fue un quiebre con lo que venía siendo antes, pero a mí me pasó lo mismo

que me había pasado en el 2001, que es no saber cuándo el día empieza y cuándo termina.

Ni cuándo un mes empieza ni cuándo termina, porque fue una vorágine, fueron cuatro

meses que no parábamos, que los celulares sonaban todo el tiempo. Yo soy la subeditora

de economía del diario desde hace 13 años, con lo cual ir al Rosedal o a Rosario les tocó

a otros, pero como yo soy la encargada de todo lo que tiene que ver con lo que son las

noticias agropecuarias, más que nada del lado económico, de cómo impacta en la

economía real, era como que tenía que estar atenta a todo. Por ejemplo, uno fue al piquete

de Gualeguaychú, y hay que avisarle que los camioneros tal cosa, fue como muy loco. Si

vos me decís cuándo fue que empezó todo, incluso antes del día en que anuncia las

retenciones móviles, el 12 de marzo de 2008, se venía sintiendo como un malestar

- 122 -
creciente. Es más, yo a principios de marzo había hecho una nota que salió en la tapa con

un par de ruralistas de la Sociedad Rural y de la Federación Agraria y de Coninagro, que

hablaban de hacerle un paro a Cristina Fernández de Kirchner para después de mediados

de marzo y fijate cómo se desató todo. Era como que se sentía un tufillo extraño, como

que algo estaba por pasar. Entonces fueron días complicados, llamando constantemente

a todos lados, con el equipo que sigue política también siguiente todo lo que se venía

desarrollando, decían: “Mirá, Cobos lo llamó a tal porque necesitan hablar, se van a juntar

con Alberto Fernández, que era Jefe de Gabinete en ese momento, en la esquina de

Diagonal Sur y Belgrano, que era donde estaba el edificio de jefatura…”. Es decir, eran

días casi interminables, más allá del fin, de la madrugada de la 125.

¿Y la rutina de levantarse con los teléfonos que ardían cómo era? ¿Vos salías a

buscar la fuente de información o era más “fuente recibida”? Es decir, ¿eran más

los que querían informar lo que estaba pasando en la ruta o eran más tus llamados

en busca de información?

Había de las dos cosas. Muchos días era: “Che, mirá que nos vamos a juntar” de los

voceros, de las entidades o de los autoconvocados o un mail —en ese momento

WhatsApp no se usaba— o si no era: “Bueno, ¿qué pasa que hace dos días que están

callados? Vamos a buscar algo. ¿Habrá alguna negociación por debajo de la mesa? ¿Qué

pasará?”. En ese momento en la redacción también nos preguntábamos qué pasa con la

venta de los granos, si se mueve algo, si no se está moviendo, cómo estaban los precios

de la soja en ese momento, que fue justo cuando la soja tuvo los niveles récord. Y

empezaba a sonar también todo eso de que antes también había venta adelantada y todo

eso, por lo que era un combo bastante interesante. También teníamos que ver cómo venían

otros lados que no fueran los que estuvieron en la ruta o las entidades representantes, las

gremiales por ejemplo. Hablar con otros actores de la industria…

- 123 -
¿Qué creés que cambió de la rutina periodística comparado con ese momento del

2008?

Y, ahora las fuentes son consolidadas, son muy parecidas a las que tenés en ese momento,

por ahí también hay un entrenamiento distinto del sector agropecuario. No te hablo de mi

lado, porque yo hace 25 años que hago esto, para mí es como andar en bicicleta, lo hago

natural, me cuesta explicar cómo es el proceso… En los eventos noticiosos van variando

los focos, y eso fue como un punto de inflexión, por eso te decía que esas jornadas que

no sabías cuándo empezaban y cuándo terminaban me hacían acordar al 2001, cuando no

sabías cuándo había terminado el año, por lo que fue la emergencia social. Lo mismo pasó

en el conflicto del campo y el kirchnerismo. Después las cosas se calmaron en el sentido

de andar todo el tiempo atrás. Yo me acuerdo de que en el diario, la sección economía,

que éramos diez personas, estábamos todos siguiendo el tema del campo, del conflicto,

así como hace 15 días [en el momento de la entrevista] estaban todos siguiendo el tema

del dólar y de los cambios en el gabinete. Tiene que ver con el momento y con el efecto

de la noticia y con la formación, justamente, de la noticia. Volviendo al tema, yo creo que

los actores en el sector es como que tienen un poco más de manejo con la prensa, o saben

algo más de lo que quieren transmitir que en ese momento.

En el caso de la relación con tu fuente que mencionabas, ¿la relación con tu fuente

es de confianza absoluta? Si alguien te llama por teléfono y es una fuente que hace

tres o cuatro años que conocés, ¿le creés? ¿Chequeás? ¿Se usa hoy tener en las

noticias dos, tres, cuatro fuentes de información?

Sí, se sigue usando, aunque cuesta un poco hacerlo con el mismo proceso… También vos

a veces tenés un dato y vas a chequear y ya sabés que te van a decir que no. Por ejemplo,

te están hablando de X, te dicen que X va a hacer tal cosa, y vos llamás a X para

chequearlo y X te dice: “No, para nada”. Entonces ahí también juega la experiencia que

- 124 -
vos tengas y quién te lo contó. Yo no tengo confianza ciega en las fuentes. Tampoco

confío ciegamente en mí misma, porque somos humanos y cometemos errores. Pero sí,

con determinadas fuentes, uno tiene un nivel de confianza para decir: “Esta fuente no me

va a vender pescado podrido o carne podrida”, pero también vos tenés que hacer el

circuito formal para chequear por lo menos otro más que te cuente lo mismo, o ir a un

registro formal, por ejemplo cuando hablamos de exportación de granos o cosas así, y

mirar y decir: “Ah, sí, acá está eso que me dijo, acá está el dato, lo que me dijo era cierto”.

Pero como te digo, yo no confío ciegamente, porque sé que todos tenemos intereses, y

más cuando uno te viene a vender una noticia. Poder darse cuenta de esto te lo da el oficio

de años…

¿Cómo hacés para construir una noticia hoy y cómo hacías en esa época?

En esa época era, por ejemplo, “los movimientos en los piquetes de Gualeguaychú”, en

el caso en el que fueron los de Camioneros a bancar la parada del otro lado. En esa

situación, ver si había tensión o no, llamar a las partes, tanto a Camioneros como a los

otros, hablar con colegas de la zona, que conocen cómo es el movimiento, tratar siempre

de no tomar un partido determinante de un lado o del otro. Aunque en esa época, así como

la parte social apoyó mayoritariamente el reclamo del campo, los medios tuvimos mucho

que ver también con eso, ¿no? En darle protagonismo a toda la movida.

¿Vos cómo fuiste en esa época? ¿Tomaste posición…?

No, yo trataba de ser lo más objetiva, dentro de las subjetividades que tenemos, porque

siempre tomás partido y siempre podés cambiar de opinión, creo yo. Yo tenía, sí… ¿viste

cuando dicen que los del campo son una “manga de llorones”, que lloran siempre?, y

después empezás a ver las distintas realidades, y no te estoy hablando de los que se llenan

de plata, sino de los pequeños productores, de los que se les fue el año al carajo por la

sequía, de los tamberos que están en crisis permanente y yo no sé por qué se siguen

- 125 -
levantando a las 5 de la mañana para ordeñar las vacas, y vos ahí decís “Epa”. El campo

sintetiza toda una forma de ser o un sujeto social, que tiene un montón de realidades, y

no es un solo, entonces es como que también te vas acercando a esa parte. Ponele, un

ciudadano como yo, que de campo, nada (creo que la única vez que vi una soja crecer fue

una vez que fui a Rosario, imaginate), eso también pesa.

¿Te percibís lejos de tu fuente o es otro tipo de fuente? ¿Cuál es la fuente que más

consultás? ¿No hablás con el productor, es más de oficina?

Claro, al estar a cargo de una sección, o ser segunda encargada de una sección no podés

salir mucho. Además a mí personalmente me tocó un 2008 complejo, porque mi viejo

estaba enfermo, internado. El día que Cobos da el “no positivo” yo me fui antes de que

se termine la seción porque tenía que estar a las 8 de la mañana en el hospital en la otra

punta de la ciudad, y dormí 3 horas. Eran momentos complejos. Es más, cuando se desató

el conflicto me estaba mudando. Por eso creo que mi visión de esos días interminables

tiene que ver con todo, también con lo que me estaba pasando.

En esa época el grado de subjetividad tuya en relación con la construcción de la

noticia, ¿te permitió acercarte al tema? ¿Pudiste dar las dos campanas o eras crítica

del campo o del gobierno?

Pude dar las dos campanas. Igual fue un trabajo en conjunto. Ya te digo, estuvo toda la

sección trabajando para eso, y había uno encargado de hacer la campana del campo, otro

del gobierno. Cuando había algo, porque muchas veces no había nada, salvo los discursos

de Cristina del “piquete de la abundancia”. Y también tuve la posibilidad de que justo una

amiga se casó en Trenque Lauquen para Semana Santa, y me fui cuatro días para allá y

anduve por los piquetes de la zona. Es más, a la vuelta, en la ruta 7, nos agarraron tres, y

paré y charlé con la gente, y eso fue como que te daba más cercanía a lo que era, y en

- 126 -
alguno de esos hasta me dejaban sus teléfonos para que los llamara, y eso estuvo muy

bueno.

¿Y llamaste después…?

Sí, sí, bastante, sobre todo, hubo un momento, después de que lo empieza a tratar

Diputados, que hubo, no sé si una operación o un deseo de que levantaran los piquetes,

de que se fueran a levantar la cosecha —cosa que se hizo igual—, y los piquetes más

duros en Gualeguaychú, en San Pedro y en el centro de Buenos Aires, y esos contactos

me sirvieron mucho para eso.

¿Qué es ser periodista para vos?

Tengo una amiga que dice: “Serás lo que debas ser; si no, serás periodista”. Otro me dijo

que éramos “chusmas profesionales”. Yo creo que es un oficio, de los más lindos, a veces

muy duro, pero tiene sus gratificaciones. Yo tengo una ciclotimia permanente con el

periodismo. Como decir: “Me hubiera dedicado a otra cosa y estaría forrada, viajando por

el mundo”, pero después te agarra… Tenés un dato, y lo laburaste, y llamás y buscás y la

construcción de la noticia te cierra, y después ves que por ahí el día que lo publicaste no

pasó nada, pero ves que dos, tres días después todo el mundo ese dato lo tomó y lo hizo,

y es como decir: “Lo hice yo”. Es como un orgullo tonto, pero te da esa satisfacción. Y

después, ahora que tengo un nene, yo hago una columna de agro todos los miércoles, y

que te escuche él por la radio tan atento sin que entienda nada de lo que estás hablando,

es una cosa así como “¡Ay!”, te da como cosa, pero bueno, no sé… Yo creo que es una

forma de vida difícil de cambiar y también de explicar…

Y con respecto a quién es el dueño de la información, ¿es un bien público, es del

periodista…? Cuando se publica, ¿de quién lo sentís?

- 127 -
Y, se publica en el medio en el que trabajás, al fin de cuentas el periodista es un trabajador

de prensa. Salvo que tenga la posibilidad de escribir para su propio medio, que hay varios,

pero tenés que ser más empresario que periodista para hacer eso, o tener un blog. Hay

muchos que tienen un blog donde destilan algo que por ahí no podrían escribir en los

medios para los que trabajan, pero yo creo que la información, una vez que vos la diste,

más allá de ese gustito de tener el dato o de construir la historia, no la primicia pero la

más linda o la mejor, la que decís: “Pude cumplir las reglas, hablar con todo el mundo”,

y salió redondita, es del medio y después, es de todos, más allá de que después te enoje

que un portal levantó la nota y no te citó, porque eso pasa todo el tiempo, pero ya se

publicó, ya está. Y lo que tiene de lindo esto es eso justamente, que es tan efímero esto.

Vos escribís la nota, estás re orgulloso, fue a tapa, el título principal, laburaste a destajo

(bueno, “laburar es otra cosa” dicen otros), y ya cuando se publicó, se imprimió y ya tenés

que estar pensando en hacer otra. Hay alta rotación.

La felicidad es momentánea…

Claro, y entonces ¿qué se busca? Buscás incrementar eso. Y depende de cómo estés vos,

emocionalmente y todo, depende si lo vas a lograr o no, o si realmente te interesa lograrlo

en ese momento, por eso te digo, es muy loco…

¿Qué pensás sobre el periodismo independiente, sus costos y sus beneficios?

Beneficios, lo que te decía: vos podés escribir sin una línea editorial de un gran medio.

Pero también debe tener la otra cara, que es cómo lo mantenés y hasta qué punto estás

dispuesto a entregar tus banderas, por así decirlo, a claudicar ante el anunciante que te va

a sacar el aviso porque hablaste mal de uno, que eso tiene mucho que ver y también está

en los grandes medios, pero ahí vos decidís tu límite. Yo estoy hablando de

emprendedores: no creo en el periodismo independiente dentro de los medios formales,

- 128 -
de los medios de comunicación más importantes: no hay periodismo independiente, es

una fantasía como la máxima objetividad.

Volviendo al 2008, ¿cuándo fue el máximo pico de tensión que hubo en el conflicto

del 2008? ¿Cuándo llegó a los medios nacionales?

A los medios nacionales llegó lo de las retenciones móviles, que fue el 12 de marzo, y al

día siguiente ya estaba en todos lados, que fue el paro. Y la máxima tensión fue instalada

en los medios nacionales cuando estuvieron los piquetes y contrapiquetes en

Gualeguaychú, que creo que fue en abril. Ahí creo que fue cuando todos decíamos, como

dijo Melconian, que “todo se fue a la mierda”. Creo que fue ahí la máxima tensión, y

después, con la demostración de fuerza que hizo el campo en Rosario el 25 de mayo, creo

que la tensión había bajado un poco, y también cuando estaba el peligro de

desabastecimiento, que creo que fue en abril o mayo.

¿Cuál fue la experiencia de los periodistas generales y los periodistas especializados

en el campo?

Hubo dos vertientes. En mi caso particular, yo venía siguiendo al agro hacía un par de

años, empecé a entender un montón de cosas, como te decía que vi por primera vez la

soja creciendo en el campo. También me pasó de muchos colegas, del diario o de otros

medios, que se acercaron y me dijeron: “¿Me explicás esto?” y vos te sentabas con ellos

y te sentías bien. Creo que muchos se dieron cuenta de que había muchos periodistas

especializados agropecuarios o agroindustriales, y que no era cuestión sólo de contar las

vacas o de cuántos granos se embarcaban… Y los generalistas, creo que algunos

aprendieron algo nuevo, lo que me parece que está bueno también en periodismo, salir de

tu zona de confort y aprender algo, pero también incrementaron eso de la diferencia entre

el campo y la ciudad, esos mundos separados… estoy pensando no tanto en los periodistas

o trabajadores del medio, sino en las estrellas del firmamento periodístico, los formadores

- 129 -
de opinión, algunos de la tele, de la radio, que por ahí vieron menos soja que yo en su

vida, pero creo que todos hemos aprendido bastante. Es más, con estos rumores de la suba

de retenciones que podría haber, o que se suspenda el cronograma, es como que todos

empezaron a decir: “Che, pará, hace 10 años pasó esto”. Incluso hablando con amigos

movileros que cubrieron la crisis del campo, como que sentían que podía ser un parate

para el sector, y la última vez que habían visto a la gente del campo por ahí fue en el 2008.

Los periodistas que te consultaban, ¿te preguntaban por temas económicos o del

agro?

Más que nada temas del agro, o de los ciclos, aprender cuándo es la cosecha, o que el

trigo no se cosechó en marzo de ese año, que ya estaba. También en ese momento estaba

todo el tema de que autolimitaban las exportaciones para que no les pegaran, que al final

después Moreno cerró todos los mercados, estaba la limitación de exportaciones por parte

del sector triguero, era como que todo se manejaba a través del agro y las consultas venían

por ese lado.

¿Por dónde pasa la ética del periodista?

Por adentro, por lo que siente uno mismo. Era lo que te decía cuando hablábamos de los

periodistas emprendedores cuentapropistas, es hasta dónde vos estás dispuesto a llevar el

límite, y en la ética pasa lo mismo. Yo no confío absolutamente en mis fuentes ni confío

en mí misma, pero yo no voy a hacer una operación burda porque no me lo soportaría a

mí misma, y creo que la ética viene con uno, no es algo que te enseña la profesión, la

ética la tenés vos, pasa por la persona más que por ser periodista.

¿Sentiste en algún momento que una fuente violaba ese respeto que vos tenés con tu

ética?

- 130 -
No. Por ahí no lo sentí porque nunca dejé que se acercara a eso. Nunca percibí que

ninguna fuente quisiera quebrar mi ética en particular.

- 131 -
Proyecto Trabajo Final Integrador14
Tema

La rutina productiva de los periodistas gráficos y el tratamiento de las fuentes en

las noticias agropecuarias. El caso del conflicto gobierno-campo de 2008.

“Desde sus orígenes, el periodismo ha estado amenazado


por cuatro adversarios: la escasez de fuentes, el poder, la
censura y el estado de ánimo de la opinión pública.”
Furio Colombo

Descripción

Este trabajo se propone estudiar el tratamiento de las fuentes de información

durante el conflicto entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el sector

agropecuario que tuvo lugar en los primeros meses de 2008. En particular, se abordan las

fuentes de información desde la clasificación propuesta por Héctor Borrat (1989), la cual

se centra en la relación que se establece entre los actores políticos (funcionarios,

representantes sectoriales y sindicales) y los periodistas y el medio en el cual desarrollan

sus actividades. Borrat propone clasificarlas en “información buscada” y en “información

recibida”. La primera incluye a las fuentes resistentes (que si bien proveen información

ponen obstáculos y ofrecen algún tipo de resistencia) y las abiertas (que no oponen

resistencia, pero tampoco tienen la iniciativa). Por su parte, la información recibida se

refiere a tres tipos de fuentes: las espontáneas (que tienen la iniciativa a suministrar

información), las ávidas (que dan información, pero con intensidad y urgencia) y las

compulsivas (que tienen esa actitud, pero se valen de diferentes recursos para obligar al

14
Este proyecto fue actualizado. Se tomaron en cuenta las correcciones (enviadas por correo el 28 de marzo)
hechas por el profesor José Dalonso, a cargo de la materia Taller de Integración.

- 132 -
medio a comunicar su información). La elección de esta clasificación obedece a que

durante el conflicto con el campo se produjeron una serie de dinámicas muy relevantes a

la hora de elegir el tipo de fuentes de información con el que se encararía su cobertura,

sobre todo en relación con la información recibida, la cual cobró una mayor relevancia

dada la avidez del sector agropecuario por exponer los hechos.

La Resolución 125 del 11 de marzo de 2008 dispuso una modificación en la forma

de cálculo de los derechos de exportación (retenciones) que recaían sobre la mayoría de

los productos agropecuarios. En la práctica, se trataba de un nuevo aumento de tales

derechos, los cuales habían sido modificados apenas unos meses antes, en noviembre de

2007. Esta resolución fue la causa de un fuerte enfrentamiento entre entidades del agro y

el gobierno nacional. Se trató de un conflicto inesperado, que involucró no sólo al agro y

al gobierno sino a amplios sectores de la vida política, social y mediática de la Argentina.

Por primera vez el agro ocupó la primera plana de los principales medios gráficos en

forma sostenida, durante los cinco meses que duró el conflicto.

Esta situación tuvo múltiples consecuencias desde el punto de vista periodístico.

Hechos, protagonistas y fuentes que antes se circunscribían al ámbito del periodismo

agropecuario pasaron a formar parte de la agenda del periodismo de actualidad.

Una vez que tomó notoriedad en las tapas de los principales diarios nacionales15

de Buenos Aires, los periodistas tuvieron que lidiar en su rutina periodística con la presión

por generar nuevos contenidos y noticias frente a la demanda de la opinión pública por

conocer qué estaba pasando. Ante esta realidad y frente a la abundancia de

15
Llamo “diarios nacionales” a todos aquellos medios que cuentan con una distribución en distintas
regiones del país: Clarín, La Nación, Página/12, El cronista y Ámbito Financiero, todos ellos, con sede en
Buenos Aires.

- 133 -
acontecimientos e información, los periodistas trabajaron aplicando lo que se conoce

como “criterio de noticiabilidad”.

“La noticiabilidad, por tanto, está estrechamente vinculada a los procesos de


rutinización y de estandarización de las prácticas productivas: equivale a
introducir prácticas productivas estables sobre una ‘materia prima’ (los
acontecimientos en el mundo) de naturaleza extraordinariamente variable e
impredecible. ‘Sin una cierta rutina de la que echar mano para hacer frente a los
acontecimientos imprevistos, las organizaciones periodisticas, como empresas
racionales, quebrarían’ (Tuchman, 1973: 160). “La definición de noticiabilidad
va unida al concepto de perspectiva-de-la-noticia (newsperspective cursiva en
el original; Altheide, 1976): esta última es la respuesta dada por el aparato
informativo que domina la actividad de los periodistas, es decir: ¿qué
acontecimientos cotidianos son importantes?.” (Wolf, 1987: 216).
En este sentido, los periodistas que cubrieron los cortes de rutas produjeron

noticias (ellos las definen como tales) a través de un conjunto de criterios para transformar

un acontecimiento en noticia.

En esta línea, en las prácticas periodísticas, la cotidiana búsqueda de información

y su vínculo con la fuente hacen a la construcción de la noticia. Después de la sociología

de los emisores, muchos autores analizaron y dieron origen el concepto de newsmaking:

criterios de importancia y noticiabilidad que “se articulan principalmente en dos polos: la

cultura profesional de los periodistas; la organización del trabajo y de los procesos

productivos” (Ibid.: 214). Claudio Salinas (2015) “Rutinas Profesionales y Pluralismo:

Un Estudio sobre las Condiciones de Producción Informativa en la Prensa Nacional y en

la Prensa de la Zona Sur”, sostiene que

“Las prácticas periodísticas han sido estudiadas usualmente desde la sociología


de la producción de noticias o newsmaking, que las distingue, por lo general, del
estudio del discurso periodístico como si de dos momentos independientes se
tratase: el del proceso de producción y el del producto (la noticia). Bajo esta
dicotomía operan otras que dicen relación con la distinción práctica/ discurso,
individuo/ colectivo, operación/ relación, etc., que actúan como prismas de
análisis en los distintos estudios.
Una primera forma de aproximarnos al modo en que el newsmaking
conceptualiza la rutina es entendiendo ésta como las operaciones concretas que
realiza un periodista cotidianamente para una noticia. Las prácticas periodísticas

- 134 -
serían esencialmente las prácticas de búsqueda y recogida de información, y
éstas se llevarían a cabo naturalmente en la relación con las fuentes (cf.
Hernández, 1997: 225229). Esta relación se produce en contextos altamente
institucionalizados, estrati cados y recurrentes, como indica Denis McQuail
(1998: 19293), quien insiste en el carácter institucional y estandarizado de las
relaciones entre periodista y fuente, por medio de la caracterización de lo que
llama “la industria de las relaciones públicas”.” (Salinas, 2015:9)
Cubrir el conflicto no resultaba nada fácil. Las fuentes gubernamentales de

información prácticamente dejaron de estar disponibles, salvo para los medios y los

periodistas que tomaron posición más favorable al gobierno. Sólo las fuentes del sector

agropecuario y las de sus representantes de la llamada “Mesa de Enlace”16 se ocupaban

de acercar información y contenidos.

A raíz de ello, los periodistas sintieron la necesidad de contar con fuentes de

información confiable capaces de suministrar hechos o aspectos desconocidos. Esto

significó un desafío adicional en el chequeo de la veracidad, dada la velocidad con la que

ocurrían los acontecimientos. En este marco, resulta útil distinguir entre los periodistas

especializados y los periodistas generalistas que consultaban fuentes cercanas. Por lo

tanto, pudo haber casos en los que el periodista haya sido mal informado o incluso casos

en los que haya sido utilizado por fuentes que defendían los intereses del sector enfrentado

con el gobierno. Esto surge a partir de la caracterización que hace Wolf acerca del trato

de los periodistas con sus fuentes:

Normalmente los periodistas especializados desarrollan relaciones estrechas y


prolongadas con sus propias fuentes, que terminan convirtiéndose en fuentes
personales, una especie de informadores que mantienen al día a los cronistas,
suministrándoles indiscreciones, noticias reservadas. […] Los periodistas
genéricos, los que deben ocuparse diariamente de acontecimientos bastante
distintos entre sí sin por tanto poder profundizar una especialización concreta,

16
Se conoce como “Mesa de Enlace” al nucleamiento de hecho de las cuatro principales asociaciones
nacionales de empresarios agropecuarios de Argentina: la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación
Agraria Argentina (FAA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Confederación
Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO). Nace el 12 de marzo de 2008 mediante una
primera reunión de emergencia de las entidades que la constituyen con motivo de enfrentarse al
establecimiento, mediante la Resolución 125 de aquel año, de las retenciones móviles a los cultivos de soja,
trigo y girasol.

- 135 -
desarrollan su trabajo sin conocimientos previos sobre su asignación. Por lo
demás, carecen tanto de un conocimiento profundo de las fuentes a las que se
dirigen como del tiempo para desarrollarlo: por un lado dicha contingencia los
exime de las complejas relaciones de recíproca conveniencia, a las que hemos
aludido a propósito de los periodistas especializados. Por otro lado, este contacto
casual y episódico con las fuentes incide sobre su forma de observar los
acontecimientos, sobre la información que solicitan de las fuentes, sobre las
noticias que de ellas extraen. (Wolf, 1987: 259-260)
Cuando una noticia se convierte en una noticia nacional se pone aún más de

manifiesto lo mencionado por Wolf. Las fuentes de información buscadas dejan su lugar

a las fuentes de información recibidas, con los riesgos que ello significa. Asimismo, la

repercusión nacional que tuvo el conflicto y su seguimiento mediático (nunca antes el

campo acaparó la atención de todos los medios y comunicadores durante un tiempo tan

prolongado) exteriorizó lo que luego se denominaría “la grieta”, con medios de un lado y

del otro tomando partido. Es probable que, en dichas circunstancias, el uso de las fuentes

resultara parcial y sesgado. Esto introduce una dimensión importante en la selección de

las fuentes: con cuánta independencia se eligen, sobre todo cuando el periodista o el

medio en el que trabaja ha tomado partido por alguno de los sectores involucrados en una

disputa de ideas o conflicto de intereses.

Dada la envergadura que cobró el conflicto, tanto los periodistas agropecuarios

como los genéricos o generalistas tuvieron que contar los hechos respetando el

“posicionamiento editorial” de los medios en los cuales desempeñaban su labor

periodística. Podría decirse que el conflicto con el campo fue una manifestación

temprana, de una división cultural y social que luego el periodista Jorge Lanata fue quien

utilizó por primera vez el término “grieta” para referirse a la división existente en la

opinión pública y los medios de comunicación entre quienes apoyaban al kirchnerismo y

quienes lo enfrentaban. Fue en la entrega de los premios Martín Fierro de 2013. A tal

punto fue así, que medios, periodistas y sectores de la opinión pública, usualmente

- 136 -
indiferentes a la problemática del sector agropecuario, no pudieron permanecer ajenos al

conflicto.

Con el fin de analizar durante ciento veintinueve días (entre el 11 de marzo al 19

de julio de 2018) las dinámicas mencionadas en el párrafo anterior, en este trabajo

presentaremos los principales resultados de entrevistas realizadas a un grupo de

periodistas gráficos.

Justificación

El deber del periodista en comunicar lo que es de interés de la opinión pública

resume el desafío y las dificultades que enfrentan la mayoría de los periodistas en su

quehacer diario. En este sentido, el vértigo con el que se producían los acontecimientos

en aquel 2008 generó que los periodistas tengan escaso tiempo y pocos recursos

económicos para investigar y/o construir fuentes propias de información, lo que los

dejaba expuestos a ser atrapados por el conflicto y por el posicionamiento de cada medio

frente a la opinión pública (y frente al gobierno).

Por lo tanto, investigar la actuación de los periodistas durante el conflicto campo-

gobierno de 2008 se relaciona con el tipo de vínculo que mantiene cada periodista con

sus fuentes, la ética profesional, la autocensura y el ejercicio de influencias del medio

donde trabaja y del contexto político.

Por último, los resultados de este Trabajo Final Integrador permitirían, en

principio, una descripción organizada y/o un diagnóstico en relación con el tratamiento

de las fuentes de información en la práctica periodística. El estudio de lo acontecido en

relación con la selección de fuentes durante el conflicto gobierno-campo de 2008, y los

cambios que pudieron haberse producido a partir de la experiencia acumulada durante el

- 137 -
mismo, deberían ayudarnos a extraer algunos lineamientos para un mejor ejercicio de

nuestra profesión.

Antecedentes

Existe un gran número de Trabajos Finales Integradores (TFI) sobre el tratamiento

de fuentes y rutinas productivas en el Postítulo de Periodismo y Licenciatura en

Periodismo de la Facultad de Ciencia Política y RR. II. de la Universidad Nacional de

Rosario (UNR). El aporte de lo ya investigado genera conocimiento y una serie de

aprendizajes:

El trabajo de Luciano Daniele (2011) titulado Periodismo policial: Tratamiento

de las fuentes recoge información valiosa a partir de las entrevistas con periodistas. Por

ejemplo, Carlos Retamal y Hernán Lascano enmarcan la relación con sus fuentes, la

construcción de confianza y el reconocimiento de cuándo la información está sesgada. En

el trabajo de Andrés Vallasciani (2009) Producciones periodísticas gráficas en pequeñas

poblaciones, el autor se pregunta en las entrevistas si el periodista va en busca de las

fuentes o a la inversa y se resalta el concepto de dependencia con sus fuentes. Similar es

el trabajo de Graciela Alejandra Lescano (2008), En el diario no hablaban de ti… ni de

mí, que manifiesta en el capítulo 7 que el periodismo consulte a todos como fuentes y no

sólo a expertos en el tema, exponiendo la idea de diversidad de fuentes.

En el trabajo de Alfredo Lala (2018), Rutinas laborales del periodismo judicial,

el autor identifica que “hay que trabajar las fuentes” como parte de la rutina laboral y esto

requiere tiempo, establecer los vínculos. Un trabajo análogo es el de Ernesto G.

Bernasconi (2008), Los que hacen tribunales, donde trata la cuestión de la independencia

del periodista de sus fuentes, de los medios y del poder y la nueva actuación del

periodismo judicial con un antes y después del 2001.

- 138 -
Nicolás Lovaisa (2015), en su trabajo Selección de fuentes en el periodismo

policial y judicial: criterios y condicionamientos, hace hincapié en que contrastar la

fuente es un deber avalado por el Código de Ética del Foro de Periodismo Argentino

(FOPEA). También resalta que en el Código de Ética del Colegio Dominicano de

Periodistas los periodistas deberán recurrir a “fuentes que merezcan mayor garantía”,

verificación y la veracidad de la información. Lovaisa profundiza en estos puntos y

concluye que “los periodistas consultados en el trabajo coinciden de manera unánime en

un aspecto: en el desarrollo del periodismo policial y judicial es fundamental el contacto

personal con las fuentes” (Lovaisa, 2015: 15)17.

Berenice Mariel Bruno, Fuentes de información en noticias sobre violencia

escolar (2015), presenta diferentes opiniones de comunicadores y periodistas sobre los

conceptos de fuentes y quiénes proporcionan información: personas, instituciones,

medios, libros, archivos y documentos, y distingue entre datos objetivos y subjetivos.

Entre otros autores, Bruno cita a Miguel Alsina (1989) para plantear la relevancia de las

fuentes “como una parte importante y necesaria en el proceso de producción de

la noticia” y para sostener que “El nexo entre acontecimiento-fuente-noticia es central en

la construcción de la realidad periodística.” (Bruno, 2015: 10).

En ese mismo trabajo la autora se basa en Raúl Clauso (2007), para clasificar las

fuentes en: fuentes oficiales o privadas, fuentes comunes o especiales y fuentes

circunstanciales o permanentes. Asimismo Bruno menciona a Manuel López (1995), para

distinguir entre cuatro tipos de fuentes: fuentes propias, fuentes institucionales, fuentes

espontáneas y fuentes confidenciales y/o anónimas.

17
Trabajo inédito, disponible para su consulta en la Biblioteca de la Facultad de Ciencia Política y RRII de
la UNR http://www.postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/96/title/Selección-de-fuentes-en-el-periodismo-
policial-y-judicial%3A-criterios-y-condicionamientos.

- 139 -
Por su parte, Guillermo Variego (2008), en su trabajo Las Fuentes de Información

en el Concejo Municipal, se refiere a la habilidad del periodista para identificar cuándo

se encuentra ante una operación política. Los años de experiencia permitirían identificar

si la intencionalidad de su fuente es la de una operación política. Se vale de la cita para

presentar diferentes opiniones; tal el caso de Marcelo Maini, periodista parlamentario,

quien sostiene que cuando se rumorea una información y no se puede constatar, no es una

noticia sino un rumor. También explica su forma de actuar frente a una declaración off

the record18.

Natalia Soledad Navarro (2012) en su trabajo Rutinas de producción del

periodismo sindical. La relación con las fuentes en la cobertura de los conflictos obreros

por parte de los periodistas de ATE/CTA Rosario, describe cómo el periodista recoge la

información para reconvertirla en noticia y cuáles son sus fuentes de información en el

periodismo sindical: los trabajadores, dependencias sindicales u otras noticias.

Bernando Basombrío (2009) No Positivo: campo y gobierno, historia y testimonio

de la protesta agropecuaria del 2008, escribió en el capítulo VII: “La prensa de la

Comisión” sobre la producción de la rutina periodística con las entrevistas a jefes de

prensa, por entonces, de las cuatro entidades agropecuarias. Otras referencias de

antecedentes más generales sobre la historia cronológica del conflicto gobierno-campo.

Interrogante

¿Cómo cambió rutina periodística cuando el tema tomó relevancia nacional?

18
Para Daniele (2011) “off the record, lo que menciona la fuente y que no debe registrarse, lo que se dice
cuando está apagado el grabador, un acuerdo tácito que según concuerdan -en mayor o menor medida- los
entrevistados se debe respetar bajo cualquier consigna. Tratar un tema off the record puede ser una
estrategia de la fuente para instalar un tema, un suceso o direccionar una investigación y para el periodista
es un desafío que lo reconoce por su experiencia y el asiduo tratamiento con esa fuente”. (Daniele, 2011:22)
Disponible en https://es.scribd.com/document/139322996/Periodismo-policial-Tratamiento-de-las-
fuentes#fullscreen&from_embed

- 140 -
Objetivo general

Producir conocimiento al relatar y profundizar la cotidianeidad de las rutinas

productivas y en su práctica profesional de los periodistas gráficos durante el conflicto

gobierno-campo entre el 11 de marzo y el 19 de julio de 2008.

Objetivos específicos

• Producir conocimiento sobre las rutinas productivas de los periodistas gráficos

durante el conflicto gobierno-campo.

• Describir cómo desarrollaron los periodistas gráficos su labor.

• Identificar si hubo cambios en la selección y el tratamiento de fuentes a partir del

conflicto del campo.

• Reflexionar sobre las transformaciones en sus rutinas.

Planificación

El desarrollo del trabajo de investigación constará de varias etapas desde agosto

2017 a junio de 2018:

1- agosto 2017–marzo 2018:

Aprender los contenidos metodológicos para elaborar un Trabajo Final Integrador (TFI).

Adquirir conocimiento sobre prácticas productivas y los procesos de una investigación

cualitativa. Buscar y consultar bibliografía específica para formular un marco teórico.

2- noviembre 2017–febrero 2018:

Entrevistar a periodistas de medios gráficos y transcribir los audios. Plasmar los

conocimientos que expresan los entrevistados en relación con su práctica profesional y

respaldar con el marco teórico. Redactar el TFI.

- 141 -
3- febrero 2018–junio 2018:

Redactar el trabajo, editar, corregir y exponer conclusiones. Entregar el TFI a la

universidad en julio.

Bibliografía

BORRAT, Héctor (1989). El periódico, actor político. Barcelona: Gustavo Gili.

SALINAS, Claudio. (2015) “Rutinas Profesionales y Pluralismo: Un Estudio

sobre las Condiciones de Producción Informativa en la Prensa Nacional y en la Prensa de

la Zona Sur”. ICEI-Universidad de Chile. Facultad de Comunicaciones, Universidad de

la Frontera. Escuela de Periodismo, Universidad de Santiago de Chile. Recuperado de

<http://periodismo.usach.cl/sites/periodismo/files/documentos/11-18-2015_e-

book_plu14001_v4_2.pdf>.

WOLF, Mauro (1996 [1987]). La investigación de la comunicación de masas.

Barcelona: Paidós.

Bibliografía general

ALSINA, Miguel Rodrigo (1989). La construcción de la noticia, Barcelona:

Paidós Comunicación.

CASTELLI, Eugenio (1993). Manuel de periodismo: Teoría y técnica de la

comunicación. Buenos Aires: Editorial Plus Ultra.

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CLAUSO, Raúl (2007). Cómo se construyen las noticias: los secretos de las técnicas

periodísticas, -1ª ed.- Buenos Aires: La Crujía.

BASOMBRÍO, Bernardo (2009). No Positivo: campo y gobierno, historia y

testimonio de la protesta agropecuaria del 2008, Buenos Aires: Bernardo Basombrío

BONIOLO; Paula, DALLE; Pablo; ELBERT, Rodolfo y SAUTO, Ruth (2010).

Manual de metodología: construcción del marco teórico, formulación de los objetivos y

elección de la metodología, -1ª ed.- Buenos Aires: Prometeo Libros.

BARSKY, Osvaldo y DÁVILA, Mabel (2009). La Rebelión del Campo. Historia

del Conflicto Agrario Argentino. – 1ª ed. - Buenos Aires: Sudamericana.

BAISTROCCHI, Guido y JAFELLE FRAGA, Andrea (2011). Campo de Batalla.

Crónica de la Resolución 125. Buenos Aires: Ediciones B.

LUCHESSI, Lila (2010). Nuevos escenarios detrás de las noticias: agendas,

tecnologías, y consumo, -1ª ed.- Buenos Aires: La Crujía.

SABINO, Carlos. (1996). El proceso de investigación. Buenos Aires: Ed. Lumen

- Hvmanitas.

Páginas web consultadas

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violencia escolar. Disponible en

http://www.postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/97/title/Fuentes-de-Información-en-

noticias-sobre-violencia-escolar [noviembre y diciembre 2017]

- 143 -
DANIELE, Luciano (2011) Periodismo policial: Tratamiento de las fuentes.

Disponible en http://www.postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/32/title/Periodismo-

policial%3A-Tratamiento-de-las-fuentes [noviembre y diciembre 2017]

LOVAISA, Nicolás (2015), Selección de fuentes en el periodismo policial y

judicial: criterios y condicionamientos. Disponible en

http://www.postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/96/title/Selección-de-fuentes-en-el-

periodismo-policial-y-judicial%3A-criterios-y-condicionamientos [noviembre y

diciembre 2017]

NAVARRO, Soledad Natalia (2012) Rutinas de producción del periodismo

sindical. La relación con las fuentes en la cobertura de los conflictos obreros por parte de

los periodistas de ATE/CTA Rosario. Disponible en

http://www.postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/77/title/Rutinas-de-producción-del-

periodismo-sindical.-La-relación-con-las-fuentes-en-la-cobertura-de-los-conflictos-

obreros-por-parte-de-los-periodistas-de-ATE-CTA-Rosario [noviembre y diciembre

2017]

VARIEGO, Guillermo (2008), Las Fuentes de Información en el Concejo

Municipal. Disponible en http://www.postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/15/title/Las-

fuentes-de-información-en-el-Concejo-Municipal [noviembre y diciembre 2017]

- 144 -

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