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FACULTAD DE CIENCIAS
LICENCIATURA EN BIOLOGÍA
Septiembre de 2018
Contenido
1.- Características generales de la flor
2.- Androceo
2.1.- Características generales
2.2.- Tipos y posición de los estambres
2.3.- Tipos de androceo
3.- Gineceo
3.1 Características generales
3.2.- Placentación
3.3.- Óvulo
4.- Desarrollo del gineceo
4.1.- Tipos de gineceo
4.2.- Estigma
4.3.- Estilo
4.4.- Ovario
4.5.- Óvulo
4.6.- Desarrollo del óvulo
4.7.- Óvulos tenuinucelados y crasinucelados
4.8.- Saco embrionario
4.9.- Óvulo maduro
4.10.- Apéndices y tejidos especializados de los óvulos
4.11.- Obturador
4.12.- Endotelio o tapete tegumentario
5.- Doble fecundación en angiospermas
6. Semilla
6.1.- Características generales
6.2.- Apéndices de las semillas
6.3.- Embriogénesis
6.4.- Endospermogénesis
6.5.- Cubierta seminal
7.- Anatomía de la semilla
7.1.- Técnicas histológicas. Fundamento
7.2.- Técnicas histoquímicas. Fundamento
7.3.- Importancia de la anatomía de la semilla
1.- Características generales de la flor
La unidad estructural y funcional especializada en asegurar la reproducción sexual que caracteriza a las
angiospermas es la flor. Particularmente está involucrada en la polinización, fecundación y, por ende, en la
formación de frutos y semillas.
Estructuralmente hablando y a grosso modo, la flor consiste en varias capas de hojas modificadas que
constituyen, de afuera hacia adentro, los sépalos, los pétalos, los estambres y el ovario. Es bien sabido que
las angiospermas presentan una gran variedad de hábitats, esa misma variedad está presente en las flores,
cuyas formas, tamaños y estructuras varían notablemente de una especie a otra.
Según algunos autores, una flor sensu stricto, debe presentar por fuerza órganos sexuales, androceo
y/o gineceo. Las flores típicas presentan cuatro verticilos florales: cáliz, corola, androceo y gineceo. Las
flores con cuatro verticilos son flores completas y perfectas. El cáliz, constituido por el total de sépalos, es
el verticilo más externo y generalmente es verde. La corola corresponde al total de pétalos, usualmente es
coloreada. Cáliz y corola forman el perianto, que generalmente cumple con funciones de protección de
los verticilos fértiles. El total de estambres constituyen el androceo, la parte masculina de la flor, y que
origina los gametofitos masculinos (granos de polen). El cuarto verticilo corresponde al gineceo, la parte
femenina de la flor. El gineceo consta del ovario que contiene a los óvulos, estilo y estigma. El estilo puede
estar ausente. Una de las estructuras características de la flor es el carpelo. El gineceo puede constar
de un solo carpelo o de varios; en el último caso, pueden estar libres o fusionados. Las demás partes
florales pueden estar libres o fusionadas (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco
Segovia, & Vázquez Santana, 2013).
En el caso particular de Cnidoscolus tehuacanensis Breckon, presenta organismos dioicos, esto quiere
decir que las flores femeninas y masculinas se desarrollan en individuos diferentes. Además, no se
diferencian sépalos y pétalos, por lo que, a los elementos de su corola, se le denominan tépalos. Cuenta
con 5 tépalos fusionados por la base y libres en el ápice.
2.- Androceo
2.1.- Características generales
El androceo corresponde al tercer verticilo de una flor completa y está constituido por esporófilas
modificadas portadoras de sacos polínicos. El androceo está formado por estambres, que varían según el
grupo taxonómico. Por ejemplo, en Piper (Piperaceae) está constituido por un estambre único; en contraste
las cactáceas pueden tener de 260 a 300 (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco
Segovia, & Vázquez Santana, 2013).
Los estambres están formados por un filamento que sostiene en el extremo superior a la antera, que es
el órgano portador del polen. En un corte transversal (fig. 2.) puede observarse una antera de Tecoma
stans
(Bignoniaceae), formada por cinco microesporangios, tejido conectivo y haz vascular. Las anteras son
bilobuladas o con dos tecas. Cada lóbulo
Cnidoscolus tehuacanensis presenta flores masculinas con 10 estambres, 5 estambres fusionados por
la base y adnados (partes fusionadas de órganos diferentes) a los tépalos y 5 estambres connados (partes
fusionadas de un mismo órgano o estructura) formando un tubo, denominado androceo monadelfo.
3.2.- Placentación
Los ovarios pueden tener una o varias cámaras llamadas lóculos y la pared que separa a esos lóculos se
denomina septo. Dentro de los lóculos está la placenta, el cuál es un tejido fértil sobre el que se desarrollan
los óvulos.
El número de óvulos es variable desde uno hasta más de 1000 por ovario y no tiene relación directa con
el número de carpelos, así una flor puede tener 2 o 3 carpelos y un solo óvulo, o bien un solo carpelo y
numerosos óvulos. Los óvulos están fijados a la placenta por un corto tallo denominado funículo y a través
del cual el agua y nutrimentos son transportados de la planta al óvulo, por medio de los haces vasculares.
Al separarse el óvulo de la placenta deja una cicatriz en la semilla llamada hilo. (Márquez Guzmán, Collazo
Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, & Vázquez Santana, 2013).
La placentación que presenta Cnidoscolus tehuacanensis es de tipo axial.
Fig. 5. Diferentes tipos de placentación. A) Apical, B) axial, C) basal,
D) libre central, E) marginal y F) parietal.
3.3.- Óvulo
Es la estructura que contiene al megagametofito femenino o saco embrionario (n – haploide), rodeado por
la nucela o megasporangio (2n) y uno o dos tegumentos (2n) que dejan un pequeño espacio llamado
micrópilo, por donde, generalmente, entra el tubo polínico. Los óvulos con dos tegumentos se llaman
bitégmicos y los que tienen un solo tegumento, unitégmicos. La mayoría de las angiospermas presentan
óvulos bitégmicos y muy pocas carecen de tegumentos, como el muérdago Cladocolea loniceroides
(Loranthaceae). Entre las familias con óvulos unitégmicos se halla la subclase Asteridae, con familias como
Convolvulaceae (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, & Vázquez
Santana, 2013).
La nucela es la pared del megasporangio y puede ser de dos tipos: crasinucela o tenuinucela. En la
forma tenuinucelada la célula madre de la megaspora está en contacto directo con la epidermis. Es
crasinucelada cuando la epidermis sufre divisiones mitóticas, de tal manera que la célula madre de la
megaspora se haya colocada profundamente en la nucela.
El gametofito femenino o saco embrionario más común dentro de las angiospermas es aquel que está
formado por una ovocélula (gameto femenino) y dos células sinérgidas en el extremo micropilar, dos
núcleos polares en la célula central y tres células antípodas en la zona calazal. En el óvulo se pueden
diferencias tres zonas a saber: funículo, cálaza y micrópilo. El funículo es el tejido que conecta la placenta
con el óvulo, aunque hay óvulos que carecen de funículo. La cálaza es la región donde convergen la nucela
y los tegumentos. El micrópilo es el orificio en el ápice de los tegumentos. Se estima que el 45% de familias
de angiospermas tienen el micrópilo formado por dos tegumentos, el 53% formado por sólo el tegumento
interno y el 2% formado por el tegumento externo.
Los óvulos han sido clasificados según la posición y orientación del funículo, la cálaza y el micrópilo. Se
distinguen dos tipos básicos: anátrapos y ortótropos. El óvulo anátropo está invertido, gira 180° y se fusiona
con la base de su funículo, así que el micrópilo queda situado cerca del funículo, así que el micrópilo queda
situado cerca del funículo, se estima que aproximadamente el 60% de las familias de angiospermas
presentan este tipo de óvulo. El óvulo ortótropo es de forma recta, con el micrópilo en el ápice y el funículo
en el otro extremo, lo presentan el 8% de las angiospermas.
4.4 Ovario
El ovario se define como la proporción ensanchada y fértil del gineceo, en cuyos lóculos se forman los
óvulos. El ovario puede estar formado por uno o varios carpelos. Dependiendo de la especie, la placenta se
forma en sitios específicos de la pared interna del ovario.
El ovario de Cnidoscolus tehuacanensis es trilocular, son 1 solo óvulo por lóculo.
4.5.- Óvulo
Los óvulos son los precursores de las semillas y desempeñan un importante papel en la reproducción
sexual de las angiospermas. Se le puede definir como el gametofito femenino (saco embrionario) y los
tegumentos que lo rodean (Valencia Ávalos, Martínez Gordillo, Cruz Durán, Jiménez Ramírez, & Rodríguez
Pérez, 2012).
Cnidoscolus tehuacanensis presenta óvulos anátropos.
Óvulos crasinucelados
Los óvulos crasinucelados presentan una nucela abundante en etapas de desarrollo tardías. La ontogenia
es similar a la de los tenuinucelados; pero en este caso la célula arquesporial se divide mitóticamente en
sentido periclinal, es decir, paralelas a la pared celular; originando dos células: una de posición
subprotodérmica, que recibe el nombre de célula parietal, y otra más interna que se diferencia en célula
madre de la megaspora. La célula parietal se divide varias veces mitóticamente, tanto en sentido periclinal
como anticlinal, originando uno o más estratos celulares entre la epidermis y la célula madre de la
megaspora. Los óvulos maduros presentan una nucela de varios estratos celulares. Incluso después de la
fecundación, comienzan a almacenar reservas, funcionando como un tejido nutritivo para el embrión en
desarrollo (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, & Vázquez Santana,
2013).
Fig. 12. Desarrollo del óvulo en un saco embrionario tipo Polygonum. El cuál
presenta 7 células y 8 núcleos.
4.9.- Óvulo maduro
Un óvulo maduro consta de importantes regiones, el funículo mantiene al óvulo unido a la placenta y a
través de él entran uno o más haces vasculares; los cuáles llegan hasta la cálaza o bien se quedan a la
mitad entre la placenta y la cálaza, o algunas veces van más allá de la cálaza, gasta casi llegar al extremo
micropilar. El micrópilo representa al espacio obstruido u orificio en el ápice de los tegumentos, y es a
través de él que entra el tubo polínico al óvulo; el micrópilo puede estar formado por los dos tegumentos y
se llama anfístomo; si está formado sólo por el tegumento interno se llama endóstomo, o bien si está
constituido solamente por el tegumento externo, recibe el nombre de exóstomo. La nucela puede estar
ausente en etapa de óvulo maduro, de tal forma que el saco embrionario estará cubierto por el o los
tegumentos (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, & Vázquez Santana,
2013).
4.11.- Obturador
Es cualquier tejido modificado de la placenta, funículo o nucela que sirve para que los tubos polínicos
puedan crecer desde la placenta hasta el saco embrionario. Esta estructura desaparece inmediatamente
después de que se inicia el desarrollo de la semilla. En el caso de las Euphorbiaceae, el obturador es más
complejo y se forma por una elongación de la abundante nucela, que inclusive protruye más allá del
micrópilo, hasta alcanzar la placenta, la cual, al momento de la fecundación, también se modifica
convirtiéndose en un obturador (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, &
Vázquez Santana, 2013).
6.3.- Embriogénesis
Una vez que los núcleos espermáticos haploides llevados por el tubo polínico ha penetrado por el micrópilo
y alcanzado el saco embrionario, entra a la ovocélula y se fusiona con el núcleo haploide de ésta, para
restablecer el número diploide de la especie. La singamia, como se conoce a este proceso, produce un
cigoto que en la mayoría de los casos entra en un periodo de latencia. El cigoto muestra una polaridad muy
marcada, concentrándose el citoplasma en el polo calazal y el núcleo, rodeado por un gran número de
plastos, mitocondrias y retículo endoplásmico, en el polo micropilar. Los embriones durante su desarrollo
pasan por diferentes etapas que son conocidas por su morfología como globular, acorazado, de torpedo y
cotiledonaria. La morfología de los embriones de las monocotiledóneas y dicotiledóneas es muy semejante
hasta la etapa globular. Ya la etapa acorazonada es exclusiva de las dicotiledóneas, pues esta forma la
adquiere el embrión gracias a las dos protuberancias que corresponden al crecimiento de los cotiledones,
quedando en medio del meristemo apical. El embrión de las monocotiledóneas no pasa por la etapa
acorazonada pues crece un solo cotiledón y la posición del meristemo apical se observa lateral. Lo mismo
sucede con la etapa de torpedo que es exclusiva de dicotiledóneas. Un embrión maduro típicamente consta
de una radícula con un meristemo subapical, un meristemo apical del tallo, un hipocótilo y uno o dos
cotiledones. Si el meristemo apical del tallo produce una o varias hojas embrionarias en el interior de las
semillas, éstas reciben el nombre de plúmula (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco
Segovia, & Vázquez Santana, 2013).
El suspensor es producto de las divisiones del cigoto y forma parte del embrión. Es una estructura
efímera, presente en el extremo radicular del proembrión. La función principal del suspensor es la nutrición
del embrión, ya sea directamente, sintetizando moléculas que pasan a través de las comunicaciones
celulares (plasmodesmos) hacia el embrión en crecimiento o, indirectamente, formando hautorios que
penetran en el tejido nucelar o tegumentario para absorber sustancias nutritivas y translocarlas al resto del
embrión. Otra función atribuida al suspensor es el anclaje del embrión al saco embrionario y, mediante su
crecimiento, llevarlo a una posición dentro de los tejidos del endospermo para una correcta nutrición
(Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, & Vázquez Santana, 2013).
6.4.- Endospermogénesis
El endospermo es el tejido de reserva exclusivo de las angiospermas. Su función es nutrir al embrión. Su
morfodiferenciación del endospermo se inicia después de la fecundación como producto de la fusión de los
dos núcleos espermáticos. El núcleo primario del endospermo es generalmente 3n y se divide antes que el
cigoto (Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, & Vázquez Santana, 2013).
No todas las familias de angiospermas forman endospermo; se han reportado 3 familias que no lo hacen:
Orchidaceae, Trapaceae y Podostemaceae. En esta última familia, las células de la nucela se degradan
formando un plasmodio nuclear que funciona como endospermo, durante la nutrición del embrión.
Dependiendo de cómo se desarrollo en núcleo primario, existen tres tipos de formación del endospermo,
nuclear, celular y helobial. El tipo de desarrollo nuclear es el más común en angiospermas y en él las
primeras divisiones del núcleo primario del endospermo (cariocinesis) no son acompañadas por la
formación de pared (citocinesis), lo que da origen a que la célula central sea multinucleada. Casi siempre,
los núcleos se adosan a la pared de la célula central y se observan como cuentas de un collar. El centro de
la célula central la ocupa una gran vacuola. Es el tipo de desarrollo más común en dicotiledóneas. Este
endospermo nuclear puede persistir en este estado durante todo el desarrollo del embrión o en algún
momento, puede celularizarse, lo cual es lo más común. La celularización puede ser completa o parcial
(Márquez Guzmán, Collazo Ortega, Martínez Gordillo, Orozco Segovia, & Vázquez Santana, 2013).
Las biomoléculas que se almacenan en el endospermo varían entre familias de angiospermas.
Generalmente es almidón, pero también pueden almacenarse proteínas, polisacáridos o lípidos. También
es posible que se almacenen más de un tipo de biomoléculas a la vez. Las cuáles se degradan al momento
de la germinación, al activarse el metabolismo durante la etapa de imbibición, se ponen en funcionamiento
los mecanismos enzimáticos necesarios para hidrolizar dichas sustancias.
Inclusión. La inclusión es la operación mediante la cual se hace penetrar, en una pieza de tejido vegetal
deshidratado, un material solidificable que le confiere firmeza y facilita la ejecución de cortes uniformes. Un
material de inclusión ampliamente utilizado es la parafina (paraplast), que sirve de soporte a los tejidos que
no reaccionan químicamente con ellos. Como la parafina no es soluble en agua, el tejido debe ser
completamente deshidratado, colocado en un solvente de polaridad intermedia y pasado a mezclas de xilol-
parafina. De este modo, la parafina reemplaza al xilol poco a poco, posteriormente se coloca en parafina
pura para lograr una infiltración total. Una vez que el tejido se ha infiltrado en parafina, debe ser incluido en
un bloque de la misma sustancia con la orientación requerida para ser cortado en el micrótomo de rotación
(Márquez-Guzmán, Wong, Pérez Pacheco, López Curto, & Murguía Sánchez, 2016).
Tinción. Debido a que la mayoría de los tejidos poseen índices de refracción muy simulares y su
diferenciación óptica es difícil, se hace necesario teñir los cortes. Los colorantes más utilizados en botánica
son: safranina, verde rápido, hematoxilina, Orange G y azul de anilina. La base de la selección es la
afinidad iónica del colorante con la estructura. Los colorantes pueden ser naturales o artificiales. Los
colorantes deben su color a la presencia de grupos específicos llamados cromóforos en sus moléculas,
además de otros grupos, llamados auxocromos que ceden las propiedades de un electrolito. Los dos
grupos cromóforos más importantes son anillos quinoides que presentan un radical benceno y/o uniones
AZO(-n=N-) y deben su capacidad para unirse al componente celular a los grupos auxocromos, los cuales
pueden ser hidróxido (OH), carboxilo (COOH) y amino (NH2).
En solución, los colorantes pueden actuar como iones positivos o negativos; los que tienen cargas
positivas son colorantes básicos, por ejemplo la safranina. Y los que tienen cargas negativas son ácidos,
por ejemplo el verde rápido. Los colorantes ácidos tiñen sustancias básicas y viceversa. En ocasiones es
necesario utilizar un mordente (sustancia que facilita la reacción de coloración), que se combine con la
estructura celular y con el colorante. Los mordentes normalmente son sales de metales divalentes o
trivalentes como los alumbres. Como ejemplo se puede mencionar al metilcelosolve y a los sulfatos dobles
(Sandoval, y otros, 2005).
Cuando se usan dos colorantes en combinación, es importante usar primero el colorante básico. Por
supuesto se puede utilizar sólo un colorante, pero el resultado final mejora enormemente utilizando un
colorante de contraste. Algunas veces se pueden utilizar dos colorantes básicos (safranina y cristal violeta),
pero la regla es que un colorante ácido citoplásmico debe seguir a un colorante básico. Los colorantes
básicos generalmente son no citoplásmicos; tiñen estructuras prominentes como núcleos, cromosomas y
paredes celulares lignificadas (Márquez-Guzmán, Wong, Pérez Pacheco, López Curto, & Murguía Sánchez,
2016)
Márquez Guzmán, J., Collazo Ortega, M., Martínez Gordillo, M., Orozco Segovia, A., & Vázquez Santana, S. (2013). Biología de Angiospermas.
Ciudad de México, México: Las prensas de Ciencias.
Márquez-Guzmán, J., Wong, R., Pérez Pacheco, M., López Curto, L., & Murguía Sánchez, G. (2016). Técnicas de laboratorio para el estudio del
desarrollo en angiospermas. Cuidad de México, México: Las prensas de Ciencias.
Sandoval, E., Rojas Leal, A., Guzmán Ramos, C., Carmona Jiménez, L., Ponce Salazar, R. M., León Gómez, C., . . . Medina Ávila, A. (2005). IX.
Técnicas de tinción. En E. Sandoval Z., Técnicas aplicadas al estudio de la anatomía vegetal (págs. 91 - 112). Ciudad de México, México:
Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Biología, UNAM.
Valencia Ávalos, S., Martínez Gordillo, M., Cruz Durán, R., Jiménez Ramírez, J., & Rodríguez Pérez, E. (2012). Glosario ilustrado de embriofitas.
Ciudad de México, México: Las prensas de Ciencias.