You are on page 1of 2

Le COI en construction dative

 Langue française
Cf. Grammaire méthodique du français (1.4.4)
Construction verbale à deux compléments : objet direct / objet indirect = objet second.
Modèle : V – N1 – Prép – N2.
Constructions datives : le 2d complément introduit par à se pronominalise en lui/leur et
s’interprète comme le bénéficiaire ou le destinataire du reste du procès verbal. 4 types de
datifs :
– datif lexical : véritable complément verbal, 3ème actant prévu par la structure valencielle du
verbe. Ex. Il a légué toute sa fortune à ses enfants => Il leur a légué toute sa fortune.
Opérer un transfert à l’issue duquel le coi a le cod.
– datif étendu ou datif d’intérêt : ≠ complément prévu par les propriétés lexicales du vbe /
personne indirectement intéressée par le processus dénoté par le vbe et ses actants. Ex. Sa
femme lui a mijoté un bon coq au riesling. Il m’a encore sali son blouson. Chante-moi une
chanson. Il lui a drôlement arrangé sa voiture. Jetez-moi un coup d’œil sur ce dossier.
– datif éthique : ne concerne que les pronoms de la 2ème personne. Invitation directe au
destinataire à s’investir affectivement ds l’action décrite. Ex. La mer te monte à une de ces
vitesses. Il te lui a filé une de ces gifles. Ce bougre-là, je vais te me le coller au bloc.
– datif de la totalité impliquée ou datif partitif ou datif de la possession inaliénable :
identifie le tout lorsqu’une de ses parties fonctionne comme od ou oi. Ex. Pierre lui serre la
main. Pierre lui saute au cou.
Solidarité entre le tout et ses parties => le tout devient un nouvel actant affecté par le procès
portant sur une de ses parties.

 Langue espagnole
Cf. Manual de la Nueva Gramática de la Lengua Española, 35.4.1 sq.
35.4.1 Dativo de interés y dativo simpatético

35.4.1a Se llaman tradicionalmente dativos de interés o complementos indirectos de interés los complementos indirectos no
argumentales que denotan la persona o la cosa que resulta beneficiada o perjudicada por la acción verbal. Así, el verbo
describir posee dos argumentos que designan, respectivamente, el agente de la acción y el objeto de la descripción. No
obstante, ese verbo aparece con tres participantes en el ejemplo Un empleado del banco le describió a Clarín a uno de los
asaltantes (Clarín 16/9/1997). El tercer participante, designado por el complemento indirecto, es el beneficiario de la acción.
El dativo de interés puede referirse también a quien resulta perjudicado por ella, como en Te hizo un verdadero estropicio. La
existencia de esta doble interpretación ha llevado a acuñar términos como dativo de daño o provecho, dativo benefactivo o
malefactivo, entre otros similares.
35.4.1b El dativo simpatético o posesivo se interpreta como un complemento indirecto de posesión. En efecto, el español
expresa a menudo el poseedor mediante pronombres átonos de dativo en concurrencia con frases nominales que expresan la
cosa poseída y que se construyen con determinante (§ 14.3.5 y 18.3.3a), como en Se le hincharon los pies; Se te nubló la
vista; Se me torció el tobillo (también Me torcí el tobillo), en lugar de Se hincharon sus pies; Se nubló tu vista; Se torció mi
tobillo. Esos grupos nominales, que designan muy frecuentemente partes del cuerpo, suelen ejercer la función de sujeto, pero
también pueden desempeñar la de objeto directo, como en el ejemplo mencionado Me torcí el tobillo o en El perro le mordió
la pierna. El grupo preposicional que los contiene desempeña la función de complemento circunstancial de lugar en El perro
le mordió en una pierna o Le picaba en la sien. El dativo simpatético es compatible con otros contenidos, lo que le permite
aparecer con predicados que seleccionan objetos indirectos argumentales. Así, el pronombre me en Me duelen los oídos,
designa la persona a la que pertenecen los oídos, pero también a quien experimenta el dolor, como se señaló en el § 35.1.2c.
35.4.1c En un buen número de casos, la noción semántica que expresan los dativos posesivos no es solo posesión o
pertenencia, sino más bien inclusión, puesto que ponen de manifiesto relaciones de «parte – todo», como las que se dan entre
un ser animado y las partes de su cuerpo (Me duele la espalda) o entre un objeto y las partes que lo componen (Al avión le
empezó a fallar el motor izquierdo; Les cortaremos las puntas a los tallos). En general, es sumamente frecuente que los
verbos de dos argumentos (como lavar o romper) se construyan con tres participantes (sujeto, complemento directo y
complemento indirecto) cuando el segundo de ellos designa una parte del elemento expresado por el tercero: Le lavó la cara
al niño; Le rompió la ventana al auto, etc. El dativo simpatético denota otras veces relaciones más laxas que el español suele
expresar mediante posesivos, tales como el parentesco (Se le casaron todos los hijos), la autoría (Te ha quedado muy bien el
artículo) y diversas nociones que pertenecen de forma más o menos estrecha a la esfera personal del individuo (Le iba la vida
en ello; Se nos acaba el tiempo; Se me va el autobús). Véase también el § 14.3.5b.

35.4.2 Dativo ético y dativo concordado


35.4.2a Se suele denominar dativo ético el pronombre dativo átono no reflexivo que señala al individuo que se ve afectado
indirectamente por la acción verbal: No se me acalore (Valle-Inclán, Gerifaltes); Luego la dejé a ella con el timón otra vez y
otra vez se me puso nerviosa (Fuentes, Naranjo). Tiene alto contenido afectivo, y se emplea con más frecuencia en el español
americano que en el europeo, pero se atestigua en ambos, sobre todo en la lengua oral.
35.4.2b Los dativos éticos pueden alternar con otras interpretaciones de los pronombres de complemento indirecto. En
efecto, mientras que el pronombre me en Te me olvidaste del niño no admite más interpretación que la de dativo ético, en
oraciones como No te me vas a escapar, Juan (Uslar Pietri, Visita) podría interpretarse como un complemento indirecto
argumental de procedencia (‘No te vas a escapar de mí’). El dativo ético está próximo en algunos aspectos al simpatético y al
de interés, pero es el único que puede aparecer junto a otro pronombre átono con su mismo caso, en contra de las pautas
habituales de colocación de los pronombres (§ 16.4.2b), como se ve en Y además —dijo ya por último tu abuelo Teófilo—, me
le quitás esos zapatos de tacones altos (Ramírez, Baile) o en No, no me le estropeen la cabeza, carajo, que es un profesor
(Vázquez Montalbán, Galíndez). Este rasgo ha llevado a algunos autores a interpretarlo como morfema pronominal
desprovisto de caso.
35.4.2c El llamado dativo aspectual se parece al ético en su valor fundamentalmente afectivo, pero se diferencia de él en
que, como los reflexivos, concuerda en número y persona con el sujeto, por lo que se denomina también dativo concordado:
Ya me [1.ª persona singular] leí [1.ª persona singular] toda la prensa; Nos [1.ª persona plural] fumábamos [1.ª persona plural]
dos cajetillas diarias. Ambos dativos, el ético y el aspectual, pueden concurrir en la misma oración: Mi hija se [dativo
aspectual] me [dativo ético] comió toda la tarta. El dativo aspectual tiene valor enfático. En efecto, la diferencia entre Leímos
toda la prensa y Nos leímos toda la prensa radica en que en la segunda opción se da a entender que la lectura implicaba
algún esfuerzo, que comportaba cierto mérito o que había algo de particular en el hecho de hacerla. A veces se sugiere que la
acción descrita sobrepasa lo que se considera normal o se añaden otras connotaciones similares. El dativo concordado solo se
combina con predicados que expresan eventos delimitados, por lo que se rechazan oraciones como *Ana se bebió leche
(frente a … la leche, … un litro de leche o … toda la leche); *No me sé geografía (frente a … la geografía o … la lección de
geografía); *Los invitados se bebieron vino (frente a … el vino o … todo el vino).

You might also like