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Géneros periodísticos de opinión

Actividad 15
13/09/2019
Axel Yair González Palacios

Matrimonio, un derecho para todos


El pasado 28 de agosto de 2019, Oaxaca se sumó a los dieciocho estados de la república en
los que el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal, con 25 votos a favor y 10 en
contra se reformó el código civil, esto pese a la manifestación que se llevó a cabo afuera del
Congreso Local por parte de la Confraternidad de Pastores Evangélicos Cristianos del estado,
mismos que señalan esta acción por parte del Congreso como un atentado a la “familia
natural”.

Hay que tener en cuenta que México es uno de los países que alberga más católicos a nivel
mundial, esto va de la mano con ideas conservadoras que prevalecen a pesar del tiempo, lo
cual se ve reflejado en organizaciones y movimientos como la Confraternidad de Pastores
Evangélicos Cristianos de Oaxaca, el Frente Nacional por la Familia, la Unión Nacional
Cristiana por la Familia e incluso el Partido Acción Nacional (PAN) que se han declarado en
contra del matrimonio igualitario, el aborto y la enseñanza de la ideología de género en las
escuelas.

Estos movimientos y organizaciones ponen en evidencia la intolerancia y discriminación que


existe a raíz de que como sociedad aún no terminamos de comprender el concepto de
matrimonio, también resalta que se violentan los derechos que tenemos, porque sí, el
matrimonio es un derecho de todo ser humano, pero al existir un ambiente intolerante, donde
se ven afectadas las libertades de terceros, resulta menester de las autoridades
correspondientes hacer cumplir lo ya establecido en la ley, por lo tanto, los derechos no están
garantizados si únicamente se encuentran en un documento, los derechos deben ser ejercidos.

Cabe señalar que en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se establece en el


artículo 16 que: “todo ser humano tiene derecho a casarse y a formar una familia mediante
libre y pleno consentimiento”, de igual manera en México, la Comisión Nacional de
Derechos Humanos (CNDH), enuncia al respecto qué se entiende por matrimonio: “el
matrimonio es una institución secular que forma parte de la condición humana, pero que ha
sufrido cambios y transformaciones, por lo que el acceso al matrimonio no puede estar
condicionado por una orientación sexual”.

A partir de esto resulta increíble el panorama nacional donde aún quedan 12 estados que no
han legislado el matrimonio igualitario y se mantienen reacios a hacerlo, un claro ejemplo de
esto es Sinaloa y Yucatán que recientemente rechazaron las iniciativas para reformar sus
respectivos códigos civiles y permitir la unión entre personas del mismo sexo, demostrando
así la intransigencia que han tenido los gobiernos estatales al no dar respuesta con respecto a
la protección y ejercicio de derechos, violentando así sus libertades.

Algo que los grupos que se proclaman en contra del matrimonio igualitario no entienden es
que no se trata sólo del matrimonio como una institución social para formalizar una familia
o por la ilusión de casarse, sino en términos legales se trata de acceso a la seguridad social
como la salud por parte de instituciones como el IMSS y el ISSSTE, así como a las
instituciones de vivienda, en el caso de matrimonio igualitarios hablamos de créditos
conyugales otorgados por el INFONAVIT y FOVISSSTE, por lo que vislumbramos que si
el matrimonio es un derecho, es posible el bienestar social para todos.

Afortunadamente la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cabeza del Poder


Judicial en México acota que “pretender vincular los requisitos del matrimonio a las
preferencias sexuales de quienes pueden acceder a la institución matrimonial con la
procreación es discriminatorio, pues excluye injustificadamente el acceso al matrimonio a
las parejas homosexuales que están situadas en condiciones similares a las parejas
heterosexuales”, por lo cual considera constitucional el matrimonio igualitario, estableciendo
en la jurisprudencia 43/2015 emitida el 12 de julio de 2015, que todos los jueces están
obligados a dar una resolución favorable a todas las parejas que presenten un juicio de amparo
para poder casarse. Gracias a esta jurisprudencia es que es posible el matrimonio igualitario
en todo el país, sin embargo, esto no es suficiente, hay mucho trabajo por hacer, tanto en
materia legal como en la sociedad mexicana que sigue sin comprender que antes de nuestras
preferencias sexuales, existimos como humanos y como tales todos tenemos los mismos
derechos.
Géneros periodísticos de opinión
Actividad 16
13/09/2019
Axel Yair González Palacios

¿Acuerdo migratorio o imposición?


En los últimos meses del año 2018, se suscitó un evento migratorio fuera de lo común, una
gran caravana de migrantes procedentes de Honduras, tenían como objetivo llegar a Estados
Unidos, situación que no agradó en lo absoluto al tan controversial presidente de ese país,
Donald Trump, quien al ver esta “amenaza” como lo llamó en repetidas ocasiones, lanzó un
comunicado en junio, si México no retenía la caravana, éste se vería afectado por una
imposición de aranceles, la respuesta para evitar una crisis arancelaria fue un acuerdo
migratorio pero ¿realmente fue un acuerdo o nos vimos en la penosa necesidad de hacer el
trabajo sucio por ser muchas veces llamados, el patio trasero de Estados Unidos?

Quizás las acciones llevadas a cabo del año en curso, nos den las respuestas a las cuestiones
planteadas, pero, ¿qué ha implicado estas acciones? ¿cuáles han sido los costos?
Mucho se habla en el extranjero acerca de México, como el país que brinda asilo a quien lo
requiera, claro ejemplo ha sido Luis Buñuel, León Trotsky, entre otras notables figuras, sin
embargo, a diferencia de estos, quienes integraron la caravana que entró a nuestro país no
consideran dentro de sus planes asentarse en el país porque argumentan estar en busca del
sueño americano y que tendrán más y mejores oportunidades en nuestro vecino del norte.

Si bien fueron recibidos en algunas entidades federativas con un grado de hostilidad y/o
rechazo, la situación cambió cuando arribaron a la Ciudad de México, donde el ex presidente
Enrique Peña Nieto, había anunciado un plan llamado “Estás en tu casa”, el cual pretendía
regularizar la estancia de los migrantes, quienes a pese a mostrar agradecimiento mantenían
su postura de seguir avanzando. Esta situación complicó la relación con el país vecino, quien
mantenía su postura de imposición de aranceles.

Con la transición de la presidencia en puerta y, próximas caravanas a partir de Centroamérica,


la situación en México -que ya era tensa-, daría pie a una serie de acciones que pondrían en
evidencia la incapacidad del gobierno en una situación como esta. A la llegada del actual
presidente, López Obrador, las acciones se intensificaron, la frontera con Guatemala se
militarizó con seis mil elementos de la Guardia Nacional, facultados para realizar la
detención de migrantes irregulares, además de estar en puerta convertir a México en un
Tercer País Seguro, manteniendo en territorio mexicano a los migrantes que solicitan asilo
en Estados Unidos. Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores enfatizó que
“México no considera el Tercer País Seguro como una solución posible, además de que no
hay autorización del presidente Andrés Manuel López Obrador ni del Senado, para aceptar
ese acuerdo”. De igual manera dio a conocer datos que refieren que desde mayo del año en
curso se ha reducido el flujo de migrantes en un 56%.

Cabe destacar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) menciona respecto a la
política migratoria de México y Estados Unidos que se “está poniendo a los migrantes en un
creciente riesgo de sufrir violaciones y abusos de derechos humanos", también insta al
gobierno mexicano a evaluar la repercusión que tiene el despliegue de la Guardia Nacional
en la frontera y su posible retiro de dichas operaciones.

El 10 de septiembre, Marcelo Ebrard sostuvo una reunión con el vicepresidente


estadunidense Michael Pence, en la cual se dio conocimientos sobre el éxito de la estrategia
migratoria de México y además se dio a conocer que se puso en la agenda el tema del tráfico
de armas procedente del vecino del norte con las que se cometen el 70% de los delitos en
México. Sin embargo, para Estados Unidos no parece ser un tema tan relevante como el de
los migrantes.

A pesar de todo esto la presión por parte del gobierno Estadunidense no cede, Mark Morgan,
encargado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, considera que los esfuerzos del
gobierno mexicano no son suficientes y exige al mismo que haga más para detener el flujo
de indocumentados.

¿Es realmente un acuerdo lo que hay entre los dos países? Realmente parece más que México
se ha dedicado a obedecer las órdenes de Trump por miedo a la imposición de aranceles,
dejando lo que restaba de soberanía en no aceptar ser el Tercer País Seguro. Por lo tanto, más
que un acuerdo parece que la política migratoria es una imposición, porque se coadyuva con
amenazas y no parece realmente una negociación, ni se logra ver un verdadero compromiso
por parte de Estados Unidos.

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