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Actividad 15
13/09/2019
Axel Yair González Palacios
Hay que tener en cuenta que México es uno de los países que alberga más católicos a nivel
mundial, esto va de la mano con ideas conservadoras que prevalecen a pesar del tiempo, lo
cual se ve reflejado en organizaciones y movimientos como la Confraternidad de Pastores
Evangélicos Cristianos de Oaxaca, el Frente Nacional por la Familia, la Unión Nacional
Cristiana por la Familia e incluso el Partido Acción Nacional (PAN) que se han declarado en
contra del matrimonio igualitario, el aborto y la enseñanza de la ideología de género en las
escuelas.
A partir de esto resulta increíble el panorama nacional donde aún quedan 12 estados que no
han legislado el matrimonio igualitario y se mantienen reacios a hacerlo, un claro ejemplo de
esto es Sinaloa y Yucatán que recientemente rechazaron las iniciativas para reformar sus
respectivos códigos civiles y permitir la unión entre personas del mismo sexo, demostrando
así la intransigencia que han tenido los gobiernos estatales al no dar respuesta con respecto a
la protección y ejercicio de derechos, violentando así sus libertades.
Algo que los grupos que se proclaman en contra del matrimonio igualitario no entienden es
que no se trata sólo del matrimonio como una institución social para formalizar una familia
o por la ilusión de casarse, sino en términos legales se trata de acceso a la seguridad social
como la salud por parte de instituciones como el IMSS y el ISSSTE, así como a las
instituciones de vivienda, en el caso de matrimonio igualitarios hablamos de créditos
conyugales otorgados por el INFONAVIT y FOVISSSTE, por lo que vislumbramos que si
el matrimonio es un derecho, es posible el bienestar social para todos.
Quizás las acciones llevadas a cabo del año en curso, nos den las respuestas a las cuestiones
planteadas, pero, ¿qué ha implicado estas acciones? ¿cuáles han sido los costos?
Mucho se habla en el extranjero acerca de México, como el país que brinda asilo a quien lo
requiera, claro ejemplo ha sido Luis Buñuel, León Trotsky, entre otras notables figuras, sin
embargo, a diferencia de estos, quienes integraron la caravana que entró a nuestro país no
consideran dentro de sus planes asentarse en el país porque argumentan estar en busca del
sueño americano y que tendrán más y mejores oportunidades en nuestro vecino del norte.
Si bien fueron recibidos en algunas entidades federativas con un grado de hostilidad y/o
rechazo, la situación cambió cuando arribaron a la Ciudad de México, donde el ex presidente
Enrique Peña Nieto, había anunciado un plan llamado “Estás en tu casa”, el cual pretendía
regularizar la estancia de los migrantes, quienes a pese a mostrar agradecimiento mantenían
su postura de seguir avanzando. Esta situación complicó la relación con el país vecino, quien
mantenía su postura de imposición de aranceles.
Cabe destacar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) menciona respecto a la
política migratoria de México y Estados Unidos que se “está poniendo a los migrantes en un
creciente riesgo de sufrir violaciones y abusos de derechos humanos", también insta al
gobierno mexicano a evaluar la repercusión que tiene el despliegue de la Guardia Nacional
en la frontera y su posible retiro de dichas operaciones.
A pesar de todo esto la presión por parte del gobierno Estadunidense no cede, Mark Morgan,
encargado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, considera que los esfuerzos del
gobierno mexicano no son suficientes y exige al mismo que haga más para detener el flujo
de indocumentados.
¿Es realmente un acuerdo lo que hay entre los dos países? Realmente parece más que México
se ha dedicado a obedecer las órdenes de Trump por miedo a la imposición de aranceles,
dejando lo que restaba de soberanía en no aceptar ser el Tercer País Seguro. Por lo tanto, más
que un acuerdo parece que la política migratoria es una imposición, porque se coadyuva con
amenazas y no parece realmente una negociación, ni se logra ver un verdadero compromiso
por parte de Estados Unidos.