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Recomendaciones para la implantación y

manejo de praderas de raigrás y


leguminosas
Fertiprado - 13/09/2017
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Finca de raigrás y leguminosas en Cartelos (Lugo)

Para que una mezcla de raigrás y tréboles se implante bien tenemos varios
factores que debemos tener en cuenta:

– Preparación del suelo: debemos preparar bien la capa superficial de 10 cm,


después del cultivo de maíz. Lo más común es pasar una grada de disco para
abrir la tierra e incorporar el rastrojo del maíz junto con el purín, después
pasar la fresadora dejando la tierra desecha y llana. A continuación pasar el
sembrador y rulo por detrás compactando la semilla al suelo. Con este tipo de
preparación logramos una buena implantación y reducimos en la cosecha la
contaminación del silo con cenizas por falta de incorporación del rastrojo e
irregularidades de terreno.
-Purines: Es un punto clave, antes de sembrar se pueden aplicar sin problema
incorporando en la capa superficial. En cobertera, después de implantado el
cultivo, podemos aplicar hasta 25 m3/ha, teniendo en cuenta las condiciones
climáticas y el estado de desarrollo del cultivo. Debemos aplicar esta cantidad
cuando se prevean precipitaciones para que pueda lavar rápidamente las hojas
e incorporar el purín en suelo. No debemos aplicar con el cultivo demasiado
desarrollado, pues el purín no llegaría fácilmente al suelo, y quedaría
acumulado en las plantas provocando quemaduras.

-Profundidad de siembra: es importante sembrar superficialmente. Así, en


mezclas con tréboles la profundidad máxima de siembra no deberá pasar de 1
cm.

-Fecha de siembra: sembrar con la temperatura de suelo por encima de 12ºC,


mejora la actividad del rizobio y permite una más rápida implantación de los
tréboles.

-Abonado: en formulas con leguminosas debemos tener en cuenta que los pH


estén por encima de 5,3, que el nivel de fósforo sea medio y principalmente no
utilizar demasiado purín o abono nitrogenado. Tener en cuenta que en estas
mezclas aproximadamente mitad de las plantas son leguminosas y no
necesitan nitrógeno. Por lo tanto, las necesidades de este nutriente son
también la mitad comparativamente a un cultivo sólo de raigrás. Podemos y
debemos ahorrar en los abonados nitrogenados en este tipo de mezclas.
-Inoculación de las leguminosas: la inoculación de cada especie con rizobio
especifico garantiza que todas las plantas desarrollen correctamente nódulos
en sus raíces, incrementando la fijación del nitrógeno y mejorando su
desarrollo así como el aporte de proteína.

-Equilibrio de la mezcla: es muy importante conocer las características de


cada variedad y su comportamiento en mezcla para tener formulas
equilibradas, homogéneas y con ciclos ajustados al objetivo.

– Tipo de utilización: tenemos distintos tipos de fórmulas, unas más


dirigidas para uso en un solo corte con especies y variedades capaces de
acumular una gran producción resistiendo mejor al encamado y otras ajustadas
a varios cortes compuestas por variedades de rápido crecimiento y elevada
capacidad de rebrote. En función de la fecha de siembra y fecha de cosecha
podemos escoger ciclos más cortos o ciclos más largos de forma a no
comprometer la implantación del cultivo siguiente.

-Dosis de siembra: cuando trabajamos con mezclas es importante conocer y


respectar las dosis de siembra para que no exista dominancia de unas especies
sobre las otras.

– Malas hierbas: para control de malas hierbas recomendamos hacer un corte


de limpieza temprano que puede ser para aprovechamiento en verde o para
quedar en la finca desbrozando. Esta operación también ayuda en muchas
mezclas a mejorar el equilibrio entre las distintas especies cuando las
condiciones de clima son más favorables para unas que para otras
(Gramineas/leguminosas)..

-Fecha de corte: el punto óptimo para hacer el corte en abril/Mayo, buscando


un equilibrio entre cantidad y calidad. Este punto se dá cuando tenemos 10-
15% de los tréboles en floración y los raigrases están aún por iniciar el
espigado. Después de este punto ganamos alguna cantidad pero la calidad va
bajando pues la proteína y baja y suben las fibras. Este efecto es bastante más
rápido en las gramíneas, las leguminosas consiguen mantener durante más
tiempo un nivel alto de calidad aguantando mejor cuando las condiciones
climáticas no permiten cortar.

-Presecado: es muy importante hacer un presecado adecuado, consiguiendo


niveles de materia seca entre 28 y 35% para una buena conservación en silo.
Importante no esparcir o hilerar la hierba en las horas de más calor para
reducir las pérdidas de hoja. Importante tener en cuenta que más de 60% de la
proteína están en las hojas y estas son las partes más digestibles del forraje.

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