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INTRODUCCION

El riesgo volcánico es un concepto que gradualmente se va teniendo en cuenta,


especialmente debido a las últimas erupciones catastróficas ocurridas con pérdida de
vidas humanas y al impacto y difusión que éstas han tenido en los medios de
comunicación. Paralelamente, también destaca la labor de concienciación y divulgación
que se ha estado llevando a cabo por diversos organismos oficiales de todo el mundo,
mediante la puesta en marcha de diversas iniciativas. Entre ellas, debemos hacer
especial mención al programa Década para la Mitigación de los Desastres Naturales
1990-2000, declarado por Naciones Unidas después del desastre provocado por la
erupción del Nevado de Ruiz en Colombia en 1985. Así, podríamos decir que en los
últimos años se está impulsando una cultura para la mitigación de los desastres naturales
a partir de diversas líneas de actuación: desarrollo de metodologías para la estimación
objetiva del riesgo, divulgación científica a diversos niveles, programas educativos, etc.
PELIGROSIDAD VOLCÁNICA

Los fenómenos que ocurren en un volcán son bien conocidos desde hace mucho tiempo;
sin embargo, para valorarlos en su aspecto directamente relacionado con el riesgo
volcánico, es útil repasar las grandes catástrofes de las que tenemos noticias. Se observa,
en líneas generales, que las pérdidas en vidas humanas han ocurrido por efectos indirectos
(tsunamis, lahares, pérdida de cosechas, etc.) o por una mala gestión de la crisis, pues un
volcán no pasa inmediatamente del más absoluto reposo a la más violenta actividad; todas
las grandes erupciones vienen precedidas de actividad menor y con la suficiente
antelación para tomar las medidas de evacuación de las poblaciones próximas.

Vigilancia de volcanes
Para que un volcán entre en erupción es necesaria una condición imprescindible, debe
existir magma; si en el sistema no hay magma susceptible de salir es imposible que se
produzca una erupción. Partiendo de este principio, si somos capaces de conocer cuáles
son las propiedades físicas de este magma (si se mueve, si cambian las condiciones a las
que está sometido y si ello facilita su salida a la superficie), podremos establecer cuando
y cómo será la futura erupción del volcán. El ascenso del magma está condicionado por
su viscosidad, por ello es un proceso muy lento, incluso los magmas muy fluidos
(basálticos) necesitan más de dos días para alcanzar la superficie desde las zonas de
almacenamiento situadas en la base de la corteza. No se conoce ningún volcán que haya
pasado de un estado de reposo al de erupción violenta de forma repentina. Aunque en
muchos casos, la falta de vigilancia, la ignorancia asumida, o la dejadez ante el evidente
incremento de las manifestaciones externas, haya provocado un desastre.
El semáforo de un volcán
Supongamos un volcán adecuadamente instrumentado y bajo continua vigilancia por un
equipo científico y técnico. El problema consiste en cuantificar la actividad del volcán en
cada momento, y de que modo se puede transmitir esta información de manera clara y
precisa a la población y autoridades. Tras diversos ensayos de múltiples y complejas
escalas se ha llegado a la conclusión de que la forma más adecuada se reduce a la adopción
de un simple semáforo con tres niveles: verde, amarillo y rojo.
Esto se debe a dos motivos: todo el mundo está familiarizado con el semáforo de tres
colores y además la complejidad de una erupción volcánica no permite gestionar en la
práctica más niveles.
El semáforo del volcán permite definir en cada momento como deben actuar los equipos
técnicos que intervienen en la gestión de la crisis volcánica, así como las comunicaciones
que deben establecerse con los estamentos de la Protección Civil. Para uso
exclusivamente interno de los diferentes grupos que intervienen, en el seguimiento de la
actividad volcánica, y sin trascender a la población, se utilizan otros niveles para cada
color.
SISTEMAS DE VIGILANCIA VOLCÁNICA
Una erupción es un proceso en el cual se libera la energía contenida en el magma a la
superficie de la Tierra, ya sea en la atmósfera o en el mar. En un volcán activo, aún en
fase de reposo, se producen múltiples procesos asociados al movimiento de los fluidos
magmáticos en el sistema o al reajuste del edificio volcánico. Muchos de estos procesos
involucran niveles muy pequeños de energía, siendo muy difícil detectarlos así como
identificar sus causas, establecer los pronósticos de evolución y con toda esta información
poder gestionar el semáforo del volcán. En la actualidad, la vigilancia de volcanes se hace
midiendo instrumentalmente la actividad sísmica, deformación, emisión de gases y
temperaturas anómalas, complementado con la información obtenida a través de la
observación directa por el hombre.
Observación directa
Desde los inicios de la Historia tenemos constancia de la observación de los fenómenos
volcánicos, recogidos en textos clásicos; por ejemplo la erupción de Santorini (Grecia) y
la evacuación anticipada de Pompeya y Herculano (Italia). Los fenómenos fácilmente
observables son: ruidos, leves movimientos sísmicos, aparición de fumarolas,
contaminación de aguas con gases volcánicos (acidez y olor a huevos podridos), variación
del nivel de los pozos de agua, etc.

Vigilancia sísmica
El seguimiento de la actividad sísmica es la más antigua de las técnicas de vigilancia de
volcanes, desarrollándose ya a finales del siglo XVIII los primeros instrumentos para el
estudio de los temblores del Vesubio. La instrumentación de cualquier volcán comienza
con la instalación de un sismómetro, añadiéndose otras técnicas de vigilancia a medida
que las posibilidades económicas lo permiten. Del centenar escaso de volcanes
instrumentados que existen hoy, sólo unos pocos cuentan con algo más que no sea
vigilancia sísmica; esto se debe al mayor desarrollo que presenta la sismología en todas
las Universidades y Centros de Investigación, al menor coste aparente de la
instrumentación sísmica y a la mayor facilidad para realizar un análisis elemental de los
datos obtenidos. Además, al existir más volcanes con instrumentación sísmica, nos
encontramos con mayor abundancia de datos y con buenos ejemplos de cómo ha
evolucionado la sismicidad antes, durante y después de una erupción. La actividad
sísmica presente en un volcán activo es difícil de clasificar y depende de cada escuela. En
general, esta actividad incluso en periodos de reposo, puede ser muy intensa, con una gran
cantidad de eventos de poca magnitud (menores de 2 en la escala de Richter) que suelen
presentarse en grupos o enjambres, además de los sismos tectónicos que ocurren en la
zona.

Deformación
El control de la deformación es otra de las técnicas de vigilancia de volcanes más
extendidas y eficaces. Es especialmente útil en volcanes donde las características del
magma puedan provocar grandes deformaciones del edifico. Un magma muy fluido puede
moverse fácilmente por fracturas de pocos centímetros de anchura, produciendo una
deformación mínima salvo en los casos donde interviene un gran volumen de magma que
provocaría deformaciones apreciables. Por el contrario, un magma viscoso deberá abrir
conductos muy amplios, incluso de cientos de metros para poder moverse y las
deformaciones serán enormes. Hay que tener presente que la deformación varía con la
distancia y sólo muy cerca del centro de emisión alcanza valores importantes. Las técnicas
para la medida de la deformación utilizan aparatos como el teodolito, nivel,
distanciómetro, inclinómetro e imágenes satelitales. El principal problema reside en la

dificultad de diferenciar los efectos superficiales producidos por el hielo, agua, viento,
vegetación, de los generados por la actividad volcánica a mayor profundidad.
Gases
Las técnicas actuales de vigilancia geoquímica de los volcanes parten de considerar que
las emisiones gaseosas están en equili brio cuando el volcán se encuentra en reposo.
Cuando el sistema volcánico evoluciona, se produce un desequilibrio más o menos fuerte
en la composición de los gases y este desequilibrio es el indicador de la actividad. Los
gases procedentes del magma circulan por el sistema de fracturas, interaccionando con
los distintos acuíferos y saliendo a la superficie en forma de fumarolas o de fuentes
termales. El SO2 y el CO2 se consideran los componentes más significativos de la
presencia de magma. Para obtener información completa sobre la composición del gas
volcánico, la única forma consiste en realizar un muestreo directo de las fumarolas,
analizándose posteriormente en el laboratorio mediante las técnicas químicas habituales.
Esto se debe, fundamentalmente, a que los gases se disipan rápidamente y son fácilmente
contaminables, además de salir a elevada temperatura y ser corrosivos, imposibilitando
con ello la instalación de sensores de forma permanente. No obstante, se han desarrollado
instrumentos que permiten medir gases concretos (CO2 y SO2 ) a distancia de forma
automatizada y que son especialmente útiles en las fases de reposo o preeruptiva. Otra
técnica consiste en analizar los gases disueltos en las aguas procedentes del volcán, tanto
superficiales como de acuíferos.
Protección ante erupciones volcánicas
L a erupción volcánica puede prolongarse durante meses y los factores de peligro que
posee son múltiples: coladas lávicas, flujos de piroclastos y caída de cenizas, lahares y
avalanchas, gases, sismos volcánicos, tsunamis, anomalías térmicas, deformaciones del
terreno, etc. Además, un volcán puede presentar fenómenos perceptibles por la población
con mucha antelación (incluso durante años) al inicio de una erupción. A todo este
periodo se le denomina crisis volcánica, siendo la erupción el final del proceso. En
términos generales, los peligros volcánicos de lavas, flujos piroclásticos, colapsos de
ladera y lahares, conducen a la destrucción total de las infraestructuras que encuentran a
su paso, de forma que, para salvar la vida de las personas, se debe proceder a la evacuación
preventiva de la población de las probables zonas afectadas. Otros peligros volcánicos,
como por ejemplo las cenizas, presentan una incidencia variable en función de la distancia
al centro emisor y de otros parámetros como el viento. Si se va a permanecer en una zona
de peligro moderado deben seguirse las recomendaciones de las autoridades, y siempre
con su autorización expresa. Será necesario adoptar algunas precauciones, por ejemplo el
uso del casco, dado que el impacto en la cabeza de una pequeña bomba puede resultar
mortal, la mascarilla, que evita inhalar las partículas de cenizas y los gases que contienen,
máscaras autónomas antigás con filtros para gases ácidos y extremar las precauciones al
circular por zonas cubiertas de materiales volcánicos recientes.
La prevención ante erupciones volcánicas
La prevención volcánica se define como el conjunto de medidas adoptadas con el objetivo
de reducir el riesgo volcánico e implica actuar antes de que ocurra una erupción y durante
el desarrollo de la misma. Cualquier medida de prevención exige un conocimiento previo
de los procesos volcánicos y los peligros derivados, en función de las características
particulares de cada área volcánica.
Cuando se vive en un área volcánica activa es necesario el desarrollo de medidas de
prevención centradas en los siguientes ámbitos:
• Conocimiento de la actividad volcánica
• Sistema permanente de vigilancia
• Ordenación de usos y gestión del territorio
• Planificación ante emergencias
• Educación y divulgación
ORIGEN DE LOS VOLCANES

La tectónica de placas y origen de los volcanes

La tierra desde su formación está en constante movimiento, formando cadenas de


montañas que emergen, aveces ligadas a erupciones volcánicas. Todo ello resultado del
movimiento de las placas tectónicas. Una placa tectónica es un fragmento de la corteza
terrestre superficial que se desplaza como un bloque rigido. A nivel global la corteza
terreste está dividida en 14 placas tectónicas, estas son: Africana, Antártica, Arábica,
Australiana, Caribe, Escocesa, Euroasiática, Filipina, India, Juan de Fuca, Nazca,
Pacifico, Norteamericana y Sudamericana.

Distribución de las 14
placas tectónicas que conforman el globo terrestre.

Formacion de los volcanes

Los volcanes suelen formarse en las fronteras de las placas tectónicas, tanto en las
fronteras divergentes, como en las fronteras de convergencia. Asimismo, muchos
volcanes a nivel global se originan en los llamados “puntos calientes ”, donde el magma
asciende desde la parte inferior del manto.
Zonas de formación de volcanes.

Qué es un volcán

Los volcanes son estructuras situadas en la superficie terrestre, formado por la


acumulación de materiales provenientes del interior de la tierra. Un volcán es el resultado
de un complejo proceso que incluye la formación, ascenso, evolución, emisión de magma
y depositación de los materiales volcánicos. A nivel global se distinguen varios tipos de
volcanes entre ellos: volcanes poli genéticos o estrato volcanes, volcanes monogenéticos,
complejos volcánicos, etc.
Volcanes en las fronteras divergentes

Son aquellos volcanes que se forman en zonas donde las placas tectónicas divergen una
con respecto a otra. En efecto, en esta zona la corteza oceánica se estira y se separa,
formándose una zona débil, por donde emerge el magma generado en el manto superior.
Este asciende impulsada por corrientes de convección que operan en el manto. Un
ejemplo es la dorsal del Atlántico.

Volcanes en zonas de puntos calientes

Al interior del manto terrestre se generan plumas de magma ascendente, muchas veces
influenciadas por las corrientes convectivas. Cuando la pluma alcanza la superficie dan
lugar a volcanes de naturaleza generalmente básica(basaltos).

Los puntos calientes se mantienen activos durante millones de años. Algunos de estos
puntos emplazan cadenas de volcanes, manteniéndose activo solo el que se encuentra en
ese momento sobre la pluma de magma en ascenso. Un ejemplo de estos son las islas
Hawaii en EE.UU.

Volcanes en las fronteras convergentes

En estas zonas, una placa tectónica subduce debajo de otra, con una trayectoria oblicua
hacia el manto superior, hasta que alcanza una profundidad en la que la placa subducida
se dehidrata o se funde, e inmediatamente se forma el magma. Posteriormente, el magma
asciende por fisuras y luego es expulsada hacia la superficie en forma de erupción. Este
es el caso de los volcanes del sur del Perú.
PARTES DE LOS VOLCANES

Cámara magmática
La cámara magmática es la zona donde se almacena el magma (roca fundida)
proveniente del manto, el cual posteriormente es expulsado a la superficie en forma de
erupción volcánica. La cámara magmática se comunica con el cráter del volcán a través
de un conducto conocido como chimenea.
Conducto o chimenea
La chimenea es el conducto por donde asciende el magma hasta llegar al cráter. Durante
su ascenso el magma puede arrancar rocas de las paredes de la chimenea e
incorporarlos, para luego ser expulsados a la superficie. En muchos volcanes el
conducto consiste en un complejo sistema de pequeñas fisuras.
Cráter
El cráter es la abertura por donde son expulsados los materiales volcánicos durante una
erupción. Comúnmente los cráteres se ubican en la cima de los volcanes.
Cono volcánico
El cono volcánico se forma por la acumulación de material volcánico expulsado durante
las erupciones. Este material se emplaza alrededor del cráter del volcán. Dependiendo
del tiempo de vida de un volcán y la intensidad de las erupciones, el cono volcánico
puede crecer considerablemente.
Materiales emitidos por el volcán
 Caída de piroclásticos (ceniza, lapilli, bloques, bombas)
 Domos de lava
 Flujos de lava
 Flujos piroclásticos
 Oleadas piroclásticas

CLASIFICACION POR SU TIPO DE ACTIVIDAD

Tipo Hawaiano
Este tipo de volcán emite una lava muy fluida, sin erupciones explosivas, puesto que los
gases escapan fácilmente. El volcán tiene forma de escudo, ya que como la lava es muy
fluida, se desliza fácilmente sobre la ladera del volcán, cubriendo una gran superficie
antes de solidificarse. Por tanto, estos volcanes tienen poca pendiente, siendo mucho más
extensos que altos.
La lava se emite a más de 1000 ºC de temperatura. Como la explosividad es baja, el mayor
riesgo son las coladas de lava, que pueden sepultar ciudades, carreteras, etc. Ejemplo:
volcán Kilauea.
Tipo estromboliano o mixto
Hay alternancia de materiales expulsados, formándose un cono volcánico (estratovolcán)
estratificado con lavas fluidas y piroclastos.
La lava se emite a temperaturas inferiores a 1000 ºC, por lo que la lava es menos fluida
que la hawaiana y se producen explosiones, pero puede llegar a fluir recorriendo hasta 12
km antes de solidificarse. El mayor riesgo es la caída de piroclastos (lapillis y cenizas).
Ejemplo: volcán Estrómboli.

Tipo vulcaniano
Sus lavas son poco fluidas y los gases se desprenden de forma violenta. Estas erupciones
se caracterizan por las grandes cantidades de gases que se emiten, lo que provocan fuertes
explosiones que pueden destruir parte del cono volcánico, pulverizando la lava y
produciendo mucha ceniza.
La lava solidifica rápidamente, dejando una superficie muy áspera e irregular. Los conos
volcánicos tienen una pendiente muy inclinada. La explosividad en estos volcanes es alta,
siendo el mayor riesgo las nubes ardientes que se puedan producir. La lava se expulsa a
temperaturas inferiores a 800 ºC. Ejemplo: Vulcano (Sicilia).
Tipo pliniano o vesubiano
En estas erupciones, la presión de los gases es muy fuerte y produce violentas
explosiones. Las nubes ardientes pueden llegar a sepultar ciudades, como ocurrió en
Pompeya y Herculano con el volcán Vesubio.
Alternan erupciones piroclásticas con coladas de lava, formándose estratos que hacen que
el volcán alcance grandes dimensiones. Su explosividad y peligrosidad son extremas,
emitiendo muchos gases y piroclastos que pueden llegar hasta más de 20 km de altura.
Las cenizas pueden llegar a la estratosfera y alterar el clima. Las explosiones pueden
llegar a destruir el cono volcánico. Ejemplos: Teide, Fujiyama.
Peleano
al volcán se le llama así por la erupción del Monte Pelee en 1902 en Martinica en la que
murieron miles de personas. La lava se consolida rápidamente y se produce un tapón en
el cráter. Como los gases no tienen salida, se crea gran presión dentro del volcán por lo
que las paredes llegan a ceder y la lava es expulsada por los costados de los mismos.

TIPOS DE VOLCANES

Volcanes Activos

Un volcán se clasifica como un volcán activo, se espera que entre en erupción en la


actualidad, o ya está en erupción. Uno de los mejores ejemplos de esta clasificación es
Kilauea, que ha permanecido en erupción desde 1983. Existen un total de cerca de 500
de estos volcanes en el planeta. Todos los años, en algún lugar, entre 50 y 70 volcanes
entran en erupción.
Volcanes inactivos

La clasificación de los volcanes en estado latente o inactivo, se refiere a un volcán que


no está en erupción, o no se piensa que pueda entrar en erupción en un futuro próximo,
pero que sin embargo, lo ha hecho anteriormente. También se espera que un volcán
inactivo pueda tener una erupción en algún momento en el futuro. A veces, la diferencia
entre un volcán inactivo y un volcán activo puede ser muy pequeña, porque a pesar de
que un volcán pueda estar latente durante cientos de años, todavía se espera que tenga
una erupción en el futuro.

Volcanes extintos

Un volcán extinto es un volcán que no se espera que vuelva tener una erupción. Uno de
estos volcanes también se encuentra en la Isla Grande de Hawái y su nombre es Kohala.
La última vez que hizo erupción fue hace cerca de 60.000 años. Los científicos no creen
que el volcán vuelva a estar activo de nuevo. Tenga en cuenta que esta clasificación de
volcanes extintos no es necesariamente definitiva, pues algunos han pasado por lo que
se llama rejuvenecimiento.

VOLCANES EN EL PERU
VOLCÁN MISTI
VOLCAN ACTIVO, ALERTA VERDE
El volcán Misti (242900N, 8196400S, 5820 msnm) se emplaza en el borde oeste de la
Cordillera Occidental de los Andes, limitando por el sureste con el extinto estratovolcán
Pichu Pichu, por el noroeste con el complejo volcánico Chachani, hacia el este con la
altiplanicie puna y por el oeste con la cuenca tectónica de Arequipa, donde se halla la
ciudad del mismo nombre.
El cráter del volcán Misti dista 18 km del centro de la ciudad de Arequipa y la diferencia
altimétrica entre la ciudad y la cima del volcán es alrededor de 3,5 km.
MAPA DE PELIGROS

VOLCÁN UBINAS
VOLCAN ACTIVO EN ALERTA NARANJA
El volcán Ubinas (16° 22′ S, 70° 54′ O; 5762 msnm.) está localizado en el departamento
de Moquegua, a ~70 km al Este de la ciudad de Arequipa. ). Políticamente, se encuentra
en la jurisdicción de la Región Moquegua, Provincia General Sánchez Cerro, Distrito de
Ubinas. En el contexto geológico regional, el volcán Ubinas forma parte de los siete
volcanes activos del sur peruano localizados dentro de la Zona Volcánica Central de los
Andes (ZVC) que se extiende desde el Sur de Perú hasta el Norte de Chile.
El volcán Ubinas tiene la forma de un cono truncado, posee una altura de 1400 m desde
su base ubicada a 4270 m snm, y cubre un área de 52 km2. En la parte superior se
distingue una caldera de 1,200 km de diámetro y dentro de la caldera un cráter de 300 m
de diámetro.

VOLCÁN SABANCAYA
VOLCAN ACTIVO, EN ALERTA NARANJA
El volcán Sabancaya, cuyo nombre quechua “Sahuancqueya” significa volcán que
escupe, se encuentra ubicado a 70 km al noroeste de la ciudad de Arequipa (15° 48’S, 71°
52’O, figura 1.1), en la Cordillera Occidental de los Andes del Sur del Perú. El edificio
volcánico del Sabancaya es el más joven del Complejo Volcánico Ampato-Sabancaya.
En el área de influencia del volcán Sabancaya se tiene población e infraestructura
vulnerable. En el valle del Colca, ubicado a poco más de 20 km al norte, hay cerca de 20
centros poblados, entre los que destacan, por su cercanía al volcán, los pueblos de Chivay,
Yanque, Achoma, Maca, Ichupampa, Lari, Madrigal, Pinchollo y Cabanaconde. La
principal actividad económica de los pobladores es la agricultura y ganadería, sin
embargo en los últimos años el Colca se ha constituido en uno de los más importantes
destinos turísticos del Perú. Todas estas actividades económicas podrían ser afectadas por
caídas de tefra y lahares secundarios. Por otro lado, cerca al volcán Sabancaya, se
encuentra el canal del proyecto “Majes I”, que brinda de agua al complejo agrícola Majes-
Siguas, las vías de acceso al valle y cañón del Colca, así como la línea de transmisión
Socabaya-Mantaro, que forma parte del sistema interconectado nacional, y provee de
energía a todo el sur del Perú.
VOLCÁN TICSANI
VOLCAN ACTIVO, EN ALERTA VERDE
El volcán Ticsani se halla en jurisdicción del distrito de San Cristóbal, provincia Mariscal
Nieto, departamento de Moquegua (70° 36’, 16° 45’), a 60 km al noreste de la ciudad de
Moquegua. Alcanza una altura máxima de 5408 m.s.n.m.
Al Ticsani se puede acceder desde la ciudad de Moquegua siguiendo la vía asfaltada Ilo-
Desaguadero. A la altura del kilómetro 206 (Humajalso) se toma un desvío hacia el NO
siguiendo la carretera afirmada Humajalso-Ticsani-Calacoa, que pasa por el flanco norte
de los domos del volcán Ticsani.
MAPA DE PELIGROS

VOLCÁN TUTUPACA
El volcán Tutupaca se encuentra localizado en el extremo norte del departamento de
Tacna, provincia de Candarave, en las coordenadas UTM 8117400N y 352100E,
presentando dos conos yuxtapuestos, uno oriental a 5,790 msnm, denominado Tutupaca
Este y otro occidental a 5,815 msnm, denominado Tutupaca Oeste. El volcán Tutupaca
es considerado potencialmente activo, habiéndose registrado una erupción en los últimos
100 años con un IEV de 2 (Siebert et al., 2010).
La estratigrafía reconocida del sistema volcánico Tutupaca evidencia tres etapas
evolutivas, con quince (15) secuencias volcánicas, de edad Pleistocena a Holocena. De
producirse una reactivación del volcán, las principales amenazas volcánicas que se darían
serían bajo la forma de: flujos de lavas, flujos piroclásticos, caídas de tefras, avalancha
de escombros y lahares.
En los alrededores del volcán se encuentra, como poblado más importante, la ciudad de
Candarave, capital de la provincia del mismo nombre, con cerca de 3,418 habitantes,
ubicado a ± 28 km al Sur del volcán, también los centros poblados de Cairani (1,500 hab.)
y Camilaca (2263 hab.); asimismo pequeños caseríos: Tacalaya, Turunturo (al Sur y
Suroeste), Suches y Huaitire (al Noroeste), principalmente rurales dedicados
principalmente a la actividad agrícola y ganadera.
Obras de infraestructura de riego (canales y pequeñas bocatomas), viales: parte de la
carretera asfaltada Ilo – Desaguadero, carreteras afirmadas como la de Tacna – Tarata –
Candarave y carreteras vecinales, la tubería de conducción de agua y estaciones de
bombeo de aguas subterráneas que abastecen las minas Toquepala y Cuajone operadas
por la Southern Peru, así como las lagunas de Aricota y Suches. Estos son los principales
patrimonios existentes en sus alrededores, que podrían ser afectados de ocurrir una
reactivación del volcán.

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