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La explicación es muy sencilla. El fonema "R" se adquiere sobre los 3 años de edad, y
es uno de los últimos fonemas que aprendemos a pronunciar. Por consiguiente, es muy
común que el niño tarde en pronunciar la letra "R" o que pueda tener problemas con
ella. Es la dislalia más habitual junto con la "Z" y con la "D".
Estos defectos del habla, generalmente pueden llegar a corregirse por si solos ya que
suelen desaparecer cuando el niño adquiere una capacidad auditiva motriz más precisa.
Aunque esto no ocurre siempre.
Si el niño alcanza la edad de 5 años y no muestra señal de haber incluido este sonido en
su lenguaje, es necesario acudir a un logopeda para iniciar un tratamiento adecuado que
corregirá el rotacismo. Es importante corregir esta dislalia funcional, ya que a la edad de
5 años es cuando los niños empiezan a leer, y si no la pronuncian, tampoco la
reconocerán y será difícil para ellos comprender la lectura. Además, tienden a
autodictarse de forma errónea al escribir.
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- Tiene como base el punto de articulación, por eso es tan importante que el niño
aprenda a encontrar el lugar adecuado para pronunciar este sonido.
- El uso del chupete puede generar este retraso de aprendizaje de la "R", ya que el niño
no está acostumbrado a sacar la lengua.
- Por cómo la pronuncian sus mayores. Es importante escuchar a los padres del niño con
rotacismo, ya que puede ser que ellos tampoco la pronuncien de forma adecuada.
- Las praxias linguales, que no son más que diversos movimientos de la lengua.
- Los ejercicios anteriores permiten al logopeda trabajar el punto de articulación.
Después, se pide a los pequeños que soplen con fuerza.
- Y sobre todo, mucha práctica, porque el niño, finalmente, pronunciará la letra "R" sin
ningún problema.
En cualquier caso la solución más eficaz para este trastorno del lenguaje es el
tratamiento con un logopeda. El tratamiento puede durar de 3 meses a un año, según la
paciencia y disposición del pequeño. Como los ejercicios son excesivamente repetitivos,
el pequeño no debe soportar sesiones de más de 30 minutos para realizar esta actividad.
De todas formas, ante esta dislalia funcional sólo hay que tener paciencia, ya que el niño
aprenderá finalmente a pronunciar el sonido "R".
EDADES DE
FONEMAS
ADQUISICION
/m/, /n/, /ñ/, /p/, /k/, /f/, /y/, /l/, /t/, /c/,
3 años
/ua/, /ue/.
/b/, /g/, /r/, /bl/, /pl/, /ie/ 4 años
/fl/, /kl/, /br/, /gr/, /gr/, /au/, /ei/ 5 años
/rr/, /s/, /x/, /d/, /g/, /fr/, /pr/, /tr/, /dr/, /eo/ 6 años
Ejercicios de praxias:
Ejercicios de soplo:
Ejercicios de labios:
Ejercicios de lengua
Ejercicios de mandíbula
Recomendaciones:
Acude a consulta por recomendación de su profesora que informa a los padres
de la existencia de grandes dificultades de articulación que hacen casi
incomprensible para ella y los demás compañeros el discurso de la niña. Ante este
hecho, la profesora suele contestar a la niña como si la comprendiera. Los niños,
por el contrario le hacen repetir las cosas o le dicen que no le entienden, a lo que la
niña responde con conductas agresivas. Últimamente se niega a jugar con ellos y
ha comenzado a quedarse algo aislada.
Aunque la profesora ha solicitado una evaluación por parte del equipo de
orientación del centro, no cree que por el momento vaya a ser posible, por lo que
los padres deciden acudir a consulta externa.
Las relaciones afectivas entre los miembros de la familia son buenas y los
padres evitan discrepar delante de las niñas. El estilo educativo es adecuado, así
como los horarios y hábitos familiares.
El embarazo de B fue buscado por los padres y deseado por la hermana. Nació
a término, y aunque el período de expulsión no fue largo, tuvieron que utilizar
ventosa. Su peso y talla fueron normales, así como su primera valoración en la
clínica. La alimentación fue artificial desde el primer momento, porque le ofrecieron
biberones en la clínica y rehusó el pecho. En la actualidad toma biberón después de
la cena.
Su salud es buena, con la única incidencia de una otitis a los 2 años de edad.
La madre afirma que a los 3 meses ya tenía los primeros dientes.
Los datos de desarrollo psicomotor indican una evolución normal, aunque
todavía no está definida su preferencia manual. Tanto la profesora como sus padres
observan que utiliza con facilidad ambas manos para cualquier actividad que
realice. Tiene adquirido el control de esfínteres diurno y nocturno y muestra un
nivel de autonomía adecuado para su edad, aunque la madre afirma que es una
niña cómoda. No presenta ningún tipo de alteración del sueño y su alimentación es
variada.
Las últimas revisiones médicas por parte del dentista y el otorrino, indican que la
implantación dentaria es buena y su audición es normal.
En cuanto a la evolución del lenguaje, la madre afirma que el balbuceo fue
normal y comenzó a decir las primeras palabras (papá y mamá) al año. Hacia el
año y medio comenzó con las frases de dos palabras, y en la actualidad utiliza el
lenguaje con bastante frecuencia y con frases extensas que sólo se entienden en el
contexto en que son emitidas. Su voz es normal y le gusta cantar, aunque comete
los mismos errores articulatorios.
2. EXPLORACIÓN
En vista de que el informe del pediatra y los datos obtenidos en la entrevista
indican un desarrollo psicomotor normal, no se utilizaron pruebas específicas para
evaluarlo. En la entrevista con su profesora nos indica además que la niña realiza
las tareas escolares con mucha rapidez y eficacia y demuestra tener bien adquiridos
los conceptos básicos. Por estas razones sólo se utilizó la observación del desarrollo
general en situaciones de juego dirigido con la niña.
Las primeras sesiones con la niña fueron por tanto sesiones de juego
grabadas, en las que además de establecer una buena interacción con ella, se
pretendía estudiar su momento evolutivo y su lenguaje espontáneo. El
mantenimiento del juego durante varias sesiones fue, en cierto modo, una forma
obligada ya que por miedo a que la niña se negase a acudir al centro o a colaborar,
la madre no quiso decirle el motivo de las visitas hasta pasados unos días. A lo
largo de estas consultas, quedó patente la importancia que concedía la niña a su
problema de comunicación y su tendencia a evitar cualquier situación en que se
pudiera ver comprometida. A pesar de establecer una buena empatía, mostraba
mucha resistencia cuando la actividad se dirigía hacia cualquier aspecto de su
lenguaje, por lo que el periodo de acomodación al tratamiento fue largo.
El desarrollo motor es normal, mostrando una gran agilidad para los
movimientos gruesos y destreza en la movilidad manual. Utiliza ambas manos
indistintamente, aunque parece haber cierta preferencia por la izquierda. Tiene
adquiridos los conceptos básicos (color, cantidad, partes del cuerpo, etc.) e
interioriza con facilidad los aprendizajes nuevos.
- Imita casi todos los gestos faciales, con excepción de la mímica del llanto y el
guiño de los ojos.
- Los resultados del EDAF (Brancal y cols., 1998) indican una buena discriminación
de sonidos del medio (DSM) y media en cuanto a discriminación figura-fondo
auditiva (DFFA). En la discriminación fonológica en palabras (DFP) y en la
discriminación fonológica en logotomas (DFL) alcanza puntuaciones elevadas y
únicamente queda por debajo de la media en la memoria secuencial auditiva
(MSA). En esta última prueba mejoran los resultados de una forma significativa si
es el evaluador y no la cinta la que emite la secuencia de palabras a recordar.
En cuanto al ritmo, apreciamos dificultades en la internalización y
seguimiento del mismo. Presenta taquilalia que unida al problema articulatorio
dificulta la comprensión de su lenguaje.
En el lenguaje espontáneo omite siempre una de las vocales de los hiatos y
diptongos, sin embargo en la repetición es capaz de combinar dos o tres vocales sin
problema.
En el caso de la /f/, /m/ y la /k/, las sustituciones son aleatorias, con lo que
podemos decir que tiene los fonemas adquiridos.
3. DIAGNÓSTICO
4. INTERVENCIÓN.
- Lograr que en las sesiones la niña prime el hecho de trabajar con interés sobre la
perfecta articulación de las palabras.
- Enseñar a percibir las sílabas de las que se compone una palabra dada de forma
que lleguen a producirse sin omisiones.
- Incrementar la conciencia de la velocidad de emisión del lenguaje.
Tras las sesiones de evaluación, y viendo que su hija venía con agrado al
centro, la madre informó a la niña del motivo de las visitas. En esta primera sesión,
hablamos brevemente con B sobre su preocupación por mejorar su lenguaje y cómo
podíamos ayudarla. Establecimos con ella el compromiso de acudir al tratamiento.
A partir de este momento, se mostró algo más colaboradora en las tareas de
lenguaje, aunque continuó con conductas de evitación y enfado cuando se le pedía
que repitiera un ejercicio o lo que había dicho.
Ante esta actitud, se optó por reforzar cada poco tiempo el trabajo que
realizaba con comentarios del tipo “estás trabajando muy bien”, ignorando las
conductas inadecuadas. La madre o la hermana continuaban haciendo las tareas
junto con el logopeda, ignorando a la niña hasta que se sentaba. Los comentarios
inadecuados se pasaban por alto, continuando con la actividad como si no hubiesen
ocurrido o si fuera necesario, con una breve respuesta. Durante los primeros días la
niña intentó incrementar este tipo de comportamientos, llegando incluso a tener
una rabieta que ocupó la sesión completa. A pesar de ello, pronto comenzó a
remitir colaborando en las sesiones cada vez con más atención.
Se utilizó también durante el primer mes el juego libre como recompensa al
final de la sesión, aunque se fue retirando de forma paulatina.
Además de ello, se le reforzó más por el trabajo y el esfuerzo que por la
corrección en la articulación. De esta forma se buscó que la niña valorase más el
hecho de intentar conseguir algo que el que lo hiciera sin errores. No por ello se
dejaba de elogiar cada progreso haciéndolo evidente delante de la madre, con lo
que la niña se sentía a la vez valorada y orgullosa por lo logrado.
Para motivar a la niña, las actividades se basaron en sus centros de interés
(los animales, el campo, los dibujos y los juegos de mesa).
El Ritmo y la Velocidad del habla, son aspectos que se trataron al mismo
tiempo que la articulación, para no entorpecer el desarrollo ni el ritmo del lenguaje.
Para modificar estos aspectos, trabajamos con actividades del tipo:
- Repetición de sílabas conocidas con ritmos marcados que van variando, para
acabar siempre con ritmos lentos.
Como forma de enlentecer el habla al tiempo que se trataban las omisiones,
se utilizaron actividades como:
- Acompañar las palabras en que presenta dificultad con golpes que recalcaran el
número de sílabas e intentar no omitir ninguna. En este momento no se insiste en
que la articulación sea correcta, sino en que el número de sílabas utilizadas y el
ritmo sean adecuados.
La aplicación de las praxias era corta, para evitar la fatiga al ejecutarlas y
favorecer la motivación de la niña. Al inicio de cada sesión se realizaban aquellas
que podían favorecer los fonemas a trabajar esa tarde. Ya que la movilidad en
general era buena pero tensa, nos centramos sobre todo en la relajación de los
órganos fonatorios, en especial los labios y la lengua.
Estos ejercicios se realizaron con apoyo de dibujos en los que aparecían
objetos representativos del movimiento (utilizamos las Imágenes para el
entrenamiento fonético de Bustos Sánchez (1993)). Para aprenderlos se utilizaba el
feedback visual y sensorial, utilizando el espejo o la descripción de las sensaciones
y posiciones de los órganos a medida que se realiza el movimiento.
Por ejemplo, en las sesiones dedicadas a los fonemas alveolares se utilizaron
praxias como: acariciar con la punta de la lengua la parte anterior y posterior de los
incisivos superiores, colocar la lengua entre los dientes emitiendo sonido y retirarla
rápidamente hacia los alveolos, barrer el paladar con la lengua hacia los dientes y
hacia el velo, golpear con la punta de la lengua la zona alveolar o apoyar con
distinta presión. En cada uno de estos ejercicios nos centramos en sensaciones
como la tensión y relajación de la lengua, el cosquilleo o la presión que se produce,
la forma de los lugares en que se apoya la lengua, etc.
En la adquisición de los fonemas nuevos hemos seguido el orden que suelen
llevar en la evolución natural del lenguaje.
Utilizamos por ejemplo, el gesto de ofrecer con elegancia partiendo del
cuerpo hacia delante para el fonema /d/, o colocar la mano suavemente en la
garganta para la /g/.
Una vez que logramos que la niña emita correctamente el fonema en sílabas,
comenzamos a introducir palabras desconocidas que lo contengan, ya que aún no
están distorsionadas. Una vez que lo hace correctamente, pasamos a palabras
conocidas para ella, en las que existe asimilación, sustitución u omisión.
Corregimos los errores y le pedimos que articule la palabra ya de una forma
correcta. Sólo se exige corrección en la articulación de los fonemas ya adquiridos o
en proceso de adquisición.
Aunque se sitúa dentro de las puntuaciones normales para su grupo de edad
en la prueba de discriminación auditiva, trabajamos la discriminación de aquellos
fonemas que sustituye con más frecuencia. Para ello utilizamos ejercicios del tipo:
- Hacer sentir a la niña las repercusiones de uno y otro fonema en aspectos como la
salida del aire o la vibración de las cuerdas, colocando su mano en el cuello del
logopeda o delante de la boca o nariz. A continuación, intentar reproducirlo
poniendo la mano en el mismo lugar de su cuerpo.
- Hacer los gestos que se han establecido como pertenecientes a los distintos
fonemas consonánticos que forman las palabras que se le presentan.
5. ORIENTACIONES A PADRES.
En un principio se le pidió que reforzara con comentarios breves las ocasiones
en que la niña hablaba con familiares o amigos sin enfadarse porque no le
entendieran o por tener que repetir. Esto se fue extinguiendo a medida que B.
aceptaba con más naturalidad su dificultad. Durante las sesiones también la madre
o la hermana debían elogiar a la niña por su esfuerzo.
- Que la niña hiciera en casa ejercicios de soplo con globos, pompas de jabón,
velas, pompas de chicle (aprovechando para trabajar el movimiento de sacar y
meter la lengua entre los dientes), etc.
- Una vez iniciada la discriminación de sonidos se le sugirió que jugara con ella cada
vez que iban en el coche a decir sílabas o palabras parecidas. Cuando la niña oyera
la que se le pedía, debía utilizar algún tipo de expresión o movimiento.
Se informó a la tutora del comienzo del tratamiento y del plan de trabajo a
seguir, y se le sugirió que cuando no entendiera a la niña le pidiera que se lo dijera
de otra forma o lo repitiera.
Le pedimos, al igual que a la familia de B. que ofrezca a la niña unos modelos
correctos e intente evitar reforzar sus incorrecciones.
7. EVALUACIÓN FINAL
Antes de las vacaciones de verano la tutora nos informa de los avances
observados en la conducta de B. en el aula. Ya ha dejado de pegar, insultar o
enfadarse con los compañeros cuando no le entendían a la primera. Además de ello
percibe que el lenguaje de la niña es algo más claro.
Dos meses después del comienzo del nuevo curso escolar se volvió a evaluar
a B. a través de la grabación y análisis de su lenguaje espontáneo, y la aplicación
de las pruebas de discriminación auditiva y el PAF (Vallés Arándiga, 1995). Los
resultados obtenidos fueron los siguientes:
Lenguaje
fonem
repetición
a
espontáneo
/b/ (suele necesitar signo
/b/ /p/
para discriminar)
/ө/ /s/ /s/
/t/ /r/ en
/d/ Correcto con apoyo signo
ocasiones
/l/ /r/ en
/n/ /n/
ocasiones
/l/ /r/ /l/
/l/ en algunas
/ŗ/ /l/ en algunas palabras
palabras
/λ/ /l/ /λ/
/ç/ /t/ /t/
/l/ en algunas
/j/ /j/
palabras
/r/ /l/ en muchas
/g/ /g/ apoyado con signo
palabras
8. OBSERVACIONES.