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El Rotacismo

¿Por qué la letra "R" y no otra?

La explicación es muy sencilla. El fonema "R" se adquiere sobre los 3 años de edad, y
es uno de los últimos fonemas que aprendemos a pronunciar. Por consiguiente, es muy
común que el niño tarde en pronunciar la letra "R" o que pueda tener problemas con
ella. Es la dislalia más habitual junto con la "Z" y con la "D".

Estos defectos del habla, generalmente pueden llegar a corregirse por si solos ya que
suelen desaparecer cuando el niño adquiere una capacidad auditiva motriz más precisa.
Aunque esto no ocurre siempre.

Si el niño alcanza la edad de 5 años y no muestra señal de haber incluido este sonido en
su lenguaje, es necesario acudir a un logopeda para iniciar un tratamiento adecuado que
corregirá el rotacismo. Es importante corregir esta dislalia funcional, ya que a la edad de
5 años es cuando los niños empiezan a leer, y si no la pronuncian, tampoco la
reconocerán y será difícil para ellos comprender la lectura. Además, tienden a
autodictarse de forma errónea al escribir.

El único problema del rotacismo es el punto de articulación del fonema. El niño no


coloca la lengua donde hay que ponerla al pronunciar el sonido "R", y no sopla como
debería hacerlo.

<

La "R" es un sonido alveolar, que se consigue haciendo vibrar la punta de la lengua


contra el paladar. Esta letra corresponde a dos sonidos, el de la "R" suave (vibrante
simple) y el que corresponde a la grafía "RR" que es fuerte (vibrante múltiple).

CAUSAS MÁS COMUNES DEL ROTACISMO:

- El rotacismo no se debe a ningún problema de retraso congénito.

- Tiene como base el punto de articulación, por eso es tan importante que el niño
aprenda a encontrar el lugar adecuado para pronunciar este sonido.

- El uso del chupete puede generar este retraso de aprendizaje de la "R", ya que el niño
no está acostumbrado a sacar la lengua.

- Por cómo la pronuncian sus mayores. Es importante escuchar a los padres del niño con
rotacismo, ya que puede ser que ellos tampoco la pronuncien de forma adecuada.

EJERCICIOS PARA SOLUCIONAR EL ROTACISMO:

- Se enseña al niño a llevar una correcta respiración con diversos ejercicios.

- Las praxias linguales, que no son más que diversos movimientos de la lengua.
- Los ejercicios anteriores permiten al logopeda trabajar el punto de articulación.
Después, se pide a los pequeños que soplen con fuerza.

- Se puede ayudar a pronunciar este fonema asociándolo a un gesto, por ejemplo, al de


llevar una moto y reproducir el sonido que hace al acelerar muy fuerte.Estos ejercicios,
además de entretenidos para los niños, suelen funcionar porque están siempre dispuestos
a imitar.

- Y sobre todo, mucha práctica, porque el niño, finalmente, pronunciará la letra "R" sin
ningún problema.

En cualquier caso la solución más eficaz para este trastorno del lenguaje es el
tratamiento con un logopeda. El tratamiento puede durar de 3 meses a un año, según la
paciencia y disposición del pequeño. Como los ejercicios son excesivamente repetitivos,
el pequeño no debe soportar sesiones de más de 30 minutos para realizar esta actividad.

Además de la ayuda de un profesional, los padres pueden ser modelos de expresión


verbal para el niño. Porque en esta faceta de aprendizaje el pequeño se apoya, como en
otras, emocionalmente en los padres.

De todas formas, ante esta dislalia funcional sólo hay que tener paciencia, ya que el niño
aprenderá finalmente a pronunciar el sonido "R".

DESARROLLO FONÉTICO DE 0 A 6 AÑOS: EJERCICIOS


            ARTICULATORIOS PARA LA ESTIMULACION DEL LENGUAJE
Para saber si existe algún
retraso de lenguaje, es preciso
conocer las características
principales del desarrollo del
lenguaje de acuerdo a la edad
del niño. Algunos demuestran
dificultad para la correcta
articulación de los fonemas
(sonidos), a esto se le
denomina “dislalias”, los
padres lo identifican cuando
escuchan que el niño omite,
sustituye o altera algunos
sonidos concretos en su hablar,
en este caso hay que descartar
problemas auditivos o
problemas de la cavidad oral.

Los padres y educadores deben tener presente que los niños


adquieren los fonemas de acuerdo a su edad. Por ejemplo un niño
que dice “lete” cuando se refiera a “leche” o “calo” en lugar de
“carro”, probablemente no ha desarrollado habilidades articulatorias
que le permiten pronunciar adecuadamente los fonemas de las
consonantes “ch” y “r”. Por otro lado no se descarta que existan
otros factores como problemas orgánicos o la sobreprotección
familiar e inadecuados modelos de pronunciación, factores que
influyen en los problemas de lenguaje.

A nivel de articulación, generalmente se considera que en los seis


primeros años el niño adquiere progresivamente el sistema
fonológico del idioma español.

*EDADES DE ADQUISICIÒN DE FONEMAS

 EDADES DE
 FONEMAS
ADQUISICION
 /m/, /n/, /ñ/, /p/, /k/, /f/, /y/, /l/, /t/, /c/,
 3 años
/ua/, /ue/.
 /b/, /g/, /r/, /bl/, /pl/, /ie/  4 años
 /fl/, /kl/, /br/, /gr/, /gr/, /au/, /ei/  5 años
 /rr/, /s/, /x/, /d/, /g/, /fr/, /pr/, /tr/, /dr/, /eo/  6 años

*Este es una tabla de desarrollo fonológico estándar que puede


variar según el lugar de procedencia del hablante.

Intervención en problemas de lenguaje

Para una adecuada intervención es necesario el apoyo de la familia


para brindar una adecuada estimulación del lenguaje, realizar
ejercicios de respiración y praxias, así como la guía y orientación de
una especialista en terapia de lenguaje.

Ejercicios de praxias:

La articulación de los fonemas está relacionada con el desarrollo


motor del niño, por ello el objetivo de las praxias es ejercitar la
motricidad fina que afecta a los órganos de la articulación, de forma
que el niño/a pueda adquirir la agilidad y coordinación necesarias
para hablar de una forma correcta.

Ejercicios de soplo:

 Soplar una corneta o silbatos.


 Aprovechar el baño para soplar las burbujas del jabón.
 Inflar globos.
 Hacer bolitas de papel y pedirle que las sople en una
superficie plana a manera de juego.

Ejercicios de labios:

 Apretar los labios y aflojarlos sin abrir la boca.


 Separar ligeramente y juntar los labios con rapidez.
 Sonreír sin abrir la boca y posteriormente reír.
 Proyectar los labios hacia la derecha y hacia la izquierda.
 Oprimir los labios uno con otro, fuertemente.
 Sostener un lápiz con el labio superior a modo de bigote.
 Inflar las mejillas y al apretarlas con las manos hacer
explosión con los labios.
 Abrir y cerrar la boca como si bostezara.

Ejercicios de lengua

 Sacar la lengua lo máximo posible y volverla dentro de la


boca en movimientos repetidos a distintos ritmos.
 Mover lateralmente, la punta de la lengua, al lado izquierdo
y derecho.
 Sacar la lengua y levantarla lo más posible y luego, bajarla
al máximo.
 En el interior de la boca, llevar la lengua en todas las
direcciones.
 Tocar la cara inferior de las mejillas interiores con la punta
de la lengua.
 Movimientos giratorios de la lengua, siguiendo toda la
superficie de los labios, primero en un sentido y luego en el
contrario.
 Movimientos rápidos de salida y entrada de la lengua,
vibrando sobre el labio superior.
 Acartuchar la lengua doblando los laterales de la misma.
 Sacar y meter la lengua alternadamente, primero con
lentitud y luego con rapidez.

Ejercicios de mandíbula

 Abrir y cerrar la boca.


 Hacer como si mascaramos chicle.
 Imitar el movimiento de bostezo.

Recomendaciones:

 Tener en cuenta que el desarrollo fonemático de cada niño


es variable pero hay que considerar las edades topes de
adquisición según la tabla sugerida.
 Los ejercicios propuestos deben ser motivadores para el
niño/a, por tanto la educadora debe emplear estrategias o
materiales atrayentes como silbatos, burbujas, láminas o
espejos para la imitación de los movimientos práxicos.
 Es importante que el niño realice estos ejercicios de manera
divertida, a manera de juego, la motivación es la principal
aliada para el logro de los objetivos propuestos.
 Deben ser lo suficientemente breves para evitar el cansancio
del niño/a.
 Acudir a un especialista o terapeuta cuando se tenga dudas
sobre el normal desarrollo del lenguaje del niño, él será la
persona más indicada para detectar cualquier problema o
anomalía y orientarnos sobre cuáles son las terapias más
convenientes.

TRASTORNO ARTICULATORIO EN UNA NIÑA CON REPERCUSIONES


PSICOAFECTIVAS

por  Elena García-Baamonde Sánchez

(Tomado del Libro: Moreno, J.M., Suárez, A. y Martínez, J.D. (2003).


Trastornos del Habla. Estudio de Casos. Madrid: EOS)

1. DESCRIPCIÓN DEL SUJETO Y SU PROBLEMÁTICA

        B. es una niña de 3 años y 7 meses de edad, que en el momento de acudir a


consulta se encuentra en el tercer trimestre de 1º de Educación Infantil. Cumple los
años a finales de septiembre, por lo que es una de las más pequeñas de su clase.

        Acude a consulta por recomendación de su profesora que informa a los padres
de la existencia de grandes dificultades de articulación que hacen casi
incomprensible para ella y los demás compañeros el discurso de la niña. Ante este
hecho, la profesora suele contestar a la niña como si la comprendiera. Los niños,
por el contrario le hacen repetir las cosas o le dicen que no le entienden, a lo que la
niña responde con conductas agresivas. Últimamente se niega a jugar con ellos y
ha comenzado a quedarse algo aislada.

        Los padres no habían concedido demasiada importancia a su lenguaje por el


momento, aunque apenas la entienden. Comentan que su hija se esfuerza por
hacerse entender en casa expresando las cosas de diferentes formas, o
preguntando si lo ha dicho bien. Creen que le preocupa mucho su problema,
aunque evita hablar del tema. Últimamente incluso se niega a salir con los amigos
de los padres y sus hijos, porque cree que se ríen de ella.

        Aunque la profesora ha solicitado una evaluación por parte del equipo de
orientación del centro, no cree que por el momento vaya a ser posible, por lo que
los padres deciden acudir a consulta externa.

        La familia de B. está compuesta por el padre de 38 años, la madre de 36 y


una hermana de 11 años. Ambos padres son funcionarios, con un nivel cultural
medio-alto. Por su horario de trabajo tienen una empleada de hogar que atiende a
las niñas a la hora de levantarse y durante la comida. No existen problemas de
lenguaje en la familia ni en la cuidadora.

        Las relaciones afectivas entre los miembros de la familia son buenas y los
padres evitan discrepar delante de las niñas. El estilo educativo es adecuado, así
como los horarios y hábitos familiares.

        El embarazo de B fue buscado por los padres y deseado por la hermana. Nació
a término, y aunque el período de expulsión no fue largo, tuvieron que utilizar
ventosa. Su peso y talla fueron normales, así como su primera valoración en la
clínica. La alimentación fue artificial desde el primer momento, porque le ofrecieron
biberones en la clínica y rehusó el pecho. En la actualidad toma biberón después de
la cena.

        Su salud es buena, con la única incidencia de una otitis a los 2 años de edad.
La madre afirma que a los 3 meses ya tenía los primeros dientes.

        Los datos de desarrollo psicomotor indican una evolución normal, aunque
todavía no está definida su preferencia manual. Tanto la profesora como sus padres
observan que utiliza con facilidad ambas manos para cualquier actividad que
realice. Tiene adquirido el control de esfínteres diurno y nocturno y muestra un
nivel de autonomía adecuado para su edad, aunque la madre afirma que es una
niña cómoda. No presenta ningún tipo de alteración del sueño y su alimentación es
variada.

Las últimas revisiones médicas por parte del dentista y el otorrino, indican que la
implantación dentaria es buena y su audición es normal.

        En cuanto a la evolución del lenguaje, la madre afirma que el balbuceo fue
normal y comenzó a decir las primeras palabras (papá y mamá) al año. Hacia el
año y medio comenzó con las frases de dos palabras, y en la actualidad utiliza el
lenguaje con bastante frecuencia y con frases extensas que sólo se entienden en el
contexto en que son emitidas. Su voz es normal y le gusta cantar, aunque comete
los mismos errores articulatorios.

        Su escolarización ha comenzado este año, ya que hasta este momento ha


permanecido en casa bajo el cuidado de la empleada de hogar. Su rendimiento es
bueno y realiza las tareas de clase con facilidad e interés. Acude a clase con
regularidad y parece haberse adaptado bien a la profesora y al ambiente del
colegio, aunque últimamente ha comenzado con los problemas ya referidos.
        Es bastante activa y prefiere los juegos en los que haya actividad motriz
fuerte, como correr o saltar. Le gusta el campo y los fines de semana pasa bastante
tiempo en una casa donde ayuda a recoger los huevos de las gallinas, juega con los
perros, etc... Normalmente es una niña alegre, aunque se irrita con facilidad.

2. EXPLORACIÓN

        En vista de que el informe del pediatra y los datos obtenidos en la entrevista
indican un desarrollo psicomotor normal, no se utilizaron pruebas específicas para
evaluarlo. En la entrevista con su profesora nos indica además que la niña realiza
las tareas escolares con mucha rapidez y eficacia y demuestra tener bien adquiridos
los conceptos básicos. Por estas razones sólo se utilizó la observación del desarrollo
general en situaciones de juego dirigido con la niña.

        Las primeras sesiones con la niña fueron por tanto sesiones de juego
grabadas, en las que además de establecer una buena interacción con ella, se
pretendía estudiar su momento evolutivo y su lenguaje espontáneo. El
mantenimiento del juego durante varias sesiones fue, en cierto modo, una forma
obligada ya que por miedo a que la niña se negase a acudir al centro o a colaborar,
la madre no quiso decirle el motivo de las visitas hasta pasados unos días.  A lo
largo de estas consultas, quedó patente la importancia que concedía la niña a su
problema de comunicación y su tendencia a evitar cualquier situación en que se
pudiera ver comprometida. A pesar de establecer una buena empatía, mostraba
mucha resistencia cuando la actividad se dirigía hacia cualquier aspecto de su
lenguaje, por lo que el periodo de acomodación al tratamiento fue largo.

        Para la evaluación del lenguaje se utilizaron las siguientes pruebas:

- El análisis del lenguaje espontáneo de la niña se realizó, como ya hemos dicho, en


situaciones de juego dirigido aparentemente desestructuradas, formulándole
preguntas para que narrara acontecimientos diarios. También se utilizaron láminas
que hacían referencia a situaciones familiares cotidianas, ante las cuales la niña
debía narrar verbalmente lo que sucedía en cada una de ellas.

- Para estudiar el lenguaje dirigido o inducido con referencia visual y el lenguaje


repetido, se utilizó el Registro Fonológico Inducido de Monfort y Juárez (1999).

- Para evaluar el lenguaje dirigido o inducido sin referencia visual, utilizamos la


Prueba Evaluación de la Articulación del Niño mediante Intraverbales de Gallardo y
Gallego (1993).
- Para analizar la fonética reproductiva, utilizamos la Prueba de Imitación de
Vocales y Sílabas de Busto Barcos (1998)

- Para el análisis de la discriminación auditiva del niño utilizamos la Prueba para la


Evaluación de la Discriminación Auditiva y Fonológica (EDAF) de Brancal y cols.
(1998).

- Para explorar la motricidad buco-facial de la niña, su respiración y capacidad de


soplo utilizamos la Prueba de Articulación de Fonemas (PAF) de Vallés Arándiga
(1995), que valora el nivel de dominio muscular de los órganos: boca, labios,
lengua, dientes.

- Para analizar la capacidad de la niña para relajarse y el tono que tiene


habitualmente, utilizamos la técnica de la muñeca de trapo (ver Anexo 1).

         Como resultados de la exploración, obtenemos los siguientes:

         El desarrollo motor es normal, mostrando una gran agilidad para los
movimientos gruesos y destreza en la movilidad manual. Utiliza ambas manos
indistintamente, aunque parece haber cierta preferencia por la izquierda. Tiene
adquiridos los conceptos básicos (color, cantidad, partes del cuerpo, etc.) e
interioriza con facilidad los aprendizajes nuevos.

         En relación a su comunicación e interacción comprobamos que:

- Sus gestos y el control de la mirada son adecuados a la situación comunicativa.

- Utiliza fórmulas de cortesía.

- Inicia de forma espontánea la conversación y es capaz de seguir la que se le


propone.

- Cuando se le pide que repita algo o se le intenta corregir se enfada y se niega a


seguir trabajando.

- Su inquietud motriz y su rechazo a todo lo que le suponga dificultad hacen que le


cueste mantener la atención centrada en las tareas.

         En cuanto a la agilidad en la zona oral y a su respiración apreciamos que:

- Presenta una buena coordinación respiratoria.


- La mecánica del soplo es adecuada.

- La realización de las praxias linguales y labiales es buena en la imitación, aunque


no es capaz de realizarlas a través de una orden oral.

- Imita casi todos los gestos faciales, con excepción de la mímica del llanto y el
guiño de los ojos.

- La exploración de los órganos fonatorios no aporta información significativa.

         Respecto a la semántica y morfosintaxis, vemos que la niña:

- Presenta un nivel de vocabulario adecuado.

- Utiliza frases compuestas sin omitir artículos, preposiciones o conjunciones.

- Conjuga los tiempos verbales, con los errores propios de su edad.

- Es capaz de repetir frases sencillas.

- Utiliza correctamente el género y el número.

         Los resultados en obtenidos en la capacidad de discriminación auditiva,


indican que a la niña:

- Le cuesta centrar su atención cuando el sonido no proviene de la persona que


tiene delante.

- Los resultados del EDAF (Brancal y cols., 1998) indican una buena discriminación
de sonidos del medio (DSM) y media en cuanto a discriminación figura-fondo
auditiva (DFFA). En la discriminación fonológica en palabras (DFP) y en la
discriminación fonológica en logotomas (DFL) alcanza puntuaciones elevadas y
únicamente queda por debajo de la media en la memoria secuencial auditiva
(MSA). En esta última prueba mejoran los resultados de una forma significativa si
es el evaluador y no la cinta la que emite la secuencia de palabras a recordar.
         En cuanto al ritmo, apreciamos dificultades en la internalización y
seguimiento del mismo. Presenta taquilalia que unida al problema articulatorio
dificulta la comprensión de su lenguaje.

         El área fonético-fonológica, es el más afectado. En su lenguaje espontáneo


hay omisión, inversión, asimilación y sustitución de sílabas, de forma tan
abundante que dificulta la comprensión de su discurso fuera del contexto.

         No se aprecia distorsión en los fonemas que es capaz de emitir, aunque


todavía le faltan algunos por adquirir.

         En el lenguaje espontáneo omite siempre una de las vocales de los hiatos y
diptongos, sin embargo en la repetición es capaz de combinar dos o tres vocales sin
problema.

         No es capaz de articular los sinfones y omite la consonante final en las


sílabas mixtas.

         En el caso de la /f/, /m/ y la /k/, las sustituciones son aleatorias, con lo que
podemos decir que tiene los fonemas adquiridos.

         En la siguiente tabla, pueden apreciarse las sustituciones y omisiones (al


inicio, medio o final de palabra) que realiza en el lenguaje espontáneo.

fonema sustitución Omisión


/b/ /p/  /l/
/m/ /p/ /l/ Medio
/ө/ /s/ Final
     /d/ /t/ Final
     /f/ /s/

/n/ /l/ /r/ Final


/ņ//ç/ /t/

/λ/ /l/ /t/


/ŗ/ /l/ Final

/r/ /l/ /t/ Medio


/K/ /p/
Final y
/j/ /l/
medio
/g/ /K/ /l/

         Respecto a la relajación y el tono muscular, comprobamos que la niña tiene


un tono elevado en situaciones normales, y se acompaña de una gran actividad
motriz.

         Aunque le cuesta entrar en la actividad, se relaja sin dificultad. No le ocurre


lo mismo cuando se refiere a los labios, mandíbula y lengua, en los que presenta
hipertonía.

3. DIAGNÓSTICO

         Dado que la exploración de los órganos fonatorios no aporta datos


significativos, su grado de desarrollo es normal en todas las áreas y su audición no
presenta problemas, hay que pensar en una dislalia. Teniendo en cuenta la edad de
la niña, sólo podemos decir que es de carácter evolutivo.

         El hecho de que no presente dificultades para la discriminación de sonidos y


fonemas, así como las características personales de la niña, nos hacen pensar que
remitirá de forma espontánea a medida que la niña madure. A pesar de ello, las
repercusiones emocionales y comportamentales que presenta nos empujan a
comenzar su tratamiento.

4. INTERVENCIÓN.

         En función de los datos obtenidos, se plantearon los siguientes objetivos


generales:
- Motivar a la niña para la realización de actividades relacionadas con el lenguaje.

- Incrementar su autoeficacia y su resistencia a la frustración.

- Mejorar la motricidad de los órganos articulatorios con el fin de lograr la


coordinación necesaria para adquirir nuevos fonemas.

- Reducir la velocidad del habla y desarrollar la internalización y el seguimiento del


ritmo.

- Conseguir una pronunciación correcta de los fonemas afectados por la dislalia y su


integración en el lenguaje espontáneo.

         Para el primer objetivo general no nos planteamos objetivos específicos.

         Para incrementar su autoeficacia y resistencia a la frustración, nos


planteamos los siguientes objetivos:

- Lograr que en las sesiones la niña prime el hecho de trabajar con interés sobre la
perfecta articulación de las palabras.

- Enseñar a valorar más los progresos que los errores.

- Incrementar la tolerancia a la repetición de frases o palabras.

         Para  mejorar la motricidad de los órganos fonatorios:

- Potenciar la movilidad de la lengua y su relajación.

- Disminuir el tono de los labios y favorecer su movilidad.

- Favorecer la relajación de la mandíbula.

- Aumentar la fuerza y direccionalidad del soplo.

         Para reducir la velocidad del habla y desarrollar la internalización y el


seguimiento del ritmo:

- Capacitarla para seguir ritmos impuestos.

- Enseñar a percibir las sílabas de las que se compone una palabra dada de forma
que lleguen a producirse sin omisiones.
- Incrementar la conciencia de la velocidad de emisión del lenguaje.

         Para conseguir una pronunciación correcta de los fonemas afectados:

- Favorecer la toma de conciencia de los movimientos y posiciones  de los órganos


articulatorios implicados en los fonemas a trabajar.

- Impulsar la adquisición de los fonemas que aún no es capaz de emitir.

- Favorecer la discriminación de los sonidos que componen cada palabra,


comenzando por las desconocidas para llegar a las conocidas que distorsiona.

- Corregir las sustituciones y omisiones de los fonemas ya adquiridos en las


distintas posiciones de la palabra en sílabas directas.

- Automatizar la articulación trabajada.

         El tratamiento se llevó a cabo en dos sesiones semanales de 30 minutos, en


las que habitualmente estaba presente la madre o la hermana mayor de B. Dada la
importancia de los factores emocionales y comportamentales derivados de la
dislalia y la falta de motivación de la niña, se decidió dar primacía a estos aspectos
en el inicio del tratamiento.

         En primer lugar trabajamos la Motivación y Autoeficacia.

         Tras las sesiones de evaluación, y viendo que su hija venía con agrado al
centro, la madre informó a la niña del motivo de las visitas. En esta primera sesión,
hablamos brevemente con B sobre su preocupación por mejorar su lenguaje y cómo
podíamos ayudarla. Establecimos con ella el compromiso de acudir al tratamiento.
A partir de este momento, se mostró algo más colaboradora en las tareas de
lenguaje, aunque continuó con conductas de evitación y enfado cuando se le pedía
que repitiera un ejercicio o lo que había dicho.

         Ante esta actitud, se optó por reforzar cada poco tiempo el trabajo que
realizaba con comentarios del tipo “estás trabajando muy bien”,  ignorando las
conductas inadecuadas. La madre o la hermana continuaban haciendo las tareas
junto con el logopeda, ignorando a la niña hasta que se sentaba. Los comentarios
inadecuados se pasaban por alto, continuando con la actividad como si no hubiesen
ocurrido o si fuera necesario, con una breve respuesta. Durante los primeros días la
niña intentó incrementar este tipo de comportamientos, llegando incluso a tener
una rabieta que ocupó la sesión completa. A pesar de ello, pronto comenzó a
remitir colaborando en las sesiones cada vez con más atención.

         Se utilizó también durante el primer mes el juego libre como recompensa al
final de la sesión, aunque se fue retirando de forma paulatina.

         Además de ello, se le reforzó más por el trabajo y el esfuerzo que por la
corrección en la articulación. De esta forma se buscó que la niña valorase más el
hecho de intentar conseguir algo que el que lo hiciera sin errores. No por ello se
dejaba de elogiar cada progreso haciéndolo evidente delante de la madre, con lo
que la niña se sentía a la vez valorada y orgullosa por lo logrado.

         Para motivar a la niña, las actividades se basaron en sus centros de interés
(los animales, el campo, los dibujos y los juegos de mesa).

         El grado de exigencia fue incrementándose en función de lo que la niña era


capaz de tolerar. Al principio fue muy leve insistiendo poco a poco en las
repeticiones y el trabajo articulatorio. Durante el resto del tiempo utilizamos
canciones, lotos y juegos de mesa elaborados para facilitar la motricidad buco-
facial, el soplo, el ritmo y la denominación.

         El Ritmo y la Velocidad del habla, son aspectos que se trataron al mismo
tiempo que la articulación, para no entorpecer el desarrollo ni el ritmo del lenguaje.
Para modificar estos aspectos, trabajamos con actividades del tipo:

- Dar palmadas o golpes siguiendo el ritmo de una canción.

- Tocar el xilófono o el tambor imitando los ritmos impuestos.

- Cantar una canción con ritmos y velocidades diferentes.

- Realizar movimientos rítmicos con alguna parte del cuerpo.

- Repetición de sílabas conocidas con ritmos marcados que van variando, para
acabar siempre con ritmos lentos.

         Como forma de enlentecer el habla al tiempo que se trataban las omisiones,
se utilizaron actividades como:

- Acompañar las palabras en que presenta dificultad con golpes que recalcaran el
número de sílabas e intentar no omitir ninguna. En este momento no se insiste en
que la articulación sea correcta, sino en que el número de sílabas utilizadas y el
ritmo sean adecuados.

- Dividir las trisílabas y polisílabas en partes (2 ó 3) para facilitar su consecución.

         Otro aspecto que trabajamos fue la Movilidad de la zona oral.

         La aplicación de las praxias era corta, para evitar la fatiga al ejecutarlas y
favorecer la motivación de la niña. Al inicio de cada sesión se realizaban aquellas
que podían favorecer los fonemas a trabajar esa tarde. Ya que la movilidad en
general era buena pero tensa, nos centramos sobre todo en la relajación de los
órganos fonatorios, en especial los labios y la lengua.

         Estos ejercicios se realizaron con apoyo de dibujos en los que aparecían
objetos representativos del movimiento (utilizamos las Imágenes para el
entrenamiento fonético de Bustos Sánchez (1993)). Para aprenderlos se utilizaba el
feedback visual y sensorial, utilizando el espejo o la descripción de las sensaciones
y posiciones de los órganos a medida que se realiza el movimiento.

         Por ejemplo, en las sesiones dedicadas a los fonemas alveolares se utilizaron
praxias como: acariciar con la punta de la lengua la parte anterior y posterior de los
incisivos superiores, colocar la lengua entre los dientes emitiendo sonido y retirarla
rápidamente hacia los alveolos, barrer el paladar con la lengua hacia los dientes y
hacia el velo, golpear con la punta de la lengua la zona alveolar o apoyar con
distinta presión. En cada uno de estos ejercicios nos centramos en sensaciones
como la tensión y relajación de la lengua, el cosquilleo o la presión que se produce,
la forma de los lugares en que se apoya la lengua, etc.

         Otro aspecto trabajado fue el Entrenamiento fonético.

         En la adquisición de los fonemas nuevos hemos seguido el orden que suelen
llevar en la evolución natural del lenguaje.

         Comenzamos con la explicación del punto y modo de articulación correctos


del fonema a trabajar (posición correcta de los órganos, salida del aire y tensión
necesaria para producirlo). Si hay posibilidad, partimos también de fonemas
cercanos que la niña articula de forma correcta, distorsionándolos sucesivamente
hasta emitir el que buscamos.
         Para favorecer la comprensión y la interiorización del fonema trabajado, le
pedimos que lo emita acompañado de gestos significativos para cada fonema.
Algunos de ellos son elaborados con la niña de forma que le resulten altamente
representativos y otros  extraídos del método verbotonal de GUBERINA para la
reeducación de deficientes auditivos. Este método tiene en cuanta la tensión,
intensidad, tiempo y espacio del movimiento a utilizar en función de las
características de cada fonema.

         Utilizamos por ejemplo, el gesto de ofrecer con elegancia partiendo del
cuerpo hacia delante para el fonema /d/, o colocar la mano suavemente en la
garganta para la /g/.

         Una vez que logramos que la niña emita correctamente el fonema en sílabas,
comenzamos a introducir palabras desconocidas que lo contengan, ya que aún no
están distorsionadas. Una vez que lo hace correctamente, pasamos a palabras
conocidas para ella, en las que existe asimilación, sustitución u omisión.
Corregimos los errores y le pedimos que articule la palabra ya de una forma
correcta. Sólo se exige corrección en la articulación de los fonemas ya adquiridos o
en proceso de adquisición.

         Aunque se sitúa dentro de las puntuaciones normales para su grupo de edad
en la prueba de discriminación auditiva, trabajamos la discriminación de aquellos
fonemas que sustituye con más frecuencia. Para ello utilizamos ejercicios del tipo:

- El logopeda emite sílabas o series de sílabas que contienen los fonemas a


discriminar sin que B. pueda verle la boca. Ante la presencia de cada fonema la
niña debe responder de una forma distinta. Por ejemplo, saltar si el fonema es /p/,
y dar un paso si es /b/. Una vez que consigue una buena discriminación de sílabas
se pasa a utilizar el mismo sistema con palabras (por ejemplo, beso y peso). Para
estimularla se le proponen diferentes tipos de respuesta en cada sesión, siempre
teniendo en cuenta que sean acordes a la duración y tensión del fonema con el que
se correspondan.

- Hacer sentir a la niña las repercusiones de uno y otro fonema en aspectos como la
salida del aire o la vibración de las cuerdas, colocando su mano en el cuello del
logopeda o delante de la boca o nariz. A continuación, intentar reproducirlo
poniendo la mano en el mismo lugar de su cuerpo.

- Hacer los gestos que se han establecido como pertenecientes a los distintos
fonemas consonánticos que forman las palabras que se le presentan.
 

5. ORIENTACIONES A PADRES.

         Antes de comenzar tranquilizamos a la madre sobre la importancia del


problema y se le explicó la orientación que pretendíamos seguir durante el
tratamiento. Se pidió su colaboración en forma de tareas para casa iguales a
algunas de las actividades que se realizarían en la sesión y que se le enseñarían
mientras trabajábamos con la niña.

         La permanencia de la madre durante las sesiones y su trabajo en casa nos ha


facilitado la consecución de los objetivos y la generalización del aprendizaje. Al
terminar cada día comentábamos brevemente, mientras B. jugaba en otra sala, el
trabajo realizado y la respuesta de la niña tanto en la consulta como en casa. Se le
daban pautas de actuación si eran necesarias o se resolvían todas aquellas dudas
que pudieran surgir.

         En un principio se le pidió que reforzara con comentarios breves las ocasiones
en que la niña hablaba con familiares o amigos sin enfadarse porque no le
entendieran o por tener que repetir. Esto se fue extinguiendo a medida que B.
aceptaba con más naturalidad su dificultad. Durante las sesiones también la madre
o la hermana debían elogiar a la niña por su esfuerzo.

         Como tareas propias del trabajo sobre el lenguaje se le pidió:

- Que la niña hiciera en casa ejercicios de soplo con globos, pompas de jabón,
velas, pompas de chicle (aprovechando para trabajar el movimiento de sacar y
meter la lengua entre los dientes), etc.

- Ayudar a la niña a realizar algunas praxias delante del espejo o de cara a la


madre.

- Una vez iniciada la discriminación de sonidos se le sugirió que jugara con ella cada
vez que iban en el coche a decir sílabas o palabras parecidas. Cuando la niña oyera
la que se le pedía, debía utilizar algún tipo de expresión o movimiento.

- Cuando un fonema se daba por adquirido se le pedía que lo repitiera en casa.


Primero sólo en sílabas, posteriormente dentro de las palabras trabajadas en la
sesión y finalmente dando a la niña un modelo correcto de aquellas palabras que lo
contenían y que B. distorsionaba de alguna forma.
6. ORIENTACIONES AL TUTOR.

         Se informó a la tutora del comienzo del tratamiento y del plan de trabajo a
seguir, y se le sugirió que cuando no entendiera a la niña le pidiera que se lo dijera
de otra forma o lo repitiera.

         Le pedimos, al igual que a la familia de B. que ofrezca a la niña unos modelos
correctos e intente evitar reforzar sus incorrecciones.

         Asimismo, le pedimos que no fuerce la correcta pronunciación de los fonemas


que la niña no tiene aun adquiridos. Le vamos informando en todo momento sobre
cuáles son los fonemas que estamos trabajando y de qué manera.

Por último, le pedimos que intente controlar, en la medida de lo posible, la actitud


de los otros niños hacia B. y que siempre que pueda refuerce los progresos de la
niña en el aula.

7. EVALUACIÓN FINAL

        Antes de las vacaciones de verano la tutora nos informa de los avances
observados en la conducta de B. en el aula. Ya ha dejado de pegar, insultar o
enfadarse con los compañeros cuando no le entendían a la primera. Además de ello
percibe que el lenguaje de la niña es algo más claro.

        Coincide con nosotros en la observación de que la dominancia lateral de B.


parece estar definiéndose hacia la mano izquierda, aunque aún no está establecida.

        Dos meses después del comienzo del nuevo curso escolar se volvió a evaluar
a B. a través de la grabación y análisis de su lenguaje espontáneo, y la aplicación
de las pruebas de discriminación auditiva y el PAF (Vallés Arándiga, 1995). Los
resultados obtenidos fueron los siguientes:

- La inversión y omisión de sílabas sólo se da ya en palabras polisílabas.

- El ritmo ha mejorado notablemente.

- Hay una mejor discriminación auditiva.

- Se esfuerza por articular correctamente cuando se le corrige, aunque aún le


cuesta algún esfuerzo admitir la insistencia en el trabajo sobre un fonema o una 
palabra.
- Ha aprendido a articular algunos fonemas que no utilizaba, aunque la mayor parte
del tiempo no los emplea en el lenguaje espontáneo. Estos fonemas son: /d/, /j/,
/λ/, /ņ/, /b/, /g/. A veces, se ayuda del signo utilizado para aprender el fonema
cuando se le pide que repita, y en otras ocasiones es necesario mostrárselo para
que se de cuenta del error.

- Están iniciándose los sinfones de la /l/ y el fonema /r/ vibrante.

- Su eficacia en la repetición ha mejorado de forma ostensible

- En resumen, la producción alterada de fonemas es la siguiente:

Lenguaje
fonem
repetición
a
espontáneo
/b/  (suele necesitar signo
/b/ /p/
para discriminar)
/ө/ /s/ /s/
/t/ /r/ en
/d/ Correcto con apoyo signo
ocasiones
/l/ /r/ en
/n/ /n/
ocasiones
/l/ /r/ /l/
/l/ en algunas
/ŗ/ /l/ en algunas palabras
palabras
/λ/ /l/ /λ/
/ç/ /t/ /t/
/l/ en algunas
/j/ /j/
palabras
/r/ /l/ en muchas
/g/ /g/  apoyado con signo
palabras

8. OBSERVACIONES.

         Dos meses después de esta evaluación ha comenzado el tratamiento con la


logopeda del centro escolar. Se le aportó un informe y comentamos el método de
trabajo seguido para evitar discrepancias. De acuerdo con la madre y la nueva
logopeda, se mantuvo una sesión semanal en la consulta mientras duró la
evaluación en el colegio y en las primeras semanas del nuevo tratamiento. En la
actualidad, B. continúa acudiendo al aula de audición y lenguaje del centro escolar.

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