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Introducción
Este trabajo intenta ser una respuesta más a las tantas reflexiones que se generaron en estos
últimos años en torno a cómo el contexto social desde el seno familiar conforma y tiene un
valor único y sustancial en la vida de todo ser humano, e intrínsecamente cómo afecta
positivamente o no en la formación de la persona y su relación con el desarrollo y el éxito
académico en niños normales y aquellos con dificultades cognitivo - afectivas.
Por otra parte, cabe mencionar la influencia que posteriormente ejerce el sistema escolar en los
procesos mencionados, en ambos se reconoce el esfuerzo que se han realizado en los últimos
años por modificar diversos aspectos de dichos entornos para provocar y generar cambios
importantes que faciliten y mejoren el transitar del niño, pero es evidente que aún hay
innumerables factores que entorpecen y obstaculizan el camino, tanto la familia como la escuela
son sistemas sociales -en el sentido que son sistemas vivientes de mutua interacción e
interdependencia, autoorganizados que demuestran cierto grado de autonomía- que están
constantemente expuestos a demandas socio culturales con variadas consecuencias; se observa
de todos modos que los cambios son lentos y algunos resultan inadecuados; por ejemplo desde
los padres se reconoce la dificultad que hoy día tienen para poner límites, el cambio ha sido
radical, existe un vacío entre el autoritarismo, la imposición opresiva, la falta de comunicación
y expresión y una tolerancia exagerada en el modo de tratar al niño, con un darle de todo y no
exigirle nada; Desde la escuela también se advierte aún un persistente acento positivista,
conductista y un exagerado formalismo.
Esto adquiere relevancia ya que existe consenso acerca de la influencia directa que tiene el
adulto a través de su interacción en el desarrollo del niño, la familia y el sistema escolar, son los
espacios sociales inmediatos donde la experiencia vivencia¡ de relación, la comunicación, el
lenguaje y la acción cobran primordial y principal para el hoy y el mañana del niño.
La existencia de todo ser humano está referida al mundo en que vivimos, condicionada,
modificada, estructurada, influenciada y facilitada por el entorno humano y físico en que se
aprende y se desarrolla, donde se es querido o rechazado, estamos temporal y espacialmente en
una interacción constante entre nuestro yo y el mundo.
Se comparte el hecho de que el hombre es fundamentalmente un ser social, por lo tanto, que
nace, crece, aprende y se desarrolla en un contexto social, desde la infancia todos los cambios,
transformaciones aprendizajes y desarrollos se deben a los vínculos que el niño mantiene con
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sus padres, hermanos, parientes y otros, Wernicke, C. ( 1993) destaca que: «las necesidades de
amor y estima nos llevan evidentemente a relacionamos con otros, incluso las necesidades más
básicas, como la de mantener los procesos fisiológicos y el sentimiento de seguridad se
satisfacen mediante los demás».
El ser humano desde su nacimiento es un ser anexado a la sociedad y sus primeros intereses
están en relación al actuar sobre las personas y objetos, la acción y el afecto están imbricadas
una en la otra, el niño aunque sea inicialmente incapaz trata de conectarse y relacionarse,
formar parte de ese medio que lo rodea. Toda persona desde que nace modifica y es modificada
por su entorno, Wallón, H. ( 1981) plantea:
«yo no he podido disociar lo biológico de lo social, no porque los crea reducibles el uno al otro
sino, porque me parecen en el hombre tan estrechamente complementarios desde su nacimiento
que es imposible enfocar la vida psíquica si no es bajo la formación de sus relaciones
recíprocas. Dentro del organismo humano está la necesidad del ser social».
Desde otra perspectiva Maturana, H. ( 1990) también sostiene que «el comportamiento
humano está compuesto por una serie de acciones y reacciones que se manifiestan durante las
relaciones con otros seres humanos, si bien hay algunos factores que son determinantes y
tendrán siempre una influencia decisiva como los factores genéticos - hereditario
condicionantes, recibidos por los progenitores, hay también otros factores subyacentes que
determinan el comportamiento humano, y en este sentido nos referimos al medio ambiente
conformado por los padres, parientes, escuela, que van contribuyendo a lo largo de la vida de
una persona a formarse, otro elemento determinante del comportamiento es el conformado por
las necesidades humanas, las necesidades en desequilibrio que se producen por la carencia de
algo y ésta se recupera solamente con el elemento faltante, este desequilibrio se transforma en
un impulso o energía que nos hace mover en búsqueda del satisfactor, una vez satisfecha cierta
necesidad la persona vuelve a' buscar otros causes, así va logrando niveles superiores, que
luego en el tiempo darán lugar a necesidades que se reconocen como de autorrealización
personal».
Desde una visión social podemos considerar el aprendizaje como un proceso que se sustenta en
la pareja enseñanza-aprendizaje, la síntesis será por lo tanto el proceso educativo, si
entendemos el aprendizaje como un proceso en continuo desarrollo, que genera cambios,
necesidades y nuevos aprendizajes, los que surgen entre la acción y la motivación, éste será
determinado por influencias afectivo emocionales, psíquicas y cognitivas y puede sufrir
alteraciones ya sea desde lo cognitivo por factores endógenos o exógenos y por los procesos
afectivos sociales.
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Es importante reflexionar acerca del contexto social en el sentido que es donde se satisface y
quien condiciona el proceso de aprendizaje. Un punto de partida es poder reconocer y asumir
que vivimos en una época en que las exigencias familiares, educativas, culturales y sociales
tienden sin quererlo a des-contextualizar al niño, vale decir, es frecuente que desde el contexto
familiar y escolar muchas veces los textos (mensajes verbales y no verbales, acciones implícitas
y explícitas) que se transmiten y se comparten genera cierto grado de incertidumbre, más que
promover, favorecer y facilitar aprendizajes básicos y/o superiores dan lugar muchas veces a
ciertas contradicciones que se hacen más evidentes durante la escolaridad formal, surgiendo
síntomas que se reconocen como dificultades del aprendizaje específico, alteraciones
emocionales, desadaptación psico-social, que muchas veces no son más que la verdadera
manifestación sintomática emergente de algo que está más allá de lo manifiesto, o, como la
síntesis de Necesidades mal satisfechas o insatisfechas.
En la práctica, desde la familia y la escuela se observa más bien una necesidad de creer y hacer
creer que lo que se dice es lo que se hace. Revisemos algunas opiniones en relación al contexto
social desde la familia y la escuela, que expectativas se tienen:
- Según el informe de las Naciones Unidas ( 1988) las funciones y tareas que debe cumplir
una familia han mostrado ser prioritarias para el desarrollo de los miembros y el funcionamiento
de la sociedad.
- nivel escolar, desde otra mirada Illich (1985) sostiene que «no se vislumbran cambios
reales en el sistema educativo, institución que está inserta en un complejo socio cultural amplio
cuyo fin pedagógico es promover el proceso de enseñanza-aprendizaje, y también el perfil
político, social y cultural que en definitiva es lo que permite mantener unida a una sociedad y
diferenciarla de otra».
- «La educación también es represiva, así como permite la continuidad del hombre
histórico, el sistema educativo es un instrumento de control que decidirá que conservar,
transmitir o modificar, según el proyecto socioeconómico que rige a la sociedad en la cual está
inserto» Paín, S. ( 1983).
La sociedad demanda del contexto familiar y escolar la conformación del proceso educativo.
Por un lado desde la familia se espera que proporcione el cuidado suficiente, la satisfacción de
las necesidades básicas personales, de relación, aspectos socializados y cognitivos, en síntesis,
un medio emocional afectivo intelectual interpersonal lo suficientemente adecuado como para
promover el desarrollo de un sujeto.
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encargada de proteger al niño hasta que sea capaz de cuidarse a sí mismo, enseñándole
conductas socialmente aceptadas y psicológicamente es la encargada de satisfacerlas
necesidades afectivas de sus miembros. Zegers, B.(1980) complementa de la siguiente manera:
la familia debe brindar la oportunidad de satisfacer ¡as necesidades propias de la edad, que se
expresan en un aumento del impulso vital, un deseo de estar con amigos, de conocer y explorar
el mundo de configuraciones y de rendimientos como expresión de tendencias creativas.
Coartar las iniciativas a través de un estilo disciplinario, restrictivo o sobre protector, puede
generar intensas frustraciones y ser una importante fuente de inseguridad repercutiendo en la
autoestima, la familia debe brindar el afecto y la aceptación que necesita como un ser individual
con motivos e interés.
Por otra parte, la escuela desde una visión integral debe ofrecer una educación que va más allá
de los objetivos cognitivos. Acosta, A. ( 1989), sostiene que la escuela tiene la responsabilidad
de educar a los niños, entregándole las bases necesarias para que desarrolle sus intereses, sus
experiencias, esta educación debe realizarse en un clima, en donde prima la estimulación, la
cordialidad y la aceptación de cada educando, de manera que le permita avanzar hacia la
estabilidad personal y a una integración social eficaz; debemos tener claro que este clima
escolar es una atmósfera que influye en forma decisiva y profunda en cada uno de los agentes
que participan en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La escuela es un sistema que utiliza recursos fundamentalmente humanos para una finalidad
netamente humanizante, sus objetivos van más allá de la simple transmisión de contenidos, debe
también favorecer el desarrollo de la autoestima, si fuera necesario también, proteger al niño de
ciertas incomprensiones que tienen origen en sus hogares, que los aliente a ser mejores, que
acepten sus trabajos con responsabilidad y respeto, motivar el deseo por conocer, descubrir y
aprender, para algunos es su único hogar, donde se pueden sentir ellos mismos, entre sus
profesores y pares, con sus cualidades y defectos, fortalezas y debilidades.
Familia y escuela, conforman los contextos más decidores del proceso de ser persona, sus
influencias interactúan tan directa e intrínsecamente que no podemos dejar de considerarlos,
como agentes responsables del proceso educativo . Sin embargo más allá de las expectativas
que se tengan de dichos contextos, se debe mencionar que son, en gran medida, quienes
generan conflictos, desmotivación, frustración, bloqueos o desajusten que perjudican y
obstaculizan los procesos cognitivos, afectivos y sociales. En la práctica terapéutica el niño
revela más allá de su discurso, su comportamiento y disposición cobran presencia, surgen sus
verdaderas necesidades, deseos, temores, frustraciones y tensiones, lo que revela que desde el
contexto familiar y escolar no actúan como agentes socializadores adecuados, son evidentes las
contradicciones y actitudes que sorprenden al niño, por ejemplo a nivel de procesos cognitivos
superiores siente y expresa el valor que tiene la cantidad de producto contenido y el
comportamiento que debe saber y demostrar.
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Resulta necesario asumir esta percepción y reconocer que dichos contextos sociales dicen del
aprendizaje de la motivación, el deseo, de la acción tanto como de la ansiedad, angustia,
inseguridad o temor.
En este sentido es que se propone una revisión de cómo el sistema familiar y el sistema escolar
se convierten en verdaderos significantes para el niño. La intervención psicopedagógica
requiere de una mirada más abarcativa, más terapéutica y no tan solo reeducativa. Surgen así
tres puntos de análisis:
3. La intervención psicopedagógica.
La palabra familia viene del latín, donde significó conjunto de criados, eran las personas
-emparentadas o no- que vivían en una misma casa, cuyo jefe debía alimentarlas; desde sus
orígenes arcaicos de tribu pasando por los diferentes ensayos poligámicos y por los clanes
patriarcales o matriarcales, los grupos de parientes que conviven, fueron evolucionando hasta la
organización familiar moderna. La familia es considerada el primer pilar y el punto de partida
para el desarrollo de toda persona.
Zuker, A. (1988) sostiene que las relaciones maritales, parentales y fraternales que componen
cada familia, con sus leyes y reglas propias y exclusivas, se insertan en un contexto social, la
familia es un sistema notable por su permanencia, por más que han habido intentos por
reemplazarla nunca ha sido esto posible en su totalidad.
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afectivo del niño. Dahse, F. 19 82.
Sin embargo, coexistir bajo un mismo techo y compartir vínculos sanguíneos no son suficientes
para unir a sus semejantes y favorecerlos a una vida plena, se requiere de una serie de factores
que inciden en ella como cultura, educación, vivienda, otros y substancialmente el auténtico
cimiento de la célula familiar -el amor recíproco-.
Los individuos más importantes en la vida del niño son sus padres verdaderos, sus padres
adoptivos, sus abuelos o el adulto que asuma el papel de progenitor, la influencia constitutiva
de su hogar, el clima afectivo en que está inmerso, la personalidad de los padres, de la madre el
carácter vincular con ella en primer término, luego las relaciones entre los padres, entre padres
e hijos y entre los hermanos tienen influencia decisiva. Por otra parte la situación económico
social, llega a cobrar gran importancia y puede repercutir fuertemente en la constitución
psicobiológica. El niño nace dotado de ciertos potenciales constitucionales y el medio ambiente
creado por sus padres determinará en gran medida lo bien o mal que se desarrolle su
personalidad. El rol que juegan los padres es primordial, en las primeras fases del niño,
particularmente durante el primer año de su vida, la personalidad de la madre reviste suma
importancia, en los años subsiguientes la personalidad del padre ejerce una influencia decisiva
sobre el desarrollo emocional, luego en mayor o menor grado existe la influencia de los
hermanos, abuelos, parientes y amigos.
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Satir, V. ( 1978), sostiene que toda situación vivida o actuada por parte de los padres traspasa
algún mensaje al niño, de ahí la importancia de que los padres se den cuenta de los efectos que
causan estos mensajes y de cómo influyen en la formación del niño y la autoestima.
Por otra parte es sustancial considerar a la familia como un sistema, el sistema familiar plantea
Minunchin, (1990) se diferencia y desempeña funciones a través de sus sub-sistemas, estos
configuran según Funciones y la posición de sus miembros. Los límites que circunscriben a
estos sub-sistemas están constituidos por reglas (reglamentos explícitos e, implícitos) que
definen quienes participan en cada uno de los sub-sistemas y de qué manera, se desprende así
que el comportamiento de cada uno de los miembros de la familia está expuesto a una
constante interacción y depende del resto, lo que le sucede a uno repercute en el otro, lo cual
incide de manera significativa ya que cada conducta, cada discurso va cobrando
cualitativamente un significado especial.
En términos generales las funciones primordiales son: -educación a los hijos en las virtudes
individuales y sociales; procreación de la especie; regulación de la conducta sexual; cuidado y
protección de los niños, inválidos y ancianos; socialización de los hijos; fijación de la posición
social y establecimiento del status; provisión de la seguridad económica-.
Así mismo entre los derechos que se advierten encontramos: -el que toda persona tiene derecho
a formar una familia sin discriminaciones; se debe respetar toda vida humana de acuerdo a su
dignidad, teniendo todos los niños el derecho a la protección, asistencia, sin importar si
presentan o no dificultades, han nacido fuera del matrimonio o son minusválidos, todos deben
tener un ambiente conveniente a su desarrollo; la familia tiene el derecho de progresar y existir
como tal, siendo debidamente respetada, promoviendo su dignidad, intimidad, independencia y
su estabilidad, pudiendo vivir libremente su propia vida religiosa-.
Como sistema familiar en sí mismo, tiene deberes y derechos que desde la interacción es- en
definitiva donde deben fortalecerse las relaciones, respetarse las individualidades y tener en
cuenta que a su
vez no deja de ser un sistema abierto, en transformación, que constantemente se está adaptando
a las demandas de las etapas de desarrollo personal y social en que se encuentra. Entre los
deberes más importantes que se esperan de los hijos respecto a sus padres podemos mencionar:
-amar a sus padres, sin sentirse presionados a ello; -respetar a los padres, en el sentido de no
ofenderlos o avergonzarlos; -obedecer a las demandas lícitas de los padres; -ayudarlos cuando
lo necesiten.
De los padres frente a sus hijos se observan deberes tales como: el brindarles un buen ejemplo,
procurando ser un modelo positivo y amoroso para ellos; -deben manifestar el amor hacia sus
hijos, atenderlos corporal y espiritualmente, procurándoles un porvenir acorde a sus
condiciones.
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Se advierte que cada familia tiene su propio conjunto de valores y metas, y se acepta que los
proyectos varían de familia a familia, más allá de que un sistema familiar `esta conformado por
un grupo de personas que viven en un mismo techo, teniendo lazos de consanguinidad o no, en
definitiva conforman una unidad social, un sistema donde cada uno se ve afectado por el otro,
donde la vida de relación interpersonal está intrínsecamente ligada al amor. No por ello la tarea
es fácil, toda familia normal enfrenta tensiones, sostienen un desafío continuo y constante, para
lo cual se requieren características como la paciencia, tolerancia, comprensión, flexibilidad y
creatividad. Cada uno de los miembros que la componen simultáneamente viven etapas
diferentes, necesidades individuales.
Los padres participan del procesó educativo más complejo, la multiplicidad de factores que
implican la formación de una persona abarca desde el amor incondicional hasta aquellos que
dicen M ambiente físico, recursos materiales y el deseo de prosperar frente a la vida. Según
Satir, V. ( 1978) la preparación para la paternidad es ... madurez, franqueza y conciencia en el
adulto que emprende esta monumental tarea. Si el adulto se lanza a formar una familia sin tener
madurez para ello, el proceso será infinitamente más complicado y azaroso, no necesariamente
imposible, sino simplemente bastante difícil.
Si el devenir de los niños depende de manera especial de las primeras relaciones vinculares intra
familiar, y los aspectos ya mencionados, no es raro encontramos con- frecuencia en nuestro
quehacer con niños que cuando ingresan al sistema escolar manifiesten diferentes tipos de
comportamiento, niveles de conocimiento y distintas formas de interacción social. Las
características personales de los padres, el tilo de comunicación y la convivencia experiencial
conforman entre padres e hijos una interacción tal que puede favorecer el aprendizaje y
desarrollo corno también puede dar lugar a impactos profundos.
Aunque es imposible establecer categorías para todos los tipos de padres y familias desde una
visión socio-psicológica resulta conveniente delinear algunos tipos de pautas, en el entendido
que no hay relaciones familiares tipo ideales o perfectas que habría que conocer para ver luego
las posibles variantes que se apartan de esa norma, sino para proveer un marco dentro M cual
es posible orientarse, en este sentido es que ofrecemos diferentes tipos de clasificaciones.
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a. Familia democrática, en ella cada miembro que la compone participa activamente en la
toma de decisiones, llegando a acuerdos comunes y compartidos entre todos, la participación
juega un papel importante en este tipo de interrelación familiar.
b. Familia autoritaria, es aquella en la que se nota claramente una cabeza jefe, que es la que
manda y se encarga de la toma de decisiones. El resto de sus miembros tiene pocas posibilidades de
participación, se limitan más que nada a obedecer y aceptar las determinaciones ya tomadas por aquel
que manda.
C. Familia tradicional o extensa, se caracteriza por ser una Familia amplia en estructura,
funciones y jerarquía. Se destaca por la mantención de lazos con el pasado y por entregar bienestar y
seguridad a sus miembros.
e. Familia nuclear, esta compuesta por el matrimonio y pocos hijos, de amplia relación con el resto
de los parientes, suegros, abuelos, tíos, cuñados sobrinos, otros, existe gran interacción entre, sus
miembros, lo que resulta adecuado para los niños, ya que crecen con mayor atención, preocupación e
interrelación por parte de los mayores.
Satir, V. ( 1985), clasifica las familias en dos grupos de acuerdo al tipo de interrelación y el nivel de
aceptación que existe entre sus miembros, estas son:
b. Familia nutridora, se caracteriza por la vitalidad, amor, sinceridad y honestidad, sus miembros
se escuchan entre sí, son capaces de manifestar su interés y preocupación por los otros, son capaces de
ser libres, expresar sus sentimientos, hay respeto mutuo y actúan en consecuencia. La flexibilidad es
característica en este núcleo, se adaptan con facilidad a las nuevas situaciones, no son resistentes a los
cambios, son capaces de incorporarlos, manifiestan el cariño que se siente, se aceptan los errores y se
respetan las diferencias.
Finch, S. ( 1976) propone pautas en relación al aspecto emocional y los estados psicopatológicos,
reconociendo cinco tipos de familia:
a. Familia invertida, es aquella que se caracteriza por una disminución del grado de identidad
sexual, la madre aborrece su femineidad y el padre acepta a medias su papel masculino, estas actitudes
son inconscientes, conforman un tipo matriarcal donde la madre es casi la autoridad absoluta en el
hogar, el padre cumple un papel secundario frente a los hijos, más bien se dedica a trabajar y cumplir
con las demandas de su esposa, en la vida intra-familiar el padre asume una posición pasiva .
b. Familia ignorante, está conformada por padres de inteligencia fronteriza, que abrigan
resentimientos y prejuicios en relación a otras personas, se pueden observar sentimientos de amor y
aceptación o sentimientos negativos, contradicciones y gran inseguridad, con sus respectivas
consecuencia en relación a los hijos.
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C. Familia serena e intelectual, dada la gran actividad intelectual presente en los padres surge una
extraordinaria inhibición en la expresión de sus emociones.
d. Familia agotada, es aquella donde ambos padres viven intensamente ocupados en actividades
fuera del hogar dejando a éste emocionalmente estéril, los niños viven en un clima emocional de
relaciones estrechas .
e. Familia hiperemotiva, en este tipo es frecuente observar que todos por igual, sin reparos
manifiestan sus emociones, una perturbación en uno genera la expresión de cualquier tipo de
sentimiento sea de alegría, depresión, ira o amor; los niños de este tipo de hogares aprenden rápidamente
a gritar para hacerse oír, presencian las discusiones entre los padres, se toman cuando jóvenes
emocionalmente volubles.
- Familia obsesiva, centran sus energías en el mantenimiento de ritos y rituales que le aseguren la
defensa contra los temores persistentes, son familias que se aíslan, no aceptan con facilidad nuevas
ideas; el orden, la limpieza, la puntualidad, los mitos son propias de ella, sostienen rituales
estereotipados, los temas vinculado a lo sexual, erótico y afectivo se toman temas tabú, la comunicación
se observa amenazada, controlan sus emociones ya que todo intento de expresividad, espontaneidad y
originalidad, rompe los esquemas.
Desde la observación externa estas familias aparecen corno modelos de discreción y delicadeza.
- Familia histérica, la relación entre sus miembros es fundamentalmente manipulada por el manejo
disfuncional de las emociones, la expresión efectiva de los sentimientos constituye el elemento básico
sobre el que se organizan y estructuran todas las dinámicas de intercalación. Se reconoce en ellas un
manejo situacional muy característico por ejemplo cuando un miembro de la familia manifiesta cierto
malestar se sigue una escalada por parte de los otros, -quien está peor, quien sufre más- surgen una serie
interrumpida de competitividad para ver quien despierta más compasión, el lenguaje no verbal domina
sobre el verbal hasta el punto que con los gestos y las actitudes corporales se movilizan unos y otros.
- Familia ansiosa, los miembros de Ésta sostienen un elevado nivel de angustia, la timidez, el miedo, la
inseguridad y las fantasías en tomo a temas como la muerte, la agresividad, el sexo o la violación están
presentes, la vida de relación es difícil, hay una serie de mitos que se transmiten por la vía de los abuelos
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a los nietos y de la madre a los hijos, se reconoce que las fantasías centradas en el sexo, agresividad y
muerte son mas bien manifestaciones de la ansiedad que ejerce una fuerte presión, que en definitiva se
traducen corno verdaderos mitos familiares.
b. Familia anafectiva, se observa una gran pobreza de interacción emocional constituyendo un arca
secreta de la que nadie sale y en la que nadie puede entrar, la comunicación se limita a niveles
,informativos' y formativos lo que a su vez se advierten manipulados, la expresión de los sentimientos y
el afecto lo buscan fuera del ámbito del sistema.
c. Familias sanas, el empleo de este término se usa con el fin de determinar cuando una familia se
muestra corno normal frente a otra que no lo es, en el entendido que es considerado sano, según este
autor, lo siguiente: -aquella familia que no tiene un paciente designado, frente a aquella que sí lo tiene;
-la que no necesita de ayuda terapéutica para su subsistencia, frente aquella que requiere un apoyo y
orientación terapéutica.; -la que tiene bien definidos los confines internos y los de relación con el mundo
exterior, frente aquella que tiene escasamente definidos los confines internos y de relación con el mundo
exterior; -la que es capaz de adaptarse a las presiones, normas y leyes que provienen desde lo socio
cultural, frente a aquella que es incapaz de adaptarse a la demanda socio cultural; -la que tiene la
capacidad de adaptarse a las presiones y situaciones' que involucra la evolución y el desarrollo
somatopsíquico de cada uno de sus miembros, frente a la que es incapaz de adaptarse a dicho cambios.
Más allá de los tipos de familias mencionadas es imperioso reconocer por un lado que cada familia tiene
sus características propias y muchas veces pueden presentarse rasgos de un tipo de familia que
aparentemente no es el que corresponda de acuerdo a las descripciones mencionadas, y por otra parte
tener presente que sólo existe un mundo familiar cambiante y multiforme, que es imprescindible captar
globalmente. Lo más importante es analizar la familia como un todo, desde el tipo de padres hasta la
evolución afectiva y el crecimiento de los miembros más pequeños, el tipo de interacción que hay entre
ellos, y cómo se afectan unos con otros y en relación al medio.
Si consideramos a la familia corno un sistema abierto, en que sus miembros interactúan, cualquier
alteración en uno de ellos requiere una adaptación del resto de los componentes. Cuando la familia se
enfrenta al caso de un hijo que tiene dificultades en un área importante como es el colegio, debe hacer
uso de mecanismos de regulación para aceptar y superar la crisis, no es un problema que afecte sólo al
niño, es toda la familia la que aparece involucrada en el problema. Milicic, N. ( 1990), sostiene que es
necesario centrar la atención en el grupo familiar en su interacción y en cómo el problema específico de
un hijo altera el equilibrio previo.
Existe evidencia sobre la conexión que hay entre el desarrollo del pensamiento y el lenguaje, entre éstos
y los procesos de la comunicación (Piaget, 1984; Vygotsky, 1962; Luria, 1980; Micyhembaum, 1979), y
entre la comunicación de los padres y sus niños, lo que influye en el ámbito afectivo y cognoscitivo del
niño (Llorens y de Jaime, 1987; Valencia y Henderson, 1985; Fuerstein, 1980), dichos procesos se
relacionan especialmente a variables de tipo psicosocial y de carácter afectivo cognoscitivo los que están
en estrecha relación al tipo de relación intra-familiar.
Acosta, A. (1988) plantea que el tipo de relación que existe entre el niño y la familia, desempeña un
papel de importancia primordial en su desarrollo escolar. Los niños que tienen mal rendimiento escolar,
generalmente provienen de hogares con escasa unidad familiar y afectiva, donde la disciplina paterna es
rígida e impera el castigo físico, y psicológico, como de hogares destruidos por la separación o el
divorcio, esto se ve reflejado en el desempeño escolar y en su rendimiento.
Por otra parte Lautrey, refiere que las prácticas educativas familiares juegan un rol importante en el
desarrollo intelectual, mi experiencia clínica ha permitido la observación de cómo las relaciones
interpersonales con los otros y la manipulación del niño con los objetos, tienen relación con las
modalidades de intercambio que se favorecen o no, desde el seno familiar.
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Hoy en día nos enfrentarnos con padres que tienden a un mayor acercamiento y permisividad que sus
propios padres, (más autoritarios, con normas más rígidas y las familias aparentemente estaban más
resguardadas) los cambios que demanda la sociedad trajo aparejado otro tipo de pautas que debieran ser
cuestionadas, ya que se observa cierto grado de desorientación en los niños, el focilísmo de esperar todo
resuelto y sin gran esfuerzo por parte de ellos, un menor grado de reflexión y una mayor intolerancia a la
espera, son manifestaciones diarias, reconociendo por otra parte el avance persistente que se advierten en
los niños en la experiencia de vida y su participación más activa.
Se ha mencionado que la personalidad de los padres es sustantiva en el desarrollo personal del niño, en
referencia a esto podemos encontrar padres que proyectan en sus hijos el logro de un nivel educacional
que ellos no alcanzaron, deseo darle a mi hijo la educación que yo no tuve; o que el niño constituya una
proyección del Yo social de los padres, para lo cual despliegan un sin número de esfuerzos idealizando
en el niño sus propias expectativas hacia el futuro; para otros es primordial que tengan un buen
rendimiento escolar y que se manifieste claramente en las calificaciones, todos estos padres conscientes o
inconscientemente exigen, presionan y sobrecargan a sus hijos para lograr los resultados esperados.
También hay padres que presentan una actitud pasiva, no presionando al niño para que logre un alto
rendimiento, pero tampoco ayudándolo a superar sus dificultades, estos hijos se sienten desprotegidos y
sienten que el rol del cuidado, atención y estímulos que en toda familia debe jugar, está ausente, Bravo,
L. ( 1981).
Un sistema de interacción familiar más sano reconoce y acepta que el niño tiene dificultades y es capaz
de visualizarlo más allá de ella, son padres capaces de decir es verdad que mi hijo no es ordenado y no
tiene buenos hábitos de estudio, pero me desconcierta con lo asertivo que es para sus opiniones y lo
alegre y cariñoso que siempre se muestra, estos padres no pierden el tiempo en buscar culpables ni se
lamentan, apoyan al niño más que criticarlos y aceptan más llanamente su intervención en el tratamiento
del niño; sin embargo hay padres cuyo comportamiento y discurso obstaculizan los procesos de los
niños.
A modo ilustrativo podemos delinear algunas actitudes y personalidades paternales más comunes.
.- Padres desapegados, aquellos que muestran desinterés frente a lo que le sucede al niño, están ajenos a
los acontecimientos del niño tanto en su vida personal como a nivel escolar.
- Padres rechazantes, los niños manifiestan en su discurso claramente que sus padres no los escuchan ni
les prestan la atención que demandan, este tipo de padres generan temor a la autoridad, baja autoestima
y conductas desadaptativas.
- Padres exigentes, son aquellos que realzan los déficit de sus hijos, provocando una imagen personal
negativa y baja autoestima en el niño.
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- Padre sobreprotector, suele observarse más en la madre, quien muestra una excesiva
preocupación por la salud y bienestar del niño, es aprehensiva, temerosa, siempre vigilante y cuidadosa
de las posibles consecuencias infortunas que pueda tener el niño.
- Padre seductor, se observa una excesiva y frecuente estimulación de la conciencia sexual del
niño, (sexual en el más amplio sentido), se observa en madres que siguen bañando a sus hijos después de
los ocho o nueve años de edad, o aquellos que duermen con sus hijos. Son niños que están expuestos a
una conducta seductora incestuosa durante los primeros años de su formación, lo que conlleva a
dificultades posteriores en el desarrollo de la vida sexual del niño.
- Padre repulsivo, es aquel que no es capaz de ofrecer amor a su hijo, ni de proveer el calor
emocional necesario para su maduración, el rechazo varía desde lo emotivo hasta llegar al abandono
total.
- Padre psicótico, si bien no es muy común, merece consideración porque el adulto que tiene una
grave enfermedad mental no está en condiciones de asumir las responsabilidad que la paternidad.
conlleva. El efecto causado en el hijo de un padre o madre psicótica se hace ostensible cuando el niño es
mayor.
- Padre alcoholista, frente a este tipo de padres el niño será sometido al imprevisible e
inconstante comportamiento ínstintivo del adulto, el niño confronta alternativamente un vacío emocional
y queda expuesto a una gran variedad de actitudes por parte del padre, como exhibicionismo o sadismo.
Más allá del tipo de padres, frecuentamos y asistirnos al niño, que en definitiva suele ser el más
afectado. En relación a las dificultades de aprendizaje que pueda presentar un niño pues los padres no
advierten que la falta de interés por aprender, los problemas de concentración u olvido del niño en
relación a sus obligaciones escolares, pueden constituir mecanismos defensivos provocados por la
angustia del fracaso o de tener que enfrentar una tarea que está por encima de sus fuerzas. Es interesante
considerar que el niño con dificultades es el principal damnificado, porque no aprende, y es el primero en
sentir la ansiedad frente a una tarea o la depresión de un fracaso, Bravo, L. (1993), ante lo cual los
padres jugarán un rol decisivo en la intervención psicopedagógica, una relación difícil pero necesaria, los
padres son los más interesados en que sus hijos salgan adelante y son las personas que más pueden
devolverle en amor, comprensión. Y paciencia para compensar sus propios desajustes emocionales en
relación a sus dificultades.
A modo de síntesis podemos sostener que el hecho de crecer en diferentes medios sociales y físicos hace
que cada niño desarrolle distintos tipos de conducta, un lenguaje y una afectividad y un conocimiento
que le es personal, a través del cual interactúa en su vida de relación con los otros medios sociales. Estas
diferencias se pueden atribuir básicamente a diferencias genéticas y al proceso de socialización, en el
cual se desarrolla, constituyendo los padres en particular y la familia en general los agentes de los
procesos más importantes durante la infancia, los padres son las personas que se encuentran más
cercanas, las más influyentes y a la vez, las más interesadas en lo proceso de aprendizaje, desarrollo y
socialización de su hijo. En las adquisiciones que progresivamente conquista el niño corno se ha
mencionado, la personalidad de los padres, el tipo de familia y el medio ambiente son dicen y son
decidoras del futuro del niño.
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Si bien se reconoce que no se ha incursionado en el nivel de escolaridad de los padres, vale tener presente
que también influye en el tipo de interacción del sistema familiar, se ha observado que es más frecuente
la interacción de tipo verbal entre padres e hijos cuando la familia tiene un mejor nivel cultural (Valencia
y Henderson, 1985; Whiteman y Deutsh, 1969; Hunt, 1968); como también que existen problemas de
procesamiento de información sobre todo en-niños edad escolar los que se ocasionan por el proceso de
interacción disfuncional que se desarrolla entre ellos y sus padres, (Dtiborn, Jay y Tales, 1987) y, el
lenguaje empleado en los procesos educativos desde los padres, el cual puede favorecer o entorpecer el
proceso de aprendizaje del niño, En tomo a lo expuesto se reconoce que la dinámica del sistema familiar
dice del futuro del niño, como plantea Mueller, M. ( 1994), familias más creativas, menos rígidas, dan
lugar a una sensibilidad y comportamiento diferentes que las familias más estáticas y absolutistas, las
primeras ofrecen al niño enfrentarse a situaciones conflictivas posibilitándole una elaboración más
autónoma, lo cual favorece una mayor búsqueda de alternativas intelectuales y afectivas con los otros y
el mundo físico, así, un tropiezo, un error, una desilusión se superan desde la propia naturaleza humana
sin resentimientos ni temores.
El cómo está conformada una familia y su medio ambiente, sus estilos de comunicación, las influencias
mutuas en la relación padre, madre hijo, esposa-esposo, hermanos, dicen del todo que conforman como
sistema, una familia es un sistema complejo, cuyo equilibrio depende de una gran cantidad de factores y
variables sobre todo de tipo psicológicas y sociales, lo que nos permitirá en definitiva reconocer y
comprender más adecuadamente el proceso de un niño de manera integral y en relación el
funcionamiento cognoscitivo en especial.
Desde esta perspectiva es que nos enfrentamos a niños con gran capacidad de asimilación como de
rechazo, que van desde la obediencia hasta la sumisión, desde la pasividad hasta la desconexión, o con
aquellos con un gran espíritu crítico, de investigación, interrogación y de gran movilidad en sus procesos
afectivos, intelectuales y sociales.
En el transcurso de nuestras reflexiones surgieron dudas e interrogantes en tomo al sistema escolar, sin
encontrar respuesta a todo, siendo lo sustantivo y consensual el hecho de que el sistema escolar sí tiene
que ver con el aprendizaje, el desarrollo, el proceso personal del niño, que se espera del sistema escolar
mucho más de lo que cotidianamente se percibe, que produce causas y efectos que se traducen en los
logros de cada niño y que tiene cierto grado de responsabilidad frente a aquellos niños que tienen
dificultades de aprendizaje y sus consecuencias.
Esbozaremos a continuación algunos de los puntos relevantes que hemos tornado en cuenta en el
desarrollo de nuestros intercambios reflexivos. Estos no pretenden ser los únicos a considerar, sino más
bien un aporte más desde la perspectiva de que el sistema educativo, más allá de ser un modelo
fundamentalmente institucional de carácter normativo y autoritario, conforma una sistema cultural, que
mediatizado entre sujetos proporciona los elementos necesarios para estimular el proceso de enseñanza y
aprendizaje, lo cual es la base sustancial para desarrollar, completar y complementar los sistemas
funcionales necesarios para la adquisición de los procesos superiores de aprendizaje.
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Es en la escuela donde se sistematiza la forma en que aprendemos y por eso es un contexto social
responsable del niño, en relación a los procesos cognitivos afectivos y sociales.
Acosta A., ( 1990) sostiene que la escuela tiene la responsabilidad de educar a los niños, entregándole
las bases necesarias para que desarrolle sus intereses y sus experiencias. Esta educación debe realizarse
en un clima, en donde prima la estimulación, la cordialidad y la aceptación de cada educando, de manera
que le permita avanzar hacia la estabilidad personal y, a una interacción social eficaz. Debemos tener
claro que este clima escolar es una atmósfera que influye en forma decisiva y profunda en cada uno de
los agentes que participan en el proceso enseñanza-aprendizaje».
Por otro lado recogemos la opinión de Valdebeníto , A, ( 1988) quien sostiene que la escuela desempeña,
también un importante rol, determinante en la calidad del concepto de sí mismo, rol vinculado con las
experiencias de éxito o fracaso escolar. En relación al aspecto emocional, Antomijevic, N. (1982), dice
que después de la familia, la escuela juega un rol importante en el proceso de desarrollo emocional,
fundamentalmente por tres razones: primero porque para el cumplimiento de sus fines, aprovecha al
máximo y en la mejor forma posible el tiempo que el niño pasa en ella, segundo, porque la escuela ayuda
eficazmente a que el alumno aprenda a establecer vínculos con los adultos y con los otros niños y tercero
porque la escuela hace posible que se enfrente por primera vez con el mundo del rendimiento.
Sin embargo todo el sistema educacional en los últimos años ha dejado de manifiesto que muchas de las
expectativas no se adecuan a todos los niños por igual, es notable el número de niños con dificultades de
aprendizaje, los que fracasan sobre todo por las exigencias escolares, las cuales no toman en cuenta las
diferencias entre ellos a nivel social, cultura¡ y los agentes que participan del proceso educativo.
Hay evidencia de que existe correlación entre el desarrollo del concepto de sí mismo, la propia estima y
el logro académico. ( Brookover, 1964; Purkey, 1970 - 1978); por otra parte se ha demostrado que las
estrategias metodológicas han valorado en menos la interacción entre los alumnos (Coll, 1984; Beas y
colab. 1989); no menos importante es el aporte de Lowe, 1969 quien sostiene que los profesores tenían
significativamente más capacidad de espera para los estudiantes más capacitados que para os menos
dotados.
Surgen en estos últimos años tres enfoques que nos permiten vislumbrar un cambio sustantivo respecto
al proceso de aprendizaje del niño en el sistema escolar, nos referirnos a:
Recordaremos a modo ilustrativo que Coll, C. basado en Vygotsky, es quien nos enfrenta a un cambio
sustancial y conceptual en relación a: -la actividad constructiva de los alumnos en el aprendizaje escolar,
-la manera de entender el rol del profesor como facilitador y guía de la actividad constructiva de los
alumnos, y -cómo se estructura la comunicación y el discurso educacional.
Se espera así que los significados que finalmente construye el alumno sean el resultado de una compleja
serie de interacciones donde interviene el propio alumno, los contenidos de aprendizaje y el profesor,
siendo el alumno el responsable último del aprendizaje, en la medida en que construye su conocimiento
atribuyendo sentido y significado a los contenidos de la enseñanza, pero, es el profesor el que determina
con su actuación, su enseñanza, que las actividades en las que participa, posibiliten un mayor o menor
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grado de amplitud y profundidad de los significados construidos y por sobre todo, asume la
responsabilidad de orientar esta construcción en una determinada dirección, podríamos decir, que es el
profesor quien guía el proceso de construcción de conocimiento del alumno, haciéndolo participar en
tareas y actividades que le permitan construir significados cada vez más próximos a los que poseen los
contenidos curriculares. El profesor es así un mediador en un proceso que se da en un contexto de
relación y comunicación que es intrínseco al acto de enseñanza.
En relación a los aportes de Vygotsky rescatamos a la educación como una de las fuentes más
importantes del desarrollo ontogenético en los miembros de la especie humana, destacando que el
desarrollo que experimentamos los seres humanos desde el nacimiento hasta la muerte, es un «producto»
y éste está directamente relacionado a las interacciones que se establecen entre el sujeto que aprende y
los agentes mediadores de la cultura, entre los cuales están los padres, profesores, amigos, los que
ocupan un lugar esencial en la vida de todo sujeto.
Los postulados fundamentales de Vygotsky se reflejan en dos leyes:
- La ley de educación como fuerza creadora e impulsora del desarrollo, tiene que ver con la
educación como fuente de desarrollo, siguiendo el mismo esquema, sostiene que el desarrollo cultural del
niño tiene un origen social en un doble sentido, por un lado porque las funciones psicológicas superiores
son construcciones sociales y por el otro, porque su reconstrucción a nivel individual, su interiorización
se lleva a partir de la interacción que el niño mantiene con los adultos y otros agentes mediadores de su
entorno.
Sinclair, Hyms y Barnes, se focalizan y encuadran sus estudios más en la necesidad de tener en cuenta
las características propias del contexto situacional e institucional en que se produce la interacción, en
relación al proceso de enseñanza-aprendizaje, desde esta perspectiva surge la aproximación
sociolinguística, que esencialmente realiza un análisis cualitativo frente a uno cuantitativo, resaltando la
importancia que tiene el habla del profesor y de los alumnos, lo que se reconoce como el discurso
educacional; su objetivo en términos generales, consiste en registrar y analizar la conducta humana en
situaciones naturales, explorando lo que aprenden las personas a partir de y a través de la interacción
con otros, dicho de otro modo, la enseñanza como proceso lingüístico se ocupa de cómo las personas
aprenden el lenguaje, de cómo aprenden a través de su uso, y de cómo aprenden sobre su uso en
situaciones educativas cómo funciona este lenguaje entre el profesor y el alumno, entre sus pares y entre
los niños y adultos en cualquier interacción, ya sea en el colegio, el hogar, la comunidad, actuando éste
como soporte para la adquisición de otro tipo de conocimiento.
En relación a las breves referencias teóricas descritas, nos preguntarnos cuánto de influencia
significativa ejerce el sistema educacional sobre un niño. Evidentemente su poder y su alcance es
indiscutible. Sin embargo en la práctica se observan obstáculos que entorpecen de diferentes maneras al
niño. La responsabilidad debe ser compartida.
Hoy en día desde los discursos se escucha mucho que hay que favorecer el desarrollo integral en el niño
(unidad biológica, social, cognitiva, psicológica y efectiva), sin embargo es bien curioso que nos
encontremos con bastante frecuencia con una realidad que pone de manifiesto, sobre todo en la acción
escolar, el favoritismo del área cognitiva a expensas de un desarrollo positivo de la personalidad y
afectividad (Mueller, M. 1994).
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Un aspecto que se ha hecho difícil de reconocer es que se sigue valorizando esencialmente el producto
cognitivo, un sistema formador de pseudo-intelectos a expensas de comportamientos y afectos muchas
veces reprimidos (sobre todo a nivel de los sentimientos, creatividad, la manifestación de necesidades,
otras).
En la perspectiva de Passano, se advierte por una parte que el niño y el maestro establecen también una
relación, mediada ésta por el conocimiento que es la ley y la palabra, la dinámica de encuentros y
desencuentros con los profesores y/o entre los compañeros da lugar a un contexto que facilita las
experiencias que conllevan aun niño al éxito o al fracaso en relación a su experiencia educativa
El inconsciente del educador pesa mucho más que sus intenciones conscientes, en la relación pedagógica
se interpone el inconsciente del docente y del niño, es importante que el educador sepa que la pedagogía
no es sólo cuestión de teoría que debe transmitirse de manera vertical, muchas veces se advierten
docentes que no aceptan una interpretación diferente desde el niño, en relación a un estímulo que el
profesor plantea, es licito pensar que lo que para un niño es significativo desde sus esquemas de
comprensión, está lejos de ser lo que es para el docente desde su construcción.
Desde los modelos tradicionales la escuela, por su concepción -de aprendizaje, no pone énfasis en los
obstáculos que aparecen en el proceso de aprender, más bien impone modelos previos al estudiante, sean
o no relevantes, lógicos o comprendidos por el que aprende, frecuentemente nos enfrentarnos con niños
que no encajan en dicho marco, de esta manera el niño está casi condenado a fallar o, al menos a no
tener el éxito esperado.
Podemos inferir entonces, que se sobre valoran consciente o inconscientemente algunas funciones como
la atención, la memoria, la. voluntad y el esfuerzo, creando falsos mitos y generando culpa o frustración
en los niños. Este mismo modelo por otra parte, promueve a la competencia entre los compañeros, la
relación entre pares se toma inconscientemente adversa, y curiosamente los niños de rnanera natural
tienden a emparejarse y conformar grupos con aquellos compañeros que le devuelven una buena imagen
y apreciación de sí mismo, sin embargo los profesores no utilizan este recurso, olvidando que otro niño o
un grupo puede ser el mejor mediador y facilitador del aprendizaje del otro, en este sentido se ha
comprobado que resulta especialmente beneficioso el trabajo cooperativo para los niños con dificultades,
sobre todo porque éste disminuye la ansiedad frente a un problema y aumenta las expectativas de éxito
al sentir el apoyo de los compañeros, como también mejoran los procesos de atención y memorización
(Webb, 1982).
En relación al profesor, resulta obvia la importancia del vínculo que el niño establece, su figura se
internaliza como interlocutor, va a acompañar todos los aprendizajes presentes y futuros, facilitándolos
desde una actitud paciente y contenedora o dificultándolo desde una actitud impaciente, sobre exigente y
desvalorizador. No menos importante es el afecto que hay entre ellos, este elemento es determinante en la
producción del aprendizaje, al respecto Quiroga, A.: (1985) sostiene que un docente que enjuicia, que
premia y castiga, que no tiene en cuenta la historia, la experiencia y el saber de su alumno, está
obstaculizando el aprendizaje y le está devolviendo al niño una imagen de sí mismo desvalorizada.
Resulta importante que un docente sea capaz de discriminar lo que sus alumnos son, de lo que ellos
producen y aprenden, esto va a generar en los niños una adaptación activa a la realidad, provocando un
aumento de su potencia¡ creativo y una mejora en la autoestima, elementos imprescindibles en el acto de
aprender.
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Preparar a un niño-alumno en el sentido de ser un sujeto capaz de enfrentar continuos cambios con '
posibilidades de éxito es un desafío, implica algo más que la entrega de un bagaje de conocimientos del
profesor al niño, no puede quedar reducido a la transmisión de contenidos a quien no sabe y tiene que
aprender.
Los docentes son conocedores de estas dificultades, por diferentes razones, entre ellas la carencia de
capacitación o la falta de tiempo imprescindible para formalizar en la práctica criterios teóricos, se ven
muchas veces compulsados a reproducir esquemas y a enseñar en muchos casos corno han sido
enseñados. El peso sobre ellos, también es grande, tienen demandas explícitas desde la sociedad, el
sistema burocrático que ejerce gran tensión entre ellos. Y quizás lo más importante no comparten con el
crédito que merecen. Esto no pretende afectar al docente, sino que es un llamado de atención a la
demanda continua a la cual están expuestos, la velocidad de los cambios ha provocado un
estrechamiento donde el docente aparece como depositario de toda clase de expectativas, que sepa
computación, metodología actualizada, un tanto de psicología, que maneje a cabalidad los contenidos
que imparte, que sea afectivo, amoroso, y que sea llano frente a las expectativas de los padres, como
también saber compartir un niño con dificultades de aprendizaje.
En este sentido hay que reconocer que en educación se pasa impunemente de un sistema a otro sin que se
cambie o se capacite a todos, los profesores, se depende más del voluntarismo de cada docente o de la
obligación impuesta desde la dirección del colegio. En ambos casos no resulta suficiente,
- ¿Qué aprenden en la escuela?: a escribir, cuentas, tablas de multiplicarla jugar con otros amigos.
- ¿Qué sienten cuando aprenden?: -me pongo orgulloso de mí- si aprendí me ponen un siete-, me
Siento feliz porque puedo explicarle a otro, la profesora se pone contenta-.
- ¿Qué hace, el- profesor cuando se equivocan?: -nos pone mala nota,- nos ayuda, -algunos se
enfurecen -nos dejan sin recreo, nos dice que estudiemos más-.
¿Sienten que, los compañeros los ayudan a aprender?:-algunos sí---, -otros no-, - es bueno ayudarse-.
¿Cuál debe ser la función del profesor-,-que esperan de él?: -enseñarnos-, -también respetarnos-, -no
retarnos- , -que no griten-, -no quitarnos el recreo-, -compartir más con todos-, -no sólo con algunos-.
Deberían tener más paciencia, comprendernos mejor, algunos dejan que les demos explicaciones, otros
no, no deben amenazarnos con anotarnos, en el libro.
¿Qué cosas lo ponen contento y que no lo ponen contento al profesor?: -que contestemos bien-, - que
estudiemos-, -portarse bien- -que nos saquemos buenas notas-, -cuando somos respetuosos-, -cuando
ganarnos en una competencia-;
-cuando nos portamos mal-, -cuando olvidamos un libro-, cuando no traemos la tarea hecha-, -cuando
somos irresponsables-, - cuando no obedecemos-.
La relación niño -profesor como se describió, va más allá de los contenidos que se deben aprender, es
una relación humana impregnada por las necesidades y el sentimiento, una relación de mutua y recíproca
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influencia. Es evidente que el sistema educativo no puede ni debe centrar sus objetivos en la transmisión
de contenidos curriculares, es un lugar donde la motivación, la autoestima y el éxito académico
conforman una peculiar intercalación al interior de la vida de un niño, en este 'sentido muchos de los
niños que tienen dificultades con el aprendizajes son verdaderamente sintomáticos de un sistema escolar
que interfiere el proceso constructivo de los aprendizajes.
A modo de síntesis, es necesario aclarar que no se pretende ahondar más en este contexto social
educativo, lo cual requiere de un mayor análisis de variables y factores, en segundo término, sí resulta
necesario tener presente que:
- Siendo el sistema escolar un contexto social complejo, la concepción educativa parece ser simple,
se trata de que los estudiantes logren determinados objetivos en términos cognitivos y de conducta, lo
cual, no es tan sólo así.
- La interacción que todo niño tiene con sus profesores y sus pares es de vital importancia para el
desarrollo del mismo, siendo los mediadores de sus logros o frustraciones.
- La mayoría de los niños se adaptan de manera natural al sistema escolar, otros no, requieren una
atención, recepción y tratamiento diferente, lo cual no implica que deban ser excluidos, por el contrario,
desde el contexto educativo, debieran ser integrados, con el apoyo necesario, tanto para el niño como
para el profesor del aula.
- Es en el sistema escolar donde además de aprender a escribir, leer, a sumar y restar, y sus
posteriores objetivos curriculares, el ámbito donde se practican los valores, la honestidad, el respeto, el
espíritu de colaboración y cooperación , entre otros.
- Todo el niño es el centro del proceso educativo, no sólo algunos aspectos suyos, está en un
permanente interjuego toda su formación.
- La escuela también es el lugar donde el niño aprende del mundo en que vive.
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