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Como jóvenes estudiantes tenemos muchas facultades para poder hacer y

deshacer los retos que día con día se cruzan por nuestro sendero. En esta
etapa de nuestra vida podemos vencer al sueño sin muchas complicaciones,
pasar horas frente a un monitor, experimentar cosas que nuestros padres
nunca se atrevieron a vivir. Podemos sentir, conocer, crear, disfrutar…

Sin embargo una cualidad de la que hemos sido enajenados es la de pensar.


Día con día se nos muestra una existencia en la cual pisar al más débil es la
prioridad para subir de peldaño en esta sociedad capitalista y en la cual todo
tiene signo de pesos como la honestidad, la dignidad, el honor o la vida misma.
Nuestra vida diaria se ve bombardeada por una infinidad de información
filtrada que solo nos permite tener una noción sumamente superficial de lo que
en realidad ocurre a nuestro alrededor.

Factores como el consumo o la frivolidad han servido para cubrir las injusticias
que por años se han estado realizando a costa de los que menos tienen y que
seguirán así si no tomamos conciencia de lo que en verdad pasa en nuestro
país. Tenemos la capacidad de transformar nuestro presente para lograr un
futuro sin desigualdades ni favoritismos, para esto no se necesita llegar a la
cámara de diputados, ser muy influyente o tener los millones en la cuenta del
banco. Esto es lo que se nos ha enseñado por siglos y precisamente es lo que
no debemos seguir creyendo: que no tenemos la autoridad para demandar
mejores condiciones de vida ni para exigir a una autoridad lo que por derecho
nos pertenece.

Nuestra universidad se ha visto involucrada en este tipo de enajenación. Las


autoridades académicas se han encargado de reprimir los espacios
democráticos y de quitarles la capacidad de decisión a muchos estudiantes,
incluso compañeros de nosotros se han aliado a los seudo educadores
oportunistas que se rigen por los intereses individuales, la obtención de altos
puestos y el enriquecimiento a costa de los estudiantes.

El movimiento del 68 es la muestra clara de que el pensamiento crítico de la


realidad conjugado con la organización de los que quieren un verdadero
progreso social puede hacer temblar a los tiranos que sintiendo el poder de la
gente unida transforman su altiva fiereza en una ridícula cobardía que se usa
como escudo la represión de las masas.

Este día no solo debe ser recordado por los muertos que hubo en la plaza de
tlatelolco, sino porque en un día como hoy pero de 1968 la sociedad demostró
que la organización puede dar para mucho. Y principalmente esto es lo que no
quiere nuestro gobierno actual, que nos demos cuenta que en nuestras manos
tenemos la capacidad de cambiar el presente.

Compañero estudiante: tú que escuchas estas palabras… la invitación


es para ti. Date cuenta de la situación que vives como mexicano y como es
que el sistema te ha hecho creer que tu eres un individuo aislado sin capacidad
de organización. No pienses que solamente como diputado o legislador podrás
hacer algo por México.

El gobierno de Díaz Ordaz sabia a lo que se iba a enfrentar si no hacia algo


para sofocar el grito de las masas. Y aunque no lo parezca, este temor por una
nueva revolución inquieta constantemente a los titiriteros de la nación. Porque
de no ser así ¿A qué se debe que existan los presos políticos? O ¿Por qué
ocurrió la matanza del 68? Claro que les afecta porque saben la capacidad que
tenemos si cultivamos la organización y el análisis de la realidad.

Como jóvenes estudiantes tenemos la obligación de responder y solidarizarnos


con los grupos civiles de lucha que combaten contra el que abusa del poder ya
que nosotros como universitarios tenemos tiempo para crear conciencia y
analizar la realidad.

COMPAÑERO: No se tu, pero yo no estoy conforme con el tipo de políticas


sociales y económicas que México tiene, lo que vivimos hoy es el resultado
histórico de los errores de ayer.

Por eso te invito a que no seas presa fácil de los poderosos, defiende tu país
con coraje porque es el que algún día les heredaremos a las futuras
generaciones, combate la opresión, el abuso de autoridad y la desigualdad,
abre tus ojos a la realidad, no seas cómplice de los que explotan al que menos
tiene.

Seamos jóvenes consientes y combatientes, con una actitud pasiva e


indiferente nunca lograremos nada ya que la libertad y la justicia no se
imploran, se conquistan.

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