You are on page 1of 26

Psicología Humanista.

Angela González Ríos


2009
PSICOLOGIA HUMANISTA
Esta rama de la psicología, a menudo llamada la “Tercera
Fuerza” después del conductismo y el psicoanálisis, comenzó a
principios de los años 50 y su influencia ha aumentado desde
entonces. Psicólogos humanistas como Abraham Maslow y Carl
Rogers, protestaron contra lo que ellos consideraban la estrechez de
las dos primeras corrientes. Sostienen que el conductismo dice
muchas cosas sobre la conducta, pero poco sobre las personas, y que
el psicoanálisis dice mucho sobre los perturbados mentales, pero
poco sobre los sanos.

El humanismo ha intentado ampliar los contenidos de la


psicología, para que incluya aquellas experiencias humanas que son
únicas, tales como, el amor, el odio, el temor, la esperanza, la alegría,
el humor, el afecto, la responsabilidad y el sentido de la vida, todos
ellos aspectos de nuestras vidas que generalmente no son estudiados
ni se describen sobre ellos de una forma científica, porque se resisten
a ser definidos, manipulados y medidos.

La psicología humanista propone que la gente debe aprender a


realizar su potencial; se centra en las posibilidades de la experiencia
no verbal, la unidad de la mente, los estados de conciencia alterados
y la prevención. Lo que refleja la suposición de que cada quien tiene
el potencial para crecer y desarrollarse.

Nadie, absolutamente nadie es en esencia malo, incapaz o


indigno. Una meta de la psicología humanista es ayudar a la gente a
darse cuenta de ello, de modo que, quienes no han logrado
desarrollar su verdadero potencial tengan la oportunidad de crecer.
Se subraya la existencia de una continuidad entre ser normal y
afrontar problemas.

Si hubiera que encontrar una metáfora que caracterice a la


perspectiva humanista, sería la que ve al ser humano como una flor
que se abre o un árbol que florece y evoluciona de manera natural
hacia una mayor belleza y plenitud.

Los historiadores de la Psicología Misiak y Sexton, definen la


corriente psicológico-fenomenológica así:
Un enfoque u orientación en psicología que consiste en una
exploración imparcial de la conciencia y la experiencia. Los
fenómenos son intuidos, analizados, y descritos tal como aparecen en
la conciencia sin ninguna idea preconcebida. La intención de la
psicología fenomenológica no es la de sustituir a otros movimientos y
orientaciones, sino la de complementarlos (Misiak y Sexton, 1973,
p.42).
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009

ANTECEDENTES

Para comprender de mejor forma la psicología humanista


debemos introducirla en el contexto adecuado, donde los
antecedentes históricos y culturales se entremezclan.
Antes del siglo XIX, el estudio de la conducta humana fue del
dominio, casi exclusivamente, de filósofos y teóricos. Se distingue
generalmente a Wilhelm Wundt como precursor de la psicología
científica. Después surgieron otras escuelas psicológicas: William
James fomentó el funcionalismo en Norteamérica; en Alemania se
proyectaron las bases de la psicología de la Gestalt, al tiempo que el
psicoanálisis freudiano surgía en Viena, y también en Norteamérica
John B. Watson iniciaba la escuela conductista.
Históricamente podemos señalar que ésta perspectiva, en sus
albores surgió
como un movimiento social que se inspiró hacia 1890 por William
James, quien
escribió el libro Principios de la Psicología, en el cual se hace
referencia al método de introspección, al análisis de estados mentales
y al libre albedrío (Más tarde éstos tres contenidos forman parte de
esta escuela).
Sin embargo, el Movimiento de la Psicología Humanista surgió
en los años cincuenta, en California, EE.UU., a partir de un grupo de
psicólogos y psiquiatras y representantes de otras ciencias humanas,
procedentes de diferentes corrientes o escuelas psicológicas, entre
ellas la psicoanalítica y la conductista, estos psicólogos y psiquiatras
se sentían incómodos y se iban distanciando de algunos enfoques y
actitudes compartidos por la mayoría de los seguidores de tales
escuelas, debido a que la psicología se había ido concentrando en el
estudio de las funciones del hombre, perdiendo de vista al hombre
mismo, se dedicaba a lo secundario y periférico, dando del hombre
una imagen parcial, incompleta y unilateral, y descuidaba lo primario
y esencial, es decir, todo aquello que mejor identifica y distingue al
hombre, como es el amor, la creatividad, los valores, la autonomía, la
conciencia, los sentimientos, el trabajar con un propósito, la
autorrealización, etc.
Dada esta serie de incongruencias, nace y se desarrolla la
“tercera fuerza de la psicología”, la Psicología Humanista, que acepta
los modelos y analogías del psicoanálisis y del conductismo para
ciertas áreas de investigación, pero no los considera una descripción
adecuada de los seres humanos. Desarrollándose paralela a la
Segunda Guerra Mundial, entonces, su auge radica principalmente
ante tales devastadoras disputas, pues la sociedad se postró en una
atmósfera de desilusión y protestas, debido a su imposibilidad de
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
libre expresión, al vacío interno que sentían en sí mismos y a la
enajenación que los rodeaba, que se magnificó en distintas creencias
y corrientes filosóficas, tales como el Existencialismo y la orientación
de paz, amor y drogas de “hippies".
A causa de estos fenómenos sociales, culturalmente se
identificaron los siguientes temas o características que son
resonantes en esta perspectiva, el individualismo en la perfección
humana, el énfasis sobre el auto-descubrimiento y lo que ocurre en el
presente, el hedonismo (Doctrina que proclama el placer como fin
supremo de la vida), y el irracionalismo. Además, la psicología
humanista se caracterizó por apoyarse en el punto de vista del
escritor francés Jean-Jacques Rosseau, quien califica a los individuos
como, seres humanos productivos, alegres, buenos bondadosos, a
menos que la sociedad o experiencias desfavorables interfirieran o
corrompieran el manifiesto de su naturaleza más elevada.
La Psicología Humanista surgió no como una nueva teoría o
modelo psicoterapéutico alternativo, ni tan siquiera como un nuevo
paradigma, sino como un movimiento social interdisciplinar, aunque
predominantemente psicológico. Si bien eran principalmente
psicólogos, psiquiatras y representantes de variadas modalidades de
terapia las que confluían a los congresos llevados sobre el tema, no
faltaban -en un porcentaje que podía alcanzar a la mitad de los
participantes- pedagogos, educadores, trabajadores sociales,
enfermeros y otros diversos profesionales de la relación de ayuda
social. Pero también acudían filósofos, antropólogos culturales,
maestros espirituales de la India, biólogos, fisiólogos, físicos, artistas,
y cualesquiera entre los interesados no sólo en la salud mental, sino
también en humanizar la vida individual y social.
Abraham Maslow es considerado generalmente el inspirador de
la psicología humanista, sin embargo, él mismo nos recuerda que el
movimiento de la Psicología Humanista "no es obra de un solo líder
sino de muchas personas", como Erich Fromm, Kurt Goldstein, Karen
Horney, Gordon Allport y Henry Murray entre sus antecesores y Carl
Rogers, Rollo May, Gardner Murphy o Erik Erikson entre sus
contemporáneos. Se puede considerar que Rogers fue parte de esta
"tercera fuerza". Su enfoque está tan cerca del enfoque de Maslow
que podemos considerar ambos enfoques complementarios. Rogers
pensaba que cada persona vive y construye su personalidad a partir
de ciertos objetivos; y el objetivo más alto sería ser feliz,
autorrealizarse.
Aunque el primer Encuentro Nacional de la Asociación
Americana de Psicología Humanista tuvo lugar en 1962, la Asociación
se había constituido ya como tal en verano de 1961. Con anterioridad
en la primavera del mismo año, había aparecido el primer número del
Journal of Humanistic Psychology (Revista Humanista). De manera
que puede considerarse 1961 como el año en que la Psicología
Humanista nace a la luz pública. En 1969 se cambia el nombre de la
asociación por el de Asociación de Psicología Humanista.
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
Principales antecesores que confluyeron en las ideas y
proyectos de los iniciadores.

a) Enfoques de la Psicología Fenomenológica, derivados de la


corriente fenomenológica en la Filosofía -como por ejemplo los de la
escuela Gestalt- o de autores como David Kats y Albert Michotte,
entre los experimentales, o Merleau-Ponty y Buytendijk, en los más
teóricos.
- De la Psicología Gestalt toma la idea de que la experiencia
total del observador es distinta a la simple suma de sensaciones, para
decir que ésta no puede ser analizada sin sacrificar una parte de ella.

b) Enfoques de la Psicología Existencial que surgieron a partir


de las corrientes filosóficas fenomenológicas y existencialistas.
La psicología existencial declara de sí misma el ser no una escuela o
sistema sino un nuevo enfoque o actitud que busca complementar a
otras ramas de la psicología. Sus presupuestos básicos sobre la
naturaleza de la psicología y sus orientaciones han sido inspirados
por la filosofía existencial.
Su meta es comprender al ser humano en su realidad existencial
total, especialmente en su relación subjetiva consigo mismo, con su
prójimo, y con el mundo. Utiliza todos los métodos disponibles,
especialmente, el método fenomenológico como el más apropiado en
la exploración de la experiencia interior del individuo. Pero también
procura desarrollar nuevos métodos acomodados a sus áreas de
investigación. La psicología existencial se originó en Europa en los
años cuarenta. Comenzó a ser estudiada y discutida en América en
los años cincuenta (Ibidem, pp.- 105s.).
Aparte de autores como Binswanger y Frankl, conviene destacar aquí
especialmente a Rollo May por su relevante participación
- La teoría de Rollo May une la tradición psicoanalítica en la psicología
y el movimiento existencialista en la filosofía. Al combinar los
discernimientos del psicoanálisis y del existencialismo, May logró
desarrollar su propia perspectiva original, al hacerlo ha ayudado a
destacar la importancia de la filosofía y el entendimiento de los
valores para el psicólogo y para la teoría de la personalidad.

c) Colaboradores de Freud, en los comienzos de la corriente


psicoanalítica, que tras unos pocos años decidieron separarse de
aquél por diferencias importantes entre sus teorías de la
personalidad, la psicopatología, y la metodología terapéutica, como
especialmente Alfred Adler, Carl Jung y Otto Rank.
A pesar de que esta escuela contradice en varios aspectos al
Psicoanálisis,
coinciden en el uso del método de la introspección y en la
importancia
concedida a los motivadores internos de la conciencia.
- Adler fue el fundador del sistema holístico de la psicología individual,
el cual consiste en un método para entender a cada persona como
una totalidad integrada dentro del sistema social. Fundador de la
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
“psicología del individuo”, insistió en la singularidad de los individuos,
con esta creencia fue el precursor de los humanistas, ya que hizo
hincapié en el concepto de “estilo de vida personal”, que es el modo
en que una persona lucha para vencer sus sentimientos de
inferioridad y desarrolla un sentido de autovaloración para llegar
finalmente a lo que los humanistas llaman “autorrealización” o “auto-
actualización”. Los principios fundamentales de Adler son el holismo,
la unidad del estilo de vida del individuo, el interés social o
sentimiento comunitario y la existencia de la direccionalidad de las
metas de la conducta, que dice que la individualidad de la
personalidad, es la que empuja a cada uno en una dirección diferente
para encontrar aquellas satisfacciones de la vida que le realizarán
personalmente.
- La psicología jungiana se refiere básicamente al equilibrio de los
procesos del consciente y del inconsciente y al perfeccionamiento del
intercambio dinámico entre ellos. Para Jung, el conocimiento de sí
mismo comienza con una exploración de la persona, es decir, con
análisis más profundo de la personalidad. Convicción de que la vida
está dirigida en mayor parte por las metas positivas y los objetivos
que cada uno se establece, énfasis en el crecimiento y el cambio a lo
largo de la vida. Fue quien primero expresó el punto de vista
optimista y quien enunció el concepto de autorrealización a través de
la conducta dirigida a metas. Creencia mística en los orígenes
históricos de la personalidad, de aquí parte su aporte a la psicología
trascendental.

d) Jacob Moreno, creador del Psicodrama, el primer método


psicoterapéutico que introducía la actividad experiencial en la sesión
terapéutica -en lugar de la exclusiva comunicación verbal-,
característica seguida posteriormente con modalidades diversas por
los modelos de psicoterapia vinculados a la Psicología Humanista.

e) Neopsicoanalistas como Erich Fromm y Karen Horney que


ejercieron una influencia notable en los iniciadores del movimiento de
la Psicología Humanista.
- Fromm es considerado como un psicoanalista porque trata
extensivamente el tema de lo que significa el ser humano. Hace
hincapié en la importancia para el desarrollo de la personalidad, del
calor y la motivación en la niñez temprana.
- Karen Horney estaba profundamente convencida no solo de que la
humanidad es capaz de cambiar, sino de que el cambio en la
conducta humana tanto particular como colectiva, es siempre para
mejorar. Habló sobre la importancia de los factores sociales y
culturales, más que los biológicos, en el desarrollo de la personalidad.
Agrupó las necesidades neuróticas en tres formas básicas de
respuesta: acercamiento hacia la gente (dependiendo de los otros),
impulso en contra de los otros (convertirse en un ser hostil y rebelde)
y alejamiento de la gente (encerrarse dentro de sí mismo), dijo, la
diferencia entre los sanos y los neuróticos, es que los sanos pueden
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
integrar las tres actitudes, mientras que los neuróticos, están
dirigidos inflexiblemente en una sola dirección.

f) Teóricos de la personalidad como Allport –por ejemplo, con su


teoría de las motivaciones variables- Murray, Murphy, y Kelly.
Aparece un interés acentuado por el estudio de la personalidad en su
conjunto, singularidad e historicidad. La personalidad de un individuo
no es atendida como la suma o yuxtaposición de funciones o procesos
(cognitivos, emocionales, conductuales), sino como un sistema o
conjunto organizado de forma peculiar en cada sujeto, un sistema
configurado y un proceso de desarrollo. Los sistemas -o mejor
subsistemas- psicofísicos que integran la organización o sistema de la
personalidad están interrelacionados, pudiéndose producir una
influencia recíproca entre ellos. Donde se debe tender a no perder de
vista el carácter singular e irrepetible de todo sujeto humano.
- El interés de la Psicología Humanista por esta actitud tiene
probablemente su primer representante destacado en Allport. La
teoría de Gordon Allport enfatizó el carácter único del individuo, la
contemporaneidad de los motivos y una visión holística de la persona.
Allport estableció las bases para el enfoque humanista. La
individualidad es una característica primaria de la naturaleza
humana. Para el desarrollo de la ciencia de la personalidad debemos
aceptar este hecho. Pero es más fácil construir un hombre artificial a
partir de normas universales y de grupo que estudiar adecuada y
científicamente un ser real (Allport, 1963/1966 p.39).
- Murray hace hincapié en la necesidad del estudio del individuo,
señala que al estudiar lo individual, es útil separar la conducta total
de una persona en unidades identificables y manejables.

g) Naturalismo: Una de las influencias más notorias


(probablemente la más importante) es el naturalismo, sobre todo de
Rosseau. La idea de la bondad innata en el hombre es una constante
que se introduce en toda la teoría y da origen a varios de los
conceptos más importantes

Reconocimiento de la capacidad de libertad de elección y de


creatividad, frente a concepciones mecanicistas y deterministas. La
Psicología Humanista se presenta en conjunto disconforme con la
tendencia del pensamiento psicoanalítico a reducir la creatividad a
una manifestación del comportamiento humano provocada por
estados neuróticos o psicóticos o derivaciones de las pulsiones de la
agresividad y la sexualidad.
La actitud creadora no se manifiesta exclusivamente en los
genios o en los científicos, inventores y artistas. Cualquier quehacer,
importante o no, de la vida cotidiana: actividad laboral, relaciones
interpersonales (amistosas, amorosas, sexuales, paterno-filiales, de
camaradería, etc.) política, ocio, decisiones éticas, vivencias
religiosas, etc. pueden ser experimentadas o no de forma creativa en
mayor o menor grado. La actitud creadora da lugar a un estilo
peculiar en el modo de percibir, pensar, emocionarse, motivarse,
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
decidir, de carácter muy personal, fiel a uno mismo. La experiencia
creadora requiere, más que unos rasgos característicos de la
personalidad, una vivencia más o menos profunda de encuentro con
uno mismo y con el otro. La actitud de "apertura a la experiencia"
constituye un rasgo que se correlaciona acentuadamente con la
capacidad creativa. La actitud conformista es uno de los mecanismos
psíquicos que conducen al hombre, amedrentado por la sensación
angustiante de aislamiento o impotencia, a evitar el riesgo de la
libertad de ser fiel a sí mismo actuando creadoramente. Constituye
por lo tanto un obstáculo primordial para el desarrollo de la
creatividad.

Humanismo, existencialismo y fenomenología

El término humanismo se relaciona con las concepciones


filosóficas que colocan al ser humano como centro de su interés. El
humanismo filosófico resalta la dignidad del ser humano, aunque
interpretada de distinto modo en las diferentes formas de humanismo
(cristiano, socialista, existencialista, científico, etc). El humanismo
puede ser entendido como una determinada concepción del ser
humano, y también como un método.
Con la influencia del humanismo, se alude a una concepción
filosófica que:
Resalta la dignidad del ser humano y un ideal de vida. Propone un
método de conocimiento humanista, en el que se rechaza el
absolutismo y hay una preferencia por la flexibilidad frente a la
exactitud racionalista. Se pone énfasis en la existencia, en cómo los
seres humanos viven sus vidas, en la experiencia del ejercicio o de la
renuncia a la libertad.
Con la influencia de la fenomenología, método privilegiado para
acercarse al hombre, que trata de descubrir lo que es dado en la
experiencia, de reconsiderar los contenidos de la conciencia tratando
de ver más allá de los prejuicios, preconcepciones y teorías del
observador; en su propuesta la consciencia siempre tiende a algo, es
esencialmente intencional.
Si bien la escuela humanista y el Existencialismo se ubican
cronológicamente paralelos - ya que ambas reaccionan contra las
Guerras Mundiales - esta perspectiva se basa en la mirada
individual del hombre existencial; en el enfoque de "qué significa
existir como ser humano". Asimismo los dos usan el método
fenomenológico, es decir, creen en el fenómeno y lo describen tal
como lo ven.

Existencialismo.
La concepción más compartida apunta hacia un movimiento
filosófico, cuyo postulado fundamental es que son los seres humanos,
en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus
vidas.
Desde el punto de vista doctrinal, su antecedente histórico más
inmediato es el filósofo danés Sören Kierkegaard, quien salió en
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
defensa del hombre individual, proponiendo una filosofía nueva
existencial. Considera que el hombre individual es subjetivo y único.
Éste es considerado el padre espiritual del existencialismo moderno.
Él sostiene que hay que volver al hombre como punto central de la
filosofía, pero no de una manera aséptica y objetiva, sino
enfrentándose con la realidad viva de cada hombre concreto; frente a
lo esencial y sistemático sitúa lo existencial; frente a lo institucional
sitúa lo individual.
La filosofía existencialista centra su atención en el análisis y
descripción rigurosa de la existencia o modo de ser del hombre en el
mundo (existencia individual), esta existencia se asigna únicamente a
las personas no a las cosas. La tesis fundamental del existencialismo
es que la existencia precede de la esencia, es decir, el hombre no
posee una esencia como algo determinado, sino que la va
construyendo durante su existencia a través de su libertad.
El término existencial, resalta la idea de que la existencia es
todo lo que cualquiera posee. Cada ser humano está solo en un
universo del cual no se puede averiguar su fondo. Este punto de vista
filosófico también subraya la idea de que cada uno de nosotros debe
aceptar la responsabilidad por las decisiones que tomamos en la vida.
Los existencialistas también abordan el problema del vacío y la
soledad de la vida. Les preocupa que la gente pierda la fe en los
valores, como es el caso de muchos que ya no tienen sentido del
valor y la dignidad, en parte porque no han logrado influir en fuerzas
que no le responden como por ejemplo el gobierno y las grandes
corporaciones económicas. Señalan que cuando la gente deja de
comprometerse con un conjunto de valores experimenta una
sensación de vacío y de falta de significado. Cuando siente este vacío
busca en otros las respuestas que necesita, pero no logra
encontrarlas porque en realidad el problema esta en el interior. Esto
ilustra una vez más la afirmación existencialista de que cada quien
debe hacerse responsable de sus actos y que la verdad solo puede
provenir de nuestro interior y nuestras propias acciones.
La influencia del existencialismo es muy amplia y notoria.
Conceptos como “vivir el aquí y el ahora”, el análisis existencial “ser
lo que realmente se es” y aún el mismo título de la obra de Rogers,
“el proceso de convertirse en persona” expresan claramente la
relación.

Fenomenología
La Fenomenología es un movimiento filosófico del siglo XX que
describe las estructuras de la experiencia tal y como se presentan en
la conciencia, sin recurrir a teoría, deducción o suposiciones
procedentes de otras disciplinas tales como las ciencias naturales.
Según Edmund Husserl, su iniciador, la fenomenología se gesta
como una crítica a la teoría del conocimiento de carácter psicologista
que dominaba en la época. Según él, la psicología no da explicación
filosófica de las ciencias deductivas ni de la lógica en general por lo
que se impone una crítica de la lógica como ciencia y de la teoría del
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
conocimiento. En consecuencia se centra en el estudio de la teoría del
conocimiento teniendo como punto de partida el concepto de
intencionalidad de la conciencia. La conciencia es intencional, pero
dicha intencionalidad pertenece al nivel lógico-objetivo.
Husserl distingue entre ciencias de la naturaleza y ciencias del
espíritu (humanas), rechazando que ellas sigan el mismo método de
las primeras ya que en las ciencias de la naturaleza prima la
causalidad y en las segundas está presente la motivación o
intencionalidad. Esa es la razón por la que sus ideas estaban
centradas en la construcción de una ciencia eidética que sirviera de
base a las ciencias humanas.
La fenomenología tiene por objeto de estudio los hechos
mismos que se manifiestan en la realidad. Propiamente es una
metodología para llegar al conocimiento de la esencia, despojando al
fenómeno de los elementos extraños que proceden del exterior o del
sujeto que conoce. Dicho de otro modo, la fenomenología es la
ciencia que estudia la relación que hay entre los hechos (fenómenos)
y el ámbito en que se hace presente esta realidad (psiquismo, la
conciencia).

REPRESENTANTES DE LA TEORIA HUMANISTA

CARL ROGERS

Biografía
Carl R. Rogers nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park, un
suburbio de Chicago; murió en La Jolla, California, el 4 de febrero de
1987 a la edad de 85 años, tras una operación de fractura de cadera.
En 1928, antes de cursar su doctorado, comenzó a trabajar en
Rochester, Nueva York, principalmente con niños delincuentes y
pobres que los tribunales y agencias remitían al Departamento de
Estudios Infantiles de la Sociedad para la Prevención del Trato Cruel a
los Niños (Child Study Department of the Society for the Prevention of
Cruelty to Children). En 1964 se unió al Western Behavioral Sciences
Institute como residente. De 1968 a su muerte fue residente del
Centro para el Estudio de la Persona en Lajolla, California.

LA PERSONALIDAD SEGÚN ROGERS

El punto de vista de Rogers sobre los humanos se lo conoce


normalmente como una "teoría del yo", "teoría fenomenológica" o
"teoría de la realización". Cada uno de estos nombres expresa algún
aspecto importante de su pensamiento.
Rogers pensaba que cada persona vive y construye su
personalidad a partir de ciertos objetivos; y el objetivo más alto sería
ser feliz, autorrealizarse.
Rogers le da mucha importancia a una idea: el único modo de
autorrealizarse y ser feliz es aceptarse a sí mismo y llegar a ser quien
se es sin máscaras. Rogers está convencido que toda la infelicidad de
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
las personas proviene de no aceptarse como son y dejar que su
personalidad se vaya construyendo sin trabas. Sólo cuando una
persona se acepta a si misma, pierde todos los complejos de
mostrarse tal y como es frente a los demás y frente a sí mismo puede
realmente realizarse.

LA TENDENCIA A LA AUTOREALIZACIÓN

Rogers consideró que los humanos tenían una tendencia natural


a la realización. Según Rogers, los humanos necesitan y buscan
básicamente su satisfacción personal y el establecer relaciones muy
estrechas con los demás. Consideraba que nuestra postura frente al
mundo se decidía fundamentalmente en la percepción que tenemos
de la realidad y de las demás personas, por eso lo realmente
interesante es buscar una buena forma de relacionarnos con el
mundo.
No existe camino seguro a una "realidad verdadera" conforme a
la que se haya de vivir, pero Rogers creía que una postura abierta a
las diferentes posibilidades nos mantendría más vivos y con más
posibilidades de una buena vida. La persona debe estar abierta y
sensible a las experiencias internas (sensaciones, sentimientos,
pensamientos y otros) así como al ambiente externo (las opiniones de
los demás, los hechos agradables y desagradables… etc).
De acuerdo con Rogers, los humanos nos encontramos en un
estado de "ser y convertirnos en", siempre estamos en camino de
convertirnos en otra cosa diferente de lo que somos con el fin de
hacer nuestra vida más plena. Por eso es tan importante vivir en un
ambiente que nos permita el crecimiento personal, que no nos
estanque ya definitivamente en una forma de ser, de pensar, de
sentir, etc. Solamente así es posible la realización como hombres y la
felicidad. Según Rogers, la tendencia a la realización es el único
motivo básico del ser humano. El ser humano es básicamente activo
y si las condiciones son favorables intentaremos desarrollar nuestras
potencialidades al máximo; cuando no se da este desarrollo el
individuo entra en una crisis y se convierte en un ser problemático e
infeliz. Los aspectos específicos del crecimiento humano varían de
persona a persona; no todos harán exactamente las mismas cosas
cuando las condiciones sean propicias para la realización.
Sin embargo hay generalizaciones que son válidas, podemos
referirnos a algunas que son muy importantes para el crecimiento y
realización personal en todas las personas:
- La flexibilidad en vez de la rigidez.
- La apertura en vez de la actitud defensiva.
- La autonomía (mayor libertad del control externo) en vez de
la heteronomía.
- Un autoconcepto positivo y realista.

PAUTAS PARA LOGRAR LA REALIZACION Y LA FELICIDAD PLENA:


Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
1. Dejar de utilizar máscaras: no aparentar una cosa que no eres.
Gastamos muchas energías disfrazando nuestra verdadera
personalidad.
2. Dejar de sentir los «debería». La conducta de las personas está
marcada por muchos elementos. Uno de ellos son las normas, que
nos dan nuestros padres, la autoridad social, la presión social, etc.
Hay un momento en que estas normas están tan interiorizadas, nos
marcan de tal modo, que las seguimos aunque no queramos
seguirlas. Es decir, hacemos las cosas porque nos han dicho que
"debes hacerlo” y no porque realmente queramos hacerlo o creamos
que es la manera más adecuada de hacerlo.
3. Dejar de satisfacer expectativas impuestas. La psicología
social nos dice que tendemos a hacer aquello que hacen los otros.
Nuestra cultura pretende que los individuos sigan unos patrones,
unos modelos y cumplan determinadas expectativas. La consecuencia
es que las personas viven de acuerdo con valores que los otros han
fijado pero que tal vez no sean nada significativos para ellas.
4. Dejar de esforzarse por agradar a los demás. Muchas
personas se han educado y se han formado intentando siempre
agradar a los demás y con el miedo permanente a recibir una crítica o
una censura por parte de los otros. Esta conducta les convierte en
esclavos de esta idea y les impide que se acepten a sí mismos como
son y desarrollen su propia personalidad.
5. Auto-orientarse. Elegir desde tu propia autonomía tus objetivos,
significa ser autónomo, no depender de los demás, de la familia o de
la pareja; saber que si te equivocas eres el único responsable y que
nadie va a venir a sacarte las castañas del fuego.
6. Comenzar a ser un proceso. Las personas que se aceptan a sí
mismas notan que entran en un proceso constante de cambio y aún
disfrutan de ello; no tienen miedo a cambiar de trabajo, de lugar de
residencia, etc.
7. Aceptar la propia complejidad. La experiencia de este estilo de
cambios implica aceptar la propia complejidad. No vernos de manera
simple en la que o somos buenos o malos, o trabajadores o
perezosos, o simpáticos o aburridos.
8. Comenzar a abrirse a la experiencia; significa comenzar a
verse como lo que uno realmente es, no evitar ninguna parte de
nuestra personalidad aunque nos resulte oscura o desagradable.
9. Comenzar a aceptar a los otros. Solamente si nos aceptamos a
nosotros mismos podremos estar bien con las demás personas. A
medida que aceptamos nuestra experiencia, estamos más
capacitados para recibir las cosas que nos proponen los otros. El que
no se acepta, nunca estará cómodo en la relación con los otros ya
que trasladará su idea sobre sí mismo sobre los demás pensando que
tampoco ellos le aceptan.
10. Comenzar a confiar en sí mismos. Comenzar a aceptar
nuestra propia forma de ser nos dará tranquilidad y confianza. Confiar
en uno mismo no significa adoptar una actitud prepotente y pensar
que “todo lo hago bien”, significa más bien no tener temor a
equivocarse y atreverse a experimentar.
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009

EL YO: EL CONCEPTO DE UNO MISMO.

La noción de yo o autoconcepto es tan importante en la


psicología de Rogers que a su teoría se la suele llamar "teoría del yo".
La forma en la que una persona se ve a sí misma es el factor más
importante para predecir la conducta futura, porque junto con un
autoconcepto realista hay una percepción realista sobre la realidad
externa y la situación en la que el individuo está".
El autoconcepto se forma a partir de las experiencias (internas
y externas) que tenemos a lo largo de nuestra vida.
Hay que comprender que el yo es un concepto fluido y
cambiante; no tenemos una personalidad fijada de antemano, sino
que vamos cambiando a medida que nuestras experiencias internas y
externas cambian.
Rogers se dio cuenta que en las personas con problemas,
existía una diferencia muy notable entre las percepciones sobre
cómo son (el yo) y las percepciones de cómo deberían ser (el yo
ideal). El objetivo fundamental de la terapia humanista era acortar
esta distancia lo más posible.
Es fundamental para el desarrollo de un buen autoconcepto la
valoración y aceptación por parte de los demás; Rogers llamaba a
esto “necesidad de amor” que es innata. Por esto, ciertas personas
en la vida del niño (y posteriormente en la vida adulta) adquieren
gran importancia e influyen fuertemente en el desarrollo psicológico
del individuo.
Lo fundamental es comprender que aprendemos a vernos en la
forma en que otros nos ven. Este hecho puede causar ciertos
conflictos en el desarrollo de nuestra personalidad. Puede ocurrir que
las experiencias internas entren en colisión con la experiencia
externa de la valoración y aceptación de los otros; por ejemplo, que
algo que de forma interna vivimos con alegría y satisfacción, es
valorado de forma negativa por los que nos rodean. En este caso se
produce un conflicto y nos lanzamos a la búsqueda de una posible
conciliación; a través de las soluciones encontradas se decide gran
parte de nuestra personalidad. Rogers se dio cuenta que tales
conflictos suelen surgir en torno a los siguientes valores:
1. La sexualidad es mala.
2. Es bueno no cuestionar la obediencia a la autoridad.
3. Es muy importante ganar dinero.
4. El aprendizaje escolar es bueno.
5. Es malo que los hombres lloren, se abracen y demuestren sus
sentimientos
6. Es malo que las mujeres sean asertivas e independientes.

Por regla general tendemos a admitir este tipo de valoraciones


a fin de obtener una aceptación y valoración por parte de los demás.
El problema surge cuando estos valores van en contra de nuestras
experiencias internas positivas al respecto. La persona que pierde
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
contacto con la experiencia interna tiende a desarrollar rasgos de
ansiedad y hostilidad.
Si tenemos una consideración de nosotros mismos que no se
corresponde con cómo nos sentimos se genera una distancia entre el
autoconcepto y la experiencia interna básica esta situación es poco
saludable y origina que la persona funcione de una manera
restringida e ineficaz y que experimente tensión y ansiedad.
Lo ideal sería que, en principio, las experiencias internas fueran
del todo valoradas por quienes nos rodean; a esto Rogers lo llamó
consideración positiva incondicional. Se produce cuando una persona
percibe que todas sus experiencias del yo (sentimientos,
pensamientos, sensaciones, etc.) son merecedoras de la
consideración positiva por parte de otras personas significativas.
Sin embargo aunque esta debería ser la tendencia general de
los padres y educadores, Rogers aceptaba que no debe ser absoluta.
Es decir, no es aconsejable valorar todos los deseos, pensamientos,
sensaciones y sentimientos ya que podría darse el caso, por ejemplo
que unos padres promocionasen las experiencias internas tendentes
a la agresividad. Por ejemplo, puede ser mal visto golpear a otra
persona; pero la persona que golpea y el deseo de golpear, pueden
aceptarse. De esta manera, se conserva la consideración positiva
incondicional.
En esta línea de razonamiento, sería posible que los padres
expresaran desagrado ante ciertas conductas de su hijo.
Un padre, maestro o amigo puede hacer ver a un hijo,
estudiante o compañero que el amor y la aceptación no están en
peligro, a pesar de que manifieste molestia, enfado o desaprobación
de una conducta concreta. Es importante que se mantenga el respeto
por las personas, por sus pensamientos y sentimientos sin importar
los aspectos específicos de las interacciones en un momento dado. Si
esto sucede, los individuos no tendrán que desprenderse de sus
experiencias internas, aunque podrían inhibir algunas conductas
disruptivas.

ABRAHAM MASLOW.

Biografía.
Nació en Brooklyn, Nueva York el 1 de abril de 1908. Sus
padres, emigrantes judíos no ortodoxos de Rusia, con la esperanza de
lograr lo mejor para sus hijos en el nuevo mundo, le exigieron
bastante para alcanzar el éxito académico. Para satisfacer a sus
padres, primero estudió leyes. Se casó con Berta Goodman, su prima,
en contra de los deseos de sus padres.
Maslow y su esposa, se mudaron a Wisconsin, y fue allí donde
empezó a interesarse por la psicología y su trabajo empezó a mejorar
considerablemente. Desde 1951 fue profesor de la Universidad de
Brandeis y sus obras más conocidas son: Motivación y Personalidad
(1954) y El Hombre Autorrealizado (1962).
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
Pasó sus últimos años semiretirado en California hasta que el 8
de junio de 1970 murió de un infarto después de años de
enfermedad.

TEORÍA DE LA PERSONALIDAD SEGÚN MASLOW

La teoría de Maslow es un enfoque que trata de mejorar la vida


de las personas a partir de una mejor comprensión de su
personalidad. No se centra en casos patológicos sino en las personas
sanas, y su esfuerzo va dirigido a desarrollar sus potencialidades, su
capacidad de escoger y su creatividad.
Maslow añade un concepto fundamental al de Rogers: las
necesidades. Para Maslow la personalidad de cada persona tiene dos
aspectos fundamentales: nuestras necesidades, es decir, las cosas
que buscamos a lo largo de la vida y nuestras experiencias; que en su
conjunto es donde se va formando nuestra personalidad.
Podríamos decir que la teoría de la personalidad de Maslow
tiene dos planos: por una parte un nivel biológico igual para todas las
personas que es el nivel de las necesidades: todas las personas
tenemos, al fin y al cabo, las mismas necesidades. Y por otra parte un
nivel personal que es único y específico de cada uno de nosotros que
es precisamente el conjunto de experiencias que acumulamos según
vamos tratando de cubrir nuestras necesidades.

LAS NECESIDADES.

Según Maslow, las personas tienen dos tipos de necesidades;


las necesidades deficitarias y las necesidades de crecimiento o
autorrealización.
- Las necesidades deficitarias son las que están asociadas con
aquello sin lo cual no podríamos vivir.
- Las necesidades de autorrealización son aquellas que las
personas buscan para autorrealizarse y alcanzar la felicidad pero que
no son, de ningún modo necesarias a toda costa para la vida.
Estas necesidades están ordenadas de forma jerárquica, es
decir, las primeras se tienen que satisfacer antes que las restantes.
Eso quiere decir que una persona no se queda parada cuando ha
satisfecho una necesidad, sino que inmediatamente desea satisfacer
la necesidad siguiente, y así sucesivamente.
Las necesidades fisiológicas son imprescindibles para poder
vivir y son prioritarias; únicamente si tenemos cubiertas estas
necesidades trataremos de cubrir las demás. Las necesidades de
protección y seguridad hacen referencia a la protección ante peligros
tanto físicos como psíquicos. Las necesidades de afecto y aceptación
son un grado superior que explica los motivos de las conductas
humanas. Ser querido por los otros y pertenecer a un grupo son
aspectos fundamentales para poder desarrollarse felizmente. Las
necesidades de valoración son las que hacen referencia a la
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
búsqueda de la autoestima y, por tanto, al concepto positivo de uno
mismo.
Una vez satisfechas todas estas necesidades deficitarias o
básicas, la persona ya está motivada para empezar a desarrollar las
necesidades de autorrealización. Se pueden definir como la
realización de las propias posibilidades, capacidades y talento, y
también como el conocimiento y la aceptación plena de la propia
naturaleza.
Las personas tienen como tendencia básica, es decir, como
motivación fundamental, la búsqueda de la autorrealización, y por
tanto, propone un nuevo modelo de persona: la persona
autorrealizada. Este es un modelo ideal que se define, de manera
resumida, por los siguientes rasgos:
1. Está satisfecha. Tiene suficientemente cubiertas sus
necesidades deficitarias o básicas.
2. Se acepta a sí misma (no existen sentimientos de vergüenza o
de culpabilidad).
3. Tiene una percepción clara y eficiente de la realidad.
4. Se muestra abierta a las experiencias.
5. Es espontánea y expresiva. Se comporta con naturalidad y
sencillez.
6. Tiene una gran capacidad para resolver todo tipo de problemas.
7. Ama la soledad.
8. Es autónoma e independiente.
9. Tiene una capacidad permanente para gozar de la vida (arte,
naturaleza, juego, ocio.).
10. Sus relaciones interpersonales son buenas.
11. Posee una gran riqueza de reacción emocional,
12. Tiene un talante democrático.
13. Tiene sentido del humor; no es agresiva.
14. Es creativa y original.
15. Tiene una gran capacidad amorosa-
16. Acepta cambios en la escala de valores social.
17. Goza con mayor frecuencia de experiencias cumbre.
18. Está más identificada con los problemas de los demás.

Maslow afirma que tras la autorrealización se ocultan los


siguientes valores: perfección, totalidad, cumplimiento, justicia, vida,
singularidad, simplicidad, belleza, bondad, facilidad, juego, verdad,
modestia.

LAS EXPERIENCIAS CUMBRE

Uno de los rasgos que definen a la persona autorrealizada es


que disfruta con mayor frecuencia de “experiencias cumbre”. De
hecho, son este tipo de experiencias las que permiten que una
persona se autorrealice. Las experiencias cumbre son hechos
concretos, situaciones vividas por las personas, que marcan su
personalidad y de comprender el mundo. Una experiencia cumbre
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
puede ser un viaje, la paternidad, un momento de inspiración
creativa, una lectura, una relación personal, el amor, etc., Todos
aquellos momentos de extrema felicidad y plenitud que marcan un
antes y un después, que aumentan el auto-conocimiento y el
conocimiento de la realidad.
Las características que definen una experiencia cumbre son:
1 Es una experiencia global. En ella, el sujeto pierde una posible
perspectiva utilitaria para captar la realidad como una totalidad.
2 Es una experiencia siempre buena y deseable. Es perfecta,
completa y no necesita de ninguna otra cosa.
3 Aporta una percepción diferente de la realidad. Por ejemplo, para
Maslow, el amor no desfigura los objetos o las personas
deseadas, sino que nos da la dimensión más exacta de ellas.
4 Comporta una pérdida de las nociones de espacio y tiempo;
Frente a las experiencias habituales que situamos en un contexto
de lugar y tiempo que conocemos.
5 Supone una superación de muchas contraposiciones y conflictos.
Ya no tendemos a clasificar las cosas simplemente con una
etiqueta sino que percibimos su perplejidad.
6 Cambia el concepto que de sí misma tiene la persona.
7 Puede cambiar el concepto sobre otras personas y las relaciones
que se tengan con ellas.
8 Puede modificar nuestra concepción del mundo o de algunos
aspectos de la realidad.
9 Puede facilitar nuestra creatividad, expresividad y
espontaneidad.
10 Recordamos la experiencia como un acontecimiento importante y
deseable y tratamos de repetirlo.
11 Aumenta la sensación de que vale la pena vivir la vida aunque
normalmente sea gris o insatisfactoria, porque (con la
experiencia cumbre) se ha adquirido conciencia de la existencia
de la belleza, la verdad, la plenitud, la bondad, la diversión, etc.

POSTULADOS.

Para el desenvolvimiento de la Psicología Humanista se


necesitan ciertos
principios básicos o supuestos básicos, los cuales, en este caso serán
los
pilares de la escuela.
La psicología humanista es más un movimiento que una
escuela, e incluso más aún el reflejo de una actitud sobre el ser
humano y el conocimiento.
Postulados básicos
1. El hombre, como hombre, sobrepasa la suma de las partes.
Entender al hombre significa considerarlo como un todo integral que
supera ampliamente la suma de sus partes. Es un todo, integrado y
armónico, que constituye una unidad, y de la que se derivan las
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
conductas que observamos. El estudio de elementos aislados del
individuo o de su conducta supone fragmentar al hombre y apartarse,
por tanto, de su verdadero conocimiento.
2. El hombre lleva a cabo su existencia en un contexto humano.
Desde la visión humanista, humano significa una propiedad
substancial de los hombres que los separa radicalmente del resto de
los seres vivos. Una de las consecuencias de esta concepción del
hombre es considerar que la investigación animal parte de un
planteamiento reduccionista que nunca podrá explicar lo que es y
hace el hombre. Su naturaleza se expresa en su relación con los otros
seres humanos.
3. El hombre es consciente. El hombre es la vida consciente de sí
misma, es consciente de sí mismo, de su futuro, que es la muerte. Es
consciente del otro en cuanto otro. El hombre está en la naturaleza, y
sometido a sus leyes, aunque la trascienda con el pensamiento.
4. El hombre tiene capacidad de elección. La conciencia hace al
hombre, no mero espectador, sino participe de sus experiencias.
5. El hombre es intencional en sus propósitos, sus experiencias
valorativas, su creatividad y su reconocimiento de significación. Es
propositito, es decir, finalista, actúa con una intencionalidad más o
menos definida, buscada y querida por él mismo, tiene metas, no es
un ser pasivo que se mueve por causas ajenas a sí mismo, sino un ser
activo que se mueve por sí mismo al que le compete de forma
esencial la decisión.

La Asociación Americana de Psicología Humanista propone cuatro


postulados:
1. Centración en la persona humana y su experiencia interior, así
como en su significado para ella y en la autopresencia que esto le
supone.
2. Enfatización de las características distintivas y específicamente
humanas: decisión, creatividad, autorrealización, etc.
3. Mantenimiento del criterio de significación intrínseca, en la
selección de problemas a investigar en contra de un valor inspirado
únicamente en el valor de la objetividad.
4. Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en el
desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona consigo
misma y con los demás.

Allport, un destacado fundador, propuso la distinción entre:


- Orientaciones idiográficas: pone el énfasis en la experiencia
individual; y Allport pide una vuelta y una mayor importancia de esta
orientación.
- Orientaciones nomotéticas: interesada por abstracciones
estadísticas tales como medias o desviaciones estadísticas en
búsqueda de una credibilidad científica.
APLICACIÓN DE LA TERAPIA HUMANISTA

La Teoría Humanista se diferencia de las otras perspectivas por


el hecho de utilizar, como método, a la introspección como revisión
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
interna y el método experiencial y el fenomenológico por medio de
terapia. Pasa a ser una teoría preocupada de la persona como un ser
individual destacando lo positivo de esta. El objetivo de las terapias
humanistas es liberar la personalidad. Las personalidades
potencialmente realizadas siguen estando ahí enterradas bajo
actitudes que las constriñen. Los terapeutas humanistas ven su papel
en ayudar a las personas que supriman las coacciones sobre su
propia autorrealización o auto-actualización.
Aceptan la utilidad parcial de los estudios nomotéticos (tests,
escalas, etc.), es decir aquellos que comparan al individuo con otros,
respecto a algunas categorías pero creen que esto es insuficiente,
porque cada hombre es un caso único, irrepetible, y por tanto,
incomparable con los demás. Por eso ellos definen el enfoque
metodológico “idiográfico” que atiende a lo típico de cada persona.
Las explicaciones de los humanistas sobre la personalidad
rebosan optimismo, tienen un elevado concepto de las personas y de
su capacidad para vivir la vida plenamente aunque eso implique
cambiar actitudes y conductas mantenidas durante mucho tiempo. El
individuo que recibe la terapia no es un paciente, un enfermo bajo los
cuidados del médico; es un cliente, un compañero en la terapia. En la
terapia humanista, terapeuta y cliente se sitúan en un mismo nivel,
de manera que no se ve al primero como la figura experta que toma
el rumbo de las sesiones. De hecho, los terapeutas humanistas
respetan al cliente como si fuera un “compañero especial”, pues es el
cliente y no el terapeuta el que es considerado principal responsable
del éxito de la terapia. Es el cliente quien tiene que desear cambiar, y
es él mismo quien puede alcanzar ese tipo de mejora de vida que le
llevará a la autorrealización. Se confía plenamente en las habilidades
y recursos internos de las personas que acuden a consulta para
avanzar hacia su propia salud y bienestar, debido a esto, la terapia
humanista funciona mejor con personas inteligentes, bien educadas o
"relativamente normales" ya que el terapeuta necesita proyectar una
fuerte creencia en la capacidad del cliente, para que éste pueda,
eventualmente, enfrentar la vida, madurar, y realizar su potencial.
El terapeuta contempla el momento presente que vive la
persona y se trabaja únicamente en aquello que el cliente se ve
preparado para tratar, respetando el ritmo de cada proceso y las
necesidades individuales, pues no todos somos iguales ni nos va igual
de bien los mismos métodos o herramientas terapéuticas.
Mediante la terapia humanista, el abanico de posibilidades en
cuanto a su utilidad se expande desde múltiples problemas
personales concretos hasta las necesidades más elevadas y
complejas relacionadas con la calidad de vida. Estos son algunos
ejemplos de posibles situaciones donde la terapia humanista puede
actuar:

• Problemas personales: adicción a las drogas, alcohol, abuso o


intolerancia a la comida, traumas, depresión, sexualidad,
deporte...
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
• Problemas relacionales: relaciones familiares, de pareja, duelos,
pérdidas, timidez, inseguridad, fobia a hablar en público,
reeducación en habilidades sociales...

• Problemas laborales: desorientación laboral, estrés, ansiedad,


frustración, toma de decisiones, trabajo de equipo...

• Crecimiento personal: autonomía, necesidades personales,


autoestima, calidad de vida, inquietudes, espiritualidad...

Algo que caracteriza a la terapia humanista es su profunda base


vivencial. Es necesario vivir la terapia para entenderla. Dado que el
espíritu de este tipo de terapia es buscar el bienestar del individuo,
no simplemente erradicar el malestar, cualquier persona puede
beneficiarse de la terapia y no únicamente los afectados por
problemas serios, enfermedades o patologías.

La Psicología Humanista a través de la ambigüedad de su


metodología ha formado un criterio de compresión subjetiva a
aplicarse al cliente. Esta estrategia de teoría humanista ha sido
criticada por la mayoría de las escuelas, fundamentada en el método
de trabajo basado en la predicción y control, intuición y empatía más
que la comprensión objetiva. Esta metodología sirve para las
condiciones tanto sociales, educacionales y laborales. Para esto
también se les adhiere la individualización del trato de las personas,
como seres con posibilidades de auto-actualización.

Este enfoque terapéutico ha originado muy diferentes tipos de


terapia. Cada uno subraya metas algo diferentes y se sirve de
técnicas que varían también en algún aspecto.

LA TERAPIA HUMANISTA DE ROGERS: Enfoque centrado en la persona.

Este enfoque es desarrollado por Carl Rogers (1951), llamado


en principio terapia centrada en el cliente, ve en éste a un individuo
en busca de su propio yo. Se basa en la convicción de que todos
tenemos en nuestro interior amplios recursos para comprendernos,
para cambiar nuestros conceptos sobre nosotros mismos, nuestras
actitudes fundamentales y nuestra conducta, y que el papel del
terapeuta es proporcionar el clima para que los individuos se
sumerjan en su propios recursos para actualizarse, es decir, para
alcanzar la complejidad y el desarrollo completo (Rogers, 1980).
En la filosofía rogeriana el cliente es una persona en busca de
su propia identidad. El terapeuta no se ve a sí mismo como un
experto del que el cliente pueda depender, sino como un amigo que
acepta, que entiende y que será como un compañero del cliente
durante la búsqueda. El terapeuta no tiene una meta preconcebida,
no pretende diagnosticar los problemas del cliente y no quiere
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
dirigirle. Al contrario, lo contempla para ver el mundo como el cliente
lo ve, para comprender el mundo a través de los ojos del cliente. El
progreso hacia la auto-actualización del cliente se consigue a través
de la relación entre cliente y terapeuta.
¿Qué condiciones han de establecerse para que esta relación
cree un clima de crecimiento y promoción? Los tres elementos
básicos de esta terapia no se limitan a la relación entre el terapeuta y
el cliente, sino que también explican los lazos paterno-filiales,
profesor-estudiante y director-empleados. Estos elementos son los
siguientes:
1- Aceptación: o consideración positiva incondicional. Si el
terapeuta acepta al cliente total e incondicionalmente, tal como
es en ese momento, incluso cuando está expresando
sentimientos negativos, éste conseguirá de tal aceptación la
fuerza necesaria para cambiar y desarrollarse. Ser aceptado por
otra persona ayuda al cliente a desarrollar una actitud de mayor
preocupación hacia sí mismo.

2- Comprensión empática: una escucha activa y sensible que


permite al terapeuta comprender los sentimientos de su cliente
(incluso aquellos de los que el paciente puede no ser
consciente), clasificarlos y comunicarle este conocimiento. Ser
escuchado de esta manera ayuda al cliente a escucharse a sí
mismo con mayor exactitud. Puede entonces sentir emociones
que había bloqueado.

3- Congruencia o Autenticidad, o realismo: Un individuo constante


no trata de parecer una cosa distinta de lo que es. Es él mismo.
No trata de levantar una fachada (que puede llamarse
profesionalismo o autoritarismo), no trata de enmascarar sus
emociones, permite que la otra persona vea lo que siente y
piensa. Cuando los clientes se comprendan y se enorgullezcan
de sí mismos, aceptarán sus experiencias como reales y serán
más auténticos. Ellos acabarán percibiéndose a sí mismos de
manera diferente, dando a conocer sus propios sentimientos y
actitudes, y no aquellos que les han sido impuestos por otras
personas.

Al final de la terapia los clientes tienen que reconocerse


responsables de sus emociones, opiniones y acciones y ser capaces
de experimentar su nueva forma de comportarse.

¿Cómo ayudan los terapeutas a los clientes a alcanzar este punto?


Organizan los sentimientos del cliente y los temas en discusión sin
hacer frecuentemente otra cosa que utilizar palabras diferentes para
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
volver a exponer lo que los clientes acaban de decir; plantean
preguntas inconcretas que impulsen al cliente a hablar sobre aquello
que sea más importante para él y, en conjunto, demuestren que le
aceptan a él y lo que dice.

Hay aplicaciones de esta concepción en diversas áreas como la


clínica, la educación, las relaciones de pareja, la ludo terapia, la
dinámica de grupos (los famosos grupos de encuentro), etc. Cubre un
amplio espectro de edades, desde niños de dos años hasta ancianos.
Y esto es posible, creemos, porque el enfoque no directivo o centrado
en el cliente constituye además de una técnica, aplicable a tal o cual
problema, una concepción del ser humano y de las relaciones
interpersonales. Por ello trasciende los linderos del consultorio para
conformar una teoría sobre el "buen vivir", esto es, sobre el vivir
plenamente, en constante superación, abiertos a todas las
experiencias, sin miedo, con capacidad de elección y de
responsabilizarnos por lo elegido.

TERAPIA GESTALTICA:

El término Gestalt hace referencia a la estructuración de las


partes en un todo dotado de un significado que las partes tomadas
individualmente no tenían. La psicología de la Gestalt explica la
personalidad a través de este concepto en el que el ser total es más
que la suma de sus partes.

Los psicólogos de la Gestalt creen que los problemas


psicológicos brotan a menudo de la incapacidad de integrar los
diversos aspectos de la personalidad en un todo bien organizado.
Frederick S. Perls (1944) hizo de este punto de vista un enfoque
terapéutico que se centra en el entendimiento que el paciente tiene
del presente, no del pasado. La terapia de la Gestalt ayuda a los
pacientes a tomar conciencia de su propia personalidad,
principalmente mediante apelaciones directas al yo físico y emocional
más que al yo intelectual.

Este tipo de terapia incorpora un alto grado de actividad y


asertividad por parte del terapeuta, que tiene una mayor
participación que en la terapia centrada en la persona. El terapeuta
busca activamente que el cliente se dé cuenta de las contradicciones
en sus acciones, normalmente haciendo resaltar la manera en que la
conducta del sujeto contradice lo que él mismo dice. El terapeuta
pone el acento en la idea de que cada persona asuma la
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
responsabilidad de sus actos, instándola a hablar en términos de “yo
hice” y no de sucedió. La representación de roles, el juego y las
imágenes visuales son importantes técnicas gestaltistas, que hacen
hincapié en la cohesión de los distintos fragmentos de la personalidad
en un ser unificado.

Dinámica Humanista Conductista


Raíces de la Teoría del
Teoría Psicoanalítica Humanismo
escuela Aprendizaje
Investigación
Tratamiento de Tratamiento que
Desarrollo del
individuos no se limita a los
histórico perturbados enfermos
aprendizaje en
el laboratorio
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
Estudios de
medicina psicológica Estudios de
y educativa a psicología o Estudios de
menudo con una pedagogía; psicología, con
Formación
formación especial normalmente formación
académica del
en psiquiatría y con una tanto en
terapeuta psicoanálisis. Los formación investigación
analistas han especial en como clínica.
pasado ellos mismos psicología clínica.
por el análisis.
Inhibición del
Teoría sobre Fuerzas desarrollo y la
Aprendizaje de
las causas de inconscientes, motivación
conductas
la conducta especialmente natura;
desadaptadas.
anormal impulsos sexuales. distorsión de la
autopercepción.
“Paciente” “Cliente”, Aprendiz que
Actitud hacia el
(enfermo), ha de ser compañero en debe ser
receptor de la
curado por el igualdad con el enseñado por
terapia. doctor/experto. terapeuta. el terapeuta.
Enseñar al
cliente nuevos
Ayudar al cliente
hábitos
Reorganizar la a conseguir la
Objetivo de la adaptativos y
personalidad total autorrealización
terapia del paciente o auto-
actitudes para
reemplazar los
actualización
viejos hábitos
inadaptativos
El paciente puede
estar tumbado en Los terapeutas
un sofá y hacer Cliente y diseñan un
asociaciones libres. terapeuta están programa
Forma que
El terapeuta no uno frente al otro específico que
toma la terapia provoca temas, sino mientras ambos se centra en
que interpreta el sugieren temas. las conductas
significado de la críticas.
información.
Período
El presente y el El presente y
temporal El pasado
futuro el futuro
importante
Sesiones
Tres o cinco
semanales de 45
Duración de la sesiones semanales
minutos durante Variable
terapia de 45 minutos
un tiempo
durante varios años
variable
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009
Aportes y Criticas

- Un concepto diferente del hombre: Dentro de cada persona está


contenida la “sabiduría” necesaria para alcanzar un estado de salud
óptimo; que todo ser humano tiene dentro de sí la capacidad de saber
lo que necesita para activar y realizar su potencial.

- La valoración organísmica: Según Carl Rogers, lo concibe como una


capacidad que tiene el organismo, como un todo de “valorar” cada
experiencia como enriquecedora o no enriquecedora, para sí en ese
momento particular. Este concepto es tan novedoso que genera una
nueva visión en el tratamiento terapéutico, porque rompe con lo
tradicional “paciente-terapeuta”. Destaca por ejemplo la influencia de
las propuestas de Rogers sobre la importancia de la actitud del
terapeuta y del educador, si no como condición suficiente al menos
como condición necesaria.

- Se trabaja con el término conciencia y sus distintas concepciones:


La más utilizada es la conciencia normal. La segunda tiene que ver
con el sentido fisiológico, tener mayor o menor conciencia en
términos de grados de activación de la corteza cerebral. La tercera,
se refiere a la facultad de vivenciar o percibir algo y ser capaz de ser
conciente de estar vivenciando o percibiendo. Para la Gestalt, esta
comprensión de conciencia es muy importante, ya que trabaja
fundamentalmente el desarrollo de esta capacidad en las personas
(junto con el aquí y ahora) y considera que la mayor conciencia tiene
relación con una mejor salud psicológica. La cuarta, tiene que ver con
el enfoque Transpersonal que comprende a la conciencia como
ilimitada.

- RESPONSABILIDAD: Permanentemente estamos eligiendo nuestra


forma de actuar o de reaccionar frente a las realidades externas. Ello
implica que no estamos presos de condicionamientos, ni se puede
obligar a actuar de un modo determinado. En cierta medida tenemos
algún grado de control sobre lo que nos pasa, sentimos y la forma en
que reaccionamos en una situación determinada.

- Énfasis en la expresión de lo personal y único que somos: Tiene


como tarea fundamental desarrollar en nosotros mismos y fomentar
en los demás la actualización de la forma única que somos. Por ello se
cuida de usar los conceptos “normal” y “anormal”, los cuales califican
y patologizan la diversidad. Por otra parte, la creatividad y el juego
ayudan a explorar nuevas formas de expresión, hasta ahora
desconocidas. Incorporación de conceptos como subjetividad,
experiencia o construcción de significado.

- Se reconoce la limitación de la conciencia normal: La “Psicología


Humanista” promueve la búsqueda de otros estados de conciencia,
tales como los propuestos por las religiones orientales y disciplinas de
meditación, entre otros.
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009

- Se privilegia el trabajo con el hemisferio derecho: La intuición, la


emoción, lo sintético. Todo ello por medio del uso de imágenes,
analogías, metáforas y el lenguaje natural que permitan expresar el
mundo interno. Todo ello sin excluir ni despreciar el otro lenguaje,
sino que destacando que ha de haber un equilibrio entre ellos.

La teoría Humanista sin duda alguna ha aportado notablemente


dentro del campo de la Psicología debido a que ha demostrado en
muchos casos que no se necesita ningún método científico para poder
llegar a solucionar los problemas de las personas. Tan solo se
necesita ver a la persona desde un punto de vista del cual se pueda
apreciarla desde el interior, es decir la individualización del trato con
las personas y su posibilidad de auto-actualización.

Valoración negativa:

- Los supuestos básicos de la Psicología Humanista son criticados por


el hecho
que los datos de las pequeñas y distorsionadas muestras no son
confiables
estadísticamente. Esto se debe a la extrema subjetividad de esta
teoría, es
decir que está basada en intuiciones, predicciones, y no bajo un
método
científico. Acentuación de la subjetividad, con crítica a los excesos de
la artificialidad y reduccionismo del experimentalismo. La ausencia de
validación empírica de las propuestas humanistas, aunque el propio
Rogers señalaba esta necesidad y conveniencia, e hizo grabaciones
con fines de investigación.

- Énfasis abusivo en una visión positivista y optimista del ser


humano. En comparación, con otras perspectivas que estudian los
comportamientos psicológicos, como el psicoanálisis, la psicología
humanista no da cuenta de estas alteraciones mentales ya que se
preocupa exclusivamente de aquellos individuos sanos, creativos,
tranquilos y sin problemas neurológicos.

- Falta de definiciones operacionales de los conceptos y postulados


básicos humanistas, lo que dificulta su investigación.

- Fracaso de los psicólogos humanistas en darse a conocer en toda su


complejidad.
Psicología Humanista. Angela González Ríos
2009

BIBLIOGRAFIA

• Carver, Charles. Scheier, Michael. Teorías de la Personalidad. 3ra


edición. Prentice-Hall Hispanoamérica S.A. México.
• Carranza, Martha. Ciarlante, Silvia. Hacia una Psicología
Espiritual: Fundamentos y Prácticas de la Psicología
Transpersonal. Deva’s. Buenos Aires. 2004.
• García Vega, Luis. Moya Santoyo, José. Rodríguez Domínguez,
Sandalio. Historia de la Psicología. 2da edición. Siglo veintiuno
editores. México. 1997.
• Morris, Charles. Introducción a la Psicología. 9na edición.
Prentice-Hall Hispanoamérica S.A. México.
• Nye, Robert. Tres Psicologías: Perspectivas de Freud, Skinner y
Rogers. 6ta edición. Thomson Learning. México. 2002
• Papalia, Diane. Wendkos Olds, Rally. Psicología. McGraw-Hill.
México.
• Polaino-Lorente, Aquilino. Cabanyes Truffino, Javier. Del Pozo
Armentia, Araceli. Fundamentos de Psicología de la
Personalidad. Ediciones Rialp. España. 2003.

INTERNET
• www.psiquiatria.com
• www.psicoterapiahumanista.com
• www.ideasapiens.com
• www.instfromm.org
• http://prof.usb.ve/miguelm/lapsicologiahumanistacomonuevopa
radpsic.html
• www.youtube.com
• http://academic.uprm.edu/~eddiem/psic3002/id88.htm

You might also like