You are on page 1of 4

LOS ROSTROS ANÓNIMOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA;

LAS MUJERES QUE NO DEJARON HUELLA

De las Veteranas de la Revolución en el México posrevolucionario, todavía poco se


conoce. Su imagen se ha estereotipado en las abnegadas y valientes soldaderas, en
las heroínas o en las guerrilleras, pero su participación no se limitó exclusivamente
al sostenimiento de sus hombres y a cuestiones de armas; las actividades que ellas
realizaron en la guerra y fungiendo como espías, transportando armas y municiones,
como agentes confidenciales, enlaces, correos, propagandistas, fueron sobre todo
“tareas clandestinas”. Martha Eva Rocha Islas, investigadora de la Dirección de
Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, realiza
actualmente una investigación, análisis y seguimiento del quehacer de las mujeres
veteranas que participaron en la Revolución Mexicana, así como de las actividades
que realizaron en la posrevolución.

A las mujeres, la institución castrense no les reconoció “grados y méritos militares”


obtenidos por su participación en el período de la Revolución Mexicana, dijo en
entrevista la historiadora Rocha, quien desde 1991 recaba información sobre la
presencia y participación de las mujeres en el período del Porfiriato y en los
movimientos sociales posteriores, donde pudo constatar que los registros de sus
acciones eran escasos porque la historiografía poco se había ocupado de los
actores sociales femeninos.

La lectura del libro de Angeles Mendieta, La mujer en la Revolución Mexicana, fue


importante para el trabajo de Rocha, reconoció la investigadora, ya que proporciona
una lista de veteranas de la Revolución que fueron reconocidas de acuerdo al
decreto expedido por el presidente Lázaro Cárdenas en 1939. Éste, reconoce
oficialmente la veteranía y la “Condecoración del Mérito Revolucionario”, tanto a
hombres como a mujeres. La lista fue la base para indagar en el archivo histórico
militar, sobre los actores femeninos del movimiento revolucionario. La mayoría,
mujeres con formación académica que pertenecían a la clase media de sectores
urbanos del país. Las mujeres-soldado, reconocidas veteranas son muy pocas.

El grado más alto: coronela

Para obtener las condecoraciones de Veterana de la Revolución, que significó recibir


diplomas, medallas y una recompensa económica, las ex-combatientes debieron

1
presentar los documentos que acreditaban su participación durante la Revolución en
el período maderista, de 1910 a 1911 y el constitucionalista de 1913 a 1914. Se
comprobó a través de sus propios relatos, avalados por dos constancias de
participación, así como con fotografías, impresos, cartas, telegramas, recortes de
periódico, nombramientos y en general documentos oficiales firmados por Madero o
Carranza, los cuales se resguardan actualmente en el archivo histórico militar de la
Secretaría de la Defensa Nacional.

Rocha ha formado una base de datos de veteranas, alrededor de 500 mujeres


reconocidas por “méritos civiles”; a partir de la información registrada en las
solicitudes de estudio de antecedentes revolucionarios. En ellos se concentran datos
como: nombre, edad, lugar de nacimiento, estado civil, fecha de ingreso a la
revolución y grado que alcanzó en el ejército (el grado más alto que algunas lograron
fue el de coronela); en este rubro, las mujeres responden señalando la actividad que
realizaron en la guerra civil.

Las fuerzas con las que combatieron: porfiristas y huertistas, los jefes con los que
militaron, mencionando la organización a la que se incorporaron como Hijas de la
Revolución, después llamado Club Lealtad, Hijas de Cuauhtémoc, Sufragio
Efectivo, No reelección, Club Leona Vicario y Junta Revolucionaria Central, así como
la fecha, firma y lugar donde ellas vivían al momento de presentar la solicitud, fueron
los datos que tuvieron que presentar.

La revisión de estos expedientes reveló la importancia de acercarse a las veteranas,


incluso el seguimiento de sus trayectorias de vida. En el período de 1910-1914, un
close-up, en el que todas estuvieron activas. Maestras, periodistas y enfermeras
hacían proselitismo escribiendo, imprimiendo y difundiendo propaganda
revolucionaria, llevándola a los campamentos y repartiéndola entre los rebeldes y la
población civil, transportando armas, correspondencia, mensajes, desplazándose
por diversos lugares del país; todas actividades clandestinas que no dejaron huella y
fueron olvidadas por la historia oficial de manufactura masculina.

También hubo dirección y liderazgo

Para Martha Rocha, las veteranas de la Revolución son sujetos sociales presentes y
participativos en un proceso histórico, interesadas y vinculadas en los asuntos del
país; al igual que los hombres, aunque en menor proporción, ellas también sufrieron
cateos, amonestaciones, encarcelamientos e incluso el exilio. Para comprender el

2
“quehacer femenino en la Revolución”, es importante desentrañar el sistema de
redes (entramado de relaciones familiares y sociales) y articular las diversas
actividades que las mujeres veteranas desempeñaron; desde las más nimias hasta
las de dirección y liderazgo, encaminadas tanto al triunfo del constitucionalismo
como de las demandas feministas, bandera de lucha desde las postrimerías del XIX,
explicó la investigadora.

El trabajo de archivo y en general de fuentes documentales ha permitido seguir hilos


conductores. La investigación parte en el plano metodológico de considerar la
categoría de género como fundamental para formular preguntas e hipótesis. La
biografía colectiva, a partir de trayectorias de vida permitirá ubicar el contexto
sociocultural de la época y entender la actuación de las mujeres, independiente del
calificativo de heroínas.

Desde finales del siglo XIX las mujeres estuvieron inmersas en el espacio público; la
Revolución fue la coyuntura que aceleró su inserción en la guerra civil; abiertamente
se incorporaron en tareas de guerra y en actividades políticas dentro del
constitucionalismo y en la lucha feminista, pero su participación no termina en 1917
año en que se promulga la nueva Constitución.

En el México posrevolucionario algunas de las veteranas, bien como dirigentes o


integradas en diversas organizaciones, continuaron los proyectos feministas
planteando las demandas aún no satisfechas: educación, trabajo, así como el
derecho al sufragio. Algunas continuaron incorporadas en la enseñanza y trabajando
en la burocracia gubernamental, pocas siguieron los estudios y mantuvieron el
compromiso con los proyectos revolucionarios, participando en las campañas de
alfabetización y en la educación rural. Son los casos de Eulalia Guzmán, Julia Nava
y Elena Torres por mencionar algunas veteranas.

En este universo no se encuentran las mujeres zapatistas, quienes fueron


luchadoras campesinas ligadas a la tierra y al campo, cuyas demandas van en
función de recuperar esos derechos, además de que continuaron en el zapatismo
luego de las escisión de los jefes revolucionarios. Hasta fechas muy recientes, el
gobierno de José López Portillo concedió una gratificación a los excombatientes de
procedencia zapatista en atención a sus necesidades y pobreza, incorporándolas a
la legión de veteranos (1979).

3
Son numerosos los ejemplos de veteranas sobresalientes: María Arias Bernal,
Carmen Serdán, Elisa Acuña Rosetti, Hermila Galindo o Leonor Villegas, por
ejemplo, quien escribió sus “memorias noveladas” The Rebel, con la intención de
dejar testimonio escrito de la labor realizada por las enfermeras de la Cruz Blanca
Constitucionalista. Leonor fue una destacada profesora, originaria de Laredo,
Tamaulipas, educada en Estados Unidos, que independiente de su pertenencia a la
burguesía porfirista, tuvo la sensibilidad de captar las grandes desigualdades del
pueblo mexicano. El ensayo biográfico de Guadalupe Narvaez Bautista, de Puebla,
es otro ejemplo.

El trabajo de Martha Rocha, que consiste en labrar rostros de las mujeres


revolucionarias, forma parte de la recuperación de actores sociales femeninos
presentes y comprometidos en el proceso revolucionario. Además de ofrecer una
reflexión que integra a las individualidades en el largo período, es uno de los
objetivos del proyecto en marcha, Veteranas de la Revolución en el México
posrevolucionario.

You might also like