La propuesta del nuevo gobierno de crear un ministerio específico para las cuestiones
ambientales brinda la oportunidad de analizar y debatir sobre la trascendencia de la
protección del ambiente para el bienestar social y el desarrollo sostenible. Ante ello, como
uruguayos comprometidos con la calidad de nuestro ambiente, compartimos algunas
reflexiones sobre las posibles modificaciones a la institucionalidad ambiental en el país.
A nuestro juicio, la creación de un Ministerio del Ambiente y Agua debería ser el resultado
de jerarquizar y potenciar la temática ambiental en la política, la gestión y la
administración nacional. No puede ser apenas el mero fraccionamiento y la separación
del actual ministerio compartido con la temática de la vivienda.
Entendemos que el nuevo Ministerio debe ser un defensor y promotor del ambiente
como un derecho fundamental, como un aporte indispensable para un desarrollo
sostenible, que sirva a la calidad de vida de las actuales y futuras generaciones de
uruguayos. No debería ser una medida reactiva para atacar algunos problemas
sectoriales, sino un paso dado desde una perspectiva ambiental integral, que aliente la
planificación, la prevención de nuevos deterioros al entorno y el uso de tecnologías y
prácticas amigables con el ambiente.
Todo lo anterior es compartible. Pero esa propuesta puede ser interpretada solamente
como una división por escisión del MVOTMA actual y ello amerita varias observaciones.
La primera es dejar en claro que se apoyan esos cambios para las áreas de ambiente y
agua. Pero enseguida se debe señalar que la dirección encargada del ordenamiento
territorial (DINOT) quedaría en el futuro Ministerio de Vivienda, aunque en ella hay
competencias de claro contenido ambiental. Estas también deberían transferirse al
próximo Ministerio del Ambiente.
En el proyecto no se mencionan los cometidos sobre cambio climático que tiene el actual
MVOTMA. La enorme importancia de esa cuestión merecería que se indicara con toda
claridad que tales competencias también se sumarán al futuro Ministerio y que será uno
de sus cometidos sustantivos.
Entendemos que sería importante clarificar las relaciones del futuro ministerio con dos
organismos estatales que mantienen relaciones institucionales directas con el actual
MVOTMA. Por un lado OSE, por su rol en agua potable y saneamiento (en el interior del
país), y por el otro, el INUMET, por su importancia sobre la variabilidad, el cambio
climático y el ambiente en general.
Como puede verse en estos puntos, compartimos la visión de un futuro Ministerio del
Ambiente enfocado en la conservación de los ecosistemas y la protección de la calidad
ambiental, y que ello se pueda aplicar tanto en el medio rural como en el urbano, y en
todos los sectores productivos. Reconocemos, a su vez, que otras carteras estarán
enfocadas en los usos productivos. Y esperamos que esas visiones se sopesen y analicen
en el Consejo de Ministros.
Del mismo modo, la técnica utilizada en la redacción del anteproyecto actual puede im-
plicar un riesgo de derogación tácita para algunas normas, como la que creó la comisión
técnica asesora en medio ambiente (COTAMA). Por el contrario, es necesario asegurar la
permanencia de este tipo de instancias, en tanto es un mecanismo de enorme impor-
tancia para asegurar la participación del público.
Entendemos positivo el incremento del límite máximo del monto de las multas aplicables
por infracción a la normativa ambiental, ya que su valor relativamente bajo y sin relación
con el beneficio ilícito obtenido, podrían ser restricciones importantes al efectivo cumpli-
miento de la normativa ambiental. Por el contrario, el aumento del monto mínimo de las
multas, sin embargo, creemos que no es necesario.
Anabela Aldaz Abogada especializada en Derecho Ambiental. Estudio Guyer & Regules
Las firmas se presentan ordenadas alfabéticamente. En todos los casos se expresan aquí posiciones perso-
nales y las referencias a instituciones sólo se incluyen con fines informativos.