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La comunicación en el paciente con Alzheimer

El ser humano es un ente social, por lo que la comunicación tiene una gran
importancia dentro de su desarrollo e inserción social. Las personas que padecen
la enfermedad de Alzheimer pueden poseer distintos niveles y calidad de
comunicación, que van a depender directamente del grado de compromiso que
afecte a su memoria, y del raciocinio del paciente.
La comunicación con pacientes con Alzheimer puede resultar muchas
veces una tarea complicada, que requiere de estrategias específicas de
comunicación, para que ellos puedan lograr un adecuado entendimiento con sus
especialistas, y con su familia.
De acuerdo a las alteraciones en las áreas del lenguaje y de la
comunicación, la evolución de la enfermedad en el paciente, puede ser dividida en
cinco fases: inicial, moderada, moderada severa, severa y final; donde cada una
de ellas va a tener una determinada estrategia comunicativa, que serán descritas
a continuación:

 Fase Inicial
Esta fase de la enfermedad resulta particularmente complicada, con
respecto al tratamiento y diagnóstico de la enfermedad, ya que los síntomas
presentes en esta fase, pueden asociarse a características dentro del normal
envejecimiento de las personas, tales como: pausas largas e inadecuadas dentro
de una frase, u olvido de una palabra, que recuerda después de un gran esfuerzo
y concentración.
El paciente en esta fase presenta características de defensa, al intentar
ocultar sus incapacidades; estas son el circunloquio, es decir, usa un “rodeo” de
palabras, al no encontrar una palabra precisa, con el objetivo de hacerse entender.
Es importante que este recurso sea aceptado y enriquecido de parte del cuidador
del paciente, ya que lo ayuda en el fin de comunicarse; y una represión en él,
puede inhibir este recurso de expresión. Otra característica de defensa en el
paciente es la disgregación, que corresponde al desvío del rumbo o del asunto
que está siendo tratado; esta característica puede resultar difícil de aceptar en el
interlocutor del paciente, y se puede ayudar recordándole al paciente el tema del
que hablaban con anterioridad, aunque en algunos casos los pacientes pueden
“enfrentar” al interlocutor. En este caso es importante que el paciente no sea
enfrentado o discutido, ya que hacerle ver sus incapacidades, puede resultar en
una pérdida de confianza de parte del paciente.

Diálogo con el paciente:


Es importante, que las personas que se dirijan al enfermo de Alzheimer
usen frases cortas y precisas, sin informaciones irrelevantes con respecto a lo que
se quiere comunicar, ya que oraciones demasiado extensas, sólo pueden
confundir al paciente. Así mismo, el empleo de preguntas debe ser simple y
directo, que no requieran demasiada reflexión, y puedan ser respondidas con ‘sí’ o
‘no’.
Resulta fundamental que durante la conversación, el interlocutor del
paciente se asegure de estar dentro del campo visual de este, y que se asegure
de que le esté tomando atención; para captar su atención debe observarlo a los
ojos, e incluso en ocasiones puede darle un simple toque en el hombro, aunque se
aconseja que primero se intente llamar su atención verbalmente, ya que el
paciente puede asustarse al ser tocado.
Otro aspecto que resulta muy importante es que el volumen de voz utilizado
resulte adecuado al contexto comunicativo, además de un tono calmado y
pausado, dándole tiempo al paciente para comprender, y emitir una respuesta;
repitiéndole incluso si se percibe que le está causando dificultad comprender el
mensaje. Si se quiere cambiar el tema tratado, debe ser bien terminado,
avisándole que se va a iniciar una nueva conversación.

 Fase Intermedia:
Esta fase va a estar marcada por una importante pérdida en el desempeño de
actividades cotidianas, mayor dependencia física y deterioro sustancial de las
funciones cognitivas; que van a determinar un deterioro aún mayor en el
desempeño comunicativo del enfermo de Alzheimer.
La estrategia comunicativa durante esta fase se hace más concreta, es decir,
para lograr que el paciente entienda lo que se le quiere comunicar, se debe hacer
mayor uso de la mímica, gestos y actitudes, incluso indicándole directamente con
el dedo los objetos de los que se está hablando, u ofreciendo; de esta manera se
puede lograr un adecuado entendimiento de parte del paciente.
En esta fase el circunloquio se hace difícil de entender, y el paciente recurre a
las parafrasias, que corresponden a expresiones que utilizan, que tienen
significado semejante o asociado a la idea de aquello que quieren expresar.
Además, algo común es el uso de palabras que representan todo lo contrario con
respecto a lo que pretenden expresar, por ejemplo, piden sal, cuando en realidad
quieren azúcar. En esta fase es fundamental que el cuidador del paciente lo
conozca adecuadamente, ya que permite orientar su conducta con respecto a él.
Es fundamental que en esta fase

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